La noche que Salta vio nacer

a los “Redondos”
La banda comenzó su carrera en un bar de Salta en enero de 1978.
El Intransigente fue el único medio que difundió esa noticia en
aquella época
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SOCIEDAD
lunes, 22 de enero de 2018 · 20:00

SALTA () - Un cinco de enero, pero de hace 40 años el diario de origen

salteño El Intransigente, y desde hace unos años convertido en un diario
nacional, publicaba en una de sus páginas, un corto anuncio, “Por vía
automovilística, llegará hoy a nuestra ciudad el ómnibus que conduce al
conjunto-espectáculo marplatense Patricio Rey y sus Redonditos de
Ricota. Divertidísimo espectáculo. En Polaco. Patricio Rey y sus
Redonditos de Ricota. JAZZ Música negra ROCK. Canilla libre $ 3000.
Reserve tarjeta con anticipación. Hoy 22.30 y 1.30 HS. Deán Funes 82.”
Fue la única referencia periodística de ese primer recital.

La fecha, y la anécdota, fue rescata por Mariano del Mazo, en un

artículo de página 12. El espectáculo se realizó en un bar hoy inexistente,
“El Polaco”, ubicado en Deán Funes 82, llamado de esa forma por su
dueño de apellido Alejandrowicz, fue organizado por Gustavo Kantor,
uno de los pioneros del rock en Salta, pero este recital, que fue el
inició de la banda, no es la única relación de los Redondos con la
provincia.

Según cuenta el Indio Solari, este recital, que muchos calificaron de

caótico y que sacudió por completo todo lo conocido en Salta, fue el
inició real de la banda, pero hay otro detalle no menos importante,
durante años se pensó que Patricio Rey, era un personaje inventado, sin
embargo este era real y vivió hasta su muerte en mayo del año pasado
en Cafayate, vendiendo artesanías en la plaza principal.

Nunca fue un secreto, pero si un dato poco conocido, y siempre fue

contado Ricardo Cohen, el famoso “Rocambole” el genial ilustrador de
las tapas de los discos de la banda. En una entrevista a una revista
digital de Almagro, Rocambole dijo que la figura de Patricio Rey fue
inspirada en Pancho Silva, un hombre que compartió los primeros años
de los Redondos y que hoy vive en Cafayate. “Él siempre estuvo
pensando y dando las directivas que nosotros después hacíamos. Él vive
ahí, en Cafayate. Se llama Pancho Silva. Está vivo”. Según el dibujante,
Silva autorizó a que se devele su identidad, dejando atrás un misterio
que duró más de 30 años.

Un poco menos directo, en 1984, el Indio Solari deslizó que: "Patricio Rey
es una persona, existe. Yo estoy convencido de que existe. Más de una
vez se ha dirigido a mí, como se ha dirigido a otros amigos o gente que
conozco”.

Todo es historia conocida, por suerte quedaron registro de ese hecho

fundacional, pero quizás no sea tan conocido el relato de una de las
personas que estuvo esa noche en “El Polaco”. En el 2009 la página web
saltalibre.com, publicaba una entrevista a Ana Ragot, “Anita”, una
salteña, que luego emigró a Francia, en donde vivió 30 años. Esta es su
historia.

“Era el verano del 76 un amigo llamado Pancho en Mar del Plata me

presentó a Eduardo Beilinson, hermano de Guillermo, apodado Skay, al
Indio Solari y a otros personajes de una insólita banda de Patricio Rey y
los Redonditos de Ricota. Ellos manifestaron su deseo de tocar en el
interior y yo los entusiasmé para que vengan a Salta a realizar alguna
actuación en algún boliche.

Totalmente desconocidos aun en Argentina y, con ese raro nombre en

esa sociedad ultra conservadora de hace más de 30 años, yo sabía que
no sería fácil lograrlo. El grupo no quería cobrar un importante caché.
Querían tan solo el lugar donde tocar y es todo, porque ellos hasta traían
todo su equipo de sonido en un colectivo contratado, si mal no recuerdo.

Yo fui a verlo al periodista Gordo Plaza que ya murió. En aquel entonces

tenía una discoteca en Limache. Se mostró interesado una vez que
escucho los cassetes grabado me dijo, ‘no hay problema que vengan…’
De los numerosos trámites que hice para que tocaran en Salta... la
verdad que no recuerdo mucho, pero fue difícil.

Lo que sí recuerdo bien es que cuando ellos llegaron a esta ciudad, el

Gordo Plaza se borró. Entonces la única alternativa que tuvo, no muy
llamativa, fue en una confitería (de esas que ahora se llaman “Pub”) que
había inaugurado hace poco. Se llamaba "El Polaco", en la calle Deán
Funes entre España y Caseros. El negocio creo que era de un arquitecto
del tipo “Hippie Chic”, rodeado de una izquierda-caviar bastante dudosa,
que buscaba artistas nuevos para su boliche de onda muy selecta donde
asistía sólo la alta sociedad de Salta de ese momento.

Los Redonditos llegaron en un colectivo que había alquilado en la Plata y

eran más de 20 personas entre novias, amigos etc. Teníamos que
alojarlos. Algunos vinieron a mi casa y otros fueron a la casa de un amigo
conocido poeta que quedaba detrás del Hogar Escuela.

Más detalles sobre esto no recuerdo. Solo sé que hablábamos mucho y

tomábamos mate. Finalmente actuaron y la confitería estaba llena y sé
que actuaron con éxito. Y digo esto con mucha pena porque
curiosamente los que organizamos este show no pudimos entrar.

En pleno lanzamiento de la dictadura, era una época de militancia

intensa. Inmersos en estos ideales de lucha, ninguno de nosotros se
vestía de gala, ni para salir. Estábamos correctos pero no lo suficiente
para entrar a ese lugar.

El Polaco nos frenó en la puerta. Solo dejó entrar a los músicos

integrantes del grupo y a nosotros nos dejó afuera, totalmente furiosos.
Esta situación no fue para nada un buen recuerdo, ni para mí, ni para
ellos. Yo los había escuchado y sabía que eran geniales y que su música
era muy avanzada para la Salta en esa época.

Luego anduvieron recorriendo la región. Creo que partieron hacia

Tucumán y sucedió que en la ruta uno de los músicos sufrió un accidente
trágico. Fue su primera visita al Norte. No es raro para mí que el Indio se
acuerde en el escenario de lo que pasó hace 30 años en Salta.

Después por la dura dictadura y las persecuciones yo me fui a vivir a

Francia. En una de mis vueltas por Buenos Aires me encontré
nuevamente con Poli y Skay y supe que el grupo con un inexistente

"Patricio Rey" iba camino a ese éxito. El resultado de lo que dejó el grupo
se vio perfectamente en Salta, ante una masa inmensa de gente. Guardo
ese recuerdo ahora como un tesoro. Su éxito es total. Yo seguí solo cada
tanto su trayectoria desde Paris. Tenía mil ocupaciones y otras
preocupaciones. Estaba lejos de la música”.