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DE LA PSIQUIATRÍA Y DE LA VOCACIÓN

PSIQUIÁTRICA

I.- DATOS GENERALES

1.1 Título de la Obra : Manual de Psiquiatría de


Humberto Rotondo
1.2 Título del Capítulo : De la Psiquiatría y de la Vocación
Psiquiátrica
1.3 Autor : Carlos Alberto Seguín
1.4 Ciudad de Edición : Lima
1.5 Nombre de la Editorial : Perales, Alberto Ed.
1.6 Año de publicación :
1.7 Nº de páginas :3

II.- ESQUEMA DEL CAPÍTULO

2.1 Título: De la Psiquiatría y de la Vocación Psiquiátrica

2.2 Título de los Subcapítulos:


- Introducción
- De la Vocación Psiquiátrica
- El Eros Terapéutico

2.3 Paginación: 7-9

III.- RESUMEN

INTRODUCCIÓN
Partamos de la base de que hoy la Psiquiatría no puede ser
considerada como una especialidad más. Ha ampliado sus
relaciones con todas las ciencias básicas; la bioquímica, la
física biológica, la inmunología, la neuroquímica, la
imagenología y otras; así como con la sociología, la
antropología, la religión, la política y, por supuesto, la
psicología. Puede, pues, ser considerada la ciencia delhombre
en su total ubicación existencial: como un Daseinque va
creando constantemente su mundo y va siendoconstantemente
creado por él, lo que la vinculaestrechamente con la filosofía.
La Psiquiatría es, pues, el puente que une a la Medicina con
el resto del conocimiento humanístico, en todas
susdimensiones.
Acaso pudiera considerarse ésta una apreciaciónexagerada,
pero es fácil convencerse de su realidad, sipensamos en que
no puede comprenderse la normalidad o la patología mental
sin tener en consideración todas las posibilidades que nos
ofrecen las ciencias del hombre.
Si ello es así, la Psiquiatría debe pensar siempre, no en
órganos o sistemas enfermos, sino en la persona total, en su
categoría bio-psico-social. No hacerlo mutilaría su realidad y
nos impediría comprenderla en su verdadero ser.
Se trata, pues, de una tarea ímproba, que debe asentarse en
una verdadera vocación y extenderse, además de ella, a otros
conceptos integradores y fundamentales.

DE LA VOCACIÓN PSIQUIÁTRICA
Mucho se habla de la vocación, pero se conoce muy poco de su
verdadero sentido y alcances. La palabra viene del latín
vocatio, de vocatum, llamar. Se trataría, pues, de un llamado
hacia cierta actividad, en este caso la Psiquiatría.
Es indudable que hay jóvenes que, desde muy temprano,
sienten un verdadero interés por los aspectos psicológicos de
la Medicina y piensan hallar en la Psiquiatría una respuesta a
sus inquietudes. Creemos indispensable aclarar que, detrás de
ese afán intelectual, se hallan, como siempre, una serie de
factores profundos, generalmente de naturaleza afectiva,
episodios importantes ocurridos en la infancia y en la relación
con seres queridos o cercanos que pueden enfocar la inquietud
en ese sentido.
Problemas personales que no hallan solución están también
presentes y todo ello se traduce en una vocación, un llamado
que, el joven estudiante, une a la comprensible necesidad de
hallar respuesta a los misterios de la relación del cuerpo
(principalmente el cerebro) con la conducta y la acción
terapéutica de los psiquiatras.

EL EROS TERAPÉUTICO
La vocación estaría directamente unida a la relación con el
paciente como un semejante. En realidad, no se puede ser
buen médico si no existe ese interés por la persona del
paciente y ese interés es predominante en el psiquiatra, que
debe intervenir en los problemas más importantes de la vida
personal y social de quienes buscan su ayuda. Si el calor
humano es indispensable en todo ejercicio médico, es más
hondamente sentido en la relación psiquiátrica, ya que el
especialista debe entregarse a la labor de comprender y
ayudar a hombres. No se puede, pues, de ninguna manera, ser
psiquiatra si no se posee conocimiento y, paralelo a él, un afán
de comprensión íntima, un especial amor hacia los pacientes
que he llamado, por su parentesco con el "Eros pedagógico"
griego, el "Eros terapéutico".
El Eros terapéutico es un amor desinteresado, no posesivo, no
imperativo, libre de implicaciones sexuales, que une al médico
con el paciente en una cualidad benéfica y floreciente.
La vocación está presente cuando el médico no mira al
enfermo como a un conjunto de órganos o sistemas que
funcionan mejor o peor, sino como a un semejante, un
hermano que sufre y cuyo sufrimiento es causado por motivos
que van más allá de la anatomía y la fisiología y se refieren a
lo verdaderamente humano: la psiquis, que participa en
cualquier acontecimiento.
NEUROCIENCIAS Y PSIQUIATRÍA

I.- DATOS GENERALES

1.1 Título de la Obra : Manual de Psiquiatría de


Humberto Rotondo
1.2 Título del Capítulo : Orientaciones al estudiante para la
Historia Clínica Psiquiátrica
1.3 Autor : Humberto Rotondo
1.4 Ciudad de Edición : Lima
1.5 Nombre de la Editorial : Perales, Alberto Ed.
1.6 Año de publicación :
1.7 Nº de páginas :5

II.- ESQUEMA DEL CAPÍTULO

2.1 Título: Orientaciones al estudiante para la Historia Clínica


Psiquiátrica

2.2 Título de los Subcapítulos:


Anamnesis
- Informantes
- Episodios previos
- Enfermedad actual
- Historia personal
- Situación actual del paciente
- Personalidad
- Historia familiar

2.3 Paginación: 9-14

III.- RESUMEN

La historia clínica psiquiátrica no difiere de la historia clínica en


general, salvo, tal vez, en acentuar determinados aspectos de
la anamnesis, como la enfermedad actual o los antecedentes
personales y familiares, en el sentido de una mayor
comprensión biográfica; la presencia de factores precipitantes
y desencadenantes, la importancia de las etapas evolutivas de
la vida y las relaciones interpersonales, el estilo de vida, los
accidentes patológicos sufridos o la conciencia y actitud ante
las manifestaciones psicopatológicas padecidas.
Con este criterio se exponen al estudiante que se inicia en
estas responsabilidades los puntos más importantes.

ANAMNESIS

1. Inofrmantes
( ) A la capacitación científica y humanista amplias.
Además de anotar los datos de filiación de cada uno de ellos,
consignar la sinceridad aparente, la confianza que merecen,
los posibles prejuicios y aversiones, duración e intimidad en el
trato con el sujeto y actitud del informante acerca de los
acontecimientos que condujeran a la consulta o a la
hospitalización del paciente.

2. Episodios Previos
Breve resumen de los episodios de enfermedad mental o de
fenómenos psicopatológicos, relatados en orden cronológico y
anotando los datos siguientes: edad, síntomas, duración,
internamientos, diagnósticos ¿Cómo fueron tratados? ¿Por
cuánto tiempo? ¿Con qué resultado? ¿La recuperación fue
completa o incompleta? Anotar, asimismo, el estado de salud y
nivel de funcionamiento personal entre episodios.

3. Enfermedad Actual
Transcribir brevemente los problemas o molestias principales
de acuerdo a los informantes y al mismo paciente, subrayando
las diferencias significativas entre unos y otro.
3.1 Describir con lenguaje sencillo, evitando juicios y
calificaciones, cuándo se advirtieron las primeras evidencias de
cambios de carácter. En orden cronológico relatar la evolución
de estos cambios o síntomas, prestando especial atención a los
de su adaptación a las diversas situaciones de la vida (trabajo,
estudio, relaciones con la familia y los demás), hasta el
momento de la consulta.
3.2 Para la descripción de los síntomas responder a las
preguntas siguientes: ¿Cómo son? ¿Cuál ha sido su curso?
¿Cómo se iniciaron? ¿En qué circunstancias? ¿Dónde se
localizan? ¿Cuál es su severidad? ¿Qué los agrava o qué los
mejora? ¿Son continuos o episódicos? ¿Existen variaciones
dentro de las 24 horas? ¿Están mejorando o empeorando?
3.3 Las circunstancias precipitantes fisiológicas, como el
ejercicio, la alimentación, el ciclo menstrual, la gestación y las
relaciones con el crecimiento, el desarrollo o la involución; o
exteriores, como los estresores físicos en relación a los
cambios meteorológicos, condiciones físicas del trabajo y de la
vida, traumatismos, toxinas, venenos, polen,
microorganismos, parásitos, desnutrición o por estresores
interpersonales, como adaptación a nuevas situaciones,
pérdida de relaciones, apoyo, autoestima o interdependencia y
amenazas diversas (salud, integridad física, sobrevivencia,
frustración de necesidades básicas y otras). En general, no
indagar exclusivamente acerca de las grandes calamidades de
la vida sino tener en cuenta que las situaciones de estrés
moderado y prolongado, sin esperanza asociada, pueden
afectar tanto como serias privaciones, amenazas o
frustraciones.
3.4 Siguiendo el relato de los síntomas comunicados y de la
averiguación de estresores precipitantes, se debe continuar
preguntando por otros síntomas que el paciente no ha
mencionado. Uno de los signos más precoces de enfermedad
es la pérdida de los poderes o capacidades ordinariamente
mantenidas en reserva. Tal pérdida se demuestra mejor no
cuando el órgano sospechoso se encuentra en reposo, sino
cuando debe responder a demandas extras para su
funcionamiento. Así, la averiguación debe incluir los cambios
en la tolerancia al ejercicio físico o a la frustración, a una
necesidad aumentada de sueño o a una tolerancia disminuida
al alcohol, por ejemplo. La revisión de funciones y órganos
deberá considerar cualquiera de ellos, pero haciendo hincapié
en el sistema nervioso central (SNC) y en las funciones vitales.
Respecto al primero, indagar sobre cefaleas, síncopes,
vértigos, ataques, dificultad en pensar o hablar, compromisos
de la sensibilidad, insomnio o hipersomnia, pérdida de
conocimiento, automatismos psicomotores, angustia,
depresión, irritabilidad u otros estados emocionales
pronunciados, amnesia o hipomnesia, entorpecimiento o
anublamiento de la conciencia, alteraciones del
comportamiento de la niñez o adolescencia, aspectos
desusados del desarrollo psicosexual. Para las segundas, se
precisará los aspectos en cuanto al apetito, sueño, deseo
sexual, movimientos intestinales, menstruación y fuerza
muscular.

4. Historia Personal
Da cuenta al entrevistador sobre factores tempranos que han
influido en el paciente y que, por eso, suelen ser causas,
también tempranas, de su condición presente. Sin embargo, la
habilidad de la persona para reaccionar frente a estresores
actuales, deriva del moldeamiento de su organismo por la
interacción, a lo largo de muchos años, de su dotación
genética y de sus experiencias previas. La historia personal,
debe recordarse asimismo, no es sólo un registro de causas
exteriores que obran sobre el paciente, sino, también, de sus
respuestas a esos estímulos.

5. Situación Actual del Paciente


El entrevistador posiblemente no puede comprender el estado
psicológico del paciente y, a menudo, su estado físico, sin un
conocimiento de la situación o circunstancias presentes de su
vida. Este conocimiento sirve para la comprensión del origen
de la enfermedad y para tomar medidas con miras a su
rehabilitación y tratamiento. Los tópicos a considerar son:
5.1 Residencia física
5.2 Comunidad donde se halla ubicada la residencia.
5.3 Pertenencia a grupos.
5.4 Miembros del grupo doméstico (personas con las que vive
diariamente).
5.5 Hábitos sociales.
5.6 Ocupación, como posible fuente de tensión, conflicto,
riesgos diversos, satisfacciones.
5.7 Condición económica y seguridad.
5.8 Actitudes hacia la situación actual de la vida.

6. Personalidad
La enfermedad afecta la personalidad, así como ésta afecta la
enfermedad. Cuando la enfermedad afecta ligeramente la
personalidad el mismo paciente puede, generalmente, proveer
información confiable sobre su personalidad, pero cuando
conlleva grandes cambios, el paciente, comúnmente, es un
mal testigo de éstos y el entrevistador ha de recurrir a los
parientes para obtener información al respecto. Se debe
averiguar sobre:
6.1 Inteligencia.
6.2 Satisfacciones.
6.3 Habilidades especiales.
6.4 Hábitos y empleo del tiempo.
6.5 Estado de ánimo habitual.
6.6 Rasgos dominantes.
6.7 Relaciones con otras personas.
6.8 Objetivos y aspiraciones.
6.9 Ideales.
Deben evitarse generalidades sobre la personalidad del
paciente y más bien precisar las características a través de
ejemplos, referencias a un estilo de comportamiento
interpersonal o al modo de responder a las diversas
circunstancias de la vida.

7. Historia Familiar
Debe dar datos sobre los aspectos siguientes:
7.1 La historia pertinente de cada miembro familiar
significativo.
7.2 La situación social, cultural y económica de la familia.
7.3 La estructura familiar, incluyendo las relaciones genéticas.
7.4 Los valores y hábitos sociales del grupo familiar.
7.5 Las relaciones interpersonales de sus miembros y con el
paciente.
De cada miembro anotar los rubros siguientes: nombre y
edad; en caso de muerte, edad en el momento del deceso,
naturaleza y duración de la enfermedad final (edad del
paciente cuando tal miembro falleció); religión; grupo étnico;
ocupación (cambio de ocupación, razones para ello); educación
(razones para no terminarla); estado marital e hijos;
características físicas, incluyendo la constitución, salud y
enfermedades principales. Características psicológicas a través
de una breve descripción de los hábitos más importantes,
valores y actitudes.

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