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TEMA 1.

Identificación de la correcta alineación corporal como un aspecto que favorece el


movimiento y el cuidado de la salud llevándola a la práctica.

El cuerpo es el medio que comunica nuestro interior con nuestro exterior, pues en él se muestran las
huellas de lo que hemos vivido, de lo que somos, por lo que no podemos reducir su conocimiento al
simple funcionamiento anatómico y fisiológico. Sin embargo, es muy importante que tengamos en
cuenta algunos cuidados mínimos para evitar dañarlo, hacer un uso inapropiado o abusivo de él.

Antes de iniciar cualquier movimiento y entrar de lleno al calentamiento, es indispensable dedicar un


tiempo para mejorar la “postura” y aprender la alineación correcta de las partes del cuerpo. Esto
requiere una cuidadosa revisión de los hábitos posturales, como las formas de estar de pie, de
sentarnos y de caminar.

Es frecuente que la postura del cuerpo se altere por circunstancias externas, como: hábitos de trabajo
inadecuados; problemas emocionales que provocan tensión, principalmente en espalda, hombros y
cuello; malos hábitos al sentarse o al caminar; ciertas posiciones al dormir, etcétera. En la postura,
gestos y movimientos corporales se expresan los cambios de humor, el miedo, la introversión o
extroversión, la depresión, la fatiga, etcétera. Y en ocasiones, mejorar nuestra postura corporal ayuda
a modificar algunas de estas actitudes.

Una postura pobre, desgarbada, que cede a la gravedad y parece gastar poca energía, genera una
apariencia poco atractiva y a la larga deteriora la salud. La mala alineación de las partes del cuerpo
causa tensiones y dolores que minan la energía. Una postura que llame la atención, como cuando se
está muy derecho pero tieso, no es un buen signo. Las posturas forzadas rígidas tienen un costo
enorme en energía y salud. Algunos piensan que la posición correcta se limita a “pararse o sentarse
derecho”; sin embargo, esta acción por sí sola no conduce a la postura correcta, porque no logramos
conciencia de la relación que debe existir entre las partes del cuerpo. Necesitamos una guía más
precisa para encontrar la postura correcta.

Una buena postura mejora la apariencia a la vez que genera una sensación de bienestar, pues no
contraviene la ley de la gravedad y deja los músculos y las articulaciones en libertad para moverse.
El esqueleto tiene la función de sostener el cuerpo, y lo hace sin gasto de energía. Cuando los
músculos cumplen la tarea del esqueleto y sostienen el cuerpo en lugar de los huesos, gastan
innecesariamente la energía y están impedidos para realizar su principal función: moverse. De ahí
que nuestra primera tarea sea localizar los músculos que han sustituido a los huesos en el control de
la postura. Lo notaremos fácilmente, pues por lo general en estas áreas sentimos una mayor tensión
muscular, es decir, un incremento de la energía mayor al requerido para vencer la fuerza de
gravedad. Debemos aprender a relajar las diferentes partes del cuerpo y llevarlas a un estado
“natural”, que permite un movimiento sin un gasto innecesario de energía.

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