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Los medios y
recursos didácticos:
herramientas para
tema comunicar

INTRODUCCIÓN
La esencia misma de la formación es la comunicación, entendida ésta como “poner
en común”. Un alumno acude al aula con la intención de adquirir unos aprendizajes que
les sean útiles para su vida personal y/o profesional y es entonces, cuando un formador, un
experto en la materia, comparte, pone en común, comunica lo que él sabe sobre el tema con
lo que el alumno desea aprender. Pero en ese proceso de compartir, el alumnado no debe
adoptar una posición pasiva; todo lo contrario, el alumnado construye su aprendizaje desde
lo que él sabe, y lo que él sabe puede ayudar a construir el conocimiento, un conocimiento
compartido con el formador y con el resto de compañeros de formación.
En este proceso de comunicación, los medios y recursos didácticos van a ser
herramientas fundamentales para la transmisión de información, la construcción del
conocimiento y el desarrollo de habilidades y competencias.

DEFINICIÓN DE COMUNICACIÓN
“Proceso por el cual un emisor codifica (con o sin intención) un mensaje (idea, sentimiento o
actitud) y lo transmite utilizando un canal de comunicación (verbal, gestual, visual o escrito)
para que llegue a un receptor que, a su vez, decodifica el mensaje y ofrece (con o sin intención)
una retroalimentación al emisor acerca de lo que ha entendido. Este proceso queda determi-
nado por las actitudes que emisor y receptor tienen hacia sí mismos, hacia el mensaje y hacia
su interlocutor, por la situación física en la que se produce la transmisión de mensajes y por el
contexto en el que el mensaje queda integrado” (Hueso, J.L. y Calvillo, M., 2005).

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Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
De esta definición podemos extraer los ya clásicos elementos de la comunicación
que podemos reconocer en el siguiente esquema:

Canal

Emisor Mensaje Receptor

Código

Feedback
Situación Contexto

A lo largo de este capítulo vamos a describir algunas cuestiones de gran relevancia


para el diseño y uso de medios y recursos didácticos relacionados con cada uno de los
elementos del proceso comunicativo que nos van a ayudar a crear, diseñar y hacer un buen
uso de los medios y recursos didácticos que se expondrán en los capítulos siguientes.
Antes de continuar, creemos fundamental que no debemos confundir la figura del
emisor con la del formador y por tanto, la figura del receptor con la del alumno, puesto
que siendo coherentes con nuestro planteamiento acerca de la formación como un proceso
comunicativo, ambas figuras, formador y alumno, pueden convertirse indistintamente en
emisores y/o receptores del mensaje.

1. El formador como recurso didáctico


Probablemente, cuando hablamos de medios y recursos didácticos pensemos más
en objetos, instrumentos, herramientas o tecnologías que en personas; y sin embargo,
consideramos que el formador, como persona, es el más potente de los recursos didácticos
que podemos encontrar en el aula, no sólo porque es él quien tiene la responsabilidad
de organizar todo el proceso formativo, sino además, porque su conocimiento experto

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Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
del tema a tratar, su estilo de enseñar y sus habilidades y características personales van
a servir de modelo y ejemplo esencial para un aprendizaje productivo. ¿De qué nos sirve
hacer presentaciones multimedia espectaculares si no somos capaces de explicarlas con
habilidad y eficacia conectando con los intereses y necesidades de nuestro alumnado?
Consideramos que el formador debe presentarse como un experto conocedor del
tema que está tratando y como una persona hábil en la organización y dirección del proceso
de aprendizaje; debe ser, por tanto, un “modelo” para los participantes, un ejemplo a seguir
y un potente motivador del aprendizaje del alumnado. Si cumple con esos requerimientos,
comprenderemos que como recurso didáctico es fundamental puesto que pone a disposición
del alumnado sus conocimientos, su experiencia y su carisma.
Algunas de las características fundamentales relacionadas con el formador como
recurso didáctico pueden ser las siguientes:
a) Las actitudes del formador (hacia sí mismo, hacia el mensaje, hacia el
alumnado).
b) Las competencias de liderazgo.
c) Las habilidades de organización del proceso formativo.
d) Las habilidades de dirección e impartición de una sesión formativa.
e) Las habilidades de comunicación.
A lo largo de este apartado vamos a intentar aclarar mejor cómo potenciar estas
características para que finalmente se conviertan en verdaderos recursos didácticos.

1.1. Las actitudes del formador.


El concepto de actitud se define como la predisposición del individuo a responder a
cierta clase de estímulos con cierta clase de respuestas. En nuestro caso, vamos a considerar
cuál va a ser la predisposición del formador a responder a tres tipos de estímulos concretos:
él mismo, el mensaje que desea transmitir y las personas a las que va dirigido ese mensaje.

DEFINICIÓN DE ACTITUD
“Predisposición del individuo a responder a cierta clase de estímulos con cierta clase de
respuestas, pudiendo tomar la respuesta de una forma afectiva, cognitiva y/o conductual”.

a) Las actitudes del formador hacia sí mismo, lo pueden convertir en un buen


recurso didáctico si sucede lo siguiente:
• Tiene confianza en sí mismo.
• Mantiene ciertos niveles de activación durante el proceso de enseñanza, no
dejando que el miedo escénico lo invada y sabiéndole sacar partido al mismo
en el caso de que aparezca.

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Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
• Está seguro de lo que dice.
• Está dispuesto a compartir todo lo que sabe con los demás.
b) Las actitudes del formador hacia el mensaje, lo pueden convertir en un buen
recurso didáctico si sucede lo siguiente:
• Es conocedor del tema que está impartiendo.
• Es hábil en las destrezas y competencias que quiere transmitir.
• Disfruta transmitiendo el mensaje.
• Reconoce los puntos fuertes y los puntos débiles del mensaje, los pros y los
contras, las ventajas y los inconvenientes.
• Organiza adecuadamente la transmisión del mensaje y lo presenta de forma
asequible a los participantes.
c) Las actitudes del formador hacia el alumnado, lo pueden convertir en un buen
recurso didáctico si sucede lo siguiente:
• Respeta el bagaje cultural de los participantes.
• Valora, utiliza y aclara las aportaciones del alumnado.
• Sabe descubrir y aprovechar las características personales, las experiencias
y los conocimientos de los participantes.
• Anima y motiva a los participantes a contribuir en el proceso de comunicación
compartiendo su conocimiento y haciéndolo responsable de su propio
aprendizaje.

1.2. Las competencias de liderazgo.


El liderazgo lo entendemos como la habilidad de influir en los demás. Parece claro
que el objetivo final de todo proceso formativo es que los participantes sean personas
diferentes una vez concluida la acción formativa, bien porque saben más, bien porque
saben hacer cosas nuevas o las mismas cosas de forma diferente, bien porque se enfrentan
a la vida con una actitud diferente. Pues bien, el formador deberá usar su influencia para
conseguir eso, y esa influencia nuevamente la podemos considerar como un nuevo recurso
didáctico que nos permita la consecución de los objetivos de formación.
Para usar adecuadamente nuestra influencia como recurso didáctico tendríamos
que tener en cuenta lo siguiente:
• No se trata de vencer, sino de convencer.
• No se trata de creencia, sino de ciencia.
• No se trata de imponer, sino de negociar.
• No se trata de votar, sino de consensuar.
• No se trata de informar, sino de comunicar.
Ejerceremos nuestra influencia cuando somos buenos modelos de ejecución,
conocedores del tema y respetuosos con las creencias de los demás, pero seguros de lo

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Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
que hacemos, sin hacer más concesiones de las estrictamente necesarias, y tenemos un
objetivo claro al que no estamos dispuestos a renunciar.
Hay dos aspectos básicos que un buen líder debe manejar y que ayudarán a generar
un clima que potencie el aprendizaje, y en este sentido podemos considerarlos como
recursos didácticos: generar confianza y saber delegar.
• Generar confianza: la confianza tiene que ver con la credibilidad, autenticidad
y el riesgo que se asume. Para generar confianza:
- Asegúrate de que tus compañeros quedan bien.
- El primer paso para construir confianza en un grupo es ofrecer
oportunidades de que se conozcan y empaticen.
- Practica lo que dices. Si tienes suficiente autoridad, la gente te obedecerá,
pero no confiará en tí, por eso, practica lo que dices.
- Reconoce que eres observado. Es muy fácil crearse una reputación,
construye la que quieras tener.
- Deja claras tus expectativas.
- Contextualiza tus intenciones. En ciertas ocasiones, el compartir nuestras
intenciones pueden evitar que se erosione la confianza. Hay estudios que
muestran que la gente olvida las acciones desagradables si creen que la
intención era buena.
- Propón actividades de bajo riesgo. Encuentra pequeños caminos para
que la gente se sienta segura antes de embarcarla en actividades de alto
riesgo.
• Aprender a delegar: querer hacerlo todo y por uno mismo, es una apuesta
que antes o después vamos a perder. Las personas no son buenas ni malas,
simplemente forman una unidad que contiene saber, experiencias, errores
y virtudes. Aprovecharlas en sus partes positivas es el arte de delegar. Para
delegar será necesario lo siguiente:
- Atiende a las expectativas: las expectativas condicionan en gran medida
el éxito o el fracaso de los demás.
- Conoce a tu gente, sus capacidades, inquietudes y experiencias.
- Pruébalos en las buenas y en las malas y con desafíos crecientes.
- Capacítalos y entrénalos.
- Dales tiempo para saber si pueden encarar acciones de más
envergadura.
- Aprueba calurosamente sus aciertos.
- Analiza cuidadosamente sus errores.
- Esfuérzate en que el equipo consiga resultados, no la perfección.

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Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
1.3. Las habilidades de organización del proceso formativo.
Otra de las características fundamentales del formador como recurso didáctico
proviene de su habilidad para la organización del proceso formativo.
El proceso formativo no es un hecho improvisado sino todo lo contrario. Una acción
formativa debe estar planificada, organizada y preparada, eso no quiere decir que no sea
flexible y que durante su desarrollo no haya que hacer modificaciones, adaptaciones o
cambios.
Cuando el formador se dispone a organizar una acción formativa deberá responder
a las siguientes preguntas:
• ¿Qué quiero comunicar?: mensaje.
• ¿De cuánto tiempo dispongo para compartir ese mensaje?:
temporalización.
• ¿Qué estrategia didáctica voy a usar para la transmisión del mensaje?:
metodología.
• ¿Qué necesito para transmitir el mensaje?: recursos didácticos.
La elección de uno u otro recurso didáctico está por tanto asociada a la organización
de la acción formativa. Esto quiere decir que si no hemos pensado, planificado y programado
nuestro trabajo, la elección del recurso didáctico apropiado, el diseño del mismo o la
disposición de los recursos necesarios en el aula en el momento necesario, se convertirán
en un fracaso.

1.4. Las habilidades de dirección e impartición de una sesión


formativa.
En este proceso de comunicación que es la formación, saber dirigir e impartir
de manera adecuada una sesión formativa es fundamental para conseguir los objetivos
perseguidos y, en función de las características de esa sesión formativa, algunos recursos
serán más eficientes que otros. El formador tiene que tener la habilidad de elegir esos
recursos para que el proceso formativo tenga éxito.
Vamos a describir tres tipos de metodologías por las que podemos optar indicando
qué tipo de recursos pueden ser más eficientes para producir aprendizajes:
• Metodologías centradas en la transmisión de información: en este tipo
de metodologías el formador adquiere un papel protagonista en el proceso
formativo. Las intervenciones del formador ocupan la mayor parte del
tiempo de comunicación, siendo los participantes menos activos. Este tipo
de metodologías están indicadas cuando se dispone de poco tiempo para
la transmisión de información, cuando la información es sencilla y fácil
de conceptualizar, cuando los contenidos a transmitir tienen un fuerte
carácter teórico o cuando se trata de introducir un tema o sentar las bases

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Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
para el trabajo posterior. En este tipo de metodologías los principales
recursos didácticos provienen de la figura misma del formador: entusiasmo,
autoridad, credibilidad, liderazgo, habilidades de comunicación, etc.
También pueden ser usados recursos prediseñados por el propio formador o
creados por otros autores para crear una exposición más visual, impactante
y emotiva, como una presentación multimedia o un spot publicitario.
• Metodologías centradas en los procesos de aplicación: en este tipo
de metodologías formador y alumnado comparten el protagonismo en
el proceso formativo. El formador asume el papel de instruir, entrenar,
modelar, moldear, moderar o guiar y el alumnado asume el papel de imitar,
practicar, debatir o construir el aprendizaje. Este tipo de metodologías están
indicadas cuando los contenidos a transmitir tienen un fuerte carácter
práctico o procedimental, cuando se dispone de tiempo suficiente para
practicar, cuando es necesaria, o al menos conveniente, la intervención
de varias personas para producir el aprendizaje o cuando es necesaria la
supervisión directa del formador durante la práctica del alumnado. En
este tipo de metodologías, los principales recursos suelen consistir en las
herramientas, tecnologías o utensilios propios de los contenidos que se
estén impartiendo (mapas o brújulas para contenidos relacionados con la
geografía e historia, compases y reglas para contenidos relacionados con
el dibujo, tubos de ensayo y matraces para contenidos relacionados con la
química, sierras y martillos para contenidos relacionados con la carpintería,
etc.). También pueden ser usados recursos confeccionados por los propios
alumnos, generalmente en grupo, tales como documentos de texto, murales,
presentaciones multimedia, etc.
• Metodologías centradas en la actividad del alumnado: en este tipo de
metodologías quien adquiere un papel protagonista en el proceso formativo
es el alumno, bien individualmente, bien trabajando en grupo. Este tipo de
metodologías están indicadas cuando los contenidos tienen un carácter
principalmente teórico, o cuando tienen un carácter práctico y no necesitan
de la supervisión directa del formador, cuando los contenidos son complejos,
cuando se requieren tareas de análisis profundo de la información y cuando
es importante la investigación, conceptualización y síntesis de la información.
En este tipo de metodologías, los principales recursos a usar son aquellos
que proporcionan información adicional tales como manuales, revistas
especializadas, documentos electrónicos, material multimedia, etc. También
pueden ser usados recursos confeccionados por los propios alumnos, bien
individualmente o en grupo, tales como documentos de texto, presentaciones
multimedia, exposiciones en clase, etc.

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Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
1.5. Las habilidades de comunicación.
Es evidente que cuando hablamos del formador como recurso didáctico
relacionándolo con los elementos de la comunicación, nos detengamos a comentar cuáles
deben ser las principales habilidades de comunicación que pueden convertir al formador
en un excepcional recurso didáctico. Nosotros destacamos fundamentalmente cuatro
habilidades que pasamos a describir:
• Asertividad: ser asertivo significa relacionarnos con los demás en un plano
de igualdad. Somos asertivos cuando hablamos de “nosotros” y nos olvidamos
del “yo” o del “tú”, no porque no nos valoremos a nosotros mismos o a los
demás, sino porque en la palabra “nosotros” quedan incluidos los otros dos
conceptos (tú y yo).

Definición de asertividad
Capacidad para expresar nuestros derechos, opiniones o
sentimientos sin dejarnos manipular y sin manipular a los demás.

Ser asertivos nos permite expresar desagrado, molestia o disgusto, decir


no, hacer peticiones, pedir ayuda, pero también nos ayuda a tolerar y afrontar
la crítica de los demás, a escuchar la palabra no y a decidir qué queremos
hacer con nuestra vida, nuestro tiempo, nuestro cuerpo o nuestras cosas.
• Escucha activa: el trabajo de formador involucra a la comunicación, pero no
empecemos queriendo transmitir lo que sabemos, empecemos por lo que ellos
tratan de decirnos. Escuchar activamente significa interesarnos por lo que la
otra persona está diciendo, intentando extraer el significado verdadero de lo
que nos está expresando y procurando no hacer interpretaciones personales
que distorsionen su mensaje.

Definición de escucha activa


Habilidad para atender y entender lo que nuestro interlocutor
está expresando tanto verbal como gestualmente
haciendo evidente que estamos prestándole toda la atención que
necesita.

Un proceso de comunicación puede no progresar si no hay una verdadera


escucha activa. La escucha activa nos permite considerar las opiniones,
deseos o necesidades de los demás, nos ayuda a confeccionar nuestro propio
discurso y nos permite entender a nuestro interlocutor: lo que dice y porqué
lo dice.
• Feedback: es el componente esencial de la comunicación, sin él no
podríamos hablar estrictamente de proceso de comunicación sino tan sólo

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Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
de información. Dar feedback significa devolver a nuestro interlocutor la
información que hemos entendido de lo que nos acaba de decir, también
significa ofrecer información a nuestro interlocutor de nuestra opinión acerca
de lo que acaba de hacer y de cómo lo ha hecho.

Definición de feedback
Información de vuelta que recibe el emisor de un mensaje sobre
los efectos de ese mensaje en el sujeto que la recibe.

El feedback nos permite verificar si hemos comprendido adecuadamente


lo que nuestro interlocutor nos ha querido transmitir, nos ayuda a rectificar,
aclarar o reforzar las intervenciones de nuestro interlocutor y nos sirve para
dar nuestra opinión acerca de lo que el otro hace o dice con el ánimo de
ayudarlo a progresar.
• Empatía: empatizar significa intentar comprender a nuestro interlocutor más
allá de si estamos o no de acuerdo con él. Se trata, no sólo de comprender
lo que dice, sino de saber porqué ha llegado a pensar, sentir o actuar así y
de esta manera identificar sus necesidades, deseos u opiniones.

Definición de empatía
Capacidad de ponerse plenamente en el lugar de la otra persona y
ser capaz, más allá de lo que la otra persona nos dice
explícitamente, de comprender lo que piensa, siente y hace.

Empatizar nos permite ser respetuoso con los demás, nos facilita el trabajo
de ayudar, asesorar o guiar a nuestro interlocutor y nos ofrece una oportunidad
privilegiada para establecer una relación de colaboración con el otro.
No es objeto de este manual profundizar en estas habilidades de comunicación,
pero sí hemos querido comentarlas brevemente por considerarlas de gran interés para
nuestro trabajo como formadores.

2. El alumnado como recurso didáctico


En el apartado anterior hemos destacado la importancia del formador como recurso
didáctico, hemos analizado cómo sus actitudes, su forma de enseñar, su forma de presentarse
al grupo y de organizar y dirigir el proceso formativo se convierten en un potente recurso
didáctico que puede ayudar al alumnado a conseguir sus objetivos de aprendizaje.
Pero no podemos olvidar que los participantes de un curso son también un
importante recurso para la formación. El alumnado no es un elemento pasivo, neutro o

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Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
vacío en el proceso comunicativo, sino todo lo contrario. Saber descubrir y aprovechar sus
características personales, sus conocimientos y experiencias y, hacer de esto un recurso
que facilite el aprendizaje y la comunicación a lo largo del proceso formativo, es una de
las habilidades fundamentales de todo docente.
¿Por qué un participante de una acción formativa se puede convertir en un
potente recurso didáctico?
• Porque el participante sabe cosas que probablemente los demás no sepan.
• Porque el participante ha tenido experiencias personales que pueden ilustrar
(una acepción de esta palabra según el diccionario de la RAE es “dar luz al
entendimiento”), ejemplificar, apoyar o contradecir el mensaje que se esté
transmitiendo.
• Porque el participante piensa, y en ese acto de pensar puede aportar
opiniones, creencias o ideas.
• Porque el participante es creativo y al interactuar con el mensaje y con el resto
de individuos puede generar nuevas ideas, actitudes o comportamientos.
¿Cómo podemos descubrir y aprovechar aquello que el participante puede aportar
al proceso de formación?
• Facilitando la participación activa del alumnado en el proceso formativo.
• Escuchando y usando las intervenciones, comentarios o preguntas del
alumnado.
• Preguntando y provocando las preguntas.
• Generando curiosidad.
En algunas ocasiones nos podemos encontrar en el aula con alumnos “difíciles”, y
podemos considerar esto como un problema para progresar en el proceso de enseñanza-
aprendizaje pero sin embargo, si sabemos aprovechar esas actitudes del alumnado, podremos
convertirlas en un potente recurso que estimule el debate, la profundización en los temas
o la reflexión sobre lo que está sucediendo. Se trata por tanto de usar la técnica del “judo
psicológico”, es decir, aprovechar la fuerza enemiga del contrario para sacarle el mayor
partido.
Para que el alumnado adquiera el papel de recurso didáctico podremos usar las
siguientes estrategias:
• Usarlo como modelo: los participantes de una acción formativa acuden al
salón de clase con conocimientos, habilidades y actitudes que pueden ser
de mucha ayuda para el proceso formativo. Si un alumno sabe de algo, es el
mejor ejemplo para el resto de sus compañeros, dado que en el proceso de
aprendizaje sabemos que aprendemos mejor de modelos iguales a nosotros
(compañeros) que de modelos que estén a un nivel superior (expertos). En
este caso se trata de potenciar la técnica de aprender de otros.

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Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
• Construir conjuntamente el conocimiento: el proceso de aprendizaje no
es tan sólo un proceso de observación sino que más bien es un proceso de
construcción. Se trata por tanto de crear un ambiente en el aula en el que
los alumnos, interaccionando conjuntamente entre ellos, con el formador y
con los materiales facilitados, creen su propio conocimiento. En este caso,
se trata de potenciar la técnica de aprender con otros.

3. El mensaje y los recursos didácticos


El mensaje es otro de los elementos de la comunicación y como tal también puede
afectar al tipo de medio o recurso didáctico que podemos usar para transmitirlo.
El mensaje puede adoptar diferentes formas: podemos querer transmitir ideas o
conceptos; emociones y/o actitudes; habilidades o destrezas. Para cada tipo de forma del
mensaje estarán indicados unos u otros recursos.

a) Ideas o conceptos.
Una idea, según la RAE, es el primero y más obvio de los actos de entendimiento que
se limita al simple conocimiento de algo; también se define como la imagen o representación
que del objeto percibido queda en la mente; o como el conocimiento puro, racional, debido
a las naturales condiciones de nuestro entendimiento. El concepto es definido también
por la RAE como pensamiento expresado con palabras. Es por ello, que cuando el mensaje
que queremos transmitir toma la forma de idea o concepto, los recursos más potentes para
su transmisión son aquellos que tienen un formato simbólico, normalmente en forma de
palabra (bien oral o escrita), pero también en forma de esquema, imagen o gráfico. Las
ideas y conceptos se fijan mejor en la memoria cuando se profundiza en su significado,
cuando se analizan sus implicaciones, cuando se relacionan con otras ideas o conceptos,
por ello, no basta con usar recursos unidireccionales (una presentación multimedia o una
disertación sobre el tema), sino más bien una interacción del participante con esos recursos:
documentación sobre el tema, revistas especializadas, búsquedas en Internet, etc.

b) Emociones y actitudes.
Una emoción, según la RAE, es una alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable
o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática; también se define como
el interés, generalmente expectante, con que se participa en algo que está ocurriendo.
Por su parte, la actitud la define como la disposición de ánimo manifestada de algún
modo. En formación, las emociones y actitudes se pueden trabajar de dos maneras; en
primer lugar, dentro de los objetivos de aprendizaje, pueden encontrarse objetivos de
tipo actitudinal, por lo que será necesario trabajar esos objetivos directamente. Cuando

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Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
el mensaje que queremos transmitir toma la forma de actitud, los recursos más potentes
para su transmisión son aquellos que dependen directamente de las propias conductas
y actitudes del formador, otros recursos como el estudio de casos, los rol-playing, las
prácticas guiadas, etc., también nos van a ayudar a aprender actitudes relacionadas con
los objetivos planteados. En segundo lugar, sabemos que los mensajes con un impacto
emocional mantienen mejor la atención del oyente, son más fáciles de memorizar y por lo
tanto también de recordar. El clima emocional del aula va a facilitar (o perjudicar, si no se
hace bien) el aprendizaje y por tanto es un potente recurso didáctico. Para ello, nuestros
mensajes deberán tener un tono emocional que puede pasar desde el sentido del humor
a la tristeza, pasando por todo el abanico de posibilidades emocionales que nos puedan
ser de ayuda para fijar la información (la risa, ciertos niveles de activación, la curiosidad,
el suspense, etc.). Por supuesto, emociones como el aburrimiento, el miedo intenso y
otras por estilo, lo que harán será bloquear el aprendizaje. Los recursos que podemos usar
para generar ese clima emocional pueden ser las bromas, los cuentos y las metáforas, las
anécdotas, el cine, la literatura, etc.

c) Habilidades o destrezas.
La RAE define la habilidad como la capacidad y disposición para algo, mientras que
la destreza la define como la habilidad, arte, primor o propiedad con que se hace algo. En
formación, no sólo pretendemos que los participantes aprendan ideas y conceptos sino
que deseamos que sean capaces de hacer algo con ellos, mostrando a cada participante
las posibilidades para desempeñar o ejecutar una acción a partir de su aprendizaje. Es
por ello, que cuando el mensaje que queremos transmitir toma la forma de habilidad o
destreza, los recursos más potentes para su transmisión son todos aquellos que tengan
que ver con la disciplina que estemos enseñando, recursos que propicien el entrenamiento
de habilidades, o recursos que permitan al alumnado practicar, practicar y practicar,
ensayando respuestas y cometiendo errores, eso sí, en un entorno controlado como es
el aula donde las consecuencias del error no son importantes y sirven para mejorar el
aprendizaje.

4. El canal de comunicación y los recursos didácticos


Cuando hablamos de canal de comunicación nos estamos refiriendo al conducto
físico por el que circula el mensaje. En formación, la mayor parte de los mensajes se
transmiten a través de sonidos, es decir, usan el canal auditivo para transmitir el mensaje,
aunque tampoco nos podemos olvidar del texto como otro canal principal, en este caso
visual, en la transmisión de mensajes. Además, con los nuevos avances tecnológicos, la
multimedia (varios medios, es decir, varios canales), está asumiendo un papel protagonista en
la transmisión de mensajes que no queremos dejar pasar de comentar en este apartado.

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Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
4.1. La transmisión de mensajes a través del canal auditivo.
La transmisión de mensajes a través del canal auditivo, generalmente va a tener
la forma de la palabra hablada, lo que convierte a la voz del docente en el principal
instrumento en la comunicación didáctica. Tan importante como lo que se dice es el cómo
se dice, y todas las características del habla van a incidir de manera decisiva en la claridad
del mensaje, en la credibilidad del mismo y en su comprensión.
Las principales características del habla son las siguientes:
• El volumen o intensidad de la voz: la función más básica del volumen
consiste en hacer que un mensaje llegue hasta el potencial oyente. Un nivel
de volumen demasiado bajo no cumple esa función por lo que la consecuencia
es que el que habla no sea escuchado y el oyente se irrite o simplemente
desconecte. El hablar demasiado alto sugiere agresividad, ira o tosquedad.
Un volumen moderado puede indicar agrado, actividad y alegría. En ciertos
momentos del discurso, modificar la intensidad de la voz puede servirnos
para crear ambientes emocionales determinados: bajamos la voz para captar
la atención, crear suspense, generar curiosidad o la elevamos para imprimir
actividad, destacar ideas principales o desconcertar al auditorio.
• La entonación del habla: la entonación junto a la expresión facial y la mirada
contribuye más a la impresión que otras personas se llevan de nosotros mismos
y a la credibilidad del mensaje que el propio contenido del mensaje. Una
misma frase puede comunicar cosas diferentes en función de la entonación
que le demos. La entonación bien administrada es la principal herramienta
para generar emociones en nuestro interlocutor: dulzura, suspense, ira,
tristeza, alegría, etc. Un habla monótona genera aburrimiento, falta de interés
y ninguna pasión en lo que se está diciendo. Variaciones en la entonación
generan entusiasmo, atención y complicidad con el auditorio.
• La fluidez verbal: las vacilaciones, falsos comienzos y repeticiones son bastante
normales en la conducta de hablar. Sin embargo, las perturbaciones excesivas
del habla pueden causar una impresión de inseguridad, incompetencia, poco
interés o ansiedad. Para facilitar la fluidez verbal debemos tener claro qué
vamos a decir, organizarlo de forma lógica y expresarlo con frases sencillas
y no demasiado largas, emitiendo una idea de forma continua y haciendo
pausas pequeñas entre idea e idea. Cuando se hacen en momentos oportunos,
las pausas juegan un papel importante en toda charla. Se pueden utilizar las
pausas para señalar el final de una unidad de pensamiento, enfatizar una
idea, conseguir un efecto dramático y/o dejar tiempo suficiente con el fin
de que una idea pueda ser interiorizada por el auditorio.
• La velocidad del habla: la velocidad normal del habla es de 125 a 190
palabras por minuto. Si se habla muy lentamente, los que escuchan podrían

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Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
impacientarse y aburrirse; por otra parte, si se habla muy rápido, la gente
podría tener dificultades para entender. Es importante modular la velocidad,
enlenteciéndola en aquellas ideas que se quiere recalcar y aumentándola
cuando las ideas sean secundarias.
Como vemos, usar adecuadamente la voz es crucial para la transmisión del
lenguaje, jugando ésta un papel crucial como instrumento, y por tanto como recurso, en
la comunicación. Por ello, el formador debe cuidar especialmente este instrumento, su
voz. A continuación proponemos algunas recomendaciones para cuidar la voz y producir
un habla eficiente:

Cuidados de la voz

• Bebe mucha agua para mantener bien lubricados los pliegues vocales.
• Cuidado con el café, el té, las bebidas alcohólicas o los refrescos que pueden resecar
las cuerdas vocales.
• Evita las bebidas muy frías.
• En la medida de lo posible, consigue que el salón de clase esté bien ventilado y humi-
dificado. Los aires acondicionados y las calefacciones resecan el ambiente y por tanto
pueden afectar a la lubricación vocal.
• Evita cambios de temperatura bruscos.
• Evita aclarar la garganta o toser fuertemente ya que es traumático para los pliegues
vocales.
• Respira abdominalmente para aprovechar la mayor cantidad de aire en tus pulmones.
• Habla con frases no demasiado largas evitando quedarte sin aire mientras lo haces.
• Evita hablar en lugares ruidosos.
• Evita la tiza en la medida de lo posible dado que genera mucho polvo que puede irritar
la mucosidad vocal. Sustituir la tiza cuadrada por la redonda.
• Evita fumar.

Hasta aquí nos hemos centrado en la voz como el principal instrumento que usamos
para transmitir mensajes a través del canal auditivo, aunque no podemos olvidarnos de otros
recursos auditivos que en ciertos momentos pueden tener un fuerte impacto didáctico: la
música, los sonidos o las onomatopeyas también tienen el poder de convertirse en eficaces
recursos didácticos.

4.2. La transmisión de mensajes a través del canal visual.


Otro de los canales fundamentales en la transmisión de mensajes es el canal visual:
lo que vemos tiene mayor impacto que lo que oímos y esa evidencia queda bien plasmada
en la tan famosa frase de “una imagen vale más que mil palabras”.

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Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
Acostumbramos a codificar la mayor parte de nuestros mensajes a través de las
palabras, y cuando éstas dejan de decirse, comenzamos a escribirlas, de tal manera, que
todo lo que decimos, finalmente también lo escribimos. Pero considerar que un mensaje
escrito va a tener un efecto didáctico inminente es mucho considerar.
Para que la palabra escrita cobre el papel de recurso didáctico, tendremos que jugar
con ella, para ello podremos usar juegos de palabras, acrónimos, palabras o frases clave,
convertir las palabras en imágenes o sugerir imágenes con las palabras.
Cuando transmitimos un mensaje a través del canal visual, podemos usar diferentes
soportes: un libro o manual, un dibujo hecho en la pizarra o el papelógrafo, una fotografía
acompañada de texto proyectada en una transparencia o diapositiva, una presentación
multimedia o un vídeo. Sea como fuere el soporte que usemos, hemos de tener en cuenta
varios aspectos para conseguir el impacto visual que pretendemos:
• Que la representación visual atraiga a la vista: por su color, por su
movimiento, por su equilibrio o por su estética.
• Que la representación visual facilite la comprensión del mensaje y su
memorización: por su simplicidad, por ofrecer información restringida, por
su relación con el texto que la acompaña, por su capacidad para suscitar
emociones.
• Que sea legible: por su visibilidad, por su tamaño, por la facilidad de
interpretación, por la combinación adecuada de fondo y forma.

4.3. La transmisión de mensajes a través de los canales


multimedia.
Para concluir este apartado, queremos hacer una mención especial a un canal de
comunicación que, dada la revolución tecnológica en la que nos encontramos, con la aparición
del ordenador multimedia e Internet y todo el software y hardware asociados, está cobrando
cada vez un mayor protagonismo en nuestras aulas, hablaremos de la multimedia.
Multimedia es cualquier dispositivo que utiliza conjunta y simultáneamente
diversos medios, como imágenes, sonidos y texto, en la transmisión de una información. Las
posibilidades que nos ofrece la informática a la hora de elaborar y transmitir los mensajes
hace que ya no tengamos que elegir un único canal de comunicación, sino que podamos
diseñar recursos didácticos que estén compuestos por diferentes canales. Esto facilita por
un lado la transmisión del mensaje incrementando la comprensión, la memorización y el
recuerdo, aunque por otro lado, hace algo más complejo el diseño de los medios y recursos
didácticos porque exige del formador el manejo de una serie de herramientas informáticas
a la vez que de nociones básicas sobre diseño.
El diseño de medios didácticos multimedia puede requerir del formador la
colaboración con otros profesionales de otras disciplinas tales como la informática, el

diseño de medios y recursos didácticos 43


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
diseño de páginas web, imagen y sonido, etc. Aunque también es cierto que con las
potentes aplicaciones informáticas que existen en el mercado, con un poco de interés,
voluntad y trabajo, podremos aprender a diseñar materiales didácticos de gran calidad
sin demasiado esfuerzo.
En los siguientes temas, cuando hablemos de los diferentes recursos didácticos,
profundizaremos más en la forma en que podremos usar los diferentes canales de
comunicación (auditivo, visual y multimedia) para producir presentaciones de gran
impacto.

5. El código de comunicación y los recursos


didácticos
Entendemos por código el sistema de signos y reglas que permite formular y
comprender un mensaje. Todo proceso comunicativo está soportado en un código que para
ser comprendido debe ser común tanto para el emisor como para el receptor.
El ser humano se comunica fundamentalmente a través de la palabra, bien hablada,
bien escrita; aunque el lenguaje corporal (la mirada, los gestos, el movimiento), cobra
también una especial importancia en los procesos comunicativos. Además, la capacidad
de abstracción del ser humano hace que diferentes signos, imágenes, gráficos o esquemas
tengan también un potente poder comunicativo.
Cualquier recurso didáctico, como herramienta para la transmisión de la información,
requerirá estar adecuadamente codificado y la forma de codificación influirá en la
comprensión del mensaje por parte del oyente, por tanto, es fundamental que el formador
conozca los signos del código que va a utilizar para codificar el mensaje y las reglas para
hacerlo de la manera más apropiada.
A continuación pasaremos a comentar algunas cuestiones relacionadas con el código
de comunicación usado en los recursos didácticos.

5.1. El poder de la palabra.


Como hemos dicho, el ser humano se comunica fundamentalmente a través de la
palabra. De hecho, la evolución de la especie humana adquiere su supremacía sobre el resto
de animales precisamente por ese hecho, la capacidad de pensar y de hablar.
La palabra constituye uno de los principales recursos didácticos en formación pero
el hecho mismo de pronunciarla no la convierte automáticamente en didáctica. Para que
la palabra tenga el poder de enseñar, deberá de estar configurada de cierta forma para
que produzca un verdadero impacto en las mentes de quienes nos escuchan.
A lo largo de los siglos, la palabra se ha constituido en objeto de estudio para un
gran número de disciplinas, cada una analizándola desde de su particular ámbito de trabajo:

44 diseño de medios y recursos didácticos


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
la retórica, la oratoria, la lingüística, la gramática, la poética, la filosofía, la psicología, la
ética, la lógica, la antropología, la sociología, la pedagogía o el derecho se han preocupado
de analizar el poder y el impacto que la palabra tiene para el ser humano desde diferentes
perspectivas.
Usamos la palabra para charlar, expresar, comunicar, convencer, persuadir, disuadir,
rebatir, argumentar, conmover; y cada una de estas funciones requiere de una forma propia
de elaboración del discurso, de unas estrategias y de unos métodos en la transmisión del
mensaje.
No es objeto de este manual hacer un análisis en profundidad del uso de la palabra
en formación, pero no queremos dejar pasar la oportunidad de comentar cómo algunas
formas de uso de la misma pueden convertirse en recursos didácticos de gran impacto en
el proceso didáctico.
Antes de continuar con esos recursos provenientes de la forma de codificar el
mensaje, tendríamos que tener en cuenta cuatro características que todo uso de la palabra
debería contener, tanto si es hablada como si es escrita. Esas características son:
• Claridad: hay que saber qué se va a decir/escribir exactamente y decirlo/
escribirlo de modo que nuestro interlocutor pueda entenderlo.
• Concreción: hay que ir al grano, procurar no dar demasiadas vueltas para
transmitir aquel mensaje que deseamos compartir.
• Corrección: tenemos que utilizar unos contenidos que no sean insultantes o
molestos para quien nos escucha. Hemos de cuidar lo que decimos y cómo
lo decimos de manera que nadie se sienta insultado. Además hemos de usar
adecuadamente el lenguaje, la construcción de oraciones y un vocabulario
adecuado.
• Coherencia: nuestras comunicaciones deben seguir un orden lógico y deben
tener un objetivo claro a la hora de transmitir el mensaje que hemos decidido
comunicar.
Cumpliendo esas características, cualquier discurso deberá por tanto elaborarse
según nos interese. Entre esas formas de elaboración, describiremos a continuación algunos
recursos usados frecuentemente en el lenguaje hablado, aunque evidentemente, también
se podrían usar en la comunicación escrita.

a) Cuentos e historias.
Un cuento o una historia es un relato, real o imaginario, que en cualquier caso
describe una serie de acontecimientos más o menos ficticios con un fin moralizador, es
decir, con una moraleja. Algunos de ellos pueden tener el único fin de entretener aunque
para convertirse en recursos didácticos siempre es interesante que cumplan esa premisa de
extraer una serie de conclusiones para nuestras vidas tanto personales como profesionales.

diseño de medios y recursos didácticos 45


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
Los cuentos e historias didácticas son altamente eficaces para estimular el aprendizaje;
no en vano, todas las culturas los han utilizado para transmitir sus valores, creencias e
ideologías a las generaciones venideras; también los grandes líderes religiosos, los filósofos
o importantes ideólogos políticos han usado las parábolas para facilitar la comprensión
de sus mensajes.
Los cuentos e historias didácticas funcionan también por muchos motivos:
• Son un recurso sencillo y atractivo que capta fácilmente el interés y la
motivación estimulando la creatividad.
• Facilitan la transmisión de la información no estructurada y el conocimiento
tácito.
• Facilitan la memorización y el recuerdo tanto de la historia en sí como de
las conclusiones que se pueden extraer de ella siendo un recurso genial para
la transferencia del aprendizaje.
• Ayudan a sensibilizar y trabajar valores y actitudes en los oyentes estimulando
la participación y la acción.
En formación hay muchas maneras diferentes de utilizar las historias, aquí van
algunas sugerencias:
• Para introducir o concluir un tema.
• Para comenzar una actividad grupal.
• Para hacer transiciones entre temas o puntos clave del discurso.
• Para profundizar en la elaboración de los contenidos.
• Como componentes de actividades de resolución de problemas.
• Para estimular la creatividad.
Cuando se cuenta un cuento o historia didáctica, no nos debemos limitar a contar
la historia y sacar nosotros la conclusión, precisamente el valor de las historias reside
en su capacidad de sugerir un debate, controversia, opiniones diferentes y conclusiones
distintas, para ello puede ser de gran utilidad usar preguntas impulsoras del diálogo, la
reflexión y la crítica.

b) Anécdotas y experiencias.
Las anécdotas y experiencias, al igual que los cuentos y las historias, tienen un gran
poder didáctico, en este caso, porque traen al aula la realidad, los aciertos y fracasos, o las
posibilidades o amenazas de las ideas, actos o actitudes que el formador pretende transmitir.
Suelen tener un gran impacto en los oyentes porque proporcionan autoridad y credibilidad
al orador. El orador que comenta su propia experiencia en al aula, que presenta en público
sus equivocaciones o sus formas de afrontar los problemas, sugiere en el espectador formas
de actuar y pensar que tan sólo un experto le puede ofrecer.

46 diseño de medios y recursos didácticos


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
El alumnado prefiere la práctica a la teoría. El uso de anécdotas y experiencias en
el aula confiere un carácter aplicado y real a aquello de lo que se está hablando.
Intercalar en nuestro discurso este tipo de recursos didácticos puede tener un
alto valor didáctico si no se abusa de ellas, si no nos excedemos en ofrecer demasiados
detalles sin importancia, si están claramente relacionadas con el tema que se está tratando,
si ofrecen una respuesta alternativa y sobre todo eficaz al alumnado o si muestran las
consecuencias de los errores y equivocaciones para evitarlos en el futuro.

c) Analogías y metáforas.
Mientras que una analogía establece una relación de semejanza entre cosas distintas
de manera explícita, una metáfora lo hace de manera implícita. Las analogías y metáforas
son recursos didácticos que permiten ilustrar una idea, concepto o procedimiento con
relativa dificultad de manera más asequible para el alumnado partiendo del conocimiento
previo de éste y de sus propias experiencias.
El poder de las analogías y de las metáforas está precisamente en la capacidad
de comparar lo que el alumno sabe en otras materias o experiencias personales con los
nuevos contenidos que se le pretende transmitir, haciendo de esta forma más asequible
el aprendizaje y facilitando su propia construcción del conocimiento.

d) El arte de preguntar.
Codificar un mensaje en forma de pregunta es un recurso fundamental para estimular
la curiosidad, suscitar el debate y la reflexión, y provocar la participación del alumnado. La
pregunta tiene la fuerza de incitar, inducir o estimular a quien es preguntado y en formación,
esto nos permite poner al alumnado en situación de alerta. Esta situación de alerta obliga
al participante a elaborar una respuesta y para ello tiene que poner a trabajar su mente, su
atención, su memoria; actividad que va a ayudarle a construir su propio aprendizaje.
La pregunta puede adoptar diversas formas y la función de cada una de estas formas
puede ser diversa:
• La pregunta retórica: es una pregunta que se hace sin la intención de que
sea respondida explícitamente. Trata de cuestionar sobre un asunto del que
se espera que el auditorio reflexione para sí mismo y su función es generar
curiosidad, interés y atención en el auditorio.
• La pregunta directa: es una pregunta que, al contrario que la pregunta
retórica, sí espera ser respondida explícitamente. Se formula con la intención
de que alguien del auditorio responda verbalmente a la cuestión y puede
dirigirse a una persona en concreto o al grupo en general. La pregunta directa
debe ser clara en su contenido, simple en su estructura y contestable desde
el punto de vista del auditorio. Una pregunta directa no pretende poner en

diseño de medios y recursos didácticos 47


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
evidencia la ignorancia de la persona, sino todo lo contrario, se formula con
la intención de captar la atención y despertar el interés, hacer reflexionar
sobre la cuestión y fomentar la participación del auditorio.
Cuando se hace una pregunta, el oyente entra en un estado de alerta en el que
mentalmente tiene que elaborar la respuesta, bien porque ha sido preguntado directamente,
bien porque cabe la posibilidad de que lo sea. En ese instante, tiene que movilizar todos
sus recursos atencionales, recabar información de su memoria, estructurar la respuesta, y
si fuera el caso, emitir la contestación. En todo ese proceso complejo, la actividad mental
da lugar a la construcción del conocimiento que al fin y al cabo es de lo que se trata
conseguir en formación.
Cuando se formula una pregunta, hay que dejar el tiempo suficiente para que sea
contestada, el miedo escénico que la mayoría de las personas tiene no va a ayudar a que
la respuesta sea inmediata, por eso, tendremos que guardar el oportuno silencio hasta que
alguien dé la respuesta. Si pasara un tiempo sin que ésta se produjera, entonces tendremos
que animar a responder, bien mirando fijamente a alguien, bien usando algunas palabras
motivadoras. Si aún así no se produce respuesta alguna, tendremos que plantearnos la
reformulación de la pregunta puesto que es posible que ésta no haya sido comprendida
correctamente.
Cuando se recibe una respuesta, ésta debe ser valorada en sí misma, por el hecho
mismo de haberse producido. Se trata de reforzar la conducta participativa en el aula,
aunque si la respuesta no fuera correcta o parcialmente correcta, necesitaremos hacer
las aclaraciones pertinentes, animar a alguien más a que amplíe o corrija la respuesta
o devolver otra pregunta que ayude al diálogo y a la aclaración. De cualquier forma,
siempre lo haremos valorando a la persona por el hecho de haber participado y dado esa
contestación.

e) El arte de responder.
De igual forma que hemos de ser habilidosos en el arte de preguntar, también
deberemos ser elegantes en la forma de responder. La pregunta de un participante es uno
de los mejores indicadores que muestran que la persona está motivada e interesada en el
tema que estamos tratando, por tanto, hemos de premiar, valorar, reforzar la conducta
de preguntar ofreciendo la respuesta correcta o ayudando a que el participante consiga
resolver su duda, aclarar su confusión o reafirmar sus ideas.
Para responder adecuadamente es necesario comprender exactamente qué es lo
que se nos está preguntando y para ello es necesaria la escucha activa e inteligente de
nuestro interlocutor. El procedimiento que podríamos usar para responder adecuadamente
sería el siguiente:
• Escuchar atentamente la pregunta sin interrumpir a nuestro interlocutor.

48 diseño de medios y recursos didácticos


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
• Ofrecer feedback acerca de lo que hemos entendido para asegurarnos de
que es eso lo que la otra persona nos está preguntando. (¿lo que tú me estás
preguntando es …?).
• Si necesitamos tiempo para pensar en la respuesta o simplemente creemos
que puede ser interesante aprovechar esta pregunta para propiciar la
participación del auditorio podemos devolver la pregunta, bien a quien nos
la ha hecho (¿tú que piensas acerca de lo que me estás preguntando…?),
bien a otra persona (¿quién podría responder al compañero…?).
• Si la pregunta es larga o tiene varias ramificaciones, puede ser interesante
tomar alguna nota para procurar responder completamente a las expectativas
del participante.
• Una vez que decidamos qué vamos a responder, nos tomamos un brevísimo
tiempo para elaborar mentalmente el guión de la respuesta, sin miedo a ese
breve silencio que se va a producir.
• Respondemos a la pregunta, argumentando nuestra respuesta, con decisión
y claridad.
• Nos aseguramos que quien nos preguntó ha quedado satisfecho con
la respuesta, para ello le solicitaremos feedback (¿has comprendido mi
respuesta?, ¿era eso lo que querías saber?, ¿necesitas saber algo más?...).

5.2. El poder de la mirada y los gestos.


La mirada y los gestos son los auténticos protagonistas de la comunicación no
verbal. La comunicación no verbal hace referencia a cómo acompañamos lo que decimos
con nuestro cuerpo, fundamentalmente con nuestros ojos y con nuestra cara.
A la hora de codificar un mensaje, hemos de hacer un esfuerzo por “controlar”
nuestro cuerpo, dado que gran parte de la comunicación no verbal es inconsciente y
puede pasar desapercibida para nosotros la transmisión de actitudes o emociones que
hubiéramos preferido ocultar.
Casi todas las interacciones humanas dependen de miradas recíprocas. Para que esa
mirada sea efectiva se recomienda mirar a la otra persona a los ojos, o más generalmente,
a la mitad superior de la cara.
La mirada cumple la función de sincronizar, acompañar o comentar la
palabra hablada, además de concedernos una gran información acerca de nuestro
interlocutor.
La cantidad y tipo de mirada comunican actitudes interpersonales: una mirada
intensa y fija indica sentimientos activos de una manera amistosa, hostil o temerosa,
mientras que el desviar la mirada va unido a timidez, superioridad ocasional o sumisión

diseño de medios y recursos didácticos 49


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
cabizbaja. La gente que mira más es vista como más agradable, pero la forma extrema de
mirada fija es vista como hostil y/o dominante.
Miraremos a cada uno de los interlocutores mientras explicamos o hablamos. De
esa manera podremos observar el impacto que están teniendo nuestras palabras sobre
los demás, además, eso hará sentir a nuestros interlocutores importantes, les facilitará
mantener la atención en lo que decimos, evitará las distracciones y nos permitirá captar la
atención de quien esté hablando con el compañero o realizando conductas que pudieran
molestar en el aula.
Los gestos son cualquier acción del emisor que envía un estímulo visual al
observador. La cara y las manos son los principales configuradores de los gestos y, tanto
la cara como las manos, pueden producir una amplia variedad de gestos que se pueden
usar para una serie de propósitos diferentes. Entre estos propósitos podremos enumerar los
siguientes: acentuar un mensaje, esquematizar la dirección del pensamiento, apuntar a un
objeto, dibujar una relación espacial, adaptar el ambiente, afirmar o negar una idea, etc.
Los gestos tienen un componente cultural y muchas veces nos sirven para sustituir
las palabras: dar la mano para saludar, aplaudir, frotarse las manos, asentir o negar con
la cabeza, etc.
Otros gestos son movimientos dirigidos a satisfacer necesidades corporales tales
como rascarse, sacudirse, ponerse bien la ropa o el pelo, etc. Estos gestos, si se abusa
de ellos, pueden convertirse en distractores de la comunicación o pueden transmitir al
auditorio inseguridad o nerviosismo.
La expresión de la cara, la podríamos destacar como el gesto predominante en la
comunicación no verbal. La expresión facial juega varios papeles en la interacción social
humana, no en vano, todos conocemos ese dicho de que “la cara es el espejo del alma”. La
cara muestra el estado emocional de las personas, proporciona retroalimentación continua
acerca de si se comprende o no el mensaje, transmite mensajes no verbales de sorpresa,
acuerdo, falta de entendimiento, extrañeza, etc. y, fundamentalmente puede, en el mejor
de los casos, acompañar al lenguaje verbal dándole coherencia; aunque en el peor, puede
modificar e incluso negar la esencia misma del lenguaje verbal.
De entre las expresiones de la cara más influyentes en las relaciones interpersonales
destacamos la sonrisa. No todas las situaciones sociales son para sonreír, pero se ha
comprobado que una sonrisa abre las puertas de la relación. La sonrisa implica agrado,
bienestar, distensión, aceptación, serenidad. Mostrar un semblante amable y sonriente
facilitará la cercanía con el auditorio y nos permitirá establecer una buena comunicación
con él. Usemos nuestra cara para expresar lo que sentimos, para reforzar las buenas
intervenciones de los demás o para reafirmar las ideas.

6. La situación y los recursos didácticos

50 diseño de medios y recursos didácticos


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
La situación hace referencia al entorno ambiental y al marco espacio-temporal y
psicosociológico en el que se realizan las comunicaciones. Un ambiente sin ruidos, una
luz y temperaturas adecuadas, unos asientos cómodos, un aula limpia y bien ventilada,
una disposición indicada del aula, una idónea distribución de los recursos didácticos son,
entre otros, factores que van a facilitar el proceso de comunicación.
Aunque tal vez no podamos considerar el aula como un recurso didáctico
propiamente dicho, sí es cierto que toda la acción formativa, los medios que se utilicen,
las interacciones que se propicien en el curso, ocurren en dicho espacio físico. Tener un
contexto físico adecuado puede potenciar y facilitar el aprendizaje y hacer que los recursos
y métodos didácticos que utilicemos tengan un mayor impacto. Por este motivo resaltamos
aquí algunas consideraciones generales sobre este asunto.
Tener un espacio adecuado puede ayudar al desarrollo de nuestras clases y
a conseguir una mayor atención y participación de los asistentes. Normalmente los
formadores no tenemos la posibilidad de seleccionar el salón de clase en el que vamos a
desarrollar nuestro trabajo, de cualquier forma, siempre podemos tener en cuenta algunas
variables que ayudan a crear el mejor ambiente de aprendizaje:
• Tamaño: este debe ser adecuado para el número de participantes que
tengamos. Tener un espacio demasiado grande puede ser tan contraproducente
como que éste sea demasiado pequeño.
• Espacio: en ocasiones la estructura del aula presenta algún pilar o ángulos
muertos que dificulten la visión de las presentaciones y el contacto visual
entre todos los asistentes. Es importante administrar adecuadamente el
espacio para que éste no se convierta en una barrera de la comunicación.
• Accesibilidad: es importante que el acceso y la movilidad en el aula sea
adecuada para todos, incluidas las personas con discapacidades físicas.
• Iluminación: la iluminación puede ser natural o artificial. Esta luz puede ser
demasiado fuerte o por el contrario muy tenue. En ocasiones la proyección de
la luz puede reflejar la pizarra, la presentación multimedia o la pantalla de los
ordenadores, dificultando así la atención y el trabajo de los participantes.
• Distractores: es importante cuidar que dentro del salón de clase existan los
mínimos distractores posibles, demasiados adornos en las paredes, ruido de
otras clases, del tráfico exterior, sonidos de teléfono, etc.
• Temperatura: estar en clase en una situación de demasiado calor o
demasiado frío puede afectar a la concentración, trabajo y rendimiento del
alumnado.
• Organización de las actividades: si la sesión formativa va a implicar
actividades en grupos pequeños tendremos que asegurarnos de que existe

diseño de medios y recursos didácticos 51


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
suficiente espacio y posibilidad de cambio del mobiliario para realizar estas
diferentes acciones.
• Disposición del mobiliario: en general no se aconseja dejar demasiado espacio
entre la mesa desde donde trabaja el formador y el lugar donde se sitúan los
alumnos. Si este espacio es demasiado amplio se puede reducir el nivel de
vinculación entre el formador y el alumnado. Por otro lado, las sillas deben
ser cómodas y móviles. La distribución de sillas y mesas puede ser muy variada
y, dependiendo de las actividades que vayamos a realizar y la metodología
que queramos seguir, será conveniente adaptar esta distribución. Esto sin
duda contribuirá a conseguir los mejores resultados.
Pero una vez que partimos de que las condiciones higiénicas (ruido, luz, ventilación,
temperatura, limpieza) son idóneas, lo que nos interesa a nosotros como formadores es la
disposición del aula y la distribución de los medios y recursos didácticos en ella, dado que son
factores que van a incidir de una manera importante en todo el proceso comunicativo.
Dependiendo del uso del recinto, de la metodología a seguir, del número de personas
que van a participar y de los recursos didácticos que se vayan a usar, la disposición del aula
puede variar. De entre las disposiciones posibles, pasaremos a describir cuáles consideramos
más idóneas para el trabajo y porqué.
En principio, podríamos hablar de tres tipos de aulas, en función de su uso: aulas
de teoría, aulas-talleres y aulas de informática. Aunque también podríamos hacer una
mención especial a las aulas infantiles, que por las actividades propias del colectivo con
el que se está trabajando pueden requerir comentarios aparte.
• Aula de teoría: el aula de teoría es aquel espacio que vamos a usar para
trabajar fundamentalmente los contenidos teóricos de la acción formativa,
También se puede usar para realizar algunos trabajos en grupo o para ciertas
actividades prácticas que no requieran de instalaciones, mobiliario o recursos
muy específicos. En algunas ocasiones, si no disponemos de aula-taller, el aula
de teoría deberá configurarse y adaptarse a los requerimientos necesarios para
realizar las prácticas que la acción formativa necesite, por ello, tendremos
que contar con un aula lo suficientemente amplia para que cumpla las dos
funciones: la de aula de teoría y la de aula-taller.
El aula de teoría puede distribuirse de varias formas que pasamos a
comentar:
- Forma tradicional: esta disposición es la más formal de todas. Puede ser
la distribución más idónea para grupos muy grandes y tiene la ventaja de
que todo el auditorio está frente al formador y a los recursos didácticos.
Los inconvenientes son, que se produce poca comunicación entre los
participantes ya que no es posible el contacto visual de todos con todos

52 diseño de medios y recursos didácticos


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
e incluso, las intervenciones que éstos puedan hacer, pueden no ser
escuchadas adecuadamente por los que están sentados en las filas del
final si los que intervienen están sentados en las primeras filas o viceversa.
Además el formador pierde el contacto visual con los más alejados de él
y eso puede contribuir a favorecer conductas disruptivas, desatención o
ausencia.
Esta forma está indicada para clases magistrales o donde el formador sea el
principal protagonista, dado que favorece la comunicación unidireccional.
- Forma de U: esta disposición es más dinámica y facilitadora de la
comunicación, puesto que permite que se establezca contacto visual entre
todos los participantes, incluido el formador. Tiene la desventaja de que
aquellos que están más cerca del formador y de los recursos didácticos
tienen que adoptar una postura algo más forzada mientras que el formador
habla. No es adecuada para grupos de más de 20 ó 25 personas.
Esta forma está indicada para clases en las que formador y participantes
compartan protagonismo, dado que favorece la comunicación bidireccional
y multidireccional.
- Mesa redonda (o cuadrada): esta disposición permite la comunicación
plena entre todos los participantes en un plano de igualdad, permite una
interacción más fluida aún que la disposición anterior y es muy adecuada
para el debate, el diálogo y el trabajo en grupo. No es adecuada para
grupos de más de 10 ó 15 personas.
Esta forma está indicada para clases en las que todo el grupo trabaja al
unísono en un tema, convirtiéndose el formador más en moderador y
guía que en transmisor de información.
- Mesas de trabajo: esta disposición permite el trabajo en pequeños grupos
para el desarrollo de actividades que así lo requieran. Tiene el inconveniente
de que cuando es necesario exponer el trabajo en plenario, algunos
participantes pueden quedar de espaldas o, mientras que el formador o
algún participante están interviniendo en pleno, se formen corrillos.
Esta forma está indicada para actividades en las que nos interese que
todos los participantes contribuyan con su opinión o trabajo pero, dado
el tamaño del grupo no sea posible hacerlo todos a la vez, para ello, el
gran grupo se divide en pequeños grupos.
• Aula-taller: el aula-taller es aquel espacio que vamos a usar para
trabajar fundamentalmente los contenidos prácticos y procedimentales
de la acción formativa, también se puede usar para algunas explicaciones
teóricas cuidando de que la disposición de los bancos de trabajo permitan
el contacto visual con el formador y con los recursos didácticos usados

diseño de medios y recursos didácticos 53


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
para la explicación. Cada aula taller deberá contar con las especificaciones
propias del tipo de contenido del que trate la acción formativa y deberá
parecerse lo más posible al entorno del puesto de trabajo para el que se está
formando, por tanto, cada taller requerirá de una disposición diferente. No
es lo mismo un aula-taller de cocina (cocina industrial), que un aula-taller
de madera, que un aula-taller de mecánica o un aula-taller laboratorio. Las
especificaciones que sí deberían reunir todas ellas es que en cada zona de
trabajo exista el instrumental necesario y suficiente para la realización de
las prácticas y que la zona del formador, donde se dispongan los recursos
didácticos que éste necesite para sus explicaciones, sean accesibles a todos
los participantes.
• Aula de informática: en la gran mayoría de las actividades de formación,
el uso del ordenador multimedia e Internet va a ser un recurso necesario y,
en ocasiones, esencial para el desarrollo de los contenidos. Por ello, contar
con un aula de informática será casi imprescindible en todo centro de
formación. La distribución del aula de informática requiere también de
ciertas consideraciones que faciliten la interacción didáctica y que ayude a
que el uso de estos recursos didácticos no tenga porqué intervenir de manera
negativa en el desarrollo de las clases. Aunque muchos centros de formación
han optado por una distribución del aula de informática siguiendo una forma
de filas donde todos los participantes miran al puesto del profesor, nosotros
no creemos que ésta sea la mejor distribución posible por varios motivos: los
monitores de los ordenadores dificultan la visibilidad del puesto del profesor,
favoreciendo entre los participantes la posibilidad de “esconderse” detrás de
ellos convirtiéndose en auténticas barreras a la comunicación; además el
formador no tiene posibilidad de controlar y visualizar qué se está haciendo
en cada puesto informático, de tal manera que por un lado, pueden haber
programas abiertos que no deberían estarlo o cuando tiene que acercarse a
algún puesto para resolver una duda, es mucho más incómodo para él; otro
de los inconvenientes proviene del propio cableado de cada dispositivo que
debe estar muy bien protegido para evitar descargas eléctricas o caídas por
enganche de los cables.
La distribución que nosotros proponemos es la de disponer todos los
puestos informáticos cara a la pared, alrededor de todo el espacio del
aula, dejando el puesto del formador mirando al centro del aula. De esta
forma, el formador de un solo golpe de vista puede controlar lo que se está
haciendo en cada puesto informático, puede acercarse rápidamente y sin
dificultades a cada participante para ayudarlo y/o resolver dudas, y cuando
sea necesario que todos miren al formador o a los recursos que éste utilice
para sus explicaciones, bastará con que giren su silla y se dispongan en forma

54 diseño de medios y recursos didácticos


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
de U. Es más, si ponemos unas mesas en el centro del aula (contando con
que ésta cuente con el espacio suficiente para hacerlo), incluso podríamos
usar este aula para cierto tipo de actividades en las que no fuera necesario
el ordenador.
• Aula infantil: dependiendo de la edad de los participantes, una distribución
del aula puede ser más idónea que otra, pero cuando trabajamos con niños,
esto es especialmente importante para poder desarrollar todas aquellas
habilidades, conocimientos y actitudes que queramos trabajar en el aula. Una
disposición que se está imponiendo en el aula infantil es la distribución por
rincones. Para ello se debe contar con un aula muy espaciosa y amplia que
se divide en varias zonas, en función de la actividad que se esté realizando.
Cada zona está equipada de los recursos y materiales necesarios y en algunas
de ellas se eliminan las sillas y las mesas sustituyéndolas por alfombras o
plásticos para hacer actividades de suelo, tan apreciadas por los niños y
muy didácticas para su educación. Dependiendo de las competencias que se
estén trabajando y de la edad de los niños, se puede habilitar una zona de
lectura, donde se encuentran los libros que se vayan a usar y donde el maestro
puede reunir a los niños para que lean o para leerles él; una zona de juegos
o juguetes para la estimulación de la psicomotricidad y el desarrollo del
juego en equipo; una zona de pintura y trabajos manuales para el desarrollo
de la creatividad, y así sucesivamente diferentes rincones que delimitan la
actividad correspondiente a cada momento educativo.
Como vemos, tras esta descripción, la situación en la que se produce la comunicación,
es decir, la acción formativa, va a incidir de manera drástica en su calidad, convirtiéndose
en una barrera o un facilitador, según sea el caso, de la interacción docente.

7. El contexto y los recursos didácticos


Dos de las acepciones que nos ofrece la RAE para definir el concepto de contexto
que son de nuestro interés para el tema que nos ocupa son las siguientes:
• Entorno lingüístico del cual depende el sentido y el valor de una palabra,
frase o fragmento considerados.
• Entorno físico o de situación, ya sea político, histórico, cultural o de cualquier
otra índole, en el cual se considera un hecho.
A continuación pasamos a hacer una serie de consideraciones de interés al respecto,
para que el contexto donde se produce el acto comunicativo cobre el valor de recurso
didáctico y potencie el aprendizaje.

diseño de medios y recursos didácticos 55


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
7.1. El contexto lingüístico.
La primera acepción del diccionario de la que hablábamos en la introducción de
este apartado nos lleva a plantearnos que cuando queremos comunicar cualquier mensaje
hemos de crear un contexto, es decir, un entorno lingüístico en el cual, todo lo que se diga
y se haga en el aula cobre sentido y significado. Para ello, tendremos que considerar los
diferentes recursos que pueden ser útiles para crear ese entorno o contexto significativo. En
este sentido podríamos hablar de tres momentos fundamentales en toda acción formativa,
ya sea impartida en una única sesión formativa, ya sea distribuida a lo largo de varias
sesiones formativas:
a) Acciones de formación de entrada.
El primer día de clase es crucial para determinar gran parte de lo que va a suceder a lo
largo del resto del curso. Cuidar la presentación que hagamos tanto de nosotros mismos como
formadores como del programa de formación va a incidir directamente tanto en las motivaciones
del alumnado como en el clima del aula y en rendimiento académico. En este momento
formativo, algunos de los recursos que nos pueden ser de utilidad son los siguientes:
• Presentación del equipo docente que va a intervenir en el curso, dejando
clara la cualificación profesional de los formadores del curso y la idoneidad
profesional para dirigir el proceso de formación que va a comenzar; para
ello, el recurso más idóneo es la propia palabra del formador.
• Presentación del programa del curso, dejando claro cuáles son los objetivos
de la acción formativa, los contenidos del curso, la metodología que se va a
seguir y aclarando los criterios de evaluación que se van a usar; para ello se
puede usar un presentación multimedia donde de una manera esquemática,
directa y visual se presente esta información.
• Facilitar el conocimiento de los participantes del curso; para ello se pueden
usar técnicas y dinámicas de grupo para el conocimiento de los participantes,
para romper el hielo y para planificar la actividad.
• Establecer con el propio grupo de participantes las normas básicas de
convivencia, participación y relación que se van a exigir a todos los
integrantes del grupo; para ello se puede usar algún recurso confeccionado
por el propio alumnado en forma de documento de texto, cartel o mural.
• Generar desde el principio un clima de participación, interés y entusiasmo.
• Conocer las expectativas de los participantes acerca de lo que esperan y/o
“temen” del curso y su desarrollo.
b) Acciones de formación de desarrollo.
Poco a poco el grupo de aprendizaje se va consolidando, los niveles de conocimiento
y confianza crecen, las reglas que van a regir la conducta de todos quedan establecidas y
todos tienen claro qué se espera de ellos y qué se va trabajar en el curso.

56 diseño de medios y recursos didácticos


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
En este momento, nos tenemos que empezar a concentrar en trabajar los contenidos
formativos previstos, desarrollando acciones formativas con orden, coherencia y eficacia.
Para ello, podremos apoyarnos en los recursos didácticos según el tipo de objetivo que
tengamos en cada momento.
• Comenzar cada sesión de formación con un resumen de lo visto en la
sesión anterior y con una declaración de intenciones de lo que se pretende
conseguir en la sesión de formación de ese día; para ello podemos usar alguna
presentación multimedia en forma de esquema o de resumen.
• Dejar tiempo suficiente para que el alumnado poco a poco se vaya
concentrando en los contenidos que se van a trabajar, iniciando la clase
con contenidos más suaves para ir pasando a lo más complejo a medida
que la concentración aumenta. Seguir esta misma estrategia después de
cada descanso. Para ello podemos usar actividades en las que los recursos
dependan más del profesor que del alumnado tales como un vídeo o película
corta, una presentación multimedia, algún gráfico o esquema en la pizarra
o papelógrafo, todo ello acompañado de algunos recursos lingüísticos
tales como anécdotas o experiencias, cuentos o historias o metáforas y
analogías.
• Introducir la parte más compleja del material a través de recursos más
elaborados como manuales, revistas, documentación informática y comenzar
a ceder protagonismo al alumnado a través de la confección de materiales
tales como documentos de texto, carteles o murales, presentaciones
multimedia, creación de recursos informáticos, etc.
• Terminar la sesión destacando las ideas fundamentales que se han tratado y
las conclusiones que se han obtenido y anticipando lo que se va a hacer en
la siguiente sesión. Para ello se pueden evaluar los materiales y recursos que
el alumnado ha trabajado o desarrollado, se puede usar alguna presentación
multimedia (que podría ser la misma usada al principio de la sesión) y se puede
usar algún recurso lingüístico para finalizar de una manera más informal.

c) Acciones de formación de salida.


Conforme el curso va llegando a su fin, y sobre todo, si éste ha sido muy largo, los
participantes empiezan a anticipar la disolución del grupo y, si todo ha ido bien durante
el proceso formativo, es más que probable que entre ellos se hayan establecido vínculos
afectivos importantes que ahora pueden verse amenazados. Este momento no debe
dejarse al azar y sería adecuado que prestásemos atención para resolver de la manera más
satisfactoria para todos. A continuación, sugerimos algunos recursos que nos pueden ser
de utilidad en estos momentos:

diseño de medios y recursos didácticos 57


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
• Desde el punto de vista formativo: usar resúmenes, esquemas o recuperar
recursos elaborados por los propios alumnos durante la acción formativa para
recapitular todo lo visto en el curso. Evaluar los aprendizajes adquiridos a
través de recursos relacionados con la evaluación tales como cuestionarios,
pruebas de ensayo, revisión de grabaciones realizadas, informes, etc. Planificar
la transferencia del aprendizaje a través de experiencias, anécdotas, análisis
de casos, etc.
• Desde el punto de vista afectivo: elaboración de diplomas, orlas o recursos
que permitan el recuerdo de los participantes. Creación de una agenda de
contactos con los datos personales y profesionales de todos los participantes.
Realización de actividades de despedida tales como dinámicas de grupo,
fiesta final o cena de clausura, diseñando recursos y materiales que puedan
hacer esta despedida más agradable.

7.2. El contexto físico.


Al principio de este apartado, hablábamos de dos acepciones para el término
contexto que eran de nuestro interés para el tema que nos ocupa: el diseño de medios
didácticos. Hemos comentado la primera y ahora vamos a hablar algo de la segunda:
entorno físico o de situación, ya sea política, histórica, cultural o de cualquier índole, en
la cual se considera un hecho.
Para nosotros este entorno tiene que ver con el motivo por el cual se está impartiendo
formación, y aquí hablamos de formación en el más amplio sentido de su significado.
Cualquier intervención en público tiene un carácter formativo más o menos implícito y
aquí vamos a comentar algunos contextos en los que se pueden dar esas intervenciones
en público:
• Clases: es el más habitual de los formatos relacionados con la formación
y la docencia y, en este contexto, tienen cabida todos y cada uno de los
medios y recursos didácticos que se irán comentando en los capítulos
posteriores, siempre y cuando reúnan las especificaciones necesarias para
que contengan el valor docente que deseamos y tengan una íntima relación
con los objetivos que perseguimos y los contenidos que vamos a desarrollar.
Una gran cantidad de estos recursos estarán diseñados y elaborados por los
propios participantes.
• Charlas y/o conferencias: debido a que su duración es restringida, no
podemos hacer uso de muchos de los medios y recursos didácticos, siendo
la elección más restringida. En este caso, los recursos estrella suelen ser
las presentaciones multimedia, algunos recursos audiovisuales tales como
vídeos cortos o fragmentos de películas o el material escrito bien en soporte
papel o escrito en pizarra o papelógrafo. Los recursos, en este caso, estarán

58 diseño de medios y recursos didácticos


Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar
generalmente diseñados por el propio formador o por expertos en la
materia y los participantes son meros receptores de ellos. Los recursos más
eficaces tendrán que ver con las habilidades de comunicación del orador,
sus habilidades verbales y no verbales y su capacidad de conectar con el
auditorio.
• Mesas redondas, debates o tertulias: debido a que su duración es restringida
y además el tiempo es compartido entre varios expertos, los recursos que
usemos deben de ser muy directos, visuales y de muy corta duración.
Nuevamente las presentaciones multimedia suelen ser el recurso estrella
para este tipo de contextos. En estos casos, quien generalmente detenta
la responsabilidad de su uso va a ser el moderador de la mesa, aunque en
algunos casos, también los ponentes pueden tener algo que presentar al
auditorio a través de este tipo de soportes.
• Intervenciones en público: muchas otras formas de intervención en público
se pueden dar tales como el mitin político, el discurso filosófico, la arenga
militar o la homilía religiosa, en todos estos casos, el principal recurso es el
orador en sí mismo y pocas veces va a usar otros recursos prediseñados o
elaborados para tal fin. Lo que sí puede usarse en este contexto, no tanto
para apoyar el mensaje sino para crear un ambiente determinado, suele ser la
música (himnos, sintonías, cantos etc.), los carteles con logotipos y eslóganes
o la propaganda de mano (octavillas, trípticos, etc.)
Hasta aquí hemos analizado las relaciones que hay entre cada uno de los elementos
de la comunicación y los medios y recursos didácticos. A partir de aquí analizaremos en
profundidad algunos de los principales recursos que se pueden usar en formación, tanto
en su elección, como en su diseño y utilización.

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Tema 2. Los medios y recursos didácticos: herramientas para comunicar

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