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Pablo Sager
(2019)
GRUPO FLORIDA
Los escritores argentinos pertenecientes a los períodos comprendidos entre 1920 y 1930,
compartieron el espíritu de una época más que la adscripción a una corriente estética. Estos
escritores se dividieron en dos grandes grupos: Florida y Boedo, que tuvieron lineamientos
y temáticas diversas.
"Los que suscriben, jóvenes que comienzan a realizar su obra, y que, por eso, creen
tener un válos pleno de afirmación, de acuerdo con la orientación señalada por
Cansinos-Asséns en la revista Interviú que, en diciembre último, celebró con Javier
Bóveda en El Parlamentario, necesitan declarar su voluntad de un arte nuevo que supla
la última evolución literaria: el novecentrismo".
Frente a la funeraria solemnidad del historiador y del catedrático, que momifica cuanto
toca.
Frente al recetario que inspira las elucubraciones de nuestros más “bellos” espíritus y
a la afición al ANACRONISMO y al MIMETISMO que demuestran.
Y sobre todo, frente al pavoroso temor de equivocarse que paraliza el mismo ímpetu
de la juventud, más anquilosada que cualquier burócrata jubilado:
“MARTÍN FIERRO” siente la necesidad imprescindible de definirse y de llamar a
cuantos sean capaces de percibir que nos hallamos en presencia de una NUEVA
sensibilidad y de una NUEVA comprensión, que, al ponernos de acuerdo con nosotros
mismos, nos descubre panoramas insospechados y nuevos medios y formas de expresión.
“MARTÍN FIERRO” sabe que “todo es nuevo bajo el sol” si todo se mira con unas
pupilas actuales y se expresa con un acento contemporáneo.
“MARTÍN FIERRO” artista, se refriega los ojos a cada instante para arrancar las
telarañas que tejen de continuo: el hábito y la costumbre. ¡Entregar a cada nuevo amor
una nueva virginidad, y que los excesos de cada día sean distintos a los excesos de ayer
y de mañana! ¡Esta es para él la verdadera santidad del creador!... ¡Hay pocos santos!
"MARTIN FIERRO" sólo aprecia a los negros y a los blancos que son realmente
negros o blancos y no pretenden en lo más mínimo cambiar de color.
Girondo ofrece el ejemplo de una forma de irracionalismo como punto de partida para
fundamentar la poesía en la negación del talento o de la inteligencia como instrumento para
desentrañar el universo. Esta idea queda representada en la siguiente afirmación: solo la
imagen es capaz de lanzarnos un cabo para llegar a la esencialidad de las cosas.
Desde allí se puede comprender el matriz de puerilidad hasta la provocación que tiñe su
poesía, una ingenuidad que se alienta en preguntas como: “¿Por qué no ser pueriles ya que
sentimos el cansancio de repetir los gestos de los que hace 70 siglos están bajo tierra? Esta
afirmación reitera la idea de una concepción inmediata, espontanea, intuitiva del universo,
para rescatarlo, desposeerlo de todo lo que una pseudo civilización y una pseudo cultura han
ido sumándole, y devolver al hombre a una visión ingenua del universo, para que puede
crearlo por sí mismo, a puro capricho como un niño.
Esta idea es visible en la siguiente poesía de “Veinte poemas para leer en un tranvía”.
PAISAJE BRETÓN
Douarnenez,
en un golpe de cubilete,
empantana
un pedazo de mar,
¡Barcas heridas, en seco, con las alas plegadas! como velos nupciales.
El campanario de la iglesia,
Insomnio
No mintamos más. Clávate en tu angustia, de los círculos literarios,
tus amadas que tocan los órganos sexuales, ¿te ves el nauseabundo pozo de ti mismo
ni menos la fácil polka del ensueño burgués, ¡ah los gusanos tuertos
siempre tu tos...
Raúl González Tuñón. (Buenos Aires, 1905 - 1974)
fue un poeta y periodista argentino. Su escritura funciona
como una bisagra entre los grupos Boedo y Florida. En la
disputa estética de ambos grupos, González Tuñón logra
ubicarse en un lugar singular: combinando las
renovaciones formales de Florida y la militancia social del
segundo.
Riachuelo de la Villette
Cualquier tarde.
arrastrándose
de cosas importantes.
calzones.
casi siempre
Una tarde, a la hora en que los niños pobres vuelven de las escuelas
CREDO A LA VIDA
en la vida que es luz, fuerza y calor; veinte siglos se hicieron sus verdugos
porque sabe del yunque y de la rosa y aun padece, titán, bajo sus yugos
Tal vez nació cual el vehemente sueño murió en el templo y resurgió en la luz...
del numen de un espíritu genial; ¡Y, desde alli, vendra como una espada,
nació tal vez cual el vehemente sueño contra ese dios que enmascaro la cruz!
Padeció, la titán, bajo los yugos creo en la Vida que es el Mal y el Bien;
la gota de agua del pantano es nube. y en el Amor que es Dios.
Cuando en una prosa del poeta leemos que ha salido a la búsqueda de “eso que llaman
fracción periódica pura los colegiales, latido los enfermos del corazón, primavera las mujeres
enamorados, pecado los teólogos…” y agrega: “Quiero buscar eso que se entiende por caída
y regreso”, sospechamos que el poeta está en camino de un equilibrio del verso que
corresponda al equilibrio anímico y a la armonía del alma que equivale a la armonía cósmica
y al universo creado por Dios.
Música solitaria,
Este hombre casi no tuvo biografía visible: la ocultó con pudor a sus críticos, porque su
vida iba haciéndose y expresándose en sus libros y “plaquetes”, que abarcaron en conjunto
más de medio centenar de títulos.
Se inicia con El imaginero en 1927, y diez años después aparecen La muerte en la llanura
y Elegía a Garcilaso (1937), y una antología Mundos de la madrugada (1944). El primer
libro responde a los gustos de la generación. Los siguientes van integrando la imagen de un
poeta denso, hermético, de propensión simbólica, con ciertos regustos gongorinos.
siento la fronda
en su seno, cansado.
Desnudo y escondido,
apreté miserable
a vosotras; el áspero
e invisibles estíos.
Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo
(Buenos Aires, 24 de agosto de 1899-Ginebra, 14 de
junio de 1986) fue un erudito escritor argentino,
considerado uno de los más destacados de la literatura
del siglo XX. Publicó ensayos breves, cuentos y poemas.
No obstante, a partir de 1930 la obra de Borges, durante unos treinta años, se inclinará a
la prosa y a escribir ensayos breves, normalmente de lecturas literarias. Así a este período,
pertenecen los ensayos de Discusión (1932), Historia de la eternidad (1936) y Otras
Inquisiciones (1952); los relatos de Historia universal de la infamia (1935), de Ficciones
(1944) y El Aleph (1949), y un buen número de obras en colaboración con Bioy Casares y
otros escritores. Años después, en 1960 se publicó El hacedor y cuatro años después, El
otro, el mismo.
En cuanto al grupo de Florida, Borges al reunir las diversas actitudes que tuvieron
sus compañeros fue considerado desleal a los principios que él mismo impulsó en un
principio, por lo que le fue difícil componer una poesía que tradujera una emoción desnuda
y rehuyera al mismo tiempo, lo dérmico y lo metafísico.
Así, el proceso de sus poemarios tiene que ver con la imagen del hombre, entre
abstracto y ser localizado, pero también con el modo de trabajo, con la cercanía y la distancia
a módulos rioplatenses o europeos.
Por otro lado, a diferencia de los poetas de vanguardia que procuraban una sucesión
dinámica de las percepciones para dotar a las imágenes de una actualidad cuya única virtud
está en no superar la mera instancia fugaz, Borges carga el instante de correlaciones íntimas,
felices o dolorosas, y hace del recuerdo un centro que origina una realidad, la única capaz
de hacer sospechar lo eterno, lo permanente.
Por consiguiente, no es extraño que en la mayoría de sus historias más populares
abunden la naturaleza del tiempo, el infinito, los espejos, laberintos, la realidad y la
identidad; mientras otras se centran en temas fantásticos.
La Recoleta
Convencidos de caducidad
y dormida en la hiedra,
milagro incomprensible,
en el lugar de mi ceniza.
Bibliografía: