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TÉCNICA DIDÁCTICA 2 Aprendizaje Basado en Problemas

(ABP o PBL, Problem-based learning)

DESCRIPCIÓN: ¿Qué es?

El Aprendizaje Basado en Problemas es una metodología en la que se investiga,


interpreta, argumenta y propone la solución de uno o varios problemas, creando un
escenario simulado de posible solución y analizando las probables consecuencias
(Morales y Landa 2004). En este tipo de estrategia, el alumno desempeña un papel activo
en su aprendizaje, mientras que el docente es un mediador que guía al estudiante para
solucionar un problema.

Los problemas deben alentar a los estudiantes a participar en escenarios relevantes al


facilitar la conexión entre la teoría y su aplicación. Se puede trabajar con problemas
abiertos o cerrados; los primeros resultan idóneos para el nivel universitario, pues son
complejos y desafían a los alumnos a dar justificaciones y a demostrar habilidades de
pensamiento.

Esta técnica didáctica se apoya en la teoría constructivista del aprendizaje, la cual indica
que el conocimiento se construye activamente por el estudiante, ya que está en
movimiento y en constante cambio, así este conocimiento se va incorporado mediante
instrumentos de estudio y asimilación teórico-práctica. En el Aprendizaje Basado en
Problemas, el alumno se convierte en un actor consciente y responsable de su propio
aprendizaje (Barrel, 1999). En su evolución formativa, el quehacer del alumno será de una
implicación casi total, los resultados vendrán a ser los conocimientos desarrollados, junto
con la supervisión del profesor o asesor.

El Aprendizaje Basado en Problemas tiene como finalidad hacer que el alumnado se


involucre en la búsqueda de soluciones a retos globales a nivel mundial, por lo que
incluye el aprendizaje cooperativo, la visión de los problemas que afectan de forma global
a toda la humanidad y la visión aplicada de diversas materias académicas (Fidalgo, Sein-
Echaluce y García, 2017). Este tipo de aprendizaje se suele englobar en acciones
realizadas por el centro educativo, ya que necesita integrar conocimientos de varias
asignaturas y además se suelen llevar a cabo en periodos extra-académicos.

ANTECEDENTES:

El Aprendizaje Basado en Problemas ha sido definido como “un método de aprendizaje


basado en el principio de usar problemas como punto de partida para la adquisición e
integración de los nuevos conocimientos” (Barrows, 1996). Desde su propuesta en la
Escuela de Medicina de la Universidad de McMaster, entre lás décadas de los 60 y 70,
el Aprendizaje Basado en Problemas ha ido evolucionando y adaptándose a las
necesidades de las diferentes áreas en las que se ha desarrollado, lo cual ha implicado
diversas variaciones con respecto a la propuesta original. No obstante, sus
características fundamentales, las cuales provienen del modelo desarrollado en
McMaster, son las siguientes (Morales y Landa, 2004:147-149):

• EL APRENDIZAJE CENTRADO EN EL ALUMNO: Los estudiantes deben tomar la


responsabilidad de su propio aprendizaje bajo la guía de un tutor que se convierte en
consultor del alumno, identificando los elementos necesarios para tener un mejor
entendimiento y manejo del problema en el cual se trabaja, y detectando dónde localizar
la información necesaria (libros, revistas, profesores, Internet, etc). De esta manera se
logra la personalización del aprendizaje del alumno, ya que le permite concentrarse en
las áreas de conocimiento, centrando su interés en áreas específicas que le sean
significativas.

• GENERACIÓN DEL APRENDIZAJE EN GRUPOS PEQUEÑOS: Los grupos de trabajo


se conforman de cinco a ocho estudiantes. Al finalizar cada unidad programática los
estudiantes cambian, en forma aleatoria, de grupo y trabajan con un nuevo tutor. Lo
anterior les permite adquirir práctica en el trabajo intenso y efectivo, con una variedad de
diferentes personas.

• EL DOCENTE ADQUIERE EL PAPEL DE FACILITADOR: Al profesor se le denomina


facilitador o tutor. El rol del tutor es plantear preguntas a los estudiantes que les ayude a
cuestionarse y encontrar por ellos mismos la mejor ruta de entendimiento y manejo del
problema. Conforme el ciclo escolar avanza los estudiantes asumen este rol ellos
mismos, exigiéndose unos a otros.

• EL NÚCLEO DE GENERACIÓN ORGANIZACIONAL Y DE APRENDIZAJE RADICA


EN LA GENERACIÓN DE PROBLEMAS: Para las áreas disciplinares económicas y
sociales, normalmente se les plantea un problema empresarial o social, y se presenta a
los estudiantes en un determinado formato, como un caso escrito. La problemática
propuesta representa el desafío que los estudiantes enfrentarán en la práctica y
proporciona la relevancia, así como la motivación para el aprendizaje. Con el propósito
de entender el problema, los estudiantes identifican lo que ellos tendrán que aprender de
las ciencias económicas y sociales. El problema entonces les da una señal para
conformar información de muchas disciplinas. La nueva información es asociada también
con problemas semejantes de otras empresas o grupos comunitarios. Todo esto facilita
que, a futuro, el estudiante recuerde y aplique lo aprendido.

• LOS PROBLEMAS GENERAN HABILIDADES: Para las disciplinas económicas y


sociales es necesaria la presentación de un problema del mundo real o lo más cercano
posible a una situación real, relacionada con aplicaciones del contexto profesional en el
que el estudiante se desempeñará en el futuro.

• EL APRENDIZAJE AUTODIRIGIDO GENERA NUEVO CONOCIMIENTO: Finalmente,


se espera que los estudiantes aprendan a partir del conocimiento del mundo real y de la
acumulación de experiencia por virtud de su propio estudio e investigación. Durante este
aprendizaje autodirigido, los estudiantes trabajan juntos, discuten, comparan, revisan y
debaten permanentemente lo que han aprendido.

OBJETIVOS:

 Formar estudiantes capaces de analizar y enfrentarse a los problemas de la


misma manera en que lo harán durante su actividad profesional.
o Usar problemas como punto de partida para la adquisición de
conocimientos nuevos.
o Construir conocimiento sobre la base de problemas y situaciones de la
vida real.
o Demostrar cómo este método de aprendizaje ofrece las bases necesarias
para un aprendizaje activo, cooperativo, responsable y enfocado al
desarrollo de competencias en el alumno.

USOS Y APLICACIONES HABILIDADES QUE SE DESARROLLAN

• Ayuda a analizar con profundidad un  Habilidades de comunicación


problema. (argumentación y presentación de la
información).
• Desarrolla la capacidad de búsqueda de
 Desarrollo de actitudes y valores:
información, así como su análisis e
precisión, revisión, tolerancia.
interpretación.
 Identificación de problemas relevantes
• Favorece la generación de hipótesis, del contexto profesional.
para someterlas a prueba y valorar los  La conciencia del propio aprendizaje,
resultados. asumiendo la responsabilidad de ser
parte activa en el proceso.
• Vincula el mundo académico con el  La planificación de las estrategias que
mundo real. se van a utilizar para aprender.
• Favorece el aprendizaje cooperativo.  El pensamiento crítico.
 Las habilidades de evaluación y auto-
• Permite desarrollar la habilidad de toma evaluación.
de decisiones.  El desarrollo de habilidades de
búsqueda y manejo de información.
 Las habilidades de investigación ya
que, los alumnos en el proceso de
aprendizaje, tendrán que, a partir de
un enunciado, buscar y manejar
información para averiguar y
comprender qué es lo que pasa y
lograr una solución adecuada.
REFERENCIAS:

Barrel, J. (1999): Aprendizaje basado en Problemas, un enfoque investigativo. Buenos


Aires, Editorial Manantial.

Barrows H. (1996): Problem-Based learning in medicine and beyond: A brief overview.


In Wilkerson L., GIijselaers W.H. (eds) Bringing Problem-Based Learning to Higher 157
Education: Theory and Practice, San Francisco: Jossey-Bass Publishers, pp. 3-12.

Fidalgo, A,. Sein-Echaluce, M.L. y García, F.J. (2017): Aprendizaje Basado en Retos en
una asignatura académica universitaria. En IE Comunicaciones: Revista
Iberoamericana de Informática Educativa, Núm. 25, pp. 1-8.

Morales, P. y Landa F. (2004). Aprendizaje Basado en Problemas. Problem-Based


Learning. Theoria, 13, pp. 145-157.

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