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Facultad de Derecho de la

Universidad Autónoma de México.

Materia: Lógica Jurídica.

Alumno:
Lógica del Raciocinio jurídico.
Eduardo Garcia Máynez.
LÓGICA DEL RACIOCINIO JURÍDICO.

Problemas relacionados con la aplicación de normas genéricas a casos concretos de


la experiencia jurídica.

La lógica del derecho comprende tres grandes partes: doctrina del juicio, doctrina
del concepto y doctrina del raciocinio jurídicos.

La lógica del derecho es el estudio sistemático de la estructura de las normas, los


conceptos y los razonamientos jurídicos. Tales normas son también juicios, pero de
índole diversa de los que toma en cuenta la lógica general.

El problema básico consiste, por ende, en determinar si las normas jurídicas son
realmente juicios. Pues lo que evidentemente no puede aceptarse es que sean
enunciados. Si añadimos que la norma es verdadera y que, por serlo, asume
carácter enunciativo, habrá entonces que admitir el criterio de verdad aplicable a los
juicios de esta clase o, en otras palabras, hacer depender la “verdad” de aquella de
la coincidencia entre lo que expresa y la conducta real del sujeto a quien obliga,
reconoceremos entonces que el criterio de verdad no es aplicable a los juicios
normativos, y que el sentido de estos difiere radicalmente del de todos los demás.

Para Francisco Miró Quesada, el problema de la lógica jurídica consiste en


sistematizar las diversas especies proposicionales que determinan la estructura de
las normas, y los diversos tipos de conexión deductiva que se puede establecer
entre ellas. Por tanto, si en el campo del derecho se trata de derivar deductivamente
una norma de otras, “el proceso deductivo habrá de efectuarse por medio de un
rodeo o de una correlación sui generis entre normas y proposiciones. Si las normas
son proposiciones no hay problema; si no lo son, debe haber algún medio que haga
posible una aplicación indirecta se los procesos deductivos.
Quesada olvida que los juristas has aplicado siempre el modo directo esos
procesos, por tanto, los valores que les convienen difieran de los veritativos de que
habla la lógica matemática. Pará resolver la cuestión, formula el “principio de
paralelismo normativo proporcional”. Entre el mundo de las normas y el de las
proposiciones que las describen puede establecerse una correspondencia

3 biunívoca. La relación es asimétrica “a toda norma corresponde una proposición


verdadera, pero a una proposición verdadera no corresponde una norma”.

El rodeo que propone Quesada para resolver el problema es, amén de artificial,
completamente innecesario, porque, en primer término, no es cierto que las
estructuras deductivas no pueden aplicarse directamente a las normas siempre se
han aplicado así y, en segundo lugar, porque las proposiciones enunciativas sobre
lo que disponen tales o cuales preceptos legales no son derecho, ni pueden, por
tanto, servir de base a las inferencias que a diario realizan los órganos encargados
de aplicar tales preceptos.

Otra distinción con otros tratadistas de la lógica del derecho es que la conciben
como una teoría de la deducción, y para nosotros es exclusivamente como lógica
del raciocinio jurídico. Por lo cual se define a la lógica formal, como aquella parte de
la doctrina que formula las reglas de inferencia indispensables para la construcción
de cualquier disciplina científica y ofrece, a la vez, lo necesario para la exacta
formulación de tales reglas.

El desempeño de tal función exige una serie de inferencias deductivas, y la tarea de


la lógica del derecho precisamente consiste en el análisis estructural de tales
inferencias. Por lógica del derecho habrá, pues, que entender la “doctrina sobre las
reglas de la lógica formal que tiene aplicación en el ámbito de la actividad
jurisdiccional.

Es verdad que muchas de las cuestiones conexas no son de orden lógico; pero
como las relativas a la forma de los raciocinios, en la órbita del derecho, presuponen
la existencia de los juicios que les sirven de premisas y, por tanto, la previa solución
de las que se refieren a la vigencia de las normas de que se parte, a la interpretación
de las expresiones de que los órganos creadores de derecho se han servido y, en
caso de lagunas, a la integración de los vacíos de las fuentes formales, es imposible
desligar los temas lógicos de los no lógicos, ya que unos y otros aparecen

4 íntimamente relacionados en las diversas etapas del proceso aplicador.

Vigencia y aplicabilidad de las normas jurídicas.

Aplicables a esos casos sólo pueden ser las ya vigentes en el momento de la


aplicación. La aplicabilidad está a veces condicionada, cuando entre una ley local y
otra Federal o constitucional hay oposición contradictoria, el juez está obligado a no
tomar en cuenta la primera, y debe atenerse a la de grado más alto. En situaciones
como esta, la vigencia de la inferior condicionada por la observancia de ciertas
prescripciones de la Constitución local es condición necesaria, más no suficiente,
de validez. Pará que la de menor rango pueda aplicarse exigese que entre ella y las
que integran el orden federal no haya ningún conflicto.

La virtud normativa de esos preceptos está condicionada por el cumplimiento de las


reglas de sus procesos de creación, y a fin de cuentas, por las prescripciones
constitucionales relativas a las distintas fuentes.

Conviene no olvidar que el término fuente se emplea no solamente para designar


los métodos de creación, sino “el fundamento de validez del derecho y,
especialmente, la razón última de ésta”. En sentido amplio, cada norma es fuente
del precepto cuya creación regula, al determinar el procedimiento de elaboración y
el contenido del que ha de ser creado.
El problema hermenéutico.

5 Cuando se trata de saber si una ley se opone contradictoriamente a otras de mayor


altura, o de decidir, si es o no aplicable a un hecho, el conocimiento de lo que
estatuye y, por ende, la interpretación de la correspondiente forma expresiva. La
finalidad de las tareas hermenéuticas es conocer el sentido de las normas que se
pretende aplicar a situaciones particulares. El medio que a tal fin conduce es la
interpretación de las expresiones que utilizaron los órganos creadores de aquellas
reglas. Lo que hay que interpretar no son, pues, las reglas mismas, sino las formas
de que tales órganos se han servido para expresarlas.

El problema hermenéutico puede referirse a hechos independientes de la conducta


o de cualquier intención significativa; entonces se trata de entender acontecimientos
o fenómenos a los que no se halla ligado el propósito de expresar algo, pero que,
no obstante, encierran para nosotros un significado.

Debe hablarse de actividad interpretativa siempre que se trate de desentrañar el


significado de formas de expresión de normas de derecho o, en otras palabras, de
preceptos que regulen de manera bilateral, externa y coercible, el comportamiento
humano. Por eso no sólo cabe interpretar los textos de la ley, sino las cláusulas de
un convenio, los puntos resolutivos de una sentencia.

La interpretación correcta no sólo descubre su sentido, sino que da la clave para


establecer su la situación a que se refieren concuerda o no con lo que el juicio dice.
Cuando hay concordancia o, lo que es igual, cuando este es verdadero, el
conocimiento de la significación judicativa implica el de la situación de hecho a que
el enunciado alude. Lo que el hermenauta debe primeramente proponerse es
determinar el sentido de las palabras empleadas por el creador de las normas.

Pará Savigny el intérprete debe colocarse mentalmente en el punto de vista del


legislador, y adoptar artificialmente la actitud de éste, a fin de reconstruir le ley en
su pensamiento. La labor hermenéutica puede, pues, definirse cómo
6 “reconstrucción del pensamiento en la ley”. Pará llevarla a cabo hay que tener una
idea precisa de los elementos que la construyen. Savigny piensa que son cuatro, el
gramatical que consiste en la “exposición de las leyes lingüísticas” que el legislador
aplica; el lógico, es el análisis estructural del pensamiento por él expresado; el
histórico, en el estudio de las relaciones jurídicas determinantes de la promulgación
de la ley; el sistemático, en la “conexión interna de todas las instituciones y reglas
jurídicas dentro de una magna unidad.

EL PRINCIPIO LOGICO JURIDICO DE CONTRADICCION Y EL PROBELMA


DE LAS ANTINOMIAS.

Oposición contradictoria entre preceptos de Derecho.

La Hermenéutica se centra en analizar el contenido de los preceptos, lo que estos


disponen, lo que diferencia a uno de otro de los que asumen la misma forma. Analiza
de las reglas generales el contenido de estas que es común y el contenido que las
diferencia y le da autonomía a cada una de ellas.

El elemento Material o elemento individualizante corresponde a formas expresivas.


Para lograr una correcta aplicación de la norma se debe tener en cuenta su
aplicabilidad, el autor menciona que esto solo puede lograr cuando “La exegesis del
texto o, en general, de la expresión jurídica, ha llegado a su término”. Solo se puede
asegurar que un hecho se puede encuadrar en una hipótesis cuando se conoce el
contenido de la norma y se ha interpretado la voluntad del legislador.

Con respeto a las normas contradictorias, estas se presentan cuando una norma
prohíbe una conducta y otra en su contrario la permite.
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Una antinomia autentica se presenta cuando las normas contradictorias son
totalmente incompatibles (estas se presentan con los mismos sujetos, en el mismo
tiempo y la misma contradicción) y sería imposible aplicar ambas normas
simultáneamente. Una conducta específica no puede estar jurídicamente permitida
y prohibida a la vez.

Para evitar este tipo de problemas y que los legisladores reconozcan lo menos
posible la contradicción entre las normas, es muy importante la tarea hermenéutica,
ya que al analizar la norma podemos encontrar diferencias entre estas que puedan
permitir su coexistencia y aplicación simultánea, terminando así con la contradicción
y evitando estar en presencia de una antinomia.

En dado caso de que el problema antinómico no se pueda solucionar a traes de la


hermenéutica, los diferentes sistemas jurídicos prevén otras soluciones, por ejemplo
en México se dispones: “la ley sólo queda abrogada o derogada por otra posterior
que así lo declare expresamente o que contenga disposiciones total o parcialmente
incompatibles con la ley anterior.”.

¿Qué pasa en el caso de que las dos normas tengan un rango y vigencia del mismo
rango? Esta pregunta y sus respuesta me parecieron muy interesantes ya que se
menciona que algunos autores sin temor a equivocarse han contestado “Si entre
dos norma de idéntico rango y ámbitos iguales de validez temporal hay oposición
contradictoria, tales preceptos se derogan recíprocamente”.
El problema de esta respuesta surge en la práctica cuando ante el juzgador se
presenta un caso en que la antinomia no puede ser eliminando ambos preceptos ya
que para poder juzgar es necesario que uno de ellos se mantenga en pie y si nos
pegamos a la teoria de la exegesis, el juzgador solo debe tomar la ley y aplicarla sin
interpretaciones de su parte, el juzgador no tiene la facultad de elegir qué Ley va a

8 prevalecer cuando ambas son aplicables, sin embargo para solucionar este
problema en la legislación Mexicana se dispone que la Ley con Mayor jerarquía es
la que prevalecerá, y en dado caso de que no se pueda determinar por el juzgador
cual es la Ley de Mayor Jerarquía, esto será resuelto por el tribunal de mayor
jerarquía quien pronunciara la última palabra.

El principio lógico jurídico de contradicción y su fundamento ontológico.


“dos normas de derecho contradictorias entre sí no pueden ambas ser válidas.”.

A este enunciado se le nombra como principio lógico – jurídico de contradicción.

Al presentarse una antinomia autentica, se presenta el problema de que en estricto


sentido ambas normas son aplicables, sin embargo, estas no pueden aplicarse
simultáneamente, aunque lógicamente ambas son válidas, en la práctica estás en
conjunto no solucionan el problema que se presenta y si se decidiera solo aplicar
una de ellas, se enfrentaría a la que se deja de lado. La naturaleza del objeto no
permite que ambas puedan coexistir.

En la lógica se presenta como un problema de disyunción ya que se tiene que aplicar


una u otra, si lo representáramos en términos de proposiciones, para que se pueda
dar una conclusión verdadera de una disyunción es necesario que exista un
enunciado verdadero y un enunciado falso para que la disyunción pueda tenerse
por verdadera. El principio ontológico que apoya este argumento es que “ningún
objeto puede ser y no ser, al mismo tiempo.”.
Principio lógico y lógico – jurídico del tercero excluso.
Principio de derecho excluso: “dos juicios enunciativos que se oponen
contradictoriamente no pueden ser falsos ambos.”.

“Como el principio de contradicción, el del tercero excluido se refiere a dos juicios


opuestos contradictoriamente. Pero mientras aquél, en su forma general, afirmaba
9 de tales juicios se contradicen, no pueden ser ambos falsos. Con esto, el principio
afirma, al propio tiempo, que necesariamente uno de los dos es verdadero.
Finalmente, declara en forma hipotética: sí uno de los juicios opuestos
contradictoriamente es falso, el otro será necesariamente verdadero: por
consiguiente, si el juicio S es P es falso, el juicio S no es P será necesariamente
verdadero”.

El principio especial de contradicción, en la lógica pura y en la jurídica.

El fundamento del principio especial de contradicción lo encontramos en el principio


ontológico “ningún objeto puede ser, a la vez, P y no P”. Lo que quiere decir que un
juicio que afirme y niegue al mismo tiempo, será falso.

Con respecto al principio de contradicción especial en la vida jurídica se formulan


los siguientes principios:

La norma que prohíbe a un sujeto determinado acto, no puede, al mismo


tiempo, permitirle la ejecución de dicho acto.
La norma que permite a un sujeto determinado acto, no puede, al mismo
tiempo, prohibirle la ejecución de dicho acto.
La norma que ordena a un sujeto determinado acto, no puede, al propio
tiempo, prohibirle la ejecución de dicho acto.
La norma que prohíbe a un sujeto determinado acto, no puede, al propio
tiempo, ordenarle la ejecución de dicho acto.”
El concepto jurídico de oposición contradictoria y la teoria Kelseniana de los cuatro
ámbitos de aplicación.
“Todo lo que esta jurídicamente ordenado está jurídicamente permitido”.

10 La contradicción normativa nace del conflicto que existe entre el facultamiento y


prohibición de una misma acción.

Kelsen establece que existen cuatro ámbitos de aplicación:

Material: Contenido o materia de la disposición (por lo que esta permite,


ordena o prohíbe a sus destinatarios).
Personal: Sujetos a los que les es aplicable.
Temporal. Periodo de tiempo de vigencia.
Espacial. Lugar donde se aplica.

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