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Luis Vives-Ferrándiz Sánchez
como conceptos contrarios que difícilmente La cultura visual del barroco es presentada
podían vivir en la armonía que la discordia como una manera de pensar y actuar condi-
concors tan característica del período que es- cionada por la imagen. Es esa cultura visual
crutamos promovía en otros campos de la la que se puede rastrear tanto en pinturas o
cultura. grabados como en las representaciones vin-
La desarmonía entre ambos términos ha culadas al conocimiento científico. Pintu-
comenzado a cuestionarse desde que Wal- ras, grabados de flora y fauna, colecciones o
ter Benjamin situase al barroco en la genea- gabinetes de curiosidades son estudiados en
logía de lo moderno y, de modo concreto, un mismo plano para que salga a la luz esa
desde que la posmodernidad y el barroco cultura visual barroca, esa forma de pensar,
se vieron como afines. La expresión «mo- de estar y de ver el mundo, moldeada por la
dernidad alternativa», acuñada por Monica imagen. No en vano, el barroco, en el sentir
Kaup, describe de manera muy acertada las de Heidegger, es el tiempo en el que mundo
condiciones de posibilidad para entender el se configura como imagen.
barroco como un proyecto moderno distin- El libro se estructura en tres bloques que
to al promovido por la Ilustración. Así, la se definen por la acumulación, la represen-
tan manida dialéctica entre lo barroco y lo tación y la preservación, tres grandes áreas
moderno, vale decir, entre lo ideológico y lo temáticas que se corresponden con tres
racional, comienza a ser desplazada por vi- géneros pictóricos y que son los que van a
siones más complejas que problematizan la determinar esa cultura visual que Marcaida
genealogía de lo moderno y ponen en valor desglosa en su trabajo.
el papel del barroco frente al relato ilustra- El primero, Acumulación, es un guiño
do de la construcción del mundo moderno. a las representaciones de cámaras de ma-
Así, el barroco hispano, con su determina- ravillas o gabinetes de pintura en las que
ción nihilista y la desautorización de lo real la acumulación de objetos y de imágenes
marcada por el escepticismo y el desenga- constituía un equivalente del coleccionismo
ño, ocupa un espacio significativo en esa material. La colección de objetos entra en
construcción de la modernidad en cuanto diálogo con la representación de los mismos
alternativa, en cuanto posibilidad distinta como dos formas de posesión vinculadas
a las visiones hegemónicas heredadas de la al capitalismo. Una, la acumulación ma-
historiografía. terial pura; la otra, la acumulación virtual
Con estas premisas teóricas como te- por medio de imágenes que se aproxima
lón de fondo, Marcaida propone diluir las a ese tipo de capitalismo de ficción que el
fronteras entre arte y ciencia para tratar de sociólogo Vicente Verdú ha descrito magis-
IBROS
que erosionaban la frontera entre realidad y imagen para poder ser preservada y desafiar
ficción, creándose una leyenda sobre el per- la caducidad de las cosas del mundo pues
sonaje que lo ha envuelto de misterio hasta en la imagen reside la diferencia entre lo
hace poco. temporal y lo eterno. Conocer por imágenes
El segundo, Representación, compara los contiene, sin embargo, una paradoja puesta
mecanismos de representación que ope- de relieve por Karine Lanini hace algunos
ran en la pintura de naturalezas muertas años, pues el discurso de la vanitas pretende
con los que subyacen a la producción de articular un discurso pedagógico al tiempo
imágenes destinadas a generar y difundir que desautoriza toda posibilidad de articu-
conocimiento natural. Destacan, en este lar un saber. Enseñar que nada se puede
sentido, las ilustraciones de la expedición aprender, he ahí expresado el sinsentido de
de Francisco Hernández y la voluntad por esta paradoja y que adopta forma visual en
obtener un material visual de indudable los libros con calaveras que pueblan las típi-
valor científico, así como la Historia Naturae cas composiciones de vanitas: el saber cientí-
del jesuita Juan Eusebio Nieremberg, figu- fico que encierran estos libros es, pues, pura
ra ciertamente representativa del propósito vanidad.
del presente libro pues encarna esa duali- Con la negación del saber que este ejem-
dad entre lo ideológico y lo científico, en- plo proporciona podríamos ilustrar la ten-
tre lo nihilista y lo cartesiano que Marcaida sión entre arte y ciencia que Marcaida se ha
cuestiona en sus páginas. propuesto rebajar en este libro. La proximi-
El tercero, Preservación, aborda el pro- dad entre el campo de la imagen y el domi-
blema filosófico de la transitoriedad, el tem- nio de la ciencia falta todavía por ser explo-
pus fugit tan característico del barroco y sus rada en su totalidad, si es que la empresa es
representaciones de vanitas en las que se posible. Sin embargo, con aproximaciones
despliegan y acumulan elementos alusivos como la de Marcaida, la cartografía entre
a la brevedad de la vida y la caducidad de ambos territorios comienza a llenarse de
los bienes terrenales. La imagen, de nuevo, puentes que permiten explorar nuevas ru-
adquiere una importancia mayúscula, pues tas y, de manera concreta, adoptar puntos
encierra la posibilidad de detener el deve- de vista alternativos. El saber no se encuen-
nir, de congelar el tiempo, de hacer una ins- tra en los dominios de esos territorios que
tantánea de un momento fugaz de la vida. acabamos de definir sino en las relaciones
La naturaleza, de este modo, se convierte que entre ellos se puedan hacer. En esas re-
en imagen para poder ser acumulada, re- laciones, en esos puentes que unen espacios
presentada y preservada en aras del espíritu separados, es donde las preguntas sobre el
científico de la época. La naturaleza, mu- barroco pueden ser reformuladas para se-
dable y perecedera, debe ser convertida en guir alborotando la historiografía.