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MÓDULO III
_El menor nivel educativo y socioeconómico familiar (en especial de la madre) puede
favorecer una menor calidad nutricional y mayor riesgo sobre la salud.
• Educar a los niños, para que realicen una masticación adecuada y coman lentamente.
• Es preciso conocer el menú escolar con el fin de completar y equilibrar la dieta con las
comidas de casa, si el niño come en guarderías, jardín o comedor.
Niño de 1 a 3 años
Introducción
Los tres primeros años de vida se presentan como una etapa de transición entre la fase
de crecimiento muy rápido, propia del lactante, y el periodo de crecimiento estable, que se
extiende desde el año hasta el comienzo de la pubertad.
Éste es un período madurativo en el cual el niño realiza avances en la adquisición de
funciones psicomotoras, al tiempo que sus funciones digestivas y metabólicas van
alcanzando un grado de madurez suficiente para aproximar su alimentación a la del niño
mayor.
Se debe adecuar la alimentación de un niño a sus particularidades fisiológicas, sin normas
rígidas y es necesario adaptar e individualizar la alimentación.
El niño en esta edad puede presentar determinadas aversiones y preferencias, que
pueden llevar en ocasiones a carencias de algunos nutrientes.
Una nutrición incorrecta en las primeras etapas de la vida, puede condicionar aparición de
enfermedades secundarias.
Características fisiológicas
Esta etapa se denomina como el período "latente" del crecimiento y contrasta con la gran
velocidad de crecimiento que ocurre en el primer año de vida y la adolescencia.
Aunque el crecimiento físico es menor, estos años son importantes en el desarrollo en las
áreas social, cognitiva y emocional.
El incremento de peso en el niño de 2 a 3 años de edad es de 2,5 kg por año y crece en
talla 12cm en el segundo año, 8-9 cm el 3º año y a partir de esa edad de 5 a 7 cm al año.
Se produce un aumento de las extremidades inferiores y se pierde masa grasa y agua
corporal, mientras que aumenta el agua intracelular, la masa muscular y el depósito
mineral óseo. Estos cambios son graduales y ocurren durante varios años.
Es la edad en que se adquieren los hábitos y costumbres propios de la cultura en la que
está inmerso y esto representará adquisiciones de importancia para su vida futura.
Es conveniente establecer un ambiente placentero para adquirir actitudes positivas
respecto a hábitos alimentarios saludables, como por ejemplo establecer horarios sin
estrictez y que incluyan las cuatro comidas principales.
En esta edad, las necesidades energéticas de los niños pueden tener grandes
variaciones; hay que ser cauteloso y respetar la sensación de saciedad y hambre
expresada por ellos sin condicionarlos a consumir un determinado tamaño de porción.
La inapetencia infantil característica de esta edad genera preocupación en los padres.
Comienzan a manifestar aversiones y preferencias alimentarias. El rechazo a alimentos
previamente aceptados se denomina neofobia, ligada en esta etapa al desarrollo de su
personalidad
El desayuno
Muchos niños no tienen deseos de desayunar al despertar por numerosas razones, como
angustia o temor para asistir al jardín maternal, no haber dormido suficiente, o no ser
acompañado por un familiar en la mesa y monotonía en los alimentos ofrecidos.
El desayuno es una de las comidas más importantes del día. Aporta el 25% del total de
calorías.
Es recomendable que se incluyan: lácteos (leche, yogurt, quesos untables, maduros),
cereales de todo tipo (galletas, cereales de desayuno, tostadas, pan o panificados no
demasiado grasos).
Los cereales de desayuno listos para consumir pueden resultar aún difíciles de masticar,
en esos casos es preferible elegir cereales de cocción (copos de avena, copos de 5
cereales).
El pan puede sustituir a las galletitas ya que su contenido graso es menor y no contiene
azúcares simples.
También es bueno incluir frutas.
Los productos ricos en hidratos de carbono simples como el azúcar, la miel, mermeladas,
dulce de leche y dulces compactos pueden formar parte del desayuno si se moderan sus
cantidades.
-Los niños que omiten el desayuno muchas veces realizan colaciones de bajo valor
nutricional en el resto de la mañana. Apéndice: “Fórmulas para mayores de 1 año”
Es recomendable incluir:
Cereales y derivados (fideos frescos, secos, arroz, harina de maíz, avena, quínoa, cous-
cous, trigo, pizzas empanadas, tartas, etc.).
Legumbres
Carnes (rojas y blancas)
Huevos
Quesos
Hortalizas y Frutas
Aceites Ver Apéndice “Cómo realizar una correcta fritura”
Meriendas o colaciones:
La cantidad debe ser suficiente pero no excesiva de manera de no disminuir el apetito del
niño en la próxima ingesta.
Las opciones pueden ser similares al desayuno.
RECOMENDACIONES PRACTICAS
Si un niño bebe dos vasos de leche, ingiere 50 gramos de carne, un yogurt entero y
una feta de jamón cocido a lo largo de las distintas comidas del día, el aporte de
proteína es de aproximadamente 40 g superior a las necesidades para un niño de
uno a tres años, cuyo estimado es de 1,1 g/kg/día (promedio 18 kg= 20 gr.
proteínas, Corregidas por digestibilidad)
Niño de 4 a 11 años
Introducción
Se pueden establecer dos períodos: la etapa preescolar que comprende desde los cuatro
a los seis años y la escolar, desde los seis a los once años.
En la etapa preescolar, el ritmo de crecimiento es menor que en el primer año de vida.
Durante el período escolar el crecimiento y la ganancia de peso son lentos pero
uniformes. Se trata de una etapa de preparación para el desarrollo y el crecimiento
característicos de la adolescencia (empuje puberal).
Durante las primeras etapas de la escolarización, el niño expresa sus sentimientos de
autonomía y trata de establecer su independencia, con el rechazo de algunos alimentos
antes aceptados. Es el período en el que se configuran las preferencias y aversiones por
ciertas comidas.
Necesitan los mismos alimentos que los niños de menor edad, pero en mayor cantidad
para cubrir sus necesidades energéticas y nutritivas.
En esta etapa adquiere gran importancia en la adquisición de los hábitos alimentarios la
influencia que ejercen los pares en los comedores escolares. Muchas veces es el lugar
donde conocerán varios alimentos nuevos. Es importante que la familia se informe sobre
los menúes que se ofrecen y la calidad de las materias primas.
Características fisiológicas
A partir de los cuatro años de edad, la ganancia en peso hasta el inicio de la adolescencia
es de unos 3 a 3,5 kg por año y el incremento de la talla es de 6 cm por año hasta el inicio
de la pubertad.
Primer Curso Latinoamericano a Distancia de Nutrición Infantil Página 8
ALIMENTACIÓN EN LAS DISTINTAS ETAPAS BIOLÓGICAS
Lic. Alculumbre Romina- Palenque Patricia
No todos los niños y niñas crecen a este ritmo, se deben tener en cuenta los
condicionantes genéticos (la raza, la talla de los padres), el estado de salud y por
supuesto, los hábitos de alimentación.
El niño de esta edad es capaz de responder a señales internas de apetito y saciedad
más que a las externas, como el horario de las comidas o el tipo de alimentos de cada
una de ellas.
Posee una gran adaptación en cuanto a cantidades en función de la densidad energética
de los alimentos (disminuyen la ingesta ante un aumento en la densidad calórica y
aumenta su consumo ante la dilución calórica. Por lo tanto es recomendable servir
raciones pequeñas y esperar a que el niño decida si quiere repetir.
La actividad física comienza a cobrar mayor relevancia, puede ser más reglada y
estructurada.La alimentación debe adaptarse para que no se produzcan déficits.
Adolescencia
Introducción
Características fisiológicas
-Composición corporal
Durante la adolescencia tiene lugar el brote máximo de crecimiento lineal. En la mujer se
alcanza una velocidad promedio de crecimiento en talla de 8 cm por año, con una
velocidad máxima entre 6 a 12 meses antes de la menarca. Este crecimiento en altura es
previo a la ganancia de masa grasa y de peso.
En varones el brote de crecimiento puberal es más tardío debido a un período pre puberal
más prolongado, y es de mayor intensidad que en las mujeres. El mayor aumento de peso
en los varones es debido al crecimiento en talla y en masa muscular.
Durante este período, el adolescente adquiere el 40-50% de su peso definitivo y el 25%
de su talla adulta.
También es en esta etapa de la vida cuando se desarrollan los caracteres sexuales
secundarios, y cambios en la composición corporal.
En las mujeres la relación masa magra: masa grasa que en la pre pubertad era de 5:1
llega a una relación 3:1 en el brote máximo de crecimiento por un aumento en la
proporción de la masa grasa. Se requiere un porcentaje de 17% de grasa corporal para la
menarca y 25% para el desarrollo y mantenimiento de ciclos ovulatorios normales.
La ganancia diaria de hierro, calcio y nitrógeno es máxima en el momento del pico del
brote de crecimiento en la adolescencia, y mayor en el sexo masculino. Al final de la
pubertad se alcanza el pico de máxima densidad ósea. Son factores críticos para dicha
mineralización la ingesta de calcio, vitamina D, proteína y actividad física.
-Maduración sexual, aparición de los caracteres sexuales secundarios, crecimiento y
desarrollo de las gónadas (testículos y ovarios) y genitales internos y externos. Ocurre la
menarca en las niñas.
Se produce el aumento del volumen de sangre.
- Maduración psicológica: el adolescente se caracteriza por la búsqueda de la
independencia, identidad con sus pares, tiene deseo de ser aceptado y preocupación por
su imagen corporal.
-La maduración del sistema neuroendócrino, durante la pubertad y adolescencia,
modifican el fenotipo. Estos cambios pueden influir en su comportamiento psicosocial y
alimentario.
Referencias bibliográficas