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CÁNCER CERVICO UTERINO

CADENA EPIDEMIOLÓGICA DEL CACU,

El cáncer cervicouterino (CaCu) es el cáncer más frecuente entre las mujeres


de cualquier grupo de edad en los países en desarrollo. La presencia del CaCu
se encuentra asociado a factores de riesgo como inicio de vida sexual activa a
edades tempranas, infecciones de transmisión sexual frecuentes, antecedentes
heredofamiliares de CaCu, tabaquismo e infección persistente por el Virus del
Papiloma Humano (VPH).

Aproximadamente el 70% de los casos se encuentran asociados a los


genotipos de alta transmisibilidad VPH 16 y 18. La mayor incidencia de
contagio se registra después del inicio de vida sexual activa. Por tal motivo, se
ha planteado que para lograr la mayor efectividad posible se inmunice a las
mujeres y en un momento previo al contacto inicial con el VPH; esta acción en
términos económicos puede significar que la vacuna sea más costo-efectiva.

Concepto:

Es el crecimiento anormal de las células que se encuentran en el cuello de la


matriz. Al inicio las lesiones son tan pequeñas que no se pueden ver a simple
vista y duran así varios años.

Una característica del cáncer es la multiplicación rápida de células anormales


que se extienden más allá de sus límites habituales y pueden invadir partes
adyacentes del cuerpo o propagarse a otros órganos, proceso conocido como
metástasis. Las metástasis son la principal causa de muerte por cáncer

Historia natural de la enfermedad

A principios del siglo xx, el cáncer cervical era responsable de alrededor del
20% de las muertes por cáncer en mujeres y se conocía como morbus
miserias, porque afectaba particularmente a los pobres. Se reconocía la
necesidad del diagnóstico precoz, aun considerando los inconvenientes de los
excesos en el diagnóstico y el tratamiento.
Durante los últimos 20 años se ha demostrado que el mismo carcinógeno, el
virus del papiloma humano (HPV), causa casi todos los casos de cáncer
cervical, estimulando a los científicos a una comprensión más completa de las
fases de la carcinogénesis y a buscar estrategias de prevención vinculadas al
HPV.

CUADRO CLÍNICO

La mayoría de las mujeres no tienen signos ni síntomas de pre cáncer. En


muchas mujeres con cáncer de cuello uterino en estadio temprano, los
síntomas generalmente aparecen. En mujeres con cáncer avanzado y
metastásico, los síntomas pueden ser más graves dependiendo de los tejidos y
órganos a los que se ha diseminado la enfermedad.

La causa de un síntoma puede ser una afección médica diferente que no es


cáncer, por lo que las mujeres deben buscar atención médica si presentan un
nuevo síntoma que no desaparece.

Cualquiera de los siguientes podría ser un signo o síntoma de cáncer de cuello


uterino:

 Manchas de sangre o sangrado leve entre o después de la menstruación

 Sangrado menstrual que es más prolongado y abundante que lo habitual

 Sangrado después del coito, el lavado genital o el examen pélvico

 Mayor secreción vaginal

 Dolor durante las relaciones sexuales

 Sangrado después de la menopausia

 Dolor de espalda y/o pélvico persistente y sin razón aparente

CASOS PROBABLES Y CASOS CONFIRMADOS

Si en la unidad de salud se Recibe resultados de citología Si son negativos los


encargados de los programas realizan visitas domiciliarias a las usuarias que
después de un mes no hayan acudido por su resultado para su información y
registro en la cartilla nacional de la mujer.

Si son casos confirmados:

Si son positivos a cáncer se hace visita domiciliaria inmediata y se cita a la


unidad para elaboración de su referencia a clínica de displasias.

Si son positivos a cáncer interviene Clínica de displasia Laboratorio de


patología Centro Estatal de Cancerología Rectifica diagnóstico, si es
positivo a NIC I, NIC II, NIC III, toma biopsia, tratamiento . Conservador, cita
en 3 y 6 meses, control, alta.

Si el resultado es positivo a cáncer insitu o invasor toma biopsia y envía a


laboratorio de patología. Recibe resultados de biopsia y si son negativos a
cáncer se contrarefiere a 1er nivel a control Recibe biopsia y procesa.

Envía resultado a la clínica correspondiente. Si son positivos a cáncer


refiere a la paciente al centro de cancerología para su tratamiento. da de
alta y contra refiere a 2do o 1er nivel.

FACTORES CONDICIONANTES Y DETERMINANTES

Factores Genéticos:

determinan la susceptibilidad de un individuo para desarrollar cáncer cuando se


expone a influencias exógenas (externas).

Factores Exógenos:

geográficos, dietéticos, ocupacionales, agentes químicos, físicos, virus,


parásitos. La mayoría de los canceres ocurren en dos etapas y son producidas

por dos tipos de agentes exógenos:

Agentes Indicadores:

Comienzan con el daño a la célula que puede ocasionar cáncer, como algunos
productos químicos, los rayos X o el tabaco.
Los siguientes factores pueden elevar el riesgo de una mujer de desarrollar
cáncer de cuello uterino:

Diversos factores pueden llevar a una mujer a desarrollar Cáncer de Cérvix


entre los que se encuentran:

al activa a temprana edad, IVSA antes de los 18 años,

perteneciente al tipo oncogénico principalmente son los tipos 16 y 18.

ener más de un
compañero sexual.

-deficiencias

FACTORES DETERMINANTES

 Infección por el virus del papiloma humano (Human papillomavirus,


HPV). El factor de riesgo más importante del cáncer de cuello uterino es la
infección por HPV. Las investigaciones indican que la infección por este
virus es un factor de riesgo para el cáncer de cuello uterino. Mantener
actividades sexuales con una persona que tiene el HPV es la forma más
frecuente de contraer el HPV. Existen más de 100 tipos diferentes de HPV,
y no todos están vinculados al cáncer. Los tipos de HPV que con mayor
frecuencia están asociados con el cáncer de cuello uterino son el HPV16 y
el HPV18.

 Deficiencia del sistema inmunitario. Las mujeres con un sistema


inmunitario disminuido corren un mayor riesgo de desarrollar cáncer de
cuello uterino. Un sistema inmunitario disminuido puede deberse a la
inmunodepresión producida por medicamentos corticosteroides, trasplantes
de órganos, tratamientos para otros tipos de cáncer o por el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH; en inglés), que es el virus que causa el
síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida). Cuando una mujer tiene
VIH, su sistema inmunitario es menos capaz de combatir el cáncer
temprano.

 Herpes. Las mujeres que tienen herpes genital presentan un riesgo mayor
de desarrollar cáncer de cuello uterino.

 Tabaquismo. Las mujeres que fuman tienen dos veces más riesgo de
desarrollar cáncer de cuello uterino que las mujeres que no fuman.

 Edad. Las niñas menores de 15 años de edad rara vez desarrollan cáncer
de cuello uterino. El riesgo aumenta entre el final de la adolescencia y
mediados de los 30 años de edad. Las mujeres mayores de 40 años de
edad siguen en riesgo y deben continuar sometiéndose con regularidad a
pruebas de detección de cáncer de cuello uterino, que incluyen pruebas de
Papanicolaou y de HPV.

 Factores socioeconómicos. El cáncer de cuello uterino es más frecuente


en grupos de mujeres que tienen menos probabilidades de tener acceso a
pruebas de detección de cáncer de cuello uterino. Dichas poblaciones
incluyen más probablemente mujeres negras, hispanas e indígenas.

 Anticonceptivos orales. Algunos estudios de investigación sugieren


que los anticonceptivos orales, que son las píldoras anticonceptivas,
pueden estar asociados a un aumento en el riesgo del cáncer de cuello
uterino. Sin embargo, una mayor investigación es necesaria para entender
cómo se vincula el uso de anticonceptivos orales con el desarrollo de
cáncer de cuello uterino.
 Exposición a dietilestilbestrol (DES). Las mujeres cuyas madres
recibieron este fármaco durante el embarazo para la prevención del aborto
espontáneo tienen un mayor riesgo de padecer un raro tipo de cáncer de
cuello uterino o de vagina. DES era administrado por estos motivos desde
1940 hasta 1970 aproximadamente. Es recomendable que las mujeres
expuestas al DES se realicen un examen pélvico anual que incluya
una prueba de Papanicolaou, así como una prueba de Papanicolaou en
los 4 cuadrantes, en la que se toman muestras de células de todos los lados
de la vagina para detectar la presencia de células anormales.

DISTRIBUCIÓN DE LA ENFERMEDAD DENTRO DEL PAÍS Y LA


REGIÓN

De acuerdo a las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS),


basadas en cifras, el riesgo de contraer cáncer (nuevos casos) antes de los 75
años es 13.8% en hombres y 15.1% en mujeres.

Mientras la tasa cruda de mortalidad para Nicaragua para CaCu, se estima


internacionalmente en 14.5, en Centroamérica es 10.1 y a nivel mundial de 8.2;
para un total de 1.74 millones de mujeres en el país con riesgo de desarrollar
cáncer cervico.

ACTIVIDADES PREVENTIVAS

Educación para la salud.

Prevención primaria,

Con frecuencia, el cáncer de cuello uterino puede prevenirse con pruebas de


detección regulares para detectar cualquier precáncer y tratarlo, así como con
la vacuna contra el VPH.

recomienda que las niñas reciban la vacuna contra el VPH. Hable con un
proveedor de atención médica acerca del cronograma adecuado para la
vacunación, ya que puede variar de acuerdo con muchos factores, entre los
que se incluyen la edad y la disponibilidad de la vacuna. Obtenga más
información sobre la vacunación contra el VPH (en inglés) y las
recomendaciones de la American Society of Clinical Oncology para la
prevención del cáncer de cuello uterino (en inglés).

Otras medidas que las personas pueden tomar para ayudar a prevenir el
cáncer de cuello uterino incluyen:

 Retrasar el inicio de la actividad sexual hasta el fin de la adolescencia o


después

 Limitar el número de parejas sexuales

 Practicar relaciones sexuales con protección mediante preservativos y


barreras bucales

 Evitar las relaciones sexuales con personas que han tenido muchas
parejas sexuales

 Evitar las relaciones sexuales con personas que obviamente presentan


verrugas genitales u otros síntomas

 Dejar de fumar

MEDIDAS DE CONTROL

Pruebas de cribado

Se utilizan dos tipos de pruebas para detectar el cáncer de cuello uterino:

Prueba de Papanicolaou (Pap): las células del cuello uterino son examinadas al
microscopio para determinar si alguna es cancerosa o anormal. Sin
tratamiento, las células anormales pueden evolucionar a cancerosas (células
precancerosas).

Prueba para detectar VPH: se analiza una muestra del cuello uterino para
determinar la presencia de VPH.
El número de muertes por cáncer de cuello uterino se ha reducido en más del
50% desde la introducción de la citología cervicovaginal (prueba de
Papanicoláu).

La frecuencia con la que se realizan estos cribados depende


fundamentalmente de la edad y de los resultados de pruebas anteriores. Si las
mujeres no tienen factores de riesgo para el cáncer de cuello uterino y no han
tenido resultados anormales en el pasado, las pruebas se pueden realizar de la
siguiente manera:

De los 21 a los 30 años: por lo general cada 3 años para la prueba de


Papanicolaou (las pruebas de VPH no se suelen recomendar)

De 30 a 65 años de edad: cada 3 años si solo se realiza una prueba de


Papanicolaou o cada 5 años si se realizan una prueba de Papanicolaou y una
prueba de VPH (las pruebas se llevan a cabo con más frecuencia si las
mujeres presentan factores de riesgo de cáncer de cuello uterino)

Después de los 65 años: no más pruebas si los resultados de la prueba han


sido normales en los últimos 10 años

Cualquier mujer que haya tenido un cáncer de cuello uterino o una displasia
debe hacerse citologías cervicovaginales una vez al año.

Las mujeres en las que los resultados de la citología han sido normales y se les
han extirpado el útero por causas distintas de cáncer, no necesitan hacerse
citologías ni pruebas de VPH.

Si todas las mujeres se realizasen una citología siguiendo las


recomendaciones, las muertes por este cáncer podrían prácticamente
eliminarse. Sin embargo, en Estados Unidos, muchas mujeres no se someten a
revisiones regulares. Además, muchas mujeres que sufren cáncer de cuello
uterino no se han realizado una citología (test de Papanicolaou) en los últimos
10 años o más.

Vacuna contra el VPH


La vacuna contra el VPH se dirige a los tipos de VPH que causan la mayoría de
los cánceres de cuello uterino (y las verrugas genitales y otros tipos de cáncer,
incluidos los del ano, la vagina, el pene, la garganta y el esófago). La vacuna
contribuye a prevenir el cáncer de cuello uterino y otros cánceres, pero no los
trata.

Los médicos recomiendan que niñas y niños sean vacunados a los 11 o 12


años, pero pueden ser vacunados a partir de los 9 años.

Es mejor vacunarse antes del inicio de las relaciones sexuales, pero incluso si
la joven o la mujer ya es sexualmente activa, debe ser vacunada.

Para personas menores de 15 años, se administran dos dosis de la vacuna con


una diferencia de 6 a 12 meses. Si la segunda dosis se administra menos de 5
meses después de la primera, se debe administrar una tercera dosis al menos
4 meses después de la segunda.

Para personas mayores de 15 años, se administran tres dosis de la vacuna. La


primera dosis es seguida por una segunda dosis 2 meses más tarde. La última
dosis se administra 6 meses después de la primera.

Preservativos (condones)

El uso correcto de preservativos durante las relaciones sexuales puede ayudar


a prevenir el contagio del VPH. Los condones no cubren todas las áreas que
pueden estar infectadas, por tanto no protegen completamente contra el VPH.

FACTORES DE RIESGOS

Los factores de riesgos para la aparición del cáncer de cuello uterino son los
siguientes:

 Tener relaciones sexuales por primera vez a una edad temprana

 Tener más de una pareja sexual

 Fumar cigarrillos
 Tener un sistema inmunitario debilitado (debido a un trastorno, como el
cáncer, el sida o estar en tratamiento con quimioterápicos o
corticoesteroides)

Cuanto menor sea la edad de la primera relación sexual y cuantas más parejas
sexuales se hayan tenido, mayor es el riesgo de padecer cáncer de cuello
uterino.

COMPLICACIONES

Las complicaciones pueden incluir:

 Riesgo de que el cáncer regrese en mujeres que reciben tratamiento


para salvar el útero.

 Problemas con las funciones sexuales, intestinales y de la vejiga


después de una cirugía o radiación.

 La radioterapia puede provocar irritación en la vejiga o en el recto.


Posteriormente, como resultado del tratamiento, el intestino puede
obstruirse y la vejiga y el recto pueden lesionarse.
 Por lo general, los ovarios dejan de funcionar y la vagina se puede
estrechar.

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