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UNIVERSIDAD ALFA Y OMEGA

ENSAYO:

“LA ÉTICA COMO PRINCIPIO EN EL NUEVO SISTEMA


PENAL ACUSATORIO Y ORAL”

PRESENTA

LIC. ELIZABETH DEL CARMEN HERNÁNDEZ JIMÉNEZ.

ASESOR:

M.D. LENIN MÉNDEZ PAZ

Villahermosa, Tabasco, Octubre de 2019.


INTRODUCCIÓN

El cambio de modelo procesal penal en México tiene su origen en una crisis del
sistema mixto con preponderancia inquisitiva, que a su vez se origina en la pérdida de
legitimidad del poder público debido a un derecho penal de excepción reductor de
valores positivizados constitucionalmente como derechos humanos y garantías del
debido proceso. Esta reforma puede ser un hito que delimite dos sistemas procesales
penales antagónicos y no un cambio nominal continuador de una justicia tantálica con
nuevos ritos procesales, en donde el ciudadano, por más que lo intente, no pueda
beber las aguas de la justicia.

Desde hace años, el sistema penal mexicano mostraba signos de agotamiento y no


contaba con la capacidad institucional ni el marco legal adecuado para responder a las
necesidades de los ciudadanos. Esto generaba dificultades para frenar la violencia,
sancionar los delitos o brindar una protección eficaz a las víctimas.

En ese contexto es necesario describir y analizar un poco sobre algunos temas


relacionados con el nuevo sistema penal acusatorio y oral, es la inquietud que he
tenido, razón por la cual a través de este ensayo abordare temas relacionados con la
Ética, motivado por la necesidad de tener un acercamiento más humanista y filosófico
de lo que conlleva la ética en el nuevo sistema de justicia penal. Ya que sin duda hablar
de ética en el nuevo sistema penal acusatorio y oral plantea sin duda, varios problemas.

“LA ÉTICA COMO PRINCIPIO EN EL NUEVO SISTEMA PENAL


CUSATORIO Y ORAL”

I. ÉTICA

Definición de Ética

Una definición gramatical de la ética de acuerdo al Diccionario de la Real


Academia se proviene del latín ethĭcus, y este del griego
antiguo ἠθικός transliterado como ēthikós. La forma femenina proviene del latín

1
tardío ethĭca, y este del griego ēthikḗ.1 Según algunos autores, se debe
diferenciar êthos, que significa «carácter», de ethos, que significa «costumbre», pues
«ética» se sigue de aquel sentido y no es éste.2

La ética puede ser definida como una ciencia del comportamiento moral pues,
mediante un exhaustivo análisis de la sociedad se determina como es que deberían
(hipotéticamente hablando) actuar todos los miembros pertenecientes a ella. 3

II. ÉTICA PROFESIONAL

La ética profesional hace referencia al conjunto de normas y valores que hacen y


mejoran al desarrollo de las actividades profesionales. Es la encargada de determinar
las pautas éticas del desarrollo laboral mediante valores universales que poseen
los seres humanos. Aunque ésta se centre en estos valores, se especifica más en el
uso de ellos dentro de un entorno plenamente laboral.4

¿Para qué necesito la ética en mi profesión?

No basta tener conocimientos científicos y tecnológicos para el desempeño


profesional de calidad, hace falta vivir valores en el ejercicio de la profesión. En la
práctica de la profesión se requiere de la ética para reflexionar sobre las normas
morales que rigen el comportamiento del profesional para con sus colegas y clientes.

Existes diferentes tipos de éticas profesionales entre ellos, la Ética profesional


del abogado, si bien siempre son importantes lo valores para cada profesión, pero
específicamente en la abogacía se ponen en práctica aquellos que son fundamentales,
como por ejemplo, la justicia, la honestidad, la lealtad, la diligencia y el secreto
profesional.

1Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2014). «ética». Diccionario de la lengua
española (23ª edición). Madrid: España. ISBN 978-84-670-4189-7.
2 Corominas, Joan. Diccionario crítico etimológico castellano e hispano.

3 https://concepto.de/etica/#ixzz621K5vnYj

4 https://concepto.de/etica-profesional/#ixzz620BmiAYZ

2
III. CARACTERÍSTICAS DEL JURISTA

Una definición general de Jurista de acuerdo al Diccionario de la Real Academia,


es la persona que se dedica al estudio del derecho o lo ejerce como profesión.5

En primer término, el buen Ministerio Público, el buen Juez, el buen perito, en definitiva,
el buen jurista, no puede ver su profesión como un simple medio para su sustento
económico. Por desgracia, en el ámbito del ejercicio profesional, especialmente entre
los abogados penalistas, se suele enfatizar mucho este aspecto como el prioritario, y a
veces único. Lo importante es hacer dinero, caiga quien caiga, desnaturalizando con
esta actitud a la profesión jurídica. Es verdad que haber estudiado una profesión y
ejercerla ayuda a obtener recursos económicos, pero “esto no ha de llevar al error de
considerar que las profesiones son exclusivamente un instrumento para obtener
ganancias económicas o para lograr estatus social”. 6

La falta de vocación por el ejercicio de la profesión jurídica. Ya no es esa voz interior


que nos invitaba a seguirla con pasión y amor, convencidos de que con ella se podía
alcanzar un mundo mejor. Ahora, pareciera que la profesión se ha convertido en una
válvula de escape al desempleo, creyendo falsamente que siendo una actividad
relativamente sencilla podremos pronto ser llamados profesionistas del derecho y
dedicarnos a ésta, pero sin vocación.

Es por ello que la finalidad que busco según mi punto de vista, la ética puede formar
parte medular de la formación de un jurista o conocedor del derecho.

IV. PRINCIPIOS ÉTICOS EN EL NUEVO SISTEMA PENAL


ACUSATORIO Y ORAL, Y SUS PROTAGONISTAS

Para poder adentrarnos en el esclarecimiento del significado de principio ético, se


hace necesario que, en primer lugar, procedamos a determinar el origen etimológico de
las dos palabras que le dan forma:

5 Real Academia Española. (2019). jurista. 10 de octubre del 2019, Diccionario del Español Jurídico Sitio web:
https://dej.rae.es/lema/jurista
6 Malem, Jorge, “La profesionalidad judicial”, en Cátedra Ernesto Garzón Valdés, México, Fontamara, pp. 103-108.

3
-Principio deriva del latín “principium”, que puede traducirse como “tomar lo primero” y
que es fruto de la suma de “primus”, que es sinónimo de “el primero”; el verbo “capere”,
que equivale a “tomar”; y el sufijo “-ium”.

- al inicio del presente ensayo quedo aclarado que Ético, emana del griego. Más
exactamente es fruto de la unión de “ethos”, que significa “costumbre”, y del sufijo “-ico”,
que expresa “relativo a”.7

Un principio es el comienzo de algo. El concepto también se emplea para nombrar a


un valor o a un postulado que se tiene en cuenta para el desarrollo de una acción.
Ético, por otra parte, refiere a lo relacionado con la ética (la rama filosófica que se
centra en los asuntos morales). La ética, en este sentido, está formada por las reglas
morales que se toman como base para el accionar. Con estas aclaraciones, podemos
analizar la noción de principio ético. Se trata de una regla que sirve como guía para
definir la conducta, ya que recoge aquello que se toma como válido o bueno.

Al hablar sobre “Ética en el Sistema Penal Acusatorio” el Dr. Javier Saldaña, sostiene
que: “hoy en las Universidades poco se está haciendo por introducir el argumento ético
en la formación de los abogados. Se ignora que la ética en las Universidades y en
general en el mundo público se ha convertido en un artículo de primera necesidad”.
Agrego que “los esfuerzos que se hacen en materia de capacitación son importantes
pero no van a tener ningún eco si no existe alguien que sea capaz de recordarle esos
principios éticos que todo abogado tendría que hacer suyos en el ejercicio de su
profesión. El Derecho en general es hoy ya insuficiente y si queremos que nuestra
sociedad progrese no podemos darle la espalda al argumento ético”. 8

Sin lugar a duda la vida cotidiana, nos enfrenta constantemente a decidir sobre la
manera en que debemos actuar, pero estas decisiones adquieren una gran relevancia

7 Pérez Porto, Julián y Merino, María. Publicado: 2013. Actualizado: 2015. Definición de principio ético
(https://definicion.de/principio-etico/)
8 JOSÉ DANIEL HIDALGO MURILLO. (09/junio/2016. La Ética en el Sistema Penal Acusatorio Mexicano. 10/ octubre/2019, de

Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM Sitio web: https://www.facebook.com/notes/jos%C3%A9-daniel-hidalgo-murillo/la-


%C3%A9tica-en-el-sistema-penal-acusatorio-mexicano/1560950944210814/

4
cuando quien las toma desempeña una profesión que incide directamente en la vida de
las personas.

Tal es el caso de los abogados, a quienes acude la sociedad y cuyas decisiones, desde
lo más variados ámbitos de competencia, determinan la solución a la litis planteada. La
labor del abogado, se encuentra pues encaminada a la consecución de uno de los
valores que la historia de la humanidad ha enaltecido a través de su constante
búsqueda: “la justicia”.

Desgraciadamente se ha pensado que un buen profesionista es aquel que solo posee


conocimientos técnicos: esta es una de las grandes deformaciones de lo que un buen
profesionista es; para ser un buen juez, un buen policía, un buen ministerio público, un
buen abogado, etc., se requiere tener estatura moral, es decir, hacer suyos esos
principios éticos que han caracterizado a la profesión y que se encuentran en los
últimos tiempos en los códigos deontológicos.

Instalados ya en el nuevo sistema penal acusatorio, cabría identificar y distinguir dos


tipos de principios: aquellos que se encuentran expresamente establecidos en el
capítulo I del Código Nacional de Procedimientos Penales, y aquellos que no estando
en esta larga lista aparecen más adelante, y son los que podríamos calificar como
propiamente deontológicos.

Es el caso de aquellos postulados que orientan las actuaciones profesionales de los


tres principales protagonistas del nuevo sistema de justicia penal acusatorio y oral, a
saber: el Ministerio Público (en adelante MP), la policía, los jueces y magistrados.9
¿Cuáles son estos principios?, ¿dónde se encuentra ubicados en el CNPP?, ¿cuál es
su alcance? Son algunas de las preguntas que tratare de responder a continuación.

Principios Ético-Jurídicos del Ministerio Público, La Policía y El Juez

Antes de referirnos a los específicos principios de MP, la policía y el juez en el


nuevo sistema penal acusatorio y oral, es importante llamar la atención sobre algunos

9Gullién, López, Germán, “La investigación Criminal en el sistema penal acusatorio”, en Colección de Juicios Orales, 6, México,
UNAM-Instituto de Formación Profesional de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, 2014, pp. 21-29.

5
problemas que directamente afectan a estos tres servidores públicos. Uno de estos
quizás de los más significativos es la pretensión de introducir el argumento ético en las
actuaciones del MP (también de la policía), digamos, enseñarles ética, ha tenido un
éxito más bien nulo. Algunos esfuerzos aislados se han realizado para instituir la ética
en el ámbito judicial (a decir verdad, también con pocos resultados), pero han sido muy
pobres los dirigidos al resto de protagonistas del nuevo sistema penal acusatorio y oral.

Lo anterior es preocupante si observamos el excesivo poder con el que cuenta el MP en


el nuevo sistema, pues como se sabe, de este servidor público depende el éxito o
fracaso de todas las actuaciones posteriores en el nuevo paradigma penal. El MP tiene
a su poder la conducción de la investigación, igualmente la coordinación y trabajo de los
policías y peritos que intervienen en ésta, así como el ejercicio o no de la acción penal,
y todas aquellas diligencias que ayuden a demostrar o no la comisión de un delito; esto
según lo establece el artículo 127 del Código Nacional de Procedimientos Penales.

Llamo la atención sobre la necesidad de capacitación en materia de ética para los


Ministerios Públicos, porque como se sabe, muchas veces la actuación de este
funcionario depende entre otras cosas de sus propios intereses, o de los intereses de
quien lo nombró. En más de una ocasión se ha llegado a conocer que es por
instrucciones de sus superiores que el MP no ejerce la acción penal cuando la debería
de ejercer, o la ejerce cuando no debería, o simplemente le ordenan archivar el
expediente.

Depositar el ejercicio de la acción penal en la institución del MP, implica el más alto voto
de confianza social, con el pleno conocimiento de que aquellos por quienes será
ejercido, lo harán con plena observancia al marco jurídico aplicable y pleno respeto a
los derechos humanos.

Ahora bien, la ética en el ejercicio de la labor ministerial, policial y del juez, se encuentra
en la actualidad enmarcada en diversos ordenamientos jurídicos que rigen la actuación
de los agentes del Ministerio Publico, La policía y del Juez.

6
En este sentido, la Procuraduría General de la Republica y las de los Estados, tienen
como misión: contribuir a garantizar el Estado democrático de derecho y preservar el
cumplimiento irrestricto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
mediante una procuración de justicia eficaz y eficiente, apegada a los principios de
legalidad, certeza jurídica y respeto a los derechos humanos, en colaboración con
instituciones de los tres órdenes de gobierno y al servicio de la sociedad.

Con la finalidad de contar con un marco ético para el personal de la institución, a fin de
orientar su conducta y lograr un adecuado desempeño en las funciones que presta a la
sociedad, el 18 de octubre del 2017 se publicó en el periódico oficial del estado de
Tabasco el Código de Conducta de la Fiscalía General de Estado de Tabasco, así
como el Código de Ética de la Fiscalía General de Estado de Tabasco.

Pero no solo se exige la ética del MP para salvaguardar su independencia respecto a


los poderes del Estado, sino que también es necesaria para cumplir cabalmente con
otras importantes funciones que el propio Código Nacional de Procedimientos Penales
le encomienda. Piénsese en la exigencia que establece el artículo 128 en su fracción
XVIII, que describe la obligación por parte del MP de ser un conciliador que promueva
“la aplicación de mecanismos alternativos de solución de controversias o formas
anticipadas de terminación del proceso penal”. Es obvio que si tal funcionario no cuenta
con un conjunto de idoneidades éticas, más allá de las puramente técnicas difícilmente
podrá cumplir con la función encomendada en esta fracción.10

Algo análogo podemos decir de la policía, la que representa uno de los mayores
problemas y retos para el nuevo sistema penal acusatorio. Como se sabe, este sector
ha sido uno de los más abandonados en la formación y capacitación técnica, ni qué
decir en la instrucción ética, que salvo algunas excepciones no ha interesado a las
procuradurías y fiscalías respectivas. Con cierto desdén se llega a afirmar que si no se
capacitan a los Ministerios Públicos, menos los policías. Pero la formación y
capacitación en materia de ética es muy importante para la policía en el nuevo sistema.
10 Sobre la exigencia ética del MP, particularmente la de probidad, véase García, Ramírez, Sergio, “Temas del nuevo
procedimiento penal. Las reformas de 1996, 2008, 2013 y 2014”, en Colección de juicios orales, 25, México, UNAM, 2016, pp. 31
y 32.

7
Piénsese, por ejemplo, en cuestiones tan delicadas como preservar el lugar de los
hechos donde se cometió el delito (fracción VIII del artículo 132 de CNPP), o la
recolección y reguardo de los objetos relacionados con la investigación, según
establece la fracción IX del mismo artículo 132.

Sobre estas bases considero analizar los principios ético-jurídicos que rigen el actuar
institucional, es decir, de los protagonistas en el nuevo sistema penal acusatorio y oral.

 Principio de legalidad

El primer principio que enumera el Código Nacional de Procedimientos Penales tanto


para el MP como para la policía, y por extensión al juez, es el de la legalidad. ¿Qué
significa este principio y cuál es su alcance desde la ética o deontología profesional?

Pues significa el conocimiento y respeto y observancia de la Ley, como base de la


debida motivación y fundamentación que se debe observar en el ejercicio de su
encargo.

El objetivo que se persiguió con la subordinación de los jueces a la ley no fue otro
que garantizar la seguridad jurídica como el valor más importante del derecho. Sin
embargo, ¿qué significa realmente la expresión “seguridad jurídica”? ahora bien
suponiendo que tenemos una certeza del significado de esta expresión, ¿la seguridad
jurídica se consigue con la simple aplicación de la ley?, y en un contexto más amplio,
¿el principio de legalidad ha de comprenderse con la sola remisión de la ley?

El principio de legalidad hace referencia a la Constitución, y la remisión directa a


los derechos humanos que este contiene. Así, tenemos que el principio de legalidad no
pasa por la ley, pasa antes por la Constitución y por los valores que ésta protege.
Zagrebelsky lo ha señalado con toda claridad: “La ley por primera vez en la época
moderna, viene sometida a una relación de adecuación, y por tanto de subordinación, a
un estrato más alto de derecho establecido por la constitución” 11

11Zagrebelsky, Gustavo, Il Diritto mitte. Legge, diritti, giustizia, Turin, Giulio Einnaudi, 1992, Trad. Cast. M. Gascón, El derecho
dúctil, Valladolid, Trotta, 1999, p. 34

8
De este modo, a partir de la reforma constitucional de 2011, todo funcionario
deberá someter sus actuaciones al principio de legalidad, en el sentido en el que lo
hemos explicado, respetando y protegiendo la dignidad humana y los derechos que le
son inherentes. Obviamente no pueden excluirse de esta exigencia constitucional los
funcionarios nombrados en el CNPP, específicamente los señalados en los artículos
127, 131, 132 y 134 de dicho ordenamiento.

 Principio de objetividad

Otro de los principios ético-jurídicos que enuncia el artículo 131, fracción XXIII, del
CNPP para el Ministerio Público, es el de objetividad. En este artículo se señala que
dicho funcionario público deberá apegar su actuación a este principio. La misma idea se
encuentra establecida como exigencia para la policía en el artículo 132 y, naturalmente,
para el caso de los jueces, al artículo 100, párrafo séptimo, de la Constitución, lo señala
para estos mismos funcionarios del nuevo sistema penal.

El Código de Ética de la Fiscalía General del Estado de Tabasco, establece que


este principio “consiste en ver la realidad tal y como es y no como queremos verla,
separando las emociones, la experiencia y aprendizaje de la realidad, a efecto de tener
claridad sobre la verdad y las decisiones que se deben tomar”.12

Tomando en consideración lo que establece el anterior documento, es posible


inferir dos rasgos identificatorios del principio de objetividad. El primero de ellos es que
la objetividad se contrapone a la subjetividad, y el segundo es que la objetividad tiene
como propósito esencial buscar la verdad desde la perspectiva única del derecho.

De este modo, la objetividad como principio ético-jurídico se refiere a la actuación


de cualquier servidor público por la que ha de rechazar todo tipo de influencia o
perjuicio interior que de algún modo pueda determinar la conducción de sus
actuaciones y los resultados de éstas.

12 Fiscalía General del Estado de Tabasco. (2017). Código de Ética de la Fiscalía General de Estado de Tabasco. 18 de octubre
del 2019, de Periódico Oficial Sitio web:
https://www.fiscaliatabasco.gob.mx/Content/Descargas/Normatividad/codigo_conducta_FGE.pdf

9
 Principio de eficacia

Obliga al uso racional y óptimo de los recursos y medios dispuestos para alcanzar los
objetivos trazados de la manera más productiva posible.

 Principio de independencia

Uno de los más importantes principios éticos-jurídicos que el nuevo sistema penal
acusatorio y oral exige a los protagonistas del mismo es el de independencia. No se
puede llevar acabo a buen puerto el sistema si no hay MP, policías y jueces realmente
independientes. Sin embargo, a pesar de ser esto evidente, dicho postulado no fue
recogido expresamente en la nómina de principios que el artículo 131, fracción XXIII,
señala para el caso de los MP, o en el primer párrafo del artículo 132 del Código
Nacional de Procedimientos Penales para el caso de la policía. Este principio, sólo se
exige explícitamente para el juez en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.

El que se haya omitido mencionar expresamente este principio para los


funcionarios aludidos podría hacer pensar, por ejemplo, que no se puede hablar de
independencia en el caso de la policía, porque sus actuaciones están sujetas al
mandato del MP, según establece el artículo 132 del CNPP.

Podría afirmarse también que tampoco es posible tratar con propiedad de


independencia del MP, porque como señala la fracción X del artículo 131, este
funcionario deberá solicitar autorización al órgano jurisdiccional para realizar actos de
investigación y las demás actuaciones que sean necesarias dentro de la misma. ¿Será
verdad que ni la policía ni el MP han de ser independientes a la hora de realizar su
trabajo?

En rigor, la respuesta a esta pregunta ha de ser afirmativa. Tanto el MP como la


policía, igual que le juez, tiene que ser independientes. El problema es cómo exigir
independencia a estos funcionarios con las dos restricciones arriba mencionadas.

10
Como respuesta diría que el MP y la policía en el nuevo sistema deben contar con
independencia de criterio, dirigido cada una de sus actuaciones de acuerdo con su
preparación jurídica (caso de los MP), o los conocimientos técnicos que posea (coso de
la policía) y, evidentemente, del anclaje ético que deberían tener, sin dejarse influir por
ningún tipo de presión, sugerencia, recomendación o imposición.

 Principio de profesionalismo

Se traduce en la obligación de las y los servidores públicos para ser, saber y hacer lo
que les corresponde acorde a su encargo.

Sea cual fuere la labor, el profesionalismo nos obliga a actuar con responsabilidad,
dedicación y respeto; a sentir orgullo por lo que realizamos y trasmitir a los demás ese
sentimiento.

 Principio de honradez

Se traduce en la fortaleza de actuar con rectitud en apego a la verdad y la justicia,


resistiendo las tentaciones del poder, de dinero y del favor.

 Principio de respeto a los derechos humanos

Se traduce en la obligación permanente de reconocer, promover y garantizar y proteger


los derechos humanos inalienables e imprescindibles de las personas.

Abordar el principio de los derechos humanos en el nuevo sistema penal


acusatorio y oral sería, en sí mismo, una empresa que excedería las pretensiones de
este primer acercamiento a la ética dentro del nuevo paradigma penal.

Como sabemos, el 10 de junio de 2011 se modificó la Constitución Política de los


Estados Unidos Mexicanos en su artículo primero, para incluir la expresión “derechos
humanos” en el cuerpo de la misma. Que entre otras cosas en su párrafo tercero
precisa: “Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación
de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con
los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En

11
consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones
a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.”

Lo trascendente del citado artículo es la obligación y exigencia que tiene cualquier


operador jurídico mexicano de tomar en consideración para su trabajo profesional dicho
artículo.

Otro punto importante es el criterio de interpretación que todas las autoridades,


pero principalmente los jueces, deberán hacer en materia de derechos humanos.

¿Habrá algún derecho humano implicado en el nuevo sistema penal acusatorio y


oral? La respuesta es obvia, y es precisamente por esta obviedad por la que los
involucrados en este nuevo sistema están obligados a velar por los derechos humanos
de todas las personas involucradas en el nuevo sistema penal, tal y como establece el
segundo párrafo del artículo 4º, que reconoce la idea de la dignidad como fundamento
de estos derechos.

En mi opinión solo desde la idea de la dignidad de la persona es como se puede


entender el capítulo II del CNPP, donde encontramos derechos tan significativos como
el derecho a la intimidad y privacidad del artículo 15, el de una justicia no solo pronta,
sino también de calidad, establecido en el artículo 16, el derecho a una buena defensa
y asesoría jurídica adecuada e inmediata, como lo prescribe el artículo 17, el derecho
que se tiene a la libertad personal consignado en el artículo 19, entre otros.

Cualquier servidor público involucrado en el nuevo sistema penal acusatorio y oral


debe estar lo suficientemente persuadido de que su misión esencial ha de ser la
salvaguardia y respeto incondicionado de las personas y de sus más elementales
derechos. Pero esto nunca podrá alcanzarse si no se reconoce le valor de la persona
humana, de su intrínseca dignidad y de sus derechos naturales más fundamentales.
Aquel Ministerio Público, aquel policía, o aquel juez que no tiene arraigada tal
convicción verá al ser humano como un simple instrumento, como una cosa de la que
puede disponer para justificar cualquier acción, incluso las que lo ayuden a legitimarse
ante sus superiores.

12
CONCLUSIÓN

De todo lo anterior señalado, solo quedaría enunciar algunas conclusiones en este


acercamiento a la ética dentro del nuevo sistema penal acusatorio y oral.

Las escuelas y las facultades de derechos asumen una gran responsabilidad ya que, al
desarrollar y trasmitir conocimientos sobre el derecho, perfilan la experiencia jurídica de
la sociedad.

La actividad de la ética del MP, del policía y del Juez quedan cubiertas por las
directrices que las éticas aplicadas han venido desarrollando, al menos desde la
década de los años sesenta, y las cuales imponen hoy un nuevo modelo del
profesionista, que ha de estar comprometido esencialmente con la excelencia en la
realización de su trabajo. Así estos tres protagonistas del nuevo sistema penal
acusatorio no pueden reducir su labor a meras repeticiones burocráticas, como en el
viejo sistema, sino que han de caracterizarse por un ethos de servicio bien realizado,
como es el objetivo de las éticas aplicadas, particularmente de las éticas profesionales.

Las funciones que tanto el policía como el MP y el juez deben desarrollar según el
Código Nacional de Procedimientos Penales están relacionas a un conjunto de
principios rectores de dicha actividad. Pero al lado de estos principios existen otros más
propiamente deontológicos.

Pareciera entonces que todo el sistema penal acusatorio y oral ha de estar guiado por
el faro de la ética, un faro sin el cual seguramente el barco de este nuevo paradigma
simplemente encallará, con su consecuente hundimiento. Ya que es bien sabido que
desde siempre se han aprobado practicas tan perniciosa como la tortura, la
desaparición forzada de seres humanos, igual que la trata de personas, entre otros
delitos. Se justifica también la mala investigación, la falsa acusación, la deficiente
defensa, etcétera, todo con tal de mantener el trabajo, quedar bien con los superiores, o
simplemente por mantener lleno el bolsillo.

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