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SEMINARIO BIBLICO SICUANI

Programa de residencial

Curso:

POSTMODERNIDAD

Alumno:
RODNI MAMANI QUISPE

Profesor:
JOSUE GALLEGOS SALAS

LA FE EN LA
POSTMODERNIDAD

SICUANI, Noviembre del 2018


ÍNDICE

I. LA FE EN LA SOCIEDAD POSTMODERNA

A. Descripción de la cultura posmoderna

B. ¿Cómo vivir una eclesiología cristiana relevante en la era

posmoderna?

C. Jesús: paradigma universal

D. Eclesiología relacional: diálogo interno y externo

E. Referente moral: de la teoría a la praxis del evangelio social

II. LA INCULTURACION DE LA FE EN LA POSMODERNIDAD

SECULARISTA

A. Un escenario pos cristiano

B. Un cristianismo más auténtico

III. LA TRANSMISIÓN DE LA FE EN EL POSTMODERNISMO

A. Actitud ante los cambios culturales

B. La personalidad de quien habla

C. Identidad cristiana y autenticidad

D. Hablar sobre la Fe

IV. LOS ALCANCES DE LA FE EN LA POSMODERNIDAD

A. Las tendencias actuales de la religión

B. Doctrina social de la iglesia


INTRODUCCIÓN

En esta investigación del tema acerca de la fe en la postmodernidad el curso de

postmodernidad encomendada por el pastor Josué gallegos salas, en primer

punto puse la fe en la sociedad postmoderna y puse su subpunto de las

descripciones y así poder entender un poco más acerca del punto principal

el siguiente punto es la inculturación de la fe en la posmodernidad secularista

como puede ser el calificativo como cristianos se puede nombrar, el tercer punto

es la transmisión de la fe en el postmodernismo como cristianos como podemos

transmitir y hablar a las culturas y a la sociedad la fe que tenemos por ultimo

cuales son los alcances de la fe en la posmodernidad por ejemplo las tendencias

actuales de la religión y doctrina social de la iglesia en las siguientes paginas

estaré desarrollando el tema que me encomendaron


I. LA FE EN LA SOCIEDAD POSTMODERNA
A. Descripción de la cultura posmoderna

Las culturas están sujetas a evolución y cambios. Según muchos, esta


transformación ha sido tan fuerte en el mundo occidental en el único tercio del
siglo XX que se puede hablar de un verdadero “cambio de épocas”, pasando de
la modernidad a la postmodernidad. Vamos a intentar presentar los principales
rasgos de la cultura postmodernidad desde sus textos y autores más
representativos.

Empecemos a describiendo que es la postmodernidad, empresa nada fácil. Se


trata de una nueva pauta cultura consiste ante todo, en el “fin de la modernidad”
o sea, la pérdida del sentido de la historia, del progreso, de la utopía, que se
había venido desarrollando desde XVI hasta el siglo XX, con una serie de
grandes hitos, (fin del renacimiento, las luces revolución francesa, revolución
industrial, y utopía positivas, marxismo y sus aplicaciones) fuente a aquellas
ideales, ahora se da una especie de “milenarismo invertido”

B. ¿Cómo vivir una eclesiología cristiana relevante en la era


posmoderna?

Reconociendo las limitaciones de quien escribe y teniendo en cuenta el


panorama presentado, se proponen a continuación una serie de religiones
breves con la oración de que sirvan como pistas en el laberinto
contemporáneo de la fe. Creo profundamente que la comunidad cristiana
tiene un propósito y que el mundo necesita escuchar y abrazar el mensaje
de fe, esperanza y amor que Dios nos ha dado a través de Jesús. Su obra
evangélica es ahora nuestra.

C. Jesús: paradigma universal

La necesidad de la iglesia es que ésta se llene de Cristo. Su pluralidad debe


nacer y desarrollarse únicamente en él. Alguien decía que si “Dios es amor” y
Jesús es el verbo hecho carne, entonces “Jesús es amar”. Eso le falta a la iglesia.
Profunda decisión de amar a Cristo y a su prójimo. Hay un divorcio entre la
experiencia vital que Cristo propone y la realidad eclesiástica que la sociedad
vive y percibe. En el plano teórico todo está claro. En la vivencia diaria, aunque
sea una lucha, no tanto. Si podemos sacar algo bueno de una de las
características de la posmodernidad es la vuelta a una religiosidad íntima.
Podemos preguntarnos, ¿qué tiene esto de bueno? El hecho de que, de alguna
forma, nos recuerda e invita a interiorizar a Cristo antes de externalizarlo. En
muchas ocasiones la iglesia ha sido demostración exterior de algo que no
poseía en su interior. Hemos armado ser cristianos cuando no hemos tenido a
Cristo en el centro, ni hemos llevado una vida como tales. Reconozcámoslo.

D. Eclesiología relacional: diálogo interno y externo

La evangelización como gran comisión es comprometerse, siempre con


Jesús como paradigma, en el diálogo con la demás gente,
independientemente de sus convicciones religiosas e ideologías; en tal
diálogo resuena el Evangelio, se expresa la fe en Jesús y se entra en el
querer de Dios para nosotros y nuestros interlocutores. El objetivo de este
diálogo ¿es convencer y convertir a nuestro interlocutor? O ¿es argumentar
y defender una postura intelectual? Decididamente ninguno de los dos. Nuestro
deseo puede ser que nuestro interlocutor se entregue a la verdad de Cristo,
pero éste no es ni nuestro objetivo ni nuestra tarea, pues esto es cosa del
Espíritu de Dios. El diálogo es misión, y nuestro único objetivo y responsabilidad
es conversar y compartir.1

E. Referente moral: de la teoría a la práxis del evangelio social

No podemos dejar de lado el conocimiento de las enseñanzas bíblicas, su


dimensión profética y escatológica, pero hasta la doctrina, tanto en el Antiguo
como en el Nuevo Testamento, lejos estaba de ser una teoría que no tuviera
nada que ver con la praxis de las comunidades de fe; ésta habla de una
experiencia del mundo y de la vida centrada en la experiencia en, con y
mediante la fe. Por eso el corazón del evangelio late así: «en esto conocerán
que sois mis discípulos, en que os amáis unos a otros» ( Juan 13:35),
pues «toda la ley se resume en un sólo mandamiento: “Ama a tu prójimo
como a ti mismo”» (Gálatas 5:14). Es mejor conversar y compartir el evangelio2
con una vida coherente y una praxis real que con los argumentos de la

1
GIL, SAMUEL “¿Por qué creo en Dios? Diálogos acerca de lo trascendental” España 2012
2
SOLDEVILLA GIL SAMUEL La fe en la sociedad posmoderna
boca: «nos deleitamos en compartir con vosotros no sólo el evangelio de
Dios sino también nuestra vida» (1 Tesalonicenses 2:8).

Jesús no habla de una entrega parcial de nuestro tiempo y vida a la


voluntad de Dios, sino de una entrega total. La eclesiología, la comunidad
de fe, tiene el potencial de convertirse en un referente moral para el mundo.
No por ella misma, sino porque la ética de Jesús es una ética de máximos. Si la
iglesia quiere ser relevante tiene que responder a las necesidades sociales
actuales, responder humanamente desde principios divinamente inspirados.
Praxis social: «todo el que me oye estas palabras y no las pone en
práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena»
(Mateo 7:26).

II. LA INCULTURACION DE LA FE EN LA POSMODERNIDAD


SECULARISTA

Lejos de pertenecer a un pasado donde siempre se hacía presente un conflicto


entre el trono y el altar, las tensiones entre religión y política muestran una rica
vitalidad, también en la cultura propia de la posmodernidad secularista. Estas
nuevas tensiones reflejan unos rasgos propios que las diferencian de las
anteriores, por ejemplo el valor que dicha cultura otorga a la representación de
los símbolos, teniendo en cuenta su impacto en la vida social.

A. Un escenario pos cristiano

un mundo que cada vez con mayor propiedad puede calificarse de pos cristiano.
No es que el cristianismo haya pasado de moda porque el cristianismo no es una
moda, pero sí de verificar que unas formas institucionales que en sus grandes
orientaciones respondían a la estructura fundamental del mensaje evangélico
ahora han dejado de hacerlo. Esta nueva realidad es la que ha comenzado a
denominarse pos cristianismo: El crecimiento geométrico de una adveniente
mentalidad ya no solamente centrada en una nueva espiritualidad al estilo de la
New Age que sería en última instancia religiosa, sino también en una concepción
inmanentista de la existencia humana que constituye una nueva forma de
increencia, representada por el humanismo secular. Sería claramente contraria
a la esperanza cristiana una mentalidad abandónica que con un criterio
supuestamente realista terminara resignando la virtualidad del bien en la historia.
Ciertamente nunca ha sido ésa la actitud cristiana, sino precisamente la
contraria.

La experiencia cristiana muestra que hay tiempos de bonanza en la vida de la


Iglesia y hay tiempos en los que se hace presente la dificultad, y donde el camino
de la existencia cristiana se torna lleno de esperanzas. No hay ninguna novedad
en ello, desde el Evangelio hasta nuestros días, puesto que la condición natural
de la vida cristiana es ir siempre en contradicción de la sensibilidad mundana,
sin que esto signifique, al contrario, una negación de los valores temporales.3

B. Un cristianismo más auténtico

El sentido claramente hostil que tuvo la Revolución Francesa hacia la Iglesia


católica no encuentra explicación solamente en la filosofía ilustrada
fundamentada en un puro racionalismo, sino en una fuerte carga de
temporalismo sufrida por la estructura eclesiástica, donde la fe religiosa fue a
menudo convertida en un instrumento de poder. La religión, o mejor, la expresión
cultural de la fe tuvo que sufrir por ello y ese sufrimiento tuvo un sentido
purificador.

Es también verdad que el cristianismo no es solamente una religión puramente


interior sino que por su propia naturaleza se extiende igualmente a la vida social.
La fe como expresión de la persona en el culto tiene una dimensión personal y
una dimensión social. Más aún, sin ningún riesgo de incurrir en un temporalismo
e incluso en un fundamentalismo, el magisterio de la Iglesia ha enseñado que el
reinado social de Cristo se extiende no sólo al nuevo pueblo de Dios, sino que
comprende también a quienes son ajenos a la propia fe cristiana, para concluir
que todo el género humano se halla bajo la potestad regia de Jesucristo, que en
cuanto divina reviste un carácter universal.

El espíritu cristiano, de otra parte, no puede quedar entrampado en una Litis


permanente que mira al otro como la representación del mal, porque todo prójimo
aun en el error y el pecado, es primordialmente un recipiendario de nuestro amor.
Esta actitud lleva a dialogar con todos y no solamente con aquéllos que se

3
ROBERTO BOSCA La fe en la posmodernidad secularista
conforman más o menos con la sensibilidad evangélica. Hay todavía mucho
prejuicio e incluso hasta cierta altanería entre los propios fieles cristianos que
Suele advertirse en un ánimo crispado que inhibe un auténtico testimonio del
espíritu evangélico cara a estas nuevas realidades culturales.

III. LA TRANSMISIÓN DE LA FE EN EL POSTMODERNISMO


A. Actitud ante los cambios culturales

El cambio cultural, al que asistimos, no puede llevar a los cristianos a una


perplejidad generalizada. No puede ser que en todas direcciones se vean
personas preocupadas y agobiadas que añoran los tiempos pasados. Pues es
Dios mismo quien actúa en los cambios. Tenemos que estar dispuestos a
escucharle y dejamos formar por Él.4

B. La personalidad de quien habla

Para tratar sobre Dios, no sólo hace falta tener en cuenta el ambiente que nos
rodea. Todavía más decisiva es la personalidad de quien habla: porque, al
hablar, no sólo comunicamos algo; en primer lugar, nos expresamos a nosotros
mismos. El lenguaje es un "espejo de nuestro espíritu”. Existe también un
lenguaje no verbal, que sustituye o acompaña nuestras palabras. Es el clima
que creamos a nuestro alrededor, ordinariamente a través de cosas muy
pequeñas, como son, por ejemplo, una sonrisa cordial o una mirada de
aprecio. 5

Cuando faltan los oligoelementos en el cuerpo humano, aunque sean


mínimos, uno puede enfermar gravemente y morir. De un modo análogo
podemos hablar de "oligoelementos" en un determinado ambiente: son
aquellos detalles, difícilmente demostrables y menos aún exigibles, que hacen
que el otro se sienta a gusto, que se sepa querido y valorado.

4
F. NIETZSCHE, La gaya ciencia (1887), Palma de Mallorca 1984
5
E. SCHOCKENHOFF, Zur Lüge verdammt, Freiburg 2000
C. Identidad cristiana y autenticidad

Un cristiano no tiene que ser perfecto, pero sí auténtico. Los otros notan si una
persona está convencida del contenido de su discurso, o no. Las mismas
palabras —por ejemplo, Dios es Amor— pueden ser triviales o extraordinarias,
según la forma en que se digan. "Esa forma depende de la profundidad de
la región en el ser de un hombre, de donde proceden, sin que la voluntad
pueda hacer nada. Y, por un maravilloso acuerdo, alcanzan la misma región
en quien las escucha". Si alguien habla desde la alegría de haber encontrado a
Dios en el fondo de su corazón, puede pasar que conmueva a los demás con la
fuerza de su palabra. No hace falta que sea un brillante orador. Habla
sencillamente con la autoridad de quien vive —o trata de vivir— lo que
dice; comunica algo desde el centro mismo de su existencia, sin frases hechas
ni recetas aburridas.6

toda actividad cristiana puede invitar a abrirse a Dios, esté o no en relación


explícita con la fe. Pero también puede escandalizar a los demás, de modo que
las palabras pierdan valor. Edith Stein cuenta que perdió su fe judía cuando, de
niña, se dio cuenta de que, en las ceremonias de la Pascua, sus hermanos
mayores sólo "hacían teatro" y no creían lo que decían.

D. Hablar sobre la Fe

El lenguaje de la fe habla con llaneza sobre realidades inefables. Se pueden usar


imágenes para acercar el misterio trinitario a nuestro espíritu. Quien no entiende
lo que está diciendo otra persona, no puede expresar sus dudas, no puede
investigar libremente por cuenta propia. Depende del otro, y fácilmente puede
ser manipulado por él.

Es preciso explicar a los demás la propia fe tan clara e íntegramente como sea
posible. El otro quiere saber quién soy yo. Pero no sólo queremos dar a conocer
el propio proyecto vital. Tenemos el deseo de animar a los otros a dejarse
encantar y conquistar por la figura luminosa de Cristo.

6
J. DANIÉLOU, El misterio de la historia. Un ensayo teológico, San Sebastián 1963
IV. LOS ALCANCES DE LA FE EN LA POSMODERNIDAD
A. Las tendencias actuales de la religión

Dios no era lo que los cristianos presentaban conceptual o históricamente de él.


Dios no era accesible por la filosofía y mucho menos comprensible en conceptos
o términos o juicios. En el fondo de la crítica a la metafísica está la idea de que
Dios está más allá de los conceptos, más allá de las representaciones filosóficas
o populares, más allá de las simples capacidades de la gnosis humana. Podría
afirmarse que el abandono que se hacía de Dios por parte de quienes emigraban
del cristianismo, era el abandono de su imagen distorsionada por la presentación
conceptual e histórica de él.

B. Doctrina social de la iglesia

la iglesia se ha entendido como la guardiana de la verdad entendida ésta como


conjunto de definiciones o como la que custodia unos contenidos conceptuales.
Para algunos, custodiar el depósito de la fe, ha sido defender la pureza categorial
o conceptual de unos enunciados teológicos.

“Los cristianos no defienden la verdad de la revelación; la verdad de la revelación


es la que los defiende a ellos, la que les sostiene. No es la iglesia la que defiende
a Cristo, sino Cristo el que defiende a la iglesia...porque si no, las verdades que
la iglesia proclama se presentarían...como una ideología propia de la iglesia, Lo
que verdaderamente deben hacer los cristianos es mostrar que el modelo
cristiano de vivir es único, insustituíble, plenamente humano y que, por tanto,
quien sigue a Cristo está en la verdad de la vida y tendrá vida eterna.
CONCLUSIÓN

En la postmodernidad vemos la transformación y cambios ha sido fuerte en el


mundo accidental en el único tercio del siglo XX que se puede hablar de un
verdadero “cambio de épocas” creo profundamente que la comunidad cristiana
tiene un propósito y que el mundo necesita escuchar y abrazar el mensaje de fe,
esparanza y amor que Dios nos ha dado por medio de Jesucristo, lo misión de
cada creyente tiene una tarea antes que se fuera dejo una comisión para poder
comunicar de su evangelio a la sociedad.

Jesús no habla de una entrega parcial de nuestro tiempo y vida a la voluntad de


Dios, sino la entrega total, la experiencia cristiana muestra que hay tiempos de
bonanza en la vida de la iglesia y hay tiempos en los que se hace presente la
dificultad, donde que el camino del cristiano está lleno de esperanzas es esa
misma esperanza tiene que compartir a la sociedad y al mundo porque la
sociedad pide paz y esperanza y no puede encontrarla en ninguna parte sino
solo en Cristo.
BIBLIOGRAFIA

GIL, SAMUEL “¿Por qué creo en Dios? Diálogos acerca de lo trascendental”


España 2012

ROBERTO BOSCA La fe en la posmodernidad secularista

NIETZSCHE, La gaya ciencia (1887), Palma de Mallorca 1984

E. SCHOCKENHOFF, Zur Lüge verdammt, Freiburg 2000

J. DANIÉLOU, El misterio de la historia. Un ensayo teológico, San Sebastián


1963

JUTTA BURGGARF La transmisión de la fe en el postmodernismo

ROJANO MARTINEZ JESÚS La fe la sociedad posmoderna

ARBOLEDA MORA CARLOS Los alcances de la fe en la posmodernidad

SOLDEVILLA GIL SAMUEL La fe en la sociedad posmoderna

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