Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
El inicio…
¡Hola! mi nombre es Margaret pero todo mundo me conoce como “Magui”. Vivo en
Texas, no soy tan popular y mucho menos sociable; nunca lo he sido, es más paso
mi vida a través de los libros… así es, soy una chica de 17 años que ama la lectura
y no es malo: es realmente hermoso; pienso que las personas deberían leer más;
esto ayudaría a erradicar muchos de los problemas que actualmente existen y
seriamos otro tipo de sociedad; ¡pero en fin!...
El inicio de este diario fue idea de mi madre; ella me apoya siempre y en cada
momento. Aún recuerdo las claras pero dulces palabras que me dijo: “Magui, hija,
te encanta leer, eso es admirable en una chica de tu edad, que ve al mundo con
otros ojos y alimenta su mente y espíritu con miles de palabras, pero es momento
de que cuentes tu propia historia”… mamá es muy lista y creo que todo esto ya lo
tenía planeado…
Un nuevo vecino…
Por suerte llegué a unos segundos del timbre escolar y entré como rayo a mis
clases; la mayoría de mis compañeros estaban ya ahí incluyendo a Emily mi mejor
amiga y que guardaba un asiento para mí al frente de la clase, todo transcurría bien
como de costumbre… El profesor Coulson empezó a explicar el tema que quedó
pendiente, cuando de manera inesperada la señorita Smulders la vicerrectora entró
al aula pero no venía sola: un chico la acompañaba, supuse que era nuevo; pues
nunca lo había visto y si, era un estudiante de intercambio…
Posteriormente fui a la biblioteca y para mi sorpresa… John estaba ahí con un libro
pero esta vez sobre una mesa, dormido como siempre; ya no podía más, tenía que
ir a decirle… - Hola Jhon, mi nombre es Margaret, podrías leer el libro y no estar
durmiendo- Jhon rápidamente despertó pero no se veía feliz; claro, a nadie le gusta
que lo despierten…
La visita….
Ya una vez en casa, mamá me dijo que los nuevos vecinos se encontraban
instalados en la vivienda de a lado e iríamos a visitarlos para darles la bienvenida,
mamá siempre hace eso con cada vecino nuevo acompañado de su delicioso pastel
de manzana… le dije que sí, pues desde hace varios días tenía la curiosidad de
conocerlos… tocamos el timbre; una señora de apariencia amable nos abrió la
puerta y nos invitó a pasar, estuvo contándonos donde vivían anteriormente y las
causas por las que se mudaron al vecindario…
Antes de seguir ella llamó a su hijo para que viniera a saludarnos, rápidamente bajó
del segundo piso y me llevé la sorpresa de mi vida: era Jhon; quedamos
impactados, yo sin habla y el como era de esperarse dijo -¿Tú?- Dando a entender
el hecho de ¿Qué hacía ahí?....
Era mucho tener que soportarlo en la escuela y ahora tenerlo como vecino; su mamá
nos preguntó si nos conocíamos y los dos solo asentimos… mamá se quedó
impresionada y tuvo el valor de hacer la incómoda y no agradable pregunta ¿Son
amigos? Pues ella solo conoce una amiga la cual es Emily; y por más que ella me
insiste no tengo más amistades no porque se me dificulte sino porque no confío en
las personas… solo Emily se ha ganado un lugar especial.
Ya estando afuera, contemplando las estrellas, una lágrima calló de mis ojos y
empezaba a recordar momentos… cuando de repente escuché un ruido en la parte
de atrás de la casa de John, quería averiguar de qué se trataba; así que fui a
inspeccionar, me llevé la sorpresa de mi vida… pues era John en el techo que muy
cuidadosamente bajaba y salía de su casa sin permiso, sin que su mamá se diera
cuenta y quise ignorar aquel momento pues no sería testigo de su escape… pero
al momento de retroceder me pegué en la cabeza con un borde que salía de la
pared y John me escuchó, el bajó rápido y corrió hacia a mí, tirándome, pues estaría
pensando que lo delataría…
- jajaja ¿Crees que te dejaré ir con mamá? Es obvio que irás corriendo a soltar el
chisme y eso no lo voy a permitir.
-Yo no diré nada, no quiero ser testigo de lo que pasó y no me interesa a dónde
vas a estas horas, pero deberías al menos informarle a tu mamá dejándole una nota,
pero supongo que iras a hacer algún delito o no sé porque salir así de tu casa, eso
no está bien -
-Mira no tengo porque darte explicaciones de a dónde voy o que haré, solo somos
vecinos, no amigos -
- Pues en eso estoy de acuerdo, pero por favor ya quítate de encima ya te dije que
no diré nada -
John se quitó, pero no se veía igual que todos los días o incluso que hace un rato:
estaba alterado, era fácil notar su tristeza, algo había sucedido y por más que me
callera mal o que se portara tan indiferente o grosero, no podía dejarlo ir solo… no
estaba pensando en él, sino en su mamá; solo eran ellos dos porque no se habló
de más familia o una figura paterna en la casa… ella era muy linda y no permitiría
que su felicidad se arruinara por las tonterías de su hijo…
- John, iré contigo, no sé adónde pero iré, sé que no nos conocemos y que quizá no
te caiga bien y digo lo mismo: - quiero ir y no aceptaré un “no” como respuesta…
- John solo se me quedó viendo extrañado por la repentina petición de querer ir con
él y me respondió:
– Vamos a cometer actos vandálicos esta noche, hacer cosas inimaginables, que
nuestras mamás se preocupen porque llegaremos en la madrugada y beber alcohol
como locos.
- Si John, si quiero ir, me vez muy tranquila pero puedo romper un par de reglas así
como tú lo haces en la escuela -
Estaba un poco preocupada pues solo le había pedido permiso de salir a mamá un
rato y no toda la madrugada como decía John, pero todo lo hacía por evitar alguna
estupidez de John y que la señora Clarissa se quedara sola… era una total idea
loca porque apenas los conocía…
- Pensé que tendrías hambre porque cenamos a las 7:00 y ya van a dar las 11:00,
no sabía qué tipo de sándwiches eran tus favoritos así que los escogí, espero que
también sean de tú agrado -
La verdad ya tenía hambre; nos fuimos a comer a un mirador con una vista hermosa
de la ciudad, empezamos a platicar y resultó que teníamos algunas cosas en
común…
- Sabes Margaret, hasta ahora has resultado una buena compañía, no había podido
hablar tan a gusto con alguien desde hace tiempo y aunque al principio me
fastidiabas por tu plan de niña “cerebrito”, ahora tengo un nuevo concepto de ti -
-Yo no soy como tú pensabas que era, de hecho lo que te dije de embriagarnos era
broma, en mi vida nunca he tomado -
- Ahora lo se John, así como también el hecho de que no tratabas de cometer actos
vandálicos, solo buscabas un momento a solas, justo como el de ahorita -
- Así es Margaret-
Llegamos a casa, ya era la 1:00 am, al bajarme de la moto le di las gracias a John
por la bella noche de charla, emociones y estrellas…
-El de jamón es mi favorito, por cierto… - John solo sonrió y se fue a casa…
Meses después…
John, Emily y yo nos hicimos grandes amigos, eso que había ocurrido se había
quedado atrás y ya habíamos pasado muchas cosas juntos… hasta el momento era
todo felicidad, pero se venía lo fuerte… John se había estado sintiendo mal tres
meses antes, iba al doctor pero no le detectaban nada, ni le daban un diagnóstico
seguro y cada vez se sentía y se veía peor, todos estábamos preocupados por el,
ya no comía, ya no salía, solo se la pasaba durmiendo y eso no estaba bien, todo
había comenzado con moretones por todo el cuerpo, como si se hubiese caído…
Al principio todos decíamos que era por los golpes del beisbol pues jugaba y
entrenaba diariamente, quería llegar a las grandes ligas; así que no nos
preocupamos sino cuando empezaron a ser más constantes. En cierta ocasión a
medio partido le empezó a salir sangre de la nariz y se sentía muy cansado por lo
que fue la primera vez que lo llevaron al hospital; los doctores le dijeron que era por
agotamiento y excesiva actividad física por lo que le pidieron guardar reposo…
El diagnostico final…
- Un poco débil, tengo cita de nuevo, esta vez ya tienen un diagnóstico claro, ya
encontraron que tengo, espero que no sea nada malo que vaya a afectar mis
entrenamientos -
- Todo estará bien, no te preocupes, verás que pronto estarás mejor y podrás seguir
entrenando -
Horas después John me habló llorando del hospital, tan desesperado que me
asusté, me dijo que no se sentía bien y que quería mi compañía, rápidamente salí
rumbo al hospital con mi mamá, ambas íbamos preocupadas, pues la señora
Clarissa también le había marcado a mi mamá e igual estaba devastada… pregunté
en donde se encontraba el paciente John Waters y me respondieron que en el piso
tres, cuarto veinticinco…
Llegué con John, el seguía llorando en la cama y doña Clarissa estaba a lado de él,
también llorando…
-¿por qué? ¿Cómo pasó esto? Estabas tan sano, no tenías nada -
-¿hay un tratamiento? –
- ¿Cierto?-
Al día siguiente el doctor entró al cuarto, traía los estudios que le habían hecho para
ver si había algún tratamiento, el doctor dijo: ¡seis meses¡ el cuarto quedó
completamente en silencio, John solo se quedó viendo a la pared sin decir nada…
- Sabes que no puedo comer nada de eso, Magui, pero puedes comerte uno por mí
- claro John –
La noticia inesperada…
Un día estaba en mi casa haciendo tarea, cuando sonó el teléfono, mamá contestó
y me dijo que iríamos a ver a John, yo me alegré porque habían pasado tres días
en los que no había ido, entramos al hospital y casi llegábamos a su cuarto cuando
nos encontramos a doña Clarissa en el pasillo, llorando desconsoladamente, en
ese momento el corazón me latió muy fuerte y sentí algo en el pecho, algo había
pasado, corrí al cuarto de John pero no estaba; me sentía desesperada… ¿Dónde
estaba? Regresé llorando con mamá y doña Clarissa y me dijo que John había
tenido una complicación en la noche, unos dolores muy fuertes en la cabeza y le
pregunté si todo estaba bien, pero no, John había dejado de existir…
El último adiós…
Solo era una caja de madera, tapizada con un cojín y sobre este, descansaba el
cuerpo inmóvil de John, su rostro tenía un tono pálido, sus labios estaban secos y
sin color, sus cabellos y pestañas habían desparecido por todas las quimios, ese
era John, ¡mi amigo John!...
Cuando pasó por mi mente el pensamiento de que jamás volvería a ver a John se
formó un nudo en mi garganta, sentí como mis piernas no me respondían, mi cuerpo
comenzó a temblar y solté en llanto recargada sobre el ataúd… Transcurrieron
algunos segundos cuando sentí que unas cálidas manos me tomaron por detrás,
era mi madre tratando de consolarme pero ni ella podría tranquilizarme, nadie lo
haría...
Por la tarde sepultaron a John… Emily me abrazaba, mientras que mi mamá estaba
con doña Clarissa, que se miraba devastada, ella no había dejado de llorar, no
puedo imaginar el dolor que ha de sentir al perder a su único hijo, el mundo se le ha
hecho pedazos… Al final deje su pelota favorita de beisbol al lado de su lápida que
decía: John Waters 2000-2017 “Un guerrero no es aquel que siempre gana… sino
aquel que siempre lucha”
El duelo…
Han pasado 2 años desde la muerte de John, hoy encontré mi diario por casualidad
buscando entre mis cosas, ya que estoy empacando para avanzar a la
universidad…no había escrito en él desde su funeral porque no tenía los ánimos
ni las palabras suficientes, mucho menos si John no continuaba en mis vivencias
diarias y ahora que vuelvo a leer todas las páginas me lastima como aquel día…
sigo sin creer que en hojas anteriores el seguía con vida: su alegría, su chispa, su
presencia, me invaden cada renglón, cada palabra en cada párrafo de mis antiguos
escritos, de alguna u otra forma este diario me mantiene conectada a él y lo siento…
al leerlo vuelvo a ver la imagen de John que está sentado junto a mí, observándome
mientras yo escribo como loca: lo extraño, lo sigo extrañando…
John, donde quiera que estés, quiero que sepas que doña Clarissa te sigue amando
como desde el primer día que partiste… va cada fin de semana a visitarte y poco a
poco ha ido aprendiendo a vivir sin tu presencia, mi mamá y yo ahora somos parte
de tu familia… Así como su vida, sus sueños, sus metas quedaron a la mitad, así
también quedó mi corazón…