Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
En parte, el mensaje que enviamos con dicha frase es que está mal llorar y que
los fuertes no lloran. Por lo que la persona acaba experimentado culpa.
Otros ejemplos podrían ser: dolores constantes de barriga, caída de pelo, herpes,
tic en los ojos, dolores de cabeza… De una forma u otra, nuestro cuerpo nos
dirá lo que nuestra boca calle.
La tristeza, aunque parezca una emoción que no sirve para nada, nos permite
parar. Y parar nos permite conectar con nosotros y así poder reflexionar sobre
qué nos ocurre para poderlo cambiar. Este espacio nos deja hacer un análisis de
lo sucedido, ahorrando energía para luego poder buscar alternativas, entre ellas,
pedir ayuda si es necesario.
No tenemos que pasarlo solos. Si nos dejamos llevar por esta sociedad fugaz,
no nos damos tiempo para estar con nosotros mismos, por lo que seguimos
tapando el malestar, que se acaba enquistando.
Estar tristes nos hace sentir descontrolados y eso también nos da mucho miedo.
En las consultas psicológicas, hay muchos pacientes que comentan el “miedo
a caer en depresión”; cuando en realidad, lo único que necesitan es llorar, sacar
el malestar y hacer algo con ello, en suma, realizar una buena higiene
emocional. Es cuando se niega esto cuando se cronifica y es más difícil su
gestión.
Dicho en otras palabras: aceptar el malestar ayudará a que este se vaya y que no
se convierta en sufrimiento duradero.
Cuanto más descontrolados nos sentimos por dentro, más control buscamos
fuera, en lo externo. Y esa sensación ocurre cuando nos sentimos tristes y no
sabemos por qué.
Evidentemente, las personas suelen decir estas expresiones con buena fe y con
la mejor intención, intentando ayudarnos a salir de lo malo, pero el mensaje de
“no debes estar triste” vuelve a estar presente y, una vez más, la negación de la
tristeza hace que esta quede allí, latente, arañando el interior mientras
intentamos mostrarnos enteros en nuestra rutina.
Sí, cuando nos sentimos tristes somos vulnerables, pero eso no quiere decir que
seamos débiles o que estemos haciendo algo incorrecto. Que no nos digan lo
contrario.
–Anónimo–
Aceptar una emoción socialmente negativa nos hace fuertes, nos ayuda a drenar
y a liberarnos del sufrimiento. La tristeza no es una emoción inútil ni tampoco
innecesaria. Por ello, es válido sentirse mal, querer llorar y hacerlo.