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Tema 7.

- Los orígenes de la prosa 1

TEMA 7
LOS ORÍGENES DE LA PROSA
Y EL SCRIPTORIUM DE ALFONSO X “EL SABIO”
INTRODUCCIÓN
El nacimiento de la prosa literaria en la Edad Media debe contemplarse como un
proceso gradual, que se produce de forma casi simultánea en varios géneros. Este logro
es producto de dos factores: por un lado, la voluntad de las clases dirigentes (políticas y
religiosas); y por otro la madurez que ha alcanzado la lengua vulgar, que permite
culminar con éxito un proceso de estas características. Aunque aquí se estudiará por
separado cada uno de los géneros en los que se produce este paso a la lengua vulgar, hay
que recordar que no son tentativas aisladas de mayor o menor éxito, sino elementos de
un proceso más amplio que culminan en el nacimiento de una prosa apta para la
expresión de contenidos complejos.
Este tema pretende presentar un panorama de conjunto de los factores y las obras
que conducen al nacimiento de la prosa en lengua castellana y la culminación de este
proceso en la obra de Alfonso X. La magna compilación de obras científicas, legales e
históricas de este rey será posible por la existencia previa de una lengua literaria lo
bastante flexible y rica como para prescindir del latín. En este punto damos por cerrada
la etapa inicial.
En el largo proceso de nacimiento de la prosa literaria confluyen factores de tipo
político (estabilidad de Castilla, victoria de las Navas de Tolosa en el 1212), cultural
(fundación en 1212 del studium de Palencia y de la universidad de Salamanca, 1218) o
social (disponibilidad de maestros). La influencia de esa situación se manifestará
primero en las creaciones en verso, como ya se ha visto en los temas anteriores (el Libro
de Alexandre, el Libro de Apolonio, o los poemas de Gonzalo de Berceo). Aunque en la
primera mitad del siglo XIII también se está desarrollando la prosa, sus frutos serán más
evidentes en la segunda mitad, a partir de la subida al trono de Alfonso X el Sabio y por
la compilación de su monumental obra.
.
ESQUEMA
1. La prosa castellana en la primera mitad del siglo XIII
1.1. Circunstancias históricas, sociales, culturales de finales del siglo XII y del XIII
1.1.1. La identidad política y cultural de Castilla
1.1.2. El concilio de Letrán y las escuelas universitarias peninsulares
1.2. Las primeras manifestaciones de la prosa histórica: las traducciones del latín

2. Alfonso X el Sabio.
2.1. El autor, el público y la lengua
2.2. El método de trabajo y la autoría en las obras de Alfonso X.
2.3. La prosa histórica
2.3.1. La La Estoria de España
2.3.2. La General Estoria
2.4. Los libros de leyes. Las siete Partidas
2.5. Obras científicas y recreativas

3. La cronística pos-alfonsí
3.1. Las crónicas de Pero López de Ayala
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 2

Glosario
Bibliografía
Autoevaluación
Textos
Solucionario

1.1 Circunstancias históricas, sociales, culturales de finales del siglo XII y primera
mitad del XIII

La literatura, como se ha señalado en diversas ocasiones, no existe al margen del


mundo en que se crea, sino que mantiene con él muchos lazos. Estos vínculos no dan
explicación a todo el hecho literario, pero sí permiten llegar a entenderlo en su conjunto.
Por esta razón, no se puede comprender el nacimiento de la prosa castellana al margen
de las circunstancias sociales, políticas y culturales que se dan en la Península Ibérica en
el siglo XIII.

1.1.1. La identidad política y cultural de Castilla


A finales del siglo XII la Península sigue dividida en varios reinos, cristianos y
musulmanes (Portugal, León, Castilla, Aragón, Navarra, Granada), entre los cuales
destaca Castilla por su dominio geográfico y político. Sin embargo, tal primacía tenía
sus altibajos, pues al más poderoso no podían dejar de surgirle disputas con los reinos
vecinos, en especial en tiempos de debilidad. Bajo el reinado de Alfonso VIII (1170)
comienza un largo período de expansión y afianzamiento, que empieza con la derrota de
Alarcos (1195), que puso a los almohades casi en el centro de la península; pero termina
con la victoria de las Navas de Tolosa (1212), que consolidó definitivamente la frontera
y que fue el punto de partida de una gran ofensiva castellana. Esta victoria llevó, en
último extremo, a la conquista de la Meseta Sur, el valle del Guadalquivir y el reino de
Murcia.

Alfonso VIII se casó con Leonor


Plantagenet, hija de Enrique II de
Inglaterra y Leonor de Aquitania. En el
plano político, el matrimonio servía para
apoyar los intereses económicos
castellanos en el Atlántico y respaldaba a
Castilla frente a Navarra; en el plano
cultural, suponía traer hasta la nueva
patria la cultura francesa en la que se
había educado la reina Leonor. 1 En cuanto
a los apoyos internos, Alfonso VIII
contaba con el respaldo de los religiosos y
la nobleza: los primeros eran los grandes
obispos y arzobispos del reino, entre otros
Siglo XII. Miniatura que representa a Leonor el toledano Rodrigo Jiménez de Rada; los
Plantagenet y Alfonso VIII, Biblioteca Nacional.

1
Un buen testimonio de esta influencia cultural francesa puede verse en la portada de la iglesia de Santo
Domingo en Soria, que en su hechura refleja la influencia del románico francés y no los rasgos habituales
en el castellano; en el tímpano, a ambos lados, se encuentran esculpidas las efigies de Alfonso VIII y
Leonor.
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 3

nobles, menos fiables, pertenecían a los grandes linajes, por lo que los reyes debían
aprovechar rivalidades para desarrollar su poder en la forma más autónoma posible. 2

Sin embargo, todo poder y, entre ellos el poder real, necesita crear unos
instrumentos de representación y propaganda que sirvan a sus objetivos y que procuren
dos efectos: la omnipresencia, es decir, la sensación de que ese poder se encuentra en
todo el territorio y afecta a todas las personas; y la apariencia de que ese poder es tanto
como se pretende poseer. Una de las formas de hacerlo son los documentos y de forma
más general la representación de la realidad que se hace por medio de la palabra escrita;
por eso, cuando Alfonso VIII quiso promover los rasgos de identidad e individualidad
de su propio reino, recurrió a la escritura. Así la crítica ha observado cómo en los
encabezamientos de los documentos de la cancillería regia se mencionan actividades del
rey como la repoblación, la concesión de fueros, redención de cautivos, etc., que no
dejan de ser una forma de presentarse ante los súbditos y los otros poderes.
Un hito en este camino es el Tratado de Cabreros, que se firma en 1206 entre el
rey de León, Alfonso IX, y el de Castilla, Alfonso VIII. Su importancia estriba en que
se trata del primer documento de cierta extensión fechado y escrito enteramente en
castellano. Este documento no demuestra dos cosas: en el plano político que la lengua
castellana se consideraba un instrumento adecuado para la representación diferenciada
del reino; en el aspecto puramente lingüístico, que tenía los medios léxicos, sintácticos y
retóricos suficientes para poder organizar un discurso complejo como el del tratado. 3
Por otra parte, las últimas investigaciones críticas establecen que la fecha de 1245, que
figura al final del Cantar de Mio Cid, es la fecha de copia del original y corresponde al
año 1207. 4 Tenemos, pues, que en ese primer decenio del siglo XIII se siente la
necesidad desde la corte y el poder político de poner por escrito en castellano
acontecimientos cuya conservación se considera de importancia para el reino; al otro
lado, tendrá que haber un público preparado e interesado en escucharlos.
En los decenios posteriores, veremos los frutos literarios más granados de estas
corrientes: los poemas de cuaderna vía, las traducciones de las crónicas latinas, de libros
sapienciales árabes, en un camino que lleva al nacimiento de la literatura vernácula en
prosa.
El proceso de nacimiento de la literatura vernácula en prosa se puede dar por
concluido con la obra de Alfonso X el Sabio (1221-1284). Era hijo de Fernando III, que
había unido definitivamente las coronas de Castilla y León. Siendo todavía infante
participó en campañas contra los musulmanes, pero no solo demostró entonces ser buen
guerrero, sino un hábil negociador y un hombre culturalmente inquieto. Alfonso hereda
el trono en 1525 y al año siguiente tiene lugar un importantísimo suceso que marcará su
reinado: le es ofrecida la corona imperial de Alemania, a la que tenía derecho por parte
de su madre, Beatriz de Suavia. Esta empresa, llamada el “fecho del imperio”, le costará
hasta su frustración total (1275) dineros, energía y el descontento de los nobles
castellanos.
En el último decenio de su vida verá sucederse hechos trágicos: la sublevación
de los nobles en 1272, la muerte de su hijo don Fernando en 1275, el fracaso definitivo
de las aspiraciones imperiales, el levantamiento de Sancho (su segundogénito) apoyado
por la nobleza, el alto clero y los concejos. Hasta su muerte en Sevilla, el 4 de abril de

2
Este problema de la lucha entre el poder real y el nobiliario afectará a toda la política medieval, así que
nos referiremos a él en más de un tema. Se aconseja tenerlo presente.
3
Roger Wright, Latín tardío y romance temprano, Madrid: Gredos, 1989; Peter Linehan, History and the
Historians of Medieval Spain, Oxford: The Clarendon Press, 1993.
4
Para una explicación de estas equivalencias de fechas, vid. en el glosario más abajo “Era hispana”.
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1284, las guerras por la sucesión serán un frente abierto, que no se solucionará hasta
mucho tiempo después.

1.1.2. El concilio de Letrán y las escuelas universitarias peninsulares

Los intereses políticos sobre el uso del castellano que veíamos en el epígrafe
anterior coinciden en el tiempo con otros de carácter eclesiástico. En 1215 el Papa
Inocencio III convocó en Roma el IV Concilio Lateranense, cuya finalidad era luchar
contra las herejías albigense y valdense y renovar profundamente la Iglesia. Este
concilio se puede considerar uno de los intentos reformadores de la Iglesia más
importantes realizados con anterioridad al Concilio de Trento (siglo XVI). Entre otras
cosas, el IV Concilio Lateranense se preocupa especialmente por la elevación cultural
del nivel de los religiosos, extendiendo la obligación de mantener a un maestro que
enseñe gramática y otros saberes y de nombrar en las catedrales un maestro para enseñar
especialmente sus tareas a los sacerdotes. Si el clero mejoraba su nivel de formación,
influiría en la enseñanza de los fieles, hecha, claro está, en sus propias lenguas
vernáculas.
Aunque en la Península existían desde finales del siglo XI escuelas catedralicias,
algunas de gran brillantez, a principios del XIII se empezaban a mostrar insuficientes
para responder adecuadamente a las nuevas necesidades culturales. En 1212 don Tello
Téllez de Meneses, obispo de Toledo, funda un studium generale, es decir, del
equivalente a una universidad, vinculado a la catedral de Palencia. El de Salamanca
nacen en 1218 y será el que finalmente perdure por los privilegios concedidos a
estudiantes y maestros, primero por Fernando III y luego por Alfonso X, que fue su
auténtico promotor 5.
En esta confluencia de intereses políticos y religiosos veremos surgir desde el
siglo XIII castellano los primeros textos de relevancia para la literatura española.

1.2. Las primeras manifestaciones de la prosa histórica: las traducciones del latín.
Los textos históricos se escribían en latín, aunque ya a finales del XII, se
empiezan a anotar algunas noticias en lengua romance, en forma de anales, es decir,
registros muy escuetos de noticias diversas organizados cronológicamente. Sin
embargo, hasta que Alfonso X no tome la decisión de redactar sus compilaciones
historiográficas en romance, las grandes obras cronísticas seguirán escribiéndose en
latín. Cuando pasen a escribirse en castellano, la lengua cambiará, pero la concepción
historiográfica y las técnicas de organización del discurso ya empleadas en latín se
mantendrán, de ahí el interés de conocer cuáles eran esas obras cronísticas latinas. Las
dos más importantes fueron el Chronicon mundi (crónica del mundo) y el De rebus
Hispaniae (los hechos de Hispania).
El Chronicon mundi (1236) de don Lucas, obispo de Tuy, llamado “el
Tudense”, es una historia que se plantea como un relato universal para llegar hasta la
historia peninsular, lo que le servirá de modelo a Alfonso X para redactar la General
estoria. De rebus Hispaniae (hacia 1243) de don Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo
de Toledo, conocido como “el Toledano”, tiene una concepción mucho más personal y
fue una de las crónicas más difundidas a lo largo de toda la Edad Media, en latín y en
romance.

5
Para el tema de las universidades resulta muy interesante el título 31 de la segunda Partida de Alfonso
X, cuyo texto se puede leer parcialmente en la sección final del tema 10. Un estudio de conjunto sobre la
universidad de Palencia es el de A. Rucquoi, “La double vie de l’université de Palencia (c. 1180- c.
1250)”, Studia Gratiana, XXIX (1998), pp. 723-747.
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Ambas obras fueron trasladadas al romance casi inmediatamente, lo que sirvió


para que sus novedades fueran incorporadas a la historiografía en lengua vulgar, sin
olvidar que serán piedra angular en la obra alfonsí, como declara en su inicio la Estoria
de España:
E por end nos, don Alfonsso, (…) mandamos ayuntar quantos libros pudimos
aver de istorias en que alguna cosa contassen de los fechos d’Espanna, et
tomamos de la crónica dell Arçobispo don Rodrigo, que fizo por mandado del rey
don Fernando, nuestro padre, et de la de Maestre Luchas, Obispo de Tuy…”
(Alfonso X, Primera crónica general, I, p. 4a)

2. Alfonso X el sabio (1221-1284)

Alfonso X dictando el libro. Libro de los juegos, biblioteca de El Escorial

2.1. El autor, el público y la lengua


La literatura se crea sobre y a partir de la propia literatura, es decir, quien escribe
novela, poesía, etc., antes de hacerlo tiene unos modelos que le sirven de base sobre la
que establecer su propia escritura. Esta evidencia que conocemos en nuestra actualidad
hay que desautomatizarla cuando nos referimos a las obras que inauguran nuestras letras
y, en especial, en lo que se refiere a la producción de Alfonso X el Sabio.
Antes de él no existían modelos en castellano que apoyaran gran parte de su
tarea, lo que revela la innovación radical que supusieron su actitud y su proyecto
cultural. Subvertía muchos de los presupuestos admitidos en su mundo, porque la
“simple” tarea de traducir, cuya utilidad hoy no nos cuestionamos, le obligaba en ciertos
casos a romper numerosos moldes culturales. Los textos de la cultura (religiosos,
históricos, científicos, etc.) estaban en latín y no era necesario verterlos al romance, es
decir, a la lengua vulgar, porque el público al que tales obras iban dirigidas entendía el
latín y lo usaba como lengua de la comunicación culta. Sucedía igual con los tratados
científicos en árabe, que en caso de necesidad se traducían al latín, con lo que ya podían
ser empleados por todos los escolares europeos. Por tanto, hay que preguntarse: ¿para
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qué traducir esas obras al romance? ¿para qué redactar en lengua vulgar textos que
transmiten saberes escolares? ¿quién necesitaba leerlos fuera de esos escolares?
Pero aún hay más. El castellano era una lengua todavía pobre, carecía de la
flexibilidad sintáctica que requiere la argumentación. En cuanto al vocabulario
castellano, era escaso para expresar las sutilezas y matices del saber, mientras que los
términos técnicos eran perfectamente conocidos por todos en latín. Eso exigirá un
esfuerzo adicional, porque para poder ser utilizados, muchas veces tienen que ser
definidos en lengua vulgar, incluso si se usan crudos latinismos.
La tradición estaba contra el paso que dio Alfonso X, a pesar de ello el avance
no fue pequeño, sino bien al contrario, un paso de gigante que sentó en gran medida las
bases de la literatura castellana. Su influencia, sobre todo en la historiografía y el
derecho, se encontrará incluso más allá de la Edad Media y de su propio país.

¿Por qué Alfonso X dio el paso de desarrollar un corpus histórico, jurídico y


científico en castellano? ¿Qué deseaba lograr? ¿A qué público destinaba sus obras?
Un concepto político de la cultura puede explicar el enorme esfuerzo que se
realizó bajo el reinado y la dirección de Alfonso el Sabio por transmitir los
conocimientos en castellano. El rey cree que es imprescindible un patrimonio intelectual
para dar cohesión y sentido a un pueblo y para crear ese patrimonio él mismo debe
adquirir los conocimientos, seleccionarlos y transmitirlos. De esta forma consigue:
capacitar a su pueblo, prestigiar su propio poder cortesano y establecer unas líneas de
pensamiento coherentes con su proyecto político, cuyo centro es la corte. Por esta
pretensión se explica que sus obras abarquen todos los campos del conocimiento:
histórico, jurídico, científico, lúdico y poético, para tocar todos los aspectos de las
relaciones de los hombres entre sí en diversos planos y con su medio.
La conciencia de estar dotando de un patrimonio cultural a todo el pueblo
castellano no implica que para Alfonso X todos sus súbditos fueran destinatarios de sus
obras. Sus escritos pertenecen a la alta cultura (por más que estén escritos en lengua
vulgar) que sólo estaba al alcance de una minoría. Sin embargo, mientras que una obra
escrita en latín únicamente es accesible para los profesionales de la cultura, las escritas
en romance ampliaban considerablemente su círculo de posibles destinatarios,
empezando por el propio rey y los miembros de su círculo cortesano. Para ellos serían
esos códices de gran riqueza que nos han llegado, que solo tendrían sentido copiados y
conservados en las bibliotecas de los grandes señores. Aun así, muchas obras no solo
estuvieron restringidas a los estamentos privilegiados, sino que alcanzaron a otros
grupos sociales.
Los modelos de lengua castellana con que contaba el rey Alfonso X eran
escasos, porque no existían antecedentes para el uso de la lengua vulgar en la expresión
de materias de gran complejidad científica. Para paliar esta deficiencia, que afectaba
tanto al vocabulario como a la sintaxis, los compiladores reales recurrirán a algunas
técnicas propias: el empleo de préstamos del latín fonéticamente adaptados, con
definición de cada término cuando aparece por primera vez; o el uso de procedimientos
sintácticos latinos o árabes; todo ello con una fuerte conciencia y una profunda reflexión
sobre la lengua que estaba empleando.

2.2. El método de trabajo y la autoría de las obras de Alfonso X.


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El rey faze un libro, non por qu’él el escriva con sus manos, mas porque
compone las razones dél, e las emienda et yegua 6, e enderesça, e muestra la
manera de cómo se deven fazer, e desí escrívelas qui él manda; pero dezimos por
esta razón que el rey faze el libro. Otros’sí quando dezimos: el rey faze un palacio
o alguna obra non es dicho porque lo él fiziesse con sus manos, mas porqu’él
mandó fazer e dio las cosas que fueron mester pora ello; e qui esto cumple aquel á
nombre que faze la obra, e nos assí veo que usamos de lo dezir. 7
Quizá esta sea la cita más conocida y que mejor explique cuál era la intervención
del rey en las obras que consideramos suyas. Cuando se trataba de una traducción (caso
de las obras científicas), el rey elegía la obra que deseaba y se la asignaba a uno o varios
de sus estudiosos, luego él revisaba esta versión y la corregía en caso necesario. El
proceso era más complicado cuando se trataba de compilar una obra a partir de varias
fuentes, como sucede con las obras históricas, las jurídicas o las Cantigas de Santa
María. En estos casos, la elaboración parte también de la traducción de las fuentes
necesarias, decididas por el rey, éste decide el contenido de la obra y distribuye el
trabajo entre los equipos; por último revisa los resultados finales y decide cuándo puede
pasarse a la copia definitiva.
No fue Alfonso X el primero en darse cuenta de la importancia de las
traducciones del árabe para transmitir a Occidente los saberes de la Antigüedad clásica,
porque sabemos que ya en tiempos del arzobispo Raimundo, que ocupó la sede toledana
entre 1125 y 1151, se potenció la actividad de los traductores judíos, árabes y cristianos
en Toledo; esa ciudad por sus condiciones sociales y geográficas era idónea para
erigirse en centro de tales tareas 8. En esa época, un siglo antes de Alfonso, los muchos
tratados traducidos (astrología, astronomía, matemáticas, medicina, etc.) se vertieron al
latín y sólo unas pocas obras eran después traducidas al romance. El impulso de Alfonso
el Sabio resultó decisivo para potenciar y consolidar el proceso, porque con él el texto
final no era en latín, sino una obra escrita en romance castellano.
Como muestra de la importancia de estos trabajos de traducción realizados por
decisión de Alfonso X podemos citar el Libro de las tablas alfonsíes, compilación de
libros astrológicos hecha por varios sabios reunidos en Toledo a instancias del Rey. La
obra, terminada en 1277, fue traducida al latín y al hebreo, tuvo numerosas ediciones en
el siglo XVI e incluso Copérnico trabajó sobre las tablas anotándolas.

2.3. La prosa histórica


El profundo interés de Alfonso X por la historia no era solo personal, sino una
faceta más de su objetivo práctico de dotar de identidad al pueblo castellano. Trazar una
historia común suponía percibir el pasado como parte de un proyecto político unificador
con el que dar sentido al presente que se desea y con el que encarar el futuro de forma
consciente. Por eso, para llegar a la mayor cantidad posible de gente, había que hacerlo
en lengua vernácula, abandonar el latín de los clérigos y acercar la historia al castellano,
la lengua romance con la que se podía identificar todos los territorios bajo su dominio.
Esta tarea la planifica con una gran amplitud de miras en lo cronológico y en lo
histórico: se remonta muy atrás en el tiempo; y abarca pueblos diversos. Para ello debe
recoger fuentes muy variadas, de difícil combinación. El proceso combinatorio de
fuentes comienza —según nos ha explicado Diego Catalán— por la traducción de las
obras de base (el De rebus Hispaniae del Toledano, para la Estoria de España; la Biblia

6
Yeguar: ‘igualar’, del latín aequare.
7
Alfonso X, General estoria, I, libro XVI, cap. 14, p. 477.
8
Las obras sapienciales antes mencionadas son resultado parcial de la actividad traductora desarrollada
en Toledo.
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 8

para la General Estoria); sobre ellas se injertan los relatos de otras fuentes con las que
se amplía el campo del relato histórico. Eso no implica ni sequedad en la narración ni la
acumulación indiscriminada de noticias, sino que, por primera vez en el discurso
historiográfico, se aglutinan y jerarquizan esas noticias para establecer una construcción
histórica propia. Aun así, no se pueden borrar del todo las peculiaridades de cada fuente,
por lo que en el resultado final podemos percibir sus influencias estilísticas e incluso en
ciertos pasajes será posible, por ejemplo, llegar a reconstruir algunos versos de un
cantar de gesta perdido 9.
La última parte del proceso era la más complicada, consistía en distribuir la
materia aplicando un riguroso sistema de división por años, siguiendo el modo
organizativo de los anales. Para ello había que sincronizar los diversos sistemas de
cómputo cronológico de las fuentes: la historia bíblica, la Antigüedad clásica, las
historiografías cristiana y árabe. Al sincronizarlas era posible confrontar la narración de
la historia de todos los reinos peninsulares con los restantes reinos y civilizaciones; y la
de la Biblia con los demás pueblos de la Antigüedad.
Aunque para las equivalencias cronológicas recurrieron a tablas de conversión
como los Canones chronici de Eusebio de Cesarea, la aguda conciencia sobre el
problema les planteó numerosos problemas, dada la meticulosidad que buscaban. Aun
así, cuando una unidad narrativa no es posible o no conviene desgajarla en secciones de
cronología precisa, se configura como una estoria unada, es decir, como un único relato
que se despliega de forma continuada, como sucede con la narración de los hechos de
Hércules o la guerra de Troya en la General Estoria, por ejemplo.
El comienzo de los trabajos en la Crónica general y en la General estoria debió
ser simultáneo y no sucesivo, pues en un documento de 1270 se pidieron prestados a los
monasterios de Albelda y Nájera unos códices. De ellos unos se emplearían en ambas
obras, pero otros fueron usados exclusivamente para una u otra. Esta simultaneidad en
la composición explicaría bien el intercambio de materiales entre equipos de trabajo,
que seguían el mismo impulso rector de Alfonso X.
Sin embargo, no hay que pensar en una redacción lineal que comienza en el
primer capítulo y lo acaba, pasando al segundo y sucesivos de igual forma. La redacción
se hacía por partes y etapas, sumando adiciones y correcciones hasta darle la forma
definitiva; entonces se hacía la copia final. Así los pasajes especialmente complicados
por cualquier aspecto técnico se dejarían para una posterior revisión a manos de algún
maestro de categoría superior. Estos diversos estados en el trabajo quedan reflejados por
los códices conservados, que revelan muchas diferencias en sus textos, según la fase de
compilación de la que procedan. Esta forma de trabajo deberá tenerse presente en todo
momento para poder explicar las complicadas relaciones que se establecen entre los
diversos manuscritos. Este problema de estados de compilación, transmisión y versiones
afecta tanto a las obras históricas de Alfonso X como a las jurídicas.

2.3.2. La Estoria de España.


En el prólogo de la Estoria de España se traza el proyecto de lo que debía
abarcar la obra:
E por end, nos don Alfonsso, por la gracia de Dios rey de Castiella, de Toledo
(…), mandamos ayuntar quantos libros pudimos aver de istorias en que alguna
cosa contassen de los fechos d’Espanna, (…) et compusiemos este libro de todos
los hechos que fallar se pudieron della, des’el tiempo de Noé fasta este nuestro
(Primera crónica general, p. 4a)

9
Recuérdese lo estudiado sobre la épica.
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 9

El desarrollo de este programa, cuya base fundamental era la Historia del


Toledano, seguida por la del Tudense abarcaba: unos orígenes míticos, los cartagineses,
los romanos, los godos, los árabes, y el reino astur-leonés, donde se detiene la obra. Esta
detención no afectó seguramente a los trabajos de compilación de materiales, que siguió
adelante, pero sí tuvo repercusiones sobre la redacción que se consideraba definitiva y
que debía ser el resultado final de todo el proceso, que no llegó a completarse. Más
adelante, el mismo Alfonso X en sus últimos años (1282-1284) hace una revisión en
Sevilla (versión crítica), donde se introducen tipos de cambios: 1) revisa las fuentes, 2)
abrevia y 3) da mayor claridad cronológica al conjunto. El relato en esta última versión
llegaba hasta la muerte de Fernando II de León (1188).

2.3.3. La General estoria.


El propósito de la General estoria es narrar los hechos acontecidos desde el
inicio de los tiempos hasta el momento mismo en que vive Alfonso X. Para este
proyecto tan vasto no había mejor fuente que la Biblia, por lo que ese será el hilo
conductor de la obra. Sin embargo, como ha recalcado Francisco Rico, la General
estoria está lejos de ser una simple biblia romanzada 10, porque su historia se
complementa con otras muchas fuentes que añaden los asuntos de los gentiles: troyanos,
griegos, romanos, persas, etc.
El problema de casar las cronologías, como ya señalábamos anteriormente, se
solucionaba por medio de los Canones chronici de Eusebio de Cesarea, que
concordaban asuntos bíblicos y de los gentiles (véase un fragmento en Textos). Así se
van entretejiendo sobre los hechos bíblicos las historias de la Antigüedad clásica,
procedentes, por ejemplo, de las Metamorfosis de Ovidio. Estas historias de una cultura
tan distinta se interpretan en la obra según el evemerismo, es decir, despojando a los
dioses gentiles de su condición divina para considerarlos humanos excepcionales. El
carácter de obra enciclopédica que tiene la General Estoria hace que, aún hoy, no todas
sus fuentes hayan sido establecidas.
Este magno proyecto nunca fue terminado y hoy sólo conservamos seis libros,
que muestran diversos estados de elaboración. Del último apenas nos queda un
fragmento que sería un cuaderno de trabajo y no una redacción acabada. La obra llega
hasta el nacimiento de la Virgen.

2.4. Libros de leyes. Las siete Partidas.


Un reino extenso, formado por agregaciones diversas, necesita un conjunto de
leyes que lo unifiquen y en esta tarea se empeñó Alfonso X. Su culminación está en las
Las siete Partidas, un extenso conjunto de leyes provenientes de fuentes muy variadas.
Para organizar un conjunto tan amplio y complejo de leyes, los compiladores
recurrieron a los tratados medievales, pero estableciendo su propia división en siete
partes, que a su vez se dividen en “Títulos”, conteniendo cada uno varias leyes. Con esta
disposición se pretendía facilitar la consulta, aspecto fundamental en una obra de esta
naturaleza.
Cada una de esas siete “partidas” o partes desarrolla una materia legal distinta:
10
Biblia romanzada, biblia traducida a la lengua romance. La biblia, sobre todo el viejo testamento, tuvo
un importante papel en el nacimiento de la historiografía romance, como ha señalado Pedro Sánchez-
Prieto, de ahí que ocasionalmente cuando un texto sigue muy de cerca la historia bíblica pueda haber
problemas para separar lo que podría ser una simple “biblia romanzada” de una compilación
historiográfica sobre el mundo antiguo. Pedro Sánchez-Prieto Borja, "La Biblia en la historiografía
medieval", en G. del Olmo Lete (ed.), La Biblia en la Literatura española, I La Biblia en la literatura
medieval (en prensa), consultable en
http://www.textoshispanicos.es/index.php?option=com_content&task=view&id=150&Itemid=99999999
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 10

I: Después de sentar las bases morales y jurídicas del código, se ocupa del derecho
canónico.
II: Trata de los diversos estamentos, desde el rey a los vasallos, dando normas de
comportamiento moral y ético, lo que hace de esta partida un tratado de orden
político y no solo jurídico.
III: El derecho procesal, es decir, cómo se debe organizar la administración de
justicia; es una de las partes más extensas y técnicas de la obra
IV: Las relaciones humanas expresadas a través del matrimonio y la familia, los
hijos, los siervos, los vasallos, etc.
V: Derecho mercantil
VI: Testamentos, herencias, transmisiones.
VII: Derecho Penal, donde se distingue entre las tres comunidades religiosas que
vivían en la Península.

Sin embargo, las Siete Partidas no son admirables sólo por la amplitud de su
contenido ni por la visión política del rey que las promovió, sino también por la
integración de fuentes que se emplearon en su redacción, unas propiamente jurídicas,
otras muy diversas. Entre las jurídicas, se utilizaron: 1) los fueros y costumbres locales
o 2) las obras jurídicas alfonsinas anteriores, pero asimismo 3) el derecho canónico
(partidas I y IV) y 4) el romano (predomina en las partidas III, V y VI); éstos siguen las
doctrinas de renovación del derecho marcadas en Europa, desde Francia e Italia. Fuentes
de otro carácter son: la Biblia, las obras de los Santos Padres e incluso textos clásicos,
éstos en forma de sentencias (Aristóteles, Séneca, Cicerón, etc.). Los materiales de
tantas procedencias se integran bajo una voluntad de estilo, que no descuida la
redacción, aplicando las normas de la retórica propias del tratado. Por este hecho y por
sus contenidos se trata, sin duda, de la obra jurídica más conocida y estudiada fuera del
derecho, debido a que las leyes no se reducen a la norma legal, sino que muchas son
disquisiciones histórico morales que permiten varias lecturas.
Según Jerry J. Craddock, el investigador que más se ha ocupado de la obra
jurídica del rey Sabio, las Partidas se desarrollarían en tres etapas cronológicas
distintas:
1) 1256-65 para la Primera Partida, que sería una amplificación con
modificaciones del Espéculo.
2) 1272-75 estado representado por algunos manuscritos, en cuyo prólogo la obra
se llama Libro de las leyes.
3) Después de 1275, cuando se revisa el conjunto y se añaden leyes,
convirtiéndose ya la obra en las Siete Partidas.

Aunque no parece que el rey Alfonso X pusiera en vigor este código en su


totalidad, su posterior influencia fue inmensa también más allá de la Edad Media y se
considera el paso de un derecho de régimen feudal al corporativo, en expresión de José
Antonio Maravall.

2.5. Obras científicas y recreativas.


Si desde nuestra perspectiva de estudio los libros científicos de Alfonso X
ocupan un lugar secundario dentro de su obra, esto es bien al contrario en la estima del
rey 11. La relación con los astros se halla presente en toda su concepción científica, bien
sea de las piedras (Lapidario), en los tratados propiamente astrológicos e, incluso, en la
11
Para comprobarlo basta leer el fragmento de la General estoria sobre el trivium y cuadrivium, que se
incluye en el apartado de textos.
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 11

última parte del Libro de axedrez. Estos conocimientos se explican según diversos
grados de dificultad, que van desde lo que se refiere a las ciencias naturales hasta el
esoterismo del Picatrix.
El interés o, mejor decir, la pasión de Alfonso X por la ciencia se mantendrá a lo
largo de toda su vida. Siendo todavía infante, en 1250, manda traducir del árabe el
Lapidario, obra que comprende cuatro tratados de distintos autores sobre el tema de las
piedras. No son simples descripciones, sino que interesan sus propiedades curativas,
maravillosas, su influencia sobre el comportamiento humano, etc., dentro de la
vinculación entre cada piedra y el mundo de las estrellas y planetas 12.
Varias fueron las obras de astrología que con diferentes propósitos y en diversos
momentos ordenó compilar Alfonso X y el más importante fue el Libro del saber de
astrología, dieciséis tratados dedicados a las técnicas de observación estelar y a la
construcción de instrumentos para hacerlo.. Aunque hoy para nosotros los términos
astrología y astronomía tienen su propio campo, en el uso de entonces ambos eran
prácticamente sinónimos, y correspondían a la séptima parte del quadrivium. Por su
movimiento armónico, las estrellas son una página del universo donde “leer” la
grandeza y perfección de Dios; por su condición inmutable en ellas se puede leer el
destino humano. Este reflejo de lo humano en los astros parece hoy pura especulación,
pero su existencia era plenamente aceptada en la Edad Media, si bien contemplada con
reticencias desde el ámbito religioso. Estos recelos de la Iglesia explican en parte que
apenas nos queden restos mutilados de algunos de los libros más esotéricos de Alfonso
X, por lo que sólo podemos hacernos una idea muy parcial de su contenido.
Por último, mencionaremos los libros recreativos, que corresponden a las
actividades propias para el tiempo de recreación, en interior: Libro de axedrez, dados et
tablas; y en el exterior: Libro que es fecho de las animalias que caçan). Los juegos eran
parte del ámbito cortesano, donde son necesarios para sobrellevar y superar las
dificultades y tristezas, según el prólogo a la obra.

3. La cronística pos-alfonsí

Las derivaciones y versiones de las crónicas alfonsíes crean a partir del siglo
XIII un complejo entramado de relatos, entre los que podríamos mencionar a modo de
ejemplo, la Crónica abreviada de don Juan Manuel (esta sí estudiada en el tema 15), la
Crónica de 1344 o la Estoria del fecho de los godos. Cada una de estas obras y otras
como ellas responde a unos intereses y perspectiva, que se manifiestan en la selección
del periodo histórico que trata, en el enfoque o en el tipo de fuentes que incluye. A pesar
de la heterogeneidad de estas derivaciones de la Estoria de España alfonsí, si
exceptuamos la titulada Crónica de veinte reyes (finales del XIII-principios del siglo
XIV) que sigue el rigor metodológico del modelo original, a las derivaciones de los
siglos XIV y XV se les podrían atribuir las siguientes características:
- En la mayoría sólo se atiende a hechos de la historia nacional peninsular,
eliminando la materia propia de la historia universal.
- Se debilita o desaparece la perspectiva crítica, con lo que los autores admiten
muchos materiales dudosos, incluso en contradicción con fuentes más solventes.
- Empleo abundante de fuentes épicas, legendarias y hasta de la ficción
caballeresca.

12
Una derivación actual de uso popular sería la relación que los horóscopos establecen entre el signo del
zodiaco, piedra de la suerte, etc.
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 12

- “Novelización” de la historia, bien apoyándose en otras fuentes o por medio


del desarrollo imaginativo del propio autor, que puede introducir diálogos o potenciar la
intriga.
- Inclusión de digresiones moralizantes o didácticas en algunas de ellas.
- Empleo de sistemas de ordenación de la materia diferentes de los anales
empleados por Alfonso X, sustituido en algunas por un sistema linajístico e incluso por
la carencia de un principio de ordenación cronológica.

No fue esta la única forma en que se desarrolló la historiografía durante los


siglos XIV y XV. Junto a esas crónicas derivadas de la Estoria de España alfonsí,
conviven las crónicas circunscritas a uno o varios reinados, que renuncian a reconstruir
la totalidad del pasado y se centran en los hechos inmediatos. Estas crónicas,
denominadas crónicas reales, se inician bajo el reinado de Alfonso XI como
continuación de la obra de su bisabuelo Alfonso X. Fue Alfonso XI quien ordenó
componer las crónicas de sus tres antecesores inmediatos, es decir, aquéllos con los que
se hubiera continuado la Estoria de España de haber seguido adelante el proyecto en los
siguientes reinados: Alfonso X, Sancho IV y Fernando IV. Por otra parte, la duración e
importancia de los logros del propio Alfonso XI condujeron al florecimiento de una rica
historiografía sobre ese rey, en prosa y en verso.

3.1 Las crónicas de Pero López de Ayala

Esta historiografía organizada por reinados culmina en el último cuarto del siglo
XIV con Pero López de Ayala (1332-1407), autor que ya conocemos por el poema en
cuaderna vía el Rimado de palacio. Sus crónicas, que comenzó a redactar hacia 1379
por encargo de Enrique II, abarcan un largo periodo de más cincuenta años, desde
finales del reinado de Alfonso XI hasta la minoridad de Enrique III. Dado que fue
canciller, tenía acceso a la documentación oficial y fue el primero en emplearla para su
labor como cronista, prescindiendo de la compilación libresca como base de su trabajo.
Sin embargo, eso no supone que su obra sea de una objetividad absoluta: 1) sutilmente
sirve ideológicamente a los intereses de quienes han tomado el poder con Enrique II
Trastámara, tras el regicidio de su hermanastro Pedro I, es decir, sirve a los nobles que
necesitan legitimar su posición; 2) cuando le faltan datos históricos, se apoya en
argumentos propios de la ficción; 3) el relato se articula como un modelo de conducta
caballeresca, según la nueva ideología cortesana de los Trastámara, y algunos hechos se
embellecen según estos moldes; 4) establece una lección moralizante y ejemplar de la
historia.
El Canciller Pero López de Ayala será el primer cronista que declara su nombre
como autor, aunque luego procura omitir su presencia de los acontecimientos, incluso
de aquellos en que había participado, seguramente porque esta despersonalización era
propia de la crónica oficial. Sin duda, la personalidad y pericia literaria de Pero López
de Ayala determinaron una renovación del prestigio de la historiografía medieval en
Castilla.

GLOSARIO
Era hispana: en Castilla hasta el año 1383 el cómputo cronológico se hacía según el
calendario de la era hispana. Esta era tiene su punto de partida en el primero del enero
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 13

del año 716 de Roma, que coincide con el año 38 a.C. Por tanto, para establecer
equivalencias entre esta era y la llamada era cristiana que empleamos en la actualidad,
basta con que restar 38 a la cifra hispana.
Lengua vulgar: por oposición al latín, que es la lengua culta, se denomina así a
cualquiera de las lenguas románcias (francés, rumano, catalán, castellano, etc.); en
nuestro caso solemos emplear esta expresión para referirnos al castellano.
Estudio general: se denominó así el establecimiento dedicado a la enseñanza superior;
en Castilla pronto se sustituyó este término por el de universidad, mientras que en la
Corona de Aragón perduró hasta el siglo XVII.
Anales: relaciones de sucesos registrados por años; son la forma más sencilla de
registro de la historia, así que es la que se suele emplear en primer lugar.
Romanceamiento: proceso de traducir a la lengua romance, es decir, en nuestro caso al
castellano; como sustantivo se refiere al resultado de tal proceso.
Espejo de príncipes: se denominan así las obras que tienen como objeto recopilar
aquellos conocimientos que debe adquirir un futuro gobernante; no está dirigidas sólo al
príncipe, sino que sus destinatarios son los caballeros nobles laicos en general.
Relato marco: estructura de organización de diferentes relatos que consiste en una
historia principal en la que se insertan otros relatos contados por personajes de esa
historia principal, que se convierten entonces en narradores dentro del argumento.
Cancionero: recopilación de poesías, que pueden ser de un solo autor o de varios,
homogénea o heterogénea en sus contenidos y géneros; se le aplica este término, porque
las poesías generalmente se cantaban y no solo se leían o recitaban. Sobre los
cancioneros véase el tema 16 en la Guía didáctica.
Evemerismo: sistema desarrollado por Evémero (s. III a. J.C.), según el cual a los
personajes mitológicos ha de considerárseles como seres humanos divinizados por los
pueblos. Su sistema fue aplicado por los padres de la iglesia como medio para demostrar
la inanidad del paganismo, lo que les permitía integrar esas obras clásicas en su propia
cultura.
Quadrivium: grupo de las cuatro artes liberales, aritmética, geometría, múscia y
astronomía, cuyo estudio se hacía después del trivium.
Trivium: conjunto de las tres artes liberales relativas a la elocuencia: gramática, retórica
y dialéctica.
Exordio: introducción o preámbulo de una obra o discurso. Sirve para preparar al
auditorio para que escuche favorablemente, empleando para ello algunos tópicos y
modelos establecidos en la retórica.
Leitmotiv: tema básico de una composición (literaria, musical), que se repite
insistentemente a lo largo de la pieza con el objeto de recordar una idea, sentimiento,
personaje, etc.

BIBLIOGRAFÍA
ESTUDIOS

Para el estudio de la prosa medieval de este período contamos con varios


trabajos de la máxima solvencia, que se deben consultar en primer lugar en caso de
necesitar información o bibliografía complementaria para cualquiera de los puntos
recogidos en este tema:
Lacarra, Mª Jesus y Francisco López Estrada, Orígenes de la prosa, Gijón: Júcar, 1993
(vol. 4 de la Historia de la Literatura Española, dir. por R. de la Fuente). Obra
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 14

sintética, donde se encontrará un panorama accesible de la materia de este tema;


recomendable para quien quiera ampliarlo.
Gómez Redondo, Fernando, Historia de la prosa medieval castellana. I. La creación
del discurso prosístico: el entramado cortesano, Madrid: Cátedra, 1998. Obra
extensa, con explicaciones complejas y a veces excesivamente técnicas que van
más dirigidas a especialistas en la materia a alumnos.
Lacarra, Mª Jesús, Cuentística medieval en España. Los orígenes, Zaragoza:
Universidad, 1979. Estudio fundamental sobre todo lo relativo al Calila e Dimna
y al Sendebar: origen, estructuras, técnicas y temas.
Lacarra, Mª Jesús y Marta Haro Cortés, La cuentística, en Aula medieval, de Parnaseo,
http://parnaseo.uv.es/@Medieval.html

Sobre algunas de las obras de Alfonso X, en especial las cronísticas es necesario


contar con los siguientes estudios que se ocupan de unos aspectos u otros:

Catalán, Diego, De la silva textual al taller historiográfico alfonsí: códices, crónicas,


versiones y cuadernos de trabajo, Madrid: Fundación Ramón Menéndez Pidal,
1997.
Catalán, Diego, La “Estoria de España” de Alfonso X: creación y evolución, Madrid:
Universidad Autónoma, 1992.
Fernández Ordóñez, Inés, Las “Estorias” de Alfonso el Sabio, Madrid: Itsmo, 1992.
Rico, Francisco, Alfonso el Sabio y la “General Estoria”: tres lecciones, Barcelona:
Ariel, 1984.
Funes, Leonardo, “Dos versiones antagónicas de la historia y de la ley: una visión de la
historigorafía castellana de Alfonso X al Canciller Ayala”, en Teoría y práctica de
la historiografía hispánica medieval, ed. de Aengus Ward, Birmigham: University
of Birmingham Press, 2000, pp. 8-31. Nos interesa porque traza un panorama
general del desarrollo de la historiografía, que compara con la literatura jurídica.
Garcia, Michel, Obra y personalidad del Canciller Ayala, Madrid: Alhambra, 1983.
Estudio comprensivo que abarca todos los aspectos de la biografía y la obra de
Ayala, tanto sus traducciones como crónicas o el Rimado de palacio.

EDICIONES
Aparte de los estudios de conjunto, se encontrarán noticias adicionales sobre las
obras tratadas en las introducciones y notas a las ediciones de los textos, que se citan a
continuación:
Cuento y novela corta en España. 1. Edad Media, edición de Mª Jesús Lacarra, prólogo
de Maxime Chevalier, Barcelona: Crítica, 1999. Antología que recoge cuentos o
exempla de la mayoría de las obras mencionadas en este tema, así como de otras
que se verán más adelante. Lectura complementaria recomendada.
Almerich, Arcidiano de Antiochia, La fazienda de Ultra mar. Biblia romanceada et
itinéraire biblique en prose castillane du XIIe siècle, ed. y estudio de Moshé
Lazar, Salamanca: Acta Salmanticensia, 1965.
El libro de los doce sabios o tractado de la nobleza y lealtad [ca. 1237], estudio y
edición de J. K. Walsh, Madrid: Real Academia Española, 1975 (Col. Anejos del
Boletín de la Real Academia Española, nº XXIX).
Libro de los cien capítulos (Dichos de sabios en palabras breves e complidas), ed. de
Marta Haro Cortés, Frankfurt am Main/ Madrid: Vervuert/ Iberoamericana, 1998.
Sendebar, ed. de Mª J. Lacarra, Madrid: Cátedra, 1989 (Col. Letras Hispánicas).
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 15

Calila e Dimna, ed. de J. M. Cacho Blecua y Mª J. Lacarra, Madrid: Castalia, 1987


(Col. Clásicos Castalia)

Alfonso X, Primera crónica general de España, ed. de Ramón Menéndez Pidal, estudio
introd. actualizador de Diego Catalán, Madrid: Gredos, 1977, 2 vols.
Alfonso el Sabio, Prosa histórica, ed. de Benito Brancaforte, Madrid: Cátedra, 1984.
Antología de la Estoria de España y de la General Estoria. Lectura
complementaria recomendada.
Alfonso X, General estoria. Primera parte, ed. de Antonio G. Solalinde, Madrid:
Centro de Estudios Históricos, 1930; y General estoria. Segunda parte, ed. de
Antonio G. Solalinde, Lloyd A. Kasten y Víctor R. B. Oelschläger, Madrid:
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1957-61, 2 vols. Ambas
ediciones se complementan.
Alfonso X, General estoria (antología), ed. de Milagros Villar Rubio, Barcelona: Plaza
& Janés, 1984. Se trata de un libro lamentablemente fuera de comercio hace
tiempo. Muy útil para comprender razonablemente cómo es la General estoria a
partir del estudio preliminar y la antología.

Versiones modernizadas
La lectura de las obras en este curso debe hacerse por las versiones originales en
su lengua, aunque en caso de necesidad puede ser útil recurrir a ediciones
modernizadas:
Cuentos de la Edad Media, versión de Mª Jesús Lacarra, Madrid: Castalia, 1986 (Col.
Odres Nuevos). Antología donde se recogen fragmentos de varias de las obras
tratadas en este tema: Libro de los buenos proverbios, El secreto de los secretos,
Calila y Dimna, Libro de los engaños (= Sendebar).
Alfonso X, el Sabio, Cantigas de Santa María. Códice rico de El Escorial, Ms.
escurialense T.I.1, versión de José Filgueira Valverde, Madrid: Castalia, 1992
(col. Odres nuevos).
Alfonso X, Lapidario, texto de María Brey Mariño, Madrid: Castalia, 1970 (col. Odres
nuevos).
Alfonso X, Las Siete Partidas, ed. de F. López Estrada y Mª T. López García-Berdoy,
Madrid: Castalia, 1990 (Col. Odres Nuevos). Antología con el texto modernizado
y anotado precedido de una introducción; su consulta puede ser muy útil como
primer contacto con la obra.

AUTOEVALUACIÓN

1. ¿Por qué es importante el tratado de Cabreros de 1206?


a) Porque se firma entre los reyes de Castilla y León y tiene repercusiones políticas de
mucho alcance.
b) Porque muestra la voluntad de Castilla de usar la lengua vulgar en el ámbito oficial.
c) Porque se trata del primer documento largo y fechado.

2. ¿Desde qué época hay testimonios de que el castellano se quiere potenciar desde
la corte?
a) Desde principios del XIII bajo el reinado de Alfonso VIII.
b) Sólo con las primeras traducciones, reinando Fernando III.
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 16

c) A partir de la subida al trono de Alfonso X y la fundación de la escuela de traductores


de Toledo.

3. ¿Qué influencia pudo tener sobre la literatura castellana el IV Concilio de


Letrán (1215)?
a) En él se ordenó la fundación del Estudio General de Palencia.
b) Propugnó la educación del clero y los fieles en su lengua vernácula.
c) Asistieron muchos prelados españoles que trajeron nuevas ideas literarias.

4. ¿Cuál fue la primera universidad fundada en España hacia 1212-14


a) La de Palencia
b) La de Salamanca, porque la de Palencia era un Estudio General
c) La de Santiago de Compostela para formar clérigos que atendieran a los peregrinos

5. Durante la primera mitad del siglo XIII los textos históricos se escriben en:
a) Sólo latín.
b) Sólo romance.
c) Las crónicas en latín y algunos anales en romance.

6. Alfonso X es considerado padre de la prosa literaria castellana porque:


a) Escribió muchas obras en castellano.
b) Hizo del castellano la lengua oficial de su reino.
c) Mandó traducir muchas obras literarias.

7. La técnica de traducción de la Escuela de Traductores de Toledo durante la


etapa alfonsí tenía las siguientes fases:
a) Se traducía oralmente al castellano y luego por escrito al latín.
b) Se traducía al latín y al castellano
c) Se traducía directamente al castellano

8. Cuando hablamos de las “obras de Alfonso X” ¿ a qué nos referimos?


a) A que las escribió o tradujo él mismo.
b) A que impulsó su redacción y las revisó personalmente.
c) A que mandó que se escribieran y reunió a las personas adecuadas para hacerlo.

9. La cronología de la Estoria de España y de la General Estoria:


a) Se redactaron sucesivamente, compilando primero la Estoria de España.
b) Son de redacción simultánea, con equipos que trabajaban paralelamente.
c) La Primera crónica general se hace a la vez que la Estoria de España y la General
Estoria después.

10. El ajuste por años en las compilaciones historiográficas alfonsíes constituyó un


problema porque:
a) Había que ajustar en una misma línea temporal hechos narrados según cómputos
cronológicos diversos.
b) No todas las fuentes incluían un cómputo por años.
c) Hay años en que no sucede nada.

11. Las fuentes de la Estoria de España son:


a) Crónicas latinas
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 17

b) Crónicas latinas y árabes


c) Crónicas latinas, árabes y relatos o cantares épicos

12. La General Estoria es:


a) Una crónica de todo lo sucedido en España
b) Una crónica universal
c) Una crónica basada en la Biblia

13. Las siete partidas son:


a) Una obra jurídica cuyas leyes nunca entraron en vigor.
b) Una gran compilación de siete tratados jurídicos que abarca más aspectos que los
meramente legales.
c) Un conjunto de siete tratados jurídicos que trata cuestiones de índole legal.

14. ¿Cómo se explica que el rey escribiera obras de pasatiempos como el Libro de
axedrez, dados e tablas?
a) Porque era otro aspecto de la vida en la corte sobre el que dar un modelo de conducta.
b) Para él no eran lúdicas, sino que consideraba el ajedrez un juego muy serio, como los
dados.
c) Porque, junto con la caza, era su pasatiempo favorito.

15. Las derivaciones de las crónicas alfonsíes se caracterizan por


a) Novelizar la historia e incluir funetes legendarias, pero con un sistema cronológico
muy riguroso.
b) Incluir digresiones moralizantes, emplear materiales dudosos y eliminar la
perspectiva de la historia universal.
c) Emplear sistemas de ordenación cronológica anual, incluir materiales de fuentes
épicas y tener enfoques muy variados.

16. ¿Qué son las crónicas reales?


a) Las que han sido escritas por orden de un rey.
b) Las que no incluyen hechos legendarios, sino sólo auténticos.
c) Las que se circunscriben a uno o varios reinados.

17. El Canciller Ayala destaca como cronista por


a) Emplear documentación oficial como base de su trabajo.
b) No incluirse en acontecimientos en los que sí participó.
c) Ser un autor de prestigio que acepta un encargo menor.

TEXTOS

Las primeras universidades

Muy interesantes resultan a este respecto el título 31 de la segunda Partida, cuyo


resumen figura así en la obra:
Título .xxxi. De los estudios en que se aprenden los saberes & de los maestros &
de los escolares. De cómo el rey & el pueblo deven amar & guardar la tierra en
que biven poblándola & anparándola de los enemigos diximos asaz
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 18

conplidamente en los títulos ante deste. E porque de los onbres sabios los onbres
& las tierras & los reynos se aprovechan & se guardan & se guían por el consejo
dellos, por ende queremos en la fin desta partida fablar de los estudios & de los
maestros & de los escolares que se trabajan de amostrar & de aprender los
saberes. E diremos primeramente qué cosa es estudio, e quántas maneras son dél,
e por cúyo mandado deve ser fecho, e qué maestros deven ser los que tienen las
escuelas en los estudios, e en qué lugar deuen ser establesçidos, e qué previlejo
& qué onrra deven auer los maestros & los escolares que leen & que aprenden
cutidianamente. E despues fablaremos de los estaçionarios que tienen los libros
de todos los onbres, e qué cosas perteneçen al estudio general” 13.

Se recomienda consultar el siguiente artículo para comprender el funcionamiento


originario de esta institución: Antonio García García, “La enseñanza universitaria en las
Partidas”, Glossae. Revista de historia del derecho europeo, 2 (1989-90), pp. 107-118.
Consulta del texto completo

Alfonso X, Estoria de España 14.

La preocupación por establecer equivalencias entre los varios cómputos


cronológicos de sus fuentes es uno de los rasgos constantes en las obras historiográficas
de Alfonso X. Aunque las dificultades eran mayores en la General estoria, debido a su
materia, también se encuentran presentes en la Estoria de España, donde muchos
capítulos se inician dando cuenta del año según varios cómputos. A veces esta
insistencia llega a abarcar todo un capítulo, como en el siguiente texto.

Cap. 67. De cuémo departieron los que fizieron las estorias en quál tiempo fue poblada
Carthago.
Algunos dixieron que la puebla de Carthago fue fecha en tiempo del rey Salomón, e
otros que en tiempo del rey David, so padre; otrossí dixieron algunos que fue poblada en
tiempo de Jair, que fue juez de Israel ya quantos años antes que Paris, fijo del rey de
15
Troya, levasse de Grecia Elena, muger del rey Menelao. Y en esto se acuerdan los
más que fablaron en estas estorias, e semeja cosa más con guisa por el casamiento de
la reina Dido e de Eneas, que fue fecho después que Troya fue destroída. E por esto se
faze cuemo cosa más cierta que la cibdat de Carthago fue poblada XX años andados
16
depués del judgado de Jair; e de quando Moisén sacó el pueblo de tierra de Egipto,
trezientos e XXII años; e de quando començó a regnar Nino en Babilonia, ochocientos e
quaraenta e un año; e del departimiento de los lenguages, que fue en el campo de
Señaar o fue la torre de Babilonia, e de Namroth, el primer rey que ovo en el mundo de
que fablan las estorias, en cuyo tiempo se partieron los lenguages, ovo mil e quatro
años; e del diluvio que fue en tiempo de Noé ovo mil e ciento e diez años; e del
comienço del mundo e quando Adam fue fecho ovo quatro mil e ciento e quaraenta e VIII
años.

El relato histórico no es ni mucho menos seco. Exige un lenguaje dúctil, capaz


de expresar significados complejos, y pericia narrativa por parte del redactor. El
siguiente episodio del reinado de Alfonso VI muestra, además, la posibilidad de

13
Este tema se amplía más adelante en esta misma sección.
14
Para los textos sigo la edición de Ramón Menéndez Pidal, Primera crónica general de España, en la
edición actualizada por Diego Catalán, Madrid: Gredos/ Seminario Menéndez Pidal, 1977, 2 ts.
515 Acordarse: ‘estar de acuerdo’, ‘coincidir’.
16
Judgado: ‘lapso de tiempo en que fue juez una persona’.
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 19

integración de elementos novelescos en el discurso histórico. La mora Zaida, hija de un


rey moro, se enamora de oídas del rey Alfonso y concierta una entrevista, en la que por
amor le ofrece todas sus posesiones y su conversión al cristianismo. Aunque el relato
figura en el Tudense y el Toledano (las dos fuentes principales de la Estoria de
España), el narrador discute detalles proporcionados por otras versiones, al parecer
orales (dizen), pero bien autorizadas y conocidas como para ser tenidas en cuenta, de ahí
que pudiera tratarse de algún cantar épico, como sugiere Ramón Menéndez Pidal 17. El
aspecto folclórico del episodio no significa que no tuviera ninguna base histórica, pues
es cierto que Al-Mutámid, rey moro de Sevilla, ofreció a Alfonso en prenda a su nuera
con una rica dote de ciudades y castillos. Fue bautizada con el nombre de Isabel y dio al
rey su único hijo varón, llamado Sancho.

Cap. 883. El capítulo de la razón por que los almorávides passaron a España et de la
muerte de Abenhabeth, rey de Sevilla.
La razón de la passada de los moros almorávides de África a España fue esta. Contado
vos avemos ante desto de cómo este rey don Alfonsso casó con estas cinco mugieres
que ovo, una empós otra: doña Inés, doña Costança, doña Berta, doña Helisabeth, la
18 19
quinta doña Beatriz, natural de Francia . Pues, muertas todas estas mugieres, fincava
el rey don Alfonso por casar. Et en esta sazón otrossí regnava en Sevilla Abenabeth, un
moro de muy buenas costumbres por sí, et muy poderoso et avié acá en Castiella las
çibdades et villas et castiellos que avemos suso dicho ante desto: Cuenca, Ocaña, Uclés
et Consuegra et los otros logares que dichos son. Et avié estonces aquel rey Abenabeth
una fija donzella grand et muy fermosa et de muy buenas costumbres, et amávala él
20
mucho, et por mejoría della et venirle mejor casamiento por ý , diol’ Cuenca et todas las
otras villas et castiellos que avemos contados, et otorgógelos por suyos con buenas
cartas et bien firmes. Et el rey don Alfonso, que siempre fue muy esforçado rey et muy
21
aventurado et de grandes fechos, pero que a Toledo avié ganado, por tod esso non
quedava de contender en fecho de armas, tanto que moros et cristianos avién que veer
en él. En tod esto, sonando la su muy grand fama deste rey don Alfonso, óvolo a oír et
saber aquella donzella doña Çaida. Et tanto oyó deste rey don Alfonso, que era cavallero
grand et muy fermoso et libre en armas et en todos los otros sus fechos, que se enamoró
dél; et non de vista, ca nunqua l’ viera, mas de la su buena fama et del su buen prez que
crescié cada día et sonava más, se enamoró dél doña Çaida tanto que fue además.
Assí que ella muy enamorada dél, como las mugeres son sotiles et sabidoras pora lo
22
que mucho an a talent , ovo ella sus mandaderos. Et de cómo el rey don Alfonsso
andava estonces por Toledo et por las conquistas que fazié estonces en las villas de
aderredor della et era acerca de la tierra dessa doña Çaida, ovo ella sus mandaderos,
23
con quien le envió dezir et rogar que oviesse ella la vista dél, ca era muy pagada del su
prez et de la beltat que l’ dizién dél, et que l’ amava et que l’ querié veer. Et aún por
24
llegar el pleito más aína a lo que ella querié, enviol’ dezir por escripto las villas et los
logares que su padre le diera, et que si él quisiesse casar con ella, que l’ darié Cuenca et
todos aquellos castiellos et fortalezas que l’ el padre diera. El rey don Alfonso, quando
este mandado le vino, plógol’ mucho con aquellas nuevas, et enviól’ dezir que viniesse
ella do toviesse por bien, et él que la vernié veer de tod en tod.
Et unos dizen que veno ella a Consuegra, que era suya et acerca de Toledo; otros
dizen que a Ocaña, que era suya otrossí; otros dizen aún que las vistas que fueron en

17
“Estudio sobre la Primera crónica general (1955)”, recogido en apéndice a su edición de la Primera
crónica general de España, ya citada, t. II, p. 880.
18
Alfonso VI (1065-1109), señor del Cid, tuvo cinco esposas legítimas, todas ellas de origen extranjero,
en una práctica de acercamiento político a la cristiandad occidental, para lo cual adoptó asimismo otras
medidas, como potenciar el Camino de Santiago, favorecimiento de la orden de Cluny, etc.
19
fincar: ‘quedar’, ‘permanecer’.
20
Es decir, para mejorar su dote y que consiguiera un marido más poderoso con mayor facilidad.
21
Pero que: ‘aunque’.
22
Talent: ‘voluntad’, ‘deseo’ ‘disposición’, acepción común en la Edad Media.
23
Pagado: ‘contento’, ‘satisfecho’
24
Pleito: ‘asunto’, ‘pacto’, ‘convenio’; aína: ‘deprisa’
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 20

25
Cuenca. Mas las vistas ayan seido ó quier , ca el fecho de lo que la Çaida querié
acabósse, et nos vayamos por la cuenta de nuestra estoria, que dize assí. Pues el rey
don Alfonsso tomó su cavallería grand et buena, et guardándose todavía muy bien que
26
engaño nin traición non andidiesse ý , fue veer a doña Çaida. Et desque se vieron
amos, si ella era enamorada et pagada del rey don Alfonso, non fue él menos pagado
27
della, ca la vio él grande et muy fermosa et enseñada et de muy buen contenente ,
como l’ dixieran della. Et ovo luego sus fablas con ella et demandol’ que si ella tal pleito
querié dél, que si se tornarié cristiana. Ella respondiól’ que se tornarié cristiana et que l’
darié luego Cuenca et todo lo ál que su padre le diera et que farié todas las cosas del
28
mundo que él mandasse de mejor mient que otra cosa, sol que con ella casasse”
(Primera crónica general, II, pp. 552b-553b)

Alfonso X, General estoria. 29

La preocupación de los compiladores de las obras históricas alfonsíes por la


concordancia cronológica se manifiesta en forma casi obsesiva. La organización de la
materia siguiendo un sistema de anales obligaba a ir estableciendo equivalencias entre
cómputos históricos muy diversos, que se ajustan minuciosamente, no solo en la cuenta
de los hechos, sino también en su ausencia. Por eso encontramos lapsos de tiempo en
los que “non fallamos qué dezir aquí”. El siguiente texto es solo una muestra de las
muchas que se podrían extraer de la obra.

Libro XI. Cap. XXXIIII. Del rey Faraón Horo e de otros reys gentiles dessa sazón.
Andados LXXXIIII años de la catividad e XVII del Pharaón Horo et XXII de Moisén, era
un omne poderoso e muy sotil, e dízenle Troilo. E segund Eusebio e Jherónimo, éste fue
30
el primero que assacó la carreta e el primero que la troxo con bueys o bestias yoñidas .
Del otro año empós estos non fallamos nada de dezir aquí. Andados LXXXVIII años de la
catividad, e XIX del Faraón Horo e XXV de Moisén, pobló Triopa la cibdad Lesbo en la
isla a que dizen otrossí Lesbo, ca assí llamaron a aquella cidbad como a la su isla
(Primera parte, p. 306)

En el siguiente pasaje del libro VII de la General estoria se expone una teoría sobre los
siete saberes fundamentales y su valoración a ojos del rey Sabio. Para él eran las
ciencias del cuadrivium las que convertían al hombre en sabio, por tanto no es de
extrañar su propio interés en la astronomía, etc.

Alfonso X, General estoria, libro VII, cap. XXXV


Del rey Júpiter e de los departimientos de los saberes del trivio e del quadruvio.
En esta çibdad de Athenas nasció el rey Júpiter, como es ya dicho ante desto, e
allí estudió e aprendió ý tanto, que sopo muy bien todo el trivio e tod’el quadruvio, que
son las siete artes a que llaman liberales por las razones que vos contaremos adelante,
31
e van ordenadas entre sí por sus naturas desta guisa : la primera es la gramática, la

25
Ó quier: ‘donde quiera’.
26
Ý: ‘allí’.
27
Contenente: ‘porte’, ‘gesto’, ‘compostura’.
28
Sol que: ‘con tal que’
29
Las citas remiten a la edición aún canónica empezada por Antonio G. Solalinde: Alfonso X, General
estoria. Primera parte, ed. de Antonio G. Solalinde, Madrid: Centro de Estudios Históricos, 1930; y
General estoria. Segunda parte, ed. de Antonio G. Solalinde, Lloyd A. Kasten y Víctor R. B.
Oelschläger, Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1957-61, 2 vols.
30
Yoñidas: ‘uncidas’.
31
Guisa: ‘manera’, ‘forma’.
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 21

segunda dialética, la tercera rectórica, la quarta arismética, la quinta música, la sesena


geometría, la setena astronomía.
E las tres primeras destas siete artes son el trivio, que quiere dezir tanto como
tres vías o carreras que muestran al omne ir a una cosa, et ésta es saberse razonar
cumplidamientre. E las otras quatro postrimeras son el quadruvio, que quiere dezir tanto
como quatro carreras que enseñar coñoscer complidamientre, saber ir a una cosa cierta,
e ésta es las quantías de las cosas, assí como mostraremos adelante.
32
La gramática, que dixiemos que era primera, enseña fazer las letras, e ayunta
dellas las palabras cada una como conviene, e faze dellas razón, e por esso le dixieron
gramática, que quiere dezir tanto como saber de letras (…) La dialética es art pora saber
33
coñoscer si á verdad o mentira en la razón que la gramática compuso, e saber departir
la una de la otra (…) La rectórica otrossí es art pora afermosar la razón e mostrarla en tal
manera que la faga tener por verdadera e por cierta a los que la oyeren, de guisa que
sea creída…
Onde estas tres artes que dixiemos, a que llaman trivio, muestran al omne dezir
razón conveniente, verdadera e apuesta qualquier que sea la razón; e fazen al omne
estos tres saberes bien razonado, e viene el omne por ellas mejor a entender las otras
quatro carreras a que llaman el quadruvio.
E las quatro son todas de entendimiento e de demostramiento fecho por prueva,
onde devién ir primeras en la orden. Mas porque se non podién entender sin estas tres
primeras que avemos dichas, pusieron los sabios a estas tres primero que aquellas
34
quatro, ca maguer que todas estas quatro artes del quadruvio fablan de las cosas por
las quantías dellas, assí como diremos, e las tres del trivio son de las vozes e de los
nombres de las cosas, e las cosas fueron ante que las vozes e que los nombres dellas
naturalmientre. Pero porque las cosas non se pueden enseñar nin aprender
departidamientre si non por las vozes e por los nombres que an, maguer que segund la
natura estas quatro devrién ir primeras et aquellas tres postrimeras como mostramos, los
sabios, por la razón dicha, pusieron primeras las tres artes del trivio e postrimeras las
quatro del quadruvio, ca por las tres del trivio se dizen los nombres a las cosas, e éstas
fazen al omne bien razonado; e por las quatro del quadruvio se muestran las naturas de
las cosas, e estas quatro fazen sabio el omne. Pues aprendet por aquí que el trivio faze
razonado el omne y el quadruvio sabio. (Primera parte, pp. 193-94)

Los múltiples problemas técnicos que para compilar sus estorias tuvo que
resolver Alfonso X tienen a veces su muestra en las reflexiones teóricas que
acompañaron el trabajo. En la siguiente, en el momento de iniciar el relato de la guerra
de Troya, se explica hasta dónde se va a remontar para explicar sus orígenes y por qué
lo hace. Su exposición no es novedosa al emplear las dos formas establecidas por la
retórica: natural y artística.

Libro de los Jueces. Cap. CDXXXVIII. De las maneras de los comienços de las
estorias.
35
De dos maneras demuestra Estaçio en la estoria de Achilles que ovieron los
abtores que usaron en las entradas de sus razones; e nómbralos él aquellos dos
comienços e depártelos desta guisa: Diz que al un comienço llaman natural de natura; el
al otro dixeron comienço de maestría o del arte. E del comienço de natura departe él así,
que es començar el estoriador a contar la estoria de la razón donde se levanta el fecho e
donde viene el primero comienço de la cosa de que fabla en ella. E el otro comienço, del
arte e de la maestría, diz que es quando omne dexa la razón donde nasçe aquello por
que ovo a acaesçer aquel fecho de que él á de fablar, e todo lo ál que yaze allí fasta
donde él toma la razón de lo suyo; e comiença luego en la su razón en aquello que viene
luego ante de lo suyo más çerca.

32
Ayuntar: ‘juntar’, ‘unir’.
33
Departir: ‘separar’, ‘dividir’.
34
Ca: ‘porque’, conjunción causal; Maguer: ‘aunque’, conjunción concesiva.
35
Estacio, poeta romano (45 d.C-96) fue para la Edad Media el autor de la Tebaida, obra cuyo aprecio fue
enorme.
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 22

E los autores que en este comienço de arte o de la maestría començaron sus


estorias diz que lo fizieron por alguna destas dos razones: e porque eran aquellas
razones contadas ya en otros libros o porque eran agenas de aquellas que ellos querién
dezir e non se quisieron detener mucho en ellas;e que esto fizieron por razón de llegarse
más aína a las suyas (…)
E nos otrosí, si començásemos a contar esta estoria del destruimiento de Troya
segunt el comienço desta maestría e del arte, començar la yemos en aquello mismo que
Estaçio la de Achilles. E esto es de cómmo robó Paris a Elena e vinieron por esa razón
los griegos sobre Troya, e en pos aquello las otras cosas que contesçieron adelante.
Mas tenemos por mejor de seguir aquí el comienço natural e començar allí en el primero
comienço donde se levantó todo el fecho. E fue esta la razón del robo del velloçino
dorado del carnero encantado de la isla de Colcos. E segunt esto tenemos que deviemos
començar en Pelias, rey de Peloponeso, e en Jasón, su sobrino (Segunda parte, t. II, p.
49)

Dictis y Dares, autores legendarios a los que se atribuye en la Edad Media la


redacción de la historia de la destrucción de Troya, son el ejemplo más preclaro de
historiador fidedigno. Ambos eran considerados testigos directos de los hechos, por lo
que toda su narración era necesariamente verdadera. Tal concepto de su obra, que está
reelaborada con elementos novelescos, se perpetuó largo tiempo e incluso en los albores
del humanismo en la Península, en el siglo XV, se disputaba sobre la primacía entre
Homero y Dictis y Dares.

Libro de los Jueces. Cap. DCIV. De los que conpusieron esta estoria.
Con aquel Antenor de Troya, que era omne poderoso e de grand guisa, andava
un buen clérigo, troyano otrosí, e avié nombre Daires. E quando vio la fazienda de los
griegos e sabié él lo de los troyanos, entendió que grand cosa era e que mucho durarié.
E por ende puso toda su entençión en tener ojo en los fechos de Troya cómmo se fazién,
e escriviólos todos. E en la hueste de los griegos avié otrosí otro maestro buen clérigo. E
36
a este dezían Ditis, e era omne ardit e sabidor.
E aquestos dos, Daires e Ditis, falláronse en uno después de la destruiçión de
Troya. E commo eran omnes buenos letrados, quando se començaron a fablar,
entendiéronse e acompañáronse. E fueron fablando en uno en compaña, e vinieron a la
razón de Troya, e maravilláronse de tal fecho commo aquel e de tal destruimiento e
37
tamaña mortandat de omnes. E retraién que serié muy bien quien lo oviese todo
escrito. E dixo estonçes Daires: “Todo quanto fue fecho en Troya del comienço fasta la
fin yo lo vi muy bien e lo sé”. E quando Ditis aquello vio, dixo: “Quanto los griegos fizieron
yo lo vi otrosí, e delante estude a todo e sé lo muy bien”. E estonçes acordaron amos en
uno que escriviesen esta estoria. E fiziéronla e escriviéronla en griego. (Segunda parte, t.
II, p. 159)

Alfonso X, Las siete partidas.

Aunque Las siete partidas es una obra jurídica, sus contenidos no se limitan a la
exposición de las leyes, sino que también ofrecen una muestra de lo que en algunos
aspectos podía ser el reino ideal de Alfonso X. A partir de los textos que a continuación
se recogen, se observa el importante lugar que el saber y la enseñanza ocupan en la
sociedad del rey sabio, demostrado de forma práctica con la Universidad de Salamanca.
Seguramente se podrían señalar otros aspectos y haber recogido más leyes, pero
quizá desde nuestra lectura como filólogos, la más curiosa y comentada de las que aquí
se incluye sea la undécima, referida a los estacionarios, es decir, los libreros, por reflejar

36
Ardit: ‘valeroso’, ‘intrépido’.
37
Retraer: ‘referir’, ‘contar’.
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 23

en parte el sistema de producción y copia de los libros. La función del estacionario es


alquilar libros a los escolares, bien para que éstos se hagan una copia para su propio uso
bien para que cotejen el contenido de su propio ejemplar con el del librero. De ahí que
estos libros se denominen exemplarios, el equivalente a nuestro actual ‘libro de texto’.
Debido a su importancia, esta función estaba estrechamente controlada por el rector,
tanto en lo que se refiere al contenido (libros verdaderos en el texto y la glosa, buenos,
legibles, enmendados) como a los precios. Éstos no se fijan por volumen, porque podían
ser de extensión muy diferente, sino por “quaderno”; siendo un cuaderno un grupo de
hojas (cuatro, cinco) encartadas por el doblez central.

Partida II. Título xxxi. De los estudios en que se aprenden los saberes, e de
los maestros e de los escolares.
De cómo el rey e el pueblo deven amar e guardar la tierra en que biven
poblándola e anparándola de los enemigos diximos asaz conplidamente en los títulos
ante deste. E porque de los onbres sabios los onbres et las tierras et los reinos se
aprovechan e se guardan e se guían por el consejo dellos, por ende queremos en la fin
desta partida fablar de los estudios e de los maestros e de los escolares que se trabajan
de amostrar e de aprender los saberes E diremos primeramente qué cosa es estudio, e
quántas maneras son dél, e por cúyo mandado deve ser fecho, e qué maestros deven
ser los que tienen las escuelas en los estudios, e en qué lugar deven ser establesçidos,
e qué previlejo e qué onra deven aver los maestros e los escolares que leen e que
aprenden cutidianamente. E después fablaremos de los estaçionarios, que tienen los
libros de todos los onbres, e qué cosas perteneçen al estudio general.
Ley primera. Qué cosa es estudio e quántas maneras son dél e por cúyo
mandado deve ser fecho.
Estudio es ayuntamiento de maestros e de escolares, que es fecho en algún
logar e con voluntad e con entendimiento de aprender los saberes. E son dos maneras:
la una es a que dizen estudio general, en que ay maestros de las artes, assí como de
gramática, e de la lógica, e de retórica, e de arismética, e de geometría, e de música e
de astrología; e otrosí en que ay maestros de decretos y señores de leyes. E este
estudio deve ser establesçido del papa o del enperador o del rey. La segunda manera es
a que dizen estudio particular, que quiere tanto dezir como quando algún maestro
muestra en alguna villa apartadamente a pocos escolares; e tal como éste puede
mandar perlado o conçejo de algún logar.
[…]
Ley quatro. En qué manera deven los maestros mostrar a los escolares los
saberes.
Bien e lealmente deven los maestros mostrar sus saberes a los escolares,
leyendo los libros e faziendo gelo entender lo mejor que ellos pudieren. E de que
commençaren a leer deven continuar el estudio toda vía fasta que ayan acabado los
libros que començaren. E en quanto fueren sanos, no deven mandar a otros que lean en
logar dellos, fueras ende si alguno dellos mandase a otro leer alguna vez para le onrar e
non por razón de se escusar del trabajo del leer. Mas si por ventura alguno de los
maestros enfermase después que oviese començado el estudio, de manera que la
enfermedad fuese tan grande e tan luenga que no pudiese leer en ninguna manera,
mandamos que le den el salario tanbién como si leyese; e si acaesçiese que muriese de
la enfermedad, sus herederos deven aver el salario tanbién como si él leyese todo el
año.
Ley quinta. En qué logares deven ser ordenadas las escuelas de los maestros
e de los escolares.
Las escuelas del estudio general deven ser en vn logar apartado de la villa, las
38
unas çerca de las otras, por que los escolares que ovieren sabor de aprender aína
puedan tomar dos liçiones o más e si en las cosas que dubdaren pudieren en diversas
maneras e otras, que puedan preguntar los unos a los otros en las cosas que dubdaren.

38
Aína: ‘en seguida’, ‘rápidamente’.
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 24

Pero deven ser los escolares tan apartados de los maestros que los maestros no se
39
enbarguen oyendo los unos lo que leen los otros…
[…]
Ley onze. Cómo los estudios generales deven aver estaçionarios que tengan
tiendas de libros para exenplarios.
Estaçionarios ha menester que aya en todo estudio general para ser conplido, que tenga
en sus estaçiones buenos libros e legibles e verdaderos, de testo e de glosa, que los
40
lloguen a los escolares para fazer por ellos libros de nuevo o para emendar los que
tovieren escriptos. E tal tienda o estaçión como ésta no la deve ninguno tener sin
otorgamiento del rector del estudio; e el rector, ante que le dé liçençia para esto, deve
fazer esaminar primeramente los libros de aquél que devía tener la çiençia para saber si
son buenos e legibles e verdaderos. E aquel que fallare que no tiene tales libros, no le
deve consentir que sea estaçionario nin lugue a los escolares los libros, a menos de ser
41
bien emendados primeramente. Otrosí deve apreçiarle el rector, con consejo del
estudio, quánto deve reçebir e el exenplario dar por quaderno que prestare a los
escolares para escrevir o para emendar sus libros, e deve otrosí reçebir buenos fiadores
dél, que guardará bien e lealmente todos los libros que a él fueren dados para vender,
42
que no fará engaño ninguno.

Alfonso X, Lapidario.43
Dentro de las obras científicas de Alfonso X, podemos destacar el Lapidario. En
realidad no es una obra única, sino la suma de varias obras diferentes que tratan sobre
las piedras. El manuscrito escurialense del que se toma nuestro texto reúne en realidad
cuatro lapidarios distintos de otros tantos autores, que a su vez tratan las piedras según
puntos de vista propios: uno en relación con los signos del zodiaco, otro según las fases
de estos signos, según los planetas y el cuarto ordena las piedras alfabéticamente.
El prólogo a la primera obra justifica el interés por las piedras, al formar parte de
un cosmos donde todos los elementos están unidos entre sí. Cada piedra recibe sus
virtudes de un elemento celeste concreto, por el cual actúa en determinada forma. Relata
también el origen de la obra, que se remonta a un perdido libro caldeo (sinónimo de
lenguaje de sabiduría antigua), traducido al árabe y recuperado de manos de un judío
por el infante Alfonso, que ordena traducirlo. Trazar el proceso de transmisión de la
obra es otro medio para dar autoridad sus contenidos y ponderar su valor.
44
Aristótil, que fue más complido de los otros filósofos, et el que más
naturalmiente mostró todas las cosas por razón verdadera et las fizo entender
45
complidamiente segund son, dixo que todas las cosas que son so los cielos se mueven
et se endereçan por el movimiento de los cuerpos celestiales, por la vertud que an
dellos, segund lo ordenó Dios, que es la primera vertud et donde la an todas las otras. Et
mostró que todas las cosas del mundo son como travadas, et reciben vertud unas
d’otras, las más viles de las más nobles. Et esta vertud paresce en unas más manifista,
assí como en las animaleas et en las plantas; et en otras más asconduda, assí como en
las piedras et en los metales.
Et destas fizieron los sabios libros en que dixieron de los cuerpos celestiales, que
non son compuestos de los quatro elementos; et esso mismo de los otros que dellos se

39
Embargar: ‘molestar’. Es decir, las salas o espacios donde se enseñan no pueden estar tan cerca que el
sonido pase de unas a otras y los maestros se molesten entre sí.
40
Llogar: ‘alquilar’; más abajo la forma subjuntiva lugue.
41
Apreçiar: ‘poner precio’; es decir, el rector debe establecer el precio que el estacionario puede cobrar
los los diversos servicios de alquiler.
42
Otro texto de las Partidas puede leerse en el apartado correspondiente del tema 24. El texto se ha
tomado de la edición de Sevilla: Ungut & Polono, 1491, según la transcripción de Admyte.
43
Seguimos la edición de Lapidario (según el manuscrito escurialense H.I.15), ed. de Sagrario Rodríguez
M. Montalvo, Madrid: Gredos, 1981.
44
Complido: ‘perfecto’, ‘excelente’.
45
So: ‘bajo’.
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 25

componen, assí como de animalias, que son todas las cosas vivas que an alma de sentir
et de mover. Et otrossí de las plantas, que son de los fructos que nascen de la tierra,
assí como árboles et yervas. Et fablaron otrossí de las cosas más duras que se fazen de
la tierra, assí como piedras et metales. Et de cada una destas fizieron libros. Mas los que
escrivieron de las piedras, assí como Aristótil, que fizo un libro en que nombró
sietecientas dellas, dixo de cada una de qué color era, et de qué grandeza, et qué vertud
avié, et en qué logar la fallavan. Et assí fizieron otros muchos sabios que en estas cosas
tanxieron.
Mas entre aquellos ovo ý algunos que se metieron más a saber el fecho dellas.
Et tovieron que les non abondava de conosçer su color et su grandez et su vertud si non
conociessen quáles eran los cuerpos celestiales con que avién atamiento, de que
recibién la vertud por que se endereçavan a fazer sus obras, segund el endereçamiento
de los estados de los cuerpos de suso, en toda obra de bien o de mal. Et entre todos los
sabios que se más desto trabajaron, fue uno que ovo nombre Abolais…
[Abolais dedica toda su vida al estudio de las piedras y encuentra un libro
en caldeo sobre el tema, que traduce al arávigo y que experimenta para comprobar
su veracidad. Una vez que muere, el libro se pierde hasta que lo encuentra
Alfonso X en las siguientes circunstancias…]
Et óvol’ en Toledo, de un judío que l’ tenié ascondido, que se non querié
aprovechar dél nin que a otro toviesse pro. Et de que este libro tovo en su poder, fízolo
leer a otro su judío, que era su físico et diziénle Yhuda Mosca el Menor, que era mucho
entendudo en la arte de astronomía et sabié et entendié bien el arávigo et el latín. Et de
que por este judío, su físico, ovo entendido el bien et la grand pro que en él yazié, mandó
gelo trasladar de arávigo en lenguaje castellano, por que los omnes lo entendiessen
mejor et se sopiessen dél más aprovechar. Et ayudól’ en este trasladamiento Garci
Pérez, un su clérigo que era otrossí mucho entendudo en este saber de astronomía. Et
fue acabado de trasladar el segundo año que el noble rey don Ferrando, su padre, ganó
46
la cibdat de Sevilla . (pp. 17-18)

A modo de ejemplo sobre los intereses y orientaciones del Lapidario de Abolais,


se recoge el siguiente pasaje donde se describe una de las piedras. Se observará que
primero se relaciona la piedra con un signo zodiacal, luego se suele indicar el lugar de
su origen, se describe su aspecto, se mencionan sus virtudes, y por último se vincula a
una estrella.

De la piedra que paresce en la mar quando s’ pone la luna. Del noveno grado del signo
47 48
de cancro es la piedra que paresce en la mar quando la luna se pone, et ascóndese
49
quando se muestra. Esta fallan en la mar Tenebrosa, allí ó son falladas las otras
piedras, en que paresce manifiestamiente la vertud de las planetas. De su natura es fría
et húmida, et de peso liviana, et de color muy negra. Et quando se muestra la luna,
descende la piedra et va al fondo; et quando se pone, álçase et anda sobr’el agua. Et
desque la sacan d’aquel logar, oscuresce quando la luna es sobre tierra, et quando so
tierra, esclaresce; et assí faz todavía.
Et es grand maravilla del su fecho que seyendo ella muy negra, que más no podrié,
50
pássala el viso bien como al cristal. Et á muy maravillosa vertud et muy estraña: que el
qui la trae colgada entramos los ojos vee tan bien de noche como de día, sin candela et
sin otra lumbre ninguna.
Et la estrella que es a parte de mediodía, de las dos que son en la delantera del
51
quadrángulo que es en derredor de la nuf de la figura de cancro, et la otra que es en el
52
cuerno delantero desta misma figura, estas amas an poder sobr’esta piedra et dellas

46
Es decir, en 1250, dos años después de conquistada Sevilla.
47
Cancro: ‘cáncer’, el signo del cangrejo.
48
Parescer: ‘aparecer’, ‘verse’.
49
O: ‘donde’.
50
Pássala el viso: ‘se atraviesa con la vista’.
51
Nuf: ‘nube’.
52
Amas: ‘ambas’.
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 26

recibe su vertud. Et quando ellas son en el ascendente, muestra esta piedra más
manifiestamiente sus obras. (pp. 78-79)

53
Alfonso X, Libros de acedrex, dados e tablas

En el relato que hacemos de la historia solemos ignorar completamente que


también en tiempos pasados la vida tenía una parte lúdica. Para completar esta faceta en
la Edad Media resulta de sumo interés leer el siguiente prólogo al Libro de axedrez de
Alfonso X. En él, después de enumerar pasatiempos muy diversos (para la corte), se
observa cómo los juegos no son tan solo una diversión, sino también un reflejo del
mundo y un medio de aprendizaje y representación del mismo.

Porque toda manera de alegría quiso Dios que oviessen los omnes en sí
54
naturalmientre, por que pudiessen sofrir las cueitas e los trabajos quando les viniessen,
por end los omnes buscaron muchas maneras por que esta alegría pudiessen aver
complidamientre.
Onde por esta razón fallaron e fizieron muchas maneras de juegos e de
55 56
trebejos con que se alegrassen. Los unos en cavalgando, assí como bofordar , e
alançar, e tomar escud e lança, e tirar con ballesta o con arco, o otros juegos de qual
manera quiere que sean que se pueden fazer de cavallo. E como quiere que esso se
57
torne en usu e en pro de fecho de armas , porque non es esso mismo, llámanle juego. E
los otros, que se fazen de pie, son assí como esgremir, luchar, correr, saltar, echar
piedra o dardo, ferir la pellota, e otros juegos de muchas naturas en que usan los omnes
los miembros por que sean por ello más rezios e reciban alegría. Los otros juegos que se
58
fazen seyendo son assí como jogar açedrex e tablas e dados, e otros trebejos de
muchas maneras.
E como quiere que todos estos juegos son muy buenos cada unos en el tiempo
59
e en el logar ó convienen. Pero porque estos juegos que se fazen seyendo son
60
cutianos e se fazen tanbién de noche como de día, e porque las mugieres, que non
cavalgan e están encerradas an a usar desto, e otrossí los omnes que son viejos e
61
flacos, o los que han sabor de aver sus plazeres apartadamientre por que non reciban
en ellos enojo nin pesar, o los que son en poder ageno, assí como en prisión o en
cativerio, o que van sobre mar, e comunalmientre todos aquellos que han fuerte tiempo,
porque non pueden cavalgar nin ir a caça ni a otra parte, e han por fuerça de fincar en
las casas e buscar algunas manera de juegos con que hayan plazer e se conorten e no
estén baldíos.
E por ende, nos don Alfonso, por la gracia de Dios rey de Castiella, de Toledo,
de León, de Gallizia, de Sevilla, de Córdova, de Murçia, de Jahén e del Agarve,
mandamos fazer este libro en que fablamos en la manera d’aquellos juegos que se fazen
más apuestos, assí como acedrex e dados e tablas. (p. 4)

Alfonso X, Cantigas de Santa María.

53
Libro de acedres, dados e tablas. Das Schachzabelbuch Alfonso el Sabio, ed. de Arnald Steiger, Zurich:
E. Droz, 1941.
54
Cueitas: lo mismo que cuitas, ‘problemas’, ‘dificultades’.
55
Trebejo: ‘juego’, ‘diversión’, ‘burla’.
56
Bofordar: ‘lanzar el bofordo’; bofordo: ‘especie de lanza’.
57
Es decir, ‘aunque esos juegos sirvan para prepararse para las armas’
58
Seyendo: del latín sedere, es decir, ‘sentados’.
59
Ó: ‘donde’
60
Cutiano: ‘cotidiano’, ‘diario’.
61
Aver sabor: ‘gustar’, ‘deleitarse’.
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 27

Aunque en este tema nos centramos sobre la prosa, nuestra visión de Alfonso X estaría
muy incompleta sin referirse a las Cantigas de santa María, escritas en verso y en
gallego portugués, pero que tiene un fuerte componente narrativo y muestra una
literatura estrechamente emparentada con las obras de Berceo o con los ejemplos, que
estudiaremos en temas posteriores.

367. Como Santa Maria do Porto guareçeu al rey don Affonso dûa grand’ enfermedade
de que lle ynchavan as pernas tan muito que lle non podiam caber enas calças.

Grandes miragres faz Santa Maria Grandes milagros hace Santa María
e fremosos a quem s’en ela fia. y hermosos, a quien en ella confía.
Ca en aquele que s’a ela chama Porque a aquel que se le encomienda
e a serv’ e a loa e a ama, y la sirve, y la alaba y la ama,
macar jaça en leito ou en cama aunque yazca en lecho o cama
con gran door, sâa-o todavia. con gran dolor lo sana siempre.
Grandes miragres faz Santa Maria…
Dest’ un miragre quero que sabiades De esto un milagro quiero que sepáis
que fez mui grande na que esperades que hizo muy grande, de la que esperáis
todos merçee e u a achades todos mercedes y donde la halláis
en todo tempo, de noit’ e de dia. en todo tiempo, de noche y de día.
Grandes miragres faz Santa Maria…
Aquest’ avêo al Rey de Castela Esto sucedió al rey de Castilla
e de Santiago de Compostela y de Santiago de Compostela
quand’ya veer a ygreja bela quando iba a ver una iglesia bella
que el fezera na Andaluzia, que él hiciera en Andalucía.
Grandes miragres faz Santa Maria…
Que en mui pouco tenpo acabada Que en muy poco tiempo acabada
foi a onrra da Virgen corôada, fue a honra de la Virgen coronada
e de torres e de muro cercada, y de torres y de muro cercada,
segund’ aquel logar mester avia. según menester el lugar tenía.
Grandes miragres faz Santa Maria…
Aquel Rei fora enferm’ en Sevilla Aquel rey enfermó en Sevilla
de grand’ enfermidade a maravilla, con gran enfermedad a maravilla
de que guariu por aquela que trilla de la que sanó por aquella que trilla
mui mal o demo chêo de perfia. muy mal al demonio, lleno de porfía.
Grandes miragres faz Santa Maria…
E pois guariu desta enfermidade, Y después que sanó de esta enfermedad
el Rey ouv’ enton mui gran voontade el rey hubo entonces muy gran voluntad
d’ir a logar u tan gran santidade de ir al lugar donde tal santidad
á com’ali; e el en romaria hay como allí; y él en romería.
Grandes miragres faz Santa Maria…
Foi alá logo per mare e per terra. Fue allá enseguida por mar y por tierra
E macar ll’o tenpo fez mui gran guerra, y aunque el tiempo le hizo gran guerra
guió-o ben aquela que non erra lo guió bien aquella que no yerra
a quena serve ben sen oufania. a quien bien la sirve sin ufanía.
Grandes miragres faz Santa Maria…
E ind’el Rei per mar, tanto ll’incharon Y yendo el rey por mar, tanto se le hincharon
as pernas ambas e se lle pararon ambas piernas y se le pusieron
assi vermellas que todos cuidaron tan bermejas, que todos pensaron
que daquel mal mui tarde sâaria. que de aquel mal muy tarde sanaría.
Tema 7.- Los orígenes de la prosa 28

Grandes miragres faz Santa Maria…


Ca ja de tal guisa inchad’aviam Pues ya de tal forma hinchado se habían
que enas osas caber non podiam; que en las botas caber no podían
demais os coiros delas se fendian y las pieles de ellas se partían
e agua amarela en saya. y agua amarilla le salía.
Grandes miragres faz Santa Maria…
Mais el Rei, que toda sa esperança Mas el rey, que toda su esperanza
avia ena Virgen sen dultança, tenía en la Virgen sin duda,
non quis por esto fazer demorança, no quiso por esto tener tardanza
mais foi-ss’ ao Porto quant’yr podia. sino que fuese al Puerto cuanto antes podía
Grandes miragres faz Santa Maria…
E chegou vernes aa ssa ygreja Y llegó un viernes a su iglesia
daquesta Virgen que bêeyta seja, de esta Virgen que bendita sea
e con esta enfermidade sobeja y con esta enfermedad tan grande
foi ant’ o seu altar têer vegia. fue ante su altar a hacer vigilia.
Grandes miragres faz Santa Maria…
E quando os madudinnos começaron Y quando los maitines comenzaron
os seus clerigos, que os ben cantaron, sus clérigos, que bien los cantaron,
log’amba-las pernas lle desincharon al instante ambas piernas se le deshincharon
e guareceu daquela maloutia. y sanó de aquella enfermedad.
Grandes miragres faz Santa Maria…
E el Rei log’ e toda sa companna, Y el rey enseguida y toda su gente
que viron a maravilla tamanna, que vieron tamaña maravilla
loaron muito a que nos gaanna alabaron mucho a la que nos gana
de Deus saud’e nos dá alegria. de Dios salud y nos da alegría.
Grandes miragres faz Santa Maria…

SOLUCIONARIO A LA AUTOEVALUACIÓN

1 B 10 A
2 A 11 C
3 B 12 B
4 A 13 B
5 C 14 A
6 B 15 B
7 C 16 C
8 B 17 A
9 B

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