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De la medicalización a la mercantilización de la salud en las sociedades

subdesarrolladas. Caso Latinoamérica

El sistema capitalista en las últimas décadas ha transitado por diversas contradicciones y


con el objetivo de mantener el poder hegemónico ha impulsado un conjunto de políticas
neoliberales que a largo de las últimas tres décadas han cambiado el panorama político e
ideológico del mundo posmoderno. En el análisis sobre las nuevas contradicciones del
capital David Harvey retomando las tesis de Marx, se apoya para explicar los procesos de
reproducción y acumulación del capital. Siendo su tesis central que el espacio geográfico
se constituye como la condición, el medio y el producto de la reproducción de la sociedad
actual. Para Harvey (2014) las crisis del sistema capitalista son esenciales para su
reproducción y en ellas sus desequilibrios son confrontados, remodelados y reorganizados
para crear una nueva versión de su núcleo dinámico. Asimismo, indica que lo más llamativo
de las crisis no es tanto la transformación total de los espacios físicos, sino en los cambios
en los modos de pensamiento y de comprensión, en las instituciones y en las ideologías
dominantes, en las alianzas y en los procesos políticos, en las subjetividades políticas, en
la tecnología y las formas organizativas, en las relaciones sociales, en las costumbres y los
gustos culturales de la vida cotidiana que se nos imponen como el único sistema social.

Desde los inicios del sistema capitalista su afán incontrolado de acumulación impacta en la
vida de la humanidad. En ese sentido, Michael Foucault en la década del 70 realiza una
diagnosis general de la situación cultural del ser humano. Aísla e identifica la dominante
organización de nuestra sociedad como “poder-bio-técnico”. Para Foucault el bio-poder es
el creciente ordenamiento de todos los planos, bajo la apariencia de la mejora de bienestar
de los individuos su finalidad es incrementar el poder y el orden de los mismos (Dreyfus y
Rabinow, 2001).

Por lo tanto, urge desarrollar una nueva forma de pensar y analizar la crisis del sistema, y
preguntarnos ¿Cómo domina el capital a pesar de sus crisis? ¿Qué poder despliega el capital
sobre la sociedad en su conjunto? Para lo cual el presente ensayo desarrolla un análisis
sobre del impacto que ha tenido el modelo neoliberal y sus políticas en la salud de los
latinoamericanos, pero desde un enfoque marxista. Tomando como base el análisis y
reflexión de David Harvey y Michael Foucault sobre la sociedad contemporánea. En ese
sentido, se asume la importancia de desarrollar en la actualidad una posición marxista que
enfrente a la forma del pensamiento dominante del sistema capitalista. Para lo cual, es
necesario sostenernos de un sistema teórico de pensamiento diferente al del capitalismo y
por medio de nuevas formas de investigación contribuir a visualizar las contradicciones por
las que atraviesa el sistema para proponer soluciones diferentes.

Contexto de neoliberalismo en América Latina en su impacto en la salud

La década de 70 fue un periodo de contradicciones internas para el sistema capitalista, las


medidas Keynesianas de un estado benefactor aplicadas en las principales potencias
mundiales después de la segunda guerra mundial entran en contradicción con la crisis de
acumulación de capital, generando picos históricos de desempleo e inflación tanto en
Estados Unidos como en Europa (Harvey, 2007). Frente a esta crisis el capitalismo volvió
a salir adelante por medio de la aplicación de políticas de corte neoliberal bajo el gobierno
de Reagan, Thatcher, Khol y Pinochet . Pero ¿qué consecuencias trajo la implementación
de estas políticas para América Latina? Frente a esta interrogante hay que señalar que:

Primero, fue por medio del Consenso de Washington que llego a la instauración de las
políticas neoliberales cuyas bases son la lógica de apertura de mercado y su disciplina
macroeconómica. (Martínez y Soto-Reyes, 2012)

Segundo, hay que indicar que desde hace ya más de 30 años América Latina ha sido el
conejillo de indias para el desarrollo de una sociedad basada en el principio de libre
mercado. Siendo el país de Chile el pionero en implementar estas políticas por medio de
los “Chicago boys” que se logró viabilizar este modelo. (Laurell, 2016)

Tercero, tanto en el modelo chileno como el aplicado en otros contextos mundiales el sector
privado desempeña un papel fundamental para el crecimiento económico, asignándole al
estado un rol regulador del mercado.

Cuarto, dentro de las diversas reformas que abarcaba la política económica , fue el
reordenamiento de las prioridades del gasto público que llevaría a disminuir el presupuesto
y la eliminación paulatina de actividades de carácter social como la educación y la
salud.(Martínez y Soto-Reyes, 2012)

Hay que precisar que este sector salud fue uno de los blancos de estas políticas
estructurales, sufriendo un elevado recorte presupuestal que significo la entrada de
empresas privadas al sector . Para Laurell (2016) fue importante el papel que cumplió el
FMI (Fondo Monetario Internacional) y el BM (Banco Mundial), condicionando sus
préstamos a la instrumentalización de políticas y diseñando las políticas de salud. Por
consiguiente, la salud pasa a ser responsabilidad de los individuos, al ser un bien privado,
donde sus necesidades se resuelven por medio del mercado. Por esta razón, se suprime la
idea del derecho universal de salud abriendo al sector salud a intereses privados para la
generación de ganancia y acumulación de capital. En ese punto, habría que señalar que la
libertad y dignidad señaladas como banderas del neoliberalismo, no es más que una palabra
y no aplica para la salud. Por lo que, la libertad que tiene la persona es para elegir en que
EPS (Empresa Prestadora de Servicio) o clínica privada donde se va atender. De allí que
Harvey plantea que la “suposición de que las libertades individuales se garantizan mediante
la libertad de mercado y de comercio es un rasgo cardinal del pensamiento neoliberal, y ha
dominado durante largo tiempo la postura de Estados Unidos hacia el resto del mundo”. (p.
13)

Medicalización según Michael Foucault

En una conferencia desarrollada por Foucault (1976) sobre la crisis de la medicina1 parte
en su reflexión inicial sobre un hecho histórico acontecido en 1942 donde se elaboró el
Plan Beveridge en Inglaterra y sirvió de modelo a la organización mundial de la salud
después de la segunda guerra mundial. Un aspecto particular aunque no nuevo de este plan,
el estado asume la tutela de la salud. Lo novedoso del plan según Foucault radicaba que
el estado pasaba de tener un fin de la salud que garantice la fuerza física nacional,

1
Conferencia dictada en el curso de medicina social que tuvo lugar en octubre de 1974 en el
instituto de Medicina Social, Centro Biomédico, de la Universidad Estatal de Rio de Janeiro, Brasil.
garantizar su capacidad de trabajo y de producción, así como la defensa y ataques militares.
Con el Plan Beveridge la salud se transformaba en objeto de preocupación de los estados
con lo cual el derecho del hombre a mantener su cuerpo en buena salud se convierte en
objeto de la propia acción del estado. Por lo tanto hay una inversión de roles: el concepto
del individuo en buena salud para el estado se sustituye por el estado para el individuo en
buena salud. Para el autor no solo es una inversión en el derecho sino también en la moral
del cuerpo. A mediados del siglo XX el derecho a interrumpir el trabajo empieza a tomar
cuerpo y es más importante que la antigua obligación de la limpieza que caracterizaba la
relación moral de los individuos con su cuerpo. Es así que la salud ingresa a los cálculos
macroeconómicos y por intermedio de la salud, de las enfermedades y de la manera en que
se cubrirán las necesidades de salud se trata de proceder a cierta redistribución económica.
Por la tanto, la salud, la enfermedad y el cuerpo empiezan a tener sus bases de socialización
de los individuos. Convirtiéndose el cuerpo de los individuos en uno de los objetivos
principales de la intervención del estado.

En la misma línea de las reflexiones Foucault plantea sobre el no saber medico de hace un
siglo había llevado a elevados riesgos en la salud de los individuos que podrían morir en
el momento de ser curados, había pasado a una nueva dimensión, en ese sentido el no saber
ya ha dejado de ser peligroso, no solo por sus consecuencias inmediatas a nivel de los
individuos, sino a nivel de la propia historia. En este punto plantea que esto constituye una
característica actual de la crisis actual. En consecuencia para el autor la medicina comenzó
a funcionar fuera de su enfoque tradicional orientado por la demanda del enfermo, de su
sufrimiento, sus síntomas, su malestar, que promueve la intervención médica y circunscribe
su campo de actividad, orientado a la respuesta a la enfermedad. Ahora la medicina actual
responde a otro motivo que no es la demanda del enfermo y esta se impone con más
frecuencia al individuo este o no enfermo. Es así que la medicina de hoy en día está dotada
de poder autoritario con funciones normalizadoras que van más allá de las existencias de
enfermedades y la demanda del enfermo. A este cambio histórico del papel de la medicina
Foucault lo llama medicalización indefinida (1974).

Por lo tanto, para Foucault la medicalización no solo es una intervención médica a nivel
estatal sino un proceso histórico y estrategia política que se aplica en Europa y refleja el
poder del conocimiento aplicado al cuerpo. Es así que la toma de poder sobre el hombre
como un ser vivo, significa una especie de nacionalización de lo biológico.

En conclusión el proceso de la medicalización para el autor se caracteriza por una


transformación del objeto de conocimiento medico siendo un dispositivo central para el
ejercicio de lo que llamo el nacimiento del biopoder. Es así que la medicina actual se
convierte en el vínculo que articula la biopolítica con la disciplina, es decir, el vínculo del
biopoder con el control de la vida. Es decir, las formas de vigilancia del cuerpo, la
enfermedad y la salud, a través de la noción de riesgo y las nuevas tecnologías.

Medicina moderna al servicio del neoliberalismo

Por lo expuesto, se evidencia de las reflexiones de Foucault que los problemas que afectan
en el momento actual el ejercicio y las instituciones del saber médico. Son fenómenos
relacionados con las formas que tiene el capital de mantener su dominio hegemónico. Por
lo tanto en este punto de análisis se va ampliar como impacta en la reflexión las categorías
de biopoder y biopolítica planteadas por M. Foucault como dispositivos de control en la
salud. Por lo tanto, es necesario abordar el papel de la medicina como dispositivo al servicio
de la ideología del biopoder y la biopolítica. Y si bien la medicina desde su creación como
ciencia ha jugado un papel importante en la preocupación y cuidado de la salud de las
personas, su uso no ha escapado del control hegemónico de un determinado sistema social.
En ese sentido, para Foucault, la medina moderna se convierte en un saber y por lo tanto,
en un poder que favorece la ideología dominante. En otras palabras la medicina moderna
se convierte en un dispositivo al uso del biopoder para sostener la superestructura
ideológica y los intereses económicos del biopoder (1977).

Para Foucault el biopoder emergió como una tecnología política coherente por ser el
periodo donde se fomentó la natalidad, el crecimiento y el cuidado de la población se
convierte en una preocupación central del estado. Esto se da porque hay un nuevo tipo de
racionalidad política y práctica. Foucault compara la importancia de la nueva modalidad
de racionalidad política con la revolución galileana de las ciencias físicas. Es así que en el
campo político se seguía apoyando las teorías tradicionales de la soberanía, la ley natural
y el contrato social. Un discurso que para el autor ayudaba a enmascarar los cambios
radicales que estaban teniendo lugar efectivamente nivel de las prácticas culturales.
Foucault escribiría en Historia de la sexualidad que “El moderno poder es tolerable con la
condición de enmascarar una parte importante de sí mismo. Su éxito está en la proporción
directa con lo que logra esconder de sus mecanismos” (pag. 105). Para el autor el biopoder
se funda en dos polos que siguen separados hasta comienzos del siglo XX, cuando se
combinan para formar las tecnologías del poder que todavía caracterizan de modo
reconocible nuestra situación actual. (Dreyfus y Rabinow , 2001).

Un polo se centra sobre la preocupación por la especie humana se centra en el cuerpo


como máquina, que Foucault va a denominar: Anatomopolítica del cuerpo humano. Los
esfuerzos para comprender los procesos de regeneración humana estaban estrechamente
ligados a otros, fines, de tipo más bien políticos. Siendo según Dreyfus y Rabinow los
controles regulatorios de la vitalidad de la vida el foco del volumen sexto de la historia de
la sexualidad de Foucault.

Un segundo polo del biopoder se centra sobre el cuerpo, ya no como medio de la


reproducción humana, sino como objeto de ser manipulado centrado en el cuerpo-especie:
Una biopolítica del poder. Una nueva ciencia o tecnología del cuerpo como objeto de poder.
Foucault rotula a esta formación “poder disciplinario” y lo analiza en detalle en su obra
vigilar y castigar. El objetivo básico del poder disciplinario era producir un ser humano que
pudiese ser tratado como un cuerpo dócil y a su vez productivo. Las técnicas del disciplina
miento se aplicaban principalmente a las clases trabajadoras y subproletarias, aunque no
exclusivamente, ya que también operaba en el campo educativo (Dreyfus y Rabinow,
2001).

Ambos polos constituyen el eje mediante el cual se desarrolló la organización del poder
sobre la vida. Por lo tanto, este biopoder fue y es un elemento central en el desarrollo del
capitalismo. Es así que el desarrollo de los grandes aparatos del estado, como la familia,
el ejército, la escuela, la policía, la medicina individual fueron instituciones de poder para
garantizar el mantenimiento de las relaciones de producción. (Foucault, 2007).
Por lo tanto, el biopoder es el ejercicio del poder por parte del estado en cuanto a la
estatización de lo biológico. Mientras que la biopolítica implica el controlar y vigilar los
fenómenos relacionados con la salud de la fuerza laboral, es así que se controla la natalidad,
mortalidad, longevidad por medio de la estadística y epidemiologia con una finalidad e
interés económico del biopoder. (Foucault, 2007). Por lo planteado M. Foucault demuestra
el rol que ha cumplido la medina moderna en mantener un control de salud para mantener
una fuerza laboral al servicio de interés del capitalismo (Cabrera, 2016)

Mercantilización en salud

Por lo expuesto, la salud para el sistema capitalista es vista como una mercancía, donde el
derecho a la salud y a la atención de la enfermedad sigue siendo una deuda pendiente en la
mayoría de los países. Según Laurrel la salud como actividad privada es un nuevo campo
de acumulación capitalista. En los estudios que realizan Escudero (2007) y Laplacette y
Vignau, (2008), la industria farmacéutica juega un rol activo en los procesos de
mercantilización de la salud, tanto en producción y como en la comercialización de sus
productos y servicios, jugando un rol activo en la construcción de patrones de legitimación
de consumo de medicamentos y coludidos con los medios de comunicación masiva
convierten, los medicamentos o tratamientos, en necesidades de la población, cuyo interés
más que la salud de la población es su interés económico.

Asimismo en el análisis que realiza Harvey (2005) sobre la acumulación por desposesión
se plantea que el capitalismo produce oligopolios que se convierten en monopolios que
controlan la producción de tecnologías, semillas, fertilizantes, productos farmacéuticos
etc. Que concentran el poder monopólico y hegemónico con graves consecuencias
políticas, económicas y sociales. De esta forma se enmascara el fetichismo de la libertad
de mercado, resinificando al libre comercio de mercancías como medio de control y poder
hegemónico. En este punto en la cita que realiza Harvey a Marx sostiene que la lucidez del
análisis que realiza Marx es evidenciar que la liberalización mercantil no genera un estado
de armonía, sino al contrario produce mayores niveles de desigualdad. Frente a esta
problemática Harvey (2014) sostiene que todas las personas deben de tener el mismo
derecho a la educación, vivienda, la seguridad alimentaria y atención sanitaria que asegure
una base material y el desarrollo pleno de capacidades y potencialidades humanas.

Es importante mencionar que en el país de Estados Unidos la mercantilización de la salud


ha alcanzado su máximo desarrollo y es visto como un ejemplo la superioridad del sector
privado sobre el público, presentándose como un logro del neoliberalismo las grandes y
reconocidas instituciones hospitalarias como el Hospital Mayo Clinic o el Hospital Johns
Hopkins. Sin embargo, diversos estudios de eficiencia, eficacia y cobertura de los servicios
de salud muestran a Estados Unidos con serias deficiencias en comparación a otros países
de primer mundo incluso el cubano. Por lo tanto, el pensamiento liberal idealiza el modelo
neoliberal como el más perfecto y que va a resolver los problemas de salud, cuando en
realidad la situación en diferente. (Navarro, 2016)

¿Que hacer frente a esta situación?

Desarrollar en el marco de una formación médica una visión de ser humano de carácter
integral que no solo vea una dimensión biológica, sino también las dimensiones: ética,
sociopolítica, afectiva, espiritual y cultural. En esa línea los planteamientos de Marx
contribuyen a tener una mirada de ser humano en toda su potencialidad, como miembro
que pertenece a una sociedad, pero al mismo tiempo esta cautiva de esta. De allí que plantea
el buscar liberar al hombre de su enajenación, siendo sus planteamientos una defensa a la
deshumanización del hombre. (Fromm, 1962)

Conclusión

Para concluir plantear que desde un análisis marxista el proceso de acumulación y


reproducción considera que se debe teorizar sobre el valor que se crea y la reposición
material de las condiciones laborales. Mientras que para los neoliberales, su análisis se
limita al precio y la demanda que tiene una mercancía en el mercado “todo poderoso”. Es
así que en el nuevo arte de gobernar para el neoliberalismo, el mercado, es el punto central
y espacio donde se va a realizar el intercambio y la veridicción del precio y el valor.
(Foucault, 1979). Por tanto, el desarrollar una posición marxista en la actualidad implica el
ejercer un pensamiento crítico sobre la realidad social, política, económica y cultural en
que vivimos que afecta a la sociedad y en especial a la salud, de ahí que resulta importante
que por medio de los autores estudiados no solo conocer la crisis del sistema sino cual es
el modelo actual de funcionamiento de la medicalización y su impacto en la salud y como
hacer frente a este poder médico. No debemos olvidar que el desarrollo de conocimiento y
el saber está asociado al poder; por lo tanto quien tiene control del saber ejerce también el
poder sobre los demás. En ese sentido, la teoría marxista nos permite desarrollar un
pensamiento crítico y replantear las formas actuales de racionalidad que se imponen como
fuente única de saber.

Bibliografía

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