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El modelo de Estado socialista del siglo XXI es un socialismo revolucionario que debe
directamente de la filosofía y la economía marxista, que se sustenta en cuatro ejes:
el desarrollismo democrático regional, la economía de equivalencias,
la democracia participativa y protagónica y las organizaciones de base. El
propósito en general de la Revolución, es construir una sociedad sin clases, una
sociedad más participativa, más protagónica, este Socialismo se ha enfocado
últimamente a las reformas sociales de las democracias modernas. Hugo
Chávez expreso lo siguiente: Hemos asumido el compromiso de dirigir
la Revolución Bolivariana hacia el socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un
socialismo del siglo XXI que se basa en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor,
en la libertad y en la igualdad en un discurso a mediados de 2006. Además, este
socialismo no está predefinido. Chávez dijo debemos transformar el modo de capital y
avanzar hacia un nuevo socialismo que se debe construir cada día. Este quiso decir
que con el trabajo en conjunto, trabajo mancomunado, un trabajo entre todos
podemos construir un mejor socialismo. Las políticas públicas destinadas a atender
las demandas sociales y promover el desarrollo productivo están presentes en el
gobierno de Chávez desde 1999. Esta primera etapa, quedo a merced de un clima de
confrontación y polarización política cuyos momentos más álgidos fueron la
promulgación de la Ley Habilitante en noviembre de 2001, el intento de golpe de
Estado en abril de 2002, el paro petrolero de diciembre de 2002 y el referendo
revocatorio de agosto de 2004. El caso de Venezuela parece demostrar que un
proyecto de cambio político, económico e institucional que, como el bolivariano,
escoge la vía confrontaciones como eje de su gestión, requiere dosis constantes de
legitimación si quiere continuar transitando por la ruta democrática. Los primeros
pasos de la política social pusieron en evidencia el fuerte contraste entre los principios
incluidos en el Plan de Desarrollo Económico y Social presentado en la campaña y la
necesidad de atender demandas sociales urgentes y concretas. Los programas
sociales de tipo compensatorio ya existentes desde el gobierno de Rafael Caldera
quedaron en la órbita de un Fondo Único Social, que además concentró la captación y
administración de los recursos. A estos programas ya en marcha se añadieron otros,
como el Proyecto Bolívar 2000 y los programas de la Fundación Pueblo Soberano, en
los que la Fuerza Armada Nacional jugó un rol central. En general, consistieron en
actividades de atención a la salud y el empleo temporal, así como asistencia pública
en el mejoramiento, la recuperación y la construcción de viviendas e infraestructura
social. También contemplaron acciones de beneficencia en los sectores de pobreza
crítica y extrema mediante el suministro gratuito de alimentos y otros productos
básicos. En todos los casos, se trató de programas de carácter provisional. En una
evaluación de la política social durante este periodo, reconoce la revalorización
de la participación de la sociedad como un logro importante, pero identifica fallas en la
capacidad institucional y una concepción de las políticas sociales excesivamente
asistencial, también se implementaron otras iniciativas de carácter más estructural,
orientadas a crear mecanismos de financiamiento para la economía popular y las
microempresas, fórmulas de organización empresarial tradicionalmente excluidas de
los mercados financieros formales, que fueron impulsadas por el gobierno. En
noviembre de 1999 se creó el Banco del Pueblo y meses más tarde se inauguraron el
Fondo de Desarrollo Microfinanciero y el Banco de la Mujer. La tasa de desempleo no
dejó de ser un problema entre 1999 y 2003, periodo durante el cual se mantuvo
siempre por encima. En noviembre de 2000, la Asamblea Nacional sancionó una Ley
Habilitante mediante la cual se cedieron poderes especiales al gobierno para legislar
en materia institucional, económica y financiera. Pero fue solo en el límite del
vencimiento de la habilitación, en noviembre de 2001, cuando Chávez anunció un
paquete de 49 leyes, la idea era imponer una agenda global de reformas. El gobierno
consideraba estas leyes como una muestra de su carácter progresista, solidario y
modernizador. En cualquier caso, lo central es que 2002 y 2003 fueron años
consumidos por una aguda confrontación política que degeneró en un paro petrolero y
un intento de golpe de Estado. El quiebre en el desarrollo de la política social ocurrió a
mediados de 2003, con el surgimiento de las misiones. El 19 de agosto de 2003 se
cumplía la mitad del mandato y con ello se abría, según la nueva Constitución, el
periodo para iniciar un proceso revocatorio. Los mecanismos se activaron y, pese a
los contratiempos, un año después, el 15 de agosto de 2004, se realizó el referendo,
en el que Chávez obtuvo una victoria aplastante. Esto se explica por dos factores: por
un lado, una inflexión importante en la evolución de los precios del petróleo, que
generó un rápido incremento de los recursos fiscales a disposición del gobierno; y, por
otro, la rápida implementación de las misiones, una serie de programas sociales de
amplia cobertura apalancados en la bonanza petrolera. El aumento acelerado de los
precios del petróleo produjo un incremento de los ingresos fiscales del gobierno
central en 2004. Después del fallido paro petrolero ocurrido entre fines de 2002 y
comienzos de 2003, Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) había quedado bajo su
control, lo que le permitió desviar recursos hacia los nuevos programas sociales.
Desde un principio, las misiones se orientaron a la atención de los problemas sociales
prioritarios en las áreas de educación, salud, alimentación, trabajo y vivienda. En el
2003 se pusieron en práctica la Misión Barrio Adentro, Robinson I, Robinson II, Ribas,
Sucre y Miranda. Luego, en 2004, se crearon las misiones Mercal, Vuelvan Caras,
Hábitat, Identidad y Guaicaipuro. Por su cobertura y su impacto, las misiones Barrio
Adentro y Mercal son las más relevantes. El objetivo es llevar directamente a los
sectores más pobres atención primaria a la salud con la ayuda de médicos cubanos
especialistas en medicina integral y con la participación activa de las comunidades. La
primera etapa de gobierno de Chávez estuvo marcada por la crisis
macroeconómica, en este segundo periodo la macroeconomía acompañó las mejoras
en materia de política social. En contraste con el periodo 1999-2003, las restricciones
externas y fiscales desaparecieron y la implementación de un régimen de control de
cambios en un contexto de bonanza petrolera puso a los mercados a nadar en
recursos líquidos. Otro elemento que forma parte de esta transformación, de
implementación más reciente pero que también apunta a generar un cambio en el
sector productivo, es la creciente participación del Estado en la producción de bienes
y servicios, realizada a través de la asunción del control directo de ciertas industrias
consideradas claves para el desarrollo de la economía. El segundo es más reciente.
Esto permitiría hablar, en principio, de un nuevo modelo de desarrollo productivo. Son
tres las piezas que, a nuestro juicio, se ensamblan en el nuevo modelo. La primera
está constituida por los denominados núcleos endógenos micros, las nuevas fórmulas
de propiedad empresarial promovidas por el Estado, como cooperativas, empresas de
producción social y empresas cogestionadas. Todas ellas operan en alianza con las
empresas básicas del Estado, a las que sirven como una suerte de concesionarias.
Chávez lo ha explicado de esta forma: Superada la etapa fundacional todas esas
empresas que van a ir naciendo en núcleos endógenos micros, pequeños, medianos
o grandes núcleos o polos de desarrollo, deben estar interrelacionadas estrechamente
con las empresas básicas, con las grandes plantas industriales. La segunda pieza de
este modelo consiste en lo que Chávez ha llamado el núcleo endógeno básico. El
Estado, potenciado financieramente por la renta petrolera, se relanza sobre la
actividad productiva y, luego de asumir el control de las principales empresas de
ciertas áreas estratégicas, se dedica de manera directa a la producción industrial
primaria y la prestación de algunos servicios básicos. Se comienza por establecer las
industrias consideradas pilares fundamentales para crear lo que hoy llamaríamos un
núcleo endógeno básico. En este impulso creador inicial de la industria del hierro y del
acero surgen la electro y la metalmecánica, estamos hablando de otras áreas: la
química básica, la infraestructura de energía, transporte y comunicaciones a partir de
la utilización de recursos naturales hasta entonces desaprovechados. La tercera
pieza son las misiones educativas y, sobre todo, los programas de capacitación
laboral, como la Misión Vuelvan Caras, es un programa orientado a construir nuevas
capacidades humanas promoviendo la adquisición de nuevas habilidades para el
trabajo y preparando a la gente para su entrada a nuevas relaciones productivas a
través de cursos de cooperación y autogestió. En otras palabras, un programa de
capacitación que se enlaza con las cooperativas. Entre 1999 y 2006 desaparecieron
muchas empresas en los diferentes servicios. Se observa a partir de 2003, un
incremento del precio del petróleo alivia sensiblemente las restricciones económicas:
el control de los crecientes ingresos, junto con una renovada plataforma de programas
distribucioncitas de amplia cobertura, explican el repunte político de Chávez. La
política social adquirió significación desde el siglo XX y, sobre todo, durante la
segunda mitad de ese siglo cuando, en asociación con el desarrollo de los Estados
sociales de derecho, se configura como el conjunto de áreas que hoy la identifica
desde el punto de vista sectorial (entre las que destacan educación, salud, seguridad
social y vivienda y hábitat) y de atención a grupos específicos en razón de su
vulnerabilidad o discriminación por razones de: necesidades sociales básicas
insatisfechas (pobreza e indigencia); género (mujeres); culturales (indígenas); etarias
y de ciclo de vida (infancia, juventud y adultos mayores) o de discapacidad, entre
otras. Las acciones sociales desarrolladas bajo las gestiones presidenciales de Hugo
Chávez, entre 1999 y 2012, pueden analizarse en dos etapas generales y la segunda
de estas en tres sub-etapas.
2011-2012, es una sub-fase de relanzamiento parcial tanto del gasto como de las
misiones, aunque basándose más -en este último caso- en algunos nuevos
programas antes que en los más relevantes desde 2003-2004.
• Fondos chinos Caracas y Pekín, con la participación del Banco de Desarrollo Chino-
BDC y el venezolano Banco de Desarrollo- BANDES, acordaron en 2007 la
constitución de un fondo rotatorio para financiar obras de infraestructura en el país
sudamericano, en el que China aporta 4.000 millones de dólares y Venezuela 2.000
millones . Los aportes chinos se pagan con crudo y fuel oil venezolano, por lo que
PDVSA aparece como garante del mecanismo del convenio.
• Acuerdo de San José Creado en agosto de 1980, este convenio involucra el envío
de 80.000 barriles por día de crudo tanto por México como Venezuela a una docena
de países de Centroamérica y el Caribe signatarios del pacto, pero en los últimos
años Venezuela ha ido sustituyendo este mecanismo por el convenio alrededor de
Petrocaribe. Este acuerdo no involucra descuentos o financiamiento directo, pero
permite a empresas de los países proveedores contar con ventajas arancelarias en
las naciones receptoras.
Aspectos políticos Situación política Desde que Hugo Chávez ganó las elecciones en
1999, la política ha estado muy agitada. La oposición no ha aceptado al gobierno
bolivariano y en esto ha estado apoyada por el gobierno de los Estados Unidos, que
no puede reconocer que en su patio trasero, que el país con las mayores reservas de
petróleo del mundo no esté bajo su control. Pero el gobierno también ha sido radical
en sus posiciones, puesto que ha utilizado un lenguaje agresivo como respuesta a los
ataques de la oposición. Además, se ha equivocado igualmente en el tratamiento con
el sector privado, que en lugar de atraerlo, prácticamente lo ha entregado a la
oposición.
En el campo del gobierno se tiene el Partido Socialista Unido de Venezuela-PSUV-,
iniciado a partir de 2006, conformado por más de seis agrupaciones: Movimiento
Quinta República (fundado por Hugo Chávez en 1997), Movimiento Electoral del
Pueblo, Unidad Popular Venezolana, Movimiento Independiente Ganamos Todos y
Liga Socialista, entre otros. No decidieron participar en la creación del nuevo partido:
el Partido Comunista, Patria para Todos y Por la Democracia Social-PODEMOS. Los
partidos que decidieron ser parte de él, acordaron disolverse para conformar un
partido único, a diferencia de la MUD, lo que le da más poder y unidad. El gobierno
bolivariano se enfrenta a decisiones muy difíciles que debe tomar para evitar que la
economía se derrumbe y que el chavismo pierda las elecciones próximas. Como
economía rentística desde 1928, Venezuela es un país en donde el Estado domina a
la sociedad a través de todos los beneficios que suministra a los ciudadanos; y la
sociedad no controla al Estado. El primer punto es el de implementar una política de
precios realistas, lo que implica eliminar gradualmente los excesivos subsidios de los
servicios públicos y de los bajísimos precios de los derivados del petróleo. Dentro de
esta política de precios realistas, la tasa de cambio debe ser objeto de otro manejo.
Hay tres regímenes de tasa de cambio que deberían reducirse a uno solo, para evitar
la especulación, el mercado paralelo, la corrupción e incentivar la producción y reducir
las importaciones. No se trata de proponer un sistema de tasa de cambio libre, sino
de una tasa de cambio única controlada por el Banco Central. Es irónico que un
gobierno de izquierda, cuyos miembros siempre hablan de cambiar la estructura
productiva de Venezuela, después de quince años de gobierno, esta se mantiene
igual y aun con retrocesos con respecto a 1999. Venezuela no puede continuar
dependiendo solamente del petróleo y ser simplemente una economía rentística. Ya
es tiempo de sembrar el petróleo. Hay que promover la industria y agricultura. Tiene
las tierras necesarias para volver a ser un país agrícola; y para ello es clave tener una
tasa de cambio competitiva. Los avances sociales de la Revolución Bolivariana son
evidentes, pero ellos pueden sufrir retrocesos si la economía no marcha bien. La
pobreza y la pobreza extrema así como la desigualdad de ingresos, a pesar de los
logros obtenidos, son aún altos, lo que obliga a un trabajo en este sentido. El
desempleo ha venido disminuyendo, pero si la economía no se reactiva se va a
perder lo ganado desde 1999. Hay distorsiones en los diferentes precios manejados
por el gobierno como las múltiples tasas de cambio, aunque con la introducción del
sistema del Sicad II comienza a sincerarse esta variable. Igualmente, los precios de
los servicios públicos están por debajo de los costos, como el de la energía eléctrica,
la gasolina y el diesel oil, que están restándole recursos al gobierno central; y lograr
así, disminuir el déficit fiscal. 2014 es un año muy crítico para la economía
venezolana: alta inflación, desabastecimiento de productos y crecimiento económico
negativo, lo que no había ocurrido simultáneamente desde la crisis del petróleo de los
años 2002 y 2003. La situación política está tensa y así seguirá porque hay factores
internacionales interesados en producir caos para evitar que la economía se
normalice.
Este es un dato claro, de ahí la urgencia del gobierno de promover una economía
próspera para derrotar a los enemigos externos e internos de la Revolución
Bolivariana. Un Estado con avances sociales significativos no está en contradicción
con un manejo económico adecuado, no necesariamente de corte neoliberal.
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