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Lugar
Editorial
Abelleira, Hilda.
Clínica forense en familias : historización de una práctica / Hilda Abelleira y Norma Delucca. - la ed. la
reimp- Buenos Aires : Lugar Editorial, 2011.
288 p.; 23x16 cm.
ISBN 978-950-892-203-6 1.Cínica Psicológica Forense-Familia 2. Psicología Forense I. Delucca, Norma II.
Título CDD 347.006 019
índice
Prólogo ......................................................................................................................... 7
Prólogo
I B
SIDORO ERENSTEIN
Este libro nos instala de pleno en un campo que puede llamarse Clínica Forense y
resulta de una relación entre la Psicología y el Derecho. Habría dos maneras de con-
cebir esta relación: desde la búsqueda de una articulación que trate de mostrar la
consistencia de cada una y andar un camino en búsqueda de su complementación.
Otra manera de vincularlas sería considerarlas dos disciplinas distintas que seguirán
siéndolo y que cada una ofrecen a la otra lo que no tienen ni tendrán y que a partir de
ahíencarnan
se deberán en
realizar un trabajo
la realización dede
eserelación,
trabajo: no hecho
el Juez y elhasta ese momento.
Psicólogo vincular.Dos figuras
El primero
da a conocer la Ley en realidad lo que interpreta de ella. Después de todo lo que in-
10 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
PARTE I
Consideraciones Teóricas
Introducción
Han transcurrido más de 15 años desde que publicáramos en 1985 un primer li-
bro1, dedicado a reflexionar y conceptualizar acerca de nuestra praxis con familias en
el campo clínico y forense.
Habíamos ingresado en 1972 a la Asesoría Pericial de los Tribunales de la Provin-
cia de Buenos Aires, en la ciudad de La Plata. No existía aún la Ley de Divorcio Vin-
cular, sancionada en 1987.
Transmitíamos en esa producción, formulaciones y consideraciones sobre reali-
dades con las que nos enfrentamos en los primeros quince años de tarea. Su modali-
dad coloquial privilegió como interlocutores a los propios integrantes de familias en
proceso
Los de separación.
quince años que le siguieron nos permitieron profundizar nuestra formación
y realizar una mayor sistematización y precisión metodológica. Pudimos ampliar y
diversificar la casuística y asistir al desafío de nuevas complejidades vinculares, efecto
de las transformaciones de la realidad social, de los imaginarios y significaciones que
la sostienen, como de la caída de ciertos valores e ideales acerca de la familia.
En este tramo nos propusimos especialmente, que lo elaborado se dirigiera a co-
legas y estudiosos de otras disciplinas de contextos institucionales y privados, que
intervengan o se interesen en estas complejas temáticas.
En la primera parte de este libro, intentamos hoy compartir con nuestros lectores
el modo en que nos acercamos a resolver ciertas problemáticas, los obstáculos que
encontramos para desanudar otras y los interrogantes que aún siguen abiertos respec-
to de las diversidades familiares, como de las difíciles condiciones actuales de las
instituciones, debilitadas y atravesadas por la turbulencia e incertidumbre de estos
tiempos.
Las autoras
CAPÍTULO I
• En dos niveles:
1) De asesoramiento al juez: a través del esclarecimiento psicológico de la proble-
mática familiar.
2) De intervención operativa o transformadora: por el efecto movilizador y promo-
tor de nuevos ordenamientos, que produce nuestra intervención en las familias
i Unica FORHNSE BN FAMILIAS 2
CAPÍTULO II
• Encuentro
profesionales queinterdisciplinario: toda audiencia
intervienen- el encuentro de alsupone
menos -desde los equipos
dos discursos: el dely
Derecho y el del Psicoanálisis familiar. Discursos que implican concepciones
diferentes acerca del sujeto y sus vínculos, (diferencias que hemos desarrolla-
do en el capítulo anterior), y que por lo tanto enfrentan a los representantes de
ambas ciencias a la ardua y compleja tarea de construir un diálogo que, respe-
tando la singularidad de cada discurso, torne posible la producción de una
intervención eficaz y adecuada a las demandas y necesidades de la familia
que los convoca.
La eficacia de la intervención, estará en estrecha relación con las posibili-
dades de los integrantes del equipo, de poder escuchar y reconocer lo di-
ferente del otro, sin perder la singularidad de su propia mirada y su escucha.
Sin desvalorizarlo ni competir, apreciando el aporte diferencial de cada disci-
plina, utilizándolas para abrir a otras perspectivas de comprensión e interven-
ción ante la problemática familiar.
Esta posibilidad, que exige actitudes flexibles y claras, no sólo garantizará
un asesoramiento eficaz al Juez que debe articular nuestras conclusiones en
una resolución jurídica, sino que también preservará al equipo de la captura
identificatoria en la problemática familiar.
• Intervención oral: en las audiencias, a diferencia de la Intervención Peri-
cial habitual, el perito no transmite sus conclusiones por escrito, sino verbal-
mente.
El tiempo de reflexión y elaboración de la intervención es muy acotado,
por lo que también en este aspecto, hemos ido construyendo ciertas estra-
tegias que preserven y tornen más efectiva nuestra participación.
- El primer paso, es acceder a la lectura de los antecedentes con que pu-
diera contar el juzgado, si se tratara de una situación que surge al interior de
un juicio ya iniciado.
- En segundo lugar, acceder a la problemática a través del Juez que in-
terviene, para conocer su impresión, interrogantes que se plantea y lo que
desea que se esclarezca con nuestra participación.
- En tercer lugar, planificamos la posibilidad de realizar entrevistas pre-
vias a la audiencia, como dijimos, en algún ámbito del juzgado donde conte-
mos con privacidad: una con cada progenitor o familiar adulto que plantea la
demanda y finalmente con el/los niños, donde se incluye alguna producción
gráfica.
Evaluamos lo producido en las entrevistas, para compartirlo posterior-
mente con el Juez y el Asesor de menores. Luego se realiza la audiencia con
las partes y abogados, generalmente sin la presencia de los niños, donde el
Juez transmite sus conclusiones, que generalmente suscitan un intercambio de
ideas, que el equipo técnico contribuirá a fundamentar desde el punto de vista
de su disciplina y el equipo jurídico desde la suya, apuntando a que se llegue
a una decisión acordada.
A continuación, creemos conveniente incluir a los niños para que se les
explicite el sentido de la decisión.
Es importante el hecho de que sea el Juez el que lidera la información a
transmitir, producto del intercambio previo, interviniendo nosotros si se tor-
nara necesario o lo requiriera alguien de la familia o el resto del equipo. Pero
se privilegia la mediatización a través de la persona del Juez, que por su in-
vestidura opera con la fuerza ordenadora de la ley.
El requerimiento de nuestra palabra durante el transcurso de una audien-
cia, hace evidente la necesidad de una sólida formación especializada previa,
para que el profesional que interviene pueda fundamentar sus dichos con
idoneidad y claridad.
b) Especificidades de las Audiencias
• Audiencias de urgencia-resolución. Son precisamente estas situaciones en
30lasque somos convocadas, las que nos exigieron una mayor reflexión
HILDA ABELLEIRA tanto
- NORMA en
DELUCCA
el momento del asesoramiento como a posteriori, a los efectos de poder pen-
sar estrategias y criterios a tener en cuenta, a la hora de contribuir a la deci-
sión judicial que debe tomarse en lo inmediato.
Las urgencias, no han sido un espacio habitual de intervención de un psi-
cólogo, ya que estamos formados para requerimientos más acordes con los
tiempos psíquicos de elaboración, tanto desde los sujetos que consultan como
desde los profesionales. Tiempos que suponen un proceso más o menos am-
plio.
Mencionaremos dos obstáculos fundamentales a enfrentar: 1) el prejuicio
a priori de que un psicólogo no podría intervenir eficazmente, si sólo tiene
acceso a una entrevista personal con el sujeto en crisis; 2) la presión de los
abogados, los adultos y a veces de los propios jueces, para que el psicólogo
responda con certeza en la inmediatez, avalando a veces medidas apresuradas
e ineficaces.
Se torna pertinente definir, qué entendemos por una urgencia psicológica en
nuestro ámbito, cuándo es posible intervenir y el alcance de esta intervención.
Lo que definiría una urgencia psicológica como tal, es la presencia de una
situación o estado crítico que pueda ser riesgoso para el sujeto que la está
padeciendo, en cuanto a su equilibrio psíquico-emocional, su integridad física
o que comprometa la existencia misma de uno o varios vínculos dentro del
grupo familiar.
No nos
un juez siempre podemos
convoca definir de este modo, todas las situaciones donde
de urgencia.
En ocasiones, un padre manipulador, en connivencia con su abogado de
parte, presentan una supuesta crisis de un hijo a la hora de tener que rein-
tegrarlo al otro progenitor, con quien convive en otra localidad.
La urgencia la presenta la ansiedad de un adulto que no acepta o no tolera
el acuerdo al que se ha arribado y busca transgredirlo por este medio. No
obstante, para lograr esta elucidación, tendremos que tomar contacto con las
personas que realizan esa demanda y despejar su sentido, lo que sí entra den-
tro de nuestro quehacer como psicólogos, aunque sea para concluir que no
existe tal crisis del niño.
Otra dimensión importante, es analizar si es posible establecer un mínimo
vínculo con el sujeto de la crisis, generalmente un niño o un grupo de herma-
nos, cuando se trata de un primer contacto con nosotros.
En cuestiones de familia, si bien también puede presentarse uno de los
progenitores en crisis, éstas surgen asociadas a conflictos con los hijos y es
desde el vínculo con ellos que se enfocará la orientación.
En referencia a nuestra práctica, entendemos que es posible establecer una
relación que garantice el acceso a una cierta “verdad de la situación” a través de
la palabra de los partícipes del conflicto, en la medida en que puedan configu-
rarse condiciones de confianza previa desde las partes y sus letrados, en la
idoneidad y neutralidad de los profesionales oficiales. Complementariamente,
que respondamos efectivamente a esta expectativa, desde nuestra formación
profesional y posición ética.
Si se dan estas condiciones, podemos intervenir con eficacia en una situa-
ción crítica, ya que el objetivo fundamental en esta instancia, será asesorar al
juez para que su resolución apunte, en algunos casos, a medidas acordes con
la preservación de los vínculos paterno o materno filiales ya existentes, o en
otros, a evitar transgresiones o alianzas que entrampan a los hijos.
Por otra parte, no siempre podremos dar respuesta en lo inmediato a lo
que se nos demanda, por la índole del conflicto a dilucidar. En tales situa-
ciones, lo resuelto en la audiencia, abrirá a otras intervenciones con objetivos
de mayor alcance y profundidad, como es la realización de una pericia psico-
lógica, o un seguimiento pautado de la problemática familiar.
• Audiencias de orientación. Como dijimos, se nos convoca a este tipo de
audiencias cuando se necesita nuestro asesoramiento al surgir algún interro-
gante en el Equipo Jurídico en situaciones que no comportan riesgo, pero que
requieren de la opinión especializada en relación a alguna medida a tomar en
el curso de un proceso de la familia. Por ejemplo: si pedir una Intervención
Pericial en determinado momento o no; si los planteos de un padre o una
madre
i debenBNser
Unica FORHNSE atendidos, cuándo y cómo; si conviene o no sugerir el trata-
FAMILIAS 3
miento psicológico de alguno de los hijos, del grupo familiar o de quiénes; si
las indicaciones de determinado terapeuta privado resultan pertinentes.
Lo importante a destacar, es que se recurre a la oralidad de la interven-
ción, pero
equipo con tiempo
jurídico, paraconpensar
así como y discutir
la familia. diferentes
La ausencia de alternativas conur-
situaciones de el
gencia y gravedad que caracterizan este tipo de audiencias, favorecen que el
diálogo con los integrantes del grupo familiar se torne de mayor fluidez y
espontaneidad y en consecuencia sean protagonistas más activos del proceso
de orientación.
Tanto las Audiencias de urgencia-resolución como las Audiencias de orientación,
pueden ser iniciales, es decir, inaugurar el contacto con una determinada fami-
lia o ser de seguimiento, posteriores a una intervención pericial o a otra audien-
cia previa.
Diríamos en líneas generales, que las Audiencias iniciales de urgencia-
resolución, se han configurado como las situaciones de mayor complejidad en
la intervención. En parte, por lo costoso que resulta en momentos graves de
una familia asesorar al Juez en la urgencia y por otro lado porque no existe un
vínculo previo con la familia, sino que hay que inaugurarlo en ese encuentro,
así como con el Equipo Jurídico. Toda esta confluencia de situaciones nuevas,
se constituyen en un desafío y una exigencia para el logro de una intervención
eficaz.
¿Qué criterios generales orientan nuestra intervención en una audiencia,
más allá de la singularidad de cada caso?
Apuntaremos a poder evaluar:
• Alcance de la crisis en cada miembro de la familia, a través del análi-
sis de lo transmitido por cada uno en la entrevista.
• Cómo se manifiesta la crisis en el/los hijos: perturbación o inhibición
severa en la expresión verbal y/o gráfica; capacidad de metaforización
del conflicto en estas producciones; posibilidad o imposibilidad de modi-
ficación de las expresiones estereotipadas con que generalmente se pre-
sentan los niños en “eco” de las de los adultos.
• Indicadores de la capacidad de contención y discriminación que evi-
dencia cada progenitor hacia sus hijos, en cuanto a poder diferenciar lo no
resuello del conflicto conyugal, con la eventual problemática infantil.
• Posicionamiento materno y paterno en relación a reconocer el lugar del
otro
la en la vidade
circulación delos
losmismos.
hijos y sus posibilidades de favorecer u obstaculizar
A continuación, relataremos dos intervenciones en Audiencias diferentes
en cuanto a sus objetivos, como al momento de la intervención: a) un caso de
audiencia inicial, de urgencia-resolución; y b) un caso de audiencia de segui-
miento y orientación.
Síntesis de lo evaluado
CAPÍTULO III
Acerca de la Familia
Como decíamos en la introducción, se nos hizo necesario recurrir a investigacio-
nes y desarrollos teóricos acerca de la temática familiar, que ya habíamos comenzado
a transitar en la clínica. En los primeros tiempos nos nutrimos de los aportes de Pi-
chón Riviére, Edgardo Rolla, Carlos Sluzki, Ronald Laing, César Liendo, entre los
autores de mayor relevancia.
Dentro de los desarrollos teóricos existentes en nuestro país, las formulaciones de
Isidoro Berenstein concentraron nuestro interés por su riqueza, su sistematización y la
articulación novedosa entre Lingüística, Antropología Estructural y Psicoanálisis, que
fuera el tema central de su libro, Familia y enfermedad mental (1976). Estos conceptos
fueron expuestos sintéticamente por el autor, en un trabajo leído con anterioridad en
el Primer Congreso Argentino de Psicología y Psicopatología del Grupo Familiar,
realizado en Buenos
El acceso a estas Aires (1970).
conceptualizaciones, nos posibilitó escuchar de otra manera, leer,
entender e intervenir en estos grupos familiares, donde intentábamos dar cuenta de
sus conflictos, sus padeceres y de la compleja trama de relaciones que la ruptura con-
yugal inaugura.
Han transcurrido treinta años. Tanto nosotras como la teoría de Berenstein, he-
mos transitado por numerosos cambios. Sigue no obstante siendo el marco teórico
básico desde el que se sostiene nuestra tarea con familias. En tal sentido creemos per-
tinente realizar una breve síntesis del transcurso de la misma, que su autor planteara
como a revisarse cada década. Ha sido precisamente ese tiempo, el que fue marcando
cambios significativos en la teoría.
En la década que comienza en 1970, concebía al grupo familiar, como “un sistema
con una estructura inconsciente”. Sistema regulado por el principio de intercambio y
el tabú del incesto, donde metodológicamente se diferenciaban dos niveles de funcio-
namiento: el observable de las relaciones familiares, más accesible a la conciencia de
sus integrantes y el de la estructura inconsciente, inferible desde el terapeuta o inves-
tigador, a partir del marco teórico de referencia. Se accedía al funcionamiento incons-
ciente a través de lo que llamara las producciones familiares: sistema de los nombres
ypropios, representaciones
creencias familiares (Ob.del
cit.,tiempo
1976). y espacio, circulación del dinero, discurso, mitos
Un modo de pensar la estructura inconsciente, parte de las conceptualizaciones
tomadas de Lévi-Strauss (1949,1958), en relación a lo que este autor de nomina “la
estructura elemental del parentesco o áto mo del parentesco”. Diferencia dos subsis-
temas: el de las denominaciones (padre, madre, hijo, hermana, tío, etc.) y el de senti-
mientos y actitudes, que cada cultura adscribe como esperable para cada término y
relación, junto a lo que prohíbe o rechaza.
De este modo, se hacen manifiestos los sentimientos y actitudes permitidas, mien-
tras que los prohibidos se tomarían inconscientes por efecto de la represión.
Otra referencia que toma Berenstein, la podemos hallar en el estudio de Lévi-
Strauss sobre el “avunculado”. Este define la relación entre el “tío materno”
(avunculus) y el sobrino. Encuentra que en las culturas observadas, existe una relación
de oposición entre las relaciones tío-sobrino y la paterno- filial. Cuando el tío materno
representa toda la autoridad familiar (generalmente en los regímenes matrilineales),
el padre carece de ella. Las relaciones sobrino-tío son positivas y de respeto. Las del
hijo con su padre, suelen evidenciar hostilidad o afecto, pero no es visualizado por el
hijo como quien dicta las normas familiares. En cambio en las organizaciones patrili-
neales, se espera
secundario que la familia.
en la nueva autoridad la ejerza el padre, teniendo el tío materno un papel
Señala Berenstein, (ob. cit, 1976, pág. 30) que “esta descripción sincrónica se reen-
cuentra diacrónicamente en la evolución del parentesco desde la Edad Media: si el
lazo entre padre e hijo se debilita, se refuerza el lazo entre tío materno y sobrino y este
vínculo se halla en relación inversa con la disminución del poder del hermano sobre
la hermana y el aumento del poder conyugal del marido respectivo”.
La cuestión del tío materno implica entonces, un nivel de organización fundante
de la familia basada en la noción antropológica de “intercambio”, por el cual lo ese n-
cial para el análisis, es la relación de por lo menos dos sistemas familiares: la relación
que el tío materno establece por medio de la hermana, con el sistema de la familia
conyugal.
Berenstein considera que la organización familiar como sistema psicosocial basa-
da en el intercambio, subyace a nivel inconsciente, poniéndose de manifiesto en cam-
bio, los lazos biológicos. Este principio fundante permanece inconsciente, porque está
en relación con la prohibición del incesto y ubica la significación del parentesco, como
dijimos, en la relación de por lo menos, dos sistemas: familia de srcen-familia con-
yugal. Se recortan entonces en la estructura elemental, cuatro tipos de relaciones: de
consanguinidad (hermano-hermana); relación de alianza (marido-mujer); de filiación
(progenitores-hijo), avuncular (tío-sobrino). La relación entre cuñados, pasa a ser el
eje en el cual se estructura la relación de parentesco.
Berenstein agrega, que en sus desarrollos tomará el concepto de “tío materno”,
como un modelo para estudiar no sólo a la persona de éste, sino a todo aquel que
represente
38 a la familia de donde proviene la madre y su relación estructural
HILDA ABELLEIRA con la
- NORMA DELUCCA
familia conyugal.
De allí deriva su definición del grupo familiar como un “sistema relacional entre
dos familias, asentada en la prohibición del incesto como regla fundante, reguladora
del intercambio dentro del grupo familiar y de éste con otro para renovar el parentes-
co por medio de la alianza heterosexual” (pág. 31). Otro modo de pensar lo incon s-
ciente a nivel del grupo familiar, que sur ge de la obra citada, refiere a “todo aquello
que de la organización familiar no pasa por la conciencia de los integrantes o aquello
que de su historia no j es apreciado como determinante de la estructura actual” (pág.
55).
Cuando escribe el artículo “Familia y estructura familiar diez años después” (1980),
vuelve sobre algunas proposiciones básicas de su modelo de la Estructura Familiar
Inconsciente (EFI).
Haremos una síntesis de sus proposiciones y ampliaciones conceptuales:
• “Las relaciones familiares tienen un carácter simbólico, cuyo significado yace
en la estructura inconsciente”.
• “La estructura inconsciente de las relaciones familiares, es un conjunto li gado
de las relaciones entre términos” (alianza, consanguinidad, filiación, avuncular).
Entendiendo a “la EFI como un operador a través del cual se generan sig -
nificaciones provenientes de la cultura, éstas llegan a los integrantes de la familia
mediante transformaciones que les dan sentido y significado a las relaciones familia-
res”.
Su planteo de incluir al cuarto término como integrante de la EFI y representante
de la familia materna, despertó cuestionamientos reiterados que sintetizamos en la
siguiente pregunta: ¿Por qué privilegiar la familia materna si cada familia contribuye
con un hijo?
Berenstein responde en este artículo: “perceptiva y empíricamente están en la
misma posición, semánticamente no”. Hombre y mujer en la alianza (y por ende,
familia de srcen materna y paterna), tienen distinto significado. Fundamenta esta
afirmación en varias fuentes:
1) La observación clínica realizada durante quince años en tratamientos fa-
miliares prolongados y supervisiones de colegas.
Admite las limitaciones de este argumento, ya que toda observación es depen-
diente del modelo conceptual con que se mira. Si coincide, confirma el modelo; si no
coincide, no lo descarta, sólo demuestra su incompletud.
2) Las numerosas observaciones y descripciones antropológicas sobre las que se
apoyó (Lévi-Strauss). Las limitaciones de este argumento serían las mismas que para
el anterior.
3) La coherencia interna que poseerían las hipótesis formuladas, así como su
poder explicativo abarcativo.
4) Formula así mismo, que “si el modelo es teóricamente eficaz, debe poder i n-
cidir y ampliar otras nociones” (por ej., la de Complejo de Edipo).
Se plantea en la explicación, la cuestión de la discontinuidad entre lo biológico y
lo semántico. “Lo que hace del hombre un ser humano, (...) es aquello que apoyado en
lo biológico, se constituye como un ca mpo de significación”.
Esto lo lleva a la distinción hecha por Harold W. Scheffler (1969) -en referencia a
la concepción del parentesco de Lévi-Strauss- entre parentesco natural y parentesco
cultural.
El parentesco natural, considerado en base a la procreación, requiere en conse-
cuencia dos genitores. El parentesco cultural, es un conjunto de relaciones clasificadas
en prohibidas y permitidas. Es decir, la base no es la procreación, sino las condiciones
que le dan significado. Mediante la prohibición del incesto y la ley de exogamia dic-
tada por el padre o en su nombre, aunque pueda ser verbalizada por la madre, se
establece la regla o la norma por la cual se repite para la generación siguiente, la inac-
cesibilidad de la mujer recibida por el padre. Para que el hijo tenga mujer, debe a su
vez recibirla como el padre la recibió, de un grupo dador.
Volviendo a la pregunta inicial, Berenstein responde que desde un punto de vista
biológico y desde lo conciente, los componentes de la alianza tienen un valor semejan-
te. Toda familia entra en un intercambio donde cada una ofrece un varón y una mujer.
Pero,
39
si se considera el intercambio de significados y nos desplazamos hacia la orga-
HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
nización inconsciente, surge la jerarquía semántica y el valor diferente de cada ele-
mento. Dice Lévi-Strauss: “Ningún sistema es nunca rigurosamente simétrico para los
dos sexos, porque en to da sociedad sus posiciones respectivas no son conmutables”.
Lo que plantea como signo de valor jerárquico diferente a la función paterna y
materna. El hijo varón, al reemplazar al objeto erótico inicial -la madre- por otra mujer
fuera del grupo familiar, se liga al grupo dador de la mujer, operando de este modo la
identificación al padre. En el caso de la hija mujer, la prohibición del incesto la obliga
a ser ofrecida a otro, así como el padre recibió a su mujer de otro hombre. El acento se
desplaza en esta concepción, de la filiación a la alianza.
La alianza se consolida y por consiguiente se debilitan los vínculos con-
sanguíneos, en las culturas que prescriben el intercambio de mujeres y la ubicación de
la nueva familia en lugares diferentes del de sus familias de srcen (neolocalidad)
(Nocetti, J.C., 1983).
Esta manera de pensar -según Berenstein- se conecta por último, con reflexiones
sobre el Complejo de Edipo, que como modelo triangular derivaría de un conjunto a
representar por cuatro términos, haciéndole un lugar en la estructura al representante
o dador de la mujer, luego madre. Un padre que no puede instalarse en tanto repre-
sentante de la ley, como padre prohibidor en la relación de deseo entre el niño y la
madre, es un padre que no tuvo la posibilidad de establecer un corte inicial constitu-
tivo de la relación de alianza, entre la mujer y su dador.
Remarca, que otra de las ampliaciones surgidas del modelo de la EFI, refiere al
complejo tema de la transmisión transgeneracional. La transmisión de significados
inconscientes de una generación a otra, sólo se realiza si se establece un acuerdo fun-
dante y estructurante, también de naturaleza inconsciente, entre los distintos inte-
grantes de la familia. Los significados son transmisibles como mensajes, tanto en su
racionalidad como en su irracionalidad. Modelo que reúne un mínimo de tres genera-
ciones, pudiendo un significado tornarse irracional, cuando es impuesto o forzado a
mantenerse a través de las generaciones, sin reformulaciones para los nuevos contex-
tos.
Finalmente, propone como sugerencia para los próximos 10 años, la posibilidad
de relacionar según los datos empíricos, la combinatoria entre los cuatro tipos de
relaciones y sus predominios, que ofrecería modalidades de EFI, que pueden evolu-
cionar hacia funcionamientos psicopatológicos o hacia la normalidad. La normalidad,
estaría más cerca de la exogamia, la diferenciación sexual y generacional, la observan-
cia de la prohibición del incesto y del funcionamiento del padre como doble interdic-
tor.
En “Releyendo Familia y enfermedad mental, diez años después” (1991), retoma el
trabajo comentado, veinte años después de escribir su primer libro. Reflexiona acerca
del cambio en los interrogantes teóricos. Señala que mientras diez años atrás se mul-
tiplicaban las preguntas acerca de por qué el privilegio de la familia materna, en ese
momento ya es algo aceptado y los interrogantes se dirigen a otros aspectos y tienen
mayor nivel de complejidad. No obstante, aporta una mayor precisión respecto de la
razón psicoanalítica de este predominio observado en la clínica. Lo refiere a las vicisi-
tudes del complejo de Edipo de la niña formuladas por Freud. En tanto la amenaza de
castración operaría la posibilidad de su disolución en el varón, en la niña genera su
ingreso y por ende, la falta de un motivo drástico para la salida, la que se produciría
lentamente, tendiendo la mujer a mantener una larga adhesión a su familia de srcen.
En sus trabajos de esta época (1990,1991), pone el acento en el concepto de vínculo,
que distingue de la denominación de relación utilizada hasta ese momento, prove-
niente de la antropología. Hace referencia al vínculo, señalando su ligadura incons-
ciente, mientras que el concepto de relación, es adscripto a la multiplicidad de sus
manifestaciones. O bien, es definida la relación, como el conjunto de realizaciones en
que se manifiesta la matriz inconsciente del vínculo.
Esta modificación conceptual, apunta a caracterizar metapsicológicamente el es-
pacio simbólico familiar, para lo que se requería de una noción base del mundo inter-
subjetivo, diferenciado del intrasubjetivo. “ Vínculo” ocuparía un lugar equivalente al
concepto de representación y de objeto para lo intrasubjetivo. Señala que el vínculo,
liga duradera y establemente lugares y estos a su vez son ocupados por yoes permu-
tables entre los lugares.
El significado de cada yo, depende del lugar y del vínculo de parentesco corres-
pondiente, lo cual recorta un contexto y otorga un sentido a lo intercambiado (pala-
bras, actos, bienes).
40 El vínculo une al yo y al otro con un sector representable y uno
HILDA que- Nno
ABELLEIRA loDes,
ORMA por
ELUCCA
su condición de exterioridad. Lo no representable, no asimilable al yo, recibe también
una inscripción que es propia de las estructuras vinculares, como la de algo ajeno al
yo con lo que ha de relacionarse. El vínculo genera una representación que posee un
valor agregado a la mera suma de las del yo y del otro.
Se propone para los diez años venideros, la necesidad de formular una metapsi-
cología de lo vincular, así como trabajar el área de lo transubjetivo, lo sociocultural, de
lo cual se consideraba a la Estructura Familiar Inconsciente (EFI) como mediadora
respecto de la subjetividad.
Esta manera de pensar la familia que hemos reseñado, dotaba a la teoría de una
gran coherencia interna y nos suministraba a los que trabajábamos con ella, ciertas
certezas acerca del srcen de los padeceres familiares, así como del operar en la clínica
para su superación. Incluía el concepto de transferencia, pero concibiendo al terapeuta
como depositario de lo proyectado por el conjunto familiar y respondiendo desde su
contratransferencia.
En la última década, a la vez que los desarrollos anteriores se iban com- plejizan-
do, también nosotras necesitamos recurrir a otras disciplinas para intentar explicar
fenómenos que observábamos en nuestro trabajo con las familias, de las que no llega-
ba a dar cuenta el Psicoanálisis de las Relaciones Familiares.
Desde nuestra práctica, acceder a las complejas transformaciones que el divorcio
de la pareja conyugal inicia en la familia, de lo nuevo y de lo viejo, de lo que perma-
nece y lo que cambia, de los diferentes tiempos de cada uno y de cada vínculo en el
devenir de la crisis y el duelo, así como de las complicadas operatorias que abren al
armado de nuevas familias, excedían la posibilidad de ser entendidas exclusivamente
desde este marco teórico.
El modelo, quizá sin advertirlo, se basó en la representación de la familia tradi-
cional patriarcal, paradigma del pensamiento de la modernidad. Pensó lugares y
funciones como invariantes y al divorcio, junto a las nuevas construcciones familiares,
como excepciones.
Posiblemente esto influyó para que durante mucho tiempo no hubiera un desa-
rrollo teórico sistemático sobre estos temas desde el Psicoanálisis Familiar.
También nuestro contexto institucional-judicial, que implicó el desafío del trabajo
interdisciplinario, nos exigió posicionamientos y reflexiones críticas sobre el modo de
pensar e intervenir en las familias.
Así mismo, los cambios socio-históricos (entre otros: caída de los ideales de la
modernidad, declinación del patriarcado, incremento del individualismo, cambios en
el lugar de la mujer, nuevas organizaciones familiares, frecuencia de los divorcios,
familias después del divorcio, familias de un solo progenitor, familias con parejas
homosexuales) implicaron nuevas y enigmáticas demandas para nuestra ciencia y
todas las que se ocupan del hombre.
Se produce así la necesidad de un contacto y la apertura a un diálogo entre las
ciencias que va generando nuevos conceptos, amplía interrogantes y abre al pensa-
miento de la complejidad. Se modifica la noción de límite entre las ciencias, de modo
que sin perder la especificidad, las fronteras abandonan su rigidez y se interrogan
interdisciplinariamente problemáticas comunes, que permiten enriquecer posibles
respuestas y abrir a nuevos interrogantes.
Dentro de este contexto de interrogaciones e intercambios, las teorizaciones sobre
la familia, desde nuestro punto de vista, se centran hoy en concebirla como una es-
tructura abierta, compleja, heterogénea y en permanente intercambio entre sí y con el
afuera, como toda construcción de la cultura. Por lo tanto, expuesta a transformacio-
nes, tanto a lo largo de la historia como en su propio devenir. Sería más pertinente
entonces, hablar de “las familias”, dada la validez que actualmente se le otorga a su
heterogeneidad.
Dando un nuevo sentido al concepto histórico de determinación, se abre un lugar
de mayor relevancia al azar y al acontecimiento, como operantes en la construcción de
la subjetividad y los vínculos. Se piensa así, ya no en un sujeto cuyo srcen se define
sólo en los primeros años de la vida en el intercambio con sus padres y entorno rele-
vante, sino en un sujeto vinculado, que en cada encuentro significativo a lo largo de
su vida, forma y construye su ser con el otro. O sea, en múltiples orígenes del mundo
subjetivo y vincular.
En relación con transformaciones sociohistóricas en su organización, cambios en
el papel de la mujer y en la crianza de los hijos en especial, la familia o grupo sustitu-
tivo,
41 si bien continúa siendo indispensable para el proceso de humanización
HILDA ABELLEIRA - NORMAdel suje-
DELUCCA
to, comparte tempranamente la producción de subjetividad con otras instituciones
(jardín, escuela, etc.), con figuras significativas no pertenecientes al ámbito familiar y
aun con otros anónimos a través de los medios masivos de comunicación. Por lo tan-
to, pensamos el proceso de construcción del sujeto, en constante operatoria de pro-
ducción de nuevas inscripciones en cada encuentro vincular significativo.
Las nuevas teorizaciones transforman también, la manera de concebir el vínculo
terapeuta-paciente. Vínculo en el que el lugar y función del analista es pensado no ya
como simple depositario de lo proyectado por los integrantes del conjunto familiar y
respondiendo desde su contratransferencia, sino como implicado y co-configurante
de la situación. Pensamos entonces, en un vínculo en el que lo transferencial es recípro-
co. Tanto en su vertiente imaginaria e histórica, como en relación a lo novedoso del
encuentro actual entre sus partícipes. La intervención del terapeuta no se limita a un
decir, sino a un hacer acto, generador de nuevas condiciones de producción de dis-
curso. Es decir, vínculo inconsciente que produce al paciente y al analista.
Retomando la noción de vínculo, éste mantiene un lugar central en la teoría como
concepto princeps del mundo intersubjetivo. Desde los últimos desarrollos de Berens-
tein (1997; 2001), el concepto se ha ido complejizando.
Se piensa en el vínculo, como una relación de un sujeto con otro sujeto, al que
llamaremos “otro”. Vínculo considerado desde cada sujeto como agente de la rela-
ción, centrando la mirada en lo que en conjunto construyen, lo que los une y lo que
los separa.
Para que el vínculo se constituya y se sostenga, es necesaria la presencia del otro.
Aunque no será necesaria ni posible su permanencia constante, lo fundamental que se
señala, es que en el mundo vincular, el otro real externo no puede faltar como garante
y soporte del vínculo. Esto implica la relación con otro cuya presencia se impone a
cada sujeto y éstos se verán conducidos a tener que tomar noticia de esa realidad.
En tal sentido, la imposición aparece como un mecanismo constitutivo del vínculo,
que se diferencia de la identificación, la proyección o la introyección como procesos
intrasubjetivos, que son el basamento de la construcción de representaciones sobre el
otro.
3
Infans: denominación dada al bebé, antes del acceso a la palabra.
padre que asiste al bebé, u otras personas del entorno, a condición de que se ejer-
za en un vínculo significativo. Es decir, para quienes ese niño esté incluido en su
proyecto vital y hacia quien se transmiten anhelos concientes, ilusiones y deseos
inconscientes.
Por lo señalado, posibilita: la erogeneización del cuerpo del bebé como fuente
de placer y sufrimiento (no sólo como organismo viviente); las vivencias de unifi-
cación narcisizantes como efecto de la ternura que los otros le transmiten; la indi-
cación y significación de sus experiencias tempranas a través del discurso paren-
tal, siempre desde las propias interpretaciones que ellos hagan de las mismas. En
43 tal sentido, ese otro u otros privilegiados, operan y se constituyen
HILDA ABELLEIRApara elDhijo,
- NORMA ELUCCAen
el primer contexto identificatorio que fundará el Yo..
2) Llamaremos función simbólica, ordenadora, de corte y diferenciación: a la fun-
ción ordenadora de los vínculos intersubjetivos ejercida desde las instancias
parentales, en tanto representantes para el hijo del acceso a lo simbólico, al
lenguaje y al discurso del conjunto de esa cultura y sociedad determinada.
Esto implica, que los progenitores no sólo le otorgan y brindan un sentido a
las experiencias inmediatas, emocionales del hijo, sino que se ubican como re-
ferentes de una ley de la cultura y le transmiten de manera explícita e implíci-
ta, los valores, ideales y modelos predominantes que ellos han interiorizado
en cuanto a lo prohibido y lo permitido para cada vínculo.
Tradicionalmente definida como función paterna, debemos diferenciar claramente
la función simbólica, de la persona concreta del padre de una familia determinada.
Esa delegación en el padre de la transmisión de la ley como representante de la auto-
ridad en la familia, está ligada a la representación social del patriarcado, cuya fuerza
instituyente está en declinación actualmente.
Lo que la cultura aún retiene de esta función simbólica asignada al padre, es el re-
conocimiento de que es quien dona el apellido al hijo. Por lo tanto, a diferencia de la
madre en ese punto, se ubica como transmisor en la cadena generacional.
Función paterna, entonces, no puede ser equiparada a función simbólica ya que el
corte y el proceso de diferenciación que el hijo pueda ir realizando entre él y la ma-
dre, entre él y el padre y paulatinamente asumirse como otro con deseos propios más
allá de los enunciados identificatorios familiares, implica un largo recorrido por dife-
rentes vínculos y la apropiación-elaboración de enunciados del conjunto. Enunciados
que no sólo recibe de los padres, sino de otras instancias, que lo ubicarán y por los
que se ubicará, tanto como un eslabón de su cadena generacional, como otro (mujer o
varón) del conjunto al que pertenece.
Si por el amparo y sostén primario recibido, necesarios por su indefensión inicial,
el hijo construye su Yo, el efecto de la función simbólica abre a la inscripción de las
categorías de lo permitido y lo prohibido y a la construcción psíquica del Superyó y
los ideales del yo, como ideales a ser.
Cada cultura ha propuesto un modelo de este aspecto de la función simbólica que
en su representación se le asignaba tradicionalmente al padre. Una ley que decide en
qué condiciones el hombre puede o no dar su nombre, las reglas y prestaciones que
exige el sistema de parentesco. (Lévi- Strauss, 1949; Aulagnier, 1975). Prescripciones
que instituyen también, un modelo de relación de la pareja parental y de su vínculo
con el niño.
Otros sistemas de parentesco pueden asignar esta función de transmisión a otros
representantes: tío, antepasado, sacerdote, la clase de las madres. Pero el cumplimien-
to de esta función es una condición estructural.
Quién sea el soporte de esa función, no es indiferente para el destino psíquico del
sujeto, como tampoco lo es la mayor o menor valorización del modelo y sus funda-
mentos, por parte del grupo.
La relación que mantienen las instancias parentales con el niño, llevará la huella
de su relación con el medio social al que pertenezca.
En consecuencia, la familia ha sido considerada hasta ahora, como el con texto privi-
legiado, mediador entre el sujeto en construcción y la cultura, en cuanto a reproducir
o transformar sus valores e ideales, lo rechazado o lo denigrado, por dicha cultura.
En síntesis, ambas funciones operan en el psiquismo infantil, como condiciones de
posibilidad de los procesos de identificación y diferenciación constituyentes de la
alteridad, y a través de las mismas se produce la transmisión de valores, ideales y
significaciones tanto del conjunto social como de las generaciones anteriores.
Este proceso de construcción de la subjetividad, incluye la vertiente intrasubjetiva (la
capacidad de cada sujeto de inscribir y metabolizar), intersubjetiva (lo que se constru-
ye en y por los vínculos) y transubjetiva (lo que se inscribe de las marcas sociales y
culturales)
Otras funciones que se destacan al interior de una familia, junto a las ejercidas por
las instancias parentales, son la función filial y la de las familias de srcen.
La función filial, implica la impronta de lo novedoso que cada hijo le impone á la
organización
44
familiar. El hijo no sólo se constituye sobre lasHimágenes, afectos y mo-
ILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
delos parentales, sino que a través de su singular metabolización-apropiación de lo
transmitido, aporta nuevas significaciones, que en el advenimiento de la adolescen-
cia, cuestionan y formulan lo heredado de manera novedosa. Generalmente producen
transformaciones creativas, otras tienden a repetir lo recibido y en ocasiones se en-
frentan y enfrentan a la familia con vacíos de significaciones que evidencian sostenes
imaginarios y simbólicos fallidos o deficitarios.
Las funciones siempre muestran fallas de diferente cualidad. Es espera- lile que
así sea en cierto nivel, para dar lugar a nuevas interpretaciones de la realidad vincu-
lar y social y de la propia historia vivida.
Las fallas potencialmente desestructurantes o patógenas, están vinculadas como
dijimos, a un déficit en el sostén y apuntalamiento psíquico, o bien a un exceso abusi-
vo de las instancias parentales, que transmiten inconscientemente la prohibición de
un pensar y sentir autónomos, que obstaculizan el surgimiento del deseo propio del
sujeto (“violencia secundaria”, en el sentido dado por Piera Aulagnier, 1975).
Las familias de srcen, o los ancestros, representan las tradiciones familiares. Se in-
cluyen a través de las creencias y mitos que la familia conyugal sostiene, aunque
formulados en nuevas síntesis, que constituyen el relato de su srcen como familia.
Desde ese lugar, avalan y son garantes de la nueva organización familiar. Pero pue-
den obstaculizar los acuerdos y transacciones de la pareja, tanto a través de una pre-
sencia que interfiere la concreción de los mismos, o expresado en la puja entre marido
y mujer por imponer los modelos e ideales heredados por cada uno. Si se ubican en el
lugar de garantes, cumplen la función de abuelidad, reforzando el sostén afectivo de
los nietos.
En síntesis, este entramado vincular o estructura abierta, compleja y heterogénea,
como pensamos hoy a la familia, funda y marca el srcen subjetivo en forma privi-
legiada pero no única, sentando las bases de lo prohibido y lo permitido a través de
la operatoria de la prohibición del incesto, ejercida y recibida desde los lugares del
parentesco y sus funciones.
Hemos definido las funciones que consideramos dentro de la estructura fami-
liar. De lo dicho se desprende, que en este proceso de constitución de subjetividad,
no son sólo los hijos quienes realizan esta construcción en los vínculos intersubjeti-
vos familiares, sino que los propios padres van siendo afectados en el devenir fami-
liar por nuevas marcas.
Así como desde este contexto vincular, se constituye y construye la sexualidad y
los procesos identificatorios, también son constituyentes de subjetividad las relacio-
nes de poder, dada la asimetría de los vínculos parento-filiales y el sentimiento de
pertenencia.
Así, por ejemplo, Prigogine propone el término estructuras disipativas, para re-
ferirse a aquellas estructuras abiertas, complejas, en las cuales los sucesivos in-
tercambios con lo exterior a sí a través del tiempo, darán lugar al encuentro con
lo azaroso y podrán imprimir a su recorrido diferentes vías de desarrollo que no
se pueden predecir en el punto de partida.
CAPÍTULO IV
Esto nos indica, que las significaciones compartidas señaladas, tienen algunos
anudamientos en común y diferentes combinatorias, dado que cada sujeto man-
tiene dentro de la familia -o es deseable que mantenga- un sector de su espacio
psíquico, creativo y singular, que lo habilita para otorgar nuevos sentidos a lo
recibido o a lo vigente hasta ese momento y a establecer vínculos por fuera del
espacio familiar.
Estos mitos de los que nos hemos apropiado inconscientemente, están en rela-
ción con nuestros deseos y anhelos más o menos conscientes. Su construcción,
que tiene una expresión intrasubjetiva, interviene como una importante variable
intersubjetiva, en el momento de la elección de pareja.
Podemos hacer mención a dos grandes mitos sobre el amor: el de lo Uno, ex-
presado por el lenguaje popular como el encuentro de “la media naranja”, “la
horma de mi zapato”. Una variante de lo mismo, es la expresión “mi al ma geme-
la”, que si bien refiere a un dos, es un dos en espejo.
Sabemos que los mitos son construcciones surgidas de los deseos, a los efectos
de enfrentar las contradicciones irresolubles con que nos desafía la realidad. Pero
pueden operar con la fuerza de un mandato inconsciente, cuyo no cumplimiento
implicará sufrimiento.
Cuando por diferentes motivos la pareja enfrenta la separación del vínculo con-
yugal, se abre en la familia una operatoria de transformaciones en los vínculos,
que supone un complejo trabajo de reconocimiento de pérdidas, reformulación de
las modalidades de intercambio relacional y necesidad de creación o producción
deCLÍNICA
otrasFORENSE
alternativas
ENFAMILIAS
vinculares. Es lo que hemos llamado, momento de deconstruc-
51
ción y momento de nuevas construcciones.
A su vez, toda nueva construcción vincular -como es una pareja- lleva implícita la
deconstrucción de otros vínculos, que adquieren a partir de los nuevos un estatuto
y cualidad diferentes: los que se tienen con las familias de srcen.
Los motivos que las parejas relatan como causales de su separación, son nume-
rosos y variados en cuanto a lo anecdótico. Pero podríamos decir que en lo refe-
rente a los sentimientos que promueve, observamos un amplio arco que con dife-
rentes intensidades, va del dolor a la furia, ya sea que predominen respecto al otro
de la pareja, las vivencias de desilusión o que con grados de intensidad creciente
hacia lo negativo, devengan vivencias de estafa.
Es decir, ese otro con quien en los primeros tiempos del encuentro se coincidía
al punto de que casi se sentían formando una unidad, se va transformando en
alguien tan diferente que ya no se tolera, o tan amenazador que se torna un
enemigo.
El predominio de uno u otro polo, estará en relación a cómo cada pareja lia
podido enfrentar el complejo proceso de construcción vincular. Proceso que im-
plica reconocer que el otro y yo estamos unidos por aspectos semejantes, que se-
rían los esperables; aspectos diferentes, tal vez no esperados pero si posibles de
ser tolerados en base a un trabajo psíquico personal y vincular; y aspectos ajenos,
o aquello del otro que no se espera y con lo que no se sabe qué hacer, por lo que
desconcierta o enoja y en este caso puede tornarse amenazante, persecutorio y
posible generador de violencia.
Por lo señalado, más allá de que las personas sean conscientes de que la diso-
lución del vínculo de alianza es una vicisitud posible, cuando se transita el proce-
so de separación de la pareja conyugal, se sufre una profunda desilusión, sobre-
viene el estado de conflicto, de crisis y dolor por lo perdido.
El dolor psíquico que instala este proceso traumático es imprevisible. Más allá
de que el malestar vincular tenga una antigua historia, la decisión de la se-
paración, por uno o ambos integrantes de la pareja, es descripto con frecuencia
por sus protagonistas, como un “darse cuenta de golpe”. No es lo mismo hablar
de una posible separación o haberla imaginado, que su puesta en acto.
El inevitable “dolor del duelo”, impone un trabajo psíquico de elaboración- sim-
bolización de los movimientos de desinvestidura ligados al otro, otrora amado,
que con frecuencia es investido con la “pasión del desamor”, como la denomina
André Ruffiot (1987), por la intensidad y el sufrimiento que conllevan. (...) “Los
cónyuges en situación de ruptura viven, reviven, fenómenos psíquicos de la
misma naturaleza que aquellos que experimentaron en estado de ena-
moramiento, pero en negativo ”... “Se „cae‟ desenamorado de la misma manera
que se „cae‟ enamorado”... “La pasión del desamor, es un fenómeno sufrido con
todas las características de la pasión pero en sentido inverso de la investidura
amorosa de otra época”... “El desamor, no es el regreso a lo neutro ”.
El autor se refiere al término pasión en dos aspectos: 1) como actividad psíqui-
ca intensa y 2) en el sentido de sufrimiento.
La intensidad de los afectos que moviliza el reconocimiento de la pérdida de la
presencia del otro del vínculo en la cotidianeidad, pone en marcha el trabajo del
duelo.
Sin embargo, ninguno de los miembros de una pareja puede soslayar estos
avatares, pese a que surjan mecanismos defensivos para evitarlos.
Esto nos lleva a diferenciar dentro del concepto de crisis, distintas posibi-
lidades según el efecto sobre los sujetos o grupos que la padecen.
Rene Thom en 1976, decía que toda crisis genera un sentimiento de angustia
que funciona como señal de alarma, que pone en movimiento los mecanismos de
extinción de la crisis. Cuando ciertas condiciones fisiológicas, psicológicas o socio-
lógicas no se conjugan para contribuir a la eficacia de los mecanismos de extin-
ción, sobreviene la catástrofe.
Transcribiremos
las primeras una los
entrevistas, viñeta, con lasde
integrantes diferentes expresiones que vuelcan en
una familia.
La madre deja el hogar hace un año, luego de un enfrentamiento violento con su
marido, que él niega.
En las entrevistas individuales dicen:
Las hijas: -“La ida de mamá nos cambió la vida”.
Ana (16 años): - “Yo no quiero verla porque no la reconozco. Me siento mal. No es
la madre que tenía”.
Bettiana (10 años): -“No es lo mismo que antes, pero a mí me hace bien ir a verla,
estar con ella”.
Carla (17 años): -“Yo me siento mejor ahora. Volvió la paz. Yo no tenía diálogo con
mi mamá. No necesito verla. ”
Padre: -“Mi vida se terminó. Lo único que quiero es que ella me pase alimentos y
criar a mis hijas. Que ellas estén bien”.
Madre: -“Fue muy doloroso, pero yo me siento más aliviada. He recuperado mi per-
sonalidad. Vivía sometida y desvalorizada. Lo que desearía es poder ver a mis hijas ma-
yores que se ponen a la defensiva a favor del padre ”.
Es decir, que cada integrante y cada vínculo de la familia, más allá del dolor com-
partido, va a ser atravesado en forma singular por la situación crítica de Ib rup-
tura conyugal. Atravesamiento que guarda relación no sólo con cómo lo inscri-
ba la subjetividad de cada uno, sino con su lugar en la trama vincular: hijos, pa-
dre, madre, hermanos.
CLÍNICA FORENSE ENFAMILIAS 55
Los integrantes y el vínculo de la pareja, se ven enfrentados a una situación > Ine
constituye una paradoja. Tienen que desprenderse de un otro (esposo/esposa) con
todo el esfuerzo que supone, pero a su vez y simultáneamente, necesitan construir
un nuevo vínculo en tanto padres, como algo diferente al que ejercían en la con-
vivencia.
Esta es una ardua y compleja operatoria, que exige a cada sujeto del vín-
culo, una lucha permanente entre la necesidad de “ausencia” del otro (ex
cónyuge), para realizar el duelo como pareja conyugal y la necesidad de
“presencia” del otro (padre o madre de los hijos) para construir un nuevo
vínculo como padres.
Oscilación
pareja enloquecedora
que se separa. que supone
Puede constituirse en eltaldevenir
vez el del
desafío
nuevocentral de en
vínculo, la
fuente de conflictos y malentendidos ante situaciones que impliquen algún
cambio en las relaciones familiares (formación de nuevas parejas por parte
de alguno de los ex cónyuges; cumpleaños, graduaciones, casamiento de al-
guno de los hijos).
El que sigue conviviendo con los hijos, (que en general continúa viviendo
en el que fuera el hogar conyugal), se siente menos despojado y con más posi-
bilidadesconyugal.
ruptura de preservar la vivencia
Puede surgir ladetendencia
familia y al
de ejercicio
cierta continuidad, pese
omnipotente deasu
la
función y el peligro de que obstaculice el contacto de los hijos con el otro pro-
genitor.
Desde la ley, a este contacto del padre que no convive con los hijos, se lo
denomina “Régimen
tales encuentros. Estede visitas”dey “visitas”
carácter usualmentequeseparece
estipulan lo -“f‟ra
días y horasa pa
contraponerse a-
miliar”, así como la “imposición” de días y horas, suele ser promo tor de angus-
tia ya que enfrenta a padres e hijos, con algo que ese vínculo ha perdido: la
fluidez y espontaneidad del contacto en convivencia.
Desde el polo filial, los hijos pasarían a sentir que pueden ejercer un cierto
poder que los confundiría como tales y que posiblemente les acarrearía conflic-
tos con elque
tuvieran progenitor no conviviente y con todas aquellas situaciones en que
admitir límites.
Una alternativa posible del progenitor que no convive con los hijos es el aban-
dono parcial o total de su función, que lo lleva a perder el contacto con éstos. Esta
pérdida irreparable para los hijos tendrá un mayor o menor efecto traumático, de
acuerdo a cómo se posiciona el progenitor conviviente. Puede estabilizarse acti-
vamente en el lugar de omnipotencia y omnipresencia señalado antes (en general
con el apoyo de alguna figura de las familias de srcen o una nueva pareja), con
cuya actitud habría contribuido a este alejamiento, o por el contrario, quedar su-
mergido en la impotencia de no lograr contar con la presencia del otro y su nece-
saria participación en la vida de los hijos.
El abandonante puede adoptar una actitud de resentimiento como modo de
venganza hacia su ex cónyuge, poniendo en evidencia serias fallas en sus investi-
duras afectuosas hacia los hijos.
En relación al vínculo fraterno, que en cierto sentido es el menos involucrado en
los cambios que la separación de la pareja promueve, observamos que en general
se refuerza en sus aspectos solidarios, apuntalando a sus integrantes en su solidez
y permanencia. De ahí que en aquellas familias en las que unos hijos quedan con
el padre y otros con la madre, dividiendo la fratría como pueden dividirse los
bienes, se despoja a éstos de una de las apoyaturas más significativas de este pro-
ceso.
CLÍNICA FORENSE ENFAMILIAS 57
Los hijos pueden responder a esta actitud de los padres instalándose sobre la
vertiente de rivalidad del vínculo fraterno, armándose como consecuencia dos
grupos enfrentados entre sí (padre/hijos versus madre/hijos).
En ocasiones también pueden producirse divisiones que pueden obedecer a
una alianza identificatoria de un hijo con el padre que percibe más debilitado y
elige vivir con él para apuntalar su figura, sin que esta “elección” coincida pl e-
namente con su deseo. Esta derivación suele fragilizar el vínculo fraterno.
El vínculo con las familias de srcen, surge con frecuencia en este momento dé la
vida de las familias con una clara función amparadora, que se expresa en un es-
trechamiento del contacto o en el retomo a residir con alguna de ellas o con am-
bas, de manera transitoria o permanente. Si la convivencia es permanente, puede
favorecer que alguna figura de la familia de srcen se deslice a ocupar el lugar del
progenitor ausente, contribuyendo a su exclusión.
Hemos descripto en general, sin pretender agotarlas, las diferentes y más fre-
cuentes alternativas por las que transcurren los vínculos en las familias.
En algunas
carse son momentos
en el tiempo, del proceso
constituyendo de separación,
operatorias en otras
defensivas suelen cronifi-
que pueden organi-
zarse en lo que hemos llamado producciones psicopatológicas vinculares. S Sistema-
tizaremos caracterizándolas a continuación, dichas producciones psicopatológicas
vinculares, que por su presencia recurrente hemos evaluado de mayor relevan-
cia en las familias investigadas.
Suele ser más frecuente que se construya en el grupo conviviente. Sin em-
bargo, puede observarse con ambos progenitores, generando efectos más en-
loquecedores para los hijos. Así entonces, la madre con sus hijos y/o el padre
con sus hijos, transmiten sin poderlo reconocer de modo consciente, este impe-
rativo hacia su descendencia.
... “Nada ha pasado. O si pasó, estamos mejor. Nada nos falta” (frases de una madre
cuyos hijos “dicen” no querer ver más al padre). Esto tiende a la ex clusión del
progenitor no conviviente de la vida de los hijos.
Suele predominar
participación en la de
en el proceso pareja, que conyugal.
ruptura cada uno tienda a desinvolucrarse de su
Así, uno de los hijos se posiciona con el acuerdo inconsciente del grupo, en el
lugar del progenitor ausente.
C IEsta
. IN K ' A Foperatoria tiene efectos diversos en la configuración familiar. Por un lado
ORENSE EN F AMILIAS 59
supone para el hijo así ubicado, una sobreexigencia que implica una pérdida par-
cial o total -según la dimensión del mecanismo instrumentado- de su lugar y fun-
ción de hijo. Para el grupo, supone el reemplazo-borramiento del progenitor así
sustituido, el empobrecimiento e indiscriminación a nivel del vínculo fraterno, así
como el debilitamiento-amenaza de desconocimiento, de la prohibición del inces-
to, en estrecha relación con la intensidad de la operatoria vincular.
Las nuevas construcciones, incluyen los modos singulares en que cada sujeto y
cada vínculo de la familia se va posicionando en el nuevo escenario.
Antecedentes y fuentes
Referirnos a los antecedentes de nuestro modelo de abordaje, nos lleva a si-
tuarnos en el contexto en el que se desarrollaba en nuestro país el trabajo de abor-
daje psicológico del niño y la familia. Hablamos de la década del „70. Se realizaba
en Buenos Aires el Primer Congreso Argentino de Psicopatología del Grupo Fami-
liar.
Proveníamos del trabajo psicoanalítico con niños y del predominio de los enfo-
ques individuales, pese a que ya habíamos comenzado por ese entonces (finales
de los años „60) a incorporar esporádicamente, entrevistas familiares en la práctica
clínica.
Fue en el grupo fraterno donde casi desde el inicio y con niños pequeños, utili-
zamos la observación de la hora de juego compartida.
El concepto de interacción deja por fuera ese plus que se pone en evidencia en
lo que
da. produceactual,
La lectura el conjunto familiar
constituye cuando les
lo novedoso proponemos
que aportamos una
con tarea comparti-
la instrumenta-
ción del dispositivo vincular. A la vez, también es una novedad para el grupo que
posibilita efectos creativos, ver emerger en presencia de los otros, contenidos y
significaciones tanto compartidas como no compartidas.
nismos
del inconscientes (identificaciones predominantes; defensas inconscientes
yo, etc.).
Luis Juri (1979), articulando la “hipótesis proyectiva” elaborada por Rapa-
port, con conceptos psicoanalíticos, enuncia la “hipótesis proyectiva grupal”, en
relación al estudio que realiza en pequeños grupos (parejas, familias, pares)...
“Los integrantes de un grupo, al enfrentarse con una situación-estímulo inestructura-
da, manifestarán o revelarán al organizaría -en forma proyectiva- la dinámica de las
relaciones inconscientes establecidas entre ellos”.
Los autores ya mencionados que han elaborado instrumentos de indaga-
ción grupal o interpersonal, producen un avance al investigar las interrelacio-
nes de los sujetos en un grupo. No obstante, han mantenido el concepto de
proyección, coherente con la concepción vigente en ese momento, respecto 63al
CLÍNICA FORENSE ENFAMILIAS
modo en que se encuentran, se aman, o se odian las personas, a través de pro-
cesos de “proyecciones cruzadas” (Bleichmar, H., 1981).
Por otra parte, nos resultaba necesario seguir contando con producciones in-
dividuales de los padres y de los hijos que dieran cuenta de su percepción respec-
to de su lugar en el grupo y su registro del conjunto familiar. Mantuvimos así, el
abordaje individual inicial de cada miembro de la familia, pero integrándolo y
correlacionándolo con las producciones vinculares. Discriminamos de este modo
los dos niveles de inscripción del conflicto (singular y vincular) que se torna ne-
cesario evaluar y diferenciar, en esta particular situación crítica de la familia y en
este contexto institucional.
Es al final de esta primera entrevista que les solicitamos como tarea personal,
la elaboración de dos producciones:
• Un dibujo (croquis) del Plano de la Casa Actual y de la Última Vivienda Conyugal
compartida.
-• La confección (por escrito) del Árbol Genealógico que incluya: la línea materna y
paterna y la familia actual.
Estas producciones, se basan en las que han sido propuestas por Isidoro Be-
renstein (1976), ampliadas por nosotras para su instrumentación con las familias
en proceso de divorcio. A tal efecto, incorporamos el Dibujo del Último Domicilio
Conyugal, analizando en forma comparativa la producción individual de cada
uno.
En tal sentido, las dos técnicas elegidas resultan más adecuadas por dos razo-
nes:
1) por la economía de tiempo. Su realización es rápida, incluso es posible solicitar
la parte gráfica entre una entrevista y otra, como una tarea a realizar en sus
domicilios;
2) porque si bien brindan menor información que las otras técnicas acerca del
funcionamiento
los movimientosintrapsíquico en sí la
de apertura para mismo, posibilitan
construcción dehistoria
de la manera personal
privilegiada,
y la
exploración de los vínculos actuales y pasados, más acordes con los objetivos
de nuestra intervención.
Respecto de los niños mantuvimos inicialmente en nuestro modelo, el Dibujo
de la Familia (Imaginaria y Actual) que utilizamos teniendo en cuenta los aportes
de: Porot, M.(1952); Corman, L.(1971) y Koppitz, E.(1973).
Nos interesa transmitir en este capítulo, lo que nos han aportado estos instru-
mentos de evaluación e intervención vincular, por la riqueza de los materiales que ob-
tenemos en su implementación y los efectos que producen en los integrantes de la
familia.
• Cualidad
capacidaddiferencial en losy vínculos
de contención materno-filial y paterno-filial, en cuanto a
discriminación.
V
• Lugar que ocupan los hijos en el conflicto conyugal e inscripción en los mismos
de la problemática familiar.
También nos interesa conocer la versión de cada uno acerca del conflicto ac-
tual, de su historia, así como las expectativas depositadas en la intervención del
Equipo Jurídico, en relación a posibles cambios en la situación familiar.
En la entrevista individual con los niños utilizamos la Tríada del Test de la Fami-
lia: Familia Imaginaria (“Dibuja una familia”), Familia Actual (“Dibuja tu familia”) y
Familia Prospectiva (“Dibuja tu familia dentro de X años”).
En esta producción verbal final, tenemos en cuenta lo que cada uno dice y la
posibilidad de que el relato resulte de un intercambio entre todos. Privilegiamos
la observación del grado y cualidad de la participación de cada integrante en la
construcción conjunta, así como la coherencia y nivel de complejidad de lo rela-
tado.
b)Tareaconjunta • concreci n
• fracaso
c)Figuraorganizadora • presencia
• ausencia
d)identidaddelliderazgo • progenitor
• hijo
e)Cualidaddelliderazgo • democrático
• autoritario
• prescindente
g)Tipodeintervenciones
h)Ubicaciónespacial • espontánea
CLÍNICA FORENSE EN FAMILIAS 71
• dirigida
• aceptada
• rechazada
b)Ejerciciodelasfuncionesparenta-
les
• abarcativa
• Contención • desapego
• restringida: - plasticidad
- rigidez
• abarcativa
• Discriminación-orden • restringida: - plasticidad
- rigidez
• abarcativa
• Indiscriminación • restringida
c)Modalidaddeexpresióndeloshi- • espontánea
jos • creativa
• coartada - inhibida
• agresiva - hostil
• agresiva - violenta
• independiente
• dependiente
• desorganizada
- atacado
• no incluido
1.3 Expresión simbólica de las funciones e identificaciones (en la
elección de personajes; dibujos o juegos)
• ausencia
2 •Diferenciaciónsexual • acorde al propio sexo HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
• de sexo contrario
• con distorsiones
• satisfecho
2. Indicadores específicos del funcionamiento vincular
•Cualidaddeldibujoconjunto-Sim-
• uso individual del espacio
ple
•realización de dibujos elementales (dibujos es-
quemáticos, escasos elementos dibujados por cada uno)
( U NICA F ORENSE UN F AMILIAS • predominio de elementos no reconocibles (líneas, 7
puntos, etc.)
• ausencia de interpenetración de los colores
• conjunto
• Usodelespacio
• sectorizado
• equivalente
• monopólico
- acordada
- intrusiva
- competitiva
• aislamiento
•Autoresdeelementos • principales
• accesorios
de intercambio
(muertos, inanimados, mudos)
• espontánea
• participación activa de todos
• Compleja • coherencia del relato con el personaje
• construcción de un relato conjunto coherente
• contenido de los relatos imaginados:
- logros
- conflictos
- anhelos
• posibilidad de acordar lugar de encuentro y desenlace
• desenlace de los relatos imaginados:
- posible
- ilusorio
- acordado
- no acordado
• posibilidad de sostener el nivel lúdico:
- amplia
- variable
- restringida
102
2.3. Hora de Juego Conjunta Familiar
4 Este capítulo es una actualización y ampliación de un trabajo anterior realizado por una de las autoras
(Delucca N., 1999).
La ley fundamental supone la renuncia a la endogamia, la prohibición de
destrucción del otro y la exhortación al intercambio. Y como profesionales, lo
exogamizante también nos alcanza. Si podemos acceder a salir del encierro,
podremos intercambiar y poner en cuestión nuestras ideas (no sólo dentro de
los “ghettos” en que muchas veces nos amparamos), sino también, abrimos
verdaderamente a la interdisciplina.
Apuntamos a mostrar con lo señalado, que en el campo forense esta aper-
tura es absolutamente necesaria. Porque hemos de poder construir nuestro
quehacer, en intersección con otros quehaceres: el del Juez fundamentalmente
y78 el de otros profesionales (asistentes sociales, médicos,HILDA
psiquiatras, abogados
ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
y otros pensadores).
Entendemos por alerta crítica, a una actitud reflexiva de nuestra parte sobre
la
de función que cumplimos
una confrontación estérilencomo
la institución, que nosLoponga
de la sumisión. a resguardo
estamos tanto
planteando es-
trictamente en el nivel de nuestro desempeño profesional. No hacemos refe-
rencia en estas conceptualizaciones, a conflictos a nivel interpersonal que como
en toda institución o grupo humano se podría plantear.
En tal sentido, es cierto también que las leyes y códigos que manejan quie-
nes deben administrar justicia, enuncian conceptos no tan claros ni tan certeros
y por lo tanto interpretables. De allí lo abultado de la bibliografía sobre juris-
prudencias. En consecuencia, siempre está presente la vertiente ideológica del
interpretante, como para que distintos jueces y profesionales del Derecho
acentúen o se enmarquen en diferentes y contradictorias posturas, unas con
otras.
Si bien los dos discursos pueden no tener una identidad conceptual, ten-
drán puntos de aproximación y de articulación, en el proceso de construcción
del fallo o dictamen jurídico (Degano, J., 1995). Cuando se logra la articulación
de las dos funciones (la de los peritos y la del juez como representante de la
110 autoridad), sin que ninguna pierda su especificidad, se hacen eficaces
intervenciones que probablemente en los casos que nos ocupa, desde una
u otra disciplina aislada se tornarían inoperantes.
Asumir una posición clara sobre los alcances y límites de nuestra interven-
ción psicológica, resguarda a su vez, de invadir las incumbencias de otros.
No pocas veces se corre el riesgo de confundirse con el lugar y función de
un abogado defensor o de un juez.
Entendemos
contrario. que lade
Una acción neutralidad, no significa
nuestra parte descomprometerse,
que no tenga sino todo
en cuenta el contexto lo
vin-
cular de donde proviene el conflicto, puede tornarse iatrogénica para el con-
junto y acentuar las disociaciones familiares. Devolver el conflicto a la trama
vincular, es lo que torna operativa la intervención (y no sólo el asesoramiento
al juez).
La cuestión significa por un lado, que el perito siempre deberá dar alguna
respuesta a lo que se le solicita. Pero no siempre lo que pueda responder, abar-
cará la totalidad de lo demandado.
Podría ser de utilidad la sola mención del alejamiento, pero agregaría se-
guramente un elemento innecesariamente irritativo, que nos detuviéramos a
pormenorizar por escrito estos avatares de su historia pasada.
En otras circunstancias, si ese hecho del pasado fuera evaluado por noso-
tras, como un elemento que está incidiendo en la actitud hostil, desconfiada y
sin bases reales sobre el ex cónyuge, obstaculizando la libre circulación de los
hijos, tendrá que ser explicitado aunque sea doloroso.
Otro aspecto más delicado y polémico, referido al Fuero Penal, lo constituye
la eventual revelación por parte del entrevistado, de la autoría de un hecho
delictivo que no fue admitido en la indagatoria judicial.
Pero somos nosotros mismos los que tenemos que tener en claro que el va-
lor de la palabra en el contexto de una entrevista psicológica, no es el mismo
que el que tiene en una declaración ante el juez. Es sólo ante su investidura y
con las debidas garantías procesales, que la palabra de alguien puede adquirir
el valor de una “confesión de culpabilidad”.
Lo que en el transcurso del estudio pericial (que por otra parte, nadie está
obligado a hacer) un sujeto enuncia, formará parte para nosotros, de un discur-
so que esclarezca su estructura de personalidad y la capacidad de subjetivar y
de hacerse responsable de sus actos.
CLÍNICA FORENSE ENFAMILIAS 83
Es el contexto pericial y el pertinente criterio profesional y científico el que
permitirá articular “confidencialidad” con la función de “mostrar fun -
damentando”.
El secreto profesional no puede ser absoluto y nadie debería esperar esta ac-
titud, si se explícita claramente el encuadre psicológico-forense.
Tanto en este punto como en los otros enunciados en este capítulo, a los
psicólogos nos alcanzan “las generales de la ley”. También somos interpre -
tantes de lo que se nos demanda y como señalamos en el principio, construi-
mos nuestra ética profesional no sólo desde el consenso, sino desde la singu-
laridad, incluida nuestra ideología.
fesan cualquier rama del arte de curar, denunciarán dentro de veinticuatro ho--
Art. 82 : “los médicos, parteras, farmacéuticos y demás personas que pro
ras, los envenenamientos y otros graves atentados personales, cualesquiera
que sean, en los que hayan prestado servicios de su profesión. Se exceptúa la
obligación impuesta por este artículo, el caso en que las personas mencionadas, hubie-
ran tenido conocimiento del delito por revelaciones que les fuesen hechas bajo expreso o
tácito secreto profesional” (la cursiva es nuestra).
Por último: dejamos abierta la profundización o ampliación de las proble-
máticas éticas de nuestro campo, a nuevas producciones tanto propias como de
otros colegas, teniendo en cuenta que con nuestro quehacer, podemos tener
éxitos y fracasos, aciertos y errores. Nos enriquecerá poder aprender de ellos,
reflexionando con otros.
PARTE II
Historiales Clínico-Forenses
Introducción
CAPÍTULO VIII
Cuando un hijo cuestiona el orden familiar estableci-
do
Introducción
En este capítulo relataremos los avatares de un grupo familiar, en el que, a
través de diferentes síntomas o actos de uno de los hijos con posterioridad a la
separación de la pareja conyugal, el orden instituido al interior del funciona-
miento familiar, queda cuestionado y obliga a los adultos a la reflexión, a revi-
sar conflictos eludidos, a enfrentar el dolor de duelos no tramitados, así como a
acudir a la Justicia a convalidar y acordar los cambios que vía el hijo se recla-
118 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
man.
Esta revisión siempre implica un cierto grado de sufrimiento para los in-
tegrantes de la familia. Sin embargo, es la vía que se abre como posibilidad para
que este grupo familiar, encuentre nuevas formas de vincularse y ampliar el
circuito de
Familia sus intercambios.
“Mr. Rock”
a) Presentación
Organigrama familiar
Sonia, 45 años Martín, 45 años —
Empleada Comerciante
formado
Sonia nuevas
espera deparejas ”.
la Intervención Pericial: “Que Martín acepte el divorcio y que
Gustavo pueda volver a vivir con nosotras, ...pero bajo determinadas condicio-
nes que no impliquen riesgos para ninguno ”.
Martín espera de la Intervención Pericial: “Un grado de fortalecimiento familiar”.
Al preguntarle qué significa esta expectativa, dice: “Que se puedan ir recompo-
niendo un montón de cosas, no sé si todas...
Así como el odio es de ida y vuelta, el amor también ”.
Martín y Sonia convivieron durante siete años. Se conocieron a los 29 años en
el “Club de Paracaidismo”. Ninguno había tenido parejas previas de relevancia.
Martín: “Me gustó de ella que era atractiva y misteriosa ”. Sonia: “A mí me atrajo
él, tal vez por mi espíritu de aventura ”.
Se casan luego de siete meses de noviazgo. Los primeros tiempos de casados
fueron satisfactorios para ambos. Luego, la relación se va resquebrajando con
diferentes vivencias para cada uno.
Sonia: “ Con el tiempo vi que lo que me atrajo de él era desconexión de la rea-
lidad”... “Que se manejaba presionando ”...”Yo no recibí agresiones físicas, pero
sí presiones psicológicas.”...”Muy pegado a mí”. “Cuando nacieron los chicos, el
primero se murió a los cinco días, nació con una malformación congénita... al año
de casados”.. “Yo dejé de trabajar para atenderlos ”. Quedó embarazada de Gus-
tavo a los seis meses de la muerte del primer hijo... “El se fue desinflando”...
“Quería poner una gran empresa ”...”Yo le decía, tenés que empezar de abajo,
como peón y se enojaba, yo era la bruja de la película ”...”Ya no teníamos para
comer, yo embarazada de Antonia, me fui a lo de mamá y él deprimido en la
118 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
cama”...”Yo me sentía mal, el último año fue un calvario ”...
“Ahí empecé un tratamiento psicológico... lo hice como cinco años”.
A poco de instalarse con sus hijos en casa de sus padres, la muerte inesperada
de su progenitor la enfrenta con una nueva pérdida, muy relevante, ya que éste
había asumido un papel protector en lo afectivo y económico.
Cuando se separaron, los hijos perdieron contacto con el padre. Al comenzar
Gustavo con problemas de conducta, la terapeuta de ella le dio el nombre de ima
terapeuta para el niño. Éste comenzó el tratamiento y la Psicóloga hizo entrevis-
tas con ella y las niñas. Indicó la necesidad de que vean al padre, pero iban muy
poco y él no venía a verlos... “Por eso ahora es un adelanto que quiera estar al
tanto de los hijos y lo que está pasando con ellos”.
Sonia mantiene actualmente buenas relaciones con su madre, con su única
hermana y la familia de ésta, los que le brindan apoyo económico y a veces la
ayudan en el cuidado de sus hijos.
Martín: Recuerda su relación de pareja como buena... “Charlábamos mucho...
luego yo caí en un pozo depresivo y ella me dejó ”...”Yo en tratamiento psicológi-
co, a veces íbamos en pareja y luego yo solo ”...”Se va en pleno puerperio de An-
tonia, en duelo porque se había muerto el padre ”...”Cuando me comunica que
me deja, yo le digo que está bien, pero hagamos los papeles del divorcio. Fuimos
a un abogado, después Sonia no lo quiso seguir ”...”Y se me queda con los chi-
cos” (nombra a los cuatro, incluyendo al pequeño muerto a los cinco días de na-
cer)...”“Habré
bien- estadodefensas.
...”No tenía semanasHabía
en estado de depresión
perdido la voluntadabsoluta y luego me
”...”Al caérseme puse
lo único
que tenía: la familia, me vine abajo. Inclusive, no creé nuevos afectos ”.
“Ahora hemos podido hablar con Sonia otra vez, a raíz de Gustavo. Está
conmigo y para ver a la madre tiene que ser invitado por ella y yo darle au-
torización”... “Hemos organizado la vida: él se levanta temprano, se compra un
yoghurt. Yo salgo a trabajar. Almorzamos juntos ” Gustavo se queda y él vuelve a
trabajar y cenan juntos. Para salir le tiene que pedir permiso. Va a la Psicóloga
solo y luego él tiene entrevista con ella. Si Gustavo no hace lo pactado, recibe
alguna penitencia. “Le he puesto límites claros ”...”Así funciona once puntos”.
Con las chicas no se ve regularmente. “Antonia viene más, pero María no ”.
Ayer las invitó al cine.
“Quisiera que se abra el paquete y ver qué pasa, si yo he cometido un error o
qué...”.
Su vida social, aparte del trabajo es muy acotada. Sus padres y sus dos her-
manas casadas viven en Mar del Plata y si bien se mantiene en contacto con ellos,
sólo se ven esporádicamente.
Lo que antecede es una síntesis, que incluye fragmentos de verbal ¡/aciones
de ambos padres durante las entrevistas individuales realizadas al comienzo de
la intervención.
Posteriormente entrevistamos a los hermanos en conjunto y por separado, es-
pacios en los que implementamos la tríada del Dibujo de la Familia Imaginaria,
Actual y Prospectiva (ver capítulo VI).
Sobre el final, armamos las entrevistas vinculares madre-hijos y padre-hi- jos,
en las que solicitamos la realización del Dibujo del Personaje en la Familia, cuyo
material transcribimos a continuación.
d) Producciones vinculares
• Entrevista conjunta madre-hijos:
“Dibujo del personaje en la familia ”
Ubicación: María Antonia Gustavo Madre
Damos la consigna.
Madre: A mí me salieron mamarrachos.
Antonia: Habla sin cesar y sin que se le entienda.
María: Es Marisa.
- Una mujer de 21 años, que levanta faroles con el cuello.
- En un circo.
- Vive
LÍNICA en ENuna
FORENSE casa sola, no, con una amiga.
FAMILIAS 121
- El circo anda por todo el mundo...La casa está en La Plata.
- La amiga también trabaja por el circo.
Antonia: Hice a Pajarín... Es un pájaro, un pájaro con el pico chueco, mediano.
-- Tiene 20 años,
Vive con viejo no es, en la juventud.
su familia.
- La madre como siempre, el padre como siempre y dos hermanas.
Gustavo: Pedro... lo que pasa que no me gusta.
Antonia: Es un boxeador.
Gustavo: No es un boxeador, es un jugador de... ¿Cómo se llama esto? ...de soft-
ball.
Tiene 18 años, vive con su familia... el padre, la madre y un hermano más
grande.
Madre: Mamá, una mamá.. .no, yo creo que dibujé pensando en mí como mamá.
En este momento.
45 años.
A poco de instalarse con sus hijos en casa de sus padres, la muerte inesperada
de su progenitor la enfrenta con una nueva pérdida, muy relevante, ya que éste
había asumido un papel protector en lo afectivo y económico.
Cuando se separaron, los hijos perdieron contacto con el padre. Al comenzar
Gustavo con problemas de conducta, la terapeuta de ella le dio el nombre de una
terapeuta para el niño. Éste comenzó el tratamiento y la Psicóloga hizo entrevis-
tas con ella y las niñas. Indicó la necesidad de que vean al padre, pero iban muy
poco y él no venía a verlos... “Por eso ahora es un adelanto que quiera estar al
tanto de los hijos y lo que está pasando con ellos”.
Sonia mantiene actualmente buenas relaciones con su madre, con su única
hermana y la familia de ésta, los que le brindan apoyo económico y a veces la
ayudan en el cuidado de sus hijos.
Martín: Recuerda su relación de pareja como buena... “Charlábamos mucho...
luego yo caí en un pozo depresivo y ella me dejó ”...”Yo en tratamiento psicológi-
co, a veces íbamos en pareja y luego yo solo ”...”Se va en pleno puerperio de An-
tonia, en duelo porque se había muerto el padre ”...”Cuando me comunica que
me deja, yo le digo que está bien, pero hagamos los papeles del divorcio. Fuimos
a un abogado, después Sonia no lo quiso seguir ”...”Y se me queda con los chi-
cos” (nombra a los cuatro, incluyendo al pequeño muerto a los cinco días de na-
cer)...”Habré estado semanas en estado de depresión absoluta y luego me puse
bien- “...”No tenía defensas. Había perdido la voluntad ”...”Al caérseme lo único
que tenía: la familia, me vine abajo. Inclusive, no creé nuevos afectos ”.
“Ahora hemos podido hablar con Sonia otra vez; a raíz de Gustavo. Está
conmigo y para ver a la madre tiene que ser invitado por ella y yo darle au-
torización”... “Hemos organizado la vida: él se levanta temprano, se compra un
yoghurt. Yo salgo a trabajar. Almorzamos juntos ” Gustavo se queda y él vuelve a
trabajar y cenan juntos. Para salir le tiene que pedir permiso. Va a la Psicóloga
solo y luego él tiene entrevista con ella. Si Gustavo no hace lo pactado, recibe
alguna penitencia. “Le he puesto límites claros ”...”Así funciona once puntos”.
Con las chicas no se ve regularmente. “Antonia viene más, pero María no ”.
Ayer las invitó al cine.
“Quisiera que se abra el paquete y ver qué pasa, si yo he cometido un error o
qué...”.
Su vida social, aparte del trabajo es muy acotada. Sus padres y sus dos her-
manas casadas viven en Mar del Plata y si bien se mantiene en contacto con ellos,
sólo se ven esporádicamente.
Lo que antecede es una síntesis, que incluye fragmentos de verbalizaciones de
ambos padres durante las entrevistas individuales realizadas al comienzo de la
intervención.
Posteriormente entrevistamos a los hermanos en conjunto y por separado, es-
pacios en los que implementamos la tríada del Dibujo de la Familia Imaginaria,
Actual y Prospectiva (ver capítulo VI).
Sobre el final, armamos las entrevistas vinculares madre-hijos y padre-hi- jos,
en las que solicitamos la realización del Dibujo del Personaje en la Familia, cuyo
material transcribimos a continuación.
d) Producciones vinculares
•
118
Entrevista conjunta madre-hijos: HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
“Dibujo del personaje en la familia ”
Ubicación: María Antonia Gustavo Madre
Damos la consigna.
Madre: A mí me salieron mamarrachos.
Antonia: Habla sin cesar y sin que se le entienda.
María: Es Marisa.
- Una mujer de 21 años, que levanta faroles con el cuello.
- En un circo.
- Vive en una casa sola, no, con una amiga.
- El circo anda por todo el mundo...La casa está en La Plata.
- La amiga también trabaja por el circo.
Antonia: Hice a Pajarín... Es un pájaro, un pájaro con el pico chueco, mediano.
- Tiene 20 años, viejo no es, en la juventud.
- Vive con su familia.
- La madre como siempre, el padre como siempre y dos hermanas.
Gustavo: Pedro... lo que pasa que no me gusta.
Antonia: Es un boxeador.
Gustavo: No es un boxeador, es un jugador de... ¿Cómo se llama esto? ...de soft-
ball.
Tiene 18 años, vive con su familia... el padre, la madre y un hermano más
grande.
Madre: Mamá, una mamá.. .no, yo creo que dibujé pensando en mí como mamá.
En este momento.
45 años.
No me gustaría como es ahora... a mí me gustaría cumpliendo mi función
como madre lo mejor que pueda, con mis hijos pero no sola, tampoco con el
padre, con una pareja, con estos tres chicos. Me gustaría modificar mi situa-
ción que es muy dura. Vivir con ellos, pero sentirme acompañada, en el sen-
timiento de mujer... Porque acompañada por mis hijos estoy, aunque Gustavo
no está conmigo, está... yo sé que lo tengo dentro mío y lo tengo presente...
Estaría en la casa, con mis tres hijos, con una pareja, trabajando menos. Más
en casa.
Diálogo:
Antonia: Chamigo, ¿Cómo andás? ¿Tanto tiempo? ¡Hola Pedrito!
Madre: Yo le pregunto a María como es eso que hace en el circo porque no lo
entendí bien.
María: Yo para ganarme la vida levanto faroles con el cuello.
Madre: ¿Cómo hacés equilibrio?
María: Es como llevar la mochila a la escuela mami... digo, Sonia.
Madre: O sea que identificás eso con la mochila.
María: Sí.
Madre: ¿O sea que llevás tanto peso?
María: Porque le pongo muchas hojas.
Madre: ¿Cuántas horas trabajás?
María: Una hora... dos funciones, cada una de una hora.
Madre: Y a Pedro... ¿Qué haces?
Gustavo: Juego soft-ball.
Madre: ¿Y nada más? ¿Cuántos años tenés?
Gustavo: 18.
Madre: ¿Jugás y hacés algo más?
Gustavo: No, juego en forma profesional, juego y estudio para recibirme de
ing... no ¿cómo se llama esto? ...computación, analista de sistemas.
Madre: ¿Y con quien vivís?
Gustavo: Con mi papá, mi mamá y un hermano.
Madre: ¿Más grande?
Gustavo: Sí.
Madre: A Pajarín... ¿Dónde vivís?
Antonia: En un nido, como todo pájaro, en un árbol muy lindo con mi familia.
LÍNICA FORENSE ENFAMILIAS 121
Madre: ¿y cómo es?
Antonia: Con mi mamá y papá pájaros y dos hermanas.
Madre: ¿Mujeres?
Antonia: Sí.
Madre: ¿Y cómo hacen para comer? Porque del árbol tienen que salir. Anto-
nia: Pregúntale a mi papá... no, es un chiste... va a buscar lombrices y las trae
y las empezamos a manducar.
Madre: Y vos... María, ¿No dependés de nadie?... ¿Te compraste la casa? Ma-
ría: Si, yo me compré la casa sola.
Madre: Y vos Gustavo... Pedro.
Gustavo: ¿Qué?
Madre: ¿Vos vivís en una casa tuya?
Gustavo: La casa la compró mi mamá y mi papá.
Antonia: María, no entiendo, no capto la punta del ovillo... andás por el
mundo y ¿Cómo haces para vivir en tu casa?...Irte a la otra punta del mun-
do. María: Cuando voy por el mundo alquilo un departamento.
Antonia: ¡Ah! Entiendo, un departamento por un día.
María: Le pregunto a Pedro... ¿Qué hacés en el campo de soft-ball? ¿pit- cher...
umpire?
Gustavo: En castellano, soy el bateador.
María: ¿En inglés como se dice?
Gustavo: A
Antonia: NoSonia,
sé. ¿Cómo es la vida de mamá?
Madre: Es linda, tenés momentos duros, pero es linda.
Antonia: ¿Su esposo es lindo?
Madre: Mi esposo, el que tengo ahora, a mí me gusta.
Antonia: ¡Ah bueno! Algún día me lo va a tener que presentar.
Madre: ¡Ah! Bueno.
María: Pajarín...
Antonia: ¿Qué, Marisa?
María: ¿Quién construyó el nido?
Antonia: Somos una cooperativa... uno trajo ramitas... cada uno trajo algo...
Pedro ¿Cómo es su vida de familia?
Gustavo: ¿Cómo es?
Antonia: Su convivencia.
Gustavo: Es divertida.
Antonia: ¡Que sencilla explicación! No tenés vueltas.
{¿Qué hacen?)
Gustavo: y... vamos a pasear, vamos al cine... y somos todo el día felices. An-
tonia: A Marisa... que deje de girar que me marea.
Madre: (a Gustavo) ¿Quiénes trabajan en tu casa para mantener a tu familia?
Gustavo: Todos.
Madre: ¿Vos también?
Gustavo: A veces hago algo para ayudar a mi papá.
Madre: Marisa, no me quedó claro, vos vivís con una amiga... ¿y cómo está for-
mada tu familia?.
María: Mi mamá, mi papá y una hermana... Y yo la voy a visitar... viven en el
sur.
Antonia: Pedrito ¿Cómo jugás al soft-ball?
Gustavo: Juego.
Antonia: Bien, mal, demasiado bien, demasiado mal. Horrible.
Gustavo: Bastante bien.
Antonia: Me alegro.
(¿Se conocían de antes?)
Antonia: Eramos amigos de la juventud, de la secundaria. Ibamos todos juntos.
Gustavo: Imposible, porque yo tengo 18, ella 20, ella 21, ella como 80. Para mí no
nos conocíamos.
María: Para mí tampoco.
Madre: Para mí, como mamá los conozco... sí, podríamos conocernos.
Bueno, no sé, desde que nacieron. Puedo muy bien, por mi edad, conocerlos
a todos desde que nacieron... Me cuesta separar el personaje de las personas.
Antonia: A Marisa la conocí un día que fui al circo y como levantaba muy bien
118 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
los faroles, muy prolijamente, la fui a saludar, nos hicimos amigas y hoy la
reencontré... Y a Pedro lo conocí cuando fui a ver un partido de soft-ball y
como se había escapado la pelota para la tribuna me la tiró en la cara y me
pidió perdón. ..Ya Sonia la conocí un día que nos encontramos en la pelu-
quería. Ahí nos conocimos, nos saludamos y me contó sobre sus hijos que la
hacían renegar, que tenía sus momentos felices y me invitó a tomar el té. Me
fui a cortar el pelo.
Gustavo: Las plumas.
Antonia: Nos habíamos encontrado en el centro, estábamos paseando y de re-
pente nos llamó la atención una vidriera a los cuatro, de un bazar de adornos
y nos encontramos y nos pusimos a charlar.
Gustavo: ¡Ah! Puede ser eso.
María: No, en California, en una playa, todos felices y contentos y fuimos a pa-
tear una pelota corriendo y nos chocamos los cuatro y ahí nos conocimos. A
cada uno le pasó algo: a Gustavo se le rompió la nariz, a Antonia un more-
tón...
Antonia: ¿En dónde?
María: en el ojo... yo me rompí un dedito y a mamá se le rompió, se le dobló un
pie, a ella no le pasó nada, se golpeó nada más.
Gustavo: La vidriera del bazar.
Madre: Aparecieron los tres en mi casa.
Antonia: ¿Te robamos
Madre: Eramos la dirección
conocidos, o qué?
nos conocíamos...
Los conocía desde que nacieron y vinieron a verme. Ese día los tres juntos:
Marisa cuando vuelve del viaje del circo, Pajarín cuando baja del árbol, Gus-
tavo-Pedro, cuando no está jugando o estudiando.
Tocaron el timbre, abrí la puerta y me encuentro con Marisa, Pajarín y Pedro.
(¿?)
Los chicos: Si nos gustó.
Madre: Es rarísimo esto, no me imaginé que hubiera algo así.
María: Es la curación moderna mamá.
LÍNICA FORENSE ENFAMILIAS 121
Damos la consigna.
(El padre queda afuera de la mesa. Se lo invita a acercarse y luego durante el
relato se aleja nuevamente.)
Padre: Yo hice al Sr. Bueno. Se llama Sr. Bueno...
Gustavo: Hice a Mr. Rock.
Antonia: Juanita, la tortuga.
María: Gabriela.
Antonia: Papá está en primera fila, que hable él.
Padre: Bueno, decidan ustedes... Bueno, este es un personaje, una persona que
está lejos y mira desde la distancia la situación, nos está mirando a nosotros
desde lejos.
A toda la familia, a la madre también.
Por eso está con una expresión de explicación, por eso tiene ese gesto en las
manos, porque va a explicar algo... Haciendo honor a su nombre él va a tra-
tar de hacer el bien en lo que nos va a decir. Porque se llama Bueno y es una
persona buena.
Tiene 50 años.
Antonia: A vos, Gustavo.
Gustavo: Se llama Mr. Rock, es una persona común.
20 años... no sé, vive en familia. Vive de la música que toca. Bueno, y nada
más.
Antonia: Una tortuga... Juanita... que está paseando.
39 años.
María: Gabriela. Es una chica que corta árboles, pero ya viejos los árboles, que
no viven.
40 años.
Diálogo:
Padre: Ya que podemos elegir, vamos a elegir un lugar lindo, ya que es un jue-
go de imaginación podemos elegir un parque o una plaza.
María: Miami, Los Ángeles.
Antonia: Una plaza.
Gustavo: Sí, una plaza.
Padre: Plaza Italia a mí no me gusta... algo con verde... Parque Saavedra, ¿lo
conocen?
LÍNICA FORENSE ENFAMILIAS 121
Gustavo: Fuimos una vez con mamá.
Padre: ¿Quién habla, la tortuga, ...la nena, o...?
María: La nena tiene 40 años.
Gustavo:
Padre: El El
Sr.Sr. Bueno.
Bueno que no es una persona, es un personaje. Le dice al Sr. Rock
que le parece bien que viva de la música y hacer lo que le gusta porque el
trabajo se convierte en una fiesta... ¿y la tortuga esa qué viene a ser, Anto-
nia?
Antonia: Un animal (con ironía).
Padre: Es buena.
Antonia: Tiene un, o sea que también es una cosa buena, pone los huevitos, los
cuida y aquella señora también es buena, porque no corta los árboles vivos,
sino los que están secos... se ha demostrado que los árboles tienen sensibili-
dad. Por ejemplo, si un árbol está vivo y se lo golpea tiembla y si le arran-
can las hojas es como si te arrancaran los pelos... y tiene un perrito que se
llama Teto.
Padre: Yo rescato de ustedes, tanto de Mr. Rock, como la tortuga con sus tortu-
guitas y la señora, que tengan una vida, que estén bien en familia, que ten-
gan como modelo una vida linda como familia... la familia es una red de
contención cuando uno se cae, como me ha pasado a mí, a nosotros.
Antonia: Gabriela ¿Cuándo vos talás el árbol, después ponés una semillita para
que salga otro?
María: ¡Uhum!
Antonia: ¿Y? ¿Qué quiere decir uhum?
María: Sí (con fastidio) (gira la silla y chupa el lápiz).
Padre: ¡Sacate el lápiz!... (se levanta y le cambia la silla por la de él que no es
giratoria)
(Silencio)
Padre: ¿No dicen nada?
Antonia: Gabriela y Mr. Rock no dicen nada.
Gustavo: Trabajando se ganaría la vida. Está dentro de un conjunto.
Padre: ¿Dentro de un conjunto o solito?
Gustavo: En un conjunto.
Padre: Difícil la convivencia.
Antonia: Rock, ¿Qué hace un roquero en una plaza?
Gustavo: Vine un rato para olvidarme de los problemas.
Antonia: (al padre) ¿Cómo era que se llamaba?
Padre: Bueno.
Antonia: Y... ¿Por qué?
Padre: Porque es bueno.
Antonia: Y los padres cuando le pusieron el nombre, ¿sabían que era bueno,
tenía cara de tonto?
Padre: Uno siempre la intención y si se le dan buenos modelos después salen
buenos. Los bebés siempre son buenos.
Gustavo: Pero lloran y molestan.
Antonia: Vos también lloraste.
Padre: Tienen que llorar... el problema es cuando lloran de grandes... A mí lo
que me preocupa es la cortadora de árboles, ¿Por qué va a cortar?
María: Para hacer leña, muebles.
Gustavo: Como el árbol es viejo y podrido cuando hacés sillas se caen.
Padre: ¿Y cómo anda esa nena?
Antonia: ¡Una nena pa!
Padre: ¡Ah! 40 años... ¿tiene esposo?
María: no, es soltera.
Padre: ¡Ah! Y la tortuga.
Antonia: Un animal...
Padre: Pero no me decís nada... traéle una sapita al sapito... por ahí se enamora.
Antonia: ¿Y dónde metemos los sapitos?
Gustavo: Contá tus secretos...
118 (silencio) HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
Padre: ¿Y Mr. Rock?¿Tiene novia?
Gustavo: Esposa y su hijo.
Padre: ¿Y la esposa de qué trabaja?
Gustavo:
Padre: Se Nada...
casó muybah, ama de casa.
jovencito.
Gustavo: ¡Y qué le vamos hacer!
Padre: ¿Por qué se casó?
Gustavo: Porque sí, si no me iba a aburrir todos los sábados.
(¿Cómo se encontraban?)
Antonia: Yo iba a pescar como todos los sábados.
María: Yo había sacado a pasear mi perrito.
Antonia: Pero tenés el hacha.
María: Siempre va donde yo voy el hacha.
Antonia: Es una amiga inseparable.
María: Por las dudas si el perro se porta mal... pero no, no es por eso. La llevo
de adorno.
Padre: El Sr. Bueno fue a hablar con los amigos... y bueno me encontré con Mr.
Rock, con Gabriela y la tortuga Juanita.
(?) No, los conocí ahí.
(Los tres dicen que no se conocían antes.)
Antonia: Qué de acuerdo nos pusimos.
Gustavo: Sí, me gustaría encontrarme otra vez, pero tengo que trabajar. María:
Yo también.
Antonia: Sí, pero tengo que tortuguear... estar con mi familia.
Atender a mi familia... yo soy la mamá tortuga... Vivo con el papá tortugo,
la hijita tortuguita y el hijito tortuguito.
El esposo se llama Alberto, la hija María y el hijo Josecito.
Pasean por plazas, el parque, el bosque, donde hay pasto y sol.
Viven en una casa donde hay gente que un día encontró un tortugo en la ca-
lle, lo alimentó, lo cuidó, nos casamos, fuimos felices y tuvimos a Josecito y
María.
Viven con una señora y un señor.
Gustavo: Y señorcitos.
Antonia: No tienen hijos, son novios.
Gustavo: Claro, no están casados.
Antonia: No nos adelantemos a los aconte-
cimientos, yo estoy hablando del ahora,
del presente.
B - Indicadores Específicos
sonLos
de hermanos
mayor edad.dibujan personajesintercambian
Los personajes que coincidenencon el propio
forma ampliasexo, aunque
y abierta y
sostienen sin dificultades el nivel lúdico, a través de personajes activos y con
proyectos. Dan cuenta de este modo de un vínculo fraterno sólido y con una
clara función de sostén, más allá de que en la situación actual aparecería invo-
lucrado en cierto riesgo. Sólo en el personaje esforzado de María se observa
una sobrecarga, posiblemente asociada al lugar de sostén de aspectos desvali-
dos de la madre, que desempeña en lo cotidiano.
Entrevista conjunta padre-hijos:
La producción gráfica es compleja, en tanto todos realizan dibujos elabora-
dos y completos, con amplia posibilidad de intercambio desde el tipo de per-
sonajes entre los hermanos, pero restringida con el padre por las característi
cas del personaje dibujado por éste: Sr. Bueno. Por el contrario, la producción
verbal es simple, poco espontánea y tiende al diálogo formal. Se desarrolla en
un clima afectivo, pero tenso, con presencia de silencios e intercambio verbal
acotado, que intenta compensar la hija menor Antonia con cierta producción
de ribetes hipomaníacos.
Contribuyó a esta escena el liderazgo autoritario que ejerce el padre, quien
interviene a predominio de preguntas e indicaciones dirigidas a todos, con una
intervención de corte violento hacia María.
Luego de una intervención del Sr. Bueno que finaliza... “la familia es una
red de contención, cuando uno se cae, como me ha pasado a mí, a nosotros ”, la
menor Antonia le pregunta al personaje de María: “Gabriela ¿cuándo vos talás
el árbol, después ponés una semillita para que salga otro? ” Gabriela:
“¡Uhum!”. Insiste el personaje de Antonia: “¿Y qué quiere decir uhum? ” Ga-
briela responde: “Sí”, con fastidio, mientras chupa el lápiz y hace girar la silla
en que está sentada. Acá el padre le dice imperativamente: “Sacate el lápiz” y a
continuación se levanta, y le cambia la silla por la que tiene él, que no es gira-
toria.
También el tipo de respuestas del padre, de corte elusivo y contenido abs-
tracto, no favoreció el diálogo más espontáneo.
Indicadores que dan cuenta de un vínculo paterno-filial de escasa conten-
ción y en cierto modo, inhibidor de las posibilidades creativas de sus hijos. El
padre no parece poder sostenerse en su lugar, sino a través de intervenciones
de corte autoritario y rígido.
Los hermanos mantienen en cuanto al tipo de personajes y al intercambio
entre los mismos, una organización semejante a la que armaron en la pro-
ducción realizada con la madre. Confirmamos así el papel que cumple el
vínculo fraterno en esta familia, en tanto apuntalador de los niños en este mo-
mento crítico del grupo familiar.
f) Interrogantes e hipótesis interpretat ivas
• Interrogantes que nos planteamos ante la crisis fami-
liar y sus producciones
1: ¿Cuál es el sentido de la conducta violenta del hijo?
2: ¿Qué grado de elaboración de la separación inferimos en la pareja pa-
rental y en los hijos?
3: ¿Qué posibilidades ponen de manifiesto cada uno de los padres para
ejercer sus funciones como tales?
4: ¿Qué lugar ocupan los hijos en la configuración familiar?
5: Conveniencia o no de la organización familiar actual.
Hipótesis interpretativas
El momento del enamoramiento, está marcado en ambos por el descono-
cimiento del otro. Se privilegia “el misterio” y el “espíritu de aventura”, por
CLÍNICA FORENSE ENFAMILIAS
sobre el interés de conocer al otro. Los dos, luego de un breve noviazgo, “135
se
largan en paracaídas” a la convivencia, con ilusiones sin demasiado sustento
en la realidad.
A poco de casarse se producen dos sucesos traumáticos para la organiza-
ción narcisista
ruptivos de ambos
en el frágil y para
vínculo el proyecto de familia, que tienen efectos dis-
construido:
a) muerte del primogénito a los cinco días de nacer, por malformación
congénita
b) imposibilidad de él de concretar su proyecto (sin sustento real) de “em-
presario” independiente (gran hombre).
A ella “se le cae” él. Se “malforma” el vínculo e intentan llenar el vacío con
los sucesivos hijos. El la presiona a ella para que sea la mujer contenedo- ra-
esposa-madre de familia, que él necesita, pero aportando poca contención a las
expectativas de ella y a las necesidades concretas de supervivencia de la fami-
lia.
A lo largo de esos años sobrellevaron situaciones difíciles, no elaboradas
convenientemente. A los seis meses de fallecido el primer hijo varón, ella que-
da embarazada de Gustavo, que si bien no presentó problemas iniciales, su na-
cimiento implicó revivir todas las angustias e incertidumbres del anterior.
Ninguno de los dos parece registrar claramente los efectos de aquella muer-
te rápidamente sustituida y que se hace presente en alguna de sus pro-
ducciones (Martín lo incluye en el Árbol Genealógico como un hijo más, sin
diferenciarlo de los hijos vivos). Siendo Gustavo aún pequeño (20 meses), nace
María, también con una malformación (de riñón), que obligó a una temprana
operación.
Con posterioridad al nacimiento de María se agrava la crisis de la pareja
asentada en la desilusión. No obstante, continúan juntos y dos años más tarde
se produce el embarazo de Antonia. El nacimiento de la tercera hija aparece
como un último intento de sostener un vínculo y una idea de familia, que nin-
guno estaba en condiciones de continuar alimentando, tornándose en una car-
ga y nueva exigencia para ambos.
El responde con depresión y pasividad; ella siente incrementadas sus viven-
cias de desamparo. No lo puede contener, ya que sería como hacerse cargo tic*
un hijo más. Es el momento en que, buscando el amparo afectivo y económico
que su esposo no puede darle, toma la “decisión” de la separación, retornando
a su familia de srcen con sus hijos.
El tipo de ruptura del vínculo conyugal no fue, como vemos, producto de
un diálogo de la pareja, ni de una elección reflexiva. Es una puesta en acto de
ella, que intenta de ese modo la huida de una situación que ninguno podía
modificar.
Durante todo el período de separación (ocho años), ninguno de los dos lo-
gró superar el malestar. Sólo parece quedar el registro melancólico de lo perdi-
do y no se produce nada nuevo en la ex pareja que permita un proceso elabora-
tivo más eficaz. Si bien ella es más proclive a la acción y no se muestra depri-
mida, transmite al interlocutor, una sensación de agobio y sin salida, muy an-
gustiosa.
Él se vuelve a refugiar en la ilusión, lo que le significa un alivio, porque no
lo confronta con el cotidiano cuestionamiento vincular. Luego de la separación
se reconecta laboralmente y se queda “custodiando” el hogar-“templo” conyu-
gal (propiedad de su familia) y sostenido por la ilusión del retorno de su ex
esposa, por medio de la desmentida de la realidad.
Ella alimenta esta ilusión de fijeza, porque si bien rompe con la convivencia
y expresa su rechazo a recomponer la relación, no le pone fin a la representa-
ción del vínculo conyugal, a través de reclamar siempre algo más de él, cuando
la historia de pareja le había mostrado sus limitaciones. Él no parece poder
brindar ahora separados, lo que no dio cuando estaban juntos.
La irrupción reiterada de actos violentos encamada en Gustavo, parece te-
ner el significado de expresar la necesidad de un corte, de apelar a una ins-
tancia
118 de diferenciación. A la vez que pone de manifiesto laAimpotencia
HILDA BELLEIRA - NORMA de las
DELUCCA
instancias parentales para aportarlas hasta ese momento.
Este “llamado” dramático del hijo, produjo sin embargo una respuesta de
los padres (tal vez porque Gustavo ya tiene 13 años). Por primera vez pueden
“dialogar
para quey élacordar algolímites
le ponga ante ”laycrisis: convivencia
“condiciones ” paradevisitar
Gustavo
a la con el padre:
madre y her-
manas, con llamado previo a ella y autorización del padre.
Este cambio de situación en la organización familiar promueve la necesidad
de legalizarlo ante la justicia, de recibir asesoramiento psicológico para conva-
lidar lo adecuado o no de esta propuesta u otras alternativas posibles.
Esta disposición actual de ambos padres a recibir asesoramiento profesional
da cuenta de que junto a la monotonía de los mecanismos de repetición fami-
liar, han surgido condiciones actuales para hacer algún ordenamiento diferente
de su historia, lo que apuntalaría la fragilidad de sus funciones parentales.
Pareciera que a cada uno de los hijos, se le asignó y éstos asumieron dis-
tintas funciones ante las fallas parentaires: María, de complemento de las fun-
ciones instrumentales maternas; Gustavo de denuncia explosiva del dolor no
tramitado y de llamado -como dijimos- a que alguien aporte la diferenciación.
Y Antonia de mediadora en el conflicto, pero a través de intentos de restitución
ilusoria de la identidad familiar, más ligados a la desmentida paterna de la
realidad.
Al término de la Intervención Pericial, podemos evaluar que algo de las
funciones de contención y discriminación reclamadas, comienzan a efectivi-
zarse. Logros que pensamos de cierta precariedad, porque como hemos mos-
trado en el material, subsisten en la mayoría fantasías de retorno al tiempo
anterior. Tal el motivo de indicación de un abordaje terapéutico familiar (en
otro ámbito), que pudo ser aceptado por la propia familia, tendiente a pro-
mover un real proceso de elaboración en todos sus miembros. Este proceso
sería indispensable, antes de considerar la posibilidad de que los hermanos
vuelvan a compartir la convivencia.
Vamos a sintetizar las respuestas a los interrogantes que nos planteáramos al
iniciar la intervención con esta familia:
1: Sentido de la conducta violenta del hijo: la “conducta violenta” de Gustavo
no es efecto de un trastorno en su subjetividad, como tampoco de conflictos
serios y específicos del joven con su madre y hermanas.
Desde nuestro enfoque vincular decimos que Gustavo es la “voz” que en es-
ta familia reclama una instancia de orden, diferenciación y corte con un
tiempo y un funcionamiento que parecía desconocer “aconteceres “ fami-
liares (el divorcio) y la necesidad de cambios y transformaciones en los
vínculos en relación a éste así como al transcurrir temporal. Cambios li-
gados a la necesidad de la presencia del padre y al diálogo entre los inte-
grantes de la pareja parental, que liberara a los hijos de entrampamientos
riesgosos para su devenir como sujetos.
2: Grado de elaboración de la separación: la separación conyugal, a pesar del
tiempo transcurrido y de la legalización de la misma (sentencia de divorcio),
no es un “trabajo” que Sonia y Martín pudieron ir construyendo. Ambos
aparecen, de diferentes modos, como “detenidos” en tiempos anteriores.
De una manera muy directa Martín -recordemos sus expresiones en el pun-
to c)- y en forma menos clara pero no menos significativa Sonia, quien por
primera vez en el transcurso de la Intervención Pericial pudo reconocer su
soledad y su deseo de armar una nueva pareja.
En los hijos observamos diferentes registros del desconocimiento de la
realidad familiar. Antonia, la hija menor es quien parece hacerse cargo con
más intensidad de esta “ilusión” familiar de continuidad, en especial en su
dibujo de la Familia Prospectiva, donde se los imagina a todos juntos diez
años después.
3: Capacidad de los padres de ejercer sus funciones: Respecto a la capacidad para
el desempeño de las funciones parentales, que hasta la crisis actual parecían
ser ejercidas en soledad por Sonia con la involucración de los hijos y de las
CLÍNICA
queFORENSE ENFAMILIAS
Martín aparecía desligado, se produce, a partir del “acto-convocatoria135”
dispositivo
de de fundamental
considerar intervención.para
Sostenido además,contar
su Dictamen, por lacon
firme decisión del Juez
el asesoramiento de
Peritos Especialistas en Familia.
La lectura de las producciones vinculares muestran con claridad la mirada y
la escucha atenta de esta familia (aun del padre, que aparecía como el más re-
sistente) a las producciones de los otros. Recordemos en la entrevista conjunta
madre-hijos la actitud de asombro y “descubrimiento” de la madre ante las
expresiones de los personajes imaginados por sus hijos y cómo finaliza: “es
rarísimo esto, no me imaginé que hubiera algo así”. A lo que el personaje de
María responde: “Es la curación moderna, mamá ”.
Capítulo IX
Cuando queda cuestionado el lugar de la madre
Introducción
Vamos a centramos en este capítulo en el análisis de la historia y produc-
ciones de un grupo familiar en el cual, con posterioridad a la separación de la
pareja conyugal, se produce una severa crisis psicológica en la madre, quien
había quedado a cargo de la tenencia del hijo menor. Esta vulnerabilidad del
lugar materno genera efectos desorganizativos en el vínculo matemo-filial y
promueve nuevas intervenciones desde la Institución Judicial y cambios en la
organización familiar: el niño pasa a vivir con su padre en régimen de tenen-
cia provisoria.
Familia “Melgacho”
a) Presentación
Organigrama familiar
Juan Elsa Oscar Nora
50 años 47 años 46 años 45 años
Empleada Médico
Informepsíquica
sación Pericialseria
en el” que
en lasugieren,
misma, elentratamiento
base a la evaluación
urgente dede “descompen-
Elsa y la conve-
niencia de que el menor esté al cuidado del padre.
- Antes de tomarse una resolución judicial en base al asesoramiento pericial,
una integrante del equipo jurídico (Defensora Oficial de Elsa), realiza entrevis-
tas con ambos progenitores y “acuerdan” el inicio de una terapia familiar de
Elsa, Oscar y Martín, con el terapeuta de Elsa.
- A los tres meses de este “acuerdo”, Elsa abandona con su hijo la terapia fami-
liar. El conflicto entre Elsa y Oscar, así como las alteraciones en la conducta
de Martín, se incrementan.
Oscar reitera el pedido de cambio de tenencia. El Juez ordena una nueva in-
tervención del Perito Psiquiatra. Del estudio realizado por éste surge que “no se
evalúa una mejoría sensible en la personalidad de la madre, ni en la situación
familiar respecto a la intervención pericial anterior ”.
- Por lo que el Juez resuelve otorgar la tenencia provisoria de Martín al padre y
fijar un régimen de visitas a favor de la madre a realizarse en presencia de
terceros, por considerar riesgoso para el niño permanecer a solas con su ma-
dre. Se designa una Asistente Social para cumplir esa función. Esta retira a
Martín de la casa del padre, lo traslada a la casa de la madre y lo reintegra a
lo del progenitor, un sábado por la tarde, cada quince días.
- A raíz de que Elsa retoma el tratamiento psiquiátrico y su terapeuta informa al
Juzgado que evalúa cambios favorables en su organización psíquica y por los
informes también favorables de la Asistente Social respecto del vínculo madre-
hijo, la madre solicita y el Juez resuelve, ampliar el régimen de visitas a todos
los domingos de 10 a 20 hs. y sin la presencia de la Asistente Social.
- A muy poco tiempo de incrementarse el contacto madre-hijo (alrededor de
dos meses), se suscitan situaciones críticas en Martín al momento de separar-
se de su madre, que culminan en una escena en la que amenaza arrojarse por
la ventana para no sufrir más. Ante este hecho, Elsa decide acudir nuevamen-
te al Tribunal, solicitando un estudio psicológico de Martín. En este momento
y a sugerencia de la Asesora de Menores, el Juez ordena una actualización de la
Pericia Psiquiátrica de Elsa y una Evaluación Psicológica del grupo familiar por un
nuevo equipo. En esta instancia comenzamos nuestra intervención.
c) Síntesis de la historia de la pareja y la familia
Elsa y Oscar se conocieron cuando él tenía 16 y ella 17 años. Mantuvieron un
noviazgo durante algo más de 7 años. Se infiere de sus relatos, que la relación se
caracterizó por actitudes muy diferentes de cada uno, pero de posiciones com-
plementarias. De intensa idealización de él, de complacencia de ella por sentirse
tan amada. Sin embargo, Elsa dudaba con frecuencia de sus sentimientos, plan-
teando interrupciones en el noviazgo y algunas durante el matrimonio. En cam-
bio Oscar
C LÍNICA expresa:
FORENSE ENFAMILIAS...”Elsa abarcaba todo el espectro de mis sentimientos ”.../‟Para109
mí
era como un ideal, como una reliquia ”... “No puedo negar mi encantamiento”; como
tampoco el sufrimiento ante los alejamientos de ella.
Es luego de uno de estos reencuentros, que toman la decisión de casarse en 6
meses, “
sola, porcoincidiendo con una
nuestro casamiento ”. pelea de Elsa con su madre. Se cambió el irse a vivir
Los primeros años del matrimonio, son reconocidos como armoniosos.
Nace Diego, el primogénito varón. A los 7 años nace Mercedes, la hija mujer.
Estos dos hijos, completaban la aspiración de plenitud de ambos. Aunque rela-
tan una separación de una semana a los 4 años de Mercedes, se superó con un
retomo renovado de la pareja.
El bienestar vincular duró un breve lapso, ya que Mercedes enferma de leu-
cemia y muere en siete meses. A partir de este hecho doloroso y devastador,
transcurre un período confuso y conflictivo para la familia, que intenta resolver-
se con el embarazo de Martín.
Expresa Oscar: “Después de la muerte de Mercedes, mi hijo mayor le reprocha
a Elsa que se quedó sin madre. Yo no le pude dar eso que le falta. Ella era una
madre dedicada por entero a sus hijos ”. Decía que “eran dos esmeraldas que
lucía con orgullo en su corazón ”...”La idea fue rearmar la familia, por eso la
venida de Martín”. Oscar, se recibe de médico durante su matrimonio. “Elsa me ayu-
dó y me apoyó mucho en eso. Pero tal vez se sintió muy sola. Tuvimos un cre-
cimiento dispar”.
Elsa no había terminado el secundario y trabajaba cuando se casaron. Lo dejó
con la llegada de los hijos: “Yo me dediqué con pasión a mis hijos. Pero después... ”
Hasta los 4 años de Martín, la familia intenta precariamente mantenerse unida.
Diego termina el secundario y decide seguir la carrera del padre. Previamente
hace un viaje a Europa.
Se había planteado ya entre Elsa y Oscar el resquebrajamiento de la pareja y
la necesidad de la separación. Pero se efectiviza de manera violenta poco tiempo
antes del retomo de Diego y culmina con el retiro de Oscar del hogar conyugal,
la expulsión-alejamiento del hijo mayor al reencontrarse con su madre, el quie-
bre psíquico de Elsa con posterioridad (no admitido por ella como tal) y como
consecuencia, la necesidad de que Martín pase a convivir con el padre.
En los primeros tiempos de la separación, Oscar y Diego se alojaron con los
abuelos paternos, luego se integra Martín y más tarde se mudan los tres a una
casa independiente.
Los padres de Oscar, como su hermano mayor, siguieron recibiendo y apo-
yando a Elsa luego de la separación. Oscar: “Para ellos fue la hija mujer que no
tuvieron y Elsa, encontró el apoyo que no tenía en su familia ”.
Elsa: “Mi padre trabajaba como sastre en casa. Casi no salía por un problema
de columna. Yo fui su „maniquí‟ durante muchos años. Extrañé no poder pasear
con él de la mano. Era protector, pero no demostraba sus afectos. Murió justo el
mismo año que mi hija Mercedes. No tenían buena relación con mi madre, mu-
cho menor que él”. “Mamá se volvió a casar al poco tiempo. Antes de mi padre,
cuando Diego tenía un año y yo 27, muere mi única hermana de cáncer de útero
a los 39 años. Mi madre no se repuso. Es depresiva, hay que consolarla a ella;
soy la madre de mi mamá. No asimila las pérdidas.
Actualmente y desde hace dos años, Oscar convive con sus dos hijos; con Nora de 45
años, su nueva pareja, viuda con dos hijos adolescentes (Ernesto y León ) y la madre de
ella. “Es una esposa de esta etapa. Compartimos, tenemos una vida tranquila ”.
(?) “De esta pericia, espero que se logre lo mejor para Martín. ” “Que Elsa sea la
madre afectiva que necesita, pero que yo pueda manejar organizativamente su
vida: el colegio por ejemplo ”.
150 Elsa formó recientemente nueva pareja sin convivencia, con Juan, separado, de 50
años. Continúa viviendo en el que fuera el hogar conyugal y logró comenzar a trabajar.
Primero lo hizo en una fábrica de alimentos y ahora en un estudio contable, con mayor
estabilidad. “Esto me hace sentir muy bien, dentro de la situación que estoy vi-
viendo.” “El retorno nos está haciendo pedazos a Martín y a mí. No he enfren-
tado ni con la situación de la nena lo que estoy enfrentando. Cada vez que nos
tenemos que despedir, son llantos... ” “Comencé un nuevo tratamiento con una
psicóloga, una vez por semana... por mi responsabilidad de madre ”. ..(?) “Qui-
siera
110 que se aclare lo que le pasa a Martín. Creo que porHlo ILDAmenos,
ABELLEIRA -sería
NORMAimpor-
DELUCCA
tante que se pueda quedar un fin de semana a dormir en casa. ”
Lo que hemos transcripto, es una síntesis extraída de las entrevistas indi-
viduales concretadas con cada uno de los progenitores. Luego entrevistamos a
los hermanos
Libre, Familia por separado,
Imaginaria, e incluimos
Familia Actual,en las entrevistas
y C.A.T. con Martín: Dibujo
(Test de Apercepción Temá-
tica Infantil) abreviado.
Por último, realizamos las entrevistas vinculares madre-hijo (Martín) y pa-
dre-hijo, implementando el Dibujo Conjunto Familiar (ver Cap. VI), cuya pro-
ducción verbal, transcribimos a continuación.
(Ver producciones gráficas en Anexo)
d) Producciones vinculares
• Entrevista conjunta padre-hijo:
“Dibujo Conjunto Familiar ”
Consignamos a continuación la ubicación de la familia, así como los colores ele-
gidos por cada uno luego de dar la consigna:
Martín (Hijo) Padre
verde turquesa
Martín (Hijo): (empieza) Un bosque (se queja de que no puede pintar con todos
los colores).
Padre: La consigna es un solo color cada uno.
Hijo: Acá pasto (dibuja de un lado y del otro).
P: (agrega en el medio, entre los dos pastos, agua) Una laguna... ¿Hago un pesca-
dito?
H: No... Esperá. Podemos hacer acá unas nubecitas... Hacelas acá (señala arriba).
(A Martín le cuesta mucho aceptar la consigna de un solo color. El padre ma-
neja bien la situación, calmándolo).
P: Yo hago nubes...
H: No, así no porque va el sol.
P: ...y vos hace un árbol.
H: Pero no tengo marrón...
P: (hace el tronco con su color) Como si fuera marrón.
H: (hace la copa ) Para acá, porque el viento viene de este lado, (derecha)
P: (agrega manzanitas)... Ahora hacé un bote.
H: (hace el bote y el padre lo completa).
H: (como en secreto al padre) Una motito de agua.
P: Es difícil.
H: (la empieza a hacer)
P: ...y yo le dibujo el nene que va arriba.
H: Yo ya lo había hecho en verde! (se enoja) (?) Y... ¡dos en la motito de agua yo
no conozco!
P: ¿Qué más?
H: (Hace el sol) ¡Dios mío, le falta algo! (el padre le agrega la nariz al sol y Martín
se ríe).
C LÍNICAFORENSE ENFAMILIAS 111
(Ambos hacen pajaritos. Van dibujando en espejo: un pájaro verde y uno tur-
quesa).
P: (hace una casa).
H: ¿Qué hacés? ¿El techo azul?
P: Yo me lo imagino azul.
H: Yo me lo imagino verde (le hace a la casa una puerta, una ventana, chimenea y
humo y algo a la derecha).
P: (dibuja a la izquierda de la casa, dos redondeles unidos por una línea) ¿A ver
qué te parece esto?
H: Un auto.
P: No sé...
H: Una camioneta.
P: No sé. Invéntalo vos.
H: (hace una camioneta) Hacele una raya azul (al padre).
P: (pinta el vidrio del auto de azul) ¿Vamos a dibujar un señor pescando en el
bote? (lo hace) y acá un nene pescando (señala la costa izquierda).
H: (lo hace).
P: ¿Acá abajo qué falta?
H: (se ríe).
P: ¿Qué hay por abajo del agua?
H: Los pescaditos (los dibuja).
P: ¿Qué dibujaste?
H: (a raíz de diferencias y dudas sobre el pez dibujado por Martín, éste se irrita)
¿Vos no entendés nada de lo que estoy diciendo?
(Intercambian entre ambos sobre las características de la raya y el melgacho.
En hoja aparte dibujan: Martín la raya y el padre, el melgacho, explicando las
diferencias de forma. Con el dibujo, retorna la calma).
H: Ahora podés hacer una tortuga (el padre la dibuja) ...Una tortuga de agua
H: ¿Qué te imaginás que sea esto? (dibuja) ¿Esperá eh? (dibuja un barrilete y un
niño teniéndolo, pasándose a la orilla opuesta).
P: Es un barrilete (le agrega la cola) ¿Quién es?
H: (en secreto al padre) (Preguntamos, no quiere decir, pero luego contesta).
Este soy yo.
P: Le vamos a poner un caminito a la casa (lo hace).
H: ¿Por qué?
P: Si no, ¿cómo se sale de la casa?
H: Y yo le pongo otra planta. Así, así, así, con pinches.
P: Una espina (la agrega).
H: Yo aquí, una con olorcito lindo.
P: Una rosa... Este lado está muy lindo (derecha).
H:
112Pero este no. (izquierda) ...¿A ver qué se me ocurre? Vamos
HILDA a -dibujar
ABELLEIRA una
NORMA DELUCCA
cosa (dibuja). ¿Qué será? ...Un hombre pescando, un auto y dos jugando a la
pelota.
P: ¡Qué lindo! ...Y muchas cosas más no podemos.
H: Ah! Y una rama y una ardillita y un cosito con dos huevitos. Hacelos vos
P: (el padre hace los huevitos) ...Y acá un...
H: Mostrémosle a ella. (Muestra a una de nosotras) (?) Una gallina... Pero se-
guimos.
P: Si están pescando cerca del río, podemos hacer una carpita.
H: Hacela así (hace un punto) ¿Sabés qué es?
P: Una cosa que a mí me gusta que estén libres.
H: ¿Qué?
P: Los pajaritos.
H: No, la caca... ¿Qué más? Por el culo...
P: Yo dibujo acá un avión (lo hace arriba a la derecha).
H: (hace otro avión a la izquierda y al lado otro objeto).
P: Me sonaste. Eso me parece que es una nave.
H: No, un helicóptero que viene para acá.
P: Ah! Tengo una idea!
H: Decimelo en el oído (el padre se lo dice). No, algo más lindo (le
dice él también algo en secreto al padre).
P: (agrega un nene con un perrito) Agachadito, jugando con un perrito.
H: ¿Qué están haciendo?
P: Un nene jugando con el perrito.
H: ¿Qué más?
P: Acá falta gente (se refiere al lado derecho).
H: Pueden estar adentro de la casa... ¿Podés hacer sabés qué? (le dice al padre en
secreto. El padre lo hace. Aparentemente son dos figuras humanas). (Una de
nosotras sale brevemente de la entrevista, por un llamado. Al reintegrarse,
Martín tapa lo que había dibujado y sólo se lo muestra a la que permaneció
en la entrevista)... Están abrazados (?) Son amigos (quiere seguir agregando
cosas).
P: Yo voy a dibujar un gatito, Napi, y basta!
H: ¿Qué más que siempre hay en Córdoba que empieza con “ce” de casa? (secre-
tea).
Hacé uno acá y uno acá.
P: ¡No me gustan las cosas no compartidas!
H: Vos hacé un caballo y yo hago el nene arriba (lo hacen).
Relato:
(Hijo-Martín descubre el dibujo que mantenía tapado).
H: Acá están los amigos, en Córdoba. Esto es un caballo de nosotros.
P:CLÍNICA
Parte de las
FORENSE vacaciones... (Martín lo interrumpe)... La casita de nosotros...
ENFAMILIAS 113
P: Esta es una casita que teníamos en Córdoba, que tiene una pileta en el fondo...
H: ...el humito, la chimenea y al lado hay una fogata.
P: ¿Qué hicimos?
H: ¿Qué?
P: Un asado... Dos amigos abrazados (?).
H: Yo no estoy ahí. Mi hermano con su novia (?). Un nene remontando el ba-
rrilete (?). No, no soy yo el del barrilete. Yo estoy del otro lado jugando con el
perrito. Sería Ernesto, mi hermano, el del barrilete.
H: Un avión viajando, otro avión viajando y un helicóptero (¿). Van los abuelos.
En el azul el abuelo Antonio y la abuela Dora (paternos); acá (verde) el abue-
lo Antonio y la abuela Erna (maternos). (?) Se van para su casa. (?) En el heli-
cóptero, alguien de América 92 que yo no conocía. (?) En la mo- tito de agua
dos amigos. Y en el velero dos amigos nuestros. (?) Yo con el perrito. (?) El de
verde pescando es León. (¿Carpa?) La carpita la armó papá y durmió papá
(?). Papá está pescando conmigo. No, con alguien. (?) En la carpa no hay na-
die.
(?) No, yo no soy el del perrito (secreto al padre).
P: Perfecto.
H: Bueno, yo soy el del perrito. Acá, jugando a la paleta, José Ignacio y el hijito
(?).
P: Este verano fuimos a Córdoba a la casa de unos amigos (?). Esta es más la
realidad de la casa (lado izquierdo). La parte ésta del árbol, es como la casa ac-
tual. ...Acá, (a la derecha) Bony, un perro muy juguetón que juega con él. H:
Adentro dejaron una pava calentándose y sale humo.
• Entrevista conjunta madre-hijo:
“Dibujo conjunto familiar”
Consignamos a continuación la ubicación de la familia, así como los colores
elegidos por cada uno luego de dar la consigna:
Madre Hijo
Rojo amarillo
Encuentro entre ambos, afectuoso, muy cordial.
Hijo: Para hacer el sol elegí el amarillo. ¿Y vos?
Madre: Yo voy a empezar por el techo de una casita, ya elegí el rojo (Dibuja y le
dice). No es como la que hacés vos...
H : ...la casita del country (Quiere hacer la parte de abajo).
M : Sí, Martín hace la casa del country que tiene un techo atípico; entonces Mar-
tín siempre hace cosas así. No es que él haga las casas raras, sino que el techo de
la114
casa del country es raro. HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
H:
M: Lulú
Raúl (hace una moto
es el marido de con una persona).
mi vecina que solíaLallevarlo
moto con Raúl y aquí yo.
en moto...
H: Vos hacele con rojo los ojitos y la boquita.
M: ¿Sos vos?
H: Sí... y el gato también, la boquita.
M: El hocico y los bigotes.
H: ¿Qué es el hocico?
M: La boca con la nariz.
H : (hace un dibujo como una red o globo indicador de diálogo). Una persona
dice: ¡Chau Martín!
M : Es Manu. Un amiguito de él del Country. Te dice, Chau Martín.
H : (agrega) ¡Chau Manu! (escribe Mici).
H : ¿Qué más podemos hacer?
M : ¿A ver qué cosas te acordás? Hace mucho que no lo veías a Pipo.
H : (hace una línea derecha, con puntos amarillos y con rojo) (Le hace adivi-
C LÍNICAFORENSE ENFAMILIAS 115
nar a la madre). ¿Qué son?
M : ¿Del country?
H : Sí.
M: El cerco.
H : Sí y las florcitas.
M : El cerco con las grataegus.
H : ¿Te acordás que había acá una cosa de orégano?
M : Sí, todavía está.
H : (Martín mirándonos) Ella tiene letra más grande (por una de nosotras);
escribió otra hoja (dibuja algo). Acá hay una cosa grande donde siempre me
meto yo.
M : ¿La pileta del tío?
H : No, la mía.
H : Dibujá unas cositas.
M : ¿Qué cositas? ¿Las tejas?
H : No, acá (señala base inferior del techo).
M : ¡Ah, donde cae agua! (lo hace).
H : Dibújale acá al techo. Los caños, mejor. Hacele las cositas y yo hago las te-
jas.
M : (hace las rayas paralelas de guía de las tejas). Bueno, cuando te canses si-
go yo.
H : (hace algunas) Seguí vos (la madre sigue y termina él. Se alternan).
Vos hacé unas cositas. Hacé acá unas tejitas. Como el día que se cayeron.
H: ¿Hay una hoja para dibujarle? (a nosotras).
M : ¿Qué, los montoncitos de tejas?
H : ...que yo rompí con el martillo. (La madre los empieza a hacer intentando
interpretar lo que él quiere; Martín se pone exigente, crítico. No queda con-
forme y pide nuevamente una hoja en la cual intenta dibujarle a la madre lo
que quiere).
M : ¡Ay! ¡Es que yo no sé lo que pasa en tu cabecita!
H : (enojado) ¡Yo no trabajo! ¡Si no me entendés, prefiero no trabajar!
M : ¡ Ya te agarraste el berrinchito! (Lo empieza a tocar, le hace cosquillas y él
se ríe).
M : ¿Jugamos a las cosquillas?
H : Sí, bueno...
H : (insiste con el dibujo. Le pide a la madre que haga de nuevo la casa y las
tejas que se cayeron y que él rompió. La madre prueba en una hoja aparte.
Discuten sobre cómo son las cosas. El dice que es un techo el que se rompió y
ella dice que es otro. Se vuelve a enojar). ¡Ay, no me entendés nada! ¡No di-
bujo más nada!
M : Lo que pasa, es que me tengo que imaginar, porque yo no lo vi.
H: ¡Pero yo sí lo vi!
M : Bueno, no me tenés paciencia a mí. Yo te explicaba. Yo te tenía paciencia.
H : ¡Pero yo no. No te voy a explicar nada, porque no me entendés lo que yo
te digo.
M : Hacé de cuenta que soy muy chiquita y me tenés que explicar. Con el de-
dito señalame.
H : Bueno, te perdono una vez más... Acá hacé el techito que yo rompí (se-
ñala la parte de adelante del techo).
M : (insiste con que no es ese el techo roto).
H : (Le muestra lo que quiere explicarle en mal tono).
¡Yo rompí una teja acá, acá y otra acá!
116 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
M: (insiste) Haceme el techito acá (en la otra hoja).
H : (se enoja mucho; golpea la mesa) ¡Yo ya te enseñé noventa veces!
M : Cuando te explican a vos, ¿Se enojan así los maestros?
H : ¡Pero yo no soy un maestro!
M: Cuando seas grande y tengas un hijito. ¿Le vas a decir así, no te explico
nada?
H : ¡¿Vos me entendés lo que yo te digo?!
M : A medias. Si te hubiera entendido, hubiera hecho lo que vos querés.
H : Entonces no hagas nada. ¡Me pierdo la hora acá y me jodo! (retira la silla,
y se pone contra la pared, como en penitencia. Vuelve y pide a una de noso-
tras que tache lo que anotó de la madre).
(La madre nos explica que es habitual que haga eso y que después pida dis-
culpas cuando se va).
M : Esto es todos los domingos... (dirigiéndose a Martín) ¡A ver si me ponés
muy bien 10!
H : Yo quiero hacerlas de verdad. No esa porquería.
M : Yo la hice con buena voluntad.
H : (gritando a viva voz) ¡Quiero que me den un cartón nuevo! Si no, me voy!
(se enoja mucho, mucho).
Nosotras: ¿Para qué lo querrías?
H : Dibujaría otra vez para enseñarle a mamá que haga las cosas bien. Que
las haga como yo quiero. ¡Parece que tienen mal el cerebro! ¡Parecen los tres
chiflados ustedes tres! (la madre y nosotras dos).
(Hacemos retirar un momento a la madre a otro consultorio. Martín pasa del
enojo a la angustia e irrumpe en llanto. Cuando se calma un poco, invitamos
a la madre a ingresar nuevamente. En un cartón nuevo intentan hacer lo que
él cree que quiere. Pero no logran lo deseado. Martín angustiado se abraza a
la madre y al terminar la entrevista, no se quiere separar).
Naranja Rojo
Martín muy contento, elige dibujar.
H: (Hace un sol). Quiero hacer de nuevo la casa del Country.
M: Yo la casa del country no la hago, porque el otro día...
H: ¡Lo siento! La tenés que hacer. Si lo hacés mal... (Empieza a hacer la casa).
M: Yo las tejas no las hago. Hacé vos la imagen que tenés en tu cabecita de las
tejas (Le limpia la nariz).
H: ¿A qué no sabés que es esto?
M: ¿Los ladrillitos?
C LÍNICAFORENSE ENFAMILIAS 117
H: Sí.
M: Estás muy minucioso con el dibujo (Martín hace infinidad de pastito).
H: Estoy disimulando... porque es el pastito. Me copio de la casa del Country o
lo que me acuerdo. Acá hay un árbol muy viejito. (Sigue haciendo muchísi-
mo pasto).
M: El sauce llorón y el sauce mimbre.
H : H oy salió bien, ¡Ves! (La madre todavía no hizo nada). Acá van las rayitas
(Martín mira lo que anotamos).
H: ¿Qué es esto?
M: ¿Las manchitas del tronco?
H: No, las chicharras.
H: Todavía no hice ningún chico. Yo lo voy hacer. Este soy yo. Estas son las ra-
mitas. Hoy está quedando lindo. ¡No te vas a equivocar hoy! (a la madre).
(Cuentan que este fin de semana no fueron al Country porque llovía. Fueron al
cine a ver Bambi).
M: No me hizo triste.
H: (Sigue haciendo pasto. Hace gesto de cansado y dice:) ¡Estoy tan cansado!
(hace un jardinero) El jardinero cortando el pasto (Hace a Manu al lado de él en
el árbol
bién diciendo:
”). Mirá “elque
todo lo sol dibujé
a la vista
yo ”(a; lo
la escribe
madre).en el hiciste
Vos dibujo nada
y agrega: “Yo éstos
más que tam-
dos puntitos.
M: Me dejó hacer sólo el centro de las flores para que no me equivoque.
¡Muchas gracias por tu bondad y consideración!
H: ¿Me ayudás a hacer el pasto?
M: Sí.
H: ¡No, no! Mejor que no, porque si te llegás a equivocar... Ya terminamos, todo
de un solo color. Bueno... Dibujá lo que hay en el Country... pero decime a mi
primero.
M: ¿O sea que me estás diciendo que te pida permiso a vos antes de dibujar?
¿Por qué?
H: Porque si no me voy a enojar. Porque si lo hacés mal... Yo quiero que lo hagas
igual que como está en casa. Sin ninguna falta.
M: Voy a tratar de que sea un mellizo exacto del que vos hacés.
H: ¡Mamá! Igual, ¡eh! ¡Sin ninguna falta! (no le conforma el gato que hizo la ma-
dre como copia del de él). Sos una tonta que no sabés hacer gatos y perros.
M: A Diego yo le enseñé y aprendió bien. (Calca el gato que hizo Martín de mo-
delo). Me parece que va a salir un hermanito perfecto.
H: (a nosotras) No anotés eso de Diego (deja que la madre haga flores. Le quita a
una de nosotras las hojas porque dimos vuelta el dibujo para verlo. Se vuelve a
enojar pero en forma más leve). ¡Es una porquería este dibujo! Y es una porque-
ría compartir...!, No la voy a dibujar a mamá. (Preguntamos a la madre dónde
estaría ella): Yo estaría adentro de la casa.
M: Siempre estaba yo cocinando, bordando, cosiendo y esperando que venga
Martín (¿?) Martín estaría en un sauce mimbre que es una cueva (¿?). Manu es
un vecinito.
H: (se levanta y abre los cajones de nuestros muebles del consultorio). ¡A ver si
estos juguetes están bien!
(finaliza la entrevista)
e) Evaluación de las producciones vinculares en base a indicadores
• Clasificación de los indicadores
A - Indicadores Generales
Este largo y doloroso trabajo interior, parece no poder ser tolerado por su
frágil estructura psíquica, que por este motivo necesita erigir defensas protec-
toras, que a su vez empobrecen sus intercambios afectivos, como se pudo apre-
ciar en la relación con Martín. Puede sí percibir o representarse esta fragilidad
en su madre, como señalamos: “Soy la madre de mi mamá. No asimila las pérdidas ”.
Sin darse cuenta, nos está hablando en esta interpretación, de su propio posi-
cionamiento con Martín, como una nenita a quien su hijo tiene que enseñar y
proteger, promoviendo en él, sentimientos de carencia de contención y sostén,
que se expresan con furia.
lo que
rios supone que donde
interrogantes, su madre
Elsadesea, ni encontrar
se siente en ella
desbordada y serespuesta
fragiliza aensus
superento-
función
de contención y diferenciación de su hijo.
Esta transmisión no consciente, es la que hace obstáculo desde él, para una
conexión más eficaz de Martín con su madre.
Más allá de las peculiaridades personales de cada uno de los miembros de es-
ta familia, nos parece fundamental centrar el análisis en el particular entramado
vincular que se fue construyendo desde su constitución, cómo se insertó en él la
traumática e inelaborada muerte de la única hija mujer de la pareja de Oscar y
Elsa; el advenimiento de Martín; el sesgo violento de la separación conyugal y
los efectos que produjo, dramatizados en los intrincados avatares del juicio le-
gal.
Los primeros años del matrimonio, son reconocidos por ambos como armo-
niosos.
“Era justa y sincera. Tal vez fue un ideal. Por eso la bronca: para romper esto de hoy
yCLÍNICAFORENSE ENFAMILIAS
reencontrar a la Elsa que era ”. Esta no renuncia a la idealización de un pasado 125
Diego, por su edad (22 años) y personalidad, pone distancia con la madre,
negando su afecto y necesidad de mantener ese vínculo. “Humanamente me da
pena... pero afectivamente no. Yo trato de arreglármelas solo para no cargar las tintas”.
Martín, con su lugar poco claro desde el inicio de su vida, mantiene pre-
servados aspectos de su personalidad que le permiten una inclusión positiva en
otros vínculos. Pero “cae” también en verdaderas crisis de angustia y desorgani-
zación, ante la imposibilidad de satisfacer su necesidad de recuperar un vínculo
estrecho y deseado con su madre, necesidad que choca con sus temores y los de
ella, de efectivizar lo.
Elsa, levemente más firme en el vínculo con Martín. No lo suficiente para ha-
cerse cargo de su tenencia, pero sí para que el niño pueda mantener un contacto
más prolongado con ella sin riesgos para su persona.
126 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
CAPÍTULO X
Introducción
En este capítulo nos vamos a centrar en el análisis de un grupo familiar en
el que luego de producido el divorcio, se logra el armado, con cierta pre-
cariedad, de otra manera de funcionar que permitía la circulación del único hi-
jo de ladepareja.
partir A cinco
la cual quedaaños de la separación,
cuestionada la figurasepaterna,
producepeligrando
una situación crítica a
la continui-
dad del vínculo paterno-filial.
Desde hace aproximadamente tres meses Juani se niega a salir con el padre.
En su último
relata viajeseelencerró
la madre, niño adoptó conductas
en una queypreocuparon
habitación a la familia:
no quería verlo. según
“El papá gritó
durante 20 minutos llamándolo, en la puerta de la casa de mis padres. Juani dibujaba y
no respondía. El nene tiene estrabismo y usa anteojos. Ese día se le notó el ojo totalmente
desviado hacia adentro”.
El padre ante este hecho, pide intervención del Juzgado para que se res-
tablezca el régimen de visitas y se aclare la situación.
b) Singularidades de la demanda institucional
La Jueza que recibe la demanda del padre, convoca a una audiencia para que
concurran ambos padres y el niño, para interiorizarse del problema.
En primer lugar, realizamos una entrevista con cada uno de los progenitores,
en un espacio adecuado brindado por la jueza y tomamos contacto con los res-
pectivos abogados.
Sin embargo, ambos progenitores, como cada letrado desde su propia postu-
ra, se muestran fundamentalmente interesados en que se esclarezca y se decida
lo mejor para Juan.
De las entrevistas se desprende, que desde hace 3 meses comenzaron los pro-
blemas entre Juani y el padre, agravados en la última visita. El padre lo atribuye
a que puede haber influido que él se casara legalmente en esa fecha (supone que
influyó en su ex esposa y de allí en Juani). También surge ocasionalmente que
Florencia desearía quedar nuevamente embarazada (Florencia: “mamá espera la
nieta”).
Florencia le dice: “Contale cómo me pegaste cuando yo estaba embarazada ”... “por-
que él no me cree a veces ”. Eso dio por terminada la visita. El padre acuerda con
los abuelos verlo al día siguiente en casa de ellos, se produce el episodio del
rechazo de Juani ya relatado y el pedido de la audiencia.
Santiago pasaba de soltero los veranos en ese chalet con su abuelo. Mientras
él se siente muy satisfecho con el cambio, Florencia sufre el desarraigo. Dice
Santiago: “Yo era cada vez más antropólogo. Me gusta el aire libre. Y Florencia cada
vez más arquitecta, encerrada en la casa, que no le gustaba ”. Florencia: “A Santiago le
gustaba mucho esa casa. Pero yo me sentía insegura. Me dejaba sola todo el día y yo
extrañaba mucho. Decidí aceptar unas horas de cátedra en La Plata y viajar cada dos
semanas”.
La familia de Florencia les compra un departamento en Neuquén, para que
ella se sienta más cómoda.
Nace Juani y a los pocos días Santiago concreta su viaje. Vuelve y sigue via-
jando a Neuquén por su trabajo. La relación se va deteriorando porque ninguno
de los dos recibe del otro lo que esperaba. A los 2 años de Juani, deciden sepa-
rarse.
Florencia exterioriza más sus sentimientos al respecto: “Sufrí mucho por la se-
paración. Traté de sacarme de encima rencores y resentimientos. Durante 5 años sentí
que era importante que Juani viera al padre... no quería ser yo quien le destruyera la
imagen del padre”.
Santiago, si bien padece la separación, la siente como un alivio de la tensión
permanente que vivía con Florencia. Pero intenta mantener el vínculo con su
hijo. Viaja a La Plata y lo llama por teléfono frecuentemente. No obstante, la
distancia dificulta su relación con Juani. Santiago reconoce: “...tal vez cometí el
error de decirle insistentemente por teléfono que lo extrañaba mucho y que eso me ponía
triste. Juani decía: “No quiero verle la cara de triste a papá”.
Continúa Florencia: “Cuando nació Matías, Juani no manifestó nada por este na-
cimiento. Era raro. Era afectuoso. No sufría. Parecía que todo andaba bárbaro. Se refu-
giaba en Miguel. Me preguntó si le podía decir papá. Yo le dije que podía hacer lo que él
quisiera” (pero no le aclaró nada más). “Yo hice la consulta con un psiquiatra infantil
por este tema”. “Me da la impresión de que no tenía miedo de perder el cariño mío por el
bebé, sino el de Miguel por no ser el papá”.
A su vez, relata que Juani (después de la sesión familiar) jugando con su
hermano Matías en el jardín, entró muy excitado diciendo que vio “un extra-
terrestre: alto, verde, y con una luz blanca en la cabeza ” y preguntó: “Se lo puedo con-
tar a X?” (el terapeuta). “Seguro que si se lo cuento a Santiago no me va a creer ” (en
referencia al padre). Expresa que durante mucho tiempo le costó comunicarse
con su hijo, o que Juan lo hacía en horas insólitas. La llamaba a las 3 o 4 de la
mañana y le preguntaba “cosas del pasado”.
Juani se interesa y las mira con entusiasmo. Grita alborozado “\Este soy yo\”.
Padre: “No, este soy yo cuando era chiquito.¿Viste como nos parecemos?”.
Juani: “Y este es el abuelo” (señala al padre de Santiago) “Pero yo ni lo vi”
J: ¡¡Bieeen!!
P: (termina con su dibujo) ¿Y yo qué hice?
J: A Clark Kent.
P: No, a Juani con traje de Superman. (El padre comenta que Juani le mandó a
Santiago -el hijo de Mónica- el dibujo de un Rey y la Sota de espada y que
Santiago le mandó otro dibujo).
J: Las personas no entienden lo que dice éste. No puede hablar. Habla poco.
Como los locos. Es uno de los cuatro fantásticos (lo escribe). (El padre le se-
ñala que se comió una letras al escribir y se las completa). Uno se hace de
goma. Es el hombre de goma. Otra, la mujer invisible. Y el robot que muestra
películas y vuela (Juani hace sonidos guturales, hablando como su persona-
je).
¡Hablá bien que nos van a echar! Llegamos tarde y no hablás... (Juani se le
sube a la falda por un momento).
J: ¡Hola viejo!
P: Bueno, voy a tratar de hablar con una piedra. Es difícil. ¿De dónde viene?
J: Del campo.
J: ¡Pero si vos tenés mucha fuerza! Los podés matar a ellos. ¡A tu padre y a tu
madre!
J:CLÍNICA
Sí, ¡parece
FORENSE ENuna chatarra! Y los anteojos parecen un moño en la cara. Sos 133
FAMILIAS un
alcahuete (se hace el gracioso y se ríe).
P: ¿De quién?
J: De tu cabeza.
P: ¿Y mis botas?
P: Ahora no te puedo retar por lo que decís. ¡Pero mirá que a la salida me trans-
formo en papá! (Se ríen ambos).
(Vuelve a sentarse en la falda del padre y los dos dicen que no quieren jugar
más).
(El padre comenta que le regaló a Linterna Verde para el día del niño. Per-
sonaje que Juani dibujó en la entrevista individual y luego con la madre)
J: No, deje.” (Luego agrega) ¡Agarrame de las patas! (Se tira al suelo y queda
colgando, dejando las piernas en la falda del padre).
J: ¡Sí! Y me tiene que ayudar a arreglar la nave. ¿Cómo viniste vos? Tenés que
venir con una máscara de oxígeno. Si no, estás muerto.
J: Tengo que ir disfrazado de un agente. No puedo ir con este traje. ¿No me trae
un vestido de tu padre?
P: ¿De Santiago?
134 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
J: Si, un traje. Para pensar que soy un hombre común. Para que no crean que soy el
Hombre de Goma.
P: ¿Para ir al kiosko?
J: Sí.
b) Tercer Dibujo de
Juani: “Nave que se es-
trelló”
c) Quinto Dibujo de
Juani: “Traje de hombre
común”
136 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
Damos la consigna.
Juani: (Comienza a dibujar con cierta actitud de “carrera a ver quien gana ”.
Espía lo que dibuja la madre) ¡Hmmm! ¿Una nena con bombacha?
(Hace el tronco y los brazos de una figura humana; sigue por las piernas y
al final dibuja la cabeza. Figura muy proporcionada y bien distribuida en
todo el espacio de la hoja). Este es Linterna Verde. (Escribe “Linterna Berde”)
(?) Es un muñeco que me regaló Santiago.
M: Soy una nena muy curiosa que le gusta preguntar mucho y leer mucho. Me
gusta tener amigos y amigas. Tengo un hermano más grande que yo. Me
gustaría hacer lo que hace mi hermano mayor: jugar a la pelota... Y también
lo que hace mi hermana más chica. Contar cuentos, jugar a las muñecas. Me
gusta que me cuenten cuentos. Son cuatro. Tiene un hermanito más chico
todavía. Un bebé que es medio hincha. Cuando no puede jugar con la her-
mana ni con el hermano porque el bebé la hincha, se va a lo de la amiga y se
imaginan cosas. Todos podemos imaginar que somos como Shira, la her-
mana de Hi-man. O que tenemos poderes y somos superhéroes (?). Vive con
la mamá, el papá y los tres hermanos.
Diálogo:
M: Nos podemos encontrar en un bosque.
J: Mejor debajo de un edificio. Que se estaba por caer en pedazos. Vos estabas
abajo y yo venía volando y te salvaba.
J: De nada. Ya está.
J: No te van a creer.
M: ¿Y si te la olvidás?
J: No, nunca me la puedo olvidar. Vos no sabes algo. Siempre se carga la lin-
terna, en la casa.
J:138
¡Pobres! Todos quieren tener poderes... Y yo tambiénH(parece decirlo
ILDA ABELLEIRA - NORMA como
DELUCCA
Juani y se abraza a la madre).
J: No.
M: Yo miro para el cielo, te abro la ventana y después cerramos para que nadie
sepa que estás y te muestro todas mis cosas. ¡¿Mirá lo que tengo acá en este
cajón?! ...¡Revistas de los superhéroes!
J: (se sube a la falda de la madre) ¡Basta! Me duele la panza. (Pide ir al
baño e irse a su casa. Retorna el malestar inicial).
CLÍNICA FORENSE EN FAMILIAS
1) Modalidad
CLÍNICA FORENSE EN FAMILIASde
funcionamiento 1) Modalidad de funcionamiento
191
grupal grupal
a) Planeamiento Ausente a) Planeamiento Ausente
d) Lugar del progenitor ausente Incluido d) Lugar del progenitor ausente Incluido
indirectamente en el discurso, por el simbólicamente por el hijo, a través
hijo. del personaje elegido que representa
un muñeco regalado por el padre.
•Acorde al propioinvertido:
Generacional sexo. padre dibuja •Acorde al propioinvertido:
Generacional sexo. hijo a un
al hijo; el hijo a un hombre. hombre; madre a una niña.
» Identidad de los personajes: de la vida • Identidad de los personajes: Ficcionales,
real, ficcionales; vivos, humanos. vivos, humanos.
• Tipo de personajes: Activo, con pro-
• Tipo de personajes: Activos yectos e implícitamente conflictivo, el
e implícitamente conflictivos, con logro del hijo. Pasivo y conflictivo explícito,
de resolución en el plano imaginario el de la madre.
Con resoluciones parciales en el,
plano imaginario
B - Indicadores Específicos
Compleja: Arman una historia con una Compleja: en cuanto al armado de una
combinación de conflictos, anhelos y historia con una combinación de con-
logros. Lugar de encuentro propuesto flictos, anhelos y logros.
por el hijo. Con un desenlace acordado,
posible y coherente, desde el nivel Lugar de encuentro propuesto por el
imaginarlo en que transcurre la histo- hijo. Disminuye su complejidad, en
ria. Participación activa de ambos. relación a la participación desigual y
Amplia posibilidad de sostener el nivel al extraño desenlace en el que Irrum-
lúdico. pen contenidos seductores y transgre-
sivos, que reenvían al niño al síntoma
Inicial, así como a cierta caída del ni-
vel lúdico en este momento de la
Entrevista conjunta
El encuentro padre-hijo:
de Juani con el padre, se produce muy poco tiempo después de
la audiencia en que se decidiera y acordara restablecer las salidas de ambos.
Habían realizado dos paseos, donde Juani aún mostraba alguna resistencia
inicial, que luego se diluía y tanto la madre como el padre expresan que al final
del día Juani volvía contento a su casa.
En”un
dazos sentidopuede
, también más abarcativo,
responder a“ella edificio que del
percepción se estaba
niño depor
lo caer en pe-
catastrófico
familiar que se movilizó. Conflictivas cuya resolución es aún incierta para él.
Pareciera que Juani vivencia esta demanda materna con un sentido seductor
y transgresivo, que lo lleva a “la cama de la madre ” y al retorno del síntoma
inicial, tal vez por poner esa complicidad en evidencia frente a nosotras.
Todo fue armonioso, mientras cada uno siguió ocupando el lugar de hijo en
sus respectivas familias de srcen. Pero los proyectos personales comienzan a
obstaculizar la construcción del espacio compartido y podríamos decir, que el
“nosotros” de la pareja, no logró la consistencia necesaria para que el nuevo
contexto se estabilizara.
También Florencia, como la hija mujer que no tuvieron, fue querida y mi-
mada por los padres y hermanos de Santiago.
CSantiago?
LÍNICA FORENSE¿A qué familia
pertenezco? ¿Qué quiere mi padre? ¿Qué quiere 197
EN FAMILIAS mi
madre? ¿Quién soy? Podrían traducir algunos de los angustiosos interrogantes
del niño.
ciónResulta
” que elsignificativo
niño planteael del
surgimiento por visto
entonces,
en sudejardín,
la ilusión- “ alucina-
extraterrestre con cualidades
similares a las del muñeco-héroe que le regala el padre y que reaparece rei-
teradamente en sus producciones: “Linterna Verde”.
rental.
• Su crisis develaba la necesidad de un corte, una limitación. Una apelación a
mos:
- En el padre: recursos para llegar a acuerdos y no reaccionar especularmen-
te.
- En la madre: si bien entrampada en la necesidad de borrar al padre de Jua-
ni de su historia (necesidad que encontró avalada en el terapeuta), pudo
posicionarse de otra manera frente a la crisis del hijo y ante la in-
tervención pericial-judicial.
g) Reflexiones sobre nuestra intervención
Nos interesa destacar en esta intervención, los efectos modificadores ejer-
cidos tanto en lo que hace a la posibilidad de que padre e hijo puedan empezar a
construir otra manera de relacionarse, como la disminución de la hostilidad en
el vínculo de la pareja parental. Efectos anudados no sólo a la intervención vin-
cular inclusiva de todos los integrantes de la familia, sino también al contexto
interdisciplinario de la misma.
En las últimas entrevistas con los padres, cuando ya el régimen de visitas es-
taba totalmente normalizado, surgen algunas reflexiones importantes en cada
uno.
Florencia (madre): “En realidad, ahora me doy cuenta de que Uds. tienen una vi-
sión más neutral, que les permitió ver cosas que tal vez otros no pueden ver ”.
Santiago (padre): “Creo que he cometido errores. Cargarlo con mi tristeza por no
verlo. Empecinarme en verlo. Ahora lo que más deseo es que esté bien.”
Se evitó así, el vacío del lugar del padre y del hijo.
Capítulo XI
Introducción
Analizaremos en este capítulo nuestra intervención en una familia en la que
luego del divorcio de la pareja conyugal, los tres hijos quedan conviviendo con
la madre y ven con frecuencia al padre, pero siendo espectadores permanentes
de violentas discusiones entre sus progenitores.
Luego de una de esas peleas, el segundo de los hijos se niega a retornar con
su madre y a verla. La madre solicita al Juez el reintegro del hijo, impidiendo
hasta que éste se concrete que los otros dos hijos vean al padre.
Organigrama Familiar
Sara, 31 años Hugo, 47 años
Docente Jubilado por
La familia está integrada por el padre, Hugo de 47 años, jubilado por inca-
pacidad luego de numerosos accidentes; la madre, Sara, de 31 años, docente de
escuela primaria y tres hijos: Susana de 10 años, que cursa 5 o grado, Héctor de
9 años, que cursa 4 o grado y Mariano de 7 años, que cursa 2o grado.
Luego de una de estas peleas, los niños van a la casa del padre como parte
del régimen de visitas y al finalizar ésta, Héctor se niega a quedarse en lo de su
madre, dice
también a verque quiere
a Sara. vivirparece
Hugo con elno
padre y a partirpor
preocuparse delaese momento
conducta de se niega
Héctor,
mas bien lo apoya, lo que desencadena nuevas peleas entre ellos. Sara decide
denunciar en el Juzgado la situación y solicita al Juez el reintegro al hogar de
Héctor, impidiendo mientras tanto que los otros dos hijos vean a Hugo.
b) Singularidades de la demanda institucional
Ante la denuncia que realiza la madre el Juez convoca con urgencia a una
audiencia a los padres y a Héctor y solicita nuestra presencia en la misma con-
juntamente con una Perito Psiquiatra. Nuestra intervención en la audiencia
(ver Cap. II) en la que entrevistamos a cada uno de los padres y al niño, nos
permitió evaluar que la complejidad del conflicto familiar, excedía la crisis en
el vínculo madre-hijo.
Héctor aparecía muy angustiado tras el aparente enojo con su madre y nin-
guno de los padres parecía poder correrse de la hostilidad entre ellos. Plantea-
mos, en consecuencia, la necesidad de hacer un estudio pericial de todo el gru-
po familiar, previo a asesorar sobre la situación planteada de hecho. El Juez
decidió ordenar la realización de la Pericia Psicológica, antes de decidir cual-
quier cambio en la familia.
c) Síntesis de la historia de la pareja y la familia
La pareja se conoce estando Sara embarazada de Susana. El embarazo era
producto de una relación anterior con un joven de la provincia de la que Sara
es oriunda, con el que había mantenido un noviazgo de seis años.
De su padre, quien fue Juez de Paz y empresario, dice que “era fino, de ca-
misa y chaleco”...”Yo soy un croto”...”Mi padre me dijo: el que no estudia, tra-
baja y yo, pese a la posición económica me fui de obrero a la fábrica X..., porque
no me daba la cabeza ”.
CLÍNICA FORENSE EN FAMILIAS 201
Sara es la segunda de cinco hermanos, tiene tres hermanos más del primer
matrimonio del padre (viudo) y una hermana fallecida a los 18 años en un ac-
cidente. Sus padres viven en su provincia natal, de donde ella vino a La Plata a
acasa de una
trabajar de sus
como hermanas
maestra en unalcolegio,
terminar el secundario.
situado A los de
en las afueras 20 la
años comienza
ciudad.
Respecto a los hijos: Héctor aparece mimetizado con el discurso del padre,
en los reproches y críticas incesantes hacia la madre. Susana, suave y tranquila,
preserva el vínculo con ambos padres, así como con sus hermanos. Desea vivir
con su madre, pero mantener el contacto con su padre.
d) Producciones vinculares
• Entrevista conjunta madre-hijos:
(Mientras, Mariano quiere salir a darle al padre -que está afuera esperando a
Héctor- una parte del “wakitoki”. Sale, vuelve y pretende hablar con el padre.
Al decirle que no, se enoja mucho).
Madre: ¿Qué querés hacer? (a Mariano), ¡vení, dibujá! Ella hizo el pasto. Ma-
riano (Manu): Caca... caca... pis.
Susana: Hacé el humo de la casa (a la madre), y vos Manu hacé las nubes. Ma-
dre: Parece el cuentito de los 3 osos.
Madre: (Hace hojas y flores) ¡Dale!, hacé una plantita Manu. (A Héctor) ¿Te
hago pasto?
Susana: Sí.
Madre: (Hace pasto debajo de cada persona que dibujó Héctor y de la carpa).
Susana: Estos viven en la carpa, nada más que van a investigar acá (casa amari-
lla).
Madre: Hacé...
Susana: Al gallito ciego. Hacele el pañuelo para tapar (a la madre). (Ella hace
nenes).
Madre: Manu,
CLÍNICA FORENSE EN Fvení
AMILIASacá. 203
Héctor: Un grupo de exploradores que están acampando, acá las latas de reserva y
cocinando un pollo.
Héctor: Acá está el que dirige (abajo) y acá los chicos del campamento... ¡Son pe-
rros!
Héctor: (En un aparte a una de las entrevistadoras) Acá en la carpa están los platos
para comer, acá adentro (al invitarlo a que lo diga para todos). Yo ya terminé
mi dibujo (Intenta hacer una comunicación con el padre por el “wakitoki”).
Susana: (¿Vos qué pensabas?) Que ellos van a explorar esta casa, a ver si vivía al-
guien. Hice a los chicos jugando al gallo ciego y acá teman una cueva donde se
reunían y tenían los juguetes.
Madre: ¿Esos chicos son de esa casa?
Susana: Los exploradores son diferentes de los chicos... yo acá a Héctor le hice el
fuego... tendría que ser de noche.
204 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
Y acá hice pinos con ayuda de mi mamá que hizo verdes y acá un carro con ho-
jas... para sacar las hojas del techo... nada más que mi hermano arruinó eso
(¿Por qué?). Porque hizo pis y caca... (¿Dónde?) acá la cola de él y pis.
Manu: Las bolas de él y la concha de ella... (TROLBICH) (?) Quiere decir puta.
Héctor: Go to head, quiere decir andate al diablo, por lo menos hubiera puesto
eso.
Héctor: (¿Vos, Héctor?) Yo hice estos; los exploradores se quedan acá, van a sacar
los cubiertos de la carpa y van a comer y dormir, no van a ir a la casa como de-
cís vos...
cansar (?) Al es
porque otro
undía vanviaje...
largo a explorar todos
Al otro los lugares.
día van a irse a laAhora
casa...tienen
Esa esque
mi des-
his-
toria... (?) Van a explorar la parte de árboles.
Héctor: Van a buscar ramas secas para hacer fogatas... después pueden encontrar
hongos para examinarlos... Eso digo yo.
Manu: (Hace una bici, pinta la ventana de la carpa y las etiquetas de las latas).
Madre: No trabajes
CLÍNICA FORENSE EN FAMILIASencima de lo de tu hermano (lo enuncia pero no lo impide).
205
Héctor: (mira, se fastidia). Es el último dibujo que hago (Saca un jueguito electró-
nico, dice que se quiere ir). (Canta) Ay, ay, ay, ay, canta y no llores, que la vida
tiene sus cosas...
Susana: (Se engancha con el jueguito).
Héctor: No quiero.
Manu: (Sigue dibujando. Hace una tortuga ninja que copia de un modelo). Ay, ay,
ay, ay, cago en dolores... (Le pide a la madre que cante algo) (¿Qué dibujaste?) A
mi mamá
papá. y alami
(?) En papá...
loma de lalamierda,
que pesca es mi mamá
del quinoto. y el que
(La madre lo anda
reta yen
lo bici
subeesa mi
su
falda). (?) Una bruja... un castillo de brujas y vos sos media bruja... es el jefe de
esos... Mariano, que canta cago en dolores y Héctor que canta. (Eructa) ...mi
tortuga... mi coqueja.
Madre: Tu coneja.
Susana: Corre.
(Silencio)
Héctor: Todo lo que hizo mi hermana y lo que hice yo. Lo que hizo mi mamá y lo
que hizo mi hermano no me gustó. Mi hermano dijo malas palabras y dibujó
mal, mamá dibujó mal y yo tampoco tan bien. Me gustó más lo de Susana.
• Entrevista conjunta padre - hijos:
(El padre
éste. se resiste
Mariano a dibujar.
se enoja, se quejaSeypara y se vuelve
el padre coloca al lado de Héctor a pedido de
a sentarse).
Padre: La verdad está en lo que puedo decir, no en el dibujo, esto no va para mí.
(Al sentarse le pregunta a Mariano) ¿de quién sos vos?
Manu: De mamá.
Padre: (Protestando, empieza a dibujar una cara con ojos y nariz. Rápidamente
empiezan a dibujar. Mariano hace dos o tres trazos y lo deja.
Susana: (Hace un mono, cuenta que hizo un dibujo para la primavera). Vos papá
hacé los remos y vos Mariano...
(El padre
CLÍNICA FORENSE ENyFAMILIAS
Mariano dialogan sobre qué va a ser cuando sea grande: militar,
207
policía)
Manu: Un tiburón que se estaba comiendo la arca de Noel y como cinco Titanic. El
Titanic que se está hundiendo que quedó un pedacito así y el padre del Titanic
que tiene cuatro chimeneas, cuando estaba yendo bien (¿Cómo se te ocurrió
eso?). Lo vi en la tele y mamá tiene un libro. Se hundió en el primer viaje y que
con una cámara los fueron a filmar (?). Ahí cuando estaba yendo bien.
Manu: Una cascabel que la quería apretar y se le salen las tripas, los dientes.
Susana: Sí (Sonríe).
Manu: Dios hizo un arco iris y dijo que nunca más iba a hacer un diluvio.
208 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
Padre: Yo puse eso para que dibujen ellos. Soy un analfabeto.
Héctor: Iba a hacer un águila y me salió un cuchuflito; éste iba a ser yo, pero es un
cuchuflito y acá un oso y después un cuchuflito (Se resiste a hacer una histo-
ria).
Héctor: No sé.
Manu: No puedo ver sin mis anteojos. (Burlando al padre). El oso lucha contra
éste (?). Noé.
Susana: ¡Ay!, éstos podrían ser los animales que salvó Noé.
Padre: No va para mí... ellos retienen lo que ven en TV; es bueno para la salud
mental de ellos, que no tienen perversión, como La aventura del hombre, de
Grasso.
(?) Susana: Que Noé se hace viejo y muere y que los animales tienen cría... y se
alimentan solos los animales.
(?) Padre: Igual que dice la nena, está bien, ¿conoce a alguien eterno?
(¿Y para vos cómo termina la historia?). Héctor: Que este pibe mata a todos con un
arma (?). Una 38 (?).
Después se tira un tiro y se termina todo el dibujo (?). Se termina esa isla.
B - I NDICADORES E SPECÍFICOS
El padre participa poco del dibujo, desde una actitud manifiesta de resis-
tencia: “Mi verdad es la palabra, no el dibujo ”. No obstante, es quien comienza
la tarea con un elemento central (una cara), sobre el que va a girar parte de la
historia construida.
El contenido del relato, que no alcanza a ser construido como historia con-
junta, es predominantemente trágico: el hundimiento del Titanic, el diluvio, la
matanza de todos. Susana hace un intento reparatorio de imaginar una salva-
ción posible a través del Arca de Noé, que no acompañan sus hermanos y que
el padre acepta pasivamente sin involucrarse.
f) Interrogantesehipótesisinterpretativas
•Interrogantes que nos planteamos ante la problemática familiar y sus pro-
ducciones
214 1: ¿Cuál es el sentido de la oposición del hijo a vivir Hcon la madre e incluso
ILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
a verla?
6: ¿Qué recursos evaluamos en cada uno de los progenitores para ejercer sus
funciones parentales y reconocer las del otro?
¿Qué pasa con sus necesidades y deseos como hombre? ¿Es un intento de
Hugo de compensar a través de esta sobreexigencia los intensos sentimientos
de inferioridad ligados al lugar que ocupó en su familia de srcen (el cro- to, el
analfabeto, el obrero) o en la vida hoy (el jubilado incapacitado y “viejo” res-
pecto a su mujer)? En la vida, ¿sólo puede ser suplente, no titular?
Sobre esta endeble y singular base se edifica esta pareja, que rápidamente
deviene familia: se casan en marzo del 81, a los tres meses nace Susana, un año
después Héctor y al año siguiente Mariano.
Es probable que en los inicios del planteo de separación por parte de Sara,
las vivencias depresivas de Hugo y sus propias necesidades de encontrar un
contexto protector que no podía brindarle Sara, hayan incidido para qLie bus-
cara refugio en su familia de srcen (con quien se va a vivir al separarse) acep-
tando el divorcio por mutuo acuerdo.
ella noinfidelidades
como sólo no ocultaba
que losino que parecía
enfurecían. , exhibir, eran registradas por Hugo
Sara, por su parte, como dijimos, actúa como una hija adolescente trans-
gresora, perdiendo eficacia su lugar materno.
Como primogénito varón, pareciera que Héctor elige la fractura con la ma-
dre, renunciando a la convivencia con los hermanos. En parte en apoyo a la
debilitada figura del padre y en parte porque, en identificación con él, rechaza
las nuevas relaciones de pareja de la madre, que fueron introducidas con poco
216 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
cuidado por parte de Sara, de los sentimientos de sus hijos y de la necesidad de
preservar ámbitos de diferenciación.
Las características fusiónales del vínculo de esta pareja y sus efectos en los
vínculos parento-filiales y fraternos, tornaron imposible, como decíamos antes,
asesorar con claridad al Juez al terminar la Intervención Pericial.
Nos resultaban claros los lugares de cada uno, las características de los
vínculos, así como la violencia y el riesgo que la situación implicaba.
miliar,
c) Que reconociendo los efectosacordaran
entre ambos cónyuges negativosladeentrega
su conducta
de la anterior.
llave del
ex hogar
conyugal, por parte de Hugo a Sara, así como la necesidad de comunicar
con anterioridad cada uno al otro cualquier cambio en relación a los hijos.
d) La disminución de las escenas de violencia entre Sara y Hugo.
Introducción
Desarrollaremos en este capítulo las particularidades del proceso de separa-
ción de una familia en la cual la pareja conyugal no logra acordar la decisión
de la ruptura. Se reiteran situaciones de violencia vincular y por la obstinada
negativa de él a efectivizar la separación, ella acude a la justicia para pedir el
divorcio y la exclusión del esposo del hogar conyugal, la que es ordenada por
el juez.
a) Presentación
Organigrama familiar
Juli
Diana Julieta Pedro Miguel Federico
51 años, Prof. Idiomas 52 años, Ingeniero
A partir de esta acción legal de Juli, a la que Pedro responde negando todo
lo planteado por ella, se suceden apelaciones de ambos, mientras continúa la
convivencia en un clima de intenso sufrimiento familiar. Un año y medio des-
pués la Cámara de Apelaciones en lo Civil, efectiviza la exclusión del hogar
conyugal de Pedro.
Casados alrededor de los 30 años de ella y 31 de él, nace a los pocos meses
la hija mayor, Luisa, dos años más tarde Julia, tres años después Justo, el hijo
varón y finalmente luego de cinco años, la última hija, Lorena.
Pareciera, y en esto ambos coinciden, que los primeros años de casados y
durante la crianza de los hijos, la relación conyugal y familiar fue armónica y
satisfactoria. Para ambos la conformación de la familia era un ideal com-
partido. A dos años de casados, comenzó la construcción de la casa conyugal,
en la que él participara activamente. Tuvo sucesivas etapas y parece no haber
podido ser finalizada.
Dice Pedro: “Ella empezó a engordar. Pesaba 58 kilos cuando nos casamos y
llegó a pesar 108 kilos. A no querer salir porque la ropa le quedaba chica. De-
cía: „no me quiero poner ropa de gorda ‟.” Relata que esta situación estalló en la
adolescencia de las hijas, quienes comenzaron a usar su ropa. Por entonces,
habría iniciado diversos tratamientos para adelgazar. “En uno de los trata-
mientos le indicaron medicación, que produjo un cambio total de su conducta.
Se tornó agresiva y grosera. Era suave, delicada, amable, solidaria con los de-
220 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
más y conmigo. Pasé a ser el objeto de sus odios. ”
Se destaca en el relato, el lugar central que tienen para Pedro los emblemas
familiares en los que se sostienen aspectos importantes de su identidad perso-
nal. “Nuestra familia era de la época del mayorazgo ”. Ligados también a estos
emblemas, se expresan su afición a la música folklórica y a la poesía. Relata con
admiración, que su padre escribió once libros.
El padre de Juli falleció meses antes de que se casara con Pedro. Todos los
integrantes de la familia nacieron en Portugal. Vinieron a la Argentina y se
radicaron en La Plata, cuando ella tenía 2 años y medio. El padre trabajaba co-
CLÍNICA FORENSE EN FAMILIAS 221
mo constructor en otras ciudades y lo veían los fines de semana, cada quince
días. Lo recuerda afectuoso, leyéndoles cuentos infantiles portugueses.
Luego de las entrevistas individuales con cada uno de los progenitores, cu-
yos tramos más significativos hemos sintetizado, realizamos una entrevista con
el grupo fraterno. A continuación, llevamos a cabo las entrevistas vinculares
madre-hijos y padre-hijos, instrumentando el Dibujo del Personaje en la Fami-
lia, cuya producción transcribimos a continuación.
d) Producciones vinculares I
• Entrevista conjunta madre-hijos:
□ □ □ □ □
Damos la consigna.
Madre: ¿Hombre o mujer?
Madre: Listo (la madre termina primero). Se quedó sin pies. Don Pascual, el pira-
ta bueno.
(Julia hace un árbol. Pone un nombre y borra. Luego deja “El árbol”).
Julia: Este sería mi viejo. Que siempre está presente, y acá nosotros. (¿Cuáles son
ustedes?)
Lorena: Juliloni (?). Es un apellido. Inventado. Juli por Julia y Loni lo inventé.
Mezclé las caras de todos: pelo de Julia, cara de Justo, corbata y camisa de papá,
y las manos de cualquier cosa. (?) Un chico. De 26 años. (?) Es marinero. Justo:
Panchito. Es un jubilado (?), 67 años, que está paseando a su mascota Maxwel (?).
Es un bichito.
Madre: Don Pascual. Un pirata bueno. Joven. Pero le dicen Don porque hace
cosas de adulto. Era un chico rico y como desde donde estaba no podía ayu-
dar a los demás... Pienso que la familia no le ha permitido... Se hizo pirata pa-
ra robar a los ricos y darles a los pobres. Como Robin Hood pero del mar. Y
ahora se sentía muy feliz.
Luisa: Sony (?). Una chica de 24 años. No es de esta época. Vive en el futuro.
Diálogo:
(Reiteramos consigna: que acuerden un lugar de encuentro y que dialoguen
como si cada uno fuera ese personaje)
Justo: ¿Me puedo meter yo? Flaco, chabón, le estás hablando a un árbol, estás
medio pirado. ¡Volvete al mar!
Justo: Panchos.
Madre: ¿Y vos?
Luisa: No soy distinta. Bueno, soy de otra época. Vengo de una nave espacial a
investigar.
Luisa: Me escapé del lugar donde vivía y caí en esta época (a la Madre). Me
descubriste cuando estaba mirándolos.
Lorena: Juliloni.
Madre: Ahora vamos todos juntos a hablar con el árbol. Hablemos con el árbol.
¿Qué le pasa al árbol?
Luisa: ¡Ah!
(Silencio...)
Luisa: Sí. Tuc, tuc, tuc. Sí. Va a llover. Vengan a mi nave. Ah, pero el árbol no
puede.
(Silencio prolongado...)
(Silencio...) (?)
Justo: Panchito vuelve del almacén y Maxwel quiere hacer pichín de nuevo y
pasa por el árbol. ¿Ya se habían caído las hojas?
Justo: Maxwel ladra porque hay muchos pájaros que están haciendo nido.
Madre: Y vos no querés?
Justo: No sé. Porque es Maxwel el que ladra. Viene un gato que ataca a los
pajaritos y Maxwel lo ataca a él.
Justo: Sí.
(Silencio...)
Justo: Panchito se fue feliz con Maxwel a jugar a las bochas, con los viejos de la
plaza.
Lorena:
226 Se va a su casa (?). Vive solo. HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
Madre: ¡Cinco personas! ¡Qué cosas diferentes! Somos una familia e hicimos
personajes tan distintos...!
Damos la consigna.
Padre: ¿Y para qué es esto? ( Explicamos. Repetimos consigna).
Padre: (Pregunta por diferencia entre persona o personaje). (Repetimos consigna).
ClInica Forense en Familias 228
Ah, persona con nombre y apellido o personaje simbólico.
Justo: Dibujá en la mesa (al padre), (justo comienza su dibujo) (El padre tam-
bién).
Julia: Bart, con una honda. (El padre le susurra algo a Luisa). (Luisa le susurra
algo a Lorena). Hacelo así nomás. No borres tanto. (Continúan dibujando Jus-
to y Lorena).
Justo: Motoneta.
Presentación de los personajes:
Padre: Este señor es el abuelo Alberto O., el abuelo de los chicos. Como era muy
inteligente,Enmuy
quechua. vivaz,enrápido
la época y despierto,
que vivió, le decían
se usaban Guali,
polainas, queen
moño significa esocor-
lugar de en
bata, capa, sombrero de copa, ancho.
Dibujo de Justo: “Motoneta”
Luisa: Pero no era gordo.
Padre: No. Es por la capa negra que usaba. Como algunas modelos. Era una capa
negra con broches dorados. Mi mamá nos hizo una capa para cada uno de los
siete hermanos. Él conoció a Julia y Luisa solamente. A Justo y a Lorena no...
¿Vos lo viste Lore en Chilecito?
Lorena: En un cuadro grande.
Luisa: Es un gatito que es gris. Le puse Katy, pero es un gato. No es una gata (?).
En inglés cat es gato. Puede ser un diminutivo de gato. Estaba abandonado y
ahora está en casa. En una casa. El va a una casa y le dan de comer. Lo adopta-
ron.
Justo: Este es Motoneta. Es un personaje. Lo tienen como personaje por todas las
cosas que hace y anda siempre en su skate que tiene motor y hasta en los bar-
cos anda (?). Va al secundario.
CLÍNICA FORENSE EN FAMILIAS 229
Julia: Bart. Todo el mundo lo conoce (¿edad?) Igual que en los dibujitos animados.
Lo dibujé porque es lo primero que se me ocurrió.
Lorena : A mi mamá. Juli. Que está en San Martín de los Andes. Yo estoy acá
adentro (en la casita).
Diálogo:
Luisa: ¿Dónde nos encontramos?
Justo: En el barco y Katy está buscando a este pajarito y Guali en la terraza escri-
biendo.
Luisa: Sí, decime Motoneta, ¿esto que es? (señala dibujo de Justo) ¿Podés volar o
algo? ¿Para qué lo usás?
Justo: Para hacerme propaganda.
Padre: ¿En qué lugar está Juli, Lorena? (se refiere a la escena que ellos tres están
armando).
¿Dónde nos encontramos? ¿Dónde querés que esté Juli? ¿Dónde la vas a poner
a Juli?
Luisa: Y Katy clavó las uñas en la palmera; quería alcanzar el pajarito y no pudo.
Está agarrado. No podía hacer nada.
230 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
Justo: No, le damos leche. Andá vos (al Padre) que yo no quiero salir con la to r-
menta.
Justo: Esperamos.
Lorena: No.
Padre: ¿Y Bart?
Padre: ¿Y Katy?
Luisa: ¡ÉjJo! Qué mentira! Se quedó en una silla calentito como todos los gatos.
Justo: Y Motoneta se sacó el skate y se subió al puente del barco.
Justo: Le doy una vuelta al timón y dejo. Bueno, hablen Uds. (a Lorena y Julia).
Luisa: Golpeá
pasar. Katy la
lo puerta
sigue. y esperá que abran. El capitán no lo reconoce y lo deja
Justo: Motoneta le dice al capitán que ponga a toda máquina el barco para ir al
puerto. El capitán le dijo que no, porque hay muchos iceberg. El ayudante del
capitán dice que no importa, que tenemos rompehielos. Y Katy toca uri botón
y se para el barco.
Luisa: Fue sin querer. Yo quiero llegar a tierra. ¿Quién es el ayudante del capitán?
Justo: Motoneta va con Guali a tomar café. Lo va a rescatar a Katy. Katy espera.
Justo: Sí.
Padre: ¿Le dijo algo al capitán? ¿Le dijo algo a Motoneta Juli? (Lorena hace silen-
cio).
Justo: El capitán puso piloto automático y se fue a tomar café a la cafetería con
todos los tripulantes.
232 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
Padre: ¿Y Juli?
Lorena: Dos.
Lorena: Sí.
Lorena: No.
Luisa: Sí.
Justo: Motoneta sigue festejando y se hacen las 6 de la tarde y vuelve Guali con el
gatito
CLÍNICA y seENponen
FORENSE FAMILIAS a jugar al chin-chón. 233
Luisa: No, Katy no juega a las cartas. Yo me voy a pasear por el barco.
Padre: Motoneta, ¿por qué no vas a buscar a Juli y a Bart para ver la puesta del
sol?
Padre: Che, Motoneta, andá a invitarlos a Juli y a Bart a cenar y traelo a Katy que
debe tener frío.
Lorena: Ensalada.
Lorena: Sí.
Padre: ¿Por qué? ¿Estás enferma, te falla el hígado?
Julia: Leche.
234 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
Padre: ¿Otra vez?
Padre: ¿Y Bart?
Justo: ¿Y Guali?
Julia: Coca-cola.
Lorena: Agua.
Justo: Hoy todo es gratis, dijo el capitán. Está contento porque mañana se jubila.
Padre: ¿No querés palmitos? (a Lorena-Juli).
Lorena: No.
Justo: Motoneta le pide que recite otra poesía y Guali se queda escribiendo con
el velador.
Padre: Que no tome frío Katy a la noche.
a) Planeamiento a) Planeamiento
Ausente. Se acepta tácitamente lo Presente, a partir de una propuesta de
enunciado por la hija mayor Luisa. Justo y una interrogación de Luisa, con
aceptación tácita del resto.
b) Tarea conjunta Se concreta parcial- b) Tarea conjunta
mente. Se concreta con esfuerzo hacia el final.
c) Fig. organizadora c) Fig. organizadora Presente. En el pa-
Presente. Esbozos organizativos, re- dre en los intentos de una producción
partidos entre Luisa y la madre. conjunta. En Luisa y Justo en la pro-
puesta y desarrollo de acciones.
d) Ident.del liderazgo d) Ident.del liderazgo
Alternado entre un adulto (madre) y El padre y compartido con los dos
una joven (hija mayor). jóvenes (Luisa y Justo).
Interpretación de indicadores
Entrevista conjunta madre-hijos:
Podemos decir que asistimos a una producción vincular de escasa complejidad,
en la que se tornó dificultoso para todos “hacer algo juntos”. Desde la ausencia
de planeamiento de la tarea a realizar, la dificultad de armar un diálogo, la falta
de un liderazgo claro, la escasa cooperación entre ellos, el clima de distancia
afectiva y el desdibujamiento de la figura materna, no se crearon condiciones
para que pudieran realizar la tarea conjunta como se lo solicitáramos, la que
sólo logran concretar parcialmente.
Hipótesis interpretativas
Diríamos que se registran algunas semejanzas entre ambas producciones y
muchas diferencias. Tal vez lo paradójicamente semejante tenga que ver con
que en ambos subgrupos las dos hijas que en el discurso manifiesto aparecerían
más cercanas a la madre (Julia no ve al padre y éste la califica de “opositora” y
Lorena lo ve en un régimen de visitas impuesto y el padre dice que la madre le
hace la cabeza contra él), en las dos entrevistas se autoexcluyeron, ubicándose
juntas, en los bordes, en un papel pasivo y los dos hijos que ven al padre, en
ambas se ubicaron a cada lado de los progenitores, fueron activos y con proyec-
tos.
Frente
gistra a la misma organización,
el aislamiento de sus hijas, ellepadre asumee una
preocupa actitud
intenta más activa. Re-
reiteradamente in-
cluirlas, sin poder tener éxito. No obstante, logra la “mediación” de Luisa y
Justo (quienes inicialmente la eludieron, en especial Justo) y con ello la inclu-
sión de ambas menores, pese al difícil personaje de Lorena que “es la madre”.
En síntesis:
¿Qué queremos decir con esto? Que al resultar el dictamen judicial, funda-
mentalmente fruto de la mirada y la escucha de una sola voz -la materna-, con-
tribuyó a convalidar la escisión con que habitualmente se presentan las parejas
en los discursos dilemáticos. Esta circunstancia que siempre es difícil para los
hijos y en la que se entrampan fácilmente, en esta familia al quedar “legaliza-
da”, operó como una divisoria de aguas entre los hermanos que se dividen a su
vez, para sostener las inconsistencias, desamparos y desmentidas de sus proge-
nitores.
Introducción
Abordaremos en este capítulo los conflictos surgidos en una familia en la
que, alrededor de nueve años después de producida la separación de la pareja,
ya resuelto el divorcio, la tenencia de los hijos a favor de la madre y un régimen
de visitas padre-hijos, en forma intempestiva, sorprendente y basándose en
supuestos deseos expresados por los hijos, el padre plantea un cambio de te-
nencia fundado en acusaciones a la madre de los niños y a la nueva pareja de
ésta, de algún tipo de maltrato hacia sus hijos.
a) Presentación
Organigrama Familiar
Juan Pedro ---- María ---/--- Juan Ignacio ---- Rosa
41 años 39 años 39 años 29 años
Comerciante Abogada Ingeniero Sec. Ejecutiva
El grupo familiar en que centraremos nuestro análisis, está formado por Ma-
ría, abogada de 39 años; Juan Ignacio, ingeniero de 39 años y los dos hijos de
esta unión: Leandro de 12 años y Rosario de 10 años, Ambos niños cursan en
diferentes escuelas 6o y 4o grado respectivamente.
Dice él: “No había problemas con el régimen, pero sí con las variaciones ”
...”Siempre que le he pedido a María los chicos, me decía que no, porque tenía
planes”...”Mantener el contacto con los chicos fue difícil ”.
Dice ella: “No nos pusimos de acuerdo porque él quería verlos mucho a los
chicos”...”En diciembre él pidió ampliación del régimen de visitas, que era prác-
ticamente una tenencia compartida”.
Juan dice que decidió el pedido de cambio de la tenencia de sus hijos muy
preocupado por los planteos que los niños empezaron a hacerle acerca de su
necesidad de verlo más tiempo. Los reclamos continuaron durante un viaje a
Miami que hizo él solo con los dos hijos, con relatos acerca de agresiones físicas
de la madre y el marido actual de ésta, hacia ellos. También se quejaron de que
los trataban diferente que a los hermanos y que no los dejaban hablarle por telé-
fono a él cuando lo deseaban...
Ella puede referir muy poco acerca de la relación con Juan Ignacio en sus
comienzos. Él dice: “Yo en ese tiempo era feliz, iba a hacer lo que quiero más...
siempre idealicé mucho la familia ”
Parecen intentar salvar la relación buscando otro hijo (así nace Rosario) y
comprando una casa, pero a poco del nacimiento de Rosario se separan. La
otrora casa conyugal, queda en la división de bienes como propiedad de María
y es donde habitan los niños con la nueva familia de María.
246 HILDA ABELLEIRA - NORMA DELUCCA
Se conoció con Rosa, su actual pareja, dos años y medio después de su se-
paración de María. Hace algo más de siete años que conviven y tienen dos hijos.
Leandro: Yo con rojo dibujo una casa, el pasto vos (a Rosario), el árbol (a la ma-
dre). (Empieza la casa).
L: No, porque después hago el resto y vos (a Rosario) le podés agregar las pie-
dras (Agranda la casa hacia la derecha).
M: (Rellena el tronco).
M: Leandro vos sabes que podrías con el rojo dibujarme imas manzanas (Le
pide a Rosario que haga pasto que llegue al tronco).
M: Hacelas como te gustaría que fueran o por lo menos con las posibilidades que
tenés ahora.
L: Bueno.
M: (Las hace).
L: (Hace unas manzanas rojas) Y vos Rosario, hacé unas manzanas verdes.
M: ¡Qué bien!
M: ¡Me encanta!
L: Un gusano.
R: (Hace manzanas verdes) (La madre y Leandro le indican a Rosario que haga
tallos, así Leandro hace las flores).
R: (Los hace muy juntos y Leandro insiste que los haga separados para poder
hacer él las flores).
M: Hacele el gusto.
CLÍNICA FORENSE EN FAMILIAS 249
R: (Lo hace).
L: (Le hace un gusano a la manzana verde, con actitud negativa) ¿Qué le pasó al
pichón? (Con gesto de desagrado porque Rosario pintó el pichón). ¿Lo pin-
taste?
M: ¿Si le hacés un poco de verde para tapar esto (el tronco)? (A Rosario).
R: (Hace hojas).
L: (Quiere agregar algo).
M: No pelées.
L: (Cara de enojo).
R: (La completa).
L: (Lo hace).
R: (Completa juegos).
L: Listo.
M: Listo.
L: Una casa y una cucha con perro que se llama Tim y tiene los juegos, un árbol
y una nena tratando no sé, de agarrar una manzana.
M: Se nota que en la casa están cocinando porque sale humo. ¿No, Leandro? L:
Un asado.
M: Se nota que tienen televisor, que es un lindo día porque hay sol y que debe
ser primavera o verano porque si en el árbol hay frutas...
R: (Con dificultad) Hice el pasto, la nena, algunas hojas, una manzana, los jue-
gos, una mariposa...
R: La copa del árbol, la cucha del perro... (?) No sé quién es... se está apoyando
en el árbol. (Se enoja Rosario porque Leandro se ríe de su dibujo).
L: No me río, che.
L: En La Plata.
R: En París.
M: (Intenta consolarla).
L: (Se divierte).
R: Siempre
CLÍNICA FORENSEse
EN Fríe de todas mis cosas.
AMILIAS 251
(?) R: Que se había ido de viaje a París con la madre o con el papá. (?) No sé qué
abuelos. (?) No, no tiene hermanos, es hija única.
L: Pero que sea la menor, es re feo ser mayor (se ríe). (?) Yo que sé.
M: Yo me imagino, como hoy decíamos, que la abuela está haciendo una torta.
L: No, un asado, para mí, el abuelo está haciendo un asado para la chica y ellos
dos. R: La chica quiso ir sola. (?) Los padres iban de compras.
□ □ □
R: No...
R: La montaña rusa.
L: Sí, sí.
P: Vos dibujás la Montaña Rusa (a Leandro) y vos (a Rosario) ¿de qué te acor-
dás? R: El castillo, yo voy a hacer el castillo (el padre la acerca con cariño).
L: (Mira y se ríe).
P: Me parece que sí. (El padre hace a King Kong, Leandro la montaña rusa y
Rosario el castillo. Hablan de cuando estuvieron en Disney).
R: Llovía.
R: (Pone ENTRADA).
P: Y el ascensor.
L: Hago una parte de la montaña rusa porque si no, me voy a quedar sin negro.
(Clima muy distendido, tranquilo, recordando los detalles del paseo a Dis-
ney).
P: Nos sentamos al revés, vos tendrías que haberte sentado del otro lado. (A
Leandro).
L: ¿Por qué?
P: ¿Querés que te dibuje un poco el barco? (Sugiere a Leandro que haga Epcot).
L: ¿Todo?
P: Bueno, hacé el redondo.
L: (Lo hace) (El padre sugiere a Leandro que haga el barco que cae al agua. Él
hace la estructura y Leandro, el barco. El padre le da lugar a su zurda. Ríen
cómplices entre los tres recordando cuando viajaron).
R: (Hace lluvias).
P: ¿Qué
CLÍNICA másENse
FORENSE acuerdan?
FAMILIAS 253
(Comentan
R: Dice Orea. lo que hicieron. El padre saca la agenda y recuerdan los juegos).
R: No, yo la orea.
L: Bue...
P: ¡Bárbara!
P: Y equilibrista.
Relato:
(Entre los tres repasan los juegos: montaña rusa fuimos, montaña rusa acuá-
tica, Epcot, contorsionista, orea, dos veces King Kong y el castillo). El casti-
llo es de 13 pisos y tiene un ascensor que cae. Ellos son los tres primeros que
caen en la acuática.
(Muy buen clima entre los tres y de los hermanos entre sí).
e) Evaluación de las producciones vinculares en base a indicadores
• Clasificación
A - I NDICADORES G ENERALES
hijopor
da varón y en menor Predominio
la madre. medi-
de elementos accesorios, con
P RODUCCIÓN VERBAL P RODUCCIÓN VERBA !
Pero desde ella hacia los hijos y desde éstos hacia la madre, se evidencia
fluidez y solidez afectiva, no surgiendo indicadores de rechazo o temor, en el
vínculo materno-filial.
Entrevista conjunta padre-hijos:
En la entrevista conjunta con el padre logran una producción gráfica com-
pleja, en la que participan los tres, usando el espacio de manera conjunta y
equivalente. La interpenetración de los colores está presente, pero es escasa. No
obstante, resulta interesante señalar que cuando se produce tiene que ver con
brindar al otro la base para su desplazamiento: el agua que hace Rosario a la
orea depor
lizado Leandro o la Lo
Leandro. estructura
señaladoque el padre dibuja
se desarrolla en unalclima
barcocálido
que desciende
y ameno,rea-
in-
dicadores todos que dan cuenta de un vínculo patemo-filial afectivo y sólido.
• Hipótesis interpretativas
Hemos visto que los hijos expresan un mayor bienestar en las producciones
conjuntas con el padre. El malestar que surge con la madre, está más centrado
en el conflicto de rivalidad entre los hermanos, que la madre no logra manejar
adecuadamente en esta entrevista ante nosotras, sino que más bien incentiva
con su actitud hacia el hijo varón. Quizás necesita mostrarse muy complaciente
en este contexto con Leandro, que es quien verbalizó la posibilidad de irse a
vivir con el padre de modo interrogativo ante ella:”¿Mamá, vos nos dejarías ir a
vivir con papá?” Esto srcinó una crisis de angustia y llanto en la madre. Un
verdadero derrumbe narcisista.
Quizás éste sea el sentido del reclamo de los hijos: no el dejar de vivir con la
madre como opciones excluyentes, sino el reclamo de poder unir lo frag-
mentado a través de un vínculo fluido y espontáneo con ambos que el otro
permita, tolere y respete.
Sintetizaremos a continuación, las respuestas que nos fuimos dando a los in-
terrogantes que se nos plantearon ante esta crisis familiar:
1) Sentido del pedido de cambio de tenencia: El pedido legal del padre de que
Leandro y Rosario pasen a vivir con él, toma expresiones de deseo de sus hi-
jos que por el momento vital que atraviesan, no sólo necesitan cambios que
hasta ahora no fueron escuchados (de mayor tiempo en los contactos con el
padre), sino que en el momento actual pueden ser formulados por ellos con
un mayor nivel de elaboración, apuntando a que sus padres les respondan
ayudándolos a decodificar sus nuevas necesidades.
El padre, desde sus posibilidades actuales de brindar mayor presencia en la
vida de sus hijos, se hace eco de esta genuina demanda, pero la traduce en
su propio código que se asocia a las hostilidades no resueltas con la madre
de los niños, lo que resulta en un reclamo reivindicativo, de ataque a su ex
mujer.
A Juan Ignacio y María les permitió verlos. Mirarlos y escucharlos como hijos
con presencia propia, diferenciarlos de la representación de hijos anudada a lo
paterno y materno-filial y subsumido en la vieja/nueva contienda conyugal.
Los corrimientos operados en los cuatro, acompañados por una actitud co-
laboradora de las nuevas parejas, abrieron a la posibilidad de una escucha dife-
rente de la demanda de los hijos y en consecuencia, al comienzo de la cons-
trucción de una manera de circulación de Leandro y Rosario más espontánea y
acorde a las necesidades de este momento de sus vidas.
Capítulo XIV
Cuando predomina la violencia en los vínculos
Introducción
262 l I II DA A BHLLEIRA - N ORMA D BLUCCA
En este capítulo nos ocuparemos del análisis de un grupo familiar en el
que el predominio de la violencia en el vínculo de la pareja, produjo efectos
devastadores en la trama familiar y las subjetividades de los integrantes.
tero;Lalafamilia
madre,está integrada
Rosa, por empleada;
de 31 años, el padre, Juan Benjamín,
y cuatro hijos:de 43 Benjamín,
Juan años, carpin-
de
10 años, que cursa 5o grado; Marina María, de 8 años, que cursa 2° grado; Jo-
sefa Leonor (“Noni”), de 6 años y Justo José (“Toti”), de 4 años.
Los hijos conviven con el padre y la abuela paterna en el que fuera el ho-
gar conyugal, desde la separación de la pareja concretada hace tres años. La
separación se produce a raíz de los reiterados episodios de violencia física de
Juan Benjamín a Rosa: la pateaba ferozmente en el piso, golpes que ella reci-
bía en posición fetal, en silencio y sin defenderse. Luego de uno de estos ata-
ques, Rosa decide “huir” de la casa, sin llevarse a sus hijos, refugiándose en
casa de sus hermanos.
Apoyándose en este argumento, impide que Rosa retire a los niños los fines
de semana, surgiendo en éstos una conducta de oposición activa al contacto
con su madre.
La intransigencia de Juan Benjamín, obliga a acordar que Rosa vea a sus hi-
jos sólo dos o tres horas los domingos en una casa supuestamente “neutral”. Se
entiende por tal la vivienda de una familia vecina del hogar paterno, cuyo 263
CLÍNICA FORENSE EN FAMILIAS
pa-
tio es visualizado por el padre desde la ventana de su taller.
Este régimen se cumplió durante varios meses, aunque con obstáculos que
surgían cada vez que se hacía evidente la significación de la presencia de la ma-
dre para los hijos. Por ejemplo, cuando ella les traía regalos y los niños expre-
saban su alegría o al manifestar alguno de los hijos deseos de acompañarla al
quiosco. Con posterioridad, uno o todos los niños adoptaban actitudes reticen-
tes al encuentro con la madre o a permanecer la totalidad de la visita con ella.
Esta nueva interrupción obliga a Rosa, una vez más, a recurrir a la instancia
judicial.
Rosa proviene de una familia numerosa, oriunda del interior, integrada por
sus padres y once hermanos, ocupando ella el sexto lugar.
No sólo fue el menor, sino que nace varios años después de enviudar su
madre.
Siempre tuvo una vida aislada de sus hermanos que parecen haberlo mar-
ginado, posiblemente por su condición de hijo extramatrimonial.
264 l I II DA A BHLLEIRA - N ORMA D BLUCCA
Aun en estos primeros tiempos, Rosa reconoce que cada tanto la castigaba
físicamente, pero lo justifica diciendo que lo hacía sólo cuando tomaba.
Juan por su parte se queja de que ella comenzó a desatender la casa y los hi-
jos y dejaba el hogar para visitar a su hermano.
Según lo relatado por Rosa y por los niños, la abuela paterna atribuía a su
nuera “poderes del diablo” e intenciones malignas. Juicios a los que Juan Ben-
jamín adhiere sin discusión. Por otra parte, Juan Benjamín había iniciado hacía
tiempo y a raíz de un problema con un cliente, consultas con Tibor Gordon
(reconocido y popular curandero de ese momento), de quien actualmente se
considera discípulo. Este vínculo parece haber incrementado en Juan Benjamín
ideas megalómanas (dice: “llevo a Dios en la diestra y en la izquierda, el tiem-
po y la verdad ”), así como las interpretaciones supersticiosas y persecutorias
acerca de Rosa. Tibor Gordon le había transmitido en una de sus visitas que su
esposa y la suegra le hacían brujerías. Estas alianzas de- liroides comienzan a
ejercer influencia en los hijos, fundamentalmente en los dos mayores. Benjamín
(hijo) dice que la madre “tiene altos poderes y altas habilidades”. Luego agrega
“pero yo tengo poderes de Dios como papá y ella tiene poderes del Diablo ”
Con la madre, por la intensa inhibición y temor que mostraban los menores
(traídos por el padre), evaluamos la conveniencia de no interrumpir con una
tarea propuesta por nosotros, lo que la madre espontáneamente introdujo al
comienzo del encuentro para facilitar la comunicación con los hijos.
d) P r o d u c c i o n e s v i n c u l a r e s
Benjamín justifica de este modo el rechazo que dice sentir él y también sus
hermanos
tiene altos apoderes
ver a suy madre en este momento.
altas habilidades. Recordemos
” [...] “Pero yo tengosuspoderes
frases: de
“Mamá
Dios
como papá y ella tiene poderes del Diablo.”
B: (?) Auto de un señor que va con un chofer (?). Un señor con un amigo.
B: (?) El hombre que va a la casa. (?) ...de la familia... (?) la señora y cuatro hijos,
que están adentro jugando.
M: (Se acerca con un muñeco mediano y una canastita con cuatro muñecos
pequeños). El viejo se llevó los cuatro chicos... nosotros. (?) A Mar del Pla-
ta... y los tiró al río. (?) No se pueden salvar. (?) No hay nadie que los ayu-
de... se van a ahogar.
M: (Dice que ahora quiere dibujar. Hace con regla la puerta de una heladera,
mientras Noni reclama muñecos. Marina le dice) Acá están, se los había lle-
vado el viejo de la bolsa.
N: Los nenes van a pasear una semana a la casa del tío (que lo representa Toti)
...Y se van a hacer los mandados.
M: ¿Qué más puedo hacer? (?) Hice los instrumentos de la cocina. ...Se enojan
con los nenes, porque por irse a lo del tío, no quieren hacer la tarea.
B: (Dibuja una carrera de autos). El primero es Reutemann, en la Ferrari.
(Al terminar de dibujar los dos mayores, el padre da por finalizado el encuen-
Ctro).
LÍNICA FORENSE EN FAMILIAS 267
Recordemos
zamos que el contacto
nuestra intervención, deinterrumpido
estaba los menores con la hacía
desde madrevarios
cuando comen-
meses.
Los niños son traídos a la Asesoría Pericial por el padre, quien permaneció
junto a la puerta del consultorio durante el transcurso de la entrevista.
Antes de entrar, la madre intenta saludarlos con un beso, que cada uno de
los hijos elude, así como mirarla.
Se va refiriendo a cada unos de sus hijos y de cada uno relata dos o tres he-
chos, algunos cómicos, otros no, pero referidos a logros y ocurrencias de ellos.
El clima que crearon los niños entre ellos y con nosotras fue ameno, diri-
giéndonos el relato de sus juegos. Toti se concentró en su juego de autitos y se
integró breve y pasivamente en un fragmento del juego de sus hermanas
(cuando le adjudicaron ser el “tío”). Benjamín relató lo dibujado en otro tono
del inicial, con su “voz de niño” y con amabilidad. Cuando dirigía su “discurso
sobre la madre”, el tono era impostado, mimetizado con el discurso del padre y
la abuela.
su Como
madre queda
frente aevidenciado enniños
nosotras, los la descripción delarmaron
inicialmente encuentro
undebloque
los hijos cona
junto
Benjamín, rechazando todo contacto con la progenitora. También en un co-
mienzo, Rosa mostró el sesgo más impotente y pasivo de su personalidad, in-
movilizada en una angustia silenciosa. Pero se repuso y dio muestras es-
pontáneamente de sus posibilidades de generar las condiciones para construir
un puente desde el afecto, tendiente a romper las barreras defensivas de sus
hijos, que lentamente pudieron volver a percibir a la madre en ella y no la so-
breimpresión de la figura de la bruja maligna.
1: ¿Cuáles son los motivos del rechazo de los hijos al contacto con la madre?
CLÍNICA FORENSE EN FAMILIAS 269
2: ¿Qué influencia ejercen en este rechazo las características de Juan Benjamín
y Rosa?
6: ¿Cuáles son las posibilidades de cada progenitor para ejercer sus funciones
parentales?
• Hipótesis interpretativas
Entra al consultorio con porte arrogante y expresión seria. Más que pre-
sentarse, parece presentar a un personaje: “Soy Juan Moreira” -dice al estrechar
su mano-.
Por identificación ahora con esta figura, él mismo se siente investido de ta-
les dones. Recordemos su frase, toda vez que necesita reafirmar su propia
imagen ante nosotras: “...llevo a Dios en la diestra y en la izquierda el tiempo y la
verdad”.
Este camino no fue fácil, ni rápido. Debió transcurrir un año desde nuestro
dictamen pericial, para que Rosa lograra, terminada su casa, la tenencia legal
de sus hijos.
Juan Benjamín había iniciado a esa altura otra relación de pareja, lo cual
también favoreció que no opusiera demasiadas resistencias a esta resolución
judicial.
Consideraciones previas
En este último capítulo hemos decidido incluir un historial que en su mo-
mento se constituyó en un desafío teórico-clínico por lo novedoso de su planteo
en lo que hace a cuestiones familiares, así como a los interrogantes que despier-
ta la subjetividad de su protagonista central y los vínculos en torno a los cuales
estalla el conflicto.
b) Presentación
La organización vincular a la que nos referiremos, está constituida por Celi-
na, de 45 años, masajista y sus dos “hijos”, como ella los llama, Laura, de 4 años
y Braulio de 3.
Ana, madre biológica de Laura, quien tiene 27 años, es soltera, vive con su
familia de srcen y trabaja en un comercio, e Inés, madre biológica de Braulio,
de 29 años, soltera, vive con sus padres y es empleada administrativa.
5 Este capítulo es una actualización y ampliación de un trabajo anterior realizado por una de las autoras
(Abelleira, H., 1995b).
casa por temor a la violencia de su padre, quien golpeaba habitualmente a su
madre.
Inés quedó embarazada de una relación que su familia ignoraba. Por temor a
la censura de ésta y a la reacción negativa del padre de su hijo, decidió ocultar
su estado.
A ambas, Celina les aconsejaba no abortar, idea que las rondaba y se ofrece a
criarles los hijos, hasta que ellas se sientan en condiciones de hacerse cargo de
l I II DA A BHLLEIRA - N ORMA D BLUCCA
los274niños.
Las dos acceden y una vez nacidos los menores, tanto Ana, como mas tarde
Inés, los visitan en casa de Celina. Inés lleva a Braulio algunos fines de semana a
su casa, diciéndole a su familia que el niño es hijo de Celina.
Los dos niños le dicen mamá a Celina, papá al esposo de ésta y llaman a Ana
e Inés por sus nombres, como amigas de su madre.
Tanto Ana como Inés, dicen que deseaban tener en algún momento a sus hi-
jos con ellas.
Ana estaba de novia con un joven que le proponía casarse. No quería hacerlo
hasta no poder traer a Laura a vivir con ella, pero le costaba decidirlo.
Las dos lo habían hablado con Celina, quien no se oponía a sus planes.
Todos estos hechos y sus efectos en los niños, nos interrogaban y tratába-
mos de poner distancia frente a esta especie de “compulsión a actuar”, que
parecía haberse adueñado de la intervención judicial.
Inclusive fuimos citadas al Tribunal para tener una conversación previa a la
Intervención Pericial y advertimos una situación no habitual en los funciona-
rios.
Observamos una división entre ellos en las actitudes ante el conflicto plan-
teado: por un lado, estupor e incredulidad ante las características de Celina, sus
dichos, supara
parálisis postura,
pensarsuyrelación
resolver;con
porlosotro,
niños
unay postura
en consecuencia
crítica, deuna especie
rechazo de
y de
intensa censura a la existencia misma de un ser como Celina, que sin duda,
condicionó las primeras medidas que se tomaron respecto a los menores: inte-
rrumpir abruptamente no sólo la convivencia sino todo contacto de los niños
con Celina, sin poder esperar el Dictamen Pericial… ¿O suponiendo a priori
que el mismo avalaría desde lo psicológico la exclusión de Celina de la vida de
Laura y Braulio?
c) Reflexiones teórico-clínicas en torno a esta intervención
Se nos tornaba ineludible, la necesidad de reflexionar y problematizar
nuestros posicionamientos teóricos y nuestras prácticas, a fin de evitar frente a
este desafío, la huida del enfrentamiento con la incertidumbre y el puro inte-
rrogante, o el refugiarnos en la supuesta seguridad de las “certezas teóricas” o
en el “todo vale” facilitando por cierto clima actual.
Es decir, que la identidad sexual, no es natural y dada (más allá del cuerpo
biológico), sino que es algo sujeto a ser construido y asumido. Algo que puede
acontecer en una dirección diferente de lo que la biología estaría marcando.
Así, en este caso singular, una manera de preservar una intervención no ob-
turada por aspectos ideológicos, se sustentó en el esfuerzo de un encuadre de
trabajo centrado en la evaluación de todo el contexto vincular de los menores,
así como del funcionamiento psicológico de éstos. Tendiendo a priorizar, como
es habitual en la intervención con familias, aquellos vínculos más próximos a la
exogamia y la cultura.
d) Reflexiones acerca de nuestra intervención
Realizamos varias entrevistas individuales con Celina, Ana e Inés; una en-
trevista conjunta con los menores Laura y Braulio y entrevistas vinculares de
los niños con Celina, de Ana con Laura y de Inés con Braulio. Trabajamos en
las tres entrevistas vinculares con la consigna “Hora de juego conjunta” (Cap. V y
VI).
Celina se presenta como una mujer, tanto en lo que hace a su aspecto físico
y su vestimenta, como a su manera de expresarse y ubicarse ante el otro. 277
CLÍNICA FORENSE EN FAMILIAS
¿Quién es Celina? Nació varón, pero como ella relata, desde muy pequeña
jugaba y se vestía como una nena. En su familia pareció encontrar condiciones
que favorecieron su posicionamiento femenino.
Pero es recién con Laura y Braulio que Celina concreta sus anhelos de ma-
ternidad casi desde el comienzo de la vida de los pequeños. Con los otros hijos,
el vínculo se había iniciado a los 4, 7, 8 y más años y por períodos diversos, de
ahí que su vínculo con estos dos niños, sea intenso y especialmente significati-
vo.
queYa
le iniciada
promueve sueste
relación
hechocon
y esCelina,
con suesapoyo
con ella
quecon la única
decide tenerque comparte
su hija lo
y dárse-
la para que la críe, con la idea de poder hacerse cargo ella de la niña, en algún
momento futuro.
Inés es una joven sonriente y que establece fácilmente contacto con el otro.
No obstante, frente a la situación de su maternidad, la relación con Celina y
Ana, y el juicio que se tramita, se muestra insegura, vacilante y llena de dudas
y contradicciones.
De la relación con su familia puede hablar muy poco. Parece arrepentida del
juicio iniciado; dice estimar y valorar a Celina y si bien desearía tener a su hijo
con ella, es claro que no se siente aún en condiciones de concretarlo.
Volviendo a los vínculos de las tres con los niños, es en su evaluación que
debía centrarse nuestra reflexión y análisis.
¿Qué cualidad maternal posee el vínculo de cada una de ellas con los meno-
res?
CLÍNICA FORENSE EN FAMILIAS 279
Las entrevistas vinculares dieron cuenta con claridad, de que la relación de
Celina y los niños se recortaba como un vínculo sólido, de indudables ca-
racterísticas materno-filiales, que contenía a Laura y Braulio en forma natural y
espontánea, favoreciendo la capacidad lúdica de ambos, así como el acerca-
miento entre ellos y actitudes autónomas.
Pareciera tornarse claro que el reclamo de los hijos biológicos, más que en
un genuino deseo de ejercicio de lo maternal, se basaba en situaciones competi-
tivas y ambiguas del vínculo de ambas jóvenes con Celina, así como de la eclo-
sión de situaciones críticas en la relación consigo mismas.
Otro dato que corroboraba la mayor solidez del vínculo de Celina con los
menores, era susi disposición
con los niños, el Tribunal adecidiera
seguir favoreciendo
no quitarle aelella
encuentro de de
la guarda AnaLaura
e Inésy
Braulio, así como sostener firmemente el vínculo con los niños, si fueran res-
tituidos a las madres biológicas.
Ana por el contrario, se oponía a todo encuentro de Celina con Laura, e Inés
si bien no se oponía, se sentía incapaz de enfrentar esa situación.
Por el momento y con el carácter de provisoriedad de todo lo nuevo, po-
demos decir que sólo la evaluación rigurosa de cada situación singular, permite
dar respuestas claras y desideologizadas.
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