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CAPÍTULO 1: LA ADICCIÓN

¿Qué es la adicción?

La adicción se define como un trastorno crónico y recurrente caracterizado por la búsqueda y el


consumo compulsivos de la droga a pesar de sus consecuencias negativas. Se la considera un
trastorno cerebral porque genera cambios funcionales en los circuitos del cerebro que participan en
la recompensa, el estrés y el autocontrol. Esos cambios pueden durar mucho tiempo después de que
la persona deja de consumir drogas.

La adicción es muy similar a otras enfermedades, como por ejemplo una enfermedad cardíaca.
Ambas perturban el funcionamiento normal y sano de un órgano del cuerpo, tienen graves efectos
perjudiciales para la salud y son, en muchos casos, prevenibles y tratables. Sin tratamiento, pueden
durar toda la vida y causar la muerte.

¿Por qué la gente consume drogas?

En general, la gente consume drogas por varias razones:

Para sentirse bien. Las drogas pueden producir sensaciones intensas de placer. A esta euforia
inicial le siguen otros efectos que varían según la droga que se consuma. Por ejemplo, con
estimulantes como la cocaína, después de la euforia siguen sensaciones de poder, autoconfianza y
más energía. En contraste, a la euforia que causan los opioides como la heroína le siguen
sensaciones de relajación y satisfacción.

Para sentirse mejor. Algunas personas que sufren de ansiedad social, estrés y depresión
comienzan a consumir drogas para intentar sentirse menos ansiosas. El estrés puede ser un factor
importante para comenzar y continuar el consumo, y también influye en las recaídas (es decir, la
vuelta al consumo de drogas) de los pacientes que se están recuperando de la adicción.

Para desempeñarse mejor. Algunas personas sienten presión para mejorar su concentración en la
escuela o el trabajo, o mejorar sus habilidades deportivas. Esto puede ser un factor en quien decide
probar las drogas o continúa consumiéndolas, particularmente en el caso de estimulantes recetados
o cocaína.
Por curiosidad y presión social. En este sentido, los adolescentes en particular corren un mayor
riesgo porque la presión de los compañeros puede ser muy fuerte. Los adolescentes son más
propensos que los adultos a actuar en forma arriesgada o desafiante para impresionar a sus amigos y
demostrar su independencia de los padres y las normas sociales.

Si las drogas hacen que la gente se sienta bien o mejor, ¿cuál es el problema?

Cuando una persona comienza a drogarse, tal vez perciba lo que parecen ser efectos positivos.
También puede creer que puede controlar el consumo, pero las drogas se pueden apoderar muy
rápido de la vida de una persona. Con el tiempo, si el consumo de la droga continúa, otras
actividades placenteras se vuelven menos placenteras y la persona tiene que consumir la droga solo
para sentirse "normal". Controlar la necesidad de consumir la droga se hace difícil, aun cuando el
consumo cause muchos problemas para el consumidor y para sus seres queridos. Algunas personas
pueden comenzar a sentir la necesidad de consumir mayores cantidades de la droga o consumirla
con más frecuencia, incluso en las etapas iniciales del consumo. Estas son las señales que indican
que hay adicción.

Aun el consumo relativamente moderado de drogas es peligroso. Por ejemplo, un bebedor social
puede embriagarse, conducir un vehículo y convertir muy rápidamente una actividad placentera en
una tragedia que afecta muchas vidas. El consumo ocasional de drogas, como tomar un opioide para
lograr un estado de euforia puede tener efectos igualmente desastrosos, incluidos la sobredosis y la
conducción de vehículos con capacidades peligrosamente disminuidas.

Problemáticas de la adicción con respeto a la adolescencia:


Los factores de riesgo comunes del abuso de drogas en los adolescentes incluyen:
 Antecedentes familiares de abuso de sustancias
 Una afección mental o de comportamiento, como depresión, ansiedad o trastorno por déficit
de atención/hiperactividad (TDAH)
 Comportamiento impulsivo o riesgoso
 Antecedente de eventos traumáticos, como haber tenido un accidente automovilístico o
haber sido víctima de abuso
 Baja autoestima o sentimientos de rechazo social
 Consecuencias del abuso de drogas en adolescentes.

Las consecuencias negativas del abuso de drogas en los adolescentes pueden incluir:
Drogadependencia. Los adolescentes que abusan de las drogas corren un mayor riesgo de
consumirlas en una etapa posterior de su vida.
Falta de criterio. El uso de drogas en la adolescencia se asocia con la falta de criterio en las
interacciones sociales y personales.
Actividad sexual. El uso de drogas se asocia a la actividad sexual de alto riesgo, el sexo no seguro y
el embarazo no planeado.
Trastornos de salud mental. El uso de drogas puede complicar o aumentar el riesgo de trastornos de
salud mental, como la depresión y la ansiedad.
Conducción en estado de ebriedad. Conducir bajo el efecto de cualquier droga puedek entorpecer
las habilidades motoras del conductor, poniendo en peligro al conductor, a los pasajeros y a otras
personas en la carretera.
Cambios en el rendimiento escolar. El uso de sustancias puede resultar en una disminución del
rendimiento académico.

Consecuencias del abuso de las drogas en adolescentes:


Marihuana: Riesgo de deterioro de la memoria, el aprendizaje, la resolución de problemas y la
concentración; riesgo de psicosis, como esquizofrenia, alucinaciones o paranoia, más adelante en la
vida asociada con el uso temprano y frecuente.

Causas por las cuales se vuelven adictos:


El consumo de drogas, por su incidencia y las graves consecuencias que estas sustancias
acarrean para la salud, está considerado como un problema social. Los adolescentes son uno de los
grupos más vulnerables ante el consumo de estupefacientes. La Oficina de las Naciones Unidas
contra la Droga (Unodc) y el Delito destaca la importancia de conocer y entender por qué este
sector es más propenso al consumo, así como los graves riesgos que conlleva, para ayudar en la
elaboración de estrategias y en la toma de decisiones que permitan prevenir y actuar ante
situaciones de consumo de drogas en la adolescencia.
Según el estudio Abuso de drogas en adolescentes y jóvenes y vulnerabilidad familiar, elaborado
por la Unodc, “existe suficiente información epidemiológica para sostener que los púberes y
adolescentes son los más vulnerables al consumo de sustancias legales, ilegales y drogas médicas,
dado que su identidad se encuentra en un estado de formación”.
Muchas personas que desarrollan un problema de consumo de sustancias tienen depresión,
trastorno de déficit de atención, trastorno de estrés postraumático u otro problema de salud mental.
Un estilo de vida estresante y caótico y la baja autoestima son también comunes.
Es posible que los niños que crezcan viendo a sus padres consumiendo drogas tengan un mayor
riesgo de presentar un problema de consumo de sustancias más adelante en la vida tanto por razones
ambientales como genéticas.

¿Qué factores ambientales aumentan el riesgo de adicción?

Los factores ambientales son los que se relacionan con la familia, la escuela y el vecindario.
Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de una persona se cuentan:

El hogar y la familia. El ambiente del hogar, especialmente durante la niñez, es un factor muy
importante. Los padres o familiares mayores que consumen drogas, abusan del alcohol o
transgreden las leyes pueden aumentar el riesgo de que un niño tenga problemas con las drogas en
el futuro.

Los compañeros y la escuela. Los amigos y otros compañeros pueden tener una influencia cada
vez mayor durante la adolescencia. Los adolescentes que consumen drogas pueden convencer hasta
a quienes no tienen factores de riesgo de que prueben las drogas por primera vez. Tener dificultades
en la escuela o poseer pocas habilidades sociales puede aumentar aún más el riesgo de que un niño
consuma drogas o se vuelva adicto.

¿La gente decide libremente seguir consumiendo drogas?


La decisión inicial de consumir drogas por lo general es voluntaria. Pero con el consumo
continuo, la capacidad de una persona para autocontrolarse se puede deteriorar gravemente; esta
disminución del autocontrol es el sello distintivo de la adicción.

Estudios de imágenes cerebrales de personas adictas muestran cambios físicos en las zonas del
cerebro que son esenciales para el buen juicio, la toma de decisiones, el aprendizaje, la memoria y
el control del comportamiento. Estos cambios ayudan a explicar el carácter compulsivo de la
adicción.

CAPÍTULO 2: LA MARIHUANA

¿Qué es la marihuana?

La marihuana es una mezcla de hojas, tallos, semillas y flores secas y picadas de la planta
conocida como cáñamo (Cannabis sativa), y puede ser de color verde, café o gris. Otros términos
que las personas usan para la marihuana son: mota, hierba, mafú, pasto, maría, monte, moy etc. En
los Estados Unidos existen más de 200 nombres callejeros para describir a la marihuana.

La "sin semilla", el hachís, y el aceite de hachís son las variaciones más potentes de la
marihuana.

En todas sus modalidades, la marihuana afecta la mente. Es decir, que altera la función normal
del cerebro porque contiene THC (delta-9-tetrahidrocanabinol), su principal ingrediente químico
activo llamado. Además, la planta de la marihuana contiene otras 400 sustancias químicas
adicionales.

¿Qué tipos de marihuana existen?

Cannabis sativa:

Originaria de países con clima tropical, la cannabis sativa es una de las más conocidas
variedades de planta del cannabis. De hecho, la típica hoja que la gente suele imaginarse al hablar
de marihuana suele ser de esta variedad. Estamos ante uno de los tipos de marihuana más
consumidos, proveniente generalmente de Sudamérica o Asia. Suelen ser plantas de gran altura,
siendo las más frecuentes de ver en plantaciones al aire libre.
Los efectos psicoactivos de la marihuana extraída de esta variedad tienden a ser activadores y
psicoactivos debido a su elevada cantidad de delta-9-tetraidrocannabinol o THC. Estimula el apetito
y la actividad física y social, provocando sensaciones de euforia. En muchos casos su consumo se
asocia asimismo a la presencia de alucinaciones, pudiendo aumentar la posibilidad de desencadenar
episodios psicóticos e incluso contribuir a la manifestación de trastornos como la esquizofrenia.

Cannabis Indica:

De origen asiático, se trata de uno de los tipos de marihuana que se pueden encontrar de forma
natural, especialmente en países como la India o Pakistán. Esta variedad tiene un tamaño
intermedio, poseyendo además hojas mucho más anchas que otras variedades.
En lo que respecta al tipo de efectos, la variedad índica suele tener un efecto ligeramente
narcótico más vinculado a la relajación física y la analgesia, teniendo un elevado contenido en
cannabidiol o CBD y bajo en THC. Esta variedad es la que suele indicarse médicamente, siendo
frecuente su uso en el tratamiento del dolor provocado por diferentes enfermedades, así como por
sus efectos anticonvulsivos y relajantes.

Cannabis Ruderalis:

En países como Rusia o Siberia puede encontrarse una tercera variedad natural, la cannabis
ruderalis. Esta planta, si bien a veces considerada una variedad de cannabis sativa, tiene la
peculiaridad de que presenta gran resistencia y la capacidad de florecer independientemente del
nivel de luminosidad. Suele ser utilizada en la hibridación para crear otras variedades debido a ello.
De pequeño tamaño, tiene bajo contenido en THC y alto en CBD, con lo que sus efectos son más
relajantes que activadores y a veces se emplea a nivel medicinal.

Híbridos:
Las tres anteriores variedades de cannabis y marihuana pueden ser encontradas de forma natural.
Sin embargo, en base a ellas el ser humano ha ido creando distintas variedades con el fin de obtener
diferentes efectos o bien aumentar la resistencia o proliferación, a través de la selección artificial en
viveros y plantaciones.

El tipo de efecto que se obtiene en cada caso depende del tipo de híbrido que se haya creado y su
procedencia. Es por eso que esta categoría es mucho más heterogénea de las anteriores, puesto que
las combinaciones y el cruce de genes hacen que la variedad de productos obtenidos sea muy
amplia.

¿Cuáles son sus efectos?

Los efectos del consumo de marihuana pueden ser diferentes para cada persona. Los más comunes
incluyen:

•Sensación de felicidad, relajamiento o euforia; reacciones y coordinación más lentas entre los ojos
y las manos.

•Mareos

•Percepción distorsionada del tiempo y la distancia.

•Dificultad para razonar, aprender y recordar.

•Confusión, ansiedad, pánico o paranoia.


•Ritmo cardíaco 20 por ciento a 100 por ciento más rápido.

•Aumento de la presión sanguínea.

•Menos interés en las actividades normales

•Hambre.

•Boca seca.

•Ojos rojos.

•Psicosis: ver u oír cosas que no son reales (más común cuando se consumen dosis más altas de
THC).

Normalmente, estos efectos duran de dos a cuatro horas después de haber fumado o inhalado
marihuana. Si la marihuana se ingiere, los efectos tardan más en comenzar y pueden durar de cuatro
a diez horas. La potencia o intensidad de la marihuana depende de la planta y del proceso de
extracción.

Disminución de las percepciones sensoriales

Para usuarios ocasionales, 10 mg o más de THC probablemente provoquen una disminución de


las percepciones sensoriales, lo cual afectaría su capacidad de conducir, andar en bicicleta y realizar
otras actividades que impliquen un riesgo de seguridad.

Algunas personas piensan que conducen de forma más segura si están drogados porque
conducen más despacio. No obstante, los estudios indican que conducir vehículos bajo los efectos
de la marihuana puede duplicar el riesgo de accidente. Si está drogado, no debería conducir
vehículos, andar en bicicleta u operar maquinaria.

Bibliografía

 Córdoba, M., Salud y adolescencia, Maipué, Buenos Aires, 2010.


 Güemes Hidalgo, Ceñal González Fierro, Hidalgo Vicario, Desarrollo durante la
adolescencia. Cambios físicos, psicológicos y sociales, 2017.
 AA VV, “Drogas y adolescencia” en Revistas S.U.L, año 2019. Disponible en:
http://cuidateplus.marca.com
 AA VV, “Abuso de drogas en la adolescencia” en Mayo Clínic, 2016. Disponible en:
http://www.mayoclinic.com.org

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