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Guía metodológica para la implantación

de una biblioteca digital universitaria


Guía metodológica para la implantación
de una biblioteca digital universitaria

Antonia Ferrer Sapena


Fernanda Peset Mancebo
María T. Moreno Núñez
Nuria Lloret Romero

EDICIONES TREA, S. L.
BIBLIOTECONOMÍA Y ADMINISTRACIÓN CULTURAL – 113

© Antonia Ferrer Sapena, Fernanda Peset Mancebo, María T. Moreno Núñez y Nuria Lloret Romero, 2005

© de esta edición:
EDICIONES TREA, S. L.
María González la Pondala, 98, nave D
33393 Somonte-Cenero. Gijón (Asturias)
Tel.: 985 303 801. Fax: 985 303 712
Correo electrónico: trea@trea.es

Dirección editorial: Álvaro Díaz Huici


Producción: José Antonio Martín
Corrección: Cálamo y Cran
Cubiertas: Impreso Estudio
Maquetación: Asturlet

ISBN: 84-9704-147-X (impreso); 978-84-9704-981-8 (digital)

Impreso en España – Printed in Spain

Todos los derechos reservados. No se permite la reproducción total o parcial de


este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en
cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fo-
tocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo por escrito de
Ediciones Trea, S. L.
«La ciencia de las palabras no tiene fin, la vida es
corta y los obstáculos son muchos. Es preciso,
pues, tomar lo sustancial de las cosas desechando
lo inútil, como hace el cisne que toma la leche del
medio del agua».

Pachatantra o cinco series de cuentos. Traducido


del sánscrito por José Alemany Bolufer, Círculo de
Amigos de la Historia, Madrid, 1978.
ÍNDICE

Introducción................................................................................................ 13

Fase 1. Delimitación de conceptos ............................................................... 17


1. ¿Qué entendemos por biblioteca digital? ................................................ 17
2. Las definiciones de la ARL y la DFL .......................................................... 20
3. Breve revisión histórica del término........................................................ 22
4. Modificación del entorno ....................................................................... 23
5. Beneficios de la creación de una biblioteca digital .................................. 28

Fase 2. Los inicios del proyecto ................................................................... 31


1. Autoevaluación inicial ........................................................................... 32
2. Objetivos y planificación ........................................................................ 35
3. Evaluación de propuestas posibles.......................................................... 38

Fase 3. Manos a la obra. Desarrollo de nuestra biblioteca digital ................ 43


1. Consideraciones previas ......................................................................... 43
2. Evaluación de recursos e inventario de fondos........................................ 45
3. Cómo realizar la selección de fondos para la digitalización .................... 52
4. Análisis de recursos necesarios ............................................................... 59
5. El producto resultante: una colección y unos servicios............................ 100
6. El presupuesto de nuestra biblioteca digital ............................................ 123

Fase 4. Algunas notas sobre los derechos de autor....................................... 135


1. Introducción: la Ley de Propiedad Intelectual......................................... 135
[12] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

2. ¿Qué materiales están sujetos a los derechos de explotación? Materiales


en soporte digital.................................................................................... 137
3. Materiales no sujetos a derechos de explotación..................................... 140
4. La Ley de Propiedad Intelectual y los autores extranjeros....................... 142

Fase 5. Las bibliotecas digitales en el entorno de la cooperación ................. 145


1. El porqué de los consorcios y la cooperación.......................................... 145
2. ¿Qué es un consorcio? ........................................................................... 145
3. Antecedentes de los consorcios ............................................................... 147
4. Objetivos de los consorcios .................................................................... 149
5. El porqué de los consorcios: ventajas y desventajas ................................ 150
6. Funciones del consorcio en materia de bibliotecas digitales .................... 154
7. Unos ejemplos de cooperación. El CBUC y la CDL..................................... 155
8. ¿Existen otras opciones a los consorcios? Otros escenarios de colaboración
más allá de la cooperación bibliotecaria ................................................. 157
9. ¿En qué me beneficia pertenecer a un consorcio instituido de carácter
bibliotecario? ......................................................................................... 161

Fase 6. Hacia la sociedad del conocimiento compartiendo y creando recursos


de información ............................................................................................ 165

Anexo I: Glosario de términos ..................................................................... 171

Anexo II: Encuesta para la identificación de consorcios ............................... 179

Anexo III: Consorcios identificados.............................................................. 181

Bibliografía por capítulos ........................................................................... 187


INTRODUCCIÓN

La aparición y uso creciente de las nuevas tecnologías de la información, las


repercusiones que estas tienen en la sociedad, y más directamente en la enseñanza,
plantea a cualquier servicio de información como una cuestión de pura supervi-
vencia ofertar bibliotecas y centros de documentación digitales en las universida-
des. Para ser competitivos y adaptarse a las nuevas necesidades de los usuarios,
los servicios de información de las universidades han de ofrecer lo que demandan los
nuevos sistemas de docencia, aprendizaje y hábitos de los usuarios.
No existe todavía una metodología de implantación que proyecte su desarro-
llo de forma real y pueda servir de referencia para el conjunto de servicios bi-
bliotecarios universitarios. Hasta la fecha cada centro ha utilizado sus propios cri-
terios de valoración y diseño del sistema.
Las personas e instituciones que integramos este proyecto consideramos que,
para continuar ofertando un servicio de calidad, hay que establecer un método o
guía previa al desarrollo de una biblioteca digital que ayude a las entidades que
inician su andadura. Este trabajo se ha realizado con una ayuda del Programa de
Estudios y Análisis (convocatoria de 2001) de la Dirección General de Universi-
dades del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (España).
Esta guía pretende aportar un elemento de referencia al que acudir cuando un
centro universitario pretenda embarcarse en el proyecto de creación de una bi-
blioteca digital. Es obvio que cada centro dispone de unos medios y unas carac-
terísticas especiales que lo diferencian del resto, pero es conveniente disponer de
algunas pautas para consultar algunos de los temas más o menos genéricos que
se han de tratar en un proyecto de tales características.
Para esta guía se han consultado, como referencia, numerosos proyectos ya
realizados en Estados Unidos, Inglaterra y España, si bien, por su orientación emi-
[14] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

nentemente práctica, hemos procurado volcar nuestra experiencia previa en la im-


plantación sectorial de bibliotecas digitales, repositorios de información, archivos
digitalizados…
Tratando de presentar lo que será esta guía destacamos a continuación las cues-
tiones que básicamente se van a tratar:
• ¿Qué beneficios puede aportar el desarrollo de una biblioteca digital?
• ¿Mi organización está preparada para abordar este tipo de proyecto?
• ¿Cómo debo comenzar este proyecto?
• ¿Qué costes va a representar para mi centro?
• ¿Qué requerimientos legales debo cumplir en relación a los derechos de autor
y el copyright?

Tratando de contestar estas preguntas nos planteamos el desarrollo del pro-


yecto en las siguientes fases:
• Fase 1. Establecimiento de la terminología.
• Fase 2. Análisis de la situación de partida del centro. Autoevaluación.
• Fase 3. Metodología para la planificación del proyecto y estudio de costes
frente a la implantación de una biblioteca digital.
• Fase 4. Requerimientos legales para la implantación del sistema de biblio-
teca digital.
• Fase 5. Estudio sobre la colaboración en los consorcios y posibilidades de
cooperación con las distintas bibliotecas miembro.

Objetivos que se pretenden alcanzar:

OBJETIVO GENERAL:

Establecer una metodología para el desarrollo de un proyecto de implantación


de una biblioteca digital que pueda servir de estándar de aplicación a cualquier
centro universitario, sin por ello perder la perspectiva diferencial de cada centro.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

• Desarrollar una guía metodológica para la creación de una biblioteca digital.


• Crear una herramienta útil para la autoevaluación del servicio, conocer su
grado de modernización, delimitar en qué fase se encuentra en la creación
INTRODUCCIÓN [15]

de una biblioteca digital y cómo proceder en caso de querer adecuarse a los


nuevos requerimientos del mercado y la sociedad.
• Conseguir una herramienta de uso que permita conocer los costes para rea-
lizar este proyecto.
• Crear un marco de referencia a la hora de establecer unos objetivos y una
planificación estratégica de los servicios que quiera implementar una bi-
blioteca digital.
• Desarrollar una experiencia piloto en un centro que permita analizar los
posibles errores o problemas de la guía metodológica creada.
• Editar dicha guía en soporte digital, mediante el desarrollo de una web.
• Difundirla y ponerla a disposición de toda la comunidad universitaria.

Por último, no podemos olvidar la ayuda inestimable de otros colaboradores


del proyecto, especialmente Daniel Monleón Escribano, Susana Díaz-Novillo y
Fernando Lliso Bartual.
Fase 1

DELIMITACIÓN DE CONCEPTOS

1. ¿QUÉ ENTENDEMOS POR BIBLIOTECA DIGITAL?

Uno de los primeros puntos que hemos de aclarar para no confundir aquello
que pretendemos abordar es qué es para nosotros una biblioteca digital, diferen-
ciándola de lo que pueden ser las bibliotecas virtuales y las electrónicas. Ante todo
debemos tener claro qué «no es una biblioteca digital»:
• No es una biblioteca convencional que dispone del catálogo en línea, aunque
este elemento sea imprescindible para el desarrollo de una biblioteca digital.
• No es una biblioteca convencional que ha digitalizado toda su colección.
• No es una Intranet.
• No es la versión electrónica de revistas disponibles en CD ROM.
• No es un catálogo de recursos web.

Una vez esclarecidos estos puntos, seguidamente detallamos qué considera-


mos que se asemeja a un proyecto de biblioteca digital:
• Es una colección organizada de datos multimedia que, con métodos de ges-
tión, nos presenta los datos como información y conocimiento.
• Permite el acceso a materiales que pueden ser manipulados y distribuidos
en formatos que la versión original del material no admitiría.
• Es un foro para la unión de colecciones, servicios y usuarios que colabora
en el ciclo de creación, diseminación, uso y preservación de los datos e in-
formación.
• Es una herramienta que nos ayudará a ofrecer servicios a nuestros usua-
rios y a organizar nuestra información interna, cuestión crucial para el de-
sarrollo de nuestros centros.
[18] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

• Es aquella que aborda la digitalización en función de unas necesidades con-


cretas.
• Es, en definitiva, una red de datos multimedia y servicios de información
construida por una organización generadora de conocimiento.

Uno de los puntos principales a tener en cuenta para la creación de las bi-
bliotecas digitales es saber a quién se dirige. Nuestro propósito concreto cuando
construimos una biblioteca digital es proveer de servicios a toda la comunidad
universitaria de nuestra institución:
• Personal docente.
• Personal investigador.
• Personal de administración y servicios.
• Alumnado.
• Usuarios en general, externos a la institución.

Por ello, y debido principalmente a restricciones legales, la totalidad de la bi-


blioteca digital no podrá ser de libre acceso, estando limitada por las leyes del
copyright y derechos de autor. Estos aspectos, desarrollados más adelante, fun-
damentarán nuestro proyecto, que tiene en cuenta los problemas actuales de la
universidad española y los condicionantes externos que le afectan.
Las bibliotecas digitales son fruto de la adaptación de los servicios tradicio-
nalmente ofrecidos por las bibliotecas a las nuevas condiciones tecnológicas que
se desarrollan en nuestro entorno social, siendo continuación de lo que se consi-
dera la labor principal de la biblioteca: informar y formar. El auge actual viene
dado, no tanto por la aparición de las nuevas tecnologías, como por la aparición
de nuevas necesidades en la sociedad actual.
Estas nuevas necesidades están planteando un profundo cambio en la manera
de proveer los servicios a los usuarios. Hasta la fecha, se ofertaban de forma prác-
ticamente exclusiva dentro del recinto físico de la biblioteca. Actualmente, co-
mienzan a ofrecerse algunos de ellos a través de Internet.
Uno de los principales objetivos que deben plantearse las bibliotecas digitales
es acercar la información al usuario. Para ello es necesario proveerlas de los re-
cursos adecuados y modificar los procesos para que el acceso a la información
sea lo más cómodo posible: sin horarios, de forma ágil y fácil, utilizando para
ello los medios con los que se están familiarizando para conseguir la información
que precisan, Internet. De esta manera, la aplicación de las TIC (Tecnologías de la
DELIMITACIÓN DE CONCEPTOS [19]

Información y Comunicación) va a permitir el cambio en la forma en que las bi-


bliotecas ofertan sus servicios más característicos, como son:
• El servicio de información y referencia.
• Entrega de documentación.
• Préstamo y autopréstamo, etcétera.

Para poder extender los servicios ofertados por las bibliotecas tradicionales,
se precisará de diversos recursos:
• Equipo tecnológico adecuado.
• Contenidos en diversos soportes.
• Software.

Los servicios ofertados tienden cada vez más al autoservicio (denominado


por algunos autores como la McDonalización de los servicios), útil procedi-
miento en la provisión de servicios a distancia, que permiten el acceso a la in-
formación desde tu ordenador personal, sin tener que desplazarte físicamente
a la biblioteca.
La popularización de las TIC y la necesidad de formación a lo largo de toda la
vida laboral producen el acercamiento de la tecnología a la mayor parte de la po-
blación, provocando cambios fundamentales en la forma de enseñar y de apren-
der. Los métodos docentes actuales se centran en conseguir que el alumno sea ca-
paz de aprender («aprender a aprender»), lo que conlleva cambios en las
demandas a las bibliotecas y centros de documentación, tanto por parte del per-
sonal docente como por parte del alumnado.
De esta manera, para medir la calidad de los servicios ofertados son necesa-
rios indicadores diferentes de los que existían hasta la fecha. Más adelante desa-
rrollamos algunos de los indicadores que se pueden utilizar para evaluar el ren-
dimiento de las bibliotecas digitales.
Cuantificar el acceso a los recursos impresos resulta sencillo, pero no sucede
lo mismo cuando queremos saber el acceso que ha recibido un recurso electró-
nico, pues el usuario accede una sola vez al documento para su consulta y poste-
riormente lo archiva en su ordenador personal. Este procedimiento tan habitual
impide conocer el número de veces que utiliza el material.
En otros muchos casos, el catálogo de las nuevas bibliotecas almacena URL’s
(Uniform Resource Locator) que llevan al usuario a otros apartados de la web,
externos a nuestro centro o colección.
[20] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

También, hasta la fecha, una de las principales preocupaciones de las biblio-


tecas era la preservación del material adquirido. Todavía hoy algunos servicios
de acceso a información electrónica en línea no contemplan que los centros con-
serven el acceso a los volúmenes digitales por el periodo que abonó una vez fi-
nalizada su suscripción. Detectada esta situación, las casas comerciales han op-
tado por ofertar los contenidos electrónicos tanto mediante el acceso vía Internet
como en formato óptico en DVD y CD ROM.
Hasta la fecha los bibliotecarios han sido los especialistas en la búsqueda y re-
cuperación de información, y esto no ha cambiado en los nuevos sistemas, úni-
camente han requerido desarrollar nuevas habilidades para la recuperación de la
información en Internet. De esta manera, el papel de los bibliotecarios pasa por
ser expertos en facilitar las claves de la recuperación de información también en
Internet, ayudando a los usuarios a evaluar qué es lo que ellos necesitan y for-
mándolos en la utilización de estos nuevos recursos.

A DESTACAR:

Para nosotros la biblioteca digital será aquella:


• Que compagine la oferta de todos estos servicios y mantenga en bases de datos toda la in-
formación, independientemente del formato: monografías, seriadas, ficheros electrónicos…
• Que tenga presente medidas de colaboración y de compartir recursos con otros centros.
• Que aborde la digitalización en función de necesidades específicas.
• Que ofrezca acceso al máximo número de servicios que le sea posible a través de las nuevas
tecnologías, teniendo para ello que planificar su puesta en marcha.

2. LAS DEFINICIONES DE LA ARL Y LA DFL

Es necesario analizar otras definiciones y propósitos referidos a lo que debe


ser una biblioteca digital descritos por diversos autores y entidades.
Poniendo un buen ejemplo, la Association of Research Libraries (ARL) entiende
que los elementos que se han identificado como más comunes en las bibliotecas
digitales son los siguientes:
• La biblioteca digital no es una sola entidad.
• La biblioteca digital requiere tecnología para conectar los recursos de dis-
tinta procedencia y tipología.
DELIMITACIÓN DE CONCEPTOS [21]

• Las uniones entre las distintas bibliotecas digitales y los servicios de infor-
mación son transparentes para el usuario final.
• El objetivo es el acceso universal a las bibliotecas digitales y los servicios
de información.
• Las colecciones de las bibliotecas digitales no están limitadas a documen-
tos que puedan ser sustitución de los tradicionales. Se extienden también
a objetos digitales que no pueden ser representados o distribuidos en for-
matos impresos.

Así, los propósitos de la North American Digital Library System son:


• Clarificar sistemáticamente el significado de algunos conceptos, como: se-
leccionar, almacenar y organizar información y conocimiento en formato di-
gital e impulsar las colecciones de las bibliotecas digitales en Estados Unidos.
• Promover la comunicación de la información de forma económica y efi-
ciente a todos los sectores de la sociedad norteamericana.
• Alentar los esfuerzos cooperativos que requieren de considerables inver-
siones en recursos de investigación, ordenadores y redes de comunicación.
• Reforzar la comunicación y colaboración entre la investigación, la empresa,
el gobierno y la enseñanza.
• Asumir un liderazgo internacional en la generación y difusión del conoci-
miento en áreas de importancia estratégica de Estados Unidos.
• Contribuir a la enseñanza continua de todos los norteamericanos.

Como se puede ver, para la ARL, una biblioteca digital se desarrolla en un área
multidisciplinar y se enmarca en un sistema de información complejo y avanzado.
Por ello, y para ofrecer al usuario la información que precisa, involucra el apoyo
a la colaboración, preservación digital de documentos, manejo de bases de datos
distribuidas, hipertexto, filtrado y recuperación de información e integración de
las tecnologías de trabajo en grupo.
De estos objetivos se deduce que la biblioteca digital se plantea como una bi-
blioteca nacional, con un área de amplio impacto sobre el bienestar de los ciu-
dadanos.
Otra definición interesante la ofrece la Digital Library Federation (DFL). La
DFL, para poder desarrollar su programa y cumplir sus objetivos, necesitaba que
todos los integrantes de la Federación tuvieran una misma concepción de lo que
significa una biblioteca digital. Así, la define de la siguiente manera:
[22] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Las bibliotecas digitales son las organizaciones que proporcionan los recursos, por
lo que cuentan con el personal especializado para seleccionar, estructurar, ofrecer el
acceso, interpretar, distribuir, preservar la integridad y asegurar la preservación de las
colecciones digitales, de manera que estén disponibles, fácil y económicamente, para
el uso de una comunidad definida o un conjunto de comunidades.

Esta es una definición muy amplia donde se puede entender que «las organi-
zaciones que proporcionan los recursos» son las que emplean y muestran gran
variedad de medios, especialmente intelectuales, ofrecidos por personal especia-
lizado y donde no necesitan un modelo organizativo idéntico al de las bibliote-
cas convencionales.

3. BREVE REVISIÓN HISTÓRICA DEL TÉRMINO

Realizando una revisión histórica, las definiciones anteriores en el tiempo las


ofrecieron los siguientes autores:
Vannevar Bush (1945, 1959) puede ser considerado pionero en el ámbito de las
bibliotecas digitales. Planteaba la posibilidad y necesidad de utilizar los adelan-
tos tecnológicos, acelerados por la segunda guerra mundial, para generar nuevas
formas de almacenar y mantener conocimientos, así como nuevos ambientes y
prácticas para el trabajo intelectual.
Posteriormente, en los sesenta, J. C. R. Licklider desarrolla una visión sobre
cómo el uso de los ordenadores revolucionará el funcionamiento de las bibliote-
cas, introduciendo el indexado «inteligente» de los documentos.
En 1994, para Gladner «una biblioteca digital consiste en un equipo informá-
tico, de almacenamiento y comunicaciones junto con el software y contenido ne-
cesarios para reproducir, emular y extender los servicios provistos por las biblio-
tecas convencionales. Una biblioteca digital debe proporcionar todos los servicios
de las bibliotecas tradicionales (como recopilación, catalogación, búsqueda y di-
seminación de la información), así como explotar las ventajas del medio digital».
Lesk, en 1997, describe las bibliotecas digitales como colecciones organizadas
de información digital que combinan la forma de estructurar y obtener informa-
ción (como hacen las bibliotecas físicas) con la representación digital que ofrecen
los ordenadores. Destaca la posibilidad de disponer de la información desde cual-
quier parte del mundo, permitiendo su búsqueda, almacenamiento y preservación.
DELIMITACIÓN DE CONCEPTOS [23]

Por último, McKnight (1998) considera que la colaboración es vital para el


éxito de las bibliotecas digitales.

Nuestra guía no pretende abarcar un proyecto tan amplio como tratan estas
definiciones, ya que para ello se debería contar con un plan de actuación nacio-
nal. Esta guía es más bien una herramienta de referencia para acometer los pri-
meros pasos en el camino de la construcción de bibliotecas digitales en un centro
determinado, dejando las puertas abiertas para realizar una biblioteca digital más
amplia. Se puede considerar que aborda la Fase 1 de un proyecto más ambicioso.
De esta manera, se tratarán los siguientes aspectos:
• Selección de documentos ya existentes para su digitalización.
• Entrada masiva de datos a colecciones que son digitales desde su origen.
• Desarrollo de mecanismos eficientes de almacenamiento, indexado y re-
cuperación de textos y datos multimedia (imágenes, audio y vídeo).
• Procesamiento de imágenes para facilitar su consulta de acuerdo a su con-
tenido y como apoyo de este.
• Acceso a multibases de datos.
• Planteamiento de arquitecturas para bibliotecas digitales que faciliten la
comunicación entre componentes y la distribución de datos y procesos.
• Desarrollo de infraestructuras de ordenadores y comunicaciones que per-
mita la operación eficiente y escalable de arquitecturas planteadas para bi-
bliotecas digitales.

Objetivos a más largo plazo podrían ser la creación de:


• Redes de bibliotecas con una cultura en apoyo de la generación, almace-
namiento e intercambio de información digital.
• Infraestructuras de información científica basadas en colegios invisibles.

4. MODIFICACIÓN DEL ENTORNO

Es de todos conocido que actualmente las universidades sufren un considera-


ble recorte de presupuestos para adquisición de fondos y para la construcción de
nuevos espacios. Este proceso comenzó hace relativamente poco y no se limita
solo a nuestro país. Esto hace que las bibliotecas estudien la forma de continuar
proporcionando información y servicios a la investigación, la enseñanza y el apren-
[24] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

dizaje, es decir, estudian la forma de seguir haciendo su trabajo con un presu-


puesto menor al que tenían en años anteriores.
De esta manera, debemos observar los cambios que se producen en:
• Los hábitos de lectura. Distintas investigaciones indican el rápido incre-
mento del uso de los recursos de las bibliotecas fuera de su espacio físico.
En algunos casos el uso se aproxima o supera al 75 %. El uso remoto de
estos servicios permite la utilización de los recursos sin límite de espacio y
tiempo. Actualmente, tanto los estudiantes como los profesores son cons-
cientes de los beneficios que ha introducido la utilización de la web en la
búsqueda de recursos de información, por ello la usan de manera recu-
rrente cuando precisan información. Profesores e investigadores son cons-
cientes de que aún no se encuentra disponible en la web todo el material
que necesitan para la investigación científica, por ello recurren al préstamo
interbibliotecario y otros sistemas de obtención del documento. En cam-
bio, para los alumnos, toda información que no se encuentra en la web no
existe para ellos. Al tener poco tiempo para realizar sus trabajos quieren
encontrar de forma rápida y a texto completo la información que preci-
san, independientemente de su valor académico. De esta manera, los estu-
diantes utilizan de forma sistemática los buscadores web para encontrar la
información que precisan sin tener en cuenta que:
– Menos del 7 % de la información que indexan estos buscadores tiene
valor a nivel educativo.
– Aquello que no pueden encontrar estos buscadores, aproximadamente
el 95 %, es información de alto valor, aunque sea referencial. Es lo que
se denomina hoy día «internet invisible».
– Al no manejar libros, revistas, bases de datos, recursos digitales a texto
completo proporcionados por las bibliotecas universitarias están utili-
zando únicamente el 0,03 de información disponible en la web para
realizar sus trabajos.
– Los resultados de las búsquedas realizadas en las bases de datos tradi-
cionales no están organizados por criterios de relevancia, por lo que no
deben limitarse a mirar los primeros registros recuperados.

Teniendo en cuenta estos datos, se pone en peligro la calidad de la ense-


ñanza, pues los usuarios potenciales de las bibliotecas se alejan de estas ins-
talaciones. Acostumbrados al manejo de los buscadores, las habilidades de
DELIMITACIÓN DE CONCEPTOS [25]

búsqueda de los estudiantes son pobres, o no están adecuadas a las bases


de datos y sistemas de indexación que utilizan las bibliotecas.
El papel de las bibliotecas digitales pasará por adecuar los mecanismos de
búsqueda a sistemas similares a los utilizados por las herramientas de bús-
queda de la web.
• Cambios en los estudiantes y curricula. ¿Los estudiantes tienen menos cu-
riosidad intelectual para formarse en sus estudios? ¿Están tan enamorados
de la web o tan ocupados en explorarla que no les interesa en absoluto co-
nocer lo que las bibliotecas ofrecen? Años atrás, los estudiantes tenían di-
ficultades en el uso de los OPAC de las bibliotecas, pero podían encontrar
los libros rápidamente consultando los ficheros manuales. Actualmente,
no tienen problemas en el uso de los catálogos desarrollados a través de
web, pero no pueden encontrar los libros que necesitan porque no com-
prenden los sistemas de clasificación. Esta afición por Internet determina
que, de la misma forma, quieran acceder las 24 horas del día a las colec-
ciones y servicios de las bibliotecas digitales. Según un estudio de los há-
bitos on line de los estudiantes en colegios americanos (dirigido por la
netLibrary), se desprende que:
– El 82 % de los estudiantes tiene ordenador y todos utilizan Internet.
– El 93 % comenta que encuentra más información on line que cuando
va a la biblioteca.
– El 83 % dice que, a menudo, cuando acude a la biblioteca no puede ac-
ceder a los materiales que necesita por la limitación de horarios.
– El 75 % no dispone de tiempo suficiente.
– Al 71 % le gusta ahorrar tiempo en la búsqueda de información.

• El desarrollo de las bibliotecas digitales y los archivos abiertos. Se su-


pone que la Open Archives Initiative minará a largo plazo la posición de
los editores comerciales. Como hemos visto en E-LIS los archivos abier-
tos se ponen a disposición de la comunidad por los propios creadores de
información —en el caso universitario, la propia comunidad científica—
estructurados en colegios invisibles. Su proliferación aumenta la canti-
dad de literatura gris a disposición de cualquier persona, pero también
los conflictos derivados de la propiedad intelectual de los contenidos. Las
bibliotecas siempre han promovido el uso responsable de la información
acorde al derecho, pero se ha hecho patente una paradoja en la produc-
[26] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

ción y consumo de la información científica, a diferencia de la literatura


comercial. Para García Testal y Barrueco Cruz, «mientras el autor lite-
rario obtendrá, además del reconocimiento de la sociedad, una parte pro-
porcional de los beneficios que origine la venta de sus obras, el autor
científico técnico no solo no recibe una remuneración económica directa
por su trabajo, sino que además, en ocasiones, debe costear total o par-
cialmente la publicación del mismo. El autor solo obtiene un beneficio
intelectual o moral: el reconocimiento de la comunidad académica. Un
reconocimiento que, no obstante, se traducirá en algún tipo de promo-
ción en su trabajo, mayor facilidad a la hora de obtener financiación para
su investigación, etcétera. Lógicamente, este reconocimiento aumentará
cuantas más personas tengan acceso a la publicación. Así, mientras para
el autor literario las copias o reproducciones de forma ilegal de sus obras
suponen un cierto perjuicio a sus intereses, para el autor científico dichas
reproducciones suponen una mayor visibilidad de su trabajo, que se tra-
ducirá en un mayor reconocimiento internacional». Se teme que esta si-
tuación nos suma en unos años en el subdesarrollo científico. El círculo
vicioso se resume en la venta barata de la materia prima —derechos de
los escritos científicos— y la compra del producto manufacturado, a pre-
cios desorbitados —especialmente revistas científicas—. Así, se produce
un perjuicio económico para las bibliotecas y sus organizaciones, ade-
más de uno moral, en sentido general, para la ciencia y su desarrollo.
Contra ello, la iniciativa de la comunidad científico-médica, designada
como la «revuelta de los científicos», Public Library of Science exige de
los editores científicos que, pasado un periodo de tiempo tras la primera
edición, distribuyan libremente sus contenidos. Los miembros de este mo-
vimiento creen que los beneficios actuales de los editores de STM son ex-
cesivos. De esta situación, las universidades evolucionan hacia la edición
de sus propios materiales para rebajar sus presupuestos y proteger a sus
científicos de la cesión indiscriminada de sus derechos. Juan Antonio Mi-
llán se pregunta: «¿y de qué vivirán los editores si se extiende esta posi-
ción?». De la primera publicación de una obra, en la línea de la norma-
tiva norteamericana que basa los beneficios de los editores en la primera
venta. Esta tensión entre industria y ciencia, también apuntada por Cox,
quizá produzca la necesaria modificación del actual modelo de comuni-
cación científica.
DELIMITACIÓN DE CONCEPTOS [27]

En relación con el entorno se detectan los siguientes cambios:


• Infraestructuras tecnológicas: son necesarias nuevas infraestructuras deri-
vadas de las características de los recursos electrónicos.
• Coste y cantidad de información:
– La información científica y académica sufre un incremento de costes
entre el 7 y 12 % anual, descendiendo además su producción. Las bi-
bliotecas tienen menos literatura académica para adquirir pero a un
coste mayor.
– En cambio, hay nuevos formatos de información disponibles, especial-
mente electrónicos.
– La información que precisan los estudiantes aumenta exponencialmente
dado el incremento en la oferta de asignaturas y titulaciones y la inter-
disciplinariedad entre las distintas ciencias.

• Los productores de información:


– Aunque no se han impuesto de forma generalizada nuevos modelos de
pago para la información digital, la tendencia parece ir adaptándose al
cobro por transacción o uso y no por la suscripción con un canon fijo
(independiente de los usuarios que la utilizan y las transacciones reali-
zadas).
– Los proveedores de contenidos ven difícil absorber tales cantidades de
información tan rápidamente como las generan los expertos.
– Continúan faltando estándares para la distribución masiva de contenidos.

• Con relación a la comunicación académica y educativa:


– Cada vez es más habitual comunicarse utilizando las nuevas tecnolo-
gías, tanto por parte de los alumnos con los profesores y viceversa, como
de los investigadores con otros colegas, creando nuevas formas de co-
legios invisibles.
– Actualmente, cualquier integrante de la comunidad universitaria puede
publicar en la web, colgar sus apuntes, etcétera, creando un nuevo mo-
delo de comunicación científica que evita a los tradicionales interme-
diarios en el ciclo de difusión: los editores.

• Cambios en la educación universitaria, tratados con más profundidad en


el Informe Bricall de la universidad española:
[28] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

– Cada vez está más difundida la formación a distancia, con la conse-


cuente eliminación de fronteras geográficas.
– Cambian las necesidades de la formación. Actualmente, es necesaria la
formación continua a lo largo de toda la vida laboral.

• En las bibliotecas:
– Nuestras bibliotecas continúan en algunos casos con tensiones entre la
autonomía de las facultades, departamentos, y es difícil conseguir «una
universidad, una biblioteca».
– Tienen gran variedad de usuarios y niveles de aprendizaje.
– Una parte del personal que trabaja en ellas continúa rechazando el cam-
bio y la adopción de las nuevas tecnologías.

EN RESUMEN:

Se están produciendo cambios en el ámbito académico y en el de las publicaciones científi-


cas. Contamos aún, como valor negativo, con una cultura organizacional poco acostumbrada a
la innovación y el riesgo.
Con todo esto, debemos tener en cuenta también una serie de circunstancias que tienen un
impacto claro en las necesidades de las bibliotecas para poder satisfacer las demandas de sus
clientes:
• Se tiende a mantener, incluso disminuir, el número de estudiantes y profesores. Por el
contrario, la oferta académica de asignaturas y titulaciones crece con los nuevos planes
de estudio, mientras que los presupuestos para las bibliotecas bajan.
• Aumenta el precio de las publicaciones periódicas, pero el presupuesto que se dedica a
ellas disminuye.
• Se reduce por ello la riqueza y variedad de la colección. Descienden el número de volú-
menes adquiridos y se cancelan las suscripciones de revistas especializadas mientras se
mantienen las más usadas. Únicamente se adquieren las monografías que dan soporte
a la docencia. Esto lleva parejo el difícil acceso a las publicaciones para investigaciones
avanzadas.
• Las publicaciones especializadas deben comenzar a adquirirse de forma cooperativa.
• Aumenta el uso del préstamo interbibliotecario.

5. BENEFICIOS DE LA CREACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL

Los siguientes beneficios están indisolublemente asociados con el análisis del


entorno:
1. Poder acceder a colecciones digitales de información que no estén única-
mente en tu universidad, sino prácticamente en todo el mundo.
DELIMITACIÓN DE CONCEPTOS [29]

2. Aumentar el número de usuarios potenciales que acceden a las bibliote-


cas. Esta visión por parte de cada biblioteca asume nuevos significados
que rompen el círculo donde únicamente destacaban el aumento del coste
y disminución de los recursos, ya que hay que tener en cuenta que son
utilizados por más público.
3. Permitir una igualdad en el acceso a la información para todo el público
universitario, independientemente del tiempo y lugar.
4. Conseguir que se creen mecanismos de cooperación con otras universi-
dades o instituciones para alcanzar un beneficio mutuo. De esta manera
se puede aceptar la adquisición compartida, que implica mejores opcio-
nes de compra de recursos electrónicos: libros, revistas, imágenes…
5. Desarrollar un nuevo modelo de negocio que distribuye el coste entre un
gran número de usuarios, de manera que los recursos de información re-
sultan más asequibles para el conjunto.
6. Influir decididamente en los cambios en la comunicación de los estudiantes
y científicos, aportando un claro beneficio para la comunidad académica.
7. Asumir el liderazgo y la necesaria influencia en la política nacional en un
área emergente y crítica de la sociedad del conocimiento.
8. Servir para complementar las colecciones tradicionales, que además per-
mite ser más exhaustivo en el desarrollo de la colección, ya que muchas
obras son publicadas ya en formatos digitales.
9. Admitir un mayor grado de colaboración entre las distintas universida-
des a la hora de complementar el desarrollo de las colecciones y su acceso.
De esta manera, los costes se pueden asumir de forma compartida.
10. Lograr que la información académico-científica y sus recursos puedan ser
compartidos y así tener un mayor número de usuarios.
11. Incrementar la innovación tecnológica, así como el uso de la misma.
12. Satisfacer en mayor medida las expectativas de los usuarios. Hoy día se
tiende a aumentar las solicitudes en soporte digital, más que en formato
impreso, por la comodidad que representa.
13. Actualmente, las tendencias de las bibliotecas en los distintos países en-
fatizan la conectividad entre las distintas bibliotecas, el compartir recur-
sos y crear colecciones descentralizadas especializadas en distintas áreas,
accesibles desde cualquier terminal.
14. Está claro el éxito que puede tener el desarrollo de este tipo de coleccio-
nes si analizamos la extensión en la utilización de la web, pues cada vez
[30] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

más ciudadanos acceden a la información mediante esta tecnología. La


utilización de tecnología web significa realizar uno de los principales pos-
tulados de las bibliotecas: facilitar la información y la cultura a toda la
población.

Por último, esta tecnología, con sus contenidos multimedia, resulta un pode-
roso elemento en los métodos de enseñanza y aprendizaje.
En suma, si nuestra biblioteca tiende a la digitalización podrá:
• Tener en menos espacio más ejemplares de los documentos que conforman
nuestro fondo.
• Llegar a un número mayor de usuarios.
• Llegar antes en el tiempo a los usuarios.
• Contar con más puestos de lectura/estudio/investigación, ya que la colec-
ción ocupará menos espacio.
• Proveer a nuestra biblioteca de puntos de consulta (por ejemplo, OPACs)
que permitan a los usuarios la utilización de las nuevas tecnologías, con
las ventajas que ello supone.
Fase 2

LOS INICIOS DEL PROYECTO

A la hora de plantearnos el proyecto de creación de una biblioteca digital de-


bemos tener claras las bases de las que partimos.
Actualmente, muchas bibliotecas universitarias ya han comenzado el camino
hacia la digitalización:
• Ofrecen distintos servicios a través de sus páginas web: búsqueda de in-
formación, préstamo interbibliotecario, adquisiciones, etcétera.
• Cuentan con acceso a publicaciones en formato electrónico.
• Están suscritas a bases de datos accesibles a través de Internet, y permiten
su consulta desde cualquier lugar del campus.
• Disponen de bases de datos en CD ROM accesibles desde cualquier terminal
de la universidad.
• Cuentan con bases de datos o recopilaciones de URLs catalogadas y a ve-
ces comentadas.
• Almacenan y dan acceso a determinados archivos en formato digital: audio,
vídeo, etc.
• Disponen de bases de datos con los apuntes y bibliografía recomendada,
etcétera.

Como ya hemos comentado, la construcción de una biblioteca digital implica


ofertar todos los servicios propios de una biblioteca tradicional, pero desarrolla-
dos a través de las redes de comunicaciones, permitiendo la mayor accesibilidad
posible para el usuario. Se trata de una biblioteca sin horarios, disponible a cual-
quier hora del día, donde se puede encontrar, en ocasiones, información que no
suministran las bibliotecas tradicionales. Para el desarrollo de ciertos servicios,
como la referencia de apuntes docentes, publicaciones de los departamentos, et-
[32] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

cétera, es fundamental que sea lo más alto posible el grado de implicación del per-
sonal externo a la biblioteca. Este tipo de colaboración es novedosa en entornos
universitarios nacionales, y básica para la consecución de los objetivos de sus bi-
bliotecas digitales.
Por más desarrollada que sea una biblioteca digital, ciertos servicios tendrán que
continuar ofreciéndose por métodos tradicionales, aunque las opciones de solicitud
sí pueden realizarse utilizando las nuevas tecnologías. Ejemplo de ello es el prés-
tamo de obras impresas, sin posibilidad de ser digitalizadas por distintas cuestio-
nes: legales, costes, visionado, etcétera. Estas obras continuarán prestándose o bien
presencialmente en la biblioteca o bien por medio del servicio de correo postal.
A la hora de realizar la autoevaluación del servicio, para poder emprender el
proyecto y su planificación, debemos tener claros con qué objetivos planteamos
el desarrollo de nuestra biblioteca digital, y si para ello contamos con algunas ba-
ses mínimas:
• Presupuesto adecuado.
• Infraestructuras.
• Apoyo y colaboración por parte de los departamentos implicados.
• Personal preparado, etc.

Pero, ¿cuál es mi situación?

1. AUTOEVALUACIÓN INICIAL

Para llevar a término el proyecto de desarrollo de una biblioteca digital hay


cinco elementos imprescindibles:
(a) Presupuesto dedicado.
(b) Hardware e infraestructura tecnológica.
(c) Software.
(d) Desarrollo de servicios, estableciendo para ello la naturaleza de la colección.
(e) Especialización del personal y actitudes frente al cambio.

Para poder detallar cada uno de estos extremos hay que preguntarse:
• ¿Cuáles son mis objetivos?
• ¿De qué recursos dispongo ya en mi centro en cuanto a hardware, software
y personal?
LOS INICIOS DEL PROYECTO [33]

La siguiente tabla de autoevaluación recoge las cuestiones que consideramos


imprescindibles para clarificar cuál es nuestra realidad. Para el análisis completo,
esta tabla requerirá además de un informe descriptivo y detallado de cada uno de
los puntos que se detallan.

(A) PRESUPUESTO DISPONIBLE

¿Dispongo de una partida presupuestaria específica para el proyecto?

¿He planificado un aumento para los próximos años en mi presupuesto?

¿Puedo disponer de subvenciones para gastos imprevistos y proyectos puntuales


dentro del proyecto marco?

(B) ANÁLISIS DEL HARDWARE

¿De qué hardware dispone mi centro?:


• Servidores
• Grandes sistemas de almacenaje
– Discos duros
– DVD
– CD ROM
– Lectores cintas DAT
– Unidades ZIP
• Monitores
• Impresoras
• Capturadoras de imagen
– Escáner
– Cámara de vídeo digital
– Cámara de fotos digital

¿Qué tecnología se utiliza en mi centro?

¿Cuál es la red de que dispone el centro y su velocidad?

Infraestructura tecnológica

¿Cuál es la infraestructura de TI de la institución?

¿Hay informes de inventario y capacidades realizados sobre la infraestructura


del centro y sus posibilidades?

(C) ANÁLISIS DEL SOFTWARE

¿En qué sistema operativo trabaja?

¿Está informatizado el catálogo y es accesible a través de la red?

¿Qué aplicaciones se están usando?

¿Cuál es el software que se encuentra disponible?


[34] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

(C) ANÁLISIS DEL SOFTWARE (continuación)

¿Dispongo de software para la gestión del servicio de biblioteca?


• ¿Permite la catalogación y archivo de recursos multimedia o dispone del
campo MARC 856?
• ¿Permite la recuperación y visualización de estos archivos con un navegador
estándar?
• ¿Admite protocolo Z39.50?

(D) COLECCIÓN

¿Qué parte de la colección dispongo en formato digitalizado?

Descripción de las diversas colecciones y su situación con respecto al formato


digital.

¿Dispongo de colecciones compartidas en cualquier soporte?

¿Dispongo de suscripciones electrónicas? Detallar.

¿Dispongo de acceso remoto a información en CD ROM o DVD?

Servicios que se ofrecen

Se ofrecen ya servicios de la biblioteca a través de Intranet o Internet. ¿Cuáles?

¿Se dispone de página en Internet?


¿Y de una Intranet?
¿Cuál es el sistema de acceso a la Intranet?:
• Por IP.
• Identificación por password.
• Otros.

(E) PERSONAL

¿De qué habilidades, requeridas para el proyecto, ya dispone el personal?


Descripción de la formación necesaria para reciclar al personal por perfiles
¿Qué posibilidades de formación en las técnicas no conocidas tenemos?
• Presupuesto.
• Entidades formativas.
¿Quién está a cargo de la implementación tecnológica en el centro?
Mi institución está interesada en un proyecto de este tipo (entiéndase como
involucrada por lo que supone de esfuerzo económico, de personal, etcétera)

Actitudes frente al cambio


¿Se instalan y usan las innovaciones en mi centro?
¿Los sistemas son instalados y usados por la mayoría de la comunidad universitaria?
¿Se acepta el cambio en el centro tanto por parte de los trabajadores como
de los usuarios?
LOS INICIOS DEL PROYECTO [35]

2. OBJETIVOS Y PLANIFICACIÓN

2.1. Objetivos

Una vez aclarada la situación en que nos encontramos, una forma de planifi-
car cómo mejorar nuestras infraestructuras es diseñando una matriz que cubra
cada objetivo. Para cada uno de ellos se asignarán los siguientes aspectos, im-
prescindibles para realizarlos:
• Recursos.
• Tiempo.
• Personal.

De esta manera se puede crear una plantilla, semejante a la que ofrecemos a


continuación, para cada uno de los objetivos:

OBJETIVO:

Paso Acciones Responsable Fecha Fecha Presupuesto Notas


de inicio de entrega asignado

2.2. Planificación

Obviando los aspectos más abstractos, el siguiente ejemplo detalla las fases
previas, los posibles objetivos y planificación de un proyecto de digitalización:
(a) Antecedentes y significado: en esta parte deben ser descritas las necesi-
dades propuestas en el proyecto, determinar si son apropiadas, además
de evaluarlas y priorizar su urgencia según el perfil de usuarios:
– ¿A quién le será útil su creación?
– ¿Qué podrán hacer las personas que lo utilicen cuando esté desarro-
llado y qué ventajas le aportará de las que carecen actualmente?
Hay que ser muy específicos detallando:
• Estado actual que lleva a proponer el proyecto.
[36] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

• Si el proyecto es de nueva creación o una continuación de alguno


existente.
• Si es una ampliación o continuación de uno existente se debe detallar
cómo se realizará la continuación y qué lo va a diferenciar del pro-
yecto ya creado.
• Cómo se evaluarán y recogerán los errores del servicio o de la tec-
nología.
• Establecer estándares de formato para los campos que actualmente se
están desarrollando en formatos heterogéneos. Para ello hay que descri-
bir cuál es la situación actual y por qué son propuestos estos están-
dares; además se debe describir su fundamento y cómo el proyecto pi-
loto puede ser extendido si resulta un éxito. El proyecto puede servir
como caso (test) para nuevos desarrollos.
• Describir cuáles pueden ser las consecuencias pedagógicas, de ser-
vicio, tecnológicas e institucionales para una implantación a gran
escala.

(b) Esfuerzos iniciales. Describir cómo y quién está evaluando y realizando


la fase inicial del proyecto:
• Quién ha sido el que ha dirigido el proyecto piloto o test de imple-
mentación.
• Qué actividades del proyecto van a ser realizadas por la persona que
presenta la propuesta.
• Si se han realizado planes de colaboración con individuos o instituciones.
• Si es así, cuál es su forma de participación.
• Detallar cuáles han sido los planes o estudios de evaluación que se han
discutido en las fases iniciales del proyecto, analizando los esfuerzos
similares que se hayan podido realizar en otras instituciones.

(c) Planificación del proyecto. Hay que detallar diferentes aspectos:


• Descripción de aquello que se pretende hacer, diferenciando los mó-
dulos, fases y tareas a realizar según áreas y en cuánto tiempo se rea-
lizarán. Se recomienda utilizar Diagramas de Pert o de Gantt para la
mayor adecuación a la realidad de la realización del proyecto.
• Detalle de si es necesaria la instalación de hardware o software de nueva
adquisición no existente en el centro, así como el periodo de instala-
LOS INICIOS DEL PROYECTO [37]

ción, que retrasará la iniciación o desarrollo de los módulos a los que


hace referencia.
• Análisis de las posibles necesidades de reorganización o cambios en la
forma de prestar los servicios.
• Determinación de las personas y servicios que van a ser los afectados.
• Exposición de cuál será la manera en que se coordinarán las diversas
partes integrantes.
• Inventario de qué puntos del proyecto pueden producir los resultados
esperados, y si hay aspectos de estos que conlleven riesgos elevados o
desconocidos.
• Enumeración de cómo los resultados del proyecto pueden ser útiles a
la universidad.
• Especificación de cómo puede servir el proyecto de experiencia de
aprendizaje para departamentos no relacionados directamente con el
mismo.
• Aclaración de si el proyecto serviría de guía para otras actividades, y
cómo pueden ser financiadas después de la fase de creación.

(d) Presupuesto. Al iniciar un proyecto de digitalización es importante contar


con los recursos suficientes para poderlo abordar. Ello obliga a conside-
rar la búsqueda de partners o socios que aporten capital y resulten bene-
ficiados con la iniciativa en la que vamos a embarcarnos.
En muchos casos los promotores, o financiadores, del proyecto no se con-
cretan totalmente desde el primer momento, pero es importante que cada
ítem de gasto sea claramente descrito y justificado. De la claridad en el
presupuesto y la forma de presentar dicho balance, bien justificado y or-
ganizado, puede depender la consecución de financiación para nuestra
iniciativa de digitalización.
(e) Evaluación. A la hora de presentar el proyecto, tanto internamente como
para la búsqueda de recursos económicos, se deben describir los indica-
dores que medirán el éxito del proyecto y cómo se obtendrán los datos.
Por ejemplo, detallaremos:
• Quién realizará la evaluación preliminar.
• Qué método utilizará.
• Por qué vías realizará los tests.
• Cómo se compartirá la evaluación.
[38] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Por último, ya cubiertos todos los apartados de la redacción del proyecto, es


asimismo crucial la información que debe ir en la portada:

• Título del proyecto.


• Descripción (75 palabras o menos) con el nombre del director de proyecto, departamento, uni-
versidad, teléfono, fax, móvil, e-mail.
• Contacto administrativo (si hay personal administrativo que va a colaborar en la gestión): nom-
bre, departamento, campus, teléfono, fax, e-mail.
• Colaboradores docentes/bibliotecarios: nombre, departamento o biblioteca, campus, teléfono,
fax, e-mail.
• Periodo del proyecto.
• Cantidad solicitada: lista individual de presupuestos anuales.
• Categorización de los gastos: digitalización, formación, comunicaciones escolares.
• Necesidades a cubrir o problema a resolver en un máximo de 25 palabras.
• Actividades que pueden ser ampliadas con posterioridad.
• Otras fuentes de apoyo al proyecto, si existen.

3. EVALUACIÓN DE PROPUESTAS POSIBLES

Al comenzar a plantear la creación de una biblioteca digital aparecen muchas


ideas acerca de servicios auxiliares que se pueden implantar, por lo que debemos
tener unos criterios de evaluación de los objetivos que nos marcamos para poder
priorizar las iniciativas en función de nuestras necesidades. Ejemplos de creación
de bases de datos pueden verse en los siguientes puntos:
• Bibliografía recomendada, con enlaces a las publicaciones digitalizadas o
en soporte electrónico.
• Apuntes de las distintas asignaturas y profesores.
• Exámenes y sus contestaciones correctas, etcétera.

El comité que evalúe las propuestas debería estar compuesto por un equipo
que abarque múltiples perfiles, formado por:
• Personal de la biblioteca.
• Personal docente.
• Personal investigador.
• Personal de servicios.
• Alumnado.
LOS INICIOS DEL PROYECTO [39]

Pueden surgir mil ideas, pero antes de comenzar a trabajar sobre ellas debe-
mos plantearnos los criterios de evaluación de las propuestas que se vayan a rea-
lizar. Para esta guía se han seleccionado los criterios de la biblioteca digital de la
Universidad de California de entre el resto de proyectos de digitalización de bi-
bliotecas existentes, dada la similitud entre su proyecto y nuestra realidad.
El planteamiento básico, en nuestra consideración, se sustenta en los siguien-
tes postulados:
• Poner las tecnologías de la información y sus recursos al servicio de sus
usuarios.
• Facilitar el acceso a la información tanto a aquellos que colaboran en su
creación como a quienes únicamente la utilizan.
• Para su puesta en marcha es necesaria la colaboración entre:
– Profesionales de la información.
– Docentes.
– Proveedores de tecnología y contenidos.
– Todos los implicados en cada una de las fases de la creación del cono-
cimiento: producción, difusión y utilización.

Partiendo de estas premisas se elaboran unos criterios de evaluación de las


distintas propuestas en función del:
1. Apoyo económico de la universidad.
2. Impacto que pueda tener en la universidad, el público implicado y su cre-
cimiento potencial.
3. Potencial que pueda tener para la mejora de la capacidad del público en el
uso de las nuevas tecnologías.
4. Su viabilidad potencial y técnica.
5. La calidad y utilidad de los contenidos.
6. La contribución a la misión de la universidad y a que se contemple como
centro de enseñanza, difusión del conocimiento e investigación.
7. La atracción del proyecto, con el objetivo de obtener apoyos externos.

Una vez claras las premisas básicas sobre las que evaluar las distintas pro-
puestas, hay que diseñar una plantilla para su redacción. Su contenido incluye
una descripción de necesidades completa, exacta y clara, de forma que sea legi-
ble por cualquier usuario que se plantee como objetivo la creación de una bi-
blioteca digital. El lenguaje técnico se empleará únicamente cuando no exista otra
[40] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

posibilidad, explicando los términos más complejos para usuarios inexpertos.


Para evaluar el proyecto de forma global debe contestar de manera clara a las si-
guientes cuestiones (o explicar por qué no se ha podido contestar):
• ¿Qué es lo que se intenta hacer?
• ¿Por qué es importante para nuestro centro?
• ¿Cuál es la situación de partida?
• ¿Qué debe incluir el proyecto con relación a otros servicios de la universidad?
• ¿Dónde vamos a realizar el trabajo?
• ¿Se trata de un proyecto realizable en módulos independientes?
• ¿Cómo se están preparando las diferentes áreas de trabajo?
• ¿El proyecto puede ser realizado a gran escala, con la colaboración de otras
entidades?
• ¿Cómo va a repercutir en la docencia y el aprendizaje?
• ¿Cómo va a ser mantenido en los próximos años?

❋❋❋

Puede ser que con tanta teoría hayamos perdido un poco el objetivo final, que
es la creación literal de una biblioteca digital, pongamos un ejemplo de análisis
de materiales a digitalizar:
Una biblioteca universitaria está suscrita a un conocido diario de economía.
Su suscripción data de 1995, es decir, que actualmente lleva suscrita nueve años.
Como es de suponer, el fondo ha crecido de forma notable, calculemos un ejem-
plar al día, alrededor de trescientos días al año, durante nueve años, da como re-
sultado un número bastante respetable.
Al tratarse de una biblioteca universitaria que pertenece a una universidad
donde se imparte la carrera de Ciencias Económicas y Empresariales, el fondo
histórico es de considerable importancia para la investigación de los profesores y
para los trabajos de clase de los alumnos. Por esta razón no es conveniente des-
hacerse materialmente de los diarios, pero el espacio, tanto en la hemeroteca como
en el depósito de la biblioteca, empieza a ser más bien escaso y desde dirección
empiezan a plantearse la posibilidad de tomar una decisión al respecto.
En primer lugar, estudian los inconvenientes legales que pueden tener a la hora
de digitalizar los diarios. Consultan los derechos de autor y de explotación de la
obra a las instituciones correspondientes, y obtienen los permisos (si es que fue-
ran necesarios) correspondientes.
LOS INICIOS DEL PROYECTO [41]

Tras barajar las distintas posibilidades, se opta por la digitalización del fondo.
Evaluado el estado de los ejemplares que componen la colección y el nivel de uso
de los mismos, la forma de digitalización de los periódicos elegida será el esca-
neado y posterior edición en ficheros PDF en varios CD ROM.
Días antes de iniciar el proceso físico de la digitalización, pero una vez recopi-
lado ya todo el material, infraestructuras y personal preparado, reciben un co-
municado en forma de carta de la editorial encargada de la publicación del dia-
rio en cuestión anunciando la próxima salida al mercado de su colección en
soporte digital editado en CD ROM.
Por supuesto, la biblioteca detiene todo el proceso y pide presupuesto a la edi-
torial para su adquisición. La editorial le ofrece a la biblioteca un presupuesto es-
tándar, pero por ser suscriptor en papel del diario le hace un precio especial. La
biblioteca estudia la propuesta y decide adquirir la colección al completo y no
solo los nueve años a los que está suscrita.
De ello obtenemos varias lecturas. La más importante es la que enunciábamos
como idea principal en este apartado: analizar si la obra que queremos digitali-
zar ya ha sido digitalizada con anterioridad por alguna institución pública o pri-
vada para poder tramitar su adquisición, y si no ha sido digitalizada, comprobar
la posibilidad de que pueda serlo en breve.
Si la biblioteca universitaria protagonista de nuestro ejemplo hubiera com-
probado este hecho en primer lugar se habría ahorrado costes en tiempo y en di-
nero de cara a la planificación de la digitalización de su colección. Al no haberlo
hecho, la adquisición de la colección en CD ROM le supone un coste adicional,
tiene que pagar físicamente los CD ROM de la colección digital y además ha des-
perdiciado tiempo, dinero y esfuerzos planificando y gestionando una posible di-
gitalización por ellos mismos de los diarios.
Otro significante de este ejemplo es el hecho de que la biblioteca siente la ne-
cesidad de convertir cierto material que integra su fondo a un soporte digital y
que esta necesidad es fruto del frecuente uso del material y la necesidad de con-
servación de esa información.

Anotamos que debemos tener muy claro que el trabajo que vamos a emprender con la digitali-
zación de nuestro fondo no va a ser en vano, no vamos a utilizar nuestro tiempo, nuestro pre-
supuesto y nuestro personal en realizar una tarea que ya han realizado otros o en unos docu-
mentos que no van a ser lo suficientemente consultados como para amortizar la inversión.
Fase 3

MANOS A LA OBRA.
DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL

1. CONSIDERACIONES PREVIAS

Definida la biblioteca digital como una red de objetos digitales y servicios de


información creada por usuarios y organizaciones generadoras de conocimiento,
vamos a ver cómo construirla.
La biblioteca digital integra diversos medios y lenguajes que acentúan las ca-
pacidades de comunicación, recreación, aprendizaje y trabajo. Además, favorece
la exploración de nuevas formas de expresarse e interactuar con el conocimiento.
A través de la biblioteca digital cualquier persona u organización, en cualquier
momento y desde cualquier lugar, puede tener acceso a información científica,
técnica, cultural, de cualquier tipología, mediante textos, sonidos e imágenes, fi-
jas y en movimiento.
Recordemos, además, que los factores a valorar al definir un proyecto de bi-
blioteca digital son los siguientes:
– La naturaleza intelectual y física de los materiales (el copyright).
– El número y la localización de usuarios actuales y potenciales.
– El uso actual y potencial.
– Si el producto propuesto se relaciona con otros esfuerzos.
– El formato y la naturaleza del producto digital propuesto, cómo será des-
crito, entregado y archivado.
– Ventajas que supone en cuanto a los costes.

Si bien no debemos olvidar que existen distintos métodos para la construcción


de colecciones digitales que condicionarán el plan de trabajo —digitalización, ad-
quisición de documentación o de trabajos digitales y el acceso a materiales exter-
[44] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

nos—, los siguientes apartados se refieren al primero de ellos, la digitalización. Te-


niendo en cuenta que la misión principal de la digitalización es la preservación
de las obras, así como su disponibilidad para el mayor número de usuarios posi-
ble, consideramos que digitalizar ciertos fondos universitarios es una tarea in-
soslayable para cumplir los objetivos de la institución.
Para iniciar la construcción de una biblioteca digital, como hemos comentado,
hay que elaborar un estudio previo de lo que va a suponer la digitalización. Así,
es imprescindible clarificar las cuestiones que nos sirvan de punto de partida y
que nos vayan guiando a lo largo de todo el manual.

NO DEBEMOS OLVIDARNOS DE LOS SIGUIENTES PUNTOS:

1. Realizar un inventario previo: de los fondos, del material y las infraes-


tructuras de la biblioteca, así como analizar las capacidades de nuestro
equipo de trabajo, es esencial para dar el primer paso.
2. Seleccionar la colección que se va a digitalizar: en este punto se realizará
un minucioso análisis que determine desde la extensión de los documen-
tos a digitalizar hasta las restricciones que podemos encontrarnos, de tipo
legal, pasando por el tipo de formato que vamos a utilizar para almacenar
la información digitalizada.
3. Plan para abordar la digitalización: una vez concluida la fase anterior, en
la que se habrán determinado los puntos clave para comenzar la digitali-
zación de documentos, hay que ahondar en cada uno de ellos para que el
proceso sea lo más claro posible. En este punto se elaboran los borradores
para la construcción del manual.
4. Producir la colección digital y las ayudas para el acceso a la misma: una vez
elaborados los borradores, no queda más que emprender las tareas que com-
ponen la digitalización, contando con los medios materiales que lo posibi-
litan: escáner, vídeo… Simultáneamente, se elaborará el sistema de acceso
y ayuda que permita utilizar los documentos que acabamos de crear.
5. Cuestiones de almacenamiento masivo: crearemos una estructura lógica en
nuestro sistema para almacenar, en diferentes archivos, los documentos que
acabamos de digitalizar según sea su formato.
6. Selección de la plataforma de acceso: la selección de la plataforma es pri-
mordial para el futuro de nuestro sistema, pues de ella depende la realización
de los servicios previstos. Hoy en día, existen diversos lenguajes de progra-
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [45]

mación para la red que permiten este tipo de acciones. Si nos decantamos por
crear un marco de trabajo basado en el lenguaje HTML distribuido en red me-
diante XML, debemos considerar las implicaciones futuras de dicha elección
en cuanto a integración con otros sistemas, migración de datos ya existentes,
etcétera. Una vez elegido el soporte en el que se va a incorporar la colección,
crearemos en nuestro catálogo el campo MARC 856 para incluir la URL de acceso
al documento para alcanzar en nuestro sistema un acceso estandarizado.
7. Unificación de fondos: este punto es imprescindible cuando iniciamos la
digitalización íntegra de una biblioteca por primera vez. Una vez todos los
documentos seleccionados se encuentren digitalizados debemos unirlos a
nuestro sistema, integrando todos los recursos informativos de la biblio-
teca en una interfaz única que contará no solo con los fondos digitaliza-
dos, sino también con cualquier otra suscripción a contenidos digitales que
se posean. Esto permite al usuario contar con la información que necesita
de la forma más rápida y completa sin necesitar ser expertos en los diver-
sos sistemas de interrogación que oferta el material que desea localizar.
8. Versión Beta de testeo: antes de poner la colección a disposición del usua-
rio final es imprescindible testarla a fondo. Debemos revisar que cada uno
de los documentos de la colección haya sido incluido en el entorno ade-
cuado del sistema, completar los datos necesarios, revisar que los links de
la base de datos al documento funcionen correctamente, hacer los cambios
precisos… En resumen, se precisa revisar la digitalización y su inserción en
el sistema para realizar todas las pruebas posibles que ponga en manos de
los usuarios el producto más perfecto posible.
9. Actualización: tan importante o más que conseguir una colección digitalizada
y accesible al público es su mantenimiento y actualización. El riesgo de obso-
lescencia y, por tanto, inutilidad de cualquier colección bibliotecaria es de to-
dos conocido, pero es aún más notable en el caso de colecciones electrónicas.

2. EVALUACIÓN DE RECURSOS E INVENTARIO DE FONDOS

Un buen inventario de fondos requiere un estudio minucioso de la biblioteca


en general, así como de la colección y de su uso. Hacer este tipo de inventario de
fondos de los documentos nos ayuda, por tanto, entre otras cosas, a equilibrar y
sopesar el fondo documental con que cuenta nuestra biblioteca.
[46] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

ASPECTOS A INVENTARIAR

2.1. Inventario de los recursos existentes en el centro

El fondo de una biblioteca universitaria tiende a estar provisto de un número


importante de títulos y también de ejemplares, independientemente del soporte
en que se encuentren. De esta manera, comenzaremos por analizar físicamente el
fondo, planteando las siguientes cuestiones:

CUADRO RESUMEN DE PREGUNTAS

¿Cuál es el número exacto de ejemplares con que cuenta nuestra biblioteca?

¿Cuántos tipos de soportes físicos o electrónicos forman parte de nuestra colección?

¿Cómo se distribuye, por soportes, el número total de documentos que conforman nuestra colección?

¿Cuáles son las materias/signaturas que forman nuestra colección?

¿Cómo se distribuyen por soportes estas materias/signaturas?

¿Cuál es el nivel de consulta al fondo por materias/signaturas y por soportes?

¿Cuál es el nivel de préstamos del fondo por materias/signaturas y por soportes?

¿Cuál sería el número concreto de ejemplares que pretendemos digitalizar?

Cuando tengamos los datos sobre los tipos de material que se encuentran re-
cogidos en nuestro fondo, pasaremos a estudiar las consideraciones respecto a la
importancia de los documentos y la legalidad de su digitalización.

2.2. Análisis del material con posibilidad de digitalización desde el punto de vista legal

Si nuestro proyecto tiene como objetivo prioritario la preservación de materia-


les bibliotecarios, a las preguntas anteriores se añadirá el análisis de los mate-
riales preferentes: documentos con valor, deteriorados o de escasa demanda pero
conservables para el futuro. Pero recordemos que, antes de iniciar el proceso de
digitalización, debemos pasar por el tamiz de la legalidad, estudiando cuáles son
los puntos legales que rigen la posibilidad o imposibilidad de digitalizar ciertos
materiales. Hay que prestar especial atención a esta cuestión, lo que nos evitará
problemas posteriores, tiempo, esfuerzo y costes.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [47]

Recordemos que no todo nuestro fondo es susceptible de digitalización puesto


que los límites legales que marcan los derechos de autor y afines condicionan la
posibilidad de distribuirlos libremente, como veremos en la FASE 4.

2.3. Análisis de la oferta comercial de productos electrónicos

Antes de iniciar la digitalización de cualquier documento es imprescindible ana-


lizar el mercado de información electrónica. Un proyecto de digitalización de una bi-
blioteca debe contemplar si los documentos seleccionados han sido ya digitaliza-
dos y se encuentran disponibles en el mercado. En el caso de que actualmente no
lo estén, hemos de analizar la posibilidad de que puedan estar a corto plazo.
De todos es conocida la avalancha de material magnético/digitalizado que está
invadiendo el mercado, y, por consiguiente, las bibliotecas. Este material no siem-
pre es de nueva creación, en la mayoría de ocasiones las editoriales ofertan los
productos que han digitalizado de su fondo histórico:
• Se trata de revistas o periódicos mayoritariamente, pero también libros que
forman parte de sus archivos y que han pasado a engrosar sus listas de do-
cumentos históricos.
• Documentos que en su día tuvieron gran demanda por su actualidad.

Multitud de editoriales reeditan los materiales citados en formato electrónico.


Esta política les permite un ahorro de espacio en sus almacenes y costes de ree-
dición cuando los clientes demandan un número histórico con el que ya no cuen-
tan en stock. Además se convierte en un servicio de valor que evita dar una res-
puesta negativa ante la demanda de un ejemplar ya agotado. De esta forma,
obtienen un doble rendimiento económico: primera edición impresa y posterio-
res ediciones en formatos electrónicos (CD ROM, disquete o acceso vía Internet
previo pago). Por último, estos nuevos soportes cuentan con las ventajas de una
rápida distribución al usuario final.
Esta estrategia empresarial no solo supone un beneficio económico para la in-
dustria editorial, sino que también entraña un ahorro de espacio en las bibliote-
cas, y en algunos casos también ahorro económico. Muchas bibliotecas, aunque
cuenten con la versión en papel de ciertos documentos, tienden a adquirir estos
mismos documentos en formato digital. Con ello se aseguran, por una parte, la
perdurabilidad del material que conforma la biblioteca, si ese material es de cre-
[48] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

ciente consulta y de fragilidad manifiesta, y, por otra, el ahorro de espacio físico.


El material impreso ocupa un espacio considerable dentro de la biblioteca y con
su digitalización ese espacio puede utilizarse para cubrir otras necesidades.
La comodidad y rapidez que supone la adquisición de productos digitalizados
por una empresa debe ser sopesado en términos económicos. En ocasiones, el pre-
cio de salida de una obra digitalizada, por ser de difícil adquisición, puede ser de-
sorbitado, y si nosotros ya contamos con ese documento posiblemente nos resulte
más económico digitalizarlo nosotros mismos. Ahora bien, siempre cuidando los
aspectos legales referentes a su distribución, pues, en el caso de obras en soporte
digital, pueden diferir con respecto a los medios tradicionales.

Las obras pueden ser nuestras pero los derechos de autor y su distribución y reproducción siem-
pre serán del autor del documento, ya sea una institución, una editorial o una persona física.

Así, al adquirir un documento digital a una editorial en muchas ocasiones no


pagamos los costes de digitalización, sino los costes de adquisición del documento,
es decir, el valor no lo tiene únicamente el hecho de que el documento esté digi-
talizado, sino el contenido del documento. Si nosotros ya contamos con el docu-
mento, está claro que debemos tener en cuenta el precio global del documento
más la digitalización para comprobar si compensa la adquisición. Además, se deben
evaluar también las distintas restricciones que se establecen al acceso de dichos
productos, que pueden provocar un elevado precio de uso.
Los precios de los productos electrónicos varían de unas editoriales a otras,
por lo que hay que estudiar cada uno de los productos para conocer la rentabili-
dad o no del proceso de digitalización. Algunas editoriales, amparándose en el
elevado coste de inversión en tecnología para la edición de este tipo de produc-
tos, no disminuyen el precio de edición, sino que lo incrementan.
Documentos de especial interés que tratan el elevado precio a las suscripcio-
nes a las publicaciones electrónicas se encuentran disponibles en la web del Con-
sorci de Biblioteques de Catalunya.

2.4. Análisis de las necesidades de nuestros usuarios

Cuando planteamos qué servicios vamos a implantar y cómo se va a planifi-


car su desarrollo, debemos ser conscientes de cómo hemos definido una biblio-
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [49]

teca digital para poderlos desarrollar. A pesar de que su implantación se va a pro-


ducir a través de un medio tecnológico, no debemos perder la perspectiva de que
los que interactúan con las máquinas son personas, los usuarios que hasta la fe-
cha han acudido, y continúan visitando las bibliotecas. Cada uno de los usuarios,
según sus necesidades, busca un tipo de información diferente, por lo que debe-
mos clasificarlos y adaptar nuestra colección lo más posible a cubrir tanto como
podamos sus necesidades de información.
Debemos ser conscientes de que las bibliotecas digitales, al igual que las con-
vencionales, tienen unas funciones sociales importantes para los distintos usua-
rios identificados: estudiantes, investigadores, personal de administración y ser-
vicios o profesores, cada uno en su ámbito específico.
Para plantear la oferta de servicios, debemos tenerlos claramente identifi-
cados: quiénes son, qué necesitan, cómo lo prefieren, etc. Es necesario para
ello, tal y como señalan Ackerman y Fielding, interactuar con ellos. Proponer
distintos aspectos en que las apreciaciones de los usuarios han de ser tenidas
en cuenta para ayudarnos en el proceso de búsqueda de información, por lo
que se recomienda la creación de comités mixtos para la evaluación de pro-
puestas:
• Para conocer qué información necesitan: esta cuestión nos orienta en la se-
lección de información.
• Para que nos ayuden a determinar qué información tiene carácter tempo-
ral, y como tal, no indexarla: este aspecto ayuda en la selección de infor-
mación informal.
• Para comprender la información que tiene un carácter contextual: la opi-
nión de los usuarios ayuda a la hora de identificar la información que se
busca para un interés específico o necesidad específica.

A modo de conclusión, y continuando con Ackerman, debemos tener claras


las necesidades de nuestros usuarios y su interactuación social dentro del con-
texto de las bibliotecas digitales. Esta interacción debe incluir a bibliotecarios, a
la gente que colabora con ellos y a los usuarios. Es necesario tener claramente
marcados los mecanismos de comunicación con el personal docente e investiga-
dor, así como con los alumnos. De esta forma, la provisión de todos estos servi-
cios puede obtener un buen resultado.
Tres circunstancias principales influyen en la intermediación y desarrollo de
la biblioteca digital:
[50] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

• Interacción con los beneficiarios potenciales de la información, entendiendo


como tales a cualquier entidad que actúe como agente en la búsqueda de
información, incluyendo así a usuarios, organizaciones y software.
• Interacción con los recursos de información.
• La intermediación entre los recursos de información y los usuarios añade
valor durante el proceso de transferencia de la información, entendiendo
por servicios de valor añadido la búsqueda, clasificación, filtrado, traduc-
ción, publicación, o alguna combinación de esas actividades.

Como ya hemos dicho al inicio de este punto, algo tan importante como pre-
servar y difundir la colección de una biblioteca, es establecer las necesidades rea-
les de los usuarios de la biblioteca y, en este caso concreto, las necesidades reales
de los usuarios de una biblioteca universitaria. Las bibliotecas digitales proveen
de acceso a la información sin límites de horario ni de espacio. Los servicios que
desarrollan son los tradicionales ofertados por las bibliotecas, adaptados a las
condiciones del nuevo medio tecnológico. La experiencia demuestra que el aumento
del uso de la tecnología y de la información on line en muchos casos hace dismi-
nuir el uso en la atención cara a cara, pero también es cierto que, en otras oca-
siones, sucede lo contrario. El incremento de terminales externas incrementa el
número de usuarios reales de nuestro servicio y, por tanto, acabamos teniendo
que atender, al fin y al cabo, al mismo número de clientes.
Los usuarios de una biblioteca universitaria se distribuyen en cuatro grandes
grupos, con sus necesidades específicas:
a) Alumnos: dentro de este grupo se incluyen los estudiantes de primer, se-
gundo y tercer ciclo, además de alumnos matriculados en cursos de post-
grado y másteres que se organicen puntual o periódicamente en la uni-
versidad.
Dependiendo del curso en el que estén matriculados sus necesidades serán
distintas. Los usuarios de los primeros cursos de cualquier carrera univer-
sitaria necesitan básicamente manuales. Estarán interesados en obtener el
material didáctico de las asignaturas en las que están matriculados, así
como información académica en general: servicios que ofrece la universi-
dad, calendario escolar, calendario de apertura de la biblioteca, horario de
la biblioteca ordinario y extraordinario para época de exámenes u otros
posibles servicios como información acerca de ayudas, becas, alojamiento,
intercambios, etcétera.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [51]

El resto de alumnos precisan una información más especializada. Deman-


darán monografías y artículos de revistas científicas, así como información
sobre congresos y relacionada con el mundo laboral.
b) Profesores: en este grupo se encuadra personal interesado principalmente
en la docencia, aunque algunos cuentan con dedicación parcial a activida-
des de investigación, pues la carrera administrativa incide, según periodos,
en aspectos docentes, de investigación o también de gestión. Sus necesida-
des estarán sujetas a las horas de docencia que tengan, a las asignaturas
que impartan e investigaciones que lleven a cabo.
Como apoyo a la docencia estos usuarios suelen estar interesados en la uti-
lización de monografías y diverso material didáctico. Para ello, les puede
ser de gran utilidad acceder desde el aula a esta información, indepen-
dientemente del formato en que se encuentre, haya sido elaborada por él
mismo o por otras personas. En esta labor, la biblioteca debe colaborar en
la selección y puesta a disposición del material.
c) Investigadores: se trata de un grupo integrado tanto por alumnos como por
profesores, y sus necesidades se separan de los aspectos puramente docen-
tes. Algunos alumnos que, habiendo finalizado sus estudios o concluido
alguno de los ciclos de los que estos constan, y sin ser alumnos de post-
grado, emprenden trabajos de investigación para culminar sus estudios,
por ejemplo, el proyecto fin de carrera o la tesina de máster. Por ello, tie-
nen unas necesidades totalmente diferentes al resto de alumnos, pues ne-
cesitan información muy especializada y lo más actualizada posible. Actas
de congresos, encuentros y seminarios y artículos de revistas científicas son
para ellos los pilares esenciales de su trabajo.
Por otro lado se encuentra el grupo de profesores dedicado a investigacio-
nes específicas, ya sean de I + D, proyectos de consultoría, o la redacción
de artículos o libros de avance teórico en la materia que les incumbe. Por
afinidad idiomática, en este grupo se considera el uso que de la biblioteca
pueda hacer el personal investigador colaborador en países iberoamericanos,
que puede conformar otra gran vía de desarrollo.
d) Personal de administración y servicios de la universidad: este tipo de usua-
rios utiliza de forma periódica la biblioteca y son usuarios prioritarios de
la biblioteca digital, y entre ellos debemos contar los profesores que tienen
competencias de gestión. Por ejemplo, es constante el interés del departa-
mento económico en las disposiciones del BOE o del Boletín Oficial de la
[52] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

comunidad autónoma correspondiente, ya que pueden afectar a los trámi-


tes de su contabilidad. También se interesan por el material relacionado
con su promoción profesional, como oposiciones, concursos, etcétera.
Se trata de una información que se encuentra en la mayoría de ocasiones
actualizada en Internet, por lo que hay formas más rápidas de contar con
ella que con el método tradicional de suscripción del papel.

Podríamos hablar de un quinto grupo de usuarios: el público en general. Al


ser una biblioteca universitaria no es muy probable que este público visite nues-
tras instalaciones, caso más habitual en las bibliotecas públicas, si bien puede ocu-
rrir por la riqueza y especialización de sus fondos. Por ejemplo, una situación ha-
bitual es la consulta de antiguos alumnos que necesitan información reciente
acerca de algún tema relacionado con su titulación. También con el aumento de
la formación continua en las empresas y el reciclaje profesional esta variante abre
nuevos y extensos horizontes.
No obstante, dada la profesionalidad de las bibliotecas universitarias también
cualquier ciudadano puede acudir a nuestros servicios. En este caso, las necesi-
dades son muy distintas. Se debería poner a su disposición documentos ya men-
cionados como prensa, boletines oficiales, manuales, etc. Además, no olvidemos
que estamos hablando de la posibilidad de implantación de bibliotecas digitales,
lo que abre un sinfín de posibilidades, entre ellas los servicios a este público ge-
nérico que, sin necesidad de visitarnos físicamente, puede acceder a parte de nues-
tro fondo a través de Internet.

3. CÓMO REALIZAR LA SELECCIÓN DE FONDOS PARA LA DIGITALIZACIÓN

Antes de proceder a la digitalización hay que realizar un análisis y selección


de aquello susceptible de ser digitalizado. Para ello deberemos tener en cuenta los
siguientes aspectos, que desarrollaremos más adelante en esta guía:
• Las necesidades de nuestros usuarios.
• Las restricciones legales:
– Las leyes de copyright a las que se encuentra sujeto.
– Si el material tiene un uso restringido porque es privado su contenido
o por intereses del autor.
• Las características de los documentos:
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [53]

– ¿El material se puede digitalizar dado su formato físico o su condición


material?
– ¿Su contenido se puede capturar digitalmente de manera adecuada?
– ¿La colección tiene un tamaño idóneo y su complejidad es apropiada?
– ¿No se estropearán en el proceso de digitalización?
– ¿Su digitalización permitirá la reducción del uso de originales, lo que
les protegerá de la manipulación?

La selección de fondos para la digitalización es un proceso complicado, se-


mejante al que se realiza para la compra, la microfilmación y el expurgo, y que
se relaciona con otras decisiones estratégicas que integran el trabajo en bibliote-
cas. El cambio de la información a formato electrónico abarca un gran número
de procedimientos y una inversión en tecnología que implica unos costes que pue-
den variar ampliamente.
La digitalización, como otros esfuerzos de cambio de formato, afecta a un con-
texto mayor al de una única institución, disciplina o país. Las decisiones de la se-
lección del material a digitalizar se deben tomar con cuidado y de manera minu-
ciosa, con el fin de no duplicar esfuerzos, tratando de que se complementen con
otros esfuerzos que se estén realizando. Esto demuestra la dificultad en determi-
nar si un documento debe o no ser digitalizado, y en ciertos casos resulta difícil
averiguar si algunos documentos han sido ya digitalizados o están en fase de di-
gitalización por otras instituciones, como, por ejemplo, editoriales.
No hay un sistema único e infalible para la elección de los elementos a digita-
lizar. Nos movemos en un ámbito en el que los criterios, incluso los más básicos,
están sujetos siempre a la incertidumbre, y su solución dependerá de las necesida-
des de la biblioteca concreta a la que nos refiramos. Estamos obligados a precisar
lo más posible el proceso de selección del material a digitalizar, aunque acertar cien
por cien con las necesidades de cualquier centro es misión harto imposible. Así,
este manual habrá cumplido parte de su cometido si al menos logra marcar unas
líneas generales de ayuda para el inicio de la digitalización de cualquier colección,
sea de la envergadura que sea. Estas pautas se concretan en el siguiente apartado
a través de una lista de control de factores a tener en cuenta para la digitalización:
1. Conocer las necesidades del usuario final.
2. Los atributos del documento o colección a tratar.
3. La infraestructura técnica con que se cuenta.
4. El grado de importancia de los documentos, etcétera.
[54] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Siendo estas las piezas claves que determinarán que la acción que vamos a em-
prender llegue a su máximo de utilidad.

3.1. Criterios de selección para la digitalización basados en la colección

Los criterios de selección se aplican por igual a todas las clases de materiales,
pero debemos fijar una atención especial sobre los tres siguientes, teniendo en
cuenta que la digitalización es una forma de preservación:
– Material único, difícil o costoso de reponer: son documentos valiosos, por
raros y únicos. Su original debe ser conservado y restringido al máximo su
uso. La digitalización ayuda a conservar el documento en buenas condi-
ciones, previniendo su deterioro e incluso su desaparición. Además, con la
digitalización podremos atender las peticiones de los usuarios, sin temer al
deterioro por uso, o a la pérdida por ceder el documento a usuarios que
no sean de nuestro ámbito próximo.
– Material dañado cuyo uso es prácticamente imposible: son documentos
con algún tipo de deterioro, de menor valía que los citados en el punto an-
terior, pero que, por uso o demanda, cuentan con un gran interés intelec-
tual. El uso de estos materiales es constante por su recomendación en los
planes de estudio o por su interés en la investigación. Este aspecto es uno
de los puntos clave de la construcción de una biblioteca digital. Este tipo
de preservación por digitalización reemplaza de forma inmediata docu-
mentos de alto uso en mal estado, cuya reproducción por medios tradi-
cionales solía ser a través de una reimpresión o simplemente una fotoco-
pia, vulnerando en muchos casos la legalidad.
– Material frágil que el uso podría deteriorar, o que resulta difícil de utilizar.
Son documentos de poco uso y de gran fragilidad. De ellos conservaremos
su contenido mediante la digitalización, pero no su parte física, como la
encuadernación o soporte. Son muchos los materiales, destinados a estu-
diantes e investigadores, que forman parte de una biblioteca y han desa-
parecido temporal o permanentemente del plan de estudios o de las líneas
de investigación de la universidad por resultar obsoletos o de escaso inte-
rés para los usuarios. Así, aunque su demanda actual es casi nula, puede
ser interesante digitalizarlo de cara al futuro, pensando que en cualquier
momento algún investigador pueda interesarse en la información que con-
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [55]

tiene. Hasta el momento se conservaban en microficha, que recogía su con-


tenido, no su forma física. Pero la necesidad de infraestructuras onerosas
para su lectura y las dudas acerca de su perdurabilidad en el tiempo han
relegado este tipo de soporte a favor de los digitales.

A continuación, y siguiendo a la Library of Congress, detallamos los puntos


básicos para establecer los criterios de selección de la colección a digitalizar en
aras de promover su preservación y difusión.
1. Valor: los documentos cuyo valor sea de una importancia considerable son
un objetivo claro de la digitalización, con independencia de su soporte. No
solo supone que esos documentos, en principio más solicitados, lleguen a
mayor número de usuarios en menor tiempo, sino que también garantizará
que se encuentre en un soporte seguro y mantenido en buenas condiciones
por un mayor periodo de tiempo. Incluso podríamos afirmar que por
tiempo indefinido, bajo los cuidados pertinentes y en unas condiciones de
conservación adecuadas.
2. Condición: muchas colecciones bibliotecarias contienen materiales ya inu-
tilizables por su mala conservación, dañados debido al paso del tiempo,
por el mal uso dado, por su fragilidad o por estar almacenados en sopor-
tes poco estables. Estos son claros candidatos a la digitalización.
3. Uso: los materiales originales con una gran demanda y cuyo coste de re-
posición es elevado son candidatos a ser reproducidos digitalmente para
su conservación.
4. Originales con alguna peculiaridad: los materiales originales, en diferentes
formatos físicos y características, pueden incluirse en el plan de digitaliza-
ción, como por ejemplo algunos documentos en formato papel, fotogra-
fías, negativos y documentos en color.

En definitiva, cuando la selección se realiza para promover la preservación de


los materiales, han de responderse a los interrogantes que plantea Janet Gertz:
fi ¿Se daña o se pone en peligro el documento o la colección? Esta es la pre-
gunta esencial para la preservación. Un documento histórico único, como
puede ser el acta de constitución de una ciudad o cualquier otro tratado
relacionado con su historia, donde se halla la universidad y que se en-
cuentran depositados en ella para su conservación y estudio, es objeto in-
dudable de digitalización al considerársele documento histórico de espe-
[56] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

cial relevancia. Pero además debemos estudiar si pertenece a una colección


de documentos dispersos geográficamente y sobre todo su estado de con-
servación. Antes de exponerlo a los riesgos de un proceso de digitalización
han de ser consultados los expertos en restauración de documentos.
fi El documento que hemos seleccionado ¿tiene suficiente valor para justifi-
car la preservación? Su valor vendrá indicado por:
– Las características físicas del documento: ilustraciones, cubiertas de va-
lor, etcétera.
– Su importancia histórica.
– El contenido intelectual, si es importante para la enseñanza y/o la in-
vestigación.
– La consonancia con los objetivos que se marca la institución a la que
pertenece la biblioteca.
– Si contribuye a la memoria histórica de la institución.

fi ¿El microfilm o la copia de preservación realizada en cualquier otro so-


porte puede representar con exactitud su contenido y ser utilizado de ma-
nera adecuada? No hay que olvidar que existen factores tales como el apli-
car un mal contraste del color o una paginación errónea que pueden hacer
el cambio de formato inútil, por resultar este poco fiel a su original.
fi ¿El valor del documento a digitalizar es lo suficientemente importante como
para asumir el coste que va a suponer su digitalización?

Situémonos ante los materiales de que consta nuestra colección y responda-


mos una por una a estas preguntas.

3.2. Lista de control para la fase de preparación de la digitalización

Tal y como se ha señalado anteriormente, cuando se aborda el proceso de di-


gitalización de la colección, se realiza por cuestiones de preservación. Cuestión
de importancia cuando lo abordamos es conocer a qué tipología de material nos
estamos refiriendo y las condiciones en las que se encuentra. Así, para terminar
con la selección de material para la digitalización, es interesante utilizar la tabla
de control que propone la Universidad de Cornell, y que indudablemente debe-
mos plantearnos antes de iniciar la digitalización de cualquier documento.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [57]

1) Debemos tener en cuenta las propiedades de los documentos, para valorar


si son susceptibles de digitalizar. Para determinarlo nos plantearemos las
siguientes cuestiones:

Cuestiones sobre las características de los documentos SÍ NO

¿El material se presta a la digitalización?


¿Puede capturarse el contenido informativo de manera apropiada
en formato digital?
¿El formato y la condición del material constituyen impedimentos
graves para la digitalización?
¿Los materiales tipo microfilm o diapositivas se encuentran
disponibles y en buenas condiciones?
En relación con los distintos tipos de documentos ¿cuál es el tamaño
y la complejidad de la colección?
Observaciones

2) Nos planteamos las siguientes cuestiones relacionadas con la preservación:

Cuestiones sobre la preservación SÍ NO

¿Se pondrá en peligro el material durante el proceso de digitalización?


¿Los productos digitales creados reducirán el uso de los originales
de tal modo que queden protegidos de la manipulación?
¿La reproducción digital será un medio para reemplazar los originales?
Observaciones

3) Tendremos en cuenta cómo tenemos organizada la documentación e in-


tentaremos dar respuesta a las siguientes preguntas:

Cuestiones sobre la organización y documentación SÍ NO

¿El material a digitalizar se encuentra en un orden coherente y lógico


estructurado?

¿Se encuentra paginado? o, si no es así, ¿su organización está indicada


en algún otro medio?

¿Está completo?

¿Existe información descriptiva, de navegación o estructural adecuada


sobre el material? Ej.: registros bibliográficos o búsqueda asistida
del material
[58] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

4) Se prestará atención al uso previsto de los documentos a digitalizar. Así


nos preguntaremos:

Cuestiones sobre el uso SÍ NO

¿Qué nivel y frecuencia de uso se prevén?

¿Se conocen claramente las necesidades del usuario?

¿La digitalización puede soportar estos usos?

¿El acceso al material se incrementará como consecuencia de la digita-


lización?

¿La institución puede soportar los nuevos usos: por ejemplo, impresión,
navegación, revisión detallada?

¿Cuáles son las cuestiones sobre seguridad o acceso que deben tenerse
en cuenta? Por ej.: acceso restringido a distintos materiales, personas
o uso de acuerdo con determinadas condiciones

5) Se debe calcular el incremento que puede sufrir la colección digitalizada,


pensando en:

Cuestiones sobre el incremento de la colección SÍ NO

¿La digitalización proporciona ventajas adicionales? Por ej.: mayor


disponibilidad y acceso a recursos digitales complementarios, al incluir
los datos y los metadatos

¿Existe la posibilidad de obtener una cooperación multiinstitucional?

¿Existe la posibilidad de crear una coherencia temática o una masa


crítica de documentos?

6) No hay que olvidar la posibilidad de que se estén duplicando esfuerzos.


Para evitarlo responderemos a:

Cuestiones sobre la duplicidad de esfuerzos SÍ NO

¿El material ha sido digitalizado anteriormente por otra institución?

Y si así fuera, ¿los archivos digitales son de una calidad y funcionalidad


suficientes para servir a sus fines?

¿Qué condiciones regulan el acceso y uso de esos archivos?


MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [59]

7) No se puede abordar ningún proyecto de digitalización si no disponemos de


la suficiente capacidad en la institución. De esta manera, deberemos tener en
cuenta la capacidad institucional con que se cuenta, intentando aclarar si:

Capacidad técnica de la institución SÍ NO

¿La institución dispone de la infraestructura técnica necesaria para


la gestión, entrega y mantenimiento de los materiales digitalizados?

¿Sus principales usuarios poseen recursos informáticos y de conectividad


apropiados para utilizar de manera eficaz estos materiales?

8) Con todo esto analizado, solo faltará conocer si se cuenta con los recursos
financieros adecuados:

Cuestiones sobre los recursos financieros SÍ NO

¿Se puede determinar el costo total de la digitalización de la


documentación, es decir, selección, preparación, captura, indexación
y control de calidad?

¿El coste se encuentra justificado de acuerdo a los beneficios, reales


o percibidos, que provengan de la digitalización?

¿Existen fondos para respaldar este esfuerzo?

¿Existe un compromiso institucional para gestionar y preservar de


forma continuada estos archivos?

Si podemos dar una respuesta coherente y positiva a todas estas preguntas y


propuestas tendremos las bases para realizar una buena selección del material a
digitalizar. Más adelante incidiremos en estos puntos, al profundizar en el tema
de la digitalización propiamente dicho.
Intentemos ahondar en algunas de estas cuestiones de forma metódica para
que, lo que puedan parecer puntos poco matizados, queden lo bastante sólidos
para poder hacer una buena selección de materiales.

4. ANÁLISIS DE RECURSOS NECESARIOS

En este punto haremos un análisis exhaustivo de los recursos necesarios, tanto


de infraestructuras físicas como de personal responsable de la digitalización y el
[60] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

mantenimiento de la colección digitalizada, ya que será necesario dotar a la bi-


blioteca de personal con conocimientos suficientes para manipular la colección
digital en beneficio de los usuarios y en atención a sus demandas. Según los ob-
jetivos de cada proyecto, para planificar y presupuestar cada uno de los ítem, la
biblioteca debe cumplimentar un cuadro que los pondrá en relación. A conti-
nuación se ofrece una guía de ejemplo:

Objetivos Necesidades Necesidades Necesidades


de hardware de software de personal

Ofrecer la información primaria tan


rápido como sea posible, con la má-
xima interacción con el usuario

Ofrecer una amplia gama de solu-


ción a necesidades de información

Ayudar a los usuarios a distinguir las


fuentes primarias de las secundarias

Ayudar a los usuarios a realizar


uniones entre los diferentes ítemes
de las diferentes colecciones y salas

Capturar los elementos esenciales


en las entrevistas de referencia para
que los usuarios puedan encontrar
la información que precisan sin nin-
guna ayuda

Comunicar al usuario qué ítem no


está en la biblioteca digital propia
y que deben acudir a otros puntos

Desarrollar nuevas técnicas de bús-


queda para objetos multimedia e
integrar estas técnicas en el inter-
face

Determinar claramente qué es lo


que pertenece a la colección física
de la universidad y qué proviene de
Internet

Distinguir y descargar de forma rá-


pida textos, gráficos y sonidos faci-
litando los visualizadores
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [61]

4.1. Necesidades de infraestructura

En primer lugar, necesitamos crear o adquirir unas infraestructuras básicas


que nos ayuden y nos aseguren la eficiencia de nuestra biblioteca digital. No ol-
videmos que las infraestructuras necesarias no solo son para el acceso a los ma-
teriales digitalizados, sino también para el proceso de digitalización completo,
con lo cual deberemos analizar cuáles son nuestras necesidades iniciales para di-
gitalizar el material elegido y cuáles son nuestras necesidades posteriores para op-
timizar el uso de ese material tanto dentro como fuera de nuestro centro. Dado
que se procurará que el material digitalizado pueda ser objeto de consulta por
cualquier persona del campus, debemos plantearnos si contamos en la institución
con los elementos necesarios para que todo esto se haga realidad. Así, en el caso
de los usuarios internos de la organización, tal y como detallamos en la auto-
evaluación de la organización, tendremos que hacer un análisis de las dotaciones
que debería tener nuestro campus para que el uso de la colección digitalizada
llegue a todos ellos de forma óptima.
Por otro lado, unas buenas infraestructuras no solo deben estar preparadas
para soportar el trabajo que realizamos ahora mismo, es decir, para tolerar la
puesta en marcha de una biblioteca digital, sino también para el crecimiento fu-
turo que pueda sufrir esta biblioteca.

Por ello, presentamos el siguiente resumen:


• Infraestructura de la colección: necesitamos un sistema preciso que nos asegure la crea-
ción, preservación y exposición de las colecciones digitales creadas.
• Infraestructura del acceso: son imprescindibles también unos sistemas para ayudar a los
usuarios a encontrar y entender qué materiales de los que necesitan se encuentran en nues-
tra colección digital. Aquí incluiríamos los medios técnicos y nuevas tecnologías (hardware y
software).
• Servicios comunes: deberemos contar con un pequeño conjunto de servicios de base usa-
dos por otros componentes de la organización.

Echemos un vistazo de nuevo al cuadro de necesidades de infraestructura que


hemos incluido en la primera parte de esta guía, intentando dar una explicación
lo más detallada posible a cada uno de los componentes, de forma que obtenga-
mos como conclusión una idea precisa de las necesidades materiales con que nos
enfrentamos.
Tres son los aspectos a tratar referentes a infraestructuras:
[62] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

4.1.1. NECESIDADES DE HARDWARE

1. Servidores: son los ordenadores que ponen determinados recursos a dis-


posición de otros ordenadores denominados «clientes». Estos recursos pue-
den ser datos, aplicaciones, dispositivos externos, etc.
El servidor se encargará de albergar toda la información que digitalicemos
o que hayamos adquirido ya digitalizada, además de albergar las bases de
datos que referencian o contienen toda esta información. Estas máquinas,
que tienen una configuración determinada, no se utilizan para introducir
datos directamente, sino que se actualiza desde otros terminales.
En nuestro caso necesitaremos al menos uno, aunque se recomiendan al
menos dos servidores. Uno que albergue el software de la biblioteca y otro
que almacene la información resultante del trabajo diario de la misma, es
decir, tanto los datos de catalogación como los datos resultantes de la di-
gitalización de la biblioteca o los volcados de documentos ya digitalizados.
2. Sistemas masivos de almacenamiento:
Para calcular aproximadamente las necesidades de almacenamiento la Uni-
versidad de Cornell propone una fórmula de estimación. Los parámetros que
ofrece están vinculados a su proyecto de digitalización, por lo que se han es-
tandarizado de la siguiente forma para que resulte de aplicación más genérica:

Almacenamiento total necesario = cantidad de archivos de imágenes +


cantidad de archivos de texto ¥ tamaño de archivo promedio ¥ 1,25

Estas recomendaciones dependen, por supuesto, de las peculiaridades de


la biblioteca objeto de digitalización, ya que no se necesitan las mismas ca-
racterísticas para una biblioteca eminentemente de documentos textuales
que para una biblioteca en la que predominen las imágenes.
• Discos duros: es el sistema de almacenamiento por excelencia. Suelen ser
uno o varios dispositivos internos o externos de almacenamiento fijos o
extraíbles que permiten la grabación y lectura múltiple. Hasta ahora se
necesitaba un dispositivo que permitiese el traslado del disco duro y su
conexión a un puerto estándar de comunicación, si bien actualmente es-
tán proliferando en el mercado los discos duros extraíbles en formato
comercial. Estos dispositivos se ofrecen integrados por puerto USB con
una capacidad de hasta 80 Gb, que se incrementa día a día.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [63]

El servidor o servidores de la biblioteca digital constarán de un disco


duro de gran capacidad, dependiendo del tamaño de la biblioteca y de
las expectativas de digitalización que se tengan.
Los ordenadores que nos sirvan como máquina de consulta o de intro-
ducción de datos —también llamados, respectivamente, cliente y con-
sola— constarán de, al menos, un disco duro de una capacidad igual o
superior a 20 Gb. Estos ordenadores estarán, evidentemente, conectados
en red con el servidor para poder extraer la información que necesiten y
para poder almacenar en él la información que generen, sea del tipo que
sea. De esta forma, la información que nosotros queramos incluir, aun-
que se genere en una máquina en particular, en realidad estará al mo-
mento a disposición de cualquiera que tenga acceso a nuestro servidor.
Se recomienda una capacidad mínima de al menos 20 Gb dado el bajo
precio que tiene actualmente la memoria. Un disco duro mayor contri-
buye a conseguir más rapidez de trabajo, y permite instalar programas
complementarios —de retoque de fotografía o edición de páginas web—,
necesarios en muchos casos para la edición de una biblioteca digital.

Los sistemas de almacenaje externos que citamos a continuación necesitan


un dispositivo especial para su lectura, acceso o volcado de información.
• Disquete: para nuestra biblioteca digital únicamente serán útiles de cara
a que los usuarios exporten la información que han de llevar a sus casas
puesto que es un dispositivo instalado en cualquier PC convencional. No
obstante, actualmente ya se fabrican PC’s que no incorporan lectores de
disquetes, por lo que el material almacenado en este tipo de soporte puede
quedar obsoleto, al igual que ocurrió con la información almacenada en
disquetes de 5/4. Es recomendable que la información que algunos ma-
nuales suelen adjuntar en disquete —ejercicios, prácticas, gráficos o da-
tos complementarios— se vaya volcando a otros soportes.
Su capacidad es limitada y estándar (0,72 o 1,44 Mb). El dispositivo
lector/editor que se necesita para su uso es una disquetera. Este dispo-
sitivo tiende a un uso cada vez menor debido a su escasa capacidad de
almacenamiento y a la poca fiabilidad y seguridad de la información
almacenada. De hecho, dada la facilidad con la que el soporte puede
dañarse es poco recomendable su uso para almacenar con seguridad in-
formación de importancia.
[64] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

• Unidades ZIP: es un dispositivo de almacenamiento similar al disquete


pero con una capacidad mayor, aunque también limitada y estándar
(100 Mb o 250 Mb). El dispositivo lector/editor que se necesita para
su uso es una unidad ZIP, distribuida por un solo fabricante. Los ZIP es-
tán cayendo poco a poco en desuso, dado que han aparecido formas de
almacenamiento más actuales y de mayor calidad por un precio más ra-
zonable que el que tiene hoy día una unidad ZIP. De cualquier forma,
como intercambiador de información, sigue siendo una buena herra-
mienta. Su papel va siendo asumido por las unidades de CD ROM y DVD,
que han logrado mayor popularidad en el mercado.
• CD ROM: es un formato digital que puede estar pregrabado o en blanco
para grabar. Tiene una capacidad limitada y estándar (650 o 700 Mb).
Los pregrabados contienen una información que no se puede borrar ni
modificar, pero que, según el sistema que ofrezcan, se puede exportar
o copiar en otros ficheros. El dispositivo de acceso que se necesita lleva
el mismo nombre que el soporte, se llama lector de CD ROM. Los discos
grabables necesitan una unidad de grabación que ya se encuentra en el
mercado a precios muy asequibles. Estos dispositivos, a su vez, pueden
funcionar como lectores de CD pregrabados.
Actualmente, una unidad lectora de CD ROM cuenta con una transfe-
rencia máxima de 52X-velocidades, una velocidad de transferencia de
7,8Mb/seg y un tiempo de acceso de apenas 80 mseg. Este tipo de uni-
dad de CD ROM es ideal para todo tipo de aplicaciones multimedia,
cuenta con soporte DMA (acceso directo a memoria) para una velocidad
de transferencia mayor y un menor uso de la CPU.
Actualmente, una grabadora de CD ROM cuenta con una velocidad de
grabación de hasta 52x, de regrabación de 24x y de lectura de 52x.
Debe ser compatible con la mayoría de los formatos de CD. Otras ca-
racterísticas básicas que debe tener son las de extracción de audio di-
gital a alta velocidad que permite una óptima grabación de discos de
música, tecnología Burn proof —acrónimo de Buffer UnderRuN proof:
memoria búfer de 2 Mb para prevenir el vaciado del búfer durante la
grabación—…
Apuntaremos, por último, que en cuanto a los CD ROM grabables tene-
mos dos modalidades: los que están preparados para grabar una vez
(CD-R) y los que están preparados para grabar en una ocasión, poder
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [65]

borrar la información almacenada y volver a grabar una información


distinta (CD-RW). El proceso de borrado y regrabado, con la tecnología
actual, es relativamente lento, pero es de esperar que esto mejore.
Para la administración de nuestra biblioteca digital pueden ser bastante
útiles, actuando como soporte de seguridad. En la actualidad tiende
también a ofertarse como forma de exportación de la información ex-
traída, sustituyendo al soporte disquete anteriormente mencionado, o
bien a través de la misma red o de los nuevos soportes de uso cada vez
más extendido: pendrive, etcétera. Dado el abaratamiento reciente de
estos dispositivos, podría ofertarse en algunos de los ordenadores de con-
sulta de la biblioteca para los usuarios más avanzados, o que no dis-
pongan en sus PC de lectores de disquetes.
En cuanto al uso por parte de la biblioteca en sí, cada vez son más los
manuales que adjuntan un CD ROM pregrabado en lugar de disquetes.
También, dentro de lo que es propiamente la colección que conforma
la biblioteca digital, contaremos con mucho material que adquiriremos,
ya digitalizado, en este formato: bases de datos, publicaciones periódi-
cas, etcétera. De esta manera, como puede verse en la experiencia piloto,
han de ser contemplados en el mismo interfaz que el resto del sistema.
• DVD: es un soporte digital que puede estar pregrabado o en blanco para
almacenar. Tiene una capacidad limitada y estándar: 4,7 Gb (los deno-
minados de una cara y una capa), 9,4 Gb para los DVD-RAM de doble
cara. Los que ya están pregrabados contienen una información que no
se puede borrar ni modificar, pero que, en la mayoría de las ocasiones,
se puede exportar o copiar en otros ficheros. El dispositivo lector que
se necesita para su uso lleva el mismo nombre que el soporte.
Un DVD ROM actual funciona a una velocidad de 16x, implementa una
ratio de transferencia de datos 32x, reproduce discos DVD ROM desde
4,7 Gb hasta 17 Gb (doble cara), además de CD ROM, CD-R y CD-RW.
Con un disco DVD de 4,7 Gb se consigue más de dos horas de vídeo con
una excepcional claridad y definición. Puede también funcionar como un
lector CD ROM de 40x.
Para nuestra biblioteca digital pueden ser bastante útiles, aunque es di-
fícil que los usuarios puedan utilizarlos como soporte para grabarse in-
formación, porque para ello el dispositivo debe permitir además de leer,
grabar, y los costes de las grabadoras son mayores que en el caso de los
[66] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

CD. En cuanto a la biblioteca en sí, y aunque aún no es muy corriente,


ya algunos manuales adjuntan un DVD, por lo que es de suponer que
esta práctica cada vez será más habitual entre las editoriales. Editores
de enciclopedias, especialmente de información iconográfica, publica-
ciones periódicas y bases de datos empiezan a utilizar este método de
volcado, publicando sus contenidos en este formato. La calidad de ima-
gen y las posibilidades son muy superiores a las de los otros soportes
digitales o magnéticos. El DVD permite la interactividad de una forma
muy avanzada, así como el aumento de información ofrecida. Con res-
pecto al CD ROM, se prefiere el DVD para las bases de datos porque tiene
más capacidad de almacenamiento y ofrece mejor calidad de imagen
para fotografías o dibujos. Así, el DVD poco a poco va ganando terreno
al CD ROM y a otros soportes en lo que respecta a la distribución de ba-
ses de datos, que hasta ahora se editaban en CD ROM o se distribuían
on line. Muchas bases de datos que estaban on line porque su volumen era
excesivo para albergarlo en uno o varios CD ROM, ahora tienden a su
publicación en DVD. De este modo, viene a solucionar uno de los pro-
blemas habituales de las suscripciones de las bibliotecas a las bases de
datos en línea, ya que una vez la hayamos rescindido tendremos los da-
tos históricos alojados en este soporte.
• Cintas DAT: son dispositivos de almacenamiento de datos cuya capaci-
dad suele oscilar de 2 a 72 Gb y entre los 60 y los 125 minutos. Han
gozado durante bastante tiempo de gran popularidad como soporte de
seguridad y sistema de almacenamiento de las copias de seguridad. En
la actualidad su uso tiende a reducirse en los sistemas medianos debido,
en gran parte, a la dificultad de lectura de la información en ese soporte.
Es por ello por lo que muchos sistemas optan por realizar las copias de
seguridad directamente en CD ROM o DVD. A pesar de este inconveniente,
es un soporte de gran fiabilidad y recomendable para una biblioteca di-
gital. El resto de soportes acaban quedándose pequeños en un espacio
más o menos amplio de tiempo, por la gran cantidad de datos que se
van acumulando.
Es uno de los dispositivos que podríamos llamar de crecimiento de la
biblioteca. Antes decíamos que no solo debíamos pensar en el presente
de la biblioteca digital, sino que también debíamos prepararnos lo más
posible para su futuro. Pues bien, aunque en un principio las copias de
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [67]

seguridad se puedan hacer en soportes como el CD ROM, a largo plazo


es de suponer que nuestra base de datos alcanzará un volumen que su-
perará los formatos tradicionales, con lo cual tendremos que buscar
otros medios, y las cintas DAT pueden ser uno de los más apropiados.

3. Monitores: tanto los servidores que almacenan los datos, como los orde-
nadores personales que se utilizarán como máquinas de consulta y gene-
ración de información, necesitan indefectiblemente visualizadores de la in-
formación, es decir, monitores. No obstante, las máquinas dedicadas a
servir información en remoto no necesitan tener siempre un monitor ins-
talado.
Dependiendo del tipo de biblioteca digital a la que nos enfrentemos, los
monitores también deberán tener unas características u otras. Pero lo real-
mente importante es la configuración de los mismos, que también obede-
cerá al tipo de biblioteca a la que tienen que servir. Si se trata de la digita-
lización de una biblioteca en la que las imágenes son de escasa importancia,
con monitores de 15 o 17 pulgadas es suficiente. Si, por el contrario, se
trata de una biblioteca donde las imágenes son el producto más impor-
tante, debemos pensar en la posibilidad de adquirir monitores de 19 o in-
cluso de 21 pulgadas.
De forma general, podemos hacer el siguiente análisis de monitores y de
su configuración:
VGA= 640 ¥ 480
SVGA= 800 ¥ 600
XGA= 1024 ¥ 768
SXGA= 1208 ¥ 1024
UXGA= 1600 ¥ 1200

Para una evaluación eficaz de los monitores deberemos tener en cuenta:


• Calidad de imagen. Suele venir determinada por la frecuencia de ba-
rrido vertical del monitor. En los monitores de tubo catódico, el rayo
de electrones recorre la superficie de la pantalla desde la esquina supe-
rior izquierda, barriéndola de izquierda a derecha y de arriba abajo. La
frecuencia de refresco, medida en hertzios, es el número de veces que el
cañón de electrones barre la pantalla por segundo. Se recomienda un
mínimo de 70 Hz, o mayor. Esto hace disminuir el parpadeo del moni-
[68] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

tor, alcanzando mayor resolución en las imágenes, siendo estas más ní-
tidas y estables. Otro de los puntos que influyen en la calidad de la ima-
gen es el Dot PItch (tamaño del punto). El punto del monitor es la uni-
dad física mínima que puede verse en pantalla. En función de la
resolución lógica que se utilice, la salida se adapta para que un píxel
ajuste con una o varias de estas unidades. Cuanto más pequeños sean
estos puntos, menor es el tamaño del píxel lógico. Obviamente, las re-
soluciones más altas consiguen una mejor calidad de la imagen. El ta-
maño aconsejable es 0,25 (uno mayor produce imágenes deficientes en
resoluciones mayores de 800 ¥ 600). Más adelante trataremos las ca-
racterísticas de la tecnología TFT.
• Tamaño. Actualmente existen monitores de 9, 14, 15, 17, 19, 20 y 21
o más pulgadas. Los más extendidos en su uso son los de 15", aunque
cada vez se van popularizando más los de 17". Ello se debe en gran me-
dida a que soportan fácilmente las resoluciones de 1600 ¥ 1200 píxe-
les. Píxeles es la forma contraída inglesa del concepto Picture Element,
unidad de medida de la capacidad de pantalla de un monitor. Los pí-
xeles tienen forma de puntos y la cantidad de ellos que aparece en la
pantalla indica la resolución. Así, un punto muestra la menor unidad
gráfica de medida de una pantalla.
• Facilidad de uso y sofisticación de los controles de ajuste y calibración.
• Aptitud para la tarea. Dentro de ella podríamos incluir la calidad en el
puesto de trabajo. La mayoría de pantallas que hasta el momento se
han enunciado tienen, frecuentemente, una serie de condicionantes no-
civos para el trabajador, ya que provocan cansancio ocular, irritación,
etcétera. Por ello, cada vez están más extendidas las pantallas TFT, por
lo que las trataremos luego con más detenimiento.
• Coste. No hay que olvidar que los costes son variables en el tiempo y
dependerán siempre del tipo de biblioteca a que nos refiramos. Obvia-
mente, una cuyo fondo esté compuesto principalmente por archivos de
imagen necesitará siempre monitores de unas características superiores
a los necesarios en una biblioteca compuesta básicamente por docu-
mentos de texto.

Las características de este tipo de monitores, dependiendo de su tamaño,


deben ser:
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [69]

Monitor de 15":
– Monitor color de alta resolución de 15" (visible 13,8")
– Resolución máxima: 1024 ¥ 768 a 60 Hz NE
– Frecuencia horizontal: 30-61 kHz
– Frecuencia vertical: 50-120 kHz
– Ancho de banda: 110Mhz

Monitor de 17":
– Área de visualización: 15,7"
– Tamaño de punto: 0,28
– Resoluciones:
640 ¥ 480 a 85 Hz NE
800 ¥ 600 a 85 Hz NE
1024 ¥ 768 a 85 Hz NE
1280 ¥ 1024 a 60 Hz NE
– Tubo de imagen:
Deflexión de 90º
Recubrimiento de sílice con propiedades antielectrostáticas
Sustancia luminiscente (fósforo) de persistencia media corta
– Pitch CRT: 0,28 mm
– Vídeo:
Resolución: 1280 ¥ 1024 (máx.)
Frecuencia horizontal: 30-70 KHz
Frecuencia vertical: 50-160 Hz
Ancho de banda: 110 MHz

Monitor de 19":
– 19": 18" visibles (367 ¥ 276 mm)
– Tubo: Pantalla plana, antiestática y antirreflectante
– Tamaño de punto: 0,27 mm
– Controles OSD: UL195e0, CSA, TUV G/S, FCC Clase B, DHHS, MPR-II, ISO
9241-3, SEMKO, NEMKO, DEMKO, FIMKO, CE
– Resolución máxima: 1600 ¥ 1200 @75 Hz
– Ancho de banda: 205 MHz
– Frecuencias de refresco:
H.: 30-95 KHz – V.: 50-120 Hz
[70] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Monitor de 21":
– Monitor color de alta resolución de 21" (visible 20")
– Resolución máxima: 1600 ¥ 1200 @ 76 Hz NE
– Pitch CRT: 0,26 mm
– Frecuencia de refresco:
Horizontal: 30-96 kHz
Vertical: 50-160 kHz
– Ancho banda: 205 MHz

Volviendo a los monitores TFT debemos conocer sus características para


realizar una elección adecuada, pues se van normalizando y abaratando,
por lo que cada vez se utilizan más. La tecnología LCD (Liquid Crystal Dis-
play) ha avanzado considerablemente desde los primeros monitores que la
utilizaron hasta los actuales TFT. En la actualidad, la mayoría de pantallas
planas funcionan utilizando esta tecnología, que usa el cristal líquido para
mostrar las imágenes. El cristal de estos monitores tiene tantos transisto-
res como píxeles muestra y es el filtro de color el que matiza los tonos. Así,
lo que permite ver las imágenes es la diferencia de voltaje entre el filtro de
color y el vidrio TFT, pues se producen unos estímulos eléctricos que pro-
vocan el movimiento del líquido y suministran la luz necesaria para la vi-
sualización.
En estos monitores la resolución viene predefinida, ya que sus píxeles
no se dibujan, sino que se iluminan. Y lo hacen más o menos en función
de las órdenes que recibe de la tarjeta gráfica. Por tanto, la cuestión a
observar es el contraste que obtengan. Para que estos monitores alcan-
cen unos valores similares a los tradicionales su medida debe ser al me-
nos de 400:1.
Por estas características la calidad de la imagen conseguida con monitores
TFT no siempre es la adecuada para el trabajo con el tratamiento de imá-
genes de manera profesional. No olvidemos nunca que todo este análisis
debe adaptarse a las necesidades de la biblioteca que será objeto de digi-
talización. De hecho, las mayores ventajas que proporcionan se refieren a
cuestiones de salud (descanso de la vista por la reducción de emisiones elec-
tromagnéticas) y espacio, más que a la calidad de la imagen conseguida.
No obstante, es de suponer que en breve estos monitores competirán en
calidad de imagen con los tradicionales.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [71]

4. Impresoras: periférico que el ordenador utiliza para presentar información


impresa en papel, se utiliza para duplicar documentos, siempre de formato
plano. Quizá sea uno de los periféricos más antiguos, pues las primeras im-
presoras se crearon antes que los ordenadores personales o los monitores. En
sus primeros usos se utilizaban para presentar los resultados de los cálculos
en los primitivos ordenadores. Su creación representó un gran avance frente
al uso de las tarjetas y cintas perforadas que se usaban hasta ese momento.
Para la selección de la impresora adecuada debemos tener en cuenta los si-
guientes elementos:
• Velocidad. Hay que tener en cuenta que cuando los fabricantes indican
la velocidad de impresión de su producto está calculada para el 5 % de
la página impresa. La impresión se ha realizado en baja calidad, sin grá-
ficos y sin tener en cuenta el tiempo de procesamiento por parte del or-
denador. Se mide según los siguientes parámetros:
– ppm: páginas por minuto que puede imprimir. Este es el parámetro
más comúnmente utilizado.
– cps: caracteres (letras) por segundo que puede imprimir. Únicamente
se utiliza para medir la velocidad de las impresoras matriciales.

• Resolución. Mide la calidad de la imagen que se puede obtener, conse-


guida con el dibujo de puntos individuales que es capaz de realizar la
impresora. Su unidad de medida es la de puntos por pulgada (ppp).
Además de este parámetro, hay que tener en cuenta también el tamaño
de los puntos y su precisión. Si por ejemplo se indica una resolución de
2400 ¥ 1200 significa que imprime 2400 puntos en horizontal y 1200
en vertical.
• El buffer de memoria. Es un parámetro a tener en cuenta si la impre-
sora se va a dedicar a imprimir documentos con muchos megas de me-
moria. El buffer es la memoria que tienen las impresoras para almace-
nar parte de la información que les remite el ordenador, permitiendo
que este pueda realizar otros trabajos una vez ha enviado toda la in-
formación. El ordenador suele ser más rápido en el envío de la infor-
mación a la impresora que esta realizando la impresión. Indudable-
mente, a mayor buffer, mayor rapidez y comodidad al imprimir. Errores
típicos si tenemos un buffer inadecuado es el bloqueo del ordenador,
impresión muy ralentizada, o imposibilidad de imprimir determinados
[72] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

archivos u overflow. En la actualidad, la mayoría de impresoras dis-


pone de un buffer de memoria de varios megas.
• El interfaz de conexión. El más usual, hasta la fecha, ha sido el puerto
paralelo, denominado por muchos sistemas operativos como LPT1 o
LPT2. Actualmente, se está extendiendo la utilización de otro tipo de co-
nexiones como puertos serie (los utilizados por los ratones), infrarro-
jos o los cada vez más extendidos USB.

Tipos de impresoras entre las que elegir:


• Impresoras matriciales. Cada vez se usan menos, pero son imprescin-
dibles para el papel de autocopia o carbón. Se utilizan fundamental-
mente para la impresión de grandes listados, facturas, albaranes y de-
más documentos, por lo que suelen estar alimentadas por papel
continuo. La velocidad de impresión del texto suele ser bastante ele-
vada, pero generan en la impresión un gran ruido.
• Impresoras de inyección de tinta. Su principal ventaja es la sencilla uti-
lización del color y reducido precio. Su resolución en teoría es elevada,
pero dada la baja calidad de colocación de los puntos, el resultado suele
ser peor que el obtenido por una láser de mucha menor resolución. Es
utilizada principalmente por el usuario doméstico, o en las oficinas
cuando se precisa la impresión a color ocasionalmente a una calidad
aceptable. Su principal inconveniente suele ser el elevado precio de los
cartuchos de tinta.
• Impresoras láser. Obtienen mejor resolución que las anteriormente seña-
ladas. Imprimen mediante un láser que dibuja la imagen electrostática-
mente en un elemento llamado tambor que va girando hasta impregnarse
de un polvo muy fino llamado tóner (como el de fotocopiadoras) que se le
adhiere al papel por la carga eléctrica. Para estas es fundamental dis-
poner de memoria que permita almacenar la copia electrónica de la ima-
gen a imprimir. Cuanto más grande y de mayor calidad sea el documento
a imprimir, mayor cantidad de memoria se necesitará, y si no se dispone
de ella se puede producir el citado error por overflow. Su principal in-
conveniente para la mayoría de usuarios es que únicamente permiten la
impresión en blanco y negro, pues el precio de las láser de color es algo
más elevado. Sus principales ventajas son: rapidez, más silenciosas, es-
caso mantenimiento y precios asequibles en la sustitución de consumibles.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [73]

• Otras impresoras:
– Plotters. Su objetivo primordial es la impresión de planos, proyec-
tos de ingeniería o arquitectura mediante inyección de tinta. Por ello,
no son habituales en ninguna biblioteca, y únicamente se precisarán
en las especializadas, como cartotecas o de arquitectura. Trabajan
con enormes formatos, DIN-A1 (59,4 ¥ 84 cm) o superiores.
– Impresoras especiales para fotos. Utilizan ceras o tintas sólidas para
garantizar la pureza del color, pero a un coste más elevado que las
de inyección de tinta. Se usan para la impresión de fotos con resul-
tado profesional (imprenta o autoedición), ya que la calidad de su
resultado las hace indistinguibles de las fotografías tradicionales.
– Impresoras de gran tamaño de inyección de tinta. Permiten la im-
presión de formatos de hasta A2 (42 ¥ 59,4 cm) y aúnan las ventajas
de las impresoras de tinta, en cuanto a velocidad, color y resolución,
junto a un precio bastante aceptable. Permiten la impresión de car-
teles, pósteres, pequeños planos o pruebas de planos grandes, así como
cualquier trabajo que puede realizar una impresora de tinta normal.
– Impresoras para grupos. Disponen de una gran capacidad, y pueden
trabajar sin estar conectadas a un ordenador. Actualmente tienen ca-
pacidad de fotocopiadora, clasifican e incluso encuadernan. Se utilizan
en grandes organizaciones, con un gran flujo de trabajo de impresión.

Dependiendo de las características de nuestra biblioteca, elegiremos un tipo


u otro de impresora. Si se trata de la digitalización de una biblioteca en la
que las imágenes son de escasa importancia, con impresoras en blanco y
negro tendremos suficiente, y así podremos comprar, por un precio más o
menos asequible, impresoras láser, que ofrecen mejor calidad de impresión
y son más limpias a la hora de imprimir. Si, por el contrario, se trata de
una biblioteca donde las imágenes son el producto más importante, debe-
mos pensar en la posibilidad de adquirir impresoras que tengan la opción
de imprimir en color. Para ello, hay que contar con impresoras de inyec-
ción de tinta porque las impresoras láser con la opción de color tienen un
elevado precio aún, tal y como veremos más adelante.
Concluyendo, los criterios clave de evaluación de una impresora los po-
dríamos resumir en los siguientes:
• Resolución y espaciado de los puntos.
[74] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

• Reproducción del color.


• Representación de los tonos.
• Capacidad de mejora de la imagen.
• Tamaño del documento soportado.
• Comparación entre la impresión a una sola cara y a doble cara.
• Medios soportados (papel liso o recubierto, transparencias, sobres, etcétera).
• Velocidad y capacidad.
• Idiomas de descripción de página y formatos de imagen sin tratamiento
soportados.
• Capacidades de red.
• Costes.

Teniendo claro el tipo de material que estamos dispuestos a digitalizar, ana-


lizaremos estos puntos sobre las impresoras que haya en el mercado, y ad-
quiriremos la que se adapte más a nuestras necesidades y a los documen-
tos que forman nuestra colección digital prioritariamente. A modo de
resumen —tal y como reseña Bustos Ramírez, L.: Sistemas de impresión.
Disponible en la web: http://www2.udec.cl/~lorbusto/tarea1a.html—, se
puede decir que, en función de la adecuación al uso, se utilizaría:

Uso Impresora a utilizar Comentarios

Textos, copias múltiples, listados, Matricial Baratas, bajo mantenimiento,


facturas poca resolución

Textos y gráficos en blanco y ne- De tinta Baratas, consumibles algo caros,


gro y color resolución aceptable

Láser color Caras, muy rápidas, alta resolución;


para grandes cargas de trabajo

Textos y gráficos en blanco y negro Láser blanco y negro Mayor inversión inicial, menor
mantenimiento, alta resolución

Formatos grandes, pósteres, car- De tinta gran formato Baratas, formatos algo reducidos
teles, planos para planos (A3, A2)
Plotter Caros, específicos para planos, for-
matos A1 o A0

Fotografías Sublimación, ceras sólidas o similar Caras en consumibles, formato re-


ducido, algo lentas, gran calidad,
muy caras en formatos grandes

Grandes cargas de trabajo Láser color o blanco y negro de Caras, bajo mantenimiento, alta
alta gama velocidad y resolución
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [75]

5. Capturadoras de imagen
• Escáner: es un dispositivo capaz de leer imágenes y texto estático y enviar-
los al ordenador. Desde el ordenador tendremos la posibilidad de imprimir
estas imágenes, modificarlas, etcétera y sobre todo la posibilidad de alma-
cenarlas. Actualmente, muchos de los escáneres domésticos son de una ca-
lidad aceptable y pueden servir en algunos casos para realizar trabajos es-
porádicos de digitalización de documentación (si no son de gran volumen
o de especial cuidado su uso). Los escáneres más habituales son los planos,
versátiles y fáciles de manejar. Todos ellos utilizan una tecnología básica en
la cual un sensor de luz y una fuente de luz, ambos montados sobre un brazo
móvil, pasan sobre el documento que está fijo sobre una placa de vidrio.
Un escáner es de fácil uso, coste bajo, y la calidad que ofrece es lo sufi-
cientemente buena para confiar en la legibilidad del documento. Por ello,
está empezando a ser el método más utilizado para la digitalización de tex-
tos. La otra posibilidad para garantizar la conservación y acceso frecuente
es la microfilmación del documento, pero, sin duda, es mucho más costosa
en todo tipo de recursos y de acceso mucho más complicado.
Por ejemplo, para digitalizar un texto en papel es un método magnífico,
ya que, además, por las características del documento resultante, su inclu-
sión en la base de datos de la biblioteca digital es mucho más sencilla y el
acceso al mismo es más simple.
Para la biblioteca digital es primordial contar con varios tipos de escáne-
res. Según el tipo de universidad en el que esté inmersa la biblioteca digi-
tal, el escáner tendrá que cumplir unos requisitos y tener unas características
determinadas. No es igual enfrentar la digitalización de una biblioteca donde
la mayoría de los documentos son texto (por ejemplo, la biblioteca de una
facultad de Derecho), que una donde los documentos principales son imá-
genes (por ejemplo: la biblioteca de una facultad de Bellas Artes).
La biblioteca de Cornell hace un estudio bastante exhaustivo de los siguien-
tes escáneres, ya que ellos tratan la digitalización de imágenes para su bi-
blioteca: plano (de mesa), con alimentador de hojas, de tambor, para mi-
crofilm y para diapositivas. Estos son algunos de los tipos de escáneres:
• Escáner plano. Es el más habitual en las oficinas. Estos son de sobre-
mesa. Suelen ser los más baratos del mercado, existen numerosos mo-
delos actualmente. Son los más utilizados por aquellos que comienzan
en el escaneado de la documentación. Son adecuados para toda la in-
[76] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

formación que no necesita un tratamiento especial por su valor. Dis-


ponen de una superficie plana de vidrio en la que se deposita el origi-
nal, habitualmente opaco (folios). La captura de la imagen o texto se
realiza mediante un CCD (Coupled Charge Device, Dispositivo de Carga
Acoplada), que se desplaza a lo largo del área de captura. Algunos de ellos
tienen una tapa o accesorio que permite también la captura de trans-
parencias (no obstante, en pocos casos pueden sustituir a los especiales
para el escaneado de este tipo de información). También pueden dis-
poner de distintos accesorios para la carga automática de documenta-
ción, lo que permite el rápido escaneado de cantidades medias de texto
(50-100 páginas). No suelen servir para el escaneado masivo de docu-
mentación, ya que la gran mayoría de escáneres que disponen de carga
automática suelen dar problemas en la misma.
• Escáner de transparencias. Se utiliza para el escaneado de transparencias
y negativos en distintos formatos. Dentro de esta categoría se encuentran
los de 35 mm y los de formato múltiple. Los de 35 mm únicamente es-
canean negativos y transparencias en este formato a una alta resolución.
Los escáneres multiformato permiten la captura de transparencias y ne-
gativos hasta un formato de placas de 4" ¥ 5" o incluso 5" ¥ 7". Dis-
ponen también de una elevada resolución. El principal inconveniente de
estos dispositivos es que no suelen permitir el escaneado de opacos.
• Escáner de tambor. Son los escáneres profesionales. Sirven para casos
de digitalización masiva de documentación. Son los utilizados por im-
prentas y casas de artes gráficas, y no se suelen utilizar prácticamente
en ninguna biblioteca digital. Con ellos se obtiene una gran calidad. En
este aspecto son los mejores, dada la tecnología que utilizan. Permiten
el escaneado tanto de transparencias como de opacos.
• Escáner aéreo. La ventaja de este modelo de escáner es que en el pro-
ceso de digitalización no se apoya el escáner sobre el material. Son uti-
lizados para la digitalización de material deteriorado, o con el que se
deba tener especial cuidado.

Es aconsejable tener unos requisitos mínimos cuando se va a adquirir un


escáner para digitalizar, aunque este se adquiera para digitalizar material
que no requiera ningún tipo de tratamiento especial. Las características téc-
nicas mínimas que debe cumplir un escáner son:
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [77]

– Resolución óptica: 600 ¥ 1200 dpi.


– Resolución máxima: 19.200 dpi interpolados.
– Escaneado: 48 bits para color y 12 bits para escala de grises.
– Interface: 36 bits.
– Velocidades: (usando un PC a 667 Mhz con 128 Mb de RAM, MS Win-
dows 98, a través del puerto USB).
• Previsualización en 18 seg.
• Foto en color 10 ¥ 15 cm para Microsoft Word - menos de 48 seg.
• OCR, página de texto completa para Microsoft Word.
• Menos de 73 seg.
• Dibujo en monocromo para Microsoft Word - menos de 43 seg.
– Salvar la información en múltiples formatos de archivos:
• Imágenes: TIFF y TIFF comprimido (TIF), PCX, JPEG (JPG), FlashPix (FPX),
GIF, PNG, BMP.
• Texto: TXT.
• Texto e imagen: PDF, RTF, HTML.
– Escalado de 10 a 2000 %, en incrementos de un 1 %, el rango de esca-
lado depende de la resolución seleccionada.
– Área de escaneado mínima:
• Reflectiva: 216 ¥ 297 mm (A4).
• Transparente: 127 ¥ 178 mm.
– Consumo:
• Con la lámpara apagada 8 W.
• En funcionamiento un máximo de 15 W.

Recordemos que estos requerimientos son mínimos, debemos adaptar el


escáner que queremos comprar a la biblioteca que queramos digitalizar y
aumentar nuestras exigencias dependiendo de este factor.
Una de las características fundamentales a la hora de seleccionar este dis-
positivo es su resolución óptica. Esta determina la calidad en que convierte
fotos, textos… en archivos digitales, consiguiéndolo a través de un juego
de lentes y bombillas, fotocaptadores y tecnología de rastreo. La medida
de esta resolución viene determinada por píxeles: a mayor número de pí-
xeles, mayor resolución de detalle se puede registrar.
Otras características que se deben tener en cuenta a la hora de elegir son:
profundidad de color, dimensiones de escaneado y conectividad. La pro-
[78] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

fundidad de color indica el número de colores capaces de captar el equipo.


Una profundidad de color inferior a los 24 bits es totalmente inadecuada
y desaconsejable. Respecto a las dimensiones de escaneado, prácticamente
todos los escáneres de sobremesa ofrecen una superficie similar, equiva-
lente a la de un folio DIN A4. En cuanto a la conectividad, cada vez es más
habitual el uso de puertos USB frente a los paralelos, ya que permiten una
mayor velocidad de escaneado. También se debe tener en cuenta el rango
dinámico o cantidad de diversas densidades o tonos que un escáner puede
registrar.
Otros puntos a tener en cuenta:
• Rapidez. Un factor importante es la cantidad de tiempo que se dedica
a escanear una imagen. Por ejemplo, si la documentación que debemos
escanear es abundante y necesita una resolución alta, el tiempo de es-
caneado es crucial; mientras que la rapidez no será un problema si de-
seamos escanear imágenes de vez en cuando y a bajas resoluciones. La
rapidez dependerá del hardware, software y, sobre todo, de las correc-
ciones que introduce durante el escaneado.
• Software. Al adquirir un escáner generalmente lleva un software aso-
ciado. Es habitual que sea un plug-in del Adobe Photoshop, o pequeño
programa que añade funcionalidades a un programa mayor y que se
activa al finalizar la captura de la imagen. Suelen llevar también aso-
ciados programas de reconocimiento de caracteres, asociables a cual-
quier programa de edición de texto. En el software, deberíamos tener
en cuenta las siguientes características:
❚ Autocorrección. En la edición de imágenes existen programas que
permiten una corrección básica. Los OCR que suelen ir asociados a
la mayoría de escáneres suelen tener una corrección bastante acep-
table para textos de una calidad media.
❚ Corrección tonal o de color. Es aconsejable que el programa de es-
caneado permita modificar los balances de color y tono, que per-
mitirán conseguir imágenes con mejor o peor calidad.
❚ Otros controles que suelen tener son: resolución de salida, nivel de
nitidez, dimensiones y ajuste de la exposición.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [79]

Concluyendo, una vez determinado el tipo de escáner, en su elección debemos tener en cuenta
la aplicación que se le va a dar, considerando:
• Resolución óptica.
• Rango dinámico.
• Profundidad de color.
• Rapidez.
• Conectividad.
• Software.
• Coste.

• Cámara de vídeo digital: es una capturadora de imágenes, principalmente


en movimiento. En nuestra biblioteca digital será interesante para captu-
rar actos del centro (seminarios, conferencias, etcétera) y poderlos guardar
en nuestra base de datos, de forma que queden a disposición del personal
del centro con fines docentes o como documentación para la investiga-
ción… La calidad que ofrece este tipo de instrumentos es excelente y el es-
pacio que ocupan los documentos recogidos es muy poco.
En este aspecto también deberemos analizar detenidamente el tipo de cá-
mara de vídeo que adquiriremos dependiendo del tipo de universidad en
el que está inscrita la biblioteca a digitalizar.
Actualmente, el formato más extendido en el mercado de cámaras digita-
les es el mini-DV, de diseño pequeño y compacto. Cabe citar como único
inconveniente que el máximo de duración de sus cintas es de 80 minutos.
Así, la grabación de un acto, como unas jornadas o conferencias, impli-
cará estar pendiente del cambio de cintas o disponer de una cámara auxi-
liar para no perder minutos de grabación. Las de 8 mm disponen de una
cinta más grande y gruesa, y utilizan las mismas casetes que los antiguos
formatos analógicos de 8 mm y Hi-8. La ventaja es que puede leer los ca-
setes de 8 mm y HI-8, y su principal inconveniente el tamaño, además de
que la duración de las cintas de grabación es similar a las de mini-DV.
Por otro lado, en el ámbito profesional encontramos el formato DV. No
obstante para el progresivo abaratamiento de costes es aconsejable que,
tanto la elección del equipo necesario para el desarrollo de este tipo de
actividades como la grabación en sí, se subcontraten y sean realizados
por profesionales.
Las características técnicas mínimas exigidas son:
[80] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

– Formato vídeo digital 8:


❚ Resolución de la imagen de hasta 500 líneas horizontales.
❚ Sonido de calidad digital.
– Sistema con calidad profesional de 1.070.000 píxeles.
– Pantalla LCD color de precisión.
– Zoom:
❚ 18x óptico: función de zoom sin distorsión, desenfoque u otra pér-
dida de calidad de imagen.
❚ 500x digital: sistema de sensores de imágenes CCD súper avanzado
para alargar el alcance del zoom óptico conservando la calidad de
la imagen. La tecnología de interpolación mejorada hace un zoom
digital limpio y claro.
– Autonomía Stamina: alrededor de ocho horas de autonomía.
– Consumo energético: 3,8 W/4,7W LCD.
– Distancia focal: 2,4-60mm.
– Posibilidad de conexión a PC.

• Cámara de fotos: es una capturadora de imágenes fijas. Combina las


propiedades de un escáner con la óptica de una cámara. A pesar de ser
más lentas y difíciles de utilizar que los escáneres tradicionales, las cá-
maras digitales se adaptan a una amplia variedad de documentos y ob-
jetos.
Su misión en una biblioteca digital es capturar imágenes o documentos que
por su formato, especial sensibilidad o cuidado no puedan ser escaneados.
Podemos capturar de forma segura un documento escrito por medio de
una cámara de fotos digital, sobre todo documentos de valor o materiales
frágiles que pueden sufrir algún daño si los escaneamos.
Por supuesto, no hablamos de una cámara de fotos digital común. Ha de
tener unas características determinadas para que la calidad y la legibilidad
del documento sean óptimas. De cualquier forma, la tecnología de estos
aparatos va en creciente mejora, ayudada por el aumento de consumido-
res en el mercado.
¿Qué cámara fotográfica adquiriremos dependiendo del tipo de univer-
sidad en el que está ubicada la biblioteca a digitalizar? En principio,
cuando se elige una cámara se puede optar entre una tradicional o una
digital.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [81]

Actualmente, las primeras superan en calidad a las de formato digital,


por lo que en muchos casos es recomendable elegir una de estas y esca-
near las fotografías, antes que optar por una digital de baja calidad. Para
elegir una cámara de fotos de uso profesional de formato tradicional es
importante tener en cuenta la luminosidad del objetivo y apertura del
diafragma.
En la elección de una cámara de fotos digital deberemos tener en cuenta
los siguientes elementos:
❚ Resolución. Es el equivalente a las películas en las cámaras tradiciona-
les. Las imágenes se guardan en un sensor de imágenes formado por pí-
xeles. A mayor número de píxeles, indudablemente, mayor resolución
y calidad de la imagen. Las de menos de 3 megapíxeles de resolución sue-
len ser bastante deficientes.
❚ Memoria. Las imágenes quedan almacenadas en la memoria de la cá-
mara, que suele ser una tarjeta extraíble y de diferente capacidad. Las
imágenes que se pueden almacenar dependerán de la cantidad de me-
moria de que se disponga y la calidad con la que se haya tomado la fo-
tografía.
❚ Pantalla LCD. Permite visualizar las imágenes tomadas.
❚ Zoom. El zoom de las cámaras digitales no es equivalente al de las
analógicas. En las cámaras digitales únicamente amplía la parte cen-
tral de la imagen, por lo que se pueden generar distorsiones. Hay al-
gunas que incluyen también el zoom como el de las cámaras analógi-
cas, que amplía la imagen completa mediante el uso de una lente
multifocal. Esta peculiaridad es crucial al digitalizar documentos, pues
el uso del zoom es habitual en la fotografía de detalle de manuscritos
o códices.
❚ Objetivo. Continúa siendo el elemento fundamental de la cámara, por
lo que hay que tenerlo en cuenta a la hora de su elección.
❚ Flash. Debe disponer de la opción de incorporar flashes externos.
❚ Otras cuestiones a tener en cuenta en este tipo de cámaras:
✒ Que los botones de control sean de fácil uso.
✒ Que disponga de conexión USB para conseguir una rápida descarga
de imágenes al ordenador.
✒ La velocidad del modo de reproducción. Si no es la adecuada puede
consumir un tiempo considerable el visionado de las fotos.
[82] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Las características técnicas mínimas de una cámara digital son:


– Tecnología de CCD con una resolución CCD de 2,3 megapíxeles (1091 ¥ 1212).
– Monitor LCD TFT: color de 45,7 mm (1,8").
– Formato de datos JPEG: EFIX V2.1.
– Resolución óptica: 2,1 megapíxeles.
• Alta: 1760 ¥ 1168 píxeles.
• Estándar: 896 ¥ 592 píxeles.
– Memoria: tarjeta de memoria extraíble de 8 Mb (debe admitir tarjetas
para ampliar la capacidad).
– Objetivo:
• Enfoque automático EA TTL.
• Zoom óptico de dos aumentos (2X).
• 38 mm-76 mm f/8.1-f/15.3.
• Zoom digital de tres aumentos (3X).
– Distancia de enfoque:
• Regular: 0,5 m - infinito.
• Macro: 0,25 m - 0,5 m.
– Flash: flash estroboscópico hasta 3 m de cuatro modos:
• Automático.
• De relleno.
• Reducción de ojos rojos.
• Desactivado.
– Exposición: automático centrada o compensada.
– Velocidad del obturador: 1/2 a 1/755 seg.
– Salida de vídeo.
– Montaje en trípode.

La ventaja del uso de una cámara digital frente a las tradicionales en nuestro caso viene dada
por la facilidad que nos ofrece a la hora de retocar las imágenes defectuosas.

Ya vistos los distintos elementos por separado, la siguiente tabla resume


los requisitos mínimos:
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [83]

Tabla de hardware

Para servidores Ordenador personal


Estación de trabajo
Servidor central

Para almacenamiento Disco duro fijo


Disco duro extraíble
Lectores de DVD y CD ROM
Grabadores de DVD y CD ROM
Lectores de cintas DAT

Dispositivos externos Impresora


Escáner
Cámara Foto CD
Vídeo cámaras
Unidades ZIP

4.1.2. NECESIDADES DE SOFTWARE

Muchas bibliotecas tradicionales estudian su incursión en Internet por medio


de la web, incluso antes de plantearse la posibilidad de digitalizar sus fondos. Al-
gunas incluso nunca llegan a ser bibliotecas digitales, pero ofertan su catálogo en
la red para que pueda ser consultado por el público en general. Esto, como ya he-
mos comentado, en ningún momento lo vamos a considerar como el inicio de un
proyecto de biblioteca digital. No obstante, para hacer esta incursión, es decir,
para estar representadas en Internet, también hacen un estudio del software y el
hardware que necesitan o que les puede ser más útil.
Como primer aspecto hay que anotar que el software que vamos a utilizar
debe estar directamente relacionado con el hardware elegido. Ambos deben ser
totalmente compatibles para evitar errores en el manejo de la biblioteca o pro-
blemas de mayor envergadura.
Tenemos que definir bien qué tipo de software vamos a utilizar para poder ha-
cer un buen análisis del hardware que vamos a adquirir. De acuerdo al sistema ope-
rativo, base de datos, etcétera en que vayamos a basar nuestra biblioteca digital, ne-
cesitaremos un tipo de equipos u otro, siempre relacionados y totalmente compatibles.
Al igual que el hardware, el software debe no solo cubrir nuestras necesidades
presentes, sino estar perfectamente preparado para nuestras necesidades futuras
o, en su defecto, para su adaptación a estas. Es decir, que se trate de un software
escalable.
[84] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Se puede afirmar que existen dos modelos metodológicos para la implanta-


ción de una biblioteca digital. Por una parte las que se insertan en el entorno ya
establecido de una biblioteca tradicional, por lo que tanto software como mé-
todos de trabajo siguen unas técnicas ya probadas para el manejo de informa-
ción. Por otra parte, cada día más proliferan las que desarrollan sus propias téc-
nicas y métodos de trabajo para acometer un proyecto sectorial sobre una
materia, un periodo cronológico, un tipo documental… En el primer caso ge-
neralmente se utilizarán programas integrados con el resto de funciones de la
biblioteca, mientras que en el segundo un equipo de informáticos desarrollará
los programas necesarios. Cuál es el mejor modelo es un interrogante difícil de
contestar… Podría citarse como ventaja para el primer caso que aprovecha re-
cursos ya invertidos, y como desventaja su menor visibilidad o lentitud por falta
de recursos. Para el segundo comprobamos día a día su amplia repercusión so-
cial, si bien como desventaja cabría citar la falta de normalización técnica con
otros proyectos, de manera que produce una dispersión del sistema nacional de
información.
La primera cuestión es determinar qué sistema operativo va a ser el soporte
de nuestros programas. Recordemos que no todos los sistemas operativos son
compatibles con el software que encontramos hoy en día en el mercado. Según
elijamos uno u otro podremos utilizar posteriormente unas bases de datos u otro
tipo de sistemas de almacenamiento diferentes.
Tanto para ofrecer su catálogo en la red, como para iniciar la digitalización
de su colección, una biblioteca puede contar principalmente (y por el momento)
con varios sistemas operativos:
• MS-DOS.
• UNIX (o su versión abierta y también para PC, LINUX).
• Solaris.
• WINDOWS NT, 2000, Milenium…
• Mvs de IBM.

La tabla siguiente está orientada a los proyectos de bibliotecas digitales que


procuran su integración con el sistema de gestión utilizado por la biblioteca. Con-
sideramos que esta es una opción recomendable. Del software existente en el mer-
cado, adjuntamos el nombre, sistema operativo con el que es compatible y el dis-
tribuidor que lo comercializa, con la URL para poder acceder a más datos sobre
el programa:
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [85]

Software Sistema operativo Distribuidor URL

ABSYS Unix Baratz. Servicios de http://www.baratz.com


Windows documentación

ALEPH Unix Ex Libris http://www.aleph.co.il


Windows NT

AMICUS Unix Scanbit http://www.scanbit.net

BIBLIO 3000 Windows 3000 Informática http://www.3000info.es

BIBLIODOC Windows Ifigenia Plus http://www.ifigenia.es

GLAS Windows Sibadoc http://www.sibadoc.com

INNOPAC MILLENIUM Unix SLS(Information Sys- http://www.sls.se


tems Limited)

KRONOBIBLOS Ms-Dos Adossis, S.A. http://www.adossis.es

LIBERMARC Windows Cospa Tetropoe http://www.cospa.es

LIBERTAS Unix SLS(Information Sys- http://www.sls.se


tems Limited)

LORIS Unix Chemdata http://www.chemdata.es


Windows NT

M-DOC Windows Eritel

MICRO-VTLS Ms-Dos Doc6 http://www.vtls.es


Unix

SABINI Unix Sabini. Automatización http://www.sabini.com


de bibliotecas

SIRTEX Unix Software AG http://www.softwareag.com


Windows

TECHLIB Unix Azertia http://www.azertia.es


Windows

TOT Inmagic Doc6 http://www.doc6.es

UNICORN Unix Sirsi Iberia http://www.sirsi.es


Windows

VTLS Unix Vtls http://www.vtls.com


[86] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Estos son algunos de los productos integrados que actualmente se utilizan en


las bibliotecas universitarias más importantes. Se denominan integrados porque
permiten administrar desde un mismo sistema la mayoría de funciones de una bi-
blioteca. Es decir, permiten gestionar la catalogación, el préstamo, las adquisi-
ciones, el OPAC, y demás módulos necesarios para su buen funcionamiento. La
mayoría de programas compatibles con Windows permiten la adaptación a los
distintos Windows que pueden trabajar en red. Unas versiones tienen mayor ni-
vel de compatibilidad que otras.
Además, al estar preparados con el campo 856 del formato MARC son capa-
ces de albergar las características de implantación y mantenimiento de una bi-
blioteca digital. Es posible que una instalación estándar no cuente con este campo,
imprescindible para alojar documentos digitalizados, pero todos ellos están pre-
parados para su creación.

Es una ventaja contar con un programa que cumpla estas características, porque con un solo soft-
ware tenemos controlada toda la colección de la biblioteca, sin tener que preocuparnos del so-
porte en que adquiramos ese material.

Pero ya hemos comentado que en la actualidad existen numerosos ejemplos


de bibliotecas digitales desarrolladas al margen de la colección habitual de la bi-
blioteca. Se han realizado como proyectos independientes, con recursos propios,
objetivos diferentes a los de una biblioteca… Casos de este segundo modelo muy
conocidos son:
• En Estados Unidos:
– Promovidos por la Library of Congress:
❚ American Memory http://memory.loc.gov.
❚ Global Gateway. World Cultura & resources.
❚ Thomas. Legislative Information.
❚ Exhibitions. Online Galleries.
– Promovidos por la University of California. Davis.
❚ British Women, Romantic Poets, 1789-1932. An electronic collec-
tion of texts from the shields library University of California. Davis.
❚ Henry Sugimoto (painting).
– Realizados por Berkeley Digital Library Sunsite.
❚ The American Heritage Project.
❚ California Heritage, entre otras.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [87]

• En nuestro territorio cabe señalar:


❚ Biblioteca virtual Miguel de Cervantes realizada por la Universidad
de Alicante y Fundación Marcelino Botín, entre otros.
❚ BiValDi: Biblioteca Valenciana Digital, con fondos manuscritos e in-
cunables.
❚ Biblioteca de Fondo Antiguo de la Universitat de València.
❚ E-LIS: Eprints in Library and Information Science, si bien no es exac-
tamente digitalización, sí es un repositorio de materiales digitales.

Es difícil conocer el software de gestión que se encuentra detrás de cada uno de


los proyectos, pues no existe un nexo común a todas ellas. No obstante, cuanta más
relación tienen con una biblioteca, más normalizados son sus métodos de trabajo.
Por último, para su difusión por la red debemos tener en cuenta el software que
denominaremos genérico, como pueden ser los clientes de Internet, utilidades de tipo
winzip o Acrobat Reader… ampliamente usados para documentos distribuidos en red.
La siguiente tabla distribuye el tipo de programas que necesita un servidor,
una estación de trabajo o un PC que consulte nuestra biblioteca digital:

Tabla de software

Para el servidor Web server y utilidades asociadas: chequeadores de link, etcétera


Indexadores
Bases de datos: SQL, Filemaker, Basis, MYSQL…
Para propósitos especiales: Z39.50

Para estaciones de trabajo Clientes de Internet: navegadores, FTP, mail, etcétera


y clientes Programas de traducción: descompresores, Acrobat, lectores de
postcript, visualizadores de imágenes, etcétera
Programas de reconocimiento de caracteres: OCR

4.1.3. INFRAESTRUCTURA DE REDES

Este apartado no puede obviarse dada la definición establecida en el primer


apartado de esta guía. Se entiende una biblioteca digital como una colección que
oferta el máximo acceso aplicando nuevas tecnologías, es decir, que es accesible
a través de Internet.
Así, este despliegue de medios referido a la parte informática de la digitaliza-
ción se complementa con la infraestructura de redes, es decir, con las caracterís-
[88] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

ticas tecnológicas con que cuenta la organización en la que está integrada la bi-
blioteca o, en algunos casos, con la infraestructura tecnológica con que cuenta la
biblioteca de forma individual. De esta infoestructura dependerá la optimización
de la digitalización. No conseguiremos que el software elegido o los equipos ad-
quiridos funcionen al cien por cien de sus posibilidades si no contamos con una
infraestructura tecnológica adecuada que los soporte.
Si con nuestra biblioteca digital queremos llegar al mayor número de usuarios
posibles, no tenemos más remedio que, en primer lugar, dotar a toda la universi-
dad de unas infraestructuras informáticas básicas. Actualmente, en España estas
infraestructuras están presentes en todas las universidades, tanto públicas como
privadas, por lo que los problemas suelen estar relacionados con la velocidad de
conexión y saturación de líneas. La saturación aparece con el incremento de usua-
rios conectados y la circulación por la red de archivos que contienen cada vez más
megas de información. La saturación, en otras ocasiones, puede venir producida
por un mal diseño de la red de comunicaciones de la propia institución.
Es necesario que la organización esté dotada de una red ISDN o RDSI (Integrated
Services Digital Network o Red Digital de Servicios Integrados, en castellano) o bien
ADSL, o cable, que permiten al usuario acceso a Internet y, por tanto, acceso al catá-
logo digital o convencional de la biblioteca, a una velocidad media de más o menos
128 Kbps. Esta red hace que sea posible la conexión a la red telefónica convencional
sin necesidad de módem, que ralentizaría considerablemente la velocidad de acceso.
Toda la institución, cableada con este tipo de red o mediante tecnología ina-
lámbrica, permite el acceso interno a los datos digitalizados. Si además la red tiene
salida al exterior, permitiremos poner el catálogo a disposición del público en ge-
neral, y en función de los derechos existentes sobre el copyright de las obras se
facilitará el acceso a la colección íntegra o no. Recordemos que tener una red que
permite poner la información de uso público no significa que no podamos poner
las medidas precisas y legales para limitar el acceso, condicionándolo a las auto-
rizaciones de cada contraseña.

4.2. Los recursos humanos necesarios

El equipo básico de personas que necesitaremos para poder acometer el pro-


yecto de creación de una biblioteca digital va a depender, en gran medida, de cuá-
les sean los objetivos que nos hayamos planteado:
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [89]

• Digitalizar la colección o adquirirla digitalizada (total o parcialmente).


• Prestar el servicio de referencia a través de la utilización de las nuevas tec-
nologías (e-mail o videoconferencia).
• Establecer un sistema de DSI personalizado a los usuarios.
• Establecer servicios de préstamo a los estudiantes que estén fuera del re-
cinto de la universidad.
• Catalogar recursos web, etcétera.

4.2.1. CUESTIONES PREVIAS

Debemos definir desde un principio qué vinculación tendrá el personal que


desarrolle la biblioteca digital con la organización que acoge el proyecto. Diga-
mos que la situación ideal sería que nuestros propios trabajadores pudieran aco-
meter la iniciativa, de manera que la motivación por su trabajo aumentara junto
con los beneficios del proyecto. No obstante, no pueden desatenderse los servi-
cios que se ofrecían en la «biblioteca tradicional», por lo que normalmente al-
gunas de las partes del proyecto acaban subcontratándose, especialmente las más
repetitivas u onerosas en tiempo. Aun así, la realidad, en ocasiones, obliga a to-
mar personal contratado eventual más allá de lo aconsejable.
Cuando nos planteamos cuáles son los requerimientos de personal para desarro-
llar nuestra biblioteca digital, debemos aclarar una serie de cuestiones importantes:
• ¿Cuál va a ser el público al que nos vamos a dirigir?
• Características de la institución de la que se forma parte: ¿hay facilidad
para la colaboración interdepartamental?, ¿existe el servicio de informá-
tica, diseño, etcétera para toda la institución?
• ¿Cuál es la amplitud del servicio que queremos ofertar?, ¿se trata de un
trabajo de digitalización masiva o esporádica?, ¿tenemos ya creadas las ba-
ses de datos?…
• Características y dedicación de las personas que van a prestar el servicio,
¿qué conocimientos precisan?, ¿de cuáles disponen ya?, ¿cuál es su capa-
cidad de aprendizaje, disponibilidad para la formación y su aplicación?…
• En cuanto a su dedicación al proyecto, ¿qué dedicación tienen actualmente
en el servicio?, ¿va a ser parcial, compaginada con la atención al servicio
tradicional de la biblioteca o total? Por último, debemos insistir en que su
situación puede evolucionar en función de la demanda y popularidad que
adquiera el servicio.
[90] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

4.2.2. PERFILES

El personal que debe integrar los grupos de trabajo encargados de las diver-
sas tareas debe contar con los siguientes perfiles:
• Personal auxiliar encargado de la preparación del material para la digitali-
zación. En algunos casos es conveniente tener a personal dedicado exclusi-
vamente a esta tarea, todo depende del nivel del proyecto a abordar. Por
ejemplo, si el proyecto de digitalización es importante hay que preparar el
material: eliminar el grapado, trasladarlo físicamente al lugar donde se va
a proceder al digitalizado, señalar las páginas, fotocopiarlo, etcétera. Así,
debemos contar con personal auxiliar que colabore en la realización de este
tipo de trabajo, dirigido por lo/s responsable/s del proceso de digitalización.
• Personal auxiliar para el escaneado de imágenes, textos, etcétera. Dentro
de este grupo encontramos a los profesionales encargados de:
– Escanear. Este personal no precisa de conocimientos técnicos especia-
lizados, ya que su labor es bastante sencilla. En algunos casos este
mismo personal puede dedicarse a la corrección de los textos recono-
cidos con un OCR. Si hay que tratar las imágenes digitalizadas, en fun-
ción de la especialización, puede ser este mismo personal o profesiona-
les que conozcan los programas de tratamiento de imágenes. Para estas
tareas debemos tener establecidos los procedimientos de trabajo ade-
cuados para que este proceso se realice de manera simple. Es aconseja-
ble fijar las instrucciones necesarias para que el formato en que se ar-
chiven las imágenes y su ubicación física en los ordenadores sean
correctos.
– Fotografiar. Para este proceso necesitamos técnicos especializados, aunque su
mayor o menor especialización estará en función de la dificultad que
pueda representar el material a procesar. Este material puede abarcar desde
portadas de libros valiosos, a facsímiles, manuscritos, códices, etcétera.
– Filmar. Aquellos materiales que lo precisen —jornadas, conferencias…—,
o que se encuentren ya filmados, pero no en formato analógico, nece-
sitarán ser tratados. En función del valor del material y cuidados que
se precise será tratado por personal más o menos especializado. Si además
queremos que el visionado se realice a través de la página web, debe-
mos tratarlo con técnicas de videostreaming, para lo que se precisaría
personal técnico.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [91]

– Fotocopiar. Aquellos materiales que por problemas técnicos, de pre-


servación, etcétera no puedan ser tratados directamente con los medios
anteriores y precisen previamente ser fotocopiados.

• Personal técnico para el tratamiento de textos y su puesta en red. Este per-


sonal tratará el material digitalizado en caso de que se escoja su archivado
en HTML o XML. En este proceso de tratamiento del texto se suelen introdu-
cir los metadatos, que más adelante veremos, importantes para la posterior
recuperación de la información. El personal dedicado a este trabajo debe
tener conocimientos de los programas para creación de páginas web y me-
tadatos. Se puede recurrir a personal interno que haya recibido la forma-
ción adecuada o recurrir a nuevos profesionales con estas competencias.
• Personal informático. Será el encargado del desarrollo de las bases de da-
tos, implantación, estructuración de la información físicamente en los sis-
temas, etcétera. Este personal suele pertenecer al servicio de biblioteca, o
al servicio central de la universidad. En las primeras fases de creación e im-
plementación tendrá que dedicarse en exclusiva, aunque posteriormente la
dedicación será menor, para mantenimiento y mejoras. En función de las ca-
racterísticas de nuestro centro, este perfil deberá disponer de conocimien-
tos de redes —muy especialmente de la red local de la institución—, segu-
ridad informática y encriptación, diseño de sistemas, etcétera.
• Coordinador del proyecto. Esta figura es básica para que el proyecto se
lleve a término, ya que debe actuar como facilitador de todos los recursos
necesarios para poder abordarlo, realizando los trámites administrativos
necesarios, la coordinación de los distintos profesionales encargados, el es-
tablecimiento del calendario de trabajo… En suma, efectuando la planifi-
cación y seguimiento del proyecto.
• Personal encargado de su mantenimiento. Una vez realizado el proyecto,
hay que evaluar qué personal necesitamos para su mantenimiento y qué
capacidades se requieren.
• Personal encargado de la atención a los servicios creados. Hay que refle-
xionar sobre qué personas atenderán los nuevos servicios que vamos a ofre-
cer a través de la aplicación de nuevas tecnologías. En función de cada ser-
vicio habrá que establecer un horario y procedimiento de atención. Cada
uno de estos servicios necesita una persona de apoyo encargada de su ca-
lidad y eficiencia, ya que es indispensable un administrador del servicio
[92] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

aunque este se ofrezca desde un sistema de información a través de chat,


de videoconferencia o a través del correo electrónico.
• Personal especializado en el análisis de la información. Este suele ser ha-
bitual en los servicios de documentación especializados, pero menos co-
mún en las bibliotecas universitarias. En la medida en que prestemos ser-
vicios personalizados on line por materias especializadas deberemos contar
con personal que analice la documentación y cuente con un alto nivel de
especialización o lleve una labor de coordinación con el personal docente
para poder ofrecer este tipo de información.

4.2.3. TÉCNICAS DE SUBCONTRATACIÓN

La subcontratación puede permitir ahorrar costes e incluso problemas internos


dentro de la organización. Esto último depende de la saturación de trabajo que
existe en las tareas habituales y de la facilidad que exista en nuestra institución
para la colaboración o para la prestación de servicios entre los distintos departa-
mentos. Ejemplo de su utilidad es el mantenimiento de la biblioteca digital. Para
ello, puede que no requiera una dedicación plena del personal, sino parcial. Por
tanto, en muchas ocasiones es aconsejable la subcontratación de determinados ser-
vicios a empresas externas. Lo usual es contar con ayuda externa para ciertos pro-
cesos, como la digitalización de la información o la creación de las bases de datos
necesarias. Al contrario de otros procesos, como la selección del material que se
pretende digitalizar, que es decidida siempre por personal interno de la institución.
Las razones que inducen a subcontratar partes del proyecto de la biblioteca
digital suelen tener relación con la infraestructura y el personal. En ambos casos
resulta comprensible: la infraestructura necesaria para iniciar la digitalización es
onerosa; mientras que algunos procesos necesitan personal con conocimientos
muy específicos y podemos no disponer de estas capacidades en nuestra propia
organización, además de que el tiempo que dedicaríamos a su formación puede
ser invertido en la realización de otras tareas. Así, cuando no tiene sentido la for-
mación del personal o realizar una inversión en las infraestructuras por no tra-
tarse de un programa de digitalización a largo plazo, optaremos por la modali-
dad de subcontratación. De todas maneras, tal y como se viene repitiendo en esta
guía, las opciones son muy diversas y dependen de cada organización.
Si se subcontrata la digitalización es importante dejar constancia de una serie
de requisitos con la empresa encargada de la digitalización:
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [93]

• Si se necesitan metadatos sobre el proceso de digitalización: hardware, soft-


ware, etcétera. No olvidemos que según el nivel de metadatos que se solici-
ten a la empresa, el coste del proceso será mayor o menor. Puede ser impor-
tante, por ejemplo, si se solicitan para cada una de las imágenes digitalizadas.
• Cómo se va a realizar la unión con los metadatos que se van a introducir
para la posterior recuperación de las imágenes y textos digitalizados.

Para la provisión de servicios externos es extremadamente útil consultar el do-


cumento del Research Libraries Group (RLG), Guidelines for creating a request
for proposal for digital imaging services… Estas pautas para la propuesta de la
subcontratación de servicios de digitalización son de utilidad si queremos deta-
llar en profundidad las tareas que puede englobar un presupuesto. En ella se des-
cribe claramente cómo pactar con el proveedor de servicios de digitalización ade-
más de desarrollar cada una de las tareas que engloba este proceso:
• Escaneado.
• Conversión a texto.
• Codificación.
• Revisión.
• Impresión.
• Copias de seguridad.
• Archivo.

Asimismo, desarrolla los puntos básicos que debe incluir la propuesta, la plani-
ficación, los criterios de evaluación del proveedor, las responsabilidades de la insti-
tución en el proyecto, responsabilidades del proveedor, el mantenimiento, etcétera.
La propuesta que se realiza al proveedor debe incluir los siguientes puntos básicos:
• Una breve descripción del proyecto y sus objetivos.
• Los antecedentes.
• La naturaleza de los servicios que se van a ofrecer y el producto a entregar.
• Requerimientos de calidad, producción y precio.
• Descripción de los materiales que se van a convertir, incluyendo volumen,
dimensión, tipo y características del contenido de la información.
• Los requerimientos para su manejo (material frágil, formación especializada…).
• Requerimientos de la imagen: resolución, tamaño, etcétera.
• Requerimientos técnicos: formato, compresión, etcétera.
• Niveles de preparación de la documentación.
[94] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

• Los requerimientos de metadatos: nombre del fichero, estructura del di-


rectorio, fichero de cabecera de la información, índices y otras ayudas para
la recuperación.
• Requerimientos de la conversión de los textos y codificación.
• Seguridad, almacenaje, vinculación.
• Otros servicios a desarrollar, incluyendo impresión, los derivados de la cre-
ación de backup, archivo y distribución.

Con este nivel de detalle, el proveedor puede realizar un presupuesto muy apro-
ximado de lo que realmente va a representar el coste del proyecto.
El otro proceso que suele subcontratarse es la creación de las bases de datos
para la recuperación de la información, ya que las instituciones no suelen contar
con personal especializado para la realización de este tipo de bases de datos. Hay
que tener en cuenta que, dado que se suelen desarrollar unidas al catálogo tradi-
cional, o con software especializado, quien mejor puede realizar la base de datos,
así como sus mejoras, son los proveedores del mismo.

4.2.4. FORMACIÓN DEL PERSONAL

Si, por el contrario, preferimos formar nuestro propio personal para los aspectos
técnicos del proyecto —o al menos al director y equipo de coordinadores— debere-
mos acudir a las instancias de formación que estén enfocadas a la especialización de
profesionales. Debemos ser conscientes del cambio que supone el desarrollo de bi-
bliotecas digitales y la necesidad de nuevas figuras profesionales, que podríamos de-
nominar «bibliotecarios digitales». Sus tareas técnicas sobre la colección pueden ser
las siguientes, muy parecidas a las que se efectúan en una biblioteca tradicional:
• Seleccionar.
• Adquirir.
• Organizar y colocar de manera accesible.
• Diseminar el conocimiento.
• Preservar la colección.

Pero los servicios deben ser planificados, implementados y apoyados con ma-
yor especificidad, por lo que es importante que el personal cuente con la forma-
ción apropiada o se establezcan planes de formación adecuados para un óptimo
funcionamiento de la biblioteca si carecen de las habilidades necesarias.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [95]

Afortunadamente, hoy por hoy, son muchas las asociaciones y otros orga-
nismos que albergan a los especialistas en información. Estos organismos, ade-
más de procurar, en la medida de lo posible, defender los derechos del bibliote-
cario, el archivero y el documentalista, también se ocupan de reciclar y mantener
al día sus conocimientos en ámbitos tanto tradicionales como de innovación tec-
nológica.
Esta profesión, desde hace ya algún tiempo, cuenta con una carrera profesio-
nal que garantiza, en gran medida, la pervivencia y profesionalidad de las tareas
que desempeñan. Pero, al igual que ocurre con otras profesiones, el reciclaje y la
adaptación a los nuevos tiempos son imprescindibles con otro tipo de formación
más práctica, rápida y especializada.
No es normal que un centro de estudios genérico imparta cursos tan específi-
cos para los profesionales, por lo que asociaciones y organismos relacionados in-
vierten parte de sus recursos en organizar cursos avanzados de reciclaje profe-
sional que permiten a nuestro colectivo mantenerse al día de los avances en sus
tareas.
Entre los eventos que se organizan para la actualización del profesional se in-
cluyen, por supuesto, cursos y seminarios, pero también congresos, conferencias,
etcétera relacionados con bibliotecas digitales, su implantación, sus avances, sus
ventajas, etcétera. En la actualidad se celebran en distintas ciudades de la penín-
sula, ya periódicamente, las Jornadas de Bibliotecas Digitales (JBIDI).
A continuación ofrecemos un escueto panorama sobre la situación de asocia-
cionismo profesional, sin que nuestra intención sea ser exhaustivos en el control
de este tipo de información. Más bien se ofrece como una primera orientación
que permita a cualquier institución indagar más profundamente sobre la forma-
ción y eventos que cada organización ofrece.
En la tabla podemos encontrar los organismos que organizan este tipo de cur-
sos de formación y reciclaje junto con sus direcciones web u otros datos de con-
tacto para consultar su oferta formativa actualizada, ya que es arriesgado fijar en
esta guía, a fecha de hoy, los precios o cursos cerrados dada la alta obsolescencia
de este tipo de información, lo que induciría a errores:
[96] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Asociación Contacto

Artxibozain, Liburuzain eta Dokumentazainen Euskal http://www.fesabid.org/aldee/index.html


Elkartea

Asociación Andaluza de Bibliotecarios http://www.aab.es

Asociación Andaluza de Documentalistas http://www.aadocumentalistas.org

Asociación Asturiana de Bibliotecarios, Archiveros, Do- Tel./Fax: 985 28 57 16


cumentalistas y Museólogos E-mail: fatsi@correo.uniovi.es

Asociación de Bibliotecarios, Archiveros, Documenta- Tel.: 924 260 384. Ext. 18 o 22


listas y Museólogos de Extremadura E-mail: meiac@extremanet.com

Asociación Española de Documentación Musical Tel.: 91 350 86 00. Ext. 130


E-mail: aedom1@teleline.es

Asociación Nacional de Bibliotecarios, Archiveros y Do- http://www.anabad.org


cumentalistas

Asociación Navarra de Bibliotecarios Tel.: 948 149 882


E-mail: asnabi@ole.com

Associació de Bibliotecaris, Arxivers i Documentalistes Tel.: 971 172 531


de les Illes Balears E-mail: abadib@mail.com

Associació Valenciana d’Especialistes en Informació Tel.: 96 391 53 94


E-mail: avei@arrakis.es

Collegi Oficial de Bibliotecaris-Documentalistes de Ca- http://www.cobdc.org/


talunya

Sociedad Española de Documentación e Información http://www.sedic.es/


Científica

4.2.5. ACTITUDES PREFERENTES Y TAREAS DE LOS PERFILES PROFESIONALES

Hasta la fecha existe mucha bibliografía sobre los recursos necesarios o utiliza-
dos en las bibliotecas, pero no hay excesiva literatura acerca del desarrollo de los
distintos servicios y su relación con la organización del personal y el papel de los bi-
bliotecarios en el desarrollo de la biblioteca digital. Aunque algunos autores otor-
gan al desarrollo del software y la tecnología una importancia capital en la búsqueda
y recuperación de la información, otros ponen especial énfasis en el personal, de-
clarando que ninguna aplicación puede sustituir nunca a un buen bibliotecario.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [97]

Como hemos visto, el equipo de trabajo que precisamos debe ser una combi-
nación de personal técnico en biblioteconomía y documentación, junto con perso-
nal de otras áreas: telecomunicaciones, informáticos, diseñadores de web, etcétera.
Estos perfiles desarrollarán la parte técnica del proyecto, pero cada vez es más
necesario el personal especialista de distintas áreas de conocimiento, por lo que
es imprescindible que exista una estrecha colaboración con personal docente e in-
vestigador de las distintas especialidades. Esta cooperación profesional ha sido
hasta la fecha bastante pobre, cuestión que dificulta la interdisciplinariedad en la
construcción de bibliotecas digitales.
Y es exactamente la coordinación un factor fundamental en un equipo de tra-
bajo formado por profesionales con distintas habilidades y competencias. Resulta
imprescindible contar con una buena coordinación de las actividades a realizar
y, dado que se necesita obtener conocimientos muy diversos, consultar a los pro-
fesionales oportunos y coordinarlos en los siguientes aspectos:
• La evaluación del software, para que sea adecuado a las necesidades que
nosotros hemos delimitado.
• En los casos en que se recurra a la subcontratación de parte del trabajo,
debemos coordinar el trabajo con la empresa proveedora.
• Mantener contacto con especialistas en estándares, que nos permitan estar
al día en la normativa de captura y almacenamiento de la información, para
la gestión de la información y su recuperación, y que conozcan los están-
dares de indexación y documentación, incluyendo en ello especialmente los
metadatos, fundamentales para la recuperación de la información digital.
• Coordinar al equipo de trabajo con las personas encargadas de la evalua-
ción interna de productos, servicios a ofrecer, planificación y colección a
digitalizar.
• Por último, fomentar la colaboración con los expertos en copyright para
conocer si es posible la digitalización.

El objetivo debe ser conseguir una gran cohesión de habilidades y conoci-


mientos entre personas de distintos servicios y culturas profesionales. La comu-
nicación entre el equipo debe ser fluida y el coordinador del proyecto debe tener
dotes para liderar grupos de profesionales heterogéneos. Además, es necesario
dotar al personal de grandes habilidades de interrelación y trabajo en grupo para
solventar las tensiones que siempre surgen en los equipos de trabajo. Lo más acon-
sejable es que el tipo de organización y procedimientos para la realización del
[98] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

proyecto sean ágiles y lo más libres posible de trámites burocráticos, permitiendo


que las personas que integran el equipo tengan autoridad para tomar decisiones
sin tener que pasar férreas líneas de control.
En las características del equipo de trabajo hay que tener también en cuenta
que no solo se involucra a personas de distintas especialidades y profesiones, sino
que también pueden ser de organizaciones diferentes. Este es el caso de las bi-
bliotecas que se planteen el abordar un proyecto en colaboración con otras uni-
versidades o instituciones, como veremos en otro apartado.
De todos es conocido que cada institución tiene un modo de trabajar. De esta
manera, al plantear un proyecto de forma conjunta hay que combinar distintas
costumbres laborales, a través del establecimiento de normas de funcionamiento
propias e independientes de la organización a la que las personas estén vincula-
das. Es realmente importante que los procedimientos del proyecto sean indepen-
dientes de la forma en que cada institución tenga desarrolladas sus tácticas in-
ternas para alcanzar sus objetivos. De esta manera se asegura que sean mínimas
las interferencias de la institución de origen de cada uno de los componentes del
grupo de trabajo.
En fin, para llevar a buen término la colaboración y el trabajo hay que esta-
blecer unos mecanismos de comunicación fluidos, así como entender los distin-
tos planteamientos y metodologías de trabajo de cada uno de los colectivos.
Además de la colaboración necesaria entre los distintos especialistas, también
el personal debe poseer habilidades para poder atender los nuevos servicios que
se ofertan o ayudar en su construcción o creación. Se debe desarrollar en el equipo
una estructura que fomente el progreso y se agradezcan los esfuerzos de las per-
sonas en su interés por la adquisición de nuevos conocimientos y la formación
continua, necesarios dado el desarrollo actual de la tecnología.
El desarrollo de la sociedad actual requiere de un personal con creatividad,
flexibilidad, y sensible a la formación continua y el desarrollo de las habilidades
necesarias para realizar su labor interdependiente entre la biblioteca tradicional
y la biblioteca digital. Ante todo, es importante que la plantilla implicada:
• Tenga interés en el proyecto a realizar.
• Disfrute de capacidad de aprendizaje.
• Posea conocimiento de las nuevas tecnologías.
• Sea flexible y adaptable a nuevas situaciones.
• Tienda a la creatividad.
• Goce de habilidades de comunicación y trabajo en equipo.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [99]

Si los miembros del equipo disponen de estas destrezas, casi seguro que el pro-
yecto tendrá éxito.
Para los bibliotecarios en la época digital Matson propone los siguientes roles:
• El bibliotecario como proveedor de servicios, mejorados de manera pro-
activa.
• Como especialista de copyright, de los derechos de las publicaciones elec-
trónicas y conocedor de las necesidades de información que precisan usua-
rios y empresas.
• Como diseñador de interfaces, derivado de su experiencia y el conoci-
miento de las necesidades de los usuarios en el proceso de búsqueda de
información.

Abbas, por su parte, resume en los siguientes puntos las funciones con las se
va a identificar el futuro de los bibliotecarios, siendo:
• Una puerta entre el futuro y el pasado.
• Educadores.
• Trabajadores de la gestión del conocimiento.
• Defensores de las políticas de desarrollo de la información.
• Organizadores de los recursos de las redes.
• Socios comunitarios.
• Sifters o navegadores de los recursos de información.
• Colaboradores en los proveedores de recursos tecnológicos.
• Técnicos.
• Consultores de información.

En definitiva, los bibliotecarios van a continuar teniendo un papel en el futuro


de las redes de información, actuando como intermediarios y proveedores de ser-
vicios de información de valor añadido y como formadores de los usuarios en la
búsqueda de información, creando manuales de uso y guías de los recursos de in-
formación. Para ello, y vista su caracterización, los profesionales de las bibliote-
cas del entorno digital deberán tener gran capacidad para el aprendizaje conti-
nuo a lo largo de toda su vida laboral, tener habilidades con la nueva tecnología,
ser flexibles, ser escépticos (las tecnologías, protocolos, estándares desarrollan y
cambian continuamente), con capacidad para asumir riesgos, y con sensibilidad
hacia el servicio al público.
[100] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

5. EL PRODUCTO RESULTANTE: UNA COLECCIÓN Y UNOS SERVICIOS

Nada hay más importante para una biblioteca digital que colocar de manera
accesible la información para el mayor número de usuarios posible, sean cuales
sean sus características. Si además estamos hablando de una biblioteca digital uni-
versitaria, deberemos tener en cuenta que, al menos, deberá estar disponible para
los integrantes del campus universitario, sea cual sea su misión en la organiza-
ción y esté donde esté su puesto de trabajo.
La biblioteca digital albergará toda su información en bases de datos, o simi-
lar, accesibles desde cualquier punto del campus de la universidad. Pero esto no
solo nos va a acarrear ventajas, por supuesto también tiene sus inconvenientes,
sobre todo causados por las infraestructuras con que cuente la institución.
Con respecto a la colección y la manera de formarla se identifican en la red
dos modelos de biblioteca digital más o menos asociados a nuestras institucio-
nes tradicionales, que pueden combinarse para crear otro mixto. En primer lu-
gar, una colección formada a través de la adquisición de fondos a las editoria-
les; y un segundo basado en la digitalización más o menos amplia de fondos
propios o ajenos.

5.1. La colección adquirida

Una de las formas más habituales de construir bibliotecas electrónicas es ad-


quiriendo información en formato digital a los proveedores de información co-
merciales. Como puede constatarse en nuestro país, alguno de los proyectos más
ambiciosos de biblioteca digital, por ejemplo del CBUC, consisten en poner a dis-
posición del usuario desde una interfaz única la información electrónica adqui-
rida a varios proveedores. Aunque onerosa por el precio de las licencias de sus-
cripciones de campus, es la manera más rápida de acometer un proyecto de
biblioteca digital. Esta información, generalmente a texto completo, puede ser en
forma de base de datos implementada en la red local o licenciando un acceso a
las editoriales científicas. La colección estará formada básicamente por publica-
ciones periódicas, generalmente extranjeras, lo que las hace interesantes casi ex-
clusivamente al mundo universitario y de la investigación. Y sus problemas de
gestión, estudiados por Gallart o Anglada, pueden resumirse en dos cuestiones:
por una parte, el modelo de licencia de campus que establecen los proveedores
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [101]

extranjeros, no adaptado a la realidad española en opinión del CBUC; por otra los
problemas de conservación y propiedad de los fondos a los que se acceden di-
rectamente en el site del editor.
Así, este modelo obliga, antes de abordar las cuestiones de infraestructuras de
la difusión de la colección y servicios, a tratar los problemas legales y económi-
cos que supone la instalación de la biblioteca digital. Recordemos que no es igual
adquirir una publicación digital en CD ROM, que admite por defecto la consulta
monopuesto, que difundir una colección en libre disposición al público en gene-
ral. Por ello, antes de adquirir ningún producto ya digitalizado, debemos tener
bien claros los derechos legales que tenemos sobre esa adquisición, por lo que
planteamos las siguientes:

Cuestiones sobre las publicaciones electrónicas SÍ/NO


Detallar

¿Se trata de una aplicación monopuesto (solo se puede consultar desde un lugar
concreto) o se puede poner en red?

¿Podemos colgarla de nuestra página web con una contraseña para los integrantes
del campus o controlada por medio de número IP?

¿Podemos hacer accesible esa información a través de nuestra Intranet sin necesidad
de que tenga que pasar los filtros del punto anterior?

¿Puede esa información ser material para soporte didáctico de los profesores?

¿Es posible reproducir alguna de las partes del documento digitalizado como información
para los trabajos de investigación de los investigadores, usuarios de nuestra biblioteca?

Con respecto a la difusión, se trata de una colección fácilmente integrable


en los fondos de la biblioteca. Una vez todo el campus posee unas infraestruc-
turas adecuadas, debemos, ineludiblemente, asegurarnos que nuestro sistema
de gestión o base de datos está dotado del campo MARC 856 para catalogación
de material digital. A través de este campo se podrá acceder a cualquier infor-
mación de nuestra biblioteca digital desde cualquier máquina del campus. Ade-
más, por estar integrada con el resto de fondos, cualquier usuario tendrá co-
nocimiento de cuál es nuestro material electrónico desde cualquier OPAC de la
biblioteca.
En cuanto al acceso, si bien se podría acceder al material desde los mismos
ordenadores preparados para el OPAC, no siempre resulta conveniente permitir
[102] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

que los usuarios manejen y hagan uso de la información digital catalogada por
la biblioteca, sobre todo si esta es amplia. Esto podría llevar a que los ordena-
dores de consulta se colapsen y ciertos usuarios impidan la consulta a otros,
por lo que es conveniente conservar terminales únicamente para la consulta del
catálogo.
Se recomienda pues, que, aunque desde todos los ordenadores de la biblioteca
se pueda acceder al OPAC, no todos los ordenadores de la biblioteca estén prepa-
rados para acceder a la información electrónica a texto completo. Una de las so-
luciones más fáciles para evitar el acceso a esta información desde los terminales
de consulta de algunos OPAC’s es no instalar los visores que suelen requerir la ma-
yoría de documentos digitalizados: Acrobat Reader, visor de word, visor de po-
werpoint, etcétera.

5.2. La colección digitalizada

Como se ha comentado, este sería el segundo modelo para conformar una


colección digital. En este apartado abordaremos, en primer lugar, las caracte-
rísticas generales que el producto resultante de la digitalización debe tener,
para, en segundo lugar, ver detenidamente su proceso y los formatos técnicos
necesarios.

5.2.1. CARACTERÍSTICAS DEL PRODUCTO

Para su posterior difusión, las características del producto deben ajustarse a


los siguientes puntos:
1. Compatibilidad del objeto digitalizado: el documento resultante de la di-
gitalización debe cumplir los requerimientos estándares establecidos. Aun
así, es imprescindible que se evalúe la viabilidad de la digitalización a
gran escala para cierto tipo de documentos. Recordemos que el coste
puede ser excesivo, por ello su análisis es pieza clave de la acción digita-
lizadora.
2. Asistente para el acceso a los documentos: es de vital importancia elabo-
rar un buen asistente que personalice las búsquedas de los usuarios a los
documentos digitalizados. Se recomienda incluir guías, índices y bases de
datos, y pueden crearse no solo para formatos digitales, sino también para
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [103]

otras formas de preservación, como las microformas, e incluso, en algunos


casos, colecciones en papel.

5.2.2. EL PROCESO DE DIGITALIZACIÓN Y FORMATOS

Los motivos que promueven un proceso de digitalización son fundamental-


mente que aumentan la preservación y el acceso. Cada uno de ellos cuenta con
sus peculiaridades técnicas, que en el caso del acceso vienen determinadas fun-
damentalmente por la limitada capacidad de la infoestructura de nuestro país,
aunque esta va mejorando rápidamente.
Actualmente, existen multitud de proyectos de digitalización y cada uno re-
comienda ciertos mínimos en el proceso de digitalización. Dada su amplitud, a
continuación ofrecemos una selección de sitios para consultar más detalles, cuya
dirección incluimos en la bibliografía, y resumimos en una breve tabla los requi-
sitos de algunas de las instituciones:
• Universidad de Cornell, con sus tablas de referencia que ofrecemos a con-
tinuación.
• Universidad de Virginia (ver también William Blake Archive).
• Biblioteca Pública de Denver.
• Duke.
• El Vaticano.
• German Retrospective Digitization Center (Centro de Digitalización de la
Restrospectiva Alemana).
• Estàndards de digitalització: Elements mínims. Proposta del CBUC.
Requisitos representativos para la conversión por instituciones
[104]

Texto impreso Materiales gráficos Materiales extra grandes Manuscritos

Library of Congress 300 dpi, 1-bit, TIFF ITU-T.6 3.000 a 5.000 píxeles [Mapas] 300 dpi, gris de 8 bits o color de 24
(Biblioteca del Congreso) gris de 8 bits o color de 24 bits, TIFF, Color: 300 dpi, 24 bits, TIFF, descom- bits, archivos TIFF descomprimidos, o
http://memory.loc.gov/ammem/for- descomprimido primidos JPEG 5:1 comprimidos
mats.html

NARA 300 dpi, gris de 8 bits, TIFF, descompri- 3000 píxeles a lo largo, 2700 a lo an- 200 dpi, gris de 8 bits o color de 24 bits, Vea el texto impreso
National Archives & Records Adminis- mido cho, gris de 8 bits/color de 24 bits, TIFF, TIFF, descomprimido
tration descomprimido
http://www.nara.gov/nara/vision/eap/
eapspec.html

Columbia University 600 dpi, 1-bit, TIFF ITU-T.6 200 a 300 dpi, gris de 8 bits o color de [Transparencia de gran formato] Vea los materiales gráficos
Universidad de Columbia 24 bits, TIFF 4096 ¥ 6144, 24 bits, PhotoCD o TIFF
http://www.columbia.edu/acis/dl/ima-
gespec.html

HEDS 300 dpi, 8 bits (24 bits para originales [Impresiones fotográficas] Escaneado de materiales fotográficos
The Higher Education Digitisation a color, teñidos o decolorados), TIFF Igual que con texto impreso. a 2400 dpi como mínimo
Service v.6, descomprimidos [Obras de arte]
http://heds.herts.ac.uk/Guidance/JIDI_ 600 dpi, gris de 8 bits/color de 24 bits,
fs.html TIFF, descomprimidos

Memory of the World de UNESCO 200 dpi, 1-bit, TIFF v.6, ITU-T.6 100 dpi, gris de 8 bits o color de 24 100 dpi, 8 bits o 24 bits, TIFF-JPEG sin pér- 100 dpi, gris de 4 bits, color de 24 bits,
(Memoria del Mundo) bits, TIFF-JPEG sin pérdida o con pérdida dida. Para mapas más grandes que A3, TIFF-JPEG sin pérdida o con pérdida
http://mirror-us.unesco.org/web- para imágenes no críticas utilizan materiales fotográficos para imágenes no críticas
world/mdm/administ/en/MOW_finD.html

Colorado Digitization Project 600 dpi, 1 bit, TIFF, descomprimido [Fotografías] [Mapas]
(Proyecto de Digitalización de Colo- 300 dpi, gris de 8 bits, color de 24 bits, 3000 a 5000 píxeles, gris de 8 bits/co- 300 dpi, gris de 8 bits/color de 24 bits,
rado) TIFF, descomprimido lor de 24 bits o superior, TIFF, descom- TIFF, descomprimido
http://coloradodigital.coalliance.org/s primido.
canning.html [Materiales gráficos]
3000 píxeles o 300 dpi, gris de 8 bits/co-
lor de 24 bits o superior, TIFF, no com-
primido

California Digital Library 600 dpi, gris de 8 bits, TIFF-LZW 600 dpi, color de 24 bits, TIFF-LZW 600 dpi si es posible, pero no menos Vea materiales gráficos
(Biblioteca Digital de California) de 300 dpi, color de 24 bits, TIFF-LZW
http://www.ucop.edu/irc/cdl/tasw/Cu-

Tabla extraída de Requisitos institucionales representativos para la conversión [on line] 2002 [visitado 13/07/2002]. Disponible en la web: http://www.l brary.co nell.edu/preservation/tutorial-spanish/conversion/table3-1 html
GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [105]

A continuación veremos por separado cuáles son las características de los fi-
cheros guardados para conservación y difusión.
La preservación se realizará, como ya hemos comentado anteriormente, para:
• Las colecciones que por su uso puedan deteriorarse y sean de gran valor.
• Para aquellas colecciones en que queramos reemplazar los originales.
• Para preservar las colecciones que ya están en formato digital.

En términos generales nuestro objetivo será la realización de una reproducción


exacta del original para su conservación. Así, es recomendable en el proceso de di-
gitalización guardar siempre una copia exacta del original en formato TIFF, ya que
son ficheros de alta calidad manipulables a posteriori en función del uso que se les
quiera dar. La calidad viene determinada por una relación proporcional entre la
calidad de la imagen a escanear y la resolución de escaneado que se escoja.
Para conocer una amplia casuística de textos e imágenes a digitalizar se puede
consultar el tutorial de la Universidad de Cornell. Y con un enfoque más prác-
tico es recomendable la guía creada por el Consorci de Biblioteques Universita-
ries de Catalunya, que aconseja unos elementos mínimos para la preservación y
acceso a través de Internet —Estàndards de digitalització Elements mínims. Pro-
posta del CBUC. Febrer 2000. http://www.cbuc.es/5digital/Public003.doc—. En las
siguientes tablas están recogidos prácticamente todos los documentos que se en-
cuentran habitualmente en las colecciones universitarias, además de diferenciar
si el fichero es para preservación o para acceso a través de Internet:

a) Copia para la preservación

Tipo de documento Formato Resolución Definición Compresión

Libro antiguo (hasta 1940) TIFF 300 dpi Original b/n: 8 bits Sin compresión
Original color: 24 bits
Libro moderno TIFF 300 dpi Original b/n: 8 bits Sin compresión
(a partir de 1940) Original color: 24 bits
Publicaciones periódicas TIFF 300 dpi Original b/n: 8 bits Sin compresión
Original color: 24 bits
Material de archivo TIFF 300 dpi Original b/n: 8 bits Sin compresión
(manuscritos) Original color: 24 bits
Mapas TIFF 500 dpi Original b/n: 8 bits Sin compresión
Original color: 24 bits
Fotografías TIFF 500 dpi Original b/n: 8 bits Sin compresión
Original color: 24 bits
Diapositivas TIFF 500 dpi Original b/n: 8 bits Sin compresión
Original color: 24 bits
[106] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

b) Copia para la difusión por Internet

Tipo de documento Formato Resolución Definición Compresión

Libro antiguo (hasta 1940) JPEG, GIF, PDF* JPEG: 150 dpi JPEG: 24 bits JPEG: baja
GIF: 72 dpi GIF: 8 bits GIF: estándar
Libro moderno JPEG, GIF, PDF JPEG: 150 dpi JPEG: 24 bits JPEG: baja
(a partir de 1940) GIF: 72 dpi GIF: 8 bits GIF: estándar
Publicaciones periódicas JPEG, GIF, PDF JPEG: 150 dpi JPEG: 24 bits JPEG: baja
GIF: 72 dpi GIF: 8 bits GIF: estándar
Materiales de archivo JPEG, GIF, PDF JPEG: 150 dpi JPEG: 24 bits JPEG: baja
(manuscritos) GIF: 72 dpi GIF: 8 bits GIF: estándar
Mapas JPEG, PDF 300 dpi 24 bits Compresión baja
Fotografías JPEG, PDF 300 dpi 24 bits Compresión baja
Diapositivas JPEG, PDF 300 dpi 24 bits Compresión baja
Material docente JPEG, GIF, PDF, HTML, WORD JPEG: 150 dpi (texto) JPEG: 24 bits JPEG: baja
ASCII (imágenes) GIF: 8 bits GIF: estándar
GIF: 72 dpi

* PDF es un formato de visualización que adopta las características (resolución, definición, compresión) del formato
original (JPEG, GIF, etcétera.)

5.2.3. LOS METADATOS

Tan importante como la digitalización de documentos es la introducción de


metadatos, imprescindibles para una recuperación eficiente de la información in-
troducida. Sus antecedentes se encuentran en la catalogación tradicional, tarea
habitual en las bibliotecas. Así, los metadatos se definen como una forma de ca-
talogación de recursos electrónicos, algo diferente a lo que estamos acostumbra-
dos pero no lejos de ella.
Los metadatos o datos representacionales son definidos como el dato sobre
los datos. Estos son un conjunto de elementos que poseen una semántica co-
múnmente aceptada, es decir, que tratan de representar la información electró-
nica dispersa y suponen, en definitiva, la descripción bibliográfica de recursos
electrónicos. Los metadatos tratan, principalmente, de describir el contenido, ca-
racterísticas y localización del objeto de la información en Internet. Así, los catá-
logos o los repertorios bibliográficos en formato MARC pueden ser considera-
dos como metadatos. La diferencia estribaría en que en ese caso la referencia al
documento se conserva en un registro aparte de él, generalmente en una base de
datos; mientras que en el caso de los metadatos se introducen en el propio docu-
mento como lenguaje de marcado invisible.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [107]

Los metadatos permiten que los motores precisen sus búsquedas debido a que
la estructuración de la información hace que esta sea «comprensible» para la má-
quina. Sus aplicaciones son numerosas, algunas de las cuales pueden ser:
• Catalogación: tanto a nivel individual, describiendo el contenido de una
página web, como en colecciones. Esta es la aplicación más relevante para
el ámbito bibliotecario.
• Búsqueda de recursos: como ya hemos mencionado, la utilización de me-
tadatos facilita el trabajo de los motores de búsqueda.
• Firmas digitales: el formato RDF, que veremos más adelante, tiene visos de
convertirse en la forma más utilizada para codificar las firmas digitales. Es-
tas son fundamentales a la hora de construir un web de confianza.
• Clasificación de contenidos: permite establecer los contenidos que los usua-
rios desean ver. Por ejemplo, con la creación de una etiqueta en las pági-
nas de «contenido violento».
• Otras aplicaciones: se pueden utilizar para marcar las políticas y prefe-
rencias de privacidad y los derechos relativos a la propiedad intelectual.

Lo que se pretende con los metadatos es aunar los distintos formatos de «in-
formación acerca de los datos» para que esta metainformación sea coherente en
todo Internet, de manera que se encuentren integrados tanto los catálogos auto-
matizados de las bibliotecas, como una estructura de catálogos electrónicos o hi-
pertextuales. De esta forma, los servicios y fuentes de los catálogos electrónicos
estarán accesibles también a través de los denominados buscadores y de las pro-
pias fuentes de las páginas web. Estos estándares en desarrollo vienen provistos
de estructuras consolidadas que describen a los objetos digitales de manera que
sea más fácil su localización y uso.
El problema principal que presenta la utilización de metadatos es si resulta
aceptable el mantenimiento de dos catálogos separados, uno para los documen-
tos en formato electrónico y otro para el resto de publicaciones. Manteniendo la
separación se acentúa la complejidad en la gestión y en la recuperación de la in-
formación. Una opción sería contar con un híbrido entre las dos alternativas,
donde en el catálogo de la biblioteca se almacenen las direcciones web y se las in-
dexe. El problema serían los costos por duplicar el trabajo necesario para con-
trolar la colección, aunque las palabras clave introducidas en la descripción pue-
dan servir de guía en la indexación, teniendo en cuenta que el análisis de contenido
es una de las tareas más costosas de toda la catalogación.
[108] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Se puede plantear la sustitución del formato MARC o del propio catálogo por
los metadatos para los documentos digitales. Según Ortiz-Repiso, los metadatos
presentan una serie de ventajas frente a los tradicionales sistemas de catalogación:
• Permiten establecer relaciones entre registros y ficheros diferentes.
• Son más flexibles en la indización y presentación del texto.
• Son menos complejos y permiten la realización de diferentes búsquedas
(booleana, truncamiento…).

De todas maneras no debemos olvidar que existen múltiples tipos de metada-


tos, descriptivos para el caso de bibliotecas digitales, cada uno orientado a sus
propios objetivos. Por ejemplo, si queremos describir objetos individuales pode-
mos escoger Dublin Core. Mientras que si nuestra intención es describir colec-
ciones y objetos, tal y como ocurriría en la descripción de archivos, es de mayor
utilidad el EAD (Encoded Archival Description, Descripción de Archivo Codifi-
cado), que se encuentra en fase de desarrollo para ser el estándar en la de bús-
queda de documentación de archivos.
Quizá la definición más clara de qué son los metadatos la aporta Seiner, quien
considera que los metadatos son «información documentada a través de herra-
mientas de tecnologías de la información que mejoran la comprensión, tanto téc-
nica como comercial, de los datos y de los procesos relacionados con ellos».
Dadas las características de los metadatos y la importancia que tienen en la
recuperación, acceso y preservación de la información, es uno de los aspectos que
debe quedar totalmente cerrado con el proveedor, si es subcontratado este pro-
ceso. Por el carácter laborioso de esta actividad, este procedimiento debe estu-
diarse y quedar pactado en función de las necesidades de los usuarios y el perso-
nal que establece las políticas de catalogación.
Actualmente, existen diversas categorías de metadatos: unos de carácter des-
criptivo, otros de carácter estructural y otros administrativos.
• Metadatos descriptivos: se utilizan para la descripción e identificación de
los recursos de información. Sirven para su búsqueda y recuperación. En
esta categoría podemos considerar:
– Los PURL (Persistent Uniform Resource Locator) y los Handle.
– La descripción de los atributos físicos (medios de tipo soporte, condi-
ción de las dimensiones) y atributos bibliográficos (título, autor, idioma,
palabras clave). Estos se realizan mediante estándares como los de Du-
blin Core, MARC, Meta tags HTML, Thesaurus, etcétera.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [109]

• Metadatos estructurales: facilitan la navegación y presentación de los re-


cursos electrónicos. Así, ofrecen la información sobre la estructura interna
de los recursos, estableciendo las relaciones entre ellos, de manera que pue-
den incluso unir los archivos de imagen y textos que están relacionados.
Los estándares para ellos son:
– Los lenguajes de etiquetado: SGML y XML. Este último, en la actualidad,
tiende a ser el estándar, mientras que el SGML queda en un segundo
plano. Más adelante los desarrollamos con mayor amplitud.
– Los EAD: Encoded Archival Description (Descripción de Archivo Codi-
ficado. Utilizados para archivos).

• Metadatos administrativos: son de carácter más técnico y permitirán la ges-


tión a largo y corto plazo. Incluyen datos técnicos sobre la creación y con-
trol de calidad, y datos sobre la gestión de derechos, requisitos del control
de acceso y utilización, así como información sobre la preservación. Ejem-
plo de los metadatos que se incluyen aquí son tales como: tipo y modelo
de escáner utilizado, resolución, limitaciones de reproducción, etcétera.

De entre ellos vamos a realizar un análisis en profundidad de los metadatos des-


criptivos y estructurales que van a afectar a la construcción de la biblioteca digital:
Metaetiquetas en HTML, los metadatos que propone Dublin Core, RDF y el XML.

Metadatos descriptivos. Las metaetiquetas


Se pueden complementar ambos formatos, Dublin Core y metaetiquetas, ca-
talogando el documento de manera tradicional y añadiendo los metadatos en la
cabecera de este —o en un fichero aparte—, aunque duplicaría el trabajo al tener
que realizar dos veces la descripción bibliográfica, algo que se evitaría si existiera
una conversión automática.
Los metadatos descriptivos deben estar asociados con el material que describen.
En el pasado, estos metadatos generalmente han sido almacenados separadamente,
como índices o catálogos externos. Esto tiene muchas ventajas, pero requiere enla-
ces entre los metadatos y los objetos referenciados. Algunas bibliotecas digitales se
mueven en otra dirección, almacenando los metadatos y los datos juntos, bien em-
bebiendo los metadatos o bien teniendo dos objetos fuertemente relacionados. Esta
aproximación es conveniente en sistemas repartidos y en archivos, ya que garan-
tiza al sistema que los datos y los metadatos son accesibles al mismo tiempo.
[110] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Los mecanismos para metadatos asociados con páginas web han sido materia
de considerable debate. Para una página HTML, una simple aproximación es in-
cluir el metadato en la página usando la etiqueta especial HTML «meta», que viene
de una descripción del conjunto de elementos de DC.
Estos metadatos se suelen introducir en el código fuente, al comienzo del do-
cumento HTML, después del título. Esto es así porque es una de las primeras fuen-
tes de indización por parte de los motores de búsqueda de las páginas web. Hay
que ser cuidadosos en la introducción de estas etiquetas, porque son las que per-
miten ser encontrados, o posicionados, en algunos motores de búsqueda. Aque-
llas páginas que no contienen esta información pueden ser indizadas por todas
las palabras que contiene el documento.

Metadatos descriptivos. Dublin Core


Se trata de la estructura de metadatos más conocida y extendida en el mundo
bibliotecario. Desde 1995 un grupo internacional formado por bibliotecarios, in-
formáticos, museólogos, etcétera y liderado por Stuart Weibel, de OCLC, ha trabajado
para desarrollar un conjunto simple de metadatos que puedan ser aplicados a una
amplia variedad de materiales de las bibliotecas digitales. El conjunto de elementos
desarrollados por este grupo es conocido como Dublin Core (DC), teniendo en
cuenta que se trata de Dublin, Ohio. Su utilización fue promovida por la OCLC
(Online Computer Library Centre) y la NCSA (National Centre for Supercompu-
ting Applications). Este formato ya ha sido declarado RFC 2431 (Request for Com-
ments) por la IETF (The Internet Engineering Task Force).
Si queremos que los documentos de la biblioteca digital se recuperen mejor
desde buscadores como Google o Altavista deberíamos utilizarlos. Aunque los
metadatos no sean lo único que tienen en cuenta estos buscadores para indexar
las páginas web, sí que es uno de los puntos que tienen en cuenta para su posi-
cionamiento en la respuesta del buscador.
Si este conjunto de elementos se aceptara internacionalmente se facilitaría la
indexación de páginas web por parte de los robots que indizan la red mediante
su rastreo. Estos encontrarían en la cabecera de las páginas todos los datos ne-
cesarios para su indización, con la ventaja añadida de la uniformidad en la es-
tructuración de la información recogida.
La simplicidad es, al mismo tiempo, el punto fuerte y el flojo del Dublin Core.
Mientras las tradicionales reglas de catalogación son largas y complicadas, el Du-
blin Core puede ser descrito de manera simple. Sin embargo, simplicidad está en-
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [111]

frentada a precisión. El equipo se ha esforzado mucho en esta cuestión. La idea


inicial del DC era crear un conjunto elemental de metadatos para que cualquier per-
sona pudiera utilizarlos para describir su trabajo. Pero otros prefieren los benefi-
cios de utilizar reglas de catalogación más controladas aceptando el coste de tra-
bajo adicional pero aumentando así la precisión. Incluso, para aumentar la
efectividad de los metadatos, varios elementos tienen una lista de valores reco-
mendada. Una opción es aceptar las dos propuestas: minimalista y estructuralista.
Así, sus principales características son:
• Simplicidad. Está pensado para que lo utilice cualquier persona, desde el
autor de un documento que quiera realizar su descripción a profesionales.
• Consenso internacional en el número y definición de elementos.
• Flexibilidad. Ninguno de sus elementos es obligatorio, todos son opcio-
nales y repetibles, y pueden aparecer en cualquier orden. Cada uno es li-
bre de la profundidad de la descripción.

El formato DC consta de 15 elementos que son empleados como descrip-


tores para tratar los documentos como objetos. En el segundo encuentro del
círculo de Dublín en 1996 se estableció la elaboración de paquetes de meta-
datos que posibilita que estos se incluyan en el documento descrito o bien de
forma separada con una referencia URI (Identificadores Uniformes de Recur-
sos, que vienen a ser como los ISBN en los libros. El problema es que actual-
mente no existen muchas páginas web que lo incluyan). De esta forma se pue-
den crear varios paquetes, uno con el registro DC, y otro más complejo con el
formato MARC.
Los elementos que lo caracterizan se pueden diferenciar en tres grupos. El pri-
mero, el aspecto semántico, describe cómo interpretar conceptos como el de fe-
cha o creador. El segundo, el sintáctico, especifica cómo se expresa el metadato.
Y, por último, la estructura, define las relaciones entre los distintos elementos del
metadato (por ejemplo, día, mes y año como partes del metadato fecha):
• Elementos relacionados con el contenido del recurso:
– Título (Etiqueta: DC.Title): es el nombre dado al recurso.
– Materia o subject (Etiqueta: DC.Subject): en ella se introducen las pala-
bras clave o frases que definen el título o contenido del recurso. Se acon-
seja para ello utilizar un lenguaje controlado.
– Descripción (Etiqueta: DC.Description): es un breve resumen del docu-
mento.
[112] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

– Fecha (Etiqueta: DC.Date): es la fecha en la que el recurso se puso a dis-


posición del usuario en su forma actual. Esta fecha no ha de confun-
dirse con la que pertenece al elemento Coverage. En ella se aconseja la
utilización del formato AAAA y AAAA-MM-DD.
– Fuente (Etiqueta: DC.Source): secuencia de caracteres utilizada para iden-
tificar unívocamente un trabajo a partir del cual proviene el recurso actual.
Por ejemplo, es posible usar Source con la fecha de 1603 como descripción
de una película basada en una obra de Shakespeare, pero es preferible, en
ese caso, usar Relation «IsBasedOn» con una referencia a un recurso dis-
tinto cuya descripción contenga el elemento Date con valor 1603.
– Lengua (Etiqueta: DC.Language): lengua de identificación del recurso.
– Relación (Etiqueta: DC.Relation): este identificador permite el enlace de
recursos relacionados. Da una relación entre otro recurso y este. Como
ocurre en otros campos, hay un grupo de trabajo que está realizando
una tabla de elementos.
– Cobertura (Etiqueta: DC.Coverage): da la cobertura espacial y tempo-
ral del contenido del recurso.

• Elementos relacionados principalmente con el recurso cuando es visto como


una propiedad intelectual:
– Autor o creador (Etiqueta: DC.Creator): la persona u organización res-
ponsable de la creación del contenido intelectual del recurso.
– Editor (Etiqueta: DC.Publisher): es la entidad responsable de hacer que
el recurso se encuentre disponible en la red en su formato actual, por
ejemplo, la empresa editora, un departamento universitario u otro tipo
de organización.
– Otros colaboradores (Etiqueta: DC.Contributor): son aquellas personas
o instituciones que han aportado una contribución significativa al recurso.
– Derechos (Etiqueta: DC.Rights): es una nota sobre los derechos de autor,
que informa sobre los términos y condiciones de acceso al recurso/in-
formación.

• Elementos relacionados principalmente con la categorización del recurso:


– Tipo del recurso (Etiqueta: DC.Type): es la categoría del recurso: por
ejemplo, página personal, poema, etcétera. Actualmente, se está desa-
rrollando una lista de valores para asegurar la interoperabilidad.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [113]

– Formato (Etiqueta: DC.Format): sirve para la identificación del software


y hardware que será necesario para visualizar el recurso. Al igual que
el metadato anterior, actualmente un grupo de trabajo está trabajando
en una lista controlada de valores.
– Identificador del recurso (Etiqueta: DC.Identifier): son los caracteres usa-
dos para identificar unívocamente un recurso, por ejemplo, los URLs y
URNs cuando estén implementados. Para otros recursos pueden ser usa-
dos otros formatos de identificadores, como, por ejemplo, ISBN (Inter-
national Standard Book Number).

Los usos de este formato se centran en tres aspectos:


• Como descripción compartida.
• Como control de autoridades.
• Como instrumento de gestión de lugares en la red.

Lo más relevante de los metadatos es definir cuál puede ser su aplicación en


el contexto de una biblioteca digital. Lo cierto es que no queda nada claro. La
sencillez de los metadatos DC tiene como objetivo principal que sean los propios
creadores de las páginas web los que los inserten con el fin de facilitar a los mo-
tores de búsqueda su recuperación. En este aspecto puede ser útil la utilización
de los metadatos en aquellos documentos creados o digitalizados por la biblio-
teca que vayan a ser de acceso libre para todo el público. En este sentido sería útil
definir una DTD (Document Type Definition) para que los documentos de crea-
ción propia se creen a partir de esta plantilla. O añadirlos en todos los documentos
y utilizar un motor de búsqueda en la propia Intranet en lugar de tener que bus-
car estos documentos en el OPAC.
A la hora de generar los metadatos de acuerdo a la estructura del DC, hay dis-
tintas herramientas que nos pueden ayudar, entre ellas se pueden señalar:
• DC-dot. Es un generador de metadatos de tipo DC y que permite ver las eti-
quetas que se han establecido en las URL que se señalen, o añadir nuevas
etiquetas a esa página. Accesible en http://www.ukoln.ac.uk/metadata/dcdot/.
• Metabrowser. Este programa es de acceso gratuito y permite establecer las
distintas etiquetas meta de acuerdo al formato Dublin Core, o ver qué eti-
quetas meta se le han asignado a distintas URL. Es de bastante fácil manejo,
y de gran utilidad a la hora de establecer etiquetas meta. Accesible en
http://metabrowser.spirit.net.au/.
[114] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Intercambio de metadatos. El RDF


Las metaetiquetas no pueden ser usadas con otro tipo de ficheros que no sean
HTML. Dado su desarrollo han llegado a ser bastante voluminosas, por ello algunas
organizaciones, trabajando junto al Consorcio WWW, han desarrollado una estruc-
tura más general, el RDF (Resource Description Framework) como método para el
intercambio de metadatos. Para su elaboración, el Consorcio WWW ha tenido en
cuenta anteriores y diferentes esfuerzos, como puede ser el formato PICS que carac-
terizaba y clasificaba mediante marcas identificadoras contenidos violentos o por-
nográficos en las páginas web. En definitiva, se trata de un lenguaje de marcado
que se está definiendo sobre la base de XML, que describe el esquema de metadatos
utilizado e intercambia la información entre sistemas informáticos y esquemas.
Así, este modelo de intercambio ha sido creado como una alternativa a la ca-
talogación de los recursos web. Por ejemplo, un esquema de metadatos sería el
anteriormente comentado, Dublin Core, con sus tres aspectos: semántico, sin-
táctico y estructural. A diferencia de este, RDF presenta un modelo estructural ge-
neral y simple para expresar la sintaxis, sin estipular la semántica utilizada por
un esquema de metadatos.
Este modelo estructural consta de recursos, propiedades y valores:
• Recursos: cualquier objeto identificable inequívocamente por su URI (Uni-
form Resource Identifier). Este puede ser un sitio completo, una publica-
ción digitalizada, etcétera, es decir, cualquier recurso entendido como un
objeto de información.
• Propiedades: son características, atributos o relaciones utilizadas para des-
cribir los recursos.
• Valores: son las descripciones propias de cada recurso particular.

Por ejemplo, en el esquema de metadatos DC el recurso Hamlet se representaría así:

Recursos Propiedades Valores

Hamlet Creator Shakespeare


Type Obra de teatro

Un esquema de metadatos distinto podría utilizar «autor» en lugar de «crea-


tor», y podría usar «type» con otro significado. Por ello, las marcas RDF explici-
tan que el metadato está expresado en DC del siguiente modo:
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [115]

<DC:creator>Shakespeare</DC:creator>.
<DC:type>Obra de teatro</DC:type>.

Para completar este ejemplo, «Hamlet» debe ser identificado con más preci-
sión. Si nosotros estuviéramos referenciando al imaginario URL http://hamlet.org,
el registro RDF completo, con las marcas XML, sería tal que así:

<RDF.RDF>
<RDF:description RDF:about= «http://hamlet.org»>
<DC:creator>Shakespeare</DC:creator>
<DC:type>Obra de teatro</DC:type>
</RDF:description>
</RDF:RDF>

En este registro se explicita que «description» y «about» están definidos en el


esquema RDF, mientras «creator» y «type» están en DC. En definitiva, el modelo
estructural de RDF permite a los recursos tener propiedades que refieran a otros
recursos. Por ejemplo, una base de datos puede incluir un registro sobre Shakes-
peare, conteniendo metadatos sobre él, como cuándo y dónde vivió y las dife-
rentes formas de deletrear su nombre. En la propiedad DC:creator se podría referir
a este registro de este modo:

<DC:creator RDF:about = http://people.net/WS/>.

Para completar este registro es necesario un paso más: los esquemas RDF y DC
deben ser definidos a partir del elemento namespace (xmlns) de XML. Este ele-
mento permite expresar el esquema o espacio inequívoco que define la semántica
correspondiente que sigue la definición de un registro de metadatos. Debemos re-
cordar que el RDF utiliza el XML como sintaxis común de intercambio y procesa-
miento de metadatos creando la necesidad de una restricción estructural para al-
canzar su expresión semántica.

<xmlns:rdf=«http://www.w3.org/TR/REC-rdf-syntax»>
<xmlns:rdfs=«http://www.w3.org/TR/PR-rdf-schema»>
<xmlns:DC=«http://purl.org/DC»>

Según esto, se seguirá el modelo RDF [W3C-RDF-R] para expresar el modelo y


sintaxis de metadatos RDF, la propuesta de recomendación [W3C-RDFS-PR] para el
[116] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

esquema y el modelo DC como vocabulario de designación de tipos de atribu-


tos. Estos namespace definen los esquemas correspondientes a los que remiten
a partir de su URL. A la hora de utilizar uno u otro se marcarán con sus corres-
pondientes prefijos: «rdf», «rdfs» o «DC» como ya hemos visto con el ejemplo
del DC.

De esta manera, a partir de componentes simples se pueden construir complejas descripciones


de metadatos. Usando el marco RDF para la sintaxis y estructura y usando las representaciones
XML, los sistemas informáticos pueden asociar metadatos con objetos digitales y cambiar los me-
tadatos desde diferentes esquemas.

Viendo las posibilidades del formato Dublin Core y del marco RDF parece in-
teresante utilizar este formato para catalogar recursos electrónicos debido a su
sencillez y a la aceptación que parece tener en el mundo bibliotecario. La adqui-
sición de un programa para realizar la descripción bibliográfica en DC posibilita-
ría compartir recursos con otros centros además de facilitar tanto la catalogación
como la recuperación de esta clase de documentos.
Actualmente, existen en la web distintos documentos que tratan de manera
extensa el formato RDF, quizá una de las más interesantes puede ser la traducción
de la norma que hizo Eva Méndez y se encuentra accesible en http://www.si-
dar.org/recur/desdi/traduc/es/rdf/rdfsch.htm.

Metadatos estructurales. xml


El XML (eXtensible Markup Language) es un subgrupo del estándar interna-
cional de procesadores de texto SGML (Standard Generalized Markup Language),
lenguaje específico para la web. El XML se puede considerar como un lenguaje que
ordena, estructura y describe los documentos de las páginas web. Es un meta-
lenguaje que permite la definición de lenguajes concretos de representación de
documentos. En resumen, el XML es un método para introducir datos estructura-
dos en un fichero de texto, un lenguaje abierto optimizado para la WWW que per-
mite describir el sentido o semántica de los datos.
La apariencia que suelen tener los documentos HTML y XML suelen ser muy se-
mejantes, como podemos ver en el siguiente ejemplo de formato XML:

<?xml version=«1.0» encoding=«UTF-7» ?>


<libro>
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [117]

<título>¡Mírame tonto! Las mentiras impunes de la tele</título>


<autor>Mariola Cubells</autor>
<editorial>Ediciones Robinbook, s.l.</editorial>
<ISBN>8479276657</ISBN>
</libro>

Como podemos observar, cada documento XML dispone de una estructura ló-
gica (las declaraciones y comentarios que contiene) y una física (que es la indi-
cada en el documento mediante marcas explícitas).
Pese a parecerse al HTML, el XML diferencia el contenido de la presentación.
Permite una descripción más detallada que el HTML, aunque ambos se comple-
mentan, ya que provienen del SGML. El XML representa un avance sobre el HTML,
ya que ofrece una estructura de la información, de manera que es más útil para
los servidores web. Mientras que el HTML especifica qué significa cada etiqueta y
atributo que utiliza, el XML usa las etiquetas únicamente para delimitar trozos de
datos, dejando la interpretación de los mismos a la aplicación que los lee. Por
ejemplo, la etiqueta <p> en HTML significa marca de párrafo, mientras que su sig-
nificado varía en XML en función del contexto.
De esta manera, el XML dispone de una serie de reglas que permiten la plani-
ficación de formatos de texto en los que incluir estos datos, de tal forma que pro-
ducen archivos que se generan de manera muy fácil y son leídos por los ordena-
dores sin problemas tales como la extensibilidad, internacionalización o problemas
de compatibilidad de plataformas.
El XML permite al usuario buscar por palabras generales o introducidas bajo
el encabezamiento de una etiqueta, con lo cual es un lenguaje de máxima utili-
dad para la recuperación de la información en los catálogos de bibliotecas. Este
lenguaje está optimizado para todos los navegadores, tanto Netscape como Ex-
plorer, ofreciendo sus máximas prestaciones con versiones 5.0 o superiores de es-
tos navegadores. Esto es debido a la implementación de las hojas de estilo que
contiene.
Este lenguaje conserva el concepto de Document Type Definition (DTD) que ya
incluía el SGML. Mediante el DTD se hace una definición formal del tipo de docu-
mento y se especifica su estructura lógica, definiendo de esta manera tanto los
elementos que contiene una página como sus atributos.
El XML implementa el lenguaje de estilo de los documentos XSL (eXtensible Sty-
lesheet Language) que permite la modificación del aspecto de los documentos.
[118] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Este lenguaje de estilo se considera de mucha más potencia que las hojas de es-
tilo en cascada (CSS, Cascading Style Sheets) usadas por el lenguaje DHTML (HTML
dinámico).
Si lo comparamos con otros formatos veremos sus diferencias. Por ejemplo,
con respecto al RDF hay que señalar que este se encuentra aún en fase de desa-
rrollo, mientras que el XML es un lenguaje estable y compatible con cualquier es-
tándar por ejemplo de navegadores. Con respecto a un procesador de textos, el
XML difiere de en tres puntos primordiales:
1. Es abierto y transparente: sus especificaciones pueden ser libres y adapta-
bles a los requisitos de cualquier objeto, las marcas de codificación son de
texto.
2. Está dotado de hojas de estilo propias que permiten dar formato al texto
escrito en XML con facilidad.
3. Su aspecto de codificación es similar al del HTML.

En fin, hay que insistir que el XML es un lenguaje que permite marcar la es-
tructura de un objeto (página web, base de datos, publicación, etcétera), y que sus
etiquetas definen el principio de la estructura, cada una de las secciones que com-
ponen el documento y su final. Con respecto a su utilización en bibliotecas digi-
tales, los expertos concluyen que, mientras el formato MARC fue un gran avance
para la estandarización de la creación de las bases de datos en las bibliotecas tra-
dicionales (léase referenciales), en un futuro próximo, el XML podría asumir ese
papel normalizador en el mundo de la edición y las bibliotecas, papel esencial
para facilitar el acceso a la información.

5.3. Servicios

Teniendo en cuenta que esta guía está orientada a las bibliotecas que quieren
emprender un proyecto de biblioteca digital, expondremos cuáles pueden ser las
modificaciones que un entorno digital introduce en los servicios tradicionales de
una biblioteca.
1. El servicio de referencia. Este servicio se ofrecerá desde diferentes canales,
pues las consultas de información en un entorno digital utilizan medios
electrónicos como el e-mail, chat o el vídeo digital. Hasta la fecha el co-
rreo electrónico es el más utilizado. El vídeo no está muy extendido ac-
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [119]

tualmente debido a la infraestructura y dotación especial que precisa, tanto


en la biblioteca como para sus usuarios, quienes, de momento, no utilizan
las webcam para estos fines. Esta tecnología cuenta además con proble-
mas de calidad de audio y vídeo durante las conexiones —escuchas en-
trecortadas, lentitud de transmisión de la imagen, congelación del foto-
grama…—. En este tipo de relación en directo, ya sea mediante audio,
vídeo o chat de texto, hay que dedicar una persona en nuestra biblioteca
para atender el servicio. Algunos proyectos piloto con webcam, de una
hora de dedicación diaria, han evaluado el servicio y extraído algunas con-
clusiones interesantes:
• Los estudiantes aprecian el servicio prestado al no tener que ir a la bi-
blioteca para realizar consultas, pero al mismo tiempo les supone una
mayor incomodidad el tener que acudir a ella a recoger lo que precisan.
• Los usuarios sugieren que este servicio esté instalado en una habitación
donde no moleste a los otros usuarios, y solicitan mejoras en la tecno-
logía de acceso: micrófono, mayores monitores, etcétera.

2. El servicio de búsquedas bibliográficas. Este puede ser más o menos com-


pleto para el usuario, puesto que una biblioteca digital debe ser capaz, en
principio, de ofrecer el documento primario. Sin embargo, no siempre será
así, en función de la información a la que quiera acceder y los acuerdos fir-
mados por la biblioteca con sus proveedores. Es indudable que si el usua-
rio únicamente precisa de referencias bibliográficas, puede acceder a la con-
sulta del catálogo de la biblioteca a través de la web. Otra cuestión bien
diferente es el acceso a la información que reside en bases de datos adqui-
ridas por el centro a un proveedor externo. En este caso pueden ocurrir
dos cosas: que la biblioteca tenga un acuerdo especial con el proveedor,
por el cual se le dé un acceso a los usuarios de forma que puedan consul-
tar la información desde fuera del campus; pero también puede ocurrir que
este acuerdo no exista, con lo cual el usuario solo podrá acceder a la in-
formación desde los ordenadores del campus o a través de una solicitud
realizada a los encargados del servicio.
3. El servicio de Difusión Selectiva de la Información. Este servicio quizá sea
el más fácil de prestar utilizando nuevas tecnologías. Se puede desarrollar
básicamente a través del correo electrónico con los usuarios interesados o
foros web donde se mantengan públicamente las consultas ya respondidas
[120] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

para usos posteriores. Es un servicio que se ofrecía ya en las bibliotecas tra-


dicionales desde que los catálogos referenciales se han automatizado, tal y
como se desprende de la experiencia Infobib240@ de la Universidad Poli-
técnica de Catalunya. De esta manera, la mayor diferencia es que con una
colección digitalizada a texto completo se pueden suministrar los docu-
mentos. El procedimiento consiste en la creación de una base de datos de
usuarios relacionada con los perfiles de información que precisen. Por co-
rreo se puede ofrecer información referencial o a texto completo, depen-
diendo de su vinculación con la organización y la capacidad de la propia
biblioteca. Entre ello, las novedades aparecidas en el mercado sobre los te-
mas de su interés, materiales adquiridos por la biblioteca, artículos de re-
vistas que se han incorporado a la base de datos de vaciado… La especifi-
cidad sobre los temas remitidos puede ser mayor o menor en función de
los criterios establecidos por el servicio. En función de la capacidad técnica
y operativa que se tenga, este servicio puede ofertarse bien únicamente para
los miembros de la comunidad universitaria a la que pertenece, bien abrirlo
a todo el mundo. Y su solicitud o suscripción puede ser más o menos com-
pleja, también en función de las capacidades u objetivos previstos: bien
dándose de alta el mismo usuario a través de un formulario, o indirecta-
mente enviando un correo electrónico a los responsables de ese servicio.
4. El servicio de acceso al documento primario o préstamo. Este servicio, a
pesar de la introducción de nuevas tecnologías, no deja de desarrollarse de
manera más o menos tradicional si al final el usuario tiene que acceder al
centro para poder disponer del material directamente, o bien a los centros
con los que previamente se hayan podido establecer acuerdos para que pue-
dan acceder los usuarios a los fondos. La parte del servicio que se puede
realizar con nuevas tecnologías sin incurrir en problemas legales tiene re-
lación con la gestión: reserva del ejemplar y aviso del envío (si se hace por
correo postal), registro de la recepción por parte del usuario, y fecha de de-
volución.
Desde luego, el acceso estará restringido en función de lo que se haya in-
dicado en el plan de digitalización, y tendrá las normas de acceso que nos
marquen las leyes de copyright y propiedad intelectual que más adelante
se tratarán. En muchos casos dependerá de la naturaleza de la colección,
que ahora puede ofrecer nuevos materiales, en ocasiones internos de la co-
munidad universitaria:
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [121]

• Material docente inédito. Este servicio se está desarrollando ya en al-


gunas universidades, y abarca desde el acceso a la bibliografía reco-
mendada por los profesores (tanto los artículos de revistas como mo-
nografías), como el acceso a los apuntes o a los exámenes realizados en
convocatorias anteriores.
• Manuales editados. Algunas universidades tienen servicios de publicacio-
nes dedicados a la edición de textos docentes o bien de cursos on line, cuyo
tratamiento como material estático puede ser similar al anterior apartado
siempre que no vulnere los intereses de los autores y de la institución.
• Tesis doctorales inéditas. Material de investigación de la más alta fia-
bilidad sobre los que habitualmente las bibliotecas han velado por su
custodia. En estos momentos existen ya varios proyectos para poner-
los a disposición del público, siendo el propio autor quien defina la po-
lítica de acceso (por ejemplo, en la Biblioteca Virtual Miguel de Cer-
vantes o en el programa TDC@t del CBUC.
• Proyectos fin de carrera (PFC). Son los trabajos de graduación que los
alumnos han de elaborar obligatoriamente para obtener el título. La
política de acceso al texto completo suele definirla el centro donde se
ha leído, aunque por el interés de algunos de ellos o para planificar los
futuros proyectos resulta muy útil su puesta a disposición del público.
• Publicaciones científicas. El acceso a estas publicaciones de carácter in-
vestigador realizadas por personal de la universidad pueden ser inclui-
das, con el permiso de autores y editoriales, en nuestra biblioteca digi-
tal. Existen muchos proyectos basados en la Open Archives Initiative,
que, por ser en cooperación, pueden consultarse más extensamente en
la fase quinta.

5. El servicio de préstamo interbibliotecario. En general, este servicio se suele


solicitar simplemente mediante la introducción de los datos en un formula-
rio a través de la página web de la biblioteca. Posteriormente, en función del
material y cómo este se haya remitido, el usuario deberá acceder a la biblio-
teca, o podrá recibirlo en su ordenador personal. Especialmente en el caso
de artículos científicos mediante, por ejemplo, el programa Ariel que integra
el proceso de digitalización y gestión del suministro por correo electrónico.
6. Acceso a los sumarios y resúmenes de los documentos. Este servicio tam-
bién tiene que ver con la aplicación de nuevas tecnologías, si bien lo que dis-
[122] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

tinguiría a la biblioteca digital es el enlace con el texto completo. El acceso


a sumarios y resúmenes suele ser generalmente referido a publicaciones pe-
riódicas y puede provenir de dos fuentes: las bases de datos a las que está
suscrita la biblioteca y que suelen ofertar este tipo de información, y a las
propias bases de datos que crea la propia biblioteca (sola o en colaboración
con otras) donde se recogen publicaciones que en las bases de datos suscri-
tas no están presentes. En un principio, el acceso a estas bases de datos es-
taba limitado al campus. Dado el incremento de la demanda por la genera-
lización de las conexiones de Internet desde casa, se han abierto las
posibilidades de conexión mediante usuario y password desde el propio ho-
gar. Se ha mejorado también considerablemente la información que se ofrece,
y algunas bases de datos permiten relacionar si la publicación es accesible
a través de la red, en el servidor de la editorial o en libre acceso, y si se en-
cuentra también disponible en papel en la biblioteca de la institución.
7. Servicios de formación. Estos pueden ir desde los tradicionales cursos, a los
adaptados a través de la web, donde se les muestre y forme en la búsqueda
de información en el catálogo, en Internet, en las bases de datos, etcétera.
Dado el auge creciente de la formación a distancia a través de la red, un
buen método para ofrecer algunos de estos cursos puede ser utilizar la pla-
taforma de formación on line de la institución a la que se pertenezca, de
manera que la biblioteca conseguiría una mayor difusión e integración con
los objetivos de nuestra organización.
8. Herramientas comunes de asistencia a las búsquedas. Por último, es de vi-
tal importancia para el diseño del sistema, así como para la configuración
del espacio que va a manejar el público visitante, que nuestro portal cuente
con las ayudas y procedimientos necesarios que aseguren su correcto ma-
nejo. En ellas, como vimos, se incluirán las guías, los índices, los conteni-
dos de las bases de datos y cualquier información sobre las colecciones y
la biblioteca digital que consideremos imprescindibles para el usuario.

5.4. El mantenimiento del proyecto

Tal y como definimos al principio de esta guía, el objetivo último de la biblio-


teca digital es «hacer llegar la información a un mayor número de personas en un
espacio de tiempo mucho más corto que lo que supondría hacer llegar los docu-
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [123]

mentos de una biblioteca tradicional». El paso siguiente será, sin duda alguna, con-
seguir que este avance no se malogre por falta de mantenimiento del proyecto.
Como hemos comentado a lo largo de estas páginas, el esfuerzo invertido en la
construcción de una biblioteca digital es considerable y deben garantizarse los me-
canismos necesarios para que su consulta y mejora perduren en el tiempo. Esto
implica asegurar dos cuestiones: por una parte, la continuación del propio pro-
yecto en el futuro, y, por otro, que los soportes en que se ha digitalizado la colec-
ción sean suficientemente sólidos como para que puedan seguir consultándose.
En cuanto a la primera cuestión, la continuación generalmente depende de la
implicación de la institución que alberga la biblioteca digital, tanto por su apoyo
institucional habitual, como por su apoyo con presupuestos extraordinarios para
desarrollar nuevos apartados del proyecto.
Aunque podamos pensar que obtener estos apoyos son asuntos harto difíciles,
no lo son tanto si lo comparamos con la segunda cuestión, las garantías de que la
biblioteca funcione técnicamente en el futuro. Entre la mayoría de usuarios y pro-
fesionales del sector está extendida la idea de la perdurabilidad de los documentos
digitalizados frente a la temporalidad en la duración de cualquier otro tipo de so-
porte. Sin embargo, este axioma es cuestionable por dos razones que hacen patente
el incierto futuro del material digitalizado en sistemas digitales: por una parte, por
la accesibilidad a dichos sistemas, y por otra por la obsolescencia de los soportes.
No obstante, no podemos dudar de la importancia de disponer de los materia-
les en formato electrónico, para su mejor manejo, aunque suponga un esfuerzo con-
tinuo en la actualización y copia de los fondos en aras a su futura preservación.

6. EL PRESUPUESTO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL

El análisis de costes y beneficios de la conversión digital es difícil de de-


terminar. Los costes varían considerablemente dependiendo de multitud de va-
riables. El tamaño del archivo, la formación del personal dedicado a esta labor,
las necesidades asociadas al almacenamiento y al proceso técnico de digitaliza-
ción… son aspectos que explican algunas de las diferencias relacionadas con los
costes. Otras funciones tales como la preparación de los materiales para la ex-
ploración, indexación de direcciones, descripción bibliográfica y demás, nos in-
dican también parte de lo que puede suponer el coste del proceso. Pero también
debemos contar con algunos costes poco matizados, difíciles de fijar y represen-
[124] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

tar en un balance económico del proyecto. Resulta muy arriesgado estimar cuál
puede ser la capacidad de digitalización de una persona por día. La experiencia
en el proyecto BIVALDI (Biblioteca Valenciana Digital) permite establecer un rango
que oscila entre 100 y 200 páginas por persona y día, si estas están totalmente
preparadas para su conversión a imagen.
Aunque al realizar el proyecto se deben calcular los costes probables y los fi-
jos, nuestra capacidad de predecir cualquiera de ellos es hasta ahora rudimenta-
ria. Así, la decisión de digitalizar debe comenzar con una interrogación referente
a los derechos de autor y a los derechos de explotación y debe especificar el gra-
vamen de la naturaleza e importancia de los materiales de fuentes originales. Tam-
bién debemos proceder a analizar la naturaleza y la calidad del proceso de digi-
talización: cómo la información relevante se captura de la original, cómo se
ordenan los datos digitales, puestos en un índice, entregados a los usuarios, y
cómo se procederá a su mantenimiento y actualización a largo plazo…
Los costes que supone el copyright en una digitalización masiva desempeñan
un papel decisivo al definir el proyecto y deben ser tratados de forma inmediata
en el proceso de selección. Si un proyecto que digitaliza fondos abarca materia-
les que no son de dominio público, los permisos se deben conseguir previamente,
antes de iniciar la digitalización, y si no se consiguen, los materiales no deben ser
reproducidos. Si al final de todo el proceso únicamente podemos digitalizar la
parte de nuestra colección que es de dominio público, aunque esta represente un
porcentaje pequeño de los materiales existentes, aun así, se requerirán inversio-
nes sustanciales, tal y como veremos a continuación.

Por lo tanto, el valor intelectual de las fuentes originales, junto con la tipología del material y
los niveles del uso estimado, deben conformar las prioridades a estudiar para proceder a la con-
versión. Hay que ser pacientes y disponer de los permisos de todas las obras que queremos di-
gitalizar, de esta manera el esfuerzo será repartido entre un volumen mayor de documentos.

6.1. Costes de infraestructuras

Costes hardware: a continuación enumeramos los dispositivos de hardware


que citábamos anteriormente, con las características básicas que deberán tener
para poder ser útiles en la biblioteca digital. Al final de esta descripción anexa-
mos un cuadro con el nombre del dispositivo y precio aproximado de mercado.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [125]

(a) Discos duros: se escogerá de acuerdo a las características de nuestra bi-


blioteca, distinguiendo diferentes capacidades de almacenaje entre:
• Servidores.
• Estaciones de trabajo desde donde se introduce información.
• OPACs de consulta.

Recomendamos un mínimo de 40 Gb para cualquier ordenador, ya que


actualmente este es el estándar que suele ir en cualquier PC, para las es-
taciones de trabajo y OPACs.
(b) Disqueteras: necesitaremos una disquetera para poder leer los disquetes
ya grabados y que también nos permita grabar información extraída de
la biblioteca digital, recuperando la información almacenada en este so-
porte. Es un dispositivo estándar en cualquier PC, excepto para portáti-
les. En todo caso, su compra para PC a posteriori no es muy onerosa.
(c) CD ROM: distinguiremos dos modalidades de este dispositivo. Por un lado,
tenemos lectores de CD ROM y, por otro, las grabadoras-lectoras. Necesita-
remos contar con ambas versiones en la biblioteca digital, además como dis-
positivos independientes: grabadoras-lectoras y lectoras únicamente.
(d) DVD: cada vez se extiende más su uso y como almacén de información es
muy útil, pues su capacidad es muy superior a la de cualquier otro medio
usado hasta el momento. El coste de las grabadoras es algo más elevado
que las de CD.
(e) Unidades ZIP: no son dispositivos demasiado habituales. En otro tiempo,
cuando el disquete era el único medio de almacenar información, tuvie-
ron mucho uso debido a que eran de mayor capacidad, pero actual-
mente, con la posibilidad de grabación en CD ROM y DVD, es menor. No
obstante, adjuntamos sus costes en la tabla.
(f) Cintas DAT (Digital Data Storage) y almacenadores de cintas DAT: como ya
decíamos, por su capacidad, son muy útiles para hacer copias de seguri-
dad del material digitalizado. No son de uso común, es más un disposi-
tivo de uso interno utilizado por grandes organizaciones. Las necesidades
básicas referentes a este soporte las cubriremos con un almacenador DAT
DDS4, de 40 Gb a 21,6 Gb/hora, cuyas características técnicas básicas son:
• 40 Gb típico.
• Velocidad 21,6 Gb/hora con compresión de datos.
• Debe ser compatible en lectura y escritura con otros almacenadores DAT.
[126] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

(g) Monitores: debemos estudiar el tipo de monitores que vamos a adquirir,


en función del tipo de biblioteca y uso que se les va a dar. Con las pautas
ya mencionadas anteriormente elegiremos el tamaño de monitor que se
adapte más a nuestras necesidades y comprobaremos, antes de adquirirlo,
que cumple las características mínimas que citamos.
(h) Impresoras: dependiendo del tipo de biblioteca que vayamos a digitalizar
compraremos un tipo de impresora u otro. Ofrecemos precios de tres mo-
delos: inyección de tinta blanco y negro y color, blanco y negro láser, y
color láser. Es conveniente volver al apartado anterior de impresoras y mi-
rar la tabla de funcionalidades de las distintas opciones con relación al
uso que se le va a dar.
(i) Capturadoras de imágenes (escáneres y cámaras de vídeo y fotografía):
existen varios tipos que pueden sernos de utilidad para la biblioteca di-
gital. Al igual que ocurre con los otros elementos descritos a lo largo de
este punto, según qué documentos sean de importancia en nuestra bi-
blioteca decidiremos el tipo de escáner a adquirir.

La siguiente tabla resume los dispositivos nombrados con los precios de mercado.
Hay que tener en cuenta que esta información se desactualiza rápidamente, no obs-
tante, consideramos que puede tener un valor orientativo para el mercado español.

Nombre del dispositivo Precio mercado aprox. (01/12/2004)

Sistemas de almacenaje (discos duros) 80 Gb= 60 €

• Disquetera: 6€
• Disquete: 3€

• Lector CD ROM: 18 €
• CD ROM: 1€

• Grabadora CD ROM: 30 €
• CD ROM regrabable: 1,50 €

DVD 70 €

• Unidades ZIP: 90 €
• Cartuchos ZIP: 10 €

• Sistema almacenador: 800 €


• Cintas DAT: 6€
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [127]

Nombre del dispositivo Precio mercado aprox. (01/12/2004)

Monitor 15"/17"/19"/21" 100 €/140 €/190 €/450 €


Monitor TFT 15"/17"/19"/21" 250 €/300 €/450 €/950€

Impresora:
• Inyección de tinta: 120 €
• Láser blanco y negro: 350 €
• Láser color: 600 €

Escáner 120 €

Cámara de fotos digital 300 €

Cámara de vídeo digital 800 €

6.2. Costes de personal

El personal es uno de los apartados más onerosos de cualquier proyecto, no


solo para el caso de bibliotecas digitales. Debemos recordar dos cuestiones pre-
vias. Por una parte, puede afirmarse que existe una relación directamente pro-
porcional entre la inversión en hardware y el ahorro de costes de personal. Por
ejemplo, si utilizamos escáneres domésticos sin alimentador de hojas, la inversión
en hardware será mínima, pero el tiempo que utiliza el personal para digitalizar
es mucho mayor que si adquirimos, por ejemplo, una fotocopiadora capaz de es-
canear y exportar la información a formatos PDF. Por otra, la estructura del equipo
de trabajo sigue, como en cualquier otra ocasión, la ley de la pirámide invertida,
necesitando más personal en las capas menos cualificadas y menos, por no decir
uno, cuando alcanzamos la cima de la pirámide, la dirección del proyecto.
Sentimos reiterar de nuevo que serán las características del proyecto las que
también determinarán las decisiones referentes a la contratación de personal. Es
decir, si nuestra biblioteca se compone preferentemente de material valioso, la in-
versión en la fotocopiadora-escaneadora citada no es adecuada; así como, si nues-
tra biblioteca digital se nutre de la adquisición de publicaciones periódicas digi-
talizadas por un proveedor de información, los cuadros medios, los técnicos,
formarán el grueso del equipo de trabajo.
Pero no son solo estas las razones que hacen que los costes de personal con
los que nos tenemos que enfrentar cuando comencemos a digitalizar sean difíci-
[128] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

les de determinar de modo genérico. Cada empresa, universidad e institución


puede tener un convenio específico que regula los contratos, e incluso que per-
mita, por ejemplo, utilizar personal en periodo de formación, los «socorridos»
becarios.
A la hora de poner en marcha nuestra biblioteca digital, para hacer un presu-
puesto lo más ajustado posible, podríamos basarnos en los sueldos que dispone
la ley para ciertas instituciones. Por ejemplo, podemos consultar la Resolución
de 5 de septiembre de 2001, de la Dirección General de Trabajo, en la que en-
contraremos el III Convenio Colectivo de Universidades Privadas, Centros Uni-
versitarios Privados y Centros de Formación de Postgrados, con sus correspon-
dientes revisiones salariales.
También se podría consultar el convenio y las correspondientes tablas sala-
riales de personal de plantilla y eventual de alguna universidad pública, por ejem-
plo, la de la Universidad Politécnica para el año 2004. Cualquiera de estas op-
ciones es buena para hacernos una idea del coste que supondría el personal
necesario, sin olvidar nunca que todos estos datos no son más que orientativos
para conocer los mínimos legales, pero posteriormente cada centro o institución,
como ya hemos comentado, puede tener unos complementos específicos para cada
tarea.
No obstante, el que no señalemos exactamente cómo debería remunerarse a
cada una de las personas que trabajarán en la confección de la biblioteca digital
no quiere decir que no indiquemos, según nuestro criterio, cuál sería la plantilla
más o menos ideal con que deberíamos contar para ello. De esta manera, las ta-
blas salariales, siguiendo las pautas de una universidad privada, quedarían de la
siguiente forma:

• Personal auxiliar para la preparación del material para la digitalización.

Categoría Retribución Salario base Plus transporte


anual

Empleado de biblioteca 9.681,58 € 7.417,20 € 2.264,38 €

Auxiliar de biblioteca 9.132,86 € 6.868,48 € 2.264,38 €

Personal de servicios
generales 9.132,86 € 6.868,48 € 2.264,38 €

Auxiliar 9.132,86 € 6.868,48 € 2.264,38 €


MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [129]

• Personal auxiliar para el escaneado de imágenes, textos, etcétera. Dentro


de este grupo se encuadran profesionales encargados de: escanear, foto-
grafiar, filmar y fotocopiar. Como en el caso anterior, las categorías profe-
sionales que se les puede aplicar son distintas, por lo que los costes pueden
oscilar entre:

Categoría Retribución Salario base Plus transporte


anual

Operador de informática 11.756,25 € 9.491,87 € 2.264,38 €

Empleado de biblioteca 9.681,58 € 7.417,20 € 2.264,38 €

Auxiliar de biblioteca 9.132,86 € 6.868,48 € 2.264,38 €

Personal de servicios
generales 9.132,86 € 6.868,48 € 2.264,38 €

Auxiliar 9.132,86 € 6.868,48 € 2.264,38 €

• Personal técnico para el tratamiento de textos y su puesta en la red. Se le


aplicaría la tabla anterior.
• Personal informático. El personal informático necesario para el proyecto
también puede tener distintas categorías, de esta manera, pueden variar sus
mínimos entre las variables que aparecen en la siguiente tabla:

Categoría Retribución Salario base Plus transporte


anual

Titulado superior 17.288,56 € 15.024,18 € 2.264,38 €

Titulado medio 14.520,40 € 12.256,02 € 2.264,38 €

Técnico informático 15.213,92 € 12.949,54 € 2.264,38 €

Informático 12.923,09 € 10.658,71 € 2.264,38 €

Operador informático 11.756,25 € 9.491,87 € 2.264,38 €

• El resto de categorías profesionales que se necesitan: asumirían las si-


guientes tareas: coordinación del proyecto, mantenimiento en la introduc-
ción de información —normalización, procedimientos…—, personal para
[130] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

atender los servicios creados, documentalistas, etcétera. Puede variar su sa-


lario igualmente que en las tablas anteriores, en función de la categoría
aplicada al personal de la biblioteca. Básicamente el resto del personal adecúa
su categoría a la siguiente tabla:

Categoría Retribución Salario base Plus transporte


anual

Titulado superior 17.288,56 € 15.024,18 € 2.264,38 €

Titulado medio 14.520,40 € 12.256,02 € 2.264,38 €

Empleado de biblioteca 9.681,58 € 7.417,20 € 2.264,38 €

Auxiliar de biblioteca 9.132,86 € 6.868,48 € 2.264,38 €

Auxiliar 9.132,86 € 6.868,48 € 2.264,38 €

Si en lugar de desarrollar el proyecto en una universidad privada lo hacemos en


una pública deberemos conocer su rango de retribuciones, como, por ejemplo, las
de la Universidad Politécnica de Valencia, consultable en http://www.ctt.upv.es/2-
serv-upv/serv-upv-2/presuip2004.html. Los perfiles y tareas del personal serían las
mismas, solo que se adaptarían a las categorías profesionales que se manejan en la
administración, y que suelen estar bastante más claras. De esta manera, los costes
vendrían determinados por titulación del personal que se utilice, tal y como se de-
termina en el siguiente esquema:
Grupo A: Titulados superiores. Licenciados.
Grupo B: Titulados medios. Diplomados.
Grupo C: Personal auxiliar especializado. Bachilleres.
Grupo D: Personal auxiliar. Graduado escolar.
Grupo E: Personal sin cualificar. Certificado de escolaridad, si bien es un
grupo en vías de extinción por la homologación con la Unión Eu-
ropea.
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [131]

COSTES INDICATIVOS DE PERSONAL DE PLANTILLA EN PROYECTOS Y CONVENIOS.


EJERCICIO 2004

Máximo Máximo Coste Coste Coste


Categoría
horas/año horas/mes anual mensual horario

Catedrático/a de uni- 1.580 132 63.561,38 € 5.310,36 € 40,23 €


versidad

Titular de univer- 1.580 132 43.994,18 € 3.674,88 € 27,84 €


sidad

Catedrático/a de es- 1.580 132 43.050,46 € 3.597,00 € 27,25 €


cuela universitaria

Titular de escuela uni- 1580 132 37.481,45 € 3.131,04 € 23,72 €


versitaria

Profesor colaborador 1.580 132 31.447,28 € 2.626,80 € 19,90 €

Profesor/a asociado/a 1.580 132 27.711,07 € 2.711,07 € 17,54 €

Profesor contratado 1.580 132 22.264,99 € 1.859,88 € 14,09 €


Doctor

Ayudante/a de uni- 1.580 132 18.808,68 € 1.570,80 € 11,90 €


versidad

Ayudante/a de es- 1.580 132 26.717,70 € 2.232,12 € 16,91 €


cuela universitaria

GRUPO A 1.580 132 41.454,16 € 3.463,68 € 26,24 €

GRUPO B 1.580 132 30.142,50 € 2.518,56 € 19,08 €

GRUPO C 1.580 132 26.645,35 € 2.225,52 € 16,86 €

GRUPO D 1.580 132 19.847,56 € 1.657,92 € 12,56 €

GRUPO E 1.580 132 17.248,22 € 1.441,44 € 10,92 €


[132] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

COSTES INDICATIVOS DE PERSONAL EVENTUAL EN PROYECTOS Y CONVENIOS.


EJERCICIO 2004

Intervalo Intervalo
Máximo Máximo Coste Coste
Categoría salario coste
horas/año horas/mes mensual horario
anual anual

Doctor contratado 1.580 132 14.392,7- 19.541,28- 1.632,84- 12,37-30,41


35.389,12 48.048,59 4.014,12

Ing./Lic./Prof. aso. 1.580 132 14.392,7- 19.541,28- 1.632,84- 12,37-24,66


28.699,71 38.966,22 3.255,12

Ing. Téc./Dip. con- 1.580 132 12.215,56- 16.585,33- 1.386,00- 10,50-19,73


tratado 22.959,77 31.172,98 2.604,36

Auxiliar de labora- 1.580 132 17.552,92 23.831,98 1.990,56 15,08


torio (FP II)

Beca de colaboración 720 60 3.600- 3.600- 300-900 5,00-15,00


10.800 10.800

Beca de Especializa- 960 80 8.400- 8.400- 700-1.000 8,75-12,50


ción 1.er ciclo 12.000 12.000

Beca de Especializa- 960 80 12.000- 12.000- 1.000-1.500 12,50-18,75


ción 2.º ciclo 18.000 18.000

Beca de movilidad 960 80 12.000- 12.000- 1.000-2.500 12,50-31,25


postdoctoral 30.000 30.000

6.3. Costes totales estimados

Estimar los costes, insistimos, es una tarea que debe de hacerse para cada uno
de los proyectos, completando la autoevaluación propuesta en la Fase 2, inven-
tario de la colección en la Fase 3, aspectos legales, la cuarta o la posibilidad de
ejecutarlo de forma cooperativa, como se desarrolla en la Fase 5.
Dicho esto, y viendo los costes desglosados de infraestructuras y personal,
puede presupuestarse de manera integrada, incluyendo en el precio del estudio o
propuesta todos los gastos de la digitalización.
Por ejemplo, cuando contemplamos como precio de digitalización 0,6 € por
página A4 estamos incluyendo los gastos de personal y de infraestructuras, pero
MANOS A LA OBRA. DESARROLLO DE NUESTRA BIBLIOTECA DIGITAL [133]

no integraría tareas tales como conversión a formato, por ejemplo, PDF o trans-
formación a texto ASCII, redimensionamiento de imágenes, maquetación, etcétera.
Cuestiones todas que han de estar especificadas con detalles técnicos mediante
un minucioso análisis del fondo a digitalizar.

❋❋❋

En definitiva, la versión electrónica de un documento permitirá nuevas clases


de uso y tipos más sofisticados de análisis. La decisión de digitalizar debe consi-
derar también la naturaleza y condición física de los materiales, y si estas cues-
tiones afectan a las características del producto elegido para la digitalización. Las
decisiones que se tomen se deben basar en el estado actual de la tecnología, pero
tienen que estar preparadas para anticiparse a los cambios que se puedan pro-
ducir, si no es así los productos corren el peligro de quedar obsoletos en un breve
espacio de tiempo. También debemos evaluar cómo el producto final será utili-
zado por los usuarios. Para ello se deben hacer pruebas previas a su implantación
final realizando un testeo de uso con un colectivo controlado pero real.
Fase 4

ALGUNAS NOTAS SOBRE LOS DERECHOS DE AUTOR

1. INTRODUCCIÓN: LA LEY DE PROPIEDAD INTELECTUAL

A lo largo de esta fase trataremos de dar unas claves básicas para comprender
las implicaciones de la ley sobre Propiedad Intelectual en relación con los mate-
riales en soporte electrónico que pueden ser tratados en una biblioteca digital.
La responsabilidad de la implementación de la nueva Directiva del Copyright
(2001/29/EC) a la legislación española recae sobre el Ministerio de Educación,
Cultura y Deportes (MECD). El pasado 6 de noviembre de 2002 presentaron una
versión («Versión» [1]) con las modificaciones propuestas a la TRLPI 1/1996. La ver-
sión, compuesta de 68 artículos, sugiere una serie de cambios a los 164 artículos
de la vigente ley Española de Propiedad Intelectual de 1996.
La motivación existente del Gobierno con esta versión es no solo la de actua-
lizar la ley española para reflejar la Directiva Europea del Copyright 29/2001/EC,
sino también cumplir con la decisión unánime, tomada por el Congreso español
el 11 de junio de 2002, de introducir notables cambios en la gestión de los dere-
chos de propiedad intelectual. El acuerdo del Congreso requería al Gobierno la
introducción e implementación de los cambios necesarios y los mecanismos efec-
tivos para permitir la resolución de los conflictos que afectan a la propiedad in-
telectual.
El anteproyecto incluye una reforma considerable dentro de la Comisión so-
bre la Propiedad Intelectual, reforzando sus funciones. La intención de la reforma
es hacer de esta Comisión una organización clave a la hora de resolver conflictos
relacionados con este tema.
La ley de Propiedad Intelectual vigente en España fue redactada en 1996,
siendo la sucesora de la primera ley contemporánea de propiedad intelectual que
[136] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

data de 1987. El texto reformulado de propiedad intelectual (TRLPI 1/1996) fue


promulgado con el objetivo de cumplir con las directivas europeas en cuestión de
armonización legal, específicamente 1998/93/EC.
En la base de la ley de 1996 se describe de forma detallada qué materiales eran
objeto de propiedad intelectual. En ellos se incluyen todas «las creaciones origi-
nales literarias, artísticas o científicas expresadas por cualquier medio o soporte,
tangible o intangible, actualmente conocido o que se invente en el futuro (art. 10)»,
entre las que se encuentran:
– Libros, folletos, impresos, epistolarios, escritos, discursos y alocuciones,
conferencias, informes forenses, explicaciones de cátedra, así como otras
obras de la misma naturaleza.
– Composiciones musicales.
– Obras dramáticas, musicales, coreografías, pantomimas y, en general, las
obras teatrales.
– Obras cinematográficas y audiovisuales.
– Esculturas, pinturas, grabados, litografías, historietas gráficas, tebeos, así
como sus bocetos y otras obras plásticas, sean o no aplicadas.
– Proyectos, planos, maquetas y diseños de obras arquitectónicas y de inge-
niería.
– Gráficos, mapas, diseños topográficos, geográficos o relativos a la ciencia.
– Obras fotográficas o análogas a la fotografía.
– Programas de ordenador.
– Obras derivadas de las originales, como traducciones, adaptaciones, revi-
siones, actualizaciones, anotaciones, compendios, resúmenes, extractos,
arreglos musicales o cualquier otro tipo de transformación de una obra.

Puntos importantes en la ley son los relativos a los derechos de autor. El caso
que nos ocupa, la distribución de obras en bibliotecas digitales sin previo con-
sentimiento de sus autores mediante contratos firmados, puede ser motivo de in-
fracción grave de la ley, con su consiguiente posible denuncia por parte de los autores
o herederos del autor.
La propiedad intelectual de una obra literaria, artística o científica corresponde
al autor por el hecho de su creación, y está integrada por derechos de carácter
personal y patrimonial. Esto otorga al autor la plena disposición y el derecho ex-
clusivo a la explotación de la obra (art. 1 y 2), sin perjuicio de que el autor trans-
mita o ceda los derechos patrimoniales en vida o tras su muerte.
ALGUNAS NOTAS SOBRE LOS DERECHOS DE AUTOR [137]

Por lo tanto, y como ejemplo, la distribución de manuscritos o incunables en


una biblioteca digital, que en un primer caso podrían no tener derechos de autor
ya que tienen más de cincuenta años, estos derechos deberán ser estudiados porque si
han sido reproducidos por editoriales hace menos de cincuenta, estas pueden ostentar
los derechos de autor o simplemente tener los derechos de distribución en cual-
quier soporte, lo que obligaría a cualquier interesado a negociar con ellos la dis-
tribución. Por esto, la biblioteca, aunque sea poseedora de dichos documentos,
«nunca dispondrá de los derechos de autor de las obras». Los derechos de dis-
tribución solo serán propios cuando la editorial del material sea la propia uni-
versidad y ceda los derechos de distribución a la biblioteca digital. En ningún caso
podrá la biblioteca digital ampliar el marco de distribución de los documentos si
no es propietaria de dichos derechos de distribución.
Se ha de tener en cuenta que por ser obra original, las obras derivadas —tra-
ducciones, adaptaciones, revisiones, actualizaciones, anotaciones, compendios,
resúmenes y extractos— también son objeto de propiedad intelectual. En caso
de utilizar diversos documentos de este tipo sería necesario pedir los derechos
de autor de todos los documentos. Ello se refleja de manera muy clara en la ley,
por lo que cualquier tratamiento que le demos al material para darle valor aña-
dido en nuestra biblioteca digital, siempre tendrá unos derechos de autor regi-
dos por la obra original, siendo solo permisible la cita para materiales de nueva
creación.

2. ¿QUÉ MATERIALES ESTÁN SUJETOS A LOS DERECHOS DE EXPLOTACIÓN?


MATERIALES EN SOPORTE DIGITAL

Teniendo en cuenta los derechos de explotación de una obra se puede decir


que una biblioteca digital, en el momento que incluya sin la autorización perti-
nente cualquier documento en cualquier tipo de soporte, estará vulnerando de
forma inmediata los derechos de reproducción, de distribución y de comunica-
ción pública.
Así pues, toda biblioteca digital constituida por una universidad necesitará
autorización del titular o titulares de los derechos de explotación de todas y cada
una de las obras que se incluyan en dicha biblioteca, siempre y cuando no hayan
expirado los derechos de autor de las mismas y hayan pasado a ser de dominio
público.
[138] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Ahora bien, la ley establece un caso de excepción por el que los museos, ar-
chivos, bibliotecas, hemerotecas, fonotecas o filmotecas de titularidad pública o
pertenecientes a entidades de interés general de carácter cultural, científico o educa-
tivo sin ánimo de lucro, o a instituciones docentes integradas en el sistema edu-
cativo español no precisarán autorización de los titulares de los derechos.

2.1. Bases de datos

Las bases de datos, como colecciones de obras ajenas, de datos o de otros ele-
mentos que por la disposición de sus contenidos constituyan creaciones intelec-
tuales, serán objeto de propiedad intelectual, entendiendo que la protección que
se les reconoce se refiere a su estructura o a la disposición de sus contenidos, no
siendo extensiva a estos (art. 12).
En nuestra biblioteca digital las bases de datos que incluyamos tendrán un tra-
tamiento diferente según sea su origen:

• Referenciales de empresas comerciales; tratamiento de explotación ajena.


• Referenciales creadas por la propia biblioteca; explotación propia.
• Con acceso a documentos completos de empresas comerciales; explotación ajena.
• Con acceso a documentos completos de creación propia; explotación propia.

En todos los casos deberemos estudiar la legislación vigente, ya que en docu-


mentos completos los derechos de autor siempre deberán ser respetados, incluso
en el caso de ser desarrollados por personal interno del centro deberán haber fir-
mado un contrato de cesión de la distribución para la biblioteca digital.
Mención destacada se debe hacer de las bases de datos de prensa, actualmente
tema candente, ya que la prensa diaria ha sido avalada por la ley, siendo necesa-
ria la solicitud de permisos a los editores para su difusión parcial o total en cual-
quier soporte digital. En muchos casos, centros que realizaban vaciados de prensa
han debido de cerrar el acceso público a dichos datos por no disponer de los per-
misos para su difusión.
En el caso de utilizar bases de datos de otros productores o parte de la misma
como un elemento del fondo de una biblioteca digital se ha de solicitar autoriza-
ción al fabricante de la base de datos (art. 133). O en el caso de ser de desarro-
ALGUNAS NOTAS SOBRE LOS DERECHOS DE AUTOR [139]

llo propio salvaguardar mediante el sistema de seguridad de acceso o de seguri-


dad del documento cualquier posible posterior utilización. No obstante, su difu-
sión es altamente delicada, ya que el uso de dichos materiales debe ser estricta-
mente salvaguardado y en muchos casos las entidades no disponen de sistemas
que permitan el control seguro de dichos materiales (marcas de agua, DC, et-
cétera).

2.2. Bases de datos en CD y DVD

La normativa y criterios de autorización que se aplica a una base de datos en


CD o DVD es la misma que para bases de datos en Internet. Por tanto, no se podrá
utilizar una base de datos en una biblioteca digital sin la autorización previa del
fabricante. En cualquier caso, el acceso remoto a CD ROM o DVD en la actualidad
está protegido por el uso concurrente de licencias; no obstante, el uso de licen-
cias en menor número por un centro puede ser también motivo de falta legal.

2.3. Materiales audiovisuales

El productor de una grabación audiovisual es el único que puede autorizar la


reproducción, directa o indirecta, del original y de las copias de la misma (art. 121).
Si queremos que nuestra biblioteca digital ofrezca materiales de este tipo, ya
sean comerciales o producción propia —clases, cursos, etcétera—, podremos in-
cluirlos en nuestro sistema si el docente y los propios alumnos permiten su difu-
sión. Si no es así, tampoco podremos distribuir dichos materiales. El permiso debe
ser un contrato de permiso de difusión de la imagen que firmarán el propietario
y las personas que aparecen en la cinta.

2.4. Emisiones o transmisiones radiofónicas

Son las entidades radiodifusoras las que pueden autorizar la fijación, retrans-
misión y comunicación pública de sus emisiones en cualquier soporte sonoro o
visual, así como la reproducción de las fijaciones de sus emisiones o transmisio-
nes y la distribución de las mismas (art. 126.1).
[140] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

En nuestra biblioteca digital podríamos tener emisiones de radio de la propia


universidad sin problemas si los derechos de distribución se ceden a la biblioteca.
Pero si, por el contrario, depende de otra entidad externa el material utilizado,
serán necesarios los permisos pertinentes.

3. MATERIALES NO SUJETOS A DERECHOS DE EXPLOTACIÓN

No son objeto de propiedad intelectual las disposiciones legales o reglamen-


tarias y sus correspondientes proyectos, resoluciones de los órganos jurisdiccio-
nales y actos, acuerdos, deliberaciones y dictámenes de los organismos públicos,
así como las traducciones oficiales de todos los textos anteriores (art. 13). No
obstante, si este material aparece en compendios analizados o con información
de valor añadido tendrá los mismos derechos de autor del analista.
La ley de Propiedad Intelectual establece unos plazos de tiempo máximos du-
rante los cuales el autor o sus causahabientes podrán ejercer los derechos de ex-
plotación de sus obras, pero una vez finalizados estos plazos las obras pasarán a
ser de dominio público, es decir, podrán ser utilizadas por cualquiera, siempre
que se respete la autoría y la integridad de la obra (art. 41).
Los plazos de extinción de los derechos de explotación que establece la ley son
los siguientes:
• Obras de autor conocido:
A los setenta años de la muerte o declaración de fallecimiento del autor
(art. 26) o en el caso de autores fallecidos antes del 7 de diciembre de 1987
a los ochenta años de la muerte o declaración de fallecimiento del autor (Dis-
posición Transitoria 1.ª y 4.ª).
• Obras seudónimas, póstumas o anónimas:
Se pueden dar dos casos:
a) Que la obra se haya divulgado lícitamente, en cuyo caso los derechos
de explotación de la misma se extinguirán setenta años después de su
divulgación. En el caso de una obra seudónima, si antes de cumplirse
este plazo se diera a conocer el autor, se extinguirán los derechos de ex-
plotación tal y como se establecen en el apartado «obras de autor co-
nocido» (art. 27.1).
b) Que la obra no se haya divulgado lícitamente, en cuyo caso los dere-
chos de explotación expiran a los setenta años desde su creación, siem-
ALGUNAS NOTAS SOBRE LOS DERECHOS DE AUTOR [141]

pre y cuando no se haya realizado el cómputo desde la muerte o decla-


ración de fallecimiento del autor (art. 27.2).
• Obras en colaboración:
A los setenta años de la muerte o declaración de fallecimiento del último
coautor superviviente (art. 28) o en el caso de autores fallecidos antes del
7 de diciembre de 1987 a los ochenta años de la muerte o declaración de fa-
llecimiento del último coautor superviviente (Disposición Transitoria 1.ª).
• Obras colectivas:
Se pueden dar dos plazos:
a) Cuando las personas naturales que han creado la obra no son identifi-
cadas como autores en las versiones de la misma que se hagan accesi-
bles al público, el plazo se extinguirá a los setenta años de su divulga-
ción lícita (art. 28.2).
b) Cuando las personas naturales que han creado la obra son identifica-
das como autores, se le aplicarán los plazos que se han establecido para
los casos de obras con autor conocido o de obras en colaboración, se-
gún proceda (art. 28.2).
• Obras publicadas por partes, volúmenes, entregas o fascículos:
Cuando las partes, volúmenes, entregas o fascículos de una obra divulgada
lícitamente sean independientes unas de otras, el plazo de extinción de los de-
rechos de explotación de dicha obra se habrá de computar teniendo en cuenta
cada elemento (fascículo, volumen, etcétera) de la obra por separado (art. 29).
• Interpretación o ejecución de una obra:
A los cincuenta años, computados desde el 1 de enero del año siguiente al
de la interpretación o ejecución (art. 112).
Pero si antes de que expiren los derechos de explotación se divulga lícita-
mente una grabación de la interpretación o ejecución, dichos derechos ex-
pirarán a los cincuenta años desde la divulgación, computados desde el 1
de enero del año siguiente a la fecha en que esta se produzca (art. 112).
• Fonogramas:
A los cincuenta años, computados desde el 1 de enero del año siguiente al
de su grabación (art. 119).
Pero si antes de que expiren los derechos de explotación se divulga lícita-
mente la grabación, dichos derechos expirarán a los cincuenta años desde
la divulgación, computados desde el 1 de enero del año siguiente a la fe-
cha en que esta se produzca (art. 119).
[142] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

• Grabaciones audiovisuales:
A los cincuenta años, computados desde el 1 de enero del año siguiente al
de la primera fijación de una grabación audiovisual (art. 125). Pero si an-
tes de que expiren los derechos de explotación se divulga lícitamente la gra-
bación, dichos derechos expirarán a los cincuenta años desde la divulga-
ción, computados desde el 1 de enero del año siguiente de la misma (art. 125).
• Emisiones o transmisiones radiofónicas:
A los cincuenta años, computados desde el 1 de enero del año siguiente al
de la realización por primera vez de una emisión o transmisión (art. 127).
• Fotografías:
A los veinticinco años, computados desde el 1 de enero del año siguiente
a la fecha de realización de la fotografía o reproducción (art. 128).
• Bases de datos:
A los quince años, computados desde el 1 de enero del año siguiente a la
fecha en que haya terminado la fabricación de la base de datos (art. 136.1).
Pero si antes de que pasen estos quince años la base de datos se pone a dis-
posición del público, los derechos de explotación expirarán a los quince
años, computados desde el 1 de enero siguiente a la fecha en que la base
de datos haya sido puesta a disposición del público (art. 136.2).

Se puede dar el caso de que una obra inédita en dominio público se divulgue lí-
citamente por cualquier persona, por lo que dicha persona tendrá sobre la obra los
mismos derechos de explotación que hubieran correspondido a su autor (art. 129.1).
Estos derechos de explotación se extinguirán pasados veinticinco años, computados
desde el 1 de enero del año siguiente al de la divulgación lícita de la obra (art. 130.1).
Si una obra de dominio público es editada, serán sus editores los que gozarán
de los derechos de reproducción, distribución y comunicación pública de dichas
ediciones (art. 129.2). Estos derechos finalizarán a los veinticinco años, compu-
tados desde el 1 de enero del año siguiente al de la publicación (art. 130.2).

4. LA LEY DE PROPIEDAD INTELECTUAL Y LOS AUTORES EXTRANJEROS

Como se ha indicado anteriormente, la ley de Propiedad Intelectual que nos


ocupa protege los derechos de propiedad intelectual de los autores españoles y de
los autores extranjeros que pertenezcan a estados miembros de la Unión Europea.
ALGUNAS NOTAS SOBRE LOS DERECHOS DE AUTOR [143]

Ahora bien, también quedan protegidos bajo esta ley los derechos de explo-
tación de diversos materiales que se detallan en la ley.
No obstante, existen muchas entidades que están trabajando sobre estos te-
mas a las que recurrir para conocer las implicaciones legales de nuestros fondos,
pues es imprescindible que cualquier centro que esté trabajando en el desarrollo
de una biblioteca digital se asesore por abogados especialistas en derechos de autor,
dado que las leyes están siendo actualizadas constantemente y es ineludible
cumplir cualquier tipo de modificación que aparezca en la ley.
Fase 5

LAS BIBLIOTECAS DIGITALES EN EL ENTORNO DE LA COOPERACIÓN

1. EL PORQUÉ DE LOS CONSORCIOS Y LA COOPERACIÓN

Según el estudio internacional de IFLA/UNESCO, en 1999 el 85 % de las biblio-


tecas nacionales, universitarias o instituciones culturales trabajaba de forma
cooperativa para desarrollar su programa de digitalización. La inclusión de los
siguientes apartados responde a los siguientes interrogantes, que explican el fe-
nómeno de los consorcios y la cooperación en el ámbito de bibliotecas:
1. ¿Qué ventajas comporta pertenecer a un consorcio?
2. El por qué de los consorcios en las bibliotecas digitales.
3. ¿Existen otras opciones a los consorcios?

2. ¿QUÉ ES UN CONSORCIO?

Para poder hablar de cooperación antes debemos acordar una definición. En


sentido amplio, la cooperación para la creación de bibliotecas digitales puede ser
entendida desde dos grandes perspectivas:
• Formación de grupos multidisciplinares, ya sea dentro de la organización
o contando con instituciones ajenas, para hacer posible la implantación de
una biblioteca digital. Esta cooperación/colaboración se establecería entre
tres grupos: usuarios (alumnos/profesores/personal de administración, en
nuestro caso), docentes y personal implicado en el desarrollo tecnológico
(propio o ajeno a la organización).
• Cooperación para la puesta a disposición del grupo de material científico
creado en distintas instituciones. Ejemplos de ello son E-LIS (Eprints in Li-
[146] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

brary and Information Science; http://eprints.rclis.org) o la NDLTD (Net-


worked Digital Library of Theses and Dissertations), que detallaremos más
adelante ya que participa la Universidad Politécnica de Valencia.

La cooperación formalizada puede establecerse de diferentes maneras, bási-


camente a través de consorcios, redes y sistemas. Siempre es útil, sobre todo
cuando se trabaja en equipo, tener claro qué se entiende por cada uno de los con-
ceptos que utilizamos habitualmente. De esta manera, y tal y como ya realizamos
en los primeros apartados, intentaremos acogernos a un marco común sobre la
terminología para evitar confusiones. Dado que los términos consorcio y coope-
ración son los utilizados habitualmente y que ya tenían una definición aceptada,
tomaremos las definiciones existentes:

Consorcio [library consortium]: «Sociedad formada por un grupo de bibliotecas,


generalmente restringidas a una zona geográfica, a una clase de bibliotecas o al inte-
rés por una materia, que se constituye para desarrollar y compartir los recursos de to-
dos los miembros y para ello mejorar los servicios bibliotecarios y los recursos de que
disponen sus respectivos grupos de usuarios. Es necesario cierto grado de regulación
de la administración y los procedimientos».
Cooperación. El término como tal no aparece en el glosario del ALA, pero sí:
Resource sharing: «Uso en común de recursos; uso compartido de recursos ll Ex-
presión que se refiere a varias organizaciones y actividades compartidas por un grupo
de bibliotecas con el objeto de mejorar los servicios y de reducir costes. La utiliza-
ción compartida de los recursos puede establecerse por un acuerdo en regla, infor-
malmente o por contrato y puede realizarse de forma local, nacional o internacio-
nal. Los recursos compartidos pueden ser colecciones, información bibliográfica,
personal, actividades de planificación, etcétera. Las organizaciones oficiales que es-
tablecen el uso compartido de recursos pueden llamarse empresas de servicios bi-
bliotecarios públicos, sistemas cooperativos, consorcios, redes, centros de servicios
bibliográficos, etcétera».
Cooperative system: «Sistema cooperativo ll Grupo de bibliotecas independientes
y autónomas reunidas por acuerdos formales o informales o por con contratos que es-
tipulan los servicios comunes que ha de planear y coordinar el órgano directivo del sis-
tema cooperativo».

En definitiva, redes y consorcios implican diferentes formas de cooperación


que no tienen que estar ligadas indispensablemente al uso de tecnología, aunque
en ocasiones, por su origen, por el coste o por las dificultades de implantación,
suelan estarlo.
LAS BIBLIOTECAS DIGITALES EN EL ENTORNO DE LA COOPERACIÓN [147]

Esta guía pondrá atención a cualquier forma de cooperación entre bibliotecas


de diferente dependencia, sin tener demasiado en cuenta la forma jurídica que
adopte el acuerdo de cooperación. Como veremos más adelante, este interés viene
determinado por la situación en España, donde contamos con una escasa tradi-
ción en la formalización de las actividades cooperativas —si bien existen de forma
voluntaria— y por lo que nosotros consideramos que puede llegar a ser el desa-
rrollo de bibliotecas digitales.

3. ANTECEDENTES DE LOS CONSORCIOS

La cooperación se desarrolla en bibliotecas mucho antes del establecimiento


de medios formalizados en entidades jurídicas —ejemplo de ello es la elaboración
de la normativa de catalogación—. Destaca además que esta cooperación, tan na-
tural entre instituciones bibliotecarias y profesionales, no es habitual en otros ám-
bitos de trabajo. Así, existe un tejido o red de cooperación formal e informal en-
tre las bibliotecas que, con la aparición de la automatización en las bibliotecas a
partir de la década de los sesenta, va consolidándose.
Los modelos de cooperación que hoy día observamos tienen que ver con la
forma en que se originó esa colaboración:
A. Formalización de las relaciones que mantenían las bibliotecas individua-
les: Estados Unidos y Gran Bretaña.
B. Implantación desde los organismos de la administración: Francia o Países
Nórdicos.

Cada modelo determina un tipo de cultura profesional, algo que no debe ser ol-
vidado si queremos trabajar de forma cooperativa. Por ejemplo, en España no es-
peraremos una iniciativa que parta únicamente desde los organismos de la admi-
nistración, pero si trabajamos con otros países la situación dependerá de su tradición.
En este sentido, consorcios y redes ganan en efectividad cuando existe una
autoridad sólida que los promueve y sostiene. No obstante, a ello hay que añadirle
la voluntad real y constante de todos sus miembros para trabajar en un proyecto
común. La fórmula ideal sería que una instancia lo más alta posible los promueva,
cuestión que dista bastante de ocurrir en nuestra tradición nacional. Para cono-
cer la existencia de los consorcios de cooperación bibliotecaria es útil plantear el
siguiente cuestionario:
[148] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

A. Directorio

Nombre de la organización
Persona de contacto
Dirección postal
Correo electrónico
Sitio web

B. Datos básicos y requisitos

1. Año de creación:
2. Tipos de bibliotecas miembro (universitarias/públicas/especializadas en…):
3. Número actual de miembros:
4. Estatutos en red: SÍ NO

5. Requisitos para la pertenencia a la organización:


6. Costes que se facturan a nuevos miembros:

C. Actividades generales

1. Grupos de trabajo sobre…


2. Publicaciones electrónicas o impresas: SÍ NO

3. Encuentros periódicos: SÍ NO

4. Actividades cooperativas:
❏ Adquisición
❏ Catalogación
❏ Pool bibliográfico
❏ Préstamo y circulación
❏ Formación
❏ Estadísticas
❏ Proceso de referencia consorciado
❏ Detallar otras actividades y convenios
5. Pertenece al ICOLC SÍ NO

La consolidación de un movimiento cooperativo favorece el objetivo princi-


pal de nuestras instituciones: incrementar el uso de la información, y ahora, con
el desarrollo de las tecnologías, facilitar el acceso a la información que se sirve
desde máquinas remotas. Para alcanzar el grado máximo de accesibilidad y
LAS BIBLIOTECAS DIGITALES EN EL ENTORNO DE LA COOPERACIÓN [149]

exhaustividad, la cooperación entre bibliotecas es fundamental, ya que es indis-


cutible que cada institución debe limitar sus colecciones y servicios a su perfil de
usuarios, a su capacidad presupuestaria y a los cada vez más exiguos plazos con
que los usuarios demandan la información. La necesidad de incrementar la pro-
ductividad de las unidades documentales en función del servicio que ofrecen re-
lega a un segundo plano el predominio que existía de los procesos técnicos a fa-
vor de nuevos productos de información, más asequibles teóricamente si varias
bibliotecas aportan parte de sus recursos al consorcio. Por otra parte, hoy día,
los cambios en la gestión de la adquisición y suministro de información primaria
y secundaria (aumento de costes e imprescindibilidad del uso intensivo de nuevas
tecnologías) abocan indefectiblemente hacia la cooperación en cualquiera de sus
formas. Por otra parte, existe una gran masa de información a la que todavía no
se accede electrónicamente, por lo que la inversión necesaria para hacerla dispo-
nible excede la capacidad de cualquier institución individualmente.
En fin, para proveer adecuadamente las necesidades de nuestros clientes,
Roy Tennant aconseja «pensar creativamente cómo ofrecer mejores servicios a
sus necesidades; trabajar cooperativamente para desarrollar servicios sólidos
de referencia en línea, catálogos colectivos y redes de bibliotecas que sirvan los
documentos; y estar a su disposición para facilitar el proceso de referencia on
line y «desaparecer» como intermediarios a través del diseño de sistemas de
búsqueda fáciles». Para ello, los consorcios han sido desde hace mucho tiempo
la alternativa más moderada y, por ahora, acertada para establecer este tipo de
colaboraciones entre instituciones universitarias y más concretamente biblio-
tecarias.

4. OBJETIVOS DE LOS CONSORCIOS

En un principio se constituían para crear una base de datos común a todas las
instituciones miembro para mejorar las demandas de accesibilidad de todos los
usuarios. Actualmente, sin embargo, sus objetivos son múltiples, coincidiendo en
todos nuestros consorcios nacionales:
a) Mejora de los procesos técnicos, incluyendo circulación de fondos, catá-
logos colectivos e interconexión de sistemas locales, acuerdos préstamo in-
terbibliotecario, mensajería…
b) Mejora de la gestión, mediante estudios, pautas estadísticas…
[150] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

c) Mejora tecnológica, compartiendo recursos físicos o con estaciones de tra-


bajo de alta velocidad.
d) Mejora en la formación, a través de cursos y encuentros.
e) Mejora presupuestaria, con acuerdos de adquisición o suministro de in-
formación electrónica.
f) Por último, mejora para los usuarios al disponer de mayores recursos a su
alcance.

Los consorcios se encargan tanto de almacenar como de distribuir la informa-


ción, es decir, su misión es centralizar la información para que pueda ser accesible a
cualquiera de las organizaciones (en nuestro caso bibliotecas universitarias) miem-
bros de ese consorcio. Para llegar a este punto de compenetración son necesarios mu-
chos factores, que pueden variar dependiendo del tipo de consorcio que se establezca
entre las organizaciones. Las bibliotecas universitarias parten de dos premisas que
facilitan el trabajo en colaboración: por una parte, son instituciones semejantes que
dependen de una sola autoridad; y, por otra, en muchos casos disponen de un tra-
tamiento preferente en cuanto a presupuestos, formación de su personal y recursos.

5. EL PORQUÉ DE LOS CONSORCIOS: VENTAJAS Y DESVENTAJAS

Actualmente, se están desarrollando los siguientes aspectos de forma consorciada:

PRODUCTOS

• Catálogos colectivos a través de una base de datos común o pasarela de


consulta simultánea mediante protocolo Z39.50.
• Bibliotecas digitales.
• Selección de información de calidad en Internet.
• Accesibilidad a recursos de información referenciales.
• Adquisición de acceso a colecciones hemerográficas a texto completo.

ANÁLISIS Y ESTUDIOS

• Análisis de la situación y viabilidad.


• Indicadores de evaluación de servicios en aras de fomentar su comparación.
LAS BIBLIOTECAS DIGITALES EN EL ENTORNO DE LA COOPERACIÓN [151]

• Normas comunes de catalogación y de grabación de datos.


• Estadísticas.
• Estándares bibliotecarios sobre edificios, colecciones, servicios.

GESTIÓN Y DIRECCIÓN

• Conservación, preservación y adquisición cooperativa.


• Préstamo interbibliotecario y acuerdos de acceso a la información de sus
miembros.
• Negociación de licencias y descuentos en adquisiciones conjuntas.
• Compartir costos de automatización.
• Creación de grupos de presión sobre proveedores de software.
• Creación de grupos de usuarios de software determinados.

UTILIZACIÓN DE TECNOLOGÍA

• Accesibilidad y comunicación entre los sistemas automatizados.


• Utilización de tecnología de última generación: estaciones de trabajo cen-
tralizadas de alta velocidad.
• Implementación de redes de CD.

Todo ello reporta ventajas tanto para las instituciones miembros de los con-
sorcios, como a sus usuarios en los siguientes aspectos:
• Con relación a la gestión: agilidad en el préstamo interbibliotecario, re-
ducción del tiempo de catalogación, implantación de bibliotecas digitales.
El ahorro de tiempo de catalogación permite dedicar personal a otro tipo
de trabajos de utilidad directa para el usuario, y que nos servirán para la
realización de nuestra biblioteca digital: enriquecimiento de registros me-
diante la digitalización de los sumarios, reseñas, cubiertas, etcétera.
• Mayor accesibilidad, maximización del uso de fondos e incremento de la co-
lección bibliográfica (tanto impresa como electrónica). Esto lleva una reducción
del número de bases de datos a consultar, mejorando el tiempo de búsqueda.
• Reducción de costes: tanto en la adquisición de recursos de información
(la compra consorciada aporta mayor capacidad para adquirir productos
inasequibles a cada institución individual), como para la conservación o la
adquisición de la tecnología.
[152] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

• Avances tecnológicos: se pueden abordar mejor, tanto desde la perspectiva de


una suma de conocimientos entre las instituciones participantes para llegar a
un proyecto común, como porque una organización centralizada permite un
mayor despliegue de medios y puede llegar a adquirir un software con mejo-
res prestaciones que el que podría haber conseguido una organización de forma
individualizada. Con menos inversión económica y aunando el conocimiento
intelectual de las organizaciones están cubiertas muchas más necesidades.

No obstante, cabe destacar que la creación de consorcios también cuenta con


inconvenientes, resumidos por Anglada y Tort en los siguientes puntos:

• «La sensación de pérdida de control real o subjetiva sobre los procesos cooperativos.
• La lentitud en algunos calendarios de trabajo de actividades realizadas de forma
conjunta.
• Armonizar los distintos ritmos de trabajo y niveles de servicio de las distintas
bibliotecas.
• Hacer frente a las exigencias de una buena comunicación que aumentan de forma
extrema en un entorno de trabajo cooperativo.
• Trabajar conjuntamente con las distintas culturas corporativas de las bibliote-
cas miembros del consorcio».

A estos inconvenientes habría que sumar una serie de problemas que pueden
surgir en el grupo debido al escaso rendimiento de alguno de ellos, la diferente
motivación, etcétera. Problemas habituales que se observan en el trabajo en grupo,
pero que se agravan al pertenecer a instituciones diferentes. De ahí la importan-
cia de planificar expresamente el procedimiento de comunicación para poder lle-
gar a un equilibrio entre los miembros participantes.
Hay que tener en cuenta, además, que la forma de trabajo varía en función de si
existe un consorcio constituido con entidad jurídica, o si se han llegado a acuerdos
de cooperación y colaboración simplemente. Consideramos que esta última cues-
tión es un aspecto fundamental del desarrollo de las futuras bibliotecas digitales.
• En un consorcio establecido, la oficina central, con su propio personal y
asesores, se encarga de realizar el trabajo sobre líneas establecidas que sue-
len conllevar el uso intensivo de tecnología.
• En el caso de las redes de cooperación, las líneas de estudio suelen llevarse
a cabo mediante grupos de trabajo y suelen ser más flexibles en su esta-
blecimiento y uso de la tecnología.
LAS BIBLIOTECAS DIGITALES EN EL ENTORNO DE LA COOPERACIÓN [153]

PERO ¿CÓMO AFECTA LA COOPERACIÓN A LAS BIBLIOTECAS DIGITALES?

Entendiendo la cooperación como colaboración entre varias bibliotecas, sus


aspectos positivos tienen relación directa con los servicios y productos, adquisi-
ciones, recursos humanos y tecnológicos y proceso técnico.
Los beneficios de estructurar el proyecto a través de una entidad que centra-
lice un proyecto compartido de biblioteca digital son indudables, básicamente
por la necesidad de contar con un elenco de expertos en digitalización que coor-
dine las acciones. En caso contrario existe el riesgo de duplicación de esfuerzos
en el desarrollo y evaluación de sistemas de información, así como en la adqui-
sición de la experiencia técnica necesaria. Hasta ahora, proyectos sectoriales han
evaluado las diferentes opciones y sistemas, por lo que la situación ideal es dar
curso a esta experiencia en lugar de repetir los esfuerzos. La propia publicación
de esta guía es un esfuerzo por contribuir a difundir el conocimiento adquirido
hasta la fecha, que además se reforzaría si se adoptase algún estándar o modelo.
De esta manera la colaboración permitirá:
• Ofrecer mejores productos y aumentar la calidad del servicio.
• Contribuir a la disminución de la circulación física de fondos.
• Facilitar a los usuarios el aprendizaje de las herramientas de recuperación
de la información porque la interface será única para todas las consultas.
• Maximizar la utilización de las fuentes de información.
• Desarrollar planes y alianzas estratégicas conjuntas, lo que permitirá aho-
rro de costes, racionalización de las colecciones y desarrollo cooperativo
de la digitalización y compra de recursos.
• Ampliar los servicios de Difusión Selectiva de la Información de manera
rápida y a bajo coste.
• Compartir experiencias, lo que permitirá un mejor aprovechamiento del
conocimiento.
• Desarrollar sistemas conjuntos de almacenamiento y recuperación de la in-
formación.
• Desarrollar equipos de trabajo multidisciplinares e interinstitucionales.
• Satisfacer las necesidades de los usuarios, quienes piden cada vez más que
los plazos de entrega de la información y documentación sean mínimos
sino inmediatos.
[154] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

6. FUNCIONES DEL CONSORCIO EN MATERIA DE BIBLIOTECAS DIGITALES

Un consorcio específico para bibliotecas digitales asumiría las siguientes funciones:


• Evaluar los programas disponibles (comerciales o no) para implementar o
completar la digitalización en bibliotecas.
• Asesorar a las instituciones interesadas sobre los sistemas, productos y pa-
quetes, y los procedimientos técnicos que se adecúan a sus necesidades.
• Asesorar a las bibliotecas para la contratación externa de aspectos técnicos que
han de ser realizados con normativa reconocida y a precios y plazos razonables.
• Mantener contactos y cooperar con las agencias de normalización u otras
entidades de interés para el ámbito de trabajo en bibliotecas digitales.
• Ser pioneros en el conocimiento de los recursos que permiten realizar de ma-
nera adecuada la práctica en bibliotecas digitales: estándares técnicos de
captura y almacenamiento de datos, estándares técnicos sobre gestión
de documentos y sistemas de recuperación de la información y estándares de
documentación e indexación en áreas temáticas específicas, especialmente
sobre metadatos para digitalización.
• Establecer y recomendar criterios de selección de material a incluir.
• Mantener un registro de los proyectos y de los materiales digitalizados.
• Controlar que no se dupliquen esfuerzos entre los proyectos en los si-
guientes aspectos: estudios de viabilidad, evaluación de productos y siste-
mas, desarrollo e innovación tecnológica y materiales seleccionados.
• Actuar como canal de financiación de la investigación y desarrollo en las
áreas que más se necesitan: redes y pasarelas de acceso y recuperación en
bases de datos distribuidas de imágenes, reconversión de microformas e in-
dización y recuperación de los archivos de imágenes de documentos tales
como colecciones antiguas de periódicos.
• Actuar como foco para la cooperación, coordinación y discusión de las di-
recciones estratégicas en este sector.
• Alertar e investigar sobre la regulación nacional e internacional sobre de-
rechos de autor y acceso a la información en entornos digitales en los si-
guientes aspectos: las prácticas más razonables dentro de la legalidad y la
posibilidad de alianzas formales para actuar como frente común que de-
fienda la posición de las bibliotecas de investigación.
• Difundir las posibilidades de fuentes de financiación o las políticas de los
órganos centrales, autonómicos o europeos.
LAS BIBLIOTECAS DIGITALES EN EL ENTORNO DE LA COOPERACIÓN [155]

• Recopilar y enlazar las agencias de financiación.


• Actuar como grupo de presión para los modelos de precios de los recursos
electrónicos ofertados por los proveedores.

Otra función posible sería la oferta de servicios de digitalización como pro-


veedor técnico para escanear o incluso para crear registros catalográficos. Tam-
bién constituiría un beneficio para los miembros del consorcio que se pudiera
compartir personal en lugar de contratarlo externamente. De esta forma se ren-
tabilizaría el conocimiento ya adquirido en anteriores experiencias sobre las ne-
cesidades y requerimientos de bibliotecas con similares características. Así, en lu-
gar de utilizar recursos propios en formación de nuevo personal, el ahorro en el
aprendizaje técnico repercutiría en mayor rapidez en la implantación de los pro-
yectos. En cualquier caso, la cooperación siempre conlleva un ahorro propio de
la economía de escala en cuanto a equipamiento tecnológico, que puede inver-
tirse en los fondos de reserva de las bibliotecas. Esta opción, que también puede
desarrollarse de forma parcial, es especialmente interesante para las entidades fi-
nanciadoras de las instituciones miembro, que ven aplicados descuentos en los
precios a sus bibliotecas y a las entidades financiadoras del consorcio, que ob-
servan un ahorro notable de tiempo y dinero al no duplicar esfuerzos e inexpe-
riencia. Otra función, de carácter tecnológico, sería hacer servir los fondos de la
biblioteca digital desde estaciones centralizadas de alta velocidad, que pueden
compartirse con otros proyectos consorciados de difusión de información o en
servidores exclusivos. Por último, un consorcio específico para bibliotecas digi-
tales podría erigirse en autoridad de otros proyectos de colaboración o edición
digital; asesorar sobre los modelos de precios, tal y como hace el CBUC; consti-
tuirse como fondo de garantía para posibles infracciones sobre derechos de autor;
o, a través de un uso intensivo de tecnología, desarrollar proyectos en web de
colecciones especiales de recursos caros o poco usados.

7. UNOS EJEMPLOS DE COOPERACIÓN. EL CBUC Y LA CDL

Ejemplo 1. El Consorci de Biblioteques Universitaries de Catalunya

El CBUC está conformado por las ocho bibliotecas universitarias de Cataluña,


junto con la Biblioteca de Catalunya. Entre sus servicios cooperativos es el único
[156] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

consorcio español que ofrece una biblioteca digital desde 1999. Ahora bien, ¿de
qué clase de biblioteca digital estamos hablando? Para el Consorci «es un com-
pendio de información electrónica (revistas a texto completo y bases de datos)
consultables desde cualquier punto de la red». Esta línea, basada en la adquisi-
ción de contenidos digitales, abre todo un compendio de actividades que son se-
guidas por otros consorcios nacionales —Madroño y Bugalicia—: enlaces com-
plementarios a sumarios y catálogo colectivo, adquisición consorciada de
documentos primarios y secundarios y una de sus aportaciones estrella, reflexión
sobre los modelos de pago.
Así pues, este tipo de colaboración, centrado en lo que entendemos por coope-
ración bibliotecaria, se circunscribe a la adquisición y puesta en servicio de con-
tenidos adquiridos a proveedores de información —revistas electrónicas y bases
de datos.

Ejemplo 2. California Digital Library (CDL)

La estrategia de la CDL se ha basado en cuatro puntos que no debemos perder


de vista si queremos optar por métodos cooperativos en la construcción de bi-
bliotecas digitales:
• Construir, compartir y conservar las colecciones. Se basa en el desarrollo
y adquisición de contenidos digitales de gran calidad a través de la com-
pra única de licencias de acceso a bases de datos referenciales, a texto com-
pleto y títulos de revistas. De esta manera cuentan con un archivo digital
de fondos seleccionados mediante criterios rigurosos de calidad y adecua-
ción a las enseñanzas universitarias.
• Crear las herramientas y servicios. La CDL procura adquirir las innovacio-
nes tecnológicas que permitan descubrir, compartir, acceder, manipular e
integrar contenidos académicos en todas sus formas. Por ejemplo, visuali-
zadores en forma de directorio, inventarios, ayudas para la búsqueda pe-
riódica, servicios de solicitud remota de préstamo de libros, aplicaciones
de búsqueda múltiple de recursos…
• Apoyar la innovación en la comunicación académica. El desarrollo de la
CDL tuvo su origen en el intento de frenar los costes crecientes de los mé-
todos tradicionales de comunicación, el aumento de la información aca-
démica y el incremento de la demanda de nuevas tecnologías y capacida-
LAS BIBLIOTECAS DIGITALES EN EL ENTORNO DE LA COOPERACIÓN [157]

des que decrecía en sus formas tradicionales. Sus actividades incluyen for-
mas pioneras como:
– eScholarship, programa para conocer las formas alternativas de comu-
nicación y edición académica.
– Construcción de una base de datos de los miembros de la Universidad
de California que asumían funciones de dirección en dos mil revistas
consideradas de mayor calidad. Con ello se fomentan los foros de dis-
cusión acerca de los cambios y oportunidades en la comunicación uni-
versitaria.
– Pertenencia a SPARC —Scholarly Publishing Academic Resources Coa-
lition—, que busca alternativas más allá del campus de la universidad
para la edición universitaria.

• Contactar con los socios estratégicos para el desarrollo de la biblioteca


digital. El éxito de la CDL depende de su colaboración con: otros socios,
por ejemplo, la California State Library, para desarrollar métodos nuevos
para compartir recursos o licenciar algunos de alto coste; con otros cam-
pus para explorar innovaciones en bibliotecas digitales; al tiempo que per-
tenece a otras asociaciones como Digital Library Federation, SPARC o
ICOLC.

8. ¿EXISTEN OTRAS OPCIONES A LOS CONSORCIOS? OTROS ESCENARIOS


DE COLABORACIÓN MÁS ALLÁ DE LA COOPERACIÓN BIBLIOTECARIA

Las alternativas que actualmente existen a los consorcios son las actividades
realizadas de manera cooperativa, sin que exista ninguna estructura jurídica que
los sustente, situación ampliamente extendida en nuestras instituciones.
Básicamente los aspectos que se tratan, ventajas y desventajas, objetivos… son
prácticamente similares a los de los consorcios, si hablamos de cooperación bi-
bliotecaria, si bien no llegan a su nivel de compromiso y estructuración. Pero en
estos casos no se trata únicamente de cooperación bibliotecaria, sino de colabo-
ración a todos los niveles universitarios.
Ejemplos de este tipo de desarrollos pueden ser los escenarios que se plantean a
continuación: la colaboración interdepartamental, NDLTD (Networked Digital Library
of Theses and Dissertations) y E-LIS (Eprints in Library and Information Science).
[158] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Escenario 1. La importancia de la colaboración interdepartamental


y el conocimiento de los usuarios de una universidad

Un ejemplo de desarrollo cooperativo se puede encontrar en la Universidad


de Washington, donde se ha implementado una aplicación práctica para el apren-
dizaje. En este ejemplo la colaboración se produce entre docentes, ingenieros, es-
tudiantes y bibliotecarios: la biblioteca de la universidad, el departamento de In-
geniería Eléctrica y Comunicación Técnica del Colegio de Ingenieros y la Escuela
de Bibliotecarios y Ciencias de la Información. Los productos desarrollados diri-
gen su atención hacia la personalización de los servicios de información que se
crearon para ser utilizados por unos usuarios concretos que tienen como objetivo
la investigación y el aprendizaje.
Demuestra que no es suficiente tener colecciones interesantes o herramientas
para la gestión y acceso basadas en estándares. También necesitamos conocer a
la comunidad de usuarios y los cambios que se producen en sus necesidades de
información dadas las nuevas tecnologías emergentes. Ante todo, para la im-
plantación de bibliotecas digitales es imprescindible responder los siguientes in-
terrogantes en nuestro propio contexto:
• ¿Cómo afectan el desarrollo de las redes y los recursos para la educación
que imparte mi universidad?
• ¿Cómo los que aprenden, desde los noveles hasta los académicos, se com-
portan en cada una de las disciplinas en mi institución?
• ¿Cómo se puede proporcionar el acceso a la información relevante multi-
media a mis usuarios?

Escenario 2. El proyecto NDLTD - Biblioteca digital de tesis y trabajos de investigación

La NDLTD permite demostrar el potencial existente en la colaboración en-


tre universidades y las posibilidades de proyectar una imagen universitaria
innovadora sobre los medios de comunicación a través de su campaña de di-
fusión.
Surgió en 1987 con el objetivo de elaborar estándares para la descripción de
la investigación aplicando SGML, si bien diez años más tarde su atención se diri-
gió a proveer de un acceso más amplio para los estudiantes. La NDLTD cuenta con
más de 174 miembros y representa una nueva manera de comunicación entre los
LAS BIBLIOTECAS DIGITALES EN EL ENTORNO DE LA COOPERACIÓN [159]

investigadores, con contenidos hipermedia. La colaboración, además de interu-


niversitaria, involucró también al propio FIPSE —Fundación del Departamento de
Educación de Estados Unidos—, la UNESCO y la Organización de Estados Ameri-
canos, a Adobe, IBM, Microsoft, etcétera. El FIPSE promociona los esfuerzos de la uni-
versidad para mejorar el acceso de los licenciados a las tesis y trabajos de inves-
tigación, divulgándolos a escala nacional y ayudando a miles de estudiantes a
conocer las capacidades de las publicaciones electrónicas en las bibliotecas digi-
tales. Con el fin de asegurar la sostenibilidad de la biblioteca digital se promovió
la creación de contenidos en formato digital por parte de los estudiantes y la uti-
lización del NDLTD. De esta manera, sus mismos usuarios se preparaban para in-
tegrar sus trabajos en la sociedad de la información, experimentando para poder
aplicar sus conocimientos en otras situaciones de investigación.
El éxito del NDLTD y su crecimiento dependen del volumen de la colección, el
fácil acceso y la cantidad de uso, y su futuro se asienta sobre tres aspectos básicos:
1. Las bibliotecas digitales y la educación.
Fundamentalmente, NDLTD es un esfuerzo para mejorar la educación mien-
tras se expanden los recursos de las bibliotecas actuales. No solo se centra
en cómo los estudiantes aprenden al acceder a contenidos digitales, sino
también en las habilidades que adquieren creando y difundiendo su infor-
mación, preparándose así para el mundo de la edición electrónica. Se rea-
liza un seguimiento sistemático del uso de la colección electrónica mediante
indicadores como institución demandante, temas, profesión de quienes des-
cargan las copias, etcétera.
2. Las universidades trabajando juntas.
En una era donde aumentan las presiones políticas y sociales sobre las uni-
versidades para promover su eficiencia es apropiado colaborar en las ne-
cesidades comunes a todas ellas para alcanzar economías de escala, tan ha-
bituales en otros servicios. Así, el almacenamiento de los trabajos
electrónicos —tesis y proyectos— se convierte en una experiencia inesti-
mable para evaluar las ventajas y las desventajas de la colaboración.
3. Evolución.
El acceso a la información se realiza con la tecnología más avanzada, que
afecta al préstamo interbibliotecario o al acceso universal a los catálogos,
pero también existen otros aspectos susceptibles de ser investigados, como
la estabilidad de los enlaces web (URN, Uniform Resource Name) o de los
archivos electrónicos. La consulta desde un navegador es ya habitual en el
[160] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

mundo de la enseñanza, pero todavía falta aprender mucho sobre los be-
neficios de las iniciativas de colaboración que aporten contenidos de cali-
dad u otras formas de acceso.

Escenario 3. E-LIS (Eprints in Library and Information Science)

Esta iniciativa es fruto de una experiencia basada en la colaboración a escala


internacional. Se trata de la implantación de un archivo de acceso abierto mediante
la tecnología E Prints para trabajos científicos sobre biblioteconomía y documen-
tación. Evoluciona desde la iniciativa voluntaria DoIS (http://dois.mimas.ac.uk),
que recopilaba enlaces a la bibliografía distribuida a través de web. En E-LIS par-
ticipan varios países —Estados Unidos, España, Italia, Gran Bretaña…— que se
estructuran en el grupo de investigación RCLIS (Research in Computer and Library
Information Science) promoviendo no solo la recopilación de información biblio-
gráfica, sino también sobre los agentes que producen esos contenidos. El avance
en la investigación ha supuesto la utilización, de nuevo, de un protocolo consen-
suado a escala internacional, OAI-PMH —Open Archives Initiative. Protocol for Me-
tadata Harvesting—, capaz de recolectar metadatos desde diferentes archivos. Este
tipo de tecnología permite a los autores archivar sus trabajos en una base de da-
tos —obviando por conculcar los derechos de propiedad intelectual—, cuya he-
rramienta de recuperación puede buscar en este y otros archivos.
En definitiva, este tipo de iniciativas se alinea con los objetivos de la Scholarly
Publishing and Academic Resources Coalition (SPARC) y el Free Online Scholars-
hip (FOS) movement para responder a las disfunciones que la industria de la in-
formación, como mercado comercial, impone a la comunicación científica y, por
tanto, a los objetivos de la ciencia. En España estos proyectos se encuentran fi-
nanciados por el Ministerio de Educación y Cultura y el Ministerio de Ciencia y
Tecnología. El primero, E- LIS , «Red española de trabajos científicos. Estudio de
viabilidad de la implantación de una biblioteca digital y análisis de sus derechos
de autor», estudia el ciclo de la comunicación científica en formato impreso y en
formatos electrónicos para implantar en un área especializada, Documentación,
una biblioteca digital de autores que aumente la visibilidad de sus trabajos y per-
mita romper con las inercias que se producen en la industria de la información.
El resultado es E-LIS, una biblioteca digital de documentación basada en el pro-
tocolo para la transmisión de contenidos en Internet denominado OAI-PMH (Open
LAS BIBLIOTECAS DIGITALES EN EL ENTORNO DE LA COOPERACIÓN [161]

Archives Initiative-Protocol for Metadata Harvesting) http://eprints.rclis.org. El


segundo, «Difusión en España de las Nuevas Formas de Comunicación Interna-
cional del Conocimiento», promueve acciones de difusión en España de Open Ar-
chives Initiative integrando presentaciones, traducciones e internacionalización
de la financiación. Ambos desembocan en la solicitud de un proyecto europeo,
dentro del 6th framework programme. FP6-2003-Science and Society 7. Deno-
minado SCHOLAR —Science and humanities on line in academic repositories: a
Knowledge Base of European Research, providing centralized public open access
to research output from institutional repositories—, trata la implantación de un
portal de servicios de información para la comunidad científica internacional ca-
paz de interrogar diferentes repositorios de conocimiento certificado.

9. ¿EN QUÉ ME BENEFICIA PERTENECER A UN CONSORCIO INSTITUIDO DE CARÁCTER


BIBLIOTECARIO?

En términos generales las motivaciones específicas para sumarse a una inicia-


tiva constituida de forma jurídica pueden ser:
• Historias de éxito y mantenimiento. Pertenecer a un consorcio asegura el
mantenimiento de nuestro proyecto con un plan a largo plazo y una ope-
ración continuada con una masa crítica de tamaño suficiente. Así, se hace
necesario compartir estrategias que hayan demostrado su éxito en esta área.
• Compartir el coste de desarrollo y evitar duplicación de esfuerzos. La efi-
ciencia de la colaboración entre instituciones permite la reducción de cos-
tos de catalogación, especialmente al principio, o de desarrollo de software.
Además, algunas de estas instituciones pueden tener diferentes requeri-
mientos y la cooperación técnica influye en mejorar la calidad en el desa-
rrollo de sus funciones.
• Interoperabilidad. La colaboración entre instituciones significa que la imple-
mentación debe poderse realizar de acuerdo a los estándares. Esto repercute
de forma directa en la mejora de la interoperabilidad entre instituciones.
• Mejores prácticas. La cooperación promueve la creación y utilización de
procedimientos eficientes, es decir, manuales o guías de mejores prácticas
que han de explicitarse y difundirse de forma adecuada. Potencia también
el desarrollo de nuevas formas de servicio que una sola biblioteca no puede
acometer aisladamente.
[162] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

En definitiva, sin dejar de contemplar las otras formas de cooperación ex-


puestas, nuestra biblioteca se planteará si tiene la posibilidad de pertenecer a un
consorcio y si le conviene o no. Teniendo en cuenta que se trata de estructuras ju-
rídicas instituidas, el primer paso será seleccionar entre los consorcios españoles
generalistas identificados en España —Rebiun, CBUC, Madroño, BUGALICIA— los
que exigen que nuestra biblioteca cumpla unos requisitos.
En un segundo momento se puede utilizar una parrilla de análisis como esta
para conocer y clasificar sus actividades sobre la biblioteca digital o aspectos re-
lacionados como los derechos de autor de los recursos electrónicos:

Check list de actividades con respecto a bibliotecas digitales y propiedad intelectual


de fondos electrónicos

1. ¿Tienen registrados los proyectos de bibliotecas digitales de las bibliotecas


consorciadas?
SÍ NO

2. Existe algún proyecto actual o futuro con respecto a las bibliotecas digitales
consorciadas:
• BIDI de publicaciones periódicas SÍ NO

• BIDI de proyectos fin de carrera/tesis de lic. y doctorales SÍ NO

• BIDI de recursos electrónicos SÍ NO

• BIDI de bibliografía recomendada (docente) SÍ NO

• BIDI de bases de datos SÍ NO

• BIDI de incunables/manuscritos/material archivo SÍ NO

• BIDI de textos legales SÍ NO

• …

3. Existen grupos de trabajo sobre:


❏ Propiedad intelectual de los fondos electrónicos SÍ NO

❏ Procedimientos sobre bibliotecas digitales SÍ NO

❏ Evaluación de recursos electrónicos distribuidos o no en red SÍ NO

❏ Cualquier otro relacionado con la información electrónica SÍ NO

4. Utiliza las pautas de ICOLC para desarrollar las estadísticas de uso de sus recursos
electrónicos consorciados y negociación de contratos SÍ NO

5. ¿En qué manera fomenta su consorcio el establecimiento de bibliotecas digitales


en sus instituciones miembro?
LAS BIBLIOTECAS DIGITALES EN EL ENTORNO DE LA COOPERACIÓN [163]

Tras examinar los sitios web de los consorcios generales españoles se deduce
que su definición de biblioteca digital no coincide con la nuestra, más amplia. A
día de hoy, en España no existe ninguna organización con entidad jurídica orien-
tada únicamente al desarrollo de bibliotecas digitales. No obstante, tanto Rebiun
como CBUC cuentan con experiencia y colaboraciones para el desarrollo de estas
bibliotecas; si bien habitualmente la mayoría de consorcios nacionales denomi-
nan bibliotecas digitales a la adquisición y difusión de colecciones de revistas cien-
tíficas a texto completo o bases de datos, el CBUC ha publicado unas recomenda-
ciones para la digitalización de materiales.
Así, Madroño y CBUC entienden por tal la adquisición, gestión y distribución
de información electrónica a los proveedores, mientras que Rebiun incluye en tal
apartado algunos de sus documentos electrónicos. Así, el panorama español no
es demasiado halagador y podría pensarse la conveniencia de crear un consorcio
cuya finalidad prioritaria fuesen las bibliotecas digitales basado en la ley 19/1964
de Asociaciones y normas complementarias del decreto 1.440/1965 que la com-
plementa. Si bien existe esta posibilidad, en nuestra opinión no resulta muy re-
comendable disgregar más aún los esfuerzos cooperativos que se producen en Es-
paña. Teniendo en cuenta que Rebiun abarca todas las bibliotecas del territorio
nacional de carácter universitario, y que su definición de biblioteca digital incluye
sus propios contenidos y ya posee un grupo de trabajo sobre documentación elec-
trónica, parece factible que sean receptivos a la ampliación de sus competencias
de forma que acogiese un proyecto de biblioteca digital entendido en los térmi-
nos que se plantean en esta guía.
Por último, también puede plantearse la posibilidad de unirse a algún con-
sorcio internacional, más afines a estas cuestiones, como LIBER —Ligue des Bi-
bliothèques Europèennes de Recherche—, OCLC —Online Computer Library Cen-
ter— o al ICOLC —International Coalition of Library Consortia—, al cual solo
pertenecen Madroño y CBUC.
Fase 6

HACIA LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO COMPARTIENDO


Y CREANDO RECURSOS DE INFORMACIÓN

En definitiva, la implantación de una biblioteca digital dependerá del uso real


de la información que contenga. No se puede hablar de una participación activa,
una aportación efectiva a la sociedad del conocimiento si el nuevo recurso no
tiene utilidad. Hemos de tener en cuenta que este uso viene determinado por:
• Los múltiples recursos de información a los que debemos consultar.
• La escasa asistencia que un usuario encuentra en el momento que lo necesita.
• La falta de medios técnicos para filtrado, ordenación o restricción de la
búsqueda.

La verdad es que el ciudadano utiliza lo que le es más fácil de conseguir o asi-


milar (por afinidad idiomática). Nuestros usuarios se encuentran con una multi-
plicidad de registros que no comprenden, por las diferencias entre ellos, el des-
conocimiento de los fondos reales de las bibliotecas y una variedad infinita de
encabezamientos de materia e incluso errores tipográficos. Por otra parte, los ca-
tálogos ofrecen una información tan escasa sobre cada documento que una vez
en sus manos suele producirse un alto nivel de devolución sin aprovechar de su
lectura una sola línea.
Estos usuarios finales de la información se encuentran divididos en estudian-
tes en periodo de formación, docentes, investigadores y alumnos de tercer ciclo y
postgrado. Para ellos existen unos axiomas que las bibliotecas debemos tener en
cuenta a la hora de valorar los beneficios de la implantación de una biblioteca di-
gital. Según Tennant, los usuarios en la sociedad del conocimiento no se preocu-
pan por quién puede tener la documentación que necesitan, sino tan solo por con-
seguirla en tiempo y coste razonable; y para muchos es el factor tiempo el que
determinará que acudan o no a la biblioteca. Por ello, nuestros objetivos y todas
[166] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

las tareas deben orientarse hacia la consecución de la eficacia del servicio en fun-
ción de costes y básicamente velocidad. Así, ¿qué mejor distribución de informa-
ción que una biblioteca digital a texto completo? Cuendet incide en los altos cos-
tes en tiempo y dinero de los sistemas tradicionales de préstamo interbibliotecario
que, por supuesto, continuarán existiendo en las bibliotecas que no puedan par-
ticipar en un consorcio, pero que es deseable que desaparezca en las que se lo pue-
dan permitir. El acceso inmediato a la información digital es visto por los usua-
rios como el mejor de los servicios avanzados que una biblioteca puede ofrecer.
Los usuarios en una sociedad del conocimiento son consumidores avanzados
de información, sin que esta se encuentre almacenada o relacionada con las bi-
bliotecas tradicionales. Como navegantes en Internet han podido beneficiarse de
bibliotecas digitales cooperativas de tipo distribuido sin ser conscientes de ello.
Napster, como forma de distribución de información digital, inauguró la era del
peer-to-peer, concentrando las referencias en un servidor central pero sirviendo
la información completa desde cada ordenador individual. Pero no era un caso
de peer-to-peer puro, tal y como nos hace ver Roy Tennant, por la existencia de
un servidor centralizado. Por ello fue fácil acabar con esta red de distribución,
mientras que hubiera sido imposible si hubiera sido verdaderamente una biblio-
teca distribuida. Imposible acabar con ella, pero ella acabaría con los derechos
de autor… Aplicado a un entorno cooperativo, cada una de las bibliotecas miem-
bro, respetando la legalidad, podría almacenar sus propios materiales de manera
que ningún problema en uno de los miembros afecte a la totalidad de los conte-
nidos. Tal y como se concibió desde el principio Internet, red de redes locales.
Pero también debemos entender por usuarios a las propias instituciones bi-
bliotecarias y el sistema científico de un país. Uno de los argumentos estudiados
por Potter sobre el impacto de la creación de bibliotecas digitales de forma con-
sorciada es la unificación del nivel de acceso de usuarios de instituciones de di-
verso tamaño y presupuestos. Aunque existan diferentes necesidades y grados de
sofisticación, hay ciertos recursos de información que son comunes a todos. Esta
diferente situación entre bibliotecas es especialmente patente en Estados Unidos,
por la existencia de universidades privadas cuyos usuarios pagan altos precios por
los recursos con que cuentan. En España es bien distinto, ya que la mayoría de
universidades son públicas, sean grandes o pequeñas, antiguas o de reciente crea-
ción. En todo caso, una biblioteca digital beneficia especialmente a las bibliote-
cas menos dotadas, pero, en España, también supone un avance para las más
grandes, que nunca llegan a la riqueza de las estadounidenses.
HACIA LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO COMPARTIENDO Y CREANDO RECURSOS DE INFORMACIÓN [167]

Para el desarrollo de las futuras bibliotecas digitales debemos tener claras cuá-
les son las circunstancias ambientales que las rodean. Estos factores clave en el uso
de las bibliotecas deben ser tenidos en cuenta, tanto por los bibliotecarios como
por los profesores, debido al impacto que tendrán en los modelos de educación.
De hecho, el escaso tiempo con que cuentan para acceder a la información puede
venir determinado por la nueva estructura de la enseñanza universitaria.
Los factores medioambientales estudiados en la Fase 1 condicionarán el pa-
pel que jugarán las bibliotecas en los próximos años, tal y como se refleja en Sco-
nul, proyecto desarrollado en Inglaterra e Irlanda. Consideramos que las siguientes
predicciones pueden ser ciertas para las bibliotecas universitarias españolas:
1. Con relación a la tecnología
• Aumento de la capacidad de la red, tanto en las empresas como para
los individuos particulares, siendo más fácil el manejo de archivos hi-
permedia.
• La web cada vez cobrará más importancia como medio de comunica-
ción. En ella cada vez se desarrollarán más programas de aprendizaje
y transacciones comerciales.
• Los recursos de información serán accesibles para los usuarios no solo
desde las bibliotecas, sino desde cualquier lugar. Se producirá un in-
cremento de los servicios ofrecidos.
• Los problemas de estandarización serán menores al realizarse la tecno-
logía a través de desarrollos Intranet/Internet, pasando a ser factor clave
el contenido. El medio de reproducción también cambiará, pasando de
la fotocopia a la impresión.

2. En relación con la edición


• Aumentará la información para los estudiantes en archivos abiertos, lo
que afectará claramente a las casas comerciales.
• Los materiales impresos continuarán siendo importantes, pero la salida
digital del texto completo aumentará conformando una gran variedad
de productos dirigidos a la enseñanza.
• El acceso a ciertos materiales de investigación se restringirá en comu-
nidades virtuales cerradas (colegios invisibles, miembros de una misma
institución, etcétera).
• La legitimidad de los derechos de autor en el contexto electrónico será
eventual y compleja.
[168] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

• Aparecerán discusiones y conflictos dentro de las instituciones por los


derechos de propiedad intelectual.

3. En la universidad
• Continuarán las políticas de ahorro y eficiencia, con especial énfasis en
demostrar el valor de los recursos adquiridos por las bibliotecas.
• Proseguirán tensiones entre los administradores de las finanzas y los
proveedores de servicios a los estudiantes.
• Muchos estudiantes necesitarán más ayuda para poder hacer frente a
sus estudios.
• Aumentará el número de estudiantes, sobre todo a tiempo parcial, post-
graduados y la formación continua.
• Se incrementará el número de actividades consorciadas, tanto entre las
instituciones académicas como entre las bibliotecas.
• Las bibliotecas atenderán sin restricciones a una cada vez más amplia
variedad de usuarios.

4. En la enseñanza y aprendizaje
• La enseñanza continuará siendo una actividad significativa.
• Se utilizarán materiales conjuntos, los producidos para necesidades
particulares, creados por la propia institución, con publicaciones ex-
ternas.
• Habrá una gestión distribuida de la enseñanza entre instituciones y den-
tro de la misma institución.
• Crecerá la enseñanza mixta: presencial y a distancia.
• Las bibliotecas necesitarán desarrollar servicios distribuidos.
• Diversificación de la misión entre instituciones investigadoras y educa-
doras con acentuación de sus diferencias.

En el desarrollo de nuestra biblioteca digital tendremos presentes estos facto-


res, detallados minuciosamente en el proyecto Sconul. Algunos autores conside-
ran que las oportunidades para las bibliotecas pasarán por dar servicios y actuar
como brokers independientes para crear portales de alto valor añadido.
En suma, a través de esta guía para la implantación de bibliotecas digitales en
entornos universitarios, como equipo multidisciplinar de trabajo experimentado
en el ámbito académico, hemos intentado asumir un papel proactivo que permita
HACIA LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO COMPARTIENDO Y CREANDO RECURSOS DE INFORMACIÓN [169]

aproximarse de manera práctica a los intereses de cualquier universidad en Es-


paña. A través de su implementación en web y la experiencia piloto llevada a cabo
en el Centro Universitario de La Florida (Valencia) constituye el primer paso que
nos acerca a los conocimientos necesarios para abordar un proyecto de futuro en
cualquier otro centro.
Anexo I

GLOSARIO DE TÉRMINOS

Academias invisibles: grupos de investigadores sobre un mismo tema relaciona-


dos a través de redes de citas o formas de comunicación informal. U.P. Cole-
gios invisibles.

ADSL: son las siglas de Asymetric Digital Subscriber Line (Línea Digital Asimé-
trica de Abonado). Tecnología usada para transmitir información digital a al-
tas velocidades usando las líneas telefónicas existentes. Es asimétrica porque
emplea la mayoría del canal para transmitir hacia el usuario y una pequeña
parte para recibir información. Puede alcanzar velocidades de hasta 8 Mbps.

Archivos: conjunto de datos de un sistema. Está organizado para fomentar la pre-


servación de la información a largo plazo.

ARPA (DARPA): siglas de Defense Advanced Research Projects Agency (Proyectos de In-
vestigación Avanzada de la Agencia de Defensa). Es la organización central de in-
vestigación y de desarrollo para el departamento de Defensa. Maneja y dirige las
investigaciones promovidas por el departamento de Defensa y persigue los proyec-
tos y los avances de la tecnología de alto riesgo y rentabilidad que puedan propor-
cionar un adelanto en las misiones militares y a la vez pueda ser de utilidad a otras
circunstancias. Con todo ello, fueron el organismo que crearon y financiaron.

ASP:siglas de Active Server Page (Página de Servidor Activa). Entorno de pro-


gramación y desarrollo para el Internet Information Server (IIS) de Microsoft
en el que se puede combinar HTML, código de programación y componentes
ActiveX para crear páginas web dinámicas, por ejemplo, con vídeos.
[172] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Base de datos: grupo de información que se almacena y organiza según determi-


nados criterios. Se utiliza para que estos datos almacenados puedan ser fácil-
mente localizados, ordenados y recuperados, para realizar sobre ellos las ac-
tualizaciones y modificaciones que sean necesarias. Todo ello se hace a través
de unos programas denominados sistema de gestión de base de datos.

Biblioteca digital: es básicamente un almacén de materiales en formato electrónico


que manipula grandes colecciones de estos materiales de una forma efectiva.

CCD: (Charge Coupled Device). Dispositivo de carga acoplada. «Es uno de los dos
tipos principales de sensores de imágenes utilizados por las cámaras digitales.
Cuando se toma una foto, el sensor CCD recibe la luz que pasa a través del ob-
jetivo de la cámara. Cada uno de los miles o millones de diminutos píxeles que
componen el sensor CCD convierte esta luz en electrones. El número de elec-
trones, generalmente conocido como carga acumulada de píxeles, se mide y, a
continuación, se convierte en un valor digital. Este último paso se produce fuera
del sensor CCD, en un componente de la cámara denominado conversor analó-
gico-digital». Glosario de Fotografia digital [on line] [visitado el 17/04/04].
Disponible en la web: http://www.microsoft.com/spain/windowsxp/digitalp-
hotography/glossary/default.asp.

Compresión: es un proceso que se utiliza para reducir el tamaño del archivo de


imagen para su almacenamiento, procesamiento y transmisión.

Consorcio [library consortium]: «sociedad formada por un grupo de bibliotecas,


generalmente restringidas a una zona geográfica, a una clase de bibliotecas o
al interés por una materia, que se constituye para desarrollar y compartir los
recursos de todos los miembros y para ello mejorar los servicios bibliotecarios
y los recursos de que disponen sus respectivos grupos de usuarios. Es necesa-
rio cierto grado de regulación de la administración y los procedimientos».
YOUNG, Heartsill, dir. Glosario ALA de Bibliotecología y ciencias de la infor-
mación. Madrid: Díaz de Santos, 1988, 492 p. Traducción de Blanca Mendi-
zábal Allende. ISBN 84-86251-93-1.

CSS:siglas de Cascading Style Sheets. Se trata de hojas de estilo en cascada para


alterar el aspecto de los documentos que utilizan el lenguaje DHTML.
GLOSARIO DE TÉRMINOS [173]

DAT: siglas de Digital Data Storage. Son cintas de almacenamiento masivo.

DLF: Digital Library Federation.

DoIS: Documents in Information Science. Pasarela temática internacional a do-


cumentos bibliográficos sobre Biblioteconomía y Documentación.

DTD: Document Type Definition.

Dublin Core: grupo de metadatos que pretende facilitar el descubrimiento de recur-


sos electrónicos. Las dos características principales del Dublin Core son la simpli-
cidad y la elasticidad (para más información sobre Dublin Core http://purl.org/dc).

EAD: siglas de Encoded Archival Description. Descripción de archivo codificado,


estándar de metadatos para la descripción de colecciones y objetos que se uti-
liza para archivos.

Escáner: dispositivo que se utiliza para digitalizar textos e imágenes impresas sobre
papel u otro soporte similar. La acción de utilizar el escáner se denomina esca-
near. La información obtenida de escáner se puede almacenar como un archivo
y puede ser procesada por un software de reconocimiento o aplicación gráfica.

FIPSE: Fundación del Departamento de Educación de Estados Unidos.

GIF: son las siglas de Graphics Interchange Format (Formato Gráfico de Inter-
cambio). Se trata de un formato de imágenes de 8 bits (256 colores) desarro-
llado por la empresa CompuServe y que emplea compresión sin pérdidas LZW.

Hipertexto: sistema que permite enlazar objetos (textos, imágenes, etcétera) entre
sí para crear sistemas multimedia. Es la base de la World Wide Web y posibilita
que la pulsación con el ratón sobre un objeto nos lleve a una pantalla enlazada.

HTTP: siglas de Hypertext Transfer Protocol (Protocolo de Transferencia de Hi-


pertextos). Protocolo perteneciente al World Wide Web, orientado a objetos,
que no mantiene la conexión entre transacciones y que rige el intercambio de
mensajes entre clientes y servidores de la Web.
[174] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

HTML: siglas de Hypertex Markup Language (Lenguaje de Marcado de Hiper-


texto). Conjunto de códigos empleados en la World Wide Web para presen-
tar páginas a los usuarios. Da formato a los textos, asigna enlaces a otros do-
cumentos y establece los hipervínculos.

Hipervínculo: (también denominado hiperenlace) enlace cruzado entre una


palabra en un documento de hipertexto a otro documento. Una palabra
con hiperenlace se muestra frecuentemente subrayada y con un color dis-
tinto; al pulsar sobre ella, el programa automáticamente carga la página
destino.

ICOLC: International Coalition of Library Consortia.

Imágenes digitales: son fotos electrónicas tomadas de una escena o escaneadas de


documentos —fotografías, manuscritos, textos impresos e ilustraciones—.

ISDN - RDSI: Integrated Services Digital Network - Red Digital de Servicios Inte-
grados. «Tecnología de transmisión que combina servicios de voz y digitales
a través de la red en un solo medio, haciendo posible ofrecer a los clientes ser-
vicios digitales de datos, así como conexiones de voz a través de un solo «ca-
ble», con una velocidad máxima de transmisión de 128 Kbps. Los estándares
de la ISDN los especifica la ITUTSS». Glosario básico inglés-español para usua-
rios de Internet, 4.ª edición. Con vocabulario español-inglés de Rafael Fer-
nández Calvo [on line] [visitado el 06/04/04]. Disponible en la web:
http://www.ati.es/novatica/glointv2.html.

JAVA:lenguaje de programación orientado a objetos diseñado para generar en-


tornos distribuidos y heterogéneos en Internet, aunque también permite ela-
borar aplicaciones que interactúan con Internet.

MARC (Machine Readable Cataloging): los formatos MARC son estándares para la
representación y la comunicación de bibliografía e información relacionada
en formato electrónico. Los formatos MARC contienen un explícito grupo de
normas para la estructura de los campos y el contenido de los valores dentro
de esos campos (para más información sobre el formato MARC puede consul-
tarse la siguiente dirección http://lcweb.loc.gov/marc).
GLOSARIO DE TÉRMINOS [175]

Metadatos: datos acerca de datos, o información conocida acerca de imágenes


para facilitar el acceso a la imagen. Normalmente, incluye información téc-
nica acerca del contenido de la imagen, de los datos digitales de su represen-
tación y de la segura o correcta información de sus directorios.

NARA: National Archives & Records Administration.

NDLTD: Networked Digital Library of Theses and Dissertations.

OAI-PMH: Open Archives Initiative-Protocol for Metadata Harvesting. Protocolo


basado en la filosofía de OAI capaz de recolectar metadatos de documentos re-
sidentes en bases de datos diferentes.

Objeto digital: es un ítem salvado en una biblioteca digital. Está formado por los
datos, los metadatos y un identificador.

PDF: siglas de Portable Document Format (Formato de Documentos Portátiles).


Es un lenguaje de descripción desarrollado por Adobe Corporation para al-
macenar y ofrecer imágenes o similares.

PICS: Plataform for Internet Content Selection. Es un mecanismo para establecer


etiquetas de clasificación de las páginas web en un servidor. Es una infraes-
tructura para asociar descripciones (metadata) con contenido en Internet. Ori-
ginalmente, se diseñó para ayudar a padres y profesores a controlar los con-
tenidos a los que accedían los niños a través de Internet. No tiene un grupo
fijo de criterios.

Píxel: acrónimo de «elemento de imagen». Unidad de medida de la capacidad de


pantalla de la pantalla de un monitor. También unidad básica de una imagen
digitalizada a base de puntos de color o en escala de grises.

Plug in: (conector, plug in, pluguín). «Pequeño programa que añade alguna fun-
ción a otro programa, habitualmente de mayor tamaño. Un programa puede
tener uno o más conectores. Son muy utilizados en los programas navegado-
res para ampliar sus funcionalidades.» Glosario básico inglés-español para
usuarios de Internet, 4.ª edición. Con vocabulario español-inglés de Rafael
[176] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

Fernández Calvo [on line] [visitado el 06/04/04]. Disponible en la web:


http://www.ati.es/novatica/glointv2.html.

Protocolo: conjunto de normas que describen una secuencia de mensajes envia-


dos a través de la red, especificando sintaxis y semánticas.

RCLIS:Research in Computer and Library Information Science. Grupo de inves-


tigación internacional sobre tecnologías para la distribución de información.

RDF: siglas de Resource Description Framework (marco de la descripción del re-


curso). Es un método para especificar la sintaxis de un metadato usado en el
intercambio de metadatos.

RDSI:son las siglas de Red Digital de Servicios Integrados. Estándar internacio-


nal de telecomunicaciones para la transmisión de voz y datos a altas veloci-
dades. Las líneas RDSI se basan en la red de telefonía digital y se componen de
dos tipos de canales:
1. Canal B, que transporta la voz o los datos a una velocidad de 64 Kbps.
2. Canal D, que transporta la señalización y control de los canales B a una ve-
locidad de 16 Kbps.

Red de bibliotecas [library network]: «tipo especial de colaboración biblioteca-


ria para el desarrollo centralizado de servicios y programas cooperativos, in-
cluyendo la utilización de ordenadores y las telecomunicaciones. Requiere el
establecimiento de una oficina central y personal para llevar a cabo los pro-
gramas de la red y no solo para coordinarlos».
Mientras que el diccionario de Martínez de Sousa dice «grupo de bibliotecas
que administrativa y técnicamente dependen de una biblioteca central, la cual
generalmente se encarga de la adquisición, proceso técnico y reparto de los li-
bros a las bibliotecas filiales». YOUNG, Heartsill, dir. Glosario ALA de Biblio-
tecología y ciencias de la información. Madrid: Díaz de Santos, 1988, 492 p.
Traducción de Blanca Mendizábal Allende. ISBN 84-86251-93-1.

Resolución: claridad o calidad en el detalle que se puede distinguir en una ima-


gen producida por un dispositivo, como un monitor, impresora o escáner. En
impresoras y escáneres, se expresa en ppp (puntos por pulgada). En los mo-
GLOSARIO DE TÉRMINOS [177]

nitores, la resolución se mide en píxeles horizontales por el número de líneas


que se pueden presentar a la vez.

RFC: (Request for comments), borrador de norma para que sugieran comentarios.

RLG: Research Library Group.

Servidor: en una red cliente/servidor, es el ordenador que almacena archivos y los


suministra a estaciones de trabajo individuales. Puede controlar el acceso a
periféricos como las impresoras y ejecutar programas complejos o tareas que
el cliente le pueda solicitar.

SGML: (Standar Generalized Markup Language), lenguaje que estructura la in-


formación para la web.

Sistema [Library System]: «1. Grupo de bibliotecas independientes y autónomas que


se reúnen mediante acuerdos formales o informales para alcanzar un resultado
específico, como, por ejemplo, un sistema cooperativo y uno federado. 2. Grupo
de bibliotecas administradas en común, como ocurre en un sistema consolidado
o una biblioteca central y sus servicios auxiliares». YOUNG, Heartsill, dir. Glosa-
rio ALA de Bibliotecología y ciencias de la información. Madrid: Díaz de Santos,
1988, 492 p. Traducción de Blanca Mendizábal Allende. ISBN 84-86251-93-1.

TCP/IP: Transmission Control Protocol/Internet Protocol (protocolo de control de


transmisión/protocolo de Internet). Es la base de los protocolos de Internet.
Sirve para establecer comunicación entre ordenadores de distinto tipo situados
en la misma red o en redes diferentes. La razón del éxito del TCP/IP está en su
capacidad para adaptarse a múltiples plataformas, sistemas operativos y redes.

TIFF: siglas de Tag Image File Format (formato de archivo de imagen marcada).
Formato estándar empleado en imágenes de mapas de bits que sirve para al-
macenar fotografías e imágenes. Los archivos de este tipo pueden guardarse
en escala de grises o en color.

URI: Identificadores uniformes de recurso. Tratan de acceder a la información a


través de motores de búsqueda de directorios.
[178] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

URL: siglas de Uniform Resource Locator (Localizador de Recursos Universal).


Estándar para localizar recursos, objetos, archivos, grupos de noticias o direccio-
nes en Internet. Aparece en HTML para especificar la dirección de un determinado
hipervínculo con otro documento HTML.

URN: Uniform Resource Name. Nombre uniforme de recursos.

World Wide Web (WWW): («gran red mundial») servicio de internet que emplea hi-
pertexto como sistema principal de navegación, HTTP como protocolo de trans-
misión y HTML como lenguaje de codificación. Distribuye la información por
todo el planeta en documentos de texto, archivos gráficos, sonidos, vídeos y
otros elementos multimedia. Estos documentos se enlazan a través de vínculos
de hipertexto que se suelen representar por medio de palabras subrayadas.

XML: siglas de Extensible Markup Language (Lenguaje de Marcación Extensible),


subgrupo del estándar internacional de procesadores de texto SGML (Estándar
Generalized Markup Language). Lenguaje que sirve para definir una sintaxis
que estructura datos (normalmente se utiliza en World Wide Web). El texto
escrito con XML es independiente de la plataforma sobre la que se emplee, así,
el mismo documento puede leerse en la web, enviarse a una impresora con
otro formato o emplearse como sintetizadores de voz a través de unos alta-
voces.

XSL:siglas de eXtensible Stylesheet Language. Es un lenguaje de estilo de los do-


cumentos que permite la modificación de su aspecto. Este lenguaje de estilo se
considera de mucha más potencia que las hojas de estilo en cascada (CSS).

Z39.50: es un protocolo estándar internacional para la comunicación entre siste-


mas informáticos y sobre todo en el desarrollo de sistemas bibliográficos.
Anexo II

ENCUESTA PARA LA IDENTIFICACIÓN DE CONSORCIOS

1. Directorio

Nombre de la organización
Persona de contacto
Dirección postal
E-mail
Sitio web

2. Datos básicos y requisitos

Año de creación:
Tipos de bibliotecas miembro (universitarias/públicas/especializadas en…):
Número actual de miembros:
Estatutos en red: SÍ NO

Requisitos para la pertenencia a la organización:


Costes que se facturan a nuevos miembros:

3. Actividades generales

Grupos de trabajo sobre…


Publicaciones electrónicas o impresas: SÍ NO

Encuentros periódicos: SÍ NO
[180] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

3. Actividades generales (continuación)

Actividades cooperativas:
❏ Adquisición
❏ Catalogación
❏ Pool bibliográfico
❏ Préstamo y circulación
❏ Formación
❏ Estadísticas
❏ Proceso de referencia consorciado
❏ Detallar otras actividades y convenios

Pertenece al ICOLC SÍ NO

4. Actividades con respecto a bibliotecas digitales y propiedad intelectual de fon-


dos electrónicos

¿Tienen registrados los proyectos de bibliotecas digitales de las bibliotecas consorciadas?


SÍ NO

Existe algún proyecto actual o futuro con respecto a las bibliotecas digitales consorciadas:
• BIDI de publicaciones periódicas SÍ NO

• BIDI de proyectos fin de carrera/tesis de lic. y doctorales SÍ NO

• BIDI de recursos electrónicos SÍ NO

• BIDI de bibliografía recomendada (docente) SÍ NO

• BIDI de bases de datos SÍ NO

• BIDI de incunables/manuscritos/material archivo SÍ NO

• BIDI de textos legales SÍ NO

• …

Existen grupos de trabajo sobre:


❏ Propiedad intelectual de los fondos electrónicos SÍ NO

❏ Procedimientos sobre bibliotecas digitales SÍ NO

❏ Evaluación de recursos electrónicos distribuidos o no en red SÍ NO

❏ Cualquier otro relacionado con la información electrónica SÍ NO

Utiliza las pautas de ICOLC para desarrollar las estadísticas de uso de sus recursos
electrónicos consorciados y negociación de contratos SÍ NO

¿En qué manera fomenta su consorcio el establecimiento de bibliotecas digitales


en sus instituciones miembro?
Anexo III

CONSORCIOS IDENTIFICADOS

AMÉRICA - CÁNADA

Council of Federal Libraries Bibliotecas federales de Canadá

ELN (British Columbia Electronic Bibliotecas públicas, académicas y es-


Library Network) peciales de la Columbia Británica (Ca-
nadá)

The Bibliocentre Canadá

AMÉRICA - ESTADOS UNIDOS

CARL (Colorado Alliance of Research Colorado (Estados Unidos)


Libraries)

CDL (California Digital Library) Bibliotecas universitarias de California

CIC(Committee on Institutional Universidades de Estados Unidos


Cooperation)

FEDLINK (Federal Library and Estados Unidos


Information Network)
[182] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

AMÉRICA - ESTADOS UNIDOS (continuación)

GALILEO (Georgia Library Learning


Online)

New York Consortium of Consortia Consorcios y sistemas bibliotecarios


de Nueva York

OhioLINK (Ohio Library and Bibliotecas del Estado de Ohío (Esta-


Information Network) dos Unidos)

OHIONET

PALINET Bibliotecas, centros de información, mu-


seos, archivos, etc. de Estados Unidos

RLG (Research Libraries Group) Bibliotecas de investigación de los Es-


tados Unidos

Virtual Academic Library of New Nueva Jersey (Estados Unidos)


Jersey (VALE)

Virtual Library of Virginia (VIVA) Bibliotecas académicas de Virginia (Es-


tados Unidos)

AMÉRICA - ESTADOS UNIDOS

CRL (The Center for Research Bibliotecas universitarias de Canadá y


Libraries) Estados Unidos

AMÉRICA - MÉXICO

RENABIES (Red Nacional de Bibliotecas Bibliotecas universitarias mexicanas


de Educación)
CONSORCIOS IDENTIFICADOS [183]

EUROPA

CENL (Council of European National Bibliotecas nacionales europeas


Libraries)

LIBER(Ligue des Bibliothèques Bibliotecas europeas de investigación


Européennes de Recherche)

EUROPA - ALEMANIA

Bavarian Library Network Bibliotecas del Länder de Baviera

BSZ (Bibliotheksservice-Zentrum) Bibliotecas de Alemania

DBI (Deutsches Bibliotheksinstitut) Bibliotecas de Berlín

EUROPA - DINAMARCA

Dansk Biblioteks Center (DBC) Dinamarca

EUROPA - ESPAÑA

CBUC (Consorci de Biblioteques Cataluña


Universitaries de Catalunya)

Madroño Bibliotecas universitarias de Madrid y


de la UNED

REBIUN (Red de Bibliotecas Universitarias) Bibliotecas universitarias españolas

BUGALICIA Consorcio de Bibliotecas Universita-


rias de Galicia
[184] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

EUROPA - GRAN BRETAÑA

Combined Higher Education Software Instituciones de enseñanza superior de


Team (CHEST) Gran Bretaña

CURL (Consortium of University Bibliotecas de investigación británicas


Research Libraries)

EARL (Electronic Access in Resources Formado por distintas redes de bi-


Libraries) bliotecas británicas

(Joint Information Systems


JISC Reino Unido
Committee)

Research Council Libraries & Gran Bretaña


Information Consortium

Standing Conference of National and Bibliotecas universitarias y nacionales


University Libraries (SCONUL) del Reino Unido e Irlanda

EUROPA - GRECIA

HEAL-Link (Helenic Academic Bibliotecas universitarias, escuelas téc-


Libraries Link) nicas griegas, la Academia de Atenas
y la Biblioteca Nacional de Grecia

EUROPA - HOLANDA

The Dutch Pica Foundation Holanda


CONSORCIOS IDENTIFICADOS [185]

EUROPA - ITALIA

CILEA (Consorzio Interuniversitario Universidades de Lombardía (Italia)


Lombardo per

INFER (Italian National Forum on Italia


Electronic Information Resources)

EUROPA - NORUEGA

BIBSYS Biblioteca Nacional, bibliotecas uni-


versitarias y de investigación noruegas

EUROPA - PORTUGAL

Rubi (Rede Universitária de Bibliotecas Bibliotecas académicas de Portugal


e Informaçâo)

EUROPA - SUECIA

LIBRIS (Library Information System) Bibliotecas de investigación y especia-


les de Suecia

Swedish University and Research Bibliotecas universitarias y de investi-


Libraries (BIBSAM) gación de Suecia

EUROPA - SUIZA

RERO (Réseau des bibliothèques de Bibliotecas de Suiza


Suisse occidentale)
[186] GUÍA METODOLÓGICA PARA LA IMPLANTACIÓN DE UNA BIBLIOTECA DIGITAL UNIVERSITARIA

INTERNACIONAL

ICOLC (International Coalition of Internacional


Library Consortia)

OCLC (Online Computer Library Center) Internacional

SLA (Special Libraries Association) Bibliotecas especiales de todo el mundo

OCEANÍA - AUSTRALIA

CAUL (Council of Australian Australia


University Librarians)
BIBLIOGRAFÍA

INTRODUCCIÓN1 tación de una biblioteca digital universitaria»,


XII Jornadas Bibliotecarias de Andalucía: Los
AENOR. «UNE 50104:1994 (1999). Referencias bi- Nuevos Retos de los Servicios Bibliotecarios,
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1
La bibliografía seleccionada se presenta seg- llo de la Biblioteca Valenciana Digital de
mentada por capítulos. Para los recursos electrónicos Incunables» [on line] II JBIDI. Disponible en
se ha omitido su localidad y editor con el objeto de la web: http://gaia.dcs.fi.uva.es/~jbidi2001/co-
aligerar la referencia bibliográfica. municaciones/34_IncVal.pdf.
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26. Técnicas y régimen de uso de la CDU (Clasificación 63. La documentación y los servicios de información del
Decimal Universal) Parlamento Europeo
Carmen Díez Carrera Yolanda Martín González
ISBN: 84-95178-27-3 • PVP: 11,40 euros ISBN: 84-9704-043-0 • PVP: 19 euros

29. Evaluación de bibliotecas y centros de 64. Organización y gestión del conocimiento en la


documentación e información comunicación
Juan José Fuentes Antonio García Jiménez
ISBN: 84-95178-36-2 • PVP: 21 euros ISBN: 84-9704-046-5 • PVP: 19 euros

30. Teoría y práctica de la CDU 66. Metadatos y recuperación de información:


2.ª edición, revisada y ampliada estándares, problemas y aplicabilidad en
L. M. Moreno y M.ª D. Borgoñós bibliotecas digitales
ISBN: 84-95178-051-1 • PVP: 20 euros Eva Méndez Rodríguez
ISBN: 84-9704-055-4 • PVP: 32 euros
32. El fondo antiguo en la biblioteca
67. El documento: entre la tradición y la renovación
María Marsá Vila
Blanca Rodríguez Bravo
ISBN: 84-95178-47-8 • PVP: 24 euros
ISBN: 84-9704-052-X • PVP: 22 euros
35. Historia de la lectura pública en España
69. Administración de unidades informativas: concepto
Luis García Ejarque
e historia
ISBN: 84-95178-57-5 • PVP: 35,40 euros
Carmen Díez Carrera
37. Técnicas de recuperación de información. ISBN: 84-9704-065-1 • PVP: 18 euros
Aplicación con Dialog 70. Los indicadores bibliométricos en el estudio de la
J. M. Angós Ullate y J. A. Salvador Olivan ciencia
ISBN: 84-95178-62-1 • PVP: 21 euros Bruno Maltrás Barba
ISBN: 84-9704-012-0 • PVP: 22 euros
39. El público y la biblioteca
Varios autores 79. Las bibliotecas nacionales: un estado de la cuestión
ISBN: 84-95178-84-2 • PVP: 29,40 euros Juan José Fuentes
ISBN: 84-9704-066-X • PVP: 43 euros
41. La información en ciencias sociales
Gloria Carrizo Sainero 83. Extraer y visualizar información en Internet: el Web
ISBN: 84-95178-85-0 • PVP: 23,40 euros Mining
Lola García Santiago
47. Sistemas y servicios de información digital (El sector ISBN: 84-9704-081-3 • PVP: 22 euros
de la información digital)
Ernest Abadal Falgueras 84. Nuevos horizontes en el análisis de los registros y la
ISBN: 84-95178-98-2 • PVP: 12 euros normativa bibliográfica
Ana Belén Ríos Hilario
49. La biblioteca móvil ISBN: 84-9704-095-3 • PVP: 16 euros
Varios autores
ISBN: 84-9704-016-3 • PVP: 11,42 euros 88. Identificación y conservación de fotografías
Jordi Mestre i Vergés
50. Políticas de información y documentación en la ISBN: 84-9704-089-9 • PVP: 20 euros
España del siglo XIX
89. Libros para no leer: el nacimiento de la política
María Teresa Fernández Bajón
documental en España
ISBN: 84-9704-026-0 • PVP: 27,05 euros
Genaro Luis García López
56. El catálogo de autoridades. Creación y gestión en ISBN: 84-9704-101-1 • PVP: 23 euros
unidades documentales 90. Diseño de una base de datos de imágenes para
Jesús Giménez Pelayo y Rosa García Blanco
televisión
ISBN: 84-9704-027-9 • PVP: 39 euros Jorge Caldera Serrano y María Victoria Nuño Moral
57. El patrimonio bibliográfico y documental. Claves ISBN: 84-9704-100-3 • PVP: 23 euros
para su conservación preventiva 91. Tratamiento y difusión digital del libro antiguo:
Carme Bello Urgellès y Àngels Borrell directrices metodológicas y guía de recursos
ISBN: 84-9704-033-3 • PVP: 19 euros José Luis Herrera Morillas
61. La investigación en biblioteconomía y ISBN: 84-9704-029-5 • PVP: 28 euros
documentación 94. Los espacios del saber
Emilio Delgado López-Cozar Alfonso Muñoz Cosme
ISBN: 84-9704-011-2 • PVP: 22 euros ISBN: 84-9704-102-X • PVP: 32 euros
96. Cibermetría: nuevas técnicas de estudio aplicables a 78. Orbe tipográfico. El mercado del libro en la Sevilla
la web de la segunda mitad del siglo XVI
José L. Berrocal, Carlos G. Figuerola, Ángel F. Zazo C. A. Gónzalez Sánchez y N. Maillard Álvarez
ISBN: 84-9704-114-3 • PVP: 23 euros ISBN: 84-9704-072-4 • PVP: 23 euros
97. El contenido de los documentos textuales: su 100. Diccionario de bibliología y ciencias afines
análisis y representación mediante el lenguaje José Martínez de Sousa
natural ISBN: 84-9704-082-1 • PVP: 84 euros
José A. Moreiro González
101. La ilustración como categoría. Una teoría
ISBN: 84-9704-126-7 • PVP: 29 euros
unificada sobre arte y conocimiento
98. Interacción en interfaces de recuperación de Juan Martínez Moro
información: conceptos, metáforas y visualización ISBN: 84-9704-122-4 • PVP: 23 euros
Mari Carmen Marcos 107. Bibliografía en resúmenes
ISBN: 84-9704-118-6 • PVP: 29 euros
de la literatura española (artículos) 1998-2003
104.La ciberadministración española en la sociedad de Emilio Martínez Mata (dir.)
la información: retos y perspectivas ISBN: 84-9704-141-0 • PVP: 30 euros
María Pinto Molina y Carmen Gómez Camarero 108. Los patronos del libro. Las asociaciones
ISBN: 84-9704-126-1 • PVP: 30 euros
corporativas de editores y libreros
105.El hipertexto entre la utopía y la aplicación: Ana Martínez Rus, Raquel Sánchez García y Jesús Antonio
identidad, problemática y tendencias de la web Martínez Martín
Marina Vianello Osti ISBN: 84-9704-142-9 • PVP: 22 euros
ISBN: 84-9704-134-8 • PVP: 36 euros
106.Manual de lenguajes documentales
Blanca Gil Urdiciain Edición y tipografía
ISBN: 84-9704-138-0 • PVP: 29 euros
38. Manual de estilo de la lengua española
111.Gestión de proyectos en información y 2.ª edición, revisada y ampliada
documentación José Martínez de Sousa
Ernest Abadal Falgueras ISBN: 84-9704-022-8 • PVP: 39 euros
ISBN: 84-9704-144-5 • PVP: 15 euros 46. Diccionario de edición, tipografía y artes gráficas
José Martínez de Sousa
ISBN: 84-95178-96-6 • PVP: 35,40 euros
Bibliografía y bibliología 51. Normas para la presentación editorial de originales
4. Curso de bibliografía Silvia Senz
Rino Pensato ISBN: 84-9704-024-4 • PVP: 11,42 euros
ISBN: 84-87733-50-6 • PVP: 21 euros 76. Libro de estilo Vocento
11. El registro de la memoria: el depósito legal y las José Martínez de Sousa
bibliografías nacionales ISBN: 84-9704-084-8 • PVP: 30 euros
José Antonio Cordón García 95. Ortografía y ortotipografía del español actual. José
ISBN: 84-89427-23-2 • PVP: 23,40 euros Martínez de Sousa
20. La bibliografía. Historia de una tradición José Martínez de Sousa
Luigi Balsamo ISBN: 84-9704-083-X • PVP: 39 euros
ISBN: 84-89427-99-2 • PVP: 21 euros
23. Nueva introducción a la bibliografía material Equipamientos municipales
Philip Gaskell de proximidad
ISBN: 84-89427-76-3 • PVP: 45 euros
33. Pequeña historia del libro 71. Estudio de situación
José Martínez de Sousa Fundación Kaleidos
ISBN: 84-95178-50-8 • PVP: 15 euros ISBN: 84-9704-076-7 • PVP: 21 euros

34. Prontuario de bibliografía 72. Plan guía para su planificación territorial y


Alberto Montaner Frutos construcción
ISBN: 84-95178-45-1 • PVP: 21 euros Fundación Kaleidos
ISBN: 84-9704-077-5 • PVP: 11 euros
43. El libro de arte en España durante la edad moderna
Ramon Soler i Fabregat 73. Plan estratégico y de participación
ISBN: 84-95178-86-9 • PVP: 23,40 euros Fundación Kaleidos
ISBN: 84-9704-078-3 • PVP: 19 euros
77. La política del libro durante la Segunda República:
socialización de la cultura 74. Gestión de calidad
Ana Martínez Rus Fundación Kaleidos
ISBN: 84-9704-067-8 • PVP: 41 euros ISBN: 84-9704-079-1 • PVP: 19 euros
Historia de la cultura escrita 60. El patrimonio cultural: la memoria recuperada
Francisca Hernández Hernández
58. Historia de la cultura escrita ISBN: 84-9704-036-8 • PVP: 33 euros
Antonio Castillo Gómez y otros
ISBN: 84-9704-008-2 • PVP: 36 euros 65. Historia de la documentación museológica: la
gestión de la memoria artística
68. La conquista del alfabeto. Escritura y clases
María Teresa Marín Torres
populares
ISBN: 84-9704-047-3 • PVP: 29 euros
Antonio Castillo Gómez y otros
ISBN: 84-9704-053-8 • PVP: 25 euros 75. Arte para todos. Miradas para enseñar y aprender el
82. Aprender a escribir cartas. Los manuales patrimonio
epistolares en la España contemporánea (1927- Roser Calaf, Olaia Fontal y Arabela Fernández
1945) ISBN: 84-9704-080-5 • PVP: 15 euros
Verónica Sierra Blas
ISBN: 84-9704-088-0 • PVP: 20 euros 81. El museo virtual
Bernard Deloche
ISBN: 84-9704-050-3 • PVP: 32 euros
Lexicografía 86. La difícil supervivencia de los museos
45. Los diccionarios. Introducción a la historia de la Juan Carlos Rico
lexicografía del español ISBN: 84-9704-091-0 • PVP: 50 euros
Elena Bajo Pérez
ISBN: 84-95178-88-5 • PVP: 23,40 euros 87. La educación patrimonial: teoría y práctica para el
aula, el museo e Internet
54. Diccionario de epónimos del español
Olaia Fontal Merillas
Santiago García Castañón
ISBN: 84-9704-032-5 • PVP: 15,03 euros ISBN: 84-9704-099-6 • PVP: 29 euros

93. Museos de arte contemporáneo en España


María Ángeles Layuno Rosas
Museología y patrimonio ISBN: 84-9704-119-4 • PVP: 39 euros

5. Organización y diseño de exposiciones. Su relación 99. Asturias litografiada. El comercio y la industria en


con el museo imágenes (1900-1970)
Michael Belcher María del Mar Díaz González
ISBN: 84-87733-54-9 • PVP: 29,40 euros ISBN: 84-9704-127-5 • PVP: 40 euros
10. Historia de los museos en España 102. Comunicación educativa del patrimonio:
María Bolaños
referentes, modelos y ejemplos
ISBN: 84- 89427-22-4 • PVP: 27 euros
Roser Calaf Masachs y Olaia Fontal Merillas (coords.)
16. El museo como espacio de comunicación ISBN: 84-9704-129-1 • PVP: 25 euros
Francisca Hernández Hernández
ISBN: 84-89427-87-9 • PVP: 23,40 euros 103. Curso de Museología
Francisco Javier Zubiaur Carreño
17. Los museos y sus visitantes ISBN: 84-9704-132-1 • PVP: 30 euros
Eilean Hooper-Grenhill
ISBN: 84-89427-88-7 • PVP: 23,40 euros 110. Valoración económica del patrimonio cultural
José Ángel Sanz Lara
19. La gestión del museo
Kevin Moore (ed.) ISBN: 84-9704-143-7 • PVP: 29 euros
ISBN: 84-89427-94-1 • PVP: 36 euros
31. La difusión cultural en el museo: servicios
destinados al gran público Gestión cultural
M.ª del Carmen Valdés Sagüés
1. La política cultural: qué es y para qué sirve.
ISBN: 84-95178-38-9 • PVP: 19,50 euros
[Agotado]
44. Estudios de visitantes en museos: metodología y Emiliano Fernández Prado
aplicaciones ISBN: 84-87733-04-2 • PVP: 18 euros
Eloísa Pérez Santos
ISBN: 84-95178-63-x • PVP: 23,40 euros 36. Cultura y ciudad. Manual de política cultural
municipal
53. Arte, museos y nuevas tecnologías
Iñaki López de Aguileta
María Luisa Bellido
ISBN: 84-9704-025-2 • PVP: 33,06 euros ISBN: 84-95178-59-1 • PVP: 23,40 euros

59. La memoria del mundo. Cien años de museología 85. La política cultural del Estado en los Gobiernos
(1900-2000) socialistas: 1982-1996
María Bolaños Juan Arturo Rubio Aróstegui
ISBN: 84-9704-034-1 • PVP: 36 euros ISBN: 84-9704-098-8 • PVP: 35 euros

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