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Andrea Beatriz Derimais Barceló.

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Dedicado a mis padres,
Mariana y Guillermo.

A mi amor,
Sergio.

Y a nuestra amada hija,


Celina.

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Agradecimientos.

Es mi deseo agradecer profundamente a todos los seres que hicieron posible la


realización de este trabajo. Desde distintos sectores las voluntades se unieron
e hicieron tangible el anhelo de llevar el proyecto “alma aborigen” al ámbito
escolar, en un material actualizado para el aprendizaje sobre los pueblos origi-
narios en el centro oeste argentino.

La lista de colaboradores es extensa y los mencionaré en orden de aparición:

• Sin lugar a dudas, desde el inicio, difícil hubiera sido la tarea sin el apoyo
y la ayuda constante de mi familia: Sergio, Celina, mamá y papá.
• Sr. David Bartolomé, por su guía, gestión y colaboración constante.
• A mí querida y admirada Prof. Elena Díaz, por su guía y colaboración
permanentes.
• Al Fondo para la Cultura de la provincia de Mendoza
• Al Sr. Roberto Mons y a la Srta. Eleonora González.
• A la productora Imagen Tres: Rolando, Raúl y Juan Carlos, por el aporte
mas allá de las imágenes: ideas, gestiones, movilidad, contactos, etc.
• Lic. y Mtra. Laura Piazze, por la información precisa, concreta y oportu-
na, y por la “buena onda” hacia el proyecto y sus realizadores.
• Dr. Pablo Cahiza, por su desinteresada colaboración, y agrego a este agra-
decimiento a todos los entrevistados e investigadores que le dieron sus-
tento a este trabajo:
• Srta. Mónica Constanzo, docente en Escuela Albergue
• Dra. María José Ots
• Dr. Diego Escolar
• Dra. María del Rosario Prieto
• Museo Arqueológico de la Facultad de Filosofía y Letras “Prof. Salvador
Canals Frau”, a su directora Dra. Ma. Del Rosario Prieto de Herrera, y a
su encargada Lic. Laura Piazze.
• Museo Histórico “Las Bóvedas”, y a sus directivos.
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• Museo de Historia Natural de San Rafael, a su director Lic. Luis Balla-
rini, y colaboradores.
• Museo Regional y Americanista de Luján de Cuyo.
• Museo de Ciencias Naturales “Juan Cornelio Moyano”, a su directora
Dra. Clara Abal de Russo y a su secretario Sr. Álvaro Sacchi.
• Museo Arqueológico “Carlos Rusconi” de Maipú, a su Directora Sra.
Liliana Daffra, y sus colaboradores.
• A la Municipalidad de Lavalle.
• A la Dirección de Cultura de Lavalle y especialmente a la Arq. Ana María
Castillo.
• A la Dirección de Zonas No Irrigadas de Lavalle, al Sr. Gustavo Villegas y
al Sr. Ramón Cortéz, por su amable y desinteresada colaboración.
• A la comunidad de El Forzudo (Lavalle), a su escuela Nº 8- 382 “Francis-
co A. Rizzuto”, a sus alumnos, directivos y docentes por su hospitalidad
y el gran aporte.
• A la Comunidad “Paula Guaquinchay” de Asunción, por su hospitali-
dad, amabilidad y colaboración. Especialmente al Grupo de Teatro, al Sr.
Emanuel Suárez y a la Srta. Fanny Barros y su flia.
• A la Municipalidad de Junín, a la Sra. Concejal Prof. Laura Uano, por su
compromiso y colaboración.
• A la Dirección de Patrimonio Cultural de la Provincia de Mendoza, y a la
Lic. Julia Fernández, responsable de prensa y extensión.
• Al Mercado Artesanal de Mendoza.
• A la Srta. Paola Vázquez, por sus originales diseños y creatividad.
• A las empresas privadas comprometidas con la Cultura y la Educación:
• Aceitera Oleotec S.A., y al Sr. Alejandro Libanti, por su compromiso asu-
mido en forma inmediata.
• Cooperativa de Electrificación Rural Alto Verde y Algarrobo Grande.
• Cooperativa de Giagnoni Ltda.
• Fundación “Raúl Vázquez” de Seguros Rivadavia.
• A la Librería French, y al Sr. Daniel Manzano.
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• A la Prof. Paloma Giménez, representante del COIM.
• Al Ctdor. Alejandro Simón y al Lic. Leonardo Suárez.
• A aquellos seres que “de otra forma” aportaron y guiaron tanto al proyec-
to: mi maestra, Máster Lucía Mabel Campodónico Yanzi y mi maestro,
Dr. Omar Lazarte.

A todos éstos seres y a los que olvidé mencionar…


Mi profundo agradecimiento y cariño,
MUCHAS GRACIAS.
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Intro ducción.

El abordaje para el estudio de pueblos originarios en la actualidad es comple-


jo ya que nos encontramos en un momento histórico de cambios profundos
en los paradigmas sostenidos desde antaño. Estos cambios provocan dife-
rencias fundamentales en la forma de concebir a los pueblos originarios y sus
circunstancias. A su vez nos hallamos frente a lo que algunos autores llaman
“emergencia” o “re-emergencia” de éstos pueblos, anteriormente invisibiliza-
dos, escondidos a los ojos de una sociedad que funcionaba sin querer ver la
realidad de otros. Hoy, estos pueblos, alzan la voz manifestando su ascenden-
cia aborigen y reclamando un espacio en la sociedad que los contiene, hecho
que comienza a instaurarse cada vez con más fuerza, en distintos escenarios de
nuestro país, y de América Latina.

La contundencia de éste hecho ha obligado a los Estados Nacionales de toda


América Latina en los últimos años, a generar políticas sociales tendientes a
conducir esa “emergencia” en las sociedades modernas y a brindar un espacio
de inclusión y reconocimiento de los pueblos originarios en ellas.

En ese marco contextual aparece Alma Aborigen con un objetivo principal


que es el de transmitir la información obtenida sobre la Cultura Huarpe en
los trabajos producidos por los investigadores citados en este trabajo, prove-
nientes de nuestra provincia y de la vecina provincia de San Juan, en materia-
les bibliográfico y audiovisual, respectivamente; destinado a las escuelas de la
provincia, en sus niveles primario y secundario. Con la intención de brindar
al docente una herramienta con información actualizada, para la enseñanza
del tema en las aulas. A su vez, se propone profundizar el conocimiento del
lector sobre aquel pueblo que se encontraba habitando el territorio cuyano a
la llegada de los españoles, en el marco de la Conquista de América. Con la
convicción de que profundizar el conocimiento sobre nuestros orígenes repre-
senta una contribución al fortalecimiento de nuestra identidad.

Sobre la mencionada cultura existen fuentes coloniales, que registran des-


cripciones de gran parte de su cultura, y que son los documentos analizados
por los investigadores que se citan en éste trabajo. Es, entonces, desde esa óp-
tica que se describen los distintos aspectos que componen la Cultura Huarpe.
11
El método para la investigación en este trabajo es inductivo, interpretativo
y estudio de campo (entrevistas). Desde una perspectiva analítica con el obje-
tivo de seleccionar, reflexionar y transferir los conceptos recavados a la cultura
de los huarpes a partir de las investigaciones realizadas por distintos autores,
lo observado en las visitas a distintas comunidades huarpes de Lavalle y las
conversaciones mantenidas con distintos representantes de esas comunidades.
Interrelacionando distintas disciplinas (arqueología*1, antropología* y etno-
historia*), teniendo a la base el paradigma histórico, social y cultural.

El presente tomo se divide en cuatro capítulos, en orden cronológico, para


los cuales se aplican los siguientes métodos: método sincrónico de presenta-
ción de datos, en el capítulo II, y entre los capítulos II, III y IV se aplica el
método diacrónico, para analizar la evolución de la etnia huarpe en los distin-
tos momentos históricos.

*1Todos los términos marcados con asterisco se encuentran explicados en el Vocabulario


que figura al final de edición.

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“Creemos que es un deber incorporar las expresiones artísticas
de las antiguas culturas autóctonas de la argentina al
Patrimonio Nacional”.
Alberto Rex González (1977)

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Capítulo I

Cultura y Patrimonio.

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Capítulo 1 Cultura y Patrimonio

Cultura y Patrimonio.

Es la cultura de un pueblo lo que define censales señalan 22 Pueblos, el Insti-


su destino como Nación. Cuanto mayor tuto Nacional de Asuntos Indígenas
conocimiento se posee sobre los distintos (INAI) habla de 24 y otros organis-
aspectos que componen la propia cultu- mos no gubernamentales de 27. No
ra, mayor será también la comprensión está realmente claro cuántos son, pero
de los procesos sociales, políticos y eco- sí se reconocen como tales y se encuen-
nómicos que se viven en los distintos tran integrados en la Constitución y,
momentos históricos. por lo tanto, cuentan con normas que
avalan su espacio.
Veamos desde el principio: La Argentina cuenta con una organi-
Etnia: Una etnia es una población hu- zación que ayuda a sacar a los Pue-
mana en la cual los miembros se iden- blos Originarios de la postergación,
tifican entre ellos, normalmente con la marginación y la exclusión a la cual
base en una real o presunta genealogía fueron sometidos, además de legis-
y ascendencia común, o en otros lazos lar para que se respeten sus derechos.
históricos. Está normalmente unida Se llama Organización Nacional de
por prácticas culturales, de comporta- Pueblos Indígenas en Argentina (ON-
miento, lingüística, o religiosas comu- PIA). Es un organismo nacional que
nes. En general, reclaman para sí una representa a los pueblos aborígenes y
estructura social, política y un territo- promueve “… la participación de las
rio. distintas posiciones filosóficas, cosmo-
visiones y formas de hacer política de
Etnias en Argentina. los Pueblos Originarios en Argenti-
na…”.2
Argentina cuenta con un reconoci-
miento de los pueblos originarios, En Mendoza el organismo que re-
desde la Constitución Nacional has- presenta a los pueblos originarios
ta organismos no gubernamentales, es el Consejo Indígena de Mendoza
todos coinciden en el reconocimiento (COIM), en la actualidad su repre-
de los pueblos que la habitaron desde sentante es la Sra. Paloma Giménez,
antes de la conquista. Actualmente, y funciona a través de una reunión
la Constitución Nacional reconoce 21 mensual entre los representantes de
Pueblos Originarios, los organismos las distintas comunidades aborígenes
2
Los Andes, domingo 14 de octubre de 2009, suplemento tintero.
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Leyes - Etnia y raza Capítulo 1

de nuestra provincia, la Sra. Gimé- existe una clasificación válida para las
nez y un representante del cuerpo de etnias o razas. No existe ningún gru-
Diputados de la provincia de Men- po humano que sea superior a otro,
doza. La reunión se lleva a cabo en biológica o genéticamente
el segundo piso del edificio de la Se- Más allá de esta igualdad biológica
cretaría de Cultura de la Provincia de somos fisonómicamente diferentes
Mendoza, sito en España y Gutiérrez unos de otros. Hay diferencias en la
de ciudad. pigmentación de la piel, el aspecto
En cuanto a las comunidades huar- del rostro o la contextura física, que
pes en Mendoza, existen en la actua- obedecen a las influencias geográfi-
lidad 11 comunidades en el departa- cas, a las diversas formas de alimen-
mento de Lavalle y una en Uspallata, tación y a otros factores selectivos
departamento de Las Heras. En ellas naturales. Y si incluimos a la perso-
se congregan alrededor de 5.000 in- nalidad, con todos sus sentimientos,
tegrantes, y cada una cuenta con un podríamos decir que no existe un ser
representante.La información más humano que sea igual a otro.
ampliada sobre este tema se encuen- Los antropólogos, en la actualidad,
tra más adelante, en el capítulo que clasifican a las diferentes etnias desde
trata sobre el huarpe en la actualidad. el aspecto cultural, considerándolas
“unidades bioculturales”.
Desde la ciencia. La cultura es, quizás, el factor más
En nuestro planeta vivimos, aproxi- importante a considerar a la hora de
madamente, 6.000 millones de per- determinar la conducta y estilo de
vida de los grupos humanos.3
sonas. Sin embargo, somos prác-
ticamente iguales y pertenecientes Según el diccionario:
todos a una única especie biológica:
El Homo Sapiens. Los nuevos ha- Cultura: Conjunto de conocimientos
llazgos obtenidos en los estudios del adquiridos, saber. Conjunto de estruc-
genoma humano, indican que los turas sociales, religiosas, etc. de mani-
seres humanos somos básica y gené- festaciones intelectuales, artísticas, etc.
ticamente idénticos. Sólo nos distin- que caracteriza a una sociedad.
guimos superficialmente por el color
de nuestra piel, la textura del cabello, En un sentido más amplio:
la forma de la cabeza, los rasgos facia-
les, las proporciones corporales “La cultura es el conjunto de todas
Algunos científicos afirman que, las formas, los modelos o los patro-
desde el punto de vista biológico, no nes, explícitos o implícitos, a través
3
Los Andes, domingo 14 de Octubre de 2009, suplemento Tintero.
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Capítulo 1 Desde la ciencia.

de los cuales una sociedad regula el Frau” de la Facultad de Filosofía y


comportamiento de las personas que Letras de la Universidad Nacional de
la conforman. Como tal incluye cos- Cuyo, expresó lo siguiente:
tumbres, prácticas, códigos, normas
de comportamiento y sistemas de “Cuando nos referimos al Patrimo-
creencias. Desde otro punto de vista nio lo hacemos en un sentido colec-
se puede decir que la cultura es toda tivo, es el legado que recibimos del
la información y habilidades que po- pasado. En él se incluyen aquellas
see el ser humano…” expresiones, manifestaciones mate-
riales o intangibles, que socialmente
La Unesco, en 1982, declaró: se consideran dignas de conservar,
“…que la cultura da al hombre la más allá de su interés utilitario. Esta
capacidad de reflexionar sobre sí herencia se resignifica y se enriquece
mismo. Es ella la que hace de no- en el presente y es transmitida a las
sotros seres específicamente huma- siguientes generaciones.
nos, racionales, críticos y éticamen- Esto implica que determinados gru-
te comprometidos. A través de ella pos humanos, según sus parámetros
discernimos los valores y efectuamos culturales, deciden mantener en la
opciones. A través de ella el hom- memoria lo que para ellos es signifi-
bre se expresa, toma conciencia de sí cativo y valioso.”
mismo, se reconoce como un proyec-
to inacabado, pone en cuestión sus “El patrimonio cultural de una nación
propias realizaciones, busca incan- no es un hecho dado,
sablemente nuevas significaciones, y una realidad que exista por sí misma,
crea obras que lo trascienden.” sino que es una construcción
histórica, una concepción y una repre-
(UNESCO, 1982: Declaración de sentación que se crea a través
México)4 de un proceso en el que intervienen
tanto los distintos intereses de las clases
Patrimonio: Lo que es privativo de y grupos sociales que integran a la na-
un grupo de gente. Totalidad de los bie- ción, como las diferencias históricas
nes de una Nación. y políticas que oponen a los países”.5
¿Qué entendemos por Patrimonio?
Enrique Florescano, 1993
En un diálogo mantenido con la
Lic. y Mtra. Laura Piazze, encarga-
da del Museo “Prof. Salvador Canals
4
Enciclopedia virtual Wikipedia.
5
Ficha técnica, Enrique Florescano, UNCuyo, F. F y L, Museo “Prof. Salvador Canals Frau”.
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Capítulo 1

El patrimonio está compuesto, según la definición que figura antes, por


todos los bienes de una nación, tangibles e intangibles. Es decir, que todo
cuanto existe como patrimonio de una nación es también de todos los miem-
bros de esa nación, por extensión y por derecho. Con este derecho se adquie-
re también un deber, que es el de proteger todo aquello que es patrimonio
nacional. Entonces, protegiendo los bienes que son de patrimonio nacional,
como edificios antiguos, elementos expuestos en museos, plazas, paseos pú-
blicos, etc. se están protegiendo los propios bienes. Por ello, no sólo se debe
cuidarlos en el trato personal, sino también protegerlos de acciones ajenas,
como por ejemplo: actos de vandalismo, denunciando este tipo de hechos a
las autoridades pertinentes.
En la página de Internet del Grupo de Arqueología Mendoza
(www.arqueologiamendoza.com), figuran las siguientes recomendaciones
para este fin.
Allí se encuentra información sobre talleres arqueológicos para escuelas y
mucha información de gran importancia:

1. No recojas material arqueológico de los yacimientos. Ya que cada pieza


que desaparece es un silencio irreemplazable en la reconstrucción de nues-
tra historia.
2. No toques, raspes, escribas o pintes sobre las pinturas rupestres. Este arte
es irrepetible y fue hecho allí por alguna razón que no siempre conoce-
mos.
3. En caso de realizar un hallazgo de interés contáctate con la facultad,
instituto o museo más cercano. (o realiza los pasos que se explican en el
documental de Alma Aborigen).
4. Recuerda que una manera vital de protección es no permitir que otros
frente a nuestros propios ojos, se dediquen al saqueo de nuestra historia.

¡CONVIÉRTETE EN UN PROTECTOR ACTIVO!

Instituciones que Conforman el Comité Mendoza de Lucha Contra el


Tráfico Ilícito de Bienes Culturales.

• Dirección de Patrimonio Cultural6, de la Secretaría de Cultura. Gobierno


de Mendoza.

6
La Dirección de Patrimonio Cultural funciona en calle Padre Contreras 1250, Parque General
San Martín. En el antiguo Hospital Emilio Civit. E-mail: patrimonio@mendoza.gov.ar
22
Capítulo 1 Legislación.

• Gendarmería Nacional Delegación Mendoza.


• Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas “Juan Cornelio Moyano”.
• Dirección Regional Mendoza de Aduanas. Unidad A.F.I.P. Mendoza.
• Fiscalía de Estado.
• Policía Federal. Delegación Mendoza.
• Policía de Seguridad Aeroportuaria. Secretaría de Inteligencia. Delega-
ción Mendoza.
• Poder Judicial.
• Poder Legislativo de Mendoza.
• Consejo Provincial de Patrimonio.

Ley de Patrimonio Cultural de la Provincia de Mendoza Nº 6.034.

Decreto reglamentario Nº 1882/09

Texto Ordenado 01/10/2001

Declaración de Interés Provincial la Protección, Conservación, Restauración,


Acrecentamiento de Bienes del Patrimonio Cultural de la Provincia de Men-
doza.

EL SENADO Y CÁMARA DE DIPUTADOS DE LA PROVINCIA DE


MENDOZA, SANCIONAN CON FUERZA DE LEY:

Capítulo I

Declaración genérica del fin legal.

Artículo 1º- Declárese de interés provincial la protección, conservación,


restauración y acrecentamiento de todos aquellos bienes que conforman el
patrimonio cultural de la provincia de Mendoza.

Capítulo II

Definición y Enumeración de los Bienes.

Artículo 2º- Todos los bienes que integran el patrimonio cultural de la provincia, por
su valor documental y cronológico, deberán ser conservados como testimonio para el
conocimiento y desarrollo cultural.
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Ley. Capítulo 1
Artículo 3º- A los efectos de la presente ley se consideran integrantes del patrimonio
cultural de la provincia, todos aquellos bienes trascendentes que material y/o cultural-
mente reportan un interés antropológico, histórico, arqueológico, artístico, artesanal,
monumental, científico y tecnológico, que significan o pueden significar un aporte
relevante para el desarrollo cultural de Mendoza, que se encuentren en el territorio de
la provincia, o ingresen a él, cualquiera fuere su propietario, luego de su declaración
como tales por la autoridad de aplicación.
(Texto según Art. 1º- Ley 6.133)
Artículo 4º- Estarán sujetos a la calificación establecida en el Art. 3º de la presente
ley los siguientes bienes:
a) Bienes inmuebles de valor arquitectónico, artístico o de importancia
cultural, que posean más de cincuenta (50) años de antigüedad, monu-
mentos, sepulcros y lugares históricos provinciales declarados.
b) Conjuntos urbanos arquitectónicos, de ámbitos históricos y/o cul-
turales.
c) Yacimientos o sitios arqueológicos y sus áreas de influencia. Se en-
tiende por tales todo espacio en la superficie del terreno, en el subsuelo
o bajo las aguas donde están reservados objetos arqueológicos, factibles
de ser estudiados con metodología científica arqueológica.
d) Yacimientos o sitios paleontológicos y sus áreas de influencia.
e) Objetos arqueológicos, hayan sido o no extraídos, entendiéndose
por tales todo resto material, mueble o inmueble, o vestigios de cual-
quier naturaleza que brinde información sobre la existencia, cultura,
actividades y/o relaciones producidas por el hombre en el pasado. Se
asimilan a los objetos y yacimientos mencionados en el inciso “c” y “d”,
las manifestaciones arqueológicas de arte, los restos esqueletarlos que
documentan la contextura o el aspecto físico de seres humanos que vi-
vieron en el pasado, así como su contexto de depositación.
f) Objetos de antropología, etnografía y paleontología; piezas de zoolo-
gía, botánica y mineralogía.
g) Bienes muebles, manuscritos, papeles y objetos históricos, artísticos
y científicos de cualquier naturaleza incluyendo instrumentos y
partituras musicales, piezas de numismática, armas, imágenes y orna-
mentos litúrgicos, decorativos, vehículos, material técnico y de preci-
sión.
h) Libros sueltos o formando bibliotecas, periódicos o impresos de
cualquier naturaleza, impresos en la Argentina o en el exterior, carto-
grafía en general.
i) Obras de arte, pinturas, acuarelas, dibujos litográficos, grabados y
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Capítulo 1 Ley.
esculturas, alfarería, cerámica y bienes de uso público u oficial.
j) Piezas de artesanías tradicionales (tejidos, fibra vegetal, cuero y me-
tales).
k) Muebles de uso personal o familiar, fabricados en el país o en el ex-
tranjero.

Artículo 5º- Los propietarios o poseedores de bienes comprendidos en la enuncia-


ción del Art. 4º de la presente ley, trátese de entes públicos o personas privadas, debe-
rán hacer conocer la existencia y ubicación de los mismos, a la autoridad de aplicación,
a fin de que, mediante el procedimiento que se adopte, sean objeto de la declaración
prevista en el Art. 10º de la presente ley.
(Texto según Art.2º- Ley 6.133)
Artículo 6º- Se considerarán también parte integrante del patrimonio cultural de
la provincia, todos aquellos bienes declarados dentro del territorio provincial por la
Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos.
Artículo 7º- A partir de la sanción de la presente ley, los propietarios o poseedores de
los bienes presuntamente comprendidos entre los enunciados en el Art. 4º, deberán
solicitar su registro en la forma y plazo que determine la reglamentación. Las creacio-
nes artísticas de propiedad de particulares, excepto cuando impliquen valores histó-
ricos y/o arqueológicos, serán de libre tráfico, pero previo a disponer de ellas, deberá
hacerse conocer a la autoridad de aplicación, la decisión de transferirlas, para que esta
tome los recaudos que estime corresponder, dentro de las previsiones de la presente ley.
(Texto según Art.3º- Ley 6.133)
Artículo 8º- Los propietarios de los bienes culturales detallados en el Art. 4º que no
informaran en la forma establecida y dentro de los plazos que indique la reglamenta-
ción sobre la existencia de tales bienes, no podrán acogerse a los beneficios impositivos
que se otorgan en la presente ley.
Artículo 9º- Todos los bienes inmuebles declarados integrantes del patrimonio cul-
tural de la provincia, a pedido de personas físicas o simples asociaciones o del Comité
Asesor de Defensa del Patrimonio Cultural, gozarán de los beneficios impositivos
establecidos en la presente ley.
Capítulo III
Del Registro.
Artículo 10º- Crease el registro de los bienes del patrimonio cultural de la provincia
de Mendoza, que dependerá del Ministerio de Cultura, Ciencia y Tecnología, cuyas
25
Ley. Capítulo 1
atribuciones e instrumentación deberán ser fijadas en la reglamentación de la presente
ley, dentro del marco constitucional del derecho de propiedad y cumpliendo los extre-
mos de los artículos 251, 2611 y concordantes del código civil. El mismo contendrá
el registro de los bienes del patrimonio cultural de la provincia de Mendoza, que hayan
sido declarados de conformidad con las disposiciones previstas en la presente ley. La
resolución que declare el bien como integrante del patrimonio cultural deberá ser fun-
dada y se otorgará una copia de ella al propietario o poseedor del bien y al registro para
su inscripción. Dicha resolución podrá ser publicada si así se considerara conveniente
para conocimiento general.

(Texto según Art. 4º- Ley 6.133)

Capítulo IV

Autoridad de aplicación.

Artículo 11º- Será la autoridad de aplicación de la presente ley en todo el territorio


provincial, el Ministerio de Cultura, Ciencia y Tecnología de la Provincia.

Capítulo V

Del Consejo Provincial.

Artículo 12º- Crease el Consejo Provincial del Patrimonio Cultural, como órgano
asesor del poder ejecutivo, en el ámbito del Ministerio de Cultura, Ciencia y Tecno-
logía.

(Texto según Art. 5º- Ley 6.133)

Artículo 13º- El Consejo Provincial del Patrimonio Cultural estará integrado por
un (1) representante del Ministerio de Cultura, Ciencia y Tecnología y un (1) repre-
sentante por cada una de las organizaciones legalmente constituidas, públicas o priva-
das, estatales o no que tengan entre sus objetivos el estudio,investigación, protección,
conservación, restauración y acrecentamiento del patrimonio cultural de la Provincia
de Mendoza. Asimismo, por invitación del Consejo o del Poder Ejecutivo, podrán
integrarlo aquellas entidades que por su accionar demuestren preocupación por la pro-
blemática del patrimonio provincial.

(Texto según Art. 5º- Ley 6.133)

Artículo 14º- El consejo deberá constituirse en el plazo de máximo de treinta (30)


días corridos a partir de la promulgación de la presente ley, en la forma indicada en el
26
Capítulo 1 Ley.
Art. 13º, sus miembros ejercerán sus funciones “ad- honorem” y durarán dos (2) años,
pudiendo ser designados nuevamente, será presidido por el Subsecretario de Cultura,
quien podrá delegar la presidencia en el funcionario que designe al efecto.

(Texto según Art. 5º- Ley 6.133)

Artículo 15º- Son funciones del Consejo Provincial del Patrimonio Cultural de la
Provincia de Mendoza, con relación a los bienes mencionados en la presente ley:
a) Emitir dictamen, en todos los casos, sobre las solicitudes de registro
de bienes del patrimonio cultural de la provincia de Mendoza, las que
deberán reunir los siguientes antecedentes:

Antecedentes Generales.

1. Denominación: original, otras en el tiempo y actual.


2. Ubicación: dirección, localidad, departamento, padrón municipal y
provincial, datos catastrales, croquis de ubicación.
3. Situación jurídica: datos personales del propietario original y actual, po-
seedor y/o usuario del bien. Título jurídico.
4. Fecha: creación del bien, fecha de construcción y/o emplazamiento.
5. Autor/es del bien: proyectista, constructor, empresa constructora.
6. Documentos gráficos: dibujos, fotografías, filas, documentación.
7. Descripción del bien: características específicas o intrínsecas del bien no
contempladas en los puntos antes mencionados. Bienes muebles que
comprende y que constituyan parte esencial de su historia.
8. Lugar y fecha de producción. Antecedentes históricos, culturales, socia-
les, económicos, religiosos, ambientales
9. antecedentes históricos escritos: resumen y bibliografía.
10. Antecedentes cartográficos: original y copia.
11. Antecedentes iconográficos: original y copia.
12. Tradición oral: lugar, región, provincia.

Antecedentes históricos, culturales, sociales, económicos, religiosos, ambientales.

1. Antecedentes históricos escritos: resumen y bibliografía.


2. Antecedentes cartográficos: original y copia.
3. Antecedentes iconográficos: original y copia.
4. Tradición oral: lugar, región, provincia.

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Ley. Capítulo 1
Antecedentes Técnicos.
1. Descripción de la técnica, medidas.
2. Gráficos del bien: plantas, cortes, fachadas (distintas escalas).
3. Gráficos complementarios: detalles, sistema constructivo.
4. stado de conservación. Descripción, posible deterioro, intervenciones,
gráfico lesiones, patologías, degrado.

Antecedentes jurídicos.

1. Declaratorias: leyes/decretos que lo amparan.


2. Consideraciones sobre efectividad de la protección.

Propuesta de administración y mantenimiento del bien.

En el caso de acompañar una propuesta de administración y/o mantenimiento del


bien, esta deberá adjuntar lo siguiente:

1. Acuerdo del propietario o depositario del bien.


2. Uso propuesto, sistema de gestión propuesto para la administración y
tutela del bien en el futuro.
3. Financiamiento del costo de mantenimiento y de obras de restauración,
puesta en valor y uso.
4. Propuesta de difusión: cultural, educativa, turística. Alcances y finan-
ciamiento.
5. Propuesta y criterios de intervención.

(Texto modificado según Art. 1º- Ley 6914)

b) Proponer programas de difusión, publicaciones de obras, investigaciones y


estudios que promuevan el conocimiento del patrimonio cultural de la provin-
cia de Mendoza.
c) Proponer la concertación de convenios con organismos públicos y/o priva-
dos, estatales o no, para la ejecución de los trabajos que se efectúen sobre dichos
bienes.
Estos deberán llevarse a cabo bajo la supervisión de los miembros del consejo y
la dirección técnica de personal especializado.
d) Proponer convenios con los propietarios, relativos a la conservación y preser-
vación, cuando se trate de bienes de dominio privado.
e) Proponer normas relativas a la conservación y preservación, cuando se trate
de bienes de dominio público.
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Capítulo 1 Ley.
f) Actuar como organismo consultor para la aplicación de los decretos Nº
1063/82 del Poder Ejecutivo Nacional y el Poder Ejecutivo Provincial
g) Dictaminar a solicitud de la autoridad de aplicación o del Director de Pa-
trimonio, Museos y Biblioteca, sobre la realización de obras o trabajos de cual-
quier naturaleza en los bienes afectados.
h) Dictar su Reglamento Interno.
i) Asesorar al Poder Ejecutivo, al Ministerio de Cultura, Ciencia y Tecnología
y a cualquier otro organismo público y/o privado, estatal o no, cuando así se lo
requiera.
j) Conformar comisiones para la elaboración de propuestas o tratamiento de
temas específicos.
k) Receptar toda información referida a bienes que puedan estar comprendidos
en las previsiones del Art. 4º de la Ley 6.034.

(Texto según Art. 5º Ley 6.133)

Artículo 16º- Son atribuciones del Consejo, a los efectos del cumplimiento de los
fines designados:

a) Solicitar al Ministerio de Cultura, Ciencia y Tecnología ordene la suspensión


de toda obra o acción que pueda afectar total o parcialmente la naturaleza de los
bienes calificados como integrantes del patrimonio cultural.
b) Dictaminar sobre las denuncias sometidas a su consideración relativa a la
realización de obras, acciones o trabajos no autorizados y que afecten, total o
parcialmente, la naturaleza de los bienes.
c) Solicitar de los funcionarios de la administración pública provincial o mu-
nicipal en ejercicio de sus funciones la colaboración necesaria para el cumpli-
miento de sus fines.

(Texto según Art. 5º- Ley 6.133)


Capítulo VI

De la Investigación y Hallazgo de Bienes Culturales y Naturales

Artículo 17º- Los bienes incluidos en las categorías que esta Ley establece están suje-
tos a investigación científica por especialistas en el campo que corresponda, según las
características y condiciones que por la reglamentación se establezcan, tratándose de
bienes del dominio privado de particulares se requerirá la conformidad de los mismos.

(Texto según Art. 6º- Ley 6.133)


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Ley. Capítulo 1
Artículo 18º- Los hallazgos fortuitos de bienes que presuntamente sean significati-
vos para el patrimonio cultural de la provincia, producidos en el marco de ejecución
de obras públicas y privadas, deberán ser denunciados inmediatamente a la autoridad
de aplicación quien determinará el procedimiento a seguir en el plazo perentorio que
determine la reglamentación de la presente Ley.

Artículo 19º- Los organismos públicos que proyecten, inicien o ejecuten obras
en el territorio provincial deberán prever la conservación del patrimonio cultural y
natural.

Capítulo VII

Limitaciones al Dominio y a las Transacciones.

Artículo 20º- La enajenación o transferencia en forma pública o privada de cual-


quiera de los bienes inscriptos en el registro del patrimonio cultural de la provincia,
deberá comunicarse previamente a la autoridad de aplicación, en el plazo que deter-
mine la reglamentación de la presente Ley, a los efectos de su anotación en el registro.

Artículo 21º- La autoridad de aplicación podrá proponer al Poder Ejecutivo, previo


dictamen de la comisión asesora prevista en la presente ley, declaraciones de utilidad
pública y la consiguiente expropiación de los bienes comprendidos en el Art. 4º, que
no hubieran sido registrados por sus propietarios, o cuando existieran riesgos o peligros
de pérdida, deterioros o desmembramientos.

Capítulo VIII

De la Preservación y Conservación.

Artículo 22º- Los poseedores o propietarios de los bienes muebles o inmuebles com-
prendidos en la presente Ley e inscriptos en el registro pertinente, son responsables de
la preservación y conservación de los mismos, a fin de mantener y asegurar su genui-
nidad e inalterabilidad.
Cualquier modificación que pueda alterar sus condiciones debe comunicarse pre-
viamente a la autoridad de aplicación, que tendrá un plazo perentorio para expedirse,
fundamentando técnicamente la autorización o no de la modificación. Las municipa-
lidades comunicarán a la autoridad de aplicación las solicitudes de permisos para obras
en inmuebles que figuren en el registro del patrimonio cultural provincial.

Artículo 23º- El Poder Ejecutivo Provincial se acogerá a los beneficios de los tratados
y convenios internacionales, suscriptos por la República Argentina con otros estados o
entes internacionales, aplicables a las exportaciones ilícitas de los bienes inscriptos en el
30
Capítulo 1 Ley.
registro del Patrimonio Cultural de la provincia, para posibilitar la recuperación de los
bienes que hubieran salido ilegalmente del país.

Capítulo IX

Beneficios Fiscales e Impositivos.

Artículo 24º- Quedan exceptuados de impuestos y tasas provinciales todos los bie-
nes muebles e inmuebles registrados como pertenecientes al patrimonio cultural de
la provincia, como así también de las tasas municipales, cuando las municipalidades
hayan adherido al régimen de la presente Ley.

Capítulo X

De las Infracciones

Artículo 25º- Las personas de existencia visible o los responsables legales de la existen-
cia ideal que infrinjan la presente Ley serán sancionadas con multas de entre trescientos
pesos ($300) hasta treinta mil pesos ($30.000), de acuerdo al grado de participación,
gravedad de la infracción cometida y reincidencia, sin perjuicio de las sanciones que
pudieran corresponder si el hecho constituyere delito.
(Texto según Art. 7º- Ley 6.133)
Artículo 26º- Las municipalidades de la provincia podrán adherirse a lo establecido
en la presente Ley.
Artículo 27º- Derogase toda otra disposición que se oponga a la presente Ley.
Artículo 28º- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Dada en el recinto de sesiones de la Honorable Legislatura, en Mendoza a los diez días
del mes de junio de mil novecientos noventa y tres.7

7
Dirección de Patrimonio Cultural de la Provincia de Mendoza, ley Nº 6.034
31
32
Capítulo II

El Huarpe antes de la conquista.

33
Capítulo 1 1

34
Capítulo 1 1
El Huarpe antes de la conquista.

Aspectos Generales.

La región* cuyana* estuvo habitada, antes de la llegada de los españoles, por una
sociedad autóctona que dejó su impronta en el territorio cuyano, tanto por su forma
de vivir, de cultivar la tierra, de regar sus cultivos, como por su forma de manifestar sus
creencias, su espiritualidad, etc.. Nos estamos refiriendo a la comunidad “Huarpe”.
Cuando se habla de “huarpe” se hace referencia a la comunidad aborigen* que habi-
taba la región cuyana a la llegada de los españoles. Su dominio se extendía desde el río
Jáchal de San Juan, al norte; hasta al río Diamante de Mendoza, al sur; y desde el valle
de Conlara (Prov. de San Luis), al este; hasta la Cordillera de los Andes, al oeste. Esta
era, básicamente, el área de distribución huarpe.

HUARPE

Comunidad aborigen que habitaba cuyo a la llegada del español.

Pero no se puede otorgar esa denominación a todos los grupos que habitaron o
pasaron por este territorio en la prehistoria.
Se dice “prehistoria” porque si la historia comienza con la escritura, entonces en la
región cuyana la prehistoria se mantuvo hasta la llegada del español, a mediados del
siglo XVI.
Considerando que la cultura huarpe, como muchas otras, era ágrafa entonces se dice
que pertenece a la prehistoria; por no poseer registros escritos sobre su cultura. A
partir de esto, todo lo que se conoce sobre ellos deviene de los documentos, registros o
crónicas de la época colonial, de los estudios realizados por sacerdotes evangelizadores,
como el padre Luis de Valdivia, el padre Ovalle o el padre Lizárraga, entre otros, que
son las crónicas que hoy estudian los investigadores, cuyos trabajos representan la base
de la presente compilación.
Si bien cuando llegan los españoles encuentran habitando en la mencionada región a
ésta comunidad denominada huarpe, no se puede afirmar que todo resto arqueológi-
co encontrado en la zona les corresponda, ya que el huarpe pertenece a un grupo agro
alfarero tardío, y anterior a ese período se encuentra otro llamado agro alfarero medio,
y anterior a este; y asociado a los primeros pobladores de cuyo se encuentra el período
agro pastoril temprano, que data de gran antigüedad.

35
Capítulo 1 1

Períodos Históricos

• Agro Pastoril Temprano: Primeros pobladores de cuyo, nómades, cazadores y


recolectores. Es el período de mayor antigüedad, 10.000 A.P.

• Agro Alfarero Medio: Cultura de Agrelo, agricultores, sedentarios. Cerámica gris


incisa. Siglo V-XIV.

• Agro Alfarero Tardío: Cultura de Viluco, agricultores, sedentarios. Período


relacionado a la cultura huarpe. Cerámica polícroma. Es
el período más reciente. Siglo XIV-XVII.

36
Capítulo 1 1
Distribución Geográfica.

Los huarpes se dividieron en tres subgrupos según su distribución geográfica:


• Los Huarpes Millcayac, en el actual territorio de Mendoza.
• Los Huarpes Allentiac, en el actual territorio de San Juan.
• Los Huarpes Puntanos, en el actual territorio de San Luis.

A su vez, estaban divididos en cuatro grandes asentamientos, determinados por las


condiciones favorables del medio, ubicados en las cuencas de los valles formados por
los ríos. Así, se encuentran los siguientes asentamientos:

1. Tucuma o Caría: Con dialecto huarpe Allentiac. Situado en el valle que forma el
Río San Juan. Donde en 1562 se funda la Ciudad de San Juan de La Frontera
(hoy San Juan).
2. Guentota o Cuyo: Con dialecto huarpe Millcayac. Donde en el año 1561 se
funda la Ciudad de Mendoza. En las márgenes del río Mendoza, comprendiendo
los terrenos donde hoy se emplazan Ciudad, Luján de Cuyo y sus alrededores.
De esta zona es oriunda la cerámica conocida como Cerámicas de la Cultura de
Agrelo, llamadas así por ser encontradas, las primeras, en esa localidad del depar-
tamento de Luján de Cuyo, Mendoza.
3. Uco - Jaurúa: Con dialecto huarpe Millcayac. Asentamiento que se emplazaba
en las márgenes del río Tunuyán, donde hoy lo hacen los departamentos de Tu-
nuyán, Tupungato y San Carlos. De ésta zona es oriunda la cerámica conocida
como Cerámicas de la Cultura de Viluco, llamadas así por ser encontradas, las
primeras, en la localidad de Viluco, departamento de San Carlos, Mendoza.
4. Guanacache: sentamiento conformado por el extenso complejo lacustre y palus-
tre de Guanacache. Conocido como el complejo de los Huarpes Laguneros. Un
verdadero oasis en el desierto.

Si bien se presentan todos los asentamientos huarpes, en éste material se describen


únicamente los de la provincia de Mendoza.
Los valles de Caría y Guentota, fueron descubiertos por Don Francisco de Villagra
en 1551, quien venía desde Perú por el camino serrano, trayendo material humano
con destino a Santiago de Chile, para el trabajo en las minas y otros menesteres.
En esa ocasión reconoció el territorio y sus pobladores, y llevó algunos huarpes a Chi-
le; diez años más tarde volvió con órdenes de fundar las ciudades de Mendoza (1561),
en el Valle de Guentota; y de San Juan de la Frontera (1562), en el Valle de Caría; y de
poblar el territorio. De ésta manera, se establecen los primeros españoles en los valles
más importantes del territorio Huarpe.
37
Capítulo 1 1

Cultura Huarpe, ubicación en Mendoza.


Etimología*
El término “huarpe” parece derivar de su divinidad principal, el dios Hunuc Huar.
Quien, según creencias huarpes, moraba en la montaña.
HUAR PE

Proviene de la divinidad Indica parentesco.


Hunuc Huar.

De acuerdo a esta referencia, puede interpretarse que se consideraban parientes de esa


divinidad, tal así su traducción: “Parientes de Huar”.
Aspecto Físico.
En cuanto a su aspecto físico se encuentran algunas diferencias de opinión en los
distintos autores consultados, sin embargo la mayoría coinciden en que se trataba de
un tipo delgado y estilizado, de piel oscura, cabello negro, lacio y largo; los hombres lo
usaban hasta los hombros y las mujeres más largo, tenían la costumbre de adornarlo
con plumas. Las mujeres, además, tenían la costumbre de pintar sus labios de color
verde, incluso a veces pintaban toda su cara.

Según el Padre Lizárraga, que hacia fines del siglo XVI atravesara el territorio huarpe,
afirma: “…estos indios físicamente son mal proporcionados y desvaídos…, las indias son de
38
Capítulo 1 1
mejor proporción”8. Estos datos deben interpretarse, según Canals Frau, como querien-
do decir que eran altos y delgados.
También el Padre Ovalle, dice a propósito de los Huarpes “…son de ordinario como
varales…” de altos, “…muy delgados y enjutos y crían muy poca carne…”9

Estas son las más antiguas descripciones, ya que se trata de clérigos que visitaron
Mendoza en los tiempos de la colonia y los vieron personalmente.

Según Roberto Bárcena, basándose en el estudio de cráneos y huesos largos de distin-


tos sitios de Uspallata, llega a las siguientes conclusiones:
“Se trata de individuos de mediana complexión, con cierta desarmonía entre miem-
bros superiores e inferiores, es decir con brazos cortos (miembros superiores) y piernas largas
(miembros inferiores). Su talla sería de media a baja 1,63m los hombres y 1,52m las mu-
jeres.”.10

Existen algunas particularidades sobre su aspecto físico que llaman la atención de


manera especial. Una de ellas es la antigua costumbre de la deformación craneana
intencional, en la cual se advierten dos tipos:
• Tabular erecta: Donde el cráneo se deforma hacia arriba, utilizando dos maderas
laterales sujetas por una bincha transversal. Así, el cráneo se volvía angosto y alar-
gado hacia arriba. Ésta fue la forma más común.

8
Canals Frau, Salvador, “Las poblaciones indígenas de la Argentina”, Ed. Sudamericana, 1953.
Tercera Parte, cap. II Los Huarpes de Cuyo, Pag. 376.
9
Idem anterior.
10
Bárcena, Roberto, “Antropología física del Valle de Uspallata, provincia de Mendoza”. Anales
de Arqueología y Etnografía. UNCuyo, Facultad de Filosofía y Letras, tomos XXIX-XXXI,
1974/76, pp. 149-157, 165-171.

39
Capítulo 1 1
• Tabular oblicua: Forma curvo-frontal. En éste caso el cráneo es llevado en forma
angosta y alargada, como el caso anterior, pero hacia atrás.

La costumbre de la deformación craneana no estaría extendida a la totalidad de la


población. Sólo se reservaría para ciertos individuos.

La otra particularidad mencionada es el uso de un elemento atravesado en el labio


inferior de la boca, llamado tembetá, el cual podía ser de material lítico (piedra) o
cerámico, por lo menos los encontrados en el territorio mendocino.
En realidad el tembetá, barbote o botón labial es una pieza que se usó y aún se sigue
usando por distintas agrupaciones humanas. Se emplea atravesado en el labio inferior
dejando visible parte de él mientras que el restante queda oculto entre la cara posterior
del labio y la encía.
La palabra tembetá deriva posiblemente, según Rusconi11, de “tembé”= labio, e
“itá”= piedra, es decir, piedra para el labio o piedra de labio. Aunque el autor no aclara
a que lengua corresponde el origen etimológico de esos términos.
El significado del uso del tembetá en cuyo parece haber estado vinculado a una indi-
vidualización jerárquica o distinción de poder, con la cual el individuo que lo portaba
quedaba distinguido permanentemente en vida, e incluso hasta después de fallecido
como lo revelan los hallazgos arqueológicos. Sin embargo, el tembetá ha sido y es aún,
empleado por individuos de distintas agrupaciones, a veces, carente de rango especial,
lo que hace asociar su uso al de una costumbre o una moda, pero evidentemente en
una proporción muy reducida.
Existen con distintos formatos y tamaños como se aprecia en las imágenes a conti-
nuación:

Fotografía tomada en el Museo America-


nista de Luján de Cuyo

Rusconi, Carlos, “Poblaciones Pre y Posthispánicas de Mendoza” Vol. I Etnografía, Imprenta


11

Oficial de Mendoza. 1961, pp. 527-559.


40
Capítulo 1 1
Fotografía tomada en el Museo Rusconi
de Maipú.

Fotografía tomada en el Museo Rusconi


de Maipú.

Clima.
Según los relatos citados por los investigadores el clima sería bastante parecido al que
se tiene hoy, con grandes diferencias de temperatura entre inviernos y veranos. Los
veranos muy calurosos con tormentas eléctricas y graniceras, truenos, rayos y cauda-
losas precipitaciones que se suscitan en esas mismas tormentas tan características de
la región cuyana.
Los inviernos son descriptos como fríos pero sin precipitaciones y soleados casi per-
manentemente por lo que son considerados como “templados”, a pesar de sus bajas
temperaturas.
Completan esta descripción las crónicas coloniales que figuran en el apéndice al final
de la edición.
Suelos.

La región ocupada por los huarpes se caracteriza por dos grandes elementos morfoló-
gicos que se mantienen a lo largo de toda el área de expansión de ésta comunidad: uno
montañoso, que ocupa la parte occidental del territorio, la Cordillera de Los Andes; y
otro deprimido, el llano, que ocupa la parte central y oriental.
También presenta gran importancia, por la extensión abarcada y los recursos gene-
rados, las Lagunas de Guanacache, que por aquella época abarcaban una extensión
importante en el sector noreste mendocino, donde hoy se ubica el desierto lavallino y
norte de los departamentos de San Martín, Santa Rosa y La Paz.
En las crónicas transcriptas al final de edición se hace referencia a la fertilidad de sus
tierras, especialmente de los valles de Guentota, Caria y el Valle de Uco, que, unido
al clima favorable, hacían posible el cultivo de todos los productos agrícolas europeos.
41
Capítulo 1 1
Fauna.

La fauna autóctona que existía en la región cuyana hacia la llegada del español, estaba
compuesta por especies como:

• Mamíferos: guanaco (Lama guanicoe), llama (Lama glana), puma, gato montés.
• Aves: avestruces (Rhea americana), ñandú, perdiz y otra especie similar que lla-
maban “francolines”, pájaros en general, patos (también llamados “anades”), éstas
eran las especies que los aborígenes cazaban, también cóndor, águila de la sierra,
carancho, tero, jotes y chuñas.
• Peces: truchas que se pescaban en ríos y lagunas, principalmente en el complejo
lacustre de Guanacache, así como también el bagre.
• Roedores: chinchillón, tuco tuco, cuis, mara, vizcacha y ratones.
• Ofidios: yarará, boa de las vizcacheras y coral.
• Marsupiales: achocaya o ratón del palo.
• Endentados: el piche, el mataco, el pichiciego.
• Invertebrados: escorpión, el grillo topo, la chinche de agua y el cangrejo de río.
• Insectos: diversos tipos como mosquitos, tábanos y chinches.

Flora.

• Entre las especies vegetales predominantes en la región12 se encuentran:


• Albaricoque (Ximenia americana), comestible y tintórea
• Algarrobos (Prosopis flexuosa), comestible
• Alpataco (Prosopis alpataco), comestible
• Amor seco (Bidens pilosa), colorante/tintórea
• Atamisque (Atamisquea emarginata), comestible
• Caldén (Prosopis caldenia), comestible
• Chañares (Geoffrea decorticans), comestible
• Chilca (Beccharis salicifolia), planta tintórea
• Fique (Flaveria bidentis), tintórea
• Jarilla (Larrea cuneifolia), uso medicinal
• Jarilla (Larrea nitida), uso colorante
• Molle (Schinus polygamus), comestible

12
Rusconi. Opt. Cit., pag. 255-268.
42
Capítulo 1 1
• Papa silvestre (Arjona andina), comestible
• Piquillín (Condalia microphylla), (Condalia lineada), comestible
• Raíz de teñir (Relvunium richardianum), planta tintórea
• Retortuño (Prosopis estrombulifera), planta tintórea
• Yerbamota (Mentha aquatica), planta tintórea
• Zulupe (Ephedra ochreata, E. andina, etc.), comestible.

Dentro de las especies mencionadas, las llamadas tintóreas, eran utilizadas por las
mujeres huarpes para teñir sus lanas y, a veces también, los cueros con que confeccio-
naban sus vestimentas. Con las lanas, además de confeccionar la vestimenta, también
la usaban para decorar la cestería que también ellas realizaban, con gran belleza estética
más allá de la maestría expresada en el manejo de las técnicas de elaboración.

Además de las especies mencionadas, también se conoce la existencia de juncos (Spo-


roborus rigens) y totoras en las zonas laguneras de Guanacache, también comestibles
en ocasiones, como se aprecia a continuación:

“En otras annuas seha escrito el buen natural yCapacidad de los yndios de estas lagunas
y Su avitación q es junto aellas, o dentro de unas yslas, su sustento es Rayses, y Pescado….”.

“Los indios de cuyo vivían en las riberas del lago o errantes por los campos…..Se alimen-
taban los más de la caza; en vez de pan comían raíces de juncos endurecidas al sol; también
peces y otras cosas que arrojan las aguas….”.

43
Capítulo 1 1

Aspectos Culturales.

Organización Política y Social. una serie de requisitos para ello, que


tienen más que ver con usos y cos-
La sociedad huarpe se organizaba tumbres europeos que con las con-
en grupos o parcialidades, relativa- cepciones de aborígenes americanos
mente pequeñas, alrededor de 40-50 y específicamente cuyanos.
personas, establecidos en una por- En cuanto al matrimonio, el hom-
ción de territorio determinado, don- bre al casarse permanecía en el grupo
de también se realizaban las tareas de y territorio del cual era miembro, al
cultivo, recolección, caza, pesca, etc. que se adherían la esposa y los hijos
La comunidad estaba constituida que tuviesen.
por familias, que eran el fundamen- La esposa era comprada a su familia
to básico del grupo. Cada miembro y el pago podía efectuarse con bienes
estaba sujeto a la autoridad del caci- o en servicios a su familia durante un
que. El alcance de este dominio era tiempo determinado. Este hecho,
más bien laxo, no obligaba más que sumado a que además debía mante-
a una cierta obediencia y al servicio ner a la esposa y a los hijos, limitaba
personal fundamentalmente en el en cierta medida la cantidad
trabajo de la tierra, ya que existía la de esposas que el hombre podía
posibilidad de que el miembro que adquirir, razón por la cual, la forma
no estuviera conforme cambiara de de matrimonio más común entre los
grupo. huarpes era la monogamia. Aunque,
En la actualidad se considera dudo- entre algunos pocos caciques existía
sa la afirmación de la propiedad del la poligamia.
cacique sobre el territorio que ocupa- Una vez casada, la mujer se trasla-
ba un determinado grupo. Más bien, daba al lugar de donde proviene su
se cree que era respetada la zona de esposo y allí se establece la residencia
cultivo y/o recolección de ese grupo, familiar, es decir que en la sociedad
por los otros grupos o parcialidades, huarpe el domicilio de la familia era
pero no porque tuvieran una concep- patrilocal. También se aprecia que la
ción de “propiedad” sobre ese territo- mujer, una vez casada, si no se llevaba
rio, como se tiene en la actualidad. bien con su marido, solía abandonar-
Así como también es dudosa, en la lo y volver con su familia de origen,
actualidad, la suposición de la heren- incluso llevando a sus hijos.
cia del cacicazgo por vía masculina y Con respecto a la carga, literal, de

44
Capítulo 1 1
los hijos; existe una costumbre que divinidades siderales como el sol, la
debe mencionarse, es la de llevar a luna, el lucero de la mañana, y por
sus bebés, las mujeres huarpes, en divinidades telúricas como los cerros
cunas suspendidas de su frente, he- y los rayos.
chas de mantas sujetas a la frente de Hunuc Huar moraba en la cordi-
la madre con una bincha y cuyo peso llera, según sus creencias; a él ren-
soportaba la espalda. Similares a las dían culto a través de ofrendas como
que en la actualidad puede obser- maíz, chicha, plumas de avestruz,
varse en algunas comunidades boli- etc., productos naturales de la región
vianas, donde los niños son sujetos cuyana. Las ofrendas se realizaban a
con mantas a la espalda de la madre través de la acción de arrojar al aire
pero, en éste caso, ubicados en forma el tributo. El motivo de las mismas
oblicua a la espalda y atada la manta era conseguir favores como salud,
sobre un hombro. En el caso de las agua, lluvias, pasar la cordillera con
mujeres huarpes, esas cunas eran sus- éxito hacia el lado chileno, etc. En
pendidas de su frente. general, todos los pedidos estaban
Otra característica importante del relacionados con la subsistencia y la
matrimonio en la sociedad huarpe superación de adversidades.
la constituye la práctica del levira- Tenían la creencia de que al morir,
to, que consiste en la costumbre de el alma del ser, emprende un via-
que el hombre se casaba con la viuda je hacia la cordillera, para morar en
de su hermano, a la muerte de éste. ella junto a Hunuc Huar. Por ello en
Teniendo en cuenta éste aspecto se las prácticas mortuorias los difuntos
comprende que en lengua allentiac eran sepultados en posición alarga-
existe la misma denominación para da y con la cabeza orientada hacia la
“hijo” que para “sobrino”: “llahue”, cordillera, junto al cadáver se coloca-
ya que los sobrinos se consideraban ban sus efectos personales, alimentos
como hijos probables o virtuales, y bebidas, para que sirvan al difunto
ante la posibilidad del matrimonio en su viaje al más allá.
entre cuñados. Cabe destacar un elemento impor-
Otra costumbre de la misma índo- tante dentro de la religión huarpe
le era la del sororato, consistente en como son las ceremonias.
el matrimonio del viudo con la o las Estas podían tener dos finalidades:
hermanas de su mujer. En un senti- • Mágico- Religiosas.
do estricto, las heredaba como espo- • Fúnebres.
sas a la muerte de su mujer.
Mágico-Religiosas.
Religión
En ambas se reunía a toda la comu-
Se sabe que tenían el concepto de nidad, e incluso podían ser invitados
un Dios Supremo, al que llamaban miembros de otras comunidades ve-
Hunuc Huar, que era asistido por cinas, como en el caso de las ceremo-
45
Capítulo 1 1
nias mágico-religiosas que se realizan compás de una música de percusión
de la siguiente manera: (tambores).
El anfitrión de la reunión era el caci- Los muertos eran enterrados direc-
que y podían asistir miembros de co- tamente en la tierra y a escasa pro-
munidades vecinas. A la ceremonia fundidad, generalmente en posición
eran invitados solamente hombres. decúbito dorsal (boca arriba), con
El recinto donde se realizaba la cere- orientación oeste-este, la cabeza
monia era construido para ese fin, en orientada hacia la cordillera donde
forma circular con varias aberturas al moraba Hunuc Huar, su principal
exterior. El desarrollo de la ceremo- divinidad, y hacia donde emprendía
nia abarcaba alrededor de cuatro días el viaje al más allá, el difunto, junto a
y se caracterizaba por los excesos, a su divinidad benefactora.
través de la abundante ingesta de ali- Los cuerpos de los difuntos eran
mentos y bebidas que llevaba a los envueltos en cueros cocidos entre
participantes a un estado de ebrie- sí o en mantas de lana sujetas con
dad en el que permanecían durante cordones de lana, fibra vegetal o pelo
toda la reunión. Eran provistos de humano.
alimentos y bebidas en forma perma- Junto al cadáver se depositaban sus
nente por las mujeres, quienes tenían objetos personales y alimentos como
prohibido mirar a los hombres cuan- maíz y chicha, que debían servir al
do ingresaban al recinto, la omisión difunto como provisión en su viaje al
de este mandato implicaba “pena de más allá. Los parientes observaban
muerte” para aquella de desobedecie- duelo pintándose la cara y permane-
ra. También consistía en la danza al ciendo algún tiempo sin lavársela.
son de los taquíes, la cual se desarro-
llaba en forma permanente al igual Ofrendas Humanas.
que la ingesta de comida y bebida.
Durante la ceremonia se presentaba Distinto era el caso de las ofrendas
a los niños en comunidad por lo que humanas (sacrificios), que se hacen
puede interpretarse, desde la óptica presentes desde la llegada de los pue-
de Michieli, como un rito de inicia- blos andinos del Perú (Incas). En
ción. éste caso, los restos humanos apa-
En el apéndice del final de edición recen acompañados por un ajuar
figura la crónica que completa esta compuesto por vestimenta, atavíos
descripción. que acompañan la vestimenta como
prendedores, plumas de aves y otros
Fúnebres adornos como collares de cuentas ce-
rámicas, moluscos u otros; también
En el caso de las ceremonias fúne- por objetos cerámicos (vasijas, keros,
bres, también congregaban a cier- escudillas, etc.), manos de moler de
to número de personas, donde se piedra, etc.. Ejemplo de este caso
hacían danzas e ingerían bebidas al son las diferentes “momias” encon-
46
Capítulo 1 1
tradas en santuarios de altura, en la mente. La desesperación del hom-
cordillera de Los Andes en las pro- bre por alimentar a su hijo lo llevó
vincias de Mendoza y San Juan, entre a ponerse al pecho al niño, del cual
otras. prodigiosamente brotó leche con la
cual pudo saciarlo.
En el apéndice del final de edición
aparece transcripta la crónica que re-
lata este hecho.

Otras leyendas encontradas en In-


ternet14 son las de El Viento Zonda
y La Flor del Aire, que se describen a
continuación:
Ajuar funerario de la momia del Cerro Acon- El Viento Zonda.
cagua. La momia fue descubriera en forma
fortuita por turistas en 1985, en el Cerro
Aconcagua, a 5.300 m. de altura. Los turistas En las provincias argentinas de
dieron aviso a las autoridades haciendo posible Mendoza y San Juan, en el período
la recuperación de una parte muy importante de los meses que va de agosto a di-
del pasado en tierras cuyanas. ciembre, corre algunas veces y depen-
Fotografía tomada en el Museo de la Facultad diendo de los caprichos del clima, un
de Filosofía y Letras de la UNCuyo.
viento caliente y seco que se origina
Leyendas. en el Océano Pacífico. Este viento
corre llevando aire húmedo y fresco,
Entre las más antiguas leyendas vin- que produce nevadas y lluvias en el
culadas al pueblo huarpe, de las que lado chileno de la cordillera y parte
ha quedado registro, se conoce una del lado argentino.
que data de la segunda mitad del si- Sin embargo, al bajar a los llanos,
glo XVI13. por un efecto termodinámico, el aire
El relato transcurre en las cerca- se comprime y calienta, y sopla en
nías de la ciudad de San Juan de la los valles de la región argentina con
Frontera (Valle de Caria), y narra las ráfagas fuertes y violentas, que pro-
vivencias de una pareja de indígenas ducen muchas veces destrozos en las
que poseían un algarrobal a cinco poblaciones, además de producir en
leguas del Valle de Caria (25 Km., los pobladores problemas médicos,
aprox.), quienes estando en camino sobre todo a la gente que sufre asma
desde esta ciudad al algarrobal deben o alergias. Este viento es conocido
detenerse para dar a luz, la mujer, a como Viento Zonda. La leyenda que
un varón, muriendo ella posterior- explica los orígenes de este viento tie-
13
Michieli, Catalina T., 1983. Opt. Cit. Pág. 208.
14
Sobre Leyendas: leyendas, misterios sin resolver, mitología. Autor: Ma. Cielo Aguilera.
47
Capítulo 1 1
ne su origen en el pueblo de los in- desobedecido su consejo, condenó a
dios huarpes. Gilanco y a su pueblo a sufrir los em-
Hace muchos años, los integran- bates de un viento rastrero y caliente
tes de esta tribu eran agricultores y como el infierno, que los ahogaba en
cazadores, y también vivían gracias tierra e incendiaba los campos y que-
a la recolección de frutos silvestres. maba las chacras, cuya fuerza volaba
De entre ellos, había un joven in- los ranchos, mataba a los viejos y en-
dio llamado Gilanco, que sobresalía loquecía a los jóvenes…”
entre todos sus compañeros por sus
habilidades en la caza con el arco y
la flecha; no había nadie en la tribu
que poseyera una mejor puntería.
Su único defecto era su soberbia, que
lo empujaba a cazar animales en de-
masía, sólo para vanagloriarse de su
destreza.
Un día, mientras el joven descan-
saba luego de una jornada de caza
innecesaria, se le apareció la Pacha-
mama envuelta en un fuerte viento, El Nacimiento de La Flor del Aire
enojada por su proceder. Allí le pre-
vino de que si seguía matando tan- “Esta leyenda pertenece a la pro-
tos guanacos por diversión, pronto vincia de Mendoza, en la República
desaparecerían de la faz de la tierra y Argentina, y cuenta el origen de una
ya no habría más pieles ni carne para bellísima flor autóctona de la región.
nadie; y lo amenazó con un castigo Cuenta la historia que una indieci-
si no cejaba en su empeño de matar ta huarpe subía abnegadamente uno
animales sólo por diversión. Luego, de los cerros buscando a su madre,
el espíritu de la Madre Tierra desapa- llamándola a gritos. ¿Dónde estaba la
reció tal como había llegado. madre?, la que era una esbelta india
Gilanco, no obstante, no tomó en huarpe, buena como la tierra. Hacía
cuenta sus palabras, y no sólo no muchas lunas que esperaba a su es-
abandonó sus costumbres, sino que poso, un hábil cazador de guanacos,
además de guanacos, emprendió pero no había vuelto.
también la caza de liebres, vizcachas, Ahora la madre yacía tumbada entre
piches, y cuanto animal se cruzara en las piedras de un despeñadero. Nadie
su camino. podía socorrerla, y ya en las cercanías
Pasado un tiempo, la Pachamama de su muerte, rogó a Hunuc Huar15
volvió a aparecérsele, y, por haber que protegiese a su hijita de todo pe-
15
En la leyenda de la página Sobre Leyendas dice que rogó a Ten Ten, sin embargo; en ninguna
otra fuente consultada aparece el nombre de esa divinidad entre los huarpes, por lo que se deduce
48
Capítulo 1 1
ligro. Y le pareció que la Divinidad Viento, exclamaba ¡Yo la alimenta-
había asentido. Entonces se quedó ré, yo la sostendré! Los chañares la
quieta para siempre, entregando su abanicaron con sus guirnaldas ama-
alma a Dios. rillas. La descubrió primero la ca-
La pequeña se acurrucó debajo de landria, y se lo comentó al colibrí, y
un chañar, sobre una mata florecida ambos le cantaron al unísono.
de azaleas. La noche se llenaba de Desde entonces, en las quebradas
formas extrañas, de remotas quejum- del monte, en los jarillales rústicos,
bres, de altísimas estrellas, de pisa- la Flor del Aire surge como un lirio
das sigilosas. La indiecita se había de nieve, como un copo de luna, en
adormilado. Por un momento, se su abnegado trono de puerco espi-
acallaron las quejas, pero…Muy cer- nes. La Divinidad, porque es eterna,
ca de la niña rondaba sigilosamente cumplirá eternamente su promesa.”
una pareja de pumas. ¿Acaso el Gran
Dios no había escuchado la súplica
de la madre?
Pero los ojos de los búhos se agran-
daron de asombro, allí, entre los
matorrales, algo se movía. Era una
procesión de puerco espines que ro-
dearon el cuerpecito de la niña, cava-
ron un poco de tierra a su alrededor
y se afirmaron en ella como champas.
Cuando los felinos intentaron acer-
carse, una tosca trinchera de púas se
erizaba junto a sus patas, junto a sus Mito de la Lagunas.
hocicos. Por su parte, las chumbe-
ras arrojaban al momento sus higos “Existe un mito de la Laguna del Ro-
belicosos y los cardones rígidos, la sario: “La madre del agua”. Esta era
espinosa carnaza. En su refugio ines- una mujer hermosísima, mitad huma-
perado, la indiecita dormía soñando no y mitad animal acuático, que salía
con su madre. del agua, se sentaba entre las piedras y
De pronto, una blancura lunar des- peinaba su largo cabello con un peine
cendió sobre ella. Su tez se tornó de oro.
blanca como la nieve de la sierra cer-
cana. Su cuerpecito se fue haciendo Mientras se peinaba, dejaba en una
cada vez más de nieve, cada vez más de las piedras un precioso rosario, tam-
de luna. Y a su contorno y a sus pies bién de oro, que siempre llevaba entre
se entrecruzaba un cerco de garfios sus dedos. Esta joya despertó la ambi-
tenaces. ción de unos hombres que acordaron
Mientras, la Madre Tierra decía: en quitárselo. Caminaron en puntas de
¡He aquí una nueva flor! El Padre pie hasta donde ella estaba, y cuando
49
Capítulo 1 1
iban a apoderarse del rosario, la madre El idioma “…consta en general de
del agua escuchó, recogió su rosario y una serie limitada de palabras pri-
se zambulló rápidamente en la lagu- marias monosilábicas, bisilábicas
na. De inmediato se produjo como un o trisilábicas. Para la expresión de
terremoto, que levantaba las aguas en conceptos más complejos el recurso
grandes borbollones, como si estuviera utilizado es la aglutinación median-
hirviendo, mientras saltaban piedras te la yuxtaposición de palabras; este
de todas partes. Los que intentaron ro- recurso es aplicado tanto a la forma-
bar salieron huyendo, asustados por lo ción de sustantivos y adjetivos como
que suponían un castigo divino. de verbos, en los cuales existe la yux-
taposición de distintas raíces o de
Esta fue la última vez que apareció la raíces con sustantivos, adjetivos o ad-
madre del agua, que retornó ofendida verbios. En algunos casos se emplea
a sus dominios, pero el recuerdo de su la duplicación de una palabra prima-
rosario perdura en el nombre de las la- ria para variar el significado o enfa-
gunas”16 tizarlo. También los giros adverbia_
les se forman por aglutinación. La
Idioma. funcionalidad de este recurso propio
del idioma huarpe permitió a Valdi-
El idioma de los huarpes consta de via valerse del mismo para la creación
dos dialectos hablados en dos áreas de conceptos y verbos abstractos o de
de distribución: naturaleza religiosa para la transmi-
sión de las ideas católicas.
el allentiac era hablado en los valles
sanjuaninos hasta cerca de Jáchal, y Los accidentes gramaticales de gé-
el millcayac se extendía por los valles nero, número y caso o función de las
mendocinos, hasta el río Diamante. partes de la oración en los sustantivos
y pronombres, así como voz, tiempo,
En éste aspecto en particular, por número, persona y forma interroga-
tratarse de un tema “delicado”, se tiva en los verbos se expresan por el
transcribe la descripción “textual” agregado de partículas determinadas
como la expresan los investigadores o desinencias. Los adjetivos, adver-
consultados sin agregar otras aprecia- bios, preposiciones y conjunciones
ciones, a fin de evitar confusión en son invariables. Existe también una
el lector. serie de partículas que modifican el
significado de la acción del verbo y se
Características Generales del Idio- usan antepuestas, pospuestas o inter-
ma Huarpe: puestas; en este caso se ubican tam-
16
Katzer, Leticia “Comunidad, territorio y propiedad: Los huarpes en el desierto de Lavalle”.
Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Cs. Naturales y Museo, Laboratorio de Investi-
gaciones en Antropología Social. Pág. 3

50
Capítulo 1 1
bién las correspondientes a la forma- En este lenguaje los adjetivos y
ción de oraciones negativas. pronombres (que cumplen función
adjetivadora) se anteponen a los sus-
Puede resumirse que la principal tantivos. Las funciones de cada par-
característica de la morfología del te de la oración están generalmente
idioma huarpe es el empleo de recur- señaladas por sufijos que no son otra
sos tanto aglutinantes como flexivos cosa que preposiciones colocadas a
para la formación de palabras. continuación de la palabra que mo-
difican; en el caso de oraciones con
Para tratar de reproducir la fonética verbo en voz activa las preposicio-
huarpe…pueden seguirse las normas nes correspondientes a la función de
de pronunciación española en gene- complemento directo…pueden omi-
ral… tirse. Los elementos que cumplen la
función de complementos (directo,
Con respecto a la acentuación, el indirecto o circunstancial) se antepo-
padre Valdivia dejó establecidas en nen al verbo, por lo que éste gene-
su Gramática algunas normas muy ralmente ocupa el último lugar en la
generales. En el dialecto millcayac oración. El complemento directo es
la acentuación se realizaba en la pe- el que se ubica inmediatamente antes
núltima sílaba en el caso de los sus- del verbo en la mayoría de los casos,
tantivos; en cambio los adverbios y antecedido a su vez por el comple-
“partes indeclinables” se acentúan en mento indirecto y el o los comple-
la última sílaba. mentos circunstanciales. Cuando el
También llevaban acentuación en sujeto de la oración es un pronombre
la penúltima sílaba los verbos en pri- personal, éste va tácito ya que las desi-
mera persona singular y segunda per- nencias verbales determinan número
sona singular y plural del indicativo, y persona por sí mismas; en otros
mientras que los restantes en la an- casos la existencia de un pronombre
tepenúltima. En la última sílaba se personal, que implique transición de
acentuaban las formas del imperativo una persona a otra, prefijado a la raíz
y algunas del infinitivo y gerundio. verbal, hace que sea innecesaria la
En el allentiac las normas de acen- desinencia correspondiente a perso-
tuación variaban ligeramente, siendo na y número y se exprese solamente
la más importante la acentuación en la referida a tiempo.”17
la última sílaba de los sustantivos y
la mayoría de los verbos, salvo en el
indicativo, que se acentuaban en la
penúltima sílaba…
17
Michieli, Catalina Teresa “Millcayac y Allentiac: Los dialectos del idioma huarpe”. Publica-
ciones 17, 1990. Universidad Nacional de San Juan, Facultad de Filosofía, Humanidades y
Artes, Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo, pp. 16-19.
51
Capítulo 1 1
Canals Frau hace un grupo con ambos dialectos, y además supone que se
relacionan con el antiguo puelche, hablado antes de la araucanización del
territorio.
Algunos términos en la lengua huarpe y su traducción:18

“Aca, hah” Agua


“Acasllahue” Hija (allentiac)
“Anotague” Unidad de medida
“Ar” Alma
“Axe” Mujer
“Ca” Tú
“Carigue” Blanco
“Conguí” Gran
“Comague, Comogue, Pente o Petal” Pariente-parentesco o linaje
“Cu” Yo
“Curuc” Pie
“Cuyo- Cuyum” País de los desiertos o país de las arenas
“Cuyunches” o cullunche Gente del país de los desiertos
“Chalí” Flecha
“Challu” Suegro (allentiac)
“Chaquira” Pequeña piedra de color brillante
“Che” Mes, Luna
“Chuma” Bebida
“Ep” Él
“Ezatague” Unidad de peso
“Guanacache” Hombre que admira el agua que baja
“Guaraz” Serrano
“Guay” Lugar
“Guaymallén” Lugar de ciénagas
“Guaymaré” Nombre de un cacique
“Guazá” Perro
“Gultut” Cuatro
“Hacot” Estrella
“Hana” El demonio
“Hane” Algarrobo
“Hia o Llahue” Hija, hijo
“Hokot” Estrella

18
Michieli, Teresa. Idem anterior.
Prof. Godoy, Ma. Verónica “Los Huarpes y su Cultura”. 2000, Ed. Tintar. Pp. 77-81

52
Capítulo 1 1
“Honom” Patillo de agua
“Huinca” Al principio los indios llamaban
así a los blancos (enviados de Dios)
después significó para ellos
“hombre malo” (vocablo de
origen araucano).
“Hunuc Huar” Dios que habita en la Cordillera
“Hussú” Avestruz
“Hutu” Casa
“Ikaa” Uno
“Iturum” Hierbas medicinales
“Ketek” Fuego
“Lanca” Planicie
“Llahue” Hijo o sobrino (allentiac)
“Lpe” Dedo
“Mañeguina” Deber
“Mataque” Cosa para decir
“Mayu” Color blanco
“Millcayac” Dialecto huarpe hablado en Mendoza
“Muday” Chicha de maíz tostado y machacado
“Mutu” Mano
“Nanat” Lengua
“Nemina” Comer
“Neu” Ojo
“Nev” Antes
“Nunum” Hechicero
“Orok” Cinco
“Pacucha” Potentes cucharones de madera, hechos
para gustar o embriagarse de una sentada.
“Paintek Takot” El lucero de la mañana
“Pecne” Madre
“Pecñacze” Nieta (allentiac)
“Pente” Pariente (allentiac)
“Peñeñe” Hermano menor
“Peqlte” Tío (allentiac)
“Pera” Hermano mayor (allentiac)
“Pia” Padre (allentiac)
“Pincanta” Hermano (allentiac)
“Piña” Hermano menor (allentiac)
“Pifillka” Flauta (vocablo de origen araucano)
“Por” Arco
“Potú” Río
53
Capítulo 1 1
“Prri” padre
“Prou” hermano mayor
“Pukios” vertiente pura y cristalina
“Pultun” tres
“Pusgualta” cumbre de monte
“Puxcu” hermana
“Telag” maíz
“Tentayag tela” valle de lágrimas
“Teta” tierra
“Tete” año
“Tex” diente
“Toko” piedra
“Totom” brasa
“Tunuyán” tierra de temblores
“Ulpo” néctar de algarroba fermentado, bebi-
do en porrones de greda
“Valle de Uco” Uco deriva del nombre cacique Cuco
“Xama” palabra, ley, cosa
“Xoro” oreja
“Xumec” sol
“Xur, cum” chico
“Yal” lobo
“Yam” hombre
“Yelap” animales en general
“Yemen” número dos
“Yole” vasos tejidos de paja muy fina, que no
dejaban escurrir el agua
“Zallanca” nombre de un cacique
“Zaszasnegrui” rojo
“Zekech” pájaro
“Zuru” pescado
Numeración

Según algunos autores, los numerales son de tipo quinario-decimal19:

Sólo tenían nombres específicos los números de 1 a 5, mientras que para


los restantes se agregaban las unidades al cinco; para el número diez se usaba

19
Michieli, Teresa “Millcayac y Allentiac: Los dialectos del idioma Huarpe”. 1990. Pág. 34

54
Capítulo 1 1
la palabra “mano” entendiéndose así los diez dedos, y el número cien era al
parecer de origen quechua “pataca”.

Millcayac:
1- Ikaa
2- Yemen
3- Pultun
4- Gultut
5- Orok
10- Mutucum
100- Pataca

Aunque según otros autores20, el sistema en realidad sería senario- decimal:

Los numerales son simples hasta el cinco, luego el seis parece estar consti-
tuido con la terminación uno en su final, pero denota una mezcla; siete, ocho
y nueve en allentiac se hacen con una terminación (qlu y qleu) que significa
“sobre”, “encima”, que para éste autor se trata de una construcción sobre el
seis.

Allentiac Millcayac

1. Lcaa, Ica 1. Ichaca


2. Yemen 2. Yemen
3. Itan, Itun 3. Pultun
4. Tut 4. Gultut
5. Horoc 5. Oroc
6. Zhillca 6. Zhillca
7. Yemenqlu 7. Yemen zac
8. Itunqleu 8. Pura (del araucano)
9. Tutqleu 9. Ichaca cay mu tucum
10. Tucum 10. Mutucum (las manos)
11. Ica tertecta 11. Ichaca qlu mutucum
12. Tucum tayemen 12. Yemen qlu mutucum
20. Yemen tucum 20.Yemen mutucum
100. Pataca 100. Pataca
1.000. Tucum pataca 1.000. Mutucum pataca

20
Ibarra Grasso, Dick Edgar “Argentina Indígena y Prehistoria Americana”. Ed. TEA. Bs. As.
1991. Pág. 455

55
Capítulo 1 1
Economía.

En cuanto a la economía, entre los huarpes, era netamente de subsistencia,


a través de cinco actividades básicas: recolección, caza, pesca, agricultura y
ganadería.

1) Recolección:
La importancia de la recolección de las vainas de algarrobo dentro de la eco-
nomía huarpe queda de manifiesto en la existencia de bosques, llamados “al-
garrobales”, que eran propiedad de distintos grupos huarpes que se dedicaban
puramente a esta actividad y eran, por ello, llamados “algarroberos”. También
se recolectaban raíces de vegetales en las zonas de los pantanos, totoras, cha-
ñares, frutas de pencas (tunas), piquillín y molle.

Vainas del algarrobo.


2) Caza:
Los animales que cazaban eran prácticamente todos los de la fauna silvestre
de la región.

• Guanaco
• Liebres
• Perdices
• Avestruz
• Quirquincho
• Patos
• Aves en general

Para cazar se ayudaban con perros adiestrados para detener la caza, tam-
bién de unas bolas de piedra (bola huacha) atadas con tendones de camélidos
56
Capítulo 1 1
(guanaco) que, arrojadas con fuerza, se enredaban en los pies del animal,
derribándolo.
Además, eran prodigiosos rastreadores que alcanzaban a localizar lo que de-
seaban encontrar. Esto, unido a su agilidad y resistencia notables, les permi-
tía cazar a aquellos animales veloces como los guanacos. Para cazarlos, los
seguían al trote permanentemente durante toda la jornada o varias jornadas,
sin dejarlos parar, a comer o a beber, de ésta manera al cabo de un tiempo el
animal quedaba exhausto y débil, sin posibilidad de defenderse de su cazador;
así era atrapado fácilmente.

También disponían de arco y flecha y otras armas para la caza de animales,


y de la picardía de colocar calabazas descarnadas en las lagunas, que al cabo
de un tiempo ya no resultaban extrañas a los patos y confiados se acercaban a
picotearles cuando eran sorprendidos por los ingeniosos huarpes escondidos
debajo de las calabazas, dentro del agua; en ese momento el pato era tomado
por sus patas y rápidamente ahogado, de ésta manera no hacía ningún ruido
que pudiera alertar a los otros patos.

Guanaco.
Foto extraida de internet.

Patos.
Fotografía tomada en el Museo de Historia
Natural de San Rafael

57
Capítulo 1 1
3)Pesca:
Esta actividad se desarrolló principalmente en la zona lagunera de Guanaca-
che, de donde se extraían peces de muy buena calidad y muy sabrosos, como
la trucha, a la que los españoles describían de la siguiente manera: “…como
sábalos de Sevilla, pero mucho más regaladas, sin comparación, porque no
tienen espinas y son más delicadas y sabrosas y muy sanas.”21

Trucha – Fotografía extraída de Internet

Ahora también se sabe, a través de un estudios muy recientes, que muy


cerca de la ciudad de Mendoza, antes Valle de Guentota, hacia el este;
donde hoy se encuentran los distritos de Bermejo, Colonia Segovia y Ro-
deo de la Cruz, de Guaymallén; se encontraba una ciénaga, con pequeñas
lagunillas, pantanales y medanales, muy similares al paisaje que ofrecían
las Lagunas de Guanacache, en ellas podía encontrarse también la pre-
sencia de peces como en las Lagunas: truchas, patos, ánades, y todas las
especies existentes en Guanacache. Es decir, que la provisión de peces
para la alimentación, eran provenientes de estas ciénagas tanto como de
Guanacache.

4) Agricultura:
Entre los productos cultivados por los huarpes se destacan:

• Zapallo (Cucurbita sp.)


• Mate (Lagenaria Siceraria)
• Maíz
• Quinoa (Chenopodium sp.)
• Porotos (Phaseolus sp.)

21
Michieli, 1983. Opt. Cit. Pág. 84

58
Capítulo 1 1

Izquierda - Zapallo tipo cucurbita sp.


Arriba derecha - Mate, zapallo tipo
Lagenaria siceraria.
Fotografías tomadas de Internet

Un vocablo encontrado en la lengua millcayac “tachu”, traducido como


“agi” permite considerar, según Michieli22, la posibilidad de que este vegetal
(el ají) fuera también cultivado por los huarpes.
Como características particulares de la agricultura entre los huarpes se des-
taca el hecho de que fuera realizada con la ayuda del riego artificial, a través
de acequias y canales dirigidos a las zonas de cultivo. Otras características son
que se cultivaban pequeñas parcelas de terreno y la actividad la realizaba casi
exclusivamente el hombre.
La antigüedad de los cultivos en cuyo se remonta aproximadamente al
año 1.700 a.C., este dato hecha luz sobre la falsa suposición de que la
agricultura entre los huarpes fuera una actividad heredada de la conquista
incaica.

Agricultura → características:
• riego artificial
• pequeñas parcelas
• actividad masculina

22
Michieli, 1983, Opt. Cit. Pág. 183.

59
Capítulo 1 1
Con respecto a la Agricultura entre los huarpes hay que aclarar un punto.
Hasta hace muy poco tiempo se pensó que sería ésta la actividad económica
principal que desarrollaron los huarpes; sin embargo, estudios recientes han
hecho dudar a los científicos sobre esa afirmación, según comentan en una
charla informal la Dra. Ma. del Rosario Prieto y el Dr. Horacio Chiavazza,
quienes manejan la hipótesis de que no sería la agricultura la actividad princi-
pal del huarpe, sino más bien una actividad muy secundaria y a muy pequeña
escala. Más aún, siempre se relacionó al maíz como cultivo emblemático de
todas las culturas originarias, pero al parecer en cuyo, ese cultivo no habría
sido el más difundido. Y sí, en cambio, se habría difundido un poco más el
de especies como zapallo, mate, poroto y quinoa.

5) Ganadería:
Otro recurso económico en Cuyo es la ganadería, desde aproximadamente
el año 250 a.C., se piensa que el animal domesticado para tal fin era la llama
(Lama glana).
La domesticación de la llama debió ser útil tanto para transporte como para
productos derivados.

La Llama (Lama glana)


Fotografía extraída de Internet

El hecho de que todas estas actividades se desarrollaran en forma particular,


en distintos sectores de la provincia, es decir, cada una en un sector determi-
nado y con dedicación exclusiva a esa actividad. Estaría indicando, según Mi-
chieli23, un comercio interno a través del trueque, entre los distintos grupos.

23
Idem anterior, Pág. 185.

60
Capítulo 1 1
Alimentación.

Se consumía principalmente carne, que era obtenida a través de la caza.


También frutos y vegetales silvestres.
Se recolectaban las frutas de pencas, las raíces de totora, la vaina del alga-
rrobo, el fruto del chañar (drupas), el albaricoquero, el piquillín y el molle.
La carne era asada para consumir y los vegetales crudos.
La algarroba, que es el fruto del algarrobo y se presenta en forma de vaina,
era utilizada por los nativos para la elaboración de harina de algarroba, ob-
tenida a través de la utilización de morteros de piedra llamados “conanas”, y
ésta harina se usaba para la fabricación de un pan muy dulce llamado “patay”.
Así también el fruto del chañar era utilizado en la elaboración de bebidas
alcohólicas, como la “Chicha”.
Con respecto a éstas vainas de algarrobo y a la harina que obtenían de ellas,
Rusconi24 describe unas construcciones de la zona de Lagunas que llama “Tro-
jes” o graneros, que construían en los médanos altos para evitar la humedad y
se los recubría con ramas. Almacenaban la harina de algarrobo en recipientes
de cerámica.

Morteros de piedra llamados “cananas”, usados para moler las vainas de algarrobo y otros
elementos. Fotografía tomada en el Museo Rusconi de Maipú.

24
Rusconi, Carlos, 1961, Opt. Cit. Pp. 264- 272.

61
Capítulo 1 1
El Pan del Patay: (según Rusconi)

Las vainas de algarrobo se cosechaban a fines de diciembre. Luego de some-


terlas a un proceso lento de secado, se seleccionaban las vainas de algarrobo
blanco y se molían en conanas. Algunas personas colocaban cierta cantidad
de harina dentro de los pucos de barro cocido, usando los rayos solares para
su cocción.
El zumo dulce y pegajoso que contiene la harina de la algarroba, sin agregar
ningún otro ingrediente, al recibir calor, cohesiona las partículas y así, una vez
seco, toma la forma del molde que la contiene y queda preparado el patay.

Propiedades del pan de patay:

Algunos hombres de ciencia nos acercan datos interesantes sobre las bon-
dades de la mencionada preparación. Tanto la especie blanca como la negra
tienen propiedades diuréticas muy útiles, además de contener sustancias muy
eficaces contra enfermedades de riñón.
También contiene una cantidad apreciable de calcio y es una buena fuente
de tiemina y de riboflavina. La harina de algarroba y el patay son especial-
mente ricos en glúcidos, siendo la sacarosa el más abundante.

También, a través de la fermentación de la algarroba se hacía la “chicha fuer-


te” (la aloja). A la chicha de maíz la denominaron “cunuc”.
El régimen carnívoro estaba compuesto por guanacos, quirquinchos, vizca-
chas, ñandúes, liebres, patos y peces, éstos dos últimos, principalmente en las
zonas laguneras.
También los autóctonos, no sólo se alimentaban de carne fresca, sino que con
la del guanaco y la del ñandú, la aprovechaban para transformarla en charqui,
mediante una proporción de sal y colocadas en lugares frescos y aireados, tal
como se prepara en la actualidad la pierna del cerdo (jamón crudo).
Otro recurso alimenticio utilizado era sorber la sangre del animal ultimado,
especialmente del guanaco, mientras estaba caliente. Así como también se
sirvieron de los huevos del ñandú.

62
Capítulo 1 1

Producción Técnica y Cultural.

Vivienda.

Es posible considerar, en un aspecto general, que la vivienda en la zona de


montaña era de piedra y de quincha en la llanura.
La vivienda de montaña constaba de cuevas naturales y abrigos rocosos. En
algunos casos edificaban un muro de piedra (pirca) a manera de paraviento,
en el frente de los abrigos o cuevas. Siempre se encontraban asentados cerca
de los arroyos.

Los huarpes que se asentaban en la zona de las Lagunas de Guanacache y sus


alrededores, moraban en habitaciones excavadas en parte en el suelo y cubier-
tas de una bóveda asentada en un barro especial.
Las paredes se fabricaban de ramas, cañas de carrizo y posiblemente gra-
míneas diversas (paja), las cuales se fijaban entre sí con ataduras, formando
esteras. El techo, también de ramas, era sostenido por las cañas de carrizo ata-
das y posiblemente cubierto con una capa de pastos y barro. Eran viviendas
pequeñas, para albergar a cuatro o cinco personas.
La instalación de las viviendas de cada grupo se realizaba dentro de las áreas
de cultivo y/o recolección.

Vestimenta y Adornos.

Las más antiguas vestiduras eran cubresexo que usaban tanto hombres como
mujeres, confeccionado con cintas de cuero que sujetaban alrededor de la
cintura, con una especie de delantal, que cubría desde la parte inferior del
ombligo hasta la mitad de los muslos y son, con pocas diferencias, los mismos
que han utilizado la mayor parte de los aborígenes argentinos.
Otras confeccionadas en telas, lanas o con pieles de guanaco, de puma, de
gato montés, de nutria, etc. Consistían en mantos rectangulares (“Xali” o
“Aknú”), que rodeaba la cintura y otro más pequeño que se pasaba por enci-
ma de un hombro y cubría parte del pecho y la espalda. Las lanas, cueros y
tejidos vegetales eran, en ciertas ocasiones, teñidos a través de la utilización de
plantas tintóreas (que son mencionadas antes en la descripción de la Flora) o
bien de pigmentos colorantes como, por ejemplo, hematita.
Otro tipo de vestimenta consistía en una camiseta sin mangas (“Paramtec” o

63
Capítulo 1 1
“Zela” en lengua millcayac, que luego fue llamada camiseta andina, por haber
llegado desde Perú, probablemente cuando se produce la dominación incaica
en cuyo), que llegaba hasta la rodilla.
Para realizar las costuras en las prendas se ayudaban con una herramienta
llamada “lezna”25 (piedra plana y puntiaguda), con ella se realizaba una hilera
de agujeros y luego se pasaba por ella una lonjeta de cuero, un tendón de
animal, fibra vegetal o lana, de tal manera que uniera los dos trozos deseados.
Para fijar las prendas al cuerpo, confeccionaban prendedores que podían ser
de hueso o de espinas.
A través de los restos arqueológicos encontrados en el territorio provincial y
con antigüedad prehispánica, como torteros y telares, queda en evidencia la
actividad textil, es decir, fabricaban telas y lanas.
Referidos a este tema se encuentran los relatos del Obispo Humanzoro, en
un documento de 1665, donde expresa: “mantas, camisetas, etc., que los deudos
depositan en las tumbas de los familiares fallecidos.”26
Infortunadamente, estas piezas textiles se han perdido y con ellas también
sus principales motivos ornamentales. La causa principal se debe a sus cos-
tumbres rituales de enterrar a sus muertos directamente en tierra, esto ha im-
posibilitado la conservación de tales prendas, máxime si aquellas tumbas se las
practicaba con alto grado de humedad. Completaba el vestuario un calzado
de cuero curtido, similar a las actuales ojotas.
Camiseta andina.
Ajuar funerario de la momia del
cerro Aconcagua.

Ojotas.
Fotografías tomadas en
el Museo de la Facultad
de Filosofía y Letras,
UNCuyo

25
Prof. Godoy, Ma. Verónica, Opt. Cit.
26
Rusconi, Carlos. 1961, tomo I Opt. Cit. Pág. 334.

64
Capítulo 1 1
Accesorios

Los accesorios usados por los Huarpes eran plumas de ave, que adornaban
sus cabellos, los cuales llevaban largos, tanto hombres como mujeres, y cuida-
ban con esmero. Algunas veces, usaban la sangre de los animales cazados para
pintar su cabellera27 y alisarla.
Otra costumbre, a la que hacen mención algunos investigadores, es la de
pintarse la cara de verde, las mujeres; como se aprecia en el texto que figura
en el apéndice del final de edición.

Accesorio para prender el aknú.


“Collar” Ornamento femenino.
Museo Regional y Americanista
de Luján de Cuyo.

Medios de Transporte.

Los huarpes se trasladaban generalmente a pié, por lo que eran conocidos


como excelentes caminadores, abarcando grandes distancias en el transcurso
del día o de varios días.
También es posible, según Canals Frau28, que se utilizara a la llama (Lama
Glana), como medio de transporte, ya que se sabe a través de ese autor que
era un animal domesticado por los huarpes.

Otro medio de transporte utilizado por los huarpes, para trasladarse dentro
de las lagunas, fueron las balsas. Confeccionadas con haces de juncos o de
totoras que brindaban las mismas lagunas, atados con pelo de guanaco o de
fibras vegetales. Llevan, por lo general, un rollo grande al medio y tres rollos
laterales más pequeños. Tenían un tamaño promedio de 3,5 m de longitud
por 1 m de ancho, la proa era puntiaguda, y de punta recortada o chata la
popa. Para impulsarlas, el balsero, usaba una pértiga que hundía en el fondo
de las lagunas.
27
Ruscini, Carlos. 1961, tomo I Opt. Cit., Pág 313.
28
Canals Frau, Salvador “Etnología de los Huarpes. Una síntesis”, 1946. UNCuyo, Facultad de
Filosofía y Letras, Anales del Instituto de Etnografía Americana, t.VII, Pág.91.

65
Capítulo 1 1
El proceso de construcción de las balsas, según la descripción de Rusconi,
es el siguiente:

“Primero se recoge cierta cantidad de junco o de totora. Se dejan solear con el


objeto de eliminar gran parte del agua contenida en su estructura celular; luego
los juncos son colocados dentro de dos hileras de estacas clavadas previamente
en el suelo y con una separación de 50 cm, o sea, el ancho del huso central de la
futura balsa. Cuando el operador ha colocado una cantidad adecuada de juncos,
entonces comienza la atadura de la parte central del cuerpo y después de repetidos
amoldamientos, agrega juncos hacia un extremo, al mismo tiempo que los va
uniendo por medio de ataduras; luego realiza la misma operación hacia el otro
extremo hasta dar por terminada la atadura del rollo central, que será el cuerpo
de la futura balsa. Terminada esta labor, comienza con los rollos laterales…, con
la diferencia de que paulatinamente al ir colocando los juncos, viene aparejada la
atadura en forma de tirabuzón.
Una vez terminados los rollos a los cuales se les ha dado una forma algo curvada,
proceden a unirlos en ambos extremos con hilos de alambres29. Finalmente, el
conjunto de estos tres rollos vuelven a ser atados en sus extremos al rollo central.
Ahora bien: para proporcionarle cierta rigidez y no sufran deslizamientos entre
uno y otro, el balsero atraviesa los tres rollos con una serie de tronquillos dispuestos
a cierta distancia, uno del otro, y luego esas puntas irán a interesar los flancos del
rollo central, con el objeto de afirmar los bordes…Con esta operación…, queda
terminada la balsa.”30

Balsa. Material etnográfico. Museo Cornelio Moyano.

29
Rusconi se refiere a una balsa construída en el S. XX, ya que no existía el alambre en el S.
XVI, entonces se usaba como se describe antes, pelo de guanaco o fibras vegetales.
30
Rusconi, Carlos, 1961. Opt. Cit. Pág. 205.

66
Capítulo 1 1
Armas.

En cuanto a las armas que utilizaron nuestros ancestros, se sabe que cazaban
con arco y flecha, construidos con maderos flexibles y tendones de camélidos.
También se conoce el uso de la llamada “bola huacha”, que consistía en una
piedra redondeada y tallada en el centro formando un surco en la circunferen-
cia, donde se ataba un tendón de animal (guanaco), y servía para arrojar a las
patas del animal que se pretendía cazar para detener su marcha.
Además, existen restos arqueológicos de otro elemento que puede conside-
rarse un arma, como es el hacha, pero en este caso al parecer se habría utiliza-
do como herramienta, más que como elemento de caza.

Puntas de proyectil y raspadores. Museo Regional y A mericanista de Luján de Cuyo.

Instrumentos Musicales.

Los instrumentos musicales que se asocian a los huarpes son los tambores,
mencionados por los cronistas en las descripciones de sus ceremonias, aunque
no se conocen detalles sobre su apariencia externa, elemento en que estaba
construido, decoración, etc.
Otro elemento mencionado es una flauta de caña, llamada “pifillca”, que al
parecer habría sido traída desde otro pueblo vecino con el que se mantenía
comercio, ya que el vocablo mencionado, tendría origen araucano.

Medicina.

Como la mayoría de los pueblos de la antigüedad, los huarpes acudían a un


hechicero o realizaban ofrendas para pedir la salud a su divinidad, estas ofren-
das eran generalmente de los productos cultivados o recolectados.
Además, practicaron la cura de enfermedades o dolencias por medio de las
especies vegetales que ofrecía su hábitat: fitoterapia. Motivo por el cual co-
nocían muy bien sus especies vegetales y los distintos usos que ofrecían las
mismas, ya sea comestible, tintórea y/o medicinal. El nombre que con el que
denominaban a las hierbas medicinales era “Iturum”.

67
Capítulo 1 1

Expresiones Artísticas.

Cestería.

La cestería huarpe presenta notable belleza estética y, a la vez, gran habili-


dad en la técnica de manufactura. Para su elaboración se utiliza el junquillo
(Sporoborus rigens), o la totora, ambas especies vegetales abundantes en las
zonas laguneras, por lo que el centro de producción de cestería huarpe fueron
y son Las Lagunas.
La construcción de los cestos no se realizaba (aún se continúa realizando) en
cualquier época, según Rusconi31, sino cuando el vegetal alcanza su total desa-
rrollo. Una vez recolectado el junquillo y mientras esta húmedo y verde, por-
que así mantiene más flexibilidad y sus fibras no se quiebran al manipularlas.

Técnica del Acordelado:


Se comienza reuniendo un manojo de 4 a 6 junquillos. Luego se hace otro
manojo y se lo superpone al primero para formar una cruz. A éste le sigue
otro grupo de manojos en forma de cruceta y superpuesta a la primera. De
tal modo que constituyen un conjunto de 8 haces de juncos. Éstos haces de
juncos están entrelazados en forma tan estrecha, que al mojarse se ensanchan
y no dejan pasar ni el agua, por ello sirven incluso como elementos contene-
dores de líquidos.

31
Rusconi, Carlos, 1961. Opt. Cit. pp. 221-226.

68
Capítulo 1 1

Hay tres tipos distintos de confección:


Tipo I: Cestos con tapa, con o sin cestillos adicionales.
Tipo II: Cestos sin tapa y provistos de manija.
Tipo III: Cestos en formas abiertas (paneras, cubiletes, etc.)

También existen diferentes tramas empleadas en la confección:


a) Trama en cruz.
b) Trama en doble cruz.
c) Trama en zig-zag.
d) Trama inclinada.

La decoración se realiza mediante la aplicación de motas de lana de diversos


colores, generalmente muy vivos (azul, verde oliva, verde claro, bermellón,
amarillo, rojo, rosado, violeta y otros), algo retorcidos y dispuestos de tal
manera que forman dibujos muy variados como se aprecia en las imágenes
correspondientes a este tema.

Cestería. Museo
Facultad de Filosofía y
Letras. UNCuyo.

69
Capítulo 1 1

Ilustraciones.

Cestería.
Museo Facultad Filosofía y Letras.

Cestería realizada por los laguneros en la


actualidad. Mrecado Artesanal de Mendoza.

70
Capítulo 1 1
Cerámica.
Cerámica de Agrelo.

71
Capítulo 1 1

Capítulo 1 1

Cerámicas de viluco.
• Viluco pre inca.

72
Capítulo 1 1

Capítulo 1 1

• Viluco Inca.

73
Capítulo 1 1

74
Capítulo 1 1

• Viluco con Influencia Hispana.

75
Capítulo 1 1
Cerámica.

La palabra cerámica es derivada del griego кεραμιкός “keramikos” que sig-


nifica “sustancia quemada”.

“La cerámica constituye para el arqueólogo el índice de más alto valor discrimi-
natorio en su tarea de fijar áreas, secuencias e interferencias culturales. El progreso
alcanzado para ciertas regiones de América en el campo de la investigación, como
por ejemplo en el Perú, fijando una historia local de la cultura, se debe exclusiva-
mente a la cerámica. La expansión de ciertos pueblos como el guaraní la seguimos
con toda facilidad a través de los hallazgos de su característica cerámica.”32

Según Osvaldo Menghin33“…La cerámica reúne en sí elementos técnicos, eco-


nómicos, sociológicos, artísticos y religiosos; piénsese en cosas como la preparación
de la arcilla…, la fabricación…, el pulido, color, pintura, cocción…, en la cerá-
mica de uso doméstico, de adorno, sepulcral, en la forma de los vasos, vasos figu-
rados, vasos de culto, etc.… En ningún producto de la mano del hombre se refleja
el espíritu y la esencia de una cultura más rica y variada, como la cerámica…”

La materia prima utilizada en el quehacer cerámico es la arcilla, formada por


sílice, alúmina y agua, en proporciones variables. Químicamente las arcillas
son, entonces, silicato de alúmina hidratado, es decir que hay en ellas agua
de composición y agua de mezcla.

Arcilla = Al2 O3. 2 Si O2. 2 H2O

Entre las técnicas de elaboración más usadas por los pueblos originarios de
América se encuentran:
• Rollo anular, levantando la pieza desde su base.
• Macizo ahuecado, a partir de un bollo de arcilla.
• Modelado, a partir de un cesto o calabaza.

La cerámica en Cuyo tuvo su aparición desde aproximadamente el siglo V


de nuestra era, con las llamadas cerámicas de la Cultura de Agrelo.

Cerámicas de Agrelo (S. V al XIV aprox.).

Agrelo es un distrito del departamento de Luján de Cuyo, provincia de Men-


doza. Se encuentra al sur de la ciudad capital del departamento y también al
32
Serrano, Antonio “Manual de Cerámica Indígena”, tercera edición 1976. Ed. Assandri. Pág. 7
33
Idem anterior, Pág. 8

76
Capítulo 1 1
sur del río Mendoza.

Las cerámicas de Agrelo presentan fechados absolutos correspondientes al


siglo V de nuestra era y son las más antiguas piezas cerámicas halladas en
territorio cuyano. El estilo Agrelo permanece sin sufrir cambios hasta aproxi-
madamente el siglo XIII, e incluso el XIV, según los datos proporcionados
por la Dra. Ots, quien también refiere que existen evidencias arqueológicas
que permiten suponer que se continuaba elaborando cerámica Agrelo incluso
después de aparecido el estilo Viluco en el siglo XIV.

Yacimientos Arqueológicos de Agrelo:


• Agrelo Patronato
• Agrelo Barrancas
• El Control
• La Barcelona
• Represas de la Tosca
• Cementerio del Puente
• Paso de las Piedritas
• Canal Mendino
• Las Coronas
• La Crucecita

Todos ellos pertenecen a los departamentos de Tupungato, Luján y San


Martín.

Características de la cerámica Agrelo:


• Color negro-gris
• Cocción buena, atmósfera reductora
• Decoración grabada, con incisiones de carácter geométrico
• Tamaño regular a grande
• Boca ancha
• Vientre más o menos ovoide
• Base plana

Decoración:

En algunos casos ha aparecido decoración en relieve en forma de botones,


cintas y hasta con la representación de la cara humana.
La decoración grabada presenta tres modalidades distintas:
• Estriada
• Incisa
• Imbricada
77
Capítulo 1 1
Estriada: se trata de una decoración simple, consistente en series de líneas
débilmente incisas y más o menos paralelas.
Incisa: aparece solamente en el cuello y consiste en sucesivas líneas que suben
y bajan en diagonal formando cheurones u escaleras. Suelen llenar toda la
superficie del cuello.
Imbricada: puede recubrir la pieza entera o sólo una parte. Consiste en la
aplicación de pequeños trozos de arcilla sobre la pieza, que al presionar con el
dedo para colocarlas queda la huella (como pellizcos) y forma la textura que
presenta en la superficie.
En una investigación a cargo de la artesana Sra. Francisca Rosso de Fazio,
asesorada por investigadores de la Universidad Nacional de Cuyo, se reali-
zan ensayos sobre procedimientos cerámicos probablemente utilizados por
los hombres de Agrelo, de los cuales se desprenden los siguientes resultados:

Composición de las pastas del estilo Agrelo:

• 2 medidas de arcilla roja de El Challao, Mendoza.


• ¼ de medida de arena.
• 2% de la medida de grasa de ave derretida (tener en cuenta el tenor
graso).
• 4% de la medida de ceniza de guano de camélidos.
• Agua suficiente.

“Se la dejó madurar por un mes, antes de construir la pieza de ensayo.


Después de cocción en atmósfera reductora, quemando guano de camélidos (gua-
naco, vicuña, llama, alpaca), hojas desmenuzadas, trozos se grasa de ave, ¡la pasta
quedó oscura hasta su núcleo!”34

Esta pasta fue analizada mineralógicamente para contrastarla con pastas os-
curas arqueológicas y el resultado ofrecido desde la Dirección General de Mi-
nería de la Provincia de Mendoza, resultó “similar”.
De ésta experiencia, la Sra. Rosso de Fazio, deduce que es la cocción en
atmósfera reductora humeante grasa, lo que define el color oscuro hasta su
núcleo, característica de las pastas de la Cultura de Agrelo.
El aporte de ésta artesana es fundamental en el rescate de las antiguas técni-
cas de manufactura cerámica de nuestros antepasados.

34
Rosso de Fazio, Francisca “Culturas Aborígenes Región Cuyo Centro Oeste Argentino”. Ed.
Setiembre, 2008. Pág. 35.

78
Capítulo 1 1
Cerámicas de Viluco (S. XIV al XVII)
Los primeros hallazgos correspondientes a esta cultura ocurrieron en el año
1914, en la localidad de Viluco, departamento de San Carlos, Mendoza.
La cultura de Viluco se desarrolló en el norte y centro de la provincia de
Mendoza. Cronológicamente ha sido ubicada a mediados del siglo XV y hasta
mediados del siglo XVII, dada esta ubicación en el tiempo; algunos científi-
cos suponen que ésta cultura podría tener un origen preincaico35. Aunque
es evidente que luego tuvo influencia incaica, probablemente a partir de la
dominación de ese pueblo en cuyo.
Estas cerámicas de Viluco son muy distintas a las de Agrelo, por su forma,
pastas arcillosas, decoración y tecnología de elaboración y cocción,. Ya que
presentan pastas rojas, decoración polícroma muy variada en sus motivos y la
cocción se realiza en atmósfera oxidante.
Análisis Morfológico
Entre las formas representativas de la producción cerámica Viluco se encuen-
tran:
• jarra
• botella
• escudilla con apéndices
• Kero con o sin asa (vasos)
• Aribaloide
• Tembetá
Características del Estilo Viluco
• Pastas rojizas
• Cocción en atmósfera oxidante
• Decoración policroma
• Diversidad en motivos decorativos (geométrico, bandas, triángulos,
cuadrados, estrellas, etc.)
• Tratamiento de la superficie: alisado
• Tamaño pequeño
• Boca angosta
• Vientre globular o subglobular
• Base redondeada

Esta cerámica es generalmente de pequeño tamaño, base redondeada, pasta


rojiza hasta su núcleo y decorada con engobes de piedras naturales de distin-
tos tonos.
Todos sus componentes provienen de minerales abundantes en la precordi-
35

79
Capítulo 1 1
llera andina. Los colores que se destacan en el uso son: rojo, negro y beige.
La técnica de levantado de la pieza más común es la del rollo espiral.
Otro aspecto interesante es la inalterabilidad del color en la pasta, a través
del tiempo, esto se debe a la temperatura de cocción, debe llegar a los 800º C,
y al tratamiento de la superficie: bruñido o alisado.
Para realizar el bruñido debió utilizarse probablemente una piedra dura, que
al frotarla sobre la superficie de la pieza, en estado de “cuero” y previamente
incorporado el engobe, sella los poros de la superficie y de esa manera se logra
la impermeabilización de la misma.

Influencia hispana.

Luego de la conquista hispana, la cerámica de estilo Viluco sufre cambios


morfológicos y estéticos que tienen que ver con los gustos y el consumo euro-
peo; pero dentro del mismo estilo aunque incorporando cambios tecnológi-
cos como el uso del torno alfarero.

Imagen extraída de página web - http://apuntes.quijost.com/edad-antigua/


80
Capítulo 1 1

81
82
Capítulo III

Dominaciones en Cuyo.

83
Capítulo 1 1 1

84
Capítulo 1 1 1

La Dominación Incaica.

La región cuyana recibió el dominio “pacífico” del Imperio Incaico, en el


marco de la expansión del Kollasuyo36.
A fines del siglo XV, hacia 1480 d. C., los Incas extendieron su dominación
al noroeste y centro oeste de la provincia de Mendoza, hecho ocurrido duran-
te el gobierno del Inca Tupac Yupanqui (aprox. 1471- 1493), profundizán-
dose la anexión al estado bajo el gobierno del siguiente “Sapa Inca”, Huayna
Capac (aprox. 1491- 1525).
La dominación incaica organizó el Tawantinsuyo* (Imperio Incaico- domi-
nio de las cuatro regiones) partiendo del Cuzco, su capital, ubicada en el cen-
tro del Imperio; sumando el centro oeste argentino al Kollasuyo (extremo sur
del Imperio Incaico), aproximadamente entre 1480 y 1535 d.C.. El límite
más austral del Kollasuyo se ubicaba en el río Diamante, en territorio huarpe.
El Cuzco (ombligo del mundo incaico), funcionaba a la vez como centro
articulador de las cuatro regiones en expansión del Imperio.
El camino por el cual llegaron los incas a pié se denominaba “qhapac ñan”
(vocablo quechua), y se extendía desde Cuzco hasta el centro de la provincia
de Mendoza. Era un camino serrano, es decir, conformado por los valles in-
terandinos de la precordillera de Los Andes; en ellos se encuentran los restos
arqueológicos que lo evidencian, como es el caso de los tambos de Uspallata
y muchos otros a lo largo del camino hasta Cuzco. Estos tambos servían a los
chasquis (mensajeros) para descansar y alimentarse cuando traían las noticias
del Imperio. Como eran tan grandes las distancias que tenían que transitar
llevando las noticias, construyeron estos tambos con cierta frecuencia a lo
largo de todo el qhapac ñan, así el chasqui que salía desde Cuzco con la noti-
cia se trasladaba hasta el primer tambo en el camino, entregaba el mensaje al
chasqui que esperaba allí y éste continuaba hasta el otro tambo, mientras el
primero descansaba y esperaba la respuesta de regreso.

36
Bárcena, Roberto “Prehistoria del Centro oeste Argentino”. 2001. Separata de Historia Argen-
tina Prehispánica. Ed. Brujas.
Cahiza, Pablo y Ots, Ma. José “La presencia Inka en el extremo sur oriental del Kollasuyo. In-
vestigaciones en las tierras bajas de San Juan y Mendoza y el Valle de Uco- Rca. Argentina”. Rev.
Xama 15-18, 2002-2005. Mza., Argentina. Pp. 218-226.

85
Capítulo 1 1 1

Instituciones
La Mita:

Esta dominación, implicó para los huarpes su incorporación en el régimen de “Mit-


maq”- mitimaes, de “trabajo recíproco”, un sistema extendido en todo el sector andi-
no; cuya estructura consistía en la división tripartita de tierras, producción y población
(masculina). Es decir, las tierras conquistadas por los incas se dividían en tres partes:
• Una parte para el Inca.
• Otra parte para la religión (huaca).
• Otra parte para la población conquistada.
A su vez, toda la producción de esas tierras se dividía de la misma forma, en
tres partes con las mismas finalidades. La producción de maíz y otros cultivos
sirvieron a la mita.
De igual manera, la tercera parte de la población masculina entre 14 y 50
años, debía instalarse durante un año donde el Inca le impusiera y trabajar
para él durante ese tiempo; generalmente realizaban caminos, palacios, puen-
tes y otras construcciones necesarias para la expansión del imperio. Luego de
transcurrido ese tiempo, esa población volvía a su hogar y otra tercera parte
lo reemplazaba.
A cambio de su trabajo el Incario ofrecía “protección y cuidados” a sus súb-
ditos, por ello era un sistema de reciprocidad.
La dominación incaica en Mendoza se extendió por unos cincuenta o sesen-
ta años hasta la llegada de los españoles, con la consiguiente caída del Imperio
Incaico y dominación española.
86
Capítulo 1 1 1

Yanaconazgo:
En el caso de los yanaconas, los trabajadores eran separados de su lugar de
origen y llevados a servir al Inca en el Cuzco. Al igual que en la Mita, el yana-
cona debía servir al Inca donde éste le impusiera, pero ese trabajo se realizaba
en un primer momento en la capital incaica. Hombres y mujeres, en este caso
y a diferencia de la Mita, eran relocalizados y llevados a servir en el Cuzco.
Las mujeres servían en las casas, como un servicio personal, o también como
esposas de los funcionarios del Imperio.
Este sistema se fortaleció a través del tiempo, al punto de estar más arraigado
que la Mita, al momento de la conquista española. También de este sistema
se nombraban a los curacas de cada comunidad, en los territorios conquista-
dos. Es decir, que desde Cuzco se designaba a la persona que iba a representar
a los distintos pueblos. Lo que antes hacía el cacique, como jefe de una co-
munidad a la cual representaba, en esta instancia lo hacía un curaca designa-
do desde Cuzco, el cual no era oriundo del lugar donde servía, y respondía
directamente a las órdenes que llegaran desde el Imperio.
De esta manera se hace evidente una evolución del yanaconazgo, donde sus
integrantes adquieren un cierto poder dentro del Imperio. Incluso, había
funcionarios administrativos o con cargos dentro del Imperio que eran origi-
nariamente yanaconas.

87
Capítulo 1 1 1

Leyenda correspondiente a este período.



Las Termas de Cacheuta.

“El chasqui corría sin detenerse por el sendero secreto que unía todos los pueblos,
todas las aldeas. Tristes noticias llevaba: el gran inca había sido tomado prisionero.
Hasta Inti, el Sol, se había ocultado en la larga noche, llorando la suerte de su
hijo más amado.
Estaba lejos de los últimos tambillos, ya no había pirca alguna donde guarecerse.
El camino se hacia más y más tortuoso.
Se iban cerrando las cumbres y se abrían precipicios helados en la montaña blanca.
Entonces, sus pies cansados se hicieron alas y siguió sólo guiado por la Cruz del Sur.
Montado en el viento llegó a las tierras huarpes del gran curaca Cacheuta, fiel
vasallo de su señor. Tal vez él podría ayudar a liberar a Atahualpa.
El cacique, cuya bondad era ya leyenda, tras pocas palabras, reunió todos los
tesoros de sus dominios para comprar con oro y plata la libertad del Hijo del Sol.
Llamas cargadas con los preciados metales y un pequeño grupo de sus más
valientes hombres, con él a la cabeza, fueron adentrándose en la monta-
ña. Iban bordeando el río y a su paso se inclinaban los penachos de las cor-
taderas saludando con respeto al cortejo. Miró al cielo buscando las señales.
La mano de Inti cayó sobre las armaduras de los enemigos que espera-
ban agazapados en un recodo cercano, alertando con su destello al cacique.
Escondió la montaña en sus entrañas los tesoros que portaban sus hijos, mientras ellos
se aprestaban al enfrentamiento. Un momento después el silencio se hizo grito, y un
revoltijo de flechas, pólvora y espadas, los hundió en una batalla desigual y cruel.
Y fueron cayendo uno a uno...
La última mirada de Cacheuta fue de dolor. Dolor, por los valientes que
yacían a su lado.
Por no poder comprar la libertad del señor que confía, que espera. Y su dolor di-
88
Capítulo 1 1 1
bujó una lágrima en el cobre de su cara y en la montaña. Y Hunuc Huar también
lloró a sus hijos amados.
De pronto, donde estaba escondido el tesoro que ya buscaba ávido el enemigo, sur-
gieron columnas de agua hirviente del mismo corazón de las piedras, y con un ru-
gido devastador, sepultaron al ejército invasor. Después, sólo un suave murmullo.
El agua roja de sangre y de horror se convirtió, poco a poco, en las lágrimas del
cacique. Maravillosas y cristalinas lágrimas de agua sanadora.
Y fueron, desde ese momento, el legado bondadoso y eterno de quien no pudo
cumplir su noble misión para todos los que, puros de corazón, necesitan aliviar sus
males. Aunque están siempre dispuestas a levantarse hirvientes, si alguien osara
acercarse con violencia o traición.”

Dominación Española.
La dominación española se produce a partir de la llegada de Francisco de
Villagra al Valle de Guentota en 1551, diez años antes de la fundación real de
la ciudad de Mendoza en 1561.
Villagra venía desde Perú trayendo hombres, armas y caballos para enfren-
tarse a los araucanos que estaban en guerra con el español en Chile, y había
recibido órdenes de regresar a Santiago de Chile por el camino serrano (existía
un camino costero del lado Chileno y un camino serrano que había sido el
construido por el inca), para conocer a los pueblos del otro lado de la cordi-
llera y recorrer sus tierras.
Este primer contacto entre huarpes y españoles no fue pacífico37, según rela-
ta un documento se habría producido un enfrentamiento entre ambos: “Uc-
chiquimini…murió cuando Francisco de Villagra vino a esta tierra porque en
una guacavara que los españoles tuvieron con los indios le mataron…”
En esa primera visita Villagra recorre los valles mendocinos y censa a los
nativos, luego regresa a Chile llevando algunos huarpes.
Diez años después, el Gobernador de Chile, Don García Hurtado de Men-
doza, envía una expedición con la orden de fundar una ciudad y poblar el
territorio. Así fue que esa expedición dirigida por el capitán Don Pedro Ruiz
del Castillo cruzó la cordillera y fundó la ciudad de Mendoza el 2 de marzo de
1561, en el Valle de Guentota, donde hoy se alza la plaza Pedro del Castillo.
El nombre de Mendoza le fue puesto en honor al gobernador de Chile Don
García Hurtado de Mendoza.
37
Prieto, Ma. del Rosario; Dussel, Patricia; Pelagatti, Oriana “Indios, españoles y mestizos en
tiempos de la colonia en Mendoza (Siglos XVI, XVII y XVIII)” 2004, “Mendoza a través de su
historia” compiladores: Roig, Lacoste y Satlari . Ed Caviar Bleu.

89
Capítulo 1 1 1
Esta fundación sentó las bases del dominio español en Cuyo, se creó el cabil-
do y se repartieron los cargos de regidores y alcaldes entre los conquistadores
que, convertidos en vecinos, gobernarían la jurisdicción. Se trazó la ciudad
y se distribuyeron solares entre los vecinos, las instituciones civiles y eclesiás-
ticas. También se repartieron las tierras de labranza en los alrededores a fin
de asegurar la subsistencia de los vecinos y sus familias. Los indígenas fueron
repartidos en encomiendas, confirmadas por mercedes reales, para trabajar la
tierra.
Más tarde, la ciudad se convirtió en cabecera del Corregimiento de Cuyo,
que incluía San Juan y San Luis, fundadas años después. El corregidor era el
representante del rey en la ciudad y tenía jurisdicción en las cuatro causas en
las que se organizaba el gobierno colonial: administración, hacienda, guerra
y política.

Instituciones.

La Encomienda:

Para obtener trabajadores, los españoles implementaron el sistema de en-


comienda. Obligando a los grupos indígenas a trabajar para un español,
llamado encomendero, a cambio de protección, vestimenta y evangelización.
Los indígenas trabajaron en las casas y chacras de los españoles, o en las minas
extrayendo plata y oro. No se les pagaba por su trabajo ni se los alimentaba
pero se destinaba un predio para sus cultivos.
90
Capítulo 1 1 1
La distribución de los naturales no implicaba la posesión de las tierras que
ocupaban, que sólo pasaban a manos de los conquistadores por medio de una
merced real. Sin embargo, los españoles consiguieron que algunos caciques
les entregasen sus tierras “vacas” (sin cultivos), para su asentamiento y cul-
tivos; curiosamente esas “tierras vacas” de los huarpes eran las más fértiles y
mejor regadas de los valles
Como en Mendoza no había muchas minas, los encomenderos llevaron a los
huarpes a trabajar a Chile. En poco tiempo, la población indígena disminuyó
de forma considerable debido a que muchos nunca regresaron porque mu-
rieron en las minas o en los viajes al atravesar la cordillera nevada. Algunos
se resistieron a la dominación huyendo a las Lagunas de Guanacache, donde
cavaban madrigueras para esconderse; otros huyeron al sur y se unieron a los
puelches y a los pehuenches que lucharon contra los españoles.
La conquista transformó a los nativos americanos en súbditos del rey, a quien
debían pagar tributo. Aunque la corona prohibió el trabajo de los nativos, las
Leyes Nuevas no se aplicaron en cuyo, porque la mano de obra indígena
constituía la principal riqueza de la región. Los encomenderos legaron sus
beneficios a sus descendientes, pero la institución se debilitó y desapareció a
finales del XVII. Ya entonces no había aborígenes que se dejaran encomendar,
sin embargo la disminución de la población indígena provocada por la emi-
gración forzada a Chile y la alta mortalidad de la que fue víctima a raíz de las
deficientes condiciones laborales y las enfermedades introducidas por los eu-
ropeos provocaron cambios profundos en la cultura huarpe, tanto en su con-
centración demográfica, en su distribución espacial, en sus creencias, en sus
necesidades, a partir de nuevas tecnologías y productos incorporados por los
europeos, que generan nuevas necesidades en las poblaciones autóctonas; es
decir, se produce un profundo cambio social y cultural en la sociedad huarpe;
que da origen a muchas situaciones que enfrenta este pueblo en la actualidad.

Leyendas correspondientes a este período.

Difunta Correa.38

“En el transcurso del año 1835 un criollo de apellido Bustos fue reclutado en una
leva para las montoneras de Facundo Quiroga y llevado por la fuerza a La Rioja.
Su mujer, María Antonia Deolinda Correa, desesperada porque su esposo iba
enfermo, tomó a su hijo y siguió las huellas de la montonera.

38
Sitio virtual: “Diccionario de mitos, leyendas, creencias y supersticiones sudamericanas en
construcción permanente”. Realizado por Lic. Margarita Barreto y Dr. Joaquín A. Barrio.

91
Capítulo 1 1 1
Luego de mucho andar -cuenta la leyenda- y cuando estaba al borde de sus fuer-
zas, sedienta y agotada, se dejó caer en la cima de un pequeño cerro. Unos arrieros
que pasaron luego por la zona, al ver animales de carroña que revoloteaban se
acercaron al cerro y encontraron a la madre muerta y al niño aún con vida, ama-
mantándose de sus pechos. Recogieron al niño, y dieron sepultura a la madre en
las proximidades del Cementerio Vallecito, en la cuesta de la sierra Pie de Palo.
Al conocerse la historia, comenzó la peregrinación de lugareños hasta la tumba
de la "Difunta Correa". Con el tiempo se levantó un oratorio en el que la gente
acercaba ofrendas.”

Comentario sobre la Leyenda de la Difunta Correa.

Cuenta Roque Pichetto que "La difusión de sus milagros ya tradicionales se ha


extendido por todo San Juan: los poetas y cantores populares le dedican sus coplas
y canciones, los hombres de campo le piden protección para sus cosechas, los arrie-
ros, con quienes tiene una deuda, la consideran su protectora, hacen sus peligrosos
viajes a través de las serranías y quebradas bajo su amparo, las madres que por su
debilidad carecen del necesario alimento para sus pequeñuelos, elevan sus oracio-
nes fervientes a ella para que nutra sus pechos escuálidos"
Alfredo Moffat afirma que este mito "constituye uno de los casos más interesan-
tes de las creencias populares, pues constituye un mito ancestral indígena que no
pudo ser reinterpretado por la Iglesia Católica debido a que no existe ningún mito
equivalente en la cultura occidental cristiana para que pueda ser 're-modelado'.
Esto es debido a que la estructura del mito es la sobrevivencia de un niño que
mama los pechos de la muerta. Mamar de un cadáver, es decir tomar vida de la
muerte, no existe como estructura en la mitología occidental cristiana".
"Por ejemplo la PACHAMAMA como el espíritu indio de la madre tierra
-agrega Moffat-, ha sido 'remoldeado' o reinterpretado por la Iglesia a través de la
figura de la Virgen María y toma los nombres de Virgen del Carmen, del Valle,
etc. según la región andina, pero en cambio la Difunta Correa sigue siendo ac-
tualmente un santuario pagano".

La Martina Chapanay.

“La Martina nació en las Lagunas del Rosario, era hija de un pescador, llamado
Chapanay y la madre no se si era de Mendoza o de San Juan. Desde chica le gus-
taba pescar y hacer cosas pesadas, la moza parecía un hombrecito, era muy buena
rastreadora, no había animal que se le perdiera. Parece que cuando una partida
de milicias, le mataron al marido salió a buscar a los matadores y empezó andar,
fue a Mendoza, San Juan y La Rioja, pero siempre volvía a las lagunas, algunos
dicen que robaba animales. Después se metió en las luchas políticas, anduvo con
los montoneros, como el Chacho (Peñaloza). Era brava la Martina, andaba a las
92
Capítulo 1 1 1
cuchilladas con los chinitos, no era cuestión de meterse, al único que respetaba era
a Don Santos”.39
La Martina de Chapanay
La Martina era mestiza,
De cuerpo bien formado,
Ojos grandes, labios gruesos,
Pelo negro, bastante largo.
Esclava de una familia
De pudientes hacendados.
Y aunque era bien tratada,
Sus alas habían cortado.
Era muy buena amazona.
De coraje respetado,
Y el amor se hizo presente
Aunque se oponían sus amos.
Aparte de ser muy joven
Contaba apenas 15 años.
Su hombre era de averías
Con un frondoso prontuario.
No sirvieron los consejos,
Amenazas o regalos.
Se fugó con Don Cruz Cuero
A las Lagunas del Rosario.
En el paraje Chapanay
Hicieron allí su rancho.
No tardó la policía
En encontrarles el rastro.
La consigna: vivo o muerto,
Pronto dio resultado,
Y en encarnizada lucha
Cruz Cuero fue ajusticiado.
Pudo escapar la Martina
Gracias a su buen caballo,
Asumiendo la jefatura
De la banda del finado.
39
Pannuzio de Mulle, María D. “Lagunas del Rosario (Prov. Mendoza) Estudio preliminar de
una población de zona árida”. Anales de Arqueología y Etnología , tomos XXIX-XXXI, 1974-
76. UNCuyo, Facultad de Filosofía y Letras.
93
Capítulo 1 1 1
Pronto su nombre corrió
Por todo el campesinado.
Su bravura y humildad
Formaban el mismo cuadro.
Devolvía a los pobres
Lo que a ricos había quitado,
Y obsequios de toda clase
Les llevaba hasta los ranchos.
Excelente nadadora
Y conocedora de esos lagos,
Las anécdotas se repiten
Mientras transcurren los años.
Cuentan que dos perseguidos
Que estaban acorralados,
Colgados de sus hombros
Juntos los cruzó a nado.
Cuando llegó San Martín
A este suelo cuyano,
Tuvo la oportunidad
Que siempre había soñado.
Dejó su vida de aventuras
Y todo lo que tenía a su lado
Se presentó de inmediato
Ofreciéndose de soldado.
Le bastó al Gran Capitán
Echarle apenas un vistazo.
Sólo un par de palabras
Y un apretón de manos.
La nombró Chasque Oficial,
Regalándole un caballo,
Botas de charol, bombacha gaucha
Y chaqueta que había usado.
Conocedora de Cuyo
Como la palma de sus manos,
Le agradeció el General
La ayuda que había prestado.
Intentando incorporarse
Y seguir como soldado.
San Martín la gratificó
Por los servicios prestados.
94
Capítulo 1 1 1
Dicen que años mas tarde
mientras cuidaba un rebaño,
Se encontró con dos bandidos
Que había capitaneado,
Y al rechazar la propuesta
De volver sobre lo actuado,
Sin mediar palabra alguna,
Asesinarla intentaron.
Se defendió con el valor
Que siempre estaba a su lado.
Pero un golpe traicionero
Le quebró en dos un brazo.
No obstante pudo montar
Pronto en su noble caballo.
Perseguida por aquellos
Se dirigió a los pantanos.
Pudo llegar a las Lagunas,
Herida, toda sangrando.
Se internó en el vientre amigo
Previendo un final amargo.
Su sangre se derramaba
Confundida en el abrazo,
Con el agua complaciente
Como si la estuviera esperando.
Dejó su cabalgadura
E intentó seguir nadando.
La laguna con caricias
Sus heridas fue calmando.
Una sensación de paz
Envolvió a su cansancio,
Y su alma como pájaro
Se fue despacio elevando.
Y aunque la misma vivía
en un lugar apartado,
enseguida sus amigos
sospecharon lo pasado.
Encontraron a su cuerpo
En las lagunas flotando.
Devolvían aquellas aguas
A quien tanto habían amado.
95
Capítulo 1 1 1
Una patrulla de amigos
Se formó allí en el acto.
Sospechaban quienes eran.
Sabían donde encontrarlos.
Uno de ellos, por huir,
Murió en la laguna ahogado,
Y en el Árbol de la Justicia
El otro murió ahorcado.
Y enseguida la leyenda
Asomó por todos lados.
Dicen que aún está la huella
Que fue marcando sus pasos,
Con la sombra de su adiós
Y lágrimas de su llanto,
Junto al rojo de su sangre
Que fue pintando los pastos.
Lo sabe solo un puestero...,
Que sabe de sus milagros.
Es una flor que aparece
Donde ella dejó sus rastros.
Se abre con el amanecer
Todos los días del año.
Pero se hace invisible
Cuando aparece un extraño.40

Santos Guayama

“Don Santos fue un gran caudillo, era temido pero muy querido por la gente
de acá, nunca hizo el mal y muchos mozos de iban con él. Siempre andaba de
visitas por los ranchos y si alguien de los suyos hacía daño, ahí nomás lo castigaba,
hombre recto Don Santos, a él era el único que respetaba la Martina, anduvieron
juntos como montoneros. Cuando lo agarraron las milicias fue porque un amigo
lo entregó, porque ya no andaba de correrías, era un hombre tranquilo, lo aga-
rraron en un baile en San Juan, le habían maniatado el caballo, que sino se les
escapa otra vez”41

40
Labrador, Alberto “Desde nuestros huarpes”. 1999. Pág. 108 Editora del Este.
41
Pannuzzio de Mulle, María D. Opt.cit., Pág. 227.
96
Capítulo 1 1 1

José Santos Huallama.

“Gran patriota lagunero


Que salió de esos pagos:
Don José Santos Huallama,
Famoso caudillo gaucho,
Que junto a Felipe Varela
Lucho contra los que lanzaron
A la guerra fraticida
De argentinos y paraguayos.
Se destacaba en su vestir
Un gran gorro colorado.
Lleva aperos de plata
Y un ligero caballo blanco.
Lo quería toda la gente
Que siguió siempre sus pasos.
Gozó del cariño de un pueblo
Que aún lo sigue venerando.
Y más encumbró su nombre
En la forma que lo mataron.
Lo fusilaron sin juicio previo,
Luego de ser emboscado.
Le tendieron una trampa
Después de haberlo invitado,
A una reunión en San Juan
Autoridades de alto rango.
Y encima de una loma
El cadáver lo enterraron.
Lo acompañaron varias piedras,
Una chilca y cuatro cardos,
Mudos testigos de un crimen
Que nunca fue olvidado.
Pero con orgullo su sangre
Muchos laguneros heredaron.42

42
Labrador, Alberto Opt. cit., Pág.110.
97
Capítulo 1 1 1

Consecuencias.

Como consecuencia de las dominaciones en cuyo y sus consiguientes insti-


tuciones, los nativos fueron despojados de sus tierras, trasladados hacia áreas
marginales y repartidos en encomiendas entre los nuevos vecinos, con lo cual
se modificó drásticamente la población originaria de huarpes; quedando re-
ducidos a unos cientos de ellos. Este hecho justificó la introducción de es-
clavos africanos, frente a la creciente necesidad de mano de obra. También
cambió significativamente su distribución espacial, quedando confinados al
desierto lavallino, a sus lugares más remotos, al aislamiento, la soledad… el
olvido. Huyendo del sometimiento, del trato infrahumano y la muerte se
escondió allí, donde pudo hacer madriguera.
Además de esos cambios, se suma la metamorfosis poblacional surgida a
partir de la interacción de los habitantes; que fue conformando una sociedad
étnicamente plural, con la inevitable hibridación.
En ese contexto intercultural surgen los distintos mestizajes:
• mezcla entre un español y un indio: “mestizo”.
• mezcla entre un español y un negro: “mulato”.
• mezcla entre un indio y un negro: “zambo”.

Mestizo: En su significado original mestizo es el animal o vegetal que resulta


de haberse mezclado dos razas distintas. La palabra fue aplicada a los seres
humanos por el Imperio Español en el siglo XVI, para denominar las “castas”
o “cruzas” en sus colonias americanas. Así, el hijo nacido de un padre o madre
de “raza blanca” y una madre o un padre de “raza india”, es llamado mestizo.

Mulato: Según la RAE*: De mula, en el sentido de híbrido. Es aquel indi-


viduo nacido de la unión interracial entre una persona blanca y una persona
negra.

Zambo: Es el individuo nacido del mestizaje de un individuo de raza negra


con un amerindio.

Criollo: Se llamó criollo, en la época de la colonización europea de América, a


los españoles nacidos en América, que descendían de ambos padres europeos;
manteniendo, por consiguiente, sus linajes en Europa. Sin embargo, eran
considerados una casta menor en relación a los nacidos en Europa, quienes
podían acceder a los principales cargos políticos, desplazando a los criollos.

El sistema de castas se mantuvo en Hispanoamérica hasta el surgimiento de


98
Capítulo 1 1 1
los Nuevos Estados en el siglo XIX, cuando se abolieron las “prerrogativas de
sangre y nacimiento”, estableciendo la igualdad ante la ley.

99
100
Capítulo IV

El Huarpe En La Actualidad.

101
102
Capítulo 1v

El Huarpe En La Actualidad.

Distintas Miradas.

En la actualidad se presenta un debate académico y científico sobre si existen o no


huarpes o descendientes de huarpes. Dentro del ámbito de las principales universi-
dades y centros de investigación en las provincias de Mendoza y San Juan conviven
diferentes teorías respecto del destino de la etnia cuyana.
Por un lado, se presenta la teoría de la extinción de los huarpes; provocada por el
traslado de gran parte de la población masculina para el trabajo en la Mita y las Enco-
miendas, y por el proceso de aculturación de la que fue objeto; a partir de las sucesivas
dominaciones, tanto incaica como española; con el consiguiente cambio cultural que
el contacto y la convivencia entre distintas culturas implica, como el aprendizaje de
nuevas costumbres. Por ejemplo, se sabe que a partir de la dominación incaica, los
huarpes optimizaron sus sistemas de riego, sus acequias y canales; así como también
modificaron sustancialmente su producción cerámica, en la que se manifiesta un cam-
bio tecnológico y estético muy profundo, como puede apreciarse en la descripción de
las Culturas de Agrelo y Viluco, en el capítulo II. Incluso, según algunos investiga-
dores, es a partir de la llegada del inca que en Cuyo se cultiva el maíz, anterior a este
hecho, los cultivos eran principalmente de zapallo, poroto y quínoa. Al parecer, no
habrían sufrido mayor cantidad de cambios durante la dominación incaica dado que
se extendió por un período relativamente corto de tiempo, aproximadamente 60 o
70 años, antes de la llegada de los españoles y la caída del Imperio Incaico. Por ello,
algunos investigadores consideran que no se produjeron cambios en el idioma y las
creencias religiosas, que era habitual para el inca; una vez conquistado un territorio, se
obligaba a los habitantes a hablar el quechua y a rendir culto a “Inti”, principal divini-
dad incaica: El Sol.
A partir de la dominación española, los cambios sufridos son mayores, por tratarse de
una especie de “depredación” territorial y poblacional; donde el huarpe es extraído de
su territorio, en el sistema de Encomiendas; arrancado de su hogar, llevado a lugares
desconocidos a trabajar como súbdito de un rey al que debe pagar tributo, en condi-
ciones laborales infrahumanas, al estilo de la esclavitud practicada en esa época. Con
la simultánea incorporación de otros elementos como habitantes europeos, en el que
antes fuera su territorio; un idioma nuevo, cultivos (trigo, vid, etc.), animales (caballo,
oveja, cabra, etc.), bienes (dinero, vestimenta, calzado, elementos de distinción jerár-
quica, etc.) y costumbres muy diferentes de los conocidos en América. Entonces se
inserta una nueva cultura en el territorio que antes era suyo, el huarpe pasa a ser esclavo
103
Capítulo 1v
y súbdito del Rey de España, y es desplazado de su hábitat, hacia lugares periféricos y
alejados de los oasis de cultivos. Este nuevo escenario, conlleva a una sustancial dismi-
nución de la población autóctona y su mestizaje cultural, pilares fundamentales en
ésta teoría de la extinción étnica.

Por otro lado, se encuentra la teoría de una pervivencia de aspectos culturales inhe-
rentes a la cultura huarpe, que permite aceptar la idea de un cambio cultural; igual
al sufrido por todas las culturas en contacto con otras, pero sin que ese contacto e
influencia implique su desaparición como tal. Es decir, que cualquier cultura que no
vive en el aislamiento, recibe influencias de quienes la rodean; pero mientras subsisten
las características fundamentales de la misma, puede considerarse que tal influencia no
es motivo de extinción en la cultura que recibe la influencia.

Emergencia Huarpe.

A partir del siglo XIX, en distintos momentos históricos y con cierta intermitencia,
comienza a tomar notoriedad en el escenario provincial un movimiento indígena que
progresivamente gana espacio y atención, sumando voces, acciones y reclamos, que
se multiplican como un eco en los distintos países de América Latina. Se trata de un
fenómeno de emergencia étnica que viene a resucitar fantasmas del pasado indígena,
aquellos supuestamente desaparecidos huarpes levantan sus voces para anunciar su
existencia, o permanencia, pues nunca desaparecieron. Simplemente se ocultaron,
para escapar de la esclavitud y la vergüenza de ser “indio”; aquello que se había trans-
formado en una especie de “identidad negativa”43, donde ser indio era algo que debía
mitigarse para ser aceptado o “bien visto” en las sociedades hidalgas mendocinas de la
época colonial.
No obstante, aquel fenómeno se transforma como un efecto de reacción; en una
fuerte emergencia étnica, donde puede observarse desde principios del siglo XX; y con
mayor trascendencia desde la década del ’90, en que comienzan a aparecer sujetos que
autoproclaman su ascendencia huarpe; definiéndose como huarpes o descendientes
de huarpes.

“Las identificaciones huarpes o indígenas se han verificado en Cuyo desde el siglo XIX
hasta la actualidad, cambiando sus sentidos de acuerdo a distintos contextos y valoraciones,
pero estableciendo una serie de argumentos y representaciones recurrentes… Sin embargo,
hay indicios suficientes durante el siglo XX de que entre grupos campesinos, proletarios o

42
Cuche, Denys “La noción de cultura en las ciencias sociales”. Ediciones Nueva Visión, Bs. As..
Pág. 113
104
Capítulo 1v
medieros rurales emigrados hacia áreas de oasis centrales se han producido y transmitido
identificaciones y memorias huarpes, haciéndose cargo críticamente, a veces, de las proyec-
tadas sobre sí por otros sectores. Pero en las élites, que en principio construyeron su propia
identidad como blancos y negaron la existencia de indios en la región, también se han
producido, evocado y circulado de alguna manera memorias y representaciones aborígenes
y huarpes, como subtexto contradictorio de un nivel discursivo hegemónico que instaló la
noción de comunidades provinciales blancas de origen europeo…Por lo tanto, aunque las
identificaciones huarpes no se hayan plasmado durante largos períodos como grupo étnico o
etnicidad pública, han mantenido una fuerte vigencia entre grupos concretos y en las pro-
pias representaciones provinciales y esta vigencia es producto de su histórica eficacia social y
política, sea como capital cultural, representación de pertenencia y devenir colectivo o como
argumento político.”44

Así, se gestan los nuevos escenarios políticos y sociales que reclaman el reconoci-
miento de sus actores, los supuestamente desaparecidos huarpes; en las sociedades
modernas. Tal fenómeno, cada vez más popular, exige un lugar de reconocimiento
e inclusión en las sociedades de “los blancos”, donde no sean discriminados, donde
tengan los mismos derechos y oportunidades que los hijos de europeos.

Políticas de Estado

En este marco de multiculturalidad, se generan desde el Estado medidas tendientes a


contener y conducir esa emergencia de pueblos originarios, a través de políticas activas
de inclusión social y reconocimiento de su pre-existencia étnica y cultural. Dentro de
esas medidas puede mencionarse la inclusión de los pueblos originarios en la Constitu-
ción Nacional, que en su Art. 75, inciso 17, reconoce la preexistencia étnica y cultural
de los pueblos indígenas, y reconoce la personería jurídica de sus comunidades, las
cuales no se pueden embargar, enajenar, etc. La incorporación del estudio de los pue-
blos originarios en la nueva ley de educación, y otras políticas como la creación de la
Dirección de Desarrollo Socio Productivo, donde a través del Programa de Promoción
del Artesano Folclórico se promueve la generación de ingresos genuinos para artesanos
rurales, quienes con su trabajo contribuyen a preservar nuestra identidad; y está des-
tinado a artesanos tradicionales que residen en la zona del desierto y de frontera de la
Provincia. Estas expresiones culturales contienen un valor intangible pues transmiten
el mensaje de la historia de nuestros pobladores pre colombinos.

44
Escolar, Diego “Los Dones Étnicos de la Nación”. Ed. Prometeo. 2007. Pág. 219.
105
Capítulo 1v
Comunidades Huarpes.

En el presente existen once comunidades huarpes en el departamento de Lavalle,


otra en Uspallata, ambas en la Provincia de Mendoza. También hay dos comunidades
en Cochagual, departamento de Sarmiento, Provincia de San Juan y otra más en La
Represita, Provincia de San Luis.
Cada una de estas comunidades tiene un representante, que desde el gobierno es de-
nominado “presidente de la comunidad”, pero en el seno comunitario es reconocido
como el “cacique” y este cargo es ejercido en forma indistinta tanto por hombres como
por mujeres.
Desde éstas comunidades continúa el reclamo por la propiedad comunitaria de la
tierra, el cual esta siendo escuchado desde el sector gubernamental y lentamente ha
comenzado el proceso de “Restitución de las Tierras” a distintas comunidades. Si bien
ya se han restituido varias de esas tierras en distintos momentos, aún faltan la gran
mayoría.
El reclamo de las once Comunidades Huarpes Millcayac es sobre unas 700 mil hec-
táreas del nordeste mendocino, que les corresponden por la Constitución Nacional de
1994 (art. 75, inc. 17) y por la Ley Provincial 6920 (art. 8). La población distribuida
en estas once comunidades es de alrededor de 5.000 personas.

Acta de Compromiso

Entre representantes de comunidades huarpes y miembros de instituciones varias se


llegó a la firma de un Acta de Compromiso, donde se inicia el acompañamiento al
pueblo huarpe.
En la cual figuran como puntos sobresalientes:
• Posesión comunitaria de la tierra.
• Acceso al agua.
• Emprendimientos productivos.
• Gestión participativa.
• Difusión de la cultura.

Difusión de la cultura: Fortalecer en el Nivel Inicial y EGB 1 y 2, e iniciar en EGB 3


y Polimodal, el proceso de construcción de una currícula cultural con la participación
de todas las comunidades.

106
Capítulo 1v
Conclusión.

Para interpretar la temática de los pueblos originarios primero se debe comprender


que no son “el pasado” sino “el presente, que no se está hablando de “otros” sino de
“nosotros”, y que no son diferentes de nosotros porque viven en lugares alejados de
los oasis centrales. Somos todos partes de la misma cultura, de todo aquello que se
conjugó para dar nacimiento a una provincia donde lo multicultural y lo multiétnico
es un componente importante en la formación de las identificaciones regionales, de
todo aquello con lo que nos sentimos identificados.
Si bien a comenzado a gestarse un cambio en cuanto a la inclusión de los pueblos
originarios en las sociedades modernas, a su reconocimiento y participación social,
todavía queda un camino por recorrer y fortalecer que tiene que ver con un conoci-
miento mas profundo de su cultura, su historia, y los distintos momentos vividos por
ellos, algunas veces como etnia extinta y otras como etnia en proceso de emergencia.
Más allá de cualquier discusión, sobre su existencia o desaparición como etnia, lo
valioso en una sociedad reside en poder aceptar la diversidad de identificaciones que
se suscitan en su seno dentro de un marco de tolerancia, respeto, igualdad e inclusión.

107
108
Apéndice de Crónicas.

109
110
Apéndice de Crónicas.

Crónicas.

A continuación aparecen las crónicas que los distintos investigadores con-


sultados rescataron de los relatos coloniales y representan un complemento
para el texto.
A través de estos relatos se pueden apreciar distintos aspectos de la vida co-
tidiana en la primera época de contacto hispano- aborigen, así como también
de sus aspectos climáticos, económicos y sociales.

Estas dos crónicas que figuran a continuación complementan la descripción


del clima:

“Salimos de Córdoba a primeros de diciembre, y llegamos con nuestras ca-


rretas a Mendoza, dos días antes de Navidad, antes de la cual corre el río de
aquella cibdad , que en este tiempo es muy grande y extendido, auméntase
de las aguas que corren derretidas de la Sierra Nevada y ensánchase tanto
que debe tener más de tres cuartos de legua de ancho, en brazos; pasámosle
por 37, unos con más agua que otros, y de piedra menuda; si en un brazo se
juntara, era imposible vadearle; yo hobiera de correr un poco de riesgo en un
brazo, que acertó a ser el mayor; iba adelante; echéme al agua; el caballo era
bueno, que desde la cibdad de los Reyes casi caminé en él; tenía buen camino,
sacóme en paz; pero no era tanta el agua que nadase; los que venían en pos
de mí bajaron más abajo y pasaron más fácilmente, y las carretas sin mojarse
cosa de las que en ella venían. Pasado el río, a medio cuarto de legua esta la
cibdad de Mendoza ...la cibdad es fresquísima, donde se dan todas las frutas
nuestras, árboles y viñas y sacan muy buen vino que llevan a Tucumán o de
allá se lo vienen a comprar; es abundante de todo género de mantenimiento y
carnes de las nuestras; sola una falta tiene, que es leña para la maderación de
las casas… Es abundante toda la provincia de víboras y demás animales pon-
zoñosos y de las hitas / ? / importantísimas grandes y pequeñas; las mismas
calidades tienen San Joan de la Frontera.…Desde estos dos pueblos (como
habemos dicho) se camina para el reino de Chile de cada cibdad por su ca-
mino donde se pasa por la cordillera Nevada que es la misma que llamamos
en el Perú Pariacaca, sino se aguarda el tiempo que las nieves sean derretidas
es imposible so pena de quedarse helado. Comiénzase a pasar casi a mediado
de Noviembre y dende en adelante hasta fin de Marzo y pocos días de Abril
porque luego se cierra con las nieves; yo la pasé a fin de Diciembre sin alguna
111
Apéndice de Crónicas.
nieve; tómase el camino desde Mendoza a Santiago que son cincuenta le-
guas y ándase en ocho días por sus jornadas todas despobladas…” (Michieli,
Catalina Teresa, “Los Huarpes Protohistóricos”, Instituto de Investigaciones
Arqueológicas y Museo, Fac. de Filosofía, Humanidades y Artes, Universidad
Nacional de San Juan, 1983, Pág..83).

La segunda crónica que complementa la descripción del clima, dice así:

“… Es esta tierra /La provincia de Cuyo/abundantísima de pan, vino, carne,


legumbres y todo género de frutas de Europa, y muy a propósito para almen-
dros y olivos, con que no viene a diferenciarse de Chile sino solamente en la
limpieza de los animales nocivos y ponzoñosos, y en los truenos y lluvias del
verano y en el temple; aunque para en cuenta, si Chile excede a Cuyo en el
estío, Cuyo excede a Chile en el del invierno, porque aunque hace también
mucho frío, no con los rigores de aguas, nieves y nublados que en Chile y
Europa, más antes goza de unos días serenos, y raro es en el que no se ve el
sol descombrado y hermoso en el invierno por ser sus aguas en el verano, y así
viene a ser absolutamente templado.
No hay en esta tierra pescado del mar por estar muy lejos del uno y del
otro…., pero proveyó naturaleza de unas lagunas que llaman de Guanacache,
donde se pescan en grandísima abundancia las truchas, que llaman de este
nombre, que son muy grandes como sábalos de Sevilla, pero mucho más
regaladas, sin comparación, porque no tienen espinas y son más delicadas y
sabrosas y muy sanas.
Fuera de las frutas de Europa, tiene esta tierra otras muy buenas…, la prime-
ra, que llaman chañales, y son a manera de avellanas, aunque se diferencian en
que la comida no la tienen dentro del hueso sino por de fuera; otra es la alga-
rroba, de la cual hacen un pan tan demasiado dulce que empalaga al que no
está hecho a comerlo. Provéese de aquí a toda la gobernación de Tucumán,
a Buenos Aires y al Paraguay, de higos, pasas, granadas, orejones, manzanas,
aceitunas y vino, que lo tiene mucho y muy bueno…. Las frutas de Europa,
ya hemos dicho que aún se dan allí mejores que en Chile. El pan es también
muy regalado, muy bueno el aceite, el anís, comino, lentejas, garbanzos y
demás legumbres. La hortaliza, tan buena y abundante como en cualquiera
parte. El pescado, mejor que el del mar; el lino y cáñamos, tan bueno como
el de Chile; los materiales para jabón y curtiembre de cordobanes, muy aven-
tajados, y todo lo demás necesario para la vida humana no reconoce ventaja a
ninguna otra parte (….) y aunque el verano confieso que los calores son gran-
des, pero en ninguna manera exceden a los de Tucumán, Buenos Aires y Para-
guay, ………, y tiene para contrapeso muy cerca la nieve, porque la ciudad de
Mendoza no esta una legua de la cordillera, donde hay tanta. Ni es de menos
consideración y estima para desquite del calor la buena calidad del aire, que
112
Apéndice de Crónicas.
es tan sano que no hace ningún daño ni hay necesidad de guardarse de él a
ningún tiempo, y así se salen a ordinario a dormir a los jardines de noche, sin
ningún temor; solo le hay de que venga de repente algún aguacero, que obliga
a cargar con la cama al mejor tiempo, porque se arman allí muy fácilmente en
verano, de manera que estando el cielo sereno y claro, muy en breve y casi de
repente se encapota y turba, y comienza a llover con increíble furia, pero esto
es fácil de reparar si se quiere; así se pudiera hallar defensa de los truenos y
rayos. Estos son los que atemorizan mas a los de Chile, porque como no están
acostumbrados a sentir sus efectos, les parece, en oyendo decir de Cuyo, que
se viene el cielo sobre ellos…. Y así no hay mortificación como obligar a uno
de Chile a pasar a vivir a Cuyo, porque demás de lo dicho, la mucha nieve que
cae en aquellos montes cierra el comercio de la una y otra banda, de manera
que en cinco y seis meses no pasa ni una carta, ni hay comunicación de unos
con otros…En algunas partes de estas provincias de Cuyo junto a la cordillera
hay unos árboles que sudan incienso. Yo truje una poco por muestra a Roma,
y me dijeron los boticarios que era más fino y más precioso que el que acá
se gasta de ordinario. También nace allí la hierba que llaman jarilla, que es
muy caliente y eficasísima para medicinas, como lo apuntamos arriba, y otras
muchas...” (Michieli, 1983, Pág.. 84-86).

La crónica que se presenta a continuación completa la descripción sobre las


ceremonias mágico-religiosas:

“/El padre Domingo González visitó muchas aldeas indias/. De las cos-
tumbres de sus habitantes escribió al Provincial lo siguiente: ‘Los indios entre
quienes estuve, se convidan mutuamente á bacanales, y acuden á éstas de
varios pueblos. El cacique de la aldea en que se celebra el banquete construye
con paja una choza redonda que tiene algunas aberturas. Allí los hombres
bailan y beben tres ó cuatro días sin dormir. Las mujeres están fuera, y sólo
entran con la cabeza vuelta y los ojos cerrados á dar vino á sus maridos; si
se descuidan y los ven, son condenadas a muerte, Ley que se cumple con tal
rigor, que ni el esposo perdona á la esposa ni el padre á la hija. Alegan por
causa de esta inhumanidad el que mientras se divierten en danzas y comilo-
nas los mata el diablo si los miran sus mujeres. A sus borracheras asiste el
demonio, cuya infernal bestia llaman de esta manera; un anciano rodeado de
bailarines toca el tambor hasta que se aparece Satanás en forma de hombre,
zorra ó perro, con grandes aullidos, y no se desdeña de beber; luego dirige un
discurso á los congregados; a los niños presentados por sus padres les araña
con las garras, y haciéndoles sangre, los inicia en ritos infames. Fuera de esta
ocasión, quienes desean consagrar a sus hijos al príncipe de las tinieblas, los
llevan á ciertos viejos que les levantan la piel con las uñas y les rasgan la cabeza
con punzones hasta que derraman sangre en abundancia, la que recogen en la
113
Apéndice de Crónicas.
mano y arrojan al aire; luego les obligan á prolongado ayuno, y con éste creen
que se robustecen ….” (Michieli, 1983, Pág..172)

La siguiente crónica completa la descripción de la vestimenta:

“La gente de este valle/Aconcagua/ es dispuesta y buen cuerpo y buen pare-


cer. Andan vestidos de lana y los pobres andan vestidos de unas mantas hechas
de cáscara de una hierba que tengo dicho, la cual hilan y tejen… El hábito de
ellos es como el que ya habemos dicho. Ellos traen una manta que les cubre
desde la cintura hasta abajo de la rodilla. Traen los pechos de fuera; son causa
de que se estraguen los hombres en la condición. Traen otra tela que tendrá
una vara que les cubre los hombros y las espaldas…. La lengua de estos valles
/Aconcagua y Mapocho/no difiere una de otra y lo mismo en ritos y ceremo-
nias, todos son uno” (Michieli, 1983, Pág. 193/94).

El texto que figura a continuación completa la descripción sobre la caza:

“Del instante que ellos /los huarpes/ sorprendían uno, se le aproximaban,


lo seguían a pie, a medio trote, y no lo perdían jamás de vista. No lo dejaban
detenerse a comer hasta que, al cabo de uno o de dos días el animal se fatigaba
y rendía; van ellos entonces a atraparlo y cargados con su presa retornan a la
casa…..” (Rusconi, Carlos, volumen I Etnografía, 1961, Pág.. 310)

La crónica del Padre Ovalle que continúa es complemento de la descripción


de los Accesorios utilizados por los huarpes:

“Cazan también los avestruces, de cuyas plumas tejen los plumeros de que se
visten en sus fiestas y sirven para muchos buenos efectos……Son casi todos
bien tallados y dispuestos, galanes de cuerpo, bien agestados, de buenos inge-
nios y habilidades; las mujeres son delgadas y muy altas, y en nación ninguna
las he visto jamás que lo sean tanto; píntanse las caras con un color verde
inseparable de su tez, por estar penetrado con ella; lo ordinario es pintarse so-
lamente las narices; algunas pintan también la barba y los labios; otras toda la
cara; visten decentemente así mujeres como hombres, y aquellas dejan crecer
el cabello y cuanto pueden, y éstos solo hasta el cuello; lo demás como los de
Chile”. (Michieli, 1983, Pág..197)

La crónica que figura a continuación completa la descripción de las leyendas:

“… fabricó allí /Juan Jufré/ a la ciudad de San Juan de la Frontera, ponien-


do la primera piedra en el mes de julio del año mil y quinientos y sesenta y
dos. No dejaré de referir en este lugar un caso digno de admiración y memo-
114
Apéndice de Crónicas.
ria, y fue que un indio de esta ciudad que tenía un algarrobal cinco leguas De-
lla, salió un día con su mujer a beneficiar su haciendilla. Pero como la mujer
fuese mui preñada, vino a parir en el camino quedando la criatura viva y ella
muerta. No fue poco el sentimiento del pobre indio que via a sus ojos a su
mujer muerta, y a su hijo padeciendo por no haber quien le amamantase en
aquel campo. Y fue tanta su simplicidad por una parte, y por otro el paternal
amor y natural afecto, que puso la criatura a sus pechos probando a darle el
derecho lado a ver si mamaría. Pero como ni el olmo suele dar peras, ni uvas
el espino, asi era por demas la dilijencia que hacia para que el pecho del viril
sexo diese leche. Mas como el amor cuando es de veras no deja esperiencia
que no intente, volvió la criatura al otro lado poniéndole a la boca el pezon
izquierdo a ver si aquel por ser del lado del corazón supliria la esterilidad del
primero. Mas ya que naturalmente él por si solo no podia, supliólo aquel Se-
ñor que suele manifestar su clemencia en semejante coyuntura, el que al niño
Ismael que en el desierto de Bersabé no tenia otra agua ultra de la destilada
por los ojos de su mafre Agar, le socorrió con un poco Della, enviándole un
ánjel que se le mostrase; el que en el desierto sacó las corrientes de las aguas
(…) este señor que a ninguno olvida ni desampara, acudió al padre de aquel
niño con consuelo, y al hijo con alimento haciendo que de aquel pecho iz-
quierdo mamase leche en tanta abundancia, que no solamente satisfizo a la
necesidad instante, pero continuó la maravilla hasta que el indio puso a su
chicuelo en estado en que no había ya menester ama. “ (Michieli, Catalina T.,
1983, Pág. 209)

115
116
Glosario.

Glosario.

Arqueología: Es una disciplina que estudia las sociedades a través de sus res-
tos materiales, sean estos intencionales o no. Así, debemos dejar de lado la
tradicional visión de que como «una ciencia auxiliar de la Historia, se ocupa
de la Prehistoria ya que complementa con documentos materiales aquellos
períodos no suficientemente iluminados por las fuentes escritas». La Arqueo-
logía es una ciencia social autónoma, que estudia a los seres humanos a través
del estudio de su restos materiales con el fin de inferir los comportamientos y
situaciones que le dieron origen.

Atahualpa: Último inca del Perú, murió en 1533. Hijo de Huayna Capac, fue
derrotado por Pizarro por medio de la traición, condenado a muerte y ejecutado.

Cacheuta: Originariamente nombre de un cacique. Luego, nombre de la lo-


calidad donde habitaba con sus súbditos junto al río Mendoza. Probable-
mente la palabra Cacheuta , tanto en huarpe como en quechua, responde a
la forma separada en que los aborígenes pronunciaban las palabras. Así, en
ambas lenguas ca significa "otro", che, significa "gente o persona" y ata, ota,
uta, "valle o lugar de reunión". De tal modo que el significado final de la pa-
labra sería lugar donde se reúne la gente, u otro de los valles donde se reúne
la gente.

Chasqui: Voz quechua. Hombre que a través de los caminos llevaba el men-
saje o la noticia de un confín a otro del Imperio incásico.

Cortaderas: (Cortaderia selloana) Hierba de hojas largas, angostas y aplana-


das, cuyos bordes cortan como una navaja. Presenta grandes inflorescencias
en forma de ramilletes plumosos. Se desarrolla en lugares pantanosos de Ar-
gentina y Chile y se usa el tallo para tejer cuerdas y sombreros.

Cortaderas: (Cortaderia selloana) Hierba de hojas largas, angostas y aplana-


das, cuyos bordes cortan como una navaja. Presenta grandes inflorescencias
en forma de ramilletes plumosos. Se desarrolla en lugares pantanosos de Ar-
gentina y Chile y se usa el tallo para tejer cuerdas y sombreros.

117
Glosario.
Cruz del Sur: Constelación austral. Está próxima al Círculo Polar Antártico
y compuesta de varias estrellas que forman una cruz.

Curaca: Voz quechua. Cacique, potentado o señor principal de un pueblo


entre los incas.

Etnografía: la etnografía es un método de investigación de la Antropología


Social o Cultural (una de las ramas de la Antropología que facilita el estudio y
comprensión de un ámbito sociocultural concreto, normalmente una comu-
nidad humana con identidad propia).

Etnohistoria: es en principio el estudio histórico y antropológico de las co-


munidades originarias y su convivencia con otros grupos humanos, con la
complejidad política e identitaria que ello ha representado. Relacionada con
las nuevas corrientes históricas se ha enfocado también a las historias sociales
que han sido relegadas, así, etnohistoria de las mujeres, de las imágenes, de
los inmigrantes, etc.

Etnología y etnografía:
Es importante hacer una distinción entre etnología y etnografía. La Enci-
clopedia Social de las Ciencias Sociales nos indica que mientras la primera
ha venido a significar el estudio comparado de las culturas documentadas y
contemporáneas, la segunda se emplea para designar el estudio de campo de
la cultura de una tribu o sociedad particular. Existe un criterio de comparati-
vidad que «se sustenta sobre la idea de que la etnografía es necesaria para po-
der generar interpretaciones y explicaciones, pero no es suficiente para probar
hipótesis, lo cual requiere la realización de un estudio comparado sobre una
muestra representativa de sociedades» (Aguirre Batzán, 1993 p.275). Lo que
a su vez nos dice, implícitamente, que es necesaria la etnografía para poder
generar interpretaciones y explicaciones, que luego convertirá la etnología en
hipótesis.

Inti: Dios de los antiguos quechuas. El Sol.

Pirca: Voz quechua, pirca, "pared". Pared de piedra en seco.

RAE: Real academia Española.

Tambillos: Voz incaica, tampu "tambos o tambillos", alojamiento transitorio.

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