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Dedicado a mis padres,
Mariana y Guillermo.
A mi amor,
Sergio.
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Agradecimientos.
• Sin lugar a dudas, desde el inicio, difícil hubiera sido la tarea sin el apoyo
y la ayuda constante de mi familia: Sergio, Celina, mamá y papá.
• Sr. David Bartolomé, por su guía, gestión y colaboración constante.
• A mí querida y admirada Prof. Elena Díaz, por su guía y colaboración
permanentes.
• Al Fondo para la Cultura de la provincia de Mendoza
• Al Sr. Roberto Mons y a la Srta. Eleonora González.
• A la productora Imagen Tres: Rolando, Raúl y Juan Carlos, por el aporte
mas allá de las imágenes: ideas, gestiones, movilidad, contactos, etc.
• Lic. y Mtra. Laura Piazze, por la información precisa, concreta y oportu-
na, y por la “buena onda” hacia el proyecto y sus realizadores.
• Dr. Pablo Cahiza, por su desinteresada colaboración, y agrego a este agra-
decimiento a todos los entrevistados e investigadores que le dieron sus-
tento a este trabajo:
• Srta. Mónica Constanzo, docente en Escuela Albergue
• Dra. María José Ots
• Dr. Diego Escolar
• Dra. María del Rosario Prieto
• Museo Arqueológico de la Facultad de Filosofía y Letras “Prof. Salvador
Canals Frau”, a su directora Dra. Ma. Del Rosario Prieto de Herrera, y a
su encargada Lic. Laura Piazze.
• Museo Histórico “Las Bóvedas”, y a sus directivos.
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• Museo de Historia Natural de San Rafael, a su director Lic. Luis Balla-
rini, y colaboradores.
• Museo Regional y Americanista de Luján de Cuyo.
• Museo de Ciencias Naturales “Juan Cornelio Moyano”, a su directora
Dra. Clara Abal de Russo y a su secretario Sr. Álvaro Sacchi.
• Museo Arqueológico “Carlos Rusconi” de Maipú, a su Directora Sra.
Liliana Daffra, y sus colaboradores.
• A la Municipalidad de Lavalle.
• A la Dirección de Cultura de Lavalle y especialmente a la Arq. Ana María
Castillo.
• A la Dirección de Zonas No Irrigadas de Lavalle, al Sr. Gustavo Villegas y
al Sr. Ramón Cortéz, por su amable y desinteresada colaboración.
• A la comunidad de El Forzudo (Lavalle), a su escuela Nº 8- 382 “Francis-
co A. Rizzuto”, a sus alumnos, directivos y docentes por su hospitalidad
y el gran aporte.
• A la Comunidad “Paula Guaquinchay” de Asunción, por su hospitali-
dad, amabilidad y colaboración. Especialmente al Grupo de Teatro, al Sr.
Emanuel Suárez y a la Srta. Fanny Barros y su flia.
• A la Municipalidad de Junín, a la Sra. Concejal Prof. Laura Uano, por su
compromiso y colaboración.
• A la Dirección de Patrimonio Cultural de la Provincia de Mendoza, y a la
Lic. Julia Fernández, responsable de prensa y extensión.
• Al Mercado Artesanal de Mendoza.
• A la Srta. Paola Vázquez, por sus originales diseños y creatividad.
• A las empresas privadas comprometidas con la Cultura y la Educación:
• Aceitera Oleotec S.A., y al Sr. Alejandro Libanti, por su compromiso asu-
mido en forma inmediata.
• Cooperativa de Electrificación Rural Alto Verde y Algarrobo Grande.
• Cooperativa de Giagnoni Ltda.
• Fundación “Raúl Vázquez” de Seguros Rivadavia.
• A la Librería French, y al Sr. Daniel Manzano.
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• A la Prof. Paloma Giménez, representante del COIM.
• Al Ctdor. Alejandro Simón y al Lic. Leonardo Suárez.
• A aquellos seres que “de otra forma” aportaron y guiaron tanto al proyec-
to: mi maestra, Máster Lucía Mabel Campodónico Yanzi y mi maestro,
Dr. Omar Lazarte.
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“Creemos que es un deber incorporar las expresiones artísticas
de las antiguas culturas autóctonas de la argentina al
Patrimonio Nacional”.
Alberto Rex González (1977)
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Capítulo I
Cultura y Patrimonio.
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Capítulo 1 Cultura y Patrimonio
Cultura y Patrimonio.
de nuestra provincia, la Sra. Gimé- existe una clasificación válida para las
nez y un representante del cuerpo de etnias o razas. No existe ningún gru-
Diputados de la provincia de Men- po humano que sea superior a otro,
doza. La reunión se lleva a cabo en biológica o genéticamente
el segundo piso del edificio de la Se- Más allá de esta igualdad biológica
cretaría de Cultura de la Provincia de somos fisonómicamente diferentes
Mendoza, sito en España y Gutiérrez unos de otros. Hay diferencias en la
de ciudad. pigmentación de la piel, el aspecto
En cuanto a las comunidades huar- del rostro o la contextura física, que
pes en Mendoza, existen en la actua- obedecen a las influencias geográfi-
lidad 11 comunidades en el departa- cas, a las diversas formas de alimen-
mento de Lavalle y una en Uspallata, tación y a otros factores selectivos
departamento de Las Heras. En ellas naturales. Y si incluimos a la perso-
se congregan alrededor de 5.000 in- nalidad, con todos sus sentimientos,
tegrantes, y cada una cuenta con un podríamos decir que no existe un ser
representante.La información más humano que sea igual a otro.
ampliada sobre este tema se encuen- Los antropólogos, en la actualidad,
tra más adelante, en el capítulo que clasifican a las diferentes etnias desde
trata sobre el huarpe en la actualidad. el aspecto cultural, considerándolas
“unidades bioculturales”.
Desde la ciencia. La cultura es, quizás, el factor más
En nuestro planeta vivimos, aproxi- importante a considerar a la hora de
madamente, 6.000 millones de per- determinar la conducta y estilo de
vida de los grupos humanos.3
sonas. Sin embargo, somos prác-
ticamente iguales y pertenecientes Según el diccionario:
todos a una única especie biológica:
El Homo Sapiens. Los nuevos ha- Cultura: Conjunto de conocimientos
llazgos obtenidos en los estudios del adquiridos, saber. Conjunto de estruc-
genoma humano, indican que los turas sociales, religiosas, etc. de mani-
seres humanos somos básica y gené- festaciones intelectuales, artísticas, etc.
ticamente idénticos. Sólo nos distin- que caracteriza a una sociedad.
guimos superficialmente por el color
de nuestra piel, la textura del cabello, En un sentido más amplio:
la forma de la cabeza, los rasgos facia-
les, las proporciones corporales “La cultura es el conjunto de todas
Algunos científicos afirman que, las formas, los modelos o los patro-
desde el punto de vista biológico, no nes, explícitos o implícitos, a través
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Los Andes, domingo 14 de Octubre de 2009, suplemento Tintero.
Enciclopedia virtual Wikipedia.
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Capítulo 1 Desde la ciencia.
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La Dirección de Patrimonio Cultural funciona en calle Padre Contreras 1250, Parque General
San Martín. En el antiguo Hospital Emilio Civit. E-mail: patrimonio@mendoza.gov.ar
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Capítulo 1 Legislación.
Capítulo I
Capítulo II
Artículo 2º- Todos los bienes que integran el patrimonio cultural de la provincia, por
su valor documental y cronológico, deberán ser conservados como testimonio para el
conocimiento y desarrollo cultural.
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Ley. Capítulo 1
Artículo 3º- A los efectos de la presente ley se consideran integrantes del patrimonio
cultural de la provincia, todos aquellos bienes trascendentes que material y/o cultural-
mente reportan un interés antropológico, histórico, arqueológico, artístico, artesanal,
monumental, científico y tecnológico, que significan o pueden significar un aporte
relevante para el desarrollo cultural de Mendoza, que se encuentren en el territorio de
la provincia, o ingresen a él, cualquiera fuere su propietario, luego de su declaración
como tales por la autoridad de aplicación.
(Texto según Art. 1º- Ley 6.133)
Artículo 4º- Estarán sujetos a la calificación establecida en el Art. 3º de la presente
ley los siguientes bienes:
a) Bienes inmuebles de valor arquitectónico, artístico o de importancia
cultural, que posean más de cincuenta (50) años de antigüedad, monu-
mentos, sepulcros y lugares históricos provinciales declarados.
b) Conjuntos urbanos arquitectónicos, de ámbitos históricos y/o cul-
turales.
c) Yacimientos o sitios arqueológicos y sus áreas de influencia. Se en-
tiende por tales todo espacio en la superficie del terreno, en el subsuelo
o bajo las aguas donde están reservados objetos arqueológicos, factibles
de ser estudiados con metodología científica arqueológica.
d) Yacimientos o sitios paleontológicos y sus áreas de influencia.
e) Objetos arqueológicos, hayan sido o no extraídos, entendiéndose
por tales todo resto material, mueble o inmueble, o vestigios de cual-
quier naturaleza que brinde información sobre la existencia, cultura,
actividades y/o relaciones producidas por el hombre en el pasado. Se
asimilan a los objetos y yacimientos mencionados en el inciso “c” y “d”,
las manifestaciones arqueológicas de arte, los restos esqueletarlos que
documentan la contextura o el aspecto físico de seres humanos que vi-
vieron en el pasado, así como su contexto de depositación.
f) Objetos de antropología, etnografía y paleontología; piezas de zoolo-
gía, botánica y mineralogía.
g) Bienes muebles, manuscritos, papeles y objetos históricos, artísticos
y científicos de cualquier naturaleza incluyendo instrumentos y
partituras musicales, piezas de numismática, armas, imágenes y orna-
mentos litúrgicos, decorativos, vehículos, material técnico y de preci-
sión.
h) Libros sueltos o formando bibliotecas, periódicos o impresos de
cualquier naturaleza, impresos en la Argentina o en el exterior, carto-
grafía en general.
i) Obras de arte, pinturas, acuarelas, dibujos litográficos, grabados y
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Capítulo 1 Ley.
esculturas, alfarería, cerámica y bienes de uso público u oficial.
j) Piezas de artesanías tradicionales (tejidos, fibra vegetal, cuero y me-
tales).
k) Muebles de uso personal o familiar, fabricados en el país o en el ex-
tranjero.
Capítulo IV
Autoridad de aplicación.
Capítulo V
Artículo 12º- Crease el Consejo Provincial del Patrimonio Cultural, como órgano
asesor del poder ejecutivo, en el ámbito del Ministerio de Cultura, Ciencia y Tecno-
logía.
Artículo 13º- El Consejo Provincial del Patrimonio Cultural estará integrado por
un (1) representante del Ministerio de Cultura, Ciencia y Tecnología y un (1) repre-
sentante por cada una de las organizaciones legalmente constituidas, públicas o priva-
das, estatales o no que tengan entre sus objetivos el estudio,investigación, protección,
conservación, restauración y acrecentamiento del patrimonio cultural de la Provincia
de Mendoza. Asimismo, por invitación del Consejo o del Poder Ejecutivo, podrán
integrarlo aquellas entidades que por su accionar demuestren preocupación por la pro-
blemática del patrimonio provincial.
Artículo 15º- Son funciones del Consejo Provincial del Patrimonio Cultural de la
Provincia de Mendoza, con relación a los bienes mencionados en la presente ley:
a) Emitir dictamen, en todos los casos, sobre las solicitudes de registro
de bienes del patrimonio cultural de la provincia de Mendoza, las que
deberán reunir los siguientes antecedentes:
Antecedentes Generales.
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Ley. Capítulo 1
Antecedentes Técnicos.
1. Descripción de la técnica, medidas.
2. Gráficos del bien: plantas, cortes, fachadas (distintas escalas).
3. Gráficos complementarios: detalles, sistema constructivo.
4. stado de conservación. Descripción, posible deterioro, intervenciones,
gráfico lesiones, patologías, degrado.
Antecedentes jurídicos.
Artículo 16º- Son atribuciones del Consejo, a los efectos del cumplimiento de los
fines designados:
Artículo 17º- Los bienes incluidos en las categorías que esta Ley establece están suje-
tos a investigación científica por especialistas en el campo que corresponda, según las
características y condiciones que por la reglamentación se establezcan, tratándose de
bienes del dominio privado de particulares se requerirá la conformidad de los mismos.
Artículo 19º- Los organismos públicos que proyecten, inicien o ejecuten obras
en el territorio provincial deberán prever la conservación del patrimonio cultural y
natural.
Capítulo VII
Capítulo VIII
De la Preservación y Conservación.
Artículo 22º- Los poseedores o propietarios de los bienes muebles o inmuebles com-
prendidos en la presente Ley e inscriptos en el registro pertinente, son responsables de
la preservación y conservación de los mismos, a fin de mantener y asegurar su genui-
nidad e inalterabilidad.
Cualquier modificación que pueda alterar sus condiciones debe comunicarse pre-
viamente a la autoridad de aplicación, que tendrá un plazo perentorio para expedirse,
fundamentando técnicamente la autorización o no de la modificación. Las municipa-
lidades comunicarán a la autoridad de aplicación las solicitudes de permisos para obras
en inmuebles que figuren en el registro del patrimonio cultural provincial.
Artículo 23º- El Poder Ejecutivo Provincial se acogerá a los beneficios de los tratados
y convenios internacionales, suscriptos por la República Argentina con otros estados o
entes internacionales, aplicables a las exportaciones ilícitas de los bienes inscriptos en el
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Capítulo 1 Ley.
registro del Patrimonio Cultural de la provincia, para posibilitar la recuperación de los
bienes que hubieran salido ilegalmente del país.
Capítulo IX
Artículo 24º- Quedan exceptuados de impuestos y tasas provinciales todos los bie-
nes muebles e inmuebles registrados como pertenecientes al patrimonio cultural de
la provincia, como así también de las tasas municipales, cuando las municipalidades
hayan adherido al régimen de la presente Ley.
Capítulo X
De las Infracciones
Artículo 25º- Las personas de existencia visible o los responsables legales de la existen-
cia ideal que infrinjan la presente Ley serán sancionadas con multas de entre trescientos
pesos ($300) hasta treinta mil pesos ($30.000), de acuerdo al grado de participación,
gravedad de la infracción cometida y reincidencia, sin perjuicio de las sanciones que
pudieran corresponder si el hecho constituyere delito.
(Texto según Art. 7º- Ley 6.133)
Artículo 26º- Las municipalidades de la provincia podrán adherirse a lo establecido
en la presente Ley.
Artículo 27º- Derogase toda otra disposición que se oponga a la presente Ley.
Artículo 28º- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Dada en el recinto de sesiones de la Honorable Legislatura, en Mendoza a los diez días
del mes de junio de mil novecientos noventa y tres.7
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Dirección de Patrimonio Cultural de la Provincia de Mendoza, ley Nº 6.034
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Capítulo II
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Capítulo 1 1
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Capítulo 1 1
El Huarpe antes de la conquista.
Aspectos Generales.
La región* cuyana* estuvo habitada, antes de la llegada de los españoles, por una
sociedad autóctona que dejó su impronta en el territorio cuyano, tanto por su forma
de vivir, de cultivar la tierra, de regar sus cultivos, como por su forma de manifestar sus
creencias, su espiritualidad, etc.. Nos estamos refiriendo a la comunidad “Huarpe”.
Cuando se habla de “huarpe” se hace referencia a la comunidad aborigen* que habi-
taba la región cuyana a la llegada de los españoles. Su dominio se extendía desde el río
Jáchal de San Juan, al norte; hasta al río Diamante de Mendoza, al sur; y desde el valle
de Conlara (Prov. de San Luis), al este; hasta la Cordillera de los Andes, al oeste. Esta
era, básicamente, el área de distribución huarpe.
HUARPE
Pero no se puede otorgar esa denominación a todos los grupos que habitaron o
pasaron por este territorio en la prehistoria.
Se dice “prehistoria” porque si la historia comienza con la escritura, entonces en la
región cuyana la prehistoria se mantuvo hasta la llegada del español, a mediados del
siglo XVI.
Considerando que la cultura huarpe, como muchas otras, era ágrafa entonces se dice
que pertenece a la prehistoria; por no poseer registros escritos sobre su cultura. A
partir de esto, todo lo que se conoce sobre ellos deviene de los documentos, registros o
crónicas de la época colonial, de los estudios realizados por sacerdotes evangelizadores,
como el padre Luis de Valdivia, el padre Ovalle o el padre Lizárraga, entre otros, que
son las crónicas que hoy estudian los investigadores, cuyos trabajos representan la base
de la presente compilación.
Si bien cuando llegan los españoles encuentran habitando en la mencionada región a
ésta comunidad denominada huarpe, no se puede afirmar que todo resto arqueológi-
co encontrado en la zona les corresponda, ya que el huarpe pertenece a un grupo agro
alfarero tardío, y anterior a ese período se encuentra otro llamado agro alfarero medio,
y anterior a este; y asociado a los primeros pobladores de cuyo se encuentra el período
agro pastoril temprano, que data de gran antigüedad.
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Capítulo 1 1
Períodos Históricos
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Capítulo 1 1
Distribución Geográfica.
1. Tucuma o Caría: Con dialecto huarpe Allentiac. Situado en el valle que forma el
Río San Juan. Donde en 1562 se funda la Ciudad de San Juan de La Frontera
(hoy San Juan).
2. Guentota o Cuyo: Con dialecto huarpe Millcayac. Donde en el año 1561 se
funda la Ciudad de Mendoza. En las márgenes del río Mendoza, comprendiendo
los terrenos donde hoy se emplazan Ciudad, Luján de Cuyo y sus alrededores.
De esta zona es oriunda la cerámica conocida como Cerámicas de la Cultura de
Agrelo, llamadas así por ser encontradas, las primeras, en esa localidad del depar-
tamento de Luján de Cuyo, Mendoza.
3. Uco - Jaurúa: Con dialecto huarpe Millcayac. Asentamiento que se emplazaba
en las márgenes del río Tunuyán, donde hoy lo hacen los departamentos de Tu-
nuyán, Tupungato y San Carlos. De ésta zona es oriunda la cerámica conocida
como Cerámicas de la Cultura de Viluco, llamadas así por ser encontradas, las
primeras, en la localidad de Viluco, departamento de San Carlos, Mendoza.
4. Guanacache: sentamiento conformado por el extenso complejo lacustre y palus-
tre de Guanacache. Conocido como el complejo de los Huarpes Laguneros. Un
verdadero oasis en el desierto.
Según el Padre Lizárraga, que hacia fines del siglo XVI atravesara el territorio huarpe,
afirma: “…estos indios físicamente son mal proporcionados y desvaídos…, las indias son de
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Capítulo 1 1
mejor proporción”8. Estos datos deben interpretarse, según Canals Frau, como querien-
do decir que eran altos y delgados.
También el Padre Ovalle, dice a propósito de los Huarpes “…son de ordinario como
varales…” de altos, “…muy delgados y enjutos y crían muy poca carne…”9
Estas son las más antiguas descripciones, ya que se trata de clérigos que visitaron
Mendoza en los tiempos de la colonia y los vieron personalmente.
8
Canals Frau, Salvador, “Las poblaciones indígenas de la Argentina”, Ed. Sudamericana, 1953.
Tercera Parte, cap. II Los Huarpes de Cuyo, Pag. 376.
9
Idem anterior.
10
Bárcena, Roberto, “Antropología física del Valle de Uspallata, provincia de Mendoza”. Anales
de Arqueología y Etnografía. UNCuyo, Facultad de Filosofía y Letras, tomos XXIX-XXXI,
1974/76, pp. 149-157, 165-171.
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Capítulo 1 1
• Tabular oblicua: Forma curvo-frontal. En éste caso el cráneo es llevado en forma
angosta y alargada, como el caso anterior, pero hacia atrás.
Clima.
Según los relatos citados por los investigadores el clima sería bastante parecido al que
se tiene hoy, con grandes diferencias de temperatura entre inviernos y veranos. Los
veranos muy calurosos con tormentas eléctricas y graniceras, truenos, rayos y cauda-
losas precipitaciones que se suscitan en esas mismas tormentas tan características de
la región cuyana.
Los inviernos son descriptos como fríos pero sin precipitaciones y soleados casi per-
manentemente por lo que son considerados como “templados”, a pesar de sus bajas
temperaturas.
Completan esta descripción las crónicas coloniales que figuran en el apéndice al final
de la edición.
Suelos.
La región ocupada por los huarpes se caracteriza por dos grandes elementos morfoló-
gicos que se mantienen a lo largo de toda el área de expansión de ésta comunidad: uno
montañoso, que ocupa la parte occidental del territorio, la Cordillera de Los Andes; y
otro deprimido, el llano, que ocupa la parte central y oriental.
También presenta gran importancia, por la extensión abarcada y los recursos gene-
rados, las Lagunas de Guanacache, que por aquella época abarcaban una extensión
importante en el sector noreste mendocino, donde hoy se ubica el desierto lavallino y
norte de los departamentos de San Martín, Santa Rosa y La Paz.
En las crónicas transcriptas al final de edición se hace referencia a la fertilidad de sus
tierras, especialmente de los valles de Guentota, Caria y el Valle de Uco, que, unido
al clima favorable, hacían posible el cultivo de todos los productos agrícolas europeos.
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Capítulo 1 1
Fauna.
La fauna autóctona que existía en la región cuyana hacia la llegada del español, estaba
compuesta por especies como:
• Mamíferos: guanaco (Lama guanicoe), llama (Lama glana), puma, gato montés.
• Aves: avestruces (Rhea americana), ñandú, perdiz y otra especie similar que lla-
maban “francolines”, pájaros en general, patos (también llamados “anades”), éstas
eran las especies que los aborígenes cazaban, también cóndor, águila de la sierra,
carancho, tero, jotes y chuñas.
• Peces: truchas que se pescaban en ríos y lagunas, principalmente en el complejo
lacustre de Guanacache, así como también el bagre.
• Roedores: chinchillón, tuco tuco, cuis, mara, vizcacha y ratones.
• Ofidios: yarará, boa de las vizcacheras y coral.
• Marsupiales: achocaya o ratón del palo.
• Endentados: el piche, el mataco, el pichiciego.
• Invertebrados: escorpión, el grillo topo, la chinche de agua y el cangrejo de río.
• Insectos: diversos tipos como mosquitos, tábanos y chinches.
Flora.
12
Rusconi. Opt. Cit., pag. 255-268.
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Capítulo 1 1
• Papa silvestre (Arjona andina), comestible
• Piquillín (Condalia microphylla), (Condalia lineada), comestible
• Raíz de teñir (Relvunium richardianum), planta tintórea
• Retortuño (Prosopis estrombulifera), planta tintórea
• Yerbamota (Mentha aquatica), planta tintórea
• Zulupe (Ephedra ochreata, E. andina, etc.), comestible.
Dentro de las especies mencionadas, las llamadas tintóreas, eran utilizadas por las
mujeres huarpes para teñir sus lanas y, a veces también, los cueros con que confeccio-
naban sus vestimentas. Con las lanas, además de confeccionar la vestimenta, también
la usaban para decorar la cestería que también ellas realizaban, con gran belleza estética
más allá de la maestría expresada en el manejo de las técnicas de elaboración.
“En otras annuas seha escrito el buen natural yCapacidad de los yndios de estas lagunas
y Su avitación q es junto aellas, o dentro de unas yslas, su sustento es Rayses, y Pescado….”.
“Los indios de cuyo vivían en las riberas del lago o errantes por los campos…..Se alimen-
taban los más de la caza; en vez de pan comían raíces de juncos endurecidas al sol; también
peces y otras cosas que arrojan las aguas….”.
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Capítulo 1 1
Aspectos Culturales.
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Capítulo 1 1
los hijos; existe una costumbre que divinidades siderales como el sol, la
debe mencionarse, es la de llevar a luna, el lucero de la mañana, y por
sus bebés, las mujeres huarpes, en divinidades telúricas como los cerros
cunas suspendidas de su frente, he- y los rayos.
chas de mantas sujetas a la frente de Hunuc Huar moraba en la cordi-
la madre con una bincha y cuyo peso llera, según sus creencias; a él ren-
soportaba la espalda. Similares a las dían culto a través de ofrendas como
que en la actualidad puede obser- maíz, chicha, plumas de avestruz,
varse en algunas comunidades boli- etc., productos naturales de la región
vianas, donde los niños son sujetos cuyana. Las ofrendas se realizaban a
con mantas a la espalda de la madre través de la acción de arrojar al aire
pero, en éste caso, ubicados en forma el tributo. El motivo de las mismas
oblicua a la espalda y atada la manta era conseguir favores como salud,
sobre un hombro. En el caso de las agua, lluvias, pasar la cordillera con
mujeres huarpes, esas cunas eran sus- éxito hacia el lado chileno, etc. En
pendidas de su frente. general, todos los pedidos estaban
Otra característica importante del relacionados con la subsistencia y la
matrimonio en la sociedad huarpe superación de adversidades.
la constituye la práctica del levira- Tenían la creencia de que al morir,
to, que consiste en la costumbre de el alma del ser, emprende un via-
que el hombre se casaba con la viuda je hacia la cordillera, para morar en
de su hermano, a la muerte de éste. ella junto a Hunuc Huar. Por ello en
Teniendo en cuenta éste aspecto se las prácticas mortuorias los difuntos
comprende que en lengua allentiac eran sepultados en posición alarga-
existe la misma denominación para da y con la cabeza orientada hacia la
“hijo” que para “sobrino”: “llahue”, cordillera, junto al cadáver se coloca-
ya que los sobrinos se consideraban ban sus efectos personales, alimentos
como hijos probables o virtuales, y bebidas, para que sirvan al difunto
ante la posibilidad del matrimonio en su viaje al más allá.
entre cuñados. Cabe destacar un elemento impor-
Otra costumbre de la misma índo- tante dentro de la religión huarpe
le era la del sororato, consistente en como son las ceremonias.
el matrimonio del viudo con la o las Estas podían tener dos finalidades:
hermanas de su mujer. En un senti- • Mágico- Religiosas.
do estricto, las heredaba como espo- • Fúnebres.
sas a la muerte de su mujer.
Mágico-Religiosas.
Religión
En ambas se reunía a toda la comu-
Se sabe que tenían el concepto de nidad, e incluso podían ser invitados
un Dios Supremo, al que llamaban miembros de otras comunidades ve-
Hunuc Huar, que era asistido por cinas, como en el caso de las ceremo-
45
Capítulo 1 1
nias mágico-religiosas que se realizan compás de una música de percusión
de la siguiente manera: (tambores).
El anfitrión de la reunión era el caci- Los muertos eran enterrados direc-
que y podían asistir miembros de co- tamente en la tierra y a escasa pro-
munidades vecinas. A la ceremonia fundidad, generalmente en posición
eran invitados solamente hombres. decúbito dorsal (boca arriba), con
El recinto donde se realizaba la cere- orientación oeste-este, la cabeza
monia era construido para ese fin, en orientada hacia la cordillera donde
forma circular con varias aberturas al moraba Hunuc Huar, su principal
exterior. El desarrollo de la ceremo- divinidad, y hacia donde emprendía
nia abarcaba alrededor de cuatro días el viaje al más allá, el difunto, junto a
y se caracterizaba por los excesos, a su divinidad benefactora.
través de la abundante ingesta de ali- Los cuerpos de los difuntos eran
mentos y bebidas que llevaba a los envueltos en cueros cocidos entre
participantes a un estado de ebrie- sí o en mantas de lana sujetas con
dad en el que permanecían durante cordones de lana, fibra vegetal o pelo
toda la reunión. Eran provistos de humano.
alimentos y bebidas en forma perma- Junto al cadáver se depositaban sus
nente por las mujeres, quienes tenían objetos personales y alimentos como
prohibido mirar a los hombres cuan- maíz y chicha, que debían servir al
do ingresaban al recinto, la omisión difunto como provisión en su viaje al
de este mandato implicaba “pena de más allá. Los parientes observaban
muerte” para aquella de desobedecie- duelo pintándose la cara y permane-
ra. También consistía en la danza al ciendo algún tiempo sin lavársela.
son de los taquíes, la cual se desarro-
llaba en forma permanente al igual Ofrendas Humanas.
que la ingesta de comida y bebida.
Durante la ceremonia se presentaba Distinto era el caso de las ofrendas
a los niños en comunidad por lo que humanas (sacrificios), que se hacen
puede interpretarse, desde la óptica presentes desde la llegada de los pue-
de Michieli, como un rito de inicia- blos andinos del Perú (Incas). En
ción. éste caso, los restos humanos apa-
En el apéndice del final de edición recen acompañados por un ajuar
figura la crónica que completa esta compuesto por vestimenta, atavíos
descripción. que acompañan la vestimenta como
prendedores, plumas de aves y otros
Fúnebres adornos como collares de cuentas ce-
rámicas, moluscos u otros; también
En el caso de las ceremonias fúne- por objetos cerámicos (vasijas, keros,
bres, también congregaban a cier- escudillas, etc.), manos de moler de
to número de personas, donde se piedra, etc.. Ejemplo de este caso
hacían danzas e ingerían bebidas al son las diferentes “momias” encon-
46
Capítulo 1 1
tradas en santuarios de altura, en la mente. La desesperación del hom-
cordillera de Los Andes en las pro- bre por alimentar a su hijo lo llevó
vincias de Mendoza y San Juan, entre a ponerse al pecho al niño, del cual
otras. prodigiosamente brotó leche con la
cual pudo saciarlo.
En el apéndice del final de edición
aparece transcripta la crónica que re-
lata este hecho.
50
Capítulo 1 1
bién las correspondientes a la forma- En este lenguaje los adjetivos y
ción de oraciones negativas. pronombres (que cumplen función
adjetivadora) se anteponen a los sus-
Puede resumirse que la principal tantivos. Las funciones de cada par-
característica de la morfología del te de la oración están generalmente
idioma huarpe es el empleo de recur- señaladas por sufijos que no son otra
sos tanto aglutinantes como flexivos cosa que preposiciones colocadas a
para la formación de palabras. continuación de la palabra que mo-
difican; en el caso de oraciones con
Para tratar de reproducir la fonética verbo en voz activa las preposicio-
huarpe…pueden seguirse las normas nes correspondientes a la función de
de pronunciación española en gene- complemento directo…pueden omi-
ral… tirse. Los elementos que cumplen la
función de complementos (directo,
Con respecto a la acentuación, el indirecto o circunstancial) se antepo-
padre Valdivia dejó establecidas en nen al verbo, por lo que éste gene-
su Gramática algunas normas muy ralmente ocupa el último lugar en la
generales. En el dialecto millcayac oración. El complemento directo es
la acentuación se realizaba en la pe- el que se ubica inmediatamente antes
núltima sílaba en el caso de los sus- del verbo en la mayoría de los casos,
tantivos; en cambio los adverbios y antecedido a su vez por el comple-
“partes indeclinables” se acentúan en mento indirecto y el o los comple-
la última sílaba. mentos circunstanciales. Cuando el
También llevaban acentuación en sujeto de la oración es un pronombre
la penúltima sílaba los verbos en pri- personal, éste va tácito ya que las desi-
mera persona singular y segunda per- nencias verbales determinan número
sona singular y plural del indicativo, y persona por sí mismas; en otros
mientras que los restantes en la an- casos la existencia de un pronombre
tepenúltima. En la última sílaba se personal, que implique transición de
acentuaban las formas del imperativo una persona a otra, prefijado a la raíz
y algunas del infinitivo y gerundio. verbal, hace que sea innecesaria la
En el allentiac las normas de acen- desinencia correspondiente a perso-
tuación variaban ligeramente, siendo na y número y se exprese solamente
la más importante la acentuación en la referida a tiempo.”17
la última sílaba de los sustantivos y
la mayoría de los verbos, salvo en el
indicativo, que se acentuaban en la
penúltima sílaba…
17
Michieli, Catalina Teresa “Millcayac y Allentiac: Los dialectos del idioma huarpe”. Publica-
ciones 17, 1990. Universidad Nacional de San Juan, Facultad de Filosofía, Humanidades y
Artes, Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo, pp. 16-19.
51
Capítulo 1 1
Canals Frau hace un grupo con ambos dialectos, y además supone que se
relacionan con el antiguo puelche, hablado antes de la araucanización del
territorio.
Algunos términos en la lengua huarpe y su traducción:18
18
Michieli, Teresa. Idem anterior.
Prof. Godoy, Ma. Verónica “Los Huarpes y su Cultura”. 2000, Ed. Tintar. Pp. 77-81
52
Capítulo 1 1
“Honom” Patillo de agua
“Huinca” Al principio los indios llamaban
así a los blancos (enviados de Dios)
después significó para ellos
“hombre malo” (vocablo de
origen araucano).
“Hunuc Huar” Dios que habita en la Cordillera
“Hussú” Avestruz
“Hutu” Casa
“Ikaa” Uno
“Iturum” Hierbas medicinales
“Ketek” Fuego
“Lanca” Planicie
“Llahue” Hijo o sobrino (allentiac)
“Lpe” Dedo
“Mañeguina” Deber
“Mataque” Cosa para decir
“Mayu” Color blanco
“Millcayac” Dialecto huarpe hablado en Mendoza
“Muday” Chicha de maíz tostado y machacado
“Mutu” Mano
“Nanat” Lengua
“Nemina” Comer
“Neu” Ojo
“Nev” Antes
“Nunum” Hechicero
“Orok” Cinco
“Pacucha” Potentes cucharones de madera, hechos
para gustar o embriagarse de una sentada.
“Paintek Takot” El lucero de la mañana
“Pecne” Madre
“Pecñacze” Nieta (allentiac)
“Pente” Pariente (allentiac)
“Peñeñe” Hermano menor
“Peqlte” Tío (allentiac)
“Pera” Hermano mayor (allentiac)
“Pia” Padre (allentiac)
“Pincanta” Hermano (allentiac)
“Piña” Hermano menor (allentiac)
“Pifillka” Flauta (vocablo de origen araucano)
“Por” Arco
“Potú” Río
53
Capítulo 1 1
“Prri” padre
“Prou” hermano mayor
“Pukios” vertiente pura y cristalina
“Pultun” tres
“Pusgualta” cumbre de monte
“Puxcu” hermana
“Telag” maíz
“Tentayag tela” valle de lágrimas
“Teta” tierra
“Tete” año
“Tex” diente
“Toko” piedra
“Totom” brasa
“Tunuyán” tierra de temblores
“Ulpo” néctar de algarroba fermentado, bebi-
do en porrones de greda
“Valle de Uco” Uco deriva del nombre cacique Cuco
“Xama” palabra, ley, cosa
“Xoro” oreja
“Xumec” sol
“Xur, cum” chico
“Yal” lobo
“Yam” hombre
“Yelap” animales en general
“Yemen” número dos
“Yole” vasos tejidos de paja muy fina, que no
dejaban escurrir el agua
“Zallanca” nombre de un cacique
“Zaszasnegrui” rojo
“Zekech” pájaro
“Zuru” pescado
Numeración
19
Michieli, Teresa “Millcayac y Allentiac: Los dialectos del idioma Huarpe”. 1990. Pág. 34
54
Capítulo 1 1
la palabra “mano” entendiéndose así los diez dedos, y el número cien era al
parecer de origen quechua “pataca”.
Millcayac:
1- Ikaa
2- Yemen
3- Pultun
4- Gultut
5- Orok
10- Mutucum
100- Pataca
Los numerales son simples hasta el cinco, luego el seis parece estar consti-
tuido con la terminación uno en su final, pero denota una mezcla; siete, ocho
y nueve en allentiac se hacen con una terminación (qlu y qleu) que significa
“sobre”, “encima”, que para éste autor se trata de una construcción sobre el
seis.
Allentiac Millcayac
20
Ibarra Grasso, Dick Edgar “Argentina Indígena y Prehistoria Americana”. Ed. TEA. Bs. As.
1991. Pág. 455
55
Capítulo 1 1
Economía.
1) Recolección:
La importancia de la recolección de las vainas de algarrobo dentro de la eco-
nomía huarpe queda de manifiesto en la existencia de bosques, llamados “al-
garrobales”, que eran propiedad de distintos grupos huarpes que se dedicaban
puramente a esta actividad y eran, por ello, llamados “algarroberos”. También
se recolectaban raíces de vegetales en las zonas de los pantanos, totoras, cha-
ñares, frutas de pencas (tunas), piquillín y molle.
• Guanaco
• Liebres
• Perdices
• Avestruz
• Quirquincho
• Patos
• Aves en general
Para cazar se ayudaban con perros adiestrados para detener la caza, tam-
bién de unas bolas de piedra (bola huacha) atadas con tendones de camélidos
56
Capítulo 1 1
(guanaco) que, arrojadas con fuerza, se enredaban en los pies del animal,
derribándolo.
Además, eran prodigiosos rastreadores que alcanzaban a localizar lo que de-
seaban encontrar. Esto, unido a su agilidad y resistencia notables, les permi-
tía cazar a aquellos animales veloces como los guanacos. Para cazarlos, los
seguían al trote permanentemente durante toda la jornada o varias jornadas,
sin dejarlos parar, a comer o a beber, de ésta manera al cabo de un tiempo el
animal quedaba exhausto y débil, sin posibilidad de defenderse de su cazador;
así era atrapado fácilmente.
Guanaco.
Foto extraida de internet.
Patos.
Fotografía tomada en el Museo de Historia
Natural de San Rafael
57
Capítulo 1 1
3)Pesca:
Esta actividad se desarrolló principalmente en la zona lagunera de Guanaca-
che, de donde se extraían peces de muy buena calidad y muy sabrosos, como
la trucha, a la que los españoles describían de la siguiente manera: “…como
sábalos de Sevilla, pero mucho más regaladas, sin comparación, porque no
tienen espinas y son más delicadas y sabrosas y muy sanas.”21
4) Agricultura:
Entre los productos cultivados por los huarpes se destacan:
21
Michieli, 1983. Opt. Cit. Pág. 84
58
Capítulo 1 1
Agricultura → características:
• riego artificial
• pequeñas parcelas
• actividad masculina
22
Michieli, 1983, Opt. Cit. Pág. 183.
59
Capítulo 1 1
Con respecto a la Agricultura entre los huarpes hay que aclarar un punto.
Hasta hace muy poco tiempo se pensó que sería ésta la actividad económica
principal que desarrollaron los huarpes; sin embargo, estudios recientes han
hecho dudar a los científicos sobre esa afirmación, según comentan en una
charla informal la Dra. Ma. del Rosario Prieto y el Dr. Horacio Chiavazza,
quienes manejan la hipótesis de que no sería la agricultura la actividad princi-
pal del huarpe, sino más bien una actividad muy secundaria y a muy pequeña
escala. Más aún, siempre se relacionó al maíz como cultivo emblemático de
todas las culturas originarias, pero al parecer en cuyo, ese cultivo no habría
sido el más difundido. Y sí, en cambio, se habría difundido un poco más el
de especies como zapallo, mate, poroto y quinoa.
5) Ganadería:
Otro recurso económico en Cuyo es la ganadería, desde aproximadamente
el año 250 a.C., se piensa que el animal domesticado para tal fin era la llama
(Lama glana).
La domesticación de la llama debió ser útil tanto para transporte como para
productos derivados.
23
Idem anterior, Pág. 185.
60
Capítulo 1 1
Alimentación.
Morteros de piedra llamados “cananas”, usados para moler las vainas de algarrobo y otros
elementos. Fotografía tomada en el Museo Rusconi de Maipú.
24
Rusconi, Carlos, 1961, Opt. Cit. Pp. 264- 272.
61
Capítulo 1 1
El Pan del Patay: (según Rusconi)
Algunos hombres de ciencia nos acercan datos interesantes sobre las bon-
dades de la mencionada preparación. Tanto la especie blanca como la negra
tienen propiedades diuréticas muy útiles, además de contener sustancias muy
eficaces contra enfermedades de riñón.
También contiene una cantidad apreciable de calcio y es una buena fuente
de tiemina y de riboflavina. La harina de algarroba y el patay son especial-
mente ricos en glúcidos, siendo la sacarosa el más abundante.
62
Capítulo 1 1
Vivienda.
Vestimenta y Adornos.
Las más antiguas vestiduras eran cubresexo que usaban tanto hombres como
mujeres, confeccionado con cintas de cuero que sujetaban alrededor de la
cintura, con una especie de delantal, que cubría desde la parte inferior del
ombligo hasta la mitad de los muslos y son, con pocas diferencias, los mismos
que han utilizado la mayor parte de los aborígenes argentinos.
Otras confeccionadas en telas, lanas o con pieles de guanaco, de puma, de
gato montés, de nutria, etc. Consistían en mantos rectangulares (“Xali” o
“Aknú”), que rodeaba la cintura y otro más pequeño que se pasaba por enci-
ma de un hombro y cubría parte del pecho y la espalda. Las lanas, cueros y
tejidos vegetales eran, en ciertas ocasiones, teñidos a través de la utilización de
plantas tintóreas (que son mencionadas antes en la descripción de la Flora) o
bien de pigmentos colorantes como, por ejemplo, hematita.
Otro tipo de vestimenta consistía en una camiseta sin mangas (“Paramtec” o
63
Capítulo 1 1
“Zela” en lengua millcayac, que luego fue llamada camiseta andina, por haber
llegado desde Perú, probablemente cuando se produce la dominación incaica
en cuyo), que llegaba hasta la rodilla.
Para realizar las costuras en las prendas se ayudaban con una herramienta
llamada “lezna”25 (piedra plana y puntiaguda), con ella se realizaba una hilera
de agujeros y luego se pasaba por ella una lonjeta de cuero, un tendón de
animal, fibra vegetal o lana, de tal manera que uniera los dos trozos deseados.
Para fijar las prendas al cuerpo, confeccionaban prendedores que podían ser
de hueso o de espinas.
A través de los restos arqueológicos encontrados en el territorio provincial y
con antigüedad prehispánica, como torteros y telares, queda en evidencia la
actividad textil, es decir, fabricaban telas y lanas.
Referidos a este tema se encuentran los relatos del Obispo Humanzoro, en
un documento de 1665, donde expresa: “mantas, camisetas, etc., que los deudos
depositan en las tumbas de los familiares fallecidos.”26
Infortunadamente, estas piezas textiles se han perdido y con ellas también
sus principales motivos ornamentales. La causa principal se debe a sus cos-
tumbres rituales de enterrar a sus muertos directamente en tierra, esto ha im-
posibilitado la conservación de tales prendas, máxime si aquellas tumbas se las
practicaba con alto grado de humedad. Completaba el vestuario un calzado
de cuero curtido, similar a las actuales ojotas.
Camiseta andina.
Ajuar funerario de la momia del
cerro Aconcagua.
Ojotas.
Fotografías tomadas en
el Museo de la Facultad
de Filosofía y Letras,
UNCuyo
25
Prof. Godoy, Ma. Verónica, Opt. Cit.
26
Rusconi, Carlos. 1961, tomo I Opt. Cit. Pág. 334.
64
Capítulo 1 1
Accesorios
Los accesorios usados por los Huarpes eran plumas de ave, que adornaban
sus cabellos, los cuales llevaban largos, tanto hombres como mujeres, y cuida-
ban con esmero. Algunas veces, usaban la sangre de los animales cazados para
pintar su cabellera27 y alisarla.
Otra costumbre, a la que hacen mención algunos investigadores, es la de
pintarse la cara de verde, las mujeres; como se aprecia en el texto que figura
en el apéndice del final de edición.
Medios de Transporte.
Otro medio de transporte utilizado por los huarpes, para trasladarse dentro
de las lagunas, fueron las balsas. Confeccionadas con haces de juncos o de
totoras que brindaban las mismas lagunas, atados con pelo de guanaco o de
fibras vegetales. Llevan, por lo general, un rollo grande al medio y tres rollos
laterales más pequeños. Tenían un tamaño promedio de 3,5 m de longitud
por 1 m de ancho, la proa era puntiaguda, y de punta recortada o chata la
popa. Para impulsarlas, el balsero, usaba una pértiga que hundía en el fondo
de las lagunas.
27
Ruscini, Carlos. 1961, tomo I Opt. Cit., Pág 313.
28
Canals Frau, Salvador “Etnología de los Huarpes. Una síntesis”, 1946. UNCuyo, Facultad de
Filosofía y Letras, Anales del Instituto de Etnografía Americana, t.VII, Pág.91.
65
Capítulo 1 1
El proceso de construcción de las balsas, según la descripción de Rusconi,
es el siguiente:
29
Rusconi se refiere a una balsa construída en el S. XX, ya que no existía el alambre en el S.
XVI, entonces se usaba como se describe antes, pelo de guanaco o fibras vegetales.
30
Rusconi, Carlos, 1961. Opt. Cit. Pág. 205.
66
Capítulo 1 1
Armas.
En cuanto a las armas que utilizaron nuestros ancestros, se sabe que cazaban
con arco y flecha, construidos con maderos flexibles y tendones de camélidos.
También se conoce el uso de la llamada “bola huacha”, que consistía en una
piedra redondeada y tallada en el centro formando un surco en la circunferen-
cia, donde se ataba un tendón de animal (guanaco), y servía para arrojar a las
patas del animal que se pretendía cazar para detener su marcha.
Además, existen restos arqueológicos de otro elemento que puede conside-
rarse un arma, como es el hacha, pero en este caso al parecer se habría utiliza-
do como herramienta, más que como elemento de caza.
Instrumentos Musicales.
Los instrumentos musicales que se asocian a los huarpes son los tambores,
mencionados por los cronistas en las descripciones de sus ceremonias, aunque
no se conocen detalles sobre su apariencia externa, elemento en que estaba
construido, decoración, etc.
Otro elemento mencionado es una flauta de caña, llamada “pifillca”, que al
parecer habría sido traída desde otro pueblo vecino con el que se mantenía
comercio, ya que el vocablo mencionado, tendría origen araucano.
Medicina.
67
Capítulo 1 1
Expresiones Artísticas.
Cestería.
31
Rusconi, Carlos, 1961. Opt. Cit. pp. 221-226.
68
Capítulo 1 1
Cestería. Museo
Facultad de Filosofía y
Letras. UNCuyo.
69
Capítulo 1 1
Ilustraciones.
Cestería.
Museo Facultad Filosofía y Letras.
70
Capítulo 1 1
Cerámica.
Cerámica de Agrelo.
71
Capítulo 1 1
Capítulo 1 1
Cerámicas de viluco.
• Viluco pre inca.
72
Capítulo 1 1
Capítulo 1 1
• Viluco Inca.
73
Capítulo 1 1
74
Capítulo 1 1
75
Capítulo 1 1
Cerámica.
“La cerámica constituye para el arqueólogo el índice de más alto valor discrimi-
natorio en su tarea de fijar áreas, secuencias e interferencias culturales. El progreso
alcanzado para ciertas regiones de América en el campo de la investigación, como
por ejemplo en el Perú, fijando una historia local de la cultura, se debe exclusiva-
mente a la cerámica. La expansión de ciertos pueblos como el guaraní la seguimos
con toda facilidad a través de los hallazgos de su característica cerámica.”32
Entre las técnicas de elaboración más usadas por los pueblos originarios de
América se encuentran:
• Rollo anular, levantando la pieza desde su base.
• Macizo ahuecado, a partir de un bollo de arcilla.
• Modelado, a partir de un cesto o calabaza.
76
Capítulo 1 1
sur del río Mendoza.
Decoración:
Esta pasta fue analizada mineralógicamente para contrastarla con pastas os-
curas arqueológicas y el resultado ofrecido desde la Dirección General de Mi-
nería de la Provincia de Mendoza, resultó “similar”.
De ésta experiencia, la Sra. Rosso de Fazio, deduce que es la cocción en
atmósfera reductora humeante grasa, lo que define el color oscuro hasta su
núcleo, característica de las pastas de la Cultura de Agrelo.
El aporte de ésta artesana es fundamental en el rescate de las antiguas técni-
cas de manufactura cerámica de nuestros antepasados.
34
Rosso de Fazio, Francisca “Culturas Aborígenes Región Cuyo Centro Oeste Argentino”. Ed.
Setiembre, 2008. Pág. 35.
78
Capítulo 1 1
Cerámicas de Viluco (S. XIV al XVII)
Los primeros hallazgos correspondientes a esta cultura ocurrieron en el año
1914, en la localidad de Viluco, departamento de San Carlos, Mendoza.
La cultura de Viluco se desarrolló en el norte y centro de la provincia de
Mendoza. Cronológicamente ha sido ubicada a mediados del siglo XV y hasta
mediados del siglo XVII, dada esta ubicación en el tiempo; algunos científi-
cos suponen que ésta cultura podría tener un origen preincaico35. Aunque
es evidente que luego tuvo influencia incaica, probablemente a partir de la
dominación de ese pueblo en cuyo.
Estas cerámicas de Viluco son muy distintas a las de Agrelo, por su forma,
pastas arcillosas, decoración y tecnología de elaboración y cocción,. Ya que
presentan pastas rojas, decoración polícroma muy variada en sus motivos y la
cocción se realiza en atmósfera oxidante.
Análisis Morfológico
Entre las formas representativas de la producción cerámica Viluco se encuen-
tran:
• jarra
• botella
• escudilla con apéndices
• Kero con o sin asa (vasos)
• Aribaloide
• Tembetá
Características del Estilo Viluco
• Pastas rojizas
• Cocción en atmósfera oxidante
• Decoración policroma
• Diversidad en motivos decorativos (geométrico, bandas, triángulos,
cuadrados, estrellas, etc.)
• Tratamiento de la superficie: alisado
• Tamaño pequeño
• Boca angosta
• Vientre globular o subglobular
• Base redondeada
79
Capítulo 1 1
llera andina. Los colores que se destacan en el uso son: rojo, negro y beige.
La técnica de levantado de la pieza más común es la del rollo espiral.
Otro aspecto interesante es la inalterabilidad del color en la pasta, a través
del tiempo, esto se debe a la temperatura de cocción, debe llegar a los 800º C,
y al tratamiento de la superficie: bruñido o alisado.
Para realizar el bruñido debió utilizarse probablemente una piedra dura, que
al frotarla sobre la superficie de la pieza, en estado de “cuero” y previamente
incorporado el engobe, sella los poros de la superficie y de esa manera se logra
la impermeabilización de la misma.
Influencia hispana.
81
82
Capítulo III
Dominaciones en Cuyo.
83
Capítulo 1 1 1
84
Capítulo 1 1 1
La Dominación Incaica.
36
Bárcena, Roberto “Prehistoria del Centro oeste Argentino”. 2001. Separata de Historia Argen-
tina Prehispánica. Ed. Brujas.
Cahiza, Pablo y Ots, Ma. José “La presencia Inka en el extremo sur oriental del Kollasuyo. In-
vestigaciones en las tierras bajas de San Juan y Mendoza y el Valle de Uco- Rca. Argentina”. Rev.
Xama 15-18, 2002-2005. Mza., Argentina. Pp. 218-226.
85
Capítulo 1 1 1
Instituciones
La Mita:
Yanaconazgo:
En el caso de los yanaconas, los trabajadores eran separados de su lugar de
origen y llevados a servir al Inca en el Cuzco. Al igual que en la Mita, el yana-
cona debía servir al Inca donde éste le impusiera, pero ese trabajo se realizaba
en un primer momento en la capital incaica. Hombres y mujeres, en este caso
y a diferencia de la Mita, eran relocalizados y llevados a servir en el Cuzco.
Las mujeres servían en las casas, como un servicio personal, o también como
esposas de los funcionarios del Imperio.
Este sistema se fortaleció a través del tiempo, al punto de estar más arraigado
que la Mita, al momento de la conquista española. También de este sistema
se nombraban a los curacas de cada comunidad, en los territorios conquista-
dos. Es decir, que desde Cuzco se designaba a la persona que iba a representar
a los distintos pueblos. Lo que antes hacía el cacique, como jefe de una co-
munidad a la cual representaba, en esta instancia lo hacía un curaca designa-
do desde Cuzco, el cual no era oriundo del lugar donde servía, y respondía
directamente a las órdenes que llegaran desde el Imperio.
De esta manera se hace evidente una evolución del yanaconazgo, donde sus
integrantes adquieren un cierto poder dentro del Imperio. Incluso, había
funcionarios administrativos o con cargos dentro del Imperio que eran origi-
nariamente yanaconas.
87
Capítulo 1 1 1
“El chasqui corría sin detenerse por el sendero secreto que unía todos los pueblos,
todas las aldeas. Tristes noticias llevaba: el gran inca había sido tomado prisionero.
Hasta Inti, el Sol, se había ocultado en la larga noche, llorando la suerte de su
hijo más amado.
Estaba lejos de los últimos tambillos, ya no había pirca alguna donde guarecerse.
El camino se hacia más y más tortuoso.
Se iban cerrando las cumbres y se abrían precipicios helados en la montaña blanca.
Entonces, sus pies cansados se hicieron alas y siguió sólo guiado por la Cruz del Sur.
Montado en el viento llegó a las tierras huarpes del gran curaca Cacheuta, fiel
vasallo de su señor. Tal vez él podría ayudar a liberar a Atahualpa.
El cacique, cuya bondad era ya leyenda, tras pocas palabras, reunió todos los
tesoros de sus dominios para comprar con oro y plata la libertad del Hijo del Sol.
Llamas cargadas con los preciados metales y un pequeño grupo de sus más
valientes hombres, con él a la cabeza, fueron adentrándose en la monta-
ña. Iban bordeando el río y a su paso se inclinaban los penachos de las cor-
taderas saludando con respeto al cortejo. Miró al cielo buscando las señales.
La mano de Inti cayó sobre las armaduras de los enemigos que espera-
ban agazapados en un recodo cercano, alertando con su destello al cacique.
Escondió la montaña en sus entrañas los tesoros que portaban sus hijos, mientras ellos
se aprestaban al enfrentamiento. Un momento después el silencio se hizo grito, y un
revoltijo de flechas, pólvora y espadas, los hundió en una batalla desigual y cruel.
Y fueron cayendo uno a uno...
La última mirada de Cacheuta fue de dolor. Dolor, por los valientes que
yacían a su lado.
Por no poder comprar la libertad del señor que confía, que espera. Y su dolor di-
88
Capítulo 1 1 1
bujó una lágrima en el cobre de su cara y en la montaña. Y Hunuc Huar también
lloró a sus hijos amados.
De pronto, donde estaba escondido el tesoro que ya buscaba ávido el enemigo, sur-
gieron columnas de agua hirviente del mismo corazón de las piedras, y con un ru-
gido devastador, sepultaron al ejército invasor. Después, sólo un suave murmullo.
El agua roja de sangre y de horror se convirtió, poco a poco, en las lágrimas del
cacique. Maravillosas y cristalinas lágrimas de agua sanadora.
Y fueron, desde ese momento, el legado bondadoso y eterno de quien no pudo
cumplir su noble misión para todos los que, puros de corazón, necesitan aliviar sus
males. Aunque están siempre dispuestas a levantarse hirvientes, si alguien osara
acercarse con violencia o traición.”
Dominación Española.
La dominación española se produce a partir de la llegada de Francisco de
Villagra al Valle de Guentota en 1551, diez años antes de la fundación real de
la ciudad de Mendoza en 1561.
Villagra venía desde Perú trayendo hombres, armas y caballos para enfren-
tarse a los araucanos que estaban en guerra con el español en Chile, y había
recibido órdenes de regresar a Santiago de Chile por el camino serrano (existía
un camino costero del lado Chileno y un camino serrano que había sido el
construido por el inca), para conocer a los pueblos del otro lado de la cordi-
llera y recorrer sus tierras.
Este primer contacto entre huarpes y españoles no fue pacífico37, según rela-
ta un documento se habría producido un enfrentamiento entre ambos: “Uc-
chiquimini…murió cuando Francisco de Villagra vino a esta tierra porque en
una guacavara que los españoles tuvieron con los indios le mataron…”
En esa primera visita Villagra recorre los valles mendocinos y censa a los
nativos, luego regresa a Chile llevando algunos huarpes.
Diez años después, el Gobernador de Chile, Don García Hurtado de Men-
doza, envía una expedición con la orden de fundar una ciudad y poblar el
territorio. Así fue que esa expedición dirigida por el capitán Don Pedro Ruiz
del Castillo cruzó la cordillera y fundó la ciudad de Mendoza el 2 de marzo de
1561, en el Valle de Guentota, donde hoy se alza la plaza Pedro del Castillo.
El nombre de Mendoza le fue puesto en honor al gobernador de Chile Don
García Hurtado de Mendoza.
37
Prieto, Ma. del Rosario; Dussel, Patricia; Pelagatti, Oriana “Indios, españoles y mestizos en
tiempos de la colonia en Mendoza (Siglos XVI, XVII y XVIII)” 2004, “Mendoza a través de su
historia” compiladores: Roig, Lacoste y Satlari . Ed Caviar Bleu.
89
Capítulo 1 1 1
Esta fundación sentó las bases del dominio español en Cuyo, se creó el cabil-
do y se repartieron los cargos de regidores y alcaldes entre los conquistadores
que, convertidos en vecinos, gobernarían la jurisdicción. Se trazó la ciudad
y se distribuyeron solares entre los vecinos, las instituciones civiles y eclesiás-
ticas. También se repartieron las tierras de labranza en los alrededores a fin
de asegurar la subsistencia de los vecinos y sus familias. Los indígenas fueron
repartidos en encomiendas, confirmadas por mercedes reales, para trabajar la
tierra.
Más tarde, la ciudad se convirtió en cabecera del Corregimiento de Cuyo,
que incluía San Juan y San Luis, fundadas años después. El corregidor era el
representante del rey en la ciudad y tenía jurisdicción en las cuatro causas en
las que se organizaba el gobierno colonial: administración, hacienda, guerra
y política.
Instituciones.
La Encomienda:
Difunta Correa.38
“En el transcurso del año 1835 un criollo de apellido Bustos fue reclutado en una
leva para las montoneras de Facundo Quiroga y llevado por la fuerza a La Rioja.
Su mujer, María Antonia Deolinda Correa, desesperada porque su esposo iba
enfermo, tomó a su hijo y siguió las huellas de la montonera.
38
Sitio virtual: “Diccionario de mitos, leyendas, creencias y supersticiones sudamericanas en
construcción permanente”. Realizado por Lic. Margarita Barreto y Dr. Joaquín A. Barrio.
91
Capítulo 1 1 1
Luego de mucho andar -cuenta la leyenda- y cuando estaba al borde de sus fuer-
zas, sedienta y agotada, se dejó caer en la cima de un pequeño cerro. Unos arrieros
que pasaron luego por la zona, al ver animales de carroña que revoloteaban se
acercaron al cerro y encontraron a la madre muerta y al niño aún con vida, ama-
mantándose de sus pechos. Recogieron al niño, y dieron sepultura a la madre en
las proximidades del Cementerio Vallecito, en la cuesta de la sierra Pie de Palo.
Al conocerse la historia, comenzó la peregrinación de lugareños hasta la tumba
de la "Difunta Correa". Con el tiempo se levantó un oratorio en el que la gente
acercaba ofrendas.”
La Martina Chapanay.
“La Martina nació en las Lagunas del Rosario, era hija de un pescador, llamado
Chapanay y la madre no se si era de Mendoza o de San Juan. Desde chica le gus-
taba pescar y hacer cosas pesadas, la moza parecía un hombrecito, era muy buena
rastreadora, no había animal que se le perdiera. Parece que cuando una partida
de milicias, le mataron al marido salió a buscar a los matadores y empezó andar,
fue a Mendoza, San Juan y La Rioja, pero siempre volvía a las lagunas, algunos
dicen que robaba animales. Después se metió en las luchas políticas, anduvo con
los montoneros, como el Chacho (Peñaloza). Era brava la Martina, andaba a las
92
Capítulo 1 1 1
cuchilladas con los chinitos, no era cuestión de meterse, al único que respetaba era
a Don Santos”.39
La Martina de Chapanay
La Martina era mestiza,
De cuerpo bien formado,
Ojos grandes, labios gruesos,
Pelo negro, bastante largo.
Esclava de una familia
De pudientes hacendados.
Y aunque era bien tratada,
Sus alas habían cortado.
Era muy buena amazona.
De coraje respetado,
Y el amor se hizo presente
Aunque se oponían sus amos.
Aparte de ser muy joven
Contaba apenas 15 años.
Su hombre era de averías
Con un frondoso prontuario.
No sirvieron los consejos,
Amenazas o regalos.
Se fugó con Don Cruz Cuero
A las Lagunas del Rosario.
En el paraje Chapanay
Hicieron allí su rancho.
No tardó la policía
En encontrarles el rastro.
La consigna: vivo o muerto,
Pronto dio resultado,
Y en encarnizada lucha
Cruz Cuero fue ajusticiado.
Pudo escapar la Martina
Gracias a su buen caballo,
Asumiendo la jefatura
De la banda del finado.
39
Pannuzio de Mulle, María D. “Lagunas del Rosario (Prov. Mendoza) Estudio preliminar de
una población de zona árida”. Anales de Arqueología y Etnología , tomos XXIX-XXXI, 1974-
76. UNCuyo, Facultad de Filosofía y Letras.
93
Capítulo 1 1 1
Pronto su nombre corrió
Por todo el campesinado.
Su bravura y humildad
Formaban el mismo cuadro.
Devolvía a los pobres
Lo que a ricos había quitado,
Y obsequios de toda clase
Les llevaba hasta los ranchos.
Excelente nadadora
Y conocedora de esos lagos,
Las anécdotas se repiten
Mientras transcurren los años.
Cuentan que dos perseguidos
Que estaban acorralados,
Colgados de sus hombros
Juntos los cruzó a nado.
Cuando llegó San Martín
A este suelo cuyano,
Tuvo la oportunidad
Que siempre había soñado.
Dejó su vida de aventuras
Y todo lo que tenía a su lado
Se presentó de inmediato
Ofreciéndose de soldado.
Le bastó al Gran Capitán
Echarle apenas un vistazo.
Sólo un par de palabras
Y un apretón de manos.
La nombró Chasque Oficial,
Regalándole un caballo,
Botas de charol, bombacha gaucha
Y chaqueta que había usado.
Conocedora de Cuyo
Como la palma de sus manos,
Le agradeció el General
La ayuda que había prestado.
Intentando incorporarse
Y seguir como soldado.
San Martín la gratificó
Por los servicios prestados.
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Capítulo 1 1 1
Dicen que años mas tarde
mientras cuidaba un rebaño,
Se encontró con dos bandidos
Que había capitaneado,
Y al rechazar la propuesta
De volver sobre lo actuado,
Sin mediar palabra alguna,
Asesinarla intentaron.
Se defendió con el valor
Que siempre estaba a su lado.
Pero un golpe traicionero
Le quebró en dos un brazo.
No obstante pudo montar
Pronto en su noble caballo.
Perseguida por aquellos
Se dirigió a los pantanos.
Pudo llegar a las Lagunas,
Herida, toda sangrando.
Se internó en el vientre amigo
Previendo un final amargo.
Su sangre se derramaba
Confundida en el abrazo,
Con el agua complaciente
Como si la estuviera esperando.
Dejó su cabalgadura
E intentó seguir nadando.
La laguna con caricias
Sus heridas fue calmando.
Una sensación de paz
Envolvió a su cansancio,
Y su alma como pájaro
Se fue despacio elevando.
Y aunque la misma vivía
en un lugar apartado,
enseguida sus amigos
sospecharon lo pasado.
Encontraron a su cuerpo
En las lagunas flotando.
Devolvían aquellas aguas
A quien tanto habían amado.
95
Capítulo 1 1 1
Una patrulla de amigos
Se formó allí en el acto.
Sospechaban quienes eran.
Sabían donde encontrarlos.
Uno de ellos, por huir,
Murió en la laguna ahogado,
Y en el Árbol de la Justicia
El otro murió ahorcado.
Y enseguida la leyenda
Asomó por todos lados.
Dicen que aún está la huella
Que fue marcando sus pasos,
Con la sombra de su adiós
Y lágrimas de su llanto,
Junto al rojo de su sangre
Que fue pintando los pastos.
Lo sabe solo un puestero...,
Que sabe de sus milagros.
Es una flor que aparece
Donde ella dejó sus rastros.
Se abre con el amanecer
Todos los días del año.
Pero se hace invisible
Cuando aparece un extraño.40
Santos Guayama
“Don Santos fue un gran caudillo, era temido pero muy querido por la gente
de acá, nunca hizo el mal y muchos mozos de iban con él. Siempre andaba de
visitas por los ranchos y si alguien de los suyos hacía daño, ahí nomás lo castigaba,
hombre recto Don Santos, a él era el único que respetaba la Martina, anduvieron
juntos como montoneros. Cuando lo agarraron las milicias fue porque un amigo
lo entregó, porque ya no andaba de correrías, era un hombre tranquilo, lo aga-
rraron en un baile en San Juan, le habían maniatado el caballo, que sino se les
escapa otra vez”41
40
Labrador, Alberto “Desde nuestros huarpes”. 1999. Pág. 108 Editora del Este.
41
Pannuzzio de Mulle, María D. Opt.cit., Pág. 227.
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Capítulo 1 1 1
42
Labrador, Alberto Opt. cit., Pág.110.
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Capítulo 1 1 1
Consecuencias.
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Capítulo IV
El Huarpe En La Actualidad.
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Capítulo 1v
El Huarpe En La Actualidad.
Distintas Miradas.
Por otro lado, se encuentra la teoría de una pervivencia de aspectos culturales inhe-
rentes a la cultura huarpe, que permite aceptar la idea de un cambio cultural; igual
al sufrido por todas las culturas en contacto con otras, pero sin que ese contacto e
influencia implique su desaparición como tal. Es decir, que cualquier cultura que no
vive en el aislamiento, recibe influencias de quienes la rodean; pero mientras subsisten
las características fundamentales de la misma, puede considerarse que tal influencia no
es motivo de extinción en la cultura que recibe la influencia.
Emergencia Huarpe.
A partir del siglo XIX, en distintos momentos históricos y con cierta intermitencia,
comienza a tomar notoriedad en el escenario provincial un movimiento indígena que
progresivamente gana espacio y atención, sumando voces, acciones y reclamos, que
se multiplican como un eco en los distintos países de América Latina. Se trata de un
fenómeno de emergencia étnica que viene a resucitar fantasmas del pasado indígena,
aquellos supuestamente desaparecidos huarpes levantan sus voces para anunciar su
existencia, o permanencia, pues nunca desaparecieron. Simplemente se ocultaron,
para escapar de la esclavitud y la vergüenza de ser “indio”; aquello que se había trans-
formado en una especie de “identidad negativa”43, donde ser indio era algo que debía
mitigarse para ser aceptado o “bien visto” en las sociedades hidalgas mendocinas de la
época colonial.
No obstante, aquel fenómeno se transforma como un efecto de reacción; en una
fuerte emergencia étnica, donde puede observarse desde principios del siglo XX; y con
mayor trascendencia desde la década del ’90, en que comienzan a aparecer sujetos que
autoproclaman su ascendencia huarpe; definiéndose como huarpes o descendientes
de huarpes.
“Las identificaciones huarpes o indígenas se han verificado en Cuyo desde el siglo XIX
hasta la actualidad, cambiando sus sentidos de acuerdo a distintos contextos y valoraciones,
pero estableciendo una serie de argumentos y representaciones recurrentes… Sin embargo,
hay indicios suficientes durante el siglo XX de que entre grupos campesinos, proletarios o
42
Cuche, Denys “La noción de cultura en las ciencias sociales”. Ediciones Nueva Visión, Bs. As..
Pág. 113
104
Capítulo 1v
medieros rurales emigrados hacia áreas de oasis centrales se han producido y transmitido
identificaciones y memorias huarpes, haciéndose cargo críticamente, a veces, de las proyec-
tadas sobre sí por otros sectores. Pero en las élites, que en principio construyeron su propia
identidad como blancos y negaron la existencia de indios en la región, también se han
producido, evocado y circulado de alguna manera memorias y representaciones aborígenes
y huarpes, como subtexto contradictorio de un nivel discursivo hegemónico que instaló la
noción de comunidades provinciales blancas de origen europeo…Por lo tanto, aunque las
identificaciones huarpes no se hayan plasmado durante largos períodos como grupo étnico o
etnicidad pública, han mantenido una fuerte vigencia entre grupos concretos y en las pro-
pias representaciones provinciales y esta vigencia es producto de su histórica eficacia social y
política, sea como capital cultural, representación de pertenencia y devenir colectivo o como
argumento político.”44
Así, se gestan los nuevos escenarios políticos y sociales que reclaman el reconoci-
miento de sus actores, los supuestamente desaparecidos huarpes; en las sociedades
modernas. Tal fenómeno, cada vez más popular, exige un lugar de reconocimiento
e inclusión en las sociedades de “los blancos”, donde no sean discriminados, donde
tengan los mismos derechos y oportunidades que los hijos de europeos.
Políticas de Estado
44
Escolar, Diego “Los Dones Étnicos de la Nación”. Ed. Prometeo. 2007. Pág. 219.
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Capítulo 1v
Comunidades Huarpes.
Acta de Compromiso
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Capítulo 1v
Conclusión.
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108
Apéndice de Crónicas.
109
110
Apéndice de Crónicas.
Crónicas.
“/El padre Domingo González visitó muchas aldeas indias/. De las cos-
tumbres de sus habitantes escribió al Provincial lo siguiente: ‘Los indios entre
quienes estuve, se convidan mutuamente á bacanales, y acuden á éstas de
varios pueblos. El cacique de la aldea en que se celebra el banquete construye
con paja una choza redonda que tiene algunas aberturas. Allí los hombres
bailan y beben tres ó cuatro días sin dormir. Las mujeres están fuera, y sólo
entran con la cabeza vuelta y los ojos cerrados á dar vino á sus maridos; si
se descuidan y los ven, son condenadas a muerte, Ley que se cumple con tal
rigor, que ni el esposo perdona á la esposa ni el padre á la hija. Alegan por
causa de esta inhumanidad el que mientras se divierten en danzas y comilo-
nas los mata el diablo si los miran sus mujeres. A sus borracheras asiste el
demonio, cuya infernal bestia llaman de esta manera; un anciano rodeado de
bailarines toca el tambor hasta que se aparece Satanás en forma de hombre,
zorra ó perro, con grandes aullidos, y no se desdeña de beber; luego dirige un
discurso á los congregados; a los niños presentados por sus padres les araña
con las garras, y haciéndoles sangre, los inicia en ritos infames. Fuera de esta
ocasión, quienes desean consagrar a sus hijos al príncipe de las tinieblas, los
llevan á ciertos viejos que les levantan la piel con las uñas y les rasgan la cabeza
con punzones hasta que derraman sangre en abundancia, la que recogen en la
113
Apéndice de Crónicas.
mano y arrojan al aire; luego les obligan á prolongado ayuno, y con éste creen
que se robustecen ….” (Michieli, 1983, Pág..172)
“Cazan también los avestruces, de cuyas plumas tejen los plumeros de que se
visten en sus fiestas y sirven para muchos buenos efectos……Son casi todos
bien tallados y dispuestos, galanes de cuerpo, bien agestados, de buenos inge-
nios y habilidades; las mujeres son delgadas y muy altas, y en nación ninguna
las he visto jamás que lo sean tanto; píntanse las caras con un color verde
inseparable de su tez, por estar penetrado con ella; lo ordinario es pintarse so-
lamente las narices; algunas pintan también la barba y los labios; otras toda la
cara; visten decentemente así mujeres como hombres, y aquellas dejan crecer
el cabello y cuanto pueden, y éstos solo hasta el cuello; lo demás como los de
Chile”. (Michieli, 1983, Pág..197)
115
116
Glosario.
Glosario.
Arqueología: Es una disciplina que estudia las sociedades a través de sus res-
tos materiales, sean estos intencionales o no. Así, debemos dejar de lado la
tradicional visión de que como «una ciencia auxiliar de la Historia, se ocupa
de la Prehistoria ya que complementa con documentos materiales aquellos
períodos no suficientemente iluminados por las fuentes escritas». La Arqueo-
logía es una ciencia social autónoma, que estudia a los seres humanos a través
del estudio de su restos materiales con el fin de inferir los comportamientos y
situaciones que le dieron origen.
Atahualpa: Último inca del Perú, murió en 1533. Hijo de Huayna Capac, fue
derrotado por Pizarro por medio de la traición, condenado a muerte y ejecutado.
Chasqui: Voz quechua. Hombre que a través de los caminos llevaba el men-
saje o la noticia de un confín a otro del Imperio incásico.
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Glosario.
Cruz del Sur: Constelación austral. Está próxima al Círculo Polar Antártico
y compuesta de varias estrellas que forman una cruz.
Etnología y etnografía:
Es importante hacer una distinción entre etnología y etnografía. La Enci-
clopedia Social de las Ciencias Sociales nos indica que mientras la primera
ha venido a significar el estudio comparado de las culturas documentadas y
contemporáneas, la segunda se emplea para designar el estudio de campo de
la cultura de una tribu o sociedad particular. Existe un criterio de comparati-
vidad que «se sustenta sobre la idea de que la etnografía es necesaria para po-
der generar interpretaciones y explicaciones, pero no es suficiente para probar
hipótesis, lo cual requiere la realización de un estudio comparado sobre una
muestra representativa de sociedades» (Aguirre Batzán, 1993 p.275). Lo que
a su vez nos dice, implícitamente, que es necesaria la etnografía para poder
generar interpretaciones y explicaciones, que luego convertirá la etnología en
hipótesis.
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Bibliografía
Bibliografía Consultada.
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