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Tema 15

Ocupación e Intercepción de
Correspondencia y Comunicaciones.
El artículo 48 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, garantiza el
secreto e inviolabilidad de las comunicaciones privadas en todas sus formas, afirmando
que éstas no podrán ser interferidas sino por orden de un Tribunal competente, con el
cumplimiento de las disposiciones y preservándose el secreto de lo privado que no guarde
relación con el correspondiente proceso.

Incautación:

Artículo 204 del COPP: “En el curso de la investigación de un hecho delictivo, el


Ministerio Público, con autorización del Juez o Jueza de Control, podrá incautar la
correspondencia y otros documentos que se presuman emanados del autor o autora del
hecho punible o dirigidos por él o ella, y que puedan guardar relación con los hechos
investigados.

De igual modo, podrá imponer la incautación de documentos, títulos, valores y cantidades


de dinero, disponibles en cuentas bancarias o en cajas de seguridad de los bancos o en
poder de terceros, cuando existan fundamentos razonables para deducir que ellos guardan
relación con el hecho delictivo investigado.

En los supuestos previstos en este artículo, el órgano de policía de investigaciones penales,


en casos de necesidad y urgencia, podrá solicitar directamente al Juez o Jueza de Control
la respectiva orden, previa autorización, por cualquier medio, del Ministerio Público, la
cual deberá constar en la solicitud.

De modo que, la norma anterior nos señala que el Ministerio Público, en representación
del Estado Venezolano, en el ejercicio de la acción penal publica, en la investigación de
los hechos que se presumen punible, podrá dirigirse al Juez que tiene la facultad del
control judicial, de acuerdo a los dispuesto en el artículo 104 del Código Orgánico
Procesal Penal, como lo es el Juez de Control, para que se pueda autorizar determinada
actividad probatoria a objeto de la búsqueda de la verdad como fin del proceso penal,
como sería el caso de algún documento que sea relevante para la solución del caso en
concreto.

La figura de la incautación, que no es otra cosa que el apoderamiento o toma de posesión


que en virtud de atribuciones legales lleva a cabo una autoridad competente, se utiliza
cuando el Ministerio Público en el curso de una investigación estima que se hace necesario
la obtención de correspondencia y otros documentos que se presuman emanados de los
partícipes o dirigidos a ellos, y que pueden guardar relación con el hecho punible.

Art. 205: Interceptación o grabación de comunicaciones privadas

Podrá disponerse, conforme a la ley, la interceptación o grabación de comunicaciones


privadas, sean éstas ambientales, telefónicas o realizadas por cualquier otro medio, cuyo
contenido se transcribirá y agregará a las actuaciones. Se conservarán las fuentes
originales de grabación, asegurando su inalterabilidad y su posterior identificación.

Para ello, el Ministerio Público, solicitará razonadamente al Juez de Control del lugar
donde se realizará la intervención, la correspondiente autorización con expreso
señalamiento del delito que se investiga, el tiempo de duración, que no excederá de treinta
días, los medios técnicos a ser empleados y el sitio o lugar desde donde se efectuará.
Podrán acordarse prórrogas sucesivas mediante el mismo procedimiento y por lapsos
iguales, medios, lugares y demás extremos pertinentes.

El órgano de policía de investigaciones penales, en casos de necesidad y urgencia, que


deberán ser debidamente justificados, podrá solicitar directamente al Juez de Control la
respectiva orden, previa autorización, por cualquier medio, del Ministerio Público, que
deberá constar en la solicitud, en la cual, además, se harán los señalamientos a que se
contrae el aparte anterior.

Art. 206: La decisión del Juez que acuerde la intervención, deberá ser motivada y en la
misma se harán constar todos los extremos de este artículo.

El testimonio

El testimonio es la experiencia que relata el testigo ante autoridad competente sobre el


conocimiento concreto que tenga, por percepción sensorial directa, de un objeto o hecho
pasado que tiene interés probatoria.

El testimonio solo puede ser rendido por una persona física que haya sido citado o que
comparezca espontáneamente al proceso con el fin de poner en conocimiento de la
autoridad lo que percibió de manera sensorial y directa; y es que en efecto, la percepción
sensorial debe ser directa porque aún cuando podemos hablar de testigo indirecto esto no
es de la esencia del testimonio sino una narración desnaturalizada del hecho. Art. 208

El testimonio para ser traído al proceso debe ser conducente al esclarecimiento del hecho
objeto de investigación, pues de lo contrario será un testimonio inconducente, esto es ajeno
al proceso.
Luego, entonces, el testigo es la persona física que relata ante la autoridad competente el
conocimiento concreto que tiene, por percepción sensorial directa, de un hecho pasado y
que tiene interés probatoria.

En efecto, testigo es la persona que ha sido llamada al proceso o que comparece


voluntariamente para relatar ante la autoridad cuanto sabe y le consta, por percepción
directa de sus sentidos, sobre un hecho u objeto. En este sentido debemos comentar,
siguiendo la clásica explicación de Carnelutti, que el relato que hace el testigo no es la
narración de un hecho sino la narración de una experiencia.

ART. 208: Deber de Concurrir y Prestar Declaración

Todo habitante del país o persona que se halle en el tendrá el deber de concurrir a la
citación practicada por un tribunal con el fin de que preste declaración testimonial, de
declarar la verdad de cuanto sepa y le sea preguntado sobre el objeto de la investigación, y
de no ocultar hechos, circunstancias o elementos sobre el contenido de su declaración.

Se observarán los tratados, convenios o acuerdos internacionales suscritos y ratificados


por la República Bolivariana de Venezuela, que establezcan excepciones a esta regla.

Excepción al deber de concurrir al tribunal

Artículo 209 del COPP: “El Presidente o Presidenta de la República, el Vicepresidente


Ejecutivo de la República, los Ministros o Ministras del Despacho, el Procurador o
Procuradora General de la República, Miembros del Alto Mando Militar, los
Gobernadores o Gobernadoras de los Estados, los Diputados o Diputadas de la Asamblea
Nacional, los Magistrados o Magistradas del Tribunal Supremo de Justicia, el Contralor o
Contralora General de la República, el Fiscal o la Fiscal General de la República,
Defensor o Defensora del Pueblo, Rectores o Rectoras del Consejo Nacional Electoral,
Defensor o Defensora Pública General, Jefes o Jefas de Gobierno, Miembros del Cuerpo
Diplomático acreditados en la República que quieran prestarse a declarar, los Diputados o
Diputadas de los Consejos Legislativos de los Estados, y los Oficiales Superiores de la
Fuerza Armada Nacional con mando de tropa, podrán pedir que la declaración se efectúe
en el lugar donde cumplen sus funciones o en su domicilio, para lo cual propondrán,
oportunamente, la fecha y el lugar correspondiente”.

Excepción de Declarar

No están obligados a declarar: ART. 210:

1. El cónyuge, o la persona con quien el imputado tenga relación estable de hecho; sus
ascendientes y descendientes y demás parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad y
segundo de afinidad, sus padres adoptantes y su hijo adoptivo o hija adoptiva.
2. Los ministros o ministras de cualquier culto respecto de las noticias que se le hubieren
revelado en el ejercicio de las funciones propias de su ministerio.

3. Los abogados respecto de las instrucciones y explicaciones que reciban de sus clientes.

4. Los médicos y demás profesionales de la salud con relación a sus pacientes.

ART. 216: Reconocimiento del Imputado o Imputada

Cuando cualquiera de las partes o la víctima, estime necesario el reconocimiento del


imputado, pedirá al Juez la práctica de esta diligencia. En tal caso se solicitará
previamente al testigo que haya de efectuarlo la descripción del imputado y de sus rasgos
más característicos, a objeto de establecer si efectivamente lo o la conoce o lo o la ha visto
anteriormente, cuidando que no reciba indicación alguna que le permita deducir cuál es la
persona a reconocer.

La diligencia de reconocimiento se practica poniendo la persona que debe ser reconocida


a la vista de quien haya de verificarlo, acompañada de por lo menos otras tres de aspecto
exterior semejante.

El que practica el reconocimiento, previo juramento o promesa, manifestará si se


encuentra entre las personas que forman la rueda o grupo, aquella a quien se haya
referido en sus declaraciones y, en caso afirmativo, cuál de ellas es.

El Juez cuidará que la diligencia se lleve a efecto en condiciones que no representen


riesgos o molestias para el reconocedor.

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