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La campesina gritó pidiendo ayuda porque un zorro se estaba llevando su gallo. El gallo le dijo al zorro que le dijera a la mujer que estaba mintiendo y que él se quedaría con el zorro. Cuando el zorro le reclamó a la mujer por mentir, el gallo aprovechó para volar libre de nuevo a los brazos de su verdadera dueña. La moraleja es que hasta el más astuto puede perder su presa si habla demasiado o se descuida.
La campesina gritó pidiendo ayuda porque un zorro se estaba llevando su gallo. El gallo le dijo al zorro que le dijera a la mujer que estaba mintiendo y que él se quedaría con el zorro. Cuando el zorro le reclamó a la mujer por mentir, el gallo aprovechó para volar libre de nuevo a los brazos de su verdadera dueña. La moraleja es que hasta el más astuto puede perder su presa si habla demasiado o se descuida.
La campesina gritó pidiendo ayuda porque un zorro se estaba llevando su gallo. El gallo le dijo al zorro que le dijera a la mujer que estaba mintiendo y que él se quedaría con el zorro. Cuando el zorro le reclamó a la mujer por mentir, el gallo aprovechó para volar libre de nuevo a los brazos de su verdadera dueña. La moraleja es que hasta el más astuto puede perder su presa si habla demasiado o se descuida.
- ¡Vecinos! ¡Ayúdenme, que el zorro se lleva mi gallo! Al oír los gritos, el gallo le dijo al zorro: - Dile que no mienta, que soy tuyo y que contigo me quedo. Entonces, el zorro dijo a Juana: - ¿Escuchas, mentirosa? ¡Hasta el mismo gallo dice que no es tuyo! Y mientras el zorro decía esto, el gallo voló libre y lo rescató su verdadera dueña.
Hasta el más astuto puede perder su presa
si habla a destiempo o se descuida. 2º básico | Clase 25-28