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UNIVERSIDAD NACIONAL DE

CAJAMARCA
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

Proyecto de Tesis

LA VULNERACIÓN DEL PRINCIPIO DE MÍNIMA INTERVENCIÓN EN LA

TIPIFICACIÓN DEL DELITO DE FEMINICIDIO

AUTORES:
ANGIE ROMERO ROMERO.
ROCÍO TARRILLO TAMAY.
LUCERO TIRADO MAHUCA.
GERARDO TORREL NORIEGA.
LEOSET VENTURA YOPLA.
MILAGROS YALÁN GONZALES.
ASESORA:

M.Cs. FANNY GODOY BOY

Cajamarca, Perú, Noviembre 2019


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GENERALIDADES.

REQUISITOS DE LA PARTE GENERALIDADES.

Indicación de la unidad de pregrado.

Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la universidad Nacional de

Cajamarca.

Título del proyecto.

La vulneración del principio de mínima intervención en la tipificación del

delito de feminicidio.

Mención.

Derecho Penal.

Autores.

ANGIE ROMERO ROMERO. aromeror18_1@unc.edu.pe IV Ciclo

ROCÍO TARRILLO TAMAY. rtarrillot18_1@unc.edu.pe IV Ciclo

LUCERO TIRADO MAHUCA. ltiradom18_1@unc.edu.pe IV Ciclo

GERARDO TORREL NORIEGA. gtorreln18_1@unc.edu.pe IV Ciclo

LEOSET VENTURA YOPLA. lventuray18_2@unc.edu.pe IV Ciclo

MILAGROS YALÁN GONZALES. myalang18_2@unc.edu.pe IV Ciclo

ASESOR.

M.Cs. FANNY GODOY BOY


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ADMINISTRACIÓN DEL PROYECTO

Recursos a utilizarse en el desarrollo del proyecto:

Personal (asesor), bienes (papel, fotocopias, libros, revistas.) y

servicios (internet, pasajes, etc.).

Presupuesto de los recursos previstos en el acápite:

El cálculo aproximado del costo en dinero de los recursos que utilizados

para la ejecución del Proyecto de Tesis haciende a la suma de 30 soles.

Cronograma de trabajo:

- La fecha de inicio del proyecto: 4 de setiembre del 2019.

- Presentación del proyecto: 4 de setiembre del 2019.

- Recolección de datos: 7 de setiembre del 2019.

- Análisis de datos: 14 de setiembre del 2019

- Elaboración del marco teórico: 17 de noviembre del 2019.

- Demostración de la hipótesis: 9 de diciembre del 2019

- Culminación del proyecto: 9 de diciembre del 2019.


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CAPÍTULO I: ASPECTOS METODOLÓGICOS DEL PROYECTO DE TESIS

1.1. EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

1.1.1. Contextualización o problemática.

El ordenamiento jurídico peruano no se encuentra carente de una

fundamentación subyacente y, en tal sentido, de una norma

imperante para su desarrollo e interpretación; estas son los

principios que deben necesariamente tenerse en cuenta cada vez

que se va a tomar una medida legislativa, una medida

administrativa o una medida jurisdiccional (Alexy, 2009).

“Dentro del control social la norma penal, el sistema jurídico penal,

ocupa un lugar secundario, puramente confirmador y asegurador

de otras instancias mucho más sutiles y eficaces…” (Muñoz Conde,

1985, 37). En este contexto, el Derecho Penal, intervendrá en la

solución un problema social de manera subsidiaria, solamente

cuando el resto de mecanismos de control social no hayan podido

lograr su propósito.

Es así que en el Derecho Penal se han desarrollado principios, tal

como el principio de mínima intervención que configura “…una

suerte de idea-fuerza, centro de un sistema solar alrededor del que

orbitan otros principios como el de “fragmentariedad”, “ultima ratio”,

“proporcionalidad” y hasta el de “insignificancia” …” (Villegas

Fernández, 2009, p. 4).


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“El principio de intervención mínima postula la necesidad de

restringir al máximo la intervención de la ley penal, ello supone que

el poder sancionador no debe actuar cuando existe la posibilidad

de utilizar otros medios que sean efectivos para la protección de los

principios y normas que rigen la convivencia social; es decir, que el

derecho penal debe tener un carácter de ultima ratio por parte del

Estado para la protección de los bienes jurídicos” (Monroy, 2013). Commented [FJGB1]: POR FAVOR CITAR
CORRECTAMENTE, ES UNA CITA LITERAL

file:///C:/Users/Leoli/Downloads/4827-Texto%20del%20art%C3%ADculo-

10891-1-10-20160707.pdf

En tal contexto, este principio lleva consigo la intervención de una

política criminal responsable, considerando que el derecho penal

debe intervenir únicamente cuando los otros medios de control

social no han conseguido su labor; de ello se desprende la doble

visión de la intervención del derecho penal. Por un lado, el punto

de vista interno posee la esfera de los principios intrasistemáticos

que muestran los requisitos para la introducción y el sostenimiento

de figuras delictivas en la ley. Así también, desde el punto de vista

externo da lugar a los principios extrasistemáticos que se refieren,

en cambio, a criterios políticos y metodológicos para la

descriminalización y para la construcción de los conflictos y de los

problemas sociales, en una forma alternativa a la que ofrece el Commented [FJGB2]: CITA

sistema penal. (Baratta, 2004, p. 304).

Estos principios generales buscan ser aplicados al tema concreto

del feminicidio que, por definición es descrito como aquella acción

por la que se mata a una mujer en una situación en la que se


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considera que esta incumple con los estereotipos de género;

además, que tienen lugar cuando algunos comportamientos de las

mujeres son considerados como quebrantamientos al orden

sexista, logrando de esta manera que los feminicidios se

mantengan y reproduzcan la discriminación estructural de las

mujeres, perpetuando la desvalorización de lo femenino. (Diaz,

Rodríguez, Valega. 2019)

El término feminicidio fue usado por primera vez en inglés por Diana

Russell, en 1976, ante el Tribunal Internacional sobre crímenes

contra las mujeres, en Bruselas, para referir y denunciar algunos

tipos de muertes que se diferenciaban de acuerdo al sexo; así, ella

denominó femicidio al «asesinato de mujeres por el hecho de ser

mujeres».(Gonzales, 2018)

En América Latina, fue Marcela Lagarde quien empezó a utilizar el

término de feminicidio en lugar de femicidio, debido a que este

último sería análogo a la palabra homicidio y solo significaría

asesinato de mujeres; mientras que el feminicidio se da cuando las

condiciones generadoras de prácticas sociales agresivas y hostiles

atentan contra la integridad, el desarrollo, la salud, las libertades y Commented [FJGB3]: CUIDADO CON LA CITA, POR FAVOR
LEER CORECTAMENTE LO QUE DEBEN HACER
la vida de las mujeres. (Gonzales, 2018)

http://www.corteidh.or.cr/tablas/r37873.pdf

Por su parte la Organización de las Naciones Unidas define la

violencia contra la mujer como «todo acto de violencia de género

que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o


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psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la

coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen

en la vida pública como en la privada». (ONU, 2002)

El feminicidio o la muerte de mujeres por causa de una estructura

machista y paternalista que discrimina a las mujeres, se produce

desde tiempos remotos en muchas culturas del mundo; en algunas,

de formas más sutiles que otras, y hasta hoy subsisten formas

extremas de homicidio y violencia infringida hacia la mujer por

razón de género.

En el Perú, la incorporación del feminicidio en la agenda política

pública, demandó el transcurso de varios años de activismo por

parte de las organizaciones feministas. (Bardales, 2012) La palabra

utilizada para denominar las muertes de las mujeres por razones

de género es feminicidio, visto que este término considera no solo

la muerte en sí, relacionada con la discriminación de género, sino

también incluye la responsabilidad del Estado ante la protección y

sanción.

En este sentido, el delito de feminicidio, tipificado en el artículo 108-

B del código penal, sanciona los actos que ponen en riesgo la vida

de una mujer por su condición de tal, en contextos como la violencia

familiar; la coacción, hostigamiento o acoso sexual; el abuso de

poder, confianza o autoridad sobre la víctima; o, en general,

cualquier contexto de discriminación contra la mujer. Asimismo, el

Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables define a este


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delito como: “Homicidio de mujeres cometido presuntamente por la

pareja o ex-pareja de la víctima; por cualquiera de las personas

comprendidas en la Ley de Protección frente a la Violencia Familiar

o por alguna persona desconocida por la víctima, siempre que el

homicidio revele discriminación contra la mujer” (MIMP, 2012)

Es evidente, pues, que el feminicidio constituye un problema social

que debe ser objeto de Derecho; es decir, que puedan obtenerse

instrumentos normativos que permitan a la administración pública

desplegar e impulsar programas de prevención, capacitación,

sensibilización de la sociedad para el cambio de dichas

concepciones mal adoptadas, esto a través del Ministerio de

Educación, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables,

Ministerio de Cultura, etc.

No obstante, esto no ocurre ni debe ocurrir en el ámbito penal, dado

que el Derecho penal es un derecho de última ratio y que, sus

fundamentos deben encontrarse acordes con las normas

constitucionales y los principios del Derecho penal y la política

criminal.

Respecto a la normatividad internacional que se tiene en cuanto a

la regulación de la violencia de género encontramos a la CEDAW

“Convención sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación

contra la Mujer”, aprobada por el Perú en 1982 mediante resolución

legislativa 23432, donde se señala que la violencia contra la mujer

«denotará toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo


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que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el

reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente

de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la

mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en

las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier

otra esfera”. La finalidad de esta convención consiste en estudiar y

analizar la situación de las mujeres violentadas, tarea que se lleva

a cabo mediante un informe presentado periódicamente. (Garb,

2015).

También se encuentra la Convención de Belém do Pará, suscrita

el 9 de junio de 1994, ratificada el 4 de abril de 1996 y puesta a

vigencia el 4 de julio de 1996 en el Perú; misma que se encarga

de prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer. Esta

convención define a la violencia contra las mujeres como

“cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause

muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer,

tanto en el ámbito público como en el privado”. Refiere además a

la relación que existe entre la violencia de género y la Commented [FJGB4]: ENTONCES QUÉ ES LA VG?
Ya esta
discriminación, estableciendo el derecho de la mujer a una vida Commented [P5R4]:

libre de violencia.

El instituto de la mujer y para igualdad de oportunidades define la

violencia de género como una clara expresión de la desigualgad,

subordinación y de las relaciones de dominio de los hombres

sobre las mujeres. Este tipo de violencia se basa y se ejerce por

la diferencia subjetiva entre los sexos. En pocas palabras, las


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mujeres sufren violencia por el mero hecho de ser mujeres, y las

víctimas son mujeres de cualquier estrato social, nivel educativo,

cultural o económico. La violencia de género es aquella que se

despliega sobre las mujeres por parte de quienes estén o hayan

estado unidos a ellas por relaciones de afectividad (parejas o ex-

parejas). El objetivo del agresor es ocasionar perjuicio y obtener el

control sobre la mujer, por lo que se promueve de manera

continuada en el tiempo y sistemática en la forma, como parte de

una misma estrategia.

Existen otros organismos convencionales que se cuyo objetivo es

el de la de protección a la mujer, por ejemplo: La IV Conferencia

Mundial sobre la Mujer (Beijín, 1995), conferencia en la que

firmaron los Gobiernos de 189 países, incluido el Perú, en la cual

se reafirmó el compromiso en cuanto a la igualdad de derechos y

la dignidad humana intrínseca de mujeres y hombres; así como con

los demás propósitos y principios recogidos en la Carta de las

Naciones Unidas, y en la Declaración Universal de Derechos

Humanos, la cual está orientada a garantizar la implementación de

los derechos humanos de las mujeres y las niñas como una parte

indivisible, integral e inalienable de todos los derechos humanos y

libertades fundamentales.

Por su parte, el Consenso de Quito, adoptado en la décima

Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe,

en 2007, condena las diversas formas de violencia contra las

mujeres, especialmente el homicidio de mujeres, el feminicidio; así


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acuerda adoptar medidas que contribuyan a la eliminación de todas

las formas de violencia y sus manifestaciones contra las mujeres.

En el Consenso de Brasilia, aprobado el 2010 durante la décimo

primera Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y

el Caribe, se acordó enfrentar todas las formas de violencia contra

las mujeres e incorporar en las políticas de seguridad pública

medidas específicas para prevenir, investigar, sancionar, penalizar

y erradicar el feminicidio, entendido como la forma más extrema de

violencia de género contra las mujeres.

Descendiendo al ámbito legislativo encontramos a la ley N° 28983

“Ley de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres”

promulgada el 16 de marzo del 2007, la cual tiene por objeto

establecer el marco normativo, institucional y de políticas públicas

en los ámbitos nacional, regional y local, para garantizar a mujeres

y hombres el ejercicio de sus derechos a la igualdad, dignidad, libre

desarrollo, bienestar y autonomía, impidiendo la discriminación en

todas las esferas de su vida, pública y privada, propendiendo a la

plena igualdad.

Es ante esta situación que el 27 de diciembre del 2011 se promulgó

la Ley N° 30819 que modificaba el artículo 107 del Código Penal e

introducía el concepto de feminicidio, anexo al de parricidio. Pero

fue recién en julio del 2013 que se incorporó ese delito de forma

independiente en el artículo 108-B del Código Penal, el cual

sanciona con no menos de 20 años de cárcel “al que mata a una


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mujer por su condición de tal” en contextos de violencia familiar,

coacción o acoso, abuso de poder o cualquier otra forma de

discriminación. La pena será de cadena perpetua cuando

concurren dos o más agravantes.

El 23 de noviembre del 2015 se promulgó la Ley 30364, “Ley en

para prevenir, sancionar y erradicar la violencia hacia la mujer”. Su

principal aporte fue introducir reformas en la manera de procesar

los delitos de lesiones graves y leves, también modificó el

procedimiento de denuncias por agresión luego de 20 años. De

igual manera, el 29 de diciembre del 2017 el Congreso de la

Republica promulgó la Ley N° 307010, ley que modifica el último

párrafo del Artículo 57 del Código Penal, ampliando la prohibición

del beneficio de la suspensión de la pena efectiva a los condenados

por lesiones leves causadas por violencia contra la mujer, artículo

que quedó redactado de la siguiente manera:

“Suspensión de la ejecución de la pena: Artículo 57.- Requisitos […]

La suspensión de la ejecución de la pena es inaplicable a los

funcionarios o servidores públicos condenados por cualquiera de

los delitos dolosos previstos en los artículos 384, 387, segundo

párrafo del artículo 389, 395, 396, 399, y 401 del Código, así como

para las personas condenadas por el delito de agresiones en contra

de las mujeres o integrantes del grupo familiar del artículo 122-B, y

por el delito de lesiones leves previsto en los literales c), d) y e) del

numeral 3) del artículo 122”.


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Existe también el Decreto Legislativo N° 1410 el cual incorpora el

delito de acoso, acoso sexual, chantaje sexual y difusión de

imágenes, materiales audiovisuales o audios con contenido sexual

al código penal, y modifica el procedimiento de sanción del

hostigamiento sexual. Siendo su principal objetivo, sancionar los

actos de acoso, en todas sus modalidades, incluidos el acoso

sexual y chantaje sexual; así como la difusión de imágenes,

materiales audiovisuales o audios con contenido sexual, a fin de

garantizar una lucha eficaz contra las diversas modalidades de

violencia que afectan principalmente a las mujeres a lo largo de

todo su ciclo de vida.

Por lo expuesto la política criminal estatal podría vulnerar el

principio de mínima intervención del Derecho penal y el de igualdad Commented [FJGB6]: … podría vulnerar el principio de
mínima intervención… ya está lu
de la Constitución al haberse incorporado el delito de feminicidio en

el Código Penal; la legislación que incluye el delito en el

ordenamiento jurídico peruano, la jurisprudencia desarrollada al

respecto y las disertaciones que sobre el particular ha desarrollado

la doctrina.

No obstante, a pesar de la suscripción del Perú a diversos pactos

internacionales, mencionados con anterioridad, que tienen como

finalidad erradicar todo tipo de violencia contra la mujer e

implementar medidas de protección y prevención para tal delito, un

estudio emitido por Centro de la Mujer peruana Flora Tristán

juntamente con DEMUS (Estudio para la Defensa de los Derechos

de la Mujer) reveló que desde enero del 2004 a julio del 2007
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murieron por lo menos 403 mujeres; es decir, un promedio de 9

mujeres al mes. Asimismo, en noviembre de 2009, el Observatorio

de la Criminalidad del Ministerio Público divulgó la investigación

Homicidio y feminicidio en el Perú, este documento sistematiza y

analiza las circunstancias que rodean la muerte de un gran número

de mujeres en el país, durante el periodo comprendido entre

setiembre de 2008 y junio de 2009.

Entre enero y octubre de 2011, el PNCVFS (Programa Nacional

Contra la Violencia Familiar y Sexual) ha registrado 93 casos de

feminicidio y 66 tentativas. Las regiones con mayor número de

casos son Lima, Arequipa, Junín, Puno y Ancash. En Lima

Metropolitana resaltan los distritos de Comas, San Martín de

Porres, Ate, San Juan de Lurigancho y Villa María del Triunfo.

(Bardales, 2012)

En ese marco, regular el delito de feminicidio, conlleva desconocer

esta prohibición de discriminación entre hombre y mujer y el

fomento de nuevas leyes señaladas en los pactos internacionales,

los cuales promueven derechos fundamentales como la igualdad y

la no discriminación, que en habida cuenta tienen por finalidad

desaparecer cualquier rasgo diferenciador entre ambos géneros y

el establecimiento de un tipo penal que discrimina entre géneros es

una afrenta directa a dicha normativa.

Por otro lado, se termina por sancionar conductas que, aunque

mayoritarias, no son únicas en la realidad nacional; es decir, que el


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homicidio producido por un hombre a una mujer en el contexto de

violencia familiar amerita una pena distinta que el homicidio

ocasionado por una mujer a un hombre en el contexto de la

violencia familiar; en ese sentido, cada una de las circunstancias

agravantes consignadas en el tipo, con excepción del estado de

gestación, son susceptibles de configurarse en el caso del

homicidio perpetrado por una mujer.

Situaciones como ésta permiten postular la tesis de que el tipo

penal resulta lesivo a los derechos de igualdad y prohibición de la

discriminación, así como a los principios del Derecho penal y la

política criminal en los que debe basarse toda regulación de tipo

penal.

Al respecto, Costa Rica fue el primer país latinoamericano en

tipificar el feminicidio, estableciendo: << Artículo 21: Feminicidio.

Se le impondrá pena de prisión de veinte a treinta y cinco años a

quien de muerte a una mujer con la que mantenga una relación de

matrimonio, en unión de hecho declarado o no >>

En Colombia, siendo uno de los países en que no se tipifica al

feminicidio como delito independiente, se lo introdujo como una

disposición que sanciona como homicidio agravado, el que se

cometiere “contra una mujer por el hecho de ser mujer”: <<Articulo

104: CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION: La pena será de

cuatrocientos (400) a seiscientos (600) meses de prisión, si la


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conducta descrita en el artículo anterior [el que matare a otro] se

cometiere:

(…)

11. Si se cometiere contra una mujer por el hecho de ser mujer >>

En Argentina se establece que el feminicidio se incluye y amplía al

homicidio agravado: << Artículo 80: Se impondrá reclusión

perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en el

artículo 52, al que matare:

(…)

11. A una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y

mediare violencia de genero. >> Commented [FJGB7]: MEJOR AQUÍ NO VA


Commented [LMVV8R7]: Ya lo cambiamos

En la legislación peruana también existen directrices para erradicar Commented [FJGB9]: ¿??? Ya esta cambiado

todo tipo de violencia contra la mujer, este es el caso del acuerdo

nacional firmado en 2002 que aborda la violencia hacia la mujer

en: la séptima política de Estado: erradicación de la violencia y

fortalecimiento del civismo y de la seguridad ciudadana; en la

décimo primera política de Estado: promoción de la igualdad de

oportunidades sin discriminación; la décimo sexta: fortalecimiento

de la familia, protección y promoción de la niñez, la adolescencia y

la juventud; y en la vigésimo octava: plena vigencia de la

Constitución y de los derechos humanos y acceso a la justicia e

independencia judicial. (Bardales, 2012).


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De igual manera la Constitución ha hecho frente a esta

problemática, disponiendo la siguiente normativa en su artículo 1:

«La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son

el fin supremo de la sociedad y del Estado», artículo 2: «Toda

persona tiene derecho: 1. A la vida, a su identidad, a su integridad

moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar […] 2. A

la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de

origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o

de cualquiera otra índole».

En cuanto a las estadísticas recolectadas que cuantifican la

casuística en torno a los hechos tenemos información

proporcionada por el Observatorio de Criminalidad del Ministerio

Público, periodo 2011-2015, en el que se registró 556 mujeres

asesinadas en la tipificación de feminicidio, con los siguientes

datos: En 2011 (123 víctimas), 2012 (122 víctimas), 2013

(111víctimas), 2014 (100 víctimas), y 2015 (100 víctimas); entre

enero y setiembre 2016 fueron 55 víctimas de feminicidio. (INEI,

2017)

Así mismo, las víctimas en los años posteriores fueron: 2016 (106

víctimas), 2017(131 víctimas); para el año 2018 el número de

víctimas por feminicidio llego a 150, con una tendencia creciente en

el periodo 2015 al 2018 y alcanzando una variación de 14,5% con

respecto al año 2017; y en lo que va del año 2019 se han registrado

127 víctimas.
18

Por otro lado, se constató que en el periodo acumulado 2015 -

2018, la Provincia de Lima lidera con la mayor cantidad de víctimas

por feminicidio (127), seguido de los departamentos de Cusco (30),

Arequipa (28), Huánuco y Junín (con 27 víctimas cada uno);

Cajamarca ocupa el puesto número 11 con un total de 12 víctimas,

el departamento que registra la menor cantidad de víctimas es

Moquegua con 4 víctimas. Commented [FJGB10]: EN ORDEN CRONOLÓGICO POR


FAVOR

A partir de los estudios realizados por el INEI se observó que la

región natural con mayor cantidad de feminicidios en el periodo

acumulado de 2015-2018 es la sierra con un total de 65 víctimas. Commented [FJGB11]: OR FAVOR SEÑALEN LAS CIFRAS
HASTA LA FECHA

Respecto de las características sociodemográficas de la víctima.

Según la edad de la víctima, el mayor porcentaje de feminicidios

(44,7%) afectó a mujeres de 18 a 29 años, le siguen las víctimas

de 30 a 39 años (24,0%), y el 17,3% corresponde a mujeres de 40

a 49 años de edad, así mismo se constató (6,7%) a mujeres

menores de 18 años de edad. Según su ocupación, el mayor

porcentaje de víctimas de feminicidio fueron amas de casa (60,9%);

le siguen las estudiantes (15,2); y con 8,7% las comerciantes

informales.

Respecto a las características de los hechos. Según el lugar de

ocurrencia, el mayor porcentaje de muertes por feminicidio ocurrió

en la vivienda de la víctima (29,5%), le siguen vivienda de ambos

(26,2%) y campo abierto/lugar desolado (18,1%), respectivamente.

Según la modalidad empleada la forma más frecuente con la que


19

se cometió el acto de feminicidio fue a través de estrangulamiento,

asfixia y ahogamiento (38,9%), otra forma es mediante arma blanca

y agresión física con (19,4% y 12,5%), respectivamente.

Expuestas y detalladas las estadísticas en lo que respectan a las

víctimas por feminicidio cabe exponer ahora las personas con

sentencia condenatoria por causal de feminicidio. Se establece

entonces que a nivel nacional el total de personas con sentencia

condenatoria por el delito de feminicidio alcanzó un total de 112 en

el año 2018, representando el 11% del total de personas con

sentencia condenatoria por homicidio doloso. Así como también

disminuye en 6,7% con respecto al año 2017, que fue de 120

personas con sentencia condenatoria por feminicidio.

Entre los internos/a recluidos por delito de feminicidio, según su

último lugar de residencia se tiene que la gran mayoría vivía en la

provincia de Lima (117), seguido de los departamentos Cusco (40)

y Arequipa (38). En Cajamarca la población penitenciaria recluida

por feminicidio es de 16.

Las características sociales más relevantes de los internos por

feminicidio son según el sexo: El 98,1% de la población

penitenciaria ingresada por el delito de feminicidio, para el año

2018, son hombres (475 internos) y el 1,9% son mujeres (9

internas). Según su edad, para el año 2018, se tiene que el mayor

porcentaje de internos/as que cometieron el delito de feminicidio

tienen entre 25 a 29 y 30 a 34 años de edad, concentrando el 21,5%


20

y el 18,2% de la población penitenciaria ingresada por feminicidio

(104 y 88 internos/as respectivamente). Según su nivel de

instrucción, para el año 2018, respecto al nivel educativo alcanzado

de la población penitenciaria recluida por delito de feminicidio, el

61,9% de la población tiene secundaria (300 internos/as), de los

cuales el 39,0% (165 internos/as) tienen secundaria completa y

22,9% (111 internos/a) no concluyeron la secundaria. (INEI, 2018).

Con respecto al año actual las estadísticas proporcionadas por el

Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, se registró un

total de 127 casos de feminicidio, sobresaliendo la modalidad de

asfixia o estrangulamiento (28%). Computando desde el 2009

hasta el 30 de septiembre del 2019 existe un total de 1279 casos

con características de feminicidio en nuestro país. (Reporte

estadístico de casos con características de feminicidio registrados

por los Centros de Emergencia Mujer/ Periodo: Enero – septiembre

2019).

Del análisis de las estadísticas presentadas se verifica que pese a

que la tipificación del feminicidio incluida en nuestro sistema penal

en el año 2013, los casos por feminicidio no han disminuido, así

mismo se observa que hay determinados factores que influyen en

la realización de este tipo delictivo como lo es la educación, el lugar

de residencia, ocupación, tanto de la víctima como de los Commented [FJGB12]: OK, BIEN CON LA INFORMACIÓN,
PERO DEBN ORGANIZAR DE MEJOR MODO LA PARTE DE LOS
HECHOS, POR FAVOR ORGANICEN DE MEJOR MODO ESTA
imputados. ÚLTIMA PARTE

1.1.2. Descripción del problema.


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Mediante la Ley Nº 30068 dada en el 2013, se incorporó el delito

de feminicidio, tipificado en el artículo 108 – B del código penal, el

cual postula que: “Será reprimido con PPL no menor de 20 años el

que mata a una mujer por su condición de tal”, es decir, existe

feminicidio cuando concurre la motivación de odio, por ser la

víctima simplemente mujer; este delito se vincula directamente con

principios constitucionales y penales; sin embargo, el proyecto se

basará en analizar uno de los principios fundamentales del Derecho

Penal, el principio de mínima intervención del Estado, el cual

postula la necesidad de restringir al máximo la intervención de la

ley penal, ello supone que el poder sancionador no debe actuar

cuando existe la posibilidad de utilizar otros medios que sean

efectivos para la protección de los principios y normas que rigen la

convivencia social, es decir, que el derecho penal debe tener un

carácter de ultima ratio por parte del Estado para la protección de

los bienes jurídicos. Asimismo, el mencionado principio, engloba

otros principios como el de “fragmentariedad”, “ultima ratio”,

“proporcionalidad” y hasta el de “insignificancia”.

1.1.3. Formulación del problema.

¿Qué efectos jurídicos ha generado la tipificación del delito de

feminicidio en la legislación peruana respecto al principio de

mínima intervención del Derecho Penal?

1.2. JUSTIFICACIÓN
22

La importancia del tema radica en identificar cómo la producción de

nuevas normas penales elaboradas por el legislador afecta a uno de los

principios fundamentales en el que se sostiene el derecho penal, el

principio de mínima intervención, y las consecuencias que acarrean su

trasgresión. Así mismo analizar el contexto en el que surgió la tipificación

del feminicidio para el desarrollo de la investigación se torna de especial

relevancia ya que en un ambiente de constante criminalidad como la que

se vive en el Perú, se hace necesario establecer políticas que ofrezcan

seguridad a la población recurriendo al Derecho Penal en tanto este

ofrezca medidas de apaciguamiento a futuras conductas delictuales, es

decir que estas medidas nacen de las necesidades de la sociedad como

una negociación de tranquilidad, no obstante cabe señalar que estas en

su mayoría son ineficaces, sustentando tal afirmación en las estadísticas Commented [FJGB13]: QUIZÁ PODEMOS REFERIR LA
PREVENCIÓN GENERAL!! A GROSO MODO
proporcionadas por el INEI, las cuales indican que posteriormente a la

tipificación del delito en cuestión, los feminicidios no cesaron, ya que en

lo que va del año se han registrado 127, que en comparación con los 150 Commented [FJGB14]: SON MAS , INDICA A NOVIEMBRE,
ETC
casos de feminicidio resultantes en el periodo acumulado entre los años

2015 y 2018, la cifra se ha visto incrementada considerablemente. Por

tales motivos analizar la política criminal utilizada por nuestros

legisladores es importante ya que no siguen las teorías clásicas del

Derecho Penal como son la retribución o prevención, si no que persiguen

otros fines ajenos a estos como la búsqueda del poder aprovechándose

de la inseguridad ciudadana.

En lo referente al aspecto doctrinario, esta investigación observará y

constatará si la tipificación del mencionado delito con rango legal se


23

encuentra acorde a los principios, directrices, derechos y valores

constitucionales o fundamentales, al bloque de constitucionalidad y a los

tratados suscritos por nuestro país, utilizando para tales efectos principios

de interpretación, tanto propios del derecho penal, como también

principios constitucionales que sean complemento de los primeros

principios mencionados.

La presente investigación se realizará por un interés propio del grupo

respecto al problema planteado, además del aporte doctrinal y práctico Commented [FJGB15]: HUMM NO ¡!!

que trae al analizar el delito de feminicidio y el Principio de Mínima

Intervención, debido a que gran parte de los cuestionamientos respecto a

su inclusión y aplicación son generados en la doctrina penal, por lo que

merece su investigación; asimismo, respecto a la trascendencia social, se

pretende el análisis del delito de feminicidio y la vulneración del principio

en mención ya que ello permitirá mantener vigente el Estado de Derecho

y librar a la sociedad de un delito que vulneraría los derechos

fundamentales de los ciudadanos.

1.3. ÁMBITO DE INVESTIGACIÓN. Delimitación del problema.

1.3.1. Espacial: Nacional.

1.3.2. Temporal: A partir de la tipificación del feminicidio en el código penal

peruano en el año 2013.

1.4. TIPO DE INVESTIGACIÓN

1.4.1. De acuerdo al fin que se persigue.


24

La investigación es básica, porque tiene como finalidad incrementar

el conocimiento jurídico y aportar con la investigación requiriendo un

estudio de la doctrina y de la realidad actual del feminicidio. Alvitres

(2000) define que una investigación es básica, pura o sustantiva

cuando pretende una descripción, explicación o predicción. Zorrilla

(1993) indica que este tipo de investigación fundamental, busca el

progreso científico, acrecentar los conocimientos teóricos, sin

interesarse directamente en sus posibles aplicaciones o

consecuencias prácticas; es más formal y persigue las

generalizaciones con vistas al desarrollo de una teoría basada

en principios y leyes.

1.4.2. De acuerdo al diseño de la investigación.

De acuerdo al diseño de la investigación, la presente investigación

es descriptiva en cuanto se logrará identificar el problema, es decir,

la vulneración del principio de mínima intervención mediante la

tipificación del delito de feminicidio. Según Tamayo (1981) el

estudio descriptivo comprende la descripción, registro, análisis e

interpretación de la naturaleza actual, y la composición o proceso

de los fenómenos. El enfoque se hace sobre conclusiones

dominantes o sobre grupo de personas, grupo o cosas, se conduce

o funciona en presente. Arias (1999) considera que la investigación

descriptiva consiste en la caracterización de un hecho, fenómeno,

individuo o grupo, con el fin de establecer su estructura o

comportamiento. Los resultados de este tipo de investigación se


25

ubican en un nivel intermedio en cuanto a la profundidad de los

conocimientos se refiere.

1.4.3. De acuerdo a los métodos, procedimientos usados.

Es cualitativa ya que propone el análisis de lo individual y de lo

concreto. En la investigación se analizará la doctrina, la

normatividad, la jurisprudencia; todo ello con el fin de concluir en una

posición clara y definida acerca de la vulneración del principio de

mínima intervención a partir de la tipificación del delito de

feminicidio.

Baptista, Collado y Sampieri (2010), mencionan que el enfoque

cualitativo emplea la recolección de datos sin medición numérica,

esto con el propósito de descubrir o afinar preguntas de

investigación durante el desarrollo de la interpretación. Además,

dichos autores refieren que el paradigma cualitativo de

investigación, puede concebirse como un grupo de prácticas o

técnicas de tipo interpretativo, que permiten escudriñar en el mundo

haciéndolo visible, transformándolo en representaciones

observables como son anotaciones, grabaciones y documentos, por

lo cual sus dos principales cualidades consisten en que es

naturalista e interpretativa. Rueda (2007), la define como como un

proceso en donde intervienen varias visiones que tienen como

objetivo dividir los fenómenos y determinar las relaciones que

existen entre sus componentes. Otro concepto es el de Cerda

(2011), quien refiere que la investigación cualitativa hace alusión a

caracteres, atributos o facultades no cuantificables que pueden


26

describir, comprender o explicar los fenómenos sociales o acciones

de un grupo o del ser humano.

1.5. HIPÓTESIS

La tipificación del delito de feminicidio en la legislación peruana ha

generado la vulneración al principio de mínima intervención.

1.6. VARIABLES

1.6.1. Variable N°1:

Feminicidio

1.6.2. Variable N°2:

Principio de mínima intervención

1.7. OBJETIVOS

1.7.1. General.

Determinar los efectos jurídicos negativos que ha generado la

tipificación del delito de feminicidio en la legislación peruana

respecto al principio de mínima intervención. Commented [FJGB16]: ME PARECE QUE CAMBIAMOS


ESTE PUNTO POR LO NEGATIVO!!, NECESITO QUE TRAIGAN
TODAS SUS REVISIONES PREVIAS A CLASE
3.7.2. Específicos.

A. Describir el contexto que ha originado la tipificación del delito de

feminicidio en la legislación peruana.

B. Conocer y analizar las causas de vulneración al principio de

mínima intervención del derecho penal

1.8. LISTA DE ABREVIACIONES


27

PMI (Principio de Mínima Intervención)

DP (Derecho Penal)

CPP (Código Penal Peruano)

PPL (Pena privativa de libertad)

OEA (Organización de los Estados Americanos)

ONU (Organización de las Naciones Unidas)

CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO

2.1. DERECHO PENAL COMO MEDIO DE CONTROL SOCIAL. Commented [FJGB17]: LOS PÁRRAFOS NOS AYUDAN A
ORDENAR LAS IDEAS PARA QUE PUEDA SER CLARA LA LINE
ARGUMENTATIVA
Se sabe que el Derecho penal como parte del derecho general, sirve para

controlar ciertos comportamientos o actitudes para mantener la vida social


28

en armonía, así mismo castigar aquellos comportamientos que prohíbe la

ley. Commented [FJGB18]: POR OTRO LADO, POR FAVOR


TRAIGAN LOS TÍTULOS Y SUB TÍTULOS PARA PODER
IDENTIFICAR CORRECTAMENTE LOS TEMAS DEL MT
El derecho a castigar se puede fundar en distintas concepciones políticas,

la más aceptada es la concepción del Estado Social y democrático de

Derecho, los cuales sirven como base a distintos límites que debe respetar

el legislador y los demás órganos encargados de ejercer la función

punitiva.

El principio de Estado de Derecho impone el postulado de un

sometimiento de la potestad punitiva del Derecho Penal, que da lugar a

los principios derivados de legalidad. La idea del Estado Social sirve para

legitimar la función de prevención en la media en que sea necesaria para

proteger a la sociedad, lo cual implica varios limites que giran en torno a

la exigencia de la necesidad social de la intervención penal; finalmente la

concepción del Estado democrático obliga en lo posible a poner el

Derecho Penal al servicio del ciudadano , lo que hoy se ve como fuente

de criterios limites que hoy se asocian al respeto de principios como la

dignidad humana, igualdad y participación ciudadana. (Mir Puig, 2003)

Siguiendo a Mir Puig Al estudiar los límites del derecho punitivo en un

Estado Social se tiene como principales principios: a) De utilidad de la

intervención social, b) De subsidiariedad y carácter fragmentario del

Derecho Penal y c) El principio de exclusiva protección a los bienes

jurídicos. El primero se legitima solo en cuanto protege a la sociedad , es

decir que deberá demostrarse la eficacia que tienen las pena y que tal

reacción penal es útil para cumplir el objetivo protector del Estado, al


29

suceder lo contrario tales medidas deberán ser desechadas y

reemplazadas por otras más leves.

En cuanto al principio de Subsidiariedad y fragmentariedad, se entiende

por el primero que se debe recurrir al Derecho penal cuando otros medios

menos lesivos hayan fracasado, el postulado del carácter fragmentario del

Derecho penal significa que el Derecho Penal no ah de sancionar todas

las conductas lesivas de los bienes que protege, solo las modalidades de

ataque más peligrosas para ellos de tal forma que no todos los ataques a

la propiedad constituyen delito.

Finalmente, el postulado de exclusiva protección de bienes jurídicos

implica que pueden ser amparados por el Derecho Penal aquellos

intereses sociales que por su importancia se hagan merecedores de dicha

protección, lo cual se refiere que no todo bien jurídico ha de ser protegido

penalmente, ni tampoco que todo ataque a los bienes jurídicos

penalmente tutelados deba determinar la intervención del Derecho penal,

ambas cosas se opondrían al principio de subsidiariedad y

fragmentariedad. En un Estado social y democrático de Derecho solo se

deberá amparar como bienes jurídicos condiciones de la vida social, en la

medida que afecten a las posibilidades de participación de individuos en

el Sistema social.

Si en el Estado de Derecho se exige un sometimiento al principio de

legalidad, y en un Estado Social su potestad punitiva se legitima a través

de la utilidad y protección de bienes jurídicos que protejan a la sociedad,

en un Estado Democrático el Derecho penal tiene que respetar al


30

ciudadano como poseedor de una serie de derechos derivados de su

dignidad humana, de igualdad de los hombres y de su facultad de

participación en la vida social.

En suma, la finalidad del Derecho penal es la protección de bienes

jurídicos a través la prevención de delitos. Es decir, la norma jurídico-

penal tiene como objetivo la protección de bienes jurídicos importantes,

esto es, las condiciones indispensables para la convivencia social frente

a los ataques más lesivos, es entonces que con su función preventiva el

Derecho penal intenta cumplir eficazmente su función de protección de

bienes jurídicos.

De tal manera podría considerarse que el recurso más usado por el

Estado como reacción a las conductas delictuales es el establecimiento

de penas, esta situación no es nueva si no que se ha dado a través del

tiempo y en distintas manifestaciones, según las políticas criminales

adaptadas por los diversos sistemas penales.

El control jurídico-penal en las sociedades que poseen una organización

jurídico-constitucional y un Estado de derecho, surge de la

institucionalización normativa.

La positivización del Derecho penal se gesta en una necesidad valorativa

del comportamiento humano a lo cual se le conoce como derecho penal

objetivo que hace referencia a un conjunto de normas a partir de las cuales

la conducta humana se considera en relación pautas del deber ser, de

tal forma que las normas penales se convierten en un aspecto central,

aunque preliminar al estudio del sistema de control jurídico penal que, en


31

todo caso, siempre responde a las orientaciones que aquéllas emiten y

que, pese a las discontinuidades, interrupciones o interferencias por

razones propias y ajenas a los procesos de formalización del derecho que

se manifiestan respecto de las estrategias dominantes de control social,

aquéllas (las normas penales) deben ser congruentes. (Bergalli, 1988).

2.2. TEORÍAS QUE FUNDAMENTAN EL PODER PUNITIVO DEL DERECHO

PENAL.

Como es sabido existen diversas teorías que tratan de fundamentar la

imposición del castigo penal en algún tipo delictual, sustentadas

principalmente en la retribución y prevención.

Así tiene las teorías absolutas las cuales carecen de finalidad ajena a la

propia existencia de la pena, separándose de criterios e utilidad y

aferrándose a una exigencia categórica de justicia (justicia retributiva),

basada en infligir un mal al que ha ocasionado un mal, propugnada

principalmente por Kant y Hegel; los principales aportes de esta teoría

fueron los principios de culpabilidad y proporcionalidad.

Por otro lado encontramos las teorías relativas, estas a diferencia de las

primeras si persiguen un fin diferente a la propia materialización de la

pena, y es el de prevenir futuros delitos , sus tesis más representativas

asignan a la pena fines preventivos (colectivos e individuales), la primera

se refiere a la prevención general en la cual la pena no debe actuar

expresamente para el condenado sino sobre la comunidad, esta teoría

según Feuerbach es de la coacción psicológica la cual se basa en una

contramotivación negativa y en lo que significaría para el futuro

delincuente la comisión del delito; las teoría individualistas están


32

sustentadas en la prevención especial las cuales toman a la pena como

instrumento para la resocialización y la reinserción.

Así mismo existen otras teorías diferentes a las clásicas que le dan otra

función o funciones a la pena entre estas por ejemplo se encuentran: las

teorías mixtas la cual señala que la función y la retribución podrían

compatibilizarse y complementarse mutuamente de forma secuencial y

dentro de un proceso dialectico de limite y utilidad; las teorías expresivas

en la cual la pena cumple una función comunicativa de contenido

deontológico que vincula al Estado, la comunidad y la víctima , el mensaje

que la pena representa se le vincula al tratamiento de un delito como un

hecho pasado, pero desaprobado que merece una sanción .

La función contemporánea de la sanción penal ha sido interpretada en

diferentes enfoques ya sea político, social, económico, etc. Sin embrago

el primero ha querido constituirse siempre a criterios de necesidad de

autoridad, poder y control para construir un Estado de convivencia. El

castigo en estos tiempos se entiende como un daño comunicador,

merecido y necesario, al que no debe renunciar el Estado con los cuales

se disminuye la esencia retribucioncita y preventiva; el uso estatal y

comunicador del castigo, pasa a convertirse en un estilo de gobierno que

excede al marco de la política criminal, para acompañar a otros objetivos;

en el Perú por ejemplo se ha usado al castigo como proceso de gobernar

a través del delito y castigo.

2.2.1. Teóricas adoptadas en el Perú.


33

La influencia de las teorías absolutas, relativas y de unión se dejó

de sentir en el proceso de codificación en el Perú; en la actualidad

se ha optado por las teoría expresivas de la pena, cómo un

instrumento de comunicación social dirigido a mitigar los

sentimientos de indignación colectiva, para lograr esto el Estado da

discursos de seguridad y orden a través de la aplicación de castigos

excesivos, sobrecriminalizándolos, o valorizándolos doblemente

en diferentes términos.

En este tiempo las políticas de control del delito se han alejado de

los principios básicos de un Estado de Derecho social democrático,

antes mencionados, que buscan objetivamente fundamentar la

imposición de un castigo penal.

El Perú ha adoptado un modelo de gobernanza y gestión pública,

en el cual se gobierna a través del delito, la lucha contra la

inseguridad ciudadana, la criminalidad organizada o corrupción son

colocados tácitamente como necesidades que acompañan a otras

políticas públicas que no tienen interés criminal.

Estrategias de restauración tributaria y financiera han estado

acompañadas por medidas punitivas contra la delincuencia en la

cual se puede observar que el castigo es utilizado como

instrumento de mitigación de sentimientos de indignación de la

población. (Prado, 2018)


34

2.3. PRINCIPIO DE MÍNIMA INTERVENCIÓN

El principio de intervención mínima, denominado así en la doctrina

peruana por primera vez por Muñoz Conde, afecta de forma directa

al contenido y extensión del ius puniendi, surgiendo para lograr una

mayor racionalidad y efectividad de su ejercicio por parte del Estado. De

este modo, el derecho penal sólo tutela aquellos derechos, libertades y

deberes imprescindibles para la conservación de la paz social, frente a

las agresiones más intolerables que se realizan contra el mismo.

Este principio, por tanto, prohíbe utilizar instrumentos violentos allí

donde el conflicto no presenta ningún elemento de violencia; es decir,

el derecho penal no interviene de manera inmediata a la regulación de

todos los comportamientos del hombre en la sociedad, sino que hace

frente, solamente, a los conflictos más graves que se dirijan contra

importantes bienes jurídicos. Es así, que el principio de mínima

intervención supone un límite fundamental a las leyes penales,

estableciendo que estas solo se justifican en la medida que sean

esenciales e indispensables para lograr la vida en sociedad.

El principio de intervención mínima, que a su vez forma parte del

principio de proporcionalidad o de prohibición del exceso, descansa en

la exigencia de un doble carácter que ofrece el derecho penal.

2.3.1. Fragmentariedad.

El derecho penal no se basa en la protección de todos los bienes

jurídicos, sino tan solo en aquellos que resulten más importantes

para la convicción social, limitándose a aquellas conductas que

atacan de manera más intensa a aquellos bienes.


35

Es a su vez, el principio de legalidad una de las manifestaciones de

la fragmentariedad, puesto que es a través de los “tipos” que el

derecho penal originariamente debe seleccionar los bienes

jurídicos y determinar sus comportamientos relevantes. La

protección penal debe atender una necesidad político-criminal

acorde con su naturaleza y función, de tal forma que la protección

estatal no gire en torno a una tutela global que conlleve a un estado

de inseguridad, sino por el contrario, buscar la forma menos lesiva

de enfrentar las conductas del hombre en la sociedad, ya que de

no ser el caso se estaría criminalizando todo comportamiento

típico. (Cuenca, 2019)

2.3.2. Subsidiariedad.

El principio de mínima intervención o de “ultima ratio” ha de operar

únicamente cuando el orden jurídico no pueda ser preservado y

restaurado eficazmente mediante otras soluciones menos drásticas

que la sanción penal. El carácter doblemente fragmentario no solo

exige la protección de los bienes jurídicos más importantes, sino

también que dicha protección se dispense a los ataques más

significativos y reprochables y, exclusivamente, en la medida que

ello sea necesario.

Por lo tanto este principio establece que el derecho penal no

protege todos los bienes jurídicos de la sociedad, sino solo los más

importantes y que, además, opera cuando el ilícito cometido reviste

suma gravedad, ya sea por la importancia del bien jurídico o por la


36

afectación social que causa la conducta, siendo que, los ilícitos

menos graves son objeto de otros controles jurídico formales. En

igual sentido se usa al derecho penal como último medio de control

formal al cual debe recurrir la sociedad para evitar que la pena se

establezca como el único remedio para los males sociales.

Cabe mencionar que el principio de ultima ratio tiene indudable

basamento de carácter político pues, en definitiva, la decisión de

intervenir del Estado hace referencia a la determinación que tiene

el legislador para orientar las medidas que dentro del sistema

jurídico penal se adopten. Esto ayuda a comprender que la pena

no es el único medio de control social, sino que constituye la

extrema y última medida a tomar. (Elías, 2017) El alcance de este

principio también se extiende a la situación en donde exista

diversidad de sanciones a imponerse, en el sentido de que se debe

preferir una sanción administrativa, o una distinta a la pena, antes

que una sanción penal sin perjuicio de que ante la factibilidad, en

la aplicación de ambas, estas operen de manera independiente, sin

que ello implique una vulneración al derecho ne bis in ídem.

(Cuenca, 2019)

La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano

(1789) también se ha pronunciado al respecto, señalando:

<<Articulo 8: “La ley no debe establecer otras penas a parte de las

estricta y evidentemente necesarias, por lo que el ciudadano tan

solo puede ser castigado en virtud de una ley establecida y

promulgada con anterioridad al delito y aplicada legalmente”


37

Es por ello, que las vertientes se unen, al fin y al cabo, en la

exigencia de que el Derecho penal debe conseguir su propia

racionalidad, conteniendo su tendencia “inflacionista” y

procurando que su papel de instrumento excepcional, de “extrema

ratio”, sirva para la tutela “fragmentaria” de los bienes jurídicos

esenciales para la existencia y desarrollo de la comunidad estatal.

(Elias, 2017)

2.4. LA IGUALDAD COMO PRINCIPIO CONSTITUCIONAL RELATIVO AL

DERECHO PENAL.

El término igualdad ha sido sumamente utilizado en los últimos años, es

así que desde la perspectiva jurídica el Derecho a la igualdad significa

reconocer a todas las personas como iguales ante la ley y de esta manera,

puedan gozar de los mismos derechos, sin ninguna clase de

discriminación por motivos de origen, etnia, color, género, idioma, religión

o cualquier otro motivo.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos nos acerca aún más

a esclarecer el concepto de igualdad:

“Artículo 7.- Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción,
derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual
protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración
y contra toda provocación a tal discriminación”.

Al abordar el tema de la igualdad desde una perspectiva constitucional,

conviene empezar señalando que la conceptuamos en una doble

dimensión: de un lado, como un principio rector de todo el ordenamiento

jurídico del estado democrático de derecho, siendo un valor fundamental


38

y una regla básica que éste debe garantizar y preservar. Y, de otro lado,

como un derecho constitucional subjetivo, individualmente exigible, que

confiere a toda persona el derecho de ser tratado con igualdad ante la ley

y de no ser objeto de forma alguna de discriminación.

Cuando se trata de definir el contenido y los alcances del derecho de

igualdad ante la ley, deben considerarse dos componentes primordiales:

La igualdad de la ley o en la ley, que impone un límite constitucional


a la actuación del legislador, en la medida que éste no podrá -como
pauta general- aprobar leyes cuyo contenido contravenga el
principio de igualdad de trato al que tienen derecho todas las
personas.
La igualdad en la aplicación de la ley, que impone una obligación a
todos los órganos públicos (incluidos los órganos jurisdiccionales)
por la cual éstos no pueden aplicar la ley de una manera distinta a
personas que se encuentren en casos o situaciones similares.
(Praeli, 1997)

Respecto a la relación del principio de igualdad con el Derecho Penal, se

debe resaltar que este último, al ser un instrumento de control social del

Estado tiene asignada una función específica, de modo que queda

condicionada a la filosofía política que adopta nuestra constitución. El

Estado no puede atentar contra la dignidad del hombre, es por ello que no

puede instrumentalizarlo, es decir, no puede utilizarlo para sus fines e

impedir que el hombre sea un fin en sí mismo.

Es así que, gracias al principio anteriormente mencionado, sobre el

legislador pesa la exigencia de no incurrir en desproporciones manifiestas

a la hora de atribuir a los diferentes grupos, derechos, obligaciones o

cualesquiera otras situaciones jurídicas subjetivas. También representa

un límite para el juzgador que no puede aplicar un mismo precepto en

casos iguales con notoria desigualdad por motivaciones arbitrarias.


39

2.5. DELITO DE FEMINICIDIO EN EL PERÚ. Commented [FJGB19]: TAMBIÉN REVISEMOS


PREVENCIÓN GENERAL
2.5.1. Concepto de feminicidio.

El término feminicidio, es una palabra castellanizada, proviene del

neologismo femicide, este nació en el ámbito académico

anglosajón.

Este término femicide apareció por primera vez en la literatura en

A Satirical View of London (Inglaterra, 1801) para denominar el

asesinato de una mujer, como bien lo señala Diana Russell.

La escritora americana Carol Orlok utilizó el término en 1974 fue,

para que dos años más tarde en Bruselas, sea desarrollado por

Diana Russel ante el Tribunal Internacional sobre crímenes contra

las mujeres.

En 1990 fue publicado un artículo titulado Speaking the

Unspeakable en la revista Ms, que publicaron Diana Russel y Jane

Caputi en el cual dieron a conocer el término femicide, que lo

conceptúan como “es el asesinato de mujeres realizado por

hombres motivado por odio, desprecio, placer o un sentido de

propiedad de las mujeres”. En 1992 Diana Russell y Jill Radford

sintetizaron al feminicidio como “asesinato de mujeres cometido por

hombres”.

La teoría del feminicidio, con sus representantes más significativas

Diana Russell y Jill Radford, esboza los crímenes realizados contra

niñas y mujeres en el seno del patriarcado y lo considera el extremo

de dominación de género contra las mujeres. También lo

denominan como genocidio, otras como terrorismo de género. En


40

esta teoría también se incluyen subclasificaciones como feminicidio

serial, feminicidio lésbico, etc.

La antropóloga Lagarde indica lo siguiente: “en castellano femicidio

es una voz análoga a homicidio y sólo significa homicidio de

mujeres. Por eso, para diferenciarlo, prefería la voz feminicidio y

denominar así al conjunto de violaciones a los derechos humanos

de las mujeres que contienen los crímenes y las desapariciones de

mujeres y que, estos fuesen identificados como crímenes de lesa

humanidad”.

Para la ONU el feminicidio es “el asesinato de mujeres con


resultado extremo de la violencia de género que ocurre tanto
en el ámbito privado como en el espacio público”.

El feminicidio sólo significa homicidio de mujeres, dejando de lado

subjetividades propias del intento de revalidar los derechos de las

mujeres para con los hombres

De otro lado la Corte Interamericana de Derechos Humanos se ha

pronunciado en el caso Gonzáles y otras (Campo Algodonero) vs.

México, de fecha 16 de noviembre de 2009, en la que

expresamente se reconoce la existencia del delito de feminicidio y

la define como: “para los efectos del caso se utilizaría la expresión

homicidio por razones de género, también conocida como

feminicidio”. Asimismo, en dicho fallo se declara la responsabilidad

internacional del Estado por violaciones al derecho a la vida, a la

integridad personal y libertad personal de las víctimas, así como

por el incumplimiento de parte del Estado de su deber de investigar

y de no discriminación.
41

2.5.2. Delito de feminicidio en el Código Penal peruano.

Años atrás el delito de feminicidio como tal no se encontraba

tipificado en el Código Penal peruano. Empero, en la actualidad se

encuentra regulado, pero esta ha sido precedida por diversos

proyectos de ley para que tenga la consideración de delito, lo cual

generó posturas a favor y en contra.

Se tipificó el feminicidio a través de la Ley N° 29819 publicada el

27 de diciembre de 2011 en el diario oficial “El Peruano”

modificando el artículo 107 del Código Penal.

Salinas Siccha Cuando realiza un comentario sobre la ley, este

argumenta que el legislador eligió por tal técnica legislativa con la

finalidad de que los movimientos feministas se encuentren

satisfechos. El agente, ya sea hombre o mujer, poseería la misma

consecuencia jurídica una vez encontrado culpable en un debido

proceso penal. Entonces, si no habría incompatibilidad en la pena

a recibir por el autor del homicidio, no sería prudente ni racional la

necesidad de hacer distinciones en el léxico del ilícito penal.

A pesar de dicha tipificación esta no resultó suficiente, pues se

legisló sobre el delito de feminicidio una vez más. Es así que el

Congreso mediante Ley N° 30068 publicada en el diario oficial “El

Peruano” el 18 de julio de 2013, incorporando el artículo 108-B.

Posteriormente, mediante Decreto Legislativo N° 1323, publicado

el 6 de enero de 2017, el artículo 108-B ha sufrido un nueva

modificatoria.
42

Así pues, nuestro Código Penal ha establecido en su artículo 108-

B el delito de feminicidio:

Artículo 108-B.- Feminicidio. Será reprimido con pena privativa de


libertad no menor de quince años el que mata a una mujer por su
condición de tal, en cualquiera de los siguientes contextos:
1. Violencia Familiar;
2. Coacción, hostigamiento o acoso sexual;
3. Abuso de poder, confianza o de cualquier otra posición o
relación que le confiera autoridad al agente;
4. Cualquier forma de discriminación contra la mujer,
independientemente de que exista o haya existido una relación
conyugal o de convivencia con el agente.
La pena privativa de libertad será no menor de veinticinco años,
cuando concurra cualquiera de las siguientes circunstancias
agravantes:
1. Si la víctima era menor de edad o adulta mayor.
2. Si la víctima se encontraba en estado de gestación.
3. Si la víctima se encontraba bajo cuidado o responsabilidad del
agente.
4. Si la víctima fue sometida previamente a violación sexual o
actos de mutilación.
5. Si al momento de cometerse el delito, la víctima tiene cualquier
tipo de discapacidad.
6. Si la víctima fue sometida para fines de trata de personas o
cualquier tipo de explotación humana.
7. Cuando hubiera concurrido cualquiera de las circunstancias
agravantes establecidas en el artículo 108.
8. Cuando se cometa a sabiendas de la presencia de las hijas o
hijos de la víctima o de niños, niñas o adolescentes que se
encuentren bajo su cuidado.
La pena será de cadena perpetua cuando concurran dos o más
circunstancias agravantes. En todas las circunstancias previstas
en el presente artículo, se impondrá la pena de inhabilitación
conforme al artículo 36.

Se indica que en la última modificatoria que se está regulando una

conducta ilícita y se aprecia una diferenciación precisa de víctima,

siendo así que solo puede ser mujer, pasando por alto la calidad de

neutralidad del delito genérico (Homicidio). Con respecto al sujeto

activo, si bien la norma se refiere en general “al que mata a una

mujer por su condición de tal”, entonces se podría concluir que este

sujeto puede ser cualquier persona, ya sea mujer u hombre.

Por su parte Reátegui Sánchez (2017) señala:


43

“El sujeto activo puede ser un varón como también podría


ser una mujer, o en su defecto, cualquier persona que pueda
tener otro tipo de inclinación en su identidad sexual (por
ejemplo, homosexuales, transexuales, lesbianas). Lo
relevante es que aparezca una persona humana que haya
tenido el dominio del hecho respecto a la conducta que está
ejecutando.”

La expresión “el que mata a una mujer por su condición de tal”,

consideramos que resulta muy genérica, por ejemplo, el que mata

a una mujer para robarle su billetera, también cometería delito de

feminicidio. Resulta necesario que las personas que imparten la

justicia determinen de manera precisa si en el homicidio que tenga

como víctima a una mujer operó en la mente del sujeto activo

aquella condición de superioridad en demérito de la condición

sumisa de la víctima.

Respecto a la modalidad de feminicidio por violencia familiar, se

tiene que tomar en cuenta la Ley. N° 30364 – Ley para prevenir,

sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los

integrantes del grupo familiar, que en su artículo 5 define la

violencia contra las mujeres. Además, en el artículo 8 de la referida

Ley, se prevé los tipos de violencia contra las mujeres y los

integrantes del grupo familiar, que pueden ser los siguientes.

La coacción, el hostigamiento o el acoso sexual deben ser durante

o previo a la producción de la muerte de la mujer. Así si no se

origina la muerte de la mujer se podrá configurar un delito

específico, pero no cabría la posibilidad el delito de feminicidio

mucho menos la tentativa de este.


44

La discriminación contra la mujer, puede ser de cualquier índole, es

decir, de tipo sexual, religioso, laboral, etc., incluso

independientemente que haya existido o no una relación

matrimonial o de convivencia.

Se entiende por discriminación contra la mujer toda


distinción, exclusión o restricción basada en el sexo, que
tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el
reconocimiento, goce o ejercicio de derechos por la mujer,
independientemente de su estado civil, sobre la base de la
igualdad del hombre y la mujer, en la esfera política,
económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera.
(Reátegui Sánchez y Reátegui Lozano, 2017, p.170).

Lo que se reprime penalmente es realizar la muerte a una mujer no

en cualquier espacio ni lugar, sino en un determinado contexto

social (por ejemplo violencia familiar, acoso sexual, abuso de poder

de dominio, y la discriminación); no obstante en el primer párrafo

del artículo 108- B del Código Penal se mencione ejecutar la muerte

a una mujer “por la condición de tal”, este contexto típico resultará

insuficiente a la hora de la tipificación penal, ya que la totalidad del

injusto penal tendrá que cerrarse de acuerdo a los espacios

contextuales que prevé expresamente el artículo 108 del Código

Penal, en sus cuatro incisos, fuera de dichos espacios

contextúales, se tratará de un delito de homicidio simple del artículo

106. (Cuenca, 2019)

2.6. EL PRINCIPIO DE MÍNIMA INTERVENCIÓN Y EL DELITO DE

FEMINICIDIO.

2.6.1. Vulneración al principio de mínima intervención en el delito de

feminicidio.
45

Tenemos las siguientes modalidades respecto a los límites: de

derecho, social y democrático, al indicar que el Perú es un estado

social y democrático, éste tiene el deber de actuar de acuerdo a los

límites. Dentro de la segunda modalidad social de un Estado,

encontramos al límite del Principio De Mínima Intervención.

Este principio señala que: El ejercicio del ius puniendi del Estado a

lo estrictamente necesario para mantener la coexistencia pacífica

entre súbditos y proteger los intereses que estos califican como

fundamentales (bienes jurídicos). El derecho penal no es un

instrumento para asegurar el poder, sino para proveer a la paz

social, y sólo en cuanto su empleo aparezca como imprescindible

para alcanzar dicho efecto. (Castillo, 2002).

Del principio en mención es posible extraer dos características que

le son inherentes al mismo, los cuales sin su presencia éste no

tendría razón de ser, hablamos de la subsidiariedad o ultima ratio y

fragmentariedad del Derecho penal. Respecto a cada

característica, recogeremos lo fundamental de las mismas, a fin de

tener la idea clara; empezaremos por la primera característica. El

principio de intervención subsidiaria es conocido como el carácter

subsidiario del Derecho penal, como la última ratio, o también como

la naturaleza secundaria del Derecho penal que supone un límite

para el legislador, quien sería libre para no atender al mismo.

Algunos autores distinguen entre una subsidiariedad formal o

jurídica y una subsidiaridad sociopolítica. La primera legitima la

intervención del Derecho penal sólo cuando los otros controles


46

jurídicos fallan o resultan insuficientes para resolver una

perturbación social grave (delito), mientras que la segunda aparece

al exigir que el Derecho penal deba ser la última arma de la política

social. (Fernández, 1992).

Por el principio del carácter fragmentario del Derecho penal, la ley

se ocuparía de castigar los ilícitos más graves, ya sea por la

importancia del bien jurídico o por la dañosidad social de la

conducta, de todos los ilícitos existentes, el Derecho penal prohíbe

y castiga únicamente los más graves, dejando la sanción de los

demás ilícitos leves o insignificantes, a otros controles jurídicos

formales; este principio cumple así una función selectiva y de

elección de los ilícitos más graves. (Castillo, 2002).

Ambas características juntas representan una garantía de

limitación del Ius puniendi del Estado, que justifica esta intervención

estatal sólo cuando resulte necesaria para el mantenimiento de su

organización política en un sistema democrático. Así, la

transposición de la barrera de lo estrictamente necesario configura

autoritarismo y lesión a los principios democráticos del Estado.

(Bustos & Hormazábal, 1997).

Nos planteamos la siguiente inquietud: ¿El delito de feminicidio

vulnera el principio de intervención mínima? Frente a esto,

analizaremos si el legislador utilizó al derecho penal, como primera

ratio o si efectivamente era indispensable su incidencia, también


47

veremos si el delito de feminicidio ya contaba con instrumentos

reguladores en el derecho penal.

El profesor Santiago Mir Puig sostiene que: “Para proteger los

intereses sociales, el Estado debe agotar los medios menos lesivos

que el Derecho penal antes de acudir a éste, que en este sentido

debe constituir un arma subsidiaria, una última ratio. Deberá

preferirse ante todo la utilización de medios desprovistos del

carácter de sanción, como una adecuada política social. Seguirán

a continuación las sanciones jurídicas: civiles y administrativas.

Sólo cuando ninguno de los medios anteriores sea suficiente,

estará legitimado el recurso del Derecho penal. Importa destacarlo

especialmente frente a la tendencia que el Estado social tiene a

una excesiva intervención y a una fácil “huida al Derecho penal”.

En tanto Morillas Cueva expresa “(…) las medidas legislativas y

procedimentales no pueden ser presentadas como la panacea que

ha de solucionar el conflicto. No es así, la prioridad son las políticas

sociales previas, las acciones educativas y las firmes inversiones

para atenuar los efectos de semejantes conductas. Y si no es así

para el ordenamiento jurídico en general, menos lo es para el

Derecho penal, que se presenta como la última ratio entre los

diversos sectores jurídicos (…)”.

Los autores anteriormente citados indican como prioridad a las

políticas públicas frente a la existencia de un conflicto social,

consideramos que la meta es la prevención que trae consigo el


48

hecho de evitar homicidios de mujeres, sustentados en la

discriminación de género.

2.6.2. Posturas dogmáticas en contra.

Silfredo Jorge Hugo Vizcardo, quien escribió diversos artículos

sobre la incorporación del feminicidio en el derecho penal,

menciona que: “El haber tipificado el feminicidio como un nuevo

delito resulta vulneratorio de los principios básicos del Derecho

penal, que no pueden ser manoseados por urgencias meramente

“coyunturales” o apetitos “figuretistas” de los políticos. Se ha

vulnerado el principio de culpabilidad y de intervención mínima. Se

ha olvidado que la pena es un mal y una solución imperfecta, que

sólo debe utilizarse cuando no haya más remedio, máxime si las

previsiones legales existentes pueden proteger igualmente e

incluso con más eficacia un determinado bien jurídico. Esto va de

la mano con el principio de subsidiaridad o última ratio, que señala

que solo debe recurrirse al derecho penal cuando hayan fallado

todos los demás controles sociales. Además, debe tenerse en

cuenta que el merecimiento y la eficacia de la pena también es un

principio rector de la política criminal, que prevé que si la pena no

es útil para los fines preventivos, las restricciones a la libertad

personal y a otros derechos fundamentales, que cualquier pena

comporta, pierden toda justificación y racionalidad”.

Por su parte, Alonso Raúl Peña Cabrera Freyre, refiere que: “(…)

el derecho penal sigue siendo visto como el mecanismo idóneo


49

para solucionar todos los conflictos sociales, a manera de una

huida ciega al derecho punitivo. Al respecto Larrauri expresa que

evidentemente no todos los problemas sociales deben ser

criminalizados, esto es, ser tratados por medio del derecho penal;

pero también es cierto que en la actualidad el código penal juega

el papel simbólico de señalar cuales son las conductas más

intolerables para la convivencia; precisamente por ello es lógico

que la presión de las mujeres redunde en una incorporación de

nuevos comportamientos lesivos al derecho penal, pues en ello

refleja su incorporación al mundo público y su presión para

conseguir transformar las definiciones incorporadas al derecho

penal (…)”

“Los datos criminológicos constituyen un componente importante

para acercar la norma a la sociedad, pero ellos no son sustento

suficiente para justificar una respuesta estatal de orden penal.

¿Acaso la legislación penal no cuenta ya con el tipo penal de

parricidio, cuya sanción es severa? ¿Puede decirse con seriedad

que la violencia del hombre hacia la mujer va a ser erradicada o

reducida drásticamente con una pedagógica e intensiva

intervención del derecho penal?, ¿es mediante las normas jurídico

penales que se alcanzara la verdadera igualdad (material) entre

hombres y mujeres, y se eliminara toda manifestación de

discriminación por el género?”

“No lo creemos, por la sencilla razón de que los fines preventivo

generales (negativos) de la pena no reportan el más mínimo


50

rendimiento en los agente de estos delitos. Una pena severa o una

carcelería prolongada no los intimida en nada. Es cierto que el

Derecho penal debe asumir un rol ante estas conductas des

valiosas, pero si en verdad se pretende prevenirlas, deben

emplearse otros medios de control social, empezando por informas

y concientizar a las mujeres sobre los derecho que la ley y la

constitución les confiere, por ejemplo, que no son un objeto del

hombre y que deben denunciar la violencia de la que son víctimas”

Walter Palomino Ramírez, casi de manera similar a las opiniones

vertidas anteriormente, indica: “Desde hace varias décadas, como

bien indica Bergalle, se observa una constante y creciente

utilización del sistema de sanción penal como mecanismo para

encarar la mayor parte de los conflictos sociales, lo que se

corresponde con un “abandono paulatino del Ius puniendi para

castigar los hechos de propia naturaleza punible y orientar la

violencia penal hacia situaciones que básicamente no revisten esa

entidad (…) Así, en nuestro país, por ejemplo, podemos encontrar

que la redacción actual del Código Penal, presenta para ciertos

comportamientos socialmente desvalorados, determinadas

técnicas y modos de criminalización que son cada vez más rígidos

y excluyentes, en evidente oposición a los postulados liberales que

inspiraron al histórico legislador del C.P de 1991”

2.6.3. Cuadro de estadísticas de feminicidio y tentativa de feminicidios.


51

Se va a mostrar mediante cuadros estadísticos elaborados por la

INEI, Ministerio de la mujer y poblaciones vulnerables para que sea

más sencillo de verificar y demostrar lo que conllevo la inserción

del delito del feminicidio en el código penal peruano.

Mes/año 2019 2018 2017 2016 2015 2014 2013 2012 Consolidado

2012 - 2019

ENERO 15 10 08 06 08 07 11 07 72

FEBRERO 15 12 12 08 09 10 06 06 78

MARZO 13 11 09 09 05 11 07 08 73

ABRIL 13 10 05 08 08 11 08 03 66

MAYO 11 19 10 10 10 08 12 07 86

JUNIO 19 08 14 12 05 09 11 07 85

JULIO 15 12 13 17 09 10 08 08 90

AGOSTO 18 11 11 14 10 01 15 10 90

SETIEMBRE 08 10 12 15 07 02 07 07 68

OCTUBRE 13 16 05 08 03 08 16 01 70

NOVIEMBRE 13 10 09 12 09 19 11 83

DICIEMBRE 17 12 08 09 10 11 08 75

TOTAL 140 149 121 116 95 96 131 83 931

FUENTE: Registro de víctimas con características de feminicidio-PNCVFS/MIMP

Mes/año 2019 2018 2017 2016 2015 2014 2013 2012 Consolidado

ENERO 44 44 21 22 15 14 11 14 185
52

FEBRERO 27 22 13 24 12 17 10 06 131

MARZO 37 16 19 21 19 18 07 08 163

ABRIL 34 21 21 18 19 10 07 10 140

MAYO 31 31 22 25 08 15 16 10 158

JUNIO 30 29 19 12 17 14 14 06 141

JULIO 30 21 23 16 12 20 18 08 182

AGOSTO 45 24 17 39 22 16 10 09 182

SETIEMBRE 42 11 20 27 23 15 18 03 159

OCTUBRE 25 24 29 18 17 18 13 07 151

NOVIEMBRE 37 23 19 16 15 14 05 129

DICIEMBRE 24 20 17 18 14 13 05 111

TOTAL 342 304 247 258 198 282 151 91 1873

FUENTE: Registro de víctimas con características de feminicidio-PNCVFS/MIMP

Como se evidencia, respecto a las estadísticas de feminicidio,

durante el año 2012 la cifra fue de 83 feminicidios; sin embargo, en

el 2013, año en que se anunciaba la llegada del delito autónomo

del feminicidio se tuvo 131 feminicidios, durante el 2014 hubo 96

feminicidios, y durante el presente año, las cifras calculadas hasta

el mes de octubre son de 140 feminicidios.

No obstante, respecto a la tentativa del delito de feminicidio, sin

duda alguna podemos advertir un aumento de cifras desde la

primigenia incorporación del feminicidio en el código penal, si los

datos de los años en los que no existía el delito de feminicidio se


53

tenían cifras de 64 y 47 año 2009 y 2010 correlativamente, durante

la primera inclusión se evidencia una cifra creciente de 66, en el

año 2012 se calculó 91; empero, en el año que se incluyó al

feminicidio como delito autónomo se evidencia 151 tentativas de

feminicidios, en el posterior año el dato más elevado 186, y hasta

el mes de octubre del presente año 342 tentativas.

Las cifras nos revelan que durante el año que se promulgo el actual

delito de en mención, los feminicidios y tentativas de feminicidio se

muestran crecientes; asimismo, no podemos afirmar que la subida

o bajada de las cifras se deban a la tipificación del delito de

feminicidio, lo que si afirmamos es que durante el año que se

incluyó al delito de feminicidio de manera autónoma, las cifras

aumentaron.

Al respecto, Larrauri apunta que:

“este fenómeno de endurecimiento generalizado de las

consecuencias jurídico-penales por parte de los gobernantes

responsables de la formulación de la política-criminal, puede

depender de las siguientes razones: (a) porque se cree que

mayores penas tendrán un efecto en la reducción de las cifras de

la delincuencia, por medio del efecto preventivo general de la pena

e inocuización del delincuente; (b) porque se piensa que ello puede

contribuir a reforzar el consenso moral existente en la sociedad en

contra de cierto tipo de actividades delictivas; y (c) porque hay

ganancias electorales producto de ese uso, al satisfacer ciertas

demandas del cuerpo electoral”


54

Aunado a ello Alonso Peña Cabrera, dice: “Lo que reparamos, es

que, se pretende creer o hacer creer a la población que mediante

la utilización intensificada de la norma jurídico-penal se va desterrar

todo viso de violencia sobre la mujer, lo que es un total

despropósito, puesto que la verdadera prevención de estas

conductas disvaliosas discurre por otros torrentes, por otros

cauces, por medidas efectivas, en el marco de la política social del

Estado basadas en la educación, en la cultura y el aprendizaje

desde la infancia, teniendo como sedes naturales a la familia y a la

escuela, a lo cual debe aparejarse la difusión de los valores

democráticos a la población en todos sus segmentos, en cuanto a

conculcar los dictados de una verdadera igualdad de género, así

como de concientizar a todas las damas que no son ningún objeto

del hombre, que la relación conyugal o de convivencia no le otorga

ningún derecho al varón hacer uso de la violencia, y viceversa. Ante

la primera agresión se debe denunciar el hecho ante las

autoridades estatales competentes”

A criterio nuestro, se ha partido de la premisa que los feminicidio

no tienen un asidero en los clásicos delitos del Código penal; y es

así, según esta aparente percepción, que se volvió imperiosa la

necesidad de crear un nueva figura penal.

Cabe resaltar, que la falta de un tipo penal que previese la figura

del feminicidio, no habría significado en ningún sentido la

impunidad de tal comportamiento, para confirmar ello veamos los

delitos que prevé nuestro ordenamiento jurídico interno, respecto a


55

la muerte de una mujer, por su condición, cuya base es la

discriminación de género.

2.6.4. Delito de parricidio y su relación con el feminicidio.

Artículo 107° del Código Penal: El que, a sabiendas, mata a su

ascendiente, descendiente, natural o adoptivo, o a una persona con

quien sostiene o haya sostenido una relación conyugal o de

convivencia, será reprimido con pena privativa de libertad no menor

de quince años.

La pena privativa de libertad será no menor de veinticinco años,

cuando concurra cualquiera de las circunstancias agravantes

previstas en los numerales 1,2, 3 y 4 del artículo 108.

El injusto contenido en el artículo 107° del Código Penal consiste

en dar muerte al cónyuge o al concubino y a parientes en línea

recta. Sin embargo, en el marco del presente estudio, nos

referiremos al homicidio del cónyuge y del concubino.

El citado tipo penal exige que el sujeto posea una cualidad especial:

el parentesco, convirtiéndose esta conducta prohibida, ante la

exigencia de esta cualidad especial en el agente (hombre o mujer),

en un delito especiales; es decir, sólo algunos sujetos

determinados por la ley pueden realizarlo.

Los homicidios de mujeres en el Perú son realizados

fundamentalmente por la pareja o ex pareja. Sin embargo, muchos

de ellos, son motivados por la discriminación de género y en un

contexto de violencia familiar; no obstante, tales aseveraciones

podrían encajar en el delito de parricidio, ya que se aplicaría el


56

delito en mención, más las agravantes genéricas ubicadas en el

literal “d” y “f” numeral 2 del artículo 46. Lo que llevaría a una

respuesta penal agravada. Lo que de igual forma se aplicara a la

mujer, que discrimine a su cónyuge o concubino, el cual daría

cabida también dentro del delito de parricidio más las agravantes

mencionadas.

Se da a conocer con esta relación obtenida, que el delito de

feminicidio se encuentra incluido el las agravantes que tiene el

delito de parricidio y al tener una norma tipificada de esa manera

se estaría redundando.

ESTADO DE LA CUESTIÓN

Por su carácter controversial, la temática de la investigación, cuenta con un

catálogo de antecedentes que contribuyen al desarrollo del tema constituido por

la figura del feminicidio; entre estos tenemos:

MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN

GENERALES:

Deductivo: En la investigación se partirá de la documentación respecto al principio de mínima


intervención del derecho penal, con la finalidad de fundamentar la vulneración de este principio
mediante el delito de feminicidio. De acuerdo a Ander-Egg, E. (1997, p. 97) es el razonamiento
que, partiendo de casos particulares, se eleva a conocimientos generales. Este método permite
la formación de hipótesis, investigación de leyes científicas, y las demostraciones. Es una forma
de razonamiento que parte de una verdad universal para obtener conclusiones particulares. En
la investigación científica, este método tiene una doble función encubrir consecuencias
desconocidos de principios conocidos (Cano, 1975, p. 42) el método deductivo se contrapone a
la inducción.
57

Analítico – Sintético: Se empleará en la ejecución de la presente investigación de manera global,


debido a que es necesario analizar y desglosar en sus mínimas partes lo referido al delito de
feminicidio y lo que compete al principio de mínima intervención, lo cual nos permitirá sintetizar
ideas concretas en relación al problema de investigación. Suárez (2014), expresa que empleó
este método para resumir la búsqueda bibliográfica. Herrera, Herrera y Pérez (2012), plantean
que utilizaron el método para facilitar el análisis y la clasificación de las fuentes de información
recopiladas en busca de la esencia de las ideas. Martínez (2016), precisa que el método se utilizó
para analizar la documentación referente al tema de investigación, lo cual permitió la extracción
de los elementos más importantes que se relacionan con el objeto de estudio. Sin embargo, en
algunos casos, se encuentra que el método, sobre todo en su momento de síntesis, es utilizado
para construir conocimientos, como se puede inferir a partir del siguiente ejemplo: Véliz y Jorna
(2014), expresan que el método analítico-sintético fue empleado para descomponer el todo en
las partes, conocer las raíces y, partiendo de este análisis, realizar la síntesis para reconstruir y
explicar. Aquí la reconstrucción y explicación implican elaboración de conocimientos, lo cual es
un llamado a que, aunque lo más común en su empleo es para la búsqueda de información, en
ocasiones se le utiliza para la elaboración de conocimientos.

ESPECÍFICOS:

Hermenéutico – jurídico: En la investigación este método nos ayudará a interpretar la


normatividad establecida en nuestro ordenamiento jurídico respecto al delito de feminicidio y,
además, leyes referidas al principio de intervención mínima. Mikel Dufrenne, en su texto, la
define de este modo: "Es un método de análisis del discurso para comprender la VERDAD." No
se trata, pues, de cualquier interpretación, sino de averiguar la verdad. En el caso de la
Hermenéutica, Arenas (2008) señala que ésta se presenta como una teoría general de la
interpretación y la comprensión. Por su parte, Nava indica que la Hermenéutica es una técnica,
un arte y una filosofía de los métodos cualitativos (o procesos cualitativos), que tiene como
característica propia interpretar y comprender para revelar los motivos del comportamiento
humano.

Exegético: En la presente investigación, por medio de elementos gramaticales y semánticos, se


buscará interpretar la intención del legislador que ha elaborado las normas jurídicas referidas al
delito de feminicidio y al principio de mínima intervención, para posteriormente considerar o no
la aceptación de estos preceptos normativos. El método de interpretación exegética es el
método de interpretación por el cual se estudia artículo por artículo, de las normas jurídicas, en
tal sentido sólo puede ser utilizado para estudiar o interpretar normas legales y no otras fuentes
o partes del derecho. (Escobar, 1971)

El método exegético, es la extracción de lo que significa un determinado texto, es común


evidenciar que esta palabra suele confundirse eiségesis, cuya tendencia más bien es sobre
aquellas interpretaciones que da el individuo a nivel personal. Dicho de otra manera la exégesis
procura analizar los textos de modo objetivo, mientras la eiségesis, tiene una tendencia más
bien subjetiva. (Romero, 2015).
58

TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE INVESTIGACIÓN

TECNICAS:

- Procesamiento de datos.

- Técnicas de registro y archivo de datos.

- Observación y análisis documental.

INSTRUMENTOS:

- Jurisprudencias vinculantes a la tipificación del delito feminicidio


- Ficha bibliográfica.
- Hoja guía.

UNIDAD ANÁLISIS O UNIDAD OBSERVACIÓN

UNIVERSO Y MUESTRA

No

MATRIZ DE CONSISTENCIA LÓGICA

DISPERSIÓN TEMÁTICA
59

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