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Fig. 1.

- La muerte del mayor general Qassam


Soleimani, jefe de la fuerza elite Al-Quds representa
un duro golpe para la fuerza extraterritorial iraní.

USA – IRAN – VENEZUELA


Por: Antonio Guevara

“…los imperialistas invaden Cuba con el objetivo de ocuparla, el peligro que esa política
agresiva representa para la humanidad es tan grande que luego de ese evento la Unión
Soviética nunca debe permitir las circunstancias en las cuales los imperialistas puedan lanzar
el primer ataque nuclear en su contra.”

Carta de Fidel Castro a Nikita Kruschev el 26 de octubre de 1962 durante la crisis de los misiles

La muerte del mayor general iraní Qassam Soleimani en una operación milimétrica ejecutada por fuerzas
especiales norteamericanas el pasado 3 de enero de 2020 en el aeropuerto de Bagdad, pone de relieve otras
cosas que se proyectan más allá del ataque a la embajada de USA por las milicias iraquíes denominadas Fuerzas
de Movilización Popular pro iraníes. La más importante y que alienta este texto es la vinculación del régimen de
la revolución bolivariana con la revolución islámica de los ayatolás en el punto y en el objetivo que hacen más
causa común. La destrucción del imperio norteamericano, la cuna del capitalismo.

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La última oportunidad en que el mundo estuvo
al borde del holocausto nuclear fue durante la
crisis de los misiles en octubre de 1962. La
sensatez del presidente norteamericano y la
prudencia del Secretario general del PCUS privó
por encima de la pasión de un desbordado Fidel
Castro quien alentaba a Nikita Kruschev a
apretar el detonador fundado en que la isla iba
a ser arrasada después por la retaliación nuclear
Fig. 2.- Un apasionado Fidel Castro, en 1962, alentaba al primer y los cubanos estaban dispuestos a aceptar el
ministro soviético a apretar el botón nuclear. sacrificio por la revolución proletaria. Se impuso
la cordura de Kennedy y el seso de Kruschev. Los
soviéticos aceptaron desmantelar los misiles con que amenazaban el territorio continental norteamericano, los
norteamericanos pusieron a Cuba en cuarentena y Fidel Castro continuó mordiéndose la cola de la venganza
contra el imperio hasta su muerte en 2016.

Después de 1989, con la desaparición de la URSS, la caída del muro del Berlín y el eclipse de la guerra fría, los
cubanos pasaron por el terrible periodo especial al desaparecer el financiamiento para la revolución desde
Moscú. Las grandes sumas de dólares manejadas por los carteles de la cocaína en Colombia y la vectorización
del terrorismo como amenaza global se constituyeron en una referencia importante para el régimen cubano,
solo faltaba la conexión política y la línea estratégica que pudiera diseñar e implementar las acciones para
materializarse en una amenaza viable al “imperio norteamericano” en su propio territorio.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejercito de Liberación Nacional (ELN) se habían
constituido para esa época en unos de los más importantes carteles de la droga en Colombia. 50 años de
experiencia combativa, dinero procedente de la comercialización de la cocaína y línea política identificada con
la revolución socialista proletaria, y acuerdos con el régimen cubano establecían la ruta expedita para generar
una sinergia política y militar para reducir la influencia norteamericana en la región, levantar la revolución
cubana y constituirse en una referencia global. El petróleo venezolano que se le negó a Fidel Castro en 1959
volvió a brillar en La Habana después del 4F y cuando Chávez salió de la cárcel en 1994. La recepción de Fidel
Castro al pie de la escalerilla del avión en diciembre de 1994 y el discurso en la universidad de La Habana sellaron
entre Cuba y Venezuela una temporada de compromisos políticos que podía poner nuevamente al mundo, al
borde un holocausto nuclear, como en 1962.

La llegada de Hugo Chávez al poder en Venezuela en 1998 y los acuerdos políticos y militares con el régimen
cubano a través del Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela abrieron nuevamente el camino de las
tensiones entre el régimen cubano y “el imperio norteamericano”. Venezuela un histórico aliado político de
USA mudaba su influencia hemisférica y el valor geopolítico del petróleo para La Habana y bajo los dictados de
la estrategia de la revolución socialista proletaria se montaban en la naciente revolución bolivariana con líneas
impuestas por Fidel Castro y el régimen cubano. La situación había cambiado en términos del equilibrio
estratégico en la región, en el hemisferio y a nivel global. Los medios disponibles para la guerra habían empezado
a cambiar.

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La guerra de cuarta generación, la horizontalizacion de todos los efectos del conflicto, la disposición de medios
no convencionales para la guerra, la no sujeción a las normas suscritas por las democracias para limitar y atenuar
los efectos de las hostilidades como los convenios de Ginebra, distendieron las decisiones y los escrúpulos para
organizar una gran fuerza global contra el capitalismo y sus emblemas. Las armas empuñadas en el terrorismo,
los fondos de financiamiento en los grandes envíos de cocaína hacia Europa y USA, y en la corrupción eran los
equivalentes a las divisiones y otras grandes unidades de combate convencional para ir minando la más
importante capacidad del enemigo en el frente, la moral y la voluntad combativa.

Además de Cuba, Hugo Chávez firmo convenios de cooperación política, económica y militar entre 2004 y 2013
con Rusia, China, Bielorrusia, Irán, Turquía, Nicaragua, Bolivia, la mayoría de ellos a espaldas de la opinión pública
y para establecer y consolidar un gran bloque opositor a Estados Unidos. Se trataba de montar sobre los
escombros de guerra fría y el bloque este-oeste, un mundo multipolar que en realidad era el enfrentamiento
entre el capitalismo y el socialismo. A nivel de la región y los convenios de integración en el hemisferio, UNASUR,
el ALBA, PetroCaribe, el CELAC sirvieron muy bien a los objetivos políticos, económicos y militares.

Nicolás Maduro, quien ejerce actualmente de manera


espuria la presidencia de la república bolivariana de
Venezuela, ejerció de canciller de la republica entre 2006
y 2013, su predecesor fue Ali Rodríguez Araque, el
comandante Fausto, el hombre de La Habana en
Venezuela. Con el régimen iraní, uno de los logros de
esos acuerdos secretos fue la activación de un vuelo
entre Caracas – Damasco - Teherán que se inició con la
aerolínea Conviasa con una frecuencia de dos veces a la
semana y a los que todas las agencias de inteligencia le
asignaban tareas de proveer transporte de dinero,
minerales preciosos como oro, diamantes y otros de
valor estratégico como uranio, torio y de alto valor
Fig. 3.- Los acuerdos secretos Venezuela- Irán los comercial como el coltán. Pero, además permitía un flujo
conoce al detalle Nicolás Maduro, desde su época
permanente de agentes del terrorismo internacional de
de canciller.
Hezbollah cedulados y acreditados con pasaporte
venezolano, desde el medio oriente hasta las bases que
se estaban estableciendo en Latinoamérica, específicamente al sur de Venezuela, y el área llamada la triple
frontera (Paraguay, Argentina y Brasil). Desde allí se proyectaban con misiones terroristas claramente definidas
hacia Europa y Estados Unidos. Esos, son secretos que muy bien conoce al detalle el mayor general Hugo Carvajal
Barrios, entonces jefe de la inteligencia y la seguridad del estado venezolano.

Es precisamente durante esta época de convenios entre Chávez y Ahmadinejad, que el mayor general Qassam
Soleimani tiene el mayor protagonismo durante la guerra civil en Siria en el combate al ejército islámico (ISIS) y
una mayor incidencia en la organización de las Fuerzas de Milicias Populares Iraquíes. Antes había recibido la
asignación de jefe de Al-Quds, un grupo secreto de operación extraterritorial y la construcción del brazo armado
de Hezbollah.

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Las agencias de inteligencia occidentales han procesado información pertinente, útil, y oportuna sobre la
presencia de Hezbollah en Latinoamérica. A través de fachadas que anunció Hugo Chávez en las 5 visitas que
hizo a Venezuela el presidente Ahmadinejad, para impulsar proyectos económicos cercanos a los cinco mil
millones de dólares y convenios para establecer en tierras venezolanas fábricas de cemento, satélites, alimentos,
tractores y bicicletas, esencialmente. Proyectos que nunca se materializaron.

El fortalecimiento de la Milicia Nacional Bolivariana después del 11A ha sido exponencial numéricamente. El
mismo presidente usurpador Nicolás Maduro ha anunciado un número cercano a los 3 millones de efectivos y
los mandos militares han priorizado esta fuerza de forma mediática de la misma manera que el régimen de la
revolución de los ayatolás ha priorizado la Guardia Revolucionaria Islámica y como Saddam Hussein se montó
sobre la Guardia Republicana.

La gran posibilidad de la presencia del mayor general Qassam


Soleimani en Venezuela, en articulación con el general cubano
Ramiro Valdés Menéndez para supervisar la organización,
equipamiento y entrenamiento de la milicia nacional bolivariana,
la desmovilización paulatina de la FAN, la articulación de la
guerrilla colombiana y el terrorismo internacional, a esta fuerza,
y la adecuación de los planes operativos que semestralmente se
han ensayado desde el 11 de abril de 2002 para sostener en el
poder a la revolución bolivariana, recuperarlo en caso de
perderlo o pasar a una fase más intensa de guerra popular
prolongada (GPP) se ha elevado. Soleimani era el responsable
directo de las operaciones extraterritoriales de la revolución
islámica y lo hacía rindiendo directamente al ayatolá Ali Jamenei.
Fig. 4.- La FAN de línea se ha desmovilizado La muerte de Soleimani no interrumpe el proceso, pero si
paulatinamente para ser remplazada por las constituye un duro golpe a los planes de proyectar desde
milicias bolivarianas, bajo la supervisión del Venezuela, con actividades terroristas hacia el territorio
general cubano Ramiro Valdés. norteamericano y Europa.

El 11S estableció un antes y un después en la guerra de cuarta generación que se sembró posteriormente en el
nuevo pensamiento militar venezolano. Un ataque a Estados Unidos en el corazón financiero mundial del
capitalismo permitió consolidar la tesis que al enemigo se le puede llegar por direcciones de aproximación no
lineales y generarle daños, más que durante un movimiento hacia el contacto y un combate de encuentro que
se reseña en los viejos manuales de táctica general. La misma sorpresa que se genera hace más efectivo el golpe,
y se aprovecha el mínimo nivel de seguridad, pero el control de daños en términos de bajas y efectos colaterales
de todo orden, es exponencial. ¿Es claro?

Vamos a esperar de qué manera Irán va a ejecutar la venganza por la muerte del mayor general Qassam
Soleimani el pasado 3 de enero. Con todos estos antecedentes y realidades, hay una alta probabilidad de que
Venezuela sea una de las cabezas de playa para cualquier maniobra terrorista que se desarrolle y se proyecte
contra los intereses norteamericanos en el mundo. O en el propio territorio continental.

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El terrorismo es desmontado solo con inteligencia pertinente, útil y oportuna; y a partir de allí operaciones
especiales y tecnología permiten la eficiencia en el cumplimiento de la misión. Venezuela ha proporcionado
territorio para entrenamiento, identificación oficial a los terroristas con cedulas y pasaportes, y transito libre
desde Damasco y Teherán con escala en Caracas. Desde allí hasta el resto del mundo con acreditación
venezolana. Además de yihaidistas y dinero para los camaradas criollos, qué otras piezas de forma individual
pueden haberse trasladado hasta Venezuela de manera encubierta que puedan ensamblarse pausadamente y
constituirse en una amenaza al territorio norteamericano.

La alianza política entre terrorismo, narcotráfico, corrupción y graves violaciones a los derechos humanos, una
caracterización bien precisa del actual estado fallido venezolano, le permite levantar cualquier muro en los
escrúpulos de la nomenclatura revolucionaria para sostenerse en el poder y para contribuir a la destrucción del
enemigo histórico del socialismo, el capitalismo.

En 1962 Fidel Castro quedo mordiéndose la cola de la venganza, esperando el primer disparo. Cordura y sesos
de Kennedy y Kruschev se impusieron en aquella ocasión a la obsesión fanática de Castro. Ya el imperio disparó,
en esta ocasión, a través de un dron.

¿Qué viene ahora?

Ámsterdam, 5 de enero de 2020

ANTONIO GUEVARA es un Coronel del Ejército venezolano. Analista de


Seguridad y Defensa. Especialista en Inteligencia y Operaciones. Coach
ejecutivo para decisiones en ambientes de alta incertidumbre. Consultor de
seguridad corporativa. Escritor

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