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EL HERMANO ELÍAS DE ASÍS

A LA LUZ DE LAS FUENTES FRANCISCANAS

El hno. Elías es un fraile menor al que le hemos de quitar mucha hojarasca para evitar
incendios innecesarios. Lo más fácil es hacer del hno. Elías un fraile menor con capacidades
de ministro provincial, vicario de San Francisco, constructor de la Basílica de San Francisco
en Asís, con los anexos del palacio papal y del Sacro Convento, y de la iglesia de San
Francisco de Cortona, ministro general, varón de relación amistosa con Clara de Asís, el papa
Gregorio IX, el emperador Federico II, Roberto Grossatesta, Lucas de Tuy…, un buen
organizador de la Orden, de las misiones, de los estudios, pero también pecador, no sólo
como título que acompaña la firma de la carta-encíclica en la que comunica a los hermanos la
muerte de San Francisco, sino que llega a ser excomulgado por Gregorio IX e Inocencio IV,
arrepentido y perdonado a la hora de la muerte.
El hno. Elías es un fraile menor muy discutido, debatido y cuestionado, por una parte,
por carencia de documentación y, por otra parte, por falta de imparcialidad en las fuentes que
han llegado hasta nosotros. “Desgraciadamente para los historiadores, casi todos los
documentos referentes a Elías se han perdido. Nos quedan, sin embargo, un cierto número de
fuentes narrativas, que nos hablan bastante ampliamente de Elías, pero que pueden ser
usadas, para una reconstrucción histórica del controvertido personaje, sólo con cautela,
porque los juicios de los autores sobre él reflejan los cambios y las crisis que ha tenido la
Orden Franciscana en el curso del primer siglo de su historia” 1.
Las fuentes le son favorables hasta el 1239, fecha en la que es depuesto como Ministro
general, contando siempre con la lectura que de ellas haga el que las usa. A partir de
entonces, y más en concreto, desde su paso al campo del emperador Federico II, la figura de
Elías es luciferina, endemoniada y condenada. Habrá quien no recuerde tan siquiera la
misericordia de la Iglesia, concediéndole el perdón pocos días antes de su muerte, dándole
como lugar de enterramiento un muladar o colocándole en el puesto de Judas en la Última
Cena de los hermanos menores, como resulta en un cuadro del Monasterio de Pedralbes2, o se
le somete a la dannatio memoriae a partir de San Buenaventura, quien además le acusa de
haber perdido la Regla3, usándolo como chivo expiatorio para salvar momentáneamente la
crisis que se está cuajando en la Orden.

ETAPAS BIOGRÁFICAS DEL HERMANO ELÍAS

Nacimiento y juventud

1
GIULIA BARONE, Frate Elia, en Bollettino dell’Istituto storico italiano per il Medio Evo e Archivio
Moratotoniano, 85 (1974-1975), pp. 89-90.
2 El cuadro se encuentra hoy en el antiguo dormitorio de las monjas, donde se halla la exposición del Museo del

Monasterio de Pedralbes, y se titula Cena de San Francisco y sus discípulos. Es un cuadro al óleo sobre tela de
un anónimo catalán de mediados del siglo XVII. RMP 147.218. “Representación poco frecuente de la biografía
franciscana, en la que el Fundador celebra la última cena con sus discípulos, un claro paralelo de la Última Cena,
tanto en lo que se refiere al argumento como en lo relativo a la solución compositiva. El demonio señala a Fray
Elías (h. 1180-1253), enemigo de los espirituales, como el traidor”.
3
Cfr. LM 4,11; CA 17; EP 1; Clar 2180.

EL HERMANO ELÍAS 1
Los datos del hno. Elías que han llegado a nosotros antes de su nombramiento de
Ministro provincial de Siria o Ultramar, más tarde Tierra Santa, son pocos, a veces confusos,
con carencias o tendenciosos.
Salimbene de Adam de Parma, en su Crónica, después de decirnos que él fue recibido
en la Orden de los Hermanos Menores, el 14 de febrero de 1238, en la fiesta de San Gilberto,
la tarde de la vigilia de Santa Águeda, por el hno. Elías, Ministro general entonces, estando en
Parma camino de Cremona, para encontrarse con el emperador Federico II por encargo del
papa Gregorio IX, “siendo amigo de ambos y un mediador idóneo”4, nos da algunos datos
biográficos del hno. Elías.
Nace en Asís5, en torno al 1180, de madre asisiense y de padre boloñés, natural de
Castel de’ Britti, diócesis de Bolonia6.
Su nombre de bautismo es Bombarone, pero al entrar en la Orden, San Francisco le
puso el nombre de Elías7.
Su familia era modesta, perteneciente al grupo social de los menores de Asís8. Su
padre, y el mismo Elías, según Salimbene, se dedicaron a la fabricación y arreglo de
colchones. Aunque añade que Elías enseñaba a leer el salterio a los niños9, lo que significa
que tenía estudios. Lo que completa Eccleston diciéndonos que había sido notario en
Bolonia10.
La Crónica de los XXIV Generales dice del hno. Elías: “Qui fuit vir adeo sapientia
humana famosus, ut raros in ea pares Italia putaretur habere”11.
Algunos consideran que el hno. Elías fue el primer cónsul de Asís (1198), Bombarone,
inmediatamente después de la destrucción de la Rocca y la erección de la república autónoma
de la ciudad de Asís12.
Se desconoce la fecha de entrada en la Orden, y cuando pidió el hábito de los
hermanos menores a Francisco. Algunos sostienen que fue en 1211.

4
SALIMBENE DE ADAM DE PARMA (= SALIMBENE), Cronaca, traduzione di Berardo Rossi, Radio TAU,
Bolonia, 1987, n. 412. Estaba allí fr. Gerardo de Módena, quien intercedió para su ingreso en la Orden.
5
Las fuentes más antiguas de los siglos XIII y XIV lo denominan de Asís, como la Chronica XXIV Generalium
Ordinis Minorum, en Analecta Franciscana (= AF) III, Quaracchi 1897, p. 216. Nicolás Glassberger también
dice que es de Asís, en su Chronica fratris Nicolai Glassberger, en AF II, p. 32. Irineo Affò cita un antiguo
catálogo de los Ministros generales de 1337 (Código Vaticano 3130), en que el hno. Elías es llamado de Asís.
Mariano de Florencia, en su Compendium Chronicarum Fratrum Minorum, lo llama de Cortona, por ser la ciudad
en la que vivió los últimos años de su vida y en donde murió, aunque en nota se dice nacido en Beviglio, un
pueblecito al lado de Asís, en AFH 1 (1908), pp. 104 y 105, nota 1. Según cuenta Francesco Maria Angeli en su
Sacri Conventus Assisiensis Historia, Montafelisco, 1704, p. 38, sobre la puerta del comedor del Sacro Convento
se hallaba un fresco en el que se veía a San Francisco rodeado de sus primeros compañeros, entre ellos se
encontraba el hno. Elías, que tenía un rótulo en el que se leía: frater Helias de Beviglio. Wadding lo hace natural
de Ossaria, un pueblecito cercano a Cortona, en LUCAS WADDING, Annales Minorum seu Trium Ordinum a S.
Francisco institutorum (= AM), ad Claras Aquas (Quaracchi), 1931, t. I, a. 1211, n. 9, p. 121.
6
SALIMBENE, Cronica, n. 414.
7
SALIMBENE, Cronica, n. 415.
8
“Este hermano (Elías),…, salió de los rangos más humildes de la sociedad”. PAUL SABATIER, Francisco de
Asís, Barcelona 1982, p. 203.
9
SALIMBENE, Cronica, n. 414.
10
TOMÁS DE ECCLESTON, De adventu Fratrum Minorum in Angliam (= De adventu Fratrum), n. 77.
11
AF III, p. 217. Bernardo de Bessa en la Crónica de los XV Generales repite casi lo mismo: “vir adeo in
sapientia humana famosus, ut raros in ea pares in Italia putaretur habere”. Chronicon XIV vel XV Generalium
Ministrorum Ordinis Fratrum Minorum vel Catalogus “Gonzalvinus” dictus Generalium Ministrorum Ordinis
Fratrum Minorum, en AF III, p. 695. Eccleston escribe también: ¿Quién fue más estimado y famoso que el hno.
Elías en todo el mundo cristiano?, en De adventu Fratrum, n. 33. Nicolás Glassberger llama del hno. Elías: “viro
utique famoso et saeculari prudentia ilustri”, en AF II, p. 32.
12
Cfr. ARNALDO FORTINI, Nova Vita di San Francesco, Edizioni Assisi, vol. III, p. 173.

EL HERMANO ELÍAS 2
Algunos biógrafos modernos identifican al hno. Elías con el compañero anónimo,
“amado con predilección entre todos, de la misma edad y una asidua relación de mutuo
afecto”, que acompañaba a Francisco a una gruta que había cerca de la ciudad de Asís para
rezar13. Aunque es difícil documentalmente probar esta hipótesis, es cierto, por las fuentes
que han llegado hasta nosotros, que Francisco amó al hno. Elías “con un afecto muy
distinguido”14. Tomás de Celano da razón del porqué de este amor: “era muy solícito de todos
los hermanos”15. Y en la Vida de nuestro bienaventurado padre Francisco, el Celanense
subraya la gran amistad y confianza que Francisco brinda al hno. Elías: “a ti el Santo de Dios
te abrió su alma más que a todos los demás y él mismo deliberadamente te confió lo que se
tenía que hacer”16.

Ministro provincial de Siria o Tierra Santa

En 121717, en el capítulo general celebrado en la Porciúncula, Francisco envía


hermanos a Francia, Alemania, Hungría, España y a las provincias de Italia18. El hno. Elías,
que estuvo “antes en Florencia, en donde tuvo ocasión de mostrar sus altas cualidades”19, es
nombrado Ministro de los hermanos de las tierras de ultramar20.
El hno. Elías fue conocido entre los cruzados por su elocuencia y santidad de vida.
Cesáreo de Espira, subdiácono, famoso predicador y gran conocedor de la Biblia, discípulo
del maestro Conrado de Espira, se convierte por la predicación del hno. Elías y lo admite a la
Orden21.
Durante su provincialato se fundan los conventos de Constantinopla, San Juan de Acre
y, probablemente, también los de Antioquía, Trípoli, Beirut y Tiro. Manifiesta su
preocupación por la relación entre la Iglesia Griega y la Latina, enviando, en 1220, al hno.
Lucas, guardián del convento de Constantinopla, a comunicar al Papa Honorio III la situación
en la que se halla la relación de dichas Iglesias. La unión de la Iglesia griega a la de Roma
será una preocupación constante del hno. Elías.
En 1219, acoge a Francisco en San Juan de Acre, misionero y peregrino en Oriente, y
le acompaña en su desplazamiento por Siria. Parece que estuvo presente en la toma de
Damieta por los cristianos, acompañando a San Francisco. Después de la conquista de la
ciudad, los cruzados entregaron a los Hermanos Menores iglesia y convento en el barrio
asignado a los boloñeses. Cuando Francisco deja la ciudad, a mitad de febrero de 1220, le
acompañan el hermano Elías, Pedro Cattani y Cesáreo de Espira.
Estos mismos le acompañan en su vuelta precipitada a Italia, cuando el hermano
Esteban el Simple comunica al Santo la situación desagradable que existe en la Orden a causa
de los Vicarios que había dejado en Italia, Gregorio de Nápoles y Mateo de Narni, quienes
solicitan algunos privilegios a la Santa Sede; la presentación de fray Felipe Longo como

13
1C 6. Cfr. “Se ignora la fecha y las circunstancias de su ingreso en la Orden, lo que ha llevado a suponer que
Elías fue ese amigo de la gruta que sirvió de confidente a Francisco poco antes de su conversión definitiva”,
PAUL SABATIER, Vida de San Francisco, Barcelona 1982, pp. 203-204; SALVATORE ATTAL, Frate Elia,
Compagno di S. Francesco, Casa Editrice Mediterranea, Roma 1936, pp. 43-44, 65-66; ALFONSO POMPEI,
Frate Elia d’Assisi nel giudizio dei contemporanei e dei posteri, en MF, LIV (1954), p. 543.
14
1C 109.
15
1C 109.
16
Vida de nuestro bienaventurado padre Francisco (=VNBPF) 1.
17
Cfr. AF II, pp. 25-29.
18
Cfr. JORDÁN DE GIANO, Crónica, n. 3.
19
PAUL SABATIER, o.c., p. 203.
20
Cfr. JORDÁN DE GIANO, Crónica, n. 9.
21
Cfr. JORDÁN DE GIANO, Crónica, n. 9.

EL HERMANO ELÍAS 3
asistente de las “Damas Pobres de San Damián” y de las monjas del Valle de Espoleto y
Toscana, amparadas por el cardenal Hugolino, y la intención de fray Juan de la Cappella de
fundar una orden mixta de leprosos22.
Al hno. Elías le sucede en el Provincialato de Tierra Santa el hno. Lucas de Pulla23.

Vicario de San Francisco

San Francisco, a su vuelta del Oriente, probablemente en el capítulo de San Miguel de


1220, nombra a fr. Pedro Cattani Vicario general de la Orden. Muerto éste el 10 de marzo de
1221 y enterrado en la Porciúncula, San Francisco nombra al hermano Elías para sustituirle
en dicho ministerio24.
El haberle confiado la dirección de la Orden y el título de ministro general manifiesta
la estima y el aprecio de Francisco hacia el hno. Elías. Manifestado este cariño con el adjetivo
meus que acompaña a ministro general en la carta a toda la Orden. No sólo por virtud de
obediencia, sino porque el Santo confiaba verdaderamente en este hermano 25.
El hno. Elías no fue nombrado por imposición del cardenal Hugolino, como aseguran
Sabatier26 y Lempp27, hallando en él un válido colaborador en sus planes político-religiosos
de la Curia Romana, sacrificando los valores e ideales de la Orden; ni por reacción de
Francisco contra los doctos y los ministros de la Orden, que pedían una nueva orientación de
la misma, castigándoles con un prelado alquimista, como escribe Ángel Clareno28; sino por
propia y libre elección de Francisco y por voluntad de Dios, escribe Hubertino de Casale29.

El hno. Elías es Vicario de San Francisco

El hno. Elías se ocupa de la organización de la Orden y de la guía de los hermanos.


En este aspecto aparece un dilema, más teórico que práctico, es decir, para algunos estudiosos
el hno. Elías es el Vicario de Francisco, para otros, es el Ministro general de la Orden30.
Pienso que Elías nunca usurpó el título de Ministro a Francisco, y éste reconoce su puesto en

22
Cfr. JORDÁN DE GIANO, Crónica, nn. 11-13.
23
Cfr. JERÓNIMO GPLUBOVICH, Biblioteca-bio-bibliografica della Terra Santa e dell’Ordine Francescano,
Quaracchi 1906, t. I, a. 1220, p.
24 Tomás de Celano hace una relectura posterior acerca de la renuncia de Francisco al generalato: “Por conservar

la virtud de la santa humildad, a pocos años de su conversión renunció al oficio de prelado de la Religión en un
capítulo delante de todos los hermanos, diciendo: «Desde ahora he muerto para vosotros. Pero -añadió- os
presento al hermano Pedro Cattani, a quien obedeceremos todos: vosotros y yo». E, inclinándose en seguida ante
él, le prometió obediencia y reverencia. En vista de esto, los hermanos lloraban, y se oían los lamentos que
arrancaba la pena al darse cuenta de que quedaban -en cierto modo- huérfanos al perder tan magnífico padre. El
bienaventurado Francisco se levanta y, juntas las manos y alzados los ojos al cielo, dice: «Señor, te recomiendo la
familia que me has confiado hasta ahora. Y porque no puedo tener el debido cuidado de ella por las enfermedades
que tú, dulcísimo Señor, conoces, la dejo en manos de los ministros. Deberán dar cuenta delante de ti, Señor, en
el día del juicio si -por negligencia o por mal ejemplo, o también por alguna corrección áspera de ellos- llegare a
perderse algún hermano». Y ya, hasta la muerte, permaneció súbdito, portándose con mayor humildad que ningún
otro”. 2C 143.
25
Cfr. FILIPPO SEDDA, La «Malaventura» di frate Elia, en Il Santo, serie 2, XLI (2001), p. 221.
26
Cfr. PAUL SABATIER, Speculum perfectionis, pp. CII-CIII.
27
Cfr. EDOUARD LEMPP, Frère Élie, pp. 46-50.
28
Cfr. ÁNGEL CLARENO, Liber chronicorum sive tribulatorum Ordinis Minorum, ed. a cura di Giovanni
Boccali, Edizioni Porziuncola, Santa maría degli Angeli, 1998, 1,352.
29
Cfr. HUBERTINO DE CASALE, Arbor vitae, ed. Anastatica, p. 449b.
30
Cfr. CLÉMENT SCHMITT, I vicari dell’Ordine francescano da Pietro Cattani a frate Elia, en Francesco
d’Assisi e francescanesimo dal 1216 al 1226. Atti del IV Convegno internazionale (Assisi, 15-17 ottobre 1976),
Assisi, 1977, pp. 253-258.

EL HERMANO ELÍAS 4
la animación de la Orden, como lo testifican sus propios escritos, aunque en éstos, a su vez,
indique a su Vicario como Ministro general31. Francisco fue un auténtico líder espiritual,
conocedor del puesto que le correspondía, con la autoridad como servicio, pero también
consciente de la autoridad como decisión a tomar en algunos momentos: “De todos aquellos
capítulos de la Regla que hablan de los pecados mortales, con la ayuda del Señor y el consejo
de los hermanos, en el capítulo de Pentecostés haremos uno de este tenor…”32.
Tres razones nos atestiguan que Francisco durante su vida fue el Ministro general de
la Orden. En primer lugar, la Santa Sede ha considerado a Francisco, durante toda su vida, el
Ministro general de la Orden de los Hermanos Menores, tanto en los documentos bulados
como en la Regla. La bula Cum secundum consilium33, del 29 de septiembre de 1220, está
dirigida a los dilectis filiis fratri Francisco, et aliis Prioribus, seu Custodibus Minorum
Fratrum; la Devotionis vestrae34, del 29 de marzo de 1222, está dirigida a dilectis filiis fratri
Francisco, et aliis Fratribus Minorum Ordinis; la Solet annuere35, del 29 de noviembre de
1223, está dirigida a Dilectis Filiis Fratri Francisco, et et aliis Fratribus de Ordine Fratrum
Minorum; la Quia populares36, del 3 de diciembre de 1224, dirigida a Dilectis Filiis Fratribus
Minorum Ordinis; la Vineae Domini37, del 7 de octubre de 1225, dirigida a Fratribus
Praedicatoribus, et Minoribus, et in Regno Miramamolini a Sede Apostolica destinatis; la Ex
parte vestra38, del 17 de marzo de 1226, dirigida fratribus Praedicatoribus, et Minoribus in
Regno Marochiano de mandato Sedis Apostolicae commorantibus. Muerto Francisco,
ninguna bula es dirigida al Vicario general, sino que están dirigidas a toda la Orden, en sus
frailes, en sus Custodios o en sus Ministros: la bula Quia populares39, del 4 de mayo de 1227,
dirigida a Dilectis Filiis Fratribus Minoribus; la Cum secundum consilium40, del 13 de mayo
de 1227, dirigida a Dilectis Filiis Prioribus, seu Custodibus Minorum Fratrum; la A nobis
humiliter41, del 13 de mayo de 1227, dirigida a los Dilectis Filiis Ministris Fratrum Minorum.
En las dos Reglas se subraya a quién se debe obedecer. En la Regla de 1221 está
escrito: “Y todos los demás hermanos están obligados a obedecer al hermano Francisco y a
sus sucesores”42. Y en la Regla bulada leemos: “Y los demás hermanos están obligados a
obedecer al hermano Francisco y a sus sucesores”43.
En segundo lugar, en la carta a toda la Orden, ya que no está dirigida a un capítulo
general, pues, desde el 1221, al capítulo general sólo se reúnen los ministros provinciales y
custodios. Esser la considera escrita entre el 1219/1220 al 1223, como una circular de
Francisco dirigida a todos los hermanos: ministro general (entendiendo como tal a su Vicario,
el hno. Elías), ministros provinciales, custodios, sacerdotes, todos los hermanos. Aparecen
dos títulos dirigidos al Vicario general, al que Francisco llama ministro general, además del
encabezamiento de la carta, donde leemos: “al hermano [Elías], ministro general de la
Religión de los Hermanos Menores”44. Las alusiones expresas al ministro general, que se

31
Cfr. CtaO 2, 38, 40, 47; Test 27, 35.
32
CtaM 13.
33
BF I, n. 5, p. 6.
34
BF I, n. 10, p. 9.
35
BF I, n. 14, pp. 15-19.
36
BF I, n. 17, p. 20.
37
BF I, n. 23, p. 24.
38
BF I, n. 25, p. 26.
39
BF I, n. 1, p. 27.
40
BF I, n. 2, p. 27.
41
BF I, n. 3, p. 28.
42
Rnb prol. 4.
43
Rb 1,3.
44
CtaO 2.

EL HERMANO ELÍAS 5
refieren al Vicario general, el hno. Elías, suenan así: “Además, yo confieso todos mis pecados
al Señor Dios…, al hermano [Elías], ministro de nuestra Religión, mi venerable señor”45. Y
poco más adelante vuelve a nombrarlo de nuevo: “Por todo ello, pido, en cuanto puedo, al
hermano [Elías], ministro general, mi señor, que haga que la Regla sea inviolablemente
observada por todos”46. Demuestra Francisco que lo tenía en una gran consideración por los
títulos con los que califica al Vicario general, al mismo tiempo que manifiesta su autoridad:
pido… que haga….
En el Testamento vuelve a aparecer el ministro general, que es al que quiere obedecer
y el que le debe dar un guardián al que obedecer: “Y quiero firmemente obedecer al ministro
general de esta Fraternidad y a aquel guardián que le agrade darme”47; pero algunos
versículos más adelante hay una contradicción en el mismo Francisco48, ya que es él el que
impone por obediencia, al ministro general, el hno. Elías, no añadir ni quitar nada a estas
palabras: “Y el ministro general y todos los demás ministros y custodios están obligados, por
obediencia, a no añadir ni quitar nada de estas palabras”49. Y en los dos versículos
siguientes, Francisco continúa con la misma insistencia: “Y tengan siempre consigo este
escrito junto a la Regla. Y en todos los capítulos que tienen, cuando leen la Regla, lean
también estas palabras”50.
En el capítulo general de 1221, el famoso Capítulo de las Esteras, en el que se reúnen
más de tres mil hermanos, es Francisco el que recuerda que la Orden no se ha podido
establecer hasta entonces en Alemania. Es estupenda y llena de ternura la descripción que nos
ha legado Jordán de Giano en su ancianidad, uno de sus protagonistas: “Estando él
(Francisco), en aquel tiempo, débil de salud, todo lo que debía ser comunicado al Capítulo de
su parte, era dicho por el hno. Elías. El bienaventurado Francisco, estando sentado a sus pies,
tiró de la túnica al hno. Elías, el cual, inclinándose hacia él y oído lo que quería, se alzó y
dijo: «Hermanos, el Hermano -así era conocido el bienaventurado Francisco, que por ellos era
llamado el Hermano por excelencia- dice que hay un país, Alemania, en el que viven hombres
cristianos y devotos… Pero ya que los hermanos enviados alguna vez a ellos regresaron
maltratados, el Hermano no obliga a ir a ninguno. Pero si algunos, inspirados por el celo de
Dios y por las almas, quieren ir, a éstos él pretende dar la misma obediencia y acaso más
amplia que la que da a cuantos van a ultramar. Y si alguno hay que quiere ir, se alce y se
ponga en un grupo aparte»51. Luego, es el hno. Elías el que organiza y habla con cada uno de
los hermanos que se agregan a la misión de Alemania, como lo hizo con el propio Jordán de
Giano, quien ante su titubeo de ir o no ir, se acerca al hno. Elías y éste le dice: “Te ordeno por
santa obediencia, hermano, que decidas de una vez si quieres ir o renuncias a ir”. Al final es
el propio hno. Elías el que le manda a Alemania con el hno. Cesáreo de Espira, cuando
Jordán de Giano se acerca de nuevo al Vicario y le dice: “Hermano, no quiero ni ir ni
quedarme, pero lo que mandes haré. Y así hizo. Oyendo esto, el hno. Elías le ordenó por santa
obediencia, de darse prisa para ir a Alemania con el hno. Cesáreo”52.
En tercer lugar, el hno. Elías, después de la muerte de San Francisco, reconoce que no
es él el Ministro general de la Orden, sino el Vicario general, por lo que a la vez que envía la
45
CtaO 38.
46
CtaO 40.
47
Test 27.
48
Francisco continúa siendo un lider, reconoce su oficio y lo ejerce, aunque al mismo tiempo, espiritualmente,
evangélicamente, quiere estar sometido, obedecer, pero no ha perdido nunca su capacidad de lider, de dirigente
carismático, aunque como organizador y emprendedor se encuentre el hno. Elías.
49
Test 35.
50
Test 36-37.
51
JORDÁN DE GIANO, Crónica, n. 17.
52
JORDÁN DE GIANO, Crónica, n. 18.

EL HERMANO ELÍAS 6
circular sobre la muerte de San Francisco, invita a los ministros y custodios, por medio de
otra circular, a reunirse para la elección del ministro general 53.

Algunos hechos de interés durante el Vicariato del hno. Elías

Se dan algunos acontecimientos importantes para la Orden, en los que de una manera
positiva, como organizador, interviene el hno. Elías. En el Capítulo de 1221, del que hemos
hablado precedentemente, se presenta la Regla no bulada y se lee la relación de los cinco
Mártires de Marruecos, muertos el 16 de enero de 1220.
En el Capítulo general de 1223, se aprueba la Regla que será confirmada y aprobada
por el Papa Honorio III con la bula “Solet Annuere”54, el 29 de noviembre de 1223, conocida
como “Regla bulada”. Más adelante veremos como San Buenaventura primero y después de
él otros autores franciscanos le cargan con el peso de la pérdida de la Regla bulada, cosa que
no sucedió.
En 1224, “el martes después de la fiesta de la Natividad de la Virgen, que aquel año
caía en domingo”, es decir, el diez de septiembre, llega a Inglaterra un grupo de nueve
hermanos menores, guiados por el hno. Agnello de Pisa, “diácono, de casi treinta años, que
San Francisco había nombrado ministro provincial para Inglaterra en el último capítulo
general”55. Es decir, en el capítulo de Pentecostés del 2 de junio de 1224.
En 1227, unos meses después de la muerte de San Francisco, siendo todavía Vicario
general, el hno. Elías envia a predicar el Evangelio a la ciudad de Ceuta, norte de África, al
hno. Daniel, ministro provincial de Calabria, nombrado guardián del grupo de hermanos
toscanos: Ángel, Samuel, Dónulo, León, Hugolino y Nicolás. El hno. Daniel espera en
Tarragona al resto del grupo, para navegar juntos a Ceuta, donde sufren el martirio el 10 de
octubre de 1227.
En el Capítulo General de Pentecostés, 30 de mayo de 1227, cuando ya había sido
elevado a la Silla de Pedro el cardenal Hugolino con el nombre de Gregorio IX, es elegido
Ministro General de toda la Fraternidad de los Hermanos Menores Juan Parenti, ciudadano
romano y juez, nacido en Civita Castellana, hasta entonces Ministro Provincial de España 56.

Carta del Vicario general a los hermanos de Valenciennes

Se conserva una carta del hno. Elías, en la que pide a los hermanos de Valenciennes
que se trasladen dentro de la ciudad, instalándose en el torreón dado a la Orden por los
condes de Flandes. La carta la incluye Jacopo de Guisa en sus Annales Hanoniae57. En ella,
recuerda el hno. Elías la aprobación del traslado del convento por Honorio III, ya que Juana
de Flandes, ante la negativa de los hermanos de Valenciennes de trasladarse al lugar señalado,
escribe al Papa y a Asís. El hno. Elías, como Vicario, responde a la carta de la duquesa,
pidiendo 12 hermanos de Vermandois y de Flandes, aceptando el donativo con humildad y

53
Cfr. JORDÁN DE GIANO, Crónica, 50. La carta encíclica del hno. Elías enviada al hno. Gregorio de Nápoles,
es un poco diversa a la síntesis que nos hace llegar Jordán de Giano, pues no contiene los milagros, ni invita a los
ministros y custodios a reunirse para el capítulo general y la elección del ministro general. Acaso hayan sido
diversas las cartas que el Vicario general escribió después de la muerte de San Francisco. Además de la circular en
la que comunicaba la muerte del Fundador, debió escribir otras de tipo organizativo en preparación al capítulo
general de Pentecostés de 1227.
54
BF I, n. 14, p. 15.
55
TOMÁS DE ECCLESTÓN, De adventu Fratrum, n. 4.
56
Cfr. JORDÁN DE GIANO, Crónica, n. 51.
57
Cfr. JACOPO DI GUISA, Annales historiae illustrium principum Hanoniae, ed. E. Sackur, en M.H.G., SS., 30
(1896), pp. 294-295.

EL HERMANO ELÍAS 7
con acción de gracias, y en última análisis se limita a manifestar su voluntad. Los frailes de
Valenciennes entran en la ciudad en 1242, y los últimos en 1250 58.

Carta-encíclica comunicando la muerte de San Francisco

Esta carta-encíclica, nombre dado por Michael Bihl, es publicada por primera vez en
1620 por Guglielmo Spoelberch en el Speculum vitae B. Francisci et sociorum eius, según el
ejemplar enviado al hno. Gregorio de Nápoles, Ministro de Francia, y conservado en el
convento de Menores Recoletos de Valenciennes. La carta-encíclica es ampliamente
divulgada con su inclusión en los Annales Minorum de Lucas Wadding59. Posteriormente es
incluida en el tomo X de la Analecta Franciscana60.
No se conserva el original, pero ya habla de esta carta-encíclica Jordán de Giano en su
Crónica61. Lo que ha llegado hasta nosotros puede estar formado por la carta-encíclica en sí y
algunos añadidos de otras cartas. Desconocemos el cuándo y quién realizó su unión en un
único texto.
Acerca de la carta en la que pide que los Ministros y Custodios se reúnan para el
Capítulo, como atestigua Jordán de Giano, Giulia Barone supone que la circular que ha
llegado a nosotros es una y que “a ésta hayan seguido otras cartas, en las que Elías se ocupaba
de los particulares de la administración” 62. Jordán de Giano, como escribía muchos años
después, acaso haya unido en el recuerdo las cartas escritas por el hno. Elías.
La carta-encíclica del hno. Elías abre el camino de la conformidad de Francisco con
Cristo, y en ella aparecen las analogías: Moisés-Francisco, Jacob-Francisco y Cristo-
Francisco63. El hno. Elías sostiene que en manos y pies se conservaban los agujeros de los
clavos64, mientras que Tomás de Celano habla no de “vestigios de clavos, sino [de] los clavos
mismos,…, hechos de su propia carne”65.
Estas diferencias no quitan credibilidad al hno. Elías o a Tomás de Celano, sino que
indican la dificultad de los testigos a comunicar con términos apropiados un hecho que les
cogía de sorpresa. El mismo hno. Elías afirma: “Os anuncio una grande alegría, un milagro
totalmente nuevo. No se ha oído antes un portento semejante”66.
Felice Accrocca en la presentación de Le Fonti Francescane dice que aunque a veces
la carta-encíclica tiene un lenguaje ampuloso y retórico, manifiesta el afecto sincero del hno.
Elías por aquel al que llama “hermano y padre”67.
Sobre esta circular escribe Giulia Barone: “Esta carta ha sido juzgada muy
diversamente, pero según nuestro parecer, no hay razón para dudar del sincero dolor de Elías
que había vivido durante años al lado de Francisco, compartiendo fatigas y dolores” 68.
El testimonio de la circular del hno. Elías, escribe Accrocca, parece corresponder a
verdad, y probablemente Francisco comenzó a bendecir a sus frailes comenzando por su
Vicario69.

58
Cfr. GIULIA BARONE, Frate Elia, pp. 106-107.
59
Cfr. LUCAS WADDING, AM, t. II, pp. 167-169.
60
Cfr. AF X, pp. 525-528.
61 Cfr. JORDÁN DE GIANO, Crónica, n. 50.
62
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 107.
63
Cfr. MARTINO CONTI, Studi e ricerche sul francescanesimo delle origini, Roma, 1994, pp. 155-156. Una
lectura mucho más amplia la encontramos en las pp. 156-172.
64
Cfr. CtafE 5.
65
1C 113.
66
CtafE 5.
67
Fonti Francescane, Editrici Francescane, Padova 2011, p. 236.
68
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 108.

EL HERMANO ELÍAS 8
La amistad y cercanía del hermano Elías con Francisco en las leyendas antiguas

Generalmente, cuando se habla de los compañeros más cercanos a Francisco nunca se


hace mención del hno. Elías. Siempre se ha evitado contagiar la santidad de Francisco con la
mala ventura de su Vicario. Sin embargo, ninguno de sus compañeros aparece en las leyendas
anteriores al 1239 tantas veces cuantas se le encuentra al hno. Elías, por su nombre o con el
título de Vicario, relacionado con Francisco.
A través de los recuerdos de estas leyendas, vemos, entre otras cosas, que el hermano
Elías mimó a Francisco en la búsqueda de la salud de su hermano cuerpo. Le encomendó los
mejores médicos, particularmente los de la Curia pontificia. Con él va de Rieti a Siena, y aquí
debe venir el Vicario del Santo en la primavera de 1226, cuando Francisco se siente morir, y,
una vez repuesto, lo acompaña a las Celdas de Cortona y, de aquí, a Asís.

Vida Primera de Tomás de Celano

En la Vida Primera de Celano, al hno. Elías se le nombra por su nombre. Son diversos
episodios en los que su figura resalta por su confianza con Francisco, la amistad que les une y
el servicio que Elías presta a Francisco enfermo. El hno. Elías aparece en la segunda parte de
la curación de una mujer endemoniada en Sangemini. Pasando San Francisco por la ciudad
después de la sanación de la mujer, ésta quiere saludar al Santo, esperando recibir una palabra
de él. Pero pensando Francisco que el diablo le había engañado, no quiere detenerse. “A
instancias y ruegos del hermano Elías, el Santo, confirmado por el testimonio de muchos de
la enfermedad que padeció la mujer, según queda referido, y de su curación, accedió a
dirigirle la palabra”70.
El afecto de Francisco por el hermano Elías se manifiesta en haber merecido ver la
llaga del costado mientras vivía el Santo: “afortunado Elías, que de alguna manera pudo verla
mientras vivía el Santo”71. Tomás de Celano vuelve a subrayar la estima de Francisco por el
hno. Elías, hablando de la enfermedad del Santo: “el hermano Elías, a quien había escogido
para sí como madre, y para los demás hermanos como padre 72, le indujo a que no rechazara la
medicina, sino que la aceptara en el nombre del Hijo de Dios, por quien fue creada, según
está escrito: El Altísimo creó en la tierra la medicina, y el varón prudente no la desechará. El
santo Padre asintió amablemente, y con toda humildad se sometió a quien se lo aconsejaba”73.
Aún los biógrafos menos favorables al hno. Elías subrayan la faceta de la ternura del hno.
Elías para con Francisco enfermo74.

69
Cfr. FELICE ACCROCCA, La benedizione di S. Francesco, en Frate Francesco, 69 (2003), p. 224.
70
1C 69.
71
1C 95. En la Vida Segunda, Tomás de Celano indica la estratagema de la que se sirvió el Hno. Elías, aunque
aquí el biógrafo lo deja en el anonimato: “Otro hermano, empeñado con afanosa curiosidad en ver lo que estaba
escondido a los demás, dijo un día al Padre santo: «Padre, ¿quieres que te sacuda la túnica?» El Santo le
respondió: «El Señor te lo recompense, hermano, pues en verdad que lo necesito». Y, mientras el Padre se
desvestía, el hermano miró con atención, y vio la llaga reproducida en el costado. Sólo éste la vio en vida del
Santo; ningún otro hasta después de la muerte” (2C 138).
72
Es decir, lo había constituido en Vicario suyo para la Fraternidad de la Orden.
73
1C 98.
74
“Viéndole el ministro general tan afligido por la enfermedad de los ojos, le mandó que se hiciera y se dejara
ayudar y cuidar; incluso le dijo que deseaba estar presente cuando el médico comenzase el tratamiento, sobre todo
para que con mayor seguridad se dejara medicinar y para animarle en aquel gran sufrimiento” (LP 83). “El
bienaventurado Francisco no quiso que empezara el tratamiento hasta que llegara el hermano Elías” (LP 86). “El
bienaventurado Francisco no quería ponerse en tratamiento si no venía el hermano Elías, porque le había dicho

EL HERMANO ELÍAS 9
La solicitud por Francisco enfermo se manifiesta una vez más, estando el Santo en
Siena, donde se dice que el hno. Elías, al conocer la gravedad de la situación, se puso en
camino, y llegado a la ciudad, con su presencia, parece que Francisco mejoró. Esta mejoría le
indujo a llevarlo a las Celdas de Cortona. Una vez aquí, sintiéndose el Poverello empeorar,
pidió al hno. Elías que le trasladase a Asís. “El buen hijo hizo lo que el amoroso Padre le
mandó, y, dispuesto todo lo necesario, lo llevó al lugar deseado”75.
Al momento de la bendición, estando Francisco a punto de morir, encontrándose el
hno. Elías a su izquierda, Francisco cruzó las manos y puso la mano derecha sobre la cabeza
del hno. Elías, pero como estaba ciego preguntó: “«¿Sobre quién tengo mi mano derecha?»
«Sobre el hermano Elías», le respondieron. «Sí, eso es lo que quiero», dijo. Y continuó: «A ti,
hijo mío, te bendigo en todo y por todo. Y como bajo tu dirección el Altísimo ha multiplicado
mis hermanos e hijos, así sobre ti y en ti los bendigo a todos. En el cielo y en la tierra te
bendiga Dios, Rey de todo el universo. Te bendigo cuanto puedo y más de lo que yo puedo; y
lo que yo no puedo, hágalo en ti quien todo lo puede. Acuérdese Dios de tus obras y trabajos y
en la retribución de los justos sea conservada tu herencia. Que halles toda bendición que
deseas y que te sea concedido cuanto pides dignamente”76.
El nombre de Elías aparece una vez más, cuando Tomás de Celano nos refiere que
éste tuvo una visión en sueños dos años antes de la muerte de Francisco en la que un
sacerdote vestido de blanco le comunicó que a Francisco le quedaban dos años de vida,
diciéndole: “«Levántate, hermano, y di al hermano Francisco que se han cumplido dieciocho
años desde que renunció al mundo y se unió a Cristo; que a partir de hoy le quedan todavía
dos años en esta vida, y que, pasados éstos, le llamará el Señor a sí y entrará por el camino de
todo mortal»”77. Luego es mencionado anónimamente, subrayando su amor por Francisco y
por los hermanos78, y cómo Francisco le encarga que perdone y bendiga a todos los
hermanos79.
La última vez que aparece mencionado anónimamente el hno. Elías es en la lectura
del evangelio de Juan, que por el modo de narrar Tomás de Celano, ya estaba preparada por
el hno. Elías: “Era el mismo texto evangélico que el ministro había preparado para leérselo
antes de haber recibido mandato alguno”80.
El hno. Elías “debió ser un testigo privilegiado”, porque en la primera parte de la Vida
Primera de Tomás de Celano aparece una vez; en la parte segunda, en los dos últimos años de
Francisco, seis veces; en la tercera, los milagros después de la muerte del Santo, ninguna.
“Esta frecuencia de repeticiones confirma la centralidad de Elías, que es colocado bajo los
reflectores para asumir un papel de primer plano junto a Francisco, aunque cuando Tomás de
Celano escribe, él no tiene ningún cargo de gobierno, pues se dedica a la construcción de la
Basílica en honor de San Francisco y del Sacro Convento”81.
que quería estar presente cuando el médico iniciara la cura. Quería que fuera el ministro general quien lo
dispusiera todo, porque le asustaba y le resultaba muy duro tener tan gran responsabilidad de sí mismo” (EP 115).
75
1C105.
76
1C108.
77
1C109
78
“Entre los presentes había un hermano a quien el Santo amaba con un afecto muy distinguido; era él muy
solícito de todos los hermanos; viendo este hecho y sabedor del próximo desenlace de la vida del Santo, le dijo:
«¡Padre bondadoso, mira que los hijos quedan ya sin padre y se ven privados de la verdadera luz de sus ojos!
Acuérdate de los huérfanos que abandonas y, perdonadas todas sus culpas, alegra con tu santa bendición tanto a
los presentes cuanto a los ausentes»” (1C109).
79
“«Hijo mío -respondió el Santo-, Dios me llama. A mis hermanos, tanto a los ausentes como a los presentes, les
perdono todas las ofensas y culpas y, en cuanto yo puedo, los absuelvo; cuando les comuniques estas cosas,
bendícelos a todos en mi nombre»” (1C109).
80
1C 110.
81
FILIPPO SEDDA, o.c., p. 230.

EL HERMANO ELÍAS 10
Enrique de Avranches

La Leyenda Versificada de Enrique de Avranches, compuesta en hexámetros entre el


1232-1234, según Bihl82, y dedicada al papa Gregorio IX, traslada en versos la Vida del
bienaventurado Francisco de Tomás de Celano83.
Del hno. Elías habla del sueño tenido en Foligno, referente a la muerte de Francisco84;
de su solicitud por Francisco enfermo85; de la mejora de Francisco a la llegada del hno.
Elías86; y siguiendo al Celanense, habla del ministro [hno. Elías] que lleva y abre el libro para
leer el pasaje del Evangelio de Juan87. Faltan algunos pasos de la presencia del hno. Elías,
porque el propósito de Enrique no es la de resaltar la figura del Vicario general.

Julián de Espira

Julián de Espira escribe su Vida de San Francisco entre el 30 de mayo de 1232, día de
la canonización de San Antonio de Padua, y el 4 de octubre de 1235. No ha conocido a
Francisco y desconoce los lugares franciscanos. Sigue de cerca la Vida Primera de Tomás de
Celano, de manera que Bihl lo define “breviator Thomae” 88. Felice Accrocca afirma que
depende del Celanense, pero con partes autónomas, de las que se sirve más adelante el propio
Tomás de Celano en su Vida Segunda 89. Habla de la llaga del costado que “sólo el hno. Elías
pudo entrever de alguna manera”90. El hno. Elías vuelve a aparecer al hablar de las
enfermedades del Santo, a quien “había elegido como madre y propuesto como pastor de su
grey”. Es una función del Vicario querido por Francisco, que le obligó y convenció a dejarse
curar. “El Santo le obedeció humildemente como a padre” 91. El hno. Elías hace su aparición
también durante la estancia de San Francisco en Siena y el empeoramiento de su cuerpo; pero
recuperadas algunas pocas fuerzas, se acercan a las Celdas de Cortona, pero al empeorar,
Francisco ruega al hno. Elías que le lleve a Asís92. Repite la bendición sobre el hno. Elías, con
dos anotaciones: “comprendió que era el hno. Elías que él había nombrado en su lugar”. Y la
siguiente: “Por lo que bendijo primero a él y luego a todos los otros hermanos en la persona
de él”93. Julián de Espira pone en labios de Francisco estas palabras: “Vosotros debéis
afrontar una grandísima prueba”94. ¿Se advertían ya los primeros síntomas de la crisis de la
Orden? Y encontramos en esta Vida otra añadidura: “Uno de los hermanos presentes, cansado
más que los demás”, pidió al Santo el perdón y la bendición para los frailes presentes y
ausentes95.

82
MICHAEL BIHL, De «Leggenda Versificata» s. Francisci auctore Henrico Abrincensi, en AFH, 22 (1929),
pp. 3-53.
83
Un códice posterior suprime los pasos en los que se elogia a la persona del hno. Elías. Cambridge, Biblioteca de
la Universidad, cod. Dd. 11.78, ff. 200r-238r.
84
Cfr. LVer 12,4-12.
85
Cfr. LVer 12,85-93.
86
Cfr. LVer 13,41-47.
87
Cfr. LVer 13,120-122.
88
AF X, XLIV [Michael Bihl].
89
FELICE ACCROCCA, Nodi problematici delle Fonti Francescane a proposito di due recenti edizioni, en CF
66 (1996), p. 578; IDEM, Francesco e il demonio, pp. 231-239.
90
JE 63.
91
JE 65.
92
Cfr. JE 67.
93
JE 68.
94
JE 68.
95
JE 69.

EL HERMANO ELÍAS 11
Julián de Espira no hace mención del hno. Elías en el milagro de Sangemini, ni del
sueño de Foligno, ni del ministro que abre el libro del Evangelio donde Francisco lee el
capítulo trece del Evangelio de Juan.
Julián no tiene interés por el hno. Elías. “Prueba de esto es la no mención de la
bendición personal al Vicario”96, a quien describe como aquel “que él había nombrado en su
lugar; y entonces dijo que lo quería así”97.

Tomás de Celano en su Vida de nuestro bienaventurado padre Francisco

La Vida de nuestro bienaventurado padre Francisco comienza con una introducción


elogiosa del hno. Elías98. No aparece su nombre en el milagro de Sangemini99. Ve la llaga del
costado, “debido al especial afecto que el Santo le profesaba, se puso la túnica que éste le dio
y le dio la suya en cambio”100. Lo encontramos de nuevo cuando Francisco se halla enfermo,
lo recuerda con los títulos de madre, para Francisco, y de padre, para los otros hermanos, y
cómo acepta sus consejos, dejándose ayudar con medicamentos101. El hno. Elías va a Siena, y
de aquí lleva a Francisco a las Celdas de Cortona, donde empeora y se hace trasladar a
Asís102. Se hace mención del sueño del hno. Elías en Foligno 103, de la bendición al hno.
Elías104, pero no se menciona la lectura del pasaje del Evangelio de Juan, y “volviéndose a
alguien a quien amaba, dijo: que bendijese a todos, a quienes perdona y absuelve” 105.

El hermano Elías constructor de la Basílica y del Sacro Convento de Asís

El hno. Elías debió gozar de la estima, confianza y aprecio del cardenal Hugolino, ya
que al no poder convencer a Francisco que asuma la guía de la Orden, acepta que Elías asuma
la dirección, al menos de manera formal 106.
La relación del hno. Elías con Gregorio IX, como Vicario de San Francisco, fue
excelente, de manera que se le encarga la construcción de la Basílica de San Francisco, del
convento anexo, del que fue primer Custodio, y del palacio papal 107.
Después del Capítulo general de mayo de 1227, del que Sabatier y Lempp, bebiendo
en el Speculum vitae y en la Crónica de los XXIV Generales, sostienen que hubo lucha contra
96
FILIPPO SEDDA, o.c., p. 229.
97
JE 68.
98
“Al venerable y reverendo padre hermano Elías, ministro general de los Frailes Menores. La vida de nuestro
muy glorioso padre Francisco que, por mandato del señor papa Gregorio, pero según tus instrucciones, padre,
compuse hace ya un cierto tiempo en una obra más detallada… Porque, a pesar de que algunas personas quisieran
que ciertas cosas se dijeran de modo distinto a como se dicen, sin embargo, es sólo tu juicio el que debe seguirse
con seguridad en estos asuntos, ya que a ti el Santo de Dios te abrió su alma más que a todos los demás y él
mismo deliberadamente te confió lo que se tenía que hacer”. VNBPF 1.
99
Cfr. VNBPF 46.
100
VNBPF 74.
101
Cfr. VNBPF 76.
102
Cfr. VNBPF 83.
103
Cfr. VNBPF 84.
104
Cfr. VNBPF 84.
105
Cfr. VNBPF 86.
106
Cfr. CLÉMENT SMITT, I vicari dell’Ordine francescano di Pietro Cattani a frate Elia, en Francesco
d’Assisi e francescanesimo dal 1216 al 1226. Atti del IV Convegno della Società internazionale di studi
francescani (Assisi, 15-17 ottobre 1976), Assisi, 1977, pp. 253-260.
107
Cfr. ENRICA NERI LUSANA, Gregorio IX e l’architettura: questioni aperte sulla Basilica di San
Francesco ad Assisi, en Gregorio IX e gli Ordini Mendicanti. Atti del XXXVIII Convegno della Società
internazionale di studi francescani e del Centro interuniversitario di studi francescani (Assisi, 7-9 ottobre 2010),
Spoleto, 2011, pp. 379-399.

EL HERMANO ELÍAS 12
el hno. Elías por parte de los compañeros más allegados de San Francisco, especialmente por
parte del hno. León, lo que no encontramos reseñado en las fuentes de la época.
El hno. Elías es el encargado de recibir, en nombre del Papa, como consta en el acta
de donación, del 29 de marzo de 1228, el terreno de Simone Puzarelli 108, ubicado en lo que
entonces se llamaba el Collado del Infierno, luego se le cambia el nombre por el de Collado
del Paraíso, fuera de los muros de la ciudad de Asís, para la construcción del templo en honor
de San Francisco y la realización del proyecto basilical, como se prevé en la bula “Recolentes
Qualiter” 109, del 29 de abril de 1228. En la misma bula se solicita la ayuda de todos los
fieles, pudiendo lucrar 40 días de indulgencias todos aquellos que cooperen económicamente
a su construcción. La Santa Sede asume la posesión de la Basílica. Con el hno. Elías110
colabora el hno. Felipe de Campello y un maestro cosmatesco de nombre Lapo o Jacopo111.
El hno. Elías es, durante este tiempo, un religioso sin poder jurídico, por lo tanto, los
hermanos que envía por toda la Orden, son enviados realmente con el permiso y en nombre
del Ministro General, Juan Parenti. Trabaja en la construcción de la Basílica por cuenta de la
Iglesia, no de la Orden.
El domingo 16 de julio de 1228, Gregorio IX canoniza a San Francisco en la iglesia de
San Jorge.
Al día siguiente, 17 de julio, Gregorio IX coloca la primera piedra de la Basílica en el
Collado del Paraíso. Francisco, el Hermano Menor, es enterrado entre los menores de la
sociedad, su despojo, ya que era el lugar donde se ejecutaba a los condenados a muerte112.
Gregorio IX aprueba la Vida Primera o Vida del bienaventurado Francisco de Tomás
de Celano, el 25 de febrero de 1229, compuesta “por mandato del señor papa Gregorio, pero
según tus instrucciones”113, se lee en la Vida de nuestro bienaventurado padre Francisco. Lo
que quiere decir que el hno. Elías tuvo una intervención muy directa en la composición de la
Primera Vida de San Francisco y acaso también en la comunicación de muchos hechos
referentes a la vida del Santo de Asís.

108
La donación es un terreno “llamado Collado del Infierno” y añade: “en el condado de Asís”. Se expecifica bien
en el acto el motivo que le había movido: “ad habendum, tenendum, possidendum, faciendum omnes utilitates et
usus fratrum in ea, videlicet locum, oratorium vel ecclesiam pro beatissimo corpore sancti Francisci”. El
documento se conserva en el Archivo del Sacro Convento, Istr., II/1.
109
BF. I, n. 21, p. 40.
110
Bernardo de Bessa hablando del hno. Elías en la Crónica de los XV Generales, dice: “Ipse... quam opere
sumptuosissimo construi faciebat”, en AF III, p. 695. Y la Crónica de la Provincia de Alsacia recuerda al hablar en
1232 de la sustitución del hno. Juan Parenti por el hno. Elías: “Frater Helyas ei substitutus, qui pro opere Sancti
Francisci complendo Assisii fecit collectas”, en AFH, 4 (1911), p. 676. Fray Nicolás Glassberger afirma que la
construcción de la basílica de Asís la comenzó el hno. Elías: “Frater Helias basilicam mirae fortitudinis et
magnitudinis coepit erigere”, AF II, p. 45. Y más adelante añade: “Frater autem Helias, Vicarius generalis
Ministri, in conventu Assisii pro costructione basilicae dictae ad civium instantiam fuit institutus”, AF II, p. 47.
111
Cfr. SILVESTRO NESSI, La Basilica di S. Francesco in Assisi e la sua documentazione storica, Casa
editrice Francescana, Assisi 1994, p. 74 y ss.
112
“Cuenta cierto hermano devoto, que fue compañero del bienaventurado Padre, que el lugar donde ahora
habitan los hermanos era un lugar profano, donde los malhechores eran ajusticiados, y se llamaba Collado del
Infierno; cuando el santísimo Padre se acercaba alguna vez a dicho lugar, se le veía inclinarse y hacer reverencia a
aquel lugar. Y como se le dijese que es lo que hacía, respondió: si aquel lugar era llamado Collado del Infierno, en
el futuro será llamado puerta del cielo y entrada del Paraiso”. Ms. Vat. 4354, c. 108 (en SILVESTRO NESSI,
o.c., p. 20). Y otro texto refiere que “cuando nuestro santo padre Francisco era cercano a la muerte, sus
compañeros le preguntaron, diciendo: ¿Padre, dónde quieres ser enterrado? Y él respondió: donde están las
horcas de los malhechores. Lo que se hizo después, ya que donde está el altar mayor, allí estaba el lugar de la
justicia”. Ms. Vat. Capponiano 207, cap. 78 (en SILVESTRO NESSI, o.c., p. 20).
113
TOMÁS DE CELANO, VNBPF, 1.

EL HERMANO ELÍAS 13
La Basílica inferior y parte del convento están acabados en la primavera de 1230. El
papa Gregorio IX publica la bula “Is qui Ecclesiam”, del 22 de abril de 1230114, declarando la
Basílica de Asís “Caput et mater” de todas las iglesias de la Orden.
Jordán de Giano refiere que queriendo el hno. Elías terminar la obra comenzada en
Asís, recaudó dinero en toda la Orden. A esto se añade la reacción del Beato Gil y de los otros
compañeros de San Francisco, que acusaban al hno. Elías de haber colocado una pila de
mármol en la Basílica para recoger las limosnas de los fieles para continuar la obra
iniciada115. Pero el que primero trata el tema financiero es Gregorio IX con la bula
Recolentes116, del 29 de abril de 1228. No debió disturbar demasiado, porque Jordán de Giano
no vuelve a tocar el tema y Eccleston no hace mención. A no ser que se quiera conectar con la
riqueza y comodidad de vida a las que aduce Eccleston, pero que carece de relación con las
obras de la Basílica. “No se trata por lo tanto de una cuestión de dinero”, dice Accrocca 117.
Parece ser que el tema son los visitadores. En Alemania aparecen por primera vez en 1237.
Jordán tilda a estas visitas de desordenadas, que no hacían sino aumentar la exasperación de
los hermanos contra el hno. Elías.

El hermano Elías en el encuentro de Clara de Asís con Gregorio IX en San Damián

Santa Clara permaneció siempre profundamente unida a Francisco, en tal modo que
puede ser llamada, según derecho, compañera especial, y después de la muerte del Fundador,
por veintisiete años, referencia privilegiada de la experiencia del Santo 118.
Para Clara, el hno. Elías fue un amigo y una ayuda. A petición del hno. Elías,
Francisco predica a Clara y a sus hermanas, cuando vivía en una choza junto a la iglesia de
San Damián119. Tomás de Celano relata este hecho en un momento en el que las relaciones
entre las Damas Pobres y la Orden de los Hermanos Menores no eran las mejores, sobre todo
por la presión del Papa para que los hermanos se hiciesen cargo de la asistencia de los
monasterios fundados por la Curia Romana, que aunque eran conocidos como Orden de San
Damián, no tenían nada que ver con Clara y los monasterios que de ella dependían, como
eran San Damián, Val de Gloria en Spello y Monteluce en Perugia. La buena relación del hno.
Elías con Clara continuó después de la muerte de San Francisco 120.
La relación del hno. Elías con Gregorio IX, como Vicario de San Francisco, fue muy
buena, de manera que se le encarga la construcción de la Basílica de San Francisco. Este
encargo papal sirvió para que el hno. Elías continuase prevalentemente en Asís de 1226 al
1233, por lo que pudo mantener el contacto con Clara y las hermanas de San Damián.
María Pía Alberzoni opina que esta cercanía del hno. Elías con Clara, una cercanía
física, pero al mismo tiempo moral, en cuanto el Hno. Elías vive la experiencia franciscana en
114
BF. I, n. 49, pp. 60-62.
115
Cfr. Speculum vitae beati Francisci et Sociorum eius, en Opuscoles de critique historique I, Paris 1903, p.
344.
116
BF I, n. 21, pp. 40-41.
117
Cfr. FELICE ACCROCCA, Frate Elia ministro generale, p. 84.
118
Cfr. FILIPPO SEDDA, o.c., p. 233.
119
Cfr. 2C 207. No dice Elías, lo llama ‘el Vicario’, pues la Vida Segunda es escrita después de la deposición del
hno. Elías y cuando se halla excomulgado.
120
Cfr. MARIA PIA ALBERZONI, Frate Elia tra Chiara d’Assisi, Gregorio IX e Federico II, en Elia di
Cortona tra realtá e mito. Atti dell’incontro di studio, Cortona, 12-13 luglio 2013, Fondazione Centro Italiano di
Studi sull’Alto Medioevo, Spoleto 2014, p. 96; RAOUL MANSELLI, Il gesto come predicazione per san
Francesco d’Assisi, en CF, LI (1981), pp. 5-16; IDEM, Francesco e i suoi compagni, Roma, 1995 (Bibliotheca
seraphico-capuccina, XLVI), pp. 287 e 301; FELICE ACCROCCA, Chiara e l’Ordine francescano, en Clara
claris praeclara. L’esperienza cristiana e la memoria di Chiara d’Assisi in occasione del 750º anniversario
della morte. Atti del convegno internazionale (Assisi, 20-22 novembre 2003), Assisi, 2004, pp. 346-354.

EL HERMANO ELÍAS 14
comunión profunda con el carisma de Francisco, le da fuerzas a Clara para no consentir la
propuesta de Gregorio IX: aceptar bienes y rentas y formar parte de los monasterios de
monjas fundados y gobernados por la Sede Apostólica. El encuentro tuvo lugar poco antes de
la canonización de San Francisco, en el verano de 1228. El Papa estaba acompañado del
cardenal Rainaldo de Jenne, más tarde Alejandro IV121.
La respuesta de Clara a la propuesta de Gregorio IX: “Si temes por el voto, Nos te
desligamos del voto”, se halla en la Leyenda de Santa Clara, en que Alejandro IV pidió a su
autor, probablemente Tomás de Celano, la redactase al pie de la letra: “Santísimo Padre, a
ningún precio deseo ser dispensada del seguimiento indeclinable de Cristo” 122.
Es evidente que el hno. Elías, como fiel seguidor de Francisco y por éste indicado
como Vicario, continuaba el carisma en el tiempo, y por tanto Clara que había tenido que
optar por la obediencia al Papa o a Francisco a través del hno. Elías, elije ésta última 123. Y
esto es importante, que en vez de adherirse al monacato promovido por Gregorio IX y
confiado en 1228 al cardenal Rainaldo de Jenne, obtuvo el llamado Privilegium paupertatis,
el 17 de septiembre de 1228124.

El traslado del cuerpo de San Francisco

El 25 de mayo de 1230 se hace el traslado del cuerpo de San Francisco desde la iglesia
de San Jorge a la Basílica Inferior. Para este acontecimiento, Gregorio IX publica la bula
“Mirificans misericordias”125, del 16 de mayo de 1230, proclamando la indulgencia para
quienes asistan a la traslación del cuerpo de San Francisco. A los religiosos que habían venido
de todas las partes para el acontecimiento y la celebración del Capítulo general, se une una
gran multitud que tiene que hacer noche en los alrededores y campos de Asís, pues la ciudad
se ve desbordada para poderla acoger: “De diversas partes del mundo se reunió allí una
inmensa multitud de hermanos. Además, se concentró allí de todas partes tan gran afluencia
de gente que, no pudiendo la ciudad albergarlos, llenaban los campos por todos lados y los
caminos adyacentes”126.
El traslado del cuerpo del Santo de la iglesia de San Jorge a la nueva iglesia levantada
en su honor, así lo describe Tomás de Celano en la Vida de nuestro bienaventurado padre
Francisco: “Dos años después de estos acontecimientos, el cuerpo del santo padre fue
trasladado con gran honor del lugar donde había sido enterrado primero a la iglesia recién
construida en su honor fuera de las murallas de la ciudad” 127. Y San Buenaventura escribe:
“El día 25 de mayo del año del Señor de 1230, con la asistencia de los hermanos que se
habían reunido en Capítulo general celebrado en Asís 128..., y mientras llevaban el sagrado
tesoro sellado con la bula del Rey altísimo, Aquel cuya efigie ostentaba se dignó obrar

121
Cfr. Leyenda de Santa Clara, en Escritos de Santa Clara y documentos complementarios, BAC Madrid 1993,
n. 14, p. 149; MARIA PIA ALBERZONI, Frate Elia tra Chiara d’Assisi, Gregorio IX e Federico II, p. 96.
122
Leyenda de Santa Clara, n. 14, p. 149.
123
Cfr. MARIA PIA ALBERZONI, o.c., p. 97.
124
Cfr. Privilegium paupertatis, en Escritos de Santa Clara…, pp. 236-237; BF I, n. p.; MARIA PIA
ALBERZONI, Chiara e il papato, Milano, 1995 (Aleph III), pp. 58-63, nota 16.
125 Cfr. BF t. I, n. 52, pp. 64-65.
126
VNBPF 96. Parece que la Crónica de los XXIV Generales tiene muy presente la descripción que la Vida de
nuestro bienaventurado padre Francisco hace del acontecimiento: “Tanta fuit propter hoc ex vicinis urbibus
multitudo congregata, ut, civitate illos capere non valente, per campos gregum more accumberent”, Crónica de
los XXIV Generales, en AF III, p. 212.
127
VNBPF 96.
128
Uno de los hermanos que se encontraban allí era el hno. Ricardo de Ingworth, sacerdote y predicador, ministro
provincial de Irlanda. TOMÁS ECCLESTON, De adventu Fratrum, n. 4.

EL HERMANO ELÍAS 15
numerosos milagros...”129. La pregunta es: ¿cómo pudo haber tanta gente y realizar tantos
milagros en el traslado, si éste se realizó tres días antes del señalado?
En el traslado de los restos de Francisco hubo presencia de soldados, puestos por el
Podestá para custodiar la traslación, ya que se temía que el cuerpo del Santo fuese raptado130.
Debía haber sido expuesto el santo cuerpo a la veneración de los fieles, pero se dice que el
hermano Elías, de acuerdo con el Podestá de Asís, lo enterró ocultamente, tres días antes, en
el sepulcro preparado para el caso, lo que provocó la reacción de los hermanos venidos para
venerar las reliquias del Fundador131.
Sólo Ecclestón se lamenta del escándalo que hubo en el traslado de los restos de San
Francisco o, mejor dicho, que no hubo tal traslado el día señalado, según cuenta este cronista,
ya que se hizo tres días antes. Aunque el cronista inglés entrelaza el traslado del cuerpo de
San Francisco de San Jorge a su nueva Basílica y el Capítulo general que iniciaba al día
siguiente, Pentecostés. Los demás biógrafos y cronistas hacen mención del acontecimiento,
sin subrayar ningún sobresalto.
Gregorio IX, con la bula Speravimus hactenus132, del 16 de junio de 1230, exige que
el Podestá de Asís, el Consejo y el pueblo sean castigados por los Obispos de Perusa y
Espoleto, pero el Pontífice fue aplacado por el hermano Elías. La bula Speravimus hactenus
no hace mención del hno. Elías o de cualquier otro fraile 133.
Parece ser, pues, que hubo algo que tuvo que ver con la seguridad en el traslado de las
reliquias del Santo, pues Gregorio IX protesta contra las autoridades civiles por haberse
servido de soldados y de las fuerzas del orden público, con el fin de evitar un hurto del cuerpo
del Santo y asegurar su posesión a la ciudad, lo que habría impedido a los religiosos y a los
fieles acercarse a venerar las santas reliquias sosegadamente, y se habían arrogado el papel de
actores principales, que correspondía a la Santa Sede, al Ministro general y a algunos
religiosos delegados suyos134.
Entre los delegados papales debía encontrarse el hno. Elías, quien, temiendo por la
integridad de los restos mortales de San Francisco, ante la multitud de hermanos venidos de
todas las partes y de fieles, hizo causa común con las autoridades civiles de Asís, colocándolo
en el lugar reservado en secreto y pricipitadamente, sin exponer el cuerpo del Santo a la
veneración de los peregrinos, pero no tres días antes135. Esto explicaría que Ecclestón culpe al
hno. Elías, mientras que la Santa Sede culpa al Comune de Asís, aunque las penas recaían
más sobre los frailes que sobre el Comune. Al final, las penas no se aplicaron porque, como

129
LM. 15,8. San Buenaventura añade en el apartado de los milagros que “en Alemania resucitó el Santo a otro
muerto. Fue un hecho que el papa Gregorio IX certificó para alegría de todos al tiempo de la traslación del
cuerpo de San Francisco, mediante letras apostólicas que dirigió a todos los hermanos que se habían reunido en
Asís para asistir al capítulo y a la traslación”, LM milagros, 2,8. Salimbene anota en su Crónica la fecha de la
traslación del cuerpo del bienaventurado Francisco y señala la curación del hno. Jaime de Iseo de una llaga en la
ingle y en los genitales el mismo día de la traslación de las reliquias del Santo, 25 de mayo de 1230, en Crónica, n.
329.
130 Cfr. REGISTRO DE GRECORIO IX, n. 28, Biblioteca Vaticana.
131
TOMÁS ECCLESTON, De adventu Fratrum, n. 77.
132
BF. I, n. 54, p. 66.
133
Cfr. GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 109.
134
Cfr. BF I, pp. 64, 66; Registrum Gregorii IX, en SALVATORE ATTAL, Frate Elia, p. 204, nota 39.
135
El motivo que coloca Eccleston y que la Delegación del Capítulo general refirió a Gregorio IX, es que el
Ministro general había revocado al hno. Elías el decreto de invitación a todos los hermanos que quisieran venir al
acontecimiento, e indignado por ello, traslada el cuerpo de San Francisco tres días antes de reunirse los frailes. El
Papa se enfadó contra el hno. Elías, hasta que supo de la penitencia que éste había hecho en un eremitorio. Cfr.
TOMÁS DE ECCLESTON, De adventu Fratrum, n. 78.

EL HERMANO ELÍAS 16
dice la Crónica de los XXIV Generales: “el hno. Elías les satisfizo con las muchas razones
enviadas”136.

El Capítulo general de 1230

El Capítulo general de 1230, celebrado el 26 de mayo, Pentecostés, al día siguiente de


la traslación del cuerpo de San Francisco de la iglesia de San Jorge a la Basílica Inferior
levantada en su honor, Tomás de Celano, en su Vida de nuestro bienaventurado padre
Francisco, dice que “en este mismo lugar se celebró un capítulo general con motivo de tan
gran solemnidad y, de diversas partes del mundo, se reunió allí una inmensa multitud de
hermanos”137.
San Buenaventura hace mención del Capítulo indirectamente, al hablar de la
traslación del cuerpo del Seráfico Padre: “El día 25 de mayo del año del Señor de 1230, con
la asistencia de los hermanos que se habían reunido en capítulo general celebrado en Asís, fue
trasladado aquel cuerpo, que vivió consagrado al Señor, a la basílica construida en su
honor”138.
Jordán de Giano recuerda el capítulo de 1230 por tres motivos: el traslado del
Ministro provincial de Alemania, fr. Juan de Pian del Carpine a la provincia de España; la
división de la provincia de Alemania en dos provincias: la del Rin y la de Sajonia; el envío a
todas las provincias de los breviarios y los antifonarios propios de la Orden 139.
Tomás de Eccleston, sin embargo, refiere que en el Capítulo de 1230, siendo Ministro
general el hno. Juan Parenti, el hno. Elías dio permiso de participar a todos los hermanos que
quisieran. El hno. Elías carecía de autoridad para hacer semejante invitación a los hermanos
de la Orden. Noticia que no hallamos en Jordán de Giano, y el mismo Salimbene anota
simplemente: “En el año 1230 de la Encarnación del Señor se celebró un capítulo general de
los Hermanos Menores en Asís”, cuando tenía una buena oportunidad para atacar al hno.
Elías140.
El Capítulo nombró una comisión, formada por el Ministro general, fr. Juan Parenti,
San Antonio de Padua, hasta entonces Ministro provincial de Lombardía, fr. Gerardo
Rossignol, penitenciario del Papa, Haimón de Faversham, Custodio de París, fr. León de
Prego, más tarde arzobispo de Milán, fr. Gerardo de Módena y fr. Pedro de Brescia, para
pedir a Gregorio IX que resolviera la cuestión acerca de la obligatoriedad o menos del
Testamento de San Francisco y otros puntos sobre la Regla que surgieron en el Capítulo 141.
Por ejemplo, al crecer el número de las provincias y de las custodias, el Papa, respondiendo a
una de las cuestiones, pide que cada provincia envíe al Capítulo general un custodio de los
custodios (custos custodum). Todos los comisionados eran de la Lombardía o ultramontanos.
No hay ningún miembro perteneciente al grupo de compañeros de San Francisco o frailes
umbros. El hermano Elías no formaba parte de la embajada capitular al Papa 142.
Ningún biógrafo o cronista del siglo XIII, excepto Eccleston, habla de la deposición
de fr. Juan Parenti en el capítulo por parte de los partidarios del hno. Elías y su nueva
elección; o de cómo los partidarios del hno. Elías condujeron a éste desde su habitación al
136
Crónica de los XXIV Generales, en AF III, p. 212.
137
VNBPF 96.
138
Cfr. LM 15,8.
139
Cfr. JORDÁN DE GIANO, Crónica, n. 57.
140
SALIMBENE, Crónica, n. 329.
141
Cfr. TOMÁS DE ECCLESTON, De adventu Fratrum, n. 78.
142
Cfr. ANTONIO RIGON, Antonio da Padova e il minoritismo padano, en I compagni di Francesco e la prima
generazione minoritica. Atti del XIX Convegno internazionale (Assisi, 17-19 ottobre 1991), Spoleto, 1992, p.
189.

EL HERMANO ELÍAS 17
aula capitular, queriéndolo colocar en el puesto del Ministro general, no haciendo caso a San
Antonio ni a ninguno de los ministros provinciales. El pueblo creyó que el escándalo provenía
porque el cuerpo de San Francisco había sido trasladado tres días antes de reunirse los
hermanos. Los perturbadores fueron dispersados por las provincias para que hiciesen
penitencia. El hno. Elías se retiró al eremitorio de las Celdas de Cortona, donde se dejó crecer
la barba y el pelo, y con este disimulo se reconcilió con la Orden y con los hermanos 143.
De acuerdo con Giulia Barone, el tentativo de proclamar General al hno. Elías por
parte de sus seguidores, aunque podría darse que otros autores no lo testimonien para no
escandalizar a los frailes, “el relato no parece muy lógico. Es poco creíble que después de
haberse comportado de manera tan poco ortodoxa, Elías gozase aún de la confianza de los
frailes. Tomás [de Eccleston] escribe después de muchos años, por lo que se habrá podido
formar una leyenda en torno a este acontecimiento” 144.

El hermano Elías Ministro general

La elección
Comienzo con una pregunta: ¿Un Capítulo cismontano, reunido en Asís en 1232,
eligió al hermano Elías Ministro General? Si ocurrió así, la elección es irregular y demasiado
flagrante para ser aprobada canónicamente. De ahí que la Crónica Anónima diga: “Sed non
canonice electus”145. En el Chronicum parvum Fratrum Minorum del Archivo del convento
de San Isidoro se lee: “Anno 1232 celebratur Capitulum Generale Romae in quo absolvitur F.
Johannes Parens a Ministro Generali eique Fr. Elias, sed non canonice electus,
substituitur”146. ¿Cómo se enderezó esta desajustada elección, si es que la hubo?
El mismo Eccleston afirma que en 1232, después de dos años de los desagradables
acontecimientos narrados es elegido Ministro general “por la familiaridad que hubo entre él y
el bienaventurado Francisco”, y aceptada la elección por el Papa Gregorio IX con el fin de dar
continuidad a la línea de San Francisco147.
Jordán de Giano cuenta que en el Capítulo General de Rieti de 1232 se confirmó la
elección del hermano Elías: “Anno Domini 1232 in Generali Capitulo Romae celebrato,
absolutus est frater Joannes Parens, Minister Generalis et ei est frater Helias substitutus”148,
(Roma debe leerse Rieti, lugar donde se celebró el Capítulo General y donde se encontraba
entonces la Corte Pontificia).
Accrocca piensa que el Capítulo general de 1232 no se fundamenta sobre pruebas
totalmente fehacientes, teniendo en cuenta que es elegido el hno. Elías y exonerado fr. Juan
Parenti. Jordán de Giano dice que en ese capítulo se decide la remoción del Ministro
provincial de Sajonia, fr. Juan Inglés de Reading, al que sucede Juan de Pian del Carpine,
hasta esa fecha Ministro provincial de España, lo que significa que era un verdadero Capítulo
general y no un capítulo cismontano. Es difícil explicar, dice Accrocca, que un capítulo
cismontano, a pesar de las afirmaciones de Salimbene, a las que se atienen algunos, decida
sobre la provincia de Sajonia149.
143
Cfr. TOMÁS DE ECCLESTON, De adventu Fratrum, n. 78.
144
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 109.
145
Crónica Anónima, en AF. I, p. 289.
146
IRINEO AFFÓ, Vita di Frate Elia, p. 61.
147 TOMÁS DE ECCLESTÓN, De adventu Fratrum, n. 78. Cfr. MARIA PIA ALBERZONI, o.c., p. 99;

GIULIA BARONE, Da frate Elia agli Spirituali, Milano, 1999 (Fonti e ricerche, XII), p. 45; FILIPPO SEDDA,
o.c., p. 230, sostiene que la amistad que une al hno. Elías con San Francisco se trasluce en la Vida Primera de
Tomás de Celano, donde aparece siete veces.
148
JORDÁN DE GIANO, Crónica, 61.
149
Cfr. FELICE ACCROCCA, Frate Elia ministro generale, p. 65.

EL HERMANO ELÍAS 18
Parece que la elección del hno. Elías se debió llevar a cabo en 1233, como afirma la
bula de Gregorio IX Per Mare Magnum150, del 6 de julio de 1233, dirigida a los amados hijos
fr. Elías, Ministro General de la Orden de los Hermanos Menores y a todos los Ministros
Provinciales de la misma Orden reunidos en Capítulo General. Parece demasiado artificial
alargar el Capítulo general abierto en Pentecostés de 1232 (30 de mayo) hasta el mes de julio
de 1233; mientras que celebrándolo en Pentecostés de 1233, fecha fijada por Gregorio IX y
que aquel año caía el 22 de mayo, después de la elección se podía alargar el capítulo hasta el
6 de julio de dicho año.
Por otra parte concordaría esta fecha con lo que nos han transmitido Jordán de Giano
y Salimbene, que el hno. Elías no celebró capítulo general. Se celebró en 1233, en el que fue
elegido, y en 1239, en el que fue depuesto151.

Hombre de prestigio civil

Tuvo un gran prestigio en el mundo civil. Fue nombrado árbitro de paz entre las
ciudades de Espoleto y Cerreto. Delegará a dos Hermanos Menores: “Haec sunt praecepta
atque mandata quae Michael Ordinis Fratrum Minorum una cum fratre Thoma de consilio,
mandato et voluntate fratris Heliae, Ministri Ordinis Fratrum Minorum, inter Commune
Spoleti ex una parte et Commune Castri Cerreti ex altera, fecit atque praecepit hinc inde,
inviolabiliter observari”. El acta fue firmada en Espoleto, en la iglesia de Santa María, el 10
de agosto de 1233.
Gregorio IX envía al hno. Elías a una misión diplomática a la corte de Federico II en
1238, pues era amigo de ambos y un mediador adecuado 152, porque el emperador había
comenzado la guerra contra los Comunes en 1237, solicitando de él que no continúe la guerra
en Lombardía después de la victoria imperial de Cortenuova (1237). Se detiene en Parma, en
el convento de San Francisco del Prato y recibe a la Orden a Ognibene degli Adami, luego fr.
Salimbene di Adam o de Parma, presentado por fr. Gerardo de Módena. Posteriormente deja
en su Crónica muchas y extensas pinceladas oscuras sobre el hermano Elías. Parece que la
misión pontificia que se le había encomendado no logró sus objetivos. No alcanza la paz en
los términos exigidos por el Pontífice o quizás hubo sospechas de la excesiva
condescendencia del hno. Elías con Federico II153. Federico es excomulgado el Domingo de
Ramos de 1239. Los Hermanos Menores, por encargo de Gregorio IX, predican la Cruzada
contra el emperador.

Los estudios teológicos

Durante el período en que el hno. Elías era Vicario general entraron en la Provincia de
Francia Haimón de Faversham, sacerdote y predicador famoso y maestro del Estudio de París,
y con él otros tres maestros. Todos ellos fueron recibidos por el ministro provincial de
Francia, fr. Gregorio de Nápoles.
El hermano Elías favoreció los estudios en la Orden. Era un hombre culto, pero
siempre defiende los ideales del carisma franciscano. Apoya la conservación de una Orden de
“hermanos”, “una Fraternidad”, no clerical, sin prohibir la entrada de hermanos clérigos

150
BF. I, n. 114, pp. 113-114.
151
Cfr. FELICE ACCROCCA, Frate Elia ministro generale, pp. 65-66; JORDÁN DE GIANO, Crónica, n. 61;
SALIMBENE, Crónica, n. 598.
152
Cfr. SALIMBENE, Crónica, n. 412.
153
Cfr. MARIA PIA ALBERZONI, o.c., pp. 104; GIULIA BARONE, o.c., pp. 78-79.

EL HERMANO ELÍAS 19
como ya lo había hecho Francisco, pero permaneciendo la Orden como una Fraternidad en la
que todos tuviesen cabida.
Ecclestón recuerda que habiendo progresado la Provincia de Inglaterra en los estudios
teológicos, el hno. Elías pidió a dicha Provincia a los hnos. Felipe de Gales y Adán de York
para que enseñaran en Lyon154.
Al favorecer el hno. Elías los estudios de teología es un dato positivo, al mismo
tiempo que representa “un signo de conexión entre el Ministro general y el hermano
Francisco”. Merlo al mismo tiempo que se hace una pregunta: “¿El hermano Elías se sitúa,
por tanto, en continuidad con aquel a quien en vida había ‘servido’ fielmente?”. Él mismo se
responde: “No lo excluiría, como no excluiría que algunas opciones hechas durante su
generalato reflejen su voluntad de permanecer fiel a la ‘persona’ y a la experiencia religiosa
del hermano Francisco”155.

La unión de las Iglesias latina y griega

Durante el generalato del hno. Elías, el Papa Gregorio IX envía a Grecia, para la unión
de las dos Iglesias: la Ortodoxa y la Romana, a Haimón de Faversham y Rodolfo de Reims
con los dominicos Hugo y Pedro. Era entonces ministro provincial de Tierra Santa el hno.
Benito de Arezzo. No se logra nada, y este encuentro tiene un final triste, pues, al retirarse los
legados de la Iglesia de Roma pronunciaron una frase desafortunada: “Vos estis haeretici!”.156

La obra misionera durante el generalato del hermano Elías

El hno. Elías promovió las misiones, tanto entre los sarracenos como entre los infieles.
Fray Jacobo de Russano es enviado con otros compañeros a Georgia.
De acuerdo con la fecha del Capítulo general, celebrado el 22 de mayo de 1233, sólo
la última bula de una serie expedida ese año y dirigidas a las missiones en tierras de
sarracenos o de infieles, es enviada después de la elección del hno. Elías.
Del año 1233 son cinco bulas dirigidas a “Fratribus Ordinis Minorum in terram
Saracenorum proficiscentibus” o "Saracenorum et aliorum infidelium proficiscentibus”. En la
bula Animarum salutem157, del 24 de marzo de 1233, se concede a los presbíteros el poder
absolver a los cristianos que viven entre los sarracenos, imponerles una penitencia saludable y
absolverles de eventuales sentencias de excomunión. Con el mismo título y contenido es la
del 6 de mayo de 1233158.
La bula Cum messis multa159, del 8 de abril de 1233, es enviada a los misioneros que
viven entre georgianos, sarracenos y otros infieles, por la que se les concede el poderse
relacionar con excomulgados, para la salvación de su alma; y los sacerdotes pueden absolver
de la excomunión si vuelven a la Iglesia Romana. La misma bula es enviada el 17 de mayo de
1233160.
La bula Pro zelo fidei161, expedida el 17 de mayo de 1233, y luego enviada de nuevo,
el 30 de enero de 1238162 y el 13 de abril de 1238163, por las que se concede a los sacerdotes
154
Cfr. TOMÁS DE ECCLESTON, De adventu Fratrum, n. 65.
155
GRADO GIOVANNI GRADO, En el nombre de Francisco de Asís. Historia de los Hermanos Menores y del
franciscanismo hasta los comienzos del siglo XVI, Aránzazu 2005, pp. 167-168.
156
Cfr. TOMÁS DE ECCLESTON, De adventu Fratrum, n. 32.
157
Cfr. BF. I, n. 95, p. 100.
158
Cfr. BF I, n. 100, p. 102.
159
Cfr. BF I, n. 97, pp. 100-101.
160
Cfr. BF I, n. 102, p. 103.
161
Cfr. BF. I, n. 101, p. 103.

EL HERMANO ELÍAS 20
el poder bautizar, acogiéndoles en la Iglesia; el poder absolver y reconciliar con la Iglesia a
quienes deseen volver al seno de la misma.
La bula Cum hora undecima164, es enviada a los Hermanos Menores residentes en
tierras de sarracenos, paganos, griegos, búlgaros, cumanos y otros infieles, el 11 de junio de
1239, después de la deposición del hno. Elías, con una serie de privilegios. A los Dominicos
había sido enviada el 14 de febrero de 1235. Es más ágil en algunos aspectos la relación con
los excomulgados, no siendo necesario el consejo de los Ordinarios, si no es fácil acceder a
ellos. A los Hermanos Menores, en esta última bula, se les concede algunos privilegios que no
contenía la bula enderezada a los Dominicos. El contenido de la bula será mejorado y
ampliado a los Hermanos Menores con la bula del mismo nombre165, del 21-22 de marzo de
1245, y a los Dominicos en 1253 por el papa Inocencio IV.
Ese mismo año de 1233 se llevan a cabo también tres misiones político-religiosas a
petición de la Santa Sede: al Sultán de Damasco, Imalek-el-Ascerat, hermano de
Malek-el-Kamel, amigo de San Francisco, con la bula Coelestis altitudo166, del 15 de febrero
de 1233; al rey de Georgia, con la bula Cum fit omnis167, del 11 de abril de 1233; al Sultán de
Marruecos con la bula “In aliis litteris”168, del 27 de mayo de 1233.
En el año 1235 se abre una misión en Túnez con la bula “Nobilitatis tuae” 169, del 15
de mayo de 1235, dirigida al rey de Túnez; y en 1238 otra en Alepo, con la bula “Auctoritate
vobis”170, del 7 de junio de 1238, por medio del hno. Manaserio, fraile menor.

El hermano Elías y su relación con Clara de Asís y su hermana Inés

María Pía Alberzoni opina que la carta de Inés de Asís a su hermana Clara, fue escrita
desde Monteluce de Perugia, para cuyo monasterio obtuvo el Privilegium paupertatis, el 16
de junio de 1229171, y en la que la ruega “que pidáis al hno. Elías que se sienta obligado a
visitarme muy a menudo, para consolarme en el Señor” 172. Lo que quiere decir que ya la
visitaba.
El hno. Elías era un laico, por lo que no podemos decir que la relación con Clara de
Asís y su hermana Inés fuese de orden litúrgico-sacramental, sino más bien de orden
carismático-exhortativo al amor de Dios y a mantener viva la memoria de Francisco y sus
enseñanzas, que para Clara y sus hermanas era el verdadero punto de referencia y verdadera
regla. El hno. Elías hizo de puente entre Clara y las enseñanzas de Francisco, entre Clara y la
Orden de los Hermanos Menores, hasta merecer el título de pater de parte de Clara, título
reservado hasta entonces a San Francisco173.
La misma centralidad del hno. Elías se halla en la carta escrita por Inés de Asís a su
hermana Clara. Tradicionalmente se supone escrita esta carta desde Santa María de San
Sepolcro de Monticelli, junto a Florencia, donde se encontraba Inés por voluntad de Francisco

162
Cfr. BF I, n. 245, p. 231.
163
Cfr. BF I, n. 254, p. 236.
164
Cfr. BF I, n. 296, pp. 269-270.
165
Cfr. BF I, n. 80, pp. 360-361.
166
Cfr. BF I, n. 87, pp. 93-96.
167
Cfr. BF I, n. 99, p. 102.
168
Cfr. BF. I, n. 106, pp. 106-107.
169
Cfr. BF. I, n. 164, pp. 155-156.
170
Cfr. BF. I, n. 266, p. 245.
171
Cfr. BF I, n. 36, p. 50.
172
Carta de Santa Inés a su hermana Santa Clara, en Escritos de Santa Clara y documentos complementarios,
p. 371.
173
RCl 6,2; TestCl 30, 36, 40, 47, 50, 52, 75, 77, 79; 1C. 117; LP 13; EP 108.

EL HERMANO ELÍAS 21
(o del hno. Elías) y de Gregorio IX, para informar al monasterio en la espiritualidad de las
Damianitas. Primero fue Maestra de novicias y luego abadesa. La carta debió ser escrita entre
el 1230-1234174, probablemente durante el generalato del hno. Elías. Wadding y Sbaraglia la
datan en 1221, mientras que Cristofani coloca la fecha dos años antes, en 1219. El contenido
de la carta parece manifestar haber obtenido el privilegio de la pobreza175. La bula de
Gregorio IX es la Quoniam, ut ait,176 del 1 de mayo de 1230, lo que hace suponer que Inés fue
a Monticelli después de la muerte de San Francisco, es decir, después de obtenido el
‘privilegium paupertatis’, el 1228-1229177, ruega que el hno. Elías se sienta obligado a
visitarla muy a menudo. Lo que indica que el hno. Elías, mientras realizaba la obra
arquitectónica de la Basílica de Asís, visitaba el monasterio y su relación con las monjas
debía ser buena o muy buena, ya que Inés procura hallar consuelo en un momento de dolor y
desconsuelo por el alejamiento de San Damián. Por otra parte, la carta confirma la
familiaridad entre Santa Clara y el hno. Elías. De lo que parece deducirse que el hno. Elías
debió desarrollar un papel activo de relación entre el monasterio de San Damián y las
“fundaciones clarianas” que se distinguían de aquellas “hugolinianas”, directamente sujetas a
la Sede Apostólica178.

Participación del hermano Elías en la expansión del carisma clariano

La elección del hno. Elías como Ministro general permite a Clara mantenerse en los
dos puntos en los que se había enfrentado a Gregorio IX: la vida de pobreza y la unión con la
Orden de los Hermanos Menores, de la que ella consideraba formar parte.
“El profundo acuerdo con el hno. Elías, además de asegurar a las hermanas la vital
relación con los Hermanos Menores, ofrecía la posibilidad, gracias a la itinerancia y a la
predicación de los hermanos, de dar a conocer fuera de Asís y de la región circundante el
modelo de vida religiosa femenina propuesto por Francisco” 179.
La estima y confianza que Clara nutría por el hno. Elías se puede comparar a la del
hno. León, que estuvo permanentemente al lado de Clara, hasta el día de su muerte180.
Santa Clara pide a Inés de Praga que se dirija en sus dudas al hno. Elías, que con sus
consejos, la podría ser de gran ayuda: “para avanzar con mayor seguridad en el camino de los
mandatos del Señor, sigue en esto el consejo de nuestro venerable padre el hermano Elías,
ministro general; antepón su consejo al de todos los demás, y tenlo por más preciado que
cualquier regalo”181.

174
Cfr. Escritos de Santa Clara y documentos complementarios, p. 368.
175
“Os hago saber que el señor Papa ha accedido en todo y por todo a los que yo había expuesto y querido, según
la intención vuestra y mía, en el asunto que ya sabéis, es decir, en la cuestión de las propiedades”. Carta de Santa
Inés a su hermana Santa Clara, en Escritos de Santa Clara y documentos complementarios, p. 371.
176
BF I, n. 50, p. 62.
177
Cfr. Escritos de Santa Clara y documentos complementarios, p. 368; CHIARA AUGUSTA LAINATI, Santa
Chiara di Assisi, p. 119; ROBERTO RUSCONI, L’espansione del francescanesimo femminile nel secolo XIII,
Assisi 1980, p. 276, nota 35, supone la carta escrita entre 1230-1234. La carta carece de una prueba que haya
sido escrita desde Florencia. Por otra parte, Santa Inés estuvo en Monticelli después de 1228, lo que hace suponer
que la Santa se encontraba en Monteluce (Perusa). Es más, a petición de Santa Inés de Asís, el monasterio obtuvo
el privilegio de la pobreza el 16 de junio de 1229 (BF I, n. 36, p. 30), cuya superiora, que no se designa abadesa,
se llama Inés (Cfr. MARIA PIA ALBERZONI, Chiara e il papato, p. 120, nota 70; IDEM, Chiara di Assisi e il
francescanesimo femminile, en Francesco d’Assisi e il primo secolo di storia francescana, Torino 1997, pp. 203-
235).
178
Cfr. MARIA PIA ALBERZONI, Chiara e il papato, pp. 74-75; FILIPPO SEDDA, o.c., p. 238.
179
Cfr. MARIA PIA ALBERZONI, o.c., p. 101.
180 Cfr. LCl 45.
181
2CtaCl 15-16.

EL HERMANO ELÍAS 22
Podemos pensar que ciertamente Clara desconoce la conducta de Elías, viviendo,
como vive, en clausura. Lo que quiere decir que no le habían llegado noticias que la indujeran
a cambiar o abandonar tal actitud. Por otra parte, Clara no se dirige al hombre Elías
simplemente, sino al hno. Elías con el cargo que lleva consigo de Ministro general de la
Orden de los Hermanos Menores, “a la que Clara quiere y siente que pertenece”182.
Giulia Barone opina que Clara no estaba al corriente de la situación del hno. Elías
fuera de San Damián183, como si la lucha por la aprobación de la Regla y el carteo con Inés de
Praga no demostrasen lo contrario. Parece que la amistad de Clara y el hno. Elías se deba ver
en la coordinación y difusión del modelo ofrecido por el monasterio asisiense, el modelo que
se procuraba tutelar en el espíritu de Francisco 184. María Pía Alberzoni llega a la conclusión
que éste es el papel fundamental que el hno. Elías pagó en relación con el monasterio de San
Damián: “Retengo posible admitir como hipótesis que uno de los motivos que llevó a la
definitiva ruptura entre el hno. Elías y Gregorio IX ha sido el desapunto del Papa frente al
tentativo de dar a conocer y difundir fuera de los confines de la Umbría el modelo de vida
religiosa vivido por Clara en San Damián, mientras que el Papa y la Curia Romana -
particularmente el cardenal Rainaldo de Ostia, ahora encargado del cuidado de los
monasterios ‘papales’- procuraban difundir no sólo en la península italiana, sino también más
allá de los Alpes el monacato promovido por la Sede Apostólica y que, a partir de 1235, se
llamará Orden de San Damián, con clara referencia (pero al mismo tiempo muy ambigua) a la
vida religiosa femenina unida a la experiencia de Francisco y de sus Hermanos” 185.
A través de la bula Angelis gaudium186, del 11 de mayo de 1238, dirigida a Inés de
Praga, el Papa veladamente acusa al hno. Elías, cuando escribe: “alguno que tiene el celo,
pero no según la ciencia” necesaria para discernir 187. Lo que indica que el modo de obrar de
Clara y del hno. Elías minaba el proyecto de reglamentación y unificación del nuevo
monacato femenino sostenido por la Santa Sede. Con esta bula, Gregorio IX pone fin a la
esperanza de Clara e Inés de Praga de poder introducir el estilo de vida de San Damián en el
monasterio de Praga188.
La segunda carta de Clara de Asís a Inés de Praga está escrita entre el 1234-1238,
antes de la bula Angelis gaudium, del 11 de mayo de 1238, por la que Gregorio IX obliga a
Inés de Praga a observar la forma vitae conocida como Constitutiones hugolinianae. Emore
Paoli dice que pudo haber sido escrita la segunda carta de Santa Clara en el período sucesivo
a la primavera de 1237189. En esta carta se nombra al hno. Elías, es decir, durante su
generalato. Habla del tema de la pobreza, y parece ser que Inés de Praga está siendo
presionada para adherirse a una forma de pobreza menos franciscana y clariana190. En la bula
Angelis gaudium, donde aparece la expresión ab aliquo191, el Papa parece referirse más al
hno. Elías que a Clara, aunque el pronombre es indeterminado 192. Además, colocando el
acento en “forte zelum, sed secundum scientiam non habente”, se puede referir al hno. Elías,

182
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 110.
183
Cfr. GIULIA BARONE, o.c., p. 110.
184
Cfr. MARIA PIA ALBERZONI, o.c., p. 77.
185
MARIA PIA ALBERZONI, o.c., pp. 102-103; Cfr. GIULIA BARONE, Da frate Elia agli Spirituali, p. 46.
186
Cfr. BF I, n. 264, pp. 242-244.
187
“Et prudenter advertens, quod quidquid tibi fuggeratur ab aliquo forte zelum, sed secundum scientiam non
habente”. Bula Angelis gaudium, BF I, n. 264, p. 243.
188
Cfr. MARIA PIA ALBERZONI, o.c., pp. 104.
189
Cfr. EMORE PAOLI, Introduzione Opuscola Clarae Assisiensis, en Fontes, 2226.
190
Cfr. 2CtaCl 15-17.
191
Cfr. BF I, n. 246, p. 243.
192
Cfr. MARIA PIA ALBERZONI, Chiara e il papato, pp. 81-82.

EL HERMANO ELÍAS 23
en cuanto no era clérigo, por lo que depone a desventaja de la propia ciencia 193. Por ese
tiempo, 1238, el hno. Elías, por el hecho de no ser clérigo, era combatido.
Giovanni Pozzi observa que al centro de la segunda carta de Clara se halla la
referencia al hno. Elías, en cuanto la exhortación a escuchar a Elías es el nudo de la narración
en torno al cual, de manera concéntrica, se colocan las otras exhortaciones 194.

Relación de Federico II y el hermano Elías

Una muestra de la amistad del hno. Elías con el emperador Federico II es la carta,
fechada el 17 de mayo de 1236, en la que el Emperador después de participar a la traslación
del cuerpo de Santa Isabel de Hungría o de Turingia, de honrarla y colocarla una corona de
oro en su cabeza, escribe al hno. Elías195. En esta carta subraya la vida ejemplar de Santa
Isabel, sus nobles virtudes y sus milagros, e indica que entre él y la Santa existe una cierta
parentela de nobleza. A continuación pide al hno. Elías que rece por él y que la petición la
haga extensible a todos los franciscanos.
Federico intenta, por una parte, demostrar su ortodoxia, tratando de la vida y milagros
de Santa Isabel y, por otra, procura atraerse la estima y la amistad de una Orden extendida por
toda Europa, cuando sus relaciones con la Santa Sede atravesaban un período de serenidad.

Relación de Roberto Grossatesta y el hermano Elías

La amistad de Roberto Grossatesta con el hno. Elías se percibe a través de las dos
cartas que escribe al Ministro general de los Hermanos Menores 196. La primera parece que es
de 1236 y la segunda de 1237. El obispo de Lincoln quiere reformar su gran diócesis y recurre
a los franciscanos, a los que había acogido en Oxford y había dado clases en su estudio,
porque les considera personas abiertas, formados y capaces de predicar, ante la carencia de
clero en algunas de sus parroquias y porque no se fia de sus clérigos ignorantes. En sus visitas
pastorales había depuesto a 7 abades y a 4 priores, y se hallaba en controversia con el
Capítulo catedralicio, tema que se alarga hasta el 1245. Grossatesta pide ayuda al hno. Elías
en sus cartas, manifestando su amistad al Ministro general en su segunda carta.
Busca el apoyo del hno. Elías, posiblemente desconociendo el comportamiento del
hno. Elías en su relación con los frailes. Es cierto también que en el momento de la crisis, que
amenazaba el desarrollo del movimiento franciscano inglés, pocos años después, Grossatesta
cambia de actitud, “pero también entonces no llegó a condenar resueltamente al General” 197.
Roberto Grossatesta debió admirar la organización y la capacidad de expansión demostrada
por la Orden bajo la guía del hno. Elías.
Otro obispo, del que desconocemos hasta qué punto y en qué condiciones mantuvo su
amistad con el hno. Elías, es Lucas de Tuy, obispo de esta ciudad. En su libro De altera vita
fideique controversiis adversus Albigensium errores libri tres, nos ha dejado unas pinceladas
excelentes sobre el hno. Elías: “Quae narrante viro sanctissimo frate Helia sucessore

193
Cfr. THÉOPHILE DESBONNET, Dalla Intuizione all’istituzione, Francescani, Milano 1986, pp. 143-169.
194
Cfr. GIOVANNI POZZI e BEATRICE RIMA, Lettere ad Agnese. La visione dello specchio, Milano 1999, p.
233.
195
Por el modo de usar el cursus, la carta podría haber sido escrita por Pier delle Vigne, que había entrado en el
séquito de Federico II en 1221.
196
HENRY RICHARDS LUARD, Roberti Grosseteste epistolae, London 1861, nn. 31 y 41.
197
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 113.

EL HERMANO ELÍAS 24
beatissimi Patris Francisci didici, litteris tradere dignum duxi”. Y en el capítulo siguiente
añade: “Narrante eodem praedicto frate Helia venerabili viro didici”198.

Gregorio IX protector de la Orden de los Hermanos Menores

Durante el generalato del hno. Elías son pocas las bulas dirigidas al Ministro general
de los Hermanos Menores. La razón es que el hno. Elías, de acuerdo con el mandato, “por
obediencia”, de Francisco en su Testamento, no va a pedir a la Curia Romana escrito alguno o
privilegio199. Con todo, constatamos la presencia de un buen número de documentos bulados
de la Santa Sede dirigidos a favor de algunos conventos o hermanos menores por
circunstancias diversas. Lo que me hace pensar que Gregorio IX continuó siendo, de verdad,
el protector de la Orden.
Así, pues, nos encontramos que el 21 de mayo de 1233, Gregorio IX escribe la bula Et
si necesse fit200 a los obispos de Viseu, Lameo y al prior de Guimaraes, para que obren contra
los Canónigos Regulares de Santa Cruz de Coimbra que perseguían “in modo improprio” a
los Hermanos Menores por su vida insigne, sus constituciones, los milagros y la refutación de
la herejía.
El Pontífice escribe la bula Intelleximus cum dolore201 al prior de la canónica de Santa
Cruz de Coimbra, el 11 de julio de 1233, afirmando que “Cristo nace en la Orden de los
Hermanos Menores y otorga vitalidad a una innumerable multitud con el ejemplo, la doctrina
y los milagros”202. La Orden colaboraba a un renacer de Cristo, desde el momento que sus
miembros ayudan a nacer a Cristo en las almas, pues como escribe Tomás de Celano: “puesto
que el niño Jesús, sepultado en el olvido en muchos corazones, resucitó por su gracia, por
medio de su siervo Francisco, y su imagen quedó grabada en los corazones enamorados”203.
Por la bula Gratum gerimus204, del 3 de julio de 1233, dirigida al arzobispo de Tours y
al obispo de Rouen, les pide que defiendan a los Hermanos Menores contra los monjes del
monasterio Virgiliacense, pidiéndoles que reconstruyan el convento de los Frailes Menores
dentro de la ciudad o fuera de ella, al lado de las murallas, pues los frailes de este convento
no reciben estipendios por la misa, ni décimas, ni primicias, tan sólo tienen sepultura
eclesiástica para sus hermanos205.
Por la bula Attendentes dilecti filii 206, del 6 de octubre de 1234, Gregorio IX pide al
arzobispo de Milán, que los Hermanos Menores puedan construir sin dificultad en el lugar
recibido de Gallarate.
Con la bula Justis petentium207, del 17 de enero de 1235, el Papa confirma la
concesión de la iglesia de San Lorenzo, hecha por el obispo de la diócesis de Aversa a los
Hermanos Menores.

198
Cfr. LUCAS DE TUY, De altera vita, fideique controversiis adversus Albigensium errores libri tres,
impresos por Margarino de la Bigne, ed. Lugduni 1677, t. XXV, lib. III, cap. XIV y cap. XV.
199
Cfr. Test 25.
200
Cfr. BF I, n. 104, p. 105.
201
Cfr. BF I, n. 115, pp. 114-115.
202
“Quia Christus in Fratrum Minorum Ordine nascitur; et salutem innumerae moltitudinis exemplo, doctrina et
miraculis operatur”. BF I, n. 115, p. 114.
203
1C 86.
204 Cfr. BF I, n. 110, pp. 110-111.
205
“In quo loco fratres praedicti oblationes in Missa non recipiunt ad altare; nec decimas, nec primitias ibidem
percipient; nec habebunt nisi tantum pro suis fratribus ecclesiasticam sepolturam”. BF I, n. 110, p. 111.
206
Cfr. BF I, n. 144, p. 138.
207
Cfr. BF I, n. 152, pp. 144-145.

EL HERMANO ELÍAS 25
Por la bula Cum a nobis208, del 8 de abril de 1236, el Papa confirma la compra de la
viña a los monjes de Santa María de Nobaria, hecha por los Hermanos Menores de Messina.
Grgeorio IX escribe la bula Attendentes, quod illius209, el 22 de mayo de 1236, a los
obispos de Melfi y Bitonto, para que se informen sobre la conducta del arzobispo de Trani
para con los frailes Predicadores y Menores.
El 28 de mayo de 1236, Gregorio IX escribe al Podestà, Consejo y Pueblo boloñeses la
bula Spes grandior210, del 28 de mayo de 1236, felicitándoles por haber concedido a los
Hermanos Menores un lugar dentro de la ciudad para construir, y exhortándoles a que les
ayuden en la construcción. Pocos días después, el 2 de junio de 1236, por la bula Illius, qui211,
escrita al Arcipreste de la catedral de Bolonia, el Papa pide que parte de las ganancias
logradas por la usura, cuando se desconoce la persona o la familia, se encaucen para
continuar la construcción de la iglesia y la casa de estudio de los Hermanos Menores de
Bolonia.
El 27 de octubre de 1236, Gregorio IX escribe al obispo de Siena la bula
212
Dilecti filii , para que ayude a los Hermanos Menores a trasladarse a la iglesia de San Pedro
ad Ovile.
Por la bula Religio Vestra213, del 9 de diciembre de 1236, el Papa concede al Ministro
provincial y a los Hermanos Menores de Viterbo el lugar del Castro del Santo Ángel, dentro
de los muros de la ciudad, adquirido por él, por la santa vida de los Hermanos Menores, más
excelente que la de las otras Órdenes214.
Por la bula Sub religionis habitu215, del 6 de agosto de 1238, el papa Gregorio IX se
dirige al Obispo, Decano y Maestrescuela de Orense para que protejan a los Hermanos
Menores de las vejaciones del clero de la provincia de Braga.
En la misma fecha escribe la bula Arbitrantes indignum216 a los mismos destinatarios
para que defiendan a los bienhechores de los Hermanos Menores contra los atropellos
cometidos contra ellos en la provincia eclesiástica de Braga.
Estos privilegios del papa Gregorio IX no son actos sugeridos o solicitados por el hno.
Elías, sino más bien peticiones hechas por los ministros provinciales o las fraternidades de
determinados lugares, ya que el hno. Elías no quería abdicar de los mandatos de Francisco,
aunque el Testamento no era obligatorio observarlo como había indicado la Quo elongati217.

Fidelidad del hno. Elías al carisma de Francisco

La acusa de mitigar la Regla, de enriquecerse personalmente y hacer próspera la


Orden a través de privilegios, con la que se quiere manchar la memoria del hno. Elías, cae por
su peso, ya que la documentación es muy explícita en el período de su generalato. Durante
este tiempo no hay peticiones de privilegios por parte del Ministro general, ni concesiones

208
Cfr. BF I, n. 196, p. 191.
209
Cfr. BF I, n. 198, pp. 194-195.
210
Cfr. BF I, n. 200, pp. 195-196.
211
Cfr. BF I, n. 201, pp. 196-197.
212
Cfr. BF I, n. 211, p. 206.
213
Cfr. BF I, n. 215, p. 209.
214
“Religio vestra, quae per opera sanctitatis se Deo mundam, et immaculatam exhibet; et catholicos ad coeli
patriam verbo, et exemplo perducens in domo Domini candelabri more lucet; eo fortius humanis est extollenda
favoribus, quo magis ipsius Ordo terrena despiciens in oculis Redemptoris omnium est acceptus”. BF I, n. 215, p.
209.
215
Cfr. BF I, n. 269, p. 246.
216
Cfr. BF I, n. 270, p. 246.
217 Cfr. BF I, n. 56, pp. 68-70.

EL HERMANO ELÍAS 26
relevantes a la Orden por parte de la Santa Sede, como ya subrayaba Lempp. Basta
confrontar, como hace Thomson218 y Accrocca, que entre el 1232, aunque pienso que
debemos contar a partir de la bula de Gregorio IX al capítulo de los Hermanos Menores, en
julio de 1233, a mayo de 1239, fecha de la deposición del hno. Elías, la Curia Romana envía
al Ministro general o al Ministro general y a la Orden de los Hermanos Menores 219, menos
documentos papales que los dirigidos al Ministro general o al Ministro general y Hermanos
Menores durante el servicio a toda la Orden del hno. Haimón de Faversham220, es decir, de
abril de 1240 a junio de 1244.

218
WILLIELL R. THOMSON, Checklist of Papal letters relating to the Orders of St. Francis. Innocent III -
Alexander IV, Grottaferrata (Roma), 1971: nn. 187, 188, 190, 195, 196, 206, 215, 278, 291, 294, 298, 319, 333,
336, 349, 356, 408, 412, 418 (durante el generalato del hno. Elías); nn. 476,481, 502, 513, 527, 529, 530, 533,
534, 535, 538, 539, 542, 545, 548, 550, 553, 554, 556, 557 (durante el generalato de Aimon de Faversham).
219 Ita vobis (9-III-1233), Gregorio IX concede a los hermanos menores sepultura en el lugar donde viven [BF I,

n. 92, p. 99]; Devotionis vestrae (10-III-1233), concede a los Hermanos Menores el poder celebrar los oficios
divinos en las iglesias de la Orden a puerta cerrada en tiempo de entredicho general [BF I, n. 93, p. 99]; Per mare
magnum (16-VII-1233), al hno. Elías y a los Ministros provinciales reunidos en Capítulo general: les pide
oraciones por la Iglesia universal, por su persona y por el alma del arzobispo de Magdeburgo [BF I, n. 114, pp.
113-114]; Cum jam (18-VII-1235), al Ministro general y a todos los Hermanos Menores: no pueden reunirse si
no se hace mención explícita de la Orden [BF I, n. 174, p. 167]; Cum jam (21-II-1236), al Ministro general y a
todos los Hermanos Menores, con el mismo contenido de la anterior [BF I, n. 189, p. 184]; Quieti vestrae (25-II-
1236), al Ministro general y demás hermanos de la Orden de Hermanos Menores: no reciban comisiones de
causas o ejecuciones de sentencias, si no se hace mención expecial de este indulto [BF I, n. 190, pp. 184-185];
Non solum (13-VII-1236), al Ministro general y Hermanos de la Orden de los Menores: Se prohibe hacer la
profesión durante el año de probación o prohibir pasar a otra religión [BF I, n. 203, p. 198]; Licet olim (6-XI-
1236), al Ministro general y a los Hermanos de la Orden de los Menores: determina que los hermanos
Predicadores que pasan a los Menores no deben ser devueltos a su Orden; cosa semejante se haga con los
Hermanos Menores [BF I, n. 212, p. 206]; Cum secundum consilium (16-I-1238), al hno. Elías, Ministro
general, Ministros provinciales y Custodios de la Orden de los Menores: no se admita a la profesión antes del
año de probación; hecha la profesión no salgan; los que se han salido no sean recibidos por cualquiera, el
vagavundo que viste el hábito sea castigado [BF I, n. 244, p. 231]; Cum secundum consilium (23-III-1238), al
Ministro general y Ministros provinciales y Custodios: con las recomendaciones de la anterior [BF I, n. 251, p.
235]; Sedes Apostolica (7-IV-1239), a los Ministros y Hermanos de la Orden de los Menores: no se proteja al
emperador Federico II, excomulgado, y se haga pública la excomunión los domingos y los viernes [BF I, n. 291,
pp. 260-263].
220
Qui postposita (22-IV-1240), al Ministro general y a todos los Hermanos Menores: los Hermanos Menores
no formen parte de comisiones [BF I, n. 309, p. 277]; A nobis humiliter (-XI-1240), a los Ministros de los
Hermanos Menores: les concede facultad de absolver de la excomunión por sí o por otro a los hermanos súbditos
[BF I, n. 321, p. 285]; Cum secundum consilium (-XI-1240), al Ministro general y a los Ministros provinciales y
Custodios: que no admitan a la profesión antes del año de probación [BF I, n. 322, p. 285]; Devotionis vestrae (-
XI-1240), a los Hermanos Menores: en tiempo de entredicho general pueden celebrar los divinos oficios en sus
iglesias “servatis servandis” [BF I, n. 323, p. 285]; Prohibente Regula vestra (12-XII-1240), al Ministro general
y a los Hermanos Menores, dispensa del precepto de la Regla y faculta a los Ministros provinciales en sus
capítulos instituir predicadores [BF I, n. 325, p. 287]; In jure canonico (12-XII-1240), al Ministro general y a los
Ministros provinciales: concede facultad para absolver de excomunión a los hermanos súbditos [BF I, n. 326, p.
288]; Cupientes nobis (13-XII-1240), al Ministro general, al Ministro provincial de la Provincia de San
Francisco y al Custodio de Asís: elijan al procurador del convento con el consejo de los peritos [BF I, n. 327, p.
288]; Quia confusio (13-XII-1240), al Ministro general de los Hermanos Menores: ni el hábito de la Orden o
uno semejante lo lleven los de fuera [BF I, n. 328, p. 289]; Inducimur piae (21-II-1241), al Ministro general y a
los Hermanos Menores: prohibe a los prelados exigir obediencia manual (ordinaria) a los Hermanos Menores [BF
I, n. 332, pp. 290-291]; Qui postposita (27-IV-12419), al Ministro general y a los Hermanos Menores: los
Hermanos Menores no formen parte de comisiones [BF I, n. 338, p. 294]; Licet ad hoc (6-VI-1241), al Ministro
general y Ministros provinciales de los Hermanos Menores: les concede facultad de absolver a sus súbditos de
censuras [BF I, n. 341, pp. 295-296]; Pio vestro (7-VI-1241), al Ministro general y a los Hermanos Menores:
que los Hermanos Menores reciten el Oficio Divino según el Breviario corregido [BF I, n. 342, p. 296];
Gloriantibus vobis (19-VI-1241), al Ministro general y a los Ministros provinciales de los Hermanos Menores:
pueden delegar el oficio de recibir a los que vienen a la Orden con el consejo de los hermanos peritos [BF I, n.

EL HERMANO ELÍAS 27
La fidelidad a Francisco se entiende también en su línea de gobierno, en el consenso
con los hermanos de la península italiana, mientras crece el número de problemas con los
hermanos clérigos y doctos del norte de Europa, sobre todo de París, Oxford, en línea con los
horizontes culturales y políticos europeos221.
Las explicaciones de la Regla se obtuvieron antes o después del generalato del hno.
Elías, no durante su ministerio.
Accrocca afirma que el hno. Elías nos deja la imagen de un hombre fuertemente unido
a Francisco, un conservador, plantado en la Regla no bulada [no me parece adecuada la
visión, porque la que está en vigor y necesita una actualización, ya iniciada con la “Quo
elongati”, es la Regla bulada, ya que ambas Reglas mantienen la misma expresión en este
punto222], llegando a identificar la vida franciscana con la experiencia vivida de los primeros
años de la Orden. Un hombre inteligente pero de visión parcial de las cosas. De un carácter
fuerte, que pudo terminar en poco tiempo la Basílica y el Sacro Convento, pero también causa
de descontento y de enfrentamientos. “Su límite más vistoso, el no haber comprendido su
tiempo”223.

344, p. 298]; Vobis extremam (20-VI-1241), al Ministro general y a los Hermanos Menores: hacer copia para los
hermanos que viven en tierras de excomulgados; en aquellas tierras pueden recibir lo necesario para la vida [BF I,
n. 345, pp. 298-299]; Licet ad hoc (26-IX-1243), concede a los Ministros provinciales la facultad de absolver a
sus súbditos [BF I, n. 9, p. 311]; Nos attendentes (7-X-1243), a los Hermanos Menores: les concede oratorio con
altar móbil para celebrar las misas solemnes y los otros oficios [BF I, n. 10, p. 311]; Quieti vestrae (9-X-1243), al
Ministro general y a los Hermanos Menores: no formar parte de las comisiones [BF I, n. 11, p. 311]; Vobis
extremam (9-X-1343), al Ministro general y a los Hermanos Menores: pueden habitar en tierras de
excomulgados y recibir de éstos lo necesario para la vida [BF I, n. 12, p. 311]; Licet ad hoc (30-X-1243), al
Ministro general y a los Ministros provinciales de los Hermanos Menores: les concede facultad de absolver a sus
súbditos de las censuras eclesiásticas [BF I, n. 14, p. 312]; Quia confusio (20-XI-1243), al Ministro general y a
los Hermanos Menores: nadie que no sea miembro de la Orden puede llevar el hábito de la Orden o uno
semejante [BF I, n. 19, p. 317]; Vobis extremam (20-XI-1243), al Ministro general y a los Hermanos Menores:
pueden vivir en tierras de excomulgados y recibir de éstos lo necesario para la vida [BF I, n. 20, p. 318];
Devotionis vestrae (20-XI-1243), al Ministro general y a los Hermanos Menores: en tiempo de entredicho
general, los Hermanos Menores pueden celebrar los oficios divinos en las iglesias de su Orden [BF I, n. 21, p.
318]; Cum jam (21-XI-1243), al Ministro general y a los Hermanos Menores: no pueden reunirse los Hermanos
Menores si no es con indulto [BF I, n. 22, p. 318]; Cum jam (22-XII-1243), al Ministro general y a los
Hermanos Menores: con el contenido de la anterior [BF I, n. 29, pp. 322-323]; In jure (25-XII-1243), al
Ministro general y a los Ministros provinciales de la Orden de los Hermanos Menores: pueden absolver a sus
súbditos de la sentencia de excomunión en la Orden, o recibida antes de su ingreso en la Orden [BF I, n. 30, p.
323]; Quo vos (21-IV-1244), al Ministro [general] y a los Hermanos de la Orden de los Hermanos Menores:
prohibe la recepción de hermanos Predicadores en la Orden [BF I, n. 36, pp. 327-328]; Non solum (17-VI-1244),
al Ministro general y a los Hermanos de la Orden de los Hermanos Menores: prohibe la recepción a la profesión
dentro del año de la probación o se prohiba el paso a otra Religión [BF I, n. 48, pp. 342-343]; Pio vestro (20-VI-
1244), al Ministro general y a todos los Hermanos Menores: los Hermanos Menores fuera de su conveto, puedan
rezar el Oficio Divino de otros [BF I, n. 50, pp. 344]; Ita vobis (20-VI-1244), al Ministro general y a los
Hermanos de la Orden de los Menores: Los hermanos, en los lugares en los que moran, tengan libre sepultura
[BF I, n. 51, pp. 344]; Quieti vestrae (22-VI-1244), al Ministro general, a los Ministros provinciales y a los
demás Hermanos de la Orden de Hermanos Menores: no reciban ejecuciones de causas o de sentencias, a no ser
que se haga mención en las cartas apostólicas [BF I, n. 52, p. 345]; Meminimus, vobis (24-VI-1244), al Ministro
general y a los Hermanos de la Orden de los Hermanos Menores: no reciban a hermanos Predicadores y no
reciban a la profesión antes del año de probación [BF I, n. 53, pp. 345-346]; Vobis extremam (25-VI-1244), al
Ministro general y a todos los Hermanos de la Orden de los Hermanos Menores: los hermanos pueden morar en
tierras de excomulgados y recibir de ellos lo necesario para vivir [BF I, n. 55, p. 346].
221
Cfr. GIULIA BARONE, Da frate Elia agli Spirituali, pp. 45-50.
222
“Todos los ministros que están en las regiones ultramarinas y ultramontanas vendrán una vez cada tres años,...,
a no ser que el ministro y siervo de toda la fraternidad haya ordenado otra cosa”. Rnb 18,2. “Y esto una vez cada
tres años o en otro plazo mayor o menor, según fuere ordenado por dicho ministro”. Rb 8,3.
223
Cfr. FELICE ACCROCCA, Frate Elia ministro generale, p. 89.

EL HERMANO ELÍAS 28
El hno. Elías, siguiendo a San Francisco, es contrario a introducir constituciones en la
vida de la Orden. El amor del hno. Elías por la Orden no le permitió ver su crecimiento y la
necesidad de su actualización en normas y directrices. Esto provoca en él un fracaso224.
Giulia Barone escribe que el hno. Elías “era demasiado dependiente de los orígenes de
la Orden para favorecer la clericalización; demasiado consciente de los nuevos problemas,
para mantenerse estrictamente fiel a las costumbres primitivas; Elías logra no contentar ni a
tradicionalistas ni a renovadores” 225.

Se fragua la caída del hermano Elías

Mientras el hno. Elías se encuentra en el culmen de su ministerio, se abre una grieta,


una crisis en la Orden de los Hermanos Menores, de la que dan testimonio Jordán de Giano,
Tomás de Eccleston y Salimbene. En el prólogo de la Vida de nuestro bienaventurado padre
Francisco hay algunas expresiones que nos hablan de crisis:”porque, a pesar de que algunas
personas quisieran que ciertas cosas se dijeran de modo distinto a como se dicen, sin
embargo, es sólo tu juicio el que debe seguirse con seguridad en estos asuntos, ya que a ti el
Santo de Dios te abrió su alma más que a todos los demás y él mismo deliberadamente te
confió lo que se tenía que hacer”226.
Parece ser que el malcontento de ingleses y alemanes provenía del modo de obrar de
los visitadores, que no fueron creados por el hno. Elías 227, que por otra parte estaba en el
derecho y deber de realizarlas228, pues la extensión de la Orden no permite llevarlas a cabo a
una única persona, y ésta enferma, sino en el modo de obrar de los Visitadores, impidiendo el
crecimiento autónomo de las Provincias del centro-norte de Europa, de acuerdo con la
evolución y los signos de los tiempos. La personalidad y el carácter del hno. Elías no
permitían la elasticidad para con las provincias ultramontanas229.
La oposición al hermano Elías se prepara en el centro y norte de Europa. La oposición
inglesa cuaja a partir del 1236 en París. Los que se oponen son por lo general Maestros
universitarios230, entre ellos Alejandro de Hales231, Juan de la Rochella y Haiymón de
Faversham, quienes celebran una primera reunión en París.
La Provincia de Sajonia, según nos transmite Jordán de Giano, a la polémica visita de
1237, apelaron contra el visitador ante el hno. Elías. Al ver que no obtenían nada, se
dirigieron directamente al Papa. De la embajada formaba parte el propio Jordán de Giano. El
Papa prometió intervenir con la preparación de un estatuto y un programa de reforma por
parte de algunos hermanos maduros e inteligentes232.
Según Ecclestón el que encendió la mecha fue Haimon de Faversham, que presentó
una acusa contra el hno. Elías, al que luego se añadieron otros Ministros provinciales
ultramontanos y otros frailes de probada virtud, que fueron a la Curia Romana con el fin de
llegar a celebrar un capítulo general233.

224
Cfr. FELICE ACCROCCA, Frate Elia ministro generale, p. 90.
225
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 144.
226 VNBPF 1.
227
En 1229, el hno. Juan el Inglés fue enviado a Alemania como primer visitador. JORDÁN DE GIANO,
Crónica, n. 56.
228
Cfr. Rnb 4; Rb 10.
229
Cfr. FELICE ACCROCCA, Frate Elia ministro generale, p. 83.
230
Cfr. TOMÁS DE ECCLESTÓN, De adventu Fratrum, n. 79.
231 MIGUEL LLUCH-BAIXAULI, La Trinidad y el Decálogo. Los preceptos de la primera tabla en la escuela

de Alejandro de Hales,en Scripta Theologica 37 (2005/1) p. 102.


232
Cfr. JORDÁN DE GIANO, Crónica, nn. 63-64.
233
Cfr. TOMÁS DE ECCLESTÓN, De adventu Fratrum, nn. 33 y 79.

EL HERMANO ELÍAS 29
Pero el verdadero director de la obra fue el hno. Arnulfo, penitenciario papal.
En verdad, se forja una auténtica conjura encabezada por Arnolfo, fraile menor e
inglés, penitenciario apostólico y verdadera alma de toda esta revuelta anti-Elías234; Haimón
de Faversham, inglés; Ricardo Rufus, francés; Jordán de Giano, de parte de la Provincia de
Alemania y Roberto Grossatesta, en otro tiempo admirador del hermano Elías, quienes
escriben al Papa y al cardenal Rainaldo, Protector de la Orden, señalando al hermano Elías
como un daño y un peligro para el desarrollo de la Orden.
De ambos cronistas se deduce que de todas partes acudieron a la Curia Romana y los
ministros provinciales acusan al hno. Elías de no haberles escuchado y no haber favorecido a
los clérigos.
Eccleston, que tiene el diente envenenado contra el hno. Elías, die Accrocca,
aprovecha la ocasión de la dannatio memoriae. “Es difícil creer a la imagen relajada que el
cronista inglés, y luego el parmense y el Clareno, nos han transmitido, está plenamente en
contraste con el bulario y la personalidad de Clara. Escribiendo a Inés de Bohemia, ya en
1237, cuando estaba en ebullición el tema de los visitadores, la propone como consejero y
guía al padre fray Elías”235.

Acusaciones al hermano Elías

Eccleston acusa al hno. Elías de no haber dado a la Provincia inglesa un Ministro


provincial inmediatamente después de la muerte de Agnello de Pisa. Lo hará un año más
tarde en la persona de fr. Alberto de Pisa. Se le acusa también de haber ordenado que los
frailes se laven su ropa, acaso porque no quería que se difundiese la costumbre, ya extendida
en otras Órdenes, de que sólo lo hacían los hermanos legos. La superioridad intelectual y
económico-social del franciscanismo inglés era diverso al de otras provincias de la Orden.
Los primeros lugares franciscanos en Inglaterra son urbanos, dentro de la ciudad, más tarde se
trasladaron fuera de las murallas urbanas por razón de comodidad, diverso a lo que sucede en
Italia, España… Los edificios y los terrenos del convento son considerados, desde el
principio, propiedad de los municipios. “Estos asumieron una fisionomía bien precisa, que les
hacía poco propensos a aceptar las directrices provenientes de Asís” 236.
Roberto Grossatesta escribe sendas cartas, sin fecha, a Gregorio IX y al cardenal
Rainaldo, pidiéndoles que restauren la paz en la Orden y entre los frailes ingleses. Es difícil
precisar si se une al partido inglés o al hno. Elías. Si pensamos que la razón principal del
capítulo de Oxford son las visitas, y Grossatesta se halla en lucha con el Capítulo catedralicio
por sus visitas ilícitas, debemos suponer que es compleja su situación.
La imagen que brinda Eccleston es la de un hombre soberbio e indisciplinado, “a
nuestros ojos, al menos, es insatisfactoria” 237, dice Giulia Barone.
La acusa de practicar la alquimia que Salimbene y Ángel Clareno le hacen al hno.
Elías, parece que nace de la amistad con Federico II, de manera que un cierto número de
manuscritos llevan su nombre. De acuerdo con Lorenzo Di Fonzo238, estos manuscritos son
tardíos y, aunque bajo el nombre del hno. Elías, son apócrifos.

234
Cfr. TOMÁS DE ECCLESTÓN, De adventu Fratrum, n. 81.
235
2CtaCl 15. Cfr. FELICE ACCROCCA, Frate Elia ministro generale, p. 88.
236
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 118.
237
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 127.
238
Cfr. LORENZO DI FONZO, Elie d’Assise, en Dictionnaire d’histoire e de géographiques ecclésiastiques,
XV, Paris, 1963, coll. 175.

EL HERMANO ELÍAS 30
Ecclestón le acusa de soberbia, porque no quiso obedecer al nuevo Ministro gene-
239
ral . Sin embargo, le unía una amistad y confianza cuando le entrega la carta que nunca
llega a su destino.
En las Florecillas se acusa a Elías de soberbio 240. Las mismas Florecillas narran que
San Francisco había profetizado que el hermano Elías estaba condenado y que moriría fuera
de la Orden241. Y es que después de la deposición ha llovido mucho sobre mojado.
Al hno. Elías se le acusa, no de las visitas que ordena realizar, sino de “carnalitas” y
de “crudelitas”, de vida lujosa. Se le acusa de ir a caballo, aunque “en caso de necesidad o
enfermedad, y la edad del General era tal que no podía ser considerado escándalo, que para
sus viajes se sirviese de un medio de transporte” 242. Parece que Haimón de Favershan le
acusa más el coste y la belleza de la cabalgadura, que el servirse de ella.
Se le acusa de absolutismo, el mismo poder usado por sus predecesores. Al no
celebrar Capítulo general, los hermanos ultramontanos no pueden manifestar sus necesidades,
pedir o dar ayuda o consejo, participar en el gobierno de la Orden. “Elías cometió el error
político de no entender que el tiempo de la descentralización había llegado”243, ya que la
situación en Inglaterra y Alemania, la predicación en la Europa central, era diversa que en
Italia, donde tenían el problema Gregorio IX-Federico II.
En Salimbene la verdadera causa es el freno que pone a la clericalización de la Orden.
A lo que se añade todo el Libro del prelato, en el que nos deja un retrato negativo del hno.
Elías, considerándole un personaje fuera de lo común244.
Se le acusa de haber pedido dinero a las Provincias para terminar la Basílica de Asís,
aunque la acusa va dirigida contra el modo de pedirlo que no contra su finalidad, por lo que
algunos le acusan de no haber profesado la Regla bulada. A la conclusión del Capítulo, el
exministro general y todos los capitulares hacen la profesión de la Regla bulada 245.

El Capítulo de 1239

El Capítulo General se reúne en Roma el 15 de mayo de 1239, presidiéndolo Gregorio


IX. Después de la defensa que hace el hermano Elías de los cargos que pesan sobre él,
Haimón de Faversham pidió la palabra al Papa, pero no se la dio. Entonces el cardenal
Roberto de Somercotes, dijo al Papa: “Señor Papa, éste es un hombre sabio; es bueno que le
escuchéis porque es conciso en el hablar”. El Papa le dio la palabra, lo que produjo un grande
altercado. El Papa impuso silencio, y mientras tanto el cardenal Rainaldo dei Signori di
Jenne, Protector de la Orden, sugiere al hno. Elías que renuncie voluntariamente, pero éste
rechazó la propuesta. Entonces el Papa hizo un elogio de las cualidades personales del hno.
Elías y de su amistad con San Francisco, añadiendo que pensaba que los hermanos estaban

239
Cfr. ECCLESTÓN, , De adventu Fratrum, n.83.
240
Cfr. Flor. 4.
241
Cfr. Flor. 38.
242
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 119.
243
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 121.
244 SALIMBENE DE ADAM, Crónica, nn. 412-627.
245 Aparece ahora el caso de un tal Pablo que se oponía en la parroquia de Colle Valdelsa al podestà, al tesorero

y al consejo de la comunidad local. Éste había sido fraile menor y había abandonado la Orden al no aceptar la
Regla bulada. ORETTA MUZZI, Il comune di Colle Valdelsa e gli insediamenti mendicanti, en Gli Ordini
Mendicanti in Val d’Elsa, Castelfiorentino, 1999, pp. 275-278; GRADO GIOVANNI MERLO, A modo di
conclusione: «paucis verbis et sempliciter», en La Regola dei Frati Minori. Atti del XXXVII Convegno
internazionale (Assisi, 8-10 ottobre 2009), Spoleto, 2010, pp. 319-341.

EL HERMANO ELÍAS 31
contentos de tenerlo de Ministro general, pero dado que no era así, decreta su dimisión e
inmediatamente lo depone de Ministro general246.
Al hno. Elías le faltó la decisión, porque iba en contra de sus principios carismáticos,
de dar el salto y clericalizar la Orden, dedicando a sus numerosos clérigos, a través de normas
adecuadas, en la celebración de la Eucaristía, en las confesiones y en la administración de los
sacramentos, cosa que ya había comenzado, como se constata en la lucha entre los obispos y
los mendicantes en los inicios de los años 30 del siglo XIII con la Nimis iniqua247 de Gregorio
IX. En vez de hacerse con orden, y de acuerdo con las exigencias de los tiempos, se va a
llevar de forma impulsiva, y se cerrarán las puertas a los hermanos laicos, o se les aceptará
como frailes de segunda, para servicios internos y humildes de los conventos, que era lo que
temía el hno. Elías cuando da la orden a la Provincia inglesa de lavarse cada uno sus prendas.
Dieter Berg sostiene que el papa Gregorio IX pensaba entre 1237-1238 que si la Orden
de los Hermanos Menores hubiese tenido como guía un clérigo, hubiese sido más fácil
orientarla y dirigirla para un apoyo más decidido a la empresa papal contra el emperador248.
María Pía Alberzoni dice que “fue entonces que cesó el interés del Papa por sostener
al hno. Elías y las quejas provenientes de las Provincias transalpinas ofrecieron la ocasión
propicia para imprimir, siguiendo el ejemplo de los frailes Predicadores, una dirección
normativa en sentido clerical a la Orden de los Hermanos Menores, una opción que llevaba
consigo la sustitución de la dirección prevalentemente laica, mantenida por el hno. Elías249.

Decisiones capitulares

En este Capítulo es elegido Ministro General fr. Alberto de Pisa, sacerdote y Ministro
Provincial de Inglaterra. Era el primer sacerdote que llegaba al ministerio del generalato.
Ecclestón voltea las campanas por la elección del hno. Alberto de Pisa para Ministro general,
hermano clérigo, y subraya la celebración de su primera misa después de la elección con las
palabras que el General dirige a los hermanos que no habían participado al capítulo: “Ahora
habéis escuchado la primera misa, jamás celebrada por un ministro general de esta Orden.
Volved ahora, con la bendición de Jesucristo, a vuestros conventos” 250.
En el Capítulo se promulgan diversas constituciones, denominadas ‘Antiguas’, que en
su mayoría se hallan contenidas en las Constituciones Narbonenses.
Se limita el poder del Ministro General.
Se establece el número de 32 Provincias. Jordán de Giano recuerda que en el Capítulo
fueron divididas las Provincias251.
El Capítulo general tiene conciencia de que representa la autoridad suprema en la
Orden; el Capítulo se atribuye el poder legislativo y al Ministro general se le concede el poder
ejecutivo.
Se impone al Ministro general la obligación de convocar Capítulo general cada tres
años.

246
Cfr. TOMÁS DE ECCLESTÓN, De adventu Fratrum, nn. 79-80.
247 Cfr. BF I, n. 63, p. 74.
248
Cfr. MARIA PIA ALBERZONI, o.c., pp. 104; cfr. GIULIA BARONE, La propaganda antiimperiale
nell’Italia federiciana: l’azione degli Ordini Mendicanti, en Federico II e le città italiane, a cura di P. Toubert -
A. Paravicini, Palermo, 1994, pp. 278-289; IDEM, Da frate Elia agli Spirituali, pp. 164-165.
249
Cfr. MARIA PIA ALBERZONI, o.c., pp. 104; MARIA PIA ALBERZONI, Minori e Predicatori fino alla
metà del Duecento, pp. 98-106, nota 5.
250 TOMÁS DE ECCLESTON, De adventu Fratrum, n. 81.
251 Cfr. JORDÁN DE GIANO, Crónica, n. 67.

EL HERMANO ELÍAS 32
Se revoca el poder del Ministro general para nombrar o deponer a los Ministros
provinciales, Custodios y Guardianes. Se determina que los Ministros provinciales sean
elegidos por el Capítulo provincial, no por el Ministro general. Los Custodios y Guardianes
sean elegidos por el Ministro provincial tras un acuerdo con el Capítulo provincial.
Se dicta un decreto por el que se priva a los hermanos laicos de las funciones de
gobierno: ministro, custodio y guardián.
Se instituye el Capítulo de Definidores, a semejanza de los dominicos, como asamblea
de delegados elegidos por los Capitulos Provinciales, que se reúne independientemente de los
superiores de la Orden. Una ley se hacía obligatoria después de haber sido aprobada dos años
seguidos por el Capítulo de Definidores y al tercero por el Capítulo general. Este Capítulo de
los Definidores sólo se reúne una vez, en 1241, en Montpellier, encargando a cuatro Maestros
de París: Alejandro de Hales, Juan de la Rochella, Roberto de Bastía y Odón Rigaldo, la
explicación de la Regla que lleva el nombre de los “Cuatro maestros”; pero excediéndose en
el desempeño de su papel, el Capíulo general siguiente decreta su abolición 252.

Motivos de la deposición del hno. Elías

Jordán de Giano, que no oculta los problemas y el descontento contra el hno. Elías,
que aprueba su deposición y pasa por alto el generalato de éste, callando sobre los
acontecimientos de Alemania. Afirma, sí, que el hno. Elías no convocó el capítulo general y
que dispersó a los hermanos que le oponían resistencia. Pero el capítulo general no era
obligatorio cada tres años. La Regla bulada dice que se celebre “una vez cada tres años, o en
otro término de tiempo mayor o menor, según lo ordene dicho ministro” 253.
En Jordán de Giano no aparecen acusaciones graves sobre el hno. Elías, más bien una
visión diversa del gobierno de la Orden. En Alemania se ha aposentado y crecido la Orden
por el testimonio de vida y la predicación de los hermanos.
Ciertamente en Alemania se encontraron con el problema que la Regla bulada
delegaba al Ministro general la concesión de licencia para predicar, pero la Quo elongati
había resuelto en parte la dificultad, aunque es cierto que los problemas de este género
aparecieron en diversos sitios, por lo que una de las derogaciones de la Regla bulada después
de 1239 hace referencia a este asunto254.

El hno. Elías no ha sabido comprender los signos de los tiempos dentro de la Orden.
Dos modos de gobierno diverso: los ultramontanos, ingleses y alemanes en este caso
(Eccleston y Jordán de Giano) quieren reglas más fijas para evitar decisiones al arbitrio del
Ministro general, y más ductilidad, para actualizar poco a poco las normas de la Regla. Por su
parte el hno. Elías busca mantener el dictado de la Regla y las tradiciones y costumbres de los
inicios de la Orden. Dos modos paralelos que no podían encontrarse. Por eso Salimbene
afirma que el hno. Elías no convocaba a los ultramontanos, por miedo a que le depusieran.

252 Cfr. AF II, p. 61; III, p. 251; TOMÁS DE ECCLESTÓN, De adventu Fratrum, n. 85; LUCAS WADDING,
AM, t. III, a. 1239, n. 9, p. 26.
253
Rb 8,3. La Regla no bulada afirma: “Y todos los ministros que viven en tierras de ultramar y ultramontanas
vendrán al capítulo de Pentecostés, junto a la iglesia de Santa María de la Porciúncula, una vez cada tres años, y
los demás ministros una vez al año, a no ser que ordenara otra cosa el ministro y siervo de toda la fraternidad”
(Rnb 18,2).
254
Cfr. FELICE ACCROCCA, Frate Elia ministro generale, p. 82.

EL HERMANO ELÍAS 33
Felice Accroca afirma que “aunque faltan ulteriores noticias sobre el tema, una serie
de indicios muestran con suficiente claridad que algunas opciones del hno. Elías se explican a
partir de una conciencia de la vida franciscana inmóvil en el tiempo”255.
No se debe olvidar tampoco la lucha entre hermanos laicos y hermanos clérigos, que
en parte es la lucha entre la Umbría y el centro-norte de Europa. El haber tensado demasiado
la cuerda en este campo, originó decisiones que han dejado una profunda herida en la
Fraternidad, con una clericalización absorbente y desbordante y un laicado religioso
postergado y de servicio.

El hno. Elías ha procurado la expansión del carisma clariano.


Tomás de Ecclestón nos transmite la noticia de que el hno. Elías ha sido excomulgado
por visitar los monasterios de las “pauperes dominae”256, sin preocuparse de obtener el
permiso del Papa, como pide la Quo elongati. La bula hace referencia a los monasterios de la
Orden de San Damián, pero las Damianitas de San Damián no se consideraban dentro de
dicha Orden, sino de la Orden de los Hermanos Menores. Por lo que el hno. Elías piensa que
para visitar a las hermanas de San Damián no debe pedir permiso, porque no lo considera
campo minado por la excomunión, en cuanto las considera parte de la Orden.
María Pía Alberzoni afirma: “Retengo posible admitir como hipótesis que uno de los
motivos que llevó a la ruptura definitiva entre el hno. Elías y Gregorio IX ha sido el
desapunto del Papa frente al tentativo de dar a conocer y difundir fuera de los confines de la
Umbría el modelo de vida religiosa vivido por Clara en San Damián, mientras que el Papa y
la Curia Romana -particularmente el cardenal Rainaldo de Ostia, ahora encargado del
cuidado de los monasterios ‘papales’- procuraban difundir no sólo en la península italiana,
sino también más allá de los Alpes el monacato promovido por la Sede Apostólica y que, a
partir de 1235, se llamará Orden de San Damián, con clara referencia (pero al mismo tiempo
muy ambigua) a la vida religiosa femenina unida a la experiencia de Francisco y de sus
Hermanos”257.
La misma represión de las llamadas “Minorisae”, mujeres religiosas que se inspiraban
en el ideal de Francisco y que pedían a los Hermanos Menores la asistencia espiritual durante
los pontificados de Gregorio IX e Inocencio IV, es colocada por María Pía Alberzoni en
relación con la deposición del hno. Elías, que durante su generalato se había ocupado de las
fundaciones clarianas. Ahora se entiende mejor la acusación que Tomás de Ecclestón hace al
hno. Elías, después de su deposición, según la cual, el hno. Elías vuelve a los lugares de las
señoras pobres, no obstante la prohibición del Ministro general 258.

La intervención del cardenal Rainaldo en la deposición del hno. Elías.


Es el tiempo en que Clara y su monasterio reivindican la originalidad del privilegium
paupertatis, pero choca con el intento de Gregorio IX de crear una única Orden de pauperes
dominarum, teniendo como punto de referencia el monasterio de San Damián. El hno. Elías
se mueve entre dos fuegos, el malestar dentro de la Orden por su forma de gobierno, y el de la
oposición a Gregorio IX por reivindicar la originalidad de la aportación de Francisco a la vida
religiosa femenina259.

255
FELICE ACCROCCA, Frate Elia ministro generale, p. 70. Accrocca subraya demasiado la referencia a la
Regla no bulada, aunque los ejemplos que presenta tienen la misma validez hablando de la Regla bulada.
256
Cfr. TOMÁS DE ECCLESTON, De adventu Fratrum, n. 83.
257
MARIA PIA ALBERZONI, o.c., pp. 102-103; cfr. GIULIA BARONE, Da frate Elia agli Spirituali, Milano,
1999 (Fonti e ricerche, XII), p. 46.
258
Cfr. TOMÁS DE ECCLESTON, De adventu Fratrum, n. 83.
259
Cfr. ALBERZONI, Chiara e il papato, pp. 83-85.

EL HERMANO ELÍAS 34
En el Capítulo de 1239, tiene una presencia no insignificante el cardenal Rainaldo,
Protector de la Orden y Delegado pontificio para las Damianitas, futuro Alejandro IV, quien
pide al hno. Elías que se dimita. Esta solución hubiese permitido una acción más libre, por
parte de la Santa Sede, en el terreno de las Damianitas, como también la elección de un
clérigo como Ministro general, con la mirada del Papa puesta en una mayor colaboración
pastoral de la Orden.
Es probable que la estrecha relación entre Clara y los Hermanos Menores tuviese su
punto de fuerza en la relación con los primeros compañeros de Francisco, “entre los cuales es
necesario tener en consideración, con pleno título, Elías”. De hecho, “la injusta demonización
sufrida por éstos, sobre todo en las obras de los autores espirituales, explicaría en la sustancia
el casi total silencio de Clara y de su comunidad en los escritos de los espirituales”, porque
“tal recuerdo necesariamente hubiese comportado una especie de rehabilitación de Elías”260.

Después de la deposición del hermano Elías como Ministro general (1239-1253)

En Asís

En el Capítulo no se tomaron procedimientos disciplinares contra el hno. Elías. En un


documento del 26 de mayo de 1239, es llamado “custos ecclesiae S. Francisci”261 junto al
procurador, Jacobo de Bevagna.
Pocos meses después se le encuentra con el emperador Federico II. Ricardo de San
Germano, en su Crónica, dice que alcanzó al emperador en Pisa, hacia la Navidad de 1239:
“in odium pape imperatori adhesit”262.
Al marchar el hermano Elías de Asís, la obra arquitectónica la continúa el hno. Filippo
de Campello263.

En el campo del Emperador

Existe un documento de la cancillería imperial, quizás de julio de 1239, en el que el


emperador Federico II manifiesta su malestar por la deposición del hno. Elías que había sido
nombrado por San Francisco su sucesor en la dirección de la Orden -interpretación aceptada
corrientemente-, y acusa al Papa de su deposición por promover la paz con el imperio, lo que
le atrajo el odio del Papa264.
Empeorando las relaciones del Papa y del Emperador y habiendo sido éste ex-
comulgado de nuevo, Federico II llama al hermano Elías para que haga de intermediario

260
Cfr. ALBERZONI, Chiara e il papato, pp. 94-96.
261
Cfr. LEMPP, o.c., p. 173.
262
“Mense Decembris (1239) imperator apud Pisas natale Domini celebrat. Quidam frater Helias qui in
Ecclesia Sancti Francisci apud Assisium magister Ordinis Fratrum Minotum extiterat, pro eo quod apud
Gregorium Papam delatus a fratribus quod male administrasset, cum ipse Papa ab administratione removit in
odium Papae imperatori adhaesit”. RYCCARDI DE SANCTO GERMANO Notarii, Chronica, ed. G.H.Pertz,
en M.G.H., SS., 19 (1866), P. 379.
263
Giunta Pisano había comenzado a pintar en la Basílica superior hacia el 1233. En un crucifijo, perdido el 1623,
retrata al hermano Elías a los pies del Crucificado, dónde se hallaba este rótulo: “Frater Helias fieri fecit. Jesu
Christe pie miserere praecantis Helie. Juanta Pisanus me pinxit. Anno Domini 1236. Ind. IX”. En 1239 se acaba
la torre de la Basílica de Asís y se colocan las campanas, entre ellas la más grande, llamada la Italiana, fundida
con donativos de los Ministros Provinciales, obra de Bartolomeo Pisano y su hijo Lotaringio.
264
JEAN LOUIS ALPHONSE HUILLARD-BREHOLLES, Historia diplomática Federici II, V., I, Paris 1857,
p. 346.

EL HERMANO ELÍAS 35
entre él y el Papa, por la amistad que ambos le dispensan: “Nam ab eo (imperatore) vocatus
ad ipsum Helias accessit”265.
Ángel Clareno, enemigo del hermano Elías, afirma que una vez acabada su estancia
ante el Emperador, escribió una carta a Gregorio IX dándole razón del resultado de su
encuentro con Federico II266. Según documentos imperiales, Gregorio IX habría enviado al
hermano Elías un salvaconducto para que se acercase a Roma como negociador del acuerdo,
pero en Viterbo fue informado de la celada que le tendía el Papa y no continuó su camino,
escribiendo la mencionada carta al Papa 267.
Por medio del Ministro General, Alberto de Pisa, envía una carta excusatoria al Papa,
pero ésta nunca llega a su destino, pues el General muere en el camino a Roma y en el bolso
de la túnica es encontrada dicha carta. Angel Clareno dice: “ex culpa vel negligentia
successoris fratis Alberti, qui litteras excusationis et satisfactionis eiusdem fratris Heliae
mittere distulit”.
Se dice también que el Papa había invitado al hno. Elías a Roma para encarcelarlo,
porque temía que revelase muchos secretos que conocía, pero no cayó en la trampa. Era
frecuente entonces, en periodos de guerra, la difamación, y el papa quería tener lejos del
imperio al hno. Elías, “aún a cuenta de tenerlo prisionero, no puede ser descartado el caso
como inverosímil”268.
Salimbene describe al hno. Elías acompañando al emperador, cabalgando a su lado y
vistiendo el hábito de los Hermanos Menores.
El excándalo que surgió de la permanencia del hermano Elías en el campo del
Emperador fue muy grande, de tal manera que los niños y niñas, cuando veían a un fraile
menor en la Tuscia (una región más amplia que la Toscana, pues, incluye la Umbría
occidental y el Lacio septentrional), recitaban la cantinela:
“Hor attorna fratt’Helia
Ke pres’ha la mala via”269.

Cuando Gregorio IX convocó un Concilio, en principio Federico II acepta que el


Concilio estudie y decida sobre la contienda abierta entre él y el Papa; pero cuando se dio
cuenta de que lo que pretendía Gregorio IX era su deposición, rompió de nuevo con el Papa.
En 1243, Federico II escribe a Enrique de Lusignano, rey de Chipre, encomendándole
al hno. Elías, al que envía como embajador suyo “ad partes transmarinas” “pro quibusdam
arduis servitiis”270. Se trata de una misión ante Juan Ducas Vatatzés, conocido como
“Vatacio el Herético”, emperador griego de Nicea, que se hallaba en óptima relación con el
emperador Federico II, para poner paz con Balduino II, emperador latino de Constantinopla.
Al año siguiente, Federico II da a Vatacio como esposa a su hija Constanza. No se indica el
motivo de la embajada, pero se sabe que al año siguiente el hno. Elías volvió a Italia con dos

265
Crónica de los 24 Generales, en AF. III, p. 249.
266
Cfr. LUCAS WADDING, AM, t. III, a. 1239, n. 10, pp. 26-27.
267
Cfr. HULLARD-BRÊHOLLES, Historia diplomática, t. V, pp. 346 ss.
268
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 128. Mateo de París, cronista de la abadía de San Albano de Inglaterra,
dice que Elías se opuso al papa por instigación del emperador y acusó a la Iglesia de usura y simonía. Llama al
hno. Elías “summus minister”, no “generalis minister”. El Ministro general franciscano es juzgado, porque se ha
opuesto a la Iglesia. De manera que el Papa daba a sus nuncios bulas en blanco para rellenar. Se le acusa a
Gregorio IX de haber obrado ocultamente, sin consultar a los cardenales, cosa que es muy grave para aquel
tiempo. Mateo de París no toma partido por uno o por otro, aunque condena al General franciscano, acusándole
de soberbia, no de falsedad.
269
SALIMBENE DE ADAM, Crónica, n. 608.
270
Cfr. JEAN LOUIS ALPHONSE HUILLARD-BREHOLLES, Historia diplomática Federici II, VI., I, Paris
1860, p. 147.

EL HERMANO ELÍAS 36
importantes regalos, entre otros muchos: un trozo de la Cruz de Jesús y algunas reliquias de
Santos y Mártires. La reliquia de la Cruz se la regaló a la ciudad de Cortona, ciudad imperial,
en la que vivía.
Las razones del paso del hno. Elías a las tierras del emperador, aparte de su función de
intermediario entre Gregorio IX y Federico II y su fidelidad a la amistad brindada por el
emperador germánico, todavía no son claras.
Es posible pensar que Federico II ha protegido al hno. Elías con el fin de crear una
crisis en la Orden, que era un instrumento sensible de propaganda anti-imperial, pero no es
posible pensar que en 1239, el hno. Elías creyera que podía arrastrar tras de sí a todos los
franciscanos en posición de contraste con la Iglesia. “Por cuanto sea penoso admitirlo, la llave
de este misterio se ha perdido para siempre” 271.
Pienso que, además, es muy complejo el estudio de estos tres personajes: Gregorio IX,
Federico II y el hno. Elías. Éste se halla en medio de dos fuegos de un poder vasto y variado.
Mientras el poder político-militar se halla en manos del emperador, del que no son carentes
las manos del Papa, éste blande un poder espiritual, como es la excomunión y el entredicho,
que ocupa a veces espacios político-militares o el campo de la amistad, que es en el que se
encuentra el hno. Elías, que le convierte en enemigo de Gregorio IX, más que de la Iglesia,
por su amistad con el enemigo político-militar del Papa, Federico II. El poder de ambos
príncipes (sin olvidar que el poder espiritual a veces es desbordante) no ayudó al arquitecto
Elías a tender puentes de comunión.

Santa Clara y la liberación de Asís

Felice Accrocca piensa que junto a la oración de Clara y de sus hermanas de San
Damián, hay algo más que hizo que “todos los ciudadanos [creyesen] firmemente que, por las
oraciones y méritos de dicha madonna santa Clara, fue protegido el monasterio y librada la
ciudad de los enemigos”272. Es una hipótesis, y muy probable, que junto a la oración de las
señoras pobres de San Damián se añadió la intervención del hno. Elías ante el emperador
Federico II. Las razones en las que se apoya dicha hipótesis son las siguientes: de acuerdo con
cuanto ha dejado escrito Tomás de Ecclestón, el hno. Elías, después de su deposición, marchó
“a Cortona y, sin licencia y a pesar de la oposición del ministro general, se acercó a visitar los
monasterios de las señoras pobres”273 -no los monasterios bajo la protección de la Santa Sede,
sino los propiamente ‘clarianos’-, lo que significa que la relación con Clara continuó. Dos
años después, encontrándose asediada Asís y el monasterio de San Damián por las tropas
imperiales, ante el inminente peligro, la Santa envió un mensajero al hno. Elías -
desconocemos quien haya sido, pudo ser uno de los hermanos que habitaban al lado del
monasterio de San Damián-, rogándole que intercediese ante el emperador a favor de la
ciudad de Asís. “En tal caso, cuando Asís estaba para capitular, habría llegado a las tropas la
orden de retirada, emanada por el mismo emperador”274.
Ya tuvo esta intuición Anton Rotzetter, quien afirmaba que se mantiene el milagro,
aunque se puede hallar alguna explicación. Ésta la encuentra en la Crónica de Salimbene,
quien afirma que durante el asedio de las ciudades de Faenza y Rávena, entre el 1240-1241, el
hno. Elías acompañaba al emperador a caballo y le aconsejaba. Ahí nació la hipótesis de que

271
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 144.
272
ProcCl 18,6. Casi todas las hermanas.
273
TOMÁS DE ECCLESTON, De adventu Fratrum, n. 83. Cfr. MARIA PIA ALBERZONI, Chiara e il papato
(Aleph, 3), Milano 1995, pp. 69-93.
274
FELICE ACCROCCA, “Fo accesa nello amore di Dio”. Quattro recenti pubblicazion clariane, en CF, 73
(2003), p. 306.

EL HERMANO ELÍAS 37
el propio hno. Elías, asisiense, intercediese ante el emperador Federico II para su
liberación275. Mientras que Anton Ratzetter pone la iniciativa en el hno. Elías, Accrocca
introduce en esta buena causa a Santa Clara: “me parece seguro suponer una intervención de
Clara, porque sería difícil, en caso contrario, explicar las reacciones de los ciudadanos que la
consideran salvadora de la ciudad”276.
Por otra parte, dice Accrocca, la salvación de Asís, asediada por tropas sarracenas del
ejército de Federico II, se debe al hno Elías, que mantuvo buena relación con Clara aun
después de ser excomulgado277.
La fidelidad y la amistad del hno. Elías con la ciudad de Asís, su ciudad natal, se
manifiesta también en 1245, cuando un tal Tiberio Magalotti, queriendo entregar Asís al Em-
perador, pide consejo y ayuda al hermano Elías, pero éste se lo niega.

Obstáculos en su deseada reconciliación

Gregorio IX se lamenta en un documento de 1240 del comportamiento soberbio del


emperador Federico II, que estando excomulgado asistía a las ceremonias religiosas, teniendo
a su lado al hno. Elías y a un tal Enrique278.
Muerto Haimón de Faversham en 1244, y celebrándose el Capítulo General en
Génova, muchos hermanos volvieron sus ojos al hermano Elías, y particularmente el hno.
Juan de Kethene, Provincial de Irlanda. Todo quedó paralizado con la presencia de Inocencio
IV en Génova, camino de Francia, donde iba a celebrar el Concilio I de Lyón, 1245. El
Capítulo General eligió a Crescencio de Iesi.
Habiéndose ganado el hno. Elías la amistad de Cortona con el regalo del trozo de la
Cruz, el Comune le entrega a él y a los Frailes Menores, el 23 de enero de 1245, un terreno,
llamado “Balneum Reginae”. Al año siguiente se les concede otro terreno y algunas
edificaciones, donde el hno. Elías levanta una iglesia dedicada a San Francisco y un convento
para los Hermanos Menores. La iglesia estaba terminada el 7 de mayo de 1254, como consta
en un testamento279.
Desde su vuelta de Oriente y su estancia en Cortona, la vida del hno. Elías transcurre
en el silencio y en la sombra. En la documentación del emperador Federico II no aparece más.
Inocencio IV condenó de nuevo a Federico II en el Concilio I de Lyón. Se pedía la
reconciliación del hermano Elías, con la condición de luchar contra el Emperador. Era
traicionar su conciencia, en una lucha que más que espiritual era política, y se pretendía
acabar con Federico II, a pesar de que aceptase las penas canónicas 280, y tuiviese intención de
acompañar a San Luis IX de Francia en su cruzada. El rey franco había defendido a Federico
II ardientemente ante el Pontífice, y cuando el Papa le propuso que hiciese propaganda a
favor de la candidatura de su hermano para alcanzar el Imperio, San Luis le dijo que más le

275
Cfr. ANTON ROTZETTER, Chiara d’Assisi. La prima francescana, edizioni biblioteca francescana, Milano
1993, p. 305.
276
FELICE ACCROCCA, “Fo accesa nello amore di Dio”. Quattro recenti pubblicazion clariane, en CF, 73
(2003), p. 306, nota 62.
277
Cfr. FELICE ACCROCCA, Frate Elia ministro generale, p. 89; IDEM, «Fo accesa nell’amore di Dio», pp.
304-306; IDEM, Donne alla séquela. L’esperienza di Chiara, en Da Santa Chiara a suor Francesca Farnese. Il
francescanesimo femminile e il maestro di Farfa in Sabina, a cura di S. BOSCHI GAJANO e LEGGIO, Roma,
2014 (Sacrosanto, n.s. 21), pp. 22-24.
278
Cfr. JEAN LOUIS ALPHONSE HUILLARD-BREHOLLES, Historia diplomática Federici II, V., II, Paris
1859, p. 777.
279
Cfr. EDOUARD LEMPP, Frère Elie de Cortone. Etude biografique, (Collection d’études et de documents
sur l’histoire religieuse et littéraire du Moyen Age, 3), Paris, 1901, pp. 174-176.
280
Cfr. JOSEPH-FRANÇOIS MICHAUD, Storia delle Crociate, p. 441.

EL HERMANO ELÍAS 38
valía ser señor de unas tierras de su reino que no emperador de romanos. Cuando San Luis y
su ejército caen prisioneros en su primera Cruzada, Federico II va en su ayuda por medio de
una embajada al Sultán de Egipto, exigiéndole la libertad del rey-caballero y de su ejército, y
la preparación de una flota.
Inocencio IV excomulga al hno. Elías por su amistad con Federico II, por haber
abandonado la Orden de los Hermanos Menores (contradice su deseo de vuelta y los
donativos de Cortona al hno. Elías y a los Hermanos Menores) y otras eventuales causas no
explícitamente mencionadas.
Salimbene dice que el hno. Juan de Parma, en 1247, intentó hacer volver a la Orden al
hno. Elías, pero éste lo rechazó por miedo a ser encarcelado, por miedo al cardenal Protector
de la Orden, Rinaldo, por miedo a perder la amistad del emperador281.
Es difícil conocer hoy las razones de la ida y permanencia del hno. Elías al lado del
emperador, por la carencia de documentación y porque el hno. Elías fue enterrado con ellas.
Pudo tener sus razones políticas, que no necesariamente concordaban con las razones
políticas de Gregorio IX e Inocencio IV. Pero tuvo que sufrir el peso del poder espiritual, la
excomunión, no por incoherencia con el Evangelio o el carisma de Francisco, sino por no
concordar su proyecto político con los proyectos de los Sumos Pontífices en ese momento.

Sus últimos días en Cortona

En el verbal de la absolución, pocos días antes de su muerte, el 22 de abril de 1253,


algunos testigos afirman haberle oído decir que de buena gana hubiese ido al Papa a pedir
perdón, si no hubiese sido por miedo a ser encarcelado.
El hermano Elías en Cortona confiesa su pecado: “Reddo me culpabilem Deo et vobis
quia adhaesii Frederico contra mandatum Ecclesiae et quia non portavi ordinem meum sicut
debui, et peto ut injungatis mihi de his et aliis poenitentiam sicut placet vobis”282.
El sábado santo, 19 de abril de 1253, don Bencio, arciprste de Cortona, absuelve al
hermano Elías: “Pro eo quod video te in articulo mortis et medici dicunt quod non poteris
evadere mortem, ego te absolvo auctoritate Dei et beati Petri et auctoritate quam habeo ab
Ecclesia, ab omni vinculo excomunicationis, et reconcilio te Sanctae Ecclesiae, quod anima
tua non possit habere poenam in die judicii”283. Todo es controlado mediante una encuesta
hecha en los primeros días de mayo por fr. Velasco, de la Orden de los Hermanos Menores,
por encargo de Inocencio IV. Preguntó a los entrevistados si no se encontraban ellos
excomulgados, lo que negaron o respondieron que desconocían, dejando no pocas dudas al
respecto284.
El lunes de Pascua, 21 de abril, recibe la comunión de manos del hno. Diotefece, en
presencia de los hnos. Angelo y Mansueto, y del criado Elías Buongiovanni.

281 Cfr. SALIMBENE DE ADAM, Crónica, n. 617.


282
Proceso de la absolución a fray Elías, D. Buono, abad de Cigliolo. SALVATORE ATTAL, Frate Elia
compagno di S. Francesco, casa editrice Mediterranea, Roma 1936, nota 75, p. 186.
283
SALVATORE ATTAL, o.c., nota 77, p. 186.
284 Cortona en ese tiempo se encontraba bajo entredicho, no por haber apoyado al emperador Federico II, sino

por contraste con el obispo de Arezzo. La excomunión en ese tiempo se hallaba muy extendida. El hno. Elías es
absuelto de la excomunión que pesa sobre él, por un sacerdorte excomulgado, ante testigos excomulgados,
aunque, en el proceso, se quiere manifestar lo contrario, pues, “en verdad los eclesiásticos de Cortona, no
obstante fingiesen de nada, se encontraban desde hacía tiempo excomulgados, y Cortona entredicha; pero no por
cuestiones federicianas, sino por el contraste con el obispo de Arezzo. La excomunión había sido comunicada en
1235, y renovada en 1238 y en 1252”. Le carte duecentesche del Sacro Convento di Assisi (Strumenti, 1168-
1300), a cura di ATTILIO BARTOLI LANGELI, con la colaborazione di M. I. BOSSA - L. FIUMI, Padova
1997 («Fonti e Studi», V. Inventari - 4), p. 55.

EL HERMANO ELÍAS 39
Muere reconciliado con la Iglesia y con la Orden, en Cortona el 22 de abril de 1253 y
es sepultado en la iglesia que levantó en esta ciudad en honor de San Francisco, donde
todavía reposan sus restos. La inscripción de la lápida dice: “Aquí yace el hno. Elías Coppi de
Cortona, primer Ministro general de la orden de los Menores - murió en 1253” ¿Hasta qué
punto se ha estudiado con seriedad y serenidad de espíritu la actitud e intervención de los
otros personajes que se entrecruzan en la vida del hermano Elías: Alberto de Pisa, Haimón de
Faversham, Gregorio IX, Federico II, Inocencio IV...? Me parece que nos queda un largo
camino por andar e iluminar los rincones oscuros de estas figuras históricas de la Orden, de la
Iglesia y de la sociedad del siglo XIII.

La figura del hermano Elías a través de los siglos

Se conservan pocos documentos del hno. Elías, teniendo en cuenta el servicio


prestado a la Orden como Vicario general en tiempo de San Francisco, de Ministro general
por un sexenio, su actividad en Asís en la construcción de la Basílica, del Sacro Convento y
del palacio papal asisiense y del tiempo pasado al lado del emperador Federico II. De los que
han llegado hasta nosotros he hecho uso a lo largo de la ponencia.
Nos pueden ayudar a iluminar la persona y la vida del hno. Elías, como focos
colocados en diversos angulos, las Fuentes Franciscanas y los cronistas de la Orden; aunque
pienso que un gran favor nos pueden hacer también los cronistas no franciscanos.
Vamos a ver también cómo se sirven de esta documentación los historiadores a través
de los siglos y cómo es tratada la persona del hno. Elías.
En las Fuentes Franciscanas anteriores al 1239, año de la deposición del hno. Elías
como Ministro general, éste no es sólo respetado, sino que es una figura luminosa. A partir de
esa fecha, los autores cambian radicalmente su visión.

Las Fuentes Franciscanas escritas antes de 1239

No voy a repetir aquí lo dicho en el apartado: la amistad y cercanía del hno. Elías con
Francisco en las leyendas antiguas, únicamente subrayo algunos detalles. En primer lugar,
decir que el hno. Elías está unido a Francisco no menos que el hno. Rufino 285, que tocó la
llaga del costado e hizo daño a Francisco. El hno. Elías, aunque astutamente, la vio sin causar
molestias al Santo.
La autoridad del hno. Elías es usada no sólo para dirigir la Orden, sino también para
cuidarse de Francisco enfermo de los ojos.
Sobre la bendición de Francisco al hno. Elías, Moorman dice que “no hay alguna
razón para considerar que esta bendición no haya sido efectivamente pronunciada; eran
muchos, de hecho, los que podían haber desmentido una mentira tan flagrante” 286.
No es de extrañar que Francisco en el lecho de muerte quisiese manifestar su
reconocimiento a la obra incansable del hno. Elías en favor de la Orden: las grandes misiones
de Alemania (1221), e Inglaterra (1224), la aprobación de la Regla (1223). El estilo amplio y
rico de Celano no da pie para decir que ha falseado la verdad, o que ha sido engañado por el
hno. Elías, o peor todavía, para adularlo. Pensemos que el hno. Elías, cuando escribe Tomás
de Celano la Vida Primera es un hermano sin poder en la Orden, se dedica a la construcción
de la Basílica por encargo de Gregorio IX287.

285
Cfr. GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 95.
286
JOHN RICHARD MOORMAN, The sources for the life of S. Francis of Assisi, Mannchester 1940, p. 66.
287
Cfr. GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 98.

EL HERMANO ELÍAS 40
La Vida Primera de Tomás de Celano fue objeto de grandes polémicas, pro no es
posible en el estado actual de los estudios ponerla en duda 288.
Una mención especial se debe hacer de la Leyenda litúrgica del breviario de Santa
Clara , escrita probablemente antes de la deposición del hno. Elías; la “Legenda Litúrgica
289

Umbra”290 escrita entre 1237-1239 según Jacques Dalarun; la Legenda Litúrgica Carnotensis
(de Chartres)291, escrita probablemente antes de 1239, en las que se lee el nombre del hno.
Elías.

Las Fuentes Franciscanas escritas después de 1239

En la Leyenda Segunda, escrita por Tomás de Celano a petición del General


Crescencio de Iesi (1247), después, por lo tanto, de la deposición del hermano Elías y su
excomunión al encontrarse en el campo del Emperador, no condena el autor la conducta del
ex-Ministro General para con San Francisco, pero no se le menciona abierta y explícitamente,
sólo se le nombra con el título de “su Vicario”. Menciona dos hechos importantes relativos al
hno. Elías que se hallan en esta Vida Segunda: es uno de los pocos que vieron la llaga del
costado de Francisco292, y es el que ordena y acompaña a Francisco en sus visitas a los
médicos de los ojos293. Subraya su aprecio hacia las Damas Pobres en la petición que hace a
Francisco para que las dirija la palabra294.
No podemos olvidar dos textos de la Vida Segunda de Celano, en la que el autor se
queja, sin mencionarlo, de la situación actual del hermano Elías 295. Algunos consideran
interpolados estos dos textos. No es necesario que lo sean, pues, Tomás de Celano se
encontraría, como la mayoría de los Hermanos Menores, con una gran desazón al ver al
Vicario de Francisco y ex Ministro general de la Fraternidad al lado del Emperador, por lo
tanto, como creencia común, en contra del Papa y de la Iglesia, y además excomulgado. Lo
que le faltó conocer a Celano, como nos sucede a nosotros, son las explicaciones, las razones
del por qué se hallaba al lado del Emperador, que iban reseñadas en la carta entregada a
Alberto de Pisa, pero que al morir el Ministro general, alquien impidió que llegase a su
destinatario, Gregorio IX.

288
Cfr. GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 94. “Este respeto y afección sincera fueron tal vez uno de los secretos
porqué fue elegido fray Elías Bombarone Ministro general (Vicario) de la Orden en 1220-1. Los escritores
modernos le achacan a la Vida Primera de Celano la sinrazón de parcialidad; mas es lo cierto que de las mismas
leyendas leoninas surge la firme impresión de que Elías amaba apasionadamente a Francisco y de que éste
correspondía a su afecto y amistad. Esta condición, unida a la grande habilidad e innegable talento, le elevaron al
gobierno supremo de la Orden”. LUIS DE SARASOLA, San Francisco de Asís, Valladolid 1928, pp. 448-449.
289
El relato sobre el sueño que tuvo Elías, en el que un sacerdote vestido de blanco le pide comunique a
Francisco que le qudan dos años de vida. LLBSC, 4.
290
Narra la visión del hno. Elías de la llaga del costado (LLU 1) y la ida del hno. Elías a Siena al lado de Francisco
moribundo (LLU 2).
291
El hno. Elías le había revelado el tiempo de su muerte (LLCar 3)
292
Cfr. 2C. 138; LM. 13,8; “et cum ceteris ejus miraculis per testes fide dignissimos probate solmniter”, en la bula
Confessor Domini, del 5 de abril de 1237. BF I, n. 223, p. 214.
293
Cfr. 2C. 166 (1C 98); LM. 5,9; LP. 83.
294
Cfr. 2C. 207.
295
“¿Dónde están los que se dicen felices con la bendición de él y se jactan de gozar a su gusto de la intimidad de
él? No lo quiera Dios; pero, si se encontraran, sin haberse arrepentido, con que han dado escándalo con obras de
las tinieblas, ¡ay de ellos!, ¡ay de su condenación eterna!” 2C. 156. “Y pues se acercan la prueba y la tribulación,
dichosos los que perseveraren en la obra emprendida... Nadie se acapare para sí esta bendición que el Santo dio en
los presentes para los ausentes; como ha sido descrito en otro lugar, hubo en aquella ocasión una cláusula
especial; pero de ella se hizo uso para viciar, más bien, el oficio”. 2C 216.

EL HERMANO ELÍAS 41
En la Vida Segunda, al tratar de la bendición296, no cita por el nombre al hno. Elías,
sino que le da el título que tenía, de Vicario; sin mencionar al Vicario se sobreentiende quién
obliga a Francisco, enfermo de los ojos, a que se deje curar; y recuerda que la llaga del
costado sólo uno la vio.
En la Leyenda Mayor de San Buenaventura, el hno. Elías no tiene puesto. No se le
menciona en la bendición de Francisco en el lecho de muerte. Es cierto que el Doctor
Seráfico escribe la Leyenda Mayor en un momento de crisis de la Orden, difícil de poder
recuperar el nombre del hno. Elías, aunque le menciona indirectamente dos veces: una
señalando que uno pudo ver las llagas de San Francisco en vida297; la otra, hablando de la
Regla, le acusa de haberla perdido “per incuriam”, y San Francisco la compuso de nuevo
como si el Señor le hubiera sugerido cada una de las palabras298. Es la primera vez que
aparece este episodio. Por una parte, se subrayan los episodios maravillosos de la segunda
redacción de la Regla [Francisco nuevo Moisés; aunque indirectamente se hace mención de la
crisis existente en la Orden]; por otra, se presenta al hno. Elías no sólo como escandaloso,
sino también como traidor y opositor a Francisco y su carisma, culpándole de haber
extraviado la Regla, una acusa muy grave, añadiendo una damnatio memoriae, omitiendo su
nombre, al procurar transformar “una fraternidad de laicos de los inicios en un movimiento
bien estructurado y en concurrencia con el clero secular”299.

Los cronistas franciscanos de los siglos XIII-XIV

Los juicios de los contemporáneos fueron influenciados por las situaciones personales
de quienes escribían: razones políticas, geográficas y culturales. Todavía menos libres fueron
a causa de su “excomunión” y por la función ejercida en la Orden.
Giulia Barone habla de un desdoblamiento del hno. Elías: uno histórico, del que no se
sabe todo, pero hay una cierta seguridad a través de testimonios llegados hasta nosotros, y
otro meta-histórico, símbolo de un modo de ser franciscano de los escritores ‘espirituales’ 300.
Los cronistas franciscanos del siglo XIII: Jordán de Giano, Tomás de Eccleston y
Salimbene de Adam tienen pinceladas coloridas sobre el hno. Elías y su relación con
Francisco. Más oscuras son estas pinceladas cuando hablan de su generalato, aunque las
acusaciones son genéricas, más que causas específicas que motiven su deposición, entre éstas
se pueden colocar las visitas ordenadas a las Provincias y la calidad de los visitadores. Las
dos Reglas hablan abiertamente de una especie de control de los ministros y siervos 301. Se
puede pensar si la intención del hno. Elías no fuera llevar a cabo dicho control302.

Jordán de Giano en su “Chronica”, escrita hacia el 1262, habla con elogio del
hermano Elías como Ministro en Tierra Santa, agradeciéndole el que a través de él entró en la
Orden Cesáreo de Espira, hombre de gran doctrina y ejemplo. Reconoce la estima de
Francisco por el hno. Elías, nombrándole su Vicario. Recuerda su humanismo en la
organización de la misión de Alemania, y como la decisión de su ida a Alemania, careciendo
de fuerza para decidir, es el propio hno. Elías el que le enrola en la misión encabezada por
Cesáreo de Espira. Recuerda la carta-circular comunicando la muerte de San Francisco a toda

296
Cfr. 2C 216.
297
Cfr. LM 13,8.
298
Cfr. LM 4,11.
299
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 90.
300
Cfr. GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 91.
301
Cfr. Rnb 5,4; Rb 10,1.
302
Cfr. KAJETAN ESSER, La Orden Franciscana. Orígenes e ideales, Aránzazu 1976, p. 100, nota 152.

EL HERMANO ELÍAS 42
la Orden303, pero también, aunque en tono menor trae las mismas acusaciones 304 que los otros
cronistas.

Tomás de Eccleston habla frecuentemente de la familiaridad que unía al hno. Elías


con Francisco305, pero no le considera tan siquiera favorecedor de los Estudios. Eccleston no
ha vivido los inicios de la Orden. Jordán de Giano ha vivido los comienzos de la Orden y sabe
que el hno. Elías los ha vivido también. Sus juicios no son tan rudos como los del cronista
inglés.
Eccleston subraya las visitas de Guglielmo de Colville y de Juan de Malvern, a las que
se añade la de Vigenio Alemanus, durante el provincialato de Alberto de Pisa, entre 1236 y
1239. Refiere que Vigenio fue a Inglaterra con instrucciones precisas y severas y con la
determinación de excomulgar a los frailes que no fuesen claros -excomunión de la que sólo
podía absolver el Ministro general-, y el visitador debía relatar las acusaciones al Ministro
general.
En la Crónica de Ecclestón, se constata también que el modo de gobierno era
inadecuado, y que la Regla, reclamaba adaptaciones adecuadas al tiempo.
Tomás es el único que habla del bochornoso episodio del Capítulo general de 1230,
del que ya hemos tratado. Para Ecclestón Elías es un Ministro general cruel y carnal;
perturbador de la Orden; usurero, defendiéndose diciendo que no había profesado la Regla;
usa cabalgadura...306.
Ecclestón y Jordán de Giano narran la deposición de Elías con simplicidad de rasgos:
los frailes apelan al Papa, y presidida por éste la sesión capitular, depone al hermano Elías, no
sin antes alabar la labor realizada durante su generalato.

Salimbene de Adam y Bernardo de Bessa no hacen referencia alguna al hno. Elías


acerca de su relación con Francisco. Salimbene es quien ataca y construye un edificio sobre la
persona del hno. Elías, su antiguo protector, lleno de errores y malintencionado, “sólo porque
el autor ha hecho de él el símbolo del mal superior” 307, subrayando trece faltas con las que
afea la persona de Elías. Salimbene escribe: “Clamavit Ordo fratrum Minorum ad Gregorium
Papam nonum, cum a pessimo Helia generali ministro multipliciter vexaretur”308.

Más tenebristas son los cronistas del siglo XIV, quienes influenciados particularmente
por Ángel Clareno y los Specula deforman la figura del hno. Elías, pero no por hechos en los
que se encuentre discrepancia entre San Francisco y su Vicario, sino con los discursos que
colocan en boca del Santo de Asís con intención torcida.
Felice Accrocca afirma que nada ha dañado tanto la memoria del hno. Elías como el
Liber chronicorum sive tribulationum Ordinis Minorum de Ángel Clareno309. A éste se deben

303
Cfr. JORDAN DE GIANO, Crónica, n. 9, 14, 17-18, 50.
304
Cfr. JORDÁN DE GIANO, Crónica, n. 61-64.
305
Cfr. TOMÁS DE ECCLESTÓN, De adventu Fratrum, n. 80.
306
Cfr. TOMÁS DE ECCLESTÓN, De adventu Fratrum, nn. 47-52, 79, 81.
307
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 90. “Causa pena ver a un Salimbene acumular todos los cargos odiosos que
desacreditan al hombre y al prelado, omitiendo sus grandes cualidades y los positivos agradecimientos que le debe
la Orden Franciscana; un solo mérito le reconoce el desenfadado cronista, que promovió el estudio de la teología
en la Orden de los Frailes Menores”. LUIS DE SARASOLA, o.c., p. 449.
308
SALIMBENE E ADAM, Crónica, n. 459.
309
“En mi concepto, es éste uno de los relatos de fondo histórico que más se han inchado de exageración en las
plumas de los Espirituales franciscanos”. LUIS DE SARASOLA, o.c., p. 451, nota 2.

EL HERMANO ELÍAS 43
añadir los Actus beati Francisci310 y las Florecillas que han divulgado una imagen poco
benévola del hno. Elías como Ministro general 311.
El “Speculum vitae” lo hace Ministro General antes que a Juan Parenti, y en la
deposición le acusa de relajación por las dispensas pontificias contra la Regla, además de
otros muchos anacronismos.

Ángel Clareno, aunque afirma que la elección del hno. Elías fue hecha por
unanimidad de los Ministros y Custodios, por “la clarísima pericia y singular prudencia que
veían en él”312, pronto se enorgulleció por el aprecio que le manifestaron el emperador, el
Papa y otros magnates313. La segunda tribulación de su Historia de las siete tribulaciones de
la Orden, la dedica totalmente a él314. Le acusa de vejaciones a San Antonio siendo Ministro
general, cuando San Antonio murió el 1231315, de perseguir a Cesáreo de Espira316 y al hno.
Bernardo317, etc... Ángel Clareno coloca la deposición de Elías en relación con la persecución
desencadenada contra los celantes318.
Tanto Ángel Clareno como los cronistas Jordán de Giano y Tomás de Eccleston, que
se vieron envueltos en los acontecimientos de la deposición del hno. Elías, escriben no sólo
después de su deposición (1239), sino después de su muerte. Accrocca dice que son “Fuentes
preciosísimas, sea bien claro, y en tantos aspectos insustituibles, pero que solas no son
suficientes para construir la trama de aquellos años, ni pueden permitir un juicio sereno,
tocadas como se hallan por los efectos de una damnatio memoriae que ha acabado por
revelarse de particular eficacia” 319.
Para Ángel Clareno, ya en tiempos de Francisco se hallan los dos grupos netamente
formados e irreconciliables, el de Francisco y el del hno. Elías, opuesto éste a Francisco,
ingenuo e iliterato.

310
En Actus beati Francisci, Francisco acusa al hno. Elías de soberbio, cap. 3,27; 37,10; a Franncisco se le revela
la apostasía del hno. Elías y su condena, cap. 62,4; en la bendición narran que siendo llamado el hno. Bernardo
para ser bendecido por Francisco, éste dice al hno. Elías que se siente a la derecha de Francisco, pero al tocar el
Poverello la cabeza y ver que no es Bernardo, cruza los brazos, colocando la mano derecha sobre el hno.
Bernardo y la izquierda sobre el hno. Elías. Después de haberle bendecido y elogiado, designa al hno. Bernardo su
sucesor, cap. 5,8-17.
311
Cfr. FELICE ACCROCCA, Frate Elia ministro generale, en Elia di Cortona tra realtá e mito. Atti
dell’incontro di studio, Cortona, 12-13 luglio 2013, Fondazione Centro Italiano di Studi sull’Alto Medioevo,
Spoleto 2014, pp. 61-62. Ángel “Clareno critica en diversas ocasiones a los hermanos sabios, considera el ingreso
de la ciencia en la Orden como la fuente de todas las desgracias, sin embargo algunos entre los representantes de
esta línea ásperamente criticada por él (Antonio de Padua, Juan Parenti, Haimón de Faversham…) figuran entre
los héroes de las primeras generaciones, en oposición a la siniestra figura del hno. Elías, que para el Clareno es la
causa principal de la decadencia de la Orden, pero que en realidad fue más cercano que los otros al grupo umbro
obstinadamente unido a la memoria de Francisco y de la primitiva fraternitas”. IDEM, Un ribelle tranquillo.
Angelo Clareno e gli scriti Spirituali francescani tra Due e Trecento, S. Maria degli Angeli-Assisi, 2009 (Collana
Viator, 8), p. 212; IDEM La benedizione di Francesco morente, en Frate Francesco, 69 (2003), pp. 209-232.
312
ÁNGEL CLARENO, Liber Chronicarum sive tribulationum Ordinis Minorum, Edizioni Porziuncola, Santa
Maria degli Angeli 1998, 2,3. En otra parte coloca al hno. Elías sucesor de San Francisco en el generalato y,
después de él, el hno. Alberto de Pisa, al que sucede el hno. Juan Parenti. Es una errónea sucesión de los
Ministros generales. Cfr. ÁNGEL CLARENO, Liber Chronicarum, 2,220-221.
313
Cfr. ÁNGEL CLARENO, Liber Chronicarum, 2,26.
314
“Equivocose Clareno al relatar la primera tribulación, cuando fustiga a fray Elías como el principal causante de
los disturbios ocurridos durante la ausencia de Francisco en Oriente… La habilidad de Elías y su respeto al Santo
nos fuerzan a declarar sospechosos los detalles de tales relatos”. LUIS DE SARASOLA, o.c., p. 451.
315
Cfr. ÁNGEL CLARENO, Liber Chronicarum, 2,142-149.
316
Cfr. ÁNGEL CLARENO, Liber Chronicarum, 2,93-114.
317
Cfr. ÁNGEL CLARENO, Liber Chronicarum, 2,126-137.
318
Cfr. ÁNGEL CLARENO, Liber Chronicarum, 2,156-162.
319
FELICE ACCROCCA, Frate Elia ministro generale, p 63.

EL HERMANO ELÍAS 44
Para Ángel Clareno, el hno. Elías “es la encarnación del espíritu mundano, que es
negación de la pobreza y humildad franciscanas” 320. Intenta obtener el apoyo del cardenal
Hugolino, para transformar la Orden más fácilmente, pero el Santo convence al Cardenal de
que no es ésta la voluntad del Señor.
Ángel Clareno pone la bendición de San Francisco sobre el hno. Bernardo y no sobre
el hno. Elías. Todavía más claramente lo hacen a favor del hno. Bernardo los Actus beati
Francisci et sociorum eius.

Arnaldo de Sarano en su “Crónica de los 24 Generales” (1365-69) llama al hno.


Elías: “virum utique famosa prudentia ilustratum”321, aunque influido por los espirituales y
los “Specula”, le acusa de haber sido el causante de la pérdida de la Regla bulada, como ya
hemos encontrado en la Leyenda Mayor322, y en la Leyenda de Perusa, que le acusa de ser el
jefe de quienes piden a Francisco que no escriba la Regla, porque no puede obligar a
observarla, y se oye la voz de Cristo que dice que se debe observar “sin glosa, sin glosa, sin
glosa”323.
En la Crónica de los 24 Generales, no es el hermano Elías quien recibe la bendición
de San Francisco, sino el hermano Bernardo324, como lo recogen también la Leyenda de
Perusa325, el Espejo de Perfección326 y las Florecillas327. Elías es rechazado por Francisco
-pasaba por santo un hermano, dice la Leyenda de Perusa, que no lo era, y Francisco lo
descubre328- mientras que el hermano Bernardo viene presentado como el prototipo del
Hermano Menor.
La “Crónica de los 24 Generales” da la siguiente cronología del hermano Elías: es
depuesto el 1227; es depuesto una segunda vez en 1230 “propter excesus per ipsum fratrem
Heliam commissos ín aedificando Basilicam”; en el 1232 suceden los tumultos electorales en
provecho del hermano Elías; en 1239, “postquam illam duplicatam ecclesiam Assisii cum
campanis et campanile perfecit, fuit a ministerio absolutuus”; coloca el episodio de San
Antonio y Haimón con la deposición de Elías, en 1239, sabiendo que San Antonio ya había
muerto329.

Bartolomé de Pisa en su “De conformitate vitae beati Francisci ad vitam Domini


Iesu” (1395) nos transmite que en la bendición pone la mano derecha sobre el hno. Bernardo,
y que Gregorio IX depuso al hermano Elías porque obraba contra la Regla330.

Los escritores de los siglos XV, XVI y XVII

El códice 639 de la Biblioteca de Grenoble, del siglo XV, sobre los Ministros
generales, escribe: “Secundus minister post beatum Franciscum ordinis fratrum minorum fuit
quidam frater Helias, nomine magis quam virtute Helie, de ciivitate Assisii oriundus”331.

320
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 137.
321
AF. III, p. 31.
322
Cfr. LM. 4, 11.
323
LP. 17; AF III, p. 29.
324
Cfr. AF III, p. 42.
325
Cfr. LP. 12.
326
Cfr. EP. 107.
327
Cfr. Flor 6.
328
Cfr. LP.116.
329
Cfr. AF. III, pp. 35-36, 214, 215, 228, 229-31.
330
Cfr. AF IV, p. 185 y 454.

EL HERMANO ELÍAS 45
Los analistas e historiadores de los siglos XV, XVI y XVII nos transmiten un hermano
Elías concebido según el modelo que aparece en las Crónicas y escritores de la segunda mitad
del siglo XIII y el siglo XIV.
Nicolás Glassberger, en su Chronica, afirma que aunque San Francisco y muchos
otros le llaman “Ministro”, nunca fue elegido o recibido como tal, viviendo San Francisco 332.
Muerto San Francisco, rigió la Orden hasta la elección del Ministro general333. Gregorio IX
dimite al hno Elías y pide la elección de otro Ministro general 334.
Mariano de Florencia en su “Compendium Chronicarum Fratrum Minorum” escribe
que San Francisco, en el Capítulo de 1221, nombró al hno. Elías para regir la Orden por
voluntad de Dios335, y en el Capítulo de 1227, después de la muerte de San Francisco, es
confirmado Ministro general336. El hno. Juan Parenti es elegido en el Capítulo general de
1230, celebrado en Asís, al ser depuesto el hno. Elías 337. En el Capítulo de 1239 es depuesto
el hno. Elías por el Papa Gregorio IX338. Muere en Cortona, el 22 de abril de 1253, absuelto
de excomunión339.
Lucas Wadding nos relata que el hno. Elías recibe la bendición de San Francisco 340 y
añade: “Attamen non sine fructu fuit sancti Viri benedictio, dum tandem ejus precibus et
meritis Elias post tot demerita, salutem est consequuntus aeternam”341. Persiguió a los
celantes342, fue depuesto del generalato343, siendo después apóstata y excomulgado344. Muere
absuelto en Cortona, el martes de Pascua, el 22 de abril de 1252, pero fuera de la Orden y
condenado345.

331
F. DELORME, Generalium Ministrorum Ordinis Fratrum Minorum. Catalogi duo inediti, en AFH, 2 (1909),
p. 438
332
“Qui Helias, quamvis a Sancto et multis aliis vocaretur Minister, non tamen fuit ipse vel quicumque alius,
vivente sancto Francisco, electus vel ab Ordine receptus tamquam Minister Generalis”. NICOLÁS
GLASSBERGER, o.c., en AF II, p. 32.
333
“Defuncto autem beato Francisco, ordinem rexit frater Helias, eius Vicarius, usque ad electionem alterius
Generalis Ministri”. AF II, p. 43.
334
“Dixit Papa: “Auctoritate igitur nostra absolvimus eum ab officio et denuntiamus esse absolutum. Et volumus,
quod statim coram nobis ad electionem alterius procedatur”. AF II, p. 61.
335
“In quo ex voluntate Dei posuit ad regendum Ordinem fratrem Helyam”. AFH, II (1909), p. 97.
336
“Primum Capitulum Generale post obitum Beati Francisci, celebratum est anno Domini 1227, 4 Junii, in quo
frater Helyas, in cuius manibus Beatus Franciscus reliquerat Ordinem, fuit in officio confirmatus”. AFH, II (1909),
p. 99.
337
“Secundum capitulum Generale celebratum est Assisii, anno 1230, in solemnitate Penthecostes, per fratrem
Helyam, ad quod convenerunt ultra duo milia fratrum. In quo Capitolo ipse frater Helyas a Domino Papa ab
officio absolutus, et coram sua Sanctitate statim electus fuit primus Minister Generalis post mortem Beati
Francisci frater Iohannes Parens de Florentia”. AFH, II (1909), p. 100.
338
Quintum Capitulum Generale celebratum est Romae per Gregorim Papam, anno Domini 1239, Ordinis 31, 15
maii, in quo Capitolo, ipse Dominus papa fuit presidens, et sermonem fecit, et fratrem Helyam ab officio absolvit”.
AFH, II (1909), p. 104.
339
Cfr. AFH, II (1909), p. 311.
340
Cfr. LUCAS WADDING, AM, t. II, a. 1226, n. 23, p. 155.
341
LUCAS WADDING, AM, t. II, a. 1226, n. 24, p. 155.
342
Cfr. LUCAS WADDING, AM, t. III, a. 1239, n. 4, p. 22.
343
“Deinde turbarum motorem Heliam hac etiam secunda vice ab officio removit, ceterosque fratres jussit ad
successoris electionem, se presente, procedere. Factum ita, atque electus est communi omnium suffragio Fr.
Albertus de Pisa Hetruscus”. LUCAS WADDING, AM, t. III, a. 1239, n. 7, pp. 24-25.
344
Cfr. LUCAS WADDING, AM, t. III, a. 1244, n. 10, p. 116.
345
“Hoc ipso anno XXII Aprilis feria 3 sub festo Paschatis Resurrectionis Dominicae, obiit Cortonae, quod
oppidum erat nativum… Mortuus extra Ordinem, sicut antea praedixerat Institutor… Accepit, inquiunt, a Deo
Eliam demum damnandum, et extra Ordinem moriturum; quare deinceps Vir sanctus Eliae consortium et
aspectum fugiebat”. LUCAS WADDING, AM, t. III, a. 1253, nn. 30-31, pp. 353-354.

EL HERMANO ELÍAS 46
El eco de los analistas llegó también a historiadores como Salvatore Vitale, OFM, en
su “Historia Serafica della vita e miracoli del Serafico Padre San Francesco” (1645) y
Tiburcio Novarre en su “Vita S. Francisci ex Annalibus L. Waddingi” Roma 1670.

Intentos de rehabilitación del hermano Elías

A partir del siglo XVIII se van clarificando, por medio de la crítica histórica, las
relaciones del hermano Elías con San Francisco, su generalato, y se intenta iluminar el final
de su vida.
Una primera rehabilitación del hermano Elías aparece en la obra del P. Ludovico
Lipsin, OFMConv., “Compendiosa Historia Vitae Seraphici Patris Francisci” (1756), en la
que afirma que la figura del hermano Elías es discutible tan sólo en lo referente a la pobreza.
El “Anonimo Cortonese”, alias el arcipreste Felipe Venuti, con su obra “Vita di Frate
Elia” (1755) reclama una rehabilitación del hno. Elías. El P. Irineo Affó, OFM, en su “Vita di
Frate Elia” (1819), cuyas conclusiones se pueden resumir así: “Mientras vivió San Francisco,
el hermano Elías permaneció en el buen camino; la traslación hecha a toda prisa está
justificada por razones de oportunidad; Elías fue elegido General canónicamente; fue
bienhechor de los estudios teológicos; el desmesurado celo por la construcción de la Basílica
de Asís le llevó a excesos, quizá, hasta perseguir a sus opositores... Aquí Affó toma a manos
llenas de su imparcial Salimbene; fue depuesto por mal gobierno; no escuchó los ruegos del
Papa, por miedo, y cayó en una “acelerada obstinación” 346.
El bulario franciscano es el gran ausente en la reconstrucción de los historiadores, aún
en Irineo Affó, uno de los mejores en absoluto, quien en su Vita di frate Elia ministro
generale dei francescani, Parma, 1783, declara en el prefacio: “El hno. Elías vivió en el siglo
XIII; pero en la opción de los escritores a seguir yo no quiero recurrir si no a aquellos
mismos, que vivieron y florecieron con él, y especialmente aquellos, que ciertamente le
conocieron, o vivieron con aquellos, que lo habían conocido. Tal método me prescriben las
sanas leyes de la crítica; las cuales, porque aún me enseñan que se deben distinguir muy
prudentemente entre los mismos contemporáneos, heme aquí a dar razón de aquellos pocos,
que me parece poderse seguir sin duda, y también de aquellos, cuya autoridad no se puede
abrazar sin sospecha”347.
La misma línea que Affó la sigue el conventual Francesco Antonio Benoffi en su
“Compendio di Storia Minoritica” (1829).
El primer intento de crítica histórica moderna la encontramos en la “Storia di San
Francesco d’Assisi” (1876) de Antonio Palomes, OFMConv. Pide que no se tenga en cuenta
el período que el hno. Elías estuvo con San Francisco, que nos ha llegado por parte de los
celantes y, en cuanto a su generalato, hablan de por sí el florecer de los estudios y la santidad
en la Orden.
Un juicio bastante valioso sobre la vida y obra del hermano Elías nos lo ofrece el P.
Bernard Christen d’Andermatt, OFMCap., en la “Vita di San Francesco d’Assisi” (1898),
donde escribe: Elías, “estuvo a la cabeza de la Orden con Francisco, realizó grandes cosas
en la historia de los Hermanos Menores: y, sin embargo, por escritores propios y extraños ha
sido juzgado de la manera más diversa: mejor dicho, hasta el presente, ha sido juzgado y
condenado por la mayor parte, utilizando una expresión sencilla, de una manera tal que no

346
ALFONSO POMPEI, “Frate Elia d’Assisi nel giudizio dei contemporanei e dei posteri”, MF. LIV, 1954, p.
608.
347
FELICE ACCROCCA, Frate Elia ministro generale, pp. 63-64.

EL HERMANO ELÍAS 47
merecía”348. Y en otra parte añade: “Sus adversarios nos han dejado una verdadera
caricatura diseñando su vida, llena de contradiciones y de intrigas: éstos han llegado,
conscientemente o no, a falsear la historia”349.

El hermano Elías en la historiografía de finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX

Pocos han procurado entender la obra del hno. Elías “sine ira ac studio” 350 por la
expansión y organización de la Orden.
La Vida de San Francisco de Paul Sabatier351, publicada en 1894, con gran suceso, es
incluida en el Índice el 18 de junio del mismo año. Dice Raoul Manselli de Sabatier en
relación con Francisco de Asís: tuvo “un amor por el Santo que lo ha sentido -muchas de sus
páginas nos lo muestran- como una persona viva, con la que ha sufrido y gozado, en una
participación, humana e histórica al mismo tiempo, de una intimidad inmediata” 352. Y
Jacques Dalarun le define como un romántico francés353.
Sabatier nos presenta una visión conflictiva de la vida del Poverello e inaugura la
historiografía de la sospecha354. Para Sabatier los biógrafos oficiales de San Francisco son
sospechosos, tanto Tomás de Celano como San Buenaventura, mientras que el material
rechazado por éstos, lo considera un eco más auténtico del Francisco que buscaba, aun
estando adulterado y no siendo trigo limpio 355. Ha leído las leyendas sanfranciscanas
conocidas entonces como una lucha entre espirituales y la comunidad, cuando este conflicto
surge en el último cuarto del siglo XIII. Dató el Speculum perfectionis en 1227, anterior a la
Vida Primera de Tomás de Celano, lo que “reforzó en él la convicción del carácter
tendencioso e inauténtico de las biografías consideradas oficiales”356.
Para Sabatier “Hugolino… había encontrado en la persona de Elías, el hermano menor
según su corazón”357.
Muerto Pedro Cattani, Francisco “puso a la cabeza de la Orden al hermano Elías.
Hugolino no fue extraño a esa designación”358.
Se queja de la oposición del hno. Elías a Francisco: “¡Ay!, los verdaderos culpables
estaban más cerca de lo que él se imaginaba. Los ministros provinciales, en los que parece
haber pensado más al proferir esas palabras, no eran más que instrumentos entre las manos

348
BERNHARD CHRISTEN D’ANDERMATT, OFMCap., “Vita di San Francesco d’Assisi”, Roma, 1902,
p.267.
349
BERNHARD CHRISTEN D’ANDERMATT, OFMCap., o.c., p.269.
350
GIULIA BARONE, Frate Elia, p. 91.
351
Paul Sabatier no sólo será el biógrafo de San Francisco, sino que trabajó en la publicación de los siete
volúmenes de la Collection de documents sur l’histoire religieuse et littéraire du Moyen âge (1898-1909), en la
que se incluyen la traducción de la Crónica de Jordán de Giano, hecha por Boehmer, y La llegada de los frailes
menores a Inglaterra de Eccleston, hecha por Little. A la colección de documentos se añaden los dieciocho
volúmenes de Opuscules de critique historique (1903-1919), la edición del Speculum perfectionis (1898) y los
Actus beati Francisci et sociorum eius (1902).
352
RAOUL MANSELLI, Paul Sabatier e la ‘questione francescana’, en La ‘questione francescana’ dal Sabatier
a oggi, Atti del Congresso Internazionale, Assisi, 18-20 ottobre 1973, Perugia 1974, p. 63.
353
Cfr. JACQUES DALARUN, Vers une résolution de la question franciscaine. La Légende ombrienne de
Thomas de Celano, París, 2007, p. 13.
354
Cfr. ANDRÉ VAUCHEZ, Francesco d’Assisi tra storia e memoria, Torino 2010, p. 162.
355
Cfr. RAOUL MANSELLI, o.c., pp. 64-65.
356
GIULIA BARONE, Elia nella storiografia da Sabatier a manselli, en Elia di Cortona tra realtá e mito. Atti
dell’incontro di studio, Cortona, 12-13 luglio 2013, Fondazione Centro Italiano di Studi sull’Alto Medioevo,
Spoleto 2014, p. 4.
357
PAUL SABATIER, Vida de San Francisco, p. 313.
358
PAUL SABATIER, o.c., p. 257.

EL HERMANO ELÍAS 48
del hábil hermano Elías; y éste no hacía más que poner su inteligencia y su habilidad al
servicio del cardenal Hugolino”359.
Sobre la bendición de San Francisco, Sabatier escribe: “Cruzando los brazos, apoyó
las manos sobre los que le rodeaban. Lo hizo con efusión particular para Bernardo de
Quintavalle”360.

Edouard Lempp realizó un trabajo enorme, publicando muchísimos documentos


sobre el hno. Elías: la donación al Papa, representado en el hno. Elías, de los terrenos sobre
los que se construye la Basílica, con la decisión personal del Papa para conservar el cuerpo de
San Francisco361; el tratado de paz entre Espoleto y Cerreto, gracias a la mediación del hno.
Elías362; la construcción de la iglesia de San Francisco en Cortona 363; los documentos
relativos al proceso de absolución, arrepentimiento y perdón del hno. Elías364.
El mismo Lempp, que en su Étude critique des sources, asignaba al bulario un puesto
relevante, se manifiesta prisionero de las interpretaciones de Ángel Clareno, acabando por
silenciar lo que había constatado, es decir, que “durante los dos años que siguen a la
deposición de Elías, 1239-1241, los papas conceden siete veces más privilegios que en su
tiempo”365.
La carta a un ministro, con la que Lempp comienza su apéndice documental sobre el
hno. Elías, aunque no hay dudas sobre la autenticidad sanfranciscana de la carta, sí que
aparecen acerca de su destinatario366. Es improbable, a través de los testimonios manuscritos
que han llegado hasta nosotros, que su destinatario sea el hno. Elías 367.
Dice Lempp que las referencias explícitas al hno. Elías en la carta a toda la Orden y en
el testamento, “demuestra que jamás pensó revelarse contra Elías” 368, al contrario, hasta el
final de su vida, como aparece en el Testamento, lo consideró su señor y su ministro
general369.
Lempp se maravilla de que Clara, que ha combatido siempre por la pobreza, fuera de
toda acepción de personas, no sea suficientemente explícita con referencia al hno. Elías.
Lempp ha intentado comprender las vicisitudes, aun compartiendo la imagen de San
Francisco de Sabatier y, por lo tanto, la desconfianza en Gregorio IX y la Curia Romana que
habían tergiversado su mensaje, haciendo del hno. Elías verdugo y víctima al mismo tiempo.
Si es verdad, “que él [el hno. Elías] ha sofocado en germen la obra en la que su
Maestro consagró su vida”, su responsabilidad es muy inferior a la del papa Gregorio IX,
dado que “es la Curia quien le ha conducido y dirigido” 370.

359
PAUL SABATIER, o.c., pp. 302-303.
360
PAUL SABATIER, o.c., p. 323.
361
Cfr. EDOUARD LEMPP, Frère Elie de Cortone, pp. 170-171.
362
Cfr. EDOUARD LEMPP, o.c., pp. 171-172.
363
Cfr. EDOUARD LEMPP, o.c., pp. 174-178.
364
Cfr. EDOUARD LEMPP, o.c., pp. 179-187.
365
EDOUARD LEMPP, o.c., p. 102; FELICE ACCROCCA, «Sancta plantatio Fratrum Minorum Ordinis».
Gregorio IX e i Frati Minori dopo Francesco, en Gregorio IX e gli ordini mendicanti. Atti del XXXVIII
Convegno internazionale (Assisi, 7-9 ottobre 2010), Spoleto, 2011, pp. 195-257; IDEM, L’identità complessa.
Percorsi francescani fra Due e Trecento, Padova, 2014 (Centro Studi Antoniani, 53), pp. 117-123.
366
Según Esser, la carta fue escrita no antes del otoño de 1220 y no después de Pentecostés de 1223, más
exactamente del otoño de 1221 al invierno de 1222/1223. KAJETAN ESSER, Gli Scritti di S. Francesco
d’Assisi, Edizioni Messaggero Padova, Padova 1982, p.282.
367
Cfr. FILIPPO SEDDA, La «Malaventura» di frate Elia, p. 219.
368
EDOUARD LEMPP, o.c., p. 62.
369
Cfr. FILIPPO SEDDA, o.c., p. 220.
370
Cfr. EDOUARD LEMPP, o.c., p. 156.

EL HERMANO ELÍAS 49
Aunque parece que el hno. Elías había triunfado sobre los verdaderos y auténticos
seguidores de San Francisco, al final ha terminado siendo víctima de su misma política,
mientras que Francisco “ha llenado de amor y de admiración a los mismos que en el fondo
eran sus adversarios”.
Para Lempp el verdadero e irresoluble problema es la relación entre Elías y Francisco,
pues aunque ha recogido y dado gran espacio a las acusaciones de los Espirituales, no se
atreve a dar un juicio definitivamente negativo: “él debió de valorar mejor su reputación,
puesto que pudo ser el amigo de un Francisco de Asís”.

René de Nantes, capuchino, publica en 1909 la Histoire des Spirituals dans l’Ordre
de Saint François, para la que se sirve sin escrúpulos del San Francisco de Sabatier,
protestante, y su libro en el Índice, y de la edición del Speculum perfectionis de Sabatier, lo
que le lleva a opinar que la división entre celantes y Comunidad en la familia franciscana se
había dado en los últimos años de la vida de San Francisco.
Giulia Barone dice que es incapaz de aclarar los motivos de esta actitud de René de
Nantes, aunque opina que su pertenencia a la familia franciscana, en la reforma capuchina, y
su origen francés pueden haber jugado un cierto papel, por ejemplo en la polémica anti-
romana, ya que el año anterior a la publicación de su obra se había fraguado la separación
entre la República Francesa y la Iglesia 371.
René de Nantes usa tanto las fuentes del siglo XIII como las obras de Wadding o
Glassberger, tratando por extenso sobre el papel de Elías en la historia de los orígenes. Carece
de curiosidad por la persona de Elías. Lo considera el verdadero jefe de los moderados que se
alejan inmediatamente del mensaje original de Francisco por su sed de poder. Considera que
el hno. Elías “ha formado en la Orden, viviendo San Francisco, un partido de descontentos,
que se quejan de la rigidez de la Regla y opinan que es imposible practicarla. Después de la
muerte del santo Fundador, esta parte de oposición se agrupa más fuertemente todavía en
torno a su jefe”372. No sorprende, por lo tanto que su generalato haya sido caracterizado como
laxista y centralista. “La política del hno. Elías parece haber tenido por objetivo centralizar
toda la autoridad, toda iniciativa y todas las fuerzas vivas de la Orden en manos del
General”373.
Si para Lempp, el hno. Elías es víctima de Gregorio IX y la Curia Romana, para René
de Nantes, es el Pontífice el que ha sido engañado por el Ministro general, el hno. Elías.

Gratien de París, capuchino, publica su Historia de la fundación y de la evolución de


la Orden de los Hermanos Menores en el siglo XIII, en 1928, dos años después del séptimo
centenario de la muerte de San Francisco.
Gratien conoce la documentación anterior, aunque no siempre comparte las
apreciaciones de sus autores. Valora toda la documentación de la obra de Lempp. Conoce la
obra de René de Nantes, pero el planteamiento del trabajo de éste es totalmente antitético al
suyo, por lo que no acepta sus ideas.
El retrato que Gratien nos deja del hno. Elías es el de un hombre de grandes
capacidades y de grandes defectos. Su labor como Vicario, viviendo Francisco, y su
responsabilidad en la construcción de la Basílica de Asís, le valen grandes elogios, pues
muestra “la rara inteligencia de que está dotado, su grandeza de miras, y la firmeza de su
voluntad… Lo atrevido de su proyecto (la Basílica), la celeridad con que se ejecutan los
trabajos, hasta el punto de que a los tres años escasos de comenzados éstos, la iglesia inferior
371
Cfr. GIULIA BARONE, o.c., p. 7.
372
RENÉ DE NANTES, Histoire des Spirituals dans l’Ordre de Saint François, Paris-Couvin, 1909, pp. 54-55.
373
RENÉ DE NANTES, o.c., p. 87.

EL HERMANO ELÍAS 50
está ya a punto para recibir los preciosos despojos, revelan un genio organizador de poder
excepcional”374. Todas estas cualidades puestas al servicio de una Orden numerosa y
poderosa pueden realizar obras extraordinarias. Pero este hombre magnífico es también capaz
de abusar sin escrúpulos de sus derechos, de manera que “como un verdadero autócrata,
nombra, destituye, traslada los Provinciales a su capricho” 375, porque es consciente de la
propia dignidad y del propio prestigio, pero también, quizás, porque, como General, sufrió la
atracción del ideal benedictino376.
Gratien no utiliza las biografías ‘no oficiales’ y conoce muy bien a los autores a los
que se acerca, pero no es capaz de interpretar los motivos de sus opciones, por lo que termina
presentándonos una imagen del hno. Elías grandiosa y al mismo tiempo incomprensible. En
cierto modo, nos ha dejado el retrato de un ‘súper hombre’377.

En el séptimo centenario de la muerte de San Francisco, se intenta llevar a cabo la


rehabilitación del hno. Elías a través de la edición crítica de las biografías oficiales del Santo,
que comienza en 1926, año en el que se celebra el 700 aniversario de la muerte de San
Francisco.

Michael Bihl publica en 1930 la carta circular del hno. Elías comunicando la muerte
de San Francisco, con la que intenta demostrar el profundo afecto que unía al Vicario de la
Orden con el Poverello378.
Michael Bihl, como dice Raoul Manselli, considera válidas las leyendas oficiales,
sobre las que Sabatier tenía grandes dudas y manifestaba grandes sospechas, sin embargo,
eran relegadas las otras leyendas, sobre las que Sabatier había construido su edificio y a las
que había dado importancia379.

Salvatore Attal con su obra: Frate Elia compagno di San Francesco, publicada en
Roma, en 1936, procura rehabilitar la figura del hno. Elías. Le sirve de base la Leyenda
Primera de Tomás de Celano. Exalta la relación del hno. Elías con San Francisco y la
importancia de la construcción de la Basílica de Asís.
Attal atribuye a Francisco el nombramiento del hno. Elías como Vicario de la Orden,
pero carece de argumentos para responder a las críticas que sobre el hno. Elías, como
Ministro general, provienen de la misma Orden, y que lo llevan a su deposición, mientras que
le es más fácil tildar de apócrifos las acusaciones de los espirituales.
Es a partir del renacer de los estudios franciscanos, cuando se cristalizan las dos
lecturas historiográficas, totalmente contrapuestas, del hno. Elías, dice Giulia Barone, que
“han constituido la mayor dificultad en el momento en que, en 1969, me ha sido confiada por
Arsenio Frugoni la tarea de procurar dar una solución a la ‘cuestión heliana’380.
Después de un tiempo de cierto desinterés de la historia franciscana por parte de
seglares, renace el interés por Francisco de Asís a partir de la segunda mitad de los años

374
GRATIEN DE PARÍS, Historia de la fundación y evolución de la Orden de Frailes Menores en el siglo XIII,
DEDEBEC, Ediciones Desclée, de Brouwer, Buenos Aires, 1947, p. 141
375
GRATIEN DE PARÍS, o.c., p. 143.
376
Cfr. GIULIA BARONE, o.c., p. 9.
377
Cfr. GIULIA BARONE, o.c., p. 9.
378
MICHAEL BIHL, De epistola Fr. Heliae circa transitum S. Francisci, en AFH, 23 (1930), pp. 410-418.
379
Cfr. RAOUL MANSELLI, Tommaso da Celano nella ricerca storiografica. Alcune considerazioni, en
Tommaso da Celano e la sua opera di biógrafo di S. Francesco. Atti del congresso di studio (Celano, 29-30
novembre 1982), Celano, 1985; IDEM, Francesco e i suoi compagni, Istituto Storico dei Cappuccini, Roma,
1995 (Bibliotheca seraphico-capuccina, 46), pp. 44-45.
380
Cfr. GIULIA BARONE, o.c., p. 10.

EL HERMANO ELÍAS 51
sesenta del siglo pasado, es decir, después del Concilio Vaticano II, y en 1973 madura la
atención sanfranciscana con la creación de la Sociedad Internacional de Estudios
Franciscanos.

Giovanni Miccoli publica en 1991 Francisco de Asís. Realidad y memoria de una


experiencia cristiana, en el que el hno. Elías es recordado como el que encarga, junto a
Gregorio IX, la biografía de Tomás de Celano y la construcción de la Basílica de San
Francisco y del Sacro Convento. Señala también la necesidad de una nueva presentación de la
vida de Francisco, ya que en la Vida Primera de Celano, “la Orden ha acentuado más
fuertemente aquellos rasgos y orientaciones que habían quedado delineados en los últimos
años de la vida de Francisco, pero ha atravesado también crisis gravísimas, que culminaron en
la destitución de Elías y en el definitivo afianzamiento en su seno de los «clérigos» y de los
«maestros»”381. Señala también la tensión permanente en la Orden entre intuición e
institución, una vida de equilibrio entre la Basílica y el Sacro Convento -“una praxis y una
condición de vida que parecen ponerla peligrosamente en discusión”- y la Porciúncula, “cuna
de la Orden”382.

Raoul Manselli defiende, a través de un análisis filológico de las fuentes que la


bendición de San Francisco moribundo no es para el hno. Elías, sino para Bernardo, su primer
discípulo y compañero, dejando a Bernardo como ‘jefe carismático’ frente al Vicario general,
superior oficial383.
Manselli sostiene que Tomás de Celano no está de acuerdo consigo mismo, al
presentar en la Vida Primera la bendición para el hno. Elías como un acto de predilección
excepcional y significativo, ya que la bendición, en la Vida Segunda, es para todos,
comenzando por su Vicario. De manera que, viendo que no se halla la bendición en la
Leyenda Antigua Perusina, concluye que la verdadera bendición es la que se halla en los
Actus beati Francisci384, y la que nos transmiten también Bartolomé de Pisa en su De
conformitate385 y la Crónica de los XXIV Generales386.
Manselli considera la Vida Primera de Tomás de Celano débil en la descripción de la
bendición, porque está dominada por la oficialidad (aunque en ese momento el hno. Elías no
es una autoridad en la Orden), porque por necesidad debe hacer referencia a otros
testimonios, porque quiso y debió poner siempre en evidencia el significado y la importancia
del Vicario387.
Manselli sostiene que los Actus beati Francisci son los más cercanos a la verdad,
porque colocan al hno. Elías, cercano al Santo moribundo, en su calidad de Vicario general,
pero al mismo tiempo refieren que el Santo quiere tener cerca a su primogénito, al que
siempre ha amado con tierno afecto, y porque, en un acto de humildad, el hno. Bernardo
sugiere al hno. Elías que se presente él para que San Francisco le dé la bendición 388.

381
GIOVANNI MICCOLI, Francsco de Asís. Realidad y memoria de una experiencia cristiana, Editorial
Franciscana Aránzazu, Oñate Guipúzcoa) 1994, p. 250.
382
GIOVANNI MICCOLI, o.c., p. 253.
383
Cfr. RAOUL MANSELLI, L’ultima decisione de san Francesco. (Bernardo de Quintavalle e la
benedizionedi san Francesco morente), en el Bulletino dell’Istituto storico italiano per il Medio Evo, 78 (1967),
pp. 137-153. “La bendición del Santo moribundo, al recordarle (al hno. Elías) que el Altísimo aumentó en tus
manos a mis hijos y hermanos, no suena a hipérbole”. LUIS DE SARASOLA, o.c., p. 450.
384
Cfr. RAOUL MANSELLI, o.c., pp. 137-143.
385
Cfr. AF IV, p. 185.
386
Cfr. AF III, pp. 42-43.
387
Cfr. RAOUL MANSELLI, o.c., p. 144.
388
Cfr. RAOUL MANSELLI, o.c., p. 145.

EL HERMANO ELÍAS 52
Hablando, pues de la bendición, Manselli afirma que el hno. Elías no reacciona,
sabiendo que era la última voluntad del Santo, al que “él (Elías) había amado de veras, como
a padre y maestro, sobre este punto no hay dudas”389.
Esta interpretación de Manselli es propuesta en su biografía de San Francisco. Acusa a
Tomás de Celano de haber viciado el gesto de la bendición, al cambiar su significado
esencial: “nos referimos a la última bendición del Santo a su primer hermano, Bernardo de
Quintavale, y al hecho de confiarle a los ministros para que le amaran como si se tratara de él
mismo”390.
Manselli opina que Tomás de Celano calla sobre la bendición en su segunda biografía
deliberadamente, lo mismo que San Buenaventura, aunque éste por ignorancia, porque
depende de Tomás de Celano391. Añade que Francisco quería dejar un modelo de vida,
Bernardo, junto a su Testamento. De manera que su herencia sería una Regla, aprobada
solemnemente por el Papa, un convento modelo, la Porciúncula, y un hermano modelo, el
hno. Bernardo392.
Manselli no ignora la compañía y el cuidado prestados por el hno. Elías a Francisco
enfermo393, la influencia que tuvo sobre Cesáreo de Espira para entrar en la Orden, la
elección como Vicario a la muerte de Pedro Cattani en marzo de 1221, “que, por lo que
sabemos, ya había dado en Palestina pruebas de su capacidad y energía”, y se demuestra en la
buena organización de la misión de Alemania en 1221394.
El cuidado del hno. Elías por Francisco enfermo es subrayado: “Tanto el Vicario
general, el hno. Elías, como el cardenal Hugolino, cada uno según su forma de ser, se
preocuparon mucho de estas enfermedades: el primero sugirió recurrir a médicos y a sus
cuidados; el segundo veló para que Francisco siguiera de verdad las prescripciones y
recomendaciones del médico, porque sabía lo poco que Francisco se cuidaba de su persona y
cómo interpretaba sus males a la luz de su espiritualidad”395. Pero al mismo tiempo es como
una acusa por la escasa espiritualidad de ambos personajes, que recurren a la ayuda humana
en vez de fiarse totalmente de la voluntad divina.
Manselli termina su obra con la muerte de San Francisco, como evitando dar un juicio
sobre su Vicario. Las pocas referencias que hace del hno. Elías, son más bien neutras. A
Tomás de Celano le acusa de haber falseado la última bendición de Francisco en el lecho de
muerte396.
En su libro Para mejor conocer a Francisco de Asís, vuelve a tratar el tema de la
última bendición de San Francisco, y mantiene la sospecha de una concesión de Tomás de
Celano al hno. Elías, mientras que otras fuentes -vuelve a recordar la Leyeda antigua
perusina, el Espejo de Perfección y la Crónica de las siete tribulaciones- hablan de la
bendición dada al hermano Bernardo. Concluye diciendo que “el valor y el significado de
todo el episodio, pero en particular de la bendición y de la recomendación relativa al hermano

389
Cfr. RAOUL MANSELLI, o.c., p. 153.
390
RAOUL MANSELLI, Vida de San Francisco de Asís, Editorial Franciscana Aránzazu, Oñate Guipúzcoa)
1997, p. 350.
391
Cfr. RAOUL MANSELLI, o.c., p. 350.
392
Cfr. RAOUL MANSELLI, o.c., p. 352.
393
Cfr. RAOUL MANSELLI, o.c., p. 335.
394
Cfr. RAOUL MANSELLI, o.c., pp. 332-333.
395
RAOUL MANSELLI, o.c., p. 247.
396
“Tomás de Celano, en su Vida primera -hay que decirlo con toda claridad- ha transformado la verdad: según
él, Francisco bendijo, con sus hermanos, tan sólo al hermano Elías, ministro general entonces, poderoso y todavía
apreciado por el Papa Gregorio IX, que fue quien le encargó la biografía. En la Vida Segunda, Elías no es
mencionado; Tomás rectifica, pero no habla de otros, como tampoco Buenaventura”. RAOUL MANSELLI, o.c.,
p. 350.

EL HERMANO ELÍAS 53
Bernardo, los confirma también el intento que hubo, ciertamente desafortunado, de desviarlos
para fines y significados diversos, pero que conserva indicaciones y noticias bastante
importantes”397.
El juicio negativo sobre el hno. Elías aparece también en su última obra: Nos qui cum
eo fuimus. Contributo alla questione francescana (1980), aún en los cuidados prestados a
Francisco por el propio Vicario, o por orden suya, en los últimos años de su vida.
Parece que la fuente de la que bebe Manselli es el Speculum perfectionis, publicado
por Sabatier. Manselli no puede negar la presencia del hno. Elías al lado del Santo enfermo,
pues lo encuentra en la fórmula Nos qui cum eo fuimus, pero le acusa de escasa espiritualidad.
Una acusación que lanza también contra Tomás de Celano en la descripción de la
cauterización del nervio óptico, con la que el médico procura restituir parcialmente la vista a
Francisco.

Théophile Desbonnets estudia y analiza la evolución de la Orden, y cómo la intuición


carismática de Francisco se ha traducido en una gran institución, un suceso europeo.
Desbonnets subraya el papel del hno. Elías en el desarrollo de la Orden hasta el Capítulo
general de 1239, “que fue teatro del triunfo del partido de los clérigos, [que] remataba una
campaña emprendida contra Elías”398.
Desbonnets es escéptico sobre la posibilidad de descifrar el enigma Elías. “Es
difícil,..., hacerse una idea del personaje y de su acción, porque todo lo que sabemos de él,...,
nos viene de sus adversarios, si no de sus enemigos, especialmente de Haimón de
Faversham,..., y del grupo de los clérigos” 399. Y poco más adelante, reitera de nuevo: “Es
difícil hacerse una idea exacta y justa de lo que fue el generalato de Elías” 400.
Por otra parte, no puede negar el hecho de que Francisco ha demostrado una gran
estima y confianza en el hno. Elías, que ha cuidado de él con gran solicitud; como tampoco
puede negarse la estima de Clara por el hno. Elías, que jamás ha querido menguar el ideal de
Francisco. Con todo, afirma Desbonnets: “La personalidad de Elías nos resulta todavía muy
ambigua. No debemos olvidar que casi todo lo que sabemos de él, lo sabemos por sus
adversarios, si no por sus enemigos, y que no se ha de creer con demasiada facilidad lo que
escribieron sobre él”401.
Desbonnets no se toma en serio el episodio de la pérdida de la Regla de 1223. “Me
parece, pues, evidente, que la Regla jamás la perdió nadie y menos con una intención
fraudulenta”. Buenaventura introduce el tema en su Leyenda Mayor para ganarse al grupo de
los celantes, además de haber utilizado este texto con mucha habilidad para subrayar el
carácter ‘sobrehumano’ de la Regla, dictada directamente por Cristo a Francisco 402.
En la acusa a Elías de haber favorecido a los hermanos laicos, Desbonnets opina, que
“favoreciendo a los laicos en la Orden o, más probablemente, manteniendo cierto balance de
igualdad entre clérigos y laicos, la acción de Elías, por paradójico que pueda parecer, muy
lejos de destruir el espíritu de Francisco, tendía por el contrario a salvaguardar un elemento
esencial del mismo. Pero los clérigos no lo comprendieron” 403.

397
RAOUL MANSELLI, Para mejor conocer a Francisco de Asís, Editorial Franciscana Aránzazu, Oñate
Guipúzcoa) 1997, p. 353.
356
THÉOPHILE DESBONNETS, De la intuición a la institución. Los Franciscanos, Editorial Franciscana
Aránzazu, Oñate Guipúzcoa) 1991, p. 145.
399
THÉOPHILE DESBONNETS, o.c., pp. 140-141.
400
THÉOPHILE DESBONNETS, o.c., p. 141.
401
THÉOPHILE DESBONNETS, o.c., p. 108.
402
THÉOPHILE DESBONNETS, o.c., p. 109.
403
THÉOPHILE DESBONNETS, o.c., p. 145.

EL HERMANO ELÍAS 54
Sobre la bendición de San Francisco al hno. Elías

Según Accrocca404 la primera bendición fue en el palacio episcopal de Asís, llamando


Francisco a sus hermanos, teniendo a su izquierda al hno. Elías y a los otros frailes a su
alrededor405. La segunda bendición fue en la Porciúncula, a donde se hizo llevar ya que era
allí donde quería morir406. De las Leyendas dependientes de la Vida Primera, sólo la Leyenda
de Julián de Espira hace referencia a la doble bendición, una en el palacio episcopal, donde
bendice al hno. Elías y a otros frailes407, y la otra en la Porciúncula 408. También la Vida de
nuestro bienaventurado padre Francisco, repite la doble bendición, la del palacio episcopal y
la de la Porciúncula, el gesto de las manos cruzadas y recuerda al patriarca Jacob409. La
Leyenda Versificada de Enrique de Abranches es muy sobria en este caso y no hace mención
del gesto de las manos ni del patriarca Jacob410. La Legenda ad usum chori, nos transmite una
bendición, sin referencia a la doble bendición, y sin hacer mención de la bendición al hno.
Elías, y el gesto de las manos cruzadas y la referencia al patriarca Jacob411.
En la Vida Segunda, Tomás de Celano no hace referencia a la bendición en el palacio
del obispo de Asís, sólo una en la Porciúncula para todos los hermanos comunicándola el
propio Vicario412.
La Compilatio Assisiensis (Leyenda Perusina) dice que “el bienaventurado Francisco
tenía por costumbre en tiempo del capítulo, cuando los hermanos estaban reunidos, al final
del mismo, bendecir y absolver a todos los hermanos presentes y a los demás que estaban en
la Religión, y bendecía también a los que en lo venidero habían de entrar en ella”413. Nos
habla de la bendición otorgada al hermano Bernardo 414 y de la enviada a la hermana Clara a
San Damián, que estando enferma se la había pedido con insistencia 415.
Ángel Clareno afirma que la bendición se la da al hermano Bernardo, con textos
tomados de la Leyenda Perusina.
En los Actus beati Francisci, la bendición se la da al hno. Bernardo, aunque éste pide
al hno. Elías que se siente a la derecha de Francisco, pero el Santo coloca la mano derecha
sobre la cabeza del hno. Elías, y dándose cuenta de que no es el hno. Bernardo, cruza las
manos para bendecir a éste.
Lempp dice que la bendición no puede ser “una pura invención” 416.
Para Manselli, los Actus beati Francisci son “los más cercanos a la verdad”. Francisco
quería confiar a una sucesión de jefes una comunidad de santos, a la severidad de las normas
la fuerza atrayente de un ejemplo ininterrumpido”417.
Salimbene, hablando de la muerte del Ministro general Buonagrazia de S. Giovanni in
Persiceto, refiere que fr. Vitale, Ministro provincial de Bolonia, estaba a su cabecera y le
404
Cfr. FELICE ACCROCCA, La benedizione di S. Francesco, en Frate Francesco, 69 (2003), p. 210.
405
Cfr. 1C 108.
406
Cfr. 1C 109.
407
Cfr. JE 68.
408
Cfr. JE 69.
409
Cfr. VNBPF 84 y 86.
410
Cfr. LV XIII, 80-83.
411
Cfr. LUC 12,1.
412
Cfr. 2C 216.
413
LP 59.
414
Cfr. LP 12.
415
Cfr. LP 13.
416
EDOUARD LEMPP, o.c., p. 65.
417
Cfr. RAOUL MANSELLI, L’ultima decizione di S. Francesco. Bernardo di Quintavalle e la benedizione di
S. Francesco morente en Bollettino dell’Istituto storico italiano per il Medio Evo e Archivio Moratotoniano, 78
(1967), 137-153.

EL HERMANO ELÍAS 55
pidió que en su nombre bendijera a todos los hermanos de su Provincia y los absolviera de
todos sus pecados. Y así lo hizo418.

A modo de conclusión

En una síntesis como la presente, aunque larga es breve, hecha como a vuelo de
pájaro, no sólo sobre la vida de un hombre, de la talla del hno. Elías, sino sobre un ser en
crecimiento y expansión como era la Orden Franciscana en ese momento, es difícil dar un
juicio que acabe con la cuestión eliana. Es necesario volver a las fuentes, no sólo las internas,
las de la Orden, sino también las externas: la Iglesia y el Imperio; así como el medio en el que
se desenvuelve el drama del hermano Elías: la Iglesia, la sociedad, la cultura, etc.... Podemos
fiarnos de la grandeza de ánimo del hermano Elías, considerando el florecimiento de la Orden
en su tiempo; y sus culpas deben estudiarse con seriedad y serenidad en el contexto de
corrientes opuestas dentro de la Orden, de las tensiones entre la Iglesia y el Imperio; buscando
y profundizando el por qué en muchos documentos que guardan en sí el fruto que todavía
debe madurar con el análisis crítico y el discernimiento sosegado.
Trato de presentar el formarse de una doble corriente sobre la compleja vida y obra
del hno. Elías, y la imposibilidad de poder dar un juicio definitivo, al carecer de documentos
fundamentales, hoy perdidos: la carta de disculpa que el hermano Elías entregó a Alberto de
Pisa en 1240; el “Registro” en que el hno. Iluminado, su secretario y luego obispo de Asís,
asentaba las cartas recibidas y expedidas por el hermano Elías; los folios arrancados de
algunos códices del Sacro Convento de Asís y que hacían referencia al hno. Elias…

Valentín Redondo

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SALIMBENE DE ADAM, Crónica, n. 2465.

EL HERMANO ELÍAS 56

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