Sei sulla pagina 1di 18

Noviembre de 2016 La Nueva Perspectiva

sobre Pablo
Una antigua manía

Juan Paulo Martínez Menchaca


SEMINARIO INTERNACIONAL DE MIAMI
SEMINARIO INTERNACIONAL DE MIAMI

ENSAYO FINAL
CURSO: EPÍSTOLAS PAULINAS

La Nueva Perspectiva sobre Pablo. Una antigua manía

Por Juan Paulo Martínez Menchaca

Facilitador: Dr. Jaime Morales

Noviembre de 2016

1
INDICE

Introducción ................................................................................................................. 3
I. Primera presunción: El judaísmo del primer siglo no es como piensa la
Iglesia protestante ........................................................................................................ 5
II. Segunda presunción: Las “obras de la ley” según Pablo se limitan a la ley
ceremonial ..................................................................................................................... 6
III. Tercera presunción: La “justicia de Dios” es su fidelidad a su pacto ..... 9
IV. Un resultado del prurito académico y el amor por la novedad ............. 10
V. La enseñanza de Jesús y el apóstol Pablo sobre la justificación de acuerdo
con la Biblia ................................................................................................................. 12
VI. La Teología del Segundo Templo y la percepción del judaísmo del primer
siglo según Sanders niegan la doctrina de la inspiración e inerrancia bíblica para
lograr sobrevivir ......................................................................................................... 15
Conclusión ................................................................................................................... 18
Bibliografía ................................................................................................................... 21

2
Introducción

En 2 Ti.2.15 el apóstol Pablo orientó a Timoteo para que fuese fiel a la Palabra de Dios y
a su recta interpretación: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como
obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad”1.
DHH2 traduce “que enseña debidamente” y la NVI3 “que interpreta rectamente” la Biblia. A
lo largo de los siglos esta ha sido la tarea de los pastores y maestros, y del pueblo de Dios
en general: revisar que la doctrina que reciben y practican es conforme a la revelación
bíblica (cfr. Hch.17.11).

De vez en cuando aparecen movimientos sectarios, apostatas o neo-ortodoxos que


promueven nuevas ideas y principios que se asegura son extraídos de las Escrituras. Por
ejemplo, el feminismo, el abortismo y el homosexualismo cultural son tres partes de una
ideología común que se ha infiltrado en la Iglesia y ha operado desde los seminarios y
teólogos liberales–hombres y mujeres. Estos luchan para que la Biblia sea releída y
estudiada con “creatividad”. Hay que derribar los muros que ha impuesto lo que
denominan “la tradición” y destruir los paradigmas antiguos. Así se conseguirá-sostienen-
una auténtica revolución humana a favor de Dios y de los hombres.

Hay un hilo filosófico común que estas personas hambrientas de novedades suelen
invocar que se llama relatividad. Las cosas se entienden en relación de los lentes culturales
e ideológicos de cada ser humano. La cosmovisión personal moldea siempre lo que uno
conoce, y ya no conoces las cosas en sí sino las cosas como tú quieres verlas. Se imponen
las categorías de nuestro entendimiento (por usar una expresión kantiana). Y para el caso
de la Biblia no leemos “el Evangelio” sino “nuestro Evangelio” –el “evangelio occidental”.
No captamos la esencia de las cosas que enfrentamos con nuestros sentidos y nuestra
mente, sino solo partes de verdad distorsionadas por nuestros prejuicios. Lo que

1
A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas de este trabajo están tomadas de LA BIBLIA DE
LAS AMÉRICAS, 1986, 1995,1997, de Lockman Foundation. Usada con permiso.
2
Dios Habla Hoy.
3
Nueva Versión Internacional.

3
conocimos por años, décadas o siglos resulta que no ha sido genuino sino una obra
tramposa de nuestra ignorancia.

La Iglesia le ha hecho la guerra a esta visión subjetivista de la realidad desde el principio


de que el conocimiento de Dios es objetivo, y lo que de él conocemos lo logramos debido a
que él mismo se ha revelado en la forma y el modo que quiere y en el que sus criaturas
podemos comprenderlo- aunque imperfectamente. La Iglesia cree que aunque es imposible
tener una comprensión total de Dios, sí es posible –porque Dios lo ha hecho posible- saber
con certeza indubitable quién es Dios y lo que quiere de y para nosotros, por medio de las
Sagradas Escrituras (véase 1 Ti.3:14-16). Por ejemplo, cuando la Iglesia confiesa que la
Palabra de Dios es perfecta (Sal.19.7) no lo hace desde una conclusión meramente humana
sino afirmando lo que Dios mismo ha revelado de su propia naturaleza. Por eso, aunque
alguno concluya que no es verdad que la Biblia es tal esta sigue siéndolo porque Dios lo ha
dicho así.

Cuando se estudia la Nueva Perspectiva sobre Pablo (en adelante NPP) se está ante el
intenso ejercicio intelectual por releer la Biblia especialmente en la porción que constituye
alrededor del 70% del Nuevo Testamento: la obra paulina. De acuerdo con sus proponentes
(E.P. Sanders, James Dunn y N.T. Wright, entre otros) la Iglesia protestante lleva cuando
menos 200 años leyendo equivocadamente las epístolas del apóstol Pablo,
malinterpretando sus conclusiones y sus luchas, y perpetuando el error en materias torales
tan doctrinalmente delicadas como lo son la justificación por la fe, las obras de la ley y la
justicia de Dios, entre otras.

En seguida trataré tres de las afirmaciones o presunciones más importantes que hace la
NPP y según las cuales dice explicar de forma fidedigna el Evangelio.

I. Primera presunción: El judaísmo del primer siglo no


es como piensa la Iglesia protestante

Los postulantes de la NPP sostienen que Lutero y los reformadores interpretaron


equivocadamente la obra del apóstol Pablo debido a que estos enredaron su lucha contra
gran parte de la teología romana (el semipelagianismo) con la polémica que Pablo sostuvo
con los judaizantes de su época. Para Lutero y compañía la soteriología romana y su énfasis

4
en las obras para la salvación fue precisamente el equivalente de lo que otrora fuera el
epicentro de la controversia entre Pablo y lo que los reformadores entendieron como una
lucha apostólica contra el legalismo de los judíos del primer siglo, entendiendo que el judío
en ese entonces quería salvarse a sí mismo por medio de su rectitud moral y participación
en rituales legales. Dunn4, por ejemplo, dice que no es verdad que los judíos del primer
siglo fueran legalistas sino lo contrario, asunto que se explicará más adelante con detalle.
Sostiene que esta creencia ha denigrado al judaísmo y ha pervertido la comprensión
adecuada de la obra de Pablo.

Según la NPP los judíos del primer siglo seguían la Teología del segundo Templo (en
adelante, TST) y lo que se conoce como nomismo pactual5. La TST es aquella que nace
entre el período de construcción del segundo templo en Jerusalén en el 515 a.C. y la gran
profanación del mismo a manos de los romanos en el 70 d. C, y que explica Sanders como
nomismo pactual: La relación de pacto con Dios es un regalo de su gracia para el judío,
que aparece con la elección soberana divina sin que medie la obra humana. Pero la
permanencia en dicho pacto divino es producto de la obediencia personal. Entonces el
judío del primer siglo entiende que ha sido elegido por gracia para formar parte de la
comunidad del pacto por lo que tiene una alta estima de los Diez Mandamientos y la Ley
en general, obedeciéndola no solo exterior sino interiormente. No es, pues, una
comunidad hipócrita sino piadosa. Así, los adherentes de la NPP insisten en que la TST
era una teología de la gracia de Dios y jamás una religión legalista6. De este modo, la
interpretación clásica de Lutero y los reformadores de que la salvación es por la fe y no por
las obras (Ef.2:8-9) en el sentido de que las “obras” son actos de justicia personal
legalistas, es errónea. La NPP asume que los judíos a los que Pablo hablaba no procuraban
salvarse a sí mismos. Les hablaba de otra cosa, como veremos a continuación.

4
Tom Wright & James Dunn The New Perspective on Paul en https://youtu.be/cqZYbcvANhM.
5
Véase Sanders, E.P. (1977) Paul and the Palestinian Judaism. Ed. Fortress Press. 627 pp. Por otro lado, la
expresión es una traducción de “covenantal nomism” donde “nomism” no tiene una traducción adecuada al
idioma español.
6
Véase Mattison, M.M. A summary of the New Perspective on Paul en www.thepaulpage.com.

5
II. Segunda presunción: Las “obras de la ley” según
Pablo se limitan a la ley ceremonial

En Gálatas 2.16 Pablo indica que nadie es justificado por las obras de la ley sino por la fe
en Jesús:

[S]in embargo, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino
mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús,
para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley; puesto
que por las obras de la ley nadie será justificado.

La lectura clásica protestante de este y otros pasajes paralelos es que ninguna persona
puede conseguir con sus buenas obras –rectitud moral, obras de misericordia,
cumplimiento de rituales, etcétera- ser declarado justo delante de Dios. Es solo por medio
de Cristo que a través de la fe en él no es imputada su justicia mientras que nuestro pecado
le es imputado a Jesús en la cruz, donde ocurre la expiación. Pero la NPP sostiene que el
apóstol ni siquiera está tratando aquí con nuestra salvación sino con nuestra incorporación
a la Iglesia porque, para empezar, para Pablo el Evangelio no se trata de cómo una persona
puede ser salva. El evangelio es que Jesús fue crucificado para después resucitar y ser
exaltado, probando así que él es el Mesías prometido de Israel y es Señor de todo el mundo
y toda criatura7.

Los proponentes de la NPP indican que “las obras de la ley” se refieren a la ley
ceremonial que incluye la circuncisión, las leyes sobre la dieta, las normas del sacerdocio y
el guardar el sábado, que constituyen las credenciales étnicas del judaísmo8. Esta
expresión del apóstol no refiere la ley moral de Dios ni la rectitud personal y ética. Pablo no
necesita decirle al judío del primer siglo que no piense que puede salvarse a sí mismo por
sus buenas obras de rectitud moral porque, como se ha dicho ya, el judío en cuestión no
creía que podría lograr tal cosa. Le quedaba claro que su inclusión en el pacto con Dios era
una obra de la gracia y no del mérito personal. Pero había que corregir la creencia de que

7
Ver Wright, N.T. (2014) What Saint Paul Really Said. Was Paul of Tarsus The real Founder of Christianity.
Edit.Eerdmans, 245 pp.
8
Ibíd.

6
solo por medio de las credenciales étnicas del judaísmo una persona podía demostrar su
membresía en el pacto. Pablo les dice que los gentiles no necesitan “las obras de la ley”, que
nadie las necesita ya, porque ahora es solo por medio de la fe en Jesús que los hombres son
bienvenidos a la comunidad del pacto. La fe sustituye ahora la credencial étnica, y por ello
ya no son necesarias las observancias de la ley ceremonial.

Es en este punto que concurre el aspecto más complicado de la NPP: la justificación. En


Gá. 3.16 la justificación no es por las obras de la ley sino por la fe en Jesús. Lutero y los
reformadores insistieron que la justificación era un término teológico forense9 de
soteriología. Trata sobre la salvación personal de los creyentes. El justificado por la fe es
libertado del pecado, de la muerte y del infierno. Ya no hay más condenación para los que
están en Cristo Jesús (Ro.8.1). Pero la NPP sostiene que esto es un acercamiento
psicológico propio de la piedad medieval agustiniana. Es la imposición de la excesiva
introspección monacal al término “justificación”, el ser salvado de la condenación que
acarrea el pecado en nosotros10, cuando la realidad es que se trata del sencillo principio de
que por la gracia de Dios una persona pasa a formar parte de la Iglesia11. Dikaiosune no es
un verbo griego que refiera un cambio de estatus o algo añadido a un objeto. Es un genitivo
subjetivo o posesivo –según un giro exegético extraño- que debe llevarnos a concluir que la
justicia es una cualidad que pertenece a Dios. En esta tesitura, “justificación” adquiere una
dimensión completamente distinta a la sostenida por el protestantismo.

Ser justificado por la fe significa que uno pasa a formar parte de la comunidad del pacto
no de acuerdo a las “obras de la ley” porque no es necesario sostener las credenciales
étnicas judías para ello. En este sentido, “salvarse” es un asunto distinto, no soteriológico
sino escatológico, que se definirá al final según la obediencia personal que se haya
guardado dentro de dicha comunidad. Ser justificado es tema relacional, eclesiástico y
ecuménico (todos somos parte de la Iglesia). Se permanece en el pacto con Dios por medio
de la obediencia aunque se entra al mismo por medio de la gracia; la justificación un
proceso de toda la vida y no un acto legal (forense) como enseñan los reformadores. Es
comprensible entonces que la NPP esté obteniendo las simpatías de la Iglesia Católica
Romana y otros sectores pelagianos y semipelagianos.

9
Término legal que refiere un foro donde se ventila una causa penal en la que hay un culpable, un juez y un
veredicto.
10
Véase Mattison, M.M. A summary of the New Perspective on Paul en www.thepaulpage.com.
11
En este sentido véase Cara, R. What is the New Perspective on Paul? en https://youtu.be/KIc4s1TAHTA.

7
III. Tercera presunción: La “justicia de Dios” es su
fidelidad a su pacto

Los proponentes de la NPP –como N.T. Wright- sostienen que el mensaje central
del apóstol Pablo no es la doctrina clásica sobre la justificación por la fe que responde a la
pregunta “¿Cómo podemos ser salvos?”. En su lugar el Evangelio es la proclamación de
Jesús como Señor y Mesías que cumple las expectativas de Israel, cuya demostración de
autenticidad ha quedado marcada con su muerte, resurrección y exaltación 12.

Romanos 1.17 dice:

Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está
escrito: MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRA.

Esta justicia de Dios, según la NPP, es aquella característica de Dios Padre por medio de la
cual él demuestra su fidelidad a su pacto por medio de Jesús13. No implica algún elemento
de salvación personal por gracia a través de la fe mediante la imputación de la justicia de
Cristo al pecador- un estado de justicia recibido de Dios. La “justicia de Dios” descansa en
nuestra inclusión en la comunidad del pacto. Dios no es justo por salvarnos del pecado y de
la muerte en los méritos de Cristo sino por ser fiel a su pacto: el ha cumplido en Cristo lo
prometido (no la salvación personal sino la unificación de judíos y gentiles bajo el Señor-
Mesías Jesús). Thomas anota que la costumbre de la NPP de atribuirle dos significados a
una misma expresión en cada texto es una penosa falla hermenéutica. Para el caso, “la
justicia de Dios” significa una “cualidad de Dios” (como genitivo posesivo) y también
significa “un poder activo que sale de Dios” (como genitivo subjetivo)14.

Esta visión se opone al entendimiento protestante según el cual la justicia de Dios


es el corolario de la doctrina bíblica de la imputación: Dios imputa al creyente la justicia de
Cristo por medio de la fe en su Hijo Jesús, y nuestro pecado le es imputado a Cristo en la
cruz. La expiación entonces ocurre a favor del cristiano y la paga del pecado queda saldada,

12
Ver Wright, N.T. (2014) What Saint Paul Really Said. Was Paul of Tarsus The Real Founder of
Christianity. Edit.Eerdmans, 245 pp.
13
Véase Is.40-55.
14
Ver Thomas, L, R. (2005) Hermeneutics of The New Perspective on Paul, TMS.

8
sin que la justicia de Dios resulte violentada. El Evangelio se explica precisamente en esta
narración de hechos redentivos los cuales para la NPP resultan de un análisis anacrónico y
una lectura distorsionada de las epístolas paulinas. Esta es sin duda una recreación del
mensaje de la Biblia.

IV. Un resultado del prurito académico y el amor por la


novedad

Barth Erhman es uno de los más famosos apostatas de la época actual. Ha utilizado
todos los recursos que el conocimiento académico le ha dado para intentar destruir la
consistencia y veracidad del cristianismo histórico. Particularmente, se ha ensañado con el
Nuevo Testamento. Como Erhman, de tiempo en tiempo brotan nuevos desafíos a la fe
cristiana desde la academia. A diferencia de los cultos y sectas que pululan y militan desde
la más crasa mitología, supersticiones, caudillismos ignorantes y amores por el dinero,
estos retos nacen de la erudición en los seminarios cristianos a lo largo y ancho del planeta.
Inoculan poco a poco el veneno de la heterodoxia en las mentes jóvenes y construyen
teorías que se oponen a Cristo y su Iglesia. Es interesante notar que en las apostasías
académicas siempre concurra el pecado del orgullo personal: el destacar por una nueva
forma de entender la Teología cristiana, a pesar de que la dogmática que les es propia a la
fe resulta de un análisis de principios y proposiciones de la Biblia que no cambian porque
“la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Is.40.8). Erhman, Bultmann, Barth
y ahora los de la NPP, Wright, Dunn y Sanders, entre otros, coinciden en que “han
encontrado el hilo negro” por lo que la Iglesia puede por fin comprender correctamente la
Biblia o lo que quede de ella.

Afortunadamente, esta actitud orgullosa –porque nadie que sea humilde asumirá
que 19 o 20 siglos después “halló” la verdadera teología detrás de la Biblia- tiene la
tendencia de arrastrar solo a otros extasiados por la erudición. Porque el pueblo cristiano
es cristiano gracias al Espíritu Santo que actúa a través de la exposición del Evangelio: no
un evangelio refabricado sino el Evangelio que está en la Biblia. Lo mismo que ocurre con
el rechazo de los falsos evangelios de la prosperidad, los evangelios de la erudición neo-

9
ortodoxa y heterodoxa liberal encuentran su fin cuando el pueblo de Dios revisa la Biblia
para comprobar que lo que ha creído por siglos es veraz.

La trascendencia del mensaje de la NPP es del tamaño de la declaración que se lee


en Gálatas 1: 6-9:

Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de
Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio,
sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de
Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio
contrario al que os hemos anunciado, sea anatema. Como hemos dicho antes,
también repito ahora: Si alguno os anuncia un evangelio contrario al que
recibisteis, sea anatema.

“Un evangelio diferente” es una maldición. Si lo que dice la NPP es verdad, que el
Evangelio no es el mensaje de justificación por la fe y la manera en que los pecadores
pueden estar en paz con Dios (Ro.5.1) mediante el perdón de sus pecados, quiere decir que
por siglos hemos estado predicando un falso Evangelio, o al menos uno muy
malinterpretado. Empero, en relatos como el que se lee en 1 Co.15 queda claro que “el
evangelio que os prediqué…por el cual también sois salvos…” refiere dicha imputación de
la justicia de Cristo al creyente, la buena noticia de salvación personal y corporativa, ésta
en relación a la iglesia triunfante15.

V. La enseñanza de Jesús y el apóstol Pablo sobre la


justificación de acuerdo con la Biblia

Romanos 10.3 dice:

Pues desconociendo la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no


se sometieron a la justicia de Dios.

15
Véase el trabajo de Piper, J. (2007) The Future of Justification. A response to N.T. Wright. 1era. Ed. Edit,
Crossway Books. 240 pp.

10
En este pasaje Pablo está tratando no solo con la ley ceremonial sino con la ley moral de
Dios. No acusa al judío del primer siglo de querer que los gentiles cumplieran con el
Sabbat, las leyes de la dieta y la circuncisión solamente, sino de creer que por medio de sus
buenas obras lograrían destacar ante el mundo y Dios. El apóstol, pudiendo “confiar en la
carne” por su irreprochabilidad como judío, declara que su justicia derivada de ley –su
justicia moral y ética delante de Dios- la estimó como pérdida: algo sin valor y además
repulsivo (Fil.3:3-11).

En el capítulo 18 de Lucas Jesús enseña que la presunción meritoria del judío


carece de sentido ante Dios. Dice: “Refirió también esta parábola a unos que confiaban en
sí mismos como justos, y despreciaban a los demás” (Lc. 18.9). “Confiar en sí mismos como
justos” siguiendo a la NPP y su TST saldría sobrando aquí. El judío ya era parte de la
comunidad del pacto con Dios; en todo caso sería una confianza legítima. Lo que sí se
integra al mensaje es que sus credenciales étnicas judías y su presunto cumplimiento de la
ley moral le hacían sentir mejor persona y exaltaban su supuesta virtud moral delante de
Dios como prueba el pasaje en comento. El fariseo decía: “Dios, te doy gracias porque no
soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este
recaudador de impuestos. Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que
gano” (v.11-12). Divida en dos secciones esta oración del judío fariseo propone que su
cumplimiento de la ley moral por un lado, y de la ley ceremonial por el otro, lo hacían
acepto ante el Señor16.

El versículo 13 indica que el recaudador de impuestos oraba aparte, sin alzar los
ojos al cielo y golpeándose el pecho –en actitud de arrepentimiento- diciendo: “Dios, ten
piedad de mí, pecador”. Jesús sentenció entonces: “Os digo que éste descendió a su casa
justificado pero aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se
humilla será ensalzado” (Lc.18.14). Esta justificación no significa formar o no parte de la
Iglesia o comunidad del pacto, sino ser reconciliado o no con el Padre aparte de las obras y
por la sola gracia de Dios (es un concepto soteriológico y no eclesiástico). El recaudador de
impuestos bajó “con otro estatus” delante de Dios. En este mismo sentido el apóstol Pablo
utilizó el término en sus epístolas, como es el caso de Romanos 4:4-5:

16
Algunos de la NPP indican que citar este solo pasaje para concluir la doctrina de la justificación por la fe
como tema central de los evangelios es incorrecto. Pero esto refleja un desmembramiento de la doctrina de las
Escrituras según la cual el texto revelado es consistente y progresivo. Jesús no enseñó un Evangelio distinto al
de Pablo.

11
Ahora bien, al que trabaja, el salario no se le cuenta como favor, sino como deuda;
mas al que no trabaja, pero cree en aquel que justifica al impío, su fe se le cuenta
por justicia.

Los versículos 6-8 abonan a la explicación en cita al salmo 32 de David donde se dice que
son “BIENAVENTURADOS AQUELLOS CUYAS INIQUIDADES HAN SIDO
PERDONADAS, Y CUYOS PECADOS HAN SIDO CUBIERTOS. BIENAVENTURADO EL
HOMBRE CUYO PECADO EL SEÑOR NO TOMARA EN CUENTA”. Para el apóstol es
claro que ser justificado equivale a que los pecados son perdonados por Dios, y así uno
recibe la salvación.

La acusación que hace la NPP de que es un anacronismo y psicologización hablar de


culpa personal y su necesidad de expiación en la exposición de las epístolas paulinas es
muy cuestionable. Así testificaba el apóstol Pablo en Romanos 3.20:

[P]orque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de El;
pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado.

La lectura de la NPP es que “por medio de la ley ceremonial nadie forma parte de la Iglesia,
porque mediante la ley ceremonial viene el conocimiento del pecado”, lo cual es ilógico y
antinatural al texto. Porque es la ley moral la que trae el conocimiento del pecado. Hacer lo
que Dios prohíbe y no hacer lo que Dios demanda, no solo en guardar, y hacer y no hacer
rituales, sino en cumplir a cabalidad cada requisito de la ley de Dios que exige una vida
santa y pura. La violación a esta ley trae consigo una culpa personal que solo puede
terminar mediante la justificación (Cfr. Ro.5.1;8.1).

12
VI. La Teología del Segundo Templo y la percepción del
judaísmo del primer siglo según Sanders niegan la
doctrina de la inspiración e inerrancia bíblica para
lograr sobrevivir

E. P. Sanders, uno de los antecesores de la NPP, es una figura académica clásica


liberal: niega la precisión y veracidad del Nuevo Testamento y obtiene sus conclusiones no
de la Biblia sino de sus investigaciones y apreciaciones subjetivas de lo que es o no
aceptable de las Escrituras17. Estudió la literatura rabínica en las fuentes que incluyen el
Tanaítico, los Manuscritos del mar Muerto, y los escritos ap ócrifos y pseudobiográficos
desde Ben Sirach hasta IV Esdras. Concluyó entonces su TST a pesar de que, como expone
Robert L. Thomas, dichas fuentes no son idóneas ni suficientes para armar un caso a favor
de tal visión del judaísmo del primer siglo. Por el contrario, en aquellas se pueden apreciar
diversas interpretaciones respecto de temas esenciales, entre los cuales está la concepción
del “pacto de gracia” que según Sanders compartían la mayoría de los judíos de la época.
Porque sí había judíos que creían en la gracia de Dios y sostenían que obedecer
interiormente y no solo en apariencia era necesario, pero también había otros que hacían
descansar su elección no en la gracia divina sino en los méritos de los patriarcas. Algunos
rabinos enseñaban el camino de las buenas obras, otros que con una sola trasgresión
serían condenados mientras que los había también quienes creían que un solo acto de
justicia los salvaría. En materia de expiación de pecados- prosigue Thomas- tampoco había
un acuerdo rabínico integral: unos confiaban en el arrepentimiento, en los sacrificios del
Antiguo Testamento, otros en los sufrimientos personales y otros en la muerte para su
salvación.

De esta forma, Sanders construye su teoría sobre el judaísmo del primer siglo a
partir de la predilección y simpatía personal que le evoca alguna de las corrientes del
pensamiento multifacético rabínico. Insiste entonces en que dicho sistema estaba basado
en la gracia de Dios y no en el legalismo. Las inconsistencias que enfrenta con la Biblia las
resuelve alegando que los rabinos no eran “teólogos sistemáticos” y que aquellas partes de
las Escrituras que denuncian un judaísmo legalista e hipócrita (Mt.3.7;5-7;23:13-36;

17
Ver el trabajo de Thomas, L, R., Hermeneutics of The New Perspective on Paul, 2005.

13
Mc.2:1-3:6;Jn.8.44, entre otras18) son históricamente “imprecisas” o “imposibles”,
añadidas de forma tardía al texto corrupto de los Evangelios, que en su opinión no fueron
escritos por apóstoles ni seguidores de Jesús sino por terceras personas en un idioma ajeno
al de Cristo. Ante esta objeción enraizada en el cuestionamiento de la inspiración e
infalibilidad bíblica no hay mucho que hacer. La NPP sostiene que la exégesis de los
reformadores estuvo basada en un prejuicio antipapista y no permitió que el texto bíblico
hablara por sí solo, pero esta corriente de pensamiento cometió lo mismo que acusó: no
solo no dejó hablar al texto sino que lo descartó como fuente fidedigna de información y en
su lugar erigió su exégesis sobre una investigación parcial de documentos extrabíblicos.

De la exégesis y hermenéutica reformadas hay que indicar que el análisis debía


partir del contexto histórico y la aguda observación gramatical de los textos bíblicos, para
así dar con el significado literal que el autor original quería transmitir a sus lectores. El
legado del humanismo abrió una nueva era de estudios textuales donde se trabajó con los
contextos originales y los significados de las palabras, así como se allanó el camino para
una fresca travesía erudita cuyo objeto era lograr traducir en idioma vernáculo el mensaje
dirigido inicialmente a una audiencia distinta a la receptora de la traducción. Wycliffe,
Lutero, Tyndale y Casiodoro de Reina son algunos de los traductores que aprovecharon
esta oportunidad de dejar atrás la especulación y enfrentar el texto bíblico en su
originalidad para extraer de él su verdadero sentido. A diferencia de este acercamiento a la
Biblia, el exegeta posmoderno suele preguntarse si el texto significa algo o no para concluir
a menudo que la respuesta está a medio camino entre el sí y el no. No hay un significado
absolutamente objetivo ni absolutamente subjetivo en el Nuevo Testamento19. El
antidogmatismo de nuestra era se debe a esta manera ambigua de pensar y es un gran
responsable de la caricaturización de la ortodoxia cristiana que cada vez es más normal en
los seminarios.

Conclusión

Aunque la NPP tiene ya varios años de gestación –alrededor de 40 si se trazara


hasta sus bases documentales en la obra de E.P. Sanders de 1977 Paul and Palestinian
Judaism: A Comparison of Patterns of religion- no deja de ser relevante en nuestros días

18
Revísense las citas con especial atención.
19
Así James Dunn citado por Thomas, L, R., Hermeneutics of The New Perspective on Paul, 2005.

14
por la influencia que la iglesia norteamericana –influenciada a su vez por otras iglesias de
países europeos- ha tenido en Latinoamérica en los últimos años. Por medio de las
misiones muchos anglosajones han traído enseñanzas a nuestras tierras que aunque en
una parte importante han sido extraordinarias, no ha faltado la incursión subrepticia de
algunas herejías y planteamientos heterodoxos y liberales provenientes de Alemania,
Francia e Inglaterra, entre otras regiones del mundo. Como explicaba al principio, algunas
distorsiones provienen del culto a la persona y al dinero mientras que otras del culto a la
erudición y a la originalidad en las ciencias bíblicas, cual es el caso de la NPP.

A guisa de conclusión expondré en 6 breves puntos las ideas principales que se


pueden colegir de todo lo asentado.

1. Cualquier método exegético que busque hallar el sentido original del texto bíblico
fuera de los propios linderos que este le impone producirá una interpretación
espuria.
2. La hermenéutica de la NPP tiene como centro de interpretación de las epístolas
paulinas –distíngase del énfasis- un estudio parcial de algunas fuentes rabínicas
elegidas por E.P.Sanders.
3. La NPP no solo retira del centro la justificación por la fe sino que la destruye bajo
la premisa de que Pablo no enseñó como justificación lo que enseñaron los
reformadores que esta era, porque simplemente no creía en tal cosa.
4. Afirmar que la Sagrada Escritura contiene errores, tergiversaciones e información
falsa para hacer destacar una nueva manera de leer la Biblia ha sido la vía ordinaria
del nacimiento de herejías y apostasías a lo largo de la historia.
5. Sanders sostiene que el Nuevo Testamento no es preciso, no fue escrito por los
apóstoles y asociados y que añadiduras posteriores- específicamente en boca de
Juan El Bautista y Jesús- son las que presentan al judaísmo como una comunidad
hostil, legalista e hipócrita. En su lugar arma la TST y anota que se trata de una
relación de pacto por gracia. Dunn asegura que comprender esto acabará con la
denigración del judaísmo debida a tal malinterpretación.
6. La NPP reinterpreta la justicia de Dios como su fidelidad a su pacto y también las
obras de la ley como una referencia a la ley ceremonial. Pero el texto bíblico enseña
que la justicia de Dios resulta en su imputación al creyente por medio de Cristo a
través de la fe, y que las obras de la ley incluyen la ley moral y exhiben la
presunción ilegitima del judío fariseo de ser justo por sus buenas obras.
15
No es bueno ni adecuado separar la enseñanza de Cristo de la de sus apóstoles. Porque lo
que estos dijeron lo afirmaron como Palabra de Dios y no de hombres (1 Tes.2.13). En el
caso de Pablo pareciera que se nos ha olvidado la historia del Camino de Damasco en
donde es Cristo quien encuentra al apóstol y le indica que se le dirá “lo que tiene que
hacer” (Hch.9.6), y también decir (cfr. 1 Co.14.37). La separación Pablo-Jesús no solo es
antibíblica sino detractora de la más elemental honestidad intelectual. Está en el texto que
Pablo recibió la revelación de parte de Cristo por lo que el “cristianismo” de Pablo es el
“cristianismo” de Cristo.

Ad fontes.

16
Bibliografía

Cara, R. What is the New Perspective on Paul? en https://youtu.be/KIc4s1TAHTA.

LA BIBLIA DE LAS AMÉRICAS, 1986, 1995,1997, de Lockman Foundation. Usada con


permiso.

Mattison, M.M. A summary of the New Perspective on Paul en www.thepaulpage.com.

Piper, J. (2007) The Future of Justification. A response to N.T. Wright. 1era. Ed. Edit,
Crossway Books. 240 pp.

Sanders, E.P. (1977) Paul and the Palestinian Judaism. Ed. Fortress Press. 627 pp.

Tom Wright & James Dunn The New Perspective on Paul en


https://youtu.be/cqZYbcvANhM.

Thomas, L, R. (2005) Hermeneutics of The New Perspective on Paul, TMS.

Wright, N.T. (2014) What Saint Paul Really Said. Was Paul of Tarsus The real Founder of
Christianity? Edit.Eerdmans, 245 pp.

17

Potrebbero piacerti anche