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OSCAR SNEYDER HERRERA MAHECHA SEMINARIO DE MEMORIA Y TERRITORIO

ARTE Y MEMORIA: Literatura y memoria histórica en la escuela. Una experiencia pedagógica e


investigativa

“Las llamadas ciencias humanas no pueden ser


separadas de un humanismo político que se planteó a
la vez como modelo de dominación e instancia de
redención” (Garavito 1999)

En el intento por acercarnos a la memoria desde perspectivas que engloben o se


acerquen más al mundo del arte como vehículo para transmitir y comunicar el
testimonio de nuestra vida, esto no debiera hacerse únicamente con el tema de la
violencia, pero hay que reconocer que es uno de los vínculos que más nos une con
nuestro pasado con nuestra herencia simbólica en un territorio desde hace mucho
disputado por los enemigos del pueblo. Habría que darle la oportunidad a medios
artísticos que, como en este caso, pretenden llevar más allá herramientas tan humanas
como lo son el lenguaje y la literatura. “La literatura es considerada aquí un tipo de
lenguaje que contiene en sí mismo una percepción particular de los acontecimientos que
han constituido la guerra colombiana y las secuelas en sus víctimas, diferente a
discursos jurídicos, históricos o sociológicos y más allá de un juicio o un argumento
analítico.” (García, N. González, F. 2019, P.3) dado nuestro pasado Colombiano, la
memoria tendría razones de sobra para enarbolar su propósito en la reconstrucción de
los lazos sociales de nuestra sociedad.

Nuevas formas de afectar la sensibilidad, de lograr una mejor lectura de esas realidades
que han devastado a nuestro país, estos serían algunos de los alcances de la literatura a
la hora de ponerla en acción según el autor. En medio de un conflicto social como el
nuestro, facultades como la imaginación o la intuición beberían ser nuevamente
revaloradas, ya que es por medio de la sensibilidad expuesta de los actores más
afectados como podemos dar un paso en ese proceso de retaliación del conflicto.

Ahora bien, los autores se proponen ver la forma en que esta intención literaria se
perpetúe dentro de los currículos académicos de la escuela; además, teniendo en cuenta
que su intención parte a partir del estudio de varias novelas, que por medio del lenguaje
y gracias a la facilidad que da la literatura, buscan retratar o mejor aún, comunicar lo
mejor posible la violencia en Colombia. “cuerpo simbólico de la memoria, destacamos
los hechos que quedan condensados en los recursos literarios, como la metáfora, la
intertextualidad o las alegorías presentes en las novelas que remiten al conflicto social y
político en Colombia” (García, N. González, F. 2019, P.3) Entonces los autores nos
dirán, la narración como creadora de sentido, condensación de procesos capaces de
representar el pasado, aquí se funde lo que es un relato con lo que podría ser la parte
más vital de nuestra experiencia, al quedar está recogida en un tipo de documento que
no solo hablara ya de la historia, de los hechos que inmiscuyen a un pueblo sino
también lograran convertirse en herramientas formadoras y de apoyo en la práctica
escolar.

De esta forma, al acercarnos a las posibilidades pedagógicas de una lectura más literaria
del conflicto, nos puede llevar a una mejor cobertura por decirlo de alguna manera, en la
que se puede hacer de la memoria del sufrimiento algo útil. “Es de anotar, en este
contexto, que en el marco de los actuales procesos de paz, la memoria se constituye en
uno de los aspectos más importantes para la educación, por cuanto se perfila en ella la
posibilidad de visibilizar ante la ciudadanía el sufrimiento de las víctimas, reconocer los
efectos subjetivos de la guerra en una parte de la sociedad colombiana y advertir una
forma de comprender lo que se ha denominado experiencias de reparación y de no
repetición” (García, N. González, F. 2019, P.4)

De lo anterior también podríamos referir la insigne preocupación que los autores ponen
de relieve y son precisamente aquellas que radican en la repercusión, en el eco que el
conflicto armado del país tiene sobre nuestros jóvenes, (pues no parece obrar mayor
efecto) así como el papel de estas narraciones en la labor formadora que debería tener
de la educación. En este mismo sentido diremos que la literatura sí que puede abrir el
campo perceptivo entre los jóvenes, ya que permite la transmisión de un conocimiento
por medio de la reconstrucción de sus propias historias, me refiero al hecho de que al
ser partícipes de algo, al tener voz en la narración de un acontecimiento significativo, la
valía de quienes protagonizaron la memoria en particular que se intenta rescatar se
amplifica, cobrando así mayor trascendencia la narración que se gesta de esta forma
desde lo particular.

Y es que la creación de un campo simbólico lo suficientemente activo en la imaginación


de los jóvenes no es tarea fácil, si bien es cierto que la conjunción entre el lenguaje
literario y la vida misma es mucho más contundente. “La magia de la literatura radica en
lograr la conexión de lo imperceptible –aquello que a simple vista no se puede
reconocer– con lo perceptible –una forma que nos permite descubrir los enigmas
humanos–, trazando de esta manera el plano estético sobre el que reposa el plano
literario.” (García, N. González, F. 2019, P.7) Por esto mismo es que la literatura
podría convertirse en un puente, en un vínculo que se tienda sobre la masa doliente de
nuestro pasado y de las memorias que deja la violencia, y gracias a la sensibilidad
misma que surge cuando nos abrimos emocionalmente a algo podamos reconocernos
como parte integral y afectada de un conflicto ante el cual no puede haber
invulnerabilidad dentro de las bases de una sociedad, cualquiera que esta sea.

Es interesante también la idea del estigma que genera las consecuencias de la violencia
y me refiero a esa estigmatización que surge en las narrativas de lo que debe ser o se
entiende por una víctimas y victimarios. Esto, entendiéndolo como una situación
específica que deja a los afectados ante un panorama pasivo que expone su
vulnerabilidad.

En sí, se busca hacer del arte literario una herramienta moldeable, manejable a los
escenarios donde ocurren los mayores agravios y brutalidades sobre sus habitantes, que
su relevancia se ….analogía, ejemplo, serian algunos de los elementos que se buscaría
poner en practica a la hora de utilizar las expresiones que tienen cabida en un texto
literario y llevarlos mucho más allá del simple goce estético o intelectual, considero que
de esta forma el arte logra realmente humanizarse dentro de contextos que precisamente
operan anulando toda dignidad humana.

Para terminar hablare de cómo, en el caso referido de utilizar algunas novelas


colombianas que se enmarcan dentro de dinámicas de conflicto (en su mayoría armado)
resulto un acierto tan solo en el hecho del impacto o efecto recibido sobre alumnos de
bachillerato. Sara alumna de noveno grado del Instituto Pedagógico Nacional afirma:

Yo supongo que a todos nos trajo como un revuelto de emociones al leerla y es una
realidad que nosotros veíamos en un televisor y que veíamos muy ajena a nosotros y
leer eso, en serio, es como ponerse en los zapatos ya sea de Betty, de Ramiro, de la
periodista, pues, del personaje que haya sido y entender, o sea, no entender, sentir más
que todo, cual es la realidad que vive el mismo país donde nosotros nacimos.

(García, N. González, F. 2019, P.8)


De esta manera la literatura nos ofrece la posibilidad de traer a la luz afectaciones que
no son evidentes en la realidad de un diario vivir, que lo incognoscible que lo
incomunicable sea aplacado con la luz de un nuevo entendimiento, más aun si este
entendimiento nos empodera más con la realidad inmediata que nos está afectando de
manera directa y constante. Valentina, otra estudiante de grado undécimo de la misma
institución educativa afirma:

Empezamos a leer listo, “Toma del palacio de justicia”, tantos muertos, tantos
desaparecidos y de esa manera lo registrábamos en nuestro proyecto, pero lo que
logran estos libros y lo que logra la literatura es volver a despertar esa sensibilidad
humana porque es presentar los datos de una manera completamente distinta, donde
usted no está leyendo el informe de que fue lo que sucedió paso a paso, sino que usted
está sintiendo cómo sienten las personas y yo creo que eso es lo que logra la literatura.
(García, N. González, F. 2019, P.9)

Además y para cerrar diré (que al menos para mí) que la literatura se erige así como uno
de los artes más valiosos porque entraña la comprensión del intelecto, la comprensión
de lo externo e interno, de lo que uno cree saber de uno mismo y de sus semejantes y de
la profundidad y sentido con que cualquiera de nosotros busca dotar su propia
experiencia sin importar si esta ha sido traumática o dolorosa, todos estamos inmersos
por medio de esta búsqueda de una mejor comunicación gracias a la visión que nos
ofrece y nos ha ofrecido siempre la literatura.

Bibliografía

García, N. González, F. (2019). Literatura y memoria histórica en la escuela. Una


experiencia pedagógica e investigativa. Folios, 49, 149-160

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