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1. pérdida de sangre
2. disminución de la producción de hematies
3. aumento de la destrucción de hematíes (hemólisis).
La pérdida de sangre debe ser el primer factor a considerar. Una vez que éste se descarta sólo
quedan los otros dos mecanismos. Como la supervivencia de los hematíes es de 120 días, el
mantenimiento de una población estable requiere la renovación de 1/120 de las células
diariamente. El cese completo de la producción de hematíes resulta en una disminución de
aproximadamente el 10% semanal del valor control. Los defectos de producción tienen como
resultado una reticulocitopenia relativa o absoluta.
Cuando los valores de hematíes disminuyen a una velocidad mayor al 10% (es decir, 500.000/(l) sin
evidencia de hemorragia, se establece que el factor causal es una hemólisis.
Por el contrario, las anemias normocrómicas normocíticas por defectos de la producción sugieren
un mecanismo hipoproliferativo o hipoplásico.
Finalmente, algunas anemias se caracterizan por hematíes de gran tamaño, o macrocitos, lo que
sugiere un defecto en la síntesis de ADN. Estas anemias se deben generalmente a defectos en el
metabolismo de la vitamina B12 o del folato, o a una interferencia en la síntesis de ADN por agentes
quimioterápicos citorreductores. Una respuesta medular adecuada a la anemia se evidencia por
reticulocitosis o policromatofilia en sangre periférica.
Un punto crítico en el tratamiento de las anemias es que éste debe ser específico, lo que implica la
necesidad de establecer el diagnóstico específico. De hecho, la respuesta al tratamiento corrobora
el diagnóstico. Aunque el tratamiento con agentes múltiples (es decir, una terapéutica en
perdigonada) puede en ocasiones producir una mejoría transitoria de la anemia, dicho tratamiento
no está justificado, dado que presenta el riesgo de provocar secuelas graves.
La transfusión de hematíes proporciona una forma de resolución instantánea que debe reservarse
para pacientes con signos o síntomas cardiopulmonares, hemorragia activa incontrolable y algunas
formas de insuficiencia orgánica terminal hipoxémica.
Fisiopatología/Mecanismos compensadores
Cuando existe anemia se producen una serie de efectos en el organismo, algunos debidos a la propia
situación de hipoxia, pero la mayoría originados por la entrada en acción de distintos mecanismos
compensadores.
Cuando la hemoglobina desciende por debajo de 7,5 g/dl (4,6 mmol/l), entra en acción otro
mecanismo de compensación, el aumento del gasto cardíaco, que en situaciones graves puede
incluso cuadruplicarse. El gasto cardíaco aumenta fundamentalmente gracias a la disminución de la
poscarga (disminución de las resistencias periféricas y de la viscosidad sanguínea). En casos graves,
la disminución de la concentración de oxígeno en la circulación coronaria servirá de estímulo para
aumentar más el flujo cardíaco. La presión sistólica suele mantenerse, pero la diastólica tiende a
descender, con lo que la tensión diferencial aumenta.
Evaluación en laboratorio
Las pruebas de laboratorio cuantifican el grado de anemia y proporcionan datos que contribuyen a
diagnosticar su causa.
En algunas circunstancias, se utilizan tubos con EDTA para las pruebas de coagulación.
Independientemente del anticoagulante empleado y dado que una anemia o una policitemia
significativas (Hto < 20 o > 50%, respectivamente) pueden alterar los resultados de la coagulación,
debe ajustarse el volumen de la muestra tras conocer los datos del hemograma completo. De esta
manera, en el caso de una anemia intensa, puede añadirse menos sangre a la cantidad fija de
anticoagulante mediante su extracción con una jeringa; en caso de policitemia, debe reducirse la
cantidad de anticoagulante.
o Hemograma completo
Es una evaluación básica que suele incluir hemoglobina, hematocrito, recuento y fórmula
leucocitaria, recuento de plaquetas y una descripción de la extensión de sangre, que comprende
morfología eritrocitaria y grado de policromatofilia, así como forma y estructura plaquetarias. A
menudo se incluye un recuento de hematíes, especialmente cuando se desea calcular los índices
eritrocitarios.
Los valores normales del recuento leucocitario total oscilan entre 4.300 y 10.800/µl y los de la
fórmula leucocitaria son: neutrófilos segmentados 34-75%, cayados ¾ 8%, linfocitos 12-50%,
monocitos 3-15%, eosinófilos ¾ 5% y basófilos ¾ 3%.
o Recuento de hematíes
Los valores normales al nivel del mar son de 5,4 ± 0,8 millones/µl en varones y de 4,8 ± 0,6
millones/µl en mujeres. Al nacer, este recuento es ligeramente superior; en el tercer mes de vida
desciende a niveles próximos a 4,5 ± 0,7 millones/µl y aumenta lentamente desde los 4 años hasta
la pubertad.
o Recuento de reticulocitos
Dado que los reticulocitos representan una población de células jóvenes, su recuento constituye un
criterio importante de actividad medular que puede considerarse como una respuesta frente a la
necesidad de renovación de hematíes. Un número de reticulocitos superior al normal
(reticulocitosis) indica una respuesta de restauración tras la pérdida aguda de sangre o el
tratamiento específico de anemias causadas por deficiencias en la eritropoyesis (por deficiencia de
vitamina B12, ácido fólico o hierro). La reticulocitosis es particularmente intensa en las anemias
hemolíticas y en las hemorragias agudas y graves. Un recuento de reticulocitos normal en una
anemia expresa el fracaso de la médula ósea para responder de forma apropiada. Tal
reticulocitopenia suele deberse a una deficiencia nutricional u hormonal que provoca una
eritropoyesis defectuosa; un mecanismo llamativo es la presencia de ciertas infecciones víricas (en
particular por parvovirus B19 humano) como causa de una grave, aunque transitoria, disminución
de la producción de hematíes.
o Índices eritrocitarios
El tipo de anemia puede definirse por los índices eritrocitarios: volumen corpuscular medio (VCM),
hemoglobina corpuscular media (HCM) y concentración de hemoglobina corpuscular media
(CHCM). Así, las poblaciones de hematíes se denominan microcíticas (VCM < 80 fl) o macrocíticas
(VCM > 95 fl). El término hipocrómica se refiere a poblaciones celulares con una HCM < 27
pg/hematíe o una CHCM < 30%. Estas relaciones cuantitativas pueden reconocerse generalmente
sobre una extensión de sangre periférica y, junto con los índices, permiten una clasificación de las
anemias que se correlaciona bien con su clasificación etiológica y que contribuye en gran manera a
la evaluación diagnóstica.
o Frotis
La anemia, por lo tanto, no es una enfermedad en sí, sino una manifestación común de varias
enfermedades diferentes. Para que el paciente tenga anemia, basta que el número de glóbulos rojos
circulando en la sangre esté reducido.
Para entender los síntomas de la anemia es necesario antes comprender cómo funcionan los
glóbulos rojos (hematíes).
La sangre no es una sustancia puramente líquida. En ella se diluyen trillones de células, siendo los
hematíes más abundantes. Los glóbulos rojos son células cuya principal función es transportar
oxígeno por la sangre hasta los tejidos. Dentro de los hematíes existe una proteína llamada
hemoglobina, que es la estructura responsable de la unión con la molécula de oxígeno. Una vez que
el oxígeno entra en los glóbulos rojos, se une a la hemoglobina para que pueda ser transportado por
todo el cuerpo.
Resumiendo el proceso de funcionamiento de los glóbulos rojos: los hematíes que están en la sangre
van hasta el pulmón, captan el oxígeno respirado (ligándolo a la hemoglobina), y viajan por toda la
circulación sanguínea distribuyendo ese oxígeno para que las células del cuerpo puedan funcionar
adecuadamente. Cuando todo el oxígeno se entrega, los hematíes regresan a los pulmones para
reiniciar el ciclo.
Cuando el paciente tiene anemia, es decir, una cantidad reducida de hematíes en la sangre, su
organismo tiene mayor dificultad para distribuir el oxígeno respirado a través de los diversos tejidos
del cuerpo. De ahí surgen los síntomas de la anemia. Y cuanto más grave es la deficiencia de
hematíes, menor es la entrega de oxígeno a las células y más intensos son los signos y síntomas.
De forma resumida podemos clasificar la anemia de la siguiente forma de acuerdo con los valores
de la hemoglobina en el hemograma:
Hemoglobina normal: por encima de 13 g/dL en los hombres o 12 g/dL en las mujeres.
Como ya se ha dicho, cuando la cantidad de glóbulos rojos está reducida, la oferta de oxígeno para
los tejidos queda comprometida. Como el oxígeno es un combustible esencial para las células, la
reducción del mismo provoca síntomas de falta de energía, tales como cansancio, debilidad, falta
de ánimo y comportamiento lentificado.
Las personas jóvenes suelen tener los sistemas cardiovascular y respiratorio más sanos y toleran
mejor la menor oferta de oxígeno. El corazón joven es capaz de golpear con más fuerza y frecuencia
y sus pulmones consiguen aumentar la cantidad de oxígeno respirado para compensar la reducción
en el número de hematíes. Sus células solamente sienten la falta de energía en situaciones en las
que hay una demanda mayor de oxígeno que lo habitual, como durante la práctica de ejercicios
físicos, o cuando la anemia es realmente intensa.
Las personas mayores suelen presentar quejas de cansancio y falta de energía más precozmente,
haciendo difícil la realización de tareas simples, como vestir, bañarse y caminar por la casa, incluso
cuando la anemia no es tan grave.
Cansancio
El cansancio es el síntoma más común y más típico de la anemia. En cuanto a la pérdida de hematíes
se instala de forma rápida, hasta los más jóvenes sienten este síntoma de forma intensa. Por otro
lado, si la reducción en el número de glóbulos rojos se está desarrollando gradualmente, a lo largo
de meses, el sistema cardiovascular y respiratorio consigue tener tiempo para adaptarse y el
cansancio puede surgir solamente en fases más avanzadas.
2. Falta de aire
La falta de aire suele ocurrir en casos graves de anemia o en los pacientes que ya presentan algún
grado de mal funcionamiento cardíaco y/ o pulmonar. Como la cantidad de oxígeno que llega a las
células es insuficiente, la respuesta del organismo es acelerar la frecuencia respiratoria, en el intento
de aumentar la oxigenación de la sangre. El paciente respira más rápido tratando de aumentar la
oferta de oxígeno para sus tejidos.
Así como hay un aumento de la frecuencia respiratoria, hay también un aumento de la actividad del
corazón. El corazón acelera tratando de aumentar la cantidad de sangre que llega a los tejidos. La
lógica es simple: si la sangre está pobre en hematíes, es necesario llegar más sangre, más
rápidamente y en mayor cantidad para que los tejidos puedan recibir una cantidad aceptable de
oxígeno. Disminuye la viscosidad sanguínea, existe entonces aumento del gasto cardíaco.
La taquicardia que ocurre en la anemia provoca la aparición de soplo en el corazón, con el fin de
incrementar el aporte
4. Dolor en el pecho
En pacientes con enfermedades del corazón, los valores de hemoglobina por debajo de 10 g/dl
suelen ser dañinos.
5. Palidez cutánea
La palidez de la piel y de las mucosas ocurre por dos motivos: el principal es la reducción de la
circulación de sangre que ocurre en los tejidos periféricos, como la piel, ya que el organismo pasa a
dar prioridad a los órganos nobles del cuerpo, desviando el flujo de sangre para los mismos. Como
la piel recibe menos sangre, se vuelve más pálida. Además de eso, como hay una caída en el número
de hematíes circulantes, la sangre se vuelve más diluida, asumiendo así un color menos vivo.
Por lo tanto, en la anemia, la piel y las mucosas pasan a recibir menos sangre, y la sangre que llega
está diluida por falta de hematíes. Además de la palidez, la piel también puede ser más fría.
En las personas de piel más oscura, esta palidez de la piel es más difícil de notarse. Para identificar
una anemia, es necesario mirar el color de la boca y de la conjuntiva de los ojos, que se presentan
más pálidas en casos de anemia.
La palidez cutánea puede no ser notada hasta que la hemoglobina caiga a valores alrededor de 10
g/dl. Por lo tanto, solamente la ausencia de palidez no descarta una anemia.
En los casos de anemia por carencia de hierro, la piel, además de pálida, también puede volverse
más resecada y áspera.
6. Calambres
Los calambres ocurren por los mismos motivos del cansancio y de la palidez cutánea.
La desviación de la sangre a órganos más nobles hace que los músculos periféricos reciben menos
oxígeno. Como el oxígeno es esencial para la generación de energía de los músculos, la falta de éste
provoca graves trastornos metabólicos en las células musculares, lo que puede provocar
contracciones involuntarias y el surgimiento de los calambres.
La anemia por deficiencia de hierro es una de las causas del síndrome de las piernas inquietas.
8. Dolor de cabeza
Los casos de anemia moderada a severa pueden provocar dolor de cabeza, que surge debido a una
reducción del aporte de oxígeno a las neuronas. En general, el cerebro es uno de los órganos que el
organismo tiende a preservar, aumentando el aporte de sangre en los casos de anemia.
El problema es que esta compensación tiene un límite y a partir de valores de hemoglobina por
debajo de 8 g/dl, el cerebro comienza a recibir menos oxígeno que el necesario para su buen
funcionamiento.
Además del dolor de cabeza, la disminución del aporte de oxígeno en las neuronas también provoca
otros síntomas neurológicos, siendo que los más comunes son somnolencia y dificultad de
concentración.
Estos dos síntomas, asociados a la reducción de energía en todo el cuerpo, hacen que el paciente
tiende a acostarse el día todo, ya sea porque está siempre muy cansado o porque está siempre con
sueño.
10. Hipotensión
La hipotensión es un síntoma común en las anemias que surgen a causa de pérdidas sanguíneas.
Cuando el paciente presenta una hemorragia, pierde no sólo hematíes, sino también volumen de
sangre circulante, lo que lleva a la caída de la presión arterial. La hipotensión arterial también puede
aparecer en las anemias graves de cualquier origen, cuando los niveles de hemoglobina se
encuentran por debajo de 6,5 g/dl.
La hipotensión se manifiesta clínicamente como debilidad extrema, piel fría y húmeda, dificultad
para ponerse de pie, mareos y sensación de desmayo.
La anemia con hipotensión es una emergencia médica, indicando la transfusión de sangre tan pronto
como sea posible.
Por vasoconstricción cutánea en un intento de preservar una irrigación correcta de los órganos
vitales, (ello justificaría la intolerancia al frío que presentan muchos de estos pacientes
12. Otros
A la exploración se encuentra un paciente pálido, con palidez de piel y de mucosas, debido bien a la
vasoconstricción periférica, bien al descenso del hematocrito y de la hemoglobina, bien a ambas
causas. Lo mismo sucede con los lechos ungueales. Se pueden hallar soplos carotídeos o en el ápex
originados por una excesiva velocidad de circulación de la sangre, a su paso por las válvulas
cardíacas. El resto de la exploración física, realizada de manera sistémica y ordenada orientará hacia
la etiología del proceso; caso de hepatopatías, endocrinopatías, tumores o hemopatías malignas.
Cuando una persona con anemia comienza a hacer ejercicio, el corazón no es capaz de bombear
cantidades mucho mayor de sangre de las que ya está bombeando, en consecuencia, durante el
ejercicio, aumentan mucho las demandas tisulares de oxígeno, se produce una hipoxia tisular
extrema y aparece insuficiencia cardíaca. Por eso se recomienda antes de iniciar un programa de
ejercicios, hacerse un chequeo general completo
Crónicas
Las anemias crónicas, que se instalan de forma lenta y gradual, a lo largo de varias semanas o meses,
no suelen causar síntomas hasta fases bien avanzadas. Como el proceso es lento, las hemoglobinas
existentes tienen tiempo de adaptarse, pasando a ser más efectivas en la captación y distribución
del oxígeno por el cuerpo. Además, el propio sistema cardiorrespiratorio pasa por cambios en el
intento de adaptarse a las bajas concentraciones sanguíneas de hematíes.
Debido a la capacidad de adaptación del organismo, los pacientes con anemia crónica consiguen
mantenerse asintomáticos en reposo hasta niveles de 8 o 9 g/dl de hemoglobina.
Las personas mayores pueden empezar a sentir los efectos tan pronto como los niveles de
hemoglobina caigan por debajo de 10 g / dl.
Agudas
En los casos de anemias agudas, con instalación rápida, como las que ocurren por hemorragias, el
paciente siente los síntomas, aunque la caída de la hemoglobina no sea muy acentuada. Una
hemoglobina que cae abruptamente de 14 g/dl a 10 g/dl puede ser suficiente para provocar muchos
de los síntomas descritos anteriormente.
Síntomas
Crónica
pequeños sangrados de manera crónica (ingesta de AINE, hernia de hiato, hemorroides) pueden
instaurarse progresivamente y ser muy bien tolerados por los enfermos que tan sólo mostrarán una
astenia moderada pero progresiva y una intolerancia al esfuerzo.
Aguda
La sintomatología que puede presentar el enfermo con anemia puede ser muy variada,
dependiendo fundamentalmente del proceso etiológico y también de la velocidad de instauración.
Una hemorragia masiva desencadenará un cuadro de disnea, palidez intensa, taquicardia y shock,
pudiendo acabar con la vida del enfermo en muy poco tiempo;
Tipos de anemias
https://www.studocu.com/es/document/universidad-complutense-madrid/inmunologia-y-
analisis-clinicos/apuntes/tema-13-analisis-de-las-alteraciones-eritrocitarias-anemias-y-
hemoglobinopatias/2438354/view
https://www.researchgate.net/publication/236323793_Hepcidina_una_molecula_clave_para_exp
licar_la_fisiopatologia_de_la_anemia
https://slideplayer.es/slide/14230281/