Claudia Copa Nalvarte|Derecho Internacional Privado|XI ciclo|2019-II
TEMARIO No. 5 Caso de la Viuda Maltesa, Caso del testamento ológrafo del Holandés y Caso Forgo Resumen
1. Caso de la Viuda Maltesa
Bartholo y Maria Aquilina son malteses, se casan en Malta, el marido se instala en Francia (Argelia) donde el marido adquiere bienes inmuebles. La viuda reclama la herencia contra una señora de apellido Vall, heredera de su esposo. La señora Vall rechaza la existencia del matrimonio, sosteniendo que la pretensión de repartir el acervo hereditario es sucesoria, rechazado por el derecho francés La viuda gana en primera instancia. Acredita su carácter de viuda y que al momento de celebración del matrimonio los esposos se encontraban bajo la ley maltesa El código de Malta debe ser aplicado, pues no hay violación del orden público francés cuando se trata del estado y capacidad de los extranjeros No ofende al derecho francés que se aplique derecho extranjero en ese caso Como el derecho de malta establece que los bienes adquiridos durante el matrimonio pertenecerán por mitades a la mujer y a sus herederos, corresponde hacer lugar al pedido de la viuda 2. Caso del Testamento ológrafo del Holandés Un holandés otorga en Francia un testamento ológrafo, discutiéndose después de su muerte su validez ante un tribunal francés. Se refiere a la aplicación del art. 992 del Código Civil Holandés por un tribunal extranjero. Según el mencionado artículo: “Un holandés que se encuentre en el extranjero no podrá otorgar testamento sino en la forma auténtica y con arreglo a las normas en vigor en los países en los que el acto se realiza”. Si un holandés testa en Francia en forma ológrafa, ¿puede un tribunal francés reconocer la validez de este testamento?. Todo depende de la calificación que se le atribuya a la prohibición del art. 992 del Código Holandés. Si los tribunales franceses relacionan la prohibición con la capacidad del testador y le atribuyen el carácter de una regla de incapacidad, resolverán que el testamento es nulo; si por el contrario vinculan la prohibición con la regla referente a la forma de los actos jurídicos, el testamento será válido porque la ley francesa admite la forma ológrafa. Si se contempla la olografía desde el punto de vista de la capacidad o incapacidad del testador de otorgarlo, resulta aplicable el Derecho Holandés, como derecho nacional del testador, lo cual nos conduce a su nulidad, ya que los Claudia Copa Nalvarte|Derecho Internacional Privado|XI ciclo|2019-II
holandeses no pueden otorgar testamentos ológrafos dentro o fuera de Holanda. Si
la olografía de un testamento es un problema de forma, se aplica el derecho francés (locus regit actum), y el testamento es válido. Para Holanda se debe enfocar desde el punto de vista de la capacidad. Para Francia la olografía es un problema de forma. En lo referente a la forma testamentaria, su punto de conexión invoca el Derecho del lugar de otorgamiento del testamento. La definición de lo que ha de entenderse por “lugar del otorgamiento del testamento” (punto de conexión) es misión del Derecho Francés (lex fori). Una vez establecida Francia como tal lugar, el Derecho Francés (ahora como lex causa, o sea, ley aplicable a la causa que es en este supuesto la forma testamentaria), nos define el concepto de “forma” como comprensivo de la olografía. Por último, el Derecho francés también reglamenta el problema de la olografía, o sea, nos indica si un testamento ológrafo es admisible y qué condiciones debe cumplir para ser válido. El testamento del holandés resulta válido desde el punto de vista formal. En segundo lugar, nos toca analizar la norma referente a la capacidad testamentaria. Su punto de conexión es la nacionalidad del testador. Aunque, en principio, la calificación del punto de conexión se encomienda a la lex civilis fori, con respecto a la nacionalidad se estatuye una excepción: ella se rige siempre conforme al Derecho Público del país cuya nacionalidad el interesado ostenta. En nuestro supuesto, el testado sólo ostentaba la nacionalidad holandesa; y era realmente holandés. Una vez determinado el Derecho Holandés como aplicable a la capacidad de testar, que es la causa de la norma indirecta sobre este tema, el Derecho Holandés no sólo nos indicará que es lo que debemos entender por el concepto de “capacidad testamentaria” (la causa de la norma), sino que simultáneamente reglamentará toda la extensión del concepto. Conforma a la concepción holandesa, en la capacidad testamentaria encuadra entre otros, el problema de la olografía. Luego, el mismo Derecho Holandés con respecto a la olografía inyecta a los holandeses en la incapacidad de otorgar testamentos ológrafos en cualquier parte del mundo. El testador hizo un testamento formalmente válido, pero sin tener capacidad para otorgarlo; en otras palabras, redactó un testamento nulo. El caso es similar al de un joven francés de quince años que hace en Francia un testamento ológrafo formalmente perfecto; el testamento es nulo, por falta de capacidad. 3. Caso Forgo Claudia Copa Nalvarte|Derecho Internacional Privado|XI ciclo|2019-II
El Caso Forgo es un caso destacado en materia de derecho internacional privado,
porque da nacimiento a la cuestión del reenvío en esta área del derecho. Ocurrió el 24 de junio de 1878 en la Corte de Casación de Francia. Franz Xaver Forgo era un bávaro que nació como hijo no matrimonial en 1801, cuando cumplió la edad de 5 años, su madre Ana María Ditchl se lo llevó a Francia, en específico a la localidad de Pau, ubicada en la Aquitania. Ana María contrajo matrimonio con un ciudadano francés adquiriendo esa nacionalidad. Forgo, entretanto, hizo toda su vida en Pau, contrajo matrimonio con una adinerada francesa, le sobrevivió y murió en 1869 a los 68 años, sin dejar testamento ni descendencia, pero sí un generoso patrimonio compuesto por bienes muebles. El litigio se entabló entre el matrimonio Ditchl, parientes colaterales de la madre de Forgo y el fisco francés en torno del patrimonio relicto mobiliario situado en Francia. Los colaterales invocaban el derecho bávaro, su pretensión estaba basada en el Codex Maximilianus Bavaricus de 1756 según el cual heredaban los parientes colaterales a falta de descendencia del causante. El fisco francés, representado por la Administración de Dominios, basó su argumentación en que la sucesión se regía por el derecho del lugar del domicilio de derecho según la norma de conflicto francesa. Como Forgo no lo había constituido nunca en Francia, a pesar de que vivió toda su vida en este país, le resultaba aplicable el derecho de Baviera, por ser en ese lugar donde Franz Xaver Forgo tenía su domicilio de derecho. Pero que había que consultar el derecho sucesorio bávaro para saber cuál era la legislación aplicable. Y el Código Maximiliano Bavárico sometía la sucesión a la ley del domicilio de hecho del causante, o sea, la Ley de Francia. Como el derecho civil francés disponía que ante la inexistencia de descendientes y de cónyuge heredaba el Fisco, no les correspondía derecho alguno a los colaterales de la madre del causante (los Ditchl). La Corte de Casación de Francia, en sentencia del 24 de junio de 1878, acogiendo el planteamiento del Fisco francés, representado por la Administración de Dominios, rechazando por ende la demanda del matrimonio Ditchl.