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COLEGIO DIOCESANO SAN FRANCISCO DE ASIS

GUIA DE TRABAJO DE EDUFE


13 de septiembre del 2019.
Leer detenidamente, comentar en parejas y escribir con sus propias palabras la respuesta a
cada pregunta, explicándolas según lo entendido.

1) ¿Por qué necesitamos la fe y los sacramentos para llevar una vida buena y
justa? Si sólo dependiéramos de nuestras fuerzas, no avanzaríamos mucho en nuestros intentos
de ser buenos. Por la fe descubrimos que somos hijos de Dios y que hemos sido fortalecidos por
él. Cuando Dios nos da su fuerza, hablamos de «gracia». Especialmente en los signos sagrados
que conocemos como SACRAMENTOS, Dios nos otorga la capacidad de hacer realmente el
bien que queremos hacer. [1691-1695] Como Dios ha visto nuestra necesidad, nos «ha sacado
del dominio de las tinieblas» (Col 1.13) por medio de su Hijo Jesucristo. Nos ha concedido la
posibilidad de empezar de nuevo en comunión con él y de avanzar por el camino del amor.

2) ¿Cómo fundamentan los cristianos la dignidad del ser humano? Todo ser
humano tiene desde el primer momento en el seno materno una dignidad inviolable, porque Dios,
desde toda la eternidad, lo ha querido, amado, creado, y lo ha destinado a la salvación y a la
bienaventuranza eterna. [1699-1715] Si la dignidad humana tuviera su origen únicamente en los
éxitos y realizaciones que llevan a cabo los hombres, entonces los débiles, enfermos e
indefensos carecerían de dignidad. Los cristianos creemos que la dignidad humana viene en
primer término de la dignidad de Dios. Él mira a cada hombre y lo ama como si fuera la única
criatura sobre la tierra. Y dado que Dios ha fijado su mirada hasta en el más pequeño de los
seres humanos, éste posee una dignidad infinita que no puede ser destruida por los hombres.

3) ¿Por qué anhelamos la felicidad? Dios ha puesto en nuestro corazón un deseo tan infinito
de felicidad que nadie lo puede saciar, sólo Dios mismo. Todas las satisfacciones terrenas nos
dan únicamente un anticipo de la felicidad eterna. Por encima de ellas debemos ser atraídos a
Dios.

4) ¿Por qué buscamos a Dios? Dios ha puesto en nuestro corazón el deseo de buscarle y
encontrarle. San Agustín dice: «Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta
que descansa en ti». Este deseo y búsqueda de Dios lo denominamos RELIGIÓN. [27-30] Para
el ser humano es natural buscar a Dios. Todo su afán por la verdad y la felicidad es en definitiva
una búsqueda de aquello que lo sostiene absolutamente, lo satisface absolutamente y lo reclama
absolutamente. El hombre sólo es plenamente él mismo cuando ha encontrado a Dios. «Quien
busca la verdad busca a Dios, sea o no consciente de ello» (santa Edith Stein).
1.
Cada sacramento corresponde a todos los momentos y etapas importantes de la vida cristiana. Aun
cuando vivimos inmersos en las cosas de este mundo, es Dios quien nos llama y está a la entrada
de nuestro corazón esperando que nosotros tomemos la decisión de abrir esa puerta, para que nos
ayude a vivir conforme a los muy buenos deseos que tiene para cada uno de nosotros.
Los sacramentos suponen Fe, la fortalecen y la alimentan. Ellos son necesarios para la salvación de
cada uno de nosotros.
Me llamaba la atención hebreos 10:38-39 donde dice: “38Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere,
no agradará a mi alma. 39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los
que tienen fe para preservación del alma.”
El justo es aquella persona que es honrado, aquel que lo manifiesta en todo momento bien sea en público o en su
intimidad, y evita corromperse con el pecado, que no tiene unión de pecado, y es bienaventurado; cualquiera que es puro y
limpio, es una persona que, además, obra en justicia con las personas.
Vivir por la fe es vivir en la justicia y por la justicia de Dios, es vivir de acuerdo con la disciplina de su
palabra y sobretodo vivir cada día en su dependencia.
Si nosotros vivimos por la fe, viviremos fielmente delante de Dios en todo tiempo. Somos justos
porque Dios, por medio de su misericordia inmerecida, nos justificó, nos limpió, nos lavó y nos hizo
su propia justicia, somos justos por la fe en Jesús y por su gracia.
Efesios 2:8-9 “8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.”
2.
El fundamento de la dignidad de la persona es Dios mismo, su Creador. Desde que somos creados
poseemos un valor inherente. Somos creados a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto debemos
amarnos a nosotros mismos, valorarnos e inculcar ese amor a las demás personas. Dios nos hace
dignos por igual tanto a hombres como mujeres, en sí es la gracia de Dios la que otorga al hombre la
dignidad y es por causa del pecado que perdemos este don de la gracia, dañándonos a nosotros y a
nuestra dignidad por completo.
3.
Todos buscamos ser felices, todos andamos tras la felicidad. No sabemos cómo alcanzarla ni dónde
puede estar, pero todos la buscamos.
No sabemos dar una respuesta clara cuando se nos pregunta en qué consiste la felicidad. Nos
cuesta trabajo ser felices porque buscamos la dicha en las cosas materiales y en otras personas,
olvidando que solo en Dios podemos encontrar la felicidad.
4.
Dios ha puesto en nuestro corazón el deseo de buscarle y encontrarle. El hombre solo es
plenamente el mismo cuando ha encontrado a Dios. Buscamos a Dios porque necesitamos de Él,
dependemos de Él y solo Él puede dar respuesta a nuestras peticiones cuando clamamos con fe.
Muchos tienen miedo de conocer a Dios porque eso implica cambios, una vez que tenemos un
encuentro profundo y sincero con Dios, nuestra vida cambia por completo, somos nuevas criaturas y
vivimos enamorados de Dios.
Pienso que esa constante búsqueda de Dios por parte de los seres humanos se debe a que somos
creados por Él y por tanto somos dependientes de Dios siempre.

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