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TEORIAS DE LA ROTULACION

Las sociedades están altamente diferenciadas, y las clases sociales, grupos ocupacionales y
étnicos y culturales, no comparten todas las reglas ni su aplicación a situaciones específicas.
Las reglas creadas y mantenidas por los grupos y las calificaciones que se hacen de los
desviados son motivo de conflicto y de desacuerdo, y parte del proceso político de la sociedad.
La posibilidad de definir reglas es una cuestión de poder.

Critica: muchas reglas definidas específicamente por grupos sean una cuestión de poder, no
significa que este poder no se encuentre legitimado (y por lo tanto aceptado por la comunidad)
o compartido en sus fundamentos culturales. Por otra parte, muchas reglas no son
específicamente creadas por los grupos, sino que se heredan de muchas generaciones. La
teoría de Becker, sin definición de límites, lleva al absurdo.
a) Los tipos de desviación
De la relación entre transgresión a la regla y percepción como desviación surge el conocido
cuadro de las conductas de Becker.
1) Conducta obediente y no percibida como desviada: Es la conducta conformista, no presenta
interés.
2) Conducta transgresora y percibida como desviada: La llama "desviada pura" y es el
supuesto común de toda la teoría criminológica: el que ha violado la regla y se percibe como
tal.
3) Conducta obediente y percibida como desviada: Se trata del caso del acusado falsamente,
situación que puede ocurrir tanto en un tribunal judicial (en el que por lo menos pueden
existir garantías procesales) como en situaciones extralegales (en las cuales la prueba
no importa, y la rotulación equivale a un prejuicio)
4) Conducta transgresora y no percibida como desviada: Es la llamada desviación secreta, que
según Becker tiene una dimensión mucho mayor que la que se acepta. Se trata de personas
que violan reglas, pero nadie lo sabe o todos actúan como si no lo supieran. Se las arreglan
para que nadie conozca su "infracción" o cuentan con la secreta tolerancia de sus allegados. ej
drogadictos.
Critica: Becker limite el rótulo de "desviado" al rotulado como tal, y considere al otro "infractor".
Si bien es una cuestión terminológica y le quita valor al acto infractor a partir del dato de la
rotulación o la reacción de los otros. Parece que la comisión del delito o la desviación no
tuvieran importancia ni relevancia respecto de lo que ocurre después.
La rotulación equivale a sindicar a alguien como habitualmente realizador de esas acciones, y
del que cabe esperar que se comporte en esa forma y en otras formas negativas o denigrantes
asociadas; si es un estafador, es mentiroso, sospechoso etc que descubierto públicamente no
vale la pena disimular.

Punto 3.- Goffman y el "estigma


Igual línea de Becker. Extiende los efectos del señalamiento en la conducta posterior del
"marcado" a ámbitos ajenos al comportamiento delictivo, pero no al "desviado", si se entiende
por éste no sólo la infracción voluntaria a una norma, sino la violación, incluso, involuntaria a
ella. En la vida social el medio cultural establece "categorías de personas" y entre ellas existen
algunas que por distintos motivos tienen descrédito.
Estigma es un atributo profundamente desacreditador, pero entendido no como un elemento
deshonroso en sí mismo, sino en la relación de interacción con ciertas categorías de personas.
Estos estigmas pueden ser de tres tipos:
1) Los físicos, que incluyen todo tipo de deformidades o carencias que otorgan al que las posee
un status diferencial, en general manifiestamente inferior al de las personas "normales".
2) Los de carácter, llamados así porque hacen a diversas fallas de personalidad, tales como
falta de voluntad, "pasiones antinaturales", surgen de estereotipos creados tanto a partir de su
trato como por las estigmatizaciones oficiales (informes sobre reclusiones, perturbaciones
mentales etc) y señalan a determinadas personas en el medio social.
3) Los tribales, que aluden a orígenes nacionales, étnicos o religiosos susceptibles según el
mito de ser transmitidos por "herencia" y "contaminar" a todos los miembros del grupo: pueden
abarcar al "extranjero".
En todos los casos el atributo estigmatizante pasa a primer plano de modo que los restantes
rasgos de la persona se anulan, resultando definido exclusivamente por el estigma.
El estigmatizado se define a sí mismo como igual a cualquier otro ser humano, mientras que, al
mismo tiempo, es definido por él mismo y por quienes lo rodean como un individuo marginal.
El lenguaje cotidiano refleja el grave descrédito del estigma cuando se utiliza como insulto, con
términos que originalmente eran descripciones de enfermedades o categorías: idiota x ej.
También existe un "estigma de clase", que se hace pagar cuando alguien asciende por encima
de lo que una sociedad prejuiciosa considera adecuado a la posición inicial de la persona.
El estigmatizado puede no sentirse tal, de acuerdo con el respaldo cultural de su propio grupo;
pero algunos miembros de grupos o subculturas alcanzadas pueden adoptar el criterio de
"normalidad" del estigmatizante, en cuyo caso tratan de adoptar o acercarse a la imagen
normal prescripta por el medio social predominante: cirugías plásticas xej.
Se puede intentar corregir la condición de estigmatizado dedicando enormes esfuerzos para
desarrollar un área en general vedada al defectuoso (lisiado deportista). También el defecto
puede utilizarse como justificativo de todo fracaso social, de modo que protege al que lo posee
de toda responsabilidad. En estos casos, cuando por alguna causa el estigma cesa, se
sustituye o convierte el elemento protector en otro (ansiedad).
Resulta necesaria la distinción entre el que ha violado deliberadamente un código y el que
presenta un rasgo que viola el código objetivo de pureza de raza, religión "debida" etc.
La obra de Goffman se refiere principalmente a casos no delictivos, o que se consideran
variablemente en este carácter (homosexualidad, prostitución, drogadicción), aunque no realiza
precisión alguna al considerar estigma de carácter al derivado de "reclusiones" que pueden ser
producto de "deshonestidad";

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