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2004
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Elena Espeitx †
Universidad de Zaragoza (España)
Resumen: El patrimonio cultural es considerado, cada vez más, un recurso turístico. Paralelamente a
este uso otorgado al patrimonio cultural se amplían los márgenes de su definición. La “cultura alimenta-
ria” de una determinada sociedad pasa a ser potencialmente patrimonializable, y muy a menudo se con-
vierte en patrimonio, en el marco del desarrollo del turismo. Lo hace por diferentes vías, algunas de las
cuales le son muy propias.
Abstract: The cultural patrimony is considered, more and more, a tourist resource. Parallelly, the mar-
gins of the patrimony definition become wider. Between the resources used by the tourism, the food
culture quite often becomes also patrimony. And this kind of patrimony is exhibited on different ways,
very specific and exclusive.
†
• Antropóloga E-mail: elenaespeitx@telefonica.net
concepto es porque no son anodinas, ya que mutable por que se transforma a lo largo del
resultan de cambios sustantivos del estatus tiempo, de acuerdo con las transformaciones
del patrimonio cultural, de los sentidos que de la sociedad que lo interpreta, si no porque
adquiere, de los usos que se le otorgan, de el “patrimonio” es interiorizado de maneras
las funciones que se le atribuyen. Y, como distintas y con distinta intensidad según los
veremos más adelante, aspectos como el individuos. Como cualquier símbolo, permite
incremento de las actividades de ocio o la una orientación cultural común a los miem-
amplificación del fenómeno turístico juegan bros de una sociedad, sin excluir las diferen-
un papel como mínimo significativo en es- cias de interpretación individuales. Es decir,
tas transformaciones. la evocación nunca está totalmente determi-
Al Patrimonio se le han dado –y se le si- nada, puede crear una comunidad de inter-
guen dando- usos políticos e identitarios, eses pero no de opiniones. Aquello que la
como señala Prats (Prats 1997: 22) y estos noción de patrimonio evoca en cada cual no
no son para nada irrelevantes, pero lo que siempre coincide, y a menudo diverge de las
merece ser destacado desde la perspectiva definiciones formales. La polivalencia del
que nos ocupa –la relación entre patrimonio concepto de patrimonio alimentario, como
y turismo- es que del Patrimonio cultural, veremos, da buena cuenta de ello.
hoy, se espera una rentabilidad económica,
y se inserta por distintas vías y con distin- Cultura alimentaria y patrimonio alimen-
tas formas en todos los discursos sobre de- tario
sarrollo local, sostenible, territorial. Se
En primer lugar es preciso definir que
observa una derivación del concepto de
entendemos por cultura alimentaria, qué
cultura al de entretenimiento, y a la consi-
por patrimonio alimentario. El concepto de
deración del Patrimonio como recurso, ex-
cultura alimentaria hace referencia al com-
plotable, por tanto, económicamente (Sán-
plejo entramado de prácticas y conocimien-
chez-Palencia y Fernández-Posse 2001:
tos, valores y creencias, técnicas y repre-
301). “Patrimonializar” supone activar un
sentaciones sobre qué, cuándo, cómo, con
determinado elemento potencialmente pa-
quién y por qué se come lo que se come en
trimonial, como señala Prats (Prats 1997:
una determinada sociedad. La cultura ali-
27). El proceso de patrimonialización, en
mentaria se desarrolla en el contexto de
términos generales, no es más que la cons-
unas determinadas relaciones socio-
trucción de patrimonio a partir de determi-
técnicas de una sociedad con su entorno y
nados elementos preexistentes, selecciona-
se fundamenta en el establecimiento de
dos entre otros a partir de determinados
categorías, de clasificaciones sobre las que
criterios, por determinadas razones. Patri-
se construye todo un edificio de normas, de
monializar supone perpetuar la transmi-
reglas más o menos rígidas, más o menos
sión de una particularidad, de una especifi-
interiorizadas, pero en cualquier caso ope-
cidad considerada propia, identificadora, y
rativas. Así, la cultura alimentaria inclui-
permite por tanto a un colectivo determi-
ría los productos y sus técnicas de produc-
nado seguir viéndose por un lado idéntico a
ción o elaboración, y también valores,
sí mismo y por el otro diferenciable de
creencias, usos, costumbres y formas de
otros, a pesar de todas las transformaciones
consumo que se le asociaran.
que puedan producirse en esta colectividad.
Todos estos elementos, al formar parte
Así, a través de la patrimonialización se
de la cultura y expresarla, podrían ser per-
representa simbólicamente la identidad
fectamente patrimonializables: tanto rece-
colectiva, y este es sin, duda, uno de los
tas como enseres de cocina, tanto productos
sentidos de construir patrimonio. Pero la
alimentarios como representaciones sobre
patrimonialización sirve también a otros
sus cualidades o efectos sobre el organismo,
fines, que se pueden agrupar en dos gran-
tanto prácticas productivas como técnicas
des bloques: los fines de conocimiento y los
de cocina, tanto la etiqueta en la mesa co-
fines económicos. A estos últimos nos refe-
mo las formas de comensalidad. Pero aun-
riremos más adelante, cuando tratemos la
que todo sea potencialmente patrimoniali-
relación entre patrimonio y turismo.
zable, no todo acaba convirtiéndose en pa-
Por otro lado, aquello considerado patri-
trimonio en la misma medida ni con la
monio o patrimonializable no sólo no es in-
misma eficacia. El patrimonio alimentario
196 Patrimonio alimentario y turismo …
destaca Gracia (1997), que en los estable- cia y diversidad no explican por si solas la
cimientos de distribución de los países in- heterogeneidad de los modelos ni las for-
dustrializados encontramos una diversidad mas que estos adoptan. La diferenciación
extraordinaria de productos, y una diversi- creciente de los “estilos de vida” –entre
ficación extraordinaria de un mismo pro- diferentes individuos, entre diferentes mo-
ducto –como yogures o pasta, por ejemplo- mentos de la vida de un mismo individuo,
no es menos cierto, como indica Contreras en los diferentes contextos en los que éste
(1993) que la industria alimentaria invierte se mueve- se manifiesta en la diversidad de
en publicidad y promoción cantidades muy estilos alimentarios. Esto es posible porque
destacables, que se traducen en estrategias los alimentos son una mercancía más en un
de promoción y lanzamiento muy parecidas contexto en el que los individuos se expre-
en todas partes. Sin embargo, paralelamen- san -solo en parte y en cierta medida- a
te se observan tendencias a la diferencia- través de sus formas de consumo. Así pues,
ción. Diferenciación no sólo en las eleccio- alimentos, platos, formas de comer han
nes, combinaciones e inventarios de pro- entrado de lleno en el mercado, y también,
ductos alimentarios, también en las formas como no, en el mercado del ocio y de la
de consumirlos. diversión.
También se ha destacado que tras esta En las ciudades y centros de ocio prolife-
aparente diversidad de productos se detecta ran los establecimientos con una oferta
una creciente homologación (Millán 2000), cada vez más variada: restaurante de coci-
fruto de las cada vez más estrictas norma- na de mercado, restaurantes de comida
tivas higiénico-sanitarias, de la búsqueda tradicional, restaurantes de “nueva cocina”,
de una productividad cada vez mayor y de sofisticados y caros, o restaurantes infor-
los intereses comerciales. Esta tendencia a males y “juveniles”, establecimientos espe-
la homologación es absolutamente cierta, cializados en comida vegetariana o diferen-
tanto por lo que respecta a los productos tes versiones de comida “étnica”, de comi-
transformados de la industria alimentaria, da rápida o de menú, de “montaditos” o de
como a los agroganaderos, con una clara tapas... Una oferta orientada no sólo a ali-
especialización en las razas y variedades mentar, a satisfacer el hambre, sino a di-
comerciales más productivas. La única vertir, a entretener. La comida siempre ha
tendencia contraria a esta homologación sido factor de sociabilidad, la comensalidad
podría ser, precisamente, la de la valora- siempre ha creado vínculos y expresado
ción de los “productos de la tierra”, de las relaciones sociales, aspecto del comer que
razas y variedades locales. La homologa- se amplifica cuando se produce en un con-
ción, sin embargo, no contradice la existen- texto de ocio, de esparcimiento. En este
cia de una gran variedad de productos – marco se despliega la construcción del pa-
aunque homologados- y de estilos alimenta- trimonio alimentario, como una faceta más,
rios diferentes. Esta abundancia y esta entre otras, de la oferta de la “comida di-
diversidad hacen posible –sólo posible, no versión”, aunque no responda a esta única
obligatoria- la diversidad de modelos, y si función.
esta diversidad se llega a manifestar y a En la modernidad alimentaria conviven
concretar es por la acción y la intervención un gran número de representaciones sobre
de otros factores relevantes en nuestra so- la alimentación, asociadas a distintos valo-
ciedad. Estos factores transformaciones res, a diferentes formas de ver el mundo. A
en el mundo laboral, en las formas de con- partir de unos ejes básicos, que giran alre-
sumo, en los roles de género, en duración y dedor de la salud, la imagen corporal y el
la intensidad de la escolarización, en las placer, se sobreponen valores de naturali-
actividades de ocio, en el papel del turis- dad o de progreso, de modernidad o de au-
mo... más o menos centrales en las for- tenticidad..., y se elaboran discursos sobre
mas de organización social en nuestra so- la gastronomía como arte, la alimentación
ciedad, y que no inciden sólo en los compor- como forma de expresar autodominio, con-
tamientos alimentarios, ya han sido recogi- trol del propio cuerpo, la cultura alimen-
dos y analizados ampliamente en relación a taria como forma de acercarse al “otro” o
la alimentación (entre otros, Contreras de marcar la pertenencia a un colectivo... El
1997, Gracia 1997). Sin embargo, abundan- patrimonio alimentario está inmerso en
198 Patrimonio alimentario y turismo …
esta cacofonía de voces que hablan sobre el trimonio material, complejidad que se ma-
comer y sus significados. Por eso será in- nifiesta con particular acuidad en el caso
terpretado de distintas maneras, tendrá del patrimonio alimentario. No resulta fácil
sentidos diversos para aquellos que lo van a establecer unos criterios –o ceñirse a
“consumir”, como bien de consumo y como ellos a partir de los cuales establecer de
alimento. manera tajante que es y que no puede ser
considerado patrimonio alimentario.
El “patrimonio alimentario”: un concepto La vinculación estrecha de un producto
polivalente o un plato a un territorio concreto y a una
sociedad determinada, a lo largo del tiem-
Se ha afirmado que la cultura no se po, aparecen, en primera instancia, como
puede conservar, puesto que se usa para condiciones necesarias, pero no suficientes.
vivir, y en el uso se transforma, pero que sí Las técnicas de producción de ese producto,
es posible conservar su conocimiento, y que las formas de elaboración del plato, deben
éste es el verdadero patrimonio cultural formar parte de saberes técnicos, de cono-
que la humanidad puede conservar y cimientos, de prácticas y valores propios de
transmitir, no sólo el conocimiento de los esa sociedad. Las complicaciones aparecen
logros científicos y artísticos, si no el de la a la hora de determinar cual debe ser la
soluciones culturales que han servido al ser profundidad histórica de ese vínculo, cuan
humano para adaptarse al entorno ecológi- lejos debe remontarse, o hasta que punto
co y social. Pero no es posible conservar el conocimientos y prácticas deben ser exclu-
conocimiento de todos los elementos de una sivas o específicas, o que peso debe tener la
cultura, sino “únicamente, parte de este relación con el territorio. Los mayores es-
conocimiento que, lo queramos o no, vendrá fuerzos se han destinado a definir los lla-
determinado por criterios e intereses utili- mados productos de la tierra, y a este inte-
tarios y presentistas” (Prats 1997: 62-63) rés no ha sido en absoluto ajeno el desarro-
Criterios e intereses que se evidencian con llo de la legislación que protege determina-
claridad cuando se habla de lo que, de todo das protecciones jurídicas (Denominaciones
lo que constituye una cultura alimentaria, de Origen, Indicaciones Geográficas Prote-
se acaba instituyendo como patrimonio gidas, Certificaciones de Tradicionalidad...)
etnológico o cultural. Cada uno de estos Además de es esta definición más o me-
criterios e intereses irá configurando las nos precisa, se le atribuyen otros significa-
distintas caras de un concepto que se perci- dos y se relaciona con otros términos, que
be polifacético y polivalente. se asimilan aunque no sean sinónimos.
Uno de estos criterios o intereses es el Estos significados dependerán de quienes
que podemos denominar “científico” o “ex- sean los agentes que los definan, los crite-
perto” y desde esta perspectiva se genera- rios que utilicen y los intereses que los ex-
ran las definiciones más precisas sobre pliquen. Para unos –elaboradores artesa-
patrimonio alimentario –dentro de unos nos-, el patrimonio alimentario estará cons-
límites- y más formales. El patrimonio cul- tituido básicamente por la artesanía ali-
tural, en particular el patrimonio histórico, mentaria. Puesto que la producción artesa-
arqueológico y artístico, y también el natu- na se ha integrado en las definiciones de
ral, han tenido a la largo del tiempo una patrimonio inmaterial o etnológico, tam-
función científica, de generación de conoci- bién lo serán los productos alimentarios de
miento. Inventariar, clasificar, interpretar, factura artesana. En este caso ya no se
definir, han sido las vías por las cuales ha enfatiza la profundidad histórica de la
transitado el estudio científico del patrimo- vinculación fuerte con un medio –natural y
nio, y que lo han convertido en fuente de social- sino que se pone de relieve unas
conocimiento. También el patrimonio etno- formas de hacer “tradicionales”, no indus-
lógico –y por ende el alimentario se cons- triales. Es decir, se pone el énfasis en las
truye sobre inventarios y clasificaciones, formas de producción. También se habla,
que determinan qué va a ser patrimonio y desde esta perspectiva, de productos de
qué no. Pero inventariar y catalogar el pa- granja, caseros, “de la abuela”... En otros
trimonio etnológico tiene una complejidad casos, el núcleo de la patrimonialización
mayor que hacerlo con elementos del pa- consiste en una evocación eficaz de un de-
Elena Espeitx 199
Hay que destacar que aunque el concep- va” de patrimonio etnológico. El discurso
to de patrimonio etnológico ha entrado con expositivo va más allá de mostrar, de esce-
fuerza en los museos, bajo el mismo térmi- nificar las formas de vida tradicionales y se
no se encuentran diferentes concepciones complejiza, otorgando centralidad a cues-
de lo “etnológico”, que pueden agruparse en tiones consideradas hoy de interés social
tres grandes grupos (Boya 1995 :37): la (medio ambiente, diversidad cultural...), y
“tradicionalista”, la “revisionista” y la “al- poniendo un gran énfasis en la función
ternativa” : desde la perspectiva “tradicio- didáctica. Aunque también encontramos
nalista el patrimonio etnológico estaría exposiciones relacionadas con la alimenta-
constituido por elementos vinculados o ción con un tratamiento más tradicional,
representativos de los temas de estudio centrado en la presentación de objetos,
preferidos por los folcloristas y etnógrafos utensilios y técnicas. Vamos a ver una
des de finales del siglo XIX, como cancio- pequeña muestra de exposiciones dedicadas
nes, bailes, utensilios y técnicas asociadas a a la alimentación como “patrimonio cultu-
los oficios artesanales industriales o cons- ral”, como construcción que interpreta la
trucciones arquitectónicas rurales, califi- cultura, y que, al tiempo, la refleja.
cadas como “tradicionales y populares”. Las formas de abordar la alimentación
Para los revisionistas, la noción de patri- en el marco expositivo son diversas. En
monio etnológico debería incluir cualquier algunos casos, los museos etnográficos o de
elemento o testimonio de la cultura y de las antropología utilizan sus fondos para cons-
formas de vida popular desarrolladas tanto truir un discurso expositivo sobre alimen-
en el pasado como en el presente. Así, ele- tación: platos y tazas, hoces y arados, em-
mentos de la cultura y de las formas de budos y garrafas, colmenas y sifones, que-
vida urbanas contemporáneas, como ele- seras y carteles de “La Lechera”...todo vale
mentos o testimonios de actividades indus- para argumentar la dimensión patrimonial
triales, se incluirían en el concepto. Desde cultural de todo aquello relacionado con el
la perspectiva “alternativa” el patrimonio hecho de comer. El Museo de Antropología
se construiría socialmente, estaría sometido de Tenerife y el Museo Nacional de Antro-
al cambio, por tanto, y podría estar formado pología han organizado sendas exposiciones
por todos aquellos elementos culturales sobre “Alimentación y Cultura” donde se
que “desde la perspectiva y con la metodo- proclama con rotundidad la capacidad del
logía propias de la antropología, y como una patrimonio alimentario de expresar una
consecuencia de este mismo estudio, se les cultura: “Desde una perspectiva antropoló-
otorga un valor y un interés “etnológico”, gica podemos decir que la alimentación
independientemente de su naturaleza” (Bo- constituye todo un lenguaje, mediante el
ya :39). cual se puede explicar una determinada
¿Que tratamiento se da a la alimenta- estructura cultural” (Catálogo de la Exposi-
ción patrimonializada, como se incorpora en ción “¡A comer! Alimentación y cultura”,
el discurso museístico? En las colecciones Museo Nacional de Antropología) o “Es por
permanentes de los museos etnológicos tanto la cultura la que estructura el acto de
predominan las dos primeras visiones, con comer, al que reviste de muy diversas for-
muestras de utensilios relacionados con la mas, contenidos y significados.
producción alimentaria y los oficios arte- Los alimentos desempeñan muchas y
sanales en el pasado, o con “escenificacio- muy diferentes funciones, tanto biológicas
nes” de la cocina –como espacio doméstico- como culturales” (Catálogo de la exposición
y la mesa –física-, como testimonio de la “Alimentación y Cultura”, en el Museo de
cultura y de las formas de vida popular. Antropología de Tenerife). El Museo etno-
Ahora bien, en las exposiciones temporales lógico de Barcelona organiza una exposición
-algunas de larga duración- la alimenta- en la que, también a través de objetos rela-
ción, como patrimonio y expresión cultural, cionados con la alimentación, se intenta
recibe un tratamiento distinto, que se nutre sintetizar y escenificar “otra cultura”, en
de las tendencias desarrolladas en el ámbi- este caso la japonesa. Se completan estas
to de la nueva museología internacional, a presentaciones con la elaboración de mate-
lo largo de las últimas décadas, y puede riales didácticos, visitas guiadas y talleres.
decirse que predomina la visión “alternati- La perspectiva histórica también se intro-
202 Patrimonio alimentario y turismo …
espacio patrimonial que adoptará la forma las actividades de ocio y al turismo. Vemos
de un centro de interpretación y una tienda. que aquellos que han conseguido una pa-
El Centro de Interpretación se inaugura el trimonialización exitosa gozan de un esta-
año 1997, y se presenta como una síntesis de tus diferente del de otros alimentos con-
tres ámbitos: el agrícola, el comercial y el siderados más banales. No sólo se comprar
cultural. Debe destacarse en este caso el para comer, se compran para regalar o para
papel de la administración, ya que es finan- rememorar, se pueden convertir en “re-
ciado por el Departamento de la Alta Saboya, cuerdos” turísticos –aunque su destino final
la región Rhônes-Alpes el Ministerio de agri- sea, a fin de cuentas, ser comidos. Desde
cultura y el Ministerio de Cultura. Con un esta perspectiva pueden convertirse en una
billete de entrada único, el visitante sigue las atracción para los visitantes, incluso en un
etapas sucesivas de la fabricación del queso, espacio no destinado de manera expresa al
que se describen a lo largo de un pasillo de turista como puede ser una tienda o un
vista, de cristal, que está encima del taller. puesto en el mercado. Y esto lo saben bien
Se posibilita la comunicación directa con el los comerciantes situados en lugares con
personal y preguntar sobre las diferentes una cierta afluencia turística: en sus vitri-
etapas de la fabricación del queso mediante nas suelen lucir los productos “emblema”
un sistema audiofónico. A continuación se del lugar, destinados a atraer a los visitan-
entra en el espacio cultural propiamente tes, no a la clientela habitual. Quesos y
dicho, una gran sala dotada de seis ordena- embutidos, miel o dulces tradicionales se
dores, mesas y sillas. Un programa multi- exhiben y se anuncian, mediante carteles
media interactivo explica las técnicas actua- que proclaman su carácter local, su tradi-
les de fabricación del queso, la economía del cionalidad y, siempre que sea posible, su
trabajo agrícola de la zona, la historia de la carácter artesano. De reciente aparición
comunidad y de los pastos y la lógica de de- son las llamadas “agrotiendas”, que son
sarrollo que ha conducido a la creación de la establecimientos situados en zonas rurales
asociación. Al final del recorrido se encuentra donde pueden comercializar sus productos
la tienda, a la que también se puede acceder los agricultores locales. Aunque el éxito de
directamente, donde se ofrecen productos estos establecimientos es desigual, en la
locales, quesos, libros y circuitos para visitar mayor parte de los casos la clientela esta
la zona. constituida por población visitante –tanto
Como vemos, el objetivo que se declara es turistas como visitantes de fin de semana o
a la vez económico, social y cultural. El man- propietarios de segunda residencia- lo cual
tenimiento o el relanzamiento de una activi- confiere a las ventas una marcada estacio-
dad económica se presenta como la máxima nalidad y un ritmo semanal rígido.
prioridad, pero se acompaña al mismo tiem- Una vía de comercialización que permite
po de un proyecto cultural que consiste en la valoración de los productos “patrimoniali-
construir la especificidad y hacer reconocer zados”, sea por locales o por artesanos, es la
las particularidades del territorio de produc- compra directa en el lugar de elaboración, y
ción y distinguirlo, por tanto, de los territo- éste es un modelo vinculado al turismo. En
rios vecinos. este caso no hay ninguna separación entre el
lugar dónde elabora un producto y el lugar
En el mercado donde se vende, y representa la máxima
expresión de relación directa entre produc-
Los productos “de la tierra” son, en tor y cliente, de establecimiento de un mar-
primera y última instancia, productos ali- co de confianza basado en el contacto per-
mentarios, que se compran para comer, por sonal, que permite una valoración inmedia-
lo que una vez consumidos hay que volver a ta del producto. El hecho de poderse afir-
producirlos, venderlos y comprarlos. Son, mar “he visto como lo hacían” resulta, para
sin ambigüedades, artículos de consumo algunos compradores, un argumento valori-
regular. Se producen, se venden, se com- zador indiscutible. Cuando esta visita se
pran y se consumen en el mismo contexto – realiza en el contexto del viaje, del despla-
complejo, sin duda- que el resto de los ali- zamiento, la valoración resulta doblemente
mentos, pero también pueden entrar en eficaz. Aprovechar un fin de semana o un
lógicas distintas, directamente vinculadas a puente para ir a alguna población particu-
Elena Espeitx 207
larmente reputada a por algún producto – tanto el producto en si mismo, que puede
aceite, vino, patatas, queso, miel, embuti- adquirir el carácter de “recuerdo” turístico”
dos...-, disfrutar del entorno, de la “salida”, como la forma y el lugar de elaboración,
y además volver con una provisión alimen- que puede llegar a ser un objeto de atrac-
taria “de calidad”, adquirida in situ, de ción del visitante. De este potencial son
manos del propio productor, resulta una perfectamente conscientes los agentes tu-
perspectiva muy agradable, sobre todo para rísticos y los productores de productos “de
consumidores urbanos que se proveen nor- la tierra” y artesanos, y en sus discursos se
malmente en supermercados y centros co- esfuerzan por enfatizar el carácter evocador
merciales. de un alimento. Un folleto publicitario de
Una variante de este modelo es la venta productos alimentarios “tradicionales”
directa en casas dedicadas al turismo rural, ilustra este uso del patrimonio alimentario,
cuando la recepción de visitantes es real- aunque los ejemplos son muy abundantes. :
mente una actividad complementaria de la "Elaboramos de un modo artesanal sólo y
actividad agrícola o ganadera, no la activi- únicamente los productos de nuestra comar-
dad principal. Este modelo encaja bien con ca (...) Transmitimos el saber popular y la
los discursos relativos a la dinamización del tradición en la elaboración de todo cuanto
mundo rural, que insisten en la pluriactivi- hacemos. No inventamos nada: hacemos
dad y la completentariedad de otras activi- llegar a la gente todo aquel saber como parte
dades con la agricultura y la ganadería, integrante del patrimonio cultural de nues-
pero en realidad es muy minoritario, siendo tra tierra (...). Nuestras comidas son la ex-
la tendencia mayoritaria una dedicación presión cotidiana del saber culinario de todas
casi absoluta al turismo, en detrimento de las generaciones que nos precedieron."
las otras actividades productivas. Con todo, Vemos como la idea de la cocina como pa-
sí que se encuentran casos de elaboración y trimonio cultural aparece claramente refle-
venta de determinados productos, como jada en este párrafo, en el que se transmite
mermeladas, licores caseros, algún queso o buena parte de los argumentos que se movi-
embutido que se ofrecen a los clientes del lizan al hablar actualmente de cocina y pro-
agroturismo. Una versión adaptada a una ductos locales en el ámbito del turismo: la
modalidad de turismo más masificado con- noción de tradición, de pervivencia en el
siste en las visitas de autocares llenos de tiempo, de unos saberes y unas prácticas
turistas a pequeñas fábricas de productos locales específicas, transmitidas de genera-
“típicos”, donde, después de una breve visi- ción en generación, la estrecha vinculación a
ta “para ver como se hacen”, y a veces, una un territorio y el carácter artesanal de pro-
ligera degustación, los visitantes son con- ductos y platos.
minados a comprar, antes de proseguir con
la excursión. Sin llegar a estas manifesta- Las ferias de productos artesanos
ciones extremas –pero frecuentes, la ela-
boración de productos artesanos tiene a Las ferias de productos artesanos –entre
menudo este carácter de reclamo. A veces los cuales los agroalimentarios- han prolife-
se llegan a incluir en los itinerarios turísti- rado a lo largo de los últimos años, y se han
cos propuestos a la visitantes desde las presentado como un escaparate de primer
mismas oficinas de turismo, y se publican orden para las producciones “patrimoniales”.
folletos con este objetivo: Este tipo de ferias pueden ejercer una nota-
“A la casa de “La Penella”, situada al ble fuerza de atracción de visitantes, pero
norte del municipio, elaboran artesanal- conviene destacar que su éxito ha sido des-
mente queso curado y de tupí, y también igual. A menudo se han banalizado, porque
mató, que se comercializa con la marca de no se ha sabido preservar la calidad y la
Castell-Llebre. Se realizan visitas comen- autenticidad de los productos, y esto ha aca-
tadas de media hora para grupos de 2 a 20 bado desengañando a los clientes. Sólo las
personas. Previamente es preciso concertar que han sabido mantener un carácter distin-
hora llamando por teléfono. Estos produc- tivo se mantienen y consiguen no sólo afian-
tos forman parte de la exquisita oferta gas- zar sino incrementar su éxito. Conviene des-
tronómica del municipio”. tacar que las ferias artesanas más logradas
Así, se utiliza como recurso turístico son aquellas que se basan en productos ali-
208 Patrimonio alimentario y turismo …
mentarios patrimonializados. En algunos atraer visitantes, aunque que sea sólo para
casos las ferias giran alrededor de un pro- estancias de un día o un fin de semana. Se
ducto “emblema”, aunque luego se comple- utilizan para ello todos los argumentos
mente la oferta con otros productos alimen- habituales cuando se trata de alimentos
tarios artesanos. Son la fiestas monográficas patrimoniales: tradición, historia, vincula-
de la cereza de tal lugar, de la patata de tal ción a un paisaje, a un clima, a unas prácti-
otro, o del aceite con tal denominación, es cas, a unos conocimientos. Con el estrecho
decir, de productos con prestigio, con re- vínculo que se establece entre producto y
nombre, que se asocian siempre a un deter- lugar se promocionan a un tiempo produc-
minado territorio. Se trata de productos “con tos y poblaciones, tanto en zonas donde el
nombre y apellido” (melocotón de Calanda, turismo es ya un poderoso motor de la eco-
cerezas del Jerte...), que suelen tener un nomía, como en aquellos donde se quiere
gran poder de convocatoria. Algunas ferias poner en marcha esta vía de desarrollo
especializadas –en quesos artesanos, por local. En esta línea de valoración conviene
ejemplo-, se celebran anualmente y se con- destacar también la creación de “marcas de
vierten en centros de peregrinación de exper- cocina” en determinados territorios, como la
tos y conocedores. Se organizan actividades “Cocina de l’Empordanet” (Ampurdán, Cata-
paralelas, como concursos, catas o demostra- lunya) o la marca “Cocina Volcánica” (La
ciones, con lo que consiguen llegar a un pú- Garrotxa, Catalunya), mediante la cual se
blico más amplio. promociona no un producto sino toda una
cocina local, y, naturalmente, el lugar y sus
En la promoción territorial: las Campañas restaurantes. Vemos pues que los restauran-
Gastronómicas tes son agentes destacados de la promoción
turístico-territorial a través de productos y
Las campañas gastronómicas son, por cocinas patrimonializadas. Un ejemplo para-
un lado, iniciativas impulsadas por los digmático en este sentido son los Paradores
restaurantes potenciar su actividad, y por Nacionales, que incrementan suelen incre-
el otro, iniciativas de promoción turística mentar su vinculación territorial y su cariz
impulsadas por las administraciones loca- patrimonial con una oferta alimentaria ba-
les y los Patronatos de Turismo. Esta pro- sado en lo local y lo tradicional, y desechando
moción se lleva a cabo en los restaurantes antiguos modelos de “cocina internacional” o
que, durante un determinado periodo –a de corte francés.
menudo fuera de la temporada turística,
para estimular la afluencia de visitantes El patrimonio alimentario en los nuevos
en temporada baja- ofrecen en sus cartas modelos de turismo
platos con el producta “estrella”, el produc-
to de la población. Estas campañas van Al patrimonio alimentario se le destina
acompañadas de publicidad, se anuncian un espacio relevante en diferentes modelos
por la radio, se reparten folletos, etc. Se de turismo que parecen proliferar en los
utilizan fórmulas habituales de promoción, últimos tiempos: agroturismo, turismo ru-
para intentar captar segmentos de pobla- ral, ecoturismo, turismo cultural... Con
ción susceptibles de convertirse en clientes matices según los diferentes enfoques, los
habituales, como vemos en este folleto de platos y productos patrimonializados apa-
una Campaña Gastronómica dedicada a la recen como una parte substantiva del pa-
“gamba de Palamós, uno de los productos quete. Se abordarán como parte de la cultu-
patrimoniales de la Costa Brava, en Cata- ra local, como expresión de las formas de
luña: vida tradicionales, como síntesis y concre-
“La novedad de este año es una promo- ción de un clima y un paisaje...Naturaleza,
ción especial a las empresas y a los profe- cultura, deporte y gastronomía se convier-
sionales liberales que hagan comidas y ce- ten en los grandes ejes sobre los que se
nas de negocios o celebraciones de empre- estructuran estos modelos. Una gastrono-
sas. De lunes a jueves, después de diez me- mía que aparece sustentada en los pilares
nús acumulados, el onceavo resulta gratis”. de producciones “de la tierra” y cocina local,
Estas campañas se dirigen también a la como mínimo en los discursos, aunque a
población local, pero sobre todo intentan veces no tanto en la realidad. En cualquier
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caso, esta gastronomía local, más o menos les con platos típicos. El plan obtuvo un
“auténtica” es un factor de atracción indis- gran éxitos en sus primeras fases, pero
cutible. Según una encuesta reciente sobre luego empezó a decaer En 1998 25 produc-
ecoturismo realizada a turistas alemanes tores de alimentos locales formaron la aso-
(publicada por la Dirección General de Em- ciación Erzeugerbörse , dirigida a la comer-
presa, Unidad de Turismo) lo que los turis- cialización de los productos agrícolas loca-
tas suelen esperar de unas vacaciones de les directamente al consumidor. La promo-
naturaleza y cultura es: el 50% desea en- ción que realiza esta asociación es mucho
contrar pequeños alojamientos locales, el más activa y consiste en una combinación
45,6% quiere hacer excursiones y recibir de venta directa desde la granja, mercados
información de calidad, el 41,2% desea pro- periódicos de productos agrícolas y un ne-
bar la cocina elaborada con productos loca- gocio floreciente de pedidos por correo. El
les, el 41,2% esperar disfrutar de la hospi- mercado anual de Kammerode, celebrado
talidad local, sentirse bien recibidos (Uni- en septiembre, atrae por si solo a unos
dad de turismo 2002: 9). Una vez que los 15.000 visitantes. Atrae visitantes a la zona
turistas se encuentran en el lugar de desti- fuera de temporada, con la consiguiente
no, la comida es tan importante como el posibilidad de que vuelvan en otra ocasión.
alojamiento. Quienes buscan la naturaleza (Unidad de Turismo 2002: 114)
y la cultura quieren probar los productos y
los platos típicos. En Escocia, por ejemplo, La transformación/adaptación del patrimo-
el 25% del gasto turístico se realiza en co- nio alimentario convertido en recurso tu-
mida y bebida. Aunque el precio cuenta a la rístico
hora de elegir un restaurante, cada vez es
más importante el origen de los alimentos - Se ha señalado que, en el marco del
las especialidades patrimoniales- y su cali- turismo, los productos y el destino mismo,
dad- productos caseros y no industriales, es los espacios cotidianos, son reorientados
decir, artesanos. (Unidad de Turismo 2002: sistemáticamente, construidos y/o
10) adaptados para obtener el beneplácito de
Como hemos visto el papel del patrimo- sus consumidores, satisfacer sus
nio alimentario es importante en cualquier esperanzas y expectativas. De manera que
caso, pero a veces se puede convertir en el la cultura se interpreta y se reinventa en
principal argumento, en una de las princi- función de la clientela potencial o efectiva
pales atracciones de un territorio. Un (Santana: 2003: 120). En el caso del
ejemplo interesante lo ofrece Eichsfeld, en patrimonio alimentario esto se observa
Alemania. Conscientes del interés creciente claramente. Se produce una estilización,
que despiertan en parte de la población los una reconstrucción del producto, que no es
productos alimentarios considerados “salu- exclusiva de los productos alimentarios sino
dables” –de producción ecológica, por ejem- que afecta a todo el conjunto de artesanías
plo-, en particular en países como Alema- presentadas como patrimonio cultural en el
nia o Gran Bretaña, han convertido este marco del turismo. Se ha señalado, en
tipo de producciones en un atractivo turís- relación a artesanías no alimentarias, que
tico por si solos. Empresas locales pusieron se está generalizando un tipo de
en marcha una serie de iniciativas con las producción para el turista, que aprovecha
que intentaban promocionar los productos una tradición artesana previa con vista a
locales por medio del turismo. A muchos su estricta salida comercial y que tiende,
agricultores de la zona se les presentaba la por ello, a simplificar sus elementos, con la
oportunidad de encontrar un nuevo o mer- incorporación o substitución de nuevas
cado para sus productos. Las vías tradicio- formas, más al gusto de la nueva demanda
nales estaban desapareciendo rápidamente externa (Aguilar Criado 1999 :147). Con la
al quedar patente que no podían competir producción alimentaria artesana sucede lo
con las grandes empresas agrícolas de mismo, pero además, en este caso, la
otras regiones. La primera de estas inicia- adaptación viene marcada por las
tivas se llamó “Eichsfeld pur” y consistía transformaciones en los comportamientos
en una cooperación entre agricultores y alimentarios, por los nuevos valores y re-
restaurantes para promover productos loca- presentaciones que modulan preferencias y
prácticas. Los productos de la tierra y los
210 Patrimonio alimentario y turismo …
platos locales son consumidos, como se ha Para concluir: el placer del ocio, el placer de
dicho, por individuos inmersos en la mo- conocer, el placer de comer.
dernidad alimentaria. Por un lado se pro-
ducen las estilizaciones y adaptaciones La cultura alimentaria patrimonializa-
propias de la producción destinada a los da, en tanto que patrimonio cultural, cum-
turistas, a los “foráneos”, las traducciones ple las mismas “funciones”, sirve para los
que permitan una apropiación fácil carente mismos usos que otros elementos del pa-
de conflictos. Por el otro, también se pro- trimonio cultural, usos y funciones políti-
duce un movimiento de adaptación a nue- cos, identitarios, didácticos, de conocimien-
vas preferencia de los consumidores loca- to y económicos, entre los cuales destaca su
les, de aquellos que tienen, en mayor o me- utilización en la promoción turística de los
nor medida, integrados productos y platos territorios. Los productos y los platos, la
locales en sus inventarios alimentarios. Las cocina de un territorio, cuando son “patri-
representaciones y valores actuales relati- monializados· con éxito, se convierten en
vos a la salud, el control del peso y la ima- auténticos recursos turísticos, perfecta-
gen corporal pesan en el consumo alimen- mente equiparables a otros elementos del
tario en general y también en el de los pro- patrimonio cultural. Como hemos visto, son
ductos “tradicionales” en particular. En ampliamente explotados, por distintas vías
una estudio detallado sobre el consumo de y por diferentes agentes, a menudo con
productos “tradicionales” -en una región gran eficacia. Pero también se observan
francesa- por parte de la población local particularidades en el patrimonio alimen-
esto se refleja con claridad: tario, que se expresan plenamente cuando
"Seul le discours diététique actuel, celui analizamos su relación con el turismo.
qui diabolise les graisses, est entendu par Al ser comestible, el patrimonio
les consommateurs et répercuté, par cer- alimentario tiene características propias,
tains d'entre eux, dans leurs comporte- que lo convierten en un patrimonio
ments. Les productions locales sont donc singular. En primer lugar, se consume, y
sujettes, comme les autres aliments, à l'ap- debe reproducirse constantemente. Y en
préhension concernant leur contenu nutri- esta reproducción se modifica sin cesar. Es
tionnel." (Balvet 2002: 474) cierto que una danza popular, una fiesta
También la tendencia creciente a querer tradicional, también deben reproducirse en
dedicar menor tiempo a las tareas culina- cada representación, también se consumen
rias, la valoración de la rapidez, comodidad cada vez que se materializan. Pero sobre la
y facilidad en la preparación de la comida producción alimentaria pesan una serie de
repercute en los productos tradicionales, y grandes condicionamientos que van a
influir, y mucho, en la reproducción de este
los productores buscan fórmulas en este
“patrimonio”. Debe tenerse en cuenta que el
sentido. Este seria el caso, por ejemplo, de contexto productivo en el que se integran
las “Anchoas de la Escala”, producto am- los productos de la tierra, es el de la
pliamente patrimonializado y que entra de agricultura europea donde perduran las
lleno en la definición de productos/recurso dificultades para contener los excedentes
turístico. La presentación tradicional de estructurales. En todas las perspectivas de
este producto es en botes de cristal, en sal- la discusión sobre “el futuro de la
muera. Se debe proceder al desalado antes agricultura europea” cobra importancia la
de su consumo. Esta presentación, pese a búsqueda de la “calidad”, o mejor, de
ser la “tradicional” y emblemática, pierde diferentes “calidades”, entre las cuales las
que se asocian con las producciones “de la
peso progresivamente mientras que se
tierra”, como la “artesana”, la otorgada por
asienta en las preferencias de los compra- el “origen” o la medioambiental, dentro de
dores, de manera cada vez más clara, el la cual destaca el argumento del
bote de anchoas ya limpias y en aceite, mantenimiento de la biodiversidad, que tan
listas para comer. Es significativo, con a menudo se asocia con las producciones
todo, que el formato tradicional en salmue- locales. En este contexto, estas
ra se siga adquiriendo..., para regalar. producciones se ven como una posible
“alternativa” o como un buen “complemen-
to” a otras actividades productivas, y esta
Elena Espeitx 211
es una situación que se encuentra por do- una tipo de guía nutricional innata. El
quier al hablar con productores de produc- recién nacido manifiesta, desde las prime-
tos “de la tierra”. ras horas de su vida el placer que le propor-
En segundo lugar, satisface una necesi- ciona el sabor dulce y el disgusto provocado
dad ineludible, la de alimentarse. Uno pue- por los sabores salado intenso, ácido y
de perfectamente abstenerse de visitar un amargo. Estas preferencias protegen de la
museo, o de asistir a un festejo, pero no ingestión de substancias tóxicas, en general
puede dejar de comer, y más de una vez al amargas, o de substancias corrosivas, y
día, a ser posible. Por eso resulta relativa- también favorecen la ingestión de substan-
mente fácil la puesta en valor del patri- cias que aportan energía, mediante sensa-
monio alimentario. Además en el contexto ciones placenteras. De modo que el placer
del ocio, del viaje, de las vacaciones, el es un motor innato del comportamiento
momento de comer no debe sólo satisfacer alimentario. Además, a partir de algunas
el hambre y proporcionar placer –que tam- preferencias y aversiones preestablecidas,
bién- si no que tiene que completar y enca- un proceso de aprendizaje interviene para
jar en los propósitos y clima generales del modular, para ajustar el valor hedónico de
tiempo vacacional. Así, en un viaje de “des- cada alimento a sus consecuencias nutri-
cubrimiento” o rencuentro de un territorio, cionales post-ingestivas. De esta forma, la
aquello que se come también debe contri- satisfacción proporcionada por los efectos
buir al conocimiento del lugar visitado. Y metabólicos del alimento se encuentran
resulta fácil, casi ineludible: puesto que es asociados al placer ingestivo. Nos gustan
necesario comer, por que no hacerlo “cultu- los alimentos que aportan a nuestro orga-
ralmente”. Porque viajar, visitar nuevos nismo aquello que necesitan (Lois-Sylvestre
lugares, desplazarse con una finalidad de 1994: 596). Sin embargo, a pesar de que
ocio, supone también experimentar el pla- estos mecanismos innatos existen, las pre-
cer de “conocer”, de ampliar horizontes, de ferencias y aversiones alimentarias no
“saborear” cosas nuevas. Los productos de pueden explicarse sólo por la biología. El
la tierra y la cocina “tradicional” o local ser humano saborea los alimentos también
pueden dar plena satisfacción, desde esta a través de sus mecanismos psicológicos y
perspectiva. Como señala Santana (Santa- de su cultura. Confiere a cada alimento, a
na 2003: 4), el turista de lo cultural es cu- cada sabor, un valor, en función de su
rioso por naturaleza, pero pese al exotismo aprendizaje sociocultural. Los valores, las
que pueda mostrar un destino, necesita representaciones sociales cambiantes, por
rasgos que le den confianza, que inspiren su parte, modulan este aprendizaje a lo
seguridad. En este sentido también da res- largo de la vida de los individuos. Los pro-
puesta la cocina patrimonializada, ya que ductos y platos tradicionales, patrimoniali-
ésta es uno de los ámbitos más accesibles de zados, están dotados de una fuerte carga
una cultura (La Cecla 1995:85). La cocina simbólica, que contribuye a su capacidad
local es una vía de acceso preferente a otro de generar placer. Y un elemento central
entorno, ya que suele ser una adaptación de que debe tenerse en cuanta cuando se habla
la cocina autóctona o “tradicional”, puesto de alimentación, ocio y turismo es el del
que la cocina es una zona de traducción en la placer de la comensalidad. Compartir mesa,
que se utiliza un lenguaje que no es exacta- en un entorno agradable y evocador, acre-
mente ni el propio ni el de los forasteros. cienta sin duda el placer de comer. El tu-
En tercer lugar, proporciona placer a los rista actual, que se desplaza de su entorno
sentidos con mayor eficacia que el disfrute habitual con un espíritu lúdico, requiere
de otros bienes patrimoniales. No debe ol- experiencias gratas y placenteras, condi-
vidarse que todas las modalidades senso- ción que el hecho de comer cumple amplia-
riales intervienen en el acto de comer. El mente, y que hace que la alimentación
conjunto de sensaciones que constituyen la ocupe un lugar destacado en el abanico de
imagen sensorial del alimento aporta al elementos que se movilizan para dar satis-
organismo informaciones cualitativas, facción al visitante.
cuantitativas y también afectivas. Los sen- Y finalmente –pero no por ello menos
tidos, sin embargo, no dan información importante, al contrario- sus usos económi-
nutricional. Sólo el sentido del gusto otorga cos son más amplios, y mueven una diver-
212 Patrimonio alimentario y turismo …