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CAPÍTULO

II
EL COLEGIO DE MINERÍA
DE MÉXICO

1792•

1846
desde la visión de Andrés Manuel del Río,
su cátedra y sus obras
Apertura del Colegio de Minería de México

¶ En el último tercio del siglo xviii, la Corona española decidió


organizar la explotación minera para optimizar la producción de los
metales preciosos y aumentar la recaudación fiscal en sus territorios
en América. Bajo sus auspicios y del gremio minero novohispano
liderado por el jurisconsulto criollo Joaquín Velázquez de León
(1732-1786)1 (véase imagen 2) y el peninsular Juan Lucas de Las-
saga (¿?-1786), director y administrador general respectivamente,
se creó el 24 de mayo de 1777 el Importante Cuerpo de la Mine-
ría de la Nueva España. Más tarde, en 1783 en Madrid, se publicaron
las Reales Ordenanzas, que sería la legislación minera vigente durante
un siglo. Este código fue utilizado en otros territorios americanos
como Perú y Chile.2
Tras las muertes de Velázquez y Lassaga, el 19 de julio de 1786,
fue nombrado director general el metalurgista vasco Fausto de Elhuyar
y Zubice (1755-1833). Este personaje, hijo de un médico prominente
de la ciudad de Logroño, fue enviado a París para estudiar Medicina,
aunque de manera inmediata mostró interés por los temas minero-
metalúrgicos.3 Debido a sus talentos fue apoyado por la Real
Sociedad Bascongada de Amigos del País y después por la Corona
española para estudiar en la Academia de Minas de Freiberg entre
1778 y 1781. Tres años más tarde, regresó a España donde descubrió,
junto con su hermano Juan José (1754-1796), el elemento químico
que nombraron tungsteno o wolframio. En 1786, cuando recibió su Imagen 1. Cuerpo central
nombramiento como director del Tribunal de Minería de la Nueva de la fachada del Palacio de
Minería, construido bajo
España se encontraba en un viaje de estudio por Europa central,
el diseño y la dirección de
donde conoció el sistema de amalgamación por toneles para metales Manuel Tolsá entre 1797
preciosos ideado por el consejero de minas austriaco Ignaz von Born y 1813.

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(1742-1791). Paralelamente, el español fue uno de los fundadores de


la Sociedad Minera (Societät der Bergbaukunde) en Schemnitz (en
la actualidad Banská Štiavnica, Eslovaquia), la primera en su tipo
en el mundo.4
Como parte de las actividades adquiridas en su nuevo empleo,
Elhuyar contrató a tres peritos mineros y ocho operarios germanos
que pasarían junto con él a la Nueva España para estudiar y mejorar
la minería local y a donde llegaron por el puerto de Veracruz el 4
de septiembre de 1788.5 Una vez que tomó posesión de su cargo, el
nuevo director realizó dos viajes de reconocimiento a los reales de
Guanajuato y Sombrerete, Zacatecas, donde en 1790 redactó el plan
de estudios provisional del Real Seminario de Minería de México,
inspirado en el de la Academia de Minas de Freiberg. Tomó año y
medio el acopio de materiales de estudio y la emisión de la convoca-
toria para el ingreso de alumnos de la nueva institución.6
El 1 de enero de 1792 abrió sus puertas el Real Seminario
Imagen 2. Fe de bautis- de Minería, primera escuela de Ingeniería en América, con un plan de
mo de José Joaquín Lu- estudios teóricos de cuatro años que se complementaban con seis
ciano Velázquez Cárde-
nas de León, en la cual se
dice: «[Al calce] 22 Joa-
quín Luciano Manuel, es-
pañol. Acevedotla. [Texto]
En doce de junio de mil
setecientos treinta y dos
años en esta iglesia pa-
rroquial bauticé solemne-
mente a Joaquín Luciano
Manuel, hijo legítimo del
alférez Don Francisco An-
tonio Velázquez Cárdenas
de León y de Doña Isa-
bel Francisca de Reyno-
sa; dueño de la Hacienda
de Acevedotla. Su padri-
no fue don Fernando Ve-
lázquez, soltero, vecino de
dicha hacienda. Todos es-
pañoles y para que conste
lo firmo. Ignacio Jurado».
Plano del curato de Tezica-
pán, del que formaba par-
te la Hacienda de Metales
de Acevedotla, su lugar de
nacimiento, 1732. Hoy en
día, forman parte del mu-
nicipio de Zacualpan, Esta-
do de México.

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meses de práctica en un real de minas, después de presentar una me-


moria con lo allí realizado, los alumnos podían optar por el título de
Perito Facultativo de Minas o Perito Beneficiador de Metales. Sus
primeros catedráticos fueron el capitán español Andrés José Rodrí-
guez (1749-1802) en Matemáticas, el peninsular Francisco Antonio
Bataller (1751-1800) para Física Experimental, el médico germano
Luis Fernando Lindner (ca.1763-1805) de Química y el geognosta
madrileño Andrés Manuel del Río para Mineralogía.Todos realizaron
sus estudios académicos en Europa y transmitieron los conocimientos
más adelantados de la época.7 Incluso, debido a la complejidad de los
cursos, a partir de 1802 se introdujo la enseñanza del Cálculo Infini-
tesimal necesario para la comprensión de dispositivos mecánicos en
las minas; así este conocimiento se impartió por primera vez en una
institución de enseñanza técnica y científica en América.8
Tras la llegada de Andrés Manuel del Río en 1794, se inició Imagen 3. La primera sede
formalmente la enseñanza de las disciplinas relacionadas con el estudio del Real Seminario de Mi-
nería era una casa rentada
de la Tierra en la cátedra de Orictognosia, Geognosia y Arte de Minas, a los agustinos descalzos de
replicando la enseñanza de Werner en Freiberg.9 Para la primera, Del Filipinas que formaba parte
Río escribió Elementos de Orictognosia, impreso en dos volúmenes en del Hospicio de San Nico-
lás. Su dirección actual es
1795 y 1805 respectivamente, para la Geognosia hizo la traducción
República de Guatemala
anotada de la Nueva teoría de la formación de las vetas (en adelante, 90, Centro Histórico de la
Neue Theorie), de Werner en 1795, en esta misma fecha redactó el Arte Ciudad de México.

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de Minas, texto correspondiente a la tercera parte de su curso. Por ello,


en el contexto de una Escuela de Minas, fue la Ciudad de México el
primer lugar fuera de Europa donde se expusieron la clasificación de
minerales por caracteres externos y los principios de la formación de
la costra terrestre y sus frutos propuestos por Werner.10 Correspondió
a Del Río enseñar durante medio siglo la parte medular de los cono-
cimientos de los peritos mineros según lo aprendido en Freiberg,
por tanto, ahondaremos en su formación, producción y trayectoria
académicas para comprender los derroteros de la enseñanza de las
ciencias geológicas en el Colegio de Minería.

Vida y obra de Andrés Manuel del Río

Andrés Manuel del Río Fernández nació el 10 de noviembre de 1764


en Madrid.11 En esa ciudad, a los 10 años inició sus estudios de len-
guas grecolatinas en el Colegio de San Isidro.12 Obtuvo en 1781 los
grados de bachiller en Leyes y en Artes por la Universidad de Alcalá
de Henares,13 tras presentar el examen público de Física Experimental
el 14 de julio.14 Este curso estaba a cargo de Antonio Fernández So-
lano (1744-1823), quien fue nombrado catedrático de la materia en
los Reales Estudios de San Isidro en 1771, donde creó de forma pau-
latina un gabinete demostrativo de Física Experimental, primero en
su tipo en España.15 Cabe mencionar que Francisco Antonio Bataller,
profesor de la materia en el Colegio de Minería de México también
fue pupilo de Fernández Solano entre 1771 y 1777.16
Por orden real del 13 de junio de 1782, Del Río fue nombrado
alumno de la Academia de Minas de Almadén.17 El 2 de julio de 1784,
fue pensionado por el ministro Diego de Gardoqui (1735-1798) para
continuar en el extranjero su «instrucción en las ciencias exactas,
físicas y naturales y sus aplicaciones» junto con José Ricarte y Fer-
nando Casado de Torres.18
La primera estancia de Del Río fue en París durante el se-
gundo semestre de 1784, allí estudió Química en el Collège de France
bajo la dirección del profesor Jean D’Arcet (1725-1801),19 quien tenía
la habilidad de tratar temas como la conformación de las montañas y
era capaz de mostrar diversas aplicaciones de esta ciencia, pues se ha-
bía desempeñado como director de la fábrica de cerámica de Sèvres.20
Un hecho relacionado con el futuro destino de Del Río ocu-
rrió a inicios de 1786, cuando el consejero de minas austriaco Ignaz
von Born propuso un método de beneficio de minerales argentíferos

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por medio de azogue con la utilización de una máquina con barriles


para la creación de la amalgama.Tras varios años de analizar las des-
cripciones realizadas en el Nuevo Mundo, José II, emperador de
Austria, decidió abrir las fronteras para que expertos metalurgistas
de toda Europa conocieran la nueva técnica minera con el objeto de
vender el mercurio producido en las minas de Idria (hoy en territorio
de Eslovenia). Por ello, el 22 de febrero de 1786, José Bernardo de
Gálvez, ministro de la Corona, escribió a Elhuyar, entonces catedrá-
tico de Química en el Real Seminario Bascongado de Vergara para
que se trasladara a Viena en compañía de Del Río, José Ricarte y
Fernando Casado de Torres, «pensionados en París».21 La cancillería
austriaca aprobó el viaje el 20 de marzo,22 para el 17 de mayo, Elhuyar
ya se encontraba en París y advertía a Gálvez que los pensionados
permanecerían en esa ciudad hasta que él lo considerara necesario.23
Mientras tanto, el vasco inició la inspección del método de
Born y tras considerar que los pensionados aún requerían más ins-
trucción para entender el procedimiento, pidió al marqués del Llano,
embajador español en Austria, que solicitara el ingreso de estos
jóvenes a los cursos de la Academia de Minas de Schemnitz, donde
Del Río y Ricarte iniciaron en enero de 1787.24 Anton von Rupre-
cht (1748-1814) era profesor de Química, Mineralogía y Metalurgia
desde 1779 para los alumnos del segundo año y de Explotación y
Legislación desde 1781 para los del tercero, aunque en apariencia los
españoles tomaron el curso con Michael Ignatz Patzier (1748-1811),
catedrático sustituto.25 No es claro cuánto tiempo permanecieron
en Schemnitz, aunque sí efectuaron varios viajes por Europa central
para visitar instalaciones minero-metalúrgicas.26
Casi dos años más tarde, el 15 de diciembre de 1789, Del Río
fue aceptado como alumno de la Academia de Minas de Freiberg (vé,
donde permaneció hasta inicios de 1791.27 En esta escuela también se
inscribieron Alexander von Humboldt, Leopold von Buch y Dietrich
Ludwig Gustav Karsten, quienes junto con el español conformaron
una generación relevante para el desarrollo de las ciencias geológicas.
De hecho, a este grupo de alumnos,Werner les expuso por primera vez
el concepto definitivo de Geognosia.28 Durante esta estancia, Del Río
realizó la traducción inédita del Ensayo de una teoría sobre los principios
hidrodinámicos y pirométricos, de Karl Christian Langsdorf (1757-1834).29
El 26 de noviembre de 1790 se le encomendó por real orden
una nueva comisión para visitar las instalaciones minero-metalúr-
gicas de la Alta Hungría y Bohemia.30 Hacia octubre de 1791, visitó
Salzburgo, donde conoció a Carl Ehrenbert von Moll (1760-1838),

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Imagen 4. Permiso otorgado por el Consejo Superior de Minas de Sajonia a Andrés Manuel
del Río para inscribise en la Academia de Minas de Freiberg, 9 de diciembre de 1789.

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director de las minas de sal y de la Casa de Moneda de esa ciudad,


con quien intercambió ideas sobre Mineralogía. El 27 de octubre de
ese año, el español se encontraba en Freiberg, desde donde envió una
carta a von Moll con algunas precisiones de los temas discutidos con
anterioridad.31
Hasta el momento no se ha localizado documentación que
precise las actividades de Del Río antes de llegar a España en el pri-
mer trimestre de 1793. Sus biógrafos ofrecen dos versiones sobre los
hechos. Joaquín Velázquez de León (1803-1880) y Eugenio Maffei
(1827-1892) y Ramón Rúa (1825-1874) señalan que viajó direc-
tamente a Inglaterra, donde visitó la importante región minera de
Cornwall y que regresó a España tras ser nombrado catedrático del
Real Seminario de Minería de México. Por su parte, Santiago Ramí-
rez (1836-1922) y Juan Manuel López de Azcona (1907-1995) indican
que a su paso por Francia realizó algunos trabajos con Antoine Laurent
Lavoisier y que después huyó disfrazado de aguador a Inglaterra por
el Paso de Calais; Ramírez afirma que todo ello ocurrió al momento
del encarcelamiento del eminente científico francés, hecho que no
coincide con lo acontecido, pues fue detenido en septiembre de 1793
cuando Del Río ya se encontraba en España.32 De modo que hasta
el momento no se cuenta con información precisa sobre las activi- Imagen 5. Alexander von
dades que efectuó Del Río entre octubre de 1791 y marzo de 1793, Humboldt, Estratificación
y antigüedad relativa de las
momento en el que redactó una carta en Madrid para Werner.33 En rocas secundarias, con in-
suma, es factible pensar que al emprender su viaje a Inglaterra haya dicación de las mayores al-
turas a que se encuentran
en ambos continentes sobre
el nivel del mar. Cuando
Humboldt visitó la Ciu-
dad de México en 1803
y 1804, escribió un texto
titulado Pasigrafía geoló-
gica, en el que propuso un
lenguaje universal para la
representación de los dis-
tintos tipos de rocas en
perfiles geológicos como
el de la imagen. En éste se
muestran las capas de rocas
de América y Europa que
concordaban con la teo-
ría formulada de vetas por
Abraham Gottlob Wer-
ner. Grabado en lámina
de cobre. Dibujo de A. von
Humboldt, 1803, grabado
de Tomás Suria, 1805.

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Imagen 6. Placa conmemo- pasado por Francia justo cuando la asamblea de Robespierre y Danton
rativa del centenario de la tomaron el poder a mediados de 1792, lo que lo obligó a escapar de
inauguración de la cátedra
de Mineralogía en el Real
una París envuelta en el caos.34
Seminario de Minería, ce- Una vez en Madrid, Del Río publicó su primer artículo: «De
lebrado en 1895. la importancia de las señales exteriores para conocer los fósiles» en el
Diario de los nuevos descubrimientos de todas las ciencias físicas que tienen
alguna relación con las diferentes partes del arte de curar de 1793,35 texto
pionero en las concepciones neptunistas en el mundo hispánico. En
apariencia, esta disertación la utilizó para solicitar su membresía en la
Real Academia de Medicina el 23 de mayo de 1793.36 En este mismo
año, fue seleccionado para ocupar la cátedra de Química del Real
Seminario de Minería de México, aunque finalmente se desempeñó
en el curso de Mineralogía, como se verá enseguida.

La cátedra de Mineralogía (1795-1805)

Durante los preparativos para la apertura del Real Seminario de


Minería, el 4 de septiembre de 1791, Fausto de Elhuyar con apoyo
del fiscal del Tribunal de Minería, Juan Eugenio Santelizes Pablo
(1733-1793) propuso al Superior Gobierno a los individuos idóneos
para ocupar las cátedras de Química y Mineralogía, tercera y cuarta
del plan de estudios, bajo los siguientes argumentos:

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[…] el año de 1786 pasaron a la Escuela Metalúrgica de Schemnitz en


Hungría, pensionados por S. M., dos jóvenes, después de haber estu-
diado las Matemáticas, la Física y la Chimia en París, a los que siguió
otro que quedaba en esta Corte, y que en el de 88 se enviaron también
por el Ministerio de Hacienda a la misma Escuela otros cuatro sujetos.
Los primeros he tenido noticia que concluidos sus estudios en dicha
Escuela, salieron a viajar por Austria, Bohemia, Sajonia, el Hanover e
Inglaterra; y considero se haya dispuesto lo mismo para los demás.37

Esta petición fue cuestionada en 1791 por los diputados generales


Ramón Luis de Liceaga, Antonio Barrosso, Antonio Bassoco y el
administrador del Tribunal de Minería, quienes el 13 de octubre le
escribieron al virrey, argumentando que las cátedras debían ser asig-
nadas por oposición pública de acuerdo con las Reales Ordenanzas
de Minería:

[…] el agravio que realmente, o al menos en el concepto público se


inferiría a muchos individuos Españoles Americanos y Europeos que
se han dedicado al estudio de las ciencias auxiliares de la Minería, y
han adquirido un mérito recomendable en esta parte, si se califica-
sen de insuficientes para el desempeño de las cátedras del Colegio
Metálico [...]. Es cierto que en este Reino jamás se han enseñado
públicamente las ciencias metálicas, pero la industria de los hombres,
su aplicación y empeño y la buena inteligencia de todos los autores
españoles y extranjeros, como también los elaboratorios particulares y
secretos que no faltan, han hecho felicísimos progresos en todos tiem-
pos y producido efectos apreciables.38

La voz del Tribunal no fue escuchada, toda vez que Diego de Gardo-
qui, ministro español de Hacienda, previno al virrey Revillagigedo que
aunque existieran individuos «que por afición en el laborío científico
de minas, Chimia y Metalurgia» y pudieran por lo tanto participar en
la oposición prevista por las Ordenanzas, «no basta esto; se necesitan
profesores que hayan aprendido con método estas ciencias»,39 como
habían propuesto Elhuyar y Santelizes, situación comunicada al Tri-
bunal de Minería el 29 de octubre de 1791.
El siguiente año se hicieron los nombramientos de los cate-
dráticos, Del Río fue asignado a Química y Francisco Codón a
Mineralogía. El 28 de octubre de 1792, se consultó a este último si
podía intercambiarla con aquel y respondió de manera afirmativa el
28 de febrero de 1793, situación que fue comunicada a Del Río.40 El

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Imagen 7. Andrés Manuel 30 de mayo se emitió una real orden con su nombramiento y para
del Río envió a Werner un el 24 de septiembre, el Tribunal se dio por enterado de la asignación
ejemplar dedicado del pri-
de Del Río y su obligación de cubrir los gastos de su viaje desde Ve-
mer tomo de sus Elementos
de Orictognosia de 1795. La racruz.41 Dos días después solicitaron al virrey el envío de utensilios
nota dice: «Pour monsieur y reactivos indispensables para la apertura de la clase de Química.42
Werner / inspecteur et con-
El pasaporte de Del Río se expidió el 22 de junio de 1793,
sellieur des / mines / à Frei-
berg / de la part de son très y su permiso para pasar a América el 4 de noviembre cuando debía
humble / et très obeissant zarpar este día junto con su criado Julián Fernández, de 13 años de
serviteur / del Río». Traduc- edad, en la fragata Dolores. Sin embargo, no fue posible tener listos los
ción: Para el señor Werner /
inspector y consejero de mi-
pertrechos para la clase por lo que debió esperar más de medio año
nas / en Freiberg / de parte para iniciar su viaje. Su permiso fue emitido de nuevo el 24 de julio
de su muy humilde / y obe- de 179443 y por último el 30 de agosto abordó el navío San Pedro de
diente servidor / Del Río.
Alcántara y arribó a Veracruz el 20 de octubre junto con ocho cajones y
21 barriles con los instrumentos y máquinas que se habían solicitado.44
Permaneció en el puerto dos meses desempacando los utensilios
químicos y acomodándolos para su traslado a la capital.45
Del Río finalmente llegó a la Ciudad de México el 18 de
diciembre de 1794, y tras cuatro meses de preparación inauguró el
27 de abril de 1795 la cátedra de Orictognosia, Geognosia y Arte de
Minas con 10 alumnos: Casimiro Chovell, José Joaquín de Zárate,
Vicente Herrera, José Mantilla, José Álvarez, Manuel Cotero, Manuel
Cueto, Félix Rodríguez,Vicente Valencia y Manuel Ruiz de Tejada.46

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El primer acto público de la materia se efectuó el 28 de octubre y


estuvo sustentado por Chovell y Herrera, quienes fueron examinados
sobre Orictognosia, o conocimientos de los fósiles por sus caracteres
exteriores: «explicaron las variedades y diferencias de éstos y su dis-
posición sistemática, y los principios de la clasificación en Clases,
Familias, Géneros, Especies y Variedades. Aplicaron estos principios a
las muestras que había presentes de tierras, piedras y sales, dando ade-
más razón de sus partes constitutivas, de sus propiedades particulares,
y de sus usos mecánicos, mereciendo la aceptación del público».47
Durante el año, el profesor escribió el Tratado de vetas y el Arte de
Minas que estuvieron listos para iniciar su cátedra en 1796.
En su segundo año como profesor pudo por primera vez
enseñar con amplitud las tres secciones de su cátedra: «en el [curso]
de Mineralogía empieza la enseñanza por la Orictognosia, a la que
se seguirá la Geognosia o teórica de las montañas, y a continuación
el Laborío de Minas».48 El total de alumnos inscritos fue de 21, dado
que los estudiantes que habían ingresado entre 1792 y 1794 no ha-
bían seguido su cátedra, la de Química todavía no daba inicio por
falta de profesor, y el curso de 1795 había estado dedicado sólo a
la Orictognosia. De modo que, además de los 10 estudiantes que
cursaron el año anterior, se añadieron otros 11: Andrés Ibarra y Sa-
lezán, Isidro Romero,Vicente Gastañeta, Mariano Pavía,Vicente del
Moral, Nicolás Ulibarri, José María Amaya, Santiago Usabiaga, José
Palacios, Francisco Echeverría y Pedro Tirado.49
El 16 de noviembre de 1796 se llevaron a cabo los actos pú-
blicos de la cátedra de Del Río, sustentados por los alumnos Chovell,
Herrera y Cotero. El profesor pronunció su primer discurso, en el
que se propuso «exponer brevemente los ramos que se han enseñado
en el pasado curso, y que nos servirán de miembros de división, a
saber: la Orictognosia, la Geognosia y el Arte de Minas, para que la ilus-
tración de V. S. y del público busque su utilidad».50 Inició con la
definición de Orictognosia, «que enseña a conocer los fósiles por sus
caracteres exteriores y a clasificarlos» y ofreció una sucinta relación
histórica de la descripción y clasificación de los minerales. Continuó
con la comparación de las montañas y la distribución de rocas y mi-
nerales en el Harz de Hungría, Zacatecas y Guanajuato, Inglaterra y
Sajonia y concluyó que «voy a probar que todas las vetas principales
de este Reino tienen sus semejantes en minerales y matrices en los
países de Europa».51
Continuó con la exposición de los componentes teórico y
práctico de la Bergwerkskunde de Werner:

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Imagen 8. Para Werner era Los ramos expuestos pertenecen a la parte teórica de la Mineralogía,
muy importante lograr un
y a la práctica el Arte de Minas, que si no se ha de ejercer empírica-
lenguaje orictognóstico en
todos los idiomas. Entre sus mente (en cuyo caso es imposible conseguir el fin de disponer todos
manuscritos, se encuentran los trabajos subterráneos con la mayor economía posible), debe con-
varias tablas de equivalen- formarse desde luego con las observaciones geognósticas para dirigir
cias de los términos para
la descripción de los mi-
el arranque de piedras y corte de metal que es su primer ocupación,
nerales por sus caracteres de suerte que no sea preciso dejar macizos de metal, y que ahorrando
exteriores en alemán, la- enmaderación se llenen de desmontes los huecos que resalten.52
tín, francés y español. Esta
versión fue realizada alre-
dedor de 1790. Las afirmaciones de Del Río respecto a la utilidad y la necesidad del
conocimiento de las formaciones montañosas concuerdan cabalmente
con lo expresado por Werner en la introducción de su Neue Theorie,
que a la letra dice:

La utilidad de la nueva teoría de vetas para la minería práctica debe


crecer de tiempo en tiempo al instruirse más y más en ella, por su uso
cada vez más amplio y su empleo en la apertura de minas; iluminará
a cualquiera que sepa lo recurrente que es tantear en la oscuridad
cuando se buscan vetas explotables conocidas o desconocidas o los
puntos de ellas donde hay suficiente mineral rico, o al buscar una veta
trabajada anteriormente y que se ha perdido.53

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Queda así de manifiesto el paralelismo entre las propuestas de las cá-


tedras de Werner y Del Río, pues este último planeó su enseñanza
dentro de las ciencias auxiliares de la Minería o Bergwerkskunde de su
mentor, incluso para su cátedra tomó la Orictognosia y la Geognosia,
divisiones de la parte mineralógica y el Arte de Minas, de la parte
técnica (véase tabla 1 del capítulo 1). De allí se desprende que al fina-
lizar 1795, Del Río ya había redactado los tres libros correspondientes
a cada una de las partes de su curso, todos basados en lo aprendido en
Europa central. Es decir, siguió el modelo de otros alumnos de Werner
toda vez que escribió lo que podría haber sido un gran texto de Mi-
neralogía dividido en tres partes, como las obras de Franz Ambrosius
Reuss o Robert Jameson.

Orictognosia

La primera de las tres partes que debía cubrir Del Río en su curso de
Mineralogía era la Orictognosia, que corresponde a la más estudiada
en la historiografía. Ello ocurre en gran parte porque fue la única que
contó con una obra impresa: Elementos de Orictognosia, ó del conocimiento
de los fósiles, dispuestos, según los principios de A. G. Wérner, para el uso
del Real Seminario de Minería de México, que tuvo dos volúmenes
publicados en 1795 y 1805 y dedicados a Las tierras, piedras y sales y a
combustibles, metales y rocas respectivamente, la cual cuenta con sendas
ediciones facsímiles impresas en Madrid y México.54
De hecho, el 25 de septiembre de 1795, el Tribunal de Mine-
ría informó a su director, que el día 16 de ese mes, el virrey les había
hecho llegar la opinión del fiscal de la Real Hacienda sobre la obra de
Del Río: «[…] ha vuelto a examinar la primera parte de los elementos
de Orictognosia, escrita para el uso y enseñanza de los alumnos del
Colegio Metálico de esta Capital por don Andrés del Río, y no encon-
trando ya reparo en que esta obra se dé a la prensa, se es del superior
agrado de Vuestra Excelencia, podría conceder el permiso que para
ello solicita el Real Tribunal».55 De tal suerte que la distribución de la
obra inició en febrero de 1796, con los ejemplares encuadernados en
pergamino con un costo de 2 pesos, mientras que los de encuaderna-
ción entera en cuero (pasta) se valoraron en 20. Algunas copias fueron
enviadas a España y Perú, por medio de Manuel Prieto y García, factor
del Tribunal de Minería.56
Como se dijo anteriormente, el único texto publicado por
Werner al respecto fue Sobre los caracteres exteriores de los fósiles de

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1774, el cual hacía circular entre sus alumnos para que copiaran
sus correcciones e hicieran sus anotaciones propias. Lo que tiene
en común esta obra y sus manuscritos posteriores realizados tras el
desarrollo del concepto Orictognosia, es la tabla de caracteres exte-
riores de los fósiles, los cuales constituían las maneras de describir
cada roca y mineral para posteriormente ser clasificadas dentro de
un sistema mineral, que al igual que los esquemas de ordenamiento
de seres vivos como el propuesto por Carl von Linné, estaba orga-
nizado en clases, familias, géneros y especies.
El texto de Del Río corresponde de manera exacta al Manual
de Orictognosia de Widenmann de 1794, mencionado páginas arriba,
debido a que ambos compartieron la misma formación académica
en Freiberg.57 Por su parte, el hispano afirma que «la Orictognosia
comprende la clasificación de los fósiles, sus caracteres y denomi-
naciones»,58 mientras que el alemán hace una precisión adicional:

Ella [la Orictognosia] se divide en dos partes, que son la preparatoria


y la práctica. La primera tiene que ver con los diferentes caracteres
de los fósiles, así como con las reglas de su uso; la parte práctica de la
Orictognosia por el contrario nos muestra cómo reconocer los fósiles
a partir de sus caracteres, cómo describirlos y clasificarlos según prin-
cipios conocidos.59

El primer tomo de Elementos de Orictognosia de Del Río estaba dedi-


cado a la parte preparatoria, para la que las tablas de caracteres eran
fundamentales, puesto que cualquier persona, minero o geognosta, con
sus sentidos, podría describir de manera precisa una roca encontrada
durante la exploración. Por ello, la traducción exacta de los términos
era fundamental para lograr un entendimiento entre los científicos de
distintas naciones. Así, cuando Elhuyar viajó por Europa entre 1786 y
1787, ayudó a realizar la primera versión francesa del libro de Werner;
su periplo lo llevó por Francia entre marzo y mayo de 1786. Aunque
pasó la mayoría del tiempo en París, visitó Dijon, donde se encontró
con Claudine Picardet, madame de Morveau (1735-1820), quien allí le
proporcionó una versión francesa de las tablas de caracteres exteriores
de minerales presentadas por Werner en los Kennzeichen. Elhuyar
deseaba que el libro fuera traducido al francés y así lo notificó a
Werner en una carta:

Habría querido poder hablarle aquí sobre su obra relativa a los ca-
racteres exteriores, cuya traducción francesa he encargado a Mr.

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ESCUELAS
de

M I NA S
MEXICANAS
225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

de Morveau. Para este efecto le he entregado la traducción de los


términos de sus tablas haciéndole comprender su verdadero sentido
para que él pueda corregir aquéllos [sic] que estuvieren equivocados
en cuanto al sentido del idioma. Prometí enviarle también todas las
adiciones que usted ha hecho desde que esta obra fue impresa y que
esperaba que usted no tuviera problema alguno en comunicármelas.
Como espero que podamos dentro de poco tiempo platicar cómo-
damente sobre este tema, no quiero extenderme prematuramente y
me contento solamente de haberlo prevenido con anterioridad con
el fin de que Usted pueda pensar en ello mientras espera.60

Louis Bernard Guyton de Morveau (1737-1816) ya había traducido


Opuscula physica et chemica, del químico sueco Torbern Bergman con la
ayuda de su esposa. Ella a su vez había vertido al francés las Mémoires de
chymie de Carl Wilhelm Scheele.61 En la edición francesa de las Kenn-
zeichen, aparecida en 1790,62 se confirma la participación de Elhuyar:

En 1786, supe por don Fausto de Elhuyar, que pasaba por Dijon, que el
Sr. Werner no pensaba presentar una nueva edición [del Kennzeichen],
y que estaba ocupado en la traducción de la Mineralogía [Versuch einer
Mineralogie, Leipzig, 1780] de [Alex Fedrik] Cronstedt para corregir y
perfeccionar las descripciones siguiendo los principios establecidos en
su tratado de caracteres exteriores. El Sr. Elhuyar, quien había seguido
las lecciones del Sr. Werner, me proveyó de numerosas aclaraciones,
particularmente de las tablas de esta obra, que conforman una parte
esencial de ella, y me prometió hacerme llegar todo lo que el célebre
profesor de Freiberg había agregado en sus cursos después de su pu-
blicación. En efecto, este sabio español regresó después muy pronto a
Alemania, pasó algunos días en Szkleno, donde encontró reunidos
a los señores Trebra, Ferber, Poda, Ruprecht, Charpentier, Hawkins
y Henckel, que se dirigieron allí, al igual que él, para adquirir co-
nocimientos de los procesos de amalgamación del Sr. Born y donde
llevaron a cabo la fundación de la Sociedad de explotación de minas.63

Así pues, Elhuyar sí hizo llegar a Claudine de Morveau la versión fran-


cesa de las tablas de caracteres exteriores de Werner, tal y como lo indica
a éste en su carta. Incluso, le entregó un ejemplar anotado por el autor:

De ahí que el Sr. Elhuyar me hizo llegar un ejemplar de la obra de


Werner [encuadernada] en cartonné, con una gran cantidad de hojas
manuscritas que contenían correcciones y adiciones considerables, de

81
ESCUELAS
de

M I NA S
MEXICANAS
225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

tal suerte que la traducción que presento al público, puede ser vista
como una nueva edición. Será fácil juzgar este hecho al compararla con
la original.64

Es necesario señalar que la nueva edición, como la llamó su traductora,


en realidad no contiene todos los cambios que se presumen en la in-
troducción, por ejemplo, la palabra minéralogie, que en diversos pasajes
debía ser cambiada por orictognosie, permaneció en su lugar. Corres-
pondió a Del Río realizar la versión española de las tablas y con ello
dio inicio a sus Elementos de Orictognosia. De hecho, la equivalencia se
puede ver claramente en la tabla 1. Werner fue modificando la tabla
con el paso del tiempo, precisando y modificando términos, o dando
recuentos detallados sobre la descripción de un color en particular.
Asimismo reunía todas las traducciones posibles de los términos:
francés, sueco, latín, español, danés, entre otros. Ello puede obser-
varse en la copia personal de los Kennzeichen, de Del Río, ejemplar
que forma parte de la colección personal del doctor Jan Cornelius
Schulz Sawade en la Ciudad de México (véase imagen 9).
La parte práctica de la Orictognosia, aquella que dicta de
manera precisa las familias, géneros y especies para la clasificación
de los minerales requería de un «sistema mineral» conformado por
cada una de esas categorías. Werner propuso una gran cantidad de
ellos a lo largo de su vida en versiones de 1785, 1794, 1798, 1804, 1805
y 1810 que pueden verse en sus notas manuscritas.65

Imagen 9. El libro sobre ca-


racteres exteriores de Wer-
ner era entregado con hojas
blancas encuadernadas en-
tre las impresas para que
los alumnos escribieran las
notas del profesor y las pro-
pias. La imagen muestra el
ejemplar personal de An-
drés Manuel del Río.

82
ESCUELAS
de

M I NA S
MEXICANAS
225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

Tabla i
Caracteres exteriores de los fósiles. Original alemán de Werner, traducción
francesa de madame de Morveau, basado en las notas de Fausto de Elhuyar y
versión española de Andrés Manuel del Río

Werner, Werner-Morveau-Elhuyar, Del Río,


Von der äußerlichen Kennzeichen der Traité des caractères extérieurs des Elementos de Orictognosia,
Foßilien, 1774 fossiles, 1790 1795

Des caractères
génériques
Die generischen Caracteres
p. 81. communes, ou p. [viii], Tabla
p. 86, 1ste Tafel Kennzeichen der genéricos de
Tableau de ceux qu’il faut primera
Fossilien sind… los fósiles
déterminer dans
tous les fossiles
Von den Farben p. 135. Des couleurs des p. [x], Tabla
p. 128, 2te Tafel El color
der Foßilien Table i fossiles segunda
Von dem äußern
p. 230. De l’aspect extérieur p. [xii], Tabla Aspecto exterior
p. 203, 3te Tafel Ansehen der festen
Table iii des fossiles solides tercera de los sólidos
Foßilien
Von der regelmäßi-
De la figure régulier
gen Gestalt der festen p. 231. p. [xiv], Tabla Figuras regulares
p. 207, 4te Tafel ou crystallisation des
Foßilien oder den Table iv cuarta A, B y C o cristalizaciones
fossiles solides
Cirstallitationen
Von den innern
p. 259. De l’aspect intérieur p. [xx], Tabla Continuación de
p. 226, 5te Tafel ansehen der festen
Table v des fossiles solides quinta la figura
Foßilien
Des autres caractères
Von den übrigen
extérieurs. qui
äußern Kennzeichen, Continuación
p. 285. se rencontrent p. [xxii], Tabla
p. 256, 6te Tafel welche den festen del aspecto exterior
Table vi particulièrement sexta
Foßilien besonder de los sólidos
dans les Fossiles
zukommen
solides
p. [xxiv], Tabla
Aspecto de textura
séptima
p. [xxvii], Tabla Aspecto de
octava separación
p. [xxviii], Tabla
Aspecto común
nona
Caracteres genéricos
Des caractères
Von den äußern particulares
extérieurs. Qui
Kennzeichen, welche de los fósiles
p. 295. se rencontrent p. [xxx], Tabla
p. 264, 7te Tafel den zerreiblichen und desmoronadizos
Table VII particulièrement décima
flußigen Foßilien Caracteres genéricos
dans les Fossiles
besonders zukommen particulares de los
friables et fluides
fósiles líquidos
Von der Fettigkeit,
Du gras, du froid,
Kälte, Schwere,
p. 313. du poids, de l’odeur p. [xxxii], Tabla Caracteres genéricos
p. 282, 8te Tafel Geruch, und
Table VIII et de la saveur des undécima universales restantes
Geschmack der
Fossiles
Foßilien

83
ESCUELAS
de

M I NA S
MEXICANAS
225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

Al concluir la tabla del sistema mineral, Del Río inicia la


explicación de cada una de las clases, familias, géneros y especies.
Naturalmente, al basarse en las propuestas de Werner, existen corres-
pondencias entre los Elementos y los manuscritos del Nachlass. El
más cercano en cuanto a estructura es el tomo 15, en el que ofrece
la descripción de cada mineral. No obstante, esta versión es muy
posterior a la época en que Del Río tomó el curso, ya que menciona
las estructuras cristalinas e incluso las dibuja. En ese sentido, es más
parecido al segundo volumen de la Orictognosia, de 1805.
El contenido de ese tomo muestra el avance que el pro-
fesor había tenido en sus investigaciones durante una década, ya que
integró las variaciones al sistema mineral de Werner propuestas por
Dietrich Karsten en 1800, inició los análisis químicos de las muestras
recolectadas por alumnos y colegas, incluyó razonamientos sobre las
estructuras cristalinas de los minerales propuestos por René Haüy y

Imagen 10. Durante su visi-


ta a México, Alexander von
Humboldt vendió parte de
sus instrumentos científi-
cos al Real Seminario de
Minería. Aquí el recibo por
1 000 pesos firmado el 16
de enero de 1804.

84
ESCUELAS
de

M I NA S
MEXICANAS
225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

buscó la comprobación de las teorías sobre la formación de las vetas


de su profesor. Finalmente, el intercambio intelectual que tuvo con
Alexander von Humboldt durante su visita a Nueva España en 1803 y
1804, acrecentó su adhesión al neptunismo como sistema de formación
de las montañas. Así, el contenido del libro sobrepasa lo sugerido por
su título, por lo que además de incluir temas relacionados con la Oric-
tognosia, incluye las conclusiones de Del Río sobre Geognosia, por
lo que detallaremos el contenido del volumen en la siguiente sección.

Geognosia

La Geognosia, esto es, el conocimiento de las capas de la Tierra en un


lugar determinado y su utilidad para conocer las de otras locaciones sin
entrar en detalles sobre su antigüedad,66 fue un término originado a
finales del siglo xviii, el cual comenzó a diferenciarse del de Geología
en el mundo germánico. Esta disciplina resultó del conocimiento de la
corteza terrestre por los viajes mineralógicos realizados por diversos ex-
ploradores, en particular el viaje alpino de Horace Bénedict de Saussure
(1740-1799), quien distinguió las ciencias de observación de la Tierra
como el campo propio de la Geografía Física y afirmó que la Geología
era la ciencia que recoge los hechos que sólo pueden servir de base para
la descripción del globo, es decir, la «Teoría de la Tierra o Geología».67
En la Nueva España, correspondió a Del Río realizar la
traducción española de la Neue Theorie, de Werner en 1795, para servir
como libro de texto en el Real Seminario de Minería. Durante ese
año, el profesor redactó el Tratado de vetas y el Arte de Minas que estu-
vieron listos para iniciar su cátedra en 1796. En su segundo año como
profesor enseñó por primera vez con amplitud las tres secciones de
su cátedra: «en el [curso] de Mineralogía empieza la enseñanza por la
Orictognosia, a la que se seguirá la Geognosia o teórica de las mon-
tañas, y a continuación el Laborío de minas».68
El 16 de noviembre de 1796 se celebraron los actos públicos
de la cátedra de Del Río, en el que se disertó por vez primera sobre la
Geognosia y que por lo tanto puede considerarse como el primer curso
de Geología impartido en el continente americano. En el examen, los
alumnos Chovell, Herrera y Cotero trataron los siguientes temas:

Por lo tocante a la Geognosia, que es la ciencia experimental que


enseña la posición y relaciones de los fósiles en lo interior del glo-
bo, expondrán las diferencias de las montañas primitivas según que

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ESCUELAS
de

M I NA S
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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

constan de granito, gneis, micapizarra, pizarra, pórfido, serpentina,


caliza granuda ojosa, cuarzo y roca de topacios; de las montañas
secundarias o de capas, que se dividen en montañas de caliza com-
pacta, piedra arenisca, carbón de piedra, creta, sal gema, yeso y trap;
y de las montañas de acarreo compuestas de bancos de arena chinas y
cascajo, o de arcilla y greda, o de turba. A esto se seguirá tratar de los
diversos criaderos, a saber: de las vetas, mantos, capas, cúmulos, etcé-
tera, dando la teórica de la formación de las vetas que mejor explica
los fenómenos de sus relaciones entre sí, con el exterior e interior de
las montañas, y con las diversas rocas, y algunas lajas de ellas, y por
último explicarán los fósiles y sobre todos los minerales que son pro-
pios de cada uno de estos criaderos en las diferentes montañas según
su antigüedad relativa, demostrando que la naturaleza ha seguido
una admirable uniformidad. Cómo conviene conocer las montañas
volcánicas propias e impropias, siquiera para no buscar en ellas metal
ninguno, harán una exposición sucinta.69

Este temario corresponde perfectamente a la Teoría de las vetas de Del
Río, por lo que podemos considerar que siguieron el texto como
guía del curso. Como preámbulo, el español pronunció su primer
discurso como catedrático en el que se propuso «exponer breve-
mente los ramos que se han enseñado en el pasado curso, y que nos
servirán de miembros de división, a saber: la Orictognosia, la Geognosia
y el Arte de Minas, para que la ilustración de V. S. y del público busque
su utilidad».70 Inicia con la definición de Orictognosia y continúa con
comparaciones de las montañas y la distribución de rocas y minerales
en el Harz de Hungría, Zacatecas y Guanajuato, Inglaterra y Sajonia
y concluye «voy a probar que todas las vetas principales de este Reino
tienen sus semejantes en minerales y matrices en los países de Europa».
En cuanto a la Geognosia, aunque no la menciona explícitamente por
su nombre, sí indica su utilidad:

Al Autor de la Naturaleza no le plugo criarla indistintamente en


todas las rocas, ni criarla sola, ni sembrarla desordenadamente por las
montañas, sino que dispuso para que admirásemos su sabiduría, que
unos minerales de plata afectasen unas rocas, y otros otras, y que a
cada uno acompañasen como hemos visto diversas matrices que no
son plata, distribuyéndolas con ella en porciones más o menos anchas
y prolongadas, más o menos continuadas, o interrumpidas, más o
menos constantes o variables, no al arbitrio, sino según la naturaleza
y modificaciones de las rocas mismas y de las matrices. Conque aún

86
ESCUELAS
de

M I NA S
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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

por razón de interés debe el minero aplicarse más y más al estudio


de las montañas. Es verdad que estas observaciones son muy delicadas
y dificultosas, y requieren precisamente un observador infatigable,
instruido y desinteresado, que busque el premio de su desvelo en
la admiración de la Naturaleza. A éste es a quien se digna de hacer
partícipe de sus secretos, y de elevar su ánimo de la observación de
tantas maravillas palpables a la comprensión de los invisibles. Tanto
premio destina para los que le rinden el debido culto.71

Las afirmaciones de Del Río respecto a la utilidad y la necesidad del


conocimiento de las formaciones montañosas concuerdan cabalmente
con lo expresado por Werner en la introducción de su Neue Theorie:

La utilidad de la nueva teoría de vetas para la minería práctica debe


crecer de tiempo en tiempo al instruirse más y más en ella, por su uso
cada vez más amplio y su empleo en la apertura de minas; iluminará
a cualquiera que sepa lo recurrente que es tantear en la oscuridad
cuando se buscan vetas explotables conocidas o desconocidas o los
puntos de ellas donde hay suficiente mineral rico, o al buscar una veta
trabajada anteriormente y que se ha perdido.72

Queda así manifiesto el paralelismo entre los planteamientos de las


cátedras de Werner y Del Río, por lo que es claro que este último
planeó su enseñanza dentro de las ciencias auxiliares de la Minería o
Bergwerkskunde de su profesor, y que para su cátedra tomó la Orictog-
nosia y la Geognosia, divisiones de la parte mineralógica y el Arte de
Minas, de la parte técnica.
Una diferencia sustancial de la Geognosia respecto de la Oric-
tognosia es que esta última podía ser aplicada sin importar el origen de
la muestra que se va a clasificar; la Geognosia, por el contrario, propo-
nía la explicación de las formaciones montañosas en un contexto local.
Con estas premisas, las teorías de Werner debían probarse en distintos
puntos del orbe, lo que implicó que una traducción americana del
libro no estaría completa sin los ejemplos del Nuevo Mundo.
Como se indicó en párrafos anteriores, para la Orictognosia,
tomó como guía el libro sobre caracteres exteriores de Werner con
sus respectivas anotaciones. Para el Arte de Minas se inspiró en el
tratado de Christoph Delius utilizado en la Academia de Minas de
Schemnitz y en el caso de la Geognosia usó dos, uno sobre la forma-
ción de las rocas y las vetas. Utilizó una traducción directa de otra obra
de Werner Theorie der Enststehung der Gänge del que existe una copia

87
ESCUELAS
de

M I NA S
MEXICANAS
225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

en la Universidad de Yale y una impresión de microfilm, aparen-


temente tomada de la recién mencionada, en la biblioteca Miguel
Lerdo de Tejada en la Ciudad de México. Para tener una idea del
contenido, puede revisarse el discurso que Del Río pronunció en
los actos públicos del Colegio de Minería sobre la formación de las
vetas en 1798. De nuevo queda claro que la parte de Geognosia era
tomada directamente de la cátedra de Werner.
Andrés Manuel del Río tradujo, de forma parcial, la Nueva
teoría de la formación de las vetas, la cual tituló Tratado de vetas en 1795, éste
contiene la parte teórica de los conceptos de Werner y algunos de los
principales ejemplos europeos que el traductor seleccionó, con la idea
de que resultaran familiares a los alumnos del Real Seminario de Mine-
ría de México. Sin embargo, la aplicación de ese conocimiento precisa-
ba de la exploración del territorio novohispano y la colecta de muestras
mineralógicas y geognósticas que debían estudiarse en el gabinete.
Un pionero en la exploración y acopio de especímenes ame-
ricanos fue Friedrich Traugott Sonneschmid, alumno de Werner y
comisario de la Corona española, quien entre 1788 y 1799 recorrió
parte de los actuales estados de México, Hidalgo, Guanajuato, San
Luis Potosí, Zacatecas, Durango y Jalisco, consagrándose como el
primer experto minero con formación académica en realizar un
viaje mineralógico en Nueva España. Antes de su regreso a Sajonia
en 1800, entregó al Tribunal de Minería un manuscrito con los resul-
tados de sus viajes.
Estos reportes fueron parte del fundamento práctico que Del
Río utilizó para probar las teorías de Werner y que derivaron en los
discursos originales presentados por él entre 1800 y 1804 como parte
de los actos públicos del Seminario de Minería realizados al final de
los cursos anuales. Estas disertaciones constituyeron un complemento
para probar los postulados expuestos en la Teoría de vetas y fueron las
primeras reflexiones sobre la formación geológica en América, que
incluso serían retomadas por Alexander von Humboldt en su Ensayo
político sobre el reino de la Nueva España de 1811.
Para ampliar la explicación de los conceptos geognósticos,
Del Río, un científico que estaba al día, obtuvo las últimas publica-
ciones hechas por otros alumnos de Werner. Con este fin, en 1802 el
Colegio de Minería adquirió de Hamburgo, por medio del librero
parisino Juan Miguel Melquiond, una serie de impresos alemanes
entre los que se contaban dos títulos de periódicos mineros para el
Colegio, otros tantos para Fausto de Elhuyar y 15 libros para Del
Río. Entre estos se encontraban el Manual de la parte orictognóstica

88
ESCUELAS
de

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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

de la Mineralogía de Widenmann y las Tablas mineralógicas de Dietrich


Ludwig Gustav Karsten (1768-1810) en la edición de 1800.73 Esta
última obra fue traducida y publicada en 1804 por Del Río y utilizada
para la redacción de la segunda parte de los Elementos de Orictognosia
de 1805. Por estas fechas, Humboldt visitó la Ciudad de México y
redactó la Introducción a la Pasigrafía Geológica que fue incluida en la
mencionada obra.
Así, los discursos de Del Río enriquecidos por los viajes
de Sonneschmid, su traducción de las Tablas de Karsten, la inclu-
sión de la Pasigrafía de Humboldt en sus Elementos de Orictognosia y
la consulta de la obra de Widenmann, todos escritos por antiguos
estudiantes de Werner, fueron la materia prima que incidió en los
complementos a la traducción que hiciera del Tratado de vetas de
1795, que nunca llegó a la imprenta.
Entre los factores que influyeron para que se mantuviera
inédita, podemos señalar que la Geognosia era una disciplina en for-
mación por lo que cada hallazgo implicaba posibles reinterpretaciones
sobre un hecho mismo. Además, muchos de los datos recopilados por
Sonneschmid fueron incluidos por Del Río en su traducción de las
Tablas mineralógicas de Karsten en el marco de la Orictognosia, rama
que estaba más desarrollada. Por su parte, el territorio novohispano
estaba prácticamente inexplorado desde el punto vista de los expertos
mineros, por lo que una obra definitiva de Geognosia no era posible
aún. De ese modo, bastaba la transmisión de sus postulados por medio
de la fuente manuscrita que servía como guía para el estudio de la
naturaleza por parte de los alumnos, quienes aún realizaban las explo-
raciones sin la compañía del profesor, por lo que su entrenamiento
tenía un componente altamente teórico. Esta situación se modificaría
muchos años más tarde con la creación de la Escuela Práctica de
Minas en 1853.
El 9 de noviembre de 1805, Del Río fue notificado que una
vez concluida la estación de lluvias iría a establecer una ferrería en
Coalcomán, Michoacán, hacia donde partió el 24 del mismo mes.74

Arte de Minas

Las parte orictognóstica de los cursos de Del Río ha sido más estu-
diada en la historiografía que la geognóstica apenas ha sido objeto
de un estudio sobre el texto inédito Tratado de vetas. La tercera y
última parte de su cátedra, el Arte de Minas, ha quedado olvidada

89
ESCUELAS
de

M I NA S
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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

en parte porque el tratado del tema redactado por él nunca fue


impreso. Hasta la fecha se han localizado sólo dos copias de éste. Una
está en la colección de manuscritos mexicanos en la biblioteca de la
Universidad Yale, realizada por Mariano Goyzueta en 1816 y forma
parte de la misma colección que el Tratado de vetas. La segunda es un
borrador y se encuentra en un volumen muy valioso resguardado
en el Acervo Histórico del Palacio de Minería. Para entender su
contenido es necesario revisar los libros de texto utilizados en las
Academias de Minas de Freiberg y Schemnitz.

Bericht vom Bergbau de Johann Gottlieb Kern o El Monnet

En 1769, la Academia de Minas de Freiberg publicó este tratado para


uso de los alumnos.75 Con una segunda edición idéntica aparecida
en Leipzig en 1772, fue utilizada por Werner como texto mientras
redactaba sus propias obras. El Bericht llegó a territorio novohispano,
pero no en su versión original, sino en la traducción francesa
de Antoine Grimoald Monnet,76 por ello, se le conocía como El
Monnet. Algunas copias de este libro formaron parte de las bibliotecas
de Francisco Xavier Sarría, José Antonio Alzate, Francisco Antonio
Bataller y Fermín de Reygadas, a quien correspondió copiar tres de
sus láminas para obtener el título de Perito Facultativo de Minas en
1787 a petición del examinador Bataller.77
El polígrafo novohispano José Antonio Alzate alguna vez co-
mentó la utilidad de traducir esta obra, aunque después la repudió por
no congeniar con el cuerpo académico del Real Seminario de Mi-
nería. Del Río respondería al ataque, el cual aparecería en las Gazetas
de México del 11 de enero de 1799 con el título «Discurso leído por
Don Andrés del Río, Catedrático de Mineralogía, en la tarde del 31
de Octubre del año pasado, en que tuvieron el Acto de Orictogno-
sia, Geognosia y Laborío de Minas, los Alumnos del Real Seminario
de Minería de México, como se dijo en la Gazeta núm. 16 de este
tomo».78 Allí deja ver que en realidad la versión francesa tenía seccio-
nes añadidas y párrafos traducidos libremente, lo que en ocasiones la
constituía en un libro distinto al original alemán. Resulta interesante
que a pesar de la defensa del texto, lo que llevó a cabo por ser el pri-
mero escrito para la enseñanza en su alma mater, éste no sería el que le
sirviera como base principal para su «Arte de Minas», sino el utilizado
en la Academia de Minas de Schemnitz durante su estancia en 1786
y 1787; el cual elogia en su respuesta a Alzate: «En la Academia de

90
ESCUELAS
de

M I NA S
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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

Schemnitz en Hungría se permite a todo extranjero hacer los ex-


perimentos que quiera de Química, franqueándole los ingredientes,
menstruos y vasijas sin más interés que el que comunique sus nuevos
descubrimientos, lo que no siempre se verifica. Esta generosidad sin
ejemplar es muy digna de reconocimiento».79

Anleitung zu der Bergbaukunst de Christoph Traugott Delius


(1728-1779)

El texto de explotación de minas utilizado en la Academia de Minas


de Schemnitz fue impreso originalmente en Viena en 177380 y tradu-
cido al francés por Jean Schreiber (1746-1827) y publicado en París
en 1778.81 Si bien se ha demostrado que los textos y pensamientos
de Werner fueron determinantes en la formación de Andrés del Río,
los conocimientos de explotación minera recibidos en Schemnitz
fueron más significativos y los defendería hasta el último día que
ocupó su cátedra.82
Contrario a El Monnet, la obra de Delius no aparece en las
bibliotecas de algunos de los principales hombres de ciencia en la
Nueva España: José Ignacio Bartolache, Antonio de León y Gama,
Joaquín Velázquez de León; y tampoco parece haber evidencia que
Francisco Xavier de Sarría, que tenía en sus manos otros textos como
el de Christoph Andreas Schlütter83 o el mismo Monnet, poseyera una
copia de éste. De hecho, el primer ejemplar de la versión francesa
que hemos podido ubicar en la Nueva España llegó al Real Semi-
nario de Minería muy posteriormente, en 1809.84
Debe hacerse notar que el título en alemán del libro Anleitung
zu der Bergbaukunst fue traducido al francés como Traité sur la science
de l’exploitation des mines, versión que no es compatible con la forma
española adoptada por Del Río. Schreiber tradujo Begbaukunst como
Science de l’exploitation des mines o Ciencia [conocimiento] de la explotación
de las minas, forma que da a entender un poco más explícitamente
lo que Werner entendía por el término alemán según su Bergberkskunde.
Sin embargo, Del Río, al igual que en las otras dos partes de su cátedra
tradujo directamente del alemán, Bergbau: minería y Kunst: arte [entendido
como conjunto de conocimientos prácticos], de ahí el Arte de minas.
Esta parte de su cátedra nunca tuvo un impreso, libro o
artículo específico promovido por Del Río, excepto los escritos
originados por varias disputas como la sostenida con Alzate, a lo
largo de medio siglo.

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ESCUELAS
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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

El Arte de Minas (1795)

El Fondo Sociedad Científica Antonio Alzate-Rafael Aguilar y San-


tillán de la biblioteca Ing. Antonio M. Anza del Acervo Histórico
del Palacio de Minería resguarda un ejemplar de las ya mencionadas
Tablas mineralógicas de Karsten, traducidas por Del Río. Pertenece a la
colección Ing. Carlos F. de Landero y presenta una encuadernación
entera en cuero, cuya factura y materiales determinan que es con-
temporánea a su impresión. Landero, ingeniero de minas jalisciense y
profesor de Metalurgia en la Escuela Práctica de Minas de Pachuca
entre 1896 y 1909, donó parte de su biblioteca personal a la Sociedad
Alzate en mayo de 1937, como lo consigna un sello colocado a todos
sus libros conservados en ese fondo.85 En un folio en blanco ubicado
antes de la contraguarda posterior, otro dueño desconocido dejó ma-
nuscrita una «Lista de las sustancias minerales que pudo reunir el que
suscribe en los distintos minerales de la República de México donde
estuvo el año de 1824 hasta el de 1861 que dejó de recorrerlos, con el
fin de instruirse». Es una tabla que frente y vuelta va de la A a la Z y
no tiene ninguna otra indicación.
El ejemplar en cuestión fue reportado por primera vez en
1922 por el paleontólogo suizo Ernst Wittich (1871-1952) cuando
escribió un artículo sobre el descubrimiento del vanadio por Andrés
Manuel del Río.86 Allí menciona que fue consultado en la biblioteca
del Instituto Geológico de México, de la cual salió en algún momen-
to para parar en la colección de Landero, luego a la Sociedad Alzate
y tras un largo peregrinar al Acervo de Minería. Wittich demostró
que se trataba del ejemplar personal de Del Río.87 Lo relevante para
nuestro caso es que al finalizar la parte impresa, se encuentra el bo-
rrador original de Del Río del Arte de Minas, redactado en 1795.
Es importante mencionar que en la Nueva España nunca
se llegó a imprimir un libro similar que explicara con detalle los
procedimientos de extracción, puesto que se dio preferencia a los de
beneficio y allí sólo se tuvieron los textos de Friedrich Sonneschmid
y José Garcés y Eguía.88 Tal vez la primera obra en que se trata la te-
mática ampliamente producida en México sea el Manual de Laboreo
de Minas y beneficio de metales dispuesto para uso de los mineros y azogue-
ros de la República Mejicana de Francisco de Paula Hermosa, egresado
como ensayador del Colegio de Minería en 1849, publicado como
parte de la Enciclopedia Popular Mejicana de la librería de Rosa y
Bouret en 1857. Más tarde, los catedráticos de las Escuelas Prácticas
de Minas harían los propios, como se verá en capítulos más adelante.

92
ESCUELAS
de

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MEXICANAS
225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

El manuscrito del Arte de Minas de Del Río consta de 25 fojas Imagen 11. Página inicial de
escritas por los dos lados en tinta ferrogálica sepia (véase imagen 11). borrador del Arte de Mi-
nas, de Andrés Manuel del
Presenta algunas tachaduras y hace referencia a figuras que al parecer Río, 1795, encuadernado
todavía no se habían dibujado. Cuando el ingeniero Santiago Ramírez en su ejemplar personal de
describió esta misma obra en su biografía de Del Río, mencionó la las Tablas mineralógicas,
de Dietrich Karsten, 1804.
existencia de láminas, por lo que él debe de haber visto ya una versión
definitiva y no este borrador. El texto con sus ilustraciones ya existía
al menos en 1816, puesto que el ejemplar resguardado en la Univer-
sidad de Yale está hecho «para uso de Mariano Goyzueta», quien fue
alumno del Colegio de Minería y está fechado el 1 de mayo de dicho
año.89 Además contiene ya las ilustraciones, de seguro copiadas del
original de Del Río que Ramírez habría visto. La comparación de
ambas versiones debe hacerse en el futuro para determinar los cambios
que podría haber efectuado el autor.
Del Río definió el Arte de Minas en su discurso de 1796:
«Los ramos expuestos pertenecen á la parte teórica de la Mineralogía,
y a la parte práctica el Arte de Minas, que si no se ha de exercer em-
píricamente (en cuyo caso es imposible conseguir el fin de disponer
todos los trabajos subterráneos con la mayor economía posible)».90
Un análisis de los capítulos en que está dividido el manuscri-
to nos deja ver que Del Río tomó el plan de la obra de Delius para
realizar la propia. En la tabla 2 se observan los índices de ambos textos
incluyendo la traducción francesa de Schreiber. Delius muestra una
obra ya acabada en su totalidad y bien definida, en tanto que el español
deja ver que aún tiene un borrador.

93
Imagen 12. A lo largo de
su vida, Andrés Manuel
del Río produjo numerosos
libros de texto especiali-
zados para la enseñanza
de las ciencias mineras en
el Colegio de Minería. En
la imagen se aprecian en la
parte superior, de izquierda
a derecha, los Elementos de
Orictognosia de 1832, el
Arte de Minas de 1795 y las
Adiciones y correcciones a la
Orictognosia de 1848. En la
parte inferior, los Elementos
de Orictognosia de 1846 y el
Manual de Geología de 1841.

94
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95
ESCUELAS
de

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MEXICANAS
225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

La referencia va más allá de esta apariencia, toda vez que


existen algunos pasajes que son claramente un resumen, traducido al
español del texto original en alemán. El primer párrafo de la intro-
ducción de Delius dice:

Die Bergbaukunst ist eine Wissenschaft, die Lagerstätte der Metalle


und Mineralien in der Tiefe der Gebirge zu erforschen, solche vor-
theilhaft, sicher und wirtschaftlich zu gewinnen und herausbringe,
und die dabei vorkommende Hindernisse auf die Seite zu räumen
(Delius, Anleitung, p. iv).

La traducción francesa, que agregamos como referencia, es:

L’art d’exploiter les Mines consiste à savoir connoître et trouver les


métaux et minéraux qui sont dans les entrailles de la Terre, à les travai-
ller avec sûreté et avantage, à les extraire avec économie, et à surmonter
les difficultés qui peuvent se présenter (Delius, Traité, p. v).

Por último, la versión de Del Río, como se dijo páginas antes, se


presenta condensada:

El Arte de Minas comprende todas las operaciones del laborío, pero


con la mayor economía (Rel Río, Arte, s/f ).

La definición podría parecer genérica, pero ya se observó con an-


terioridad que por ejemplo Werner nunca pudo sintetizarla en un
párrafo como la propuesta de Delius. Un ejemplo mucho más claro
para demostrar que Del Río se basó en aquella obra, al igual que lo
hizo en la Geognosia, es este fragmento en que se detallan los siete
aspectos indispensables para la explotación de las minas (véase tabla 3).

96
ESCUELAS
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225 años
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DE MINERÍA

Tabla 2
Capitulado de las obras de Delius, en el original alemán, la traducción
francesa de Schreiber y la Del Río

DELIUS/SCHREIBER-
DELIUS-ANLEITUNG
TRAITÉ SUR LA SCIENCE DEL RÍO-ARTE
ZU DER BERGBAUKUNST FOJA
DE L’EXPLOITATION DE MINAS, 1795
1773
DES MINES, 1778

SECTION PREMIÈRE.
I.Von der unterirdischen Berggeographie El Arte de Minas… 1
De la Géographie Souterraine.

I.1. Von dem theoretischen Theile der


CHAPITRE PREMIER.
unterirdischen Berggeographie, oder von
De la partie théorique de la De las barrenas 2v
der innern Kenntniss der Gebirge un der
Géographie Souterraine.
Lagerstäte der Mineralien

I.2. Von ihrem praktischen Theile: oder SECTION DEUXIÈME.


De los ajustes o
von Schürfen und Anlegung neuer Berg- Des Fouilles & de l’établissement 4
destajos
werke de nouvelles Mines.

DESCRIPTION DE LA SONDE
DE MONTAGNE, AVEC SON
APPLICATION. EXTRAIT DE
L’OUVRAGE DE M. GEIS; SEC-
TION PREMIÈRE. Du détail des
  De la torrefacción 4
pièces qui composent cet instru-
ment; SECTION DEUXIÈME. De
l’opération & de l’usage de la Sonde;
SECTION TROISIÈME. De l’utilité
de la Sonde.

De los socavones y
II.Von dem Grubenbaue   4v
cañones

CHAPITRE PREMIER.
II.1.Von der Arbeit auf dem Gesteine De los tiros y pozos 6
De l’entaille du Roc.

CHAPITRE SECOND.
II.2.Von Stöllen De los ademes 7v
Des Galeries & des Passages.

CHAPITRE TROISIÈME.
II.3.Von Schächten De los despachos 10
Des Puits.

II.4. Von einem regelmässigen Gruben- CHAPITRE QUATRIÈME. Des


baue überhaupt, in Absicht auf die Erztge- Règles générales d’une exploitation
winnung, und auf die in den Erztgrüben intérieure, principalement pour
De la mampostería 10
selbst vorkommende Gegenstände: In je- exploiter le minérais, & des objets
dem Kapitel wird zugleich von der dahin qui se présentent dans les ouvrages
gehörigen Grubenzimmerung gehandelt souterrains.

CHAPITRE CINQUIÈME. De la regularidad


II.5.Von der Bauart auf Flösswerken 11
De l’exploitation des Couches. de las labores

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ESCUELAS
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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

CHAPITRE SIXIÈME.
Trabajo de cielo o
II.6.Von der Grubenmaurung Du Muraillement des travaux 12
de testeros
intérieurs.

CHAPITRE SEPTIÈME.
II.7.Von der Erzt- und Bergförderniss Laborío de capas 12v
De l’extraction des Matières.

Del laborío de los


  13
cúmulos

  Trabajo de canteras 13v

Trabajo de
  13v
hundidos

CHAPITRE HUITIÈME.
II.8.Von der Beförderung des Wetterzugs De la ventilación 13v
De la Ventilation.

    De la extracción 15

II.9.Von der Ausförderung der CHAPITRE NEUVIÈME.


Cálculo del
Grubenwässer druch Maschinen Des moyens qu’on emploie 15
malacate
und Kunstwerke pour élever les eaux de la Mine.

Rigidez de la
    15v
cuerda en las poleas

Fricción del guijo


    15v
contra el tejuelo

Fricción de los
    guijos superior 15v
e inferior

Velocidad de
    16
los caballos

Cálculo del
    16
malacate de agua

De las ruedas
    16v
de cubos

II.9.1.Von Kunstlischen oder SECTION PREMIÈRE. Cálculo de las


17v
Pumpenwerken Des corps de Pompes. bombas

Cálculo de la
potencia que debe
    18v
tenerse aplicada al
émbolo

Cálculo de la rueda
SECTION DÈUXIÈME.
II.9.2.Von Kunsträdern de cajones para 18v
Des Roues Hydrauliques.
mover las bombas

Cálculo del
SECTION TROISIÈME
II.9.3.Von der Rosskunst malacate de agua 19
Des Machines à Chevaux.
con caballos

98
ESCUELAS
de

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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

SECTION QUATRIÈME.
II.9.4.Von der Feuermaschine    
Des Machines à Feu.

Fórmula de la
SECTION CINQUIÈME.
II.9.5.Von der Wassersüalenmaschine máquina de 20
Des Machines à colonnes d’eau.
columna de agua

SECTION SIXIÈME. Cálculo de la


II.9.6.Von der Luftmaschine 21
De la Machine à Air. máquina de aire

CHAPITRE DIXIEME.
II.10.Vom Teich- und Grabenbaue De las presas  
De la construction des Étangs.

TROISIÈME PARTIE.
III. Von der Aufbereitung der Erzte über
De la préparation du Minérais    
Tages
à la superficie.

CHAPITRE PREMIER.
III.1.Von der Erztscheidung De la pepena 21v
Du Triage.

Cálculo del
  palancón con un  
cajón movible

CHAPITRE DEUXIÈME.
III.2.Von nassen Pochwerken Morteros 21v
Des Bocards à eau.

CHAPITRE TROISIÈME.
III.3.Von der Schlämmarbeit 22
Du Lavage.

CHAPITRE QUATRIÈME.
III.4.Von Goldauziehen und Anreiben De l’extraction de l’or & de Secretos 22v
l’amalgamation.

CHAPITRE CINQUIÈME. Cálculo del


  23
Des Bocards à sec. mortero

CHAPITRE SIXIÈME. Du Lavage Del lavado de


  23
du minérais en pierre ou Criblage. harinas pobres

CHAPITRE CINQUIÈME. De los morteros


III.5.Von trocknen Pochwerken 24v
Des Bocards à sec. secos

De los terreros, y
CHAPITRE SIXIÈME. Du Lavage
III.6.Von Waschwerken de su lavado y el de 24v
du minérais en pierre ou Criblage.
metales barrosos

CHAPITRE SEPTIÈME.
     
De l’économie des Mines.

TRAITÉ SUR LES PRINCIPES


IV.Von der Bergbauwirthschaft    
DES FINANCES DES MINES.

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DE MINERÍA

Tabla3
Los siete principales aspectos de la explotación de minas

DELIUS, 1773 DEL RÍO 1795


[…] erstlich die Erzte selbst durch die Arbeiter mit 1° Se dispondrá el disfrute de los metales de
leichteter Mühe und Beschwerlichkeit, und folglich modo que se puedan arrancar con el menos
mit gerinern Unkosten gewonnen warden. trabajo y la mayor economía posible,

Zweitens, dass sich nach aller Möglichkeit rein aus dem 2° que no haya necesidad de dejar macizos
Gebirge herausgehauet werden können, ohne etwan in que en lo sucesivo no se podrán disfrutar
dei Nothwendigkeit versetzet zu weren, dass man hier sino con mucho peligro y costo,
oder da Erztmittel verlassen muss, welche man ohne di
grösste Gefahr, oder wenigsten ohne grosse Unkosten
nicht mehr herausbringen kann.

Drittens, das der Erzthau in Absichts auf die Förder- 3° que la extracción sea cómoda,
niss bequem gemacht werde, damit deren Ausförde-
rung zu Tage keinen grossen Beschwerlichkeiten un
Unkosten unterliege.

Viertens, dass derselbe in Absicht auf den Zug frischer 4° que se procura buena ventilación,
Wetter bequem eingerichtet werde, ohne welche der
ganze Grubenbau gar nicht statt finden kann.

Fünftens, das alle Grubenwässer in guter Ordnung an 5° que se recojan las aguas en lugar de donde
einen solchen Ort zusammengeleitet warden, wo sie se puedan sacar fácilmente a la superficie,
weiter bis an Tag ausfliessen, oder ausgehoben warden
können.

Sechstens, dass in allen ausgehauten Weitungen oder 6° que se cuide de la seguridad de los
Zechen, woraus die Erzte weggehauet worden sind, trabajadores de la misma mina,
genugsame Sicherheit vor die Grube seltst, un vor die
Arbeiter verschaffet werde, damit das Gebirge nicht zu-
sammengehe, die Arbeiter tödte, und in der Grube selbst
viel Schaden und Unkosten verursache.

Siebentens, das währender Zeit, als an einem Orte Erzte 7° que mientras se arrancan metales por un
weggehauet warden, mi taller möglichen Sorgfalt immer punto se hagan cañones de investigación y
neue Anbruche ausfindig gemacht, folglich Hoffnugsörter coladeros subiendo y bajando para observar
getrieben, un der Gang sowohl seinem Streichen als Fal- la veta en su rumbo y en su echado, descu-
len nach, durch Felörter und Abteufen untersucht, auch brir nuevos puntos y perpetrar su laborío.
durch Hangend und Liegendschläge andere Gänge, oder
Hangend- und Liegendklüste aufgesucht [pp. 201-202].

100
ESCUELAS
de

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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

Cabe mencionar que un pasaje de la obra llegó a la imprenta, de hecho,


Santiago Ramírez explica en su biografía de Del Río el contenido
del Arte de Minas:

Esta obra quedó inédita, y de desear sería su impresión á pesar de


que los adelantos de la época la hacen insuficiente, pero contiene
detalles que faltan en las obras modernas de explotación. [Nota al
pie:] En la edición que de las Ordenanzas de Minería hizo en París
la casa editorial de Rosa, Bouret y Ca, el año de 1851, se pone al fin
un extracto de esta obra, en la parte que se refiere á laboreo de las
minas; y el Decreto núm. 29 del Estado de México, correspondiente
al 2 de Junio de 1851, permite que las minas se labren conforme á las
doctrinas de este sabio profesor.91

Hasta antes de perder su vigencia en 1884, hubo varias ediciones


de las Ordenanzas de Minería de 1783.92 Anterior a la que menciona
Ramírez, está la edición impresa en México en 1846 en la librería de J.
Rosa. Allí se agregaron todos los decretos concernientes a la Minería
publicados con posterioridad a la legislación original y «dos lámi-
nas para explicar los métodos más económicos de disfrutar las vetas»,
como lo aclara Cástulo Navarro, profesor de Matemáticas del Colegio
de Minería y encargado de disponer la edición. En efecto, no sólo
están las ilustraciones, sino que en las últimas 13 páginas de texto se
ofrece la explicación de éstas. Como párrafo introductorio propuso:

El Laborío de las Minas, según se manda practicar por los artículos


4, 6, 7 y 11, no es el más económico; y por lo mismo damos a
continuación los métodos más seguros que se podrán seguir para
disfrutar una veta con el menor trabajo y la mayor economía posi-
bles; sacado todo del Arte de Minas que enseña en el Seminario de
Minería el sabio D. Andrés del Río, actual profesor de mineralogía
en dicho Seminario.93

Un examen de ambos textos demuestra que entre las fojas 11 y 13


reverso del manuscrito y las páginas 278 a 290 del libro existe una
coincidencia casi total. Sólo hay algunas diferencias entre las unidades
de medida, varas en el manuscrito y toesas en el libro. Como ejemplo
transcribimos el primer párrafo coincidente del manuscrito:

Empezando una veta á tener metal, por ejemplo, á 8 ó 10 toesas se


sigue ahondando el tiro, y dando cañones de 20 en 20 toesas en el

101
ESCUELAS
de

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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

Imagen 13. Trabajo de cie- rumbo de la veta, y en cada cañón á las 68 ú 80 varas se ahondan
lo o de testeros y trabajo de coladeros para comunicarlos, y desde la superficie hasta el primer
banco para la explotación
de una veta mineral. HB:
cañón se baja otro tiro cuya boca no esté a nivel con la anterior para
tiro principal; PB: tiro de facilitar la ventilación [foja 13].
ventilación; BX y BZ: po-
zos o coladeros. RTSQH:
sección longitudinal de una
Y en el impreso de las Ordenanzas se menciona:
veta. Dibujo de Andrés Ma-
nuel del Río; litografía de Empezando una veta a tener metal, por ejemplo, a 16 o 20 varas
Aubert y ca. 1846.
se sigue ahondando el tiro HB [imagen 13], y dando cañones B
B de 40 en 40 varas en el rumbo de la veta, y en cada cañón a las
60 u 80 varas se ahondan coladeros o pozos para comunicarlos, y
desde la superficie hasta el primer cañón se baja otro tiro PB cuya
boca no esté a nivel con la anterior para facilitar la ventilación.94

Y vemos claramente que es el mismo texto, pero más acabado, las


unidades de medida se han homogeneizado y se hace referencia a una
ilustración que además se incluye en el libro. Aquí es donde resulta
relevante observar la versión de 1816. 95
Asimismo, la influencia del tratado de Delius en el de Del
Río muestra que el conocimiento generado en la Academia de
Minas de Banská Štiavnica también tuvo una gran impronta en la
formación de los alumnos del Real Seminario de Minas de México.
Es manifiesto en la cátedra de Explotación de Minas, pero también
se observa con la de Química y Metalurgia. El profesor de ésta entre
1798 y 1805, Luis Fernando (Ignaz) Lindner (ca.1763-1805), aunque

102
ESCUELAS
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DE MINERÍA

se graduó como médico en la Escuela de Medicina de Viena, en


1782, fue asistente del laboratorio de Química en Banská Štiavnica.96
Delius se limitó a describir las máquinas y su funcionamiento
y dio apenas algunas proporciones entre cantidades como diámetros y
longitudes para razonar sobre el cálculo de las máquinas. El español
va un nivel más arriba y expresa en forma de ecuaciones simples
las relaciones de dependencia de las cantidades útiles para calcular el
funcionamiento de un dispositivo y toma en cuenta, aunque de ma-
nera superficial, aspectos como la fricción, no presentes en los análisis
de Delius. Es decir, Del Río hace un estudio mucho más completo de
cada dispositivo, por lo que el estudiante podría tener mejores herra-
mientas para construir la maquinaria en una situación real específica.
El Arte de Minas no pretendía, pues, presentar disertaciones
teóricas sobre la mecánica de las máquinas. Éstas, sin embargo, eran
objeto de artículos, que hoy en día consideraríamos de investigación,
y que circularían en las primeras revistas especializadas en Minería de
origen sajón y relacionadas con la Academia de Minas de Freiberg. La
Magazin für die Bergbaukunde (revista de Minería) de Johann Friedrich
Lempe, publicada en Dresde desde 1785 y el Bergmännisches Journal (pe-
riódico minero), de Alexander Wilhelm Köhler, aparecida en Freiberg a
partir de 1788. Ambas comenzaron a publicarse cuando Del Río estaba
todavía en Europa, y sin duda fueron parte de su formación, lo que le
permitió comprender de manera detallada los cálculos y expresarlos
de manera sencilla en su Arte de Minas. Otra pieza fundamental para
su adquisición de conocimientos es otra traducción prácticamente
desconocida, que realizó antes de venir a América.
Nos referimos al Ensayo de una teoría sobre los principios hidro-
dinámicos y pirométricos y su utilización en instalaciones de tuberías, bom-
bas, columnas de agua y máquinas de vapor de Karl Christian Langsdorf
(1757-1834), publicada en 1787.97 Esta obra tenía por objeto hacer
verdaderos análisis de la maquinaria para encontrar las ecuaciones de
movimiento que las regían, por lo que puede considerarse como uno
de los primeros tratados de Mecánica Aplicada. El autor afirmaba que
los textos de Delius, ya mencionado antes, la Breve descripción de la
maquinaria minera utilizada en Schemnitz en la Baja Hungría de Nicolaus
Poda y la Enciclopedia de minería y salinas de Franz Ludwig von Cancri-
nus98 «incluyen una mera descripción de las máquinas [de vapor] sin
hacer el mínimo intento de entender su teoría».99
Del Río tituló su traducción Ensayo de una nueva teoría hidro-
dinámica y pirométrica con su aplicación a las máquinas que se usan en las
minas, concluida en Freiberg «el 16 de mayo de 1790 a las 12 y ½ de la

103
ESCUELAS
de

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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

mañana».100 El manuscrito consta de 92 fojas, incluye cuatro capítulos


añadidos por él sobre ruedas hidráulicas y bombas de desagüe y mo-
dificó la idea original de la obra, ya que está enfocada sólo a la apli-
cación de la Mecánica en la Minería. Es la traducción más temprana
de Del Río encontrada hasta la fecha y está acompañada de algunos
folios escritos en alemán con varias deducciones matemáticas que
pudieron ser notas de clase o parte de las discusiones surgidas mientras
la realizaba. De particular interés es el capítulo referido a la máquina
de columna de agua, la cual había observado en Europa central y le

Imagen 14. Máquina de co-


lumna de agua para el des-
agüe de las minas realiza-
do por un alumno del Real
Seminario de Minería, ca.
1805. Del Río observó este
sistema en Europa central y
lo reprodujo en la mina del
Morán en Real del Monte,
Hidalgo.

104
ESCUELAS
de

M I NA S
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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

parecía tan útil que construyó una en la mina del Morán en Real del
Monte hacia 1802. Del Río escribió una gran cantidad de notas mar-
ginales, que son tan extensas como el texto original. Ello demuestra
el nivel de conocimiento que tenía en cuanto a Matemáticas, en
particular el Cálculo Infinitesimal, y sus aplicaciones a la Mecánica
y la Hidráulica. También añadió datos de eficiencia de la maquinaria
calculados en la clase de Johann Friedrich Lempe en Freiberg, de tal
suerte que se observa el interés particular que Del Río tenía en este
tema y que relacionó la teoría expuesta por Langsdorf con casos reales.
En relación con lo anterior, la construcción de su máquina
de desagüe en Real del Monte fue objeto de una disputa académica.
El capitán de navío español Joaquín de Zaraúz criticó su diseño y
utilizó argumentos expuestos en la obra de Arquitectura hidráulica del
ingeniero francés Bernard Forest de Bélidor (1698-1791),101 texto
clásico que tuvo varias ediciones a lo largo del siglo xviii,102 pero
que al igual que los libros de Poda, Delius y Cancrinus, carecía de
razonamientos teóricos. Juan José de Oteyza, catedrático de Mate-
máticas del Real Seminario de Minería, hizo una primera defensa
de las deducciones de Del Río durante el discurso leído en los actos
públicos de 1806 y un año después el profesor de Mineralogía escri-
bió un artículo publicado en el Diario de México en el que defendía
sus postulados y explicaba que conocía la obra de Langsdorf desde
hacía más de una década, que él mismo la había traducido y que con-
tenía argumentos para respaldar la máquina que habían construido.103
Al observar que la traducción de Del Río era de utilidad para
el cuerpo académico del Colegio de Minería y que las dos copias
conocidas del Arte de Minas están manuscritas, podemos conocer el
mecanismo de difusión del texto, aunque no haya llegado a la im-
prenta. No deja de sorprender la transcripción de un fragmento en
las ediciones de las Ordenanzas de Minería de mediados del siglo xix,
ya que para esa fecha existían otras obras al respecto, y sin embargo
la escrita por Del Río era aún vista con cierta reverencia. Lo mismo
ocurrió con las distintas ediciones de sus Elementos de Orictognosia, que
seguirían siendo textos de referencia hasta muy entrada la centuria.

105
106
Imagen 15. Las labores
mineras en Real del Monte
crecieron en profundidad
durante el siglo XVIII y las
inundaciones se hicieron
más frecuentes. Para miti-
gar la situación se planeó
un gran socavón o túnel
horizontal suficientemen-
te profundo para que las
aguas de todas las minas
escurrieran hasta éste y se
evacuaran por gravedad.
La obra se llamó Socavón
del Aviadero y su construc-
ción tomó más de un siglo.

107
ESCUELAS
de

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MEXICANAS
225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

Otras contribuciones: la Geometría Subterránea


y el descubrimiento del eritronio

Una disciplina importante dentro del laboreo de minas era la


Geometría Subterránea o Medición de Minas.104 En el Seminario de
Minería fue redactado el texto Nociones generales de la teoría y la práctica
de la Geometría Subterránea. Escrita para la enseñanza de los alumnos del
Real Seminario de Minería de México, muy probablemente de la autoría
de los catedráticos de Matemáticas y Física del Colegio de Minería,
Andrés José Rodríguez y Francisco Antonio Bataller.105
En este tenor, Elhuyar encargó a Del Río en 1802 una traduc-
ción del Anleitung der Markscheidekunst de Johann Friedrich Lempe,
impreso en 1785 y con una adenda en 1795, con la finalidad de que
sustituyera cualquier texto utilizado con anterioridad, a decir de Elhu-
yar, ninguno de los tratados previamente conocidos, incluidos los eu-
ropeos, tenían el nivel necesario para los alumnos del Colegio.106 Este

Imagen 16. Andrés José Ro-


dríguez y Francisco Antonio
Bataller, Nociones generales
de la teórica y práctica de
Geometría Subterránea es-
critas para la enseñanza de
los alumnos del Real Semi-
nario de Minería de México
de los catedráticos de Mate-
máticas y Física, ca. 1793.

108
ESCUELAS
de

M I NA S
MEXICANAS
225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

tratado fue utilizado en Freiberg, el cual contiene novedosas teorías


matemáticas, que en un momento dado podrían ser excesivas para los
estudiantes del Colegio de Minería y cuyo fin era realizar con eficacia
los planos y mediciones de los trabajos subterráneos.
El libro llegó de Europa en 1803 en una remesa de impresos
y al momento se solicitó su traducción. Hasta ahora, la evidencia indi-
caba que esa versión española había sido el texto seguido en el curso;
sin embargo, tras encontrar el manuscrito de Geometría Subterránea
copiado por el alumno del Colegio, Mariano Goyzueta en 1816, se
sabe que en realidad contenía el manual redactado anteriormente por
Rodríguez y Bataller con el aumento de dos capítulos y varios proble-
mas nuevos que los alumnos debían resolver.107 En apariencia, Del Río
no concluyó la traducción, ya que en el inventario general del Colegio
realizado en 1821 ante la partida de Fausto de Elhuyar hacia España,
aparece que el manuscrito de dicha versión estaba incompleto.108
Como se refirió, a partir de 1802, el Cálculo Infinitesimal
comenzó a formar parte de la segunda cátedra de Matemáticas y re-
sultó fundamental para el avance en todas las demás, lo que hace
poco probable que se mantuviera el uso de las Nociones. Por último,
según las noticias que tenemos del acto público efectuado en 1809, la
Geometría Subterránea se impartió desde esa misma segunda cátedra
de Matemáticas tomando como libro de texto la obra de Jean Pierre
François Guillot-Duhamel (1730-1816) utilizado en la Academia de
Minas de París.109

El eritronio o vanadio

A partir de 1800, Del Río se dedicó a realizar análisis químicos de las


muestras minerales recogidas por Sonneschmid en su viaje por el norte,
centro y occidente de la Nueva España. Entre ellas, destaca el ejemplar
al que denominaron plomo pardo, recolectado en el real minero de
Zimapán, en el norte del actual estado de Hidalgo. Su estudio lo llevó
a aislar un elemento químico que consideró nuevo y al que inicial-
mente, tomando en cuenta raíces griegas, llamó «pancromo por la
universalidad de colores de sus óxidos, disoluciones, sales y precipi-
tados y después eritronio por formar con los alcális y las tierras sales
que se ponían rojas al fuego y con los ácidos».110 Para comprobar
su hallazgo, el español entregó a Humboldt un ejemplar del plomo
pardo y los resultados de sus análisis para que fueran verificados en
Europa; el químico Hippolyte Victor Collet-Descotils (1773-1815)111

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de

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determinó en 1805 que lo encontrado no era un elemento nuevo.


Del Río dudó de su descubrimiento y afirmó que era en realidad
un óxido de cromo. Años más tarde en 1830, el químico sueco Nils
Gabriel Sefström (1797-1845) redescubrió la sustancia y la nom-
bró vanadio. Ese mismo año, el científico alemán Friedrich Wöhler
(1800-1882) demostró que ambos eran el mismo y que el primer
descubridor fue Del Río.112
Para finalizar, se habló con anterioridad del ejemplar per-
sonal de las Tablas mineralógicas, propiedad de Del Río y el hallazgo
del borrador inédito del Arte de Minas. En la parte impresa hay 44
anotaciones marginales realizadas con tinta ferrogálica color negro
contemporáneas a la edición. Corresponden a dos manos, aunque la
segunda apenas realizó dos por lo que no se toman en cuenta. Pare-
ciera difícil determinar su autoría, ya que no hay marcas de perte-
nencia que pudieran identificarlo de manera inmediata. El sello que
atestigua al ingeniero Carlos F. de Landero como dueño no corres-
ponde en época a la caligrafía y tipo de tinta.
Cabe hacer notar que las tablas para describir los minera-
les están divididas en seis columnas: clases, familias, géneros, especies,
criaderos de esta América y partes constitutivas que se conocen
hasta ahora. Adicionalmente al pie de cada página, hay observaciones
hechas tanto por Karsten como Del Río. La mayor parte de las notas
se encuentra en las dos últimas columnas y en el margen inferior; en
términos generales, versan sobre las proporciones de los componentes
químicos de algún mineral mencionado, encontrado a partir de
análisis o bien tomados de la revista Annales de Chimie. En la página
61 de esta obra, se encuentra descrito el plomo pardo de Zimapán, en
el renglón correspondiente y en la columna «Partes constitutivas que
se conocen hasta ahora», se había puesto originalmente: «Lo mismo
[es decir óxido de plomo y ácido fosfórico]. Klaproth». La anotación
marginal respectiva que había sido observada anteriormente por Ernst
Wittich en 1922, a la letra dice:

Según mi análisis de 1802: óxido amarillo de plomo, 80,72; ácido


crómico, 14,8; ácido muriático, 1,60; óxido rojo de hierro, 3,20; arsé-
nico, ¿? Pero el hierro está probablemente en estado de óxido negro
y con el rojo del ácido, y el amarillo del plomo forman el color
pardo en el curso y de 805 ha dado M. Descotils su análisis:

Plomo metálico 69
Oxígeno supuesto 5,2

110
Imagen 17. Muestra del plomo pardo, colectado por Friedrich Sonneschmid en Zimapán, Hidalgo en 1796,
utilizado por Andrés Manuel del Río para aislar el elemento químico que llamó eritronio y posteriormente
renombrado vanadio por el sueco Nils Selfström en 1830. Cédula original de Alexander von Humboldt. Trans-
cripción: Mexique / Vanadinbleierz / Braunbleierz des Filons de Zimapan / au Nord de Mexique / Chromate
de Plomb. M. del Rio / avait cru reconnaitre un nouveau Metal / qu’il nomma Erythronium, puis Panchrome
/ enfin il a reconnue du Chrome ordinaire.

Traducción: México / Mineral de plomo y vanadio / Mineral de plomo pardo de las vetas de Zimapán / al norte
de México / Cromato de plomo. El Sr. del Río / creyó encontrar allí un nuevo metal / que él llamó eritronio
y luego pancromo / al final reconoció haber encontrado cromo ordinario.

111
Imagen 18. A partir de 1800, Del Río se dedicó a realizar análisis químicos de las muestras minerales recogidas por
Sonneschmid en su viaje por el norte, centro y occidente de la Nueva España. Entre ellas destaca el ejemplar al que
denominaron plomo pardo, recolectado en el real minero de Zimapán, en el norte del actual estado de Hidalgo. Su
estudio lo llevó a aislar un elemento químico que consideró nuevo y al que inicialmente, tomando en cuenta raíces
griegas, llamó «pancromo por la universalidad de colores de sus óxidos, disoluciones, sales y precipitados y después
eritronio por formar con los álcalis y las tierras sales que se ponían rojas al fuego y con los ácidos».

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Óxido de hierro 3,5


Ácido muriático 1,5
Ácido crómico 18
Pérdida 48
Anales de Química [Annales de Chimie], t. 5.113

Para estas fechas, Del Río había invertido como accionista en la mina
del Morán, en Real del Monte, de hecho el 17 de julio de 1801, com-
pró tres acciones a Luis Lindner, catedrático de Química del Colegio
de Minería, quien nunca le hizo entrega de los papeles. Hacia el 18 de
junio de 1802, Del Río pretendió vender las acciones a Joaquín Fabre-
gat, grabador de la Academia de San Carlos, pero no pudo concretar la
transacción por falta de documentos. A la muerte de Lindner en 1805,
quien quedó intestado, se encargó a Vicente Cervantes, boticario del
Hospital de San Andrés y catedrático del Jardín Botánico para que se
ocupara de los asuntos pendientes. Para concluir, Del Río recuperó
su dinero, y la viuda quedó desamparada.114 En esta misma fecha, fue
comisionado para establecer una ferrería en Coalcomán.

La cátedra de Mineralogía entre 1806 y 1843

El curso de 1806 fue complicado en el Seminario de Minería, ya


que el año anterior falleció Luis Lindner, catedrático de Química
y Metalurgia. La partida de Del Río acrecentó el problema, para
sustituirlo se decidió:

Para la [cátedra] de Mineralogía, atenta la incertidumbre del regreso


de su catedrático, y la dificultad de proporcionar sujeto para sustituirla
sin trastorno y perjuicio de alguna de las otras clases, he tomado pro-
visionalmente el partido de destinar para su enseñanza en calidad de
pasante, al alumno de dotación don Juan de Arezorena, que habiendo
concluido sus estudios en el Seminario, está en disposición de
destinarse a la práctica.115

Los alumnos de Arezorena, primeros en seguir la cátedra sin la guía


de Del Río, fueron Juan María Muñoz, Gerónimo Aldaco y José
Coria, de dotación, y José Mariano Benítez, externo.116 Así concluyó
la primera etapa intelectual de la vida de este personaje en América, en
el marco de la invasión de Napoleón a España que demandó la
participación de los expertos, como Del Río y Manuel Tolsá en

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la fabricación de cañones y pertrechos indispensables para enfrentar el


conflicto bélico.

La ferrería de Coalcomán y el malogrado viaje a Guatemala

Durante el reinado de Carlos IV (1788-1808), España y Francia sostu-


vieron un conflicto bélico con Inglaterra, que derivó en el desabasto
de azogue y hierro empleado en la elaboración de herramientas uti-
lizadas en las minas novohispanas. Ante la amenaza de la paralización
de los trabajos mineros, el Real Tribunal de Minería comisionó en
1805 al geognosta Andrés del Río para el establecimiento de la ferre-
ría de Nuestra Señora de Guadalupe en Coalcomán, Michoacán.117
El contacto con Werner también podría haber influido en
Del Río para esta tarea, recordemos que su profesor pertenecía a una
familia dueña por generaciones de una ferrería. Esto se refleja en el
número de volúmenes referidos al tema en el Nachlass, que suma 22
de un total de 78, cantidad mayor sobre cualquier otra disciplina. Sin
embargo, no parecen haber intercambiado estos conocimientos toda
vez que Del Río utilizó como guía el Tratado sobre las minas de fierro y
las forjas del condado de Foix, escrito por Philippe Picot de la Peirouse
(1744-1818), publicado en 1786.118
Del Río dejó la administración de la ferrería a Juan José de
Oteyza el 25 de abril de 1809.119 Tan pronto como llegó a México
dictó un discurso sobre sus actividades en dicha instalación en los actos
públicos del Colegio de Minería el día 27 de octubre de 1809, en el
que asienta sus acciones durante cuatro años para la construcción y
puesta en marcha de la ferrería con sus hornos siguiendo las medidas
y observaciones de La Peirouse. Lamentó que esta obra no tuviera
ninguna aplicación para la realidad americana dadas las condiciones
geográficas y climatológicas, situación que lo obligó a experimentar
por sí mismo para obtener resultados y economía en la producción de
fierro y acero, la cual no alcanzó sus expectativas.120
El doctor Arturo Arnaiz y Freg, uno de los biógrafos de Del
Río, afirma que el profesor se dirigió a Guatemala una vez que re-
gresó de Coalcomán.121 En efecto, el 13 de mayo de 1811 solicitó al
Tribunal de Minería la licencia para viajar, como se constata en el
Diario de labores de la corporación:

Escrito de Don Andrés del Río pidiendo dos o tres años de licen-
cia para pasar a Guatemala a hacer reconocimientos mineralógicos

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ESCUELAS
de

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DE MINERÍA

conservándosele el medio sueldo para que el otro medio sirva para un


sustituto que podrá ser don José Manuel Herrera y encomendando a
su mujer e hija al Tribunal para el caso que fallezca en su viaje.122

El Tribunal envió un informe al virrey Francisco Javier Venegas y


Saavedra el día 21 de octubre, en respuesta a un decreto suyo emitido
el 19, en el que se expresaba que no existía inconveniente «en que
don Andrés del Río emprenda su marcha sin esperar la resolución
del excelentísimo presidente de Guatemala, ni en que se le facilita
la cantidad que pide a buena cuenta de los sueldos que allá se le
asignen».123 La idea había provenido de José Joaquín de Bustamante
y Guerra (1759-1825), militar participante en la expedición de Ma-
laspina a América entre 1791 y 1794, y capitán general de Guatemala
entre 1811 y 1818. Este personaje intentaba impulsar la Minería de la
región y deseaba que Del Río pudiera apoyarlo en la labor. Como
se refirió con anterioridad, él acababa de entregar el informe general
de sus labores en la ferrería de Coalcomán y declaró tener un rema-
nente de dinero a su favor. Sobre este asunto, el virrey respondió el
31 de octubre que no podía ayudarlo en sus gastos para dirigirse a
Guatemala por falta de fondos, por su parte el fiscal del Tribunal de
Minería abogó por él, sugiriendo que de no ser posible el reembolso
de lo que se le debía de sus trabajos en Coalcomán, al menos podría
cubrirse el monto de su traslado.124
Parece que Del Río se encontraba desmoralizado, ya que parte
de su dinero se había consumido por sus aportaciones a la ferrería y

[…] son 2,700 pesos de mi sueldo que se comió el apoderado que dejé
para litigar un punto de fianza con la viuda del difunto Lindner, que
se perdió y del cual debo todavía 925 pesos, como consta de un recibo
que tiene contra mí el señor Director don Fausto de Elhuyar. Tales
son varios tomos de obras que me han quedado truncas y muebles de
mi casa que se perdieron por culpa del mismo apoderado, y algunos
pocos en la quemazón que sufrió el difunto don Juan José Oteyza.125

Se refería a la liquidación de la sociedad que había realizado con


el antiguo catedrático de Química del Seminario, Luis Fernando
Lindner, que había fallecido intestado en 1805. Juan José de Oteyza
era catedrático titular del primer curso de Matemáticas y sustituto
de Física en el Colegio y había muerto el 8 de septiembre de 1810,
aparentemente en un incendio ocurrido en Coalcomán.

115
ESCUELAS
de

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225 años
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DE MINERÍA

En consecuencia, Andrés del Río solicitó la retribución de


las pérdidas con el costo de su viaje a Guatemala en una reunión con
el fiscal y los consultores el día 8 de noviembre, en la que se decidió
indemnizarlo con 100 pesos mensuales por los tres años y cinco meses
que duró la comisión en Coalcomán, así se le entregaron 4 100 pesos
de cargo de la Factoría.126 Pareciera entonces que el viaje se realizó,
no obstante, en una carta de José Joaquín de Bustamante enviada el 26
de enero de 1815 a la Real Audiencia de Guatemala, declara:

Nadie puede ignorar las tareas y desvelos que me ha costado desde


mi ingreso a este mando en que por todos los medios que estaban en
mi arbitrio he procurado darle impulso [a la Minería]. La pobreza de
este país, otras circunstancias que han concurrido y la misma falta
de profesor y director que con sus luces animase a los pudientes,
han sido los obstáculos que ha encontrado mi buen celo para que se
realizaran los planes que desde luego promoví.
No hay duda que estos podrán lograrse con ventajas considerables
con sola la venida de aquel mineralogista, que por su solo medio
tomaría el ramo de la Minería un fomento a que de otra suerte no
podrá llegar en este reino.127

Es decir, desde 1811, Bustamante había intentado obtener los recursos


para el sueldo de Del Río, pero tras cuatro años no lo había conseguido.
Sin embargo, esta situación derivó en el contacto constante que tuvo el
mineralogista con científicos guatemaltecos, como se verá más adelante.
El mismo año de 1811, el 27 de septiembre, el Colegio conclu-
yó el traslado de su sede del antiguo Hospicio de San Nicolás a la nueva
en la calle de Tacuba, en el edificio hoy conocido como Palacio de
Minería, el cual seguía en obra y fue concluido el 3 de abril de 1813.128
En 1815, la Sociedad Económica de Guatemala buscó promover
la explotación minera en la región. Determinó que el candidato
idóneo para dirigir el proyecto era Andrés del Río, para lo cual se
requerían 3 500 pesos que cubrirían su traslado y sueldo; sin embargo,
dicha cantidad no fue reunida por la Sociedad o el Consulado, y la
idea no cristalizó.129
En la Nueva España, la guerra de Independencia compli-
có los cursos y las prácticas de los colegiales de Minería; por ello,
no se celebraron actos públicos en 1810 y 1811; Del Río continuó
su cátedra con pocos estudiantes. Para el 10 de julio de 1816, fue
nombrado catedrático de Gramática Castellana y Francés, cursos que
aparentemente había tomado de manera interina con anterioridad.130

116
ESCUELAS
de

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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

Ese año, apenas había tres alumnos pensionistas, uno de ellos Mariano
Goyzueta que ya debía salir a prácticas. Dada la escasez de estudiantes,
se decidió el 6 de noviembre aumentar a cinco las pensiones otorgadas
con el objeto de incrementar la matrícula.131

Diputado a la Corte de Cádiz

El 2 de junio de 1820, Manuel de Quevedo Bustamante, apoderado


del Tribunal de Minería en Madrid, envió la lista de los diputados
designados a las Cortes de Cádiz por parte de la Nueva España,132
entre ellos, se encontraba Andrés del Río. Para sustituirlo durante
su ausencia, se asignó a Juan Méndez para la cátedra de Mineralo-
gía y a Honorato Riaño para la de Francés.133 A decir de José Luis
Maldonado Polo, el naturalista y cura veracruzano, Pablo de la Llave
(1773-1833) debió haber tenido una parte relevante en la discusión
en torno a su elección para el cargo.134
Pablo de la Llave nació en Córdoba,Veracruz, el 11 de febrero
de 1773, después de estudiar en el Colegio de San Juan de Letrán en
la Ciudad de México, se graduó de teólogo en 1792 y tras ordenarse
sacerdote se dirigió a España en 1801. Allí realizó varias labores en
el gabinete de Historia Natural en Madrid, entre las que destaca el
ordenamiento de las colecciones botánicas y ornitológicas recolec-
tadas en América por la expedición de Martín Sessé y José Mariano
Mociño. Desde 1812 fue uno de los representantes novohispanos en
las Cortes, cuyas ideas separatistas lo llevaron a prisión. Después de
ser canónigo de la Catedral de Osuna, retomó la política y asumió
posesión como diputado en Cádiz el 24 de febrero de 1821 y fue
designado secretario de la Corte en junio del mismo año. En 1823,
regresó a México y murió 10 años después en su ciudad natal.135 Así
pues, no debería extrañar la aseveración de Maldonado Polo respecto
de la selección de Del Río para las Cortes.
Justo después de recibir la noticia de su viaje a España, Andrés
del Río atestiguó la boda de su hija Cristina en la Parroquia de San
Miguel Arcángel de la Ciudad de México el 20 de agosto de 1820.136
El cónyuge fue Manuel Esnaurrízar Ávila, originario de Veracruz, na-
cido en 1790. El matrimonio tendría tres hijas y dos hijos entre 1825
y 1831.137
Para allegarse de fondos, Del Río vendió al Colegio una co-
lección, recientemente adquirida en París y Estados Unidos, de 67 mi-
nerales y 39 reactivos, por la que recibió 355 pesos el 16 de noviembre

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ESCUELAS
de

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DE MINERÍA

de ese año.138 Antes de partir a Europa, el profesor dejó una nota el


28 de diciembre de 1820 en la que expresaba que como encargado de
sus asuntos y para el cobro de su sueldo, quedaría su hijo político.139
Así ocurrió, dado que Del Río ya no firmó el recibo por su pago
mensual para diciembre de 1820.140 El 20 de mayo de 1821 asumió
el cargo de diputado, junto con otros personajes relevantes para la
minería, como Lucas Alamán, el marqués del Apartado Francisco
Fagoaga y Thomas Murphy, entre otros.141
El 15 de octubre de 1820, el teniente coronel e ingeniero de
minas José María Bustamante envío una carta a su maestro Andrés del
Río, sobre las rocas del pedregal de San Agustín de las Cuevas. Esta
misiva fue publicada con el título «Mineralogía volcánica» en Sema-
nario Político y Literario, núm. 20. En este texto, Bustamante compartía
al sabio profesor los experimentos que había efectuado en las rocas
del pedregal siguiendo el método de Pierre Louis Antoine Cordier
(1777-1861), geólogo, mineralogista e ingeniero francés de minas.142
La obra del galo pertenecía a Lucas Alamán, quien la había prestado
al militar, éste clasificó las muestras de acuerdo con los caracteres
externos y los analizó en el microscopio, del que dijo que le «era en-
teramente nueva la aplicación de este instrumento a la Mineralogía».
En la parte final del artículo vertió algunas noticias sobre el calendario
azteca hechas por Antonio de León y Gama y José Antonio Alzate.143
Este personaje escribió la Descripción de la serranía de Zacatecas, la cual
fue aumentada e ilustrada con planos de los años 1829, 1830, 1831 y
1832 por el ingeniero mecánico alemán Carl de Berghes, quien la
imprimió en 1834.144
En 1821, se publicó en dos partes en el Semanario Político y
Literario de México, una carta de Del Río al mineralogista francés René-
Just Haüy (1743-1822).145 El español hace observaciones a su obra
Cuadro comparativo de los resultados de la Cristalografía y del análisis quí-
mico relativos a la clasificación de los minerales de 1809.146 El texto muestra
a un Del Río exasperado que defiende los principios de clasificación
de Werner contra las novedades obtenidas a partir de análisis químicos
y cristalográficos desarrollados por Haüy y otros europeos. Llama la
atención que el texto está escrito como una carta dirigida al francés;
sin embargo, no es claro que realmente la haya enviado y al menos no
fue impresa en publicaciones periódicas galas de la época. Dado que
Del Río partió a finales de 1820 hacia Cádiz, debió haber dejado el
artículo listo para su publicación antes de su partida.
Andrés Manuel del Río regresó para ocupar su cátedra en julio
de 1822, primer mes en que firmó por la recepción de su sueldo.147

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ESCUELAS
de

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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

Aprovechó su viaje para actualizarse en bibliografía y realizar varias


compras de impresos y de otras colecciones. En 1823, llegaron los
16 títulos que el profesor y diputado compró durante su estancia en
Europa, entre los que destacan las obras de condiscípulos en Freiberg
como Robert Jamenson y Jean François D’Aubuisson, los textos
de Cristalografía y Mineralogía de René Just Haüy.148 La principal
adquisición sería la versión francesa del Nuevo sistema de Mineralogía,
del sueco Jöns Jacob Berzelius (1779-1848), que se daría a la tarea de
traducir pocos años más tarde.149
Para 1824 todavía hubo un tercer intento por llevar a Del Río
a Guatemala, José Cecilio del Valle (1780-1834), miembro del Supre-
mo Poder Ejecutivo, solicitó el 28 de febrero a la Asamblea Nacional
recursos para que el español y otros dos mineralogistas ayudaran a
impulsar la Minería en Centroamérica.150 Del Valle, originario de
Tegucigalpa, había sido uno de los promotores de la independencia
guatemalteca. Cuando su país se anexó a México durante el gobierno
del emperador Agustín de Iturbide, fue designado diputado en México
a inicios de 1822 y se incorporó al cargo el 3 de agosto, en el mo-
mento en que Del Río se había reintegrado al Seminario de Minería.
Del Valle residió en México después de instaurada la República y
abogó por la emancipación de Centroamérica lograda en julio de
1823. Fue entonces nombrado diputado de la Asamblea Nacional de
Guatemala a donde regresó a principios de 1824 y donde tomó parte
del triunvirato que ejerció el Poder Ejecutivo de manera provisional
hasta que se promulgó la Constitución el 22 de noviembre de ese año
y del que fue uno de los firmantes.151 Aunque Del Río nunca llegó
a Guatemala, mantuvo correspondencia con del Valle entre 1824 y
1827. Respecto a los temas científicos discutían un plan de enseñanza
en Guatemala e intercambiaban especímenes minerales y botánicos.
Del Río comentaba las muestras junto con sus colegas Vicente Cer-
vantes y Pablo de la Llave en México.
Como se ha visto, a su regreso Andrés del Río encontró un
México recién independizado tras la firma de la Declaración del 28 de
septiembre de 1821. Su cátedra recibía pocos alumnos, pero se mantenía
abierta de manera intermitente. La nueva nación vio la llegada de em-
presas europeas, principalmente inglesas y alemanas, que invirtieron
fuertes capitales en la explotación minera. Los germanos de la Com-
pañía Minera Americano-Alemana [Deutsche Amerikanische Ber-
gwerksverein] que iniciaron trabajos de explotación en el mineral
de El Chico y Tlalpujahua, trajeron consigo a varios expertos, entre
ellos destacan Friedrich von Gerolt (1797-1879) y Joseph Burkart,

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ESCUELAS
de

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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

egresados de la Academia de Minas de Freiberg en 1820 y 1821, respec-


tivamente. También deben mencionarse a Johann Christian Leberecht
Schmidt (1778-1830), Friedrich Wilhelm Grube, Wilhelm Stein, Carl
Christian Sartorius (1796-1872) y Carl de Berghes (1792-1869).152
El archivo de la compañía se ha conservado en la ciudad de
Bonn, y parte del epistolario de los expertos ha sido publicado por
lo que podemos conocer sus opiniones sobre Del Río.153 Wilhelm
Stein permaneció en la Ciudad de México entre junio y julio de
1824, su guía los llevó al Colegio de Minería para visitar al catedrático
de Mineralogía. El alemán quedó sorprendido cuando descubrió
que había estudiado con Werner y conocido varios establecimientos
mineros en Alemania, Francia e Inglaterra y expresó lo siguiente:

Cuando lo visitamos en Minería (un edificio construido con grandes


gastos levantado específicamente para la enseñanza de las ciencias
mineras) estaba ocupado enseñando Mineralogía a tres jóvenes, nos
dimos cuenta de que tenía enfrente de sí un cuaderno escrito por
Werner [o con las ideas de Werner, el original dice Wernersches Heft
o cuaderno werneriano], que muy probablemente usaba como libro
de texto. Estábamos sorprendidos de que el salón de clase, cuyas
paredes estaban llenas con vitrinas de minerales, estuviera tan vacía y
no pudimos evitar el expresar nuestro asombro al señor profesor. Él
nos contestó que hacía poco el interés por la minería científica había
comenzado a despertarse aunque el nuevo régimen había guardado
sospechas contra todos los estudios teóricos.154

Grube y Burkart lo visitaron el 2 de enero de 1826. El primero


relata que «por la mañana fui con [ Joseph] Burkhard [Burkart] a
la Minería, donde el profesor Del Río nos mostró la colección de
minerales y el gabinete de Física, ambos son ricos en objetos preciosos
y raros y el edificio mismo es el más bello que hasta ahora he conocido
en la ciudad».155
Ignoramos en qué momento enviudó del Río, pero el 1 de
febrero de 1825 contrajo matrimonio por segunda ocasión. Su esposa
fue María de la Luz Muñoz de la Orden.156 Ella también había perdi-
do a su marido, José Olavarría, con quien procreó a Pedro Olavarría
y Muñoz.157 El profesor ya no tendría descendencia de este segundo
matrimonio y en apariencia guardó una relación más cercana con su
yerno que con su hijastro.
Entretanto, el gobierno republicano presidido por Guadalupe
Victoria comenzó la desaparición de las instituciones coloniales. El

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ESCUELAS
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Tribunal de Minería fue extinguido por decreto de 20 de mayo de 1826


y sustituido por una junta provisional, denominada Establecimiento de
Minería, encargada del pago a los mineros que habían nutrido el
fondo dotal, el cual sirvió para apoyar la producción de otros empre-
sarios.158 El Colegio de Minería quedó bajo su cobijo económico, y
en ese momento luchaba por atraer más alumnos. En 1827, Del Río
tuvo sólo a uno, Rafael Chovell, para el acto público de su cátedra.159
El intercambio intelectual con los alemanes lo animó de nuevo a pu-
blicar. Ese año dio a la imprenta la traducción del nuevo sistema mi-
neral propuesto por Berzelius.160 El texto francés se publicó en 1825
como un folleto,161 pero originalmente había aparecido en los Anales
de Ciencias Naturales, de París ese mismo año,162 en éste proponía el
ordenamiento de los minerales según su composición química a partir
de su «elemento electronegativo».163
El 8 de junio de 1828 correspondió a Schmidt realizar la
visita al Colegio y señaló que «la colección de minerales es bastante
mediocre», pero se sorprendió de las «enormes lozas de obsidiana
talladas por los antiguos indios para utilizarlas como espejos, también
núcleos de obsidiana, a partir de los cuales, los salvajes obtenían cuchi-
llos útiles mediante golpes regulares».164 En apariencia se mantuvo
cercano a Del Río, dado que había publicado una obra con una teoría
propia sobre la formación de las vetas, uno de los temas favoritos del
español, incluso fue invitado a participar en los actos públicos de ese
año. El alemán cuenta la anécdota ocurrida el 23 de octubre:

Hoy asistí a un examen de Mineralogía y Explotación de Minas


[Arte de Minas], al que fui invitado por mi nuevo viejo amigo, el
señor profesor del Río. Por cierto que allí me aburrí porque no
entiendo el idioma. El examen trataría, según la invitación impresa,
sobre mi teoría de las vetas. Un poco me dio escalofríos, que este,
como muchos afirman, niño inexperto, haya sido tomado en cuenta
del otro lado del mundo.165

Schmidt había publicado la Teoría sobre el desplazamiento de vetas antiguas


y su uso en la Minería en 1810,166 que es una breve disertación basada
en la teoría de Werner. Sin embargo, el libro que probablemente
discutirían durante el acto era Contribuciones al conocimiento de las vetas.
Ensayo sobre la investigación sistemática de la historia natural de estos yaci-
mientos, publicado en 1827.167 Queda claro que a pesar de los pocos
alumnos que tenía, Del Río intentó amalgamar un nuevo grupo de
discusión científica y no sólo aprovechó a los expertos alemanes.

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ESCUELAS
de

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225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

Los ingleses llegaron con la empresa minera de Real del


Monte, entre ellos, se contaban ingenieros mecánicos y operarios.168
Dado que la Primera Escuela Superior de Minas en aquel país fue
fundada en 1851, los técnicos tenían una formación muy diferente a
la de los alemanes. Aparentemente también algunos de ellos tuvieron
contacto con Del Río y su discípulo Juan Méndez, quien sustituía a
su profesor cuando se ausentaba. Parece ser que algunos incluso se
consideraban sus alumnos o pupils, como lo denota un personaje que
firma sus textos como X y que envío dos artículos a la revista The
Edinburgh Journal of Science. En el primero afirma que Del Río fue el
primero en encontrar crisolita en las cavidades de una muestra de ob-
sidiana en 1804 o antes y no Gustavus Rose (1769-1860) de Berlín.169
El segundo es en realidad la traducción de un texto de José María
Bustamante sobre el uso de un gravímetro.170
Pese a la existencia del grupo de trabajo con Cervantes,
De la Llave y Bustamante, sus interacciones con ingleses, alemanes
y guatemaltecos, la cátedra de Mineralogía de Del Río no estaba
en su mejor época. En 1829, sólo había inscrito un alumno externo
y al año siguiente ni siquiera se llevó a cabo el acto público. Aun-
que él estaba exento, aprovechó el decreto de expulsión de españoles
peninsulares para cambiar de aires y residir en los Estados Unidos.

Viaje a los Estados Unidos y estancia en Filadelfia (1829-1834)

Del Río volteó la vista a Filadelfia, donde se habían concentrado mu-


chos de sus conocidos durante el viaje a las Cortes de Cádiz, la ciudad
cobijó a varios exiliados de las guerras de independencia de Hispa-
noamérica y ofrecía un nuevo espacio para el intercambio científico.
Sus colegas Pablo de la Llave y José María Bustamante habían ingresado
como miembros de la Academia de Ciencias de Filadelfia el 20 de
enero de 1826 y el 18 de enero de 1828 respectivamente.171
El profesor vio la oportunidad de emprender el viaje con el
objeto de escribir una segunda edición de sus Elementos de Orictognosia
en dos volúmenes: uno con la parte práctica y otro con la preparatoria,
aunque sólo llegó a concluir el primero.172 La tarea estuvo a cargo
Jean François Hurtel (1797-1869), un impresor neoyorquino hijo de
franceses que se dedicó a publicar las obras de autores de la América
española.173
Mientras Del Río se encontraba en el extranjero, el Cole-
gio sufrió cambios para transformarse, durante un año, en el Tercer

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Establecimiento de Ciencias Físico-Matemáticas como consecuencia Imagen 19. Andrés del Río
de la ley de Instrucción impulsada por Valentín Gómez Farías. Se publicó en 1841 el Manual
de Geología, profusamente
consideró por primera vez crear una cátedra específica de Geología, ilustrado con 27 láminas
que sería dirigida por Friedrich von Gerolt, mientras que la de Mine- litografiadas con 351 figu-
ralogía estaría cubierta por Juan Méndez, quien sustituyó a Del Río ras recuperadas de diversas
obras como la de Charles
durante su ausencia.174
Lyell. En esta lámina des-
Del Río participó también en la fundación de la Sociedad tacan los fósiles de un ic-
Geológica de Pensilvania y se convirtió en su primer presidente en tiosaurio, un plesiosaurio y
un pterosaurio.
1834. En sus Transactions publicó dos artículos: uno sobre una traduc-
ción relacionada con Mineralogía y otro sobre Metalurgia.175 Pero el
más importante fue un tercero sobre una expedición realizada a pe-
tición de la Sociedad por John Millington y él para reportar sobre las
minas de oro de Rappahannock en Virginia y cuyos resultados pre-
sentaron el 4 de agosto de 1834. Cabe mencionar que un día después
Millington agregó algunos datos y luego Del Río presentaría unas
adiciones con observaciones realizadas por James Dickson y con cua-
tro cortes transversales de las vetas de la mina Smith en el condado de
Stafford.176 Podría inferirse que Dickson conoció a Del Río durante
su visita a Virginia y que el norteamericano después envió datos a Fi-
ladelfia según las instrucciones que Del Río le habría proporcionado.

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DE MINERÍA

La influencia de éste incluso habría hecho a Dickson escribir un ar-


tículo, «Sobre la ciencia y la práctica de la Minería» que apareció
en la segunda parte de las Transactions impresas en 1835.177 Dickson
se presentaba como miembro de la Sociedad Geológica de Londres
y como miembro honorario de la de Pensilvania, además, aludió ex-
plícitamente en su texto a las teorías sobre la formación de la costra
terrestre, presenta muchas de las reglas de Werner sobre la ubicación de
las vetas y luego inicia una suerte de explicación sobre la explotación
minera similar al Arte de Minas. Dickon, aunque provenía de Cornwall,
adquirió cierta cercanía con Del Río, ya que había estado en Guana-
juato en 1828 junto con Millington.

Últimos años de la cátedra de Del Río (1835-1846)

En la década de 1830, algunos mexicanos comenzaron a buscar educa-


ción superior técnica y a visitar instalaciones de producción en Europa.
El capitán jalisciense Bruno Aguilar, cuyo padre había seguido algunos
cursos en el Colegio de Minería, se inscribió como alumno externo en
la Escuela Politécnica de París en 1835.178 Aguilar, que era militar, pudo
visitar los talleres de construcción de material de artillería de Prusia, Sa-
jonia y Württemberg y los laboratorios de la Universidad de Giessen.179
Junto con Aguilar, el también jalisciense Vicente Ortigosa si-
guió los cursos de la Escuela Politécnica, pero en 1842 se dirigió a
la ciudad de Giessen para estudiar Química con Justus von Liebig,
quien fundó un laboratorio de enseñanza donde jóvenes de diversas
partes del mundo se formaron y tuvieron gran impacto en la confor-
mación de las teorías de la Química Orgánica y en la aplicación de la
Química en la industria. Ortigosa realizó análisis de la nicotina y de
la conina, éstos serían publicados en los Anales de Química del propio
Liebig. Su presencia animaría al menos a uno de sus condiscípulos, el
médico Louis Posselt, a iniciar una aventura buscando fortuna con la
Minería de plata en México.180
Manuel Ortigosa, hermano de Vicente, fue el primer mexi-
cano en matricularse en la Academia de Minas de Freiberg en 1841,
de donde egresó en 1845.181 Aunque después de graduarse se dirigió a
España para iniciar negocios metalúrgicos, parece ser que su presencia
marcó a varios jóvenes que vieron en América una gran oportunidad
para ejercer sus conocimientos mineros.
Entretanto, Del Río regresó a México en 1834 para ocupar
su cátedra con pocos alumnos, pero con nuevos bríos para escribir. La

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Imagen 20. Sin autor. Estatua de Andrés Manuel del Río en la primera sede del Real Seminario
de Minería, fecha desconocida.

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impresión de la primera parte de la segunda edición de la Orictognosia


lo llevó a una nueva etapa creativa entre 1832 y 1848 similar al que
experimentó décadas antes entre 1795 y 1805. No obstante, en esta
ocasión se llevó a cabo en medio de importantes cambios como la
fundación de la Junta de Fomento y Administrativa de la Minería de
1842, la reforma al plan de estudios del Colegio de 1843 y su jubilación
en 1846.

La Junta de Fomento y Administrativa de la Minería


y reformas al Colegio de Minería

El presidente Antonio López de Santa Anna fue y vino del poder


durante dos décadas entre 1833 y 1853, en este periodo, sin embargo,
se instrumentaron una serie de medidas para mejorar el ramo minero.
Una de las más importantes fue la creación de la Junta de Fomento y
Administrativa de la Minería por decreto del 2 de diciembre de 1842,
en donde se expide su reglamento y cesa el Establecimiento de Minería
creado en 1826. Estaba compuesta por un apoderado de los mineros,
otro de los acreedores al fondo dotal y un comisionado del Supremo
Gobierno, quienes en primera instancia fueron Vicente Segura, José
María de Bassoco y José María Castera.182 Además de administrar los
fondos para el impulso de la explotación y el control del azogue para
el beneficio de los metales, había de fomentar el ramo, sus fondos y su
seminario.183 El 25 de septiembre de 1843 se expidió un nuevo de-
creto que exigía la creación de una comisión en cada departamento
para reconocer científicamente y explorar los criaderos de cinabrio.184
Esta medida es de mucha trascendencia, pues fue la primera vez que
el Estado generó una política de reconocimiento de sus recursos mine-
ros bajo la mirada científica, por lo que resultó natural que los egresados
del Colegio fueran los responsables de realizar estas comisiones. De
allí que fuese necesaria una reforma a la instrucción, de tal suerte que
estuvieran mejor preparados para el emprendimiento de estas explo-
raciones. De hecho, el primer resultado fue el informe presentado
por Antonio del Castillo después de recorrer prácticamente toda la
República, incluso las minas del Nuevo Almadén en California.185
En consecuencia, el 3 de octubre de 1843, el gobierno emitió
el decreto para designar «las carreras que se han de seguir en el Colegio
de Minería, y los estudios preparatorios para cada una de ellas».186 Allí
se determinó que las carreras que se impartirían serían Agrimen-
sor, Ensayador, Apartador de Oro y Plata, Beneficiador de Metales,

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Ingenieros de Minas, Geógrafo y Naturalista, aunque en la práctica


sólo existieron Ingeniero de Minas, Ensayador y Apartador de Meta-
les, Agrimensor e Ingeniero Geógrafo. El séptimo apartado describe
el plan de estudios que debían seguir los mineros, carrera que duraría
nueve años, cinco de los cuales serían en tronco común con los ensa-
yadores e incluía nociones de Geometría, Cálculo, Física y Química.
En el sexto debían seguir cursos de Mineralogía, Geología, Explotación
de Minas e idioma Alemán. Los últimos tres años estarían dedicados
a la práctica de Mecánica Aplicada a la Minería y Análisis Químico
dentro del Colegio, para continuar en un distrito minero donde rea-
lizarán prácticas de explotación y beneficio. De este modo, la antigua
cátedra de Orictognosia, Geognosia y Arte de Minas presidida por Del
Río fue dividida en tres. Él quedó encargado de la de Mineralogía,
que correspondía al segmento de Orictognosia, en tanto que la nueva
clase de Geología, correspondiente a la Geognosia, estaría presidida por
Joaquín Velázquez de León (1803-1882). Por último, se creó una plaza
para dirigir «el estudio de aplicación de la Mecánica a la Minería», que
fue otorgada a Antonio del Castillo, que reemplazaría la parte del Arte
de Minas. Debemos hacer notar que fue en este momento cuando se
concibió la formación de los artisanal-scientific experts como ingenieros
de minas, lo que los despojó de su parte gremial para constituirse como
ingenieros de minas-geólogos en la segunda mitad del siglo xix.

Orictognosia

En 1832 se imprimió en Filadelfia la segunda edición de la parte prác-


tica de la Orictognosia, que Del Río de nuevo anunció como escrita
bajo los principios de su profesor Werner, en los que incluyó el sis-
tema mineral de Berzelius.187 El profesor inicia con un prólogo en
que lamenta el creciente desuso de la clasificación por caracteres
externos en favor de las descripciones cristalográficas que consideraba
inexactas, incluso las innovadoras técnicas de Mineralogía Óptica de
sir David Brewster (1781-1868). Respecto a las 23 láminas de ilus-
traciones que acompañan al texto, utilizó como referencia las figu-
ras de la Mineralogía, de William Phillips para facilitar el estudio.188
Llama la atención que expresa «mi reconocimiento a los que debo
lo poco que sé ha sido siempre el mismo: en la primera edición de
mi Orictognosia no me atreví a poner el nombre de Werner todo
entero, ni menos a decir que había sido mi maestro; ahora que no
hay riesgo en confesarlo, sería mi silencio mucha falta de gratitud».189

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La inspiración que había recibido en Filadelfia al contactarse


a nuevos pares es manifiesta también en su prólogo, donde afirma:

Conocedor por experiencia de la feliz disposición de juventud mexi-


cana para el estudio de estas ciencias, quiero en el último tercio de mi
vida consagrarle el escaso producto de mis afanes. Dichoso mil veces
si puedo algún día ser útil a un país que he habitado treinta y cinco
años, recibiendo todo género de distinciones. Si el obsequio no es
proporcionado al noble objeto que me propongo, acreditará por lo
menos que aspiro a manifestar, del único modo que me es dado, mi
agradecimiento a los distinguidos favores con que me han honrado
los Mexicanos: mi sólo mérito es ser reconocido.190

En 1841 publicó el Manual de Geología del que se hablará en el apar-


tado de Geognosia y cinco años más tarde la segunda edición de la
parte preparatoria de la Orictognosia, de nuevo siguiendo los preceptos
de Werner y Berzelius.191 Del Río se separó del Colegio de Minería
en 1846 en circunstancias que se detallarán más adelante; por ello,
firma la obra como «profesor jubilado por el Supremo Gobierno», y la
dedica al general José Gómez de la Cortina, impulsor de la Sociedad
Mexicana de Geografía y Estadística, fundada en 1833.
Del Río hizo una glosa de la Mineralogía de Franz von Kobell
(1803-1882),192 publicada en 1838, complementada con las obras de
Breithaupt, Dufrénoy y Jameson, que el profesor seleccionó, coordinó
y añadió algunas notas. Como en casos anteriores, una comparación
de los índices denota una traducción parcial, adecuada al contexto
local mediante pasajes propios. El profesor consideraba que la parte
práctica impresa en 1832 estaba obsoleta, dado el caudal de nuevos
descubrimientos mineralógicos. Además, anunció que estaba prepa-
rando un suplemento de adiciones y correcciones.
Dicha obra apareció en 1848 y estaba dedicada a Luis de la
Rosa, ministro de México en Washington.193 Del Río señala el em-
peño de mineralogistas como Lévy, Breithaupt, Thomson, Sheppard
y Dufrénoy por dar a conocer nuevas especies, que a su parecer sólo
confundían, ya que varios minerales descritos en sus obras resultaban
ser uno mismo y contribuían a una decadencia de la ciencia. Para
concluirlo, Del Río muestra el profundo conocimiento que él tenía
de todos esos libros, sus contenidos y errores y de los minerales re-
feridos. Incluso tilda de bárbara e inútil la nomenclatura propuesta
por James Dwight Dana (1813-1895), mineralogista estadounidense
que escribió la obra básica para el estudio de la Mineralogía, utilizada

128
ESCUELAS
de

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DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

hasta el presente.194 Del Río dice: «la llamo inútil porque demasiado
abundan los sinónimos: impropio, porque lejos de expresar alguna
propiedad característica de cada fósil, es menester ser otro Edipo para
adivinar el significado de las voces; y bárbaro, porque así me parecen los
términos» que consideraba equívocos desde el punto de vista de la eti-
mología grecolatina, tan importante para él y para su maestro Werner.
Es contundente el cierre de su prólogo en el que advierte la
venida a menos de la Historia Natural, y por ende de la Mineralogía,
debida en parte a la configuración de nuevas especialidades y disci-
plinas, al progreso de la Química Orgánica y al abandono de las obras
de Linneo, Cuvier y Werner, «que han tenido pocos imitadores».195

Geognosia

Del Río publicó su Manual de Geología en 1841,196 a pesar de utili-


zar la palabra Geología en el título, siempre recordó la terminología
creada por su maestro. La obra estaba inspirada en la Lethaea Geognós-
tica o ilustraciones y descripciones para las más importantes mineralizaciones
de las formaciones de las montañas de Henrich Georg Bronn (1800-1862),
publicada entre 1835 y 1838197 y en los Viajes y estancia en México en los
años 1825 a 1834 del consejero de minas Joseph Burkart.198 Este últi-
mo conoció a Del Río durante su estancia en México al igual que a
sus compañeros de la Compañía Minera Americano-Alemana en la
década de 1820. Llama la atención que ambas obras poseen el mismo
pie de imprenta de Wilhelm Emmanuel Schweizerbart (1785-1870)
en Stuttgart, encargado también de sacar a la luz el Nuevo diario de
Mineralogía, Geognosia, Geología y Paleontología, editado por Karl Cäsar
von Leonhard y el mismo Bronn, donde se publicaron artículos de
todos los personajes mencionados. Es posible que Del Río decidiera
comprar la Lethaea Geognóstica, dado que el autor formaba parte del
círculo científico de Burkart.
Del Río glosó los cinco periodos propuestos por Bronn para
explicar la presencia de los fósiles, en la que indica el tipo de formación,
y la imagen correspondiente a unas de las 28 láminas que lo acompa-
ñan.199 Como lo estilaba, incluyó diversas notas al pie de página con
interrogantes, comentarios, aclaraciones sobre los términos y lugares
citados, así como autores contemporáneos, entre ellos Louis Agassiz,
Henri de la Beche, Johann Nepomuk von Fuchs, Robert Were Fox,
Wilhelm Hisinger, Heinrich Ernst Beyrich, Richard Owen, Charles
Lyell, entre otros, todos ellos naturalistas y geólogos connotados. Al

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ESCUELAS
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DE MINERÍA

final integra un listado con todos los fósiles mencionados en orden


alfabético, con medidas, al igual que Bronn. Un alto procentaje de las
ilustraciones de Del Río, sobre todo las correspondientes a animales
y vegetales fósiles, fueron tomadas directamente de la Lethaea Geog-
nóstica, sin embargo, como era su costumbre, añadió algunas de otras
fuentes. Destacan la del valle del Coomb, cerca de Lewes en Inglaterra
y el Templo de Serapis en Pozzuali, Italia. Fueron tomadas, junto con
varias otras de los Principios de Geología de Lyell, la segunda incluso es
el frontispicio de la obra.200
Al concluir hizo un pequeño resumen de las observaciones
reunidas por Burkart en los centros mineros de Tlalpujahua, Pachuca,
Real del Monte, El Chico, Zimapán, Ramos, Catorce, Guanajuato,
Zacatecas, Fresnillo y Bolaños para demostrar las aplicaciones del
conocimiento de las rocas en las formaciones de México. De este
modo, al igual que en sus obras anteriores, Del Río glosa dos o más
obras originales, las ejemplifica y demuestra con casos locales y las
añade con observaciones personales respecto a los conocimientos
teóricos y prácticos.
A pesar de citar a Lyell y ser el primero en publicar textos
e imágenes de su obra en México, nunca olvidó las enseñanzas de
Werner. Cuando en 1843 se publicó el nuevo plan de estudios del Co-
legio de Minería, se decía que dentro de las ciencias naturales habían
de estudiarse: «Geología, Geodesia y Orictognosia, Mineralogía, etc.».
El profesor replicó de manera irónica que «como la Geodesia no tiene
relación ninguna ni con la Geología ni con la Orictognosia, se sigue
naturalmente que ha de ser yerro de imprenta por Geognosia. Ésta y la
Orictognosia son partes de la Mineralogía; mas no siéndolo ellas solas,
yo habría dicho simplemente con los clásicos más modernos, Geo-
logía y Mineralogía, separándolas por el neologismo del día, como la
ideología y la metafísica».201 En el discurso que Del Río pronunció
en los actos públicos del Colegio de Minería en el 29 de octubre de
1842, ya dejaba ver su próxima jubilación y una sensación de poco
respeto a su trabajo:

Demostradas, pues, las ventajas de la geología, es un dolo que habien-


do dos colecciones, una comprada por el Colegio y otra regalada por
Mr. [Saint Clair] Duport, y además mi manual de Geología, que si
es muy abstruso, como quiere algún zoilo, a bien que hay bastante
en qué escoger entre los manuales ingleses y franceses; es una lásti-
ma, repito, que no hay fondos para dotar una cátedra, bien que no
veo más que al ciudadano [Tomás Ramón] Del Moral que pudiera

130
ESCUELAS
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MEXICANAS
225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

regentearla dignamente, aun cuando hubiera sustitutos o pasantes, y


mas no habiéndolos de muchos años a esta parte, sin embargo de ha-
berse palpado por una triste experiencia que junto con los profesores
eran el alma del Colegio. Nosotros trabajamos más; pero escribimos en
arena por falta de repasos o de la argamasa que conglutinaba los gra-
nos de arena para conservar las impresiones.202

En su último discurso como profesor, pronunciado el 14 de noviem-


bre de 1845, inicia advirtiendo que «si me atrevo a censurar a los geólo-
gos del día, es únicamente por el interés de la ciencia»,203 continua con
una disertación sobre el origen volcánico o no volcánico del granito, y
concluye que «en fin, digo con Fuchs, que cuando me enseñen un pe-
dazo de granito, por pequeño que sea, producido por el fuego, entonces
creeré en el mismo origen de todos».204 A lo largo de texto, reivindica a
Werner como el pilar de los conocimientos de la Tierra, y que geó-
logos ingleses como John A. Phillips y Robert Were Fox, se atribuyen
hallazgos que en realidad correspondían a su maestro. Su discurso
concluye: «es menester decir que parecen dos defectos notables los
geólogos del día: uno, el de generalizar los casos particulares, y otro,
el de no observar la regla de Newton, que no se admitan otras causas
de los efectos naturales más que las que sean verdaderas, y las que sean
suficientes para explicar los fenómenos: esta insuficiencia notamos en
la explicación de muchos de ellos, y no porque el trueno acompañe
siempre al rayo, diremos que es el trueno su causa».205

Arte de Minas

Las obras de Orictognosia y Geognosia de Del Río tuvieron continua-


ciones impresas como se acaba de reseñar. En el caso del Arte de Minas,
la publicación nunca llegó y el apego del profesor al manuscrito de
1795 permaneció fuerte durante medio siglo. En 1844, el acto público
de Mineralogía se llevó a cabo el 15 de octubre. Además de exponer
la ventilación natural de las labores, los alumnos analizarían «sobre
el arte de minar» los modos de catear y arrancar los frutos minerales
«con bancos en las vetas angostas y blandas, de cielo en las firmes, y el
excelente método de trabajar al través las anchas, ahorrando además y
excusando dejar macizos de metal, como se practica mucho tiempo en
Hungría», las formas de ademación y la extracción de los metales «con
las máquinas más ventajosas, dando a conocer las fórmulas del malaca-
te, del mortero y de las bombas altas, que son las que deben usarse en las

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DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

minas, movido por ruedas de cubos, o por la máquina de columna de


agua, a la que aplicarán siguiendo a Langsdorf, la fórmula de [Leonhard]
Eulero [Euler] sobre las bombas impelentes».206 Es decir, continuaba uti-
lizando su manuscrito, aunque ahora acompañado con la Matemática
más avanzada de Langsdorf que en un principio no era parte del curso.
Con la reforma de 1843 había dado inicio la cátedra auxi-
liar de Laboreo de Minas, que rechazada en 1845 por Del Río, fue
ocupada por Antonio del Castillo, alumno recién egresado y a la
postre sucesor de su profesor como líder de las ciencias de la Tierra
en México. La creación de este curso causó fricción entre ambos e
iniciaron una disputa en diarios de la capital. Del Castillo indicó que
las Escuelas de Minas de Freiberg y París tenían por objeto el entre-
namiento de jóvenes capaces de extraer y beneficiar los frutos mine-
rales del subsuelo, pero que en el Colegio de Minería las nociones de
Metalurgia y Explotación apenas se exponían durante un mes dentro
de los cursos de Química y Mineralogía respectivamente, por lo que
los jóvenes salían preparados con buenos conocimientos técnicos en
general, pero no como ingenieros mineros.
Respecto al Arte de Minas afirmaba lo siguiente: «el que no
lleva más caudal de conocimientos que el haber pasado la vista por
algunas cuantas láminas del Delius, poca esperanza le queda de que
algún día se le confíen empresas importantes». Como punto especí-
fico menciona los trenes de bombas inglesas que se utilizaban para
el desagüe en las minas con gran ventaja y que «son los únicos que
por fortuna se ven en nuestras minas, que tengan establecido un buen
sistema de desagüe, por lo que inferimos que si se le ha ocurrido citar

Imagen 21. Vista parcial


del gabinete de Geología y
Mineralogía de la Escuela
de Ingenieros, 1930.

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ESCUELAS
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MEXICANAS
225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

los requisitos de las bombas de Langsdorf, es por una fanática adhe-


sión a los usos antiguos, que afortunadamente los mineros del país han
olvidado desde el establecimiento de las compañías extranjeras de mi-
nas»,207 y que continuó todavía con explicaciones más detalladas de
las bombas de Delius contra de las inglesas. El punto de Del Castillo
era, por último, que no era posible mantenerse enseñando técnicas
antiguas y que debían los alumnos salir a los centros de explotación
para conocer de primera mano el funcionamiento de las minas.
Del Río se mantuvo redactando las adiciones a su libro de
Orictognosia, pero cedió el curso de Laboreo a Del Castillo. De seguro
desilusionado por la pérdida de ese segmento de su clase y por la en-
carnizada disputa que protagonizó con su sucesor, vendió el manus-
crito de su traducción de Langsdorf, que se encuentra contenida en
una carpeta de papel que dice: «1844. Teoría de las máquinas que para
el desagüe se usan en las minas, por Langsdorf. Traducido del alemán.
Vale 30 pesos», por lo que se infiere que Del Río se deshizo de ella y
que después habría sido adquirida y entregada al Colegio de Minería.

El testamento

La amargura vertida en las últimas obras de Del Río se refleja también


en su testamento redactado en la Ciudad de México el 9 de agosto
de 1844, cuando contaba con 80 años y parecía estar desencantado
con la vida, toda vez que asentó que los ejemplares de sus libros, que
aún tenía, debían venderse como papel viejo dado el escaso interés
de la ciencia en el país.208 El documento, firmado por Del Río con
mano temblorosa «estando de pie con la salud quebrantada», prevenía
que a su muerte su cuerpo sería sepultado donde dispusiera su yerno
Manuel Esnaurrízar, a quien nombró como su albacea. Declaró haber
contraído primeras nupcias con Ignacia Gandiaga y haber procreado
con ella a Cristina del Río de Esnaurrízar, a quien nombró como su
única y universal heredera. Asimismo, que había contraído segundas
nupcias con María de la Luz Muñoz, con quien no tuvo descenden-
cia, y quien tenía un hijo de un anterior matrimonio, Pedro Olavarría
y Muñoz.209 Este personaje se casó el 10 de julio de 1816 con María
Dolores Ortega Díaz del Guante en el Sagrario Metropolitano.210
Del Río expresó que los bienes adquiridos antes de su segun-
do matrimonio constaban de una colección de minerales de Europa
y los Estados Unidos valuada en 800 pesos, los libros de su biblioteca
valuados en la misma cantidad, una caja de reactivos químicos con

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ESCUELAS
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M I NA S
MEXICANAS
225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

valor de 180 por faltar algunos frascos y que había comprado en


200, así como algunas traducciones y obras manuscritas. Mientras que
durante su segundo matrimonio contó con 1 0 00 ejemplares de su
Mineralogía y 800 de su Orictognosia. En caso de venderse, advertía que
su ganancia debía entregarse a Pedro Olavarría, a quien «encargándole
de muy particularmente la conciencia para que mantenga a la hija y
nieta a quienes tiene abandonadas y las estoy manteniendo además de
Doña Regina Adalid, hermana de mi segunda mujer». Por último, tam-
bién sugirió el precio de venta para su libros: el Manual de Geología, el
cual se vendía a 11 pesos y los Elementos de Orictognosia a 5 pesos, pero
podían ofrecerse a «ocho pesos cuatro reales los primeros y a cuatro
pesos dos reales los segundos para que queden en ocho y cuatro pe-
sos y de esta manera los ejemplares de Geología importan ocho mil
pesos y los de Mineralogía tres mil doscientos cuya suma asciende a
once mil doscientos pesos». Como puede observarse, el sabio geognos-
ta murió en la pobreza, cuyos bienes más valiosos eran sus libros, sus
colecciones y reactivos, de los que sólo quedan registros documentales.
Del Río fue un seguidor de Werner durante toda su vida pro-
fesional. Formó su cátedra a imagen y semejanza de la de su profesor
y desarrolló con mayor amplitud la Orictognosia y la Geognosia igual
que él. Era minucioso en el uso de términos científicos y justificaba
el nombre mismo de las disciplinas y sus definiciones con base en las
etimologías grecolatinas. Reflexionaba de forma constante acerca de
éstas y actualizaba los sistemas minerales y listas de caracteres exteriores
a tal ritmo que era imposible tener obras impresas actualizadas y por
ello difundían sus ideas en manuscritos repartidos entre sus alumnos.
La fe en sus postulados fue tan grande, que aunque participó en la
decadencia de las ideas neptunistas y de la disminución del uso del
sistema de clasificación por caracteres exteriores en favor de los análisis
químicos y cristalográficos que incluso él llevó a cabo, nunca dejó
de creer en éstas. Aunque intentó emular a la Academia de Minas de
Freiberg en el Colegio de Minería de México a lo largo de cambios
de gobierno en situaciones precarias, siempre tuvo una componente
que hacía falta: dirigir a sus alumnos en situaciones reales, en la
práctica. Fue necesaria la llegada de Antonio del Castillo para poder
concluir la implantación del modelo con la fundación de las Escuelas
Prácticas de Minas, que permanecieron en funcionamiento entre
1853 y 1914.

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ESCUELAS
de

M I NA S
MEXICANAS
225 años
DEL REAL SEMINARIO
DE MINERÍA

1 Los biógrafos deVelázquez de León han tenido proble- 4 Cf. Francisco Pelayo López y Sandra Rebok, «Fausto
mas para definir su lugar de nacimiento, si Sultepec o de Elhuyar y la Societät der Bergbaukunde. Un pro-
Zacualpan, en el actual Estado de México. En el archivo yecto científico de red europea para la difusión pú-
del poblado de Tezicapán, municipio de Zacualpan, se blica de las prácticas minero-metalúrgicas», en Cronos.
encuentra la partida bautismal del personaje. Así po- Cuadernos Valencianos de Historia de la Medicina y de la
demos afirmar que nació en la Hacienda Minera de Ciencia, núms. 5-6, 2003, pp. 69-92. Arthur Whitaker,
Acevedotla, ubicada entre los actuales municipios «Las misiones mineras de los Elhuyar y la Ilustración»,
de Zacualpan, Estado de México y Tetipac, Guerrero. en Boletín de Historia y Antigüedades, t. xl, 1953, pp.
Agradecemos a Tomás Lagunas,Álvaro Jacobo y los po- 312-343.
bladores de Tezicapán por mostrarme este documento. 5 Omar Escamilla, «Un reporte sobre la Minería novo-
2 Santiago Ramírez, Estudio biográfico del señor don Joaquín hispana a fines del siglo xviii: las cartas de Fausto de
Velázquez Cárdenas de León, primer director general de Mi- Elhuyar a Ignaz von Born», en Boletín de la Real Sociedad
nería, México, Imprenta del Gobierno en el ex Arzobis- Bascongada de Amigos del País, t. 65, núm. 1, 2009, pp.
pado, 1888; Santiago Ramírez, Joaquín Velázquez de León, 225-264.
México, 1888; Juan Ramón Méndez Pérez, El Tribunal 6 Ramírez, Datos, 1890, pp. 54-55.
de Minería de la Nueva España, tesis de doctorado en 7 Cf. José Joaquín Izquierdo, La primera casa de las cien-
Derecho, unam-Facultad de Derecho, 2012; Miguel cias en México. El Real Seminario de Minería (1792-1811),
Molina Martínez, El Real Tribunal de Minería de Lima México, Ediciones Ciencia, 1958, pp. 41-43.
(1785-1821), Sevilla, Diputación de Sevilla, 1986;Antonio 8 Ramírez, Datos, 1890, p. 176; Izquierdo, La primera casa,
Dougnac Rodríguez, «Proyección de las Ordenanzas 1958, p. 76; Eduardo Flores Clair, Minería, educación y
de Minería de Nueva España en Chile (1784-1874), en sociedad. El Colegio de Minería, 1774-1821, México, inah,
Revista de Estudios Histórico-Jurídicos, núm. 21,Valparaíso, (col. Científica), 2000; Clementina Díaz y de Ovando,
1999. Disponible en http://dx.doi.org/10.4067/S0716- Los veneros de la ciencia mexicana. Crónica del Real Semi-
54551999002100008, consultado el 3 de enero de 2017. nario de Minería (1792-1892), t. i, México, unam, Facultad
3 Santiago Ramírez, Datos para la historia del Colegio de de Ingeniería, 1998, 3 t. y Ruth López Alejandre, La
Minería, México, Imprenta del Gobierno Federal en institucionalización de las matemáticas en la Nueva Espa-
el exArzobispado, 1890, p. 53. ña: 1782-1810, tesis de maestría en Historia, Morelia,

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Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 17 Eugenio Maffei y Ramón Rúa Figueroa, Apuntes para
2008. una biblioteca española de libros, folletos y artículos, impresos
9 Izquierdo, La primera casa, 1958, pp. 139-147. y manuscritos, relativos al conocimiento y explotación de las
10 En Madrid, en el Real Estudio de Mineralogía dio riquezas minerales y á las ciencias auxiliares. Acompañados
inicio el curso de Orictognosia en 1800 a cargo de de reseñas biográficas y de un ligero resúmen [sic] de la mayor
Christian Herrgen (1760-1816), traductor de la Orictog- parte de las obras que se citan, Madrid, J. M. Lapuente,
nosia de Widenmann, publicada entre 1797 y 1798, Cf. 1873, t. 2, p. 88. Estos autores parecen haber tenido
Dolores Parra y Francisco Pelayo, «Christian Herrgen documentos originales a la mano, la fecha de esta
y la institucionalización de la Mineralogía en Madrid», orden es muy precisa.
en Asclepio, vol. xlviii, núm. 1, 1996, p. 176. 18 Maffei y Rúa, Apuntes, 1873, t. 2, p. 89. A partir de este
11 La transcripción de su partida bautismal se encuentra momento, todas las biografías empiezan a discrepar, la
en Santiago Ramírez, Biografía del Sr. D. Andrés Manuel generalidad menciona que se dirigió a Francia, Ingla-
del Río. Primer catedrático de Mineralogía del Colegio de terra y Alemania.
Minería, México, Imprenta del Sagrado Corazón de 19 Velázquez de León, Elogio, 1849, p. 4. Esta cátedra fue
Jesús, 1891, p. 55. fundada en 1776 y ocupada por D’Arcet durante 27
12 Joaquín Velázquez de León, Elogio fúnebre del Sr. D. An- años. Cf. Michel Jean Jêrome Dizé, Précis historique
drés del Río, antiguo profesor de Mineralogía en el Seminario sur la vie et les travaux de Jean d’Arcet... lu à la séance
de Minería de México, pronunciado en el Salón de Actos del publique du Lycée des Arts, le 10 germinal an 10, París, De
mismo Colegio, por su profesor de Geología y Zoología…, l’imprimerie de Gillé, an x [1802].
el día 31 de mayo de 1849, México, Imprenta de Ignacio 20 Jean D’Arcet, Discours en forme de dissertation sur l’état
Cumplido, 1849, p. 4. actuel des montagnes des Pyrénées, et sur les causes de leur
13 Archivo Histórico Nacional, Universidades, L410, fol. dégradation, París, Chez P. G. Cavalier, 1776. La frase inau-
84 y fol. 242. gural del discurso es bastante inspiradora para quienes
14 Proposiciones de Física Experimental, que presentan a tenían interés en las ciencias mineras en la época: «Es
público examen en los Estudios Reales de esta Corte Don difícil echar un vistazo al estado actual de la superficie
Francisco Cifuentes, Don Andrés del Río y Don Melchor de la Tierra sin ser conmovido por los cambios violentos
de Reboles, el día 14 de julio por la mañana a las 10 y por y continuos que ocurren en ella», p. 3.
la tarde a las 4. Asistiéndoles Don Antonio Fernández 21 Marqués de Sonora a Fausto de Elhuyar. El Pardo, 22 de
Solano, Profesor de Física en los mismos estudios reales, febrero de 1786, en Jesús Palacios Remondo, Epistolario
Madrid, Joaquín Ibarra, 1781. 1777 a 1821 de Juan José y Fausto Delhuyar, Logroño,
15 Antonio Moreno González, Una ciencia en cuarentena. La Consejería de Educación, Cultura, Juventud y Depor-
Física Académica en España (1750-1900), Madrid, csic, 1998, tes, 1996, pp. 74-75. Cabe mencionar que Velázquez de
pp. 58-64;Víctor Guijarro Mora, Los instrumentos de la León menciona que Del Río permaneció cuatro años
ciencia ilustrada. Física Experimental en los Reales Estudios en París, puesto que para él la siguiente estación de su
de San Isidro de Madrid (1770-1835), Madrid, Universidad viaje fue en Freiberg en 1788, ya que en su texto no
Nacional de Educación a Distancia, 2013, p. 100 ss. incluyó la estancia en Austria. Esta información ha sido
16 Roberto Moreno de los Arcos, «Francisco Antonio reproducida en varias biografías.
Bataller, catedrático de Física en el Real Seminario de 22 Renée Gicklhorn, Die Bergexpedition des Freiherrn
Minería», en Roberto Moreno de los Arcos, Ensayos de Von Nordenpflycht und die deutschen Bergleute in Peru,
Historia de la Ciencia y la Tecnología en México, México, Leipzig, Deutscher Verlag für Grundstoffindustrie,
unam, 1986, pp. 111-122. 1963, p. 129.

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23 Palacios Remondo, Epistolario, pp. 80-81. que tienen alguna relación con las diferentes partes del arte
24 Gicklhorn, Die Bergexpedion, 1963, p. 129. de curar, Madrid, en la Imprenta de Sancha, 1793, t. iii,
25 Peter Konečný, «The Hybrid Expert in the ‘Bergsta- pp. 161-184.
at’: Anton von Ruprecht as a Professor of Chemistry 36 Existe «Madrid, 23-V-1793. Carta de Andrés del Río
and Mining and as a Mining Official, 1779–1814», en solicitando ser admitido como socio y remitiendo la
Annals of Science, vol. 69, núm. 3, 2012, pp. 338, 341. correspondiente disertación, en Sobre el reconocimiento
26 Francisco Pelayo y Sandra Rebok, «Un condiscípulo de los fósiles por las señales externas. (Fol., 2, leg. 10, doc.
español de Alexander von Humboldt en la Bergaka- 652), que fue dictaminada por Francisco Chavaneau
demie de Freiberg: Josef Ricarte y su informe sobre el y Domingo García el 20 de junio de ese año. (4.a, 1,
método de amalgamación de Born (1788)», en Asclepio, leg. 4, doc. 222)». Cf. Luis Maldonado y Susana Pinar,
vol. lvi, núm. 2, 2004, pp. 87-111. Catálogo de los fondos manuscritos de la Real Academia
27 Universitätsarchiv Freiberg, Oberbergant, t. 184, f. 149. Nacional de Medicina, Madrid, Real Academia Nacional
28 Festschrift zum hundertjährigen Jubiläum der Königl. Sä- de Medicina, 1996, pp. 54 y 110.
chs. Bergakademie zu Freiberg am 30. Juli 1866, Dresde, 37 Ramírez, Datos, 1890, pp. 78-79. Los primeros perso-
Druck der K. Hofbuchdruckerei von C. C. Meinhold najes mencionados son Andrés Manuel del Río, José
& Söhne, 1866, pp. 230, 233-234. Ricarte y Fernando Casado de Torres. Los otros cuatro
29 Karl Christian Langsdorf, Versuch einer neuen Theorie son Francisco Angulo y José Miaja que se inscribie-
hydrodynamischer und pyrometrischer Grundlehren und deren ron en la Academia de Minas de Freiberg en 1791,
Anwendung auf die Anlage neuer Rohrenleitungen, Pum- Pedro Méndez en 1794 y Francisco Codón en 1795.
penkünste,Wassersäulen, und Dampfmaschinen, Francfort Cf. Festschrift, 1866, vol. 1, pp. 234-237; Antonio García
del Meno y Leipzig, bey Krieger dem jüngern, 1787. Belmar y José Ramón Bertomeu Sánchez, «Viajes a
30 Juan Manuel López de Azcona, «Andrés Manuel del Francia para el estudio de la Química, 1770 y 1833»,
Río Fernández», en Juan Manuel López de Azcona, en Asclepio, vol. liii, núm. i, 2001, pp. 95-139, y Rebok
Ignacio González Casasnovas y Esther Ruiz de Cas- y Pelayo, «Un condiscípulo», 2004, pp. 87-111.
tañeda (eds.), Minería iberoamericana: biografías mineras, 38 ahpm, 1791/VI/53/d. 8, ff. 3 v-5.
1492-1892, Madrid, Instituto Tecnológico Geominero 39 ahpm, 1791/VI/53/d. 8, ff. 6v-7.
de España, Consejo Superior de Colegios de Inge- 40 ahpm, 1791/VI/53/d. 8, f. 62.
nieros de Minas de España, 1992, p. 413. 41 ahpm, ML-132B, ff. 264v-265.
31 Des Freiherrn Carl Erenbert von Moll Mittheilungen aus 42 ahpm, 1791/VI/53/d.8, ff. 48-48v.
seinem Briefwechsel. Prodromus seiner Selbstbiografie, s/l, 43 Archivo General de Indias, Arribadas, 517, núm. 189.
s/n, 1834, vol. 3, p. 607. 44 ahpm, ML-133-B, ff. 152 v-153; «Veracruz 26 de Oc-
32 Velázquez de León, Elogio, 1849, p. 4; Maffei y Rúa, tubre», en Gazeta de México, t. vi, núm. 77, jueves 13
Apuntes, 1873, p. 89; Santiago Ramírez, Biografía..., p. de noviembre de 1794, pp. 639-640.
14; López de Azcona, Andrés Manuel, 1992, p. 413. 45 ahpm, 1791/VI/53/d. 8, f. 59.
33 Del Río a Werner, Madrid, 30 de marzo de 1793. 46 Ramírez, Datos, 1890, p. 127.
Werner Nachlass¸ t. 20, ff. 288-289. 47 «Minería», en Gazeta de México, t. vii, núm. 57, México,
34 Jean Pierre Poirier, Antoine Laurent de Lavoisier (1743- 12 de noviembre de 1795, pp. 492-493.
1794), París, Pygmalion Gérard Watelet, 1993, pp. 371-393. 48 ahpm, 1796/VII/85/d. 1, ff. 4v-5.
35 Andrés Manuel del Río, «De la importancia de las 49 ahpm, 1796/VII/85/d. 1, f. 2v.
señales exteriores para conocer los fósiles», en Diario 50 Andrés Manuel del Río, «Discurso que a presencia
de los nuevos descubrimientos de todas las ciencias físicas del Real Tribunal de Minería pronunció D. Andrés

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del Río, catedrático de Mineralogía, con motivo de los 64 Werner. Traité des…, p. viii.
ejercicios públicos que tuvieron de tres ramos de esta 65 Werner Nachlass, t. 12, 1785, ff. 37-43; 1794, ff. 73-80;
ciencia los alumnos del Real Seminario de Minería 1798, ff. 81-88; 1804, ff. 129-147; 1805, ff. 169-178 y
de México en la tarde del 16 de noviembre de 1796», 1810, ff. 179-189.
en Gazeta de México, t. viii, núm. 30, México, 18 de 66 Marianne Klemun, «Geognosie versus Geologie: Na-
enero de 1797, pp. 245-252. tionale Denkstile und kulturelle Praktiken bezüglich
51 Del Río, «Discurso… 1796», 1797, pp. 249-250. Raum und Zeit im Widerstreit», en Berichte Zur Wis-
52 Del Río, «Discurso… 1796», 1797, p. 250. senschaftsgeschichte, 38, núm. 3, 2015, pp. 227-242.
53 Werner, Neue Theorie, 1791, p. xv. 67 Martin J.S. Rudwick, Bursting the Limits of Time: The
54 Andrés Manuel del Río, Elementos de Orictognosia. Cf. Reconstruction of Geohistory in the Age of Revolution, The
Andrés Manuel del Río, Elementos de Orictognosia o del University of Chicago Press, Ltd., London, 2005, p. 134.
conocimiento de los fósiles, Madrid, Universidad Complu- 68 ahpm, 1796/VII/85/d. 1, ff. 4v-5.
tense, 1985; Andrés Manuel del Río, Elementos, 1992. 69 ahpm, ML-90B, ff. 138v-140.
55 ahpm, ML-367-B, ff. 93-93 v. 70 Andrés Manuel del Río, «Discurso que a presencia del
56 ahpm, ML-367-B, ff. 100-100 v. Real Tribunal de Minería pronunció D. Andrés del
57 Andrés Manuel del Río, Elementos de Orictognosia. Río, catedrático de Mineralogía, con motivo de los
Segunda parte, México, Mariano de Zúñiga y Onti- ejercicios públicos que tuvieron de tres ramos de esta
veros, 1805, p. i. ciencia los alumnos del Real Seminario de Minería
58 Río, ibidem. Elizabeth Emma Ferry, «Andrés Manuel de México en la tarde del 16 de noviembre de 1796»,
del Río (1764-1849).«The Father of Mexican Mine- Gazeta de México, t. viii, núm. 30, México, 18 de enero
ralogy», en Mineralogical Record, vol. 42, núm 5, 2011, de 1797, pp. 245-252.
pp. 487-492. 71 Del Río, «Discurso… 1796», 1797, pp. 249-250.
59 Widenmann, op. cit., p.8. 72 Werner, Neue Theorie, 1791, p. xv.
60 Elhuyar a Werner, Glasshütte, 28 de septiembre de 73 ahpm, 1802/III/115/d.13, ff. 2-3. «Factura de los libros
1786. Biblioteca de la Universidad Técnica-Academia enviados por el librero Juan Miguel Melquiond al
de Minas de Freiberg, Wissenchaftliches Altbestand, Wer- Real Tribunal de Minería de México, 13 de noviem-
ner Nachlass, t. 79, ff. 171-174. Este fragmento había bre de 1802».
sido publicado con anterioridad en Palacios Remon- 74 Gerado Sánchez Díaz, «Fierro y armas para la libertad.
do, Jesús. Epistolario 1777 a 1821 de Juan José y Fausto La ferrería de Coalcomán y la guerra de indepen-
Delhuyar. Logroño, Consejería de Educación, Cultura, dencia», en Rosaura Ruiz, Arturo Argueta y Graciela
Juventud y Deportes, 1996, p. 85. Zamudio (coords.), Otras armas para la Independencia y
61 Georges Bouchard. Guyton-Morveau, chimiste et conven- la Revolución. Ciencias y humanidades en México, México,
tionnel, 1737-1816, París, Gauthier-Villars, 1878. Fondo de Cultura Económica, 2010, p. 76.
62 Abraham Gottlob Werner. Traité des caractères extérieurs 75 Johann Gottlieb Kern, Bericht vom Bergbau, Freiberg,
des fossiles/traduit de l’allemand de Mr. A.G. Werner Verlag der Kurfürstlichen Bergakademie, 1769.
[...] Par le traducteur des Mémoires de chymie de 76 Antoine Grimoald Monnet, Traité de l’exploitation des
Scheele. Dijon: De l’Imprimerie de L.N. Frantin, 1790. mines; avec un Traité particulier sur la préparation et le lavage
El libro incluye nueve tablas en folios plegables. La des mines, París, Didot, 1773.
edición alemana contiene la misma cantidad. 77 ahpm, 1787/III/30/d. 6. Don Fermín de Reygadas
63 Werner. Traité des…, p. vi-viii. Cfr. Escamilla. «Un pretendiendo se le examine de Perito Facultativo
reporte de la minería», 2009. Medidor de Minas y de Perito Beneficiador, y que

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DEL REAL SEMINARIO
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siendo aprobado se le despache el correspondiente Trado de la amalgamación de México, México, Imprenta


título en forma. de Mariano de Zúñiga y Ontiveros, 1805.
78 Gazetas de México, t. ix, núm. 23, México, 11 de ene- 89 Yale University Library. Manuscripts and Archives,
ro de 1799, pp.177-184. El texto fue reproducido en Guide to the Mexico Collection, MS 1776, New Heaven,
Madrid con el título «Observaciones de D. Andrés del 2008, p. 88.
Río sobre un tratado de minas» en Anales de Ciencias 90 Andrés Manuel del Río, «Mineralogía. Discurso que
Naturales, t.vii, núm. 19, marzo de 1804, pp.17-29. á presencia del Real Tribunal de Minería pronunció
79 José Antonio de Alzate y Ramírez, Gacetas de Literatura D. Andrés del Río, catedrático de Mineralogía, con
de México, Puebla, Oficina del Hospital de San Pedro, motivo de los exercicios [sic] públicos que tuvieron
1831, t. 2, p.182. de tres ramos de esta ciencia los alumnos del Real
80 Christoph Traugott Delius, Anleitung zu der Bergbau- Seminario de Minería de México en la tarde del 16
kunst nach ihrer Theorie und Ausübung, nebst einer Abhand- de noviembre del año de 1796», en Memorial literario,
lung von den Grundsätzen der Berg-Kammeralwissenschaft, instructivo y curioso de la Corte de Madrid, t. xvii, julio-
Viena, 1773. diciembre de 1797, p. 102.
81 Christoph Traugott Delius, Traité sur la science de l’ex- 91 Ramírez, Biografía del Sr. D.Andrés Manuel del Río, 1891,
ploitation des mines par théorie et pratique, avec un Dis- p. 28.
cours sur les principes des finances, trad. de Jean Godefroy 92 Ordenanzas de mineria y coleccion de las ordenes y decretos
Schreiber, París, A l’imprimerie de Philippe Denis de esta materia posteriores a su publicacion, a las que van
Pierres, 1778, 2 vols. agregadas las reformas de que son susceptibles algunos de
82 Escamilla, «Un reporte de la Minería», 2009, pp. 225- los articulos vigentes de las mismas ordenanzas y dos lami-
264. nas para explicar los metodos mas economicos de disfrutar
83 Para redactar su Ensayo de metalurgia de 1784, consultó: las vetas / nueva ed. dispuesta por C[ástulo]. N[avarro].,
Christophe Andreas Schlüter, De la fonte des mines, México, Librería de J. Rosa, 1846. Las reediciones (no
des fonderies, &c… Le tout augmentée de plusieurs procées sudamericanas) que he podido encontrar son: Guana-
& observations; & publié par M. Hellot Paris, Chez la juato, Juan E. Oñate, 1845; la mencionada de México,
veuve Pissot..., Jean-Thomas Herissant..., Pissot, fils, Librería de J. Rosa, 1846; México, Librería de Rosa
1750-1753. y Bouret, 1851; Ures, Imprenta del Gobierno a cargo
84 ahpm, 1809/II/146/d.5 de J. Covarrubias, 1852; París, Rosa y Bouret, 1858;
85 El sello dice «Legado CARLOS F. DE LANDERO/ París, Rosa y Bouret, 1864; París, Rosa y Bouret, 1870;
Biblioteca Aguilar y Santillán/Academia N[acional]. de México, Vicente García Torres, 1873; París, Bouret e
Ciencias Antonio Alzate / México, D. F. –Mayo 1937». hijo, 1875 y París, Ch. Bouret, 1881. Al parecer todas
86 Ernst Wittich, «El descubrimiento del vanadio», en las versiones de Rosa o Bouret incluyen el texto de
Boletín Minero, t. xiii, México, enero de 1922, núm. 1, Del Río, habrá que buscar ejemplares de las demás
pp. 4-15. (Con un retrato de Andrés M. del Río). para ver si tienen éste u otro material suplementario.
87 Del Río, Tablas, p. 61. 93 Ordenanzas, 1846, p. 279.
88 Joseph Garcés y Eguía, Nueva teórica y práctica del bene- 94 Ordenanzas, 1846, p. 279.
ficio de los metales de oro y plata por fundición y amalgama- 95 Yale University Library. Manuscripts and Archives,
ción, que por órden [sic] del rey nuestro señor Don Carlos Guide to the Mexico Collection, MS 1776, New Heav-
Quarto (Que Dios Guarde) ha escrito y da al público, en, 2008, p. 88.
México, en la Oficina de D. Mariano de Zúñiga y 96 Omar Escamilla, «Luis Fernando Lindner (Schemnitz,
Ontiveros, 1802. Friedrich Traugott Sonneschmidt, ca. 1763-México, 1805): catedrático de Química y Me-

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talurgia del Real Seminario de México», en Jahrbuch für sidad de Yale una de la aumentada, como ya se refirió
Geschichte Lateinamerikas, núm. 41, 2004, pp. 167-198. con anterioridad. Habría que revalorar la autoría de la
97 Karl Christian Langsdorf, Versuch einer neuen Theorie primera versión, ya que para atribuirla a Rodríguez o
hydrodinamischer und pyrometrischer Grundlehren und deren Bataller se argumentó que el texto utilizado por Del
Anwendung auf die Anlage neuer Rohrenleitungen, Pum- Río debía ser la traducción de Lempe, hecho que no
penkünste,Wassersäulen, und Dampfmaschinen, Francfort sucedía en 1816.
del Meno y Leipzig, bey Krieger dem jüngern, 1787. 108 ahpm, 1822/II/182/d. 7. «Inventario del Archivo del
98 Nicolaus Poda, Kurzgefasste Beschreibung der, bey dem Colegio hecho en consecuencia de la renuncia del Sr.
Bergbau zu Schemnitz in Nieder-Hungarn, errichteten Ma- Director D. Fausto de Elhuyar».
schinen, Praga, in der Waltherischen Buchhandlung, 109 agn, indiferente virreinal, Minería, caja 6225, exp. 035,
1771; Franz Ludwig von Cancrinus, Erste Gründe der «Exámenes públicos de Matemáticas, Física y Mine-
Berg und Salzwerkskunde, Francfort del Meno, in der ralogía que tendrán los alumnos del Real Seminario
andreanischen Buchhandlung, 12 v., 1773-1791. de Minería en la obra del nuevo colegio de la calle de
99 Langsdorf, Versuch, pp. x-xi. San Andrés en presencia del Real Tribunal General del
100 Andrés del Río, Ensayo de una nueva teoría hidrodinámica importante cuerpo de minería de esta Nueva España»,
y pirométrica con su aplicación a las máquinas que se usan México, 1809, f. 3v-4.
en las minas, ahpm, s/c, f. 89v. 110 Dietrich Ludwig Gustav Karsten, Tablas mineralógicas
101 Bernard Forest de Bélidor, Architecture Hydraulique, dispuestas según los descubrimientos más recientes e ilustra-
París, Chez Charles-Antoine Jombert, 1753, 2 vols. das con notas, tercer edición alemana de 1800, traducida al
102 Raúl Rogerio Hernández Bravo, «De malacates y so- castellano para uso del Real Seminario de Mineria por Don
cavones a la máquina de vapor». Las bombas hidráulicas Andrés Manuel del Río, México, Mariano Joseph de
para el desagüe de minas movidas con agua y por bestias, Zúñiga y Ontiveros, 1804, p. 62. Del Río detalla sobre
diseñadas por Andrés del Río y Fausto de Elhuyar: 1800- el eritronio que fácilmente se funde y da un olor a ajo.
1819, México, tesis para obtener el título de licenciado 111 Hippolyte Victor Collet-Descotils, «Analyse de la mine
en Historia, Facultad de Filosofía y Letras, unam, 2008. brune de plomb de Zimapan, dans le royaume du
103 Andrés del Río, «Sacudida de Don Andrés del Río», Mexique, envoyée par M. Humboldt, et dans laquelle
en Diario de México, t. 5, núm. 520, México, miércoles M. Del Rio dit avoir découvert un nouveau métal»,
4 de marzo de 1807, pp. 242-243. en Annales de chimie, ou recueil de mémoires concernant
104 Thomas Morel, «Le microcosme de la géometrie sou- la chimie et les arts qui en dépendent, t. 53, 30 nivôse, an
terraine: échanges et transmissions en mathématiques xiii [20 de enero de 1805], pp.268-271.
practiques», en Philosophia Scientiae, vol. 19, núm. 2, 112 Existe una gran cantidad de textos entorno al des-
2015, pp. 17-36. cubrimiento del eritronio. A nuestro juicio, el más
105 Omar Escamilla y Ruth López Alejandre, «Nociones completo, a pesar de su antigüedad, es: Wittich, «El
generales de la teoría y práctica de la Geometría Sub- descubrimiento del vanadio», 1922. El estudio fue
terránea. Escrita para la enseñanza de los alumnos del leído originalmente ante las Sociedades Científica
Real Seminario de Minería de México», en Boletín de Antonio Alzate y Mexicana de Geografía y Estadís-
Monumentos Históricos, tercera época, núm. 27, enero- tica el 13 de septiembre 1919 para conmemorar el
abril de 2013, pp. 29-39. 150 natalicio de Alexander von Humboldt; Arturo
106 ahpm, 1802/I/113/d. 24. Arnaiz y Freg, «Don Andrés del Río, descubridor
107 El Acervo Histórico del Palacio de Minería conserva del Eritronio (vanadio)», en Revista de Historia de
una copia de la primera versión del tratado y la Univer- América, núm. 25, junio de 1948, pp. 27-48. Cfr. Carlos

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Prieto, Manuel Sandoval Vallarta, Modesto Bargalló 119 ahpm, ML-361B, f. 470.
y Arturo Arnáiz y Freg, Andrés Manuel del Río y 120 «Discurso sobre la ferrería de Coalcomán leído en
su obra científica, México, Compañía Fundidora de los Actos de Minería de D. Andrés del Río», en Su-
Fierro y Acero de Monterrey, S. A., 1966. Recien- plemento al Diario de México, México, 18 de marzo de
temente, Günther Hoppe y Ferdinand Damaschum 1810, t. XII, núm. 1629, pp. 479-484.
investigaron la muestra que se encuentra en el mfn, 121 Arturo Arnaiz y Freg, «Don Andrés del Río, descu-
cf. Ferdinand Damaschun, «Sammeln für die Öffent- bridor del eritronio (vanadio)», en Revista de Historia
lichkeit-Alexander von Humboldts mineralogische de América, núm. 25, junio de 1948, p. 47.
Sammlungen», en Ferdinand Damaschun, Sabine Ha- 122 ahpm, ML-99B, ff. 54v-55.
ckethal, Hannelore Landsberg y Reinhold Leinfelder 123 ahpm, ML-99B, f. 120.
(coords.), Klasse Ordnung Art.-200 Jahre Museum für 124 ahpm, ML-99B, f. 123.
Naturkunde, Zwickau, Westermann Druck, 2010, pp. 125 ahpm, ML-361B, f. 492.
106-107. Günther Hoppe, Jürgen Siemroth y Ferdi- 126 ahpm, ML-99B, f. 125-125v.
nand Damaschun, «Alexander von Humboldt und die 127 Archivo General de Centro América, Audiencia de
Entdeckung des Vanadius», en Chemie der Erde, núm. Guatemala, Indiferente, legajo 261, ff. 2-2v. Damos
50, 1990, pp. 81-94. Agradecemos las facilidades al nuestro agradecimiento al maestro Juan Fernando
geólogo Carsten Eckert y a los doctores Damaschun Matamala Vivanco por compartir esta fuente.
y Ralf Thomas Schmitt para fotografiar la muestra. 128 Iván Denísovich Alcántar Terán y María Cristina So-
113 Karsten, Tablas, 1804, p. 61. Ejemplar de Andrés Ma- riano Valdez. «La construcción del Real Colegio de
nuel Del Río. Wittich menciona haber consultado Minería, 1797-1813», en Omar Escamilla, (coord.), 200
el ejemplar en la Biblioteca del Instituto Geológico años del Palacio de Minería. Su historia a partir de fuentes
de México, lo cual debió ocurrir entre 1900 y 1920, documentales, México, unam-Facultad de Ingeniería,
cuando se desempeñó como investigador de esa ins- 2013, p. 161.
titución. Aparentemente, mientras Rafael Aguilar y 129 Archivo General de Centro América, Audiencia de
Santillán fue bibliotecario allí, solía hacer préstamos Guatemala, Indiferente, legajo 261, ff. 2-2v.
entre el personal, de allí que el libro haya aparecido 130 ahpm, ML-368B, ff. 145-145v; Ramírez, Datos, p. 237.
en el fondo Alzate del Acervo Histórico del Palacio 131 ahpm, 1816/I/165/d. 10, ff. 1-3.
de Minería. 132 ahpm, 1820/II/177/d. 18, ff. 1-3.
114 agn, Intestados, vol. 203, exp. 14, f. 126; agn, Intestados, 133 ahpm, ML-368B, ff. 194-194v.
vol. 203, exp. 12, f. 106v. 134 José Luis Maldonado Polo, «Científicos americanos
115 ahpm, ML-91B, f. 209v. en las Cortes constituyentes. La cuestión ultramarina»,
116 ahpm, ML-91B, f. 208. Revista de Indias, 2003, vol. lxiii, núm. 227, pp. 275, 295
117 Gerardo Sánchez, «Fierro y armas para la libertad. La y 302.
ferrería de Coalcomán y la guerra de Independencia», 135 Ana María Huerta Jaramillo, «Pablo de la Llave, un
en Rosaura Ruiz, Arturo Argueta y Graciela Zamudio ilustrado entre dos siglos y dos mundos», en Llull, vol.
(coords.), Otras armas para la Independencia y la Revolu- 22, 1999, pp. 421-430.
ción. Ciencias y humanidades en México, México, Fondo 136 FamilySearch, «México matrimonios, 1570-1950»,
de Cultura Económica, 2010, p. 76. Manuel De Esnaurrisan and Cristina Del Rio,
118 Philippe Picot de la Peirouse, Traité sur les mines de fer et 28 Aug 1820; citing San Miguel Arcangel, Mexi-
les forges du Comté de Foix, Toulouse, De l’imprimérie co, Distrito Federal, Mexico, reference; FHL mi-
de D. Desclassan, 1786. crofilm 206,005. Disponible en familysearch.org/

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ark:/61903/1:1:JHYC-L8P, consultado el 26 de mayo 146 René-Just Haüy, Tableau comparatif des résultats de la
de 2016. cristallographie et de l’analyse chimique relativement à la
137 Disponible en http://gw.geneanet.org/sanchiz?lang=e classification des minéraux, París, chez Courcier, 1809.
s&p=manuel&n=esnaurrizar+avila. Llama la atención 147 ahpm, 1822/I/181/d. 2.
que la hermana de Manuel, María Silveria, contrajo 148 ahpm, 1823/I/183/d. 1.
matrimonio en 1795 con Francisco María Zúñiga y 149 Jöns Jacob Berzelius,Nouveau Système de Minéralogie,
Ontiveros Rosales, miembro de la familia de impre- París, chez Méquignon-Marvis, 1819, trad. de J. J.
sores que editó los Elementos de Orictognosia y las Tablas Berzelius.
mineralógicas de Andrés del Río. 150 «Goatemala. Sistema económico. Los ciudadanos se-
138 ahpm, ML-368B, ff. 190-192v. cretarios de la asamblea nacional con fecha 24 del
139 ahpm, ML-368B, ff. 195. corriente me han comunicado la orden que sigue»,
140 ahpm, 1820/II/177/d. 1. en Águila Mexicana, 18 de junio de 1824, pp. 2-3.
141 Manuel González Oropeza, «Estudio introductorio», en 151 Cartas de José Cecilio del Valle, prólogo de Rafael He-
Nettie Lee Benson, (coord.), México y las Cortes Españo- liodoro Valle, Tegucigalpa, Universidad Nacional Au-
las (1810-1822): ocho ensayos, México, Tribunal Electoral tónoma de Honduras, 1963, pp. x-xiii.
del Poder Judicial de la Federación, 2014, pp. 86-87. 152 Brigida von Mentz, México en el siglo xix visto por los
142 Pierre Louis Antoine Cordier, Recueil de mémoires sur alemanes, México, unam, 1982, pp. 59-66.
la géologie, la minéralogie, l’analyse chimique des minéraux, 153 Hans Kruse, Deutsche Briefe aus Mexiko: mit einer Ge-
l’art de l’exploitation, et l’administration des mines; publiés schichte des Deutsch-amerikanischen Bergwerksvereins,
de 1801 à 1815, dans la collection du Journal des mines, París, 1824–1838, Band 9 von Veröffentlichungen des Archivs
Bossange, 1801-1815. für rheinisch-westfälische Wirtschafts-Geschichte, Es-
143 José María Bustamante, «Mineralogía volcánica», sen, G. D. Baedeker, 1923.
en Semanario Político y Literario, t. 2, núm. 20, 1821, 154 Kruse, Deutsche, p. xxiii.
México, p. 81. 155 Friedrich Wilhelm Stein a su esposa, México, 2 de
144 Carl de Berghes, Descripción de la serranía de Zacatecas, enero de 1826, en Kruse, Deutsche Briefe…, pp. 55-56.
formada por I. M. Bustamante, 1828 y 1829. Aumentada y 156 FamilySearch, «México matrimonios, 1570-1950», An-
combinada con planes, perfiles y vistas trazadas en los años dres Del Rio and Maria Munoz De La Orden, 01 Feb
de 1829, 30, 31 y 32, México, Imprenta de Galván a 1825; citing San Pablo Apostol, Mexico, Distrito Federal,
cargo de Mariano Arévalo, 1834. Mexico, reference; FHL microfilm 285913. Disponible
145 Andrés Manuel del Río, «Carta dirigida al señor abate en familysearch.org/ark:/61903/1:1:JHY8-JX8, con-
Haüy, canónigo honorario de la santa iglesia de París, sultado el 26 de mayo de 2016.
de la legión de honor y del Instituto, profesor de 157 Pedro Olavarría y Muñoz se casó el 10 de julio de
mineralogía etc.», en Semanario Político y Literario de 1816 con María Dolores Ortega Díaz del Guante en
Méjico, t. ii, núm. 23, 1821, pp. 173-182 y núm. 26, pp. el Sagrario Metropolitano. Cf. «México matrimonios,
246-257. Los tomos de esta publicación periódica se 1570-1950,» data base, FamilySearch Disponible en
tomaban por cuatrimestre. El tomo primero corres- https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:JHTV-6JW:
ponde al último cuatrimestre de 1820 y segundo al consultado el 26 de mayo de 2016, Pedro Olavarría y
inicial de 1821. El segundo tomo inició en el número Muñoz and María Dolores Ortega Díaz del Guante,
17, así que el número 23 debe corresponder aproxi- 10 Jul 1816; citing Asunción, México, Distrito Federal,
madamente a la semana del 15 de febrero y el 26 a la México, reference; FHL microfilm 35, 278.
del 6 de marzo. 158 Ordenanzas, 1846, pp. 219-224.

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159 «Comunicados», en El Sol, año 5, núm. 1619, México, 166 Johann Christian Lebrecht Schmidt, Theorie der Versc-
sábado 3 de noviembre de 1827, p. 5386. chiebungen älterer Gänge mit Anwendung auf den Bergbau.
160 Andrés del Río, Nuevo sistema mineral del Señor Bercelio, Ein Beitrag zur allgemeinen Gangtheorie, Francfort del
del año de 1825 (De las variaciones del sistema químico Meno, Bei Johann Christian Hermann, 1810.
mineralógico), traducido del francés con algunas notas y adi- 167 Johann Christian Lebrecht Schmidt, Beiträge zu der
ciones por…, México, Imprenta del Águila, 1827. Lehre von den Gängen: ein Versuch zur systematischen Er-
161 Jöns Jakob Berzelius, Nouveau système minéralogique, forschung der Naturgeschichte dieser Lagerstätten, Siegen,
París, Impr. J. Tastu, 1825. bei Johann Ludwig Borlander, 1827.
162 Jöns Jakob Berzelius, «Des changemens dans le système 168 Robert W. Randall, Real del Monte: una empresa min-
de Minéralogie chimique, qui doivent nécessairement era británica en México, México, Fondo de Cultura
résulter de la propriété que possedent le corps iso- Económica, 1977.
morphes, de se remplacer mutuellement en propor- 169 X, «Notice respecting the existence of Chrysolite in
tions indéfinies», en Annales des Sciences Naturelles, t. Obsidian, as discovered by Professor del Río», en The
5, 1825, pp. 235-265. Edinburgh Journal of Science, vol. x, Edimburgo, octubre
163 En 1832, apareció en Alemania una reseña bastante de 1828-abril de 1829, pp. 206-207.
negativa de la obra de Del Río: «Publicación del Nue- 170 José María Bustamante, «Description and Use of a New
vo sistema de Bercelio. Reseña. La obrita del profesor Gravimeter», en The Edinburgh Journal of Science, vol. x,
mexicano incluye únicamente lo que el título sugiere: Edimburgo, octubre de 1828-abril de 1829, pp. 207-212.
una traducción en forma de tabla del sistema mineral 171 List of the Members of the American Philosophical Society,
de Berzelius. Las columnas de la tabla contienen los held at Philadelphia, for Promoting Useful Knowledge. From
nombres de las familias, órdenes, grupos, géneros y its Establishment, 2nd January, 1769, to the 20th of April,
especies y las fórmulas o descripciones. De allí sigue 1838, Filadelfia, Joseph and William Kite, Printers, 1838.
el esquema general del sistema mineral de Beudant. 172 ahpm, 1833/190/d. 11.
Las notas al sistema de Berzelius, añadidas por Del Río, 173 Rafe Blaufarb, Bonapartists in the Borderlands. French
contienen difícilmente una observación que presente Exiles and Refugees on the Gulf Coast, 1815-1835, Tus-
algún dato importante que se hubiere encontrado caloosa, The University of Arizona Press, 2005, pp.
allende la mar (la más importante es una noticia de la 206-207; Rafael Rojas, «Traductores de la libertad:
extracción de la Jodsilber de Zacatecas), y hacen notar el americanismo de los primeros republicanos», en
que el autor, que hace largos años hizo sus estudios en Jorge Myers (ed.), La ciudad letrada, de la conquista al
Alemania, quedó retrasado en el conocimiento de la li- modernismo, Buenos Aires, Katz, 2008, pp. 218-219
teratura alemana y francesa de su especialidad: cita con 174 ahpm, 1833/190/d. 17, f. 9.
frecuencia a Werner, Breithaupt y Mohs, entre otros. 175 «Observations on the Treatise of mineralogy of Mr.
Este escrito únicamente podría tener algún interés C. U. Shepard, with the translation of ‘The char-
por la nomenclatura española de la nueva mineralogía acteristic of the classes and orders of Breithaupt’»,
que contiene». Cf. K. H. «Mineralogie, Mexico, Gedr. Read June 1834, pp. 113-136; «On the Conversion
B. Aguila: Nuevo sistema…», en Allgemeine Literatur of Sulphuret of Silver into Native Silver, after the
Zeitung, núm. 22, Jena, diciembre de 1832, p. 496. Method of Becquerel», Read June 1834, pp. 137-138
164 Schmidt a su esposa, México, 8 de junio de 1828 en Transactions of the Geological Society of Pennsylvania, t.
Kruse, Deutsche Briefe…, pp. 55-56. 1, pte. 1, Filadelfia, 1834.
165 Schmidt a desconocido, México, 23 de octubre de 176 John Millington y Andrés del Río, «Report of the
1828 en Kruse, Deutsche Briefe…, p. 221. Commitee Appointed by the Geological Society of

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Pennsylvania, to investigate the Rapphannock gold desde la Independencia de la República, México, Imprenta
mines, in Virginia», en Transactions of the Geological So- del Comercio, 1876, t. iv, pp. 621-624.
ciety of Pennsylvania, t. 1, pte. 1, Filadelfia, 1834, pp. 147- 187 Andrés Manuel del Río, Elementos de Orictognosia o del
156; John Millington, «To the President and Members conocimiento de los fósiles, según el sistema de Bercelio, y según
of the Geological Society of Pa.», ibid., pp. 157-159; los principios de Abraham Gottlob Werner. Parte práctica: con
Andrés Manuel del Río, «Supplement to the above la sinonimia inglesa, alemana y francesa, para uso del Semi-
note», Ibid., pp. 159-166. nario Nacional de Minería de México, Parte Práctica-Segunda
177 James Dickson, «On the Science and Practice of Min- edición, Filadelfia, Imprenta de Juan F. Hurtel, 1832.
ing», en Transactions of the Geological Society of Pennsyl- 188 William Phillips, An Elementary Introduction to the
vania, t. 1, pte. 2, Filadelfia, 1835, pp. 360-406. Knowledge of Mineralogy: Comprising some Account ot
178 Annuaire de l’École Royale Polytechnique: pour l’an 1836, the Characters and Elements of Minerals; Explanations
París, 1836, núm. 4, p. 228 of Terms in Common Use; Descriptions of Minerals, with
179 Humboldt, Cartas americanas, p. 236. «Carta a los señores Accounts of the Places and Circumstances in Which They
Ortigoza y Aguilar (Berlín, 28 de febrero de 1839)». are Found; and Especially The Localities of British Minerals,
180 Omar Escamilla, «Louis Posselt (1817-1880), sus ires y Londres, Printed and Sold by William Phillips, 1819.
venires por México y su representación en el Congreso 189 Del Río, Elementos, 1832, pp. vi-vii.
de Químicos de Karlsruhe (1860)», en Karl Kohut,Ali- 190 Del Río, Elementos, 1832, p. vii.
cia Mayer, Brígida von Mentz, María Cristina Torales 191 Andrés Manuel del Río, Elementos de orictognosia o sea
(eds.), Alemania y el México independiente. Percepciones mineralogía, o del conocimiento de los fósiles, según el sistema
mutuas, 1810-1910, México, Herder, 2010, pp. 439-440. del barón Bercelio, y según los principios de Abraham Gottlob
181 Festschrift zum hundertjährigen Jubiläum der Königl. Sächs. Werner, para uso del Seminario Nacional de Minería. Parte
Bergakademie zu Freiberg am 30. Juli 1866, Dresde, Druck preparatoria, Parte Preparatoria-Segunda edición, México,
der K. Hofbuchdruckerei von C. C. Meinhold & Söh- Imprenta de R. Rafael, 1846.
ne, 1866, vol. 1, p. 267 y Jahrbuch für den Berg- und 192 Franz von Kobell, Grundzüge der Mineralogie zum Ge-
Hüttenmann: 1845, Freiberg, p 114. brauche bey Vorlesungen, sowei zum Selbstudium entworfen,
182 ahpm, ML-6 A, f. 3. Nuremberg, Bei Johann Leonhard Schrag, 1838.
183 José Olmedo y Lama, Ordenanzas de minería y colección 193 Andrés Manuel del Río, Suplemento de adiciones y co-
de las leyes y órdenes que con fecha posterior se han expedido rrecciones de mi Mineralogía, impresa en Filadelfia en 1832;
sobre la materia, arreglada por el…, México, Imprenta de esto es diez y seis años hace, en cuyo tiempo se han hecho
Vicente G. Torres, 1873, p. 71. en Europa y en los Estados Unidos varios descubrimientos
184 Olmedo, Ordenanzas, p. 79. que les importa saber a los Alumnos de Minería, México,
185 Antonio del Castillo, Resumen de los trabajos que sobre Tipografía de R. Rafael, 1848.
reconocimientos de criaderos y minas de azogue, se practicaron 194 James Dwight Dana, A System of Mineralogy, Including an
en el año de 1844, bajo de la dirección de la Junta de Fomento Extended Treatise on Crystallography: with an Appendix,
y Administrativa de la Minería, formado por…, México, Containing the Application of Mathematics to Crystallo-
Imprenta de la Sociedad Literaria, 1844. graphic Investigation, and a Mineralogical Bibliography,
186 «Decreto de gobierno-designando las carreras que se New Haven, Durry & Peck, 1837.
han de seguir en el Colegio de Minería, y los estu- 195 Del Río, Suplemento, 1848, s/n.
dios preparatorios para cada una de ellas», en Manuel 196 Andrés del Río, Manual de Geología: extractado de la
Dublán y José María Lozano, Legislación mexicana o Lethaea Geognóstica de Bronn, con los animales y vegetales
colección completa de las disposiciones legislativas expedidas perdidos, ó que ya no existen, más característicos de cada roca,

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y con algunas aplicaciones a los criaderos de esta República, 203 Anuario, 1845, p. 31.
para uso del Colegio Nacional de Mineria, México, Im- 204 Anuario, 1845, p. 33.
preso por Ignacio Cumplido, 1841. 205 Anuario, 1845, p. 33.
197 Heinrich Georg Bronn, Lethaea Geognostica oder Ab- 206 «Actos de Minería», en El Siglo Diez y Nueve, segunda
bildungen und Beschreibungen der für die Gebirgs-For- época, año iii, iii trimestre, núm. 1 078, México, jueves
mationen bezeischnendsten Versteinerungen, Stuttgart, E. 7 de noviembre de 1844, p. 2.
Schweizerbart’s Verlagshandlung, 1835-1838, 2 vols. de 207 A[ntonio] del C[astillo], «Instrucción científica»,
texto y 1 vol. de ils. en El Siglo Diez y Nueve, tercera época, año vi, i
198 Joseph Burkart, Aufenthalt und Reisen in Mexico in den trimestre, núm. 1 234, México, miércoles 16 de abril
Jahren 1825 bis 1834. Bemerkungen über Land, Produkte, de 1845, p. 3.
Leben und Sitten der Einwohner und Beobachtungen aus 208 Acervo Histórico del Archivo General de Notarías de
dem Gebiete der Mineralogie, Geognosie, Bergbaukunde, Me- la Ciudad de México (ahagncm), notario Francisco
teorologie, Geographie etc..., Stuttgart, E. Schweizerbart’s Miguel Calapiz, 1844
Verlagshandlung, 1836, 2 vols. 209 Registro de matrimonio entre un Andrés del Río y una
199 Del Río incluye en su obra 28 láminas, mientras que María Muñoz de la Orden el 1 de febrero de 1825. Fa-
Bronn integra 48. milySearch, «México matrimonios, 1570-1950», Andres
200 Del Río, Manual, p. 40 y lám. xviii, figs. 229-230; Del Rio and Maria Munoz De La Orden, 01 Feb 1825;
Charles Lyell, Principles of Geology: Being and Inquiry citing San Pablo Apostol, Mexico, Distrito Federal,
How Far the Former Changes of the Earth’s Surface are Mexico, reference; FHL microfilm 285913. Disponible
Referable to Causes Now in Operation, Londres, Printed en familysearch.org/ark:/61903/1:1:JHY8-JX8, con-
by A. Spottiswoode, 1835, 4 vols. sultado el 26 de mayo de 2016.
201 Andrés del Río, «ERRATA del plan de estudios pu- 210 FamilySearch, «México matrimonios, 1570-1950»,
blicado el 19 de éste en el Diario del gobierno», en Pedro Olavarria Y Munoz and Maria Dolores Or-
El Siglo Diez y Nueve, México, 31 de agosto de 1843, tega Diaz Del Guante, 10 Jul 1816; citing Asuncion,
p. 2. Nota escrita el 24 de ese mes. Mexico, Distrito Federal, Mexico, reference; FHL
202 Andrés del Río, Discurso geológico: leído en el acto de minera- microfilm 35,278. Disponible en familysearch.org/
logía del Seminario Nacional de Minería por el ciudadano…, ark:/61903/1:1:JHTV-6JW, consultado el 26 de mayo
México, Imp. por Ignacio Cumplido, 1843, p. 8. de 2016.

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