El papel de los agentes

educativos en la sociedad
del conocimiento

D. Santiago Arellano Hernández

Director General de Educación y

Cultura del Gobierno de Navarra
 Cuarto Congreso El papel de los agentes educativos
de Economía de Navarra en la sociedad del conocimiento
Nafarroako Ekonomiaren Laugarren Kongresua Santiago Arellano Hernández

Buenas tardes. Es para mí una satisfacción muy grande poder participar en este Congreso
para exponer, en nombre de la Dirección General, el papel de los agentes educadores en la
Sociedad del conocimiento.
Evidentemente, la perspectiva que pueda tener una comunidad como la nuestra que quiere
ser puntera en todo, pero que estamos con el limite de lo que es una Comunidad de 500.000
habitantes, no puede tener la visión que supondría una mirada desde el Estado o desde una
perspectiva de mayor envergadura o nacional. He de confesarles que la preocupación domi-
nante de estos últimos años, desde esta Dirección General, fue aplicar una ley, una ley nueva
cuyo fin ya puede parecer una ley con 11 años, por lo tanto antigua pero que arrastró y generó
la preocupación dominante de todo el sector educativo de España. Sin embargo, en ese objeti-
vo dominante que trajo su cierta polémica y sus tensiones, en esa vorágine, casi en algún
momento intuimos que estaban produciéndose cambios importantísimos que tenían que obli-
garnos a desviar la atención de la ley en sí misma por aquellos otros cambios que se estaban
dando en el entorno. Soy de los convencidos de que no estamos empezando un siglo nuevo, un
siglo XXI sino que probablemente estamos en una perspectiva de cambio cronológico de
mayor envergadura en la que desde luego uno de los signos de este cambio va a tener que ver
con todas las tecnologías de la información y de la comunicación.
Habrá otros acontecimientos como los cambios sociológicos en los que nos estamos
moviendo que nos traen a todos una enorme inquietud y que cada día nos obligan a tener que
adoptar medidas de todo tipo impensables para una comunidad como la nuestra que podría
pensar, por ejemplo, que los alumnos que llegaban a nuestras aulas habían dominado o estaban
ya con un control de seguridad sanitaria que hacía que determinadas enfermedades pudieran no
ser esperables en nuestros ambientes. Cambios como la inmigración pueden traer como conse-
cuencia determinados retrocesos, en cuanto a primeros momentos, al menos en lo que podían
ser objetivos superados.
Nosotros, desde el primer momento vimos que las tecnologías de la información y de la
comunicación tenían que pasar a ser un instrumento prioritario en nuestra tarea ordinaria y un
instrumento ordinario en la impartición de las clases y por lo tanto de la labor educativa en las
aulas. Era algo que sin duda alguna nos llevó a creer que en este nuevo siglo, desde luego el
analfabetismo iba a tener que ver ya, no con el dominio de un alfabeto mas o menos controla-
do, sino con el dominio de estas nuevas tecnologías de la información. Es decir, que no puede
salir ni un solo alumno de nuestras aulas que no salga con un conocimiento, con un dominio
instrumental, mas que básico para poderse desenvolver con competitividad en el mundo que se
le avecina. Exactamente el mismo convencimiento que tenemos respecto al estudio o dominio
de aquellas lenguas que se han convertido en dominantes en el mercado. Es decir, que desde el
principio tengo que afirmar que para nuestra Comunidad y saltaré gran parte de la doctrina que
habíamos preparado en un principio por el ritmo y la hora en que nos encontramos para ir a

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exponer las medidas mas practicas que en estos momentos hemos ido planteando. Es verdad
que también tenemos un convencimiento muy radical, muy firme, es un poco aquel que se
extraía de la famosa película “El gatopardo”, hay que transformarlo todo, hay que cambiarlo
todo, para poder conservar todo. En el sentido de que toda esta adquisición de nuevos instru-
mentos, de técnicas nuevas siempre han de estar al servicio de lo humano permanente, han de
estar al servicio en definitiva de lo que son las necesidades básicas de los seres humanos como
hemos podido oír en las intervenciones anteriores.
Desde el principio debemos tener muy claro este predominio de las enseñanzas en y de, las
nuevas tecnologías, la finalidad de no olvidar nunca que están todas al servicio del hombre, de
la mujer, del ser humano. Me preocupa por decirlo así un poco alegóricamente, me preocupan
esas cosas que nos llegan a los que estamos en responsabilidad educativa cuando nuestros
alumnos resulta que pueden tener ya determinados síndromes por el abuso en el uso de estos
instrumentos. No puedo evitar el recordar aquel primer pasaje de “La Odisea” cuando desem-
barcan en aquella playa y se encuentra Ulises con aquellos hombres que eran los lotófagos.
Aquellos que vivían y se alimentaban de lotos, que vivían en el atardecer, en un atardecer eter-
no pero que en el momento que probaban la flor de loto, no sabían hacer otra cosa, ya no podí-
an ir, se olvidaban de sus fines, misiones y destinos. Nosotros estamos ya tenuemente, sin
duda alguna, pero con jóvenes que pueden estar cogidos por Internet y que pueden llegar a
tener una problemática, sin duda obsesiva, que hace que nos obligue a no perder nunca de vista
que es un instrumento al servicio, teniendo en cuenta una finalidad que esta al servicio del
hombre. Por otra parte, tenemos que tener esa inmensa prudencia que hace no sé por que, me
acordaba de la primera fábula que conoce el Occidente, una fábula muy simple, preciosa. Era
la fábula de un cisne, un cisne en una noche. Se alimentaba también del loto, creyendo en el
lago el cisne que iba a comer una flor blanca de loto, en el resplandor de aquella noche, se
equivocó y dio un picotazo a un rayo de luna. Le entró tal melancolía, tal sentido de la frustra-
ción que murió de pena al ver que lo que tanto anhelaba no lo conseguía y aquello le llevó a la
inanición y a la no participación y al alejarse de las cosas. Lo pongo como extremo porque
todo lo que voy a decir se centra en ideas como ésta. La de plantearnos que la educación tal
como es hoy, es un proceso dinámico. Tiene que cambiar a medida que cambia el entorno. Sin
duda alguna. Tiene que enfrentarse a la realidad. Es decir que si nosotros vamos mirando,
podremos llegar a afirmar frases como ésta. Nunca antes en la historia de la humanidad, la
escuela había perdido el monopolio del conocimiento y del aprendizaje. Es decir, estamos ante
una realidad tan tremenda que nos va a obligar radicalmente a tener que preguntarnos sobre el
papel del profesor. Si hasta hace cuatro días el profesor transmitía el conocimiento, hoy las
vías del conocimiento le pueden llegar con más eficacia, con más claridad, con mas nitidez, a
través de todas las vías que conocen perfectamente y están al alcance, y espero que estén, de
todas las casas y de las familias navarras. Nunca como hasta ahora en la historia de la humani-
dad, la escuela había perdido el monopolio del aprendizaje y del conocimiento.
Yo quiero decir, en esta misma línea que nos lleva a afirmaciones de este tipo que son afir-
maciones para mí claves. Estamos en un momento decía, en que la vida, el conocimiento, la
realidad, se nos puede alejar del aula y claro buscando referentes que están en la punta de van-
guardia, tuve una vez la oportunidad de hablar con el Rector de la Universidad Operta de
Cataluña, el Sr. Ferrater, con el que tuve ocasión de mantener una jugosísima discusión sobre
el papel de las nuevas tecnologías y las humanidades. Pero él afirmaba rotundamente frases

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como esta…”la filosofía de la Universidad abierta se basa en que el estudiante es un cliente al

que se debe ofrecer atención personalizada y un servicio ágil”.
Pego un salto. Es decir, a pesar de todo tenemos un reto muy claro en este mundo cambian-
te que es la de saber donde está. En una nueva acepción nunca hubiéramos hablado de cliente
sino de educando, pero para nosotros en este juego de nuevas perspectivas, ahí tenemos un
cliente al que le tenemos que dar una atención personalizada y un servicio ágil. También es
muy interesante esta otra afirmación de D. Fernando Sabater, las escuelas son islas donde unos
adultos intentan mostrar a grupos de chicos que hay otra manera de pasar la vida. Pero lo
importante es esto y difícilmente lo ve la sociedad. En este momento, no es sólo el profesor el
que transmite saberes, todo el entorno está influyendo en nuestros alumnos, todo el entorno
social, de tal manera, que Sabater dice con contundencia… “cuando suspendemos a un alumno
adulto en la Universidad, suspendemos también a sus padres, suspendemos a la televisión, sus-
pendemos a los políticos, suspendemos a la sociedad, y en el fondo nos estamos suspendiendo
también a nosotros mismos”.
Yo quería llegar a la afirmación rotunda de que, a pesar de todo, va a ser imprescindible la
necesidad de que los profesionales de la educación se conviertan en orientadores, no sólo en
transmisores de conocimiento, se tienen que convertir en intérpretes del mundo, en personas
que sean capaces de dar coherencia y sentido. Este es uno de los aspectos para mí más impor-
tantes del cambio del papel que tiene que adquirir un profesor en el día de hoy. No sirve para
nada el que puedas intentar contarle cualquier tipo de erudición porque el alumno te la puede
traer incluso de manera más elaborada y perfecta que tú. Entonces, ¿donde está nuestro papel?
¿Dónde está el papel del profesor?. El papel del profesor está en dar claves de sentido. En
poder conseguir que esa cantidad ingente de conocimientos, de informaciones, puedan conse-
guir tener un sentido, puedan llegar a ser coherentes, puedan llegar a conformar una visión uni-
taria de la realidad. Esto es para mí el tremendo reto que estas nuevas tecnologías nos están
trayendo al aula. Porque ya no es solo el dominio, que está claro que un torpe como yo no lo
tiene, de las nuevas tecnologías como instrumento. De lo que estamos hablando es el papel que
como consecuencia de estos instrumentos se le va a pedir al que está delante de sus alumnos.
No va a ser poder citar con erudición una serie de datos, el alumno se le va a aburrir y va a
decir: “Vd. no es eso lo que me tiene que dar”. Nos volverán a acusar de la lista de los reyes
godos. Hago analogía, si montamos la transmisión del aula en transmisión de conocimientos
porque siempre se dirá que aquello no es para lo que tiene como finalidad la escuela. Claro, el
reto es tremendo. Porque esto nos ha caído de pronto, nos esta obligando a toda una nueva
serie de métodos pedagógicos, acordes con la interactividad, con la capacidad del usuario de
autoformarse. Tenemos que crear por lo tanto ambientes educativos creativos, lúdicos interac-
tivos y colaborativos. Es decir, que en este conjunto, la escuela necesita de profesores innova-
dores. Es decir, estamos en un momento en el que al menos desde nuestra responsabilidad uno
de los propósitos primeros es generar este talante en nuestros profesores. Digo talante, porque
no es fácil, si fuera una transfusión de sangre, se conseguiría fácilmente dar a nuestros profeso-
res la energía suficiente. Pero estoy hablando de una talante interior, estoy hablando de algo
que no se improvisa.
El reto que en este momento tenemos es que necesitamos de profesores innovadores, aquí
habíamos puesto que lo único que permanece hoy es el cambio, es como muy heraclitiano el

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principio que aquí se nos transmite, pero también dijimos que la mayoría de los profesores
consideran que la clave del cambio está en cuestionarse su carácter práctico y juzgar los cam-
bios precisamente por su practicidad. Es decir, cuántas veces decimos como la zorra, que están
las nueces verdes, después de que hemos intentado en vano cogerlas. Los profesores y los cen-
tros educativos tienen que abrirse a la sociedad, tienen que ser capaces de trabajar en equipo y
en red. Es decir, todo esto son principios básicos. Tendrán al mismo tiempo, al unir nuestras
economías por cables, fibras ópticas, ordenadores y satélites, estamos uniendo nuestros intere-
ses pero también los intereses de los centros educativos se convierten en los intereses de la
misma sociedad. Es decir, que para mí, los centros educativos del futuro son otro sueño. Me
suena a tareas tan tremendas que me suena a utopía tener que decir, señores los centros tienen
que ser mucho más flexibles. La estructura férrea de nuestros centros tanto en la organización
de los equipos profesionales, como el papel que van a tener que cumplir, no se si su estructura
férrea es la mas adecuada para lo que racionalmente entendemos que tiene que venir. Flexibles
y heterogéneos. El aprendizaje decimos deberá concebirse como el proceso mediante el cual el
individuo adquiere la capacidad de responder a los cambios que se producen en el entorno.
Bien, yo iba a saltar hacia esta idea dominante, luego tenemos que propiciar el cambio del
papel del profesor, luego el reto fundamental no es sólo que aprenda a utilizar estos instrumen-
tos eficaces de trabajo sino el cambio del rol del profesor, no como transmisor de conocimien-
tos, sino como guía, como orientador, como facilitador, como tutor del proceso didáctico de
aprendizaje. Claro, ¿qué consecuencia trae inmediatamente?; pues que los procesos directivos
no pueden ser de cualquier manera. Lo primero que necesitamos es tener unos equipos directi-
vos con capacidad de liderazgo, ser los primeros que ponen en marcha a todo el equipo como
empresa. Sin duda alguna esto nos lleva a involucrar a la familia, a la empresa, a la escuela, en
definitiva, en este lenguaje que utilizáis, de aprender a trabajar en red, relacionando unos con-
juntos, unos centros con otros, unos profesionales de la misma especialidad, con otros, etc., etc.
El toque que puede parecer en mis palabras entre utopía y realidad no pone en modo algu-
no una visión de imposibilidad, sino al revés, de reto hacia el que debemos caminar. Yo quería
hacer hincapié en que nos hemos tomado tan en serio estos factores, que a nosotros se nos ocu-
rrió poner a modo de columna, todas las actividades, todas las adquisiciones, todo lo que
hemos hecho para equipar, para dotar a nuestros centros por una parte, con estos nuevos instru-
mentos para la educación. Vale la pena ver el esfuerzo que Navarra ha hecho en estos últimos
años. Es decir, en los índices de la calidad, en los indicadores de la calidad, Navarra aparece a
la cabeza en todos los indicadores que impliquen dotación de nuevas tecnologías sobre el resto
de España. En los indicadores de la calidad, Navarra está en ese sentido mas equipada que
cualquiera de otros de los centros de su entorno. Ahora bien, el otro frente que hemos abierto
es el de la formación permanente de nuestros profesores en muy distintos niveles. También
valdría la pena repasar el total de los cursos que estamos realizando y el numero de los profe-
sores que estamos consiguiendo que se nos incorporen a los cursos que en estos momentos el
servicio de José Luis Yanguas es el que lleva la responsabilidad de la organización de estos
cursos para las nuevas tecnologías, con una respuesta admirable de casi el 80% de profesores
que están de una manera u otra vinculados a todo tipo de formación en las nuevas tecnologías.
A veces en los primeros pasos, pero en este momento, ya en lo que para nosotros es un objeti-
vo prioritario que todas las áreas puedan contar con el espacio apropiado para poder utilizar las
nuevas tecnologías con el término que utilizamos nosotros, como un instrumento transversal,

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es decir, que pueda permitir lo mismo la lengua que el aprendizaje de idiomas, que parece lo
evidente, no, cualquiera de los saberes, cualquiera de las áreas debe utilizar la nuevas tecnolo-
gías como instrumentos ordinarios para sus quehaceres educativos. Sí les voy a contar una
anécdota para que vean como nos encontramos en este momento. En el curso anterior hubo
una polémica tremenda sobre los famosos decretos de humanidades que trascendió a la opi-
nión pública. En esos decretos de humanidades se planteó una materia nueva, no por el nom-
bre sino por los contenidos que se le asignaron. Si está bien que toda la formación en las tec-
nologías de la información es tan imprescindible, que en los decretos de humanidades una
materia vieja, por decirlo así, tecnología, que era vieja en su concepción, sobretodo porque el
tipo de contenidos que desarrollaba eran las 4 chapuzas básicas que un buen ciudadano y padre
de familia debe saber para no llamar al fontanero. Eso eran las tecnologías en que la programa-
ción inicial de la LOGSE pretendió dar. Se han sustituido, sin cambiar el nombre, los conteni-
dos de esa concepción arcaica de la tecnología por todo lo que es la tecnología de la informa-
ción, de tal manera que en este momento, en las aulas, tenemos 2 áreas con 2 profesores distin-
tos, uno que sigue manteniendo el nombre de informática y que esta dando gran parte de las
tecnologías de la información y otra que es el de tecnología, que tiene en su contenido curricu-
lar gran parte incorporado de las nuevas tecnologías de la información. Es decir, que al menos
creo que tenemos el reto de poner no en Navarra, en el ámbito español, un poquito de orden en
el mundo de la distribución de las áreas educativas. A lo mejor, poniendo en práctica las habi-
lidades que las tecnologías de la información, para poner un poco de orden, pueden pedir o
pueden facilitar. Son muchos los puntos pero yo voy a cortar porque creo que la tarde persuade
a tomar un café y no a que sigamos escuchando las ocurrencias importantísimas, doy fe, que
en Educación estamos adoptando para que Navarra, en nuestros centros educativos, esté de
verdad, a la cabeza.

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