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Los funerales del General

Venancio Flores fue un caudillo vinculado al Partido Colorado


de mediados del siglo XIX. Peleó en los tiempos de la Guerra
Grande (1839-1851) a favor del gobierno de Montevideo,
conocido como el Gobierno de la Defensa. Ocupó la primera
magistratura en dos oportunidades, con ciertas características
que se narrarán más adelante. Hoy vamos a recordar las
circunstancias de sus funerales.
El 15 de febrero de 1868 finalizó su Gobierno Provisorio, una
dictadura establecida luego que organizara una revolución contra
el gobierno del presidente Berro, en 1863. El 19 de febrero se
escuchan rumores de los preparativos de una revolución
organizada en esta ocasión por el ex presidente Bernardo Berro. Flores, quizás por curiosidad
o quizás para detener la posible revolución, salió de su domicilio y marchó por la calle Rincón
en su carruaje. A los pocos metros, un grupo de hombres cubiertos de ponchos disparan sus
trabucos contra el vehículo. EL General rápidamente desciende hacia la vereda, y allí los
enponchados acuchillan reiteradas veces al caudillo colorado.
Esto se registró en dos cuadros del pintor Juan Manuel Blanes, en lo que presumiblemente iba
a ser una serie o un tríptico, sobre la muerte de Flores. Lo cierto es que, como integrante de las
fuerzas militares, el General debía recibir sus "Honores fúnebres de ordenanza". Así, se dispuso
que el 30 de marzo las tropas pasarían revista frente al cuerpo embalsamado del ex gobernante.

El médico alemán Carl Brendel nos cuenta en sus memorias que el verano de 1868 fue
especialmente caluroso, y el cadáver del General, entró rápidamente en descomposición... ¡Esto
complicaba la orden dada de embalsamar el cuerpo! El encargado de semejante tarea fue el
médico de origen irlandés Louis Fleury, quien deseoso de recibir la paga prometida resolvió el
asunto de la siguiente manera: cortó la cabeza del tronco, poniéndola en alcohol, enterró en
secreto el cuerpo y armó un muñeco de paja, al cual luego le agregó la cabeza, y lo vistió.
La fotografía de la derecha, posiblemente de cuenta del momento en que parte de la tropa rinde
sus homenajes a la cabeza del General, sin saber que el resto, era tan sólo un montón de pasto
seco...

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