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1.

Alimentación equilibrada

La alimentación que nos ayuda a regular el sistema nervioso es aquella que no ha sido
procesada, es decir, cuanto más natural, mejor.

Alimentos para mantener sano tu sistema nervioso:

Frutas y verduras: la mitad de ellas deberíamos consumirlas crudas o en jugos y batidos.

Legumbres.

Huevo.

Cereales integrales: avena, mijo, quinoa, arroz, etc.

Bebidas vegetales.

Frutos secos sin freír ni salar.

Frutas secas sin azúcar.

Semillas germinadas.

Algas.

Setas.

La carne y el pescado, siempre que sean de calidad, se pueden comer de acuerdo a las
necesidades nutricionales de cada persona. Es importante combinar la proteína vegetal con la
animal, para no abusar de esta última.

Ver también: Dietas Equilibradas Para Todos

2. Suplementos para el sistema nervioso

Hay algunos suplementos que nos pueden ayudar en las temporadas que nos sintamos
nerviosos, que no descansemos bien o estemos viviendo momentos complicados. Podemos
tomarlos de uno a tres meses y luego descansar, o bien tomar otro:

Levadura de cerveza.
Germen de trigo.

Polen.

Magnesio.

Espirulina.

3. Sueño reparador

Dormir bien es fundamental para que el organismo se recupere y nos levantemos con energía y
buen ánimo. Para ello debemos evitar todo aquello que dificulte o impida el sueño y
acostumbrarnos a estos buenos hábitos:

Cenar antes de las 8 de la tarde y siempre alimentos ligeros, de fácil digestión.

No tomar estimulantes en la cena, como bebidas de cola, azúcar blanco, café o alcohol.

Evitar la fruta por la noche, excepto la pera, la manzana, la papaya o la piña.

Realizar alguna actividad relajante antes de acostarnos, como leer, escuchar música clásica,
hacer estiramientos o meditación.

No acostarnos pensando en las preocupaciones del día, sino visualizar imágenes relajantes y con
pensamientos positivos.

Intentar llevar unos horarios parecidos cada día y no acostarnos más tarde de las 11 de la noche,
siempre que sea posible.

Sueño reparador

4. Ejercicio

El ejercicio es un gran armonizador del sistema nervioso. Sus efectos positivos son inmediatos,
ya que el día que realizamos ejercicio podemos sentir cómo beneficia a nuestro estado de
ánimo, a nuestra energía e incluso a nuestro descanso nocturno.

Si durante el día tenemos una rutina muy sedentaria elegiremos con preferencia ejercicios de
tipo cardiovascular, con una intensidad adaptada a cada persona.

En cambio, si durante el día hemos realizado ejercicio físico, optaremos por deportes más
relajantes y estiramientos, como yoga, taichí, pilates, etc.

Una opción que combina bien los dos aspectos es la natación. Si vivimos cerca de un entorno
natural también podemos salir a caminar, al menos, media hora cada día.

El mejor momento del día para realizar ejercicio depende de cada persona, de su rutina y sus
necesidades.

Te recomendamos leer: El 90% de las enfermedades cardiovasculares pueden prevenirse: 5


claves

5. Contacto con la naturaleza

Uno de los motivos por los que en la actualidad hay tantas personas que sufren estrés, ansiedad
y otros desórdenes nerviosos es porque hemos perdido el contacto con la naturaleza.

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