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PROCESOS DE
ESCENIFICACION
y CONTEXTOS
RITUALES

Ingrid l§-eist
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INDICE

Diseño de portada: Plaza y Valdés S.A. de C.V.

Primera edición: mayo de 1996

PROCESOS DE ESCENIFICACION y
CONTEXTOS RITUALES
PAGINA
© Universidad Iberoamericana
© Ingrid Geist Presentación 7
© Plaza y Valdés S.A. de C.V.
~. (!J Introducción de Elio Masferrer Kan e Ingrid Geist 9

Derechos exclusivos de edición para todos


los países de habla española. Prohibida la reproducción
¡ V"¿O Elisa Ramírez Castañeda
Relatos soterrados. De representantes, representados
parcial o total por cualquier medio, sin autorización
y representaciones 19 •
escrita de los editores.

Este libro es una Coedición entre la Editorial Carlos Rodrigues Brandáo


Plaza y Valdés y la Universidad Iberoamericana El yo místico: tradición e innovación entre sistemas
de sentido en el Brasil 31

~ Juan Carlos Segura


Editado en México por Plaza y Valdés Editores \';j' De los escenarios de la cultura a la cultura de los
Manuel María Contreras No. 73, Col. San Rafael escenarios 51
México D.F. Te!. 705-00-30, C.P. 06470

ISBN 968-856-457-5 @ R aym un do Mier


HECHO EN MEXICO
, Tiempos rituales y experiencia estética 83 .
-\

Pablo G. Wright PRESENTACION


Dibujando cosmologías. Una travesía visual por
el orden toba del concomimiento
111

ti-, Ingrid Geist


~ i Teatralidad y ritualidad: el ojo del etnógrafo 163

Patrizia Burdi
Los tiempos de la fiesta. Estructura ritual y valencias
simbólicas del culto a Santiago Matamoros
(Sierra Norte de Puebla, México) 179 Desde hace dos décadas se están celebrando, baja la destacada
\
iniciativa de Elio Masferrer Kan, los Encuentros Nacionales
Iris Gareis sobre Estado, Iglesia y Grupos Laicos y los Simposios Nacio-
- La escenificación del trauma: Representaciones rituales nales sobre Religión Popular y Etnicidad. Estos últimos luego
se convirtieron en las Reuniones Latinoamericanas sobre Reli-
de la conquista y muerte del inca en el Perú colonial
y contemporáneo 201 gión Popular, Identidad y Etnociencia hasta, finalmente, cons-
tituirse en el Congreso Latinoamericano sobre Religión y
Etnicidad.
María Cristina Krause Yornet
La devoción a las ánimas 233 Fue en 1988 que por primera vez tuve la oportunidad de
asistir a una de estas reuniones y hasta el día de hoy tengo un
Lourdes Baez Cubero vivo recuerdo de la riqueza de las pautas antropológicas y
etnográficas, los rumbos inesperados que tomaban los debates
MO'PATLA INTLAKWALLE: el banquete en Todos Santos.
entre los participantes, respuestas que se obtuvieron, nuevas
Formas de reciprocidad y redistribución entre los
interrogantes que se abrieron, y los horizontes de investigación
nahuas de la Sierra de Puebla 255
que se delineaban con nuevas perspectivas en busca siempre de
ampliar y profundizar el conocimiento sobre el campo tan vasto
Marie-Odile Marion Singer
y tan inagotable que son los sistemas religiosos, las prácticas
El espacio de los dioses y el universo de los hombres
rituales y las interacciones simbólicas.
(en la cosmovisián maya lacandona) 271
El tomo que aquí presento, reúne una serie de trabajos que se
inscriben en ese debate antropológico, que continúa vigente y
Johannes Neurath
El centro ceremonial TUKIPA en la comunidad del cual nació la convocatoria para el simposio Procesos de
huichol T1APURIE 287
Escenificación y Contextos Rituales que dio nombre a este
tomo. Se incluyen textos expuestos en el simposio y también

7
Presentación

cierto número de ponencias presentadas en otras mesas del V


CONGRESO LATINOAMERICANO SOBRE RELIGION y ET-
NICIDAD en la medida que guardan una coherencia con la
INTRODUCCION
temática enfocada. Agradezco a los autores su participación en Elio Masferrer Kan e Ingrid Geist
el simposio y su contribución a este tomo, el cual se pone a
consideración crítica de los lectores.
Por último y de manera muy especial, quiero expresar el
debido reconocimiento a la sección cultural de la Embajada de
Alemania en México, cuyo apoyo ha sido un factor decisivo
para que este libro pueda publicarse.

Ingrid Geist El libro al cual estamos introduciendo, se ofrece como un


peldaño en el desarrollo de la teoría etnológica y en particular
la antropología de las religiones y la cuestión étnica en América
Latina y en México. Es un esfuerzo analítico donde se estudian
las dinámicas de los sistemas rituales y ceremoniales, su rela-
ción con los sistemas míticos y de visión del mundo, y su corre-
lación con los sistemas de configuración de la etnicidad y la
identidad de los grupos étnicos y de grupos no indígenas pero
con peculiaridades regionales específicas, en condiciones de
dominación, de marginalidad, de colonialismo interno y/o de
discriminación, sin descartar situaciones complejas de rela-
ción asimétrica con la sociedad global, en contextos urbanos o
rurales.
Procesos de escenificación y contextos rituales expone en
términos teóricos y etnológicos la utilización de los sistemas
ceremoniales para configurar los espacios sociales, definir los
límites étnicos y regionales, establecer estrategias de resistencia
en condiciones de dominación y discriminación. A la vez que
permite adaptar las propuestas teóricas desarrolladas en Europa
y Estados Unidos a las realidades latinoamericanas, realizando
así un aporte consistente a la configuración de las ciencias
sociales latinoamericanas, sin provincianismos ni ortodoxias
esterilizantes, asumiendo y aplicando lo mejor del desarrollo

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Ello Masferrer e Ingrid Geist INTRODUCCION

conceptual de la antropología y las ciencias sociales al análisis ésta justamente pertenece a los antropólogos, mientras que los
de las realidades latinoamericanas. antepasados no representaban su mundo sino que lo construye-
Los documentos de la antología se complementan y relacio- ron por medio de las acciones rituales. La autora aboga por una
nan en términos conceptuales y analíticos, sin descartar diver- antropología que se constituya como "unidad entre los sentidos,
sidades teóricas y de enfoques metodológicos, resultado de un la pasión y la teoría".
trabajo intenso de preparación de un simposio especializado con Esta exigencia de la autora nos conduce al segundo aporte de
el mismo nombre, en el marco del V Congreso Latinoamericano esta antología, a Carlos Rodrigues Brandáo, quien apasionada-
sobre Religión y Etnicidad. La antología no es de ninguna mente y con una excelente fundamentación teórica expone sus
manera la memoria del simposio, sino que se descartaron mate- tesis acerca de las creencias populares en la encrucijada entre
riales, a la vez que se buscaron otros trabajos originados en el los mercados de los bienes simbólicos. Carlos R. Brandáo de la
mismo Congreso que permitieron complementar, adecuar y Universidad de Campinas, Brasil, etnólogo y psicólogo, en "El
estructurar un nuevo texto, donde cada documento tiene una yo místico: tradición e innovación entre sistemas de sentido en
lectura independiente, pero donde el conjunto es a su vez una el Brasil" hace una crítica profunda al positivismo como sentido
nueva obra, cuyo hilo conductor es la relación entre los sistemas de la historia y muestra las características y la dinámica de las
ceremoniales, los sistemas míticos y de visión del mundo, las creencias de los brasileños actuales. El autor califica al religioso
etnicidades e identidades, en el marco de las transformaciones moderno como un peregrino, colocando el énfasis en la relación
económicas, sociales y culturales en los procesos de globaliza- de inversión que descubre entre los sistemas de sentido tradi-
ción. cionales y los modernos, donde estos últimos giran alrededor
El libro no analiza a los grupos étnicos y regionales como del sujeto individual justamente como peregrino que transita de
aislados en el espacio y el tiempo sino que incluye las presiones un sistema de sentido a otro y como eje alrededor del cual se
e impactos de las sociedades mayores de América Latina y el articulan los diferentes sistemas. Cuando el autor, finalmente,
impacto de los procesos de globalización, de los medios de nos plantea que "si el conocimiento es la vocación de la ciencia,
información de masas y del turismo en estos contextos, donde tal vez el misterio sea aún y siempre la vocación del sentido",
las presiones aculturadoras y asimilacionistas son muchas veces esta reflexión retoma la argumentación iniciada por Elisa Ra-
compensadas con los procesos de discriminación y segregación. mírez quien concluyó con una referencia a la hermenéutica
La antología arranca con el trabajo de Elisa Ramírez Casta- judía: todo esfuerzo intelectual no es otra cosa que el esfuerzo
ñeda "Relatos soterrados. De representantes, representados y por "deletrear la palabra última: el nombre de Dios".
representaciones", el cual problematiza la información y el Juan Carlos Segura, etnólogo egresado de la ENAH, que
trabajo de campo del antropólogo y propone otro tipo de trabajo estudia actualmente en la Universidad de California, continúa
donde la imaginación, la vivencia y la recreación jueguen en un con un enfoque propio en la discusión de ciertos aspectos ya
flujo más plural y tengan un reconocimiento. mencionados por Carlos R. Brandáo. En su trabajo "De los
Desde diferentes ángulos, la autora aborda el carácter proble- escenarios de la cultura a la cultura de los escenarios. Apuntes
mático de la representación en el trabajo antropológico, ya que sobre turismo, teatro y simulacros" plantea que la dimensión de

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Elio Masferrer e Ingrid Geist INTRODUCCION
I
la mirada que Occidente proyecta hacia sí mismo y hacia el Otro Pablo G. Wright del Consejo Nacional de Ciencia y Tecno-
Cultural está en permanente recomposición, desde esta perspec- logía de Argentina y estudiante de doctorado en la Universidad
tiva la cultura como representación y actualización, parece de Temple es autor de "Dibujando cosmologías. Una travesía
separarse y desintegrarse, para dar lugar a la representación de visual por el orden Toba del conocimiento". Pareciera en algu-
sus propias representaciones. Segura analiza las tensiones de la nos momentos que el trabajo sea una réplica a los primeros
diversidad y ubica el turismo como una mediación, donde Oc- autores de esta antología, sin embargo creemos que el abordaje
cidente finalmente imposibilitado de desaparecer al Otro Cul- de Wright es justamente una forma de responder a las exigencias
turallo transforma en un espectáculo. formuladas por Ramírez, a la vez que encontramos una honda
Mientras que Segura nos expone toda una serie de problemas coincidencia con los planteamientos de Mier en la caracteriza-
que se presentan de orden teórico y práctico alrededor de la ción de la experiencia estética. Wright analiza los dibujos,
tendencia actual de espectacularización del ritual, en el trabajo mapas, esquemas y diálogos llevados por los Toba de Argentina
de Raymundo Mier nos encontramos con una profunda refle- y termina considerándolos como puentes existenciales surgidos
xión sobre la esencia misma del ritual. Identificamos en sus como un (sartreano) ser-en-el-campo procesual produciéndose
planteamientos la pregunta por el estatuto ontológico del rito así entre el etnólogo y sus interlocutores una hermenéutica
que --en palabras del autor- "se constituye como momento transpersonal. El autor exige una "epistemología interactiva y
fundante de la experiencia" a partir de "la suspensión de la procesual en cuyo centro se mueve un intersujeto de instancia
diferencia entre representación y materia". efímera ".
Raymundo Mier, de la Escuela Nacional de Antropología e La postura antropológica expuesta por Wright es enteramente
Historia y la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad compartida por Ingrid Geist, aunque ambos autores se aproxi-
Xochimilco, en "Tiempos rituales y experiencia estética" reto- man desde contextos analíticos muy diferentes.
ma el planteo levi-straussiano de la compleja relación entre mito Ingrid Geist, investigadora y profesora de la Escuela Nacio-
y ritual donde se despliega esta articulación paradójica entre nal de Antropología e Historia, aborda la cuestión en "Teatrali-
creación y preservación de vínculos de valor y morales. Sin dad y ritualidad: El ojo del etnógrafo". Se refiere primero al
embargo rebate la hipótesis de que el ritual tienda a una conti- antropólogo en la observación de los rituales y en segundo
nuidad sino a una particular densidad de la representación y, lugar, al ritual caracterizado como escenificación o represen-
retomando a Tumer y Barthes, plantea que el drama construido tación. Allí retoma los planteos de M. Leiris y cuestiona el papel
por el ritual se sobrepone a la incidencia discontinua de las del etnólogo en la tensión entre un análisis crítico y autocrítico
evocaciones. Finaliza asumiendo las posiciones de Muka- del quehacer etnográfico y la proyección simultánea de la mi-
rovsky, parte de la autonomía de lo estético, donde el signo se rada del antropólogo sobre el objeto de la observación. La
define por su situación, fundando así otra realidad, entendida no autora asume la propuesta de P. Scarduelli en su diferenciación
como un conjunto de acontecimientos factuales, sino como un entre conducta ritualizada y ritual conceptualizado, para luego
espacio normativo, Es en esta paradoja que se articula lo estético argumentar que el ritual no es una puesta en escena de una visión
como creatividad con el ritual como continuidad. del mundo sino que la visión o conceptualización se construye

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Elio Masferrer e Ingrid Geist INTRODUCCION

por medio de la acción ritual de los agentes y la interacción entre cas del culto a Santiago Matamoros" analiza el ciclo anual
las marcas simbólicas; finalmente, el mundo mismo, en tanto festivo de esta comunidad de la Sierra Norte de Puebla como
que cosmos, es producto de estas acciones. La autora cuestiona referente plural, caracterizado por una multidimensionalidad de
la identificación entre representación ritual y representación mensajes y de códigos. La autora muestra como una danza
teatral, donde destaca que los actores están involucrados en la empleada en la Conquista como instrumento de evangelización
situación, además de que el juego que se despliega no es una se transforma en legitimadora de los indígenas como verdaderos
ficción, sino que percibido por los participantes como una rea- portadores de la fe, mientras que a los mestizos se les asigna el
lidad, por lo demás, muy violenta. La oposición entre realidad papel de infieles. Burdi analiza el material etnográfico de la
y virtualidad, por lo tanto, no puede reducirse a una discusión fiesta desde la perspectiva de la "dimensión expresiva y evoca-
en términos de oposición entre lo real y lo ficticio, para lo cual tiva" donde recurre a una expresión de Lisón Tolosana quien
Geist retoma el concepto acuñado por Schuster de <distancia entiende la fiesta como una "estrategia metafórica teatral ",
simbólica> que se define como punto incierto en una línea El trabajo de Burdi arranca desde el hecho ritual para irse
imaginaria entre la pseudo acción y la acción real. Finalmente aproximando al carácter teatral del mismo. Nos parece signifi-
e influida por V. Turner concluye que la acción ritual es enten- cativa la inversión de la estrategia argumentativa de Iris Gareis
dida como un conjunto de estrategias discursivas que correspon- quien parte del hecho teatral o representacional para irse enfo-
den a intereses sociales específicos, y que se ordenan bajo el cando en el carácter ritual del mismo. Iris Gareis del Instituto
modelo de estructura temporal y en la oposición entre estructura de Etnología de la Universidad de Munich, Alemania, nos
y liminaridad. Geist concluye con una referencia de Turner ofrece el trabajo "La escenificación del trauma: representa-
sobre el papel de la metáfora, la cual mientras más persuasiva ciones rituales de la conquista y muerte del Inca en el Perú
es, más existe la probabilidad de convertirse en un mito auto- colonial y contemporáneo". La autora hace un recuento de los
certificante, quedándonos así una metafísica fascinante. Esta datos etnohistóricos en relación con las representaciones dra-
advertencia plantea interrogantes muy sugerentes que deberían máticas que tienen por objeto la experiencia traumática de la
convertirse en objeto de reflexión. conquista. Muestra el proceso de fusión de dos personajes
También el trabajo de Patrizia Burdi se apoya en las posturas históricos, Atahuallpa y Tupac Amaru, en uno solo, para dar
teóricas de Turner y con la debida recurrencia al modelo de A. lugar a un inca mítico que unifica a los pueblos andinos. Las
van Gennep. Debe aclararse, sin embargo, que las dos autoras, diversas dramatizaciones constituyen una reinterpretación de
Geist y Burdi, al apoyarse sobre un mismo enfoque teórico, los hechos históricos, la cual se inscribe en el contexto de las
llegan a conclusiones muy diferentes, lo cual tiene que ver con festividades religiosas enfocadas hacia la reafirmación de un
la diversidad de las lecturas a partir de convicciones teóricas orden cósmico. La autora, pues, constata el carácter ritual de
distintas, pero también tiene que ver con el carácter abierto e estas dramatizaciones, 'donde recurre al concepto de drama
inagotable de la teoría turneriana. ritual de Turner, e interpreta las representaciones como rituales
Patrizia Burdi de la Universidad de Roma La Sapienza, en de crisis en los cuales se revive periódicamente la muerte del
"Los tiempos de la fiesta. Estructura ritual y valencias simbóli- inca para superar la experiencia traumática.

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Ello Masferrer e Ingrid Geist INTRODUCCION

Una situación muy semejante -la mitificación de personajes bienes simbólicos, que constituyen prestaciones y contrapresta-
históricos- la encontramos también en el trabajo de María ciones entre el mundo de los hombres y el de los ancestros y las
Cristina Krause Yornet. Aquí se trata de personajes históricos divinidades, garantizándose así la organización social y el
que vivieron en situaciones marginales, y el mito se teje alrede- bienestar comunitario.
dor de su muerte, al igual como en el caso de los grandes El trabajo de Baez Cubero se enfoca sobre el problema de la
personajes relatado por Gar~is. cohesión social al igual que Krause, donde esta cohesión es
María Cristina Krause Yornet, profesora e investigadora de responsabilidad, en ambos casos, de los difuntos, sin embargo
la Universidad Nacional de San Juan, Argentina en "La devo- con la diferencia de que por un lado se trata de los familiares
ción a las ánimas" enfatiza sus características religiosas popu- muertos e institucionalizados como antepasados y por el otro,
lares basadas en su poder mediador con lo divino. Aplicando a lo marginados muertos y convertidos en ánimas que fungen
Greimas, Lévi-Strauss y Turner concluye que las ánimas con como dadores milagrosos. Creemos que esta diferencia debería
poder son las de personas que estaban en la frontera del poder convertirse en un momento de reflexión.
y del conocimiento humano entre las acechanzas de un medio El problema de la cohesión social como centro de la atención
geográfico hostil. Una segunda situación ambigua y límite es en las representaciones rituales, aparece también en las últimas
que los personajes contienen valores positivos y condenables dos aportaciones de esta antología, bajo la forma de construc-
por la sociedad, en un conflicto individuo-instituciones socia- ción de un cosmos a partir de un principio dual de clasificación,
les, donde las instituciones abusan de su función. En este con- en el caso del análisis de Marie-Odile Marion acerca de los
texto el ánima representa el límite entre el poder institucional y lacandones y a partir de la acción ritual, en el caso del análisis
el esfuerzo humano, entre lo sacro y lo humano. La autora de Johannes Neurath acerca de los huicholes.
concluye que el ámbito mítico resuelve una incongruencia: la Marie-Odile Marion, profesora e investigadora de la Escuela
conducta ética de la solidaridad y la reciprocidad social instau- Nacional de Antropología e Historia, en "El espacio de los
rada por el culto y la existencia de los marginados sociales, dioses y el universo de los hombres (en la cosmovisión maya
debido a que estos últimos son los responsables de la cohesión lacandona)" analiza el papel de los mitos en la construcción del
de esta sociedad. orden del universo y del orden social. Destaca los sistemas de
El tema de la solidaridad y reciprocidad se convierte en punto deidades según el género, mostrando como esto SI' complementa
central del análisis en el trabajo de Lourdes Baez Cubero, quien y expresa con los sistemas de parentesco y de organización
pertenece al Centro Alternativa Antropológica Latinoamerica- social. La autora, una especialista en los lacandones, en este
no y la ENAH. En "Mo 'patio intlakwalle: el banquete en Todos trabajo analiza los principios de oposición, alternación y com-
Santos. Formas de reciprocidad y redistribución entre los na- plementariedad, los ejes del mundo en su relación con los puntos
huas de la Sierra de Puebla", la autora mantiene una perspectiva cardinales, lo nómade y lo sedentario, lo único y lo múltiple, la
analítica semejante a la de Burdi. En un sistema de prestaciones luz y las tinieblas, lo celeste y lo ctónico, la vida y la muerte.
totales se destaca el carácter comunal del mismo. El intercambio Marie-Odile concluye que el equilibrio cósmico lacandón gira
de bienes materiales se explica como soporte de ofrendas de en tomo a la bi-polaridad hombre-mujer, hallando un notable

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Elio Masferrer e Ingrid Geist

paralelismo entre mundo real y mundo ideal, que traduce la


preeminencia de un sistema conceptual dualista, aplicado a
crear y luego reproducir un universo social adaptado a las cate- RELATOS SOTERRADOS.
gorías del pensamiento. Este planteo ya clásico en la antropo- DE REPRESENTANTES,
logía francesa es expuesto creativa e innovadoramente con una
excelente etnografía y adecuado desarrollo teórico. REPRESENTADÓS
Johannes Neurath, formado en Austria, estudia actualmente y REPRESENTACIONES
el doctorado en Antropología en la UNAM. Con su trabajo "El
Elisa Ramirez Castañeda
centro ceremonial tukipa en la comunidad huichol", Neurath
hace una excelente etnografía de este centro ceremonial y de los
roles de los distintos especialistas religiosos huicholes, conclu-
ye que los tupika representan los principales lugares y las prin-
cipales fuerzas del cosmos, articulando la organización social
con la cosmovisión. El mundo de los antepasados deificados es
un contexto donde rige el principio sagrado de derroche y de
pérdida. La participación individual en el ritual permite a los l.
individuos una situación de dinámica étnica y social compleja
donde se reivindican y recrean las tradiciones huicholas. El trabajo de campo es parte nodal de la etnología; la obser-
El trabajo de Neurath es un excelente modelo de análisis vación participante nos desplaza a comunidades y barrios, a
cultural que pone de relieve aspectos poco trabajados de la montañas y a selvas en nuestro afán por indagar al otro. Se da
cosmovisión de los huicholes, además de aportar metodologías por hecho que podemos observar y participar en lo ajeno y,
y técnicas para estudios comparativos. además, traducir esta experiencia a escritos.
Como decíamos al principio, Procesos de escenificación y La honestidad, la veracidad y el rigor no están en discusión
contextos rituales quiere ofrecer un avance consistente en la ahora. Durante largo tiempo me he ocupado de la oralidad y su
configuración de un marco teórico para las ciencias sociales y papel en la investigación: las técnicas y problemas de la reco-
las antropologías latinoamericanas. Después de recorrer fugaz- pilación de los textos, las diferentes clases de oralidad y cómo
mente los diferentes textos y asentar en esta introducción algu- escribirlos para ser fieles al material escuchado y a nuestra pos-
nos de los puntos a discusión, creemos haber mostrado que hay tura como escuchas; de su difusión. Procedí a recrear, obligada
una gran riqueza en los trabajos aquí presentados. Los aportes a abandonar los contextos, o de incluirlos de manera invisible
teóricos de los autores y las perspectivas metodológicas desa- en el texto mismo. Con insistencia y necedad. No basta.
rrolladas queremos que constituyan una obra de consulta útil Dejaba de lado los textos silenciosos: paisaje, arquitectura,
para los estudiosos de México y América Latina. peregrinaciones, rutas, técnicas, nociones de tiempo, espacio,
sabores y texturas que permean a su vez los textos con palabras.
Los relatos soterrados, los ríos subterráneos asomando a los
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Elisa Ramírez Castañeda RELATOS SOTERRADOS. DE REPRESENTANTES,...

cenotes. Allá se habla de textos que caminan, de historias que Nos queda, además, reinterpretar sus palabras. Aún en el caso
no tienen orilla; se dice aquí ''vive mi historia". Los esquimales de saber la lengua y entender las palabras, esto no salva la
hablan de un relato que no puede quedarse en un solo lugar, del dificultad de poder reproducir o llenar, ¿con qué?, los silencios.
que espera, de un tercero que está parado primero en un pie, El mapa de la otredad tiene huecos, porosidades, secretos,
luego en otro, y explican así su ritmo, que ha de reproducirse en supuestos y complicidades. Está hecho, como la música, de
otro código. palabras, de ritmos, de reiteraciones y de silencios. ¿Nos es dado
La antropología ha privilegiado la vista y el oído como transgredir su clausura, en caso de poder traspasarla?
vínculos con el exterior, ha privilegiado la descripción a través Nuestro papel de simples observadores, ajenos, tolerados,
de la escritura para representar al otro polo fuera de su ámbito curiosos hace que la alteridad misma sea vista como repre-
natural, como base para posteriores interpretaciones en el marco sentación. No hace de lo visto una representación, pero nos
de la etnología. Una modalidad que apele al tacto, al gusto y al condena a situamos ante ello como tal. Lo que hace teatral un
olfato, al cuerpo, comienza a surgir. Una que conjunte sentidos, hecho es la presencia de espectadores --cuando menos para los
pasión y teoría está aún por construirse. espectadores.
Frente a los textos dichos o cantados, rezados o relatados, La participación, por otra parte, nos hace, en la mayoría de
plenos de denotación; otros, vacíos de oralidad, son plenos de los casos, espectáculo. Nunca dejará de ser una parodia. E 1papel
connotación: si en uno se narra largamente la genealogía completa, asumido generalmente tiene el tinte del bufón involuntario.
desde los orígenes de una dinastía, en el otro se andan los pasos
de los ancestros, con prohibiciones de pronunciar palabra alguna.
Entre los huicholes el relato del mundo es tan vívido y hermoso 11. El asunto es otro
que el Sol renace el Sábado de Gloria seducido por la descripción
del mara'akame y su canto. La prohibición de narrar el propio La traducción de códigos se supone posible y pertinente. Parte
sueño entre los australianos, es absoluta y su transgresión es de algo en lo cual no podemos creer: hay una universalidad de
mortal, tal y como relata Chatwin en su libro Las líneas de la actos, sentimientos y creencias y una diversidad de lenguas para
canción. Entre ambos polos tenemos toda clase de variantes. expresarlo. Es una petición de principio: las experiencias ajenas
El hermetismo o el automatismo de los textos silenciosos son penetrables y semejantes a las nuestras.
hacen difícil su lectura. La falta de memoria consciente respecto Y, detrás de todo esto, hay un enorme y oculto presupuesto:
a esta otra memoria impide verla; y cuando a petición nuestra se da categoría de igualdad o de simetría a dos polos absoluta-
se toma conciencia de ella, se convierte en una reflexión-repre- mente desiguales: al texto de la otredad y al texto escrito.
sentación ante quien indaga. Lo mismo sucedería en nuestra Escribir lo hablado, en última instancia, es un deseo de darle
cultura. validez, de domesticar precisamente aquél carácter inasible y
También los textos dichos son representación al ser traduci- volátil que nos seducía del habla y la vida alrededor de ella.
dos, o al ser narrados por un informante, quien fuera de tiempo Nuestros recursos son los de la ciencia o los de la literatura,
y de rol explica o representa ante nosotros. nuestras limitaciones, de otra índole. Hasta en el caso de textos
hablados y escritos, donde se comparten las palabras, las formas

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E1isa Ramírez Castañeda RELATOS SOTERRADOS. DE REPRESENTANTES,...

que adoptan en ambos casos son totalmente antagónicas: la voz Los nativos que hacen etnología no tienen más éxito que
es ilegible, de la misma manera que los escritos antropológicos, nosotros. Pueden comprender lo que sucede allá mejor, pero
aún los de Tedlock o los etnopoetas, son poco narrables. carecen como nosotros de los instrumentos para traducirlo y
¡Qué no decir entonces de los textos silenciosos! Partimos de reproducen en consecuencia las modalidades de la literatura
que habrá un equivalente universales entre ellos. Eso haría de académica.
la etnología una ciencia algebraica, que en estos tiempos es
imposible sostener. Por otra parte, la aceptación de la pluralidad
nos hace asumir la postura de la imposibilidad de un conoci- 111.¿Qué es lo narrable? ¿Qué lo inenarrable?
miento científico y objetivo de aquellos textos que apenas
entrevemos dada nuestra distancia sensorial, de códigos y de Una vez considerado como alteridad, el asunto etnológico se
intenciones. Tenemos monografías, fragmentos, atisbos, sensa- pone en escena. Lo natural, apartado, es susceptible de discipli-
ciones solamente. na; velada la posible identidad entre el investigador y su tema
Suponemos además que esto será escrito de manera autocon- se procede de indagar, estudiar, interpretar y teorizar.
tenida. O que, en el mejor de los casos, recurriendo a argucias ElArs Etnológico impone códigos que la rebeldía de la crítica
de la literatura podrá mostrarse en un contexto ajeno, donde los interna ha imputado; tenemos ahora toda suerte de variantes:
acontecimientos transcurren en el ámbito exclusivo del lenguaje textos confidenciales, vivenciales, desgarramientos epistemo-
al cual se le niega, por otra parte, en aras del rigor académico, lógicos, de denuncia, excelentes neoclásicos. La separación
la capacidad de fantasía o de evocación que harían plausible un entre el diario de campo y el informe final parece salvarse. Se
eco de la realidad vivida. El investigadores la caja de resonancia cuestionan la objetividad, los métodos, los medios y requisitos
de estos silencios y ha de excluirse voluntariamente de su texto para transmitir la información. Y se representa en formas varia-
final, al menos en apariencia. das, novedosas, audaces. El antropólogo como sujeto y su vi-
La utopía y el paradigma de la antropología es que se presume vencia ganan terreno: en el ámbito de tales sujetos. Pero esto no
una transmisibilidad de la vivencia, una tematización de la modifica sino la narrativa de la experiencia del investigador
cotidianidad, o la sistematización de afinidades electivas, cuan- como sujeto, no del otro, objeto de estudio en cuestión.
do existe un desequilibrio de cantidades y un abismo de cuali- Tras todo su Corpus esta disciplina lleva el estigma de una
dades. Apenas nace la antropología y se pretende separada de carencia, de una nostalgia: ha de llenar huecos donde quería
la simple descripción del viajero, surge en su seno, hermana expresar totalidades.
gemela del positivismo, la fantasía de la pureza perdida. En la Lo inenarrable sigue siendo tal, en caso de ser tal. Lo supo-
puerta del paraíso estaba escrita ya la condena: Me añorarás nemos, tocamos sus fronteras sutiles e infranqueables, lo pene-
eternamente. tramos en lo cotidiano, lo manipulamos. Somos cuando mucho
Hay un contrapunto entre sumisión y fantasía, entre existente prestidigitadores más hábiles, ilusionistas más eficaces.
y lo imaginado, entre la construcción del objeto y su permanente El asunto por dilucidar sigue sin resolverse: qué es narrar,
desarticulación. cantar, peregrinar, cazar, curar en las comunidades estudiadas;
o, en todo caso, está por resolverse acudiendo al lenguaje de

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Elisa Ramírez Castañeda RELATOS SOTERRADOS. DE REPRESENTANTES,...

nuestra comunidad. Y no me refiero al cúmulo de riquezas y conceptual de este siglo, perdemos aquella heterogeneidad uus-
epifanías personales de cada cual, sino a una estrategia más cada. La incongruencia daría porosidad a nuestros textos, nos
productiva y dúctil en las esferas académicas. haría ver en redes, más que rutas. Porque, precisamente, si así
Pues para nosotros, también es una cuestión de pertinencia. lo planteáramos, quitaríamos su propia sacralidad a nuestro
El buen salvaje, el indígena, el otro son seres íntegros, vin- peregrinaje: somos los estudiosos que vamos hasta ellos y no
culados a la naturaleza, a la memoria, al ser. Si tal, son inalcan- permitiremos que algunas incongruencias profanen nuestras
zables o cuando menos no narrables a través de los medios metas. Muchas veces no se trata de una ética, sino de una
disponibles. O bien, el otro, es espectáculo imitable, conjurable, moralización.
visible -y entonces lo es para todos, no sólo para nosotros, lo
cual nos quita la potestad de su indagación. Y además dejan de
ser arquetípicamente lo deseado, lo invisible, lo imaginario, lo IV. Porque inútil es el conocimiento y la iluminación
penetrable.
en casa propia, ha de alcanzar a los demás
Al hallar semejanzas entre nosotros y ellos hay sorpresa y
hay consuelo. De allí surgen las metáforas de armonía. De allí
los textos donde resuena un eco de melodía universal, donde El trabajo de campo, haber estado allí, da estatus académico,
podemos insertar nuestra propia memoria desmemoriada y ge- realidad ante los colegas, reconocimiento ante la comunidad. Se
nérica. Pero la nuestra es una epifanía sin santidad y sin hondu- prestigia el sacrificio, se premia la arrogancia del ver lo oculto,
ra, pues siglos de tradición ilustrada y atea nos la impiden, se precia seguir los pasos de los ancestros teóricos. No tendrás
conspirando con los cánones académicos, literarios o políticos otro testigo ante mí, honrarás a tu padre y a tu madre (y no nos
que susurran herejías ante nuestro lirismo sentimental. vendrás con patemalismos, lirismos, conjeturas, naturismos,
Mientras más fragmentada sea la sociedad, más persistente etc...). Se deplora la confesión y se codifican las normas de los
su necesidad de unificar discursos y versiones: la escritura, resultados que nos permitirán la inclusión o exclusión en la
como la mercancía, es equivalente universal que cosifica. Las comunidad académica. Hemos de situar allí nuestras coordena-
versiones escritas tienen un peligroso tinte irrevocable. El pro- das. La representación ante los colegas puede variar de la
ceso histórico donde el otro se inserta, por otra parte, sigue este comedia de equivocaciones al performance de divas solitarias
curso también. Sí, cometemos un contrasentido al escribir el -lo que no se cuestiona es el foro mismo. Y para esto abrimos
flujo del otro. También lo salvaguardamos, con las armas del lo clausurado, irrumpimos, observamos, tomamos nota mental
entorno que lo condena en tanto testigos ajenos a su devenir. de todo, con tal de ser testigos.
El sueño de lo homogéneo indio, de lo congruente interna- Arquetipos de dos posibles escrituras son Ulises y Tristán.
mente, nos hace ignorar su carácter plural, pues la forma de la Odiseo, el astuto, retrocede ante el amor de Circe: calcula,
literatura antropológica sigue siendo un código ajena a su suje- engaña, finge ser Nadie y prefiere el retomo a su lecho conyugal
to. Y al descartar esa construcción de collage, esa armazón de sobre la promesa de inmortalidad de la maga, a cambio de un
chatarra y retacería que tan bien ha entendido la poesía y el arte poder temporal. Tristán se abisma, involuntaria y fatalmente. El
amor es un filtro. Reta a Dios para seguir su impulso, logra la

24 25

v.,»! }:···
~.•...,,..
'
Elisa Ramírez Castañeda RELATOS SOTERRADOS. DE REPRESENTANTES,...

eternidad en un abrazo que ni siquiera ha decidido, paga con la Puede aquí decirse todo, silencios incluidos, con tal de que
muerte tal temeridad. se apostrofe a la comunidad académica, que tolera casi todo con
Los flujos son permanentes y múltiples entre la comunidad y tal de conservar la propiedad privada sobre el discurso y la
nosotros, pero ésos no son tema de la antropología. Aquí, se indagación de tales esferas.
requiere de sintaxis (académica y gramatical) para lograr ya no Cuenta la parábola judía:
se diga verosimilitud y rigor, sino al menos inteligibilidad. Cuatro sabios entraron al Arbol Sefirótico de la Cábala. Uno
Si la iniciación, para llamarse tal, nos excluye por definición, entró por la vía literal, otro por el de la insinuación o la seduc-
estamos condenados a una especie de turismo ilustrado. Pero ción, otro por la analítica y el último por la secreta. Uno murió,
los simples turistas, aquellos despreciados intrusos, carecen de otro enloqueció, otro se volvió apóstata y corrompió a la juven-
propósitos. Nosotros debemos sortear hostilidades, de seguir tud, el último salió y calló.
reglas, de usar temeridades inconcebibles para abrevar de su Los tzeltales dicen: sólo los mudos ven los pies de las ser-
representación y nutrir en ella la nuestra. El otro es metáfora y pientes.
coartada. Según teníamos entendido =-consta en fotos, consta en teo-
La apertura es resentida en las comunidades: estamos robán- rías y recopilaciones, consta en sueños- el verbo ser o estar se
doles algo. De allí las reglamentaciones. No fotografiar, no conjuga en aquellos lugares de diferente manera. Se recrea cícli-
dibujar --como entre los coras. Y otras más rotundas: en Esta- camente al reandar o narrar. Se inaugura cada vez que se
dos Unidos se regresan a las comunidades las piezas de los siembra en el corazón de la milpa la madre del maíz procedente
Museos en un prurito no de reivindicación, sino de political de la mazorca originaria, se caza con anuencia de la presa, errar
correctness, con tal y de que se exhiban en otro recinto, y las la genealogía es dejar de existir, equivocar la ruta es introducir
prohibiciones son muy estrictas -en la inteligencia de que la el caos en la creación, ser dado por muerto es morir.
mayoría de las comunidades indias viven de la representación Los ancestros cantaron el mundo y fue. Sus huellas son
de sí mismos. Vanidad de vanidades -el vasito de ron de Levy palabras y melodías. Su territorio es una enorme partitura sur-
Strauss es ahora de bourbon en territorios con veda al alcohol, cada por caminos invisibles: líneas de canción, huellas de sueño.
la grabadora o las cámaras, pero no a los casinos. Al nombrar, volvemos a crear. Si los cantos mueren, la tierra
muere. Caminar sobre las huellas de los ancestros es a la vez
peregrinar y es cantar, relata Chatwin
V. Afirma el poeta Charles Simic:
Nosotros escribimos textos para explicar, ordenar, sistemati-
zar, comprender. Los hacemos después de estar. No son nuestro
Nuestros recuerdos son imágenes divinas porque la memoria no
ser, sino ante una comunidad restringida. La muerte académica
está sujeta a las leyes usuales del tiempo y del espacio. Al
mata a muy pocos -y más por vanidad que por maleficio. No
rememorar lo que hacemos son deidades. Imágenes rodeadas de
importa qué tanto pueda conmovemos una vivencia, no somos
sombra y de silencio. El silencio es una vasta iglesia cósmica
esa vivencia. Nuestras máscaras no son sagradas. Hacemos una
donde siempre estamos solos. El único lenguaje que Dios habla
parodia de representación, desde un yo siempre presente y
es el silencio.

26 27
Elisa Ranúrez Castañeda RELATOS SOTERRADOS. DE REPRESENTANTES, ...

siempre enmascarado. El sujeto de la antropología parece ha- O tal vez, comenzar por reconocer como hizo la hermenéutica
ber sido siempre el antropólogo mirando. Quien no tiene cargo judía: Todo aquello que se dice, se escribe, se concibe, no es
no será sino espectador de la fiesta. Luchamos por una litera- sino un intento de acomodar las letras para deletrear la palabra
lidad, una clasificación o un rigor donde no hay tal. Estamos a última e inenarrable antes del fin de los tiempos: el nombre de
merced de un oficio absolutamente intuitivo y carecemos de las Dios. Nadie lo conoce, pues cuando apostrofó a los profetas e
herramientas para comunicarlo de manera más eficaz. Pues de iluminadas sólo dijo: Yo soy el que Soy.
elegir estrategias distintas, estaremos haciendo otra cosa, que
no ciencia antropológica. Mientras la antropología sea consi-
derada como un apostolado con metodología no podremos salir
de este paradigma condenado. Si lo hacemos, será la disolución
de la comunidad (suficientemente sabia hasta ahora para criti-
carse, aceptar exabruptos e intrusiones) y haremos otro tipo de
trabajo, donde la imaginación, la vivencia y la recreación
jueguen en un flujo más plural y tengan un reconocimiento. Ni
la opción realista ni la metafísica nos auxilian. Tal vez la
tercera opción de escritura comience en una casa vacía y sea
un relato. Calvino recomendaba escribir con levedad, rapidez,
exactitud, visibilidad y multiplicidad. La recomendación vale
para otras esferas.
El santo cátaro Ricardo Sant Victor dijo acerca de los esplen-
dores del paraíso: "Son inefables e innumerables y ningún hom-
bre, tras haberlos contemplado, podría narrarlos adecuadamente
ni recordarlos exactamente. Sin embargo, al nombrar otra vez
las cosas más hermosas conocidas, sabemos que podemos traer
a la mente algunos vestigios de aquel esplendor divino."
María Albina, mujer huave, murió y fue a la Gloria. De allí
la regresó el Santo Padre. Su casa era lisita y de mosaico. Él era
bello, como el más bello, con su barba rubia. Desde arriba lo ve
todo chiquito, como lo han de ver los pájaros, como lo vio ella.
Lo presente aún ahora son la intensidad de su mirada, la voz del
rezandero llamándola, ella confrontada con su propio cuerpo, al
que debe volver, el rezo intercalado en el descenso y sus lá-
grimas.

28 29
DE LOS ESCENARIOS DE LA
CULTURA A LA CULTURA DE LOS
ESCENARIOS
Apuntes sobre Turismo, Teatro y Simulacros.
Juan Carlos Segura

' "Observar no es la misma cosa que mirar o ver, uno


no observa para ver lo que no verá, sino lo que no
ha observado"

Ludwig Wittgenstein

"Convengo en llamar "diverso" a todo lo que hasta


ahora se llamó extraño, insólito, inesperado,
sorprendente, misterioso, amoroso, sobrehumano,
heroico e incluso divino, a todo lo que es distinto; es
decir, en cada una de estas palabras, realzar como
valor dominante la parte de lo diverso esencial que
esconde cada uno de estos términos"

Victor Segalen

Las palabras de Segalen, escritas en 1918, pueden ser parte de


los argumentos de cualquier dispositivo publicitario del turismo
actual, sin embargo, la tensión que lo movió en nada se parece
a la tensión con la cual lo diverso es festejado en la actualidad.

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Juan Carlos Segura DE LOS ESCENARIOS DE LA CULTURA A LA CULTURA ...

Lo diverso, que en Segalen fue la expresión estética de la En este breve trabajo quiero exponer algunas ideas, quizá sea
diferencia, habría sido en apariencia difuminado por un siglo mejor decir inquietudes, sobre dos lugares en los cuales consi-
en donde la unidad de la historia, los márgenes de lo "diverso", dero es posible percibir la transformación de esta mirada sobre
han pasado a ser sólo la superficie ornamental de una escena el Otro cultural: por un lado, la percepción y construcción de
compleja llamada "humanidad", ahora presentada como "mul- la cultura como escenario en el horizonte de las propuestas
ticulturalismo", Cuando nos aproximamos a los actores de tal museográficas y culturales; y por otro lado, el lugar del turismo
diversidad, Nos-Otros, las palabras de Segalen parecen apuntar cultural en la formación y reproducción de estos mecanismos,
hacia otra dimensión de la mirada, hacia otra dimensión de la como formas espectaculares del exotismo moderno.
realidad, hacia otra forma de ver. Este trabajo es la segunda parte de un avance inicial sobre la
La dimensión de la mirada que Occidente proyecta hacia sí relación entre las estrategias del turismo cultural y el papel que
mismo y hacia el Otro cultural esta en permanente recomposición, éste juega en la construcción del exotismo en su forma moderna.
se encuentra transformada: es una modalidad ambigua y cambian- Un aspecto que apenas se mencionó en la anterior aproxima-
te de interacción. La percepción de la cultura como un escenario, ción, es el proceso a través del cual la industria turística <con-
desde la perspectiva de la mirada de la misma antropología, se ha sume> y produce las representaciones sobre el Otro cultural. es
estado extendiendo a otras formas de interacción cultural (la del decir, la forma que toma este proceso para la conversión de las
turista, en nuestro caso). Este desplazamiento, ha dejado de ser el representaciones sobre el otro en estrategias de creación de
desplazamiento de la mirada hacia un universo inesperado por representaciones propias de la puesta en la escena teatral, a
conocer: ahora se trata del juego de una mirada que sabe que en lo partir, ya no de un texto teatral (texto dramático, por ejemplo),
que verá, están ya conjugados los elementos de su expectativa, sus sino de una calidad de representación de la cultura como texto,
formas y sus intensidades, incluso sus vértigos. específicamente un texto cultural. En ese mismo trabajo intenté
Una de las formas de la interacción actual de lo diverso, que plantear algunos aspectos sobre este proceso, uno de los cuales
cabe señalar, es la que el dispositivo turístico establece a través reconoce que el turismo es un factor a tener en cuenta para el
de una nueva modalidad de la mirada y del <encuentro cultu- análisis de la escenificación y la construcción del Otro cultural
ral>. Considero que ésta interacción es el resultado de un en- como espectáculo cultural. Otro de los elementos desarrollados
cuentro fuertemente mediado y prefigurado, domesticado y y que sin duda requiere de más atención, es el resurgimiento de
domestícante tanto para los receptores del turismo como para la expectativa hacia lo exótico, expresada claramente en las
los mismos turistas. Para contra-ejemplificar, baste pensar en promesas publicitarias que estructuran la dinámica general del
aquellos encuentros (no prefigurados del todo) que en sumo- turismo (Segura J. C: 1992).
mento fueron inesperados: el de los primeros viajeros o expedi- En este desplazamiento, de la percepción de la cultura como
cionarios para quienes los momentos de ocio y descanso del hecho y acontecimiento (como en las primeras etnografías), a
turismo actual, sólo aparecían como la parte más ínfima de una la percepción de la cultura como escenario, la constitución de
complicada relación con un mundo que se resistía a su desci- las interacciones culturales (las de lo diverso en Segalen), a tra-
framiento. vés del turismo y los museos, por ejemplo, obedece a un proceso

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Juan Carlos Segura DE LOS ESCENARIOS DE LA CULTURA A LA CULTURA...

de mediación que podemos llamar, escenificación. Aunque turismo, o si son transformaciones que ya vienen dadas desde
usualmente, tal proceso reside en el espacio teatral, la dinámica el orden cultural (étnico) que las produce. Estimo que la trans-
del <consumo del Otro cultural>, de la que participarla todo el formación de la mirada deriva de un doble juego: el de la
engranaje turístico, presenta en principio las mismas reglas de transformación de las condiciones sociales y culturales de los
configuración. Es en este sentido que adquiere especial énfasis grupos receptores del turismo, en buena medida por la política
el papel que juega el fenómeno del turismo como empresa misma del <consumo de lo exótico>; y por otro lado, por el
cultural, así como la relación que éste genera con las minorías impacto de la presencia de la expectativa turística en las estra-
y grupos étnicos: relación de producción y consumo. tegias de producción e interacción cultural de los grupos recep-
Ahora bien, en términos de la "producción del Otro cultural •• tores, proceso que deriva en la construcción y formación de
como espectáculo cultural, la propia noción es de Pierre Rossel mecanismos de representación espectaculares, definidos a partir
(1988), quien la desarrolla en el marco de las relaciones de de las valoraciones positivas de las expectativas del turismo, es
producción, como un mecanismo de aculturación y marginación decir la del <consumo de lo exótico>.
de las minorías culturales. He preferido, aún a pesar de lo En este sentido, la mirada de occidente (su producción),
sugerente de su propuesta, cambiar el concepto de manufactur- incluyendo en ella las modalidades de interacción con el otro
ing propuesto por él, por el de construcción, por evocar mejor cultural, desde los primeros viajeros, pasando por la antropolo-
el proceso de escenificación que se establece entre las interac- gía hasta la mirada en el turismo actual, se recompone perma-
ciones señaladas. nentemente, ya no sólo geográficamente, sino que también al
Al conectar series como éstas: turismo, teatro, procesos cul- interior de la propia dimensión virtual de las representaciones
turales y procesos de escenificación cultural, nos encontramos que ahora reconstruimos sobre el Otro cultural. Ya no es la
con la dificil, pero necesaria proposición, de la realidad de estas mirada que sospechosamente aparecía transparente y que sor-
interacciones, como complejo dispositivo de mecanismos de prendida ante la diferencia, miraba y proyectaba un haz de luz
simulación, desde los cuales se genera un efecto de visibilidad ante él cual se anunciaban intensidades y haceres sin más
y/o invisibilidad (ellos mismos son un efecto), como podríamos adjetivos posibles que los de ser diferentes.
señalar para el dispositivo representacional del teatro mismo en Pienso que, a pesar de la obviedad aparente, la mirada que se
su perspectiva clásica. Las representaciones que desde la antro- encontró frente a la pura extrañeza, ha transitado en ires y
pología se han derivado a partir del conocimiento de las dife- venires en la creencia de estar ''viendo" una realidad virginal.
rencias culturales se han transformado desde el momento en que Ha pasado por las intensidades de una escritura del estremeci-
ellas mismas se convierten en signos para el <consumo> del miento, -la de los viajeros-, hasta la de la plena indiferencia,
turismo y su expectativa. No sólo se han transformado en cuanto aún cuando su presupuesto sea la diferencia misma, -la escri-
a sus calidades etnográficas, ahora más escenográficas, sino que tura de la historia, la de la antropología-. Desde la sorpresa de
también se transforman en la forma como se representan ante la un otro, la escritura, como extensión de la mirada, ha devenido
mirada moderna. Es justo preguntarse si tales transformacio- en múltiples modos de proyectar lo que ve, -la diferencia, y ha
nes son efecto de la interacción y la expectativa propia del pasado del acto de ver, al de la descripción. Ya no como el

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Juan Carlos Segura DE LOS ESCENARIOS DE LA CULTIJRA A LA CULTIJRA ...

proceso que resulta del acto de ver, sino del acto de observar instrumental, la de lo espectacular, constituida en el fondo
para después pasar a la construcción de la escena de un continuo sobre los jirones o pretextos de un Otro que se desvanece en
despliegue cultural, ahora como la escena de una diferencia, que nuestras palabras.
en la mirada de los viajeros y los románticos fue la escena de lo "Los otrora viajeros que en los albores de la antropología
exótico, (valoración que Segalen trata como estética), y que hoy hicieron del 'Encuentro' una disciplina de la mirada, una torsión
en día, especialmente en la narrativa que atraviesa al turismo es permanente entre el espejo y la imagen difuminada de sí mismo;
una mirada que en aquello que ve encuentra una adherencia en que hicieron del encuentro una aventura de la escritura, y de la
la que se instala: es decir, una mirada que ya no se proyecta crónica de sus terrores nocturnos una epopeya, ¡ya no son más!.
como un haz de imágenes sobre una oscuridad aparente, y en la Más allá de sus miradas, por más moralizantes que ahora nos
cual el viajero descubre las diferencias de una realidad que lo parezcan, se instituyeron para las disciplinas antropológicas las
antecede, sino una mirada en la que las imágenes que ve han formas y gestos de un diálogo extraño: el de la escritura frente
sido previamente codificadas (la antropología misma es una al acontecimiento; un diálogo ahora maquillado que se renueva
herramienta de codificación), y que antes de verlas, ya están con otras dimensiones, otras presentaciones, en especial, la del
constituidas, no por un aparente devenir externo a Occidente, turismo frente a las minorías étnicas como espectáculo cultural"
sino por el devenir que ha resultado de las interacciones presen- (Segura J.C: 1992).
tes con el Otro cultural. Cabe preguntarse entonces, cómo se produce detrás de la
Si las figuras retóricas del viajero saltaban y estallaban frente mirada, la construcción de la expectativa hacia lo exótico. En
a la presencia de un Otro que lo evidenciaba en su etnocentrismo dónde reside la tensión que incita a ver como exótico y espec-
e impotencia, hoy tales figuras marcan la trayectoria de la tacular un hecho culturalt. Aunque ya no son las escenas que
mirada, le definen sus contornos, sus intensidades. El Otro, Gauguin "vio desde su paraíso", hay que verlas como tales. La
desde la retórica del turismo, es el resultado de una elaborada expectativa del viajero moderno, representada por la estrategia
institucionalización de la diferencia, una compleja proyección publicitaria, suele servir de marco a la empresa turística; en
de imágenes que <lo representan>, que le definen lo visible, efecto, "La publicidad orienta la sensibilidad y en parte orienta
como imágenes investidas y sobrevaloradas (sólo aquello que la experiencia turística" (Rossell, 1988). La reafirmación de las
es atractivo, exótico, y sorprendente se pone en juego). En la prácticas locales ya sea por parte de la empresa turística, o por
presente metáfora, el acto mismo de mirar mismo define los parte de los locales para atraer más turismo han ido intensifi-
contornos de lo visible: aquello que estremeció y exotizá a los cando eventos que originalmente tenían una dimensión ritual o
primeros viajeros ha sido desplazado por la escritura y cifra- festiva, más cohesiva; lo cual no significa necesariamente con-
miento de su diferencia. Las razones de tal desplazamiento no tribuir y mejorar las condiciones culturales de los grupos afee-
nos son del todo extrañas, la historia de Occidente frente al Otro
es la historia de esta mirada, de su devenir. El Otro, reside en
1 Sobre la constitución de la mirada en Occidente y el papel que han jugado los diferen-
las escenas de nuestra mirada. Ya no se trata de su <descubri- tes desarrollos de las nociones de exotismo y alteridad ver el sugerente trabajo de Francis
miento> sino de la superposición de una imaginaria claramente Affergan, Exotismo et Altérité: essai sur les fondementes d'une critique de l'Anthopo-
logie.

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Juan Carlos Segura DE LOS ESCENARIOS DE LA CULTURA A LA CULTURA...

tados. Buena parte del juego de la construcción de las expecta- permanencia del discurso de la identidad-diversidad cultural
tivas desde la publicidad ha radicado en la cuidadosa observa- presentados como sólidos y constantes. Lo que generarla la per-
ción de los gustos, o quizás sea mejor decir, de las tendencias cepción del Otro cultural como una suerte de universo en
del consumo; en la atenta observación de los mecanismos de convivencia estática e impermeable en la cual los sistemas de
producción, bajo la mirada comercializante de lo "exótico", valores y experiencias específicas de los grupos, son siempre y
como la cuidadosa preparación de los recorridos y de los esce- funcionalmente reiteraciones. Tal presentación nos remite có-
narios: "encontramos allí la idea de un paisaje ficticio, de un modamente a la comparación del texto teatral y su tendencia a
montaje... De una gran puesta en escena donde la presentación la reiteración como similar, sino igual, a la calidad que toma la
sería asegurada por la publicidad" (Ibid. 1988). Los turistas cultura de los grupos receptores del turismo cultural bajo esta
reproducen con gran efervescencia esta proyección de la mirada mecánica de la mirada.
que los antecede: una y otra vez se inscriben las mismas crónicas En la experiencia, las prácticas que reconocen a la cultura
de viaje en diarios, postales, fotos y videos. Nunca estuvo tan como escenario más o menos estático, resultan posibles no sólo
masificado el placer y la escritura sobre el Otro cultural. porque se fundan en el marco de las representaciones "ideales"
La propia autopercepción cultural y los marcos de repre- del grupo, es decir en el conjunto de autopercepciones y auto-
sentación de la identidad de los grupos receptores también se rrepresentaciones, sino que también en el marco de las narra-
transforman según los perfiles de las estrategias de desarrollo ciones sobre el pasado glorioso que proyectan los discursos
del turismo. El turismo no puede reconocer esta incidencia en generales del Estados. Por tal razón, la efectiva estabilidad de
las representaciones, esta es sin duda una de sus condiciones estas representaciones (Constituciones Nacionales; apelaciones
estratégicas políticamente, ya que en alianza con las políticas a la tradición a partir de representaciones rituales; regímenes de
económicas y de desarrollo pretende <alentar> el desarrollo de creencia en el plano religioso; textos de historia, entre otros),
las identidades, y por ende, de la diversidad cultural como nos obliga a pensar, desde otros lugares, cómo opera la estabi-
capital simbólico -léase exotismo. Tal desarrollo obedece, en lización de las representaciones que dan lugar no sólo al efecto
parte, a la legitimación de una noción de identidad "dura" con de identidad, tan próximo al turismo, sino también a la persis-
la cual reconocer y presentar el horizonte cultural como histó- tencia de representaciones que aparecen superpuestas a prácti-
ricamente y esencialmente original, y reconocer a su vez, los cas que han sido ya transformadas en el plano de sus acciones
elementos destacables que pueden entrar en la dinámica del
consumo. Esta percepción de la identidad como <estable>,
opera reconociendo como invariable una condición cultural 2 De la misma fonna, este permanente rediseño de las hístorías.nacíonales, suele partir
dada a partir de las representaciones que de ella se han extraído de la imaginaria siempre necesaria de una apología filtrada del pasado, investido para
la lectura superlativizante de los vestigios materiales o herencias simbólicas (en sus
a través de las ciencias humanas y de los parámetros de identi- fonnas de narraciones históricas o museográficas), estableciendo así una lectura que
dad que la cultura en cuestión defiende, ahora replanteados por desde la perspectiva del progreso realza al "otro", como expresión del pasado, en el
el discurso de la diversidad cultural y el desarrollo. Lo que tiene plano de los discursos de las identidades nacionales. Ya en referencia a los discursos y
representaciones sobre las interacciones sociales del otro cultural, en 61 presente, su
de estabilidad y continuidad la identidad en tal estrategia, es la condición social actual, el fenómeno es notoriamente contrastante al percibir la mesu-
rada presencia de las opciones críticas.

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Juan Carlos Segura DE LOS ESCENARIOS DE LA CULTURA A LA CULTURA...

productivas y políticas internas, tal como sucede en los fenóme- dinámica?; ¿qué motivaciones políticas y económicas se desa-
nos de reetnización y recuperación de las "tradiciones", ya no rrollan atrás de tales interacciones?; ¿es un fenómeno específico
como ejes de acción en un dominio de prácticas y negociacio- de los grupos receptores? ... 3.
nes, sino como reacomodos de los discursos de legitimidad del De tal grado, resulta conveniente, preguntarse además, acerca
mismo dominio de prácticas. Tal es el caso de la direccionalidad de cuál es la dinámica de transformación de las representaciones
del Estado hacia la recuperación de las tradiciones, más no de culturales en representaciones espectaculares, a partir del despla-
las prácticas mismas que éstas representan, en razón de que zamiento propio de una puesta en escena. Surge allf el problema
estas prácticas ya no obedecen a lógicas económicas y políticas de cómo abordar el problema de la definición de las transforma-
propias de la integración desarrollista del Estado. Para el caso, ciones entre ritual-fiesta y espectáculo, reconociendo el particu-
en México hay ejemplos de la persistencia de eventos rituales lar énfasis que tales fenómenos presentan para cada uno de los
propios del medio rural en contextos urbanos, en donde ya el casos, ya sea en el primer mundo o en los países portadores de
proceso ritual no pertenece a una red de prácticas específicas en cierto estigma de "exotismo". Sin duda, tal análisis debe atender
las que se legitimaban y a las cuales representaba en sentido a la relación de poder que deviene de la mirada que desde el
amplio (danzantes o voladores de Papantla en el Museo de turismo se proyecta hacia los grupos receptores; y reconocer qué
Antropología e Historia, por ejemplo, entre otras formas de diferencias presenta esta perspectiva de la mirada frente a sí
museificación y espectacularización de la cultura). misma, en el caso del turismo interno en el "primer mundo".
De forma similar, "Las ciencias humanas y las instituciones
de promoción turística, juegan un papel indirecto pero determi-
nante en la construcción de las identidades, tal como estas SOBRE MUSEOS, REPRESENTACIONES
aparecen a través del dispositivo con el que se representan como Y TURISMO
diferencia y riqueza cultural, como son los museos (Karp 1987).
La creación de los elementos para la definición de las identida- Dentro del conjunto de estrategias del turismo, uno de los aspec-
des, sin embargo, está cambiando rápidamente de acuerdo a las tos en los cuales se apoya, y que quizá presenta mayor relevan-
demandas sociales de los grupos en cuestión. Las identidades cia y a la vez mayor dificultad de análisis, es la constitución de
que en un momento se consideraron en crisis, se sostienen o
3 La estrategia de la mirada y la constitución de la cultura como escenario en el turismo,
pretenden hacerlo con una suerte de burlona capacidad de mi-
han transformado las relaciones internas de las producciones culturales mismas no sólo
metizarse. ¿a qué responde esta capacidad de orientarse en en los países usualmente reconocidos como "exóticos", sino también en los propios
diferentes vías sin perder una especie de cohesión impercepti- países del llamado "primer mundo". Las relaciones internas de los festivales europeos
en algunas regiones han adquirido más el estatuto de zonas de atracción turística de
ble?, ¿en qué lugares se refugia esta resistencia?" (Segura J: temporada, por la presencia de festivales o eventos colectivos anteriormente anclados
1994). En este orden, podría pensarse que la dinámica del en actividades religiosas o rituales (por ejemplo Pamplona, España). Las razones de la
turismo es la adecuada para el fomento y resistencia de las desconexión del ámbito cultural con estos eventos, sin duda requiere de parámetros de
análisis diferentes, no obstante la similitud con las tendencias turísticas en otras partes
identidades culturales que le sirven de contrapeso, sin embargo, del mundo. Esto no significa que el papel social específico de tales eventos haya
me pregunto: ¿a qué precio?; ¿quiénes son los actores de esta desaparecido, significa que éste ha cambiado su forma de insertarse en las relaciones
productivas y que obedece en la actualidad a otras lógicas de reproducción.

60 61
Juan Carlos Segura DE LOS ESCENARIOS DE LA CULTURA A LA CULTURA...

un espacio y procedimiento de proyección de la mirada sobre el dades religiosas, etc). Tal estimulación ha tomado la forma de
Otro cultural, como es el museo. Aún con las transformacio- inversión en la cultura, entendida esta más como folclore en las
nes que se están desarrollando en el mismo, éste presenta una dos estrategias de representación.
de las más acabadas formas de ••construcción" y representación En el caso del museo, la recuperación de las etnias se presen-
sobre el Otro cultural. Duncan Cameron (1972) señaló que una ta no sólo como recuperación del pasado, en alianza con la ge-
de las diferencias centrales entre los museos radicaba en el tipo neración de los discursos apologéticos desde la historia y la
de propuesta e interacción que éste presentaba al visitante. En antropología, sino como espacio de legitimación de las perspec-
la mayoría de los casos el museo tomaba el carácter de un tivas que desde el museo se proyecten, es decir como legitima-
templo; en otros casos, el de uuforum. Templo o Foro, la calidad ción de una forma de mirar. Karp y Levine (1991) dan énfasis,
de la interacción siempre tiene un carácter fuertemente espec- por ejemplo, a la construcción dirigida de las escenografías del
tacular, ya sea que esté tratando de ofrecer una mayor objetivi- museo, así como a los textos pedagógicos que introducen a la
dad, a la vez que una mayor atracción de los visitantes; o que historia de las piezas del museo. Allí, la relación del turismo y
esté presentando a partir de la exposición, una posición crítica los discursos de la identidad derivada de los mismos museos,
y política más cercana a las expectativas de los mismos repre- frente a la situación actual de las etnias, produce un efecto
sentados (ciclos de conferencias, tours culturales, curadores bastante inquietante, dos momentos se hacen visibles: el prime-
autóctonos, etc), que a las del espectáculo turístico. Se me ro, es la proyección de valoraciones especificas sobre lo que se
reprochará que tales estrategias museográficas son respuesta a llamaría "la riqueza cultural", ante la cual el discurso del museo
las demandas de los mismos grupos culturales representados, en y las guías de turismo sirven de argumento. Se trata, desde esta
el sentido que ellos han criticado ya la construcción de las perspectiva, de la presentación de un espectáculo inigualable,
muestras, porque éstas devienen de una parcialización y defor- en el cual lo pasado aparece en un esplendor hiperrealista, in-
mación de sus aspectos culturales, y que tal deformación es discutible, además cuidadosamente preparado para dirigir ''pe-
resultado de la propia forma de mirar de los museógrafos, casi dagógicamente" nuestras ya estereotipadas valoraciones: "La
siempre ajenos al horizonte cultural que representan, y frecuen- primera .., la más antigua .. la más valiosa .., la única .., etc ... !".
temente, aunque no del todo conscientes, prejuiciosos y segre- En segundo lugar, "el indígena vivo •.parece esperar los tributos
gacionistas. a las valoraciones que por su pasado merece. No es necesario
El turismo, en consonancia con el museo, aparece también destacar mucho el hecho que se presenta afuera de algunos
como una forma de inversión para la recuperación de las iden- museos, en donde a los mismos indígenas, que hoy represen-
tidades. Tal recuperación de las etnias se ha llevado a cabo tarían lo que al interior del museo se trata de actualizar, no se
mediante la introducción de las mismas a la estrategia de la pro- les permite el acceso por representar un margen de decadencia
ducción, ya sea bajo la estimulación productiva de su cultura que ofende nuestras comodidades. Lo que los transforma en
material, es decir la producción de objetos de consumo orna- sujetos, o mejor convenga decir, actores desplazados de su
mental, (tiendas de artesanías, ferias varias, etc}, o de sus propia historia. En este segundo momento, el contraste toma los
manifestaciones en el orden simbólico (danzas, juegos, festivi- rumbos de la segregación racial y económica. Es decir, nos

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Juan Carlos Segura DE LOS ESCENARIOS DE LA CULTURA A LA CULTURA...

lamentamos del espectáculo "vivo", exculpándonos a través de binado de esta modalidad, es el Museo Viviente, propuesto por
nuestras valoraciones apologéticas, desprendidas del propio el Smithsonian Institute en Washington en 1992.
interior del dispositivo turístico y museográfico. Conservamos
las bellas imágenes del museo y nos retiramos indiferentes a
relatar un hermoso viaje al país de los "otros", manteniendo vir- SOBRE PROCESOS DE RECEPCION
ginal nuestra moderna capacidad de sorpresa virginal. Y SIMULACRO
En tal distorsión, las etnias en un gesto mimético, han res-
pondido al llamado de la crítica de algunos antropólogos. Sin Sin embargo, en la misma crítica podemos reconocer que la
embargo, han entrado al juego de la mirada que los construye: tensión por representar "lo más objetivamente posible", parte
ahora, las etnias mismas hacen sus propias investigaciones de una dificultad por llevar al extremo la misma noción de
antropológicas con modernos métodos (antropología visual, representación, entendida como continuidad entre realidad y
cine, pintura, teatro, etc), y se preparan como informantes ex- signo, en su forma más superficial. De tal grado, cabe pregun-
presos de su universo, asistiendo así a la representación de su tarse si, dada la imposibilidad de representar "objetivamente",
cultura, como sí en ello residiera volver a ser indígena, volver lo que el proceso museográfico lleva a cabo no es un proceso
al mito ... 4. Incluso bajo la mirada, entre atónita e impotente de de simulación, es decir: en el esfuerzo por superar la dificultad
la antropología. de actualizar el signo en toda su extensión, el proceso toma la
En este sentido, se puede considerar que las mecánicas mis- forma de presentación de una realidad aparente a través de
mas que constituyen cualquier "muestra" o dispositivo del tu- recursos y lenguajes propios de la mirada del museógrafo y el
rismo cultural, siempre que tengan como propósito buscar las antropólogo y, por ende, del universo de expectativas que dan
opciones de representación cultural (sea a través de los museos lugar a la condición representacional del museo. El resultado en
y sus estrategias museográficas; o de guías de aproximación tal proceso, es la actualización de la realidad como simulacro
cultural, en el turismo), tratando de superar las críticas, no de representación. Esto en razón de que la representación se
pueden escapar a la proyección de la cultura como una modali- desplaza para "actuar como", en consonancia con su contrapar-
dad peculiar de representación próxima a la teatralidad y en te, el espectador, para quien la equivalencia entre realidad y
definitiva al espectáculo; más, cuando depende de la expectati- representación es incuestionada -dada la condición de legiti-
va de los espectadores del museo y del turismo para completar midad de la institución museográfica. El museo estructura el
la trayectoria que legitimaría todo el proceso. Un ejemplo com- conjunto de procesos de recepción del visitante: él interactúa
con la puesta y "hace como sí lo que ve fuera real", y aunque
sabe que la intencionalidad de la muestra es la de "ser lo más
objetiva posible", se sabe consciente de una representación. En
4 Es claro que un proceso de sustitución del discurso se desarrolla continuamente entre esto se acerca al espectador teatral, del que se diferenciaría por
lo que promete el turismo y lo que genera la antropología, en su forma de museología;
el tipo de legitimidad y verosimilitud que establece con la
especialmente en la preparación oficial de guías de turismo especializadas sobre las
características culturales de cada país, así como la presentación de vestigios materiales actualización aparente de una realidad cultural, en la cual puede
como monumentos. fincar sus juicios de valor, sin tener que advertir necesariamente

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Juan Carlos Segura DELOS ESCENARIOS DE LA CULTIJRA A LA CULTURA ..

una dimensión teatral y/o de simulacro, o cuando menos, una trales y espectáculos en sus países de origen. La "presencia" del
dimensión interpretativa de la realidad.t espectador en el teatro puede ser desplazada de la escena me-
Como anota Baudrillard, "La representación está basada en diante su conversión en agente pasivo, siendo excluido en
la equivalencia entre signo y realidad (aún cuando esa equi- principio del entorno escénico, más no así de la estructura teatral
valencia sea una mera ilusión, sigue siendo un axioma funda- misma. El espectador sabe que la garantía de verdad ha sido
mental). La simulación, comparada con el quimérico principio suspendida pero la toma como tal, incluso su papel como obser-
de equivalencia, toma la perspectiva opuesta: parte de la nega- vador pasivo no deja de ser comunicacional y interactivo: de su
ción radical del valor de los signos; los ve como la reversión, la presencia depende la verosimilitud del evento.
muerte de toda referencia. Mientras que la representación trata En los espectáculos culturales, los actores, en razón de la
de recuperar la simulación interpretándola como una represen- comercialización de sus particularidades sociales -lo exótico,
tación falsa, la simulación socava todo el proceso repre- despliegan, sin más dirección que su reproducción social, los
sentacional exponiéndolo como simulación" (1981). elementos que han sido destacados previamente por la experien-
Debe resaltarse que el operador o mecanismo de la creencia cia productiva, es decir, lo que ha sido mejor fomentado por la
en el teatro pasa por el supuesto de que en la recepción, como empresa turística: se impulsa más lo que se vende, lo que atrae.
ya lo mencioné, el espectador "hace como sí lo que está suce- Los Lacandones en México saben bien esto cuando van a Palen-
diendo fuera real". Sin duda, las dimensiones de lo real para la que a trabajar como guías y/o vender artesanías, ahora decora-
construcción de la interpretación y la recepción son más com- tivas, incluso para ellos, como flechas, tambores rituales, etc.
plejas. Para el caso del museo y el turismo como espectáculos No venderían si no asumieran el rol de Lacandones, vistiéndose
culturales, la naturaleza de la recepción debe ser diferente, como tales, (aunque en sus propias comunidades lo hagan con
aunque también responde, y creo que de manera más burda, a muy poca frecuencia), y hablando en Maya. Sin duda, circuns-
patrones socio-históricos de naturaleza colectiva. Digo de ma- tancias de orden económico y político, constituyen el substrato
nera más burda, porque el discurso que predeterminaría la fuerte de tal fenómeno.
imaginaria del turista sobre el espectáculo cultural viene dado En este sentido, el turista es un espectador inusual, no porque
de manera explicita en los catálogos turísticos, en la publicidad, actue o participe en el espectáculo de forma nueva, sino porque
en los museos, y en los relatos, sean estos orales, textuales o <cree> que está frente a un acontecimiento espectacular que no
figurativos. Además, la participación del turista como "público" se define como ficción: se define como verdadero. Allí, el turista
no le es extraña al mismo turista, justamente por su experiencia no necesita suspender sus garantías de verdad, pues no está, en
en la dimensión actancial como espectador en los eventos tea- primera instancia, frente a una representación teatral, que una
vez terminada desneutraliza todos sus parámetros de verdad,
s Para una distinción de las dimensiones culturales que se desarrollan en la recepción para desplazarse a los parametros de la vida cotidiana de los
museográfica, Zavala (en prensa), sostiene que en el proceso de recepción, el espectador actores y los espectadores. El turista supone que lo que ve es
juega un papel determinante en la transformación de las políticas culturales. Los autores
proponen un modelo analítico que parte de una aproximación al fenómeno comunicativo real, y que, aún cuando se trate de una representación de danza
del museo desde las estrategias desarrolladas en las dimensiones ritual, educativa y o un rituales colectivo, éstos son parte integral de la vida
lúdica.

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Juan Carlos Segura DE LOS ESCENARIOS DE LA CULTURA A LA CULTURA ...

simbólica de la colectividad. Se trata de una suerte de realidad rista, quiero tratar de enfocar los planteamientos que subyacen
fuerte y no imaginaria o simulada, como puede esperarse del a la construcción del texto teatral, y a su percepción y actuali-
teatro en su forma más superficial. Convendría cuestionar la zación --puesta en escena-, con el objeto de presentar algunos
dimensión de realidad en la que se finca esta escena con más de los parámetros que nos permiten asimilar en un cierto nivel,
cuidado; creo que es aquí donde se encuentra una de las claves el evento teatral como tal, con la realidad y calidad del encuen-
para pensar la constitución de la ficción y realidad de la mirada tro entre el turista y el espacio cultural que ha sido previamente
antropológica sobre el Otro cultural. definido por los operadores y especialistas del turismo.
A su vez, el proceso del montaje y recepción que el especta- Naturalmente, la dimensión de la realidad cultural a la que el
dor legitima con el continuo teatral, en el caso del turismo es turista se aproxima, ofrece, a diferencia del texto teatral, una
más rápido y cómodo pues el paso de la evidencia fenomenoló- dimensión que se desarrolla más en el orden del discurso que en
gica (percepción de los objetos) a la escenografía ya cargada de el orden de lo textual, (siguiendo las distinciones señaladas por
sentido y significación, en el espectáculo cultural es, por decirlo Ricoeur: 1970). No obstante, las características del texto teatral,
de alguna manera, inmediato. La atención del espectador-turista del texto cultural, y del texto espectacular, (De Toro:1987; y
se orienta casi naturalmente, dadas las características en apa- Marinis: 1982), fundadas en las distinciones entre discurso y texto,
riencia espontáneas del espacio escenográfico cultural. debemos reconocer que, para el caso, la realidad de la escena
En el evento ritual, el proceso teatral es más o menos transpa- turística frente al Otro cultural como espectáculo, nos coloca de
rente, sin embargo, el turista participa de otros momentos de la lleno ante el problema de la concepción de la realidad como texto,
vida cotidiana del lugar visitado, como la comida "típica", salir a o no al texto como representación instrumental de la realidad. La
comprar artesanías, caminar por sitios de interés como museos, perspectiva del turismo está preconstituida por diversos regímenes
monumentos, "ruinas" y, especialmente, salir en búsqueda de lo textuales: es en sí misma el resultado de un entrecruzamiento de
folklórico y pintoresco para tener registros fotográficos o de video. lecturas y escrituras. Como tal, el fenómeno del turismo, cabe en
Su presencia dentro de la escena, antes que desarticularla la la noción de productividad, que deviene de la realidad como
cohesiona y le da un sentido, el de el encuentro cultural. El turista intertexto, (Barthes:1968; y Kristeva:1969J.6
parece introducirse en ella, no tanto para participar activamente de
ella, sino para verla y convivir en ella en una interacción ascéptica,
6 Desde esta órbita, es pertinente, corno lo señalé antes, un análisis detallado de las
sin compromisos, es decir, puramente transitoria: es un comprador características de la escenificación cultural, especialmente en lo que se refiere a la
entusiasta en una tienda de intangibles. Su mirada, su cultura de construcción de la escena, los procesos de recepción y la dimensión de ficción y realidad
viajero, es la de los escenarios. que en ella se conjugan, alternándolos con un análisis de la construcción de los
escenarios culturales que devienen del dispositivo turístico y rnuseográfico. Tal apro-
ximación nos aportará elementos para identificar y fundar una crítica en la íntencíona-
lidad del turismo frente a sus <objetos de consumo>. Otra de las variables necesarias,
SOBRE ESCENIFICACION para tal análisis, corno se habrá podido advertir, es la misma noción de <riqueza
cultural> o, quizá convenga decir, de <grado de exotismo> que un grupo presente a la
mirada del turismo cultural. Aquí sólo he querido anunciar corno inquietudes y propues-
Para apoyar la reflexión sobre la calidad espectacular de las tas estas temáticas; los estudios de caso podrán mostrar sus limitaciones y potenciali-
escenas culturales que percibe como realidad el espectador tu- dades.

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Juan Carlos Segura DE LOS ESCENARIOS DE LA CULTURA A LA CULTURA...

Tanto para la escenificación teatral, como actualización de Por un lado, la producción cultural se ha transformado en
un texto, y la escenificación cultural ---actualización de un texto <objeto de consumo> en una sociedad que se caracteriza por el
cultural general, operan matrices de teatralidad y representación consumo los signos, como advirtió Ventós (1985). El turismo,
que hacen posible la escenificación. Para el caso de los grupos su desarrollo desde los primeros viajeros (Leed: 1991), es un
receptores del turismo cultural, estos independientemente de la buen ejemplo de la expectativa social hacia la diferencia, hacia
incidencia del turismo ponen en juego diversos procesos de lo ••nuevo", lo extraño, lo diferente, en tanto signo. Por otro lado
escenificación y de presentación de sus representaciones gene- la incidencia del turismo lleva a que los eventos culturales, que
rales a través de procesos como el ritual, la fiesta, el carnaval, usualmente pertenecían a un tejido social", se desborden e
la peregrinación, o incluso, la actualización de narraciones introduzcan en una modalidad económica nueva, es decir: el
autorreferenciales, como el mito. En este nivel, la escenifica- tránsito y operatividad de las representaciones que atravesaba y
ción cultural no es resultado de un proceso de interpretación y estimulaba la reproducción y producción social ha sido recorta-
actualización de la realidad, como sucede en la actualización o do, muchas comunidades no dependen más de la relación entre
puesta en escena del texto teatral, sino que, como escenificación las estrategias simbólicas, y sus formas de representación; ahora
cultural, ella misma es la presentación de una modalidad de dependen de una suerte de flotación de sus propios signos, como
autorrepresentación, es decir: es proceso y resultado a la vez, Baudrillard señaló para la moda; sus representaciones se han
de un juego de percepciones y prácticas colectivas que se desconectado del hacer social, y han adquirido la dimensión de
pueden actualizar a través de eventos específicos como el ritual guiones culturales para ser representados ante un público expec-
o la danza, que en un nivel de análisis puramente descriptivo y tante: el turista. El efecto, desde una perspectiva de la reproduc-
funcional, pueden ser pensados como estrategias de represen- ción es el mismo, sólo que los signos que antes dimensionaban
tación, pero que en términos de la propuesta turística son estra- el universo de las prácticas sociales, ahora son ellos mismos la
tegias de simulación. No obstante que ellos mismos, en su materia prima y el objeto final de un mecanismo de producción
dimensión ritual, en la cual son estructuralmente similares al y consumo: el de la diferencia.
teatro y la escenificación, tal como se desarrolla en "Occiden- Los efectos de esta intencionalidad, no siempre percibida por
te", son fenómenos sociales no desvinculados. el mismo turismo, sin duda requieren de investigaciones espe-
En este sentido, producto de una interacción por investigarse cificas, que ya tienen desarrollos importantes, especialmente en
{la de los operadores del turismo, las proyecciones de las com- Asia y Africa (Boutillier:1978; Rossell:1988), pero que para el
pañías hoteleras, los diseñadores de guías de turismo, los planes caso de América Latina, aún son partes poco relevantes de
de desarrollo del Estado, y las mismas comunidades receptoras, estudios políticos, macroeconómicos o de mercado. En los
que toman prestado el mismo discurso que las subordina, para
expresar demandas de identidad y desarrollo como propias), el 7 Me refiero al hecho de fundar las estabilidades sociales en los reconocimientos
simbólicos y en la reproducción de los parámetros de reconocimiento y producción de
proceso de escenificación, en tanto puro acontecer y actualiza-
la comunidad. Es decir, así como las representaciones podían y pueden, efectivamente,
ción de las representaciones de un grupo, adquiere una dimen- incidir en la cohesión social y por ende, en el aseguramiento de la estabilidad del grupo,
sión doble. pueden también incidir en la fragmentación del mismo, si tales representaciones ya no
responden a la dinámica social, y más si éstas son de origen exógeno, (Jaulin:1973).

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Juan Carlos Segura DE LOS ESCENARIOS DE LA CULTURA A LA CULTURA...

últimos estudios, las comunidades receptoras del turismo, son diseñadas y/o preparadas para dar la apariencia de lugares
analizadas en tanto variables económicas o demográficas de las selváticos. Los restaurantes están decorados con las <iniguala-
perpectivas del mercado, o como parte de las proyecciones del bles> esculturas de Costa de Marfil, mientras que son atendidos
sector de servicios para el turismo, --capital humano; y final- por un gentil y voluptuoso nativo: "very friendly people ", pare-
mente, como variables para las perspectivas de desarrollo eco- ce escucharse en la escena.s
nómico, las más de las veces apoyando a los propios promotores El turismo ecológico y el de aventura especulan con la misma
del turismo, como sucede con los grandes emporios hoteleros y fórmula, e incluyen la posibilidad de participar de "lo original,
de servicios turísticos. El turismo suele venir acompañado de lo primitivo, lo verdadero". Como dice Bachmann, "El turista
grandes inversiones, y no lo contrario. Incluso, tales inversio- común de Europa desea, además de las dramáticas fotos con
nes, fomentan al turismo mismo por encima del medio en el que animales salvajes, llevar a su casa las originales fotos con los
se inserta. La extensión de servicios básicos a las comunidades primitivos guerreros Masai ".(Rossell: 1988). El <consumo> del
en muchas ocasiones se da sólo dependiendo del programa de Otro cultural se convierte en la forma más compleja de esta
expansión del turismo. Mientras el grupo en cuestión no tenga relación; en ella el clima de misterio y la exacerbación de la
una oferta cultural o geográfica atractiva, es muy poco probable diferencia desencadenan una aventura de significados y ficcio-
que se constituya en polo de atracción del <desarrollo>. Las nes tan intenso que no podemos más que sospechar hasta de
políticas de desarrollo integral saben que el turismo es uno de nuestra propia escritura9(Affergan:1987).
los mejores mecanismos para impulsar el progreso en el Tercer En otras palabras, el ocio moderno en su forma empresarial,
Mundo. En esta relación, el turismo cultural adquiere relevan- es decir el turismo, nos remite al otro lado del escenario, a través
cia en tanto que aparece como mediador entre desarrollo y de una dinámica espectacular: la de llevamos a la aventura bien
protección de las etnias. Los grupos parecen estar atrapados en estructurada del "descubrimiento", del "esparcimiento", y como
la única alternativa posible: vender su cultura en forma de si fuera poco, a la promesa del "conocimiento de los otros".
representaciones superficiales, aunque en el fondo tales repre- Naturalmente, se trata de un largo ejercicio de la ficción, de los
sentaciones no representen más que su ausencia. superlativos, del engrandecimiento del Otro cultural, para así
Desde la perspectiva de la "cultura al alcance de todos", los irrumpir con más fuerza en las dormidas historias de lo exótico.
desplazamientos turísticos adquieren la forma de corroboración
de las historias nacionales en una dimensión escenográfica
(antes etnográfica). Se trata de una forma de disfrute que a la 8
Sobre estas escenografías ver Suzanne, Lallemand. "L'Image De J'Afríque a Travcrs
vez es pedagógico. Basta sólo pensar superficialmente en Afri- de la Publicité Touristique" en Boutillier: 1987, pp. 84 y ss.
9 Cabe anotar que Ja dimensión de Ja escritura en las narraciones de identidad, como el
ca: las arquitecturas hoteleras en Senegal reproducen a la escala turismo, tiende a equipararse a la dimensión de las escrituras antropológicas. Sin
de las necesidades del turismo las aldeas africanas. En Kenya, embargo, el margen de acción del acto de escritura antropológica puede apelar, en medio
los hoteles ofrecen diversas posibilidades, residencias turísticas de su propio encierro retórico, a una suerte de implosión en la mirada, en la cual sea
desplazado el silencio de la marginación (por exceso de mido), resultante de la apología
estilo africano, estilo swahili, estilo neoárabe. Incluso, ante la de Ja identidad y la diferencia, hacia una escritura no centralizadora de estas, con la cual
desaparición de las selvas, las zonas de recreación colectiva son podamos advertir su poder, su accionar; no en sus perfiles difusos, las 1111ís de las veces
inaccesibles, sino en su alternativa dialógica.

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Juan Carlos Segura DE LOS ESCENARIOS DE LA CULTURA A LA CULTURA...

La población local sólo es tomada en cuenta en tanto sujeto Estos "tour operators", como directores de escena trabajan
típico y exótico.w con escenarios ya montados, con actores que sólo tienen que ser
Así como la mirada exotizada del viajero nos legó sus sor- ellos mismos, es decir "otros". De allí el peligro mencionado
presas, nuestras guías de turismo, edecanes bien embellecidos inicialmente, sobre ese "Otro cultural" que cada vez tiende a
de nuestras identidades nacionales, nos auguran mundos "Exci- diferenciársenos menos. No en vano, las promesas de los pro-
tantes, exóticos, sensuales". Las "4S" de las que habla irónico gramas de desarrollo insisten en ser las adecuadas para defender
Boutillier, "Sun, Sand, Sea, and Sex ", o las "3F", "fauna, flora la identidad de los grupos culturales receptores. Varios trabajos
y sobre todo folclore", jamás estuvieron tan cerca nuestro y tan han demostrado la falsedad de tales asertos, (Boutillier, 1978;
fácilmente accesibles como ahora. Los relatos de viajeros pasa- Braislowski, 1983; Jaulin, 1976; Rossel, 1988). Sin embargo,
ron de ser extraordinarios, a ser comunes pero necesarios para no deja de ser sintomático que se acentúe más el problema
cualquier explorador del descanso pedagógico. Esto lo sabe ecológico, desvinculándolo del marcado etnocidio que lo acom-
bien la industria del turismo y sus discursos publicitarios. Los paña (Braislowski, 1983). Podemos aventurar que es posible
relatos de viajeros ahora toman la forma de breves mensajes pensar el problema del turismo, como una forma de neocolonia-
publicitarios; la similitud en la forma de mirar y anunciar el lismo y de etnocidio de baja intensidad. Sin duda, la llamada
reducto de un diálogo contrastante hacen de lo "exótico" el lugar aculturación o deculturación, y desestructuración de las etnias
común de lo extraordinario. Pero lo "exótico" ya no sorprende supera con mucho al turismo como fenómeno actual.
igual, ahora es sujeto de una tensión en el orden del consumo:
es el objeto inasible de una <fábrica de Paraísos>.
Si para el viajero las duras jornadas se premiaban con el SOBRE TURISMO Y ESPECTACULO
descubrimiento de un horizonte, para el turista las jornadas son
sólo el tránsito hacia largas sesiones de ocio y placer, o hacia Ahora bien, la promoción del turismo enfocada hacia el cono-
ilustrativas sesiones de cultura local bien planeadas por los cimiento de otras culturas ofrece simultáneamente placer y
"tour operators" en las cuales se viene a "descubrir a un salvaje" conocimiento. Ofrece un encuentro cultural, en donde uno de
que sorprendido, posa para una de las cientos de fotografías que los actores va a conocer y el otro a ser conocido. Encontramos
ya le han tomado otros cientos de perplejos turistas que jurarán allí, una estructura similar a la del encuentro teatral entre acto-
haber visto por vez primera a un guerrero Masai blandiendo res-personajes y espectadores. En el fondo se promueve un
amenazante sus lanzas, prestos a luchar. evento cultural, aunque sólo sea fragmentos.
Ciertamente Jean Duvignaud al rastrear el lugar del teatro
reconoció que "la sociedad es una escena a la que llega el
10
"Le Tourisme soit de type cynégétíque soit de type safarí-photo rapellc un scénario hombre a revelar su ser a través de una máscara" (Duvignaud:
'a la Hemingway. Cette vision assez shizoide ignore les populations et leur culture, 1973). Pero en el espacio de las relaciones sociales ésta esceni-
excepté dans la mesure ou elles considérées comme pictoresques, comme les Masai ou
les Lobi; de plus, elle se présente conune étant essentiellemenr élitiste et machiste: son ficación se encuentra fusionada de otra forma con los especta-
héros, incamé par un chasseur sportif et intrépide, n •est pas n 'importe qui." Boutillier, dores, quienes participan del evento, ya no en la pasividad
J.L et al: Le Tourisme en Afrique de L 'Ouest pg 11. 1978. aparente del espectador usual, sino en una interacción, en prin-

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Juan Carlos Segura
DE LOS ESCENARIOS DE LA CULTIJRA A LA CULTIJRA ...

cipio más activa. Hacia este "teatro espontáneo'', se dirige el verbal y visual".» En efecto, si tomamos esta afirmación, po-
turismo, con un desplazamiento nuevo, un nuevo observador, demos considerar que los eventos rituales en toda su extensión
una especie de etnólogo de vacaciones, que a diferencia del son teatrales. Por lo tanto, admiten en principio ser integrados
profesional de la antropología ne le han pagado viáticos, ni debe a la lógica del espectáculo. La particularidad de la mirada del
tener registros detallados y teorizantes de la cultura. El turista turismo hacia el Otro cultural como espectáculo cultural reside
sólo debe anecdotizar y heroizar su aventura; sus registros en la <novedad>, es decir, en la potencialidad que tiene de ser
fotográficos, y audiovisuales comprobarán su capacidad de <exótico> y extraño.
riesgo, su sabiduría y fomentarán su status. Este nuevo espec- Tal sensación de extrañeza como objeto de consumo, parece
tador opera de singular forma en la disposición de la escena. invocar narraciones no expresas, derivadas no del contraste
Incide en ella en la medida que sólo se siente más satisfecho cultural, sino del propio universo cultural del turista caracteri-
cuanto más extraña y "exótica" es la experiencia.u
zado por su fuerte tendencia al consumo de la diferencia, de la
La cultura frente al espectador toma la forma, ya no de novedad. Los ''tours operators" dirigen sus ofertas hacia los
representación ritual, sino de representación espectacular. Di- eventos sociales que más cargados estén de ésta dimensión
versos eventos rituales deben ser desarticulados para poder <exótica y original>. Naturalmente, como en la preconstrucción
representarlos al turismo, o a los antropólogos que <pagan por escénica, "La producción ofrece sugerencias dirigidas al deseo
ver> ya sea porque su duración original es demasiada para servir o la razón del espectador. El profesional pone en escena un
de espectáculo, o porque están espacialmente tan alejados del proyecto visual y auditivo cuya aprehensión es orientada provi-
centro turístico, que es necesario traer a parte del grupo, por sionalmente" (Helbo:1987), con la ventaja de que el espacio
ejemplo, los danzantes, para sólo representar la parte más atrac- receptor del turismo ofrece un escenario ya listo, en el cual los
tiva del evento. Tales intervenciones no han sido suficientemen- actores simplemente deben hacer lo que se supone es propio de
te aclaradas en relación a turismo y a cierta antropología, más su cultura. Allí, la antropología contribuye directa o indirecta-
o menos espontánea que se desarrolla bajo la tutela de los mente, ya que los resultados de sus trabajos sirven como temas
desarrollistas culturales.
para el guión turístico, haciendo eco y homenaje moderno a su
La cercanía del ritual y el teatro se puede establecer en la vínculo intelectual con el pasado colonial.
calidad de sus combinaciones discursivas y figurativas en los
La misma cultura, como representación y actualización, pa-
planos visuales y auditivos. Podríamos extrapolar la definición
rece separarse y desintegrarse, para dar lugar a la representación
de Helbo sobre el teatro y decir que "la especificidad del teatro
de sus propias representaciones, de sus formas de representar
[y del ritual] consiste en ofrecer siempre una estructura narrati- (por ejemplo los rituales que son escenificados fuera de tiempo
va, que reduce la coexistencia de lo legible y lo visible a lo

12
"La producción [teatral] pone en juego un mundo nombrado/desplegado mediante
vehtculos de manifestación más numerosos que los de la imagen bidimensional (esce-
11 Sabemos que en tomo al dispositivo del turismo, más allá de sus superficies, existen
nografía, iluminación, elementos audibles [música], la voz y el cuerpo del actor}, en un
prácticas "exóticas" que no son promovidas oficialmente por las guías de turismo, como
espacio físico tridimensional y en un espacio cognoscitivo que es al mismo tiempo
la prostitución en Asia, pero que son bien conocidas de los operadores.
aleatorio y experimentado colectivamente •.(Helbo: 1989).

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Juan Carlos Segura DE LOS ESCENARIOS DE LA CULTURA A LA CULTURA...

y contexto para muestras museográficas, festivales culturales, Sin embargo, dejando la ironía, esta teatralización del acon-
etc.). Como en un juego de espejos donde presenciamos "el tecimiento no parece cobrar realidad del proceso mimetizante
hundimiento de Ja realidad en Ja hiperrealidad, en la duplicación de las sociedades afectadas. Estas son convertidas en actoras de
minuciosa de lo real, preferentemente a través de otro medio su propia realidad; pero no la realidad de sus desestructuradas
reproductivo -publicidad, foto, etc.- de médium en médium condiciones sociales, sino la de sus ensoñaciones como grupo,
lo real se volatiliza, se vuelve alegoría de la muerte, pero la de su identidad disgregada. Para Boorstin (1988), la cultura
también se refuerza mediante su destrucción misma, se convier- americana, paradigma del turista, tiende a configurarse sobre
te en lo real por lo real, fetichismo del objeto perdido; ya no "pseudoacontecimientos ". Similar situación se perfila continua-
objeto de representación, sino éxtasis de denegación y de su mente detrás del turismo. Lo "exótico" ha pasado de ser el efecto
propia exterminación ritual: hiperreal" (BaudrilJard: 1993). extraño de la diferencia cultural a ser un objeto de consumo
En la actualidad podría pensarse que, gracias al turismo y su colectivo ante el cual una y otra vez debemos maravillamos.
fomento de las culturas locales, ya sea como espectáculo para La puesta en escena de las culturas, por parte de las estrate-
el turismo o como fuentes de divisas para el país receptor, han gias publicitarias del turismo, hace que éstas transiten de su
sido apoyadas las "3F" flora, fauna y folklore. En efecto, la propia realidad a la imaginaria de lo que los demás quisiéramos
identidad étnica parece reforzarse, pero de manera fragmentada que siguieran siendo, un "otro exótico'', que nos perfile con sus
y superficial; sólo jirones de Ja misma subsisten. Es difícil bordes ante la imposibilidad de definimos desde adentro de esa
afirmar que en las actuales condiciones de subdesarrollo, la otra representación teatral que es nuestro malestar y olvido.
frágil identidad de un grupo se vea fortalecida por ser actores Ahora, en respuesta al tiempo se tratan de reconstruir los
de sí mismos como guías culturales. <paraísos perdidos> gracias a una historia que se predica ino-
No obstante que "en 1980 en La Declaración de Manila sobre cente y culpable a la vez, en una esquizofrénica carrera por
el Turismo Mundial, la OMT, proclamaba el derecho de las per- destejer y tejer un daño que no se atina en denominar si desa-
sonas a descubrir el mundo que las rodea" (OMT: 1992), tal decla- rrollo o etnocidio. El turismo soporta orgullosamente parte de
ración no podía prever los efectos de esa <libertad para descubrir>; esta dimensión. Parece susurramos que ahora no nos es posible
no podía prever que ante el peligro de desaparición de esas permitir la desaparición del Otro cultural, aunque sea a fuerza
<realidades por descubrir> llegara a ser necesaria su construcción. de desplazarlo de lo que sospechamos que es, hacia lo que
Los cuerpos <bellos pero inocentes> que velaron los sueños deseamos que sea en el fondo: un espectáculo.
de Malinowski; los olores a los que Segalen maravillado, dedicó
uno de los más originales escritos sobre el exotismo; o los
colores que sedujeron a Gauguin, parecen haber renacido. Ac- Bibliografía
ceder a ellos, sin enfermedades ni peligros, es posible hoy, gra-
cias al turismo, gracias a su capacidad de proyectamos la cultura
como un escenario incontaminado, destilado, y <puro>; una Affergan, Francis. 1987: Exotisme et altérité; essai sur les
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Lévi-Strauss ha señalado ya una serie de tensiones que con-


vergen en el vinculo a veces irreconocible del mito y el ritual.
Por una parte en el mito, la tensión que surge entre los universos
de categorías y de conceptos, las esferas de taxonomías que
conforman y el régimen de articulación de los trayectos narra-
tivos del mito. Por la otra, el que se instaura entre su materia
expresiva y sus exégesis, sus interpretaciones. El ritual se ins-
cribe como un gesto transversal a ambas tensiones: comparte
esos universos y los despliega en una forma narrativa particular,
pero también exhibe y profundiza esa tensión entre la materia
del mito y la exégesis de la que el ritual es, en si mismo, una
modalidad exorbitante. El ritual crea una interpretación mítica
pero se desprende de sus esquemas, reclama cierta autonomía,
funde en sí mismo una particular resonancia y forma de exis-
tencia de los mitos, para después desbordarlos mediante las
acciones corporales, las efusiones, las escenificaciones atrave-
sadas por los conflictos del aquí y ahora, Esta conjugación
de tensiones revela una noción apenas esbozada, implicita,
82 83
Raymundo Mier TIEMPOS RITUALES Y EXPERIENCIA ESTETICA

de experiencia, configurada según este juego de tensiones de- en esta experiencia mítica: la experiencia que se abisma en el
terminaciones. ámbito de lo continuo, en el que se funden las percepciones
Dos son las determinaciones fundamentales del pensamien- --del mundo y de sí mismo-, las emociones, los afectos; y la
to mítico, según Lévi-Strauss, Una que surge de la esfera propia experiencia que emerge del orden discontinuo, introducido por
del campo mítico, que se modela con la incidencia. de otros la instauración del régimen simbólico. Merleau-Ponty dio de esa
mitos, una reflexividad difusa del mito sobre sí mismo, un juego esfera de la continuidad vivida una descripción extraordinaria-
de resonancias interno en el orden de la esfera autónoma, de la mente vívida:
soberanía del pensamiento mítico; esta reflexividad autónoma
de mito consiste en un juego en el que un mito restaura imá- Hemos creído encontrar en la experiencia del mundo perci-
genes, reminiscencias, representaciones de otros mitos en un bido una relación de nuevo tipo entre el espíritu y la verdad.
La evidencia de la cosa percibida se refiere a su aspecto
dispersa y equívoca fulguración de ecos. No se trata de un
concreto, a la textura misma de sus cualidades, a esta equi-
<diálogo> entre mitos, tampoco la exploración y explicitación
valencia entre todas sus propiedades sensibles que hacía
metódica de un mito por otro. Un mito no imita al otro, no es
decir a Cézanne que debería ser posible pintar hasta los
una pura resonancia mimética; más bien ocurre una intrusión, olores. Es frente nuestra experiencia indivisa que el mundo
una irrupción de un mito o un girón de mito en otro, una mo- es real o existe; su unidad, sus articulaciones se confunden y
mentánea perturbación, una postergación de la consistencia es decir que tenemos del mundo una noción global cuyo
propia de un mito, una derivación transitoria de un universo inventario para siempre inconcluso, y en el cual tenemos la
mítico hacia otro, un momentáneo extravío de las evocaciones experiencia de una verdad que más que poseída o circunscrita
;;' míticas que sin embargo deja ver los enlaces íntimos entre un por nuestro espíritu, se transparenta o nos engloba.'
mito y otro.
Lo vivido se desdobla implícitamente con este encuentro con
Pero hay otro ámbito de determinación: la <infra-estructura>
la continuidad que se separa del régimen de lo discontinuo, en
(Lévi-Strauss), ese ámbito exterior al mito, esa basta y hetero-
un orden de determinación cualitativamente distinto al que pro-
génea trama de condiciones materiales que se integra y quizá se
viene del vuelco reflexivo del mito sobre sí.
confunde con los modos de respuesta de los hombres a esa
La experiencia exhibe este dualismo: experiencia de la con-
urgencia, a esa exigencia implacable de la vida, a ese reclamo
tinuidad y de la discontinuidad. Pero este dualismo, como señala
continuo de las restricciones impuestas al sujeto por las cam-
Merleau-Ponty apunta a una fractura de la noción de verdad y,
biantes e impacientes circunstancias que lo rodean. Esa inciden-
con ella, de la noción misma de sentido. La significación de los
cia de la infraestructura sobre el orden mítico no trastoca tanto
signos parece fracturarse, inscribir en su materia las reminis-
la materia de las figuraciones, la forma de las representaciones,
el repertorio de imágenes y concepciones admisibles en el ám-
bito de la cultura, como el régimen de la experiencia temporal. 1 Tomado de un informe enviado por Merleau-Ponty a Martial Gueroult, en ocasión de

Lévi-Strauss recoge de la fenomenología la imagen de un pri- su candidatura al Colége de France y publicado posteriormente como 'Un inédit de
Merleau-Ponty', Revue de Métaphysique et de Mora/e, 4 (1962). Citado por Claude
mer y fundamental dualismo de la experiencia, que se suscita Lefort, 'Avertissernent' en Mauríce Merleau-Ponty, La prose du monde. París: Galli-
mard, 1969, p.II.

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Raymundo Mier TIEMPOS RITUALES Y EXPERIENCIA ESTETICA

cencias de estos dos universos, constituirse en punto de conver- otra, al carácter aparentemente contradictorio, como ya ha sido
gencia de estos dos universos inconmensurables entre sí. En este señalado innumerables veces, entre la contrariedad temporal del
punto de bifurcación cualitativa de la significación es donde orden mítico: su carácter histórico aunque atemporal. Como es
Lévi-Strauss parece situar el ritual. El ritual seria una tentativa, evidente para cualquier lector atento de Lévi-Strauss, sus opo-
a su vez simbólica, para afrontar la ansiedad surgida de un con- siciones aparentemente firmes, fijas entre sus nociones, en
flicto originario de experiencias: la discontinuidad engendrada especial la separación que traza entre el orden mítico y la expe-
por el régimen de las categorías y la experiencia de continuidad riencia del régimen ritual y después la primacía que concede al
construida por el sujeto en virtud de su enfrentamiento con el primero, se desdoblan para después disiparse en la elocuencia
orden denso del espacio de los fenómenos naturales.s El ritual de otras categorías secundarias, de confrontaciones conceptua-
surgiría de una pretensión de postergar la irrupción de la dis- les desconcertantes.
continuidad mítica, de introducir una demora particular en la Podría decirse incluso que, desde los esbozos de sus primeras
implantación del orden mítico para atenuar la profunda tensión teorizaciones de Lévi-Strauss --en particular en 'La eficacia
que emerge de la inconsistencia interna ya sea de las categorías simbólica '3-, el peso y la determinación del acto ritual se
o ya sea de su fracaso para admitir la determinación de la encuentra como condición de validez de la noción de eficacia
naturaleza. El orden ritual sería entonces un desenlace operati- inherente a la narración del mito. El orden mítico sólo parece
vo, el desencadenamiento de una práctica de suspensión de la encontrar una eficacia propia en un campo ritual específico, que
actividad implacable del mito, una respuesta motora, similar a precede y condiciona la expresión mítica. Es preciso admitir
la risa, que permite la virtual resolución de esa tensión origina- y
que, tal como la concibe Lévi-Strauss, la intemporalidad del
ria, suscitada en el orden de las categorías. mito, su autonomía narrativa, la particular consistencia de sus
No obstante, no hay duda de que el planteamiento de Lévi- esquemas y su posibilidad de traslación metafórica no podrían
Strauss es sugerente en más de un sentido. Menos por su carac- encontrar su propia eficacia en otro ámbito que el ritual. Es en
terización peculiar del ritual que por las discordancias internas el ritual donde el juego de categorías adquiere su particular
de sus planteamientos y el lugar teórico en el que inscribe su tensión temporal, su régimen histórico, su implantación concre-
posición. En el punto en el que se conjugan y se confrontan mito ta en el espacio de la experiencia colectiva --condición necesa-
y ritual emergen dos referencias veladas, enigmáticas: una a la ria para la existencia del mito. Y no obstante, en Lévi-Strauss,
experiencia --la equiparación entre la operación sintética entre se preservan las disyunciones temporales entre mito y ritual,
categorías y la experiencia de la serenidad o el consuelo-; la uno y otro se constituyen en territorios autónomos: el mito se
presenta como extrínseco al ámbito de la experiencia, mientras
que el ritual compromete y busca restaurar en su totalidad la
2 La experiencia de discontinuidad parecería disgregarse: habría a se vez una disconti- experiencia primordial de la continuidad de lo vivido.
nuidad entre la discontinuidad simbólica y la experiencia de discontinuidad, de la misma
manera que habóa 1Dl8 discontinuidad entre la experiencia de continuidad y la tentativa
ritual de restamación de la continuidad. Esta proliferación de las discontinuidades
parece más que un juego de palabras y apunta a una dinámica particular de la fragmen- 3 Ver Claude Léví-Strauss, 'L'efficacité symbolíque", en Claude Lévi-Strauss, Anthro-

tación de la experiencia y la diversificación de los regímenes simbólicos. pologie Structurale. París: Pion, 1958, pp. 205-223.

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Raymundo Mier TIEMPOS RITUALES Y EXPERIENCIA ESTETICA

Hay otro factor que, en la concepción particular de Lévi- y como narración, como clasificación y como enunciado ir.ter-
Strauss, hace vacilar la aparente primacía --postulada por Lé- pretativo, como modalidad hermenéutica, como construcción
vi-Strauss- del orden intemporal del mito sobre la fuerza autorreflexiva del mito sobre sí mismo. Pero también aparece
disolvente de los rituales: la multiplicación de los órdenes como un trayecto de sentido plagado de silencios elocuentes,
inherentes a los planos de significación del mito. En el fragmen- atravesado por un mutismo que permite al sentido aparecer sólo
to final de El hombre desnudo, al tratar de fundamentar una de bajo insinuaciones, con guiños. La mitología, dice Lévi-Strauss,
sus analogías favoritas, la que relaciona mito y música, Lévi-
Strauss afirma: puede aparecer con dos modalidadesbien distintas. Ora es
explícita y consiste en relatos cuya importanciay organiza-
[...] reducido a una pura realidad semántica, el mito como ción interna constituyenobras de pleno derecho, ora, por el
vehículo de significaciónpueda desprendersede su soporte contrario, las representaciones míticas no existen sino en
lingüístico, al que la historia que narra está ligada menos estadode notas, de esbozoso de fragmentos;en lugar de que
íntimamenteque lo estarían los mensajesordinarios- un hilo conductorlas reúna,cada una permaneceligadaa tal
o cual fase del ritual, le suministrasu glosay sólo a propósito
11, No obstante, la naturaleza de esta "semanticidad" del mito es de actos rituales serán evocadas tales representaciones mí-
ticasé
~ 1 li 1 inquietante: desprendida de su soporte lingüístico, atenuado su
vínculo con la historia narrada, la significación del mito adquie-
re una <autonomía relativa> respecto del orden del lenguaje, El mito surge, en esta modalidad discontinua, como una
señala una semanticidad propia, supralingüística, extrínseca interpretación fragmentaria, discontinua, "adherida" al episodio
hasta cierto punto a los determinantes narrativos, liberada del ritual circundado por los silencios de la interpretación mítica.
imperativo que ata el lenguaje al mundo <los mitos, escribe El ritual, por otra parte, aparece en Lévi-Strauss como un
~ u
Lévi-Strauss, no dicen nada que nos instruya sobre el mundo, modo particular de la interpretación, una expresión fechada, una
la naturaleza de lo real, el origen del hombre o su destino>. materia corporal y un espectro de objetos que impregna de
Y no obstante, esa "semanticidad" singular del mito consti- tiempo el "semantismo" extralingüístico del mito, un anclaje
tuye, para Lévi-Strauss, un despliegue de las categorías cogni- social ofrecido al vuelco hermenéutico del mito sobre sí mismo.
tivas de la cultura, que no puede sin embargo sustraerse al Pero también, el ritual se esboza en Lévi-Strauss como la
vínculo con esos otras manifestaciones míticas: una tensión expresión simbólica de una nostalgia por una continuidad irre-
aparece entre el mito como "semanticidad" no lingüística y los parablemente perdida, como una tentativa siempre insuficien-
mitos como forma particular de existencia narrativa de las taxo- te para la expresión de la ansiedad que surge de la experiencia
nomías, ordenamientos, cronologías y cosmogonías. El mito de ese desarraigo experimentado, de ese vaciamiento de lo real,
aparece entonces con un rostro dual: como esquematismo puro de ese desarraigo que ha llevado al sujeto a la materia dócil de
los signos, donde se suspende la intensidad sin reposo de lo real.
4
Claude Lévi-Strauss, El hombre desnudo, trad. Juan Almela, 2• ed. en español. México:
Siglo XXI, 1981, p.585. 5 Claude Léví-Strauss, El hombre desnudo, p.604.

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Raymundo Mier TIEMPOS RITUALES Y EXPERIENCIA ESTETICA

Así pues, en tanto que el mito da resueltamente la espalda a transformar la experiencia singular del sujeto, su inmersión en
lo continuo para cortar y desarticular el mundo por medio de la fugacidad absoluta de sus percepciones y el abandono apre-
distinciones, de contrastes y de oposiciones, el rito sigue un surado de sus experiencias, en un régimen estable de identida-
curso inverso: partido de las unidades discretas que le son des. El mito traduce la singularidad de la experiencia individual,
impuestas por esta conceptualización previa de lo real, corre
de su propio estremecimiento, en una historia construida con las
en pos de lo continuo y procura alcanzarlo, por mucho que
categorías de la colectividad, convierte el vértigo que anuncia
la ruptura inicial impuesta por el pensamiento mítico haga
imposible la tarea por siempre. De ahí esa mezcla tan carac- su propia desaparición como sujeto en un eco de un régimen
terística, hecha a su vez de obstinación y de impotencia, que intangible pero determinante, estable, completo de represen-
explica que el ritual siempre tenga ese lado maniático y taciones asumidas consensualmente. Es una representación con-
desesperado.6 gruente donde se disipan las tensiones y paradojas que despierta
en el individuo su precipitación vertiginosa en la muerte, en la
Condenado por su naturaleza propiamente simbólica, el ritual disolución de sus representaciones, en la insustancialidad de su
está de antemano, para Lévi-Strauss, impedido para lograr la certezas, es decir, en la desaparición de sus identidades. El mito
experiencia de la continuidad a la que lo impulsa su nostalgia. le permitiría al sujeto, insinúa Lévi-Strauss, franquear primero
1l!1
El ritual responde a la ansiedad, la mitiga, pero paradójicamen- los umbrales angustiantes que separan la continuidad del orden
te, la alimenta e incluso la exacerba. El orden ritual expresa la empírico, para trasladarlos a una representación ordenada y
tensión irresoluble entre las distintas expresiones semánticas discontinua del orden simbólico, para de ahí transitar por el
del mito, entre órdenes simbólicos heterogéneos, los arroja en orden imaginario, hasta un esquematismo universal.
el tiempo. Esa nostalgia de la continuidad no es otra que la de
una identidad individual, de una experiencia de fracaso en la [El eje del mito, a diferencia del eje metonímico caracterís-
representación del vínculo primordial con el mundo. No obstan- tico del ritual] participa más bien del género metafórico;
te, el ritual no radica en este vínculo individual, en esta condi- subsume las individualidades bajo el paradigma, amplía y
ción de angustia a la que es arrojado el sujeto por la irrupción empobrece a la vez los datos imponiéndoles el franquear, uno
tras otro, los umbrales discontinuos aue separan el orden
del simbolismo; el ritual es, parece insinuar Lévi-Strauss, tam-
empírico del orden simbólico, luego ~d orden imaginario,
bién la expresión de una modalidad particular de simbolismo
finalmente del esquematismo.'
que conjuga las identidades colectivas para darles una fisono-
mía determinada, definitiva, aunque frágil, una fisonomía que Mientras el eje metonímico del ritual disuelve las oposiciones
reclama la restauración incesante de la ritualidad.
en un abismamiento progresivo en oposiciones cada vez más
El mito parece realizar una operación inherente a una racio-
tenues en la búsqueda infructuosa de la discontinuidad, el mito
nalidad íntima del orden humano, el mito como la expresión
transita hacia la primacía del esquematismo, el ahondamiento
extrínseca al sujeto de una operación propia del alma capaz de

6 Claude Léví-Strauss, El hombre desnudo, p.614. 7 Claude Léví-Strauss, El hombre desnudo, p.613.

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Raymundo Mier TIEMPOS RITUALES Y EXPERIENCIA ESTETICA

de las discontinuidades. No obstante, este tránsito, este ordena- modos del ejercicio del poder. El ritual acrecienta sus rasgos
miento --tiene que admitir Lévi-Strauss- no pueden evitar el paradójicos: engendrar la disolvencia de los bordes categóricos
surgimiento de una nueva ansiedad: el sujeto advierte, a medida para disolver la distancia entre la discretización de las catego-
que progresa en la firmeza del esquematismo, que esta transfor- rías simbólicas y la experiencia de la continuo vivido, pero sólo
mación de su experiencia del tiempo lo arrastra también a una para engendrar nuevas --u otras- reglas, para crear nuevos
pérdida más acentuada de la continuidad, a un exilio de lo real. regímenes, para consolidar imperativos de reciprocidad. Es esa
Es a esa n.ieva ansiedad quizá, parece afirmar Lévi-Strauss, a tensión paradójica, ese afán sin culminaciones lo que produce,
la que responde la violencia ritual. para Lévi-Strauss, ese carácter <maniático y desesperado> del
ritual que parece a su vez construir una fuerza de creación
El recurso del ritual a medios de expresión no verbales, tales mítica. Los patrones de determinación parecen invertirse, a
como gestos y símbolos materiales, corresponde a un esfuer- pesar de la insistencia de Lévi-Strauss. El ritual constituye el
zo cada vez más difícil, a medida que el pensamiento progre- régimen que define, delimita y condiciona la dinámica particu-
sa por esos ejes perpendiculares y se aleja pues de su común lar de la formación y estructuración mítica.
origen, para mantener entre ellos enlaces diagonales.s La "ansiedad epistemológica" de la que habla Lévi-Strauss,
involucra una reflexión de sujeto sobre las condiciones de la
Las reminiscencias kantianas de la concepción de mito en construcción del propio esquematismo y la extrañeza que expe-
Lévi-Strauss imponen una nueva torsión a la reflexión sobre el rimenta ante la intuición irreconocible de una continuidad pri-
ritual. El ritual parece proceder paradójicamente: atenúa la mordial, es decir, de la experiencia misma de la continuidad:
ansiedad introduciendo la disolvencia de los linderos del sim-
bolismo, acrecentando la emergencia de matices perturbadores, Esta ansiedad atañe entonces al temor de que las divisiones
transformando los claroscuros en gamas, en modulaciones im- operadas en lo real por el pensamiento discreto con vistas a
t''"
perceptibles. La introducción del desorden, la irrupción de la conceptualizarlo, no permitan ya regresar, como dijimos, a
ambigüedad y la disolución de las fronteras de categorías, la la continuidad de lo vivido.?
suspensión de las distinciones entre representación y materia,
entre escenificación y vida, entre tiempos vividos y tiempos Lévi-Strauss advierte la ansiedad que experimenté'el sujeto,
representados constituiría este esfuerzo por fundar la fuerza del de esta conciencia de un exilio, de haber sido arrojado del
ritual en estos <enlaces diagonales>. Ese desorden no disipa la ámbito de una plenitud, de una saturación que habría quizá de
identidad ni individual ni colectiva. Por el contrario, engendra abrumarlo, colmándolo, haciendo de toda representación una
formas de intercambio, modos de interacción ritual, materias pérdida insoportable. Pero esa conciencia de sujeto sobre su
simbólicas que expresan la fuerza jurídica del don, es decir, propio exilio de la esfera de lo continuo es informulable, es
morfologías políticas -Lévi-Strauss rehuye la palabra-, for- también imposible. Carece de objeto. No puede haber pensa-
mas de ejercicio de la autoridad, procedimientos de control, miento reflexivo sobre la experiencia de lo no vivido. La para-

9 Claude Léví-Strauss, El hombre desnudo, p. 615.


a Claude Lévi-Strauss, El hombre desnudo, p.613.

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Raymundo Mier TIEMPOS RITUALES Y EXPERIENCIA ESTETICA

doja de la continuidad, en Lévi-Strauss, es que constituye algo de una inscripción compleja tanto del mito como del ritual en el
irrepresentable, alude a una experiencia al margen de la expe- ámbito temporal. La imagen, construida por Lévi-Strauss, de
riencia, al margen de la reflexividad, al margen de la simbo- que el mito induciría la transformación de la experiencia conti-
lización, al margen de la memoria. Subsiste en el sujeto como nua del tiempo en esquematismo cognitivo, es sugerente, pero
una mera potencia, un impulso, una nostalgia inarticulable; es contradictoria, inabarcable. La discontinuidad operada por el
una experiencia que rehuye no sólo la evocación sino el pensa- orden mítico es, en principio, la introducción de un orden, de
miento mismo. No hay recuerdo de la continuidad. No hay una sucesión, de una posibilidad de reducción analítica de los
tampoco evocación de la continuidad, ni representación de la elementos de la experiencia a clases y a rasgos, suscita entonces
continuidad misma. Cuando la simbolización irrumpe en las una experiencia del devenir, de la representación del tiempo. Al
etapas tempranas de la vida, arranca al sujeto de esa incierta, segmentar analíticamente la experiencia ')sólo hace posible la
inconjeturable plenitud de la continuidad, para empujarlo de identificación de estados sino la delimitación y caracterización
manera irreversible al orden de la representación simbólica, de de los procesos. Impone entonces su trama a la imagen misma
la restauración discontinua de lo vivido. Si atendemos a Lévi- del tiempo. La tentativa ritual, el afán de restaurar la continui-
Strauss, la tentativa del ritual o bien es imposible, o bien es la dad de la experiencia también lo es. Revocar los bordes de la
puesta en acto de una pura potencia sin representación. La experiencia impuestos por la simbolización para tener acceso a
tensión entre la continuidad plena como experiencia y la discon- la plenitud indiferenciada del tiempo, a la experiencia de la fu-
tinuidad, surgiría entonces de una nostalgia sin testimonios, sin sión, a las mareas efusivas de lo irreconocible. Mito y ritual ante
'I'¡,
monumentos, sin reminiscencias, una nostalgia vacía, una mera el orden temporal acentúan las paradojas de la formulación
evocación de nada, y la plenitud de los simbólico, una plenitud levistraussiana, al autonomizarse se enfrentan una a la otra,
experimentada como inconclusa, fragmentaria. Esta confronta- como imágenes en el espejo, sus tensiones contradictorias, su
ción entre una experiencia vacía, sin representación, una pura perplejidad frente a la formas de la edificación de las experien-
potencia de la restauración de la plenitud y la presencia de lo cias individual y colectiva del tiempo.
simbólico, esta confrontación de una reminiscencia de nada y
una afirmación de un mundo ordenado, categórico, definirían la
11.Las políticas del ritual
suerte d: la relación entre mito y ritual. La intuición de esa
plenitud nula, vacía, inmemorial, la memoria de una experien-
Habíamos ya advertido que esta tensión entre las paradojas del
cia irrepresentable y la restauración ineludible de la virulencia
vínculo entre mito y ritual tiene .un desenlace peculiar, hacer
de los esquematismos sería, para Lévi-Strauss, el escenario
surgir una inestabilidad, un enrarecimiento, inducir un despren-
trágico del vínculo entre mito y ritual.
dimiento o una derivación en un régimen simbólico, incluso
Un aspecto adicional trastoca la imagen levistraussiana de
trastocarlo drásticamente, producir su abatimiento o su conver-
la fuerza determinante del mito sobre el ritual en Lévi-Strauss.
sión abrupta. Habría que subrayar que este "desenlace" estric-
La tensión entre la condición discontinua del orden simbólico
tamente político del ritual -lo que algunos podrían llamar su
y la tentativa de restauración del campo continuo del ritual habla
fuerza instituyente como condición de las condiciones imagina-

94 95
Raymundo Mier TIEMPOS RITUALES Y EXPERIENCIA ESTETICA

rias'v del ritual- consiste expresamente en la creación de cia para multiplicar las diferencias, para revocar o recrear la
vínculos, de ordenamientos jurídicos: un régimen colectivo identidad de los participantes -colectivos o individuales- en
capaz de fundar no sólo vínculos, reglas de reciprocidad, valo- el ritual.
res, sino incluso hacer surgir a la experiencia objetos de inter- Quizá, contrariamente a Lévi-Strauss, habría que acentuar la
cambio, significaciones, definir el perfil mismo los actores fuerza de esta regularidad intima del ritual, y recobrar la capa-
comprometidos en el intercambio. El ritual, por consecuencia, cidad de engendración simbólica que surge de su capacidad para
hace posible el engendramiento de símbolos y de sujetos desde congregar múltiples y heterogéneas experiencias del tiempo: el
el seno mismo del orden simbólico, como acontecimiento puro: ritual mientras restaura la "continuidad" de las identidades
hace posible el surgimiento de una clase general inadvertida, colectivas, mientras "refrenda" del régimen jurídico fundado
insospechada a partir de un acontecimiento colectivo. El ritual por los patrones de intercambio y los pactos de donación,
no es un mero despliegue exegético del mito, no es una esceni- expresa la fuerza particular de los imperativos jurídicos crea-
ficación de categorías, no parece restringirse a una pura teatra- dos. La restauración de la continuidad parece ser solo el rostro
lidad que vuelve tangibles, carnales, los imperativos de los aparente de una compleja conjugación de la capacidad de en-
órdenes simbólicos. No es un restablecimiento reiterativo, una gendramiento simbólico surgido de los pactos donación y los
puesta en escena obstinada de los categorías cognitivas, no es imperativos de destrucción. La violencia ritual, inherente al
la pura exploración de la productividad combinatoria de los ritual de sacrificio, a la guerra, al potlatch, a los ritos de pasajes
---entendidos simultáneamente como destrucción y creación
símbolos.
Es significativo aunque contradictorio que Lévi-Strauss in- ritual de la identidad- no es simplemente una escenificación
voque la fuerza disipadora de las regulaciones rituales como el de las categorías escatológicas, principio y fin, creación y apo-
engendramiento de un "desorden", mientras que se subraya lo calipsis o sus variantes narrativas, tampoco es la escenificación
circunscrito y fuertemente determinado del ritual. Esta polari- alegórica de la teleología de los conflictos sociales, es destruc-
zación íntima de la potencia ritual permanece al margen de la ción en sí misma y fundación de identidades presentes, creación
reflexión levistraussiana, esta tensión entre el "desorden" ritual de tiempos y de memorias, creación de vínculos simbólicos y
y el surgimiento de nuevos ordenamientos "políticos", la poten- edificación de nuevas reformulaciones de la historia y los lazos
primordiales, una restauración y una recreación de los episo-
dios de fundación al tiempo que se crean también los recursos
10 Cuando Lévi-Strauss, en El hombre desnudo habla de lo imaginario como ese orden
que es preciso transitar entre el orden simbólico y el esquematismo --con toda Ja
de una nueva consensualidad del mito. El ritual al inscribir su
resonancia de Ja herencia kantiana del concepto- concibe lo imaginario de una mane- potencia de simbolización en el presente no sólo es un instru-
ra incierta: un concepto a su vez tributario de la imaginacián, como fuerza constructiva mento capaz de hacer visibles, reconocibles las tensiones y
necesaria para la construcción de los esquematismos, en Kant, y como ese otro orden,
complementario al orden simbólico. Lévi-Strauss converge con las visiones contempo- conflictos entre actores presentes; hace visibles también las
ráneas que conciben el imaginario como un registro extrínseco al orden simbólico, que latitudes y los bordes de los límites, hace perceptible la fragili-
se sitúa más allá de él, que lo desborda. Esta ambigüedad del término, jamás explicitado dad de los vínculos, los márgenes de la estabilidad de las
ni elaborado por el propio Lévi-Strauss, remite a Ja dificultad de fracturar el formalismo
kantiano en Lévi-Strauss, pero también habla de una percepción clara de las limitaciones relaciones: y esta visibilidad atraviesa, perturba, reconstruye a
que impone este marco a la reflexión sobre el mito y el ritual.

96 97
Raymundo Mier TIEMPOS RITUAi.ES Y EXPERIENCIA ESTETICA

su vez el juego narrativo de los mitos, las historias, las memorias todo acto de donación, el acto de palabra es, en sí mismo, un
y el sutil tránsito que lleva de cada una de estas narraciones a acto jurídico. La insignificancia del lenguaje, subrayada por
la otra, de cada narración a la interpretación de los actos, a la Malinowski adquiere ese peso específico, ese carácter funda-
fundación de identidades. El ritual explora y hace evidente los cional:
momentos y los puntos de fatiga de la simbolización, hace
patentes los "puntos de bifurcación" de las condiciones sociales, Después de esa primera fórmula [el saludo], surge una co-
en los momentos en que se advierte la inminencia de un vuelco rriente de lenguaje, expresiones de aversión privadas de un
catastrófico del juego de las reciprocidades. propósito específico, relatos de acontecimientos irrelevan-
tes, comentarios de los que es perfectamente obvio. En este
uso del lenguaje, el vínculo creado entre el locutor y su
111.Liminaridad y fundación: violencia de lo auditor no es del todo simétrico. El hombre lingüísticamen-
ritual y estética te activo recibe una cuota mayor de placer social y de auto-
satisfacción. Pero a pesar de que la escucha que se confiere
a dichas enunciaciones regularmente no es tan intensa como
1. La suspensión de la referencialidad: la cuota propia de quien habla, es esencial para su placer, y
la "comunián fática" la reciprocidad se establece con un cambio de roles.
La comunión fática -concluye Malinowski- es un tipo
Para Malinowski, el acto puro de lenguaje, lo que él llamó la de habla en el cual los lazos de unión son creados por el mero
comunión fátican, un intercambio de lenguaje desprendido de intercambio de palabras.t?
su contenido virtual, reducida su eficacia a la pura resonancia
del acto, adquiriendo toda su potencia del horizonte ritual: Esta asimetría entre el locutor y su escucha, esa inequidad
articula el campo de las acciones colectivas, incita el acrecen- esencial del vínculo establecido mediante la palabra, confiere
tamiento de las intensidades, induce en los sujetos un consuelo al carácter intercambiable de las posiciones, de las identidades,
que surge de una primera y vacilante figura de la identificación a la complementariedad de estas inequidades que se alternan,
en el vínculo de una donación primordial. Pero este acto de un lugar crucial en el despliegue temporal del acto, en el des-
lenguaje, esta figura primordial de la ritualidad, despojada del plazamiento de momentos intensos y laxos de placer, en la capa-
peso significante de sus signos, es, por encima de todo, creador cidad de experimentar y hacer posible la exaltación de la pala-
de vínculos, creador de una trama de reciprocidades. Como bra. El acto mismo, aún en su insignificancia, adquiere toda su
densidad, se convierte en significativo, no por la resonancia de
lo dicho, no por la pertinencia de las palabras, no por la contun-
11 [la comunión fálica] una forma de hablar en la que lazos de unión se crean por el
mero intercambio de palabras [...] pero no es el resultado de una reflexión intelectual, dencia de la representación lingüística, sino más allá de las
ni suscita reflexión alguna en el oyente. Una vez más podemos decir que el lenguaje no
funciona aquí como un medio para la transmisión del pensamiento." Bronislaw Mali-
nowski, "The problem of meaning in prímitive languages', suplemento a C.K. Ogden y
l. A. Richards, The meaning of meaning; 1()1impresión. Londres: Routledge and Kegan 12
Bronislaw Malinowski, The problem of meaning i11 Primitive Cultures, p.314-315.
Paul, 1972, p.315. (La traducción es mía. R.M.).

98 99
)

Raymundo Mier TIEMPOS RITUALES Y EXPERIENCIA ESTETICA

palabras. Su significación surge de un vinculo no lingüístico, de palabra, sino la memoria de la generosidad imperativa del
la inscripción del acto de lenguaje en un régimen que escapa al vínculo, en la medida en que el ritual inventa y construye un
orden del discurso, a un universo de naturaleza distinta, a una tiempo y su objeto, su lenguaje particular. El acto de lenguaje
intensidad que surge de la estructura necesaria de la donación, en la comunión fática es un acto indeterminado en su memoria,
de un ritual silenciado, mudo. Ese acto de habla vacío, esa en la duración de la experiencia que suscita. No tiene en si
palabrería destinada al olvido, crea, no obstante, un vinculo sentido sino es por su extinción y su mutación en el acto de la
cuya temporalidad es incierta, funda una duración puramente escucha. Es la extinción misma del acto del lenguaje propio,
indicativa, efímera: cuando se cede el tumo al otro, ese momento sutil y al mismo
tiempo catastrófico en que el hablante se muda en oyente, el que
La situaciónen todos esos casoses creadapor el intercambio funda la naturaleza de la situación, es decir, del vínculo.
de palabras [...] la situaciónen su totalidadconsisteen lo que Regulación y vínculo se separan, o más bien, revelan una
ocurre lingüísticamente.Cada enunciadoes un acto al servi- doble dimensión del orden colectivo. Regulación y vínculo no
cio del objetivodirecto de enlazar al hablante y a su escucha designan dos regímenes del acto de lenguaje; se trata más bien
por un vínculode un ciertosentimientosocialu otra cosa [or de lazos sociales, de procesos autónomos cuya naturaleza es
other]. Una vez más, el lenguaje aparece ante nosotros en singular. El vínculo afectivo, que es la materia misma del acto
1'111, esta funciónno comoun instrumentode reflexiónsino como insignificante del lenguaje, es un régimen suplementario al
un modo de acción.P orden de la regulación ritual, una fusión afectiva, un régimen
sin otro régimen que el imperativo de reciprocidad, de alternan-
La observación de Malinowski es sorprendente. No sólo
cia. La vacilación de Malinowski al calificar la naturaleza del
porque señala una inversión del orden de determinación en el
vínculo es significativa: no solamente por la caracterización
acto ritual: el acto mismo funda la situación, define sus perfiles
paradójica de ese vínculo como un <sentimiento social>, sino
como objeto social. No es la situación la que define los alcances
porque Malinowski se ve impulsado inmediatamente a añadir
del lenguaje, no es un marco situacional lo que señala su
<u otra cosa>. Esa <otra cosa> de la que habla Malinowski alude
posición. Para Malinowski, la situación pasa de ser una condi-
al campo de lo estético, ese vínculo que excede el <sentimiento
ción del intercambio para ser su -resonancia, su efecto, su con-
social>, pero también el mero campo de regulación ritual. Esta
secuencia. Una primera separación se hace evidente en esta
<otra cosa> creada dentro del marco mismo del orden ritual y
concepción: el orden de las prescripciones que enmarcan el
como efecto de sus regulaciones involucra, sin embargo, otras
intercambio lingüístico y el ámbito de la situación. Esta separa-
duraciones. Por <sentimiento social> no podemos sino recono-
ción entre regulaciones y situación es significativa, pero sólo
cer <modos de expresividad>, es decir, regímenes convencio-
tiene sentido en la medida en que construye un objeto transito-
nales que rigen, en los recursos colectivos de formación y
rio, en que inventa una tiempo transitorio, una duración ínfima
gestión de las identidades colectivas, la objetividad de los "es-
para el acto de lenguaje, en que preserva no la memoria de la tados de alma". Roland Barthes, en un momento de escritura
fulgurante escribe:
13 Bronislaw Malinowski, p.315.

100 101
Raymundo Mier TIEMPOS RITUALES Y EXPERIENCIA ESTETICA

Un amigo acaba de perder a alguien a quien ama y quiero amago de polémica con Lévi-Strauss, al hablar del espectro de
decirle mi compasión. Me pongo espontáneamente a escri- símbolos y de su funcionamiento en el ritual de /soma entre los
birle una carta. Sin embargo, las palabras que encuentro no Ndembu había señalado:
me satisfacen: son sólo ••frases": hago "frases" con lo que en
mí ama más; me digo entonces que el mensaje que quiero [Los símbolos] son también [además de clasificaciones cog-
hacer llegar a mi amigo, y que es mi compasión podria en nitivas], y quizá con una importancia comparable, un conjun-
suma restringirse a una palabra simple: Condolencias. Sin to de dispositivos evocadores capaces de suscitar la
embargo, el fin mismo de la comunicación se opone a ello, excitación, la canalización y la domesticación de emociones
puesto que seria solo un mensaje frío, la imagen invertida en poderosas tales como el odio, el miedo, el afecto, la pena.
consecuencia, puesto que lo que quiero comunicar es el calor Están conformadas para cumplir un propósito y tienen un
mismo de mi compasión. Concluyo de ello que para corregir aspecto 'conativo' _15
el mensaje (es decir, en resumen para que sea exacto), es
preciso no solamente que lo varíe, sino más aún que esta
La importancia de los símbolos, sostiene Tumer, reside de
variación sea original y como ínvertida.t+
manera fundamental en que configuran estos dispositivos evo-
Esa <otra cosa> de la que hablaba Malinowski parece resonar cadores. Una materia incierta cuyo uso hace posible al mismo
también en esa <inversión> de los signos, en esa torsión expre- tiempo provocar, controlar e incluso sofocar la intensidad de las
siva de la que habla Roland Barthes, en ese abandono de los emociones. El aspecto conativo que Tumer advierte el sentido
<modos de expresividad> convencionales, duraderos, que se heterogéneo del orden ritual: pero su rasgo primordial es devol-
desdibujan al disiparse la fuerza decisiva de las palabras. Torcer ver toda su fuerza al reconocimiento del otro, a la inscripción
el lenguaje, enrarecerlo, producir esa extrañeza, esa intransiti- de esa otra identidad en la efusión de los afectos. Esa afloración
vidad, convertirlo en cosa, en una cosa ajena, quizá insignifi- de los afectos provocada por el símbolo no es una pura expe-
1'1"
cante, devuelve al acto de lenguaje su intensidad afectiva, riencia solipsista. Esa efusión es una propagación de la fuerza
restaura el peso absoluto al acto de lenguaje. afectiva orientada a hacer presente el vínculo mismo, la presen-
Y sin embargo, en el fondo mismo de esas identidades que se cia misma del otro: creador de vínculos, instaurador de régimen
expresan en el lenguaje, permanece el efecto de esa torsión de jurídico, implantación de juegos de intercambio asimétricos,
los signos como un residuo ontológico. El acto de lenguaje no puntos de ruptura en el orden de los regímenes de identidad
aparece meramente como una estrategia en la construcción y el subjetiva, el símbolo -en términos de Tumer- restaura tam-
reconocimiento de identidades. El acto es un sustrato, un terri- bién con el pleno reconocimiento del otro, el tiempo y la me-
torio que resiste a la disipación del lenguaje; es un residuo, un moria de esa presencia, hace emergen un régimen particular de
remanente de esa trama de identidades en mutación, es en el acto la evocación que es ya la fundación de una historia, una duración
de lenguaje puro donde se inscribe la singularidad suscitada por que desborda la fulguración y la extinción inmediata del acto.
el orden ritual, su potencia creadora. Tumer, en un tímido
15
Víctor Turner, The ritual process. Chicago: Aldíne, 1969, p.42. (La traducción es
14 Roland Barthes, Essais critiques. París: Seuil, 1964, p.12. mía. R.M.).

102 103
Raymundo Mier TIEMPOS RITUALES Y EXPERIENCIA ESTETICA

Esta potencia del símbolo que surge únicamente de su ins- sino a una particular densidad de la representación, quiere decir,
cripción en el intercambio ritual pleno, funda un régimen parti- simultaneidad y pluralidad de los tiempos invocados en el
cular de "objetividad" para la materia expresiva. El objeto vínculo simbólico.
simbólico no es sino la evidencia misma del acto múltiple de Pero el aspecto conativo del ritual no rige autónomamente el
evocar no sólo una imagen, un episodio, sino esencialmente un orden ritual. El orden de la evocación introduce un orden tem-
afecto; la materia del símbolo se encuentra sometida a la conti- poral "transversal" al juego paradójico del intercambio conati-
nua flexión que le impone esta capacidad evocativa orientada vo. Hace aparecer una historia propia en el seno de lo instituido,
por la presencia del otro, y cuyo fin primordial es la restauración introduce un pasado ajeno a los tiempos del ritual: a las conven-
plena de esa presencia en el acto simbólico. Esa tensión com- ciones "intemporales" que definen sus propia esfera simbólica
pleja moldea los símbolos, les impone una mutación particular, y a la peculiaridad del acto. Esa evocación de la que habla
no de la materia, sino del régimen expresivo que construyen, las Turner no es ni simple sometimiento a las convenciones de la
impulsa a una perturbación incesante de los <modos de expre- interpretación de los símbolos, ni una completo avasallamiento
sión> provocada por la evocación individual, propia, irrepara- de la fuerza autónoma del símbolo por las vicisitudes momen-
blemente singular -lo que Mukarovsky habría de llamar en sus táneas del acto: ni la fuerza de la tradición ni la violencia
reflexiones sobre la estética la <obra-cosa>- de afectos que fundante del acto. La evocación es narración intempestiva, es
''I,
emergen de la trama circunscrita aunque indeterminada de re- un enrarecimiento de los tiempos que atraviesa, confirma y
ciprocidades. El símbolo muestra sus dos rostros, la evocación conmueve las convenciones, y atenúa y hace vivir la violencia
en el régimen simbólico del ritual no es sólo restauración de la del acto ritual. Singular, irrecuperable para los <sentimientos
experiencia pasada, materia que conduce a la memoria, sino sociales>, la evocación es en su fundamento una incitación a la
también mutación incesante del régimen de la expresividad, narración. Pone en juego en el centro del orden ritual, la prima-
creador de presencias, invención de tramas afectivas, es decir, cía de la función narrativa. Evocar es contar, es introducir un
fundación de vínculos y de valores. tiempo propio, un orden subjetivo, una cronología momentá-
El símbolo ritual despliega en esta articulación paradójica nea que surge de la experiencia intima --quizá, como quiere
entre creación y preservación de vínculos de valor y morales Roland Barthes, inducir subrepticiamente una convicción, la
uno de sus mecanismos de temporalidad privilegiado: la materia imagen de un origen o el sentimiento una fatalidad-, es tam-
del símbolo ritual desarticula la sucesión cronológica de los bién una interrupción de la corriente del presente y una restau-
hechos. La regla de la tradición, del todo intemporal, entra en ración fragmentaria del pasado, una restauración que se articula
conflicto con la singularidad contractual del nuevo vínculo como un cuerpo ajeno, irrecuperable para el orden de la trama
expresivo, con la fuerza expresiva de la creación. El ritual funde ritual. Al drama mismo construido por el ritual, a la exégesis de
la intemporalidad de los regímenes con la historicidad del con- las interpretaciones tradiciones o de su ausencia, se sobrepone
trato, reclama el régimen temporal de los sueños. Suspende la la incidencia discontinua de las evocaciones.
aparente rigidez de la sucesión de los acontecimientos. En este Pero la evocación sugiere otros procesos: la referencia de los
sentido no tiende, como quería Lévi-Strauss, a una continuidad símbolos a las presencias que los circundan se suspende. La

104 105
Raymundo Mier TIEMPOSRITIJALESY EXPERIENCIAES~CA

evocación surge por si misma, de un detalle, de un modo par- tado de la acción simbólica confieren a esta evocación un
ticular de expresión, de una conjunción de condiciones afecti- carácter indeterminado. El carácter indeterminado de esta "evo-
vas, de una particular modulación de las presencias, es el des- cación-conativa "quizá está relacionado también con el carácter
pliegue de una escena imaginaria, de figuraciones que trastocan transformador de la operación ritual.
el ritual. Esa ficción invocada por la evocación confiere al ritual
una calidad alegórica esencial. Pero esta suspensión de la refe- El símbolo ritual -escribe Turner- efectúa, podríamos
rencia que es la anulación de la fuerza imperativa del régimen decir, un intercambio de cualidades entre sus polos de senti-
ritual no es la única fractura suscitada por la evocación: a la do: las normas y valores se cargan de afectividad, mientras
que las emociones básicas y groseras se ennoblecen a través
suspensión de la referencia de los imperativos impuestos por el
de su contacto con valores sociales.w
marco ritual, se añade otra: el carácter "ficticio" de la evocación
se disipa. La ficción evocada se transforma en una convocación
El intercambio conativo involucra necesariamente otras pre-
de presencias rituales, en actores que trastocan el régimen de
sencias: cuerpos evocados o ficticios, reales o dotados de iden-
relación intimo del orden ritual. Las representaciones adquieren
tidad convencional, surgidos de la tradición o de la febrilidad
una fisonomía propia. La invocación de los ausentes como
del deseo; esas presencias se funden durante el acto de lenguaje
presencias, la restauración de los vínculos ya amortiguados, la
o emergen de manera indeterminada a lo largo de las alternan-
restauración de una purificación perdida y el pleno restableci-
cias del tumo de habla. Mientras los interlocutores intercambian
miento de las figuras imaginarias de la identidad, esta imagina-
palabras uno frente al otro, mientras se alternan en el uso de la
ción de la pureza del vínculo surge del lugar equivoco de la
palabra, la evocación toma perfiles propios, a veces íntimos y
evocación, de la fuerza especifica de lo simbólico.
silenciosos, a veces visibles como incrustaciones irreparables
Nuevamente no se trata, como quisiera Lévi-Strauss, de una
:,, i' en el despliegue de las narraciones. La creación de vínculos se
restauración de la continuidad vivida, sino de la configuración
desdobla. La evocación, a diferencia del "pacto" conativo, in-
inédita, de una irrupción de discontinuidades en el marco vacío
volucra la absoluta restauración imaginaria de lo ausente, com-
de una trama de símbolos virtuales, de símbolos que han sus-
promete entonces múltiple planos de la memoria y la afec-
pendido su orientación al entorno, que han renunciado a la
tividad, la obstinación de los signos ligados temporalmente a
propensión testimonial, de una función que desdibuja los impe-
ciertos episodios memorables. La evocación habla de la persis-
rativos del orden mítico. El ritual es al mismo tiempo la con-
tencia de la memoria y de sus pendientes, de sus desapegos
firmación de las fórmulas del <sentimiento colectivo> y la
momentáneos, de la fragilidad o el arraigo de las investiduras
instauración plena del orden evocativo, de sus torsiones, de sus
afectivas. Es decir, el símbolo revela una pasión por la deriva-
inflexiones singulares. La noción de evocación que tiene una
ción, por las desviaciones, por la torsiones impuestas a las
fuerza conceptual tan relevante y tan sutil, implícita en la obra
convenciones del símbolo en el momento mismo de la contem-
de Turner, aparece aquí como un "efecto" del campo simbólico
plación o la escucha. La noción de evocación involucra, en su
en la situación ritual. Pero tanto el carácter <conativo> de los
signos rituales, reconocido por Turner, como el carácter orien-
16 Victor Turner, The Forest of Symbols. Ithaea: Comell University Press, 1967, p.30.

106 107
Raymundo Mier TIEMPOS RITUALES Y EXPERIENCIA ESTETICA

aspecto conativo, la inversión de los imperativos fijos del len- experiencia. Esta <indeterminación>, esta suspensión del víncu-
guaje, el abandono persistente -ínfimo, espectacular o amorti- lo referencial, produce un efecto particular: arraiga fuertemente
guado, desatendido o acentuado- de las fórmulas, reconocible el sentido del signo a su situación. El carácter del signo estético
en quien escucha o contempla la sutil violencia a los lenguajes. es esencialmente situacional en un sentido amplio. No sometida
La evocación construye la adecuación del símbolo a las singu- a los elementos circundantes, sino a las condiciones de regula-
laridades, a los pliegues de la fuerza creada por el orden ritual. ción que fundan la formación y el significado del signo y su
La densidad estética del ritual consiste entonces en esta despliegue en múltiples modalidades narrativas y su prolonga-
tensión entre evocación y función conativa del acto de simboli- ción en otras resonancias estéticas. Se trata, no de la disolvencia
zación. Esta densidad suspende o cuando menos amortigua la de la realidad, sino de la fundación de <otra realidad>, dice
significación referencial de los discursos, suspende su relación Mukarovsky, una realidad, entendida no como un conjunto de
con el entorno, con el orden de los objetos inmediatos o de las acontecimientos factuales, sino como un espacio normativo.
presencias inmediatamente reconocibles. Confiere entonces a la No obstante, la realidad fundada por esta normatividad es
expresión simbólica el carácter de una cosa, pero no una "cosa" particular: la norma que rige la dimensión estética de la acciones
,1: 1 abandonada a la intemperie de los intercambios, sino arraigada culturales hace vivir al extremo su carácter esencialmente para-
en ellos. dójico. Mukatovsky escribe:

2. La <cosa-obra> y la autonomía del signo: La norma está, pues, basada en una antinomia dialéctica
Mukarovsky. La liminaridad referencial fundamental entre la validez incondicional y la potencia
meramentereguladora,e inclusosólo orientativa,que impli-
ca la posibilidadde su víolación.!?
En 1936, durante un congreso de Filosofía en Praga, Muka-
~ rovsky, se muestra renuente a la concepción psicologista y No obstante, añade Mukarovsky, la particularidad de la nor-
subjetivista de las concepciones estéticas que hacen de la di- ma estética radica en que está fundada sobre una intensificación
mensión estética de los signos un hecho solipsista, incomunica- del polo constituido por su fuerza de negación. Este polo nega-
ble; pero Mukarovsky rechaza también una imagen de la estética tivo, esta fuerza que suspende el imperativo referencial de los
que concibe a la obra como un tipo de enunciado referido al signos, induce lo que podríamos llamar una dimensión rituali-
mundo -y por consiguiente regido por la noción de verdad. zante en el acto estético. Esta dimensión ritualizante indica al
Formula entonces una tesis extrema: la <autonomía> de la fun- mismo tiempo la fractura del régimen de temporalidad domi-
ción estética. Esta autonomía, sin embargo, no afirma una sobe- nante de los signos, la introducción de tensiones entre el des-
ranía de lo estético, tampoco insinúa que la validez de la auto- pliegue narrativo propio del signo estético y la amplificación de
nomía de lo estético constituye una esfera cerrada dotada de un
valor propio, singular. La autonomía de la función estética se
17 Jan Mukarovsky, 'Función norma y valor estético como hechos sociales', en Escritos
refiere a la <indeterminación> del vínculo referencial que defi-
de estética y semiótica del arte. Madrid: Gustavo Gili, 1977, p.71; pub!. orig. en
ne la relación del signo con las cosas y, eventualmente, con la Uvahách a prednáskách, 4 (1936) [Praga: Borovy].

108 109
Raymundo Mier

sus resonancias como respuestas estéticas: la experiencia de


quienes interpretan el signo estético ya sea como mera recepti- DIBUJANDO COSMOLOGIAS.
vidad o bajo un impulso productivo bajo su fuerza ••ejemplari-
zante" (Pareysonjw, UNA TRAVESIA VISUAL
Hay una tensión puramente conativa del acto estético que POR EL ORDEN TOBA
produce este espacio de transitoriedad, de transición, de fusión
entre el orden estético y el orden ritual que ha sido puesto de re- DEL CONOCIMIENTO
lieve insistentemente tanto en la reflexión estética como entre Pablo G. Wright
la reflexión estética. Es esta fuerza negativa de la suspensión de
la regulación como factor dominante lo que intensifica al extre-
mo la violencia de la función conativa del ritual. Ahí es donde
aparece esos estados de transición, esos juegos de liminaridad.
La fuerza estética parece entonces no ser estrictamente un
espacio de liminaridad sino crepuscular o bien inaugural, limí-
trofe, absoluto entre dos condiciones de la vida colectiva.
'I
l. Introducción

La exploración antropológica de las llamadas cosmologías


no-occidentales plantea usualmente variados problemas. En
primer término, los modos en que accedemos a una cosmovisión
,,1.
ajena y la representamos. Un tercer elemento, suerte de marca
de fábrica de la antropología, es la emergencia de la autorrefle-
xión después de haber reflexionado sobre otras culturas o socie-
dades. El producto de este proceso de conocimiento, en este
caso, es el descubrimiento que nuestros supuestos cosmológi-
cos occidentales pueden objetivarse; apareciendo así como una
construcción histórica, tan temporal como cualquier otra. Inclu-
so los modelos cosmológicos más sofisticados, como por ejem-
plo los desarrollados por Stephen Hawking (1988) o Ilya
Prigogine (1993), se enraizan en profundas preocupaciones por
el orden del mundo iniciadaspor los presocráticos y continuadas
IS Cfr. Luigi Pareyson, Conversations sur l'esthétique. París: Gallimard, 1992; publ.
hasta nuestros días (v.g. el origen, el principio, el fin, la estruc-
orig. Milán: 1966. tura de la materia, la naturaleza del tiempo).

110 111
Pablo G. Wright

1992 Dream, Shamanism, and Power among the Toba of For-


mosa. En: Langdon.E. JeanMatteson&Baer, Gerhard (eds.), TEATRALIDAD Y RITUALIDAD: EL
op. cit., Ch.7
OJO DEL ETNOGRAFO
1993 Iconography, intersubjectivity, and anthropological expe-
lngrid Geist
rience: A Toba shamanic tree. En: Martin, Luther (ed.),
Religious Transformations and Socto-Poluical Change.
Eastern Europe and Latin America. Berlin and New York:
Mouton de Gruyter

Agradecimientos

' .~,
•.• ¡'

t ,,.,,"
l.,,
1
Versiones preliminares de este artículo fueron presentadas al
Sto. Congreso Latinoamericano de Religión y Etnicidad, Escue-
Introducción
¡,,,
la Nacional de Antropología e Historia (ENAH-INAH), 1-10 Quisiera plantear dos puntos de reflexión crítica. El primero
junio, 1994, y al 48 Congreso Internacional de Americanistas, se refiere al lugar del observador en el trabajo de campo y,
' 1,,\
'
Universidad de Uppsala y Estocolmo, 5-9 julio, 1994. Se agra- específicamente, en la observación de rituales, es decir, el lugar

....
"'
,,.1
,)
dece a los organizadores de ambos eventos su apoyo para
participar en los mismos .
del antropólogo quien está presenciando y analizando un evento
ritual. El segundo punto se refiere a la idea de describir el ritual
1~1
Estas investigaciones fueron posibles gracias al auspicio del en términos de escenificación o representación. Ambos puntos
,·,,J¡
CONICET de Argentina, la Wenner-Gren Foundation for Anth- me parece que son centrales al abordar el problema de la rela-
ropological Research, y el Departamento y la Escuela de Gra- ción entre ritualidad y teatralidad o la cuestión de usar la metá-
1:
duados de Temple University, Filadelfia. Agradezco la fora del teatro como pauta metodológica para el análisis de
paciencia y compañerismo de Angel Achilai, Luis D. ('Puma') contextos rituales. Parto de la idea de que el efecto de teatrali-
Vuoto, Liliana Barberis, Alejandro Katache, Ernesto Flores, dad del ritual es producto de la participación del antropólogo
Gregorio Miranda, Honoria Pichilo, Cecilio Muratalla, y Perez como observador, para lo cual me refiero a las fiestas huicho-
Chico. Estoy también en deuda con Elmer S. Miller, Peter las del cambio de varas, como se celebran en la comunidad de
Rigby, y Tom Blakely por su apoyo humano y académico. San Andrés Cohamiata, en el Estado de Jalisco.
Finalmente, agradezco los comentarios realizados por Rita Junto con el material etnográfico, me sirve como material
Segato durante el Congreso de Religión y Etnicidad en México. de reflexión la obra de Thomas Scheff y algunos artículos de
Michel Leiris, de su obra etnológica. Es uno de estos artículos
que colabora en la formulación del título de la ponencia: el ojo
del etnógrafo. Aquí, y en muchos otros textos, Leiris muestra

162 163
lngrid Geist TEATRALIDAD Y RITIJALIDAD: EL OJO DEL ETNOGRAFO

una aguda reflexión sobre la mirada del antropólogo en el tra- marcas simbólicas. A partir de aquí, mi propuesta consiste en
bajo de campo, donde esta reflexión se relaciona estrechamen- sustituir la metáfora del teatro por un análisis complejo para el
te con una propuesta política de descolonización y la demanda cual podemos encontrar pautas importantes en la obra de Victor
por una antropología indígena. A partir de estas consideracio- Turner aun cuando sea justamente en los textos tardíos de este
nes, el autor le exige al antropólogo de corte occidental, es decir, autor donde la metáfora del teatro adquiere un lugar central, en
se exige a sí mismo, una actitud de testigo que busca combinar la forma de "drama social". Si no podemos prescindir de las
dos procesos: el de la observación y el análisis, por un lado y, metáforas en la construcción del texto antropológico, proba-
por el otro, el de la auto-observación y el auto-análisis. Se trata blemente la del diálogo nos lleva más lejos. Desde esta perspec-
de un proceso en el cual se formulan juicios, se duda de los tiva me propongo en lo que sigue, desarrollar los puntos
fundamentos de la formulación y se desechan los juicios, para esbozados anteriormente, empezando por un breve relato del
de nuevo iniciar el proceso de constante reflexión. Sin embargo, Cambio de Varas entre los huicholes.
es justamente este carácter reflexivo de la obra de Leiris que
1 ~1· contrasta con la insistencia del mismo autor en analizar los
I'
aspectos teatrales de los rituales, específicamente, rituales de
Cambio de las varas
t1 ·~•.
'.11'''
l.,, posesión, donde de lo teatral se trata tanto en el sentido exterior
1 ..
••
~J ,1i --es bajo ciertas condiciones que el ritual aparece como char- La primera vez que observé la fiesta, fue en enero de 1990. Las
autoridades salientes, a lo largo de su período gubernamental,
'~; latanería o como espectáculo turístico-, como también en el
habían instaurado una nueva institución en la comunidad: el
:c:1•.. sentido intrínseco, los aspectos teatrales del ritual por su estruc-
pago de un impuesto por parte de mestizos y extranjeros que
...:)
••• 1
tura misma.
Aquí están en juego las ideas de escenificación y represen- pretendían estar durante una temporada en el centro ceremo-
l~l nial. A lo largo de su período gubernamental, las autoridades ci-
1' 1 JI tación, para lo cual quiero referirme a los festejos de la Semana
Santa, como se realizan actualmente entre los cuicatecos en la viles tradicionales, por medio de la recaudación del impuesto,
comunidad de San Andrés Teotilalpan, en el Estado de Oaxaca. habían acumulado los fondos necesarios para realizar la fiesta
t del cambio de varas en todo su esplendor. A ello se agregaba
Con el fin de llegar a una conclusión provisional, retomo algu-
nos aspectos de la obra de Pietro Scarduelli, donde me interesa que la Nacional Financiera envió a un fotógrafo y, junto con él,
especialmente la distinción entre "conducta ritualizada ••y "ri- los fondos necesarios, para aumentar ese esplendor y plasmarlo
tual conceptualizado ", Si efectivamente podemos hablar de un en un libro de fotografías de primera calidad, destinado para el
carácter representativo en el ritual, pienso que no se trata de una intercambio de regalos entre ejecutivos a nivel nacional e inter-
nacional.
representación teatral, sino más bien de una representación con-
ceptual del mundo y, especialmente, del mundo social de los El Cambio de las Varas exhibe en uno de los puntos culmi-
hombres. El ritual no es una puesta en escena de una visión del nantes de la fiesta, la entrega de bienes de consumo de las
mundo, sino que la visión o conceptualización se construye por autoridades salientes a las entrantes. Esta entrega se realiza en
medio de la conducta ritualizada y la interacción entre las dos movimientos: el primero consiste en la acumulación de los
bienes en la plaza del centro ceremonial, luego, la entrega pro-

164 165
Ingrid Geist TEA1RALIDAD Y RITIJALIDAD: EL OJO DEL ETNOGRAFO

píamente dicha y el consumo por lo menos parcial de los bie- aquí me interesa, es esta impresión de un gran espectáculo que
nes. El segundo movimiento se compone de una lenta proce- aparece en el relato, ya sea de forma entusiasta, ya sea con
sión que se realiza desde el templo católico hasta la casa del una actitud de reserva con base en las dudas que surgieron. Y
gobierno de las autoridades tradicionales, en la cual las autori- quiero abordar en este sentido algunas de las tesis de Michel
dades salientes junto con las entrantes llevan pesadas cargas de Leiris sobre los aspectos teatrales del ritual.
carne, quesos y frutos, para que sean inspeccionadas por los
ancianos reunidos en la Mesa de las autoridades. Se trata de una La mirada etnografica produce el efecto
ceremonia muy tardada y cuando la observo, el médico de la de teatralidad
clínica me hace un comentario lleno de entusiasmo sobre el
esplendor y el resplandor de la cultura huichola. El comentario Hay que aclarar previamente que los textos etnológicos de
me sacude porque en aquel momento tomo conciencia que estoy Leiris, escritos entre 1926 y 1968, abundan en reflexiones para
viendo algo totalmente distinto: la escena que se desarrolla una etnografía con miras anticolonialistas, donde destaca su
'"1
delante de mis ojos corresponde más bien a una réplica de un concepto de "compromiso poético" que implica dos aspectos:
1 1~ momento histórico del pasado colonial: la escenificación de la l. la alternancia entre cercanía y distancia por parte del etnó-
1 •
1" entrega del tributo en la forma de una representación festiva. Si grafo como observador participante en una cultura ajena, y 2. el
1 ,J
bien reconozco la riqueza del ritual, sin embargo, la imagen que compromiso con los sujetos de la cultura ajena por medio de
''lj se construye delante de mis ojos, es una imagen ambigua y no una praxis vital compartida. Leiris denuncia una y otra vez la
.:.... I'
del todo feliz, a pesar del comentario igualmente entusiasta del mentalidad europea, la cual coloca prismas tergiversantes que
.,,
.i segundo gobernador quien me marca que fue con el dinero de filtran los datos de la percepción de lo ajeno convirtiéndolo en
,.,.1 los foráneos que se logró la fiesta. Pero dos días después, cuando
1~I lo fantástico. Así es como introduce al artículo de "el ojo del
' 1 j¡ la fiesta llega a su fin, este mismo dinero también provoca que etnógrafo" con la caracterización de una obra de teatro que ofre-
se desarrolle una ardua discusión entre los hombres reunidos en ce un conglomerado de curiosidades europeas, al estilo de un
4:
asamblea. circo, mezclado con la representación exótica de dos supuestos
Para el siguiente Cambio de Varas, en enero de 1991, la ima- reinos africanos que se disputan el poder por medio de una
gen cambia totalmente. Al parecer las nuevas autoridades no guerra. El interés que Leiris le adjudica a esta obra es doble. Por
tuvieron la misma habilidad para la recaudación del impuesto y un lado, la obra presenta una imagen de Africa que correspon-
la entrega se ve relativamente pobre, sobre todo, la del primer de a la fantasía de los infantes europeos de su tiempo, por el
gobernador. Por medio de los huecos y agujeros del ritual de la otro, ofrece una imagen de Europa llena de rarezas e inventos
entrega, se descubre una amplia red de intercambios obligato- absurdos. En otras palabras: la fantasía del colonizador es res-
rios cuyo mecanismo no hizo funcionar el cumplimiento de la pondida con una contra-fantasía del colonizado. Esta es la idea
norma, en ese período, lo cual hace suponer la existencia de otra que sugiere Leiris a partir de la obra de teatro, aunque el autor
red compleja de contradicciones y conflictos que se refleja en de la misma no pertenezca a la cultura ajena sino a la propia. En
los comentarios detrás del escenario de la fiesta. Pero lo que general, quisiera subrayar en la obra de Leiris sus agudas refle-

166 167
lngrid Geist TEATRALIDAD Y RITUALIDAD: EL OJO DEL ETNOGRAFO

xiones en el sentido de que toda afirmación sobre la cultura conductas infradistanciadas hasta las hiperdistanciadas, donde
ajena es parcialmente negada y contradicha por una reflexión las primeras se identifican con los fenómenos de la posesión, es
crítica acerca de la cultura propia, en su función de prisma decir, el autor supone que se trata de conductas fuera de la dis-
tergiversante en el proceso de observación. tancia óptima y, por lo tanto, lejos de ofrecer las condiciones
Ahora bien, en lo que se refiere a nuestra temática, Leiris para una catarsis ritual o teatral. Sin embargo, Leiris parte pre-
define el ritual como un mensaje socialmente determinado y cisamente de estos rituales de posesión para apuntar una serie
estéticamente configurado, pero previene y pone el dedo en una de características que quieren mostrar el carácter teatral. Dis-
llaga abierta: demasiado fácilmente nos inclinamos a considerar tingue entre acción vivida y acción actuada. En esta última, el
que un pueblo es feliz, cuando éste nos hace sentir felices a actor tiene una relación doble con su personaje: está en juego
nosotros, por medio de una sensación poética y estética que se un proceso doble de identificación y distanciamiento. Parecería
nos trasmite en el momento de estar observando los aconteci- que en la posesión se ejerce una identificación total, de talma-
mientos. Aquí, me parece, hay una clara advertencia contra un nera que el poseso aparece como un instrumento pasivo, y el zar
••I' empleo demasiado fácil de la metáfora del teatro en el análisis como el actor real. El poseso supuestamente no tiene memoria
1

1 1~ de los contextos rituales. Sin embargo, el propio Leiris realiza de sí, es decir, una vez terminado el acto de posesión, no recuer-
1'"'... ese análisis en el cual los límites entre teatro y ritual se van da nada. Sin embargo, Leiris aduce ejemplos que le hacen dudar
1 ''·~ borrando. El autor basa sus exposiciones en la convivencia con del estado inconsciente del poseso. Se trata de infracciones
"I<
una posesa y curandera entre los etíopes. Según sus observacio- contra la convención, es decir, de la violación de las normas de
nes, cada una de las acciones cotidianas de la posesa se adju- cómo la posesión debe ejecutarse. Los posesos y los demás
' t: ~
..
:1 ,.e
dica a una entidad espiritual, llamada zar, de lo cual se concluye participantes discuten, acusan y defienden, respectivamente, la
'11 •I
•.• 1 que el conjunto de estas entidades y sus insignias correspon- ejecución del ritual según la norma, donde se aclara que la fal-
1~I
1 ¡j¡
dientes puede interpretarse como un tipo de guardarropía de di- ta de memoria del poseso es un mero supuesto. Por otra parte,
ferentes personajes, cuyo rol juega la curandera a lo largo del la exégesis nativa ofrece una forma metafórica de expresar el
día y en las diferentes ocasiones rituales. La posesión aparece juego entre identificación y distanciamiento. Se dice que el po-
•...,
seso no es compenetrado por el zar, sino que sólo funge como
IJ,,,,
como un evento a medio camino entre vida y teatro, es decir, se
trata de un estado ambiguo el cual se caracteriza por la tensión "caballo" sobre el cual el zar se monta. La alternancia entre
entre convención y auténtica participación. identificación y distanciamiento es la que ofrece el núcleo para
Leiris toca aquí un problema que mucho después, es aborda- definir el ritual en términos teatrales, donde Leiris precisa toda-
do por Thomas Scheff con el concepto de "distancia estética" vía que se trata de un tipo de teatro cuyo fundamento mismo le
que implica un equilibrio entre observación y participación, un prohibe reconocerse como tal. El ritual aparece, pues, como la
equilibrio entre pensamiento y sentimiento, entre dudar y creer, capacidad de creer las propias mentiras. Aquí hay un giro in-
equilibrio a partir del cual se hace posible la catarsis como teresante.
medio de curación. Interesante es que Scheff plantea la posibi- Por una parte, hay una curiosa coincidencia estructural entre
lidad de una gama de conductas rituales que se extiende desde la condición del etnógrafo como observador participante y la

168 169
lngrid Geist TEATRALIDAD Y RITUALIDAD: EL OJO DEL ETNOGRAFO

descripción del poseso como actor del ritual. En ambos casos chinantecos, mazatecos y mixtecos. La militancia navega bajo
está en juego la pregunta por la autenticidad en la relación entre la bandera de la Escuela de la Cruz y con la colaboración de los
identificación y distanciamiento, conceptualizado como "com- catequistas preparados por la Misión Comboniana y en el Insti-
promiso poético" para el caso del etnógrafo, como "configura- tuto Teológico del Papaloapan. Uno de los elementos discursi-
ción estética" para el actor del ritual, en los textos de Leiris, y vos que justifican las acciones orientadas al cambio, es la
como "distancia estética" en el trabajo de Scheff, donde hay que exigencia de regresar al ritual auténtico, de hacer las cosas como
mencionar que este autor no distingue entre espectador y actor se hacían antes, introduciendo justamente lo contrario, es decir,
en el ritual. Ahora bien, mi primera interrogación con respecto nuevas formas de acción ritual en la fiesta religiosa donde, en
al uso de la metáfora del teatro para la comprensión del ritual, el caso de la Semana Santa, se trata específicamente de una
se refiere justamente a la coincidencia estructural entre el etnó- representación del Vía Crucis que es una réplica de la Semana
grafo y el actor del ritual: al parecer, la metáfora depende del Santa en lztapalapa, México, D. F.
lugar del etnógrafo, esto es, su condición de observador se Los funcionarios de la Escuela de la Cruz dirigen la organi-
••I' proyecta sobre el objeto de su observación. Pero el problema no zación del acontecimiento y son ellos los actores principales de
' .¿' termina aquí. Leiris no sólo indaga sobre los aspectos teatrales la representación de la Ultima Cena y del Vía Crucis, basándose
t .: intrínsecos del ritual, sino que insiste una y otra vez en el en el texto bíblico por medio de folletos que ofrecen una ver-
1.,

1 1J problema del carácter espectacular del ritual ejecutado para un sión simplificada. Distribuyen los roles entre sí, anotan palabras
' ~< pública y el carácter dudoso de la autenticidad de la participa- y frases en hojitas de papel, las reparten e indican qué, cómo,
. t: ~ ción ritual. Puede que todo sea una simulación. En cuanto que
.. ritual público, en oposición a los rituales privados, el autor ano-
cuándo y dónde hay que actuar y hablar conforme al rol asigna-
do. Cuando hablan sobre su que hacer, destacan el hecho de que
.,,•.1 '. ~·
•••• 1 ta que la crisis de posesión tiene un carácter exhibicionista. Hay representan el Vía Crucis con un Cristo vivo, es decir, un Cristo
Ji
1
que preguntarse qué tanto la impresión exhibicionista de un representado por un hombre destacado por su entrega y militan-
1 il1
ritual considerado inauténtico haya influido sobre el autor para cia en el movimiento de la Cruz. Al parecer, esta representa-
,,,
analizar lo que él llama los aspectos teatrales .xrfnsecos del ción de un Cristo vivo es justamente la piedra del toque entre
1
"· ritual. Pero, por el momento, quiero abandonar este punto y re- las facciones que se disputan el poder de la organización y
ferirme a otro ejemplo etnográfico. dirección de la fiesta. Los viejos rezanderos, relegados por los
catequistas y funcionarios de la Escuela de la Cruz, denuncian
el abuso. Uno de ellos se manifiesta de manera tajante y dice
Semana santa
que los "cruzados" son los diablos, creen que la cruz es la cruz
de madera y adoran a un hombre pecador en lugar de venerar la
Entre los cuicatecos de San Andrés Teotilalpan, el festejo de la
imagen divina.
Semana Santa ha sufrido cambios importantes, en la década de
Me parece que en esta disputa sale a relucir un aspecto
los 80, con base en una militancia católica de la cabecera
importante. A primera vista, el Vía Crucis de estos aldeanos
municipal contra las divisiones religiosas en las agencias del
puede describirse como la representación de una represen-
propio municipio y los municipios circundantes: cuicatecos,

170 171
Ingrid Geist TEATRALIDAD Y RITUALIDAD: EL OJO DEL ETNOGRAFO

tación, como copia duplicada de un original, si partimos del ser un juego de vida y muerte. La Semana Santa de los coras de
texto bíblico como narración mítica que está puesto en escena, Santa Teresa del Nayar es un ejemplo explícito para ello, donde
pero no de manera directa sino por la vía de la reproducción de los actores de la Judea, armados con pesados palos y movién-
una representación preexistente en otro espacio cultural. Sin dose con pasos rítmicos, simulan luchas y batallas que repenti-
embargo, del lado de la crítica del ritual, .se niega el carácter namente se convierten en realidades violentas.
representativo y parece que ni siquiera aparece como una alter- Para' este mismo punto quiero dar todavía un breve rodeo a
nativa de concebir el ritual, sino que se afirma el carácter partir de un artículo de Meinhard Schuster. El autor pregunta por
icónico de la imagen, lo cual adquiere un peso insoportable en el significado del uso del término de lo simbólico en la acción
el caso de una imagen viva, que no es pura ni divina, sino ritual y se~r_e espeeíf"Wa~nte--a-1&--muert@ simbólica enJgs
humana e impura. ritos de inicia~,_Fonnula el concepto de "distancia simbóli-
ca""cl cual se define como una posición "x••en un continuo
El ritual como aprehension dialogica imaginario en cuyos extremos se encuentran la acción real, de
,,,
1
de la realidad social un lado, y del otro, la pseudoacción. La acción ritual se describe
1 11. en términos de la distancia que guarda hacia uno y otro extremo,
t ,:
1" donde esta distancia no es un punto fijo, ~produete-de.J,fls
La breve exposición sobre la Semana Santa y la disputa alrede-
' l.~

dor del Cristo vivo me parece que da la pauta para cuestionar el condici~11e~~~~_iales..y ..19~
...~:u,j~t()s."q_ue
__4~k.!11!~t:.1:t~.ción...entr.e
' ~~ Pl\!!íCipan_~.!l.WitJ1al,Lli..J!.C_ción.simbólica·o-riálalse ..d~fine,
carácter de representación del ritual en el sentido de una repre-
l'.;.. sentación teatral, donde se presupone un espectador que final-
pues;·poria distancia de laposici~n incierta c¡ueocupa entre los
.~: !'
eXtremOSOéTc>netameñiereal y de lo.totaimente ficticio.
mente no queda involucrado y un actor que se pone y quita la
,..1 ""'trecuaíqüíertoriñir~alquier dirección que la argu-
1~I guardarropía, y entra y sale de su papel según los requerimientos
mentación se ha conducido en esta ponencia, al parecer, el con-
1ll
de la empresa teatral. Creo que en el ritual hay algo más que
cepto central es el de la distancia. Quiero regresar ahora al plan-
está en juego. En primer lugar, 1QS..t2_lesse asignan c~!lÍQt:QI.e
al
.. teamiento inicial, expuesto con base en los textos de Leiris. El
~•,¡¡,
~··., lugar que cada sujeto ocupa.enlajed de cohe.SlQJi~iyconfüclQs
autor exige del etnógrafo no ser simplemente un observador o
de Ja realidad social ªJª. ~~~rte!J.~ceJJ:l!Il_ediatam.~!!:te, En
espectador sino convertirse en el testigo, lo cual en la perspec-
segundo lugar, los espectadores sí están involucrados en tanto
tiva de Leiris quiere decir dos cosas: por un lado, ser el instru-
que también su lugar está determinado por las condiciones espe-
mento histórico que da testimonio de los procesos de colo-
cíficas de estos sujetos: por ejemplo, son demasiado jóvenes así
nización y descolonización; por otro lado, ser testigo en el
que todavía no ocupan un lugar definido en la jerarquía de las
sentido de un proceso doble de observación y auto-observación,
relaciones sociales; o son demasiado viejos así que en la lucha
de análisis y auto-análisis. Así como creo haber detectado un
entre los sistemas de saber quedaron relegados de su lugar pri-
mecanismo de proyección del lugar del observador sobre la
vilegiado que tradicionalmente les correspondía. En tercer lu-
acción de los sujetos investigados, en el análisis del ritual en
gar, el juego de las relaciones que se despliega eh el ritual no es
términos de aspectos teatrales, de igual manera quisiera ahora
tal en el sentido de una pseudoacción, sino que puede llegar a

172 173
Ingrid Geist TEATRALIDAD Y RITUALIDAD: EL OJO DEL ETNOGRAFO

proponer paradójicamente el mismo mecanismo para introdu- llar conceptos cada vez más finos que permitan comprender el
cir el concepto de testigo en el análisis de las acciones rituales. ritual. La revisión de la obra correspondiente, que abarca varios
La idea es concebir al actor ritual como un sujeto en acción que tomos, requerería de otro trabajo por separado. Aquí lo que
simultáneamente adopta el lugar del testigo. El actor se coloca quiero asentar es la advertencia de Turner contra un uso dema-
como tal y como testigo de su acción y de la interacción entre siado fácil de la metáfora en función de las connotaciones que
los sujetos con los cuales comparte la participación en un mis- tiene desde la intromisión subversiva del sentido común. Turner
mo ritual y en un mismo contexto social. Aquí es donde quiero no se opone al uso de metáforas pero previene que hay que esco-
referirme a la categoría de "ritual conceptualizado '', de Pietro gerlas con mucho cuidado. Las metáforas sirven como pautas a
Scarduelli. Me parece que esta idea del ritual conceptualizado, partir de las cuales puede construirse la comprensión del mun-
como específicamente humano, efectivamente sugiere una for- do. Una metáfora lo suficientemente rica en su fuerza heurística
ma de representación en el sentido mencionado: actuar y ser tes- puede convertirse en un instrumento útil y fungir como arque-
tigo de la propia acción, lo cual implica la explicitación del testi- tipo conceptual o metáfora fundante de todo un sistema cognos-
,,1·
1 monio, es decir, finalmente, el diálogo entre los participantes citivo. Sin embargo, hay un peligro que consiste en el carácter
1 11 del ritual. El ritual no escenifica o representa y mucho menos persuasivo de la metáfora. Cuanto más persuasiva es, tanto más
1 , •. ,.
refleja algún tipo de cohesión social. El ritual tampoco oculta existe la probabilidad de convertirse en un mito autocertificante,
1 '. ;¡ conflictos. Tampoco los transparenta; ni ofrece soluciones ilu- fuera del alcance de la verificación o falsación empírica. Lo que
~, sorias. Cada una de estas definiciones por separado no logra queda es una metafísica fascinante. Con esta advertencia que,
'l'./ llegar al núcleo del ritual, en el cual efectivamente se encuentra probablemente, habría que revertida, en algún momento, sobre
" ..•.
,,)
• 11 ~
el conflicto irresuelto, que es un conflicto estructural en el sen- el propio Turner, quiero dar fin a este trabajo de tesis y contra-
.•• 1
1 ~l
tido de Victor Tumer, y que permanece como irresuelto, en la tesis y poner los argumentos a discusión.1
,JI medida que las condiciones sociales lo reproducen en la acción
de los hombres.
f:~:
La acción ritual, propongo entenderla como-- __,
un medio de dia-
logar y r~flexjºnat_elcontlkto aJ~ y~~-9!!~.Qciiltanoponrredio
de estrategias discursivas que corresponden.a.intereses sociales
espec{fi~QS..J)ela misiñá manera, están presentes, en el ritual,
las acciones de la cohesión social por medio de alianzas, órde-
nes jerárquicos y normatividades. Creo que la obra de Tumer
es una rica fuente para pensar una situación compleja y anali-
zarla con un sistema conceptual igualmente complejo, donde 1 Tumer hace referencia al Zen Buddhisrno y la distinción entre dos tipos de conoci-

destacan en el caso del autor aludido las categorías de liminari- miento: prajña (la intuición, la aprehensión inme-diata del todo) y vijiiana (el entendi-
miento discursivo y analítico). El autor compara estos tipos de conocimientos con la
dad y estructura. Ahora bien, el propio Turner ha hecho un distinción que Blaise Pascal hace entre l'esprit de finesse y I'esprit de géometrie. Será
amplio uso de la metáfora del teatro en la búsqueda de desarro- terna para otro trabajo, tratar el problema de la representación a partir de un plantea-
miento filosófico que arranca y desarrolla esta distinción.

174 175
Ingrid Geist TEATRALIDAD Y RITUALIDAD: EL OJO DEL ETNOGRAFO

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176 177
LOS TIEMPOS DE LA FIESTA.
ESTRUCTURA RITUAL
Y VALENCIAS SIMBOLICAS DEL "r

CULTO A SANTIAGO MATAMOROS


(SIERRA NORTE DE PUEBLA,
MEXICO) 1
Patrizia Burdi

,i:
"
",

1. Introduccion .'"
La fiesta patronal y, de un modo más amplio, el ciclo anual
"1
festivo, es una de las expresiones socioculturales más repre- ""
sentativas del sistema de creencias religiosas mesoamericano;
como unidad de análisis etnológico ésta es una institución total,
una especie de <referente plural> (Lisón Tolosana 1992: 134)
caracterizado por una multidimensionalidad de mensajes y de
códigos, que permite la elaboración de un doble sistema inter-
pretativo: porun lado, el estudio orgánico de las diferentes cele-
braciones en su articulación cíclica, entendida como una especie

1 Dedico este escrito a la memoria del profesor Halo Signorini, único, insustituible,
adorado Maestro, cuyo ejemplo de rigor, profesionalidad y pasión en el ejercicio de la
disciplina etnológica ha sido principio y alimento de mi formación y quedará, indeleble,
en mi memoria.

179
Patrizia Burdi
LOS TIEMPOS DE LA FIESTA. ESTRUCTURA RITUAL Y...

de mapa del tiempo, que posee significación en el contexto más duce.influyedinámicamente sobre ésta, generando nuevos pro-
amplio de las actividades primarias, descifrando los aconteci- cesos metafóricos y asociativos.
mientos festivos como paradigma de la estructura social y polí- Considerando la complejidad y la variedad de los elementos
tica de una determinada comunidad (cfr. Pratt Canos 1982). sociales y culturales que convergen e interactúan en todo acon-
Desde este punto de vista el ciclo festivo ofrece informaciones tecimiento festivo, ambas estrategias interpretativas tendrán que
determinantes para una mayor comprensión del contexto en que evitar, como subraya Roiz (1982:"" 111), cualquier forma de
los diferentes niveles de la realidad social --ecológicos, reli- <reduccionismo> metodológico que impediría el análisis del
giosos, políticos- interactúan.
papel de los procesos de evolución y de mutación en la cons-
Por otro lado, el estudio analítico de cada celebración festiva, trucción contextual de su significado. Esto es aún más cierto con
como sistema formalizado de señales, símbolos y mensajes respecto al caso mesoamericano, cuyas dinámicas culturales
correspondiente a los dictámenes de una lógica estructural in- internas todos sabemos que están caracterizadas por una fuer-
terna. Desde esta perspectiva -mejor todavía si diacrónica- te tendencia sincrética, que requiere un enfoque metodológico
la fiesta "en singular" permite tanto la individuación de las que no esconda sino que ponga en evidencia las variedades
formas expresivas y comunicativas privilegiadas por la comu- locales y las diferencias semánticas.
nidad (y/o por eventuales subgrupos), como la comprensión de El análisis del acontecimiento festivo efectivamente compor-
los procesos de reformulación cultural de los mensajes que éstas ta un paciente trabajo de organización conceptual de las unida-
transmiten (cfr. Mesnil 1974).
des que lo componen y de las secuencias que lo marcan, una
Es nuestra intención privilegiar en esta sede la segunda atención a los detalles ya las correlaciones internas y externas,
estrategia de análisis enunciada, pero reconsiderando su estatu- . una comparación de las analogías y una selección de las dife-
to semiológico partiendo de esa visión "ernica " de los aconteci- rencias. Todo esto sin alejarse de una perspectiva crítica hacia
mientos rituales que presta atención a su dimensión expresiva y la pretendida "verdad" de la explicación del investigador, valo-
evocativa.
rando en su crucial importancia la dimensión subjetiva de la ob-
En efecto, estamos de acuerdo con Lisón Tolosana (1992: servación, <lo que une>, para usar las palabras de Wittgenstein
154) cuando define la fiesta como <una estrategia metafóri- (1975: 39) <esa imagen con nuestros sentimientos y pensamien-
co-teatral>; como en el teatro la acción de los actores socia- tos. Esta parte da a la observación su profundidad>2
les es metáfora de un texto que, geercianarnente, es su guión Por tanto, si la fiesta, <como acontecimiento cíclico perte-
cultural; más que en el teatro los espectadores no "leen" o nece al orden de la estructura> (Lisón Tolosana 1992: 142),
decodifican el acontecimiento sino que participan emotiva- siguiendo estas sintéticas consideraciones teóricas trataremos
mente en él. Y precisamente en esta participación se encuen- de analizar la estructura ritual de la fiesta del santo patrón en
tra la dimensión más estrictamente creativa del aconteci- Santiago Yancuictlalpan, pueblo de una dúplice y conflictiva
miento festivo que, fomentando el desarrollo de nuevos pro-
cesos asociativos entre los asistentes, más que perpetuar los
significados tradicionalmente dados por la cultura que lo pro- 2 Para profundizar en la perspectiva del filósofo alemán en relación al análisis de los
ritos festivos, véase Clemente (1984).

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composición étnica (nahua y mestiza), situado en la Sierra Norte


de Pueblas, prestando atención a las valencias simbólicas de ca- 1A SECUENCIA FESTIVA
rácter sincrético del culto a Santiago que constituye su esencia.
FASE 1: 24/VII - Recitación de las mañanitas
LA VISPERA - Decoración de la iglesia y del atrio
2. Los tiempos de la fiesta - Hora 12: misa con bautismos
Hora 18: traslado de la estatua
En el calendario litúrgico la fiesta de Santiago se celebra el 25 pequeña de Santiago y de la
de julio, pero, como a menudo ocurre en las situaciones ritua- - cofradía a la capilla externa
'"
les importantes, en Yancuictlalpan ésta se prolonga, compren- - Entrega de los xochitceras
diendo el día anterior y el siguiente, y se repite los días 14 y 15
- Vuelta de las imágenes a la iglesia
de agosto. Hora 23: "encamisada"
La primera secuencia de la fiesta incluye la Víspera (el 24 de "Llegada" del santo
julio), el Día del Santo (el 25) y el Altepeilhuit (el 26, palabra
nahua que significa "la fiesta de la aldea 'j; la segunda secuen- FASE 2: 25/VII - Hora 9: misa de los diputados :,
cia también comprende una víspera (el 14 de agosto, en la que ELDIADEL - Procesión breve "

se celebra la "muerte" de la Virgen) y culmina el15 de agosto, SANTO - Hora 12: misa del mayordomo
día del Combate, llamado así porque se celebra la aparición del - Procesión solemne
santo en batalla. - Traslado de la estatua grande de .,
Los dos tiempos de la fiesta comprenden distintas fases que, Santiago para su adoración "
aunque tienen diferentes mensajes religiosos, presentan, como FASE 3: 26/VII - Hora 9: misa ofrecida por la Junta
veremos, estrechas analogías formales. Intentaremos, por lo que EL ALTEPEILHUIR auxiliar
nos permite la complejidad de la celebración festiva, una sínte- - Danzas en el atrio de la iglesia
sis esquemática de los acontecimientos que caracterizan cada - Hora 11: misa ofrecida por el
fase. Presidente .".,.
o'
- Procesión breve "1
.'~
- Hora 13: vuelta de la estatua
grande del santo a su sede legítima
- Vuelta de la cofradía a casa del
mayordomo

3 Véase Signorini y Lupo (1989) para una exhaustiva descripción de dicha comunidad.
Para un análisis más amplio de las fiestas religiosas dentro de las mayordomías, véase
Burdi (1993).

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2 A SECUENCIA FESTIVA se dirigen de rodillas al altar y besan el primer peldaño antes de


sentarse para escuchar la misa. Inmediatamente después se
FASE 1: 14/VIII - Decoración de la iglesia
LA VIS PERA adorna la iglesia y el atrio de la fachada, lo que requiere la
- Preparación del catafalco fúnebre
colocación de 12 floreros, sobre todo gladiolos rojos. A las doce
de la Virgen
se celebra la misa con el bautizo de niños y recién nacidos.
- Traslado de la cofradía a la iglesia
A primeras horas de la tarde el sacerdote recibe en la iglesia
- Danzas rituales
a los grupos de danza- para la bendición propiciatoria. Hacia las
FASE 2: 15/VIII - Elevación de la Virgen del féretro 6 el fiscal se ocupa del transporte de la más pequeña de las esta-
(POR LA y colocación sobre el altar tuas de Santiago desde la iglesia hasta la capilla situada en la
MAÑANA) - Hora 9: misa de los diputados entrada del pueblo. Allí le alcanza el mayordomo que lleva con-
SE LEVANTA LA - Danzas rituales en el atrio de la sigo la imagen del santo objeto de devoción doméstica, la
VIRGEN iglesia cofradía, con cirios hábilmente decorados con motivos florea-
- Hora 12: misa del mayordomo les (los llamados xochitceras) que después serán ofrecidos a las
- Procesión de la cofradía y de la autoridades civiles.
estatua pequeña de Santiago Después de la entrega de los cirios, la procesión continúa
- Bendición y distribución de la hasta la iglesia, llevando la estatua y la imagen. En la puerta
fruta de la Virgen a los fieles éstas son incensadas y el fragor de los cohetes acompaña su
FASE 3: 15/VIII entrada. Ambas procesiones, como las que seguirán, están en-
- Representación de los remates de
(POR LA TARDE) - cabezadas por los grupos de danza que, una vez depositados los
los Santiagos y Negritos
iconos en el templo, inician las secuencias coreográficas que
EL COMBATE - Vuelta de la cofradía a casa del
durarán hasta bien entrada la noche. En el pasado, antes de la
mayordomo
- medianoche se procedía a la encamisada, que consistía en dar
Invitación en casa del mayord om o
fuego en el atrio de la iglesia a los toritos, entarimados de pasta
de papel con forma de animal sobre los que se colocaban un
buen número de cohetes.
:.'
2.1. Primera secuencia festiva Durante la noche la tradición requiere que en el cielo aparez-
ca una estela luminosa y que se oiga el trote de un caballo en el
-
umbral de la iglesia, signos inequivocables del regreso del santo
Fase 1. La vispera
a su lugar "natal".

El 24 de julio, antes del amanecer, se canta la última mañanita 4 En Yancuictlalpan hay dos grupos de danza, Cueza lime y Negritos que , en las fiestas
estrofas devocionales que durante 9 días se recitan delante del principales están acompañados por los Santiagos y los Voladores, residentes en los
portal cerrado de la iglesia para propiciar un buen "despertar" pueblos cercanos. Negritos y Santiago s realizan danzas basadas en los modelos coreo -
gráficos europeos, mientras que Cuezalime y Voladores mantienen la tradición coreo-
del santo. Terminado el canto, la puerta se abre y los presentes gráfica precolombina (cfr. Burdi s.d.b).

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LOS TIEMPOS DE LA FIESTA. ESTRUCTIJRA RITUAL Y...

Fase 2. El dia del santo Después de la primera misa el atrio se llena de danzantes en
acción. Cuando termina la misa de las 11 hay una procesión que
El clou de la fiesta está caracterizado por un gran movimiento: sólo lleva la estatua pequeña del santo y la cofradía y hace un
a las 9.00, después de la música de viento tocada por la banda, breve recorrido; la composición de la procesión es parecida a la
se celebra la misa de los diputados, es decir ofrecida por los del día anterior. Hacia las 13 se oyen campanas a muerto, que
ayudantes del mayordomo. A continuación una breve procesión, advierten que la estatua grande de Santiago es colocada en su
compuesta por el sacerdote, precedido por los grupos de danza, lugar natural, detrás del altar.
recorre en sentido antihorario el atrio de la iglesia. Por la tarde los grupos de danza vuelven a actuar, mientras
A las doce empieza la misa principal de la fiesta, ofrecida por el mayordomo, con un séquito de diputados y familiares, recoge
el mayordomo. Terminada la misa se prepara la procesión, enca- la cofradía de la iglesia para llevarla a su casa.s Esta última
bezada por los danzantes, que esta vez atraviesa todo el pueblo. acción señala el final de la primera secuencia de la fiesta del
De vuelta a la iglesia la cofradía y las flores son colocadas santo patrón.
en el altar; al entrar la estatua la música, que hasta ese momento
había acompañado sin interrupción los movimientos de la gente,
se para: sólo se oye el sonido de la campana, rítmico y veloz, 2.2. Secunda secuencia festiva
durante el tiempo necesario para la delicada operación de colo-
car la gran estatua sobre una mesa delante del altar. Una vez
Fase 1. La vispera
colocada vuelve a sonar la música y se lanzan cohetes. En ese
momento empieza la veneración de la estatua y la gente se
amontona para tocarla y besarla. Tocan el caballo y la imagen La tarde del 14 de agosto empieza la decoración de la iglesia:
y después se pasan la mano sobre la propia cabeza o la de los en cima del altar se ponen 12 floreros con lirios blancos y de
niños, santiguándose. Junto a la fruta y al maíz ofrecen mucho color violeta y papaloxochit /flor mariposa/, junto a otras com-
dinero con el que se secan el sudor del rostro antes de deposi- posiciones floreales; sobre una lecho perpendicular al altar la
tarlo. La veneración sigue hasta bien entrada la noche, lo mismo estatua de la Virgen, vestida de color violeta y rodeada con
que las visitas de los vecinos a casa del mayordomo, que les xochitmecatl/cuerda de flores/; en las esquinas y a los pies de
ofrece a todos comida y bebidas. la cama 4 cirios y 4 velas votivas; alrededor, en dos bancos para-
lelos, ofrendas de fruta, sobre todo manzanas. Una vez colocada
la estatua, las mujeres presentes en la iglesia la inciensan por
Fase 3. La fiesta de la aldea los cuatro lados y la velan como se hace con los difuntos, con
una larga fila de personas, sobre todo niños, que se acercan para
besarla.
El día 26 son las autoridades civiles, el presidente auxiliar y su
junta, quienes pagan las dos misas previstas, a las 9 y a las 11,
s A menudo sucede que tardan más de un día en llevar la cofradía a casa del mayordomo,
ocupándose también de ofrecer una comida a la población. para no irritar al santo con tantos traslados seguidos.

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Por la tarde, cuando los danzantes han terminado de comer pués reparten con los demás danzantes frente a la plaza. Matan
en casa del mayordomo, se prepara la procesión que desde allí ritualmente al Pilato en el templo, en el altar, y después le arras-
~on flores, incienso, velas y xochitceras, se dirige hacia l~ tran hasta la salida, donde vuelve a ponerse de pie. Por la noche
Iglesia, para depositar la cofradía. Una vez colocada ésta sobre los danzantes desaparecen y el mayordomo con un cortejo de
el alt~r co~ todas las atenciones rituales, los danzantes ocupan diputados y familiares, se dirige hacia la iglesia para recoger la
el atrio y siguen con sus danzas hasta bien entrada la noche. cofradía, que en poco tiempo volverá a ser colocada sobre el
altar doméstico, su sitio habitual. En casa del mayordomo, una
Fase 2. La asunción vez llevados a cabo los ritos pertinentes a la entrada de la imagen
sagrada en la casa, empiezan las danzas, esta vez populares: el
cambio de la música, de los tiopansones (música de iglesia) a
Los acontecimientos de la jornada repiten las secuencias del 25 los huapangos, señala el final de la fiesta sagrada y el principio
de julio: antes de .la misa de las 9, la ofrecida por los diputados, del entretenimiento popular, entre jóvenes borrachos que bus-
la estatua d.e la Virgen es retirada del lecho y puesta en su sitio,
can compañía femenina.
una hornacina lateral de la iglesia, para testimoniar su ascensión
al cielo. Una vez terminada la primera celebración, los danzan-
~es ocupa~ el atrio de la iglesia y empiezan su perfonnances, sin 3. Análisis de los datos
mt:rrumplrse hasta las 11, cuando empieza la segunda misa de
la Jornada, la del mayordomo. Después tiene lugar la procesión Concordamos con Leach (1973) cuando indica entre las funcio-
en el pueblo. nes primarias de las celebraciones festivas la de la ordenación "
"
De vuelta a la iglesia, mientras las danzas siguen en el atrio, del tiempo, considerado, precisamente por esta función, como
el sacerdote reparte entre los fieles, después de haberla bende- <discontinuidad de oposiciones repetidas> (ibidem, 208). La
cido, la fruta que estaba alrededor del "féretro" de la Virgen. falta de una solución de continuidad en el flujo secular, profano
de los sucesos, de una cesura rítmica en la continuidad del
Fase 3. El combate tiempo representada precisamente por el intervalo no ordinario
de la fiesta, terminaría minando las bases del orden social, '\

impidiendo la creación de un paradigma compartido del movi-


La tarde del 15 de agosto, el grupo de los Santiagos lleva a cabo
miento del tiempo." El juego de las alternancias entre sagrado y
el llamado remate, es decir, la interpretación de los aconteci-
profano y las secuencias del paso de una condición a otra son,
mientos culminantes de la historia por ellos representada. Se
pues, procesos universales a los que afluyen los diferentes con-
trata de la muerte del Pilato Rey, el antagonista de Santiago jefe
tenidos sociales que la investigación etnológica encuentra cuan-
de los Judíos, res?onsable de la muerte de Jesús: los partidarios
del Santo le. pers~guen y después de una escaramuza le atrapan do la fiesta es su objeto de estudio.
cerca de la Igle~.Ia. Con el Pilato bien agarrado, Santiago y su
ayudante, ~l Cajín, pasan entre los vendedores diseminados por 6 Como afirman Hubert y Mauss (1977: 102), <las fechas críticas interrumpen la

la plaza principal, recogiendo ofrendas de todo tipo, que des- continuidad del tiempo .., rompen la peculiar duración>.

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La organización de los acontecimientos rituales de la fiesta mismo día, de numerosos bautismos y, sobre todo, en la quema
de Santiago muestra con toda evidencia que el paradigma halla- ritual, ahora ya abandonada, de los llamados toritos.
do por Van Gennep (1981) en :909 y desarrollado después por Hemos visto que Santiago manifiesta su vuelta a través de
Turner (1969, 1974) no sólo se puede encontrar en la estructura señales relacionadas con los atributos simbólicos de su identi-
de los ritos de paso, sino que es característico del fenómeno dad: una estela luminosa en el cielo, causada por el movimiento
festivo en sí: los datos etnográficos confirman, pues, que <todos de la espada, y el ruido de los cascos, producido por el trote
los ritos festivos son en cierta medida ritos de tránsito> (Velasco impaciente del caballo en el portal de la iglesia. La espada y el
Maillo 1982: 172). La tripartición del espacio y del tiempo (se- caballo le representan sin duda como el Matamoros, subrayando
paración-margen-agregación), postulada por Van Gennep y ve- la valencia guerrera que en América Latina caracteriza el culto
rificada comparativamente, en efecto es reconocible en las al santo, en evidente contraste con la mansedumbre y el misti-
secuencias festivas del 24-25-26 de julio y del 14-15 de agosto. cismo de Santiago peregrino alabados en el culto europeo. Se
Intentaremos, por tanto, siguiendo este paradigma, un análi- espera, pues, el cíclico retomo del héroe, en un horizonte mítico
sis conjunto de las dos secuencias festivas que las estrofas que recitan los fieles en la madrugada ayudan a
delinear con exactitud. En efecto, el canto devocional, aún tra-
tando del martirio del santo en Judea --que se celebra al día
3.1. Fase de separación
siguiente- subraya sus cualidades marciales, celebrando su
valor guerrero y comparándolo, por ciertos aspectos, al astro solar
3.1.A. La espera del santo que al empezar su ciclo diurno obliga a la luna a esconderse.
3.1.B. El "sueño" de la virgen Llega el santo, pero él mismo está obligado a esperar fuera
de su sede institucional, la iglesia: su ubicación, como la de los
3.l.a. La víspera del 25 de julio es tiempo de purificación, a la fieles que le celebran, todavía es externa, y pone en evidencia
espera de que el santo se manifieste, durante el cual se preparan su separación del centro de lo sagrado. El traslado ritual de la
los escenarios mitológicos en los que el santo se moverá. Los cofradía desde la casa del mayordomo hasta la capilla a la en-
hechos sobrenaturales interpretados como un anuncio de la trada del pueblo subraya la condición de lejanía característica
llegada del santo y los ritos que la caracterizan, la recitación de de esta fase: en efecto, esta imagen de Santiago es la que está
las mañanitas, cumplen esta doble función. más ligada al ambiente doméstico, que sólo abandona para la
En efecto, el conjunto de los comportamientos relacionados fiesta. El traslado en sí, por tanto, se vive como una separación:
con la recitación de las estrofas devocionales indican que esta se aleja, se separa el núcleo de la sacralidad familiar, el calyolotl
acción es un verdadero rito de expiación, con finalidades puri- de la casa.
ficadoras en vista del encuentro con lo sagrada." Finalidades que 3.l.b. También el 14 de agosto es un día de espera, no de la
podemos encontrar también en la celebración, precisamente ese llegada del santo, sino de la asunción de la Virgen al cielo, que
se cumplirá al día siguiente. Ésta es una celebración ritual que
no forma parte de la liturgia católica ortodoxa, pero pone en
7 A este propósito, véase Christian (1978: 176-178).

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evidencia la capacidad de los nahua de reinterpretar conceptos que es asociado metonímicamente con la sangre derramada en
y dogmas católicos siguiendo sus propias categorías conceptua- el supremo sacrificio. Se celebra, pues, la muerte del santo,
les. Los informadores insisten que durante la espera de la asun- como la tradición católica impone, pero es una especie de
ción la Virgen sólo está dormida, pero la preparación ritual (la muerte preparatoria a su cíclico retomo, el sacrificio que para-
colocación del lecho perpendicular al altar, rodeado por cirios digmáticamente permite un intercambio circular de bienes, ya
encendidos, el color violeta del vestido y de una parte de las sean espirituales o materiales.
flores, la presencia de los papaloxochit, la flor-mariposa, meto- Éste es el día en que la presencia sobrenatural del santo
nímicamente relacionado a las almas de los difuntos) y, sobre penetra in toto el espacio social, en que la dimensión sagrada
todo, el comportamiento de los participantes demuestran que se supera los confines ordinarios, difundiendo entre la colectividad
trata de una verdadera celebración fúnebre. ese sentimiento de intenso espíritu comunitario que Tumer
La "muerte", o el sueño de la Virgen se puede interpretar (1969) ha definido communitas. El traslado de lo sagrado de sus
como paradigma de la separación, del alejarse de la dimensión lugares convencionales -la iglesia, el altar doméstico- al
de los vivos, como preludio de la unión con lo divino. Lo mismo espacio profano del pueblo hace que éste último se convierta en
que, una vez más, el traslado de la cofradía del altar doméstico una especie de <escenario ritual> (Lisón Tolosana 1992: 142),
a su colocación en la iglesia. en el que el cuerpo social, unido por la común filiación religiosa,
El predominio del color blanco en las composiciones florea- se representa.
les y de las manzanas en las ofrendas de fruta demuestran que Esta jornada del ritual festivo se caracteriza por un movi-
esta fase de separación requiere un estado de pureza: en efecto, miento incesante de lo sagrado hacia lo profano y viceversa: las
la estatua de la Asunción está representada en el acto de aplas- procesiones y las diferentes formas de adoración de la estatua
tar la serpiente que muerde el fruto, simbolizando su pureza del grande del santo indican una anulación de los confines entre las
pecado original. La presencia de los numerosos niños que se dos esferas que, invalidando temporalmente la contraposición
acercan para besarla es otro elemento que claramente indica la entre las dos categorías sobre las que se funda el orden social,
importancia de la condición de pureza en este tiempo de víspera. crea la que primero Van Gennep (1909) Ydespués Tumer (1969)
han definido como una condición de liminalidad. Como tal, esta
3.2. Fase marginal condición esconde una peligrosa ambigüedad, puesta en eviden-
cia por las precauciones rituales observadas en el uso de la
estatua grande -inamovible quintaesencia de la sacralidad
3.2.A. El día del santo
respecto a las otras dos efigies más "mundanas"- que subrayan
3.2.B. El "despertar" de la virgen
los riesgos inherentes en la osmosis entre dos dominios on-
("se levanta la virgen ")
tológicamente inconciliables pero necesariamente comple-
mentarios.
3.2.a. El 25 de julio se celebra el martirio de Santiago, según la
En esta condición de marginalidad el orden y los valores
tradición popular decapitado en Judea. El rojo es el color pre-
sociales aparecen reforzados por la estructura binaria en la que
dominante en las composiciones florea les del altar mayor, por-

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se organizan en el tiempo y en el espacio las secuencias de los misterio de la Asunción, concebida por los nahua como una
acontecimientos rituales: las misas y las procesiones se alternan especie de resurrección después de la muerte (el verbo "levan-
en una especie de contrapunto rítmico de unidades homogéneas tar" es, en efecto, significativamente usado en los rituales fúne-
pero cuantitativamente diferentes. Misa de los diputados y pro- bres)? y por tanto como una victoria de lo sagrado sobre lo
cesión en el atrio de la iglesia, misa del mayordomo y procesión profano transitorio, que une a todos los fieles; por otro, el con-
por el pueblo: la diversa entidad de los acontecimientos expresa sumo de un bien que, partecipando de la naturaleza de lo divino,
de manera paradigmática, por un lado, la diferencia de status de favorece metonímicamente una comunión con la esfera de lo
los protagonistas en la organización de la fiesta, que obra pues sobrenatural.
como <traductor de la percepción que la sociedad tiene de las La mañana del 15 de agosto, como la del 25 de julio, repre-
relaciones jerárquicas, de oposición y de complementariedad> senta la fase de la fiesta en la que la circularidad del intercambio
(Pratt Canos 1982: 159); por otro lado, concreta el principio de entre humano y sagrado encuentra su realización ideal: el sen-
reciprocidad inherente a la misma. Status y reciprocidad cons- tido de communitas que se instaura es tal que cualquier contra-
tituyen las categorías sobre las que se basa la organización de dicción y conflicto inherente al sistema social queda anulado
la mayordomía mismas y, en un sentido más amplio, la visión temporalmente.
del mundo que tienen los nahua serranos, para quienes el cos-
mos y la creación son un conjunto de partes interdependientes,
cuya armonía se conserva por la incesante y ecuánime distribu-
3.3. Fase de reunificación
ción de bienes y fuerzas.
3.3.A. El Altepeilhuit ~J
3.2.b. De igual manera que en el día del santo, también en la
repetición de la fiesta del 15 de agosto la secuencia de los 3.3.B. El combate
acontecimientos de la primera parte de la jornada se organiza
en una estructura binaria en la que las dos series de rituales se 3.3.a. El significado de la palabra nahua indica con precisión
encuentran en una relación de complementariedad en su interior que éste es el día en que la aldea se festeja a sí misrna.t? ponendo
y de contraposición entre ellas. Pero esta secuencia la abren y en escena los valores y las modalidades que constituyen las
después la cierran otros dos actos que concluyen la celebración coordinadas ideales de las relaciones entre la colectividad y los
relativa a la Virgen: la elevación de la estatua de su catafalco y que tienen el poder político, se reafirman los principios que
la distribución de la fruta que la rodeaba. Ambas, junto a los sostienen la organización social.
normales acontecimientos festivos, recrean una condición de Después de la inmersión en lo sagrado se vuelve al mundo
difusa presencia de lo sagrado en la colectividad: por un lado el profano, el de las relaciones políticas y sociales; este día las

8 Slade (1992: 56) indica en <reciprocity, respect, rank, sacrifice> los principios 9 A propósito de esto un informador sintetiza: <el padrino levanta la cruz, así lo hace
estructurales que soportan la organización de las mayordomías indias. Para un examen uno, como se levantó Jesús. Esto sirve para levantar el alma del difunto>.
más detallado de las relaciones complementarias que entre ellas se instauran, veáse 10 La misma palabra se utiliza para indicar ello de enero, día en que se procede a la
Burdi (1993). distribución de las mayordomías.

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LOS TIEMPOS DE LA FIESTA. ESTRUcruRA RITUAL Y...

obligaciones del mayordomo y de sus diputados corren a cargo


3.3.b. La fiesta patronal de Yancuictlalpan puede conside-
del presidente y de su junta auxiliar: recaen sobre éstos últimos
rarse realmente terminada sólo la noche del 15 de agosto. Los
la celebración de las dos misas y, sobre todo, la invitación a
nahua consideran necesario repetir la fiesta del patrón porque
comida y bebidas a toda la población. De esta manera se pone
así pueden celebrar a Santiago Matamoros en todos sus a~p~c­
en evidencia la relación especular de intercambio entre la es-
tos, sobre todo la presunta aparición del santo en la decisiva
tructura religiosa y la civil típico de las comunidades indias, que
constituye la base del llamado sistema de cargosn, batalla de 1492 contra los árabes. Con la representación de los
llamados remates la celebración pierde sus connotaciones sa-
En el aliepeilhuit además volvemos a encontrar la misma
gradas convirtiéndose en actuación en donde los ac~ores ~ocia­
estructura binaria de los acontecimientos rituales del día ante-
les se interpretan a sí mismos y interpretan sus relaciones infra-
rior, señal de que en la percepción de los participantes la esfera
comunitarias.
de las relaciones sociales y políticas se organiza siguiendo los
Las coreografías del grupo de danza de los Santiagos, en
mismos imperativos morales e ideológicos que rigen la esfera
donde el santo y sus adeptos se enfrentan violentamente a los
sagrada: desde este punto de vista la ofrenda colectiva de ali-
judíos culpables del martirio de Cristo, son el medio a través del
mentos, <la invitación, en las modalidades paradigmáticas del
cual se define y se manifiesta el sentido de la identidad cultural
ritual festivo se convierte en "comunión"> (Turner 1974: 272).
del grupo indígena, convirtiéndose en la representación ~i~bó­
De esta relación de intercambio surge el modelo ideológico
lica del conflicto étnico de la comunidad, entre la parte india y
específico del poder de los nahua de la Sierra, medido según la
la más numerosa e influyente parte mestiza.
capacidad de donar más que de recaudar y basado en el principio
Paradójicamente, la danza de "Moros y Cristianos" importa-
de una circularidad de servicios entre la cuspide y la colectividad.
da en América como modelo de la contraposición entre el cato-
La misma circularidad que caracteriza la relación entre los huma-
licismo europeo y el paganismo indígena, una vez asimilada por
nos y el mundo sobrenatural y que hace que el ejercicio del poder
los autóctonos, aún manteniendo su significado, acaba cambian-
no pueda prescindir de ser ratificado por el sacramento. No es
do sus significantes. Los naturales, los indios, en virtud de la
casual que las autoridades civiles se encarguen de la distribución
centralidad que la esfera religiosa ocupa en su cultura se con-
colectiva de alimentos incluso el día en que se asignan las mayor-
vierten en "cristianos", los verdaderos portadores de la fe, y, en
domías, subrayando la relación entre cargos religiosos y civiles en
cambio, los mestizos en "moros", en infieles (cfr. Burdi s.d. b).
la vida social de los nahua de Yancuictlalpan. u
La muerte ritual del Pilato Rey en la iglesia, por tanto, asume
El día de la fiesta de la aldea es, pues, el que marca la vuelta
el caracter de una especie de rescate colectivo con respecto a "'
a la dimensión ordinaria, cotidiana de la vida social: las imáge-
los sectores dominantes de la sociedad, reafirmando la impor-
nes del santo vuelven a sus sitios de siempre y este retorno cie-
tancia de los valores religiosos y comunitarios respecto a una
rra simbólicamente y, una vez más circularmente, el primer
ciclo ritual. visión laica y mercantil del mundo. Las ofrendas concedida a
los responsables, inmediatamente compartidas con el grupo,
parecen confirmar esta clave de lectura, ratificada además en
11 Para un análisis del sistema en la comunidad de Yancuicrlalpan, véase Burdi (1994). las entrevistas etnográficas.

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Un final de celebración, pues, que devuelve a los participan- Hubert, H. e M. Mauss 1977 [1909]. "La rappresentazione del
tes a la dimensión histórica de la vida social, dramatizando las tempo nella religione e nella magia", en E. Durkheim, H.
dinámicas y los valores que la caracterizan. Hubert e M. Mauss (eds.) Le origini dei poteri magici, pp.
El tiempo sagrado de la fiesta se ha cerrado. Del mismo modo 95-127. Torino: Boringhieri.
que el Pilato Rey renace apenas se le saca de la iglesia, el tiempo
secular vuelve a su curso vital. Leach, E. 1973 [1961]. Nuove vie deli'antropologia. Milano: Il
Saggiatore.
Bibliografía Lisón Tolosana, C. 1992. Aragoneses. Políptico desde la Antro-
pología social. Zaragoza: Diputación General de Aragón,
Burdi, P. 1993. "Estamos aquípara cumplir". L'esercizio della Departamento de Cultura y Educación.
mayordomía a Santiago Yancuictlalpan, Sierra Norte de Pue-
bla (Messico). L'uomo, vol.Vl, n.s., 1:3-35. Mesnil, M. 1974. Trois essais sur la fete. Bruxelles: Ed. de
L 'Université de Bruxelles.
_ _ _ 1994. Modelos ideológicos y ejercicio del poder en el
sistema de cargos en una comunidad de la Sierra Norte de Prat Canos, J. 1982. "Aspectos simbólicos de las fiestas", en
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y CONTEMPORANEO¡
Iris Gareis

l. Muerte del Inca y nacimiento de un mito

"El sol vuélvese amarillo, anochece,


Misteriosamente;
Amortaja a Atahualpa, su cadáver
y su nombre;
,\
La muerte del Inca reduce ,"'~

Al tiempo que dura una pestañada. " I'i rt'


! ~ I~
(Apu Inca Atawallpaman <1955>: 10)

En muchos lugares de Latinoamérica se realizan en la actua-


lidad representaciones dramáticas que tematizan la llegada de
los conquistadores europeos y los trágicos acontecimientos que

1 Agradecemos la lectura del manuscrito a la Dra. María Susana Cípollettí. Este texto,
está parcialmente basado en un artículo alemán por publicar en la revista italiana
"Ludíca" (1:1995).

200 201
Iris Gareis LA ESCENIFICACION DEL TRAUMA: REPRESENTACIONES...

la acompañaron. El modo en que son representados la conquista Recién en la segunda mitad del siglo XVI, algunos pocos au-
española y el rol de los indígenas americanos en esta época tores andinos y mestizos se dedicaron a describir según su punto
varían según la tradición local. En todo caso, cualquiera sean de vista las culturas precolombinas y la vida de aquellos pueblos
las diferencias existentes entre las representaciones dramáti- durante la colonia. Sin embargo, tampoco estos escritos pueden
cas, la temática siempre gira en torno a la experiencia traumática ser calificados a priori de "objetivos", ya que generalmente tras-
de la Conquista.z
miten una visión muy personal del pasado andino y en algunos
En gran parte de los Andes, el protagonista de la tragedia casos fueron tergiversados por los intereses del autor.s A todo
referente a la conquista es el inca Atahuallpa, último soberano del esto hay que añadir que los europeos sólo en pequeña medida
mayor imperio precolombino en América. De las fuentes históri- valoraron la riqueza y la importancia de las tradiciones indíge-
cas se desprende que el personaje Atahuallpa protagonizó también nas. En consecuencia, gran cantidad de fuentes orales, que fue-
representaciones dramáticas en la época colonial. El intento de ron el medio preferido de trasmitir la historia en el tiempo pre-
trazar la historia y el desarrollo de estas obras encuentra, sin colonial, cayeron en el olvido y se perdieron para siempre
embargo, muchas dificultades. En particular se hace notar la falta después de la conquista.é
de fuentes escritas redactadas por los pueblos andinos precolom- En adición, es de recordar que antes de la llegada de los
binos, por lo cual disponemos, respecto a la historia andina sola- españoles, los incas dominaban gran parte de la zona andina, lo
mente de textos escritos después de la llegada de los españoles. que habían logrado sometiendo otros pueblos andinos, incluso
Los autores de estos escritos, además, eran en su gran mayoría por la violencia si lo juzgaron necesario. Para subyugar primero
europeos, los cuales trataban de explicar a sus lectores un mundo a los vecinos cercanos al Cuzco, su capital, y luego a otros gru-
ajeno y hasta entonces desconocido. Es obvio que frecuentemente pos muy distantes, no dudaron en emprender guerras largas y
no comprendieron o no lograron descifrar completamente los crueles.« Vencidos los adversarios, sin embargo, los incas no
hechos que presenciaban, por lo cual muchas veces es difícil destruyeron generalmente las formas de organización socio-po-
reconstruir el pasado andino a base de estas fuentes escritas.s

véanse por ejemplo Gareís (1987: 10-15, 217-218), MUITa (1990: 48-50), Obercm
2 Wachtel (1971: 65 y sgs.) ofrece un cuadro general de la "danza de la conquista" en (1990a: 453-465) y Prcm (1989: 81,83,91-101,181). .
diversas regiones latinoamericanas. Recientemente Harris (1995) sugirió que la histo- 4 A este respecto, es notorio el ejemplo del Inca Garcilaso, quien en sus obras presento ~I
riografía sobre Latinoamérica ha sobrestimado la importancia que los pueblos indígenas una visión muy favorable del imperio de los incas, no sustentada en esta medida por
otorgaron a la llegada de los europeos. Parece que muchos grupos amerindios no tenían otras fuentes históricas. En primer lugar, intentó demostrar que los incas no habían sido
este evento por un suceso sobresaliente, a lo menos no de tan primordial importancia tiranos, como sugerían los españoles de la época, sino en realidad un instrumento de la
como suponían los europeos. En representaciones dramáticas populares difundidas en divina Providencia para preparar la cristianización de los pueblos autóctonos (véanse
los Andes en la actualidad, sin embargo, sí se nota cierta predilección por la temática por ej. Duviols s.f.: 154-155; 1964; Gareís 1987: 44 nota 2, 63 nota 2, 156-157). Pero
de la conquista española y de la caída del inca, lo que también es confirmado en parte también la obra de Guaman Poma, otro autor andino citado muy frecuentemente, refleja
por el trabajo de Harris (ib. 19-21). Aquí no es posible discutir las sugestivas ideas de en cierta medida los intereses perseguidos por el escritor (Adorno 1991: 23 y sgs., 53 y
la autora inglesa en su totalidad. En todo caso, concordamos con la afirmación de Harris sgs., passim; Lienhard 1992: 130 y sgs.; Pease 1981a).
(ib. 19-20) que la así llamada "danza de la conquista" tiene un significado polisémico 5 Acerca de la cultura oral de los pueblos andinos véanse Lienhard (1992: 30-34,37 Y
y variable.
sgs., 128 y sgs.) y Scharlau (1986: 13 y sgs., especialmente 80-93, 148-154).
3 Aquí sólo podemos mencionar algunos de los problemas que dificultan el estudio de
6 Sobre el estado inca, véanse MUITa (1990: 55-58, 62 Ysgs.), Oberem (1990b: 467 y
la historia andina de las épocas precolombina y colonial. Para más informaciones, sgs.), Prern (1989: 61-76) y Schaedel (1978).

202 203
Iris Gareis LA ESCENIFICACION DEL TRAUMA: REPRESENTACIONES...

líticas de estos pueblos, sino que impusieron la organización todas partes del imperio a Cajamarca. No obstante que Atahuall-
estatal incaica como una especie de superestructura a las formas pa había cumplido con su promesa, fue condenado en un juicio
locales. Como consecuencia, los españoles conocieron en pri- fingido a morir en la hoguera. Luego de ser bautizado, la con-
mer lugar las instituciones del estado inca, los nobles incas y la dena fue transmutada, y en 1533 el último soberano inca murió
versión incaica de la historia andina. Sólo decenios más tarde garrotado por un conquistador español.s
lograron percibir a las culturas sometidas por los incas en la No está demás recordar aquí que la caída definitiva del empe-
época precolombina como entidades autónomas. Es decir que la rador incaico sólo fue posible a raíz de la ayuda que varios
mayoría de los escritos de los autores del tiempo de la conquis- grupos étnicos no-incaicos prestaron a los españoles, quienes
ta están impregnados de la visión inca del pasado andino." querían sacudir el yugo pesado que el régimen de los incas había
La conquista española del imperio de los incas y ante todo la representado para ellos.? Algunos decenios bajo la dominación
ejecución de AtahualIpa (= Ataowallpa), el último soberano española, sin embargo, les hicieron cambiar de idea respecto al
inca, a mano de los españoles, dió origen paulatinamente a re- inca y a su imperio. Pero nos adelantamos. Volviendo al mo-
presentaciones dramáticas. Estas piezas, que también exhiben mento de la muerte del inca Atahuallpa, es de notar que la
aspectos rituales, tematizan el choque con los conquistadores dinastía inca, pese a la defunción del soberano, no había dejado
europeos y la muerte del inca . aún de existir, ni tampoco pensaban sus integrantes alejarse tan '1
'1
A fin de facilitar el análisis de estas representaciones teatra- pronto del escenario histórico. Manco Inca, uno de los sucesores
les, es necesario recordar brevemente los hechos históricos: En de Atahuallpa en el trono inca por la gracia de los españoles,
1532, bajo el mando de Francisco Pizarra los españoles empren- colaboró al principio con los nuevos dueños de la tierra. Pero
dieron el camino a Cajamarca, donde se hallaba el inca Atahuallpa no había de durar mucho esta alianza: Luego de sufrir maltratos :l
con sus tropas y lo apresaron. El momento fue propicio para los por algunos españoles, Manco Inca levó tropas y se levantó
españoles, ya que poco antes de su llegada, los ejércitos de contra los conquistadores. Entre 1535 a 1537, sus ejércitos ' 1
AtahualIpa habían logrado derrotar a las tropas de su hermano poderosos hicieron peligrar incluso el dominio español sobre
Huascar (= Waskar). Este triunfo decidió la guerra de sucesión los Andes. Después del fracaso de su rebelión, Manco Inca se
entre los pretendientes al trono inca que durante años había retiró con sus vasallos a los montes de Vilcabamba, región de
devastado el país . De manera que, al tomar preso a Atahuallpa, difícil acceso, cerca de la actual ciudad de Ayacucho. De ahí
los españoles -probablemente sin darse cuenta del alcance de dirigió durante varios años una guerrilla contra los españoles. 10
este acontecimiento- se habían apoderado de la persona en
cuyas manos se concentraba todo el poder estatal. El resto de la
8 Para sumarios breves de los hechos históricos véanse: Burga 1988: 60-72 ; Elliott 1990:
historia es consabido: Para salvar su vida, el inca entregó a los 152-153; Prem 1989: 68; Reinhard 1985: 55-56.
conquistadores un inmenso tesoro en objetos de oro y plata. Los 9 Sobre los servicios prestados durante la Conquista por grupos indígenas a la corona

mensajeros del inca tardaron meses en llevar las riquezas de española véanse los documentos publicados por Espinoza Soriano (1967 , 1971/72) Y
Oberem (1990c: 494-495).
10 En un informe que dictó a un español, Titu Cusi Yupanqui (1973 : 14 y sgs.,
especialmente 52 y sgs.) , el hijo de Manco Inca, describió detenidamente los anteceden-
7 Gareis 1987: 10-12; Oberem 1990b: 467-468 ; Prem 1989: 6 1, 181. tes y los detalles de la rebelión que dirigió su padr e contra el poder colonial. Con esto

204 205
Iris Gareis LA ESCENIFICACION DEL TRAUMA: REPRESENTACIONES...

Durante muchos años las autoridades coloniales no lograron Atahuallpa, ajusticiado en 1533. Este hecho resalta en dos dibu-
controlar la región de Vilcabamba, viendo frustrados sus inten- jos del autor andino Felipe Guaman Poma de Ayala, que datan
tos de destruir este "estado dentro del estado". Tan sólo en 1572 de principios del siglo XVII, y que demuestran --en una com-
una expedición militar penetró hacia el centro de la región posición artística bastante parecida-las degollaciones de Tupac
controlada por los incas y tomó preso al inca Tupac Amaru. Amaru y de Atahuallpa. Es decir que en esta época ya existía la
Aunque el poder de Tupac Amaru en ningún momento igualó a creencia que no solamente Tupac Amaru había sido decapitado,
la autoridad y al poder absoluto que los incas habían tenido en sino que la misma suerte había tocado al inca Atahuallpa lo que
tiempos precolombinos, él fue el último inca que gobernó en los no concuerda con los hechos históricos.P Los dibujos de Gua-
Andes independientemente de los españoles. Su ejecución en man Poma marcan un paso importante en la formación de un
Cuzco, antigua capital del imperio incaico, consumada por nuevo personaje del imaginario indígena, pues muestran a un
mandato del Virrey Francisco de Toledo, causó una impresión inca mítico que de alguna manera aúna el destino de Tupac
muy fuerte en todas las capas de la sociedad colonial, pero Amaru y la suerte de Atahuallpa en una sóla persona. De modo
especialmente en la población indígena. El impacto causado por que el soberano inca, quien en los tiempos de la Conquista
la muerte de Tupac Amaru se muestra en la transformación de --como demuestran los acontecimientos de esta época- fue ,1
I

la imagen que los indígenas tenían de los incas. Poco después concebido como un tirano y conquistador por buena parte de los
de la ejecución del joven Tupac Amaru se dió un cambio de pueblos andinos, a finales del siglo XVI y a principios del XVII
opinión, tendiente hacia una visión mucho más positiva de los ya se había transformado en la conciencia de los indígenas. El
antiguos soberanos del imperio andino. Es de notar, además, que inca, considerado un tirano antes de la conquista española que
en la tradición oral indígena la muerte de Tupac Amaru también había impuesto con mano férrea la así llamada "pax incaica" en
dió origen a una reinterpretación de la ejecución del inca Ata- todos los Andes, después de varios decenios de régimen colo-
huallpa que había sido ajusticiado más que una generación nial, se había convertido en el imaginario andino en un perso-
antes'! 1 naje mítico de características integradoras, capaz de conciliar y
La nueva interpretación está documentada por el hecho que unificar los diversos grupos andinos.n En lo sucesivo, el inca
la decapitación de Tupac Amaru l, efectuada en 1572, posterior- seguiría viviendo en las tradiciones oral y literaria de los Andes,
mente fue trasmitida por la imaginación popular a la muerte de alimentando la esperanza de los pueblos autóctonos a liberarse :.M

quería hacer valer sus derechos ante la corona española (Lienhard 1992: 156-160). Otro 12 Véanse los grabados en la obra de Guaman Poma (1980: 362 [,390,418 f.451),
texto referente a estos acontecimientos es un relato anónimo del sitio del Cuzco figuras 1 y 2 del presente artículo. Es interesante notar aquí que los grabados que
("Relación del sitio .c.", ¿1539?; 1934). Véanse además Gareís (1987: 36-38, 131-134, ilustraban la relación de la conquista del Perú publicada por de Bry en 1596 (1980:
427 Ysgs.), Prern (1989: 68), Reínhard (1985: 56-57) y Wachtel (1971: 255-263; 1990: 11) muestran la muerte de AtahuaIlpa correctamente, aunque los indígenas han sido
194-196).
europeizados y se parecen mucho a estatuas de la antigüedad griega o romana (fig.
11 Burga 1988: 116-120; Flores Galindo 1988: 47-51; Wachtel 1990: 196-197. Sobre la
3 del presente artículo).
transformación de la imagen que se tenía de los incas véanse Burga (1988: 74 y sgs.), 13 Para un esbozo de este proceso histórico véase Gareis (1990; 1993); además Flores
Gareis (1990: 208-210, 215; 1993: 265-269, 275-276), Flores Galindo (1988: 33 y sgs.) Galindo (1988: 21 y sgs.) y Burga (1988: 56-84, 96-101,116-120) para una interpreta-
y Wachtel (1971: 276-278).
ción divergente de los hechos.

206 207
Iris Gareis LA ESCENIFICACION DEL TRAUMA: REPRESENfACIONES...

. .- _.---:--

Figura #. 1. La muerte del inca AtahuaIlpa (1533) según la


crónica de Guaman Poma de Ayala [1612-1615] (1980, p.362, Figura # 2. La muerte del inca Tupac Amaro en 1572 según
foja 390). Guaman Poma de Ayala [1612-1615] (1980, p.418 foja 451).

208 209
Iris Gareis LA ESCENIFlCACION DEL TRAUMA: REPRESENTACIONES...

de la dominación colonial. Persistía, además, formando un pun-


. eA D ·C A P. V. - -. e·e
to de cristalización de la identidad indígena.t-

Francifc_lls PizarrtlS,~gntrafi9:~JP.c4tam,~Atabaliba:~
u~_~gula!l1}~que_~fr~~gi ju~e~ -_c-c -=-==-==---"-_. ~_ 11. Escenificaciones de la conquista y muerte del Inca
Kishkis: "... y nos iremos a lo más lejano
'" y allí conservaremos la memoria
de tu poder, el modo como acabas
y las palabras que de ti escuchamos
en el momento de tu muerte. "
(Atau Wallpaj [l871J 1989: 119)

No es posible determinar con certeza, cuándo y de qué manera


fue representado por primera vez el drama sobre la muerte del
inca Atahuallpa. En una crónica sobre la ciudad minera de
Potosí, redactada a principios del siglo XVIII a base de docu-
mentos antiguos de la época colonial temprana, existe, sin
embargo, una referencia a representaciones tempranas de esta
temática. El texto proporciona una descripción de las festivida-
des en honor del Santísimo Sacramento celebradas en el año
1555. En el curso de la fiesta religiosa se representaron asimis-
mo ocho "comedias", es decir ocho piezas de teatrot'', cuya te- :Ik

mática giraba en torno a la historia incaica. Una de estas repre-


111
1

14 Esto se hace notar sobre todo en las tradiciones míticas de Inkarrí registradas por :11'
1111
primera vez por losé María Arguedas (1956) y Josafat Roel Pineda (Arguedas y Roel
Pineda 1973). "Inca-rey" o "Inkarrí", héroe cultural y dios andino, había sido decapitado
por Pizarro u otro representante de los peruanos culturalrnente "blancos", En algún lugar
de los Andes, debajo de la tierra, está la cabeza de Inkarrí, su cuerpo crece desde la
cabeza hacia los pies. Cuando esté completo, Inkarrí regresará para cambiar la suerte
de la población andina. Acerca de las ideas sobre Inkarrí véanse Gareis (1990: 214-215;
1993: 273-274) con más datos bibliográficos, además Millones (1992: 43-45) y Pease
(l981b: 113-126).
15 En esa época la noción "comedia" en el teatro de habla española tenía el significado
Figura # 3. El inca Atahuallpa muere garrotado, según de Bry
de "drama" e incluía tanto comedias como tragedias (Franzbach 1968: 66; Hess,
[1596] (1980, p.II). Frauenrath y Siebenmann 1972: 30-31).

210 211
Iris Gareis LA ESCENIFICACION DEL TRAUMA: REPRESENTACIONES...

se~taciones dramáticas estaba dedicada a ejemplificar la con- los autos sacramentales cuyo escenario eran carros adornados
qUls~a española y la ruina del estado inca.te Del sumario que el especialmente para esta ocasión, cantatas, danzas, alegorías y
c:omsta ofrece del drama se puede colegir la siguiente secuen- otras representaciones que no pertenecían al género "come-
era de escenas: (a) el arribo de los españoles, (b) el "cautiverio dia ".20
injusto" al que sometieron al inca Atahuallpa, (e) los presagios Es interesante notar que el texto de las representaciones poto-
que .fueron observados en muchos lugares antes de la ejecución sinas de 1555 consistía en versos mixtos españoles y quechuas,
?el Inca, (d) cómo los españoles oprimían y agraviaban a los según afirma el cronista del suceso (cit. en Alcina Franch 1986:
~ndígenas, (e) la enorme cantidad de metales preciosos que el 155). El quechua era el idioma oficial del imperio incaico y se
Inca entregó a los conquistadores para salvar su vida y, final- estableció como lingua franca en la colonia. Esta circunstancia,
mente, su suplicio en Cajamarca.r' como también la temática de las representaciones, sugieren por
El autor de la crónica hace hincapié en el hecho que las así un lado un gran interés por parte de los españoles de llamar la
llamadas comedias en los documentos solamente fueron cali- atención de los indígenas. Por otro lado, es posible interpretar
ficadas de "representaciones ".18 Posiblemente los autores con- la existencia de los versos mixtos y los temas incaicos como
temporáneos querían indicar con esto que las escenas repre- prueba de la participación indígena en la creación y represen-
sentadas no ostentaban las características requeridas de una tación de las piezas dramáticas.u
comedia del siglo de oro, o lo hacían sólo en parte.w Para Otras referencias a representaciones teatrales que tematizan
formarse una idea de estos dramas de Potosí, quizá, habrá que la muerte del inca Atahuallpa se encuentran en una colección
pensar en una combinación de representaciones de diferentes de acuarelas efectuada a finales del siglo XVIII para ilustrar un
géneros muy común en grandes fiestas religiosas durante la libro de historia que planeaba escribir el obispo de Trujillo. 22
colonia. Además de las piezas de teatro en el sentido propio de Durante la visita a su obispado norperuano, el obispo Martínez
la palabra, en general formaban también parte de los espectácu-

20 Estenssoro Fuchs 1989: 41-46, 62-65, 68-72; Franzbach 1968: 67-68.


16 Es de recordar aquí el argumento alegado por Harris (1995: lO-ll, 15, 20-21) 21 Recién un siglo más tarde, hay en las fuentes históricas otra referencia a un "inca"
referente a la exagerada importancia que antropólogos y etnohistoriadores dan a la jugando un papel importante en una fiesta religiosa. En 1659, durante las festividades
llegada de los europeos en comparación con otras temáticas. Harris (1995: 19) critica del Corpus Christi, el "rey Inca" debía luchar contra dos otros reyes, sin más caracteri-
el enfoque de ~uchos estudios en la "danza de la conquista" que, en su opinión es una zación en la fuente, pero los que probablemente también eran "reyes indígenas". .,'
manera potencialmente eurocentrista de hacer resaltar un tipo de danza entre otras Vencedor del combate era el "rey Inca". Este espectáculo contaba con la participación "
~uchas. Es ci~~o que en el caso de las comedias potosinas se estrenaron piezas de de más de 2.000 indígenas, los cuales entraron a la plaza de Lima ataviados con sus
diferentes temáticas, pero entre todas estas representaciones, el drama de la muerte de trajes multicolores ofreciendo un cuadro impresionante (citado en Flores Galindo 1988:
Atahuallpa persistió hasta en la actualidad y resalta por la importancia que obviamente 60). Es interesante que algunos años después (1666) el actor del rey inca estuvo preso
se le da en muchas comunidades andinas. en la cárcel de Lima por haber sido uno de los cabecillas de una rebelión contra el
17 Cit .
~ aciones extensas de la crónica proporciona Alcina Franch (1986: 154-155). regimen colonial (ib.60). Para la época colonial disponemos además de informaciones
18 Citado en Alcina Franch (1986: 155). - aunque poco detalladas - sobre otras representaciones que hacían referencia a los incas
19 Así, por ejemplo, la comedia del siglo de oro estaba dividida en tres jornadas o actos y que contenían muchas danzas (Estenssoro Fuchs 1989: 68). Véase además Millones
(Hess, .Frauenrath y Siebenmann 1972: 30). Es de notar que el manuscrito más antiguo (1992: 27-32).
de I~ pieza referente a la muerte de AtahualIpa que ha llegado a nosotros es un texto que 22 No sabemos, si esta obra realmente fue escrita - entonces el manuscrito se ha perdido
no sigue este esquema (Lara 1989: 30). - o si permaneció en estado de planificación (véase Millones 1992: 34-35).

212 213
Iris Gareis LA ESCENIFICACION DEL TRAUMA: REPRESENTACIONES...

Cornpafión encargó a varios artistas indígenas efectuar dibu-


jos y cuadros de los habitantes del obispado, de sus trajes, de
sus costumbres como también de la flora y fauna regional.
Entre estos cuadros también se encuentran dos acuarelas
tituladas "Danza de la degollación del Inca" y "Otra danza de
la misma Degollación ".23 En ellas, los artistas obviamente no
pretendían reproducir con fidelidad histórica los aconteci-
mientos del año 1533 en Cajamarca, sino más bien ilustraban
la forma cómo a finales del siglo XVIII fue interpretada la
muerte de Atahuallpa en escenificaciones dramáticas.z- Una
fuente histórica de 1791 de la provincia de Cajatambo, en el
Norte del Perú, hace referencia a representaciones teatrales
sobre la conquista que se solían estrenar anualmente. Entre
los personajes interpretados figuraban dos incas, princesas
incaicas, "capitanes" españoles y un número considerable de 1II
danzantes y otros actores.zs 111

23 Martínez Compañón 1936: 15 Núms. 173 y 174, Lámina LXVI. En el Museo de la


Universidad del Cuzco se conserva un óleo que probablemente data de la misma
época que las acuarelas de la obra de Martínez Compañón y que lleva el título
"Degollación de Don Juan AtahualIpa en Cajamarca" (véanse las ilustraciones en
iI'
Millones 1992; Pease 1981: lámina en la tapa). Existen opiniones diferentes sobre la
datación del óleo cuzqueño. Según Pease (1981 b: 115) data del siglo XVII, mientras
que Gisbert (1980: 201 y fig. 234) lo clasifica como obra del siglo XVIII o de
principios del siglo XIX.
24 Véanse las reproducciones en Martínez Compañón (1936: Lám. LXVI) y Millones
(1992: Lám. E 173 YLám. E 172), figA Y5 del presente artículo. En la obra de Martínez
Compañón (1936), los dibujos de la muerte del inca se encuentran insertados en un 11'
u~ .
conjunto de cuadros demostrando diversas danzas. Frecuentemente se trata de danzas
de máscaras representando félidos, aves y otros animales. Dado que no hay más
informaciones que los títulos de los cuadros, ya no es posible reconstruir históricamente
estas danzas y mucho menos averiguar si contenían elementos rituales. En los Andes jt..l(> .,,\'

como también en otras partes del mundo, las danzas con máscaras zoomorfas y el disfraz
en forma de animal en general, indican muchas veces que las danzas no tienen exclusi- Figu;a # 4. "Danza de la Degollación del Inga", Acuarela de la
vamente un carácter profano (véanse Gareis 1982: 148-150, 202-203; Straube 1955: colección de Baltasar Jaime Martínez Compañón, obispo de
passim, 176,207).
25 Citado en Huertas Vallejos 1981: 17. Es interesante notar que en la actualidad Pizarro Trujillo (siglo XVIII). (Martínez Compañón 1936: Lám. LXVI,
es frecuentemente llamado "el capitán". T.II,I72)

214 215
Iris Gareis LA ESCENlFICACION DEL TRAUMA: REPRESENTACIONES...

Las ilustraciones trujillanas se hacen más comprensibles al


compararlas con versiones literales del drama.t" La copia más
antigua conocida actualrnentet", procede de Chayanta, Bolivia,
y data de 1871. 28 En la escena primera, el inca Atahuallpa relata
que un sueño le trae preocupado y pide al sumo sacerdote adivi-
nar el futuro. Según parece, precisamente esta escena es el tema
de una de las acuarelas del siglo XVIII procedentes de la colec-
ción del obispo de Trujillo.e? Las siguientes escenas del texto
I de Chayanta muestran varios encuentros de españoles e indíge-
,r, nas, de manera que la importancia de los personajes repre-
sentados va aumentando en la secuencia de escenas. Es decir
que al final se encuentran los protagonistas, Francisco Pizarro
y el inca Atahuallpa. En todas estas escenas llama la atención

26 Parece que las primeras fijaciones literarias de estos textos se redactaron recién en el
siglo XIX (Lienhard 1992: 56). Respecto a esto, no hay que olvidarse que la fijación
literaria no significa de ninguna manera que este texto no pueda sufrir distorsiones
(véase Bricker 1981: 150-151).
27 Obviamente un gran lapso temporal separa el origen de las representaciones sobre la
muerte del inca y el momento de la fijación literal de estos textos. Es posible aducir
varias razones para ello. En primer lugar tuvieron que transcurrir varios decenios hasta
que las culturas andinas, anteriormente orales con exclusividad, pudieron servirse de
manera considerable de la escritura importada por los españoles. Aparte del libro de
Titu Cusi Yupanqui (1570), la mayoría de las obras de autores indígenas o mestizos
fueron escritas a principios del siglo XVII: en 1609 (1976) Y 1617 (1960) se publicaron
las historias del Inca Garcilaso de la Vega (Means 1928: 378-379), alrededor de 1615
(1980) Guaman Poma de Ayala terminó su carta al rey (Ballesteros Gaibrois 1978: 40;
Duviols 1983: 103) y alrededor de 1613-1620 (1879) loan Santa Cruz Pachacuti Yamqui
escribió su crónica (Jírnénez de la Espada 1879: XLIV; Means 1928: 453). Además,
después de la represión de la gran rebelión de Tupac Amaru 11 (1780), las autoridades
coloniales prohibieron la creación de todas las obras artísticas, ya sea cuadros u otras
representaciones, que podían mantener vivo el recuerdo de los incas. La sentencia de
muerte de Tupac Amaru contiene una cláusula referente a esto. De modo que en los años
subsiguientes, cualquier tipo de representaciones sobre los incas estaba constreñido a
la clandestinidad (Alcina Franch 1986: 158; Flores Galindo 1988: 63; Lara 1989: 15).
28 Alcina Franch 1986: 164-165; Lara 1989: 22-23; Millones 1992: 39; Wachtell971:
67-68, 71-72. Es un texto quechua en su totalidad, en el cual están intercalados
Figura # 5. "Danza de la Degollación del Inga", Millones 1992 solamente algunos pocos términos españoles (Lara 1989: 28).
29 Atau Wallpaj [1871] 1989: 56 y sgs. Para una interpretación más detallada véase
sin pág. (p.91 siguientes) Lámina E 173. " Millones (1992: 40). Fig.4 de este artículo.

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Iris Gareis LA ESCENIFICAClüN DEL TRAUMA: REPRESENTAClüNES...

que los españoles mueven los labios pero no emiten sonidos. Hay que resaltar, sin embargo, que todas las versiones conoci-
Probablemente se quería indicar así que el idioma de los espa- das del texto referentes a los acontecimientos históricos en tomo
ñoles es incomprensible para los indígenas o que los indígenas a la caída del último inca, ofrecen una reinterpretación de los
no pueden comprender lo que los españoles quieren decir. El hechos. Esto ocurre incluso en versiones recientes cuyo objetivo
intérprete Felipillo, también un personaje histórico, traduce las expreso es reproducir los sucesos históricos correctamente, es
palabras de los españoles. La primera parte del drama, por lo decir tal como se produjeron.v Estas representaciones teatrales
tanto, está dedicada a destacar la imposibilidad de comprensión no solamente interpretan nuevamente a la persona del inca Ata-
que determina la relación entre europeos e indígenas.so huallpa y a su muerte; más importante es el intento de superar
Atahuallpa, quien al principio de la representación rechazaba la conquista española y de asignarle un sentido. De manera que
los españoles, en la segunda parte se somete repentinamente a el drama concluye a veces --como en la versión de Chayanta-
Pizarro y promete entregarle grandes riquezas a condición que con el castigo de Pizarro, mientras que en otros casos se produ-
el español salve su vida. Pizarro, sin embargo, pide la muerte cen batallas rituales entre "españoles" y "tropas incaicas". Otras
del inca. Al escuchar esto, el inca, en una secuencia larga y des- veces el final consiste en un abrazo entre el inca y Pizarro y la
garradora se despide con palabras conmovedoras de sus parien- reconciliación de todos los participantes (Flores Galindo 1988:
tes y confidentes. Antes que la espada de Pizarro traspasa el 64-70).
cuerpo de Atahuallpa, éste maldice al español. El coro de los Cualquiera sea el final, es obvio que éste se desarrolla para
indígenas acentúa las maldiciones del Inca. En la última escena poner término definitivo y satisfactorio a la historia que come~­
se cumple finalmente el destino de Pizarro: Cuándo éste se zó con la captura del inca Atahuallpa en Cajamarca, para seguir
presenta en España ante el rey entregándole la cabeza de Ata- con la experiencia traumática de la conquista y que luego se
huallpa con elllauto, el símbolo de la majestad del inca, el rey prolongó durante varios siglos de dominación colonial. Parecie-
se enfurece terriblemente, elogia el inca y anuncia que Pizarro ra que el acontecimiento de la conquista reclamase aún una
será castigado por haberlo matado. Entonces Pizarro maldice su interpretación definitiva.
espada y cae rnuerto.u El drama de la muerte del inca no corresponde a repre-
El texto de Chayanta, como otras versiones del drama que sentaciones teatrales europeas. Se remonta, más bien, a las gran-
fueron registradas posteriormente, se presta a multitud de inter- des y muy elaboradas festividades religiosas celebradas du~anie
pretaciones,» que no es posible discutir aquí en su conjunto. el incanato. Las ceremonias incaicas se celebraban con el fin de
conservar el orden cósmico y de asegurar el bienestar de la
población andina, lo que se equiparaba a la perpetuación ?~l es-
30 Alcina Franch 1986: 165-166; Atau Wallpaj [1871] 1989: 72 y sgs.; Wachtel1971: tado inca. La importancia que se otorgaba a la celebración de
68-69,73-74. Para una interpretación paralela de las acuarelas trujillanas véase Millones
(1992: 40-41).
~~ Alcina Franch 1986: 166; Atau Wallpaj[1871] 1989: 108 y sgs.; Wachtel1971: 70-71.
A ~ste respecto véanse Alcina Franch (1986: 166-167), Burga (1988: 389 y sgs., 33 Véase Millones (1992: 51-53,72 Ysgs.) acerca de una versión completamente nueva
especialmente 397-400), Flores Galindo (1988: 63-70), Millones (1992: 41 y sgs.) y que actualmente se presenta en Carhuamayo, en la sierra norte del Perú, y sobre los
Wachtel (1971: 71-75, 85,92-98).
motivos por los cuales el texto original fue transformado de esta manera.

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I Iris Gareis
I I LA ESCENIFICACION DEL TRAUMA: REPRESENTACIONES...

I estos rituales considerados indispensables para perpetuar el


dos con látigos abren un espacio en el cual se desarrol~ati:
orden dado, se hace notoria en el hecho que se ofrecían a las
1 I deidades numerosos sacrificios de sangre. 34 acción y al cual no dejan pasar a los espectadores. 35 El ~arac el
. . se hace t o davía más .notorio en a
ritual de la representación
Dada la gran importancia que los sacrificios de sangre tenían
elección de los actores, sobre todo de los prot~gomstas'bPara l~:
en las culturas precolombinas, no parece aventurado interpretar
I . de Atahuallpa y Pizarro no se eligen
las pinturas del siglo XVIII que muestran la cabeza cortada del personajes . homli resdq 1
n buenos actores y que pueden interpretar bien e pape e
~~ca ho~­
/1 inca y la sangre manando de su cuerpo en relación con los sacri-
o del conquistador español; lo decisivo e.s que estos
ficios que ofrecían a las deidades andinas en la época precolom-
bres sean como Atahuallpa o Pizarro, es decir q~e t~ng.a~ as
bina (Millones 1992: 44-48). Conforme a esta interpretación, la
características que se atribuyen a aquellos personaJe.s ~lstorlCtOs,
muerte del inca y la sangre que manaba de su cuerpo repre-
sentada anualmente, sería equiparable a un sacrificio para pro- Dicho de otra manera, Ios actores d e 1o s papeles mas impor
l sentian-
d
tes deben "personificar" al inca y al español en el caba sentt o
piciar la fertilidad de los campos. Al aumentar la fertilidad, las
de la palabra.w
ofrendas a la tierra asismismo propician y aseguran la vida
humana.
El carácter ritual de estas representaciones es subrayado por III. La muerte del inca en la representación ritual:
la duración del evento. En la actualidad, sólo la representación a través del pasado hacia el futuro
propiamente dicha ocupa por lo general un día entero, sin contar
danzas de máscaras, reuniones de ingestión ritual de bebidas y Maldición del Inca:
otros eventos que se celebran en la fase preparatoria (Millones "En este memorable día
me arrebatas la vida;
1992: 71, 83-84). "Incas" y "españoles" se reunen en distintos mas viviré en tu pensamiento;
lugares para un brindis ceremonial. En esta fase los grupos per- llevarás la mancilla de mi sangr;,
manecen separados. Los actores que representan los españoles eternamente.
se reúnen fuera del pueblo, mientras que "el inca" y su gente (Atau Wallpaj [1871J 1989: 129)
permanecen dentro del mismo. Horas más tarde, los grupos de
actores se ponen en movimiento para trasladarse al escenario
de la parte más importante de la representación (Millones 1992: El drama de la muerte del inca inspiró duran.te las. últimas
87). Sólo esta parte del drama cuenta con la presencia de d .cadas a antropólogos e historiadores muy variadas interpre-
espectadores y con un escenario formado por un areal, en una taciones. Algunos piensan que es posible encontrar en las re-
plaza, en un estadio o en otro lugar, el cual es marcado como
escenario por hombres que llevan máscaras zoomorfas. Arma-
. bién las illustracíones en Burga (1988: fig. sin
35 Millones 1992: 77, 87. ~ canse ta~92' fi sin ág. entre pág. 92 Y93) que muestran
pág., entre pág. 42 Y43) YMlllon~s (1 d' 1 ~. P de' la muerte del inca en la sierra
escenas de representaciones recíentes e rama
34 Acerca de los sacrificos humanos en el incanato, véase el artículo de Duviols (1976)
peruana. . ue en al unos lugares anteriormente
y Gareís (1987: 58-77,97-99,116-117,422,426_427). 36 Millones 1992: 86. Es interesante n~tar aq~~ q . t rpr~ar el papel durante toda su
los actores de los personajes protagonistas so ian m e

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Iris Gareis LA ESCENIFICAClüN DEL TRAUMA: REPRESENTAClüNES...

presentaciones teatrales formas encubiertas de resistencia indí- pa, que está basado tanto en la tradición imperial incaic~ como
gena.s? Según otros, se trata de un ritual sacrificatorio a fin de en las tradiciones regionales. Algunas de las discrepancias que
asegurar la fertilidad, propiciar la regeneración de la naturaleza se pueden observar en las representaciones actuales, por lo
y perpetuar así el ciclo de vida. 38 La discrepancia entre estas tanto, se explican por las diferentes raíces regionales y su com-
interpretaciones es originada por un lado en las distintas pers- binación particular con las tradicionesinca y española. Es de
pectivas e intenciones de los autores. Por otro lado existen dife- suponer, además, que las distintas experiencias que etnias ?ife-
rentes versiones regionales del drama que, como acertadamente rentes y diversos grupos de población hicieron durante los ~Iglos
señala Harris (1995: 19), tiene un carácter polisémico. Para de dominación colonial, también condujeron a diferentes ínter-
acercarnos al problema del sentido que se puede atribuir a estas pretaciones de los sucesos históricos. Por eso no tiene mucho
representaciones, debemos contemplar en primer lugar las raí- sentido dar preferencia a una de las referidas interpretaciones,
ces del drama. ya que en adición a las distintas versiones locales del drama,
Es de constatar que el drama de la muerte del inca, tal como también es posible pensar en otras causas que llevaron a la
se puede apreciar en estrenos recientes, es una representación formación de diversas representaciones y que, por lo tanto,
híbrida que reúne elementos europeos y andinos. También es pueden sugerir diferentes interpretaciones.s? .
importante resaltar que no se trata de un drama "incaico", por Todo ello, sin embargo, no puede aclarar el motivo por el cual
mucho que el tema de la pieza sea la muerte de un inca (mítico). los pobladores andinos eligieron precisamente la forma del
Los incas históricos no se destacaron tanto por su creatividad, "drama ritual "40 como expresión de la experiencia de la conquis-
sino por su enorme habilidad de organización. Así, por ejemplo, ta. 4 1 La gran difusión que tiene en la actualidad el drama de la
las grandes ceremonias para propiciar la fertilidad de la tierra y muerte del inca en los países andinos sugiere que existe todavía
el bienestar del pueblo que se celebraban en el incanato, no eran una preocupación muy grande por esta temática. Tomando en
una invención original de los incas, sino una adaptación de ritos
religiosos ejecutados en los Andes previamente al surgimiento
del estado inca. Por esta razón, muchas de las costumbres preco- 39 La preposición de Thierry Saignes (referida por Harris 1995: 19) de un origen europeo
del drama de la muerte del inca, por consiguiente, no significa necesariamente que la
lombinas referidas en las fuentes históricas coloniales que se interpretación que se da a la representación sea diferente. En todo caso, hay que contar
podrían tener por tradiciones incaicas, eran en realidad la pro- con transformaciones del drama durante los siglos pasados. El drama tal como se puede
secución de formas preincaicas de organización en los Andes. apreciar en la actualidad no es la misma pieza que se estrenó.en. el sig!o ~YI. Es decir,
aunque fuera de origen europeo, esto posiblemente no cambiaria el significado q~e. se
Esto ocurre también con el drama de la muerte del inca Atahuall- le puede atribuir. De manera que nuestra interpretación ~iempre p~~de ser valida
solamente para un texto en su contexto histórico. Por eso, la interpretación del texto ~e
Chayanta -a lo menos en parte- bien puede diferir de la interpretación que se dara a
una de las escenificaciones recientes.
vida (ib. 67-77). A esto hay que añadir que los danzantes afirman en la actualidad que
40 El término "drama ritual", aquí se inspira en las ideas de Tumer (1989: 14-15, 115 Y
~ailan por ejempl.o en honor de Santa Rosa de Lima, patrona de estos pueblos y que
sgs., 144-145) acerca del "drama social". .
tienen que cumplir con este deber por varios años (siete o doce) porque al no hacerlo
41 Hay que mencionar aquí las observaciones de Bricker (1981: 130-133) la. ~ue ~~s
provocarían accidentes y siniestros (ib.84).
37 Así por ejemplo Burga (1988: U-IV, 389 Ysgs.).
hace recordar la cercanía entre mito y rito, entre tradiciones orales y su escenificación
en el drama ritual. Es decir, son dos formas distintas que pueden expresar el mismo
38 Millones 1992: 36,45-48,81,89; Wachtel1971: 74-75.
argumento.

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Iris Gareis LA ESCENIFlCACION DEL TRAUMA: REPRESENTACIONES...

consideración las sugestivas ideas de Turner (1989: 14-18, ción de la historia.O Los problemas que caracterizaban el perso-
25-2~, 113 Y sgs., 144-145) acerca del drama social, podemos naje histórico del soberano AtahuaIlpa, como por ejemplo la
colegir que el drama de la muerte del inca es una manera de legitimación de su gobierno, carecen de importancia en la repre-
superar la experiencia traumática de la conquista mediante la sentación ritual. AtahuaIlpa ya no es el tirano odiado por gran parte
representación teatral de los sucesos. Es de añadir que el interés de la población andina y no se trata desembarazarse de él. Muy al
~ue la conquista reviste todavía en las representaciones dramá- contrario, se produce una especie de identificación entre AtahuaIl-
tI~as, n? se explica porque sea concebida como un acontecí- pa y la cultura autóctona. En la conciencia indígena el monarca
miento Imp?rtante dentro del cuadro de la historia general, sino inca parece convertirse en una personificación de las culturas
~orque obvIa~ente es considerada un punto crucial en la histo- andinas. Por eso, cuando los españoles se apoderan del inca y luego
rta de las s?cIedades andinas. Es decir, lo que interesa en las lo matan, es como si atacasen al conjunto de los pueblos andinos.
rep.re~entaclOnes no es la reconstrucción histórica de los acon- En consecuencia, en el drama de la muerte del inca los indígenas
tecImI~ntos en to~o a la conquista, más bien se trata de presen- ya no colaboran con los españoles, como lo hicieron en 1533. Es
tar la InterpretacIón que se da a los sucesos históricos en las decir, su propio papel, el rol de los pueblos indígenas en la con-
culturas andinas. Como consecuencia, las representaciones fre- quista, es también finalmente transformado.s-
cuentemente no reparan en la ''veracidad'' histórica de los suce- De modo que la representación dramática de los sucesos his-
sos.referidos. ~s posible, por ejemplo, que aparezcan en el esce- tóricos desde la perspectiva indígena, al recrear el pasado pro-
narro personajes anacrónicos como Colón, el Diablo, Tupac picia la solidaridad entre los pueblos autóctonos y fortalece el
~aru y otros (Lara 1989: 26-27). Puede ser que estos perso- valor propio de las culturas andinas, reprimidas durante siglos
~aJes no contemporáneos a la época a la que se refiere el drama, de dominación colonial. Al "revivir" anualmente en la repre-
I~terv:nga~ ~ara señalar o conmemorar otros eventos de la sentación ritual la crisis de la conquista, la puesta en escena de
historia calIfIcados cruciales por la memoria indígena. Queda la muerte del inca inaugura también un proceso de concientiza-
cI~ro de toda~ m.a~eras, que estas representaciones no por eso ción de los pueblos andinos, apoyándolos en la búsqueda de su
dejan de ser hIstoflcas, ya que los textos, al valorizar un evento identidad y de su lugar en la sociedad actual. En este sentido, la
o un personaje histórico más que otro y al unir diferentes rno- escenificación del trauma es un medio para superar las expe-
~en.t~s históricos en una síntesis, emiten opiniones y juicios riencias traumáticas del pasado y, al mismo tiempo, un proyecto
hIstorIeos.42 para emprender en base del pasado re interpretado la construc-
Esta manera de revivir en cierta forma los eventos relaciona- ción del futuro.
dos con la muerte del inca en las representaciones dramáticas
conduce a un ?r~c:so reflexivo que permite la apropiación de 43 Véase Turner 1989: 17-18, 145.
los sucesos hIstorIcos y consiguientemente una reinterpreta- 44 Todo esto, desde luego, no se ha de entender como un intento de falsificar conscien-
temente la historia. Tampoco se trata de repetir eternamente y de la misma manera un
suceso histórico. El drama de la muerte del inca, a mi modo de ver, más bien representa
la búsqueda de construir algo nuevo, de superar los sucesos horribles proponiendo una
42 Llegamos a estas conclusiones gracias a las consideraciones sugestivas de Bricker reinterpretación de la historia. Véanse también las consideraciones de Tumer (1989:
(1981: 130 y sgs., 149-151) y Harris (1995: 18-21). 126-127) acerca de las posibilidades creativas que ofrecen representaciones dramáticas.

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1990 "Los indios y la conquista española." En: Historia de


Dedicado al Maestro
Américq Latina, ed. Leslie Bethell, vol. 1, pp. 170-202.
Elio Roberto Masferrer Kan
Su amistad es una fuente inagotable
de estímulo y esperanza,
de entrega y generosidad.
Un maestro que me enseñó
a confiar en los otros .
yen mí .

Introducción

El presente trabajo considera una de las manifestaciones de


carácter religioso más difundida en la provincia de San Juan, de
la República Argentina. .
El "culto o devoción a las ánimas" todavía no se ha estudiado
como tal; sólo alguna de sus manifestaciones particulares ha
recibido el interés de los investigadores, como es el caso de la
"Difunta Correa", Sin embargo, dicho culto es sólo una de las
múltiples expresiones de un gran complejo simbólico-religioso.
La "devoción a las ánimas" se exterioriza en forma paralela a
la esfera de la religión oficial; pero, quienes la practican la esti-
man como una manifestación concreta de su religiosidad.
232 233
María Cristina Krause
LA DEVOCION A LAS ANIMAS

Por este motivo, consideramos que el estudio del culto se


encuadra en las temáticas propias de la Religión Popular. • Mítica: se basa sobre relatos de tipo mítico; es decir en
narraciones o fracciones de ellas, donde no interesa la
El Dr. Manuel Marzal, en su obra Los caminos religiosos de
veracidad de los sucesos narrados, pues antes que relatar
los inmigrantes en la Gran Lima define la Religión Popular o
Iglesia Cultural como: acontecimientos, el mito narra significados.

"La forma como se expresa religiosamente el pueblo ... o las Las manifestaciones de religiosidad popular en la provin-
grandes masas del país, ... "1 cia deSan Juan se pueden tipificar en dos grandes clases. Por
Manuel Mandianes Castro afirma que: una parte, "la devoción a las ánimas", complejo simbólico
"... la religión del pueblo servía de articula-ción entre el cuyo elemento fundante es el poder mediador de las mismas
aquí y el más allá, entre la vida social y espiritual de las con lo divino. Este culto se expresa en dos ámbitos diferen-
comunidades y la necesidad que la comunidad siente de ciados: el familiar y el social. El primero es la veneración a
relaciones con los muertos: ... "2 los muertos familiares en los altares domésticos; el segundo,
se realiza en Santuarios de difuntos mitificados por la creen-
Las características que califican la Iglesia Cultural, para cia popular.
Marzal, son las siguientes.a
Por otra parte, existen otras manifestaciones religiosas cuyo
elemento fundante es el "Santo" o la "Virgen", patrona de una
• Sociológica: se transmite mediante el proceso de sociali- localidad. La expresión religiosa, en este caso, adquiere la ca-
zación y forma parte de la identidad cultural de un grupo racterística de una "fiesta". En estas celebraciones también se
humano.
advierten dos grandes tendencias según el ámbito: el templo
• Sacral: se erige sobre una visión sagrada de la realidad, oficiala el culto familiar.
según la cual lo sacro se manifiesta de manera inmediata
a la factualidad humana.
• Sincretica: reinterpreta, frecuentemente, el sistema reli- Devoción a las Animas
gioso institucional añadiendo o cambiando los significa-
dos desde la experiencia cultural del pueblo. Así, las ex- I. Cultos Familiares
presiones de la Iglesia Cultural cumplen otras funciones
además de las religiosas.. En San Juan, la devoción a las ánimas se realiza en dos espacios
• Emocional: es una vivencia profunda. claramente distinguibles: la casa y el santuario o "capilla", éstos
se corresponden con dos ámbitos diferenciados, uno, familiar,
y el otro, social. La primera forma consiste en prender o "alum-
1 Marzal, Manuel M. Los caminos religiosos de los inmigrantes en la Gran Lima, P.U.C.,
Lima, 1988, pág. 185 brar" una vela los días lunes, "que es el día de las ánimas", a los
2 Mandianes Castro, Manuel "Caracterización de la religión popular", en La religiosidad parientes difuntos, especialmente esposo, madre, padre, alguna
popular, Anthropos, Barcelona, 1989, tomo 1, pág. 45
3 Marzal, Manuel M. op. cit., págs. 186 ss.
tía o tío, es decir, con quienes tuvieron fuertes lazos afectivos;
o a personas conocidas con quienes cultivaron durante su vida
234
235
María Cristina Krause LA DEVOCION A LAS ANIMAS
I
I una relación cordial de amistad o de confianza' puesto q familiares se realiza en el lugar donde el difunto vivió, o donde
prend~~ u~a vela es "como convidarles un mate, c~mo hacerl~: actualmente viven sus descendientes.
un .carIno . En las zonas rurales, la vela se prende en el cernen, En un estudio anterior sobre las costumbres relativas a la
terio --en un resguardo hecho en la tumba del difunto- o en el muerte, demostramos que los rituales del velatorio tienen como
seno ~el hogar. En las zonas urbanas y peri-urbanas, en el objetivo favorecer la escisión entre el cuerpo y el alma del
espacio hogareño.
difunto, y asegurar que esta división se concrete. Por lo tanto,
" . Cu~n.?o se "alumbran" en el ámbito doméstico, se elige un el "velorio", realizado por la familia, pennite que se cumpla el
rIn~on que?? pueda ser visualizado por las personas ajenas destino humano: el cuerpo va al sepulcro y el alma, al cielo.s La
al nuc~e? familiar. La vela no puede encenderse en el interior ruptura de la integridad humana es el reconocimiento y acepta-
de la. vivienda, por lo tanto los lugares preferidos están fuera de ción de la discontinuidad en el seno de la vida social. Estos datos
la mIs~a. Generalmente, se colocan en el "lavadero" -<:leba'o iniciales resultan imprescindibles para comprender el significa-
de la pileta de lavar-, en un "horno de barro" en d J1 do de la devoción familiar.
" d " esuso, en e
asa or , en un ángulo del patio de la casa que quede oculto. La El análisis de los datos etnográficos, de este culto, nos revela
vela se protege con cartones, latas u otros materiales para evitar que la foto o la tumba del difunto y la vela son una pareja de
que una ole~?a de aire la apague. Algunas familias suelen elementos invariantes del altar doméstico; por lo tanto configu-
c?locar tambIen..un vaso de agua para el difunto. En este irnpro- ran dos nociones relacionadas entre sí.
visado y pequeño altar, se ubica una fotografía del muerto y En trabajos previoss demostramos que la vela es, para el
frente a ella, la vela,
microcosmos sanjuanino, el símbolo mítico de la vida. La ima-
En este momento se manifiesta la intención del familiar: gen fotográfica o la tumba son la representación del muerto, el
recordarlo, -"hacerle un cariño"- o bi n 1" 1 .
. , e so rcitar e un pedi- cual por medio de la vela asume el estatuto de persona viva.
do. DIcha ayuda se.vincula directamente con la relación que esa Vemos, así, que ambos mantienen una relación complementaria
persona tuvo en VIda con el descendiente -por e'¡ "M _ mediante la cual el difunto permanece vivo en el seno de la
. ~. anana
com~e?zo una obra y el lunes te prendo una vela", a quien le familia actual. De este modo, la vela-vida y la imagen-muerte
ense~o el a~e del tejido, o "Tengo un fuerte dolor que no me representan un mundo en el cual la muerte y la vida son términos
pe~.Ite carnmar, si se ~e pasa este dolor, el lunes te prendo una y realidades que no se contraponen, sino que se complementan.
vela ,a l~ madre o a quren la crió-o Esta comunicación verbal El grupo doméstico se constituye, entonces, de las presencias y
c~n e~ .dlfunto carece de fórmulas estereo-tipadas para cada de las ausencias presentes. Así se instaura la continuidad tem-
sItuacIon. Usualmente, eligen a una hiJ'a o hijo "q h poral de la familia y se resuelve, simbólicamente, la disconti-
bl " ue sepa a-
ar ,p~ra que realice el pedido. Luego, se le reza una oración nuidad social.
-por ej. un "Padre Nuestro"-.
Este ritual sólo se ejecuta cuando ha transcurrido un año de
4 Krause Y., María Cristina "Creencias y costumbres relativas a la muerte en el
deceso, pues como afinnan "un año es el tiempo que necesita el
Departamento de Iglesia, Argentina", en Cuicuilco, núm. 20, ENAH, México, 1988,
alma para arreglar sus cosas con Dios". El culto en los altares págs. 26-31
5 ibid.

236 237
María Cristina Krause
LA DEVOCION A LAS ANIMAS

La función del culto familiar es asegurar la permanencia del


mismo mediante el auxilio y protección a los descendientes, lo muerte = vida
que valida la conclusión anterior. El velatorio de los difuntos vela
debe efectuarse en una habitación, nunca en el patio o lugares
abiertos, sin embargo, en el culto a las ánimas, los pequeños al-
tares no deben ubicarse en el interior de la vivienda, ya que el Esta es la causa por la cual el culto descrito debe realizarse
"alma no entra a la casa".
en el lugar donde el difunto vivió ---o donde viven los deseen-
En este caso estamos en presencia de conductas opuestas dientes-; y el "finado" otorga los favores de aquello que fue y
entre sí. Esta oposición responde también a la situación anterior: dio durante su existencia real.
el adentro corresponde a la división de la integridad humana y
la familia protege el alma del muerto, la cual desprendida del
cuerpo está en peligro hasta llegar a Dios; el afuera corresponde Il. Cultos sociales
a una nueva integración simbólica la cual, mediatizada por la
oración religiosa, asegura a la familia. Se mantiene una relación El culto descrito se complementa con la devoción social a las
íntima y directa entre los vivos y los muertos: el grupo domés- ánimas de ciertos difuntos: la "virgen de Pachaco", el "taxista
tico auxilia al difunto, y éste lo ayuda en el futuro. Así, la Caputo", el "ánima de las Puntas Negras", el "ánima de las
desintegración producida por la muerte se puede concretar sin Tranquitas", el "gaucho José Dolores", la "difunta Correa", el
que afecte a la sociedad, puesto que se superan los límites "carrerito", etc. Algunos de ellos, como la Difunta Correa ~ el
temporales y el cosmos queda asegurado. Gaucho José Dolores se los ubica, históricamente, en el SIglo
El siguiente esquema puede mostrar más claramente este pasado, otros a principios de siglo, y otros ~on recientes, a no
desarrollo. La oposición entre vida y muerte se concreta me- más de treinta años. Este es un hecho social en permanente
diante los rituales del velatorio que aseguran la división entre recreación, los cultos con estas características surgen en distin-
cuerpo y alma: tos lugares como una fuente de reproducción co~tinua. .
El relato completo de la vida de estos personajes no siernpre
se puede rescatar, aún cuando existen actualmente personas que
vida vs, muerte las conocieron en vida. Generalmente, sólo narran una parte
velatorio de la misma y reafirman su existencia detallando los "milagros"
del ánima. Los más completos corresponden a los cultos que
están más institucionalizados.
La vela, símbolo mítico, permite que el difunto regrese a la La Semiótica designa estos micro-relatos recurrent~s co~o
esfera familiar y se reinstale en ella, asegurando la continuidad "motivos".« El motivo es una o varias figuras isotópicas In-
temporal y superando simbólicamente la discontinuidad de la dependientes de la forma temático-narrativa que lo asume con-
vida social. Así:
6 Greimas, A. J. Y Courtes, J. Semiótica, Gredas, Madrid, 1991, tomo 11,pág. 172

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María Cristina Krause LA DEVOCION A LAS ANIMAS

textualmente. Se trata de una especie de cristalización socio- El dominio de la travesía se caracteriza por extensas superfi-
cultural de un código mítico, susceptible de inscribirse en con- cies estériles. La vegetación de monte, que en el pasado tuvo
textos variables y de ser asumido por diferentes tematizaciones. valor económico, se ha convertido en estepa arbustiva por la
Vamos a considerar algunos ejemplos relevantes, coinciden- destrucción de la tala. Tiene escaso o disperso poblamiento.
tes con los tres tipos de paisajes del espacio provincial. El Los oasis fluviales surgen por la presencia del agua que
"Gaucho José Dolores", ubicado en el valle donde se asienta la proviene de los deshielos cordilleranos. El recurso hídrico se
ciudad de San Juan; la "Difunta Correa ", situado en la travesía; distribuye, por tumos, mediante canales y acequias. Así, el agua
y las "Animas de las Tranquitas" y de las "Puntas Negras", genera un paisaje cultural con el predominio de una economía
correspondientes al dominio de la montaña. agrícola, cuyos cultivos principales son la vid, el olivo, los
San Juan, provincia de alta sismicidad, tiene clima desértico, frutales y las hortalizas. Los oasis se distinguen por la densa
con precipitaciones que no alcanzan los 100 mm. anuales. Hay presencia del hombre y en función de ellos se desenvuelve la
dos estaciones muy marcadas: invierno seco y frío, cuya tem- vida urbana y rural.
peratura absoluta mínima anual llega a 10 bajo cero; y verano
cálido, con lluvias y tormentas de granizo, en el cual la tempe-
ratura máxima anual alcanza a 40 centígrados." Se distinguen Anima de las Puntas Negras
en la provincia tres tipos de paisaje: el dominio de la montaña,
el dominio de la travesía y el de los oasis fluviales.s El relato de la vida del personaje que sustenta la creencia, se
El dominio de la montaña se caracteriza por el relieve. El reduce a una secuencia: la muerte de un carrero.
macizo de Los Andes se bifurca en la Cordillera Real, divisoria "Virueta", apodo que sólo conocen los más viejos de la zona,
de las aguas, y en la Cordillera Occidental. Algunas de las más fue un carrero muy trabajador y diestro con los "brutos" o "bes-
altas cumbres andinas están en suelo sanjuanino: Aconcagua tias". Su ocupación consistía en traer, en "carros", los produc-
(7.136 mt.), Mercedario (6.880 mt .), Catedral (6.000 mt.). Otro tos de los valles cordilleranos a la ciudad de San Juan. Una
sistema montañoso forma parte de este dominio: la Precordille- noche de tormenta, los caballos se desbocaron, no pudo domi-
ra, cuyas cumbres superan los 5.000 mt. y que, conjuntamente narlos, el carro se volcó y él murió aplastado. Su muerte dejó a
con las Cordilleras Real y Occidental, constituyen el macizo la familia desamparada.
central de Los Andes. Aquí tiene su origen el recurso hídrico Afirman que aún hoy, durante las noches y en el lugar donde
que transforma la planicie. Este dominio se caracteriza por una murió, se sienten los cascos de los caballos y los lamentos del
vacio poblacional. ánima.

Anima de las Tranquitas


7 Atlas Socloeconámico de la Provincia de San Juan, Universidad Nacional de San Juan,
San Juan, 1987 El relato, como en el caso anterior, se condensa en el motivo de
g Abner, Krause y Klernent Aproximación al concepto de Literatura Regional, Actas
del Simposio de Literatura Regional, Salta, 1980, pág. 31 la muerte del personaje.

240 241
María Cristina Krause LA DEVOCION A LAS ANIMAS

."Rojita.s", diminutivo de Rojas, fue un joven minero de J osé Dolores


orr?en chll~no, muy bueno y trabajador, que se ocupó en unas
antIguas rrunas de la Cordillera, abandonadas en la actualidad
Dura~te las noches, los mineros se entretenían jugando cartas' Su madre murió en el momento de su nacimiento y poco tiempo
E.ste Joven lo hacía muy bien, y una de esas veces ganó tanto después, el padre se alistó en el ejército para luchar en la guerra
dl~ero qu~ provocó. la ~nvidia de los compañeros. Cuando ter- con el Paraguay. El niño quedó al cuidado de la sobrina del
ml~aron, estos lo siguieron, le dieron muerte, le robaron y lo patrón paterno, quien lo bautizó con el nombre de José Dolores.
dejaron abandonado. A los 15 años, comenzó a trabajar como domador, en la hierra
. ~n amigos lo enterró en el lugar exacto donde fue asesinado. y la marcada, y fue famoso en el dominio de animales. Luego
All í le levantaron después su "capill a ". ingresó, engañado, en las filas montoneras, pero desertó. La
Est~ hombr~ fue el que recibió su primer milagro: le reunió policía comenzó a perseguirlo y, por tal motivo, nadie le daba
~~s am.males dispersos por la cordillera, que se acercaron a él trabajo. Entonces, se vio obligado a dedicarse a la "ratería"
mansItos, rnansitos " , (pequeños robos) para subsistir y ayudar a los necesitados.
el Hace dos ~ños sa~vó a unos jóvenes que se habían perdido en Se enamoró de la hija de una cocinera, pero la madre se opuso
gran rnacizo andino y no podían encontrar la salid d a este amor y dio cuenta al tío de la joven, que era sargento de
- déon ardiiendo.
cana a e un policía. Con engaños, lo llevaron a una fiesta. Allí llegó el
sargento con una partida de soldados, lo sacaron a la calle y,
junto a un algarrobo, lo mataron a balazos y dejaron su cuerpo
Difunta Correa atado al árbol.
En ese lugar, hoy se levanta su santuario.
María Anton.ia Deolin~~ Correa se casó con el criollo Baudilio En los cuatro relatos, el "motivo" es la muerte del personaje
Bust~s y tuvle:on un h.IJO: ?I
esposo fue enrolado por la leva y aludido por la narración, por lo cual consideramos dicha secuen-
cia como un micro-relato cristalizado de un código mítico
Deohnda, a pie, lo srguio con su hijo aún lactante por la
~ravesí~. En p~eno desierto se le acabó el agua y el ali~ento, e asumido como una forma conceptual.
Imp~~ro a la Vlrge.n del Carmen la salvación de su hijo. La mujer La base del culto es el santuario o "capilla" que se levanta en
muno de cansancio y de sed. Fue encontrada por unos arrieros el lugar exacto donde la persona encontró la muerte y adonde
que pasaban por el lugar. El niño estaba vivo mamando del van los devotos para prenderle una vela, "aunque es mejor una
:n
pecho de la . adre muerta. Dieron sepultura a la difunta y
llevaron el mno a San Juan.
mitadita de vela". Si el nombre propio no se ha difundido, se
identifican las ánimas con la designación del lugar donde se erige
la "capilla". En caso contrario, el lugar donde se levanta el san-
tuario recibe el nombre del ánima, por ejemplo "Paraje de la
9 El relalo sobre el ánima su prim '1
el trab a ' d e dura: er rrn agro y otros pos terio res fueron recopilados en Difunta Correa", calle "José Dolores", cerca de "lo de Caputo".
brjndar~~ la f~~~l~~ d~lrante 11 993,
en ~l Departal~cnto de Igl esia . Los datos lile los
Debido a las circunstancias de su muerte, estos personajes
testi go de s u ' '1 quien o enterró , le levanto la "ca pilla" inicia l y que fuera el
pnrner 1111 agro. mueren aislados, sin el auxilio de la familia , en lugares inhós -

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María Cristina Krause LA DEVOCION A LAS ANIMAS

pitos. Por lo tanto, no tuvieron velatorio. Entonces, su alma en el caso de las ánimas --como culto social-, el tránsito entre
queda "como vagando entre el cielo y la tierra", "ellas son las la vida y la muerte se produce en forma directa e inmediata. La
que andan por ahí". división de lo humano no se concretó y por lo tanto el "alma
Estas ánimas son muy milagrosas y, también, "son muy queda vagando por allí"; mientras que el cuerpo es sepultado en
cobradoras". El devoto realiza su pedido mientras le prende una el lugar exacto en que murió. .
vela; pero una vez que dicho pedido fue escuchado, el cumpli- Los hombres prenden una vela -la vida- en su santuano,
miento de la promesa es obligatorio e inmediato. Si no lo donde está el cuerpo, y pueden reencontrarse ambas partes, ya
hiciera, el ánima de la difunta o difunto se enoja, lo abandona, que ella mediatiza el tránsito. En el mo~ento en que la prenden,
no le otorga más favores y sin su protección puede encontrar la es cuando le solicitan el don . Este consiste en otorgar al devoto
muerte. Sus milagros -a diferencia de los de la Virgen- son aquello que el personaje no tenía en vida, es d~cir su carencia.
los que se "hacen a ojos vistas": curan animales enfermos y Entonces adquiere un doble estatuto: por medio de la vela es
rescatan a los perdidos, protegen del peligro en las travesías vivo/muerto, lo que lo transforma en un ser ambiguo. Como dice
cordilleranas, impiden una creciente, las tormentas o el granizo Lévi-Strauss:
en períodos de siembra o cosecha, permiten encontrar trabajo,
"dos términos, entre los cuales el pasaje parece imposible,
protegen en largos viajes o trayectos, otorgan el don de la son primero reemplazados por dos términos equivalentes que
maternidad, la recuperación de la salud, etc. admiten un tercero como intermediario "\0
A las ánimas, se las identifica con su nombre propio, con su
oficio o con el nombre del lugar donde perdieron la vida.
Así:
La devoción a las ánimas en San Juan es un culto generalizado,
no es propiedad de un grupo social, religioso o étnico determi- vida vida vida eterna
nado. Sus devotos son médicos, abogados, ingenieros, comercian- vela ánima
tes, camioneros, choferes, albañiles, obreros no especializados, muerte muerte capilla
jóvenes estudiantes, muchachas casaderas, judíos, empleadas do-
mésticas, corredores de bicicleta, militares, gauchos, boxeadores,
residentes de Miami, estudiantes de universidades japonesas, po- Esta ambigüedad les permite a las ánimas otorgar el don de
líticos, agricultores, profesores universitarios, poderosos bode- aquello que carecieron en vida. Se transforman e? seres posee-
gueros y obreros de bodegas, maestros, futbolistas, enfermos y dores y carenciados a la vez. Este elemento ambiguo ~ue en la
sanos, chacareros, banqueros, etc. vida real una persona perseguida, un carrero o taximetrero
Cuando analizamos los cultos familiares vimos que el vela- idóneo en sus travesías, un minero experto, una mujer conoce-
torio o "velorio" del "finado" era el rito familiar que le permitía dora del medio. Todos con amplia experiencia en el conocimien-
al difunto la escisión entre cuerpo y alma, de modo que cada to de la geografía donde actuaban: los escondites urbanos, la
parte pudiese alcanzar su destino humano: el cuerpo en el
sepulcro y el alma en un encuentro con lo devino. Sin embargo, 10 Lévi-Strauss, ClaudeAntropologia Estructural, EUDEBA , Buenos Aires, 1968, pág.
205

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María Cristina Krause LA DEVOCION A LAS ANIMAS

aridez de la travesía y el riesgo solitario de la montaña. De este cuerpo y alma, por eso debe hacerlo allí, lo que requiere un
modo, el personaje representa el punto límite entre la frontera peregrinaje.
del poder y conocimiento humano y las acechanzas de un medio El ánima, mediante su conducta positiva de orden moral,
geográfico hostil. entrega a los devotos aquello que fue en él una carencia: la
Este límite quedará definitivamente presente, por tal motivo "Difunta Correa" otorga salud, familia, hijos, matrimonio; el
la sepultura debe levantarse en el lugar exacto de su muerte. La "Gaucho José Dolores" facilita el trabajo; el "Anima de las
"capilla" representa dicho límite entre el hombre y su medio. Puntas Negras", da seguridad y salva a los animales; el "Anima
El esquema es el siguiente: de las Tranquitas" entrega salvación la Cordillera.
Sin este personaje límite, el abuso social sobre el individuo
podría desestructurar la sociedad en su conjunto.
hombre vs. geografía El esquema es:
muerte
sepultura
capilla
límite abuso social vs. hombre indefenso
ánima
Además, la persona real tuvo en vida cualidades morales opues- vela
tas entre sí: era "ratero" y solidario, era "esposa-madre" y fue unión
abandonada, era 'Jugador" y trabajador, "deja a la familia" y la salvación social = difunto integrado
protege. Así, el personaje encarna otro punto límite: el de los entrega su carencia
valores positivos y de los condenables por la sociedad, aunque
estos últimos fueran generados por el propio cuerpo social. Esta
nueva ambigüedad desencadena, entonces, una oposición entre el Anteriormente señalamos que a través de las ánimas los
individuo y las instituciones sociales. El sistema institucional
hombres concretos entran en contacto con el poder divino. Esto
ejerce un abuso de su función: persecución, leva, ley injusta e
es posible porque el ánima asume una nueva ambigüedad: es
ignorante, trabajo inseguro, muerte. Frente a él, la persona indivi-
humano y es sobrenatural. Su condición humana se atestigua en
dual no tiene defensas. La extinción del individuo sin auxilio
dos hechos: el relato de su vida y la foto o imagen ubicados en
familiar -sin velorio- deja su alma "vagando por ahí" y es un
la "capilla", ambos aseveran su existencia. Su condición de ente
ánima. De tal modo, el personaje representa el punto límite entre
sobrenatural se funda en los milagros. Estos, a diferencia de los
el abuso del poder institucional y el esfuerzo humano.
de la Virgen, son "así, a ojos vistas"; es decir inmediatos a la
Cuando el devoto le prende una vela en su "capilla", le brinda corporeidad y temporalidad de los hombres. Esta relación direc-
el auxilio social que le devuelve la integridad. Por lo tanto, la ta del ánima con lo sobrenatural no requiere de especialistas
vela en el santuario representa la reintegración del personaje en religiosos, lo que posibilita que los devotos puedan pertenecer

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Maria Cristina Krause
LA DEVOCION A LAS ANIMAS
a cualquiera o ningún culto instituc' -
mente son católicos. tonal, aunque preferente_ el1ímite, precisamente porque, también las personas reales que
Podemos esquematizarlo en la forma siguiente: representan, son la expresión del límite de la jerarquía social
(gaucho, ladrón, mujer abandonada, extranjero,jugador, carre-
ro,etc.).
El ámbito mítico resuelve una incongruencia: la conducta
Seres sobrenaturales vs, ética de la solidaridad y reciprocidad social, instaurada por el
humano culto, y la existencia de los marginados sociales, debido a que
imagen
milagro estos últimos son los responsables de la cohesión de esta so-
Anima ciedad.
= domina medio También esta devoción representa otro punto límite, desde
y sociedad una perspectiva diacrónica: lo religioso.
Los historiadores sanjuaninos afirman que los huarpes, los
habitantes de la región en la época de la conquista, adoraban a
"Hunuc Huar", Dice el Confecionario en lengua allentiac del
También en este nivel el . Padre Luis de Valdivia, en las preguntas correspondientes al
entre 10 sacro y lo huU: pe~onaJe, represe~ta el punto límite
primer mandamiento:
medio geográfico-socI'al antrO' ~ traves del mIlagro domina el
y anSlOrma la op " . , , .
equivalencia directa, OSIClon InICIalen una "1. Has adorado al Hunuc huar, Cerros, Luna o Sol? 2. Has
En San Juan, las "ánimas" , ofrecídole Chicha o Mayz o otras cosas al Hunuchuar? ...
de la existencia social. La fr~~:; en ~vldencia el ~unto límite Hunuc huar es un falso numen a quien adoran que ellos
una oposición entre una a ~lllsma se configura como aprehenden está en la Cordillera nebada, al qual respectan,
hombre, entre el abuso s::i~raf~~ rIgurosa. y la salvación del
llaman y temen. "11
sobrenatural y lo hum E y hom.br~ Indefenso, entre lo
El Auto del Obispo de Santiago de Chile de 1665, dice:
transforman en un símbol,' se punto, lImIte, las "ánimas", se
o o que cambia la ' '. '"
una equivalencia: la "capilla" d OpOSIClon InICIal en "oo. entierran a sus difuntos con danzas y taquíes prohividos,
la vela en el santuario a. con e~sa la frontera geográfica,
y con mantas, camizetas, Hados, comidas y bebidas, tomi-
que devuelve sobre la soPceI'ermdId
te la reIntegración del difunto 10 llos, frenos y espuelas que suelen meter en los sepulcros de
a entregando la 1 ..
de su carencia el milagro . 1 sa vacion a través los dichos sus difuntos, creiendo con falsa y herética crehen-
, es equrva ente a d
cuyo accionar está circunscrito al m d' ~7 po er sobrenatural cía que los dichos difuntos así enterrados se van a la Cordi-
por 10 tanto tiene como fun " e ~o. culto a las ánimas, llera oo. "12
cohesión social en San J Clan esencial ser el instrumento de
uan.
Las ánimas no deciden sobre la .d
bre, esa es la esfera del poder divi:~ a;'llla m~lerte ~del h~m-
11 Michieli, Calalina T. Los huarpes protohistóricos, Insliluto de Investigaciones
Arqueológicas y Museo, Universidad Nacional de San Juan, San Juan, 1983, pág. 203
. as so o eVI encran 12 ibid,

248
249
Maria Cristina Krause
LA DEVOCION A LAS ANIMAS

Estas breves citas no pretenden configurar un estudio etno-


histórico. Sólo las hemos seleccionado para relacionar el culto Las dos manifestaciones de la "devoción a las ánimas" -fa-
a las ánimas del San Juan de hoy, con la creencia huarpe en el miliar y social- se complementan en sus diferen~ias y e~ lugar
ánima todopoderosa de Hunuc Huar, su relación con el dominio de oponerse, como parece en una primera insta~cIa, configuran
cordilIerano y la creencia de que el alma de los difuntos se une una sumatoria para el devoto. Este se potencia: posee lo. que
en dicho dominio con el numen superior. No podemos dejar de fueron sus antepasados y lo que no tuvieron sus ám~as sociales
advertir las semejanzas. mistificadas. El hombre devoto se transforma en el pIlar.resp.on-
Consideramos esta devoción con un fuerte sustrato de origen sable de la cohesión y la continuidad de la sociedad sanjuanina.
indígena el cual, mediante un proceso de sincretismo religioso,
se mantiene como la vertiente donde se afirma la cohesión y la
continuidad de esta sociedad. Bibliografía
El sincretismo de las dos religiones, a través de este culto, es
la forma de reintegrar la familia en su transcurso temporal, y Abner, Krause y Klement, 1980 Aproximación .al con~epto de
, 1I
, .1
también la forma de reintegrar una sociedad con su pasado. Así, Literatura Regional, Salta, Actas del Simposio de LIteratura
I I

lA ambas se vuelven complementarias. Entonces, el significado Regional


simbólico de las ánimas se completa. No sólo representan la
.". cohesión de la sociedad, sino también, la continuidad y perma-
Aguilar, Antonio, 1977 Miguel Martos y la Difunta Correa, San
nencia de la misma. Juan, Editorial Sanjuanina

Consideramos la "devoción o culto a las ánimas" como una Alvarez, C.; Buxó, M. J. Y Rodríguez, S. (Coords.), 1989 La
forma de manifestación local de la Religión popular. religiosidad popular, Barcelona, tomos I y Il

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de las ánimas Greimas, J. J. Y Courtes, J., 1990 Semiótica, tomo I, Madrid,
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La diferencia esencial entre los cultos familiares y sociales se Kolakowski, Leszek, 1975 La presencia del mito, Buenos Aires,
manifiesta en lo siguiente: Amorrortu

Familiar Krause Yornet, María Cristina, 1980 El parto sin asistenci.a


Social
médica en el Valle de Iglesia, San Juan, Instituto de Investi-
Vela: donde vivió: vivienda Vela: donde murió: gaciones Arqueológicas y Museo, UNSJ
peregrinaje
Otorga la posesión Otorga la carencia 1988 "Creencias y costumbres relativas a la muerte
Une la familia en el departamento de Iglesia, Argentina ", en Cuicuilco,
Une la sociedad
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252
253
·I

II
II
MO'PATLA INTLAKWALLE: EL
BANQUETE EN TODOS SANTOS.
FORMAS DE RECIPROCIDAD
Y REDISTRIBUCION ENTRE LOS
NAHUAS DE LA SIERRA
DE PUEBLA
Lourdes Baez Cubero

Cada sociedad establece a través de sus prácticas sus pautas


culturales, que al insertarse dentro de un contexto específico va
a determinar un modelo de organización social cuya finalidad
será la reproducción social de la sociedad; de ahí, que encontre-
mos diversas estrategias en las sociedades para interactuar so-
cialmente; involucrándose en muchos de los casos en las
estrategias no solo a los hombres, sino a los entes sobrehumanos
para lograr además una relación armónica que beneficie a todos.
La propuesta básica de este trabajo es mostrar cómo los
sistemas de intercambio, específicamente los realizados durante
la celebración de Todos Santos entre los nahuas de Naupan,
Sierra Norte de Puebla, constituyen lo que Mauss (1979: 160) ha
llamado sistemas de prestaciones totales; en base a lo cual
propongo las siguientes características: en primer lugar, porque
poseen un carácter comunal, ya que, toda la comunidad partici-
pa de manera "obligada" de estas prácticas; segundo, lo que se

255
Lourdes Baez
EL BANQUETE EN TODOS SANTOS

intercambia no son exclusivamente bienes materiales, sino que


a través de éstos se ofrendan bienes simbólicos; tercero, los característica principal es que se obliga a devolver el regalo que
destinatarios de éstos "regalos" no son sólo los hombres, sino se recibió; llamando Mauss (ibid: 160) a este mecanismo siste-
también los ancestros y divinidades; y, cuarto, el sistema de ma de prestaciones totales. . .
intercambio recíproco y de redistribución de regalos, constitu- Otra característica importante que aportó Mauss (ibid: 164),
es que los dones que se intercambian, además de ser obligato-
yen finalmente, prestaciones y contraprestaciones que circulan
al interior de la comunidad como medios de transacción entre rios, son permanentes, y "sin otra contrapres~~ciónq~~ el estado
de derecho que los produce"; es decir, la accion es vahda ya que
el mundo de los hombres y el de los ancestros y las divinidades.
Teniendo como finalidad principal el obtener beneficios para forma parte de las normas comunitarias.. ..
garantizar "la vida ". Ahora bien, este intercambio de regalos, tiene también como
característica fundamental, el que quien participa de este siste-
Los planteamientos de Mauss acerca del intercambio de
regalos en su famosa obra "Ensayo sobre el don", son los que en ma, adquiere honor y prestigio; ya que además al honrar a los
primera instancia nos permiten acercamos al fenómeno que se hombres, se honra también a los dioses. Para lo cual Mauss
agrega (ibid: 173):
desarrolla al interior de las relaciones sociales que tienen lugar
durante la celebración de Todos Santos entre los nahuas de
"Uno de los primeros grupos de seres con quienes los hom-
Naupan; a través de las formas de reciprocidad y redistribución
bres tuvieron que contratar, ya que, por definición existían
de lo que llamo "bienes simbólicos" para ofrendar a los difun- para contratar con ellos, son los espíritus de los muertos y los
tos, para que a través de estas prácticas se garantice la prospe- dioses. De hecho, son ellos los auténticos propietarios de las
ridad de la comunidad. cosas y los bienes de este mundo. Es con ellos con quien es
Cuando Mauss (ibid: 157) habla del fenómeno social total, se más necesario cambiar y más peligroso no llevar a cabo
refiere a la expresión de todo tipo de instituciones que adoptan cambios. "
formas especiales de producción y distribución, entre las que se
encuentran las: religiosas, jurídicas, morales y económicas; es Es importante señalar que, estas formas de intercambio a las
decir, que el acto social total no es solamente la simple reinte- cuales denomino reciprocidad y redistribución se insertan den-
gración de estos aspectos que se han señalado, de una manera tro de un conjunto de prácticas que están determinadas por las
aislada, sino que se les debe considerar de manera global para representaciones colectivas y las creencias; que son el resultado
que tengan sentido como totalidad. de un proceso de ideación colectiva de la socieda~ (Cardoso d.e
Acerca del intercambio de dones, Mauss ha señalado que Oliveira 1992:55), cuyo sustrato cultural lo constItuye la tradi-
éstos se hacen bajo la forma de regalos, los cuales en teoría son ción a través de la manifestación expresada en dos formas: por
"voluntarios", sin embargo, en la realidad estos se hacen y se una parte, la tradición que a través de la memo:ia his~~ric~ es
devuelven de manera obligatoria. Por lo cual, a estos regalos les sustento de las creencias; y otra forma cuya manifestación tIene
nombra prestaciones, y lo que encierra este mecanismo de lugar a través de la práctica de la tradición, y en donde. la
intercambio, es sobretodo su carácter de transacción; ya que su costumbre sería la forma más pertinente de ésta; Balandier
(1990:87) expresa que la primera forma, u "orden" de la tradi-

256
257
Lourdes Baez EL BANQUETE EN TODOS SANTOS

ción se expresa de una manera "pasiva" porque sólo se recrea Todos Santos en Naupan
en la memoria; y a la segunda le llama "activa" porque implica
una acción palpable, como lo es la expresión ritual. Antes de pasar a explicar la forma cómo se desarrollan las
El intercambio de bienes en Naupan tendría entonces dos formas de reciprocidad en el contexto de la celebración de
vertientes; por un lado, uno referido a las prácticas sociales cuya Todos Santos, es necesario hacer una descripción acerca de có-
expresión manifiesta es a través de formas de conducta; es decir, mo es conceptualizada la muerte entre los nahuas, así como, la
a la acción misma que se ejecuta al intercambiar la comida con manera en que se celebra para entender el sentido del intercam-
los parientes y compadres; como lo es la circulación de bienes bio.
mediante el intercambio de comida, ya que al concluir éste, Sin lugar a dudas, la celebración más importante del calen-
todos los grupos domésticos conservan la misma cantidad de dario ritual en sociedades como la de Naupan, es la de Todos
comida que elaboraron. Y, por otra parte, el intercambio se Santos, o Día de Muertos. Esta fecha coincide con la culmina-
sustenta a través de un sistema ideológico que se expresa en las ción del ciclo agrícola, el cual está evidentemente ligado al
creencias y en las representaciones colectivas; las cuales surgen calendario ritual. Es la temporada de mayor abundancia de
de la experiencia colectiva vivida por la sociedad. comida, ya que la cosecha del maíz apenas termina; el producto
En este sentido creemos que el intercambio que se realiza en agrícola más importante porque constituye <el bien más precia-
el marco de la celebración de Todos Santos, tiene como soporte do> otorgado por la TierrafTlacticpactli a los hombres.
importante para reproducirse, las representaciones colectivas El culto a los muertos, ha sido una de las características más
y las creencias mismas que están definidas por el sistema importantes de la cultura mesoamericana; las ~uentes d~ ~a
ideológico de la sociedad. Desde esta perspectiva, el hombre conquista señalan que entre los pueblos mesoarnertcanos existía
construye "su" mundo a través de categorías surgidas de la vida una fecha específica para honrar a los muertos, y en el caso de
social; mismas que al llevarlas a la práctica se conforman como los mexicas, las fiestas en honor de los muertos duraban un mes.
sistemas de representación colectivas y como creencias. Y, en Sahagún, describe la fiesta de Huauquitamalqualiztli, dedic~da
donde, además, el tiempo y el espacio son esenciales para a los muertos, en donde se realizaba el intercambio de comida,
hacerlas trascender como medio de expresión de una realidad especialmente tamales, después de ofrendarlos! en el umbral del
que solo encuentra pertinencia a través de la práctica misma. nuevo año. En el caso de los pueblos indígenas actuales, las
Para lo cual, es preciso el que estas experiencias sean cohe- fechas más importantes son: el 1 y el 2 de noviembre; aunque
rentes con sus condiciones de existencia; es decir, que todos los también, en algunos grupos existen otros días dedicados a la
elementos que conforman lo social se integren en actos concre- memoria de los difuntos.
tos, dentro de una significación global para transformarse en En Naupan, el4 de octubre, día de San Francisco, los difuntos
una totalidad (Lévi-Strauss en Mauss; ibid:24), es decir, lo que son "soltados" de su morada y empiezan a "deambular" por el
Mauss propone como acto social total.
1 Fray Bernardino de Sahagún, Historia verdadera de las cosas de la Nueva España,
Libro n, Capítulo XXXVIII, pp. 154; EDITORIAL PORRUA S.A. Col. "Sepan cuan-
tos .,;" , México 1985 (sexta edición).

258 259
Lourdes Baez EL BANQUETE EN TODOS SANTOS

mundo de los vivos. Aunque no todos los difuntos o "santos" "cruzar el río"; si en cambio, trató mal a los perros el difunto
com.o les lla~an "salen"; sino que únicamente aquellos que <tendrá que arreglárselas solito para cruzar el río>; posterior-
~urIer~n recIentemente, o que por lo menos aun no cumplen mente, tendrá que enfrentarse a otros obstáculos, y al mismo
siete an?s de haber fallecido. Según la creencia, los difuntos tiempo, "realizar trabajos"? más pesados; como por ejemplo, en
tardan siete años en convertirse en "santos", es decir, en llegar Todos Santos cuando llegan a su casa para el "banquete" que
a la morada defini.tiva, lo que antes era el Mictlan, y sin embargo los vivos les han preparado, los difuntos más recientes <como
actualmente el MICt1a -como actualmente le nombran- tiene son los más fuertes ya que tienen poco tiempo de haber muerto
connotaciones peyorativas ya que es sinónimo de "infierno" y tienen más fuerzas>, les toca "cargar" los chiquihuites de
Para estos difuntos, el 4 de octubre se les prepara una ofrenda comida para ofrecerles a los otros difuntos que visitan su casa,
para que lleguen al convivio, aunque ésta no es tan abundante así como para llevar "los regalos" que les ofrendaron sus pa-
como la ~o~o.cada en Todos Santos, sin embargo, esta fecha rientes como itacate en su "viaje de regreso a su morada "; estos
mar:~ el InICIO de una festividad muy importante; y decimos son los tlamamani/cargadores.
festividad porque para la población, Todos Santos es una fiesta Esta noción de retomo de los difuntos de manera cíclica al
en. la que se i~volucra entusiasta toda la comunidad, ya que se mundo de los "vivos", es, como dice Galinier (1991 :225) "la
reunen los VIVOS así como "los difuntos" para compartir el idea central de la representación del más allá". Los difuntos
banquete que los "vivos" les han preparado. regresan a sus viviendas, cada año, según el "tiempo mortal",
Por otra parte, casi nunca se refieren a un fallecido como sin embargo para ellos, <un año mortal es un día para los
"muerto", sino que se refieren a ellos como "santos" es decir difuntos>, es decir, el tiempo tiene otra dimensión y entonces
al pasar a la otra vida se convierten en ancestros. Est~ implica los difuntos "regresan" de manera cíclica con sus parientes
el poseer un carácter más sagrado, para lo cual deben pasar siete vivos cada día.
años de "pruebas"; y en donde sus parientes les ayudans a Ahora bien, la importancia que posee la muerte para los
afrontarlas. nahuas -y para otros grupos indígenas-, es que forma parte
El primer .obstáculo, es el de "pasar un río", para lo cual, el del ciclo vital, ya que está presente el principio de la muerte
elemento. psicopompo que interviene en este proceso es un como regenerador de la vida. Es decir, el hombre cumple un ci-
perro; existe la creencia que quien en vida trata bien a los perros clo, y su paso por el mundo de los vivos es sólo parte de este
de la casa, cuando muera, los perros difuntos le ayudarán a ciclo; lo cual queda evidenciado en las representaciones que

2 El ~ulto a los muertos merece un análisis aparte y sería muy extenso tratarlo en este
trabajo, para lo cual remitimos a los lectores a otras obras antropológicas como la de 3 La noción de trabajo entre las sociedades indígenas tiene características diferentes de
Jacques Galinier La mitad del mundo. Cuerpo y cosmos en el ritual otomi, UNAM- la que conocemos; Marie-Noélle Chamoux (1992:95) refiriéndose a ésto afirma: "En
CEMCA-INI 1992; Alan Ichon La religi án de los totonacas de la Sierra INI 1973' muchas sociedades, el concepto de trabajo puede ocupar un sitio importante y coherente
Rossana
. Lok .Gitt.
ijts to the d ead and the living. Forms 01 exchange in San' Miguel, en la imagen del mundo. Esto resulta particularmente cierto en el caso de los pueblos
Tzinacapan SIerra Norte de Puebla, México 1991, CENTRE ÜF NÜN-WESTERN nahuas contempor áneos de la Sierra de Puebla "; y agrega "Los conceptos de trabajo

t
ST~~IESd' LIEIDEN UNIVERSITY, entre otras, y que tratan en forma más extensa la y realizaci án del trabajo son fundamentales dentro de la concepcián del mundo de los
ematíca e a muerte. nahuas actuales".

260 261
Lourdes Baez EL BANQUETE EN TODOS SANTOS

construyen de la muerte y en donde hacen referencia con res- a trabajar; todos muestran temor y se esmeran lo mejor que
pecto al espacioftiempo; mismo que se encuentra presente en pueden para cumplir con sus difuntos, procurando "obedecer"
toda la cosmovisión y creencias de los pueblos de origen me- las normas que la práctica social ha establecido.
soamericano. La vida del hombre, por ejemplo, es equiparada a Entre una de tantas historias contadas, vaya mencionar una
la del maíz, fruto de la tierra que también cumple un ciclo vital. que una tlamatkifla que sabe, me contó:
Un ejemplo claro de estas representaciones es cuando nace un
niño, y la gente pregunta ¿Qué fue?, la respuesta es: yelotlfma- <Era un matrimonio y se acercaba Todos Santos; el señor le
zarca, si fue niño quien nació; y tamalleftamalito, si fue niña. dice a su esposa "ahora no voy a hacer Todos Santos",
Es decir, tanto el hombre como el maíz tienen vidas paralelas entonces la señora dice "voy a leñar, voy a rajar un ocote, y
que surgen de la tierra y cuando terminan su ciclo regresan al a ver que voy a poner" [como ofrenda]; corta unos quelites,
lugar de donde nacieron: la TierrafTlacticpactli. Este proceso hace una salsa. La señora se pone a llorar, porque el hombre
no [la] deja que mate pollos. "Condenado, no quiere poner
de regeneración es el que sella la perennidad del ciclo de los
nada"; [mientras] en su casa prende el acote [en sustitución
ancestros (Galinier ibid:226), y garantiza la continuación de la
de ceras]; el señor se va a leñar [a cortar leña]. Cuando va de
vida en la tierra; de ahí la importancia de ofrendar generosamen- regreso a su casa ve que pasan hartos señores que se llevan
te a los difuntos, porque ellos son los que proporcionan las los guajolotes; canta el gallo, ve que llevan las ceras como
condiciones para seguir viviendo. en procesión, así van pasando. Cuando [llega] se mete a su
Ahora bien, los muertos poseen una característica ambivalen- casa y ve que hay hartas mujeres, señores; dice "porqué,
te que en cierta medida condiciona las conductas de los "vivos": tengo en la cola [atrás} un cacho de ocote?, ¿quién sabe?";
por un lado son entidades benevolentes, ya que cuando se les al otro día ya estaba muerto el hombre>.
ofrenda generosamente proporcionan bienestar y prosperidad a
quienes se encuentran en este mundo, además de ser mediadores Hay varios elementos importantes en esta historia y que nos
entre los vivos y las fuerzas divinas; pero, sin embargo, al permiten destacar el carácter primordial de esta festividad. En
mismo tiempo son "envidiosos y rapaces" (Lupa, en Lok; 1991) primer lugar el hecho de no celebrar Todos Santos constituye
ante la vida que ellos perdieron, por lo que si no se cumple con la primera trasgresión social y por lo tanto a las fuerzas sobre-
ellos, ellos se llevarán lo que ellos no poseen: la vida de otro. naturales, especialmente hacia los ancestros, quienes en esta
Es decir, los muertos son los que ejercen un control social ocasión aparecen como reguladores sociales; lo cual los hace
sobre los vivos (Galinier; 1991:220), quienes además de pro- temer, ya que en la cosmovisión indígena cada individuo tiene
porcionarles grandes viandas, en Todos Santos tienen restric- un ciclo que cumplir en la tierra, ciclo que se debe completar, y
ciones para ir a trabajar; todos deben participar de la fiesta de el no totalizarlo es ya un castigo divino; por otra parte, la segun-
Todos Santos en el camposanto y en las casas. da trasgresión se hace cuando el hombre decide ir a trabajar y
En la memoria colectiva, son innumerables las historias que no esperar a sus difuntos para la fiesta en su casa; es decir, se
se cuentan acerca de quienes no honran como debe ser a sus ausenta de sus deberes de anfitrión, ya que los difuntos sí llegan
difuntos, y que además trasgreden el orden social al ir al monte a su casa pero en ésta la pobreza de las viandas ofrecidas no

262 263
Lourdes Baez EL BANQUETE EN TODOS SANTOS

cumplen con su objetivo: "alimentarlos". Por otra parte, desde asociado a la muerte entre algunos grupos indígenas. El día 2
el momento en que decide no "hacer Todos Santos" su destino de noviembre está dedicado a los difuntos adultos; la ofrenda
está trazado ya que el tiempo pasa a otra dimensión sin que él anterior se retira y se coloca una nueva que contiene además de
se percate, ya que "canta el gallo"; y el gallo canta cuando se tamales de frijol y miminkes, tamales de carne y mole, pollo,
aproxima un nuevo día, ya que éste animal está asociado con el pascal (mole elaborado con pipián), refrescos, café, agua, refino
sol; es decir, "su tiempo" [del hombre] empezó su cuenta regre- (aguardiente de caña), cigarros, fruta, flores, ceras y veladoras
siva. Cuando el hombre decide regresar a su casa, las personas y copal. Y al igual, los trastos deben ser en número de siete y
que él ve pasar como en procesión, son en realidad las almas de nuevos. Existe una prescripción para aquellos que murieron ase-
los difuntos que regresan a su morada con sus viandas, entre las sinados, su altar debe colocarse fuera de la casa; dicen que de
que destacan los guajolotes, animal sagrado que se sacrifica en lo contrario el dueño de la casa se enoja y puede mandar un
ocasiones especiales, y el cual constituye la comida ritual más castigo a la familia.
importante; y además, en todas las narraciones parecidas sólo
puede ver a los difuntos quien está próximo a serlo. En cuanto
al "cacho de acote en la cola", es el acote que su esposa pren- Formas de reciprocidad y redistribución
dió en lugar de ceras y el cual finalmente sirvió para su propio
velorio, pues cuando amaneció el ya estaba muerto. Su compor- Pasando al tema específico de este trabajo; a las redes sociales
tamiento incorrecto, como fue el no "alimentar" a los difuntos , que se establecen y se revitalizan en Todos Santos, y en las que
"sus invitados", provocó que fuera él, quien sirviera de ofrenda interviene toda la comunidad; colocando a esta celebración
para Todos Santos. como la más importante del calendario ritual porque no hay
Ahora bien, las ofrendas que se colocan en el altar contienen familia que no festeje Todos Santos; a diferencia de la fiesta
características distintas que dependen de los difuntos familia- dedicada al Santo Patrón San Marcos o a la celebración de
res; el 1Q de noviembre la ofrenda que se coloca es en honor de Semana Santa; ya que en éstas últimas festividades no todos
los niños difuntos, y por lo tanto contiene todo aquello que le participan activamente, solo los mayordomos y sus parientes y
gustaba a los niños: tamales de frijol, miminkes (tamal con frijol compadres, en la primera; y en el caso de la Semana Santa es
tierno crudo), pollo, chocolate, pan, refrescos, agua, dulces, una celebración del calendario litúrgico católico y la organiza-
juguetes, frutas, flores, ceras, incienso. Es importante mencio- ción corre a cargo del clero oficial.
nar que los platos, tazas, vasos que se colocan en la ofrenda son Los actores principales de este intercambio, además de los
nuevos, nunca se pondrán usados, ya que ocasionaría el "enojo" difuntos, son los parientes rituales: los compadres. El compa-
de los difuntos; y lo más importante es el número de trastos, drazgo ha sido una institución que ha logrado consolidarse
siete de cada objeto: siete platos, siete tazas, siete vasos y siete como una fuerza cohesionadora y como un mecanismo impor-
ceras o veladoras, las cuales deben permanecer siempre prendi- tante de interacción social de las comunidades, especialmente
das para "alumbrar" a los difuntos, al igual que el copal el cual las indígenas (Foster en Masferrer, et.al. 1984:380), cuya ten-
simboliza el respeto hacia los difuntos; el número siete está dencia constante es la de extenderse hacia los descendientes de

264 265
Lourdes Baez
ELBANQUETE ENTODOS SANTOS

los compadres, conformándose una "familia espiritual'» entre muertos al mundo de los vivos, ésta se constituye en la fecha
ellos. Por otro lado, la importancia que reviste el establecimien- propicia para ofrecerles lo mejor, aquello que los halague, y al
to de vínculos del parentesco ritual, es mostrar al individuo, mismo tiempo, por medio de su intermediación obtener el bien-
como un ser capaz de cumplir con los preceptos sociales que estar; es decir, como se ha mencionado esta es una forma de
rigen sus relaciones comunitarias, y que lo van a colocar como transacción entre los hombres y los seres numinosos para equi-
miembro de su sociedad. Otro aspecto importante del parentes- librar el orden del universo; por otro lado, cada acción ejecutada
co ritual, y que lo diferencia del parentesco real, es el hecho de lleva implícita a su vez la acción de recibir "algo" a cambio; es
que a los parientes rituales se les elige cuidadosamente5 decir, que ésta acción de prestación total implica tres obligacio-
(Ibid:379); en cambio los parientes reales no se eligen. La nes: la de dar, recibir y devolver (Lévi-Strauss en Mauss;
importancia del parentesco ritual, es que el compadrazgo se 1979:32), es decir, la de hacer circular los bienes.
define también como elemento mediador ante las divinidades' Si bien el intercambio de "bienes simbólicos" se realiza
y en algunos casos los compadres son ---socialmente- hasta aparentemente de manera voluntaria, en la realidad es "obliga-
más importantes que los parientes "reales", por su carácter torio" porque el no hacerlo implica ser sujeto de una sanción
sagrado, demostrando su significación desde el saludo entre "divina", porque se ofende a las divinidades, incluyendo a los
compadres con marcada ritualidad, así como un respeto profun- difuntos porque éstos se encuentran en un nivel de sacralidad
do; así mismo, en ocasiones extremas los padrinos se constitu- superior al de los hombres; eso les da derecho de ser reguladores
yen como los sustitutos de los padres. Por lo tanto, siempre que del orden social de éstos.
se celebra algún evento importante ellos siempre ocuparán un El intercambio presenta dos tiempos: uno dedicado a los
lugar de suma importancia.
difuntos, de hecho la ofrenda se coloca para "ellos", quienes
Por otro lado, es importante destacar que en estas sociedades, llegan para compartir el banquete; el otro tiempo del intercam-
el intercambio de bienes simbólicos también constituye una bio es con los hombres, cuando se reparte entre los compadres
manera de mantener el orden del universo, el cual está poblado y parientes la comida que se colocó en cada ofrenda a partir de
además de los hombres, por divinidades y fuerzas sobrehuma- la tarde del día 2 de noviembre. Este día, por todos los caminos
nas con características ambivalentes: son benevolentes y al mis- se ven pasar parejas con canastas llenas de comida, todos van a
mo tiempo malignas. Y las ofrendas, son el vehículo que permi- visitar a sus compadres y padrinos para intercambiar los "rega-
tirá equilibrar el orden necesario en toda ocasión. En el caso los" de la ofrenda; la proporción de comida con la que se llega
especifico de Todos Santos, fecha que marca el retorno de los a la visita es la misma con la que se retira de la casa visitada; es
decir, lo que se coloca en la ofrenda es igual a lo que se va a
recibir como intercambio. Lo que significa que, el tamaño de la
4 Los hijos de compadres de bautizo, se nombran entre sí "hermanos de bautizo".
ofrenda va en relación con el número de compadres que tiene
5 El tema del parentesco ritual es sumamente extenso, y requeriría un análisis específico,
por lo que remitimos al lector a los trabajos de Masferrer, et.al. AMERICA INDIGENA una familia.
2, vol. XLIV 1984, México pp. 375-403; Y a los que se encuentran en el número La gente dice que regala <por gusto>, es decir voluntaria-
monográfico de dicha publicación que están dedicados al tema específico del compa-
drazgo. mente, sin embargo, el hecho de que existe la finalidad cons-

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Lourdes Baez
EL BANQUETE EN TODOS SANTOS
ciente de esperar algo a cambio, permite constatar que el carác-
ter de ésta transacción no es precisamente voluntario sino obli- Bibliografía
gatorio; porque en éstas prácticas se encuentra presente el
principio de las normas sociales comunitarias: la obligación de Georges Balandier. 1990. El desorden. La teoría del caos y las
devolver el regalo que se recibió en la misma proporción. ciencias sociales. Elogio de la fecundidad del movimiento.
Por otro lado, además de intercambiar bienes materiales con GEDISA editorial, España.
valor simbólico, quien da y quien recibe adquiere status, honor
y prestigio ante la comunidad y ante las divinidades; porque está Roberto Cardoso de Oliveira. 1992,.Etnicidad y estructura so-
implícito también otro principio importante: en todo lo que se cial. Colección Miguel Othon de Mendizabal CIESAS, Mé-
ofrece y se recibe; se ofrece y se recibe parte de la persona XICO.
misma. Esto es muy claro, en la historia contada, ya que cuando
alguien se niega a celebrar Todos Santos, "su vida" es lo que se Marie-Noélle Chamoux. 1992. Trabajo, técnicas y aprendizaje
I
I intercambia. en el México indígena. CIESAS - CEMCA, México.

Rossana Lok. 1991. Gifts to the dead and the living. Forms of
Conclusiones exchange in San Miguel Tzinacapan Sierra Norte de Puebla,
México. Centre ofNon-Westem Studies LEIDEN UNIVER-
Si bien, el intercambio que tiene lugar durante la celebración de SITY, The Netherlands.
Todos Santos no es exclusivo de esta fecha, sino que constituye
Elio Masferrer kan, et.al. 1984. "El compadrazgo entre los
una forma común de la organización comunitaria que impregna
totonacas de la Sierra de Puebla". en América Indígena 2,
todas las prácticas sociales; quisimos destacar este hecho en esta
Vol. XLIV, México.
fecha, porque adquiere una significación especial para los nau-
peños; ya que se expresan claramente los principios que rigen MarcelMauss. 1979. SociologíayAntropología. Editorial TEC-
las relaciones sociales comunitarias. Por otro lado, la circula- NOS, Colección de ciencias sociales, serie de sociología,
ción de bienes es un elemento que actúa como regulador social, Madrid.
ya que el hecho de participar en el intercambio significa com-
partir la costumbre. Es importante destacar también el valor que Jacques Galinier. 1990. La mitad del mundo. Cuerpo y cosmos
adquieren los bienes que se ofrendan, cuyo valor material queda en los rituales otomíes. UNAM, CEMCA, INI, México.
rebasado por el valor simbólico; ya que el valor de una ofrenda
equivale a lo que vale la vida de un hombre. De ahí la impor-
tancia de considerar al intercambio en Todos Santos como un
sistema de prestaciones totales, porque al dar, recibir, devolver
regalos a los hombres, se ofrenda a las divinidades y se garantiza
así mismo el bienestar y prosperidad de la comunidad.

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EL ESPACIO DE LOS DIOSES Y EL
UNIVERSO DE LOS HOMBRES
(EN LA COSMOVISION MAYA
LACANDONA)
Marie-Odile Marion

Los mitos lacandones ofrecen los principales elementos qUL


nos permitirán entender la concepción peculiar de los indígenas
en cuanto a tiempo y espacio. Al reconstruir mentalmente el
"
origen de su universo, dibujan el ordenamiento de los tres
espacios que son necesarios para el equilibrio cósmico. Ya que
el paso del sol por cada uno de esos espacios asegura la peren-
nidad del principio de vida y la reproducción de la sociedad de
los Verdaderos Hombres.
La separación del universo en tres espacios (celeste, terrestre
y subterráneo) permitió la definición del receptáculo espacial
de la acción humana (en el centro y por ende sobre la tierra), a
la vez que estableció sus límites temporales. Colocados por sus
dioses en el centro de un espacio forestal creado para ellos, los
Lacandones conciben a su existencia como una fase de vida
solar, la cual han alcanzado después de su emergencia de los
espacios ctónicos y antes de su regreso hacía esos mismos espa-
cios, después de la muerte.
Al crear esos espacios, los demiurgos han logrado reglamen-
tar los principios de la condición humana. Instalados en el

271
EL ESPACIO DE LOS DIOSES Y EL UNIVERSO
Marie-Odile Marion

rituales les ofrecen la posibilidad de ejercer su función regula-


centro del universo, sobre la tierra que les fue confiada, los dora del equilibrio universal. Por ende, es mediante la cultura
Lacandones son testigos del paso cotidiano del sol de un hori- humana que el orden cósmico logra mantenerse y que la natu-
zonte al otro de su selva, a lo largo de un recorrido que lo lleva raleza proporciona a la sociedad los recursos que requiere para
del cenit al mundo de los muertos, de donde emergerá de nuevo
sobrevivir.
para asegurar la sobrevivencia del universo y por ende la de los
hombres. Al vincular esos tres espacios, cada día del año, el sol
\1 ejerce su misión regeneradora. Los hombres lo ayudan, asegu-
rando con sus ofrendas la alimentación de los dioses y de los Ecología y parentesco
astros.
Seguro de vida, la pareja sol-luna también es amenaza de La mitología lacandona traduce la relación estrecha existente
muerte. Los Lacandones saben por sus mitos que su universo entre el orden del universo y el orden social; los fenómenos
fue tres veces trastornado, que su selva fue inundada o bien meteorológicos, ecológicos y en general cósmicos son conce-
calcinada, que sus ancestros fueron destrozados por los jaguares bidos e interpretados por medio de los modelos que explican
apocalípticos y que su historia fue interrumpida antes que su y ordenan las relaciones de parentesco. Dado que la socie-
sociedad lograra volver a nacer, sujeta a nuevos desordenes, dad de los hombres reproduce la de los dioses y que cada una
sometida a poderosas amenazas. de esas divinidades tiene una función particular en el acomo-
Espacios y tiempos míticos se interrelacionan en el pensa- do de la fases climáticas y en la aparición de los fenómenos
miento de los Lacandones, y no fue sino hasta después de la meteorológicos, resalta la existencia de un sistema cosmoló-
creación de dichos espacios que el orden temporal pudo ser esta- gico en cuyo centro el hombre juega un papel importante,
blecido, mediante el recorrido astral. La regularidad del siste- complementario del de los dioses, y cuya lógica se inscribe
ma, el equilibrio de los principios de vida y de muerte sujetos a
la alternación de los astros no pueden obtenerse más que me-
I en el seno de las responsabilidades familiares y del sistema
de parentesco.
diante un esfuerzo constante de los hombres para satisfacer las La familia del creador ofrece más que un modelo de organi-
condiciones de su reproducción. Al alimentar a sus dioses I zación social. En efecto, por la asociación de cada uno de sus
durante los rituales, los Mayas -y antes que ellos todas las miembros a fenómenos naturales, asegura la renovación de los
culturas de Mesoamérica- han logrado mantener el orden del I ciclos climáticos e indica a los hombres como realizar la ges-
cosmos. I tión del espacio y del tiempo social, en función de las respon-
La cultura ofrece la expresión de los esfuerzos patéticos que sabilidades individuales que se reconocen a cada uno de ellos.
hacen los hombres para asegurar la reproducción del espacio y La descodificación de este sistema asociativo nos permitirá
del tiempo. La separación de los espacios celestes y telúricos, entender cómo los Lacandones conciben el paralelismo existen-
de los principios solares y lunares, de las fases de claridad y te entre el orden social y el orden universal.
oscuridad asegura la estabilidad del sistema astral. Los hombres Hach Ak Yum es el principio de autoridad suprema, porque
son responsables del mantenimiento de este orden precario y los él fue quien creó el sol. Es hermano menor del sol entre los

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Marie-Odile Marion EL ESPACIO DE LOS DIOSES Y EL UNIVERSO

hombres del río Lacanjá y en el mito Kekchi, está asimilado con Aparte de los tres hijos destituidos que están cubiertos con
el sol. 1 atribuciones femeninas y aparentemente sometidos al control de
El creador tuvo cinco hijos. Sus tres primeros hijos se volvie- una mujer (su madre), todos los personajes masculinos de esta
ron los vientos de lluvia y de tempestad, dibujan los arco iris y unidad familiar se encuentran asociados con el sol: ya que por
son elementos conjuntivos entre los espacios celeste y terrestre, hermandad (Zukunkyum), filiación (Ah T'uup) o bien alianza
a la vez que son elementos disyuntivos de las fases climáticas. (Ah K'in Chob), todos son responsables de su recorrido y de su
Despojados de sus derechos de mayorazgo, se volvieron meno- alimentación.
res, perdieron su lugar en el cielo al lado de su padre y están En cambio, las mujeres dominan el espacio lunar así corno la
asociados con los aspectos femeninos del mundo: las lluvias. Su temporada lluviosa. Los hombres despojados de sus privile-
madre X-Kale'ox es el cuarto principio de lluvia y --según gios de mayorazgo están asociados con las mujeres y con las
diversas versiones del mito de origen de las Iluvias- ella es épocas (la temporada húmeda y de fuertes lluvias) y los espacios
también su jefe. Asociada con la luna, X-Kale'ox-AkNa' com- (las cuevas y las cavernas) que las caracterizan.
plementa el principio solar durante las grandes fases climáticas La complementariedad de los seres que integran esta familia
del ciclo agrícola. junto con los principios de jerarquía que aseguran su cohesión,
La hija menor de Hach Ak Yurn heredó de su madre su son los fundamentos del orden social así corno los condicionan-
filiación lunar; a veces identificada corno Ixchel, es la esposa tes del orden universal. Los mitos lacandones retornan esos as-
de Ah K'in Chob, una divinidad con atributos solares. pectos del sistema de parentesco, a la vez que aseguran su
El hijo menor del creador es Ah 'T'uup.s es el protector del permanencia y su legitimidad.
sol. Heredó los símbolos de la autoridad masculina (los cantos
rituales), por ende él es encargado de velar al regreso del sol y
a la alternación de las temporadas; los Lacandones lo invocan Principios de oposición, de alternación
particularmente durante los eclipses solares. y de complementariedad
Los dos hermanos mayores de Hach Ak Yum son también
personajes vinculados con el sol. Zukunkyum porque protege al La exposición de los datos etnográficos, el análisis de los mitos,
sol durante su paso por el mundo subterráneo y Akyantho por la reconstrucción de las grandes fases de vida humana y vegetal
su asociación con el sol en los mitos del grupo septentrional. han hecho aparecer una serie de oposiciones entre los compo-
nentes del universo social, que se vuelven a encontrar en el seno
del sistema de organización de la naturaleza." Traducen una
1 En este mito, sintetizado por J.E. Thompson (1939: 169-170), Sol es el segundo de los
forma dualista de percibir la sociedad y el cosmos que podría
tres hermanos; Venus es el mayor, y el menor de los hermanos --después de ser resumirse de la forma siguiente:
transformado en mono por sus hermanos-se volverá la estrella nocturna. Sol desposará
Luna y, después que su esposa haya cometido un doble adulterio, la pareja se escapara
de una hoguera para subir hacia el cielo en donde se establecerá. 3 Al respecto consultar a Marion, M.O., Le pouvoir des filies de Lune. La dimension
2 Ah es un prefijo que señala la masculinidad, mientras que Ix ( o bien X-) indica la symbolique des formes d'organisation sociale des Lacandons du fleuve Lacanjá (Me-
feminidad. xique}. Thése de Doctorat d'Etat, EHESS, Paris, 1992.

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Marie-Odile Marion EL ESPACIO DE LOS DIOSES Y EL UNIVERSO

Hombres muieres mavores menores esos pares paradigmáticos ofrecen un modelo de dualismo cós-
mico y ecológico.:
Sol Luna sequía lluvias Mientras que los vientos del este --originarios de la costa del
golfo-son favorables a la vida y cargados de agua fertilizante,
Toda una serie de oposiciones se encadenan desde esas pri- los vientos que provienen del oeste en cambio no aportan más
meras relaciones de homología que precisan todavía más las que desorden y suelen provocar la ruptura de la caña de maíz.
formas asociativas concebidas por los Lacandones para inter- Mientras que los vientos del sur, secos y cálidos no traen más
pretar a su universo. que tormenta sin agua y son considerados como unos vientos
neutros y sin incidencia en la vida de los Verdaderos Hombres,
los vientos del norte, húmedos y helados anuncian el frío, traen
Ejes este-oeste y norte-sur granizo y enfermedades y son considerados profundamente
nefastos para los hombres y sus cosechas invernales.
El sol recorre el mundo de este en oeste yesos puntos cardenales Mientras que el principio solar no interviene más que a lo
se vuelven los significantes de la vida y de la muerte (rojo: vida largo del espacio este-oeste, el principio lunar se asocia con este
al este; negro: muerte al oeste). La luna está asociada con el sur mismo eje (en el poniente), pero domina el espacio norte-sur,
y el norte y por lo tanto se la reviste de los atributos propios de recubriéndose de sus múltiples aspectos (benévolo-malévolo,
'. I cada uno de esos horizontes (amarillo: calor al sur; blanco: frío caliente-frío, seco-húmedo, etc ...)
al norte).s Mientras que la asociación del astro solar con el eje
oriente-poniente se percibe en el conjunto de los textos que
hacen referencia al orden cósmico.t la del astro selénico con el Nómade y sedentario
eje norte-sur es mucho más hipotética, aunque se encuentra en
la mayoría de las culturas contemporáneas o antiguas de Amé- El sol es móvil; recorre incansablemente los espacios celestes
rica Latina, pero en una forma velada, a menudo indirecta. y subterráneo. Incansable viajero, atraviesa la selva de los
Adentro de esta oposición de unidades paradigmáticas, exis- hombres y luego la del firmamento, antes de explorar la del
ten otras oposiciones inserta en los pares que forman su osatura. inframundo. En la sociedad de los Lacandones que es de resi-
En efecto la luna puede ser asimilada con el poniente, ya que dencia patri-uxorilocal, el hombre al instar del sol, abandona la
reina sobre los espacios liminales. Por otra parte, cada uno de casa de su padre a la hora de casarse, para fundar un nuevo
hogar; surca la selva, con sus hijos y sus hermanos, sus yernos
o sus cuñados, y no regresa a su casa más que para comer y
4 En la mitología mcsoamcricana, el sur se asociaba con el mediodía, con la temporada
de secas -y por ende con el calor- mientras que el norte se asociaba con la mediano- fecundar a su esposa.
che, la temporada de lluvias y el frio. En cambio, Luna es autóctona, es sedentaria y sus recorridos
s En las representaciones iconográficas mayas, el signo del poder dinástico es una barra
en el firmamento son limitados; aparece o bien desaparece
ceremonial, orientada en dirección este-oeste, cuyas extremidades son unos hocicos de
serpiente. Este emblema está identificado como el símbolo del sosten del mundo. Ver según las fases de su crecimiento y se refugia sobre las islas de
Graulich, 1987; Schecle, 1990; Friedel, Scheele y Parker, 1993. etc ...

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Marie-Odile Marion EL ESPACIO DE LOS DIOSES Y EL UNIVERSO

los lagos y de los ríos en donde instaló su domicilio.e Concebida principios femeninos desde el alba de los tiempos y que así se
sobre este mismo modelo, la mujer se mantiene firmemente mantendrá hasta el desenlace apocalíptico final?
atada al lugar de su nacimiento. Atrae al hombre en su mundo Al respecto, Galinier subraya, en su análisis de la sociedad
y lo retiene sobre su territorio. La matrilocalidad es un privile- Otomí que "las mujeres poseen el control de las fuerzas sobre-
gio de las mujeres que subraya el principio de autoctonía que se naturales. Son Dueñas del Mundo ". y acumulan en ellas toda
vincula con la personalidad lunar. Son las mujeres de Lacanjá, la riqueza del universo... Esta sobre potencia pone en peligro la
las autóctonas, quienes lograron reunir a los hombres de las cohesión de la sociedad, del orden comunitario que los hombres
distintas familias que vivían otrora dispersas. Por ellas pasan tienen que garantizar"," Mientras que los hombres intentan
los derechos de acceso a la autoctonía que darán a sus hijos las mantener el poder real entre sus manos, las mujeres tienen el
mismas prerrogativas que sus abuelos. Esta característica del monopolio del poder.
sistema social es el inverso de los principios enunciados por los Es esta exploración sistemática del dualismo (en sus aspectos
mitos que hacen de los autóctonos los mayores y de los nómadas antropológicos y cósmicos) que permitirá establecer la lógica
los menores. Los mitos antiguos (toltecas y aztecas) subrayan de las relaciones sociales, y particularmente la de las relaciones
este enunciado del pensamiento mesoamericano, asimilando los hombre/mujer.
recién llegados mexicas con los salvajes-nómadas-pobres-me-
nores que lograran someter los civilizados-sedentarios-ricos-
mayores a su proyecto de sociedad.
Unico y múltiple
¿Por qué entonces las mujeres sedentarias y autóctonas, se
El sol es indivisible, único; nace, muere y revive, pero siempre
consideran en la sociedad contemporánea como menores, mien-
es el mismo astro, tanto durante su fase diurna, como durante
tras que los Lacandones reconocen a los hombres y a sus
su vida nocturna. Un mito Kekchis señala la existencia de un sol
descendientes el estatuto de mayorazgo? Este poder masculino
vespertino, que no es más que el reflejo de si mismo; pero
tan ardientemente disputado a las mujeres, inscrito en medio de
reflejado en un espejo o con su apariencia real, sigue siendo el
la terminología de parentesco, acaso no representa los últimos
mismo astro quien surca incansablemente los espacios del uni-
esfuerzos hechos por los hombres para transformar en favor
verso,
suyo un orden social que les escapa, un orden sometido a los
En cambio la luna es múltiple, tanto por sus aspectos que por
los lugares en donde descansa. Sus cuatro fases le confieren un
carácter de multiplicidad, de versatilidad del que el sol adolece.
6 Los Lacandones describen al sol según el lugar que ocupa durante su recorrido en el Según es gorda, alargada o llena, cambia de aspecto al cambiar
cielo (Tan u okor K 'in : el sol está saliendo; tan u chumuk ka K'in: el sol está en el medio de propiedad: es fecundable dicótoma o fecundada cuando está
es decir en el cenit; tan u bin K'In el sol se va ). En cambio la luna se identifica a lo
largo de sus fases, según su apariencia, su tamaño y su forma (tan u chiir Ak Na ' : Nuestra llena, es estéril en sus fases decrecientes y peligrosa durante sus
Madre crece; Ne tarak u bak Ak Na', nuestra Madre está gorda es decir está llena ; Mulik
Na ': Nuestra Madre está tierna es decir pequeña ; etc. porque cuando decrece y desapa- 1,
rece, se esconde en los islotes (muulik na') que son sus refugios de tierra en el universo 7 Galinier, Jacques; La moiti édu monde; Thése de doctoral, EIlESS, 1985, p. 968 .
acuático. 8 Thompson, 1939 : 169-170 ; Graulich, 1987.

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Marie-Odile Marion EL ESPACIO DE LOS DIOSES Y EL UNIVERSO

eclipses. Se multiplica en el mundo subterráneo, bajo la aparien- Celeste y ctónico


cia de las X-Tabay que son sus representaciones terrenales y
subterráneas, y de madre de los hombres se vuelve entonces sus Pero la dicotomía no impide la alternación de los principios que
múltiples amantes. se oponen. Los caracteres dualistas que utilizan los Lacando-
Unica en el cielo (aunque revestida de sus diversas aparien- nes para hacer su universo inteligible y ordenar a su propia
cias), se multiplica cuando se instala en los islotes , en las grutas , sociedad no sólo señalan la oposición, también subrayan la
y en el corazón de las grandes ceibas. sucesión de fases, de etapas o de propiedades que parecerían
Pero es también y sobre todo múltiple por sus atribuciones, excluirse mutuamente en razón de su aparente incompatibilidad.
su poder, sus dones y sus conocimientos. Patrona del parto, Así es como el sol se adueña del cenit antes de sumirse en el
también lo es de las terapias, de los males y de los sueños.v mundo subterráneo, dejando la luna dominar el firmamento
Dueña de la vida y de la muerte, también está vinculada con nocturno. Mientras que, bajo sus aspectos ctónicos, el astro
el crecimiento del maíz y con las lluvias que lo nutren, con el lunar es también un residente del inframundo y alterna con el
crepúsculo y el amanecer, con la mañana y el ocaso de la vida. sol sus apariciones a la vista de los hombres.
Con sus atributos de lluvia, Luna sustituye a Sol a la vez que
Luz y tinieblas lo complementa.

El mundo del sol es el de la luz, de las cosas públicas, del día. Maíz : yuca :: hormiga : serpiente
También es el espacio de los hombres, de sus encuentros, de sus
asambleas y de sus decisiones. Es el símbolo de la autoridad El principio de complementariedad vuelve a surgir en las cate-
masculina, oficial, heredada.
gorías vegetales y animales. Los cereales y, particularmente ~I
El espacio de Luna, vinculado con la noche y las tinieblas, maíz, son plantas celestes, vinculadas con el sol y su adveni-
con la sombra de las cavernas y la penumbra de los hogares miento. En el mito de origen eh' 01, fue un rayo de fuego que
refleja la imagen de la privacía, de los encuentros entre mujeres, logró liberar al maíz de su refugio subterráneo. Después de
de los acuerdos que de ahí surgen, de las estrategias que en ellos haber sido recluido mucho tiempo en la oscuridad de la tierra,
se diseñan. Es el mundo de lo secreto, de lo escondido, de la el maíz apareció cuando un astro de fuego fue instalado por el
clandestinidad, de las presiones que se ejercen fuera de la ofi- creador. Por lo tanto fue parte de los principios ctónicos del
cialidad; es la imagen de un poder compartido que las mujeres mundo, antes de ser extraído por el sol que lo obsequió a los
tejen, como lo hicieron su madre, para reconstruir, incansable- hombres, permitiendo así su multiplicación y su crecimiento.
mente, las fundaciones de su sociedad.
En cambio, los tubérculos son considerados como plantas luna-
res, cuyo ciclo vegetativo está sometido a la evolución de las
fases del astro nocturno. Los hombres siembran los cereales, las
mujeres plantan los tubérculos, pero todos esos cultígenos son
9 Ver Marion, 1992, capítulo 9.
complementarios y sirven para asegurar el equilibrio de la

280 281
Marie-Odile Marión EL ESPACIO DE LOS DIOSES Y EL UNIVERSO

alimentación, durante las diversas etapas del ciclo de produc- muerte, alternan para asegurar la reproducción del univ~rso y
ción. los rituales dan cuenta de esta indisoluble complementanedad.
Los animales también se clasifican según los parámetros que La luna es la imagen de lo completivo, de la estabilidad, de
sostienen el orden universal y el sistema social. La serpiente se la permanencia. Es porque ella vincula cotid~ana~ente la. luz
asocia con el mundo de los muertos, las tinieblas, las lluvias y con las tinieblas y la vida con la muerte, que implica una Idea
la fertilidad. En el códice de Dresden, aparece en múltiples oca- de plenitud: reúne ambas partes de un sistema cósmico. amena-
siones como un adorno del tocado de Ixchel, enroscado arrogan- zado por un perpetuo desorden, es la imagen ?e la totalidad. ~u
te alrededor de su cabellera. carácter sedentario hace de ella la raíz de un sistema que gravIta
La hormiga es un animal asociado con el sol, a quien auxilió en torno a su misma persona. El sol por su parte muere y renace,
para que extrajera al maíz de su escondite. Aunque puede mientras que ella no deja de vivir y de engendrar mes tras mes
perfectamente penetrar en el mundo subterráneo, no deja de ser los embriones de la vida humana.
un animal terrestre, aliado o rival del hombre en el proceso de
explotación de los granos. Conclusión
Los Mayas de Yucatán interpretan a los eclipses de Luna
como el intento hecho por una hormiga para morder el rostro El equilibrio cósmico del universo lacandón gira en torno, ~ la
del astro; mientras que en la mayoría de las demás sociedades bipolaridad hombre/mujer que ~irve a "" ~e~ de soporte fIS~~O
de lengua maya, el eclipse lunar se explica como un combate o a toda una serie de representactones sirnbólicas, ellas también
una querella oponiendo Sol y Luna, a causa de los engaños de organizadas en forma de pares paradigmáticas. El estudio de. la
esta última. Por ende, Hormiga se encuentra asimilada con el homología de principios que resalta de este sIs~ema de asocia-
principio solar y su enfrentamiento con Luna no hace más que ciones pone en relieve la lógica del sistema social basado en la
subrayar los pleitos conyugales oponiendo periódicamente am- oposición de las categorías de mayorazgo ~ de meno.razg~. Pero
bos miembros de la pareja cósmica. esas oposiciones que hacen intervenir noc~ones de,s.Imetna o de
jerarquía también estructuran el pensamiento mítrco. Resulta
entonces que existe un paralelismo notable entre las. fo~as de
Vida y muerte representación del mundo ideal y las fo~as de o~ganIZaCIOn del
mundo real, que traduce la preeminencia de un sI~tema c~ncep­
tual dualista, aplicado a crear y luego reproducIr un universo
Símbolo de vida y de esperanza, Sol es también el astro por el
social adaptado a las exigencias del pensamiento.
cual pasa la amenaza de destrucción apocalíptica del universo.
Vinculada con el mundo de las almas, con el inframundo, con
los peligros letales del nacimiento y con la cercanía crepuscular
de la muerte, Luna es también la patrona del engendramiento,
la tejedora de vida humana y la fuente de fertilidad vegetal.
Unidos y luego separados a lo largo de los ciclos de vida y

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Marie-Odile Marion EL ESPACIO DE LOS DIOSES Y EL UNIVERSO

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