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“PODER, DEMOCRATIZACION Y PARTICIPACION EN LAS PRACTICAS E INSTITUCIONES DE SALUD” (Mesa Redonda) COORDINADOR: Hilario Ferrero, Zona Sanitaira, Ingeniero Juarez, Formosa. PANELISTAS: Carlos Casinelli, Secretario Adjunto de ATE-Capital; Dr. Angel Fiasche, ex-Director Nacional de Salud Mental; Emiliano Galende, Psicoanalista. José Schiappa Pietra, Equipos de Salud Mental de la Peia. de Rio Negro; Ferrero: —Para iniciar un poco el tema de hoy, como coordinador, voy 2 contar uma experiencia muy reciente que tiene mucho que ver con el tema de esta mesa ocurrida en un sector de nuestra poblacién, en una zona del extremo oeste de la provincia de Formosa. Hace 17 afios que trabajamos en este lugar y fundamen- talmente nuestra inquietud siempre fuc tratar que dentro del sistema de salud, la gente fuera protagonista, fuera participe, se sintiera duefia de las instituciones y del sistema de salud. Por eso no es casual que hoy estemos aqui adelante, cuando en este momento, todo sistema de salud que ofrece una allernativa de protagonis- mo y participaci6n intenta sor quebrada, intenta ser destrufda. Les digo una expe- riencia, desde hace 17 afios, muy rica cn esta dltima semana pasada por hechos que vamos a ir contando. A wavés del uabajo logramos que no sélo en Ia institucidn hospital, en los centros de salud sino que la gente fuera sintiéndose —con una expresidn muy de ellos— duefia de las instituciones de salud. Es decir, el pueblo sobre todo margi- nal y humilde, Nosotros trabajamos con comunidades muy pobres, quizdés las més pobres del pais, con comunidades indfgenas, comunidades criollas, en una 578 “PODER, DEMOCRATIZACION Y PARTICIPACION EN LAS PRACTICAS E INSTITUCIONES DE SALUD™ situacién de pobreza extrema que no habian podide anteriormente, ni siquiera ser asistidas en el hospital publico donde habitualmente eran rechazados. Funda- mentalmente por un importante problema de racismo que tenemos en la zona, A tavés de afios de trabajo se logré que la gente se sintiera protagonista, que parti- cipara. Logramos dentro de la instituciGn hospital que la gente tuviera posibi dad de autogestionar cada sector del hospital y se sinticran que ellos estaban ha- ciendo funcionar el sistema de salud. Todo esto Ilev a que optimizando recursos y trabajando de esa forma los lo- gros fucran importantes. Esto practicamente fue qucbrado a principios de este afio. Hasta diciembre de 1989 wabajabamos de esa forma y en enero de 1990, fuadamentalmente, sc produce un hecho bastante claro en una alianza entre la clase dominante y el gobierno, donde se decide directamente destruir todo este sistema de salud. Por cl otro lado hay una alianza también con la clase media que ya no se siente asistida por los servicios de seguridad social y entonces intenta desplazar al pobre, al decir a veces palabras de la misma gente, no le gusta cl “olor a pobre" dentro de una institucién de salud. (Por qué pasa esto? En realidad, en cl tiempo que nosotros trabajamos nues- wa orientacién fue fundamentalmente hacia la capacitacién no sélo del recurso humano local sino de la comunidad. La capacitacién del recurso humano local va haciendo que los agentes de salud de adentro y de afuera del hospital —y cuando digo agentes de salud me refiero a todos, no sdlo el agente sanitario—, vayan analizando a través de ésto todos los factores sociales, politicos y econd- micos que hacen a fa falta de salud. A medida que el agente de salud va tomando conciencia de todos los factores que afccian a la salud, se va politizando y los re- clamos cada vez van siendo mas importantes y mas de cambios estrucwurales y a su vez, va haciendo que sus comunidades y el pueblo vaya despertando cn recla- mo del derecho que le pertenece: el derecho a la salud. Esto si bien ha hecho que, fundamentalmente, el pobre irrumpiera dentro de las instituciones de salud, se sintiera participe y duciio, es evidente que irrita al poderoso ¢ irrita sobre todo a las autoridades, cuando los reclamos son cada vez mas importantes. Yo uraigo acd algunas palabras que copié de la dltima Asamblea medias tex- tales de un dirigente de comunidad, lo leo tal cual lo dijo: “Lo claro es que a ¢s- to lo quiebran porque a través de la capacitacién comunitaria en salud, los indios y los pobres nos damos cuenta ddnde esté a injusticia, como nos usan. Sabemos ahora pensar y nuestros reclamos duelen.” Y seguidamente otro dirigente agre- g6: “Nosotros reclamamos justicia pero también reclamamos libertad; porque no podemos ser hombres sanos si no somos libres.” Este hecho que estoy relatando lleva a que ahora només, en enero o febrero de 1990, se decida que este sistema de salud y los reclamos que ¢! mismo estaba haciendo —e! crecimiento y la capacitacion de la gente—, debe ser cortado, cer- TV JORNADAS DE A.P.S. - CONAMER - A.R.H.N.R.G. 579 cenado, la gente debe ser amansada para seguir trabajando en politica. Para ello lo primero que se hace es, por supuesto, cambiar los puestos claves de direccio- nes y s¢ comienza sistematicamente una destruccidn, una desarticulacién de los sectores que hasta entonces habfan tabajado en forma coordinada. El poder se concentra fundamentalmente cn una direccién; no se admiten opiniones del tra- bajador de Ja salud, se lo amenaza fundamentalmente, con dejarlo sin cargo 0 con traslados masivos. Hay una falta de idoncidad inclusive, en los que ocupan ahora cargos que antes no estaban ocupados por personal capacitado y se medi- caliza uemendamente el sistema. Como consecuencia de esta desarticulacién y cl hecho de que la salud, ya no la hace cl trabajador de la salud y el pueblo en conjunto, sino que pretende hacerlo una sola persona, evidentemente, genera muerte, Genera muerte que duele, genera 36 muertes infantiles en una zona de 10,000 habitantes y con ésto ese pueblo, yo diria al que a veces le cuesta hablar, que a veces no puede llegar adonde tendria que Iegar se pone de pig, con este dolor tremendo de que nuestros hijos mueren y nadie hace nada, se ponen de pie y comienza un reclamo en una movilizacién popular que hasta a los que estaba- mos trabajando desde hace muchos afios, nos llama poderosamente la atencién la fuerza con que la gente comienza a movilizarse. Trabajadores de la salud y pueblo unido comienzan a tener asambleas perma- nentes, reuniones y comienzan a hacer reclamos a las instituciones donde pensa- ban que podian ser oidos. Se hacen reclamos a la iglesia, a algunos organismos de derechos humanos provinciales, sin que hubiera respuesta para nada de am- bos. Se trata de Hegar a los medios de comunicacién que tampoco prestan ningtin tipo de apoyo porque dicen que la cosa es demasiado brava como para publicarla y que ellos necesitan wna autorizacién de un Secretario de Comunicacién Social. Se les niega toda posibilidad a la gente de reclamar por su derecho a la salud que habia sido destruido. Lo que yo decfa al principio, que esto culmina hace muy poquito, la semana pasada. Inclusive en sus reuniones, en sus cartas y notas, la gente pide que no se metan 0 que no intervengan los que habamos estado trabajando con ellos en for- ma directa porque es una cosa del pueblo y que ellos van a hacer el reclamo. Y da la coincidencia de que la semana pasada se festejan los 60 afios de este pueblo donde, con gran despilfarro y gasto, se invitaban a todas las autoridades provin- ciales, gobernador y su gabinete. Entonces, la semana anterior, se organiza una comisidn que va directamente a golpear la puerta de las autoridades, ministros y hasta el gobernador de la provincia. Tres dias penosos de rechazo, de recorrer oficinas, de no poder entrar, de no dejarlos, de tratar de minimizar la cosa, de “cndulzarlos”, de “darles algo a cambio para que se callaran” —dijo un dirigen- we. Con todo este tipo de cosas, logran entrevistar a las autoridades que en este 580 “PODER, DEMOCRATIZACION Y PARTICIPACION EN LAS PRACTICAS E. INSTITUCIONES DE SALUD” caso tenian participaciGn directa: Ministro de Salud Publica, de Accién Social y Gobernador de la provincia, con una semipromesa de tratar de arreglar todo para el dia sabado que era el dia que pensaban pasar la fiesta. De hecho vuelve a su lugar la comisién y dando una muestra de su dolor deciden no participar ni el pueblo indigena, nil pueblo marginal humilde criollo, el mas pobre, en los fes- tejos centrales, sino acantonarse en un barrio obrero y esperar alli la visita de las autoridades para tratar de resolver lo que estaba pasando. Con un gran cartel que decia simplemente: “Estamos de duclo”, nada mas. Esperaron casi hasta las 4 de la tarde en que el Ministro de Salud Piblica se atrevié a llegar y enfrentarlos y mas de 200 entre agentes de salud y dirigentes de comunidades de base impor- antes de la zona —mas 0 menos hay en el pueblo y sus alrededores 14 6 15 co- munidades— se reunieron en, yo diria, una asamblea popular realmente inolvi- dable para los que estuvimos presentes y pudimos escuchar lo que la gente ex- presaba y solicitaba. Se logra asi dar el primer paso de recuperacién de lo que ellos Haman “nuestro sistema de salud” al que le habian puesto un slogan que ellos decfan era “igualitario, con justicia social, sin racismo ni clasismo”. Realmente para nosotros, los que estuvimos presentes, es evidente que cuan- do hay protagonismo de un pueblo en su proceso de salud, cuando no se hege- moniza el poder en una persona, en una direccién, en un grupo hegemé6nico, sino que realmente se comparte el poder, ese poder popular realmente crece y por si solo se gestiona para lograr realmente el derecho que en ese momento le habia sido quitado. Nada més. (Aplausos) Ferrero: —Seguidamente, vamos a escuchar a Emiliano Galende. Emiliano Galende: —Yo pensaba hablar mas especificamente sobre la consigna de participacién en relacién con salud mental. De hecho, lo que acabamos de es- cuchar de parte de Ferrero plantea, no porque nos resulte novedoso en el contex- io socio-politico en el que estamos viviendo todos, los riesgos de ir engrosando cierto desdnimo y cierta sensacién de pesimismo respecto a las perspectivas que se abren sobre las consignas de una salud para el pueblo. Siempre los ricos han temido a las fiestas de los pobres. Cuando los pobres se alegran, se divierten, generan rdpidamente en su unin el temor de los poderosos y los ricos que con cierta razén, ven amenazados ciertos dominios y ciertos ele- mentos del poder por esa alegrfa de los pobres que siempre se teme se configure como un desborde, como un avance, como una libertad que pueda ir més alld del mero encuentro festivo. Y participacién implica, de alguna manera, ese compro- miso corporal de la gente cuando logra reunirse con otras personas en otros cuer- pos y en otras sensibilidades, como podriamos pensarlo en el ejemplo de los bai- les populares, o adn en el ejemplo de una cancha de futbol donde los cuerpos que

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