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Introducción:
Todos esperamos ser bendecidos por el Señor, pues creemos que Dios nos ha dado la vida con el
objetivo de hacernos felices y bendecirnos en todo tiempo. Pero la realidad de la vida, es que
muchos sufren, y un gran número de personas no pueden vivir con las cosas buenas que sueñan
tener. Las preguntas a realizarnos con respecto este tema son: ¿Por qué no recibimos aquellas
cosas que tanto anhelamos? ¿Son nuestros métodos los mejores para solucionar nuestros
Desarrollo.
I. El problema de Raquel
Raquel se había casado con Jacob con el deseo de formar una familia. En la antigüedad
cada persona se consideraba bendecida por sus hijos, de hecho, quienes no tenían
descendencia, eran considerados como malditos y sin bendiciones del cielo. El primer
cuando ella observa que la otra esposa Jacob, su hermana Lea, era bendecida con muchos
hijos.
Ella comienza a envidiar las bendiciones de su hermana, esperando que como Dios
donde su esposo Jacob y le dice: “Dame hijo o me muero”. Esto provocó el enojo en
Jacob, pues él sabía que lo que Raquel le pedía solamente lo podía conceder el Señor.
La vida Raquel es la de alguien que desea suicidarse. En su recamara debió haber
pensado en quitarse la vida. Debió haber ideado algún método para no seguir viviendo,
pues de su parte su vida era un desacierto. Lamentablemente los seres humanos sufrimos,
y cuando vemos que no hay solución para nuestros problemas, deseamos quitarnos en la
vida.
Mientras Raquel vive en su amargura, se le ocurre una idea bastante interesante. Ella
tener descendencia a través de su sierva Bilha. De inmediato habla con Jacob, y pone a su
criada a tener encuentros con Jacob para que esta quedara encinta. Raquel debió ponerse
bastante alegre, pues ella pensó que la solución a sus problemas había llegado, y que ya
ella iba a ser considerada como una mujer digna de recibir el aplauso de las personas que
le conocían.
Pero no todo le salió bien. A pesar de que tuvo hijo por medio de Bilha, lo que ella
deseaba no era tener descendiente a través de otra persona, sino que ella misma deseaba
sus esfuerzos, en buscar sus propios métodos, pero no notamos ningún clamor de Raquel
para el Señor. Ella estaba utilizando los métodos equivocados. Ella debió buscar al Señor
primeramente, pero ella no ubica al Señor en sus problemas, sino que trata de resolver sus
inconvenientes con sus propias manos. Cuando nosotros tratamos de alcanzar la gracia
del Señor, y utilizamos nuestros propios métodos, solo tenemos más dificultades, y los
Rubén, uno de los hijos de Lea, había salido al campo. Mientras andaba buscando
mandrágoras, las cuales eran apreciadas por su supuesto poder para dar hijos a las
encontrado. De una forma u otra Raquel se da cuenta, por lo que hace todo lo
Hace un negocio con su hermana. En esa noche le tocaba a Raquel dormir con su
esposo, pero ella prefirió que fuera Lea quien durmiera con él, pues ella estaba
muy segura de que sería bendecida al tomar las mandrágoras. Ella debió ponerse
muy feliz, saltar de alegría, pues estaba segura de que mediante las mandrágoras
Dios le daría los hijos que ella había pedido. El tiempo pasó, y Raquel se acostó
con su esposo. Ella debió estar esperando las bendiciones que las mandrágoras
Pero todo fue fracaso para Raquel, ella no recibió la dicha de tener su primer hijo.
Esto debido a que su confianza se seguía enfocando en los métodos de ella, pero
no hay ningún intento de buscar solución en Dios. Lea era bendecida por Dios, no
por las mandrágoras, por eso notamos en el versículo 17, que Dios oyó a Lea. Los
que confían en sus métodos para solucionar los problemas de sus vidas serán
hacemos, quedamos chasqueados y sin fuerza para seguir. Por eso Raquel está
acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, le concedió hijos”. Que hermoso es leer
que la que se había frustrado en su intento de tener hijos ahora recibe las
Raquel obtener sus primeros hijos. El texto dice que Dios se acordó de Raquel y
la oyó. Ese oyó que encontramos en el texto debiera ponernos a pensar un poco.
Solamente una persona nos oye cuando le llamamos. Esto fue lo que pasó
realmente entre Dios y Raquel. Al inicio Raquel había preferido buscar soluciones
en sus propios métodos, pero después de fallar una y otra vez, ella decide clamar,
llamar en voz alta al Señor Jehová. Cuando ella lo llama entonces el Señor la
escucha y le concede lo que tanto ella había deseado, un hijo, al cual le llamó
José, lo cual significa, añádame Jehová otro hijo. Esto nos hace comprender el
cambio que hay en Raquel, de ser una joven que desconfiaba en Dios, ahora es
una mujer, que sabe que da la única manera que puede recibir bendiciones del
humanos sin haber ido a Jehová en oración. Debemos confiar plenamente en que
Dios nos bendecirá si acudimos a Él. Cualquier tipo de sueño que tengamos, debe
Conclusión.
Después de haber estudiado esta historia bíblica tan interesante, podemos extraer
enseñanzas bíblicas fundamentales para nuestras vidas. Si queremos triunfar, debemos ponernos
propias fuerzas, pues estaremos vencidos, y aunque pareciera que ganamos, como creyó Raquel
cuando negoció la mandrágora con encuentro con su esposo, solo nos damos cuentas que hemos
sido derrotados.
La clave del éxito en nuestra vida, consiste en confiarla al Señor. Que en ella se realice su
voluntad y no la nuestra. Cuando clamamos a Jehová, Él promete darnos lo que él desea para
nosotros. Es muy probable que parte de los problemas de nuestras vidas, en el matrimonio, la
familia, la escuela, la universidad, la iglesia, se deban en que hemos queridos confiar en nuestros
métodos.
Ahora mismo Dios te llama a que confíes en Él, serás bendecido grandemente. El Señor
puede hacer la diferencia en tu vida, solo debes dejar que Él reine en tu corazón. Tus
mandrágoras no sirven, lo único que sirve es tu relación con Dios. Esas mandrágoras que
representan cualquier elemento que tu pones por encima del Señor, sácala de tu vida y verás hoy
mismo la diferencia.