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DEDICATORIA O AGRADECIMIENTO
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I: ASPECTOS GENERALES
CAPÍTULO I: ASPECTOS GENERALES (jetza)
En tal sentido, conforme al artículo en mención se extrae que, respecto de los bienes
corporales, la ley aplicable es la denominada lex rei sitae, ley aceptada unánimemente por la
doctrina, dado que los bienes muebles e inmuebles ofrecen una realidad corpórea, descansan
en un dato objetivo constituido por su situación, que hacen que tal régimen sea aplicable a
ellos en base a una consideración inmediata, habida cuenta que existe un signo material dado
por la ubicación de las cosas; de tal suerte que se trata de un régimen que permite una fácil
verificación (Muro, 2003, p. 778).
- Se trata de los derechos reales, es decir de los derechos "en las cosas", no de los
derechos "a las cosas", como relación inmediata a ellas; así, como serían por ejemplo, los
derechos que nacen con motivo de una obligación convencional que supone la entrega de
una cosa, en cuyo caso el régimen que se aplica es el establecido por el artículo 2095 del
C.C. (ley expresamente elegida por las partes o, en su defecto, la ley del lugar de
cumplimiento); o, en circunstancias especiales las otras alternativas que ahí se señalan
(la ley de la obligación principal o la ley del lugar de celebración del acto).
La regla general lex rei sitae considerada en el artículo 2088 del C.C., resulta inadecuada
para responder al tráfico real en el caso de los bienes que circulan, por lo que ha sido
necesario establecer reglas especiales que rijan los bienes en tránsito, así como los medios
de transporte (Delgado Barreto, Delgado Menéndez, Candela Sánchez, 2007, p. 247).
Para determinar la ley del contrato corresponde tener en cuenta los puntos de
conexión enlistados en el artículo 2095 del Código Civil, a partir de los cuales se
definirán por ejemplo los bienes que pueden ser objeto de un derecho real, la
naturaleza mueble o inmueble, la extensión del derecho real, las facultades del
titular, los derechos reales accesorios y los temas de la oponibilidad, publicidad y
preferencia, entre otros (Delgado Barreto, Delgado Menéndez, Candela Sánchez,
2007, p. 248).
Este criterio, según Candela Sánchez (2003), implica que cuando se afecta el tráfico
jurídico real (tránsito), la regla Lex reí sítae vuelve a ser aplicada decidiendo los
derechos reales sobre las cosas.
Hay que tener presente que el presupuesto necesario es que los bienes se hallen en
tránsito, si este acabó por cualquier acto (legal o ilegal) que los introduzca en el país
de la situación efectiva del bien, deja de ser considerado un bien en tránsito,
reactivándose la Lex reí sítae para decidir sobre su propiedad y si ha pasado o no al
tercero de buena fe (p. 782).
Son bienes que físicamente no han entrado aún en curso de desplazamiento, pero
que van a ser objeto de transporte internacional. Realmente, no son “bienes en
tránsito”, pues no existe ningún “desplazamiento”. Los aspectos reales de estos
bienes se regulan por la ley del país de su situación: artículo 2088° C.C. La
aplicación analógica de la regla prevista para los bienes en tránsito es
improcedente, pues falta la identidad de razón: estos bienes destinados a la
exportación presentan un lugar de situación claro y determinado. La Ley de dicho
país debe aplicarse (Delgado Barreto, Delgado Menéndez, Candela Sánchez,
2007, p. 249).
Sin embargo, las soluciones generales deben ser interpretadas tomando en cuenta dos
mecanismos razonables:
i) El que proporciona la solución alternativa, que supone aplicar una u otra ley, atendiendo a
criterios de validación del acto o de protección de los intereses dominantes en juego.
ii) El que suministra la solución acumulativa, que supone que la relación jurídica privada
internacional pueda nacer o ser reconocida sobre la base de las dos leyes (ESPINAR).
Resulta necesario interpretar los alcances de la primera parte del primer párrafo del artículo
en comentario, a fin de determinar sobre qué tipo de bienes inciden los conflictos móviles.
Hay que decir en primer lugar, que es ajeno al tema de los conflictos móviles las relaciones
jurídicas privadas internacionales derivadas de los bienes inmuebles (predios); como por
ejemplo, minas, canteras, depósitos de hidrocarburos descritos en el artículo 885 del C.C.,
los cuales por su propia condición quedan sujetos permanentemente al ordenamiento jurídico
o estatuto del país donde se localizan. Respecto a estos bienes valdrá decir, entonces, que
la regla Lex rei sitae, como un factor de conexión inmutable, los vinculará siempre a un solo
ordenamiento.
No obstante, hay que tener en cuenta también, que la doctrina contempla que podrían surgir
hipótesis para los conflictos móviles respecto a los denominados bienes inmuebles por
destino (FERNÁNDEZ ROZAS-SÁNCHEZ LORENZO), categoría en la que se podrían
enlistar por ejemplo, a tenor del artículo 885 del C.C., a las naves y aeronaves, cuando son
objeto del comercio como mercancías.
Sin embargo, el contexto típico y natural para las hipótesis de los conflictos móviles sugiere
tener en cuenta, por lo general, dos requisitos en relación a los bienes:
ii) Que se haya dado su desplazamiento del ordenamiento jurídico de un país hacia otro
ordenamiento distinto (desplazamiento internacional).
Sobre el primer punto, una mirada al artículo 886 del C.C. nos permite encontrar dentro de
todos los posibles bienes que pueden ingresar a la clasificación general de muebles, por
ejemplo, a los vehiculos terrestres de cualquier clase; a las fuerzas naturales susceptibles de
apropiación, por ejemplo, la energía eléctrica, y a los demás bienes que pueden llevarse de
un lugar a otro.
Con relación al segundo punto, es explicable que como consecuencia del cambio de
situación, una o varias veces surjan legítimas interrogantes -recogidas por la doctrina- sobre
la ley que debe ser aplicada: .. ¿la ley del lugar de situación en el momento de presentarse
la demanda, la ley del lugar donde se encontraba el bien cuando el tercero adquirió su
posesión o trabó su embargo?" (FERNÁNDEZ ROZAS-SÁNCHEZ LORENZO).
Nótese que en el artículo bajo comentario, para resolver los conflictos móviles se elige entre
la aplicación de la ley anterior y entre la ley de la nueva situación del bien. Se puede observar,
además, que el legislador ha deslindado dentro de la configuración del derecho real: la
constitución del derecho y la oposición del mismo.
Este camino coincide con el registrado por la doctrina que hace distingos entre el contenido
y la validez de la constitución del derecho real (CANO; FERNÁNDEZ ROZAS-SÁNCHEZ
LORENZO; REVOREDO; DELGADO BARRETO-DELGADO MENÉNDEZ-CANDELA
SÁNCHEZ; BOUZA).
Es por ello que para el hallazgo de soluciones -tratándose del desplazamiento internacional
de bienes corporales- se deben armonizar, como sostiene Virgos, dos principios:
i) El principio del derecho real vinculado a la ley anterior al cambio de situación del bien; y,
ii) El principio de adecuación a los intereses del tráfico del país de la nueva situación.
Estos principios tienen como tarea determinar, por ejemplo, la posibilidad y condiciones de
oponibilidad de los derechos reales (efectos frente a terceros), las condiciones de la posesión,
el grado o alcance de la exigencia de la buena fe, la carga de la prueba, el momento de
adquisición del derecho por un tercero (automático o sujeto a plazos), la publicidad registral
de los derechos, etc. (FERNÁNDEZ ROZAS-SÁNCHEZ LORENZO).
En ese sentido, los derechos adquiridos en un país se reconocen en los demás países con
una ley única, hasta que nuevos hechos de trascendencia real tengan lugar en el país de la
nueva situación y sirvan para extinguir, modificar o transmitir el derecho real sobre el bien
(VIRGOS).
Un caso de la jurisprudencia británica recogido por Virgos -y citado por Delgado Barreta-
Delgado Menéndez-Candela Sánchez- ayuda a ilustrar este punto:
Como quiera que los derechos reales se rigen por la Lex rei sitae y el problema que se debate
es la propiedad de las obras de arte, resultaba necesario determinar si el comprador italiano
adquirió o no la propiedad de esas obras de arte, atendiendo al momento en que se realizaron
los hechos.
En ese sentido, es claro que cuando dichos hechos tuvieron lugar, las obras de arte se
encontraban en Italia. Allí las compró y recibió el nacional italiano, por lo cual el juez inglés
aplicó la ley italiana, conforme a la cual el adquiriente de buena fe hace suya la propiedad de
los bienes, surgiendo un nuevo título de propiedad que anula al anterior. De ahí que cuando
el bien regresa a Inglaterra lo hace con un nuevo título de propiedad. El tribunal reconoció al
final la propiedad adquirida en Italia y el anterior propietario desposeído no pudo reclamar las
obras de arte frente al nuevo propietario.
4. Derechos (reales) opuestos a terceros deben cumplir con los requisitos de la ley de la
nueva situación
La norma en comentario permite interpretar también que, cuando el bien pasa a integrarse
al ordenamiento jurídico donde el derecho real va a desplegar sus efectos, debe cumplir con
los requisitos de la ley de la nueva situación (CANO)
De ahí que, cuando la coordinación y conciliación entre sistemas jurídicos resulte imposible,
la ley anteriormente competente debe supeditarse a la nueva ley de la situación, en el extremo
que resulte incompatible con los principios de la nueva ley (BOUZA), la cual se considerará
en ese caso, como ley única.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que, la publicidad de los derechos reales (sea o no
registral), siendo una condición de oponibilidad del derecho real frente a terceros, puede
cumplir una función distinta como ser requerida como condición de validez de un contrato que
le sirva de título (FERNÁNDEZ ROZAS-SÁNCHEZ LORENZO).
Así, por ejemplo, podría utilizarse una ley para regir las condiciones de forma y validez formal
del contrato; y podría emplearse para regir el modo de adquisición o validez de los derechos
reales una ley distinta a la que determina las condiciones de oponibilidad y publicidad
(FERNÁNDEZ ROZAS-SÁNCHEZ LORENZO).
Respecto a los derechos reales de garantía y reserva de propiedad sobre bienes muebles,
podrían surgir conflictos cuando el país de la situación inicial del bien y el país al que se
desplaza establecen requisitos distintos. De ahí que, por ejemplo, cuando el sistema jurídico
en el que se constituye el derecho requiere el simple acuerdo de las partes, y el del lugar del
desplazamiento exige además la inscripción registral, al ser la ley aplicable la del segundo
Estado, corresponderá al titular del derecho proceder a inscribirlo, ya que, en caso contrario,
no podrá oponerlo frente a terceros de buena fe que pretendan adquirir el bien en ese
segundo Estado (CANO).
En suma, para la oponibilidad frente a terceros subadquirientes del bien, se deberá aplicar la
ley del lugar donde se encontraba el bien en el momento en que el tercero entra en posesión
de dicho bien, con prescindencia de las ubicaciones anteriores o futuras (FERNÁNDEZ
ROZAS-SÁNCHEZ LORENZO).