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EL MIEDO A LA
LIBERTAD
Versión y presentación de la edición castellana
GINO GERM ANI
Director del Instituto de Sociología de la Universidad de
Buenos Aires
E D I TO R I A L P A I D O S BUENOS AIRES
Titulo del original
inglés
THE FEAR OF
FREEDOM
Versión castellana de
GINO GERMANI
ÍNDICE
MISNAH ABAT
GINO GERMANI
PREFACIO
E. F.
CAPÍTULO I
LA LIBERTAD COMO PROBLEMA
PSICOLÓGICO
11
En el apéndice I discutiré con mayores detalles as
pectos generales de la interrelación entre las fuerzas psico
lógicas y las socio-económicas.
12
Después de haber terminado esta obra, apareció Free-
dom. Its meaning, planeado y editado por R. N. Anshen
(Nueva York, Harcourt & Brace, 1940), estudio sobre los
diferentes aspectos de la libertad. Me complazco en citar
aquí especialmente los trabajos de H. Bergson, J. Dewey,
R. M. Mac Iver, K. Riezler, P. Tillich. C. también Carl
Steuemann, Der Mensch auf der Flucht, Berlin, Fischer,
1932.
CAPÍTULO II
LA LIBERTAD EN LA ÉPOCA DE LA
REFORMA
5
La tesis central de Burckhardt ha sido confirmada y
ampliada por algunos autores, mientras que otros la han
repudiado. Más o menos en la misma dirección se hallan
W. Dilthey, Weltanschauung und Analyse des Menschen
seit Renaissance und Reformation, en Gesammelte Schriften,
Leipzig, Teubner, 1914. (Hay traducción castellana: Hombre
y mundo en los siglos xvi y xvii, México, Fondo de Cultura
Económica, 1944), y el estudio de E. Cassirer sobre Indivi-
duum und Cosmos, in der Philosophie der Renaissance. Por
otra parte, Burckhardt ha sido atacado en forma decidida
por algunos autores. J. Huizinga ha señalado que Burck-
hardt ha menospreciado el grado de similitud existente entre
la vida de las masas en Italia y la de otros países europeos
durante la baja Edad Media; que coloca el comienzo del
Renacimiento alrededor de 1400, en tanto la mayor parte
del material que emplea como ilustración de su tesis corres-
ponde al siglo XV y principios del xvi; que desdeña el ca-
rácter cristiano del Renacimiento y atribuye una importancia
injustificada a sus elementos paganos; que toma el indivi-
dualismo como el rasgo dominante de la cultura renacentista,
cuando en realidad se trata de uno entre varios; que la
Edad Media no carecía de individualidad en el grado que
supone Burckhardt, y que, por lo tanto, su manera de oponer
la Edad Media al Renacimiento es incorrecta; que el Rena-
cimiento siguió tan respetuoso de la autoridad como lo
había sido la Edad Media; que el mundo medieval no era
tan hostil a los placeres mundanos ni el Renacimiento tan
optimista como lo piensa Burckhardt; que durante el Rena-
cimiento no existieron más que los gérmenes de la actitud
del hombre moderno, es decir, su tendencia hacia los logros
personales y el desarrollo de la individualidad; que en el
siglo XIII los trovadores habían desarrollado la idea de la
nobleza del corazón, y que, por otra parte, el Renacimiento
no rompió con el concepto medieval de superior jerarquía
social. (J. Huizinga, Das Problem der Renaissance in Wege
der Kulturgeschichte, München, Drei Masken Verlag, 1930,
pág. 89 y sigts.; véase también Herbst des Mittelalters, Mün-
chen, Drei Masken Verlag, 1924; hay traducción castellana:
El otoño de la Edad Media, Madrid, Rev. de Occidente).
Me parece, sin embargo, que aun cuando estos argumentos
74 ER ICH FR OMM
ters. und der Neuzeit, München und Berlin, Druck und Verlag von
R. Oldembourg, 1928.
Andreas, Deutschland vor der Reformation, Stuttgart und Berlin,
Deutsches Verlags-Anstant, 1932.
Weber, Max, The Protestant Ethic and the Spirit of Capitalism.
Londres, Alien & Unwin, 1930.
Schapiro, Social Reform and the Reformation, tesis, en la Universidad de
Columbia, 1909.
Pascal, The Social Basis of the German Reformation, Martin Luther
and his Times, Londres, 1933.
Tawney, Religion and the Rise of Capitalism, Londres, J. Murray,
1926 (hay traducción castellana: La religión en el orto del
capitalismo; Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado, 1936, N.
del T.).
Brentano, Der Wirtschaftende Mensch in der Geschichte, Leipzig,
Meiner, 1923.
Kraus, Scholastik, Puritanismus und Kapitalismus, München, Dunker
& Humboldt, 1930.
80 ERICH FROMM
2. El período de la reforma
En este momento del desarrollo histórico surgieron
el luteranismo y el calvinismo. Las nuevas religiones
no pertenecían a una rica clase elevada sino a la clase
media urbana, a los pobres de las ciudades y a los
campesinos. Ellas entrañaban un llamamiento a estos
grupos al expresar aquel nuevo sentimiento de libertad
e independencia —así como de impotencia y an-
gustia— que había penetrado en sus miembros. Pero
las nuevas doctrinas religiosas hicieron algo más que
proporcionar una expresión articulada a los sentimientos
generados por el orden económico en evolución. Por
medio de sus enseñanzas aumentaron y, al mismo
tiempo, ofrecieron soluciones capaces de permitir al
individuo hacer frente al sentimiento de inseguridad,
que de otro modo hubiera sido insoportable.
Antes de comenzar el análisis del significado social
y psicológico de las nuevas doctrinas religiosas, hare-
mos algunas consideraciones acerca del método de
nuestro estudio, lo cual contribuirá a la comprensión
de tal análisis.
Al estudiar el significado psicológico de una doc-
trina política o religiosa, debemos ante todo tener
presente que el análisis psicológico no implica juicio
alguno acerca de la verdad de la doctrina analizada.
Esta última cuestión sólo puede ser juzgada en los
términos de la estructura lógica del problema mismo.
92 ERICH FROMM
81
Martín Lutero, Vorlesung über den Römerbrief, cap. 1
(De la traducción al inglés efectuada por el autor).
104 ERICH FROMM
32
Op. cit., cap. I, 1.
33
Martín Lutero, The Bondage of the Will. Traducido
por Henry Cole M. A. Grand Rapids, Mich., B. Erdmans
Publ Co., 1931, pág. 74.
EL MIEDO A LA LIBERTAD 105
Y también dice:
Dios preferiría la subsistencia del gobierno, no importa
cuán malo fuere, antes que permitir los motines de la
chusma, no importa cuán justificada pudiera estar en suble-
varse. .. El príncipe debe permanecer príncipe, no interesa
todo lo tiránico que pueda ser. Tan sólo puede decapitar
a unos pocos, pues ha de tener subditos para ser gober-
nante.
36
Römerbrief, 13, 1.
112 ERICH FROMM
38
John Calvin, Institutes of the Christian Religion,
tra
ducción de John Alien, Philadelphia, Presbiterian
Board of
Christian Education, 1928, Libro III, Cap. IX, 1.
39
Op. cit., Libro III, Cap. II, 23.
40
Op. cit., Libro III, Cap. VIH, I. Desde las palabras
"Porque, del. . . etc." la traducción ha sido hecha del
original latino, Johannes Institutio Christianae
Religionis. Edi-tionem Curavit A. Tholuk, Berolini,
1835, cap. I, pág.
EL MIEDO A LA LIBERTAD 115
53
Una discusión mis detallada de la intera cción entre
los factores económicos, ideológicos y psicológicos, puede
hallarse en el Apéndice.
CAPÍTULO IV
LOS DOS ASPECTOS DE LA LIBERTAD PARA
EL HOMBRE MODERNO
1. El autoritarismo
El primer mecanismo de evasión de la libertad que
trataremos es el que consiste en la tendencia a aban-
donar la independencia del yo individual propio,
para fundirse con algo, o alguien, exterior a uno
mismo, a fin de adquirir la fuerza de que el vo in-
individual carece; o, para decirlo con otras palabras,
la tendencia a buscar nuevos vínculos secundarios
como sustitutos de los primarios que se han perdido.
Las formas más nítidas de este mecanismo pueden
observarse en la tendencia compulsiva hacia la su-
misión y la dominación o, con mayor precisión, en
los impulsos sádicos y masoquistas tal como existen
en distinto grado en la persona normal y en la neu-
rótica respectivamente. Primero describiremos estas
tendencias y luego trataremos de mostrar cómo ambas
constituyen formas de evadir una soledad insopor-
table.
Las formas más frecuentes en las que se presen-
tan las tendencias masoquistas están constituidas por
los sentimientos de inferioridad, impotencia e insig-
nificancia individual. El análisis de personas obse-
sionadas por tales sentimientos demuestra que, si
bien éstas conscientemente se quejan de sufrirlos y
afirman que quieren librarse de ellos, existe sin em-
bargo algún poder inconsciente que se halla en sus
mismas psiquis que las impulsa a sentirse inferiores
o insignificantes. Sus sentimientos constituyen algo
más que el reflejo de defectos y debilidades real-
mente existentes (aunque generalmente a éstos se los
racionaliza, aumentando su importancia, con lo cual
se justifica la inferioridad psíquicamente experimen-
tada) ; tales personas muestran una tendencia a dis-
minuirse, a hacerse débiles, rehusándose a dominar
las cosas. Casi siempre exhiben una dependencia muy
marcada con respecto a poderes que les son exterio-
EL MIEDO A LA LIBERTAD 175
2. La destructividad
Ya nos hemos referido a la necesidad de distinguir
entre los impulsos sadomasoquistas y los destructi-
vos, aun cuando ambos se hallan generalmente mez-
clados. La destructividad difiere del sadomasoquis-
mo por cuanto no se dirige a la simbiosis activa o
pasiva, sino a la eliminación del objeto. Pero también
los impulsos destructivos tiene por raíz la imposibi-
lidad de resistir a la sensación de aislamiento e im-
potencia. Puedo aplacar esta última, que surge al com-
pararme con el mundo exterior, destruyendo las co-
sas y las personas. Por cierto, aun cuando logre
eliminar el sentimiento de impotencia, siempre que-
daré solo y aislado, pero se trata de un espléndido
aislamiento en el que ya no puedo ser aplastado por
el poder abrumador de los objetos que me circundan.
La destrucción del mundo es el último intento —un
intento casi desesperado— para salvarme de sucumbir
ante aquél. El sadismo tiene como fin incorporarme
el objeto; la destructividad tiende a su eliminación.
El sadismo se dirige a fortificar al individuo atomi-
zado por medio de la dominación sobre los demás;
la destructividad trata de lograr el mismo objetivo
por medio de la anulación de toda amenaza exterior.
Todo observador de las relaciones personales que
se desarrollan en nuestra sociedad no puede dejar de
sentirse impresionado por el grado de destructividad
que se halla presente en todas partes. En general no
se trata de un impulso experimentado de manera
consciente, sino que es racionalizado de distintas ma-
214 ERICH FROMM
3. Conformidad automática
6
Op. cit., pág. 469. 7 Op. cit., pág. 56.
EL MIEDO A LA LIBERTAD 259
8 Op. cit., -págs. 710 y sigts. 9 Op. cit., págs. 715, 716.
10
Joseph Goebbels, Michael, München, F. Eher, 1936,
página 57.
11 Op. cit., pág. 21.
260 ERICH FROMM
33
Op. cit., pág. 411.
34
J. Goebbels, Michael, cit., pág. 25.
35
A. Hitl er, Mein Ka mp f, p ág. 40 8 .
36
Of. cit., pág. 412.
37
Op . cit. , p ágs. 620 y sigts.
270 ER ICH FROMM
1. La ilusión de la individualidad
1. Libertad y espontaneidad