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INTRODUCCION

La historia republicana de los últimos 50 años, no sólo muestra una mayor cantidad de años
marcados por gobiernos de tipo autoritario que de tipo 1 Hacemos referencia a la década de
1990. II “democrático” , sino que los índices de desarrollo social grafican una situación
social alarmante. En la actualidad se calcula que el 48% de los niños en nuestro país están
en una situación de desnutrición crónica, el 42% de la población económicamente activa se
encuentra en la categoría de “subempleados” , la población pobre (entendida como las
personas que poseen solo 2 dólares o menos para satisfacer diariamente sus necesidades
básicas) sigue aumentando en proporción y los más privilegiados siguen acumulando
riquezas , todo mientras la población pobre expresa mayoritariamente que no considera el
orden jurídico como impersonal e ualitario

GRADE y la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos en el Perú


impulsaron durante tres años el proyecto Democracia Participatoria (DEMPAR)1 ,
apoyando diversas iniciativas de esa naturaleza. En agosto de 1997 ambas instituciones
convocaron a una Conferencia Internacional sobre Educación Ciudadana, Democracia y
Participación, que contó con el apoyo adicional de la UNESCO y de la Agencia de
Información de los Estados Unidos, USIS. Durante tres días se reunieron en Lima
aproximadamente 300 representantes de esas organizaciones y otros actores sociales con
gran responsabilidad sobre la formación ciudadana de muchos lugares de nuestro país, así
como profesionales y activistas de otros países interesados o involucrados directamente en
el mismo que hacer . Durante el evento, ellos intercambiaron diversas experiencias y
reflexiones

I.- OBJETIVOS
1.1.- OBJETIVO GENERAL
Recoger la experiencia histórica peruana de los conceptos políticos (Democracia y
Ciudadanía en el Perú)
II.- MARCO TEÓRICO
2.1.- CIUDADANÍA
El concepto de ciudadanía se ha desarrollado en dos vertientes principales: la sociología
política, en estrecho diálogo con la sociología histórica, y la filosofía política. Se trata de
campos interrelacionados, pero conceptual y metodológicamente diferenciados. La
sociología se pregunta por el origen histórico del estatuto de ciudadanía, por su evolución y
desarrollo, y por el contenido de los derechos que constituyen la ciudadanía, y ubica
estos procesos como parte de una larga etapa histórica en la que las relaciones entre los
individuos y el Estado se han ido redefiniendo.
La filosofía política se cuestiona sobre el carácter y el sentido de la ciudadanía, sobre el
significado de ser ciudadano, sobre las relaciones que debe haber entre individuos y Estado,
y sobre las relaciones entre ciudadanía y democracia. Los dos enfoques son en realidad
complementarios, pues se informan mutuamente.
Para hacer más entendible este complejo panorama, a continuación analizaremos por
separado cada uno de estos enfoques.

Según el esquema clásico del sociólogo británico T.H. Marshall, la extensión de los
derechos de ciudadanía parte, en un primer momento, del reconocimiento de los derechos
civiles, como la libertad personal, de pensamiento y credo, la propiedad y el derecho a la
justicia. Posteriormente, se desarrollan los derechos políticos, como el derecho al voto y a
ser elegido, y finalmente aparecen los derechos sociales, por los cuales se reconoce el
derecho a un mínimo bienestar y seguridad económica.

Los Derechos civiles: Relacionados con la autonomía individual, que incluyen la libertad
personal, de expresión, de pensamiento y de culto, así como el derecho a la propiedad y a
establecer contratos y el derecho a igualdad ante la ley

Los Derechos Políticos: Que posibilitan la participación en el poder, ya sea como miembro
de un grupo político o elector

Los Derechos Sociales: Relacionados con el bienestar material, como Derecho al trabajo,
educación y bienestar social.
La idea de ciudadanía hunde sus raíces en la noche de los tiempos. A lo largo de la historia
ha experimentado una incesante evolución. Su significado haido modulándose con el paso
del tiempo, reflejando la cambiante relación entre los

individuos y el poder, ampliándose e incorporando nuevos contornos y matices. Tal


evolución conoció importantes hitos en la era de las revoluciones francesa y americana, y
otros, no menores, en las décadas centrales del siglo XX. En años recientes la idea de
ciudadanía ha devenido expresión de aspiraciones e ideales

que van más allá de su estricta significación. De ahí la inusitada popularidad yrelc'!ancia
que ha adquirido. La explicación del prestigio y valor simbólico con los que aparece
revestido el término en nuestros días debe buscarse en su virtualidad para denotar la
plenitud de derechos que es propia de los ciudadanos de un, Estado democrático, e incluso
la posesión de las condiciones que hacen posible el disfrute de los mismos. En la acepción
con que frecuentemente se utiliza, el término ciudadanía connota la cualidad de miembro
pleno de la sociedad. y es lícito sospechar que, en no pocas ocasiones, lleva implícita la
aspiración de extender el status de ciudadano pleno a todos los miembros de la sociedad. En
la misma vena, pero en sentido inverso, a veces se utiliza para aludir a las carencias y
limitaciones que algunos individuos y grupos padecen a ese respecto. La ciudadanía
significa pertenencia, identidad y derechos en relación a una determinada comunidad
política. La construcción de la ciudadanía, en ese sentido, es un proceso histórico,
vinculado a luchas populares, en principio asociadas a la conquista de la autonomía y
reorganización nacional y, posteriormente, orientadas a la adquisición de derechos (civiles,
políticos, sociales, postsociales).

2.2.- DEMOCRACIA
La democracia se define también a partir de la clásica clasificación de las formas de
gobierno realizada por Aristóteles en tres tipos básicos:

- monarquía (gobierno de uno)


- aristocracia (gobierno de pocos)
- democracia (gobierno de muchos o todos).
2.3.- CARACTERISTICAS DEMOCRATICAS
Es constitucionalista, pues sienta sus bases en una Carta Fundamental donde se establece
la organización y atribuciones de los poderes públicos como también se reconocen y
garantizan los derechos humanos.
Establece el bien común como fin del Estado.
Es el Gobierno de la mayoría con respeto a los derechos de las minorías.
Permite el pluralismo ideológico y político. Incentiva las libertades políticas que rodean
al proceso electoral
Permite elecciones libres periódicas de los gobernantes según las
normas preestablecidas, con sufragio universal, secreto, personal, igual y debidamente
informado de los ciudadanos.
Se da una competencia pacífica del poder. Se descarta todo tipo de violencia tanto física
como verbal, al igual que el terrorismo.

2.4.- VALORES DEMOCRATICOS


La dignidad de la persona: Reconocimiento y valoración integral de todos los
individuos por el hecho de ser persona humana. Todos, sean de distinto sexo, edad,
etnia, condición socioeconómica y cultural, tienen una misma dignidad inalienable.
La libertad: Es una característica de toda persona humana que la trae consigo al
momento de nacer. Ella le permite optar o elegir, tomar decisiones, definir su
vida personal y social. La libertad es inherente a nosotros mismos.
La igualdad: Es un valor que reconocemos a todas las personas humanas por igual.
Todos nacemos iguales en derechos y dignidad.

a.- ¿QUÉ SIGNIFICA CIUDADANÍA PARA LA DEMOCRACIA EN EL PERÚ?


Ciudadanía para la democracia significa que los ciudadanos y ciudadanas de una
sociedad o de un país se comprometen con determinados principios e ideales
democráticos, como la justicia, la equidad, la libertad, la solidaridad, la interculturalidad,
entre otros. En este sentido, ser ciudadano exige reflexionar y tomar conciencia sobre el
entorno, la sociedad y el país, y sobre lo que se pretende ser y se quiere que el país sea.
Sobre la base de esta reflexión continua, permanente, los ciudadanos y ciudadanas
toman posturas y decisiones respecto de sus acciones y participación en la vida pública.
los peruanos hemos reconocido que uno de los problemas más graves es que no se ha
logrado consolidar una cultura y un sistema democráticos que sostengan el desarrollo de
una sociedad más justa y digna para todos, que permita ejercer plenamente los derechos
ciudadanos y asumir las responsabilidades consiguientes. No obstante, mientras más
difíciles sean los desafíos a la democracia, mientras más corrupción exista y más crisis
de valores se observe, mientras mayores sean las desigualdades entre las personas, más
responsabilidad tendrán los ciudadanos y ciudadanas de construir y fortalecer, en el
diario actuar, una cultura y un sistema diferentes, donde se respeten y se promuevan los
derechos de todos.

2.5.- EL CENTRALISMO Y LOS PROBLEMAS DE LA DEMOCRACIA


La precariedad de la democracia en el Perú tiene una relación profunda con el
centralismo. El proceso de constitución del Perú como nación se ha realizado en torno a
un patrón de desarrollo desigual que concentra los recursos económicos y humanos en
determinadas ciudades de litoral (Lima, Arequipa, Trujillo), subdesarrollado su entorno
inmediato. Este proceso ha llegado a su extremo en Lima, que es donde terminan todos
los circuitos de poder, económico, político y simbólico. No se trata sólo de que existe
una distribución inequitativa de los recursos económicos y humanos. El problema
fundamental es la existencia de un patrón de desarrollo que lleva las desigualdades al
extremo. Según el censo de 1876 (el único que se hizo en el siglo XIX), en Lima vivía 1
de cada 26 peruanos, en el de 1940 la relación era ya de 1 por de cada 11, y ahora se
acerca a 1 por cada 3. Este patrón de desarrollo tiende a reproducirse a escala regional,
de tal manera que la centralización de los recursos humanos y materiales en Lima y
algunas otras pocas ciudades importantes (Arequipa, Trujillo) tiene una estrecha
vinculación con el proceso de decadencia de los antiguos centros de poder
2.6.- DERECHOS CIUDADANOS
En el Perú el tema de la participación ciudadana ha tenido gran apertura tanto por parte
del Estado como de las organizaciones de la sociedad civil, siendo uno de los
pocos países que ha desarrollado de manera amplia su marco legal.
III.- RESULTADOS
Según: (Francisco Núñez Díaz)

Democracia: – La democracia hasta el siglo XVIII era un término vinculado


exclusivamente a la antigüedad. Sus menciones aparecen en los tratados sobre las diferentes
formas de gobierno y se sostiene sobre la participación directa del pueblo en el poder. Sus
menciones no pasaban de estar vinculadas al pasado y como forma impracticable en la
“modernidad”.

La ilustración (Francia y España) si bien recoge estas definiciones empieza a señalar una
forma menos negativa que aquella que se desarrolló en épocas anteriores: La democracia
indirecta, como forma más moderada de gobierno, pero al mismo tiempo de difícil
aplicación en el contexto del siglo XVIII.

La revolución francesa marca un hito fundamental: El término aparece como adjetivo


(demócratas) y era utilizado por quienes querían cuestionar los avances del radicalismo
jacobino. La democracia aparece vinculada con el radicalismo, el desorden, el caos y la
anarquía. Democracia es utilizada como sinónimo de república (República democrática).

La revolución francesa fue cuestionada por el discurso oficial de las monarquías europeas,
la misma se vinculó con la democracia. Era una relación negativa.
La invasión francesa sobre la península empezó a significar el avance de la democracia
sobre España. La invasión propició el desarrollo de una constitución que implicaba una
serie de reformas. Los reformadores eran vistos como demócratas por sus adversarios
políticos.

En el Perú, la revolución francesa y el desarrollo del constitucionalismo gaditano significó


la construcción de un significado completamente negativo con respecto a la democracia.

Por eso en el Perú la defensa de la independencia y del republicanismo no estuvo vinculada


a la idea de la democracia, sino más bien a la idea de gobierno popular representativo.

El gobierno popular representativo tardará para que sea asimilado como el gobierno
democrático. (Década del 40)

La inestabilidad política y económica del Perú en los primeros años de la República fue un
escenario negativo como para que la democracia como concepto figurara en términos
positivos.

La recuperación económica, producto de la bonanza de las exportaciones de guano, de


alguna manera estableció un contexto de estabilidad política. Al mismo tiempo las
revoluciones liberales (1820, 1830 y 1848) europeas empiezan a conseguir éxitos frente a
las monarquías.

En el Perú a partir de la década del 40 del siglo XIX se empieza a asociar el desarrollo
económico con la estabilidad política y a través de ello la democracia empieza a adquirir
una concepción positiva.

En el mismo contexto existe una relectura positiva de las independencias asociándolas a los
principios democráticos.

Existe una revaloración de América frente a Europa, mientras los primeros estaban
disfrutando de los frutos de la democracia, los segundos se encontraban aún luchando
contra la tiranía de las monarquías: “La democracia es americana”.
• La década del 50 marca un periodo de consolidación positiva de la democracia, la
constitución del 56 será considerada como la más “democrática de todas las constituciones”
y Ramón Castilla será visto como “el gran demócrata”.

• La década del 60 expone al Perú a un conflicto con España, el mismo será visto como el
enfrentamiento entre la democracia vs la monarquía.

La década del 70 recoge la visión histórica de los males ocasionados por los militares, el
primer gobierno civil en el Perú maracá el enfrentamiento entre la democracia (civil) frente
al absolutismo (militares).

• La guerra del pacífico enunciará esta rivalidad, en un estado de tensión debieron ser los
militares los que dirijan la suerte del País. La democracia entra en un contexto de negación-

• Los procesos posteriores a la guerra marcarán un escenario de rivalidad y tensión entre los
militares y los civiles. Fundación del primer partido con el nombre de “Partido demócrata.

CONCLUSIÓN
El estudio conceptual de la democracia en el Perú nos permite ubicarnos frente a la
posibilidad de comprensión de los contextos históricos en el terreno del lenguaje político.
Es un intento por alejarnos de los anacronismos y entender las construcciones históricas
sobre la base de experiencia representada en los conceptos.

• No hemos pretendido “definir” la democracia, lo que se trata es encontrar cuanto de


“historia” o “memoria” se encuentran depositados en los conceptos políticos, es en la
práctica tratar de entender a los contextos a partir de su propio lenguaje

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