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La digitalización del marketing debe también incluir qué partidas presupuestarias se van
a destinar a las distintas acciones, los KPI que nos ayuden a medir su consecución y su
calendarización.
Una vez establecidos estos parámetros, lo siguiente a definir son las distintas acciones y
tácticas que vas a llevar a cabo para cumplir estos objetivos, en esos plazos y con ese
presupuesto.
Aquí te compartimos algunas claves que debes incluir en tu plan de acción como punto
de partida, para optimizar tus estrategias y rentabilizar tus esfuerzos:
A pesar de que la mayoría de las empresas ha cambiado su web hace menos de 3 años,
esta no les está sirviendo (o no al menos todo lo que debería y podría) para captar
clientes. Eso es debido a que la mayoría de las webs corporativas no están
optimizadas.
La web es tu carta de presentación, pero también es el lugar perfecto para distribuir tus
contenidos y atraer posibles clientes. Por ello, optimizar tu web con palabras clave y
convertirla en un instrumento de conversión debe ser lo primero que incluyas en tu plan
de acción de marketing.
Uno de los caminos que más consigue optimizar los esfuerzos es el Inbound
Marketing. Esta metodología permite monitorizar todas las acciones de
comunicación para mejorar su efectividad, y supone un replanteamiento en la forma de
relacionarse con los clientes, con el contenido como la herramienta clave para motivar
la conversión.
Un blog útil y cuidado
Para ello necesitas, al igual que con tu web, optimizarlo. Para que tu blog funcione
debes pautar y calendarizar los temas que vas a tratar y qué keywords aparecerán en
cada post.
Pero todos estos esfuerzos no serían útiles si no los dirigiéramos al público adecuado.
Para ello hemos de definir claramente nuestros leads.
Un lead define a un cliente potencial, esto es, un usuario que ha mostrado especial
interés por nuestros productos o servicios y comparte con nosotros su información de
contacto para recibir futuras comunicaciones.
Medir y analizar las métricas adecuadas nos ayudará a conocer cuáles son las acciones
que están funcionando y permitirá posibles errores o problemas para corregirlos a
tiempo.
Uno de los mejores casos de la historia sobre una revolución de Marketing lo proporciona IBM.
En 1992, tras superar una considerable pérdida comercial, la compañía estaba necesitada no sólo
de una nueva visión, sino de canales de distribución más ágiles y baratos y de una verdadera
arma para llenar el espacio dejado por la venta directa. Cuando Lou Gerstner asumió la
presidencia, IBM mostraba todos los signos clásicos de una empresa obsesionada por los
asuntos internos, ignorante del mercado y de cómo hacer frente a la competencia. Se trata de los
síntomas habituales que suelen aparecer en compañías líderes con una posición ya consolidada
en el mercado. La complacencia, porque las ventas se suceden sin demasiado esfuerzo, lleva a
perder de vista qué es lo que está pasando fuera, es decir, en el mercado. Y eso puede volverse
sumamente destructivo. En 1992, Gerstner tenía ante sí dos tareas ineludibles: primero, articular
una estrategia de Marketing que volviese a colocar a la compañía en una posición de liderazgo.
En segundo lugar, había que modificar la cultura de la compañía hasta hacerle centrar su
atención en el exterior, colocando en primer plano al consumidor.
El primer paso, por lo tanto, fue revolucionar la estrategia. El verdadero logro fue la integración:
poner la tecnología al servicio de los clientes. La revolución de IBM consistió en pasar de ser
una compañía de hardware que, como proveedora, dominaba el mercado mundial de
computadoras, a convertirse en una consultora de primera categoría focalizada en proveer de
soluciones a sus clientes.
El segundo paso fue revolucionar la cultura. Gerstner trató de configurar un espejo que reflejase
a la empresa para que los empleados pudiesen entender y afrontar los problemas que estaban
generándose a sí mismos. Creó las “Competencias de Liderazgo de IBM”, que describían
algunos de los factores esenciales como la perspectiva del consumidor, el pensamiento
rupturista, el impulso hacia el éxito, el liderazgo de equipo y la sinceridad.
El paso final trajo la revolución del Marketing y las ventas. Sumado a la revolución del e-
business, hizo que IBM consolidara recursos e inversiones y creara nuevos canales de cobertura
para clientes, como el Marketing de base de datos, el Marketing directo y call centres de ventas.
Conocimiento del consumidor para dirigirse a nuevos segmentos
1. La compañía Tesco, de Reino Unido, encargó un estudio de mercado que reveló
cómo sus clientes habituales no llegaban a confiar plenamente en la marca en cuanto a
productos para bebés se refería. Tesco decidió entonces modificar su política hacia las
madres consumidoras y, entre otras iniciativas, creó el Club de Bebés Tesco. El
resultado de este reposicionamiento fue que Tesco vende ahora productos para el bebé
en la misma medida en que lo hacen sus competidores, Boots y Mothercare.
2. El segundo caso es el de una compañía de seguros para el automóvil (A) que adquirió
una compañía menor (B). Los gestores de la empresa resultante no acertaban a
comprender por qué la compañía de seguros B cosechaba peores resultados bajo su
nueva dirección. Esta empresa lograba solo unas ganancias moderadas, aun cuando
contaba con una reputación de prestigio y una buena porción del mercado. Un estudio
sacó a la luz que la compañía estaba asentada solo sobre números y no sobre una visión
empresarial. El staff sólo se proponía hacer dinero, o al menos esa era la sensación de
los clientes cada vez que hacían una reclamación a la aseguradora. La investigación
llevada a cabo sobre la experiencia del consumidor permitió así descubrir que el origen
de los problemas radicaba en la orientación tomada por el staff.
Planificación estratégica
Shell Oil, compañía anglo-holandesa, es una de las más grandes organizaciones con
unidades operativas en todo el mundo. Especializada en la compleja área del petróleo,
gas y químicos, se mueve en un negocio que requiere inversiones sustantivas y
periódicas que invariablemente comprometen a la organización a medio y largo plazo.
Shell Oil opera con una gran descentralización y control local, resultado de tener
direcciones provenientes de dos países distintos. No obstante, la cultura se encuentra
estructurada bajo la forma de unos principios acordados que se imponen
estratégicamente en las unidades de negocios (mediante un documento de “Principios
Generales de Negocios”). La ventaja que proporcionan estos servicios centralizados es
la dificultad para desviarse de lo que se entiende como su rama principal de actividad.
Shell no ha tenido éxito en áreas como metales, minería, productos para el consumidor,
carbón o energía nuclear. Y es que a menudo se requieren unidades de negocio con
culturas diferentes a las del núcleo corporativo. Este es un inconveniente que requiere
una mayor investigación, pues los análisis operativos necesarios para una completa
revolución en Marketing dependen de servicios de información de larga escala e
integrados con enormes capacidades.
A comienzos del año 2002, Sony llevó a cabo una reestructuración tanto interna como
externa, mediante segmentos de consumidores, para poder entenderlos y brindarles un
mejor servicio. Hubo tres elementos determinantes en su transformación. Primeramente,
organizarse y estructurarse por medio de segmentos de consumidores permitió a la
compañía dirigir productos y servicios con mayor precisión, de acuerdo a las
necesidades y preferencias de los clientes en sus diferentes momentos vitales. En
segundo lugar, creó una nueva unidad de negocios para contar con investigación y
análisis de mercado que se utilizarían para establecer comunicaciones de Marketing. Por
último, diseñó una nueva generación de productos para satisfacer las expectativas y
preferencias de cada segmento de consumidores.
Las dificultades que las empresas encuentran mediante el uso de los métodos
tradicionales de segmentación ha alentado a muchas de ellas a transformar ésta,
utilizando la información obtenida en las transacciones con los usuarios. Ambos
métodos no son necesariamente excluyentes y puede que en el futuro se use una
combinación de los dos. Es lo que se conoce como “fusión de información”. Algunos
eminentes analistas han comenzado recientemente a combinar información geo-
demográfica con estilos de vida y con datos procedentes de las transacciones. Son
estudios que se encuentran aún en una etapa inicial. No obstante, aquellas compañías
cuyo CEO se comprometa a introducir estas técnicas en todas las facetas del negocio,
sin duda acabarán por ver sus beneficios. Los ganadores serán aquellos que pueden
planear, diseñar e implementar una estrategia de segmentación que reúna actitudes y
motivos de los consumidores.
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