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controlar el contenido de ese sueño.

En tal caso, quizá quieras repetir: estar


consciente dentro de un sueño es una experiencia única.

En este artículo te explicaremos cómo darte cuenta de que estás en un sueño


y controlarlo. Describiremos 9 técnicas muy útiles para mantener la mente
en un estado de consciencia, para manipular el mundo onírico y, no menos
importante, para recordar los sueños después de despertar.

 Artículo relacionado: "10 principios básicos para una buena higiene del
sueño"

¿Qué son los sueños lúcidos?

Los sueños lúcidos son simplemente aquellos en que somos conscientes de


que soñamos. En ocasiones esto permite controlar en algún grado el sueño,
modificar los contenidos de las pesadillas e incluso explorar nuestra vida
mental y utilizar nuestra imaginación a voluntad.

Los seres humanos han aplicado esta práctica desde la antigüedad con fines
diversos. Algunas disciplinas budistas e hinduistas han utilizado los sueños
lúcidos como un tipo de meditación, mientras que muchos artistas intentan
ser conscientes de sus sueños y controlarlos para obtener inspiración.

La investigación científica ha encontrado que la lucidez empieza durante las


fases REM (“movimientos oculares rápidos”), durante las cuales los sueños
son más vívidos y narrativos. Se cree que la diferencia principal entre los
sueños típicos y los lúcidos es que en los segundos hay actividad en el córtex
prefrontal dorsolateral, que se relaciona con la memoria de trabajo.

El mantenimiento de la consciencia se manifiesta en la mayor presencia de


ondas beta en el cerebro durante los sueños lúcidos que durante el resto.
Este tipo de ondas representan una activación cerebral intensa y son propias
de la vigilia y en menor medida de la fase REM.

 Artículo relacionado:Tipos de ondas cerebrales: Delta, Theta, Alfa, Beta y


Gamma"

Cómo controlar los sueños

Algunas personas son espontáneamente conscientes de que están soñando


cada vez que lo hacen, mientras que otras aprenden a controlar su mundo
onírico de forma natural; no obstante, para la mayoría de personas esta
práctica requiere esfuerzo y dedicación.

Estas claves para controlar los sueños te serán útiles si quieres convertirte en
onironauta, pero ten en cuenta que para ello debes tener paciencia: al
principio resulta muy complicado y los resultados pueden ser
insatisfactorios. Por ejemplo, es habitual conseguir controlar un sueño pero
perder la consciencia poco después, o no recordar nada al despertar.

1. Registra tus sueños

Antes de empezar a tener sueños lúcidos conviene que aprendas a


recordarlos tan vívidamente como puedas. Si te cuesta acordarte de qué has
soñado después de despertar será especialmente importante que apliques
este primer paso, puesto que si consigues controlar un sueño pero se te
olvida inmediatamente después tu esfuerzo habrá sido en vano.

Llevar un “diario de sueños” es muy eficaz para recordar qué has soñado.
Deja una libreta y un bolígrafo, o bien una grabadora de voz, en la mesita de
noche; así podrás registrar tus sueños justo después de despertar. Puede
serte útil dedicar unos minutos a concentrarte en recuperar el contenido del
sueño antes de hacerlo.

Vuelve a leerlos o escucharlos más adelante, puesto que la mente no está


totalmente activa durante los minutos posteriores al despertar y es probable
que olvides enseguida qué has soñado, pero el repaso te ayudará a practicar
la evocación de sueños.

2. Haz pruebas de realidad

Las pruebas de realidad consisten en comprobar si estamos despiertos


durante la vida cotidiana. Hay que repetir esta práctica de forma frecuente
en estado de vigilia para que se convierta en un hábito y se repita de forma
espontánea durante los sueños, permitiendo que el onironauta se dé cuenta
de que está durmiendo.

Un gran número de conductas son susceptibles de ser utilizadas como


pruebas de realidad, puesto que la lógica interna de los sueños es muy
distinta de la de la vida real. Básicamente se trata de detectar incoherencias
perceptivas que no se producirían si estuviéramos despiertos.

Estas pruebas consisten en preguntarse si se está soñando y a continuación


hacer algo para comprobarlo, como examinar detenidamente un texto o un
reloj; si no detectamos nada extraño, como que las letras o los números se
mueven, probablemente estemos despiertos. Aun así es mejor hacer más de
una prueba cada vez por si la primera no funciona.

Hacer pruebas de realidad justo después de despertar ayudará a detectar los


falsos despertares, efectos secundarios habituales de los sueños lúcidos que
consisten en una falsa sensación de haber despertado.
A continuación listamos algunas pruebas de realidad que la comunidad de
onironautas considera especialmente eficaces. No obstante, pruebas de
realidad que funcionan muy bien a la mayoría de personas pueden fallar a
otras, por lo que es mejor que pruebes todas o la mayoría.

 Leer un texto, apartar la vista y volverlo a leer; repetir dos veces


 Mirar un reloj y comprobar que los números son estables y coherentes
 Intentar respirar con la nariz tapada
 Mirarse y tocarse las manos para detectar anormalidades (p. e. dedos de
más)
 Examinar el entorno para comprobar si la visión es perfecta (sólo en
personas con déficits de visión, aunque sean ligeros)
 Intentar “lanzar un hechizo”, como mover objetos con la mente o volar
 Encender y apagar un interruptor para comprobar si la luz cambia
 Mirarse en el espejo y ver si el reflejo es normal

3. Incuba sueños

Para incubar un sueño hay que concentrarse en repetir mentalmente una


frase o en visualizar una imagen justo antes de conciliar el sueño. Esta
técnica se utiliza habitualmente para facilitar la aparición de sueños
concretos, como viajar a lugares lejanos o fantásticos.

En el caso de los sueños lúcidos, visualizar un escenario repetidamente


ayuda a que nos demos cuenta de que estamos soñando si aparecemos allí, y
repetirnos mensajes como “Cuando sueñe me daré cuenta” puede ser incluso
más eficaz.
4. No dejes que tu mente se duerma

Es posible entrar directamente en un sueño lúcido en el momento de


dormirse. Para ello hay que conseguir que el cuerpo se duerma pero que la
mente no lo haga, al menos no completamente; es útil hacer ejercicios de
relajación muscular, prestar atención a las sensaciones físicas y
concentrarse en las imágenes hipnagógicas hasta “entrar” en una.

Esta técnica se conoce como “inducción desde la vigilia”. Es una forma muy
fiable de conseguir sueños lúcidos, aunque provoca con frecuencia parálisis
del sueño -que puede aprovecharse, no obstante, como paso intermedio para
alcanzar la lucidez. Resulta mucho más eficaz en conjunción con el truco que
describiremos en el apartado siguiente.

5. Despiértate y vuelve a dormirte

Para aplicar esta técnica hay que dormir aproximadamente 6 horas,


despertarse (lo más sencillo es usar una alarma), hacer una actividad
tranquila pero que nos mantenga despiertos, como leer sobre sueños lúcidos
o jugar a un videojuego, durante 20-40 minutos y después volver a dormir.

De este modo conseguiremos pasar directamente a la fase REM, en la que los


sueños son más vívidos; algo similar sucede con las siestas, sobre todo si
hace pocas horas que nos hemos levantado. Combinar esta técnica con el
resto que hemos mencionado, especialmente la inducción desde la vigilia, es
probablemente la mejor forma de conseguir sueños lúcidos.
6. Recuérdate que estás soñando

De forma natural tendemos a perder la consciencia progresivamente


durante los sueños lúcidos, sobre todo en situaciones de gran activación
física o cognitiva. Procurar estar calmados y concentrados es fundamental.

Repetir mentalmente “estoy soñando” una vez hayamos alcanzado la lucidez


permitirá que nos mantengamos conscientes durante más tiempo, en
especial si compaginamos este mensaje con un frote de manos, que también
nos ayuda a ser conscientes de la distinción entre el cuerpo físico y el
onírico.

7. Crea un nuevo escenario

Incluso si conseguimos estar conscientes y mantenernos en este estado, en


ocasiones es difícil conseguir controlar el sueño. Un primer paso importante,
sobre todo para los onironautas principiantes, es generar un escenario
onírico nuevo y trasladarnos allí.

Hay varias técnicas que pueden ser útiles para alcanzar este objetivo: crear
un “portal” en el aire con la mente (puedes ayudarte con los dedos); cerrar
los ojos, visualizar un escenario y teletransportarnos; dar vueltas en círculos
con los ojos cerrados…

8. Pide un deseo o visualiza una imagen

Si has seguido los pasos anteriores con éxito, felicidades: ha llegado el


momento que esperabas. Una vez tu mente está consciente y tienes un
control suficiente sobre el entorno onírico, puedes hacer lo que quieras; la
única limitación son tus expectativas.
Simplemente recuerda que en los sueños todo es posible, desde convertirte
en un dinosaurio hasta hablar con un ser querido que falleció o incluso con
una parte de ti mismo.

Hay dos maneras principales de controlar los sueños directamente: desear


algo y visualizarlo. Decir lo que quieres que pase en voz alta (p. e. “Estoy
volando por encima del océano”) facilitará que el deseo se cumpla.

9. Prepara tu siguiente sueño lúcido

La técnica conocida como “inducción lúcida de sueños lúcidos” permite


utilizar un sueño lúcido para incubar otros posteriores. Existen muchas
formas de hacer esto, aunque es probable que necesites hacer varios
intentos; necesitarás creatividad y paciencia para conseguir que este tipo de
inducción funcione.

Por ejemplo, puede serte muy útil “invocar” a un guía onírico en tu primer
sueño lúcido y pedirle que te avise la próxima vez que estés soñando.
También puedes crear una habitación que funcione como vestíbulo del
mundo de los sueños y visualizarla cada vez que te vayas a dormir.
TÓPICOS

 SUEÑO
 DORMIR
 INCONSCIENTE

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