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DRAMA: EL SUEÑO DE UNA MUCHACHA.

Aparece Rebeca sentada reflexionando sobre el mensaje del pastor acerca del Juicio
de las naciones. Se queda dormida.

TELÓN.

NARRADOR: Era una mañana muy temprano, Rebeca salió de su casa que
estaba a las afuera del poblado para ir a llevar un recado a su tía que vivía en el pueblo.
Al entrar en el pueblo, la joven notó algo distinto en el ambiente. Y pronto vio que las
gentes corrían por las calles en dirección a la plazoleta. Rebeca caminaba lentamente
cuando pasa una muchacha muy deprisa y le toma del brazo.
REBECA: Parece que todo el mundo está aquí.
NARRADOR: Y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto el cual es el libro
de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los
libros, según sus obras.
ANGEL: (Mirando el libro) Elisa Martínez (Elisa sube confiadamente, El ángel tiene
una mirada seria.)
REBECA: Ella es la presidente del departamento de jóvenes, debe tener una medida
alta. ¿Verdad?.
LILIA: Sí, y también es maestra de Escuela Dominical y secretaria de las Damas.
REBECA: Es cierto, y es muy activa en la Iglesia.
ANGEL: (Cuando Elisa sube la plomada comienza a bajar hasta muy abajo. Ella se
baja apenada). La tuya hubiese sido un alma de alta estatura si no te hubieras
preocupado tanto por las alabanzas de los demás. Has olvidado las gracias cristianas
de la paciencia, el amor y la humildad.
REBECA: Como me ha sorprendido esto, yo pensé que ella tendría una de las
medidas más altas.
LILIA: Me da lástima ver su cara tan triste, vamos a ver quién será la próxima que
llaman.
ANGEL: Dara González.
REBECA: Ah, (en tono despectivo) esa pobrecita. Ni pinta ni da color.
NARRADOR: Dora es una señora del pueblo que perdió su papá hace unos años
atrás dedicándose ella entonces al cuidado de su madre inválida. Como la situación de
la familia no era desahogada cosía para afuera dedicando tiempo también para lavar y
planchar la ropa de algunas familias a fin de hacer frente a las necesidades del hogar.
Sin embargo era fiel a la Iglesia aunque no podía asistir a todos los cultos, su testimonio
hablaba de su vida cristiana. Además, dentro de su mucho trabajo siempre tiene tiempo
para la lectura de la Biblia y la oración personal.
(Cuando Dora sube la plomada comienza a subir muy alto)

REBECA: (Admirada) Oh, no había subido tanto hasta ahora.


LILIA: Mira su cara es radiante, parece que se hubiera contagiado con la luz del Ángel.
ANGEL: Bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el reino de los
cielos (Da la mano sonriente a Dora para que baje)
REBECA: Vamos a ver a quién llama ahora.
ANGEL: Jorge Cabrera.
LILIA: Creo que Jorge tendrá una de las medidas más altas.
NARRADOR: Jorge es miembro de la Iglesia hace muchos años; durante todo
este tiempo ha sido fiel a su asistencia al Templo. Le gusta visitar y ha desempeñado
algunos cargos en la Iglesia, pero...
(Al subir la plomada, baja)
ANGEL: ¿Robará el hombre a Dios?. Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis:
¿En qué te hemos robado?. En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con
maldición porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Jorge no ha sido fiel con
tus diezmos al Señor. (Anota en el libro)
ANGEL: Jorge Pérez.
NARRADOR: Jorge es cabeza de una familia compuesta de cinco personas. Es
un hombre muy trabajador y preocupado porque su familia no le falte nada
materialmente hablando. Se preocupa por el estado espiritual de los suyos también.
Busca la ocasión para celebrar el culto familiar, orar y hablarle a otros de Cristo. Predica
con su vida de tal manera que en su hogar goza de respeto y admiración.
(Cuando sube la plomada, sube muy alto)

ANGEL: Bienaventurados todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus
caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás y te irá bien.
Tu mujer será como la vid que lleva frutos a los lados de tu casa; tus hijos plantas de
olivo alrededor de tu mesa. He aquí que será bendecido el hombre que teme a Jehová.
ANGEL: Mario Sánchez (Joven)
NARRADOR: Es un joven becado hace cuatro años. Su expediente como
estudiante es excelente, su conducta ante el trabajo es positiva y su posición como
cristiano definida. Mantiene sus convicciones de tal manera que todos conocen de su
fe, siendo por todos respetado y considerado.
(Al subir la plomada, sube)

ANGEL: Y cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré


delante de mi Padre que está en los cielos. A cualquiera que me confiese delante de los
hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.
ANGEL: Gladis Fernández.
REBECA: Para qué llamarán a Gladys si ella la pobre no sabe hacer nada.
NARRADOR: Efectivamente Gladys nunca ha podido ocupar cargos en la Iglesia,
pero no hay trabajo para el cual se pida su cooperación en que ella no esté presente,
por otra parte su ministerio es la visitación. Su mayor preocupación son las personas
sin Cristo, de tal manera que ha llevado a muchos a los pies del Señor. (La plomada
sube)
ANGEL: Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo ¿Cómo
pues, invocarán a Aquel en el cual no han creído?, ¿Y cómo creerán en Aquel de quién
no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?. ¿Y cómo predicarán si no
fueren enviados? Cómo está escrito: Cuan hermosos son los pies de los que anuncian
la paz, de los que anuncian buenas nuevas.
ANGEL: Rebeca González.
LILIA: Oye Rebeca, te llaman.
REBECA: Ay no, yo tengo miedo.
NARRADOR: Temblando la joven se acerca, pero no se atreve a subir, hasta que
el Ángel la ayuda. Tan pronto sube, la plomada comienza a bajar hasta llegar a una
medida muy baja. Ni siquiera alcanza la de Elisa. Y ella que ha sido miembro de la
Iglesia por tres años, se sentía roja de vergüenza.
REBECA: Por favor, deme otra oportunidad antes de anotar mi medida en el libro.
Dígame como crecer. No anotes esa medida tan baja y yo trataré de ser mejor cristiana.
ÁNGEL: No, hija mía. Tu medida de este año ha de ser anotada en el libro. Espero
que tu propósito sea sincero y para el año que viene hayas crecido a la estatura del
Señor Jesucristo. Recuerda, nunca hagas nada para vanagloria ni para recibir la
alabanza de los demás, sino que debes hacerlo para el Señor, para la gloria de Dios.
(Rebeca comienza a llorar)

TELÓN

NARRADOR: Anegada en llanto, la joven despertó para encontrar que todo había
sido un sueño. Pero un sueño que jamás olvidaría.
REBECA: (Aparece sola en la plataforma y se dirige a la congregación) Este sueño
ha sido una lección para mí. He comprendido que mi vida no está al nivel que el Señor
desea. Que soy pobre, raquítica, que no estoy haciendo lo que verdaderamente debo y
me he hecho el firme propósito, en el Señor, para este nuevo año; en la promesa de
“Todo lo puedo en Cristo”, hacer visitas misioneras, ganar algunas vidas para el Señor y
cooperar en todo con el trabajo de la Iglesia. Espero en el Señor cultivar más el amor, la
humildad, la sinceridad. Que Dios me ayude para lograr lo que dice la Biblia “Que
lleguemos a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.

FIN.

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