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Esta historia comienza antes de la destrucción total causada por el diluvio universal,
cuando aun existía otra civilización sobre la tierra, la que hoy convertida en leyenda llamamos
La Atlántida. Tenían una sabiduría producto de la evolución de la conciencia del hombre durante
miles de años, de las verdades comprendidas sobre el funcionamiento del universo en el proceso
que llamamos vida. El estudio de las constelaciones les reveló que la humanidad era una unión
viviente entre el cielo y la tierra, que las estrellas y los soles la afectaban formando estaciones,
ciclos y ritmos.
El planeta se estremeció, los cielos se derritieron y las aguas arrasaron los continentes borrando
casi todo rastro de su civilización. Como evidencia en dos lugares muy cerca a Egipto se
encontraron unas gigantescas losas de piedra llamadas megalitos que por su enorme tamaño,
peso y difícil ensamblaje demuestran una tecnología desaparecida, seguramente de la
civilización atlante. La primera evidencia está en Baalbek, Líbano. Allí se encuentran las tres losas
cortadas de piedra más grandes y más pesadas del mundo. Son llamadas los Trilitones. Cada
gigantesca losa pesa 1200 T, mide 25 m de largo, 8 m de ancho y 5 m de alto. Hoy el peso más
grande que se puede levantar con una grúa, el transportador espacial Discovery sólo pesa 150
T, 1/10 parte del peso de los Trilitones. Hoy no existe la tecnología para levantarlas y mucho
menos para colocarlas con tan extrema precisión. Fueron movidas a su lugar desde 3 Km. de
distancia donde fueron talladas y donde aun se encuentra una losa de igual tamaño que nunca
fue utilizada por los constructores originales.
La misteriosa plataforma, por su enorme tamaño se convirtió en un sitio sagrado para las futuras
culturas que después del diluvio se asentaron en la zona. Asirios, persas, griegos y por último
romanos construyeron sus templos más importantes sobre la plataforma.
La segunda evidencia está en Jerusalén, la ciudad sagrada para tres religiones. Allí existen otros
de estos megalitos, unas gigantescas losas de piedra cada una con un peso mayor a 800 T. Por
su enorme e inexplicable tamaño, también se convirtieron en sitios sagrados alrededor de los
cuales creció Jerusalén, forman parte de la enorme plataforma que sostuvo al templo de los
judíos y que hoy soporta a la Mezquita de El Aksa y el Domo de la Roca. Las losas son parte de
los cimientos del mismo Muro de los Lamentos. Hoy se llega hasta allí por un túnel que descubrió
las enormes piedras.
Los sacerdotes vieron al cataclismo como una oportunidad para orientar a la humanidad hacia
un destino más alto y estructuraron en este nuevo ciclo una sociedad dedicada al
perfeccionamiento espiritual. La Esfinge nos muestra los enormes ciclos de tiempo que
consideraban en sus planes. Su forma de león con cabeza de hombre resalta el ciclo
comprendido entre la Era de Leo y la de Acuario los tiempos de influencia de la nueva civilización.
Veían la vida como un proceso diseñado por Dios en el que el hombre reencarna sucesivamente
para perfeccionarse y ascender en la jerarquía del universo. El espíritu del hombre que no
comprende al Creador ni la razón del universo ni de su propia existencia, se encarna en el cuerpo
para tener experiencias que le permiten adquirir sabiduría y comprensión. En el sitio donde
reencarna y experimenta todo tiene dos extremos opuestos. Es un universo polarizado y dual
que permite la comparación entre las partes para comprender cual es verdad. Se aprende a vivir
en carne propia el resultado de cada decisión y comportamiento en la vida. El sufrimiento
permite entender la felicidad, la angustia permite entender la paz. A lo largo de muchas vidas,
de comparar los dos extremos se comprende que lo único verdadero está en el centro, en la
neutralidad del amor. A través de la reencarnación el hombre comprende poco a poco, se
transforma en un ser respetuoso de todo lo que existe, comprende que todo tiene su función,
acepta que todas las circunstancias, aun las más difíciles son perfectas, que son lecciones para
el perfeccionamiento espiritual. Vida tras vida, el hombre va ascendiendo de nivel, tiene más
información, permanece en paz y armonía, maneja más energía vital, se transforma en un ser
tolerante y respetuoso que accede a mayores poderes. Comprende que en el universo dual, en
las circunstancias contradictorias, lo único que no tiene polaridad es el amor. El amor es neutro,
como Dios.
Con el Zodíaco de Denderah enseñaron que este proceso de aprendizaje toma a cada espíritu
un ciclo cósmico, 12 eras zodiacales, un giro completo del sistema solar recibiendo las
radiaciones de cada una de las constelaciones. Durante estos 25.920 años reencarna 700 veces
en distintos cuerpos. Lugares, tiempos, circunstancias, condiciones y personalidades. En cada
vida aprende algo distinto, cada vez más influenciado de distinta manera por las fuerzas que
irradian las estrellas. Así, todo ser vivo cumple un ciclo cósmico en el que recibe la energía de
las doce constelaciones, la influencia de los cielos que marcan ritmos y producen distintos
estados. Conociendo la relación de este proceso de aprendizaje de las vidas del hombre en la
tierra, con el movimiento del planeta y del sistema solar a través de las constelaciones rigieron
sus planes por las estrellas. Estructuraron un método para revelar información sobre Dios, el
universo y el proceso de perfeccionamiento durante miles de años. Una forma para mostrar al
hombre qué es la vida y para qué existe. Establecieron unas fases para revelar información sobre
Dios a su pueblo, unas etapas que cambiarían con las eras zodiacales en la bóveda celeste.
Epocas dedicadas a estudiar cómo Dios creó el universo y luego la conciencia del hombre. Cada
fase de la revelación estuvo dirigida por un centro religioso que se construyó a lo largo de la
columna vertebral de Egipto, el Nilo. Actuaron como las chakras o centros de transformación y
distribución de energía e información al cuerpo del país.
Desarrollaron en cuatro épocas cuatro centros religiosos, cada uno dedicado a explicar y lograr
comprensión en el pueblo sobre una fase del génesis. Cada uno dedicado a un momento distinto
del único Dios, con nombres y formas simbólicas distintas. El primer centro religioso fue
establecido en Annu, llamada Heliópolis por los griegos, al comenzar la era de Géminis en el año
6.620 AC en la época pre-dinástica de Egipto. Una era dedicada a la simetría en el arte y en la
arquitectura. Fue dedicado a revelar información sobre las características, cualidades y
significado de un Dios absoluto, el único Dios, la Causa Original, el Todo, al que llamaron Atum
Ra, la unidad homogénea, estática, antes de manifestar el universo.
El segundo centro religioso fue establecido en Memfis, al comenzar la Era de Tauro, en el año
4.460 AC. Fue dedicado a revelar información de otro momento de Dios, cuando manifiesta al
universo, los planetas y los soles, cuando activa su voluntad, su energía divina y crea la materia.
Llamaron Ptah a esta característica creadora de Dios. Durante esta época se nota la influencia
de Mentu el toro que representa la Era de Tauro en todo Egipto, aun en los nombre de los
faraones.
El tercer centro religioso fue creado en Hermópolis, dedicado a Thoth. Así llamaron al único Dios
cuando multiplica la creación sobre la tierra con la diversidad de la naturaleza, las plantas y los
animales. El cuarto centro religioso fue establecido en Tebas, con la llegada de la época de Aries
el Ram, en el año 2300 AC. Fue dedicado a revelar información sobre las características,
cualidades y significado de Dios cuando crea a su imagen y semejanza la conciencia del hombre,
lo llamaron Amon-Ra. En esa época se da el momento culminante de la civilización. Se
construyen cientos de templos donde las figuras de carneros predominan y los faraones
incorporan Amon y Ram a su nombre.
Se han encontrado estatuas de sacerdotes, unas saliendo de un cubo, otras representados como
escribas, seres con el conocimiento. A unos pocos le adicionaron a su nombre la palabra Hotep
que significa sabio, como Ainhotep Amenhotep, hijo de Afu, como reconocimiento a su
sabiduría. Es en los templos donde concentraron el conocimiento, el poder, la riqueza material
y espiritual. Desde allí impulsaron la organización desde la nada de la civilización egipcia.
Utilizaron El Ojo de Horus como símbolo de esta cerrada organización de sacerdotes que dirigió
los destinos de Egipto por miles de años, desde las sombras detrás del faraón.
La Escuela de Misterios utilizó El Ojo de Horus como su símbolo. Una firma que aparece en los
muros de todos los templos de Egipto. Un símbolo trae a la mente, evoca lo comprendido de su
forma, su acción principal, transmite una idea de manera muy simple, más allá de las palabras.
Su significado puede ser entendido miles de años después de haber sido dibujado. Los ojos son
el sentido del sol, el origen de la vida. Actúan percibiendo su luz y las vibraciones de color,
transmiten a la mente la intensidad y la fuerza del fuego. Los ojos son las terminaciones
nerviosas que perciben la voluntad divina, la intensidad de la luz, la fuerza de Dios, que los
egipcios llamaban Phi. La fuerza que condensa el espíritu en la materia dando lugar al universo,
el sitio de experimentación de la conciencia. Son los únicos nervios que salen a la superficie del
cuerpo y que podemos observar en su funcionamiento vital. Florecen dentro de esferas llenas
de un líquido blanco cristalino. Los ojos simbolizan la dualidad, el ojo izquierdo es solar, sensible
a lo negativo. El derecho es lunar, sensible a lo positivo y afirmativo. Cruzan su información para
producir la imagen mental correcta del espacio. Simbolizan la experimentación de la conciencia
en un universo de contraste para encontrar la verdad por comparación entre Las partes
opuestas. Reaccionan a la luz activa del sol, produciendo en la mente la verdadera luz, la energía
vital luminosa, una luz invisible que hace posible la inteligencia y la comprensión de la realidad.
Los pájaros evocan la acción de volar, la libertad sin limitaciones materiales. El halcón es el
pájaro que mejor ve. Horus, el halcón, representa el espíritu cuando completa su aprendizaje en
la vida mortal y limitada. Cuando comprende las verdades del universo porque las ha verificado
en muchas vidas y se eleva sobre las limitaciones materiales, sobre el tiempo y el espacio. El Ojo
de Horus es la conciencia inmortal que todo lo sabe, que todo lo ve. Puede volar muy alto sobre
todo lo que existe o fijar su atención en cualquier detalle. Evidentemente los sabios sacerdotes
se veían como los observadores y los guías de un proceso de perfeccionamiento hacia la luz. Por
eso, su símbolo era el Ojo de Horus, el ojo que todo lo ve.
Desde los templos los sacerdotes de El Ojo de Horus guiaron en paz y armonía el
perfeccionamiento espiritual del pueblo, revelando información sobre Dios, el universo y el
proceso que sufre la conciencia del hombre. Protegidos del exterior por altísimos muros, cada
templo era un enorme complejo donde vivieron miles de personas, hombres y mujeres por igual,
pues no había distinción de sexo. Dedicaban por lo menos 21 años de su vida a recibir
información y entrenamiento para convertirse en sacerdotes o sacerdotisas. El proceso de
aprendizaje se realizó en distintos templos, donde permanecían por largos períodos mientras
recibían la información que contenían. El entrenamiento correspondiente a ese nivel y las
pruebas de auto control para avanzar al siguiente nivel en otro de los templos sobre el Nilo.
Cada templo fue una biblioteca viva con información especializada. Cada uno tenía una lección
distinta sobre el universo o la razón de la existencia. Cada templo contenía en su interior un
tema sagrado distinto, con información que da sentido a todo lo creado. El nivel básico se
realizaba durante los primeros 7 años, cuando recibían información general sobre el universo y
entrenamiento para manejar los centros energéticos más bajos del cuerpo.
Tenían templos como el de Kom Ombo dedicados a entender la necesidad de un universo dual
y polarizado para permitir a la mente comparar entre extremos opuestos y así comprender qué
es verdad. En su interior aprendieron a controlar el miedo a perder, a entender que se tiene lo
que corresponde en cada vida para vivir las experiencias de aprendizaje que se necesitan. Tenían
instalaciones para despertar el miedo a la muerte, aprender a controlarlo y entender que la
muerte es sólo un paso a otra experiencia de aprendizaje. En túneles con agua y cocodrilos,
grandes alturas, sitios cerrados con serpientes, los iniciados probaban su determinación. Allí
recibieron información para superar el miedo al ser abandonado, los instintos de agresión y
defensa. A entender la existencia de programas mentales inconscientes que generan reacciones
automáticas para poder controlarlos. En el Templo de Luxor, en Tebas, se transmitieron los
conocimientos que tenían sobre el funcionamiento del cuerpo y entrenamiento para lograr que
la conciencia no se identificara con él. El templo entero era como un organismo humano, cada
salón representaba un órgano con información en sus muros sobre su función principal, el
beneficio que el organismo total obtenía al realizarla y su relación con otros órganos. En su
interior realizaron ejercicios de concentración y de movimiento, guiando su mente a cada
órgano, hasta que hicieron consciente el cuerpo entero y lo manejaron a voluntad como un
excelente instrumento.
Varios templos con sacerdotisas de Nephtys e Isis estaban dedicados a transmitir información y
entrenamiento sobre las percepciones físicas, las emociones y deseos carnales del cuerpo. Su
diferencia con las emociones superiores, la intuición y la inspiración. Aprendieron a transmutar
las pasiones y las sensaciones del cuerpo con el poder del espíritu, a elevar su conciencia y su
vibración vital, a solicitar canalizar la energía e inspiración de espíritus en planos más
evolucionados para despertar su creatividad. Muchos templos como el de Hathor en Denderah,
estaban dedicados a las ciencias, a la astronomía, a la astrología y a las matemáticas. En su
azotea se dedicaron a registrar los cielos, a entender las distintas energías que emite cada
constelación y los efectos que produce. Siguieron día a día los designios de las estrellas,
controlando la duración del año solar, la fecha exacta del desbordamiento del Nilo, el momento
en que la tierra cambió de la Era de Tauro a la de Aries, los ciclos que afectan el proceso de
evolución. Luego de recibir información dirigida a la razón y entrenamiento para controlar
sensaciones, emociones y pensamientos, dedicaban otros 7 años al lado derecho del cerebro, a
la inteligencia del corazón, a encontrar la diferencia entre el pensar y el meditar. El templo de
Karnak, el más grande de Egipto, estaba dedicado a la conciencia, a analizar las fuerzas que la
moldean, a entender el proceso de evolución y a acelerarlo utilizando la concentración en
conceptos, palabras, sensaciones, puntos exactos o movimientos. Aprendieron a concentrarse
en sí mismos a diferenciar entre él yo superior y el ego, a identificarse con un ser u objeto
externo hasta sentir y transformarse en lo que se piensa. Realizaron ejercicios de telepatía en
cercanía física, luego a distancia en un momento determinado del día hasta aprender a
comunicarse mentalmente en cualquier momento. Recibieron información sobre el tiempo y
entrenamiento para vivirlo como un eterno presente. Entendieron que pensar es comparar para
conocer y que cuando todo se sabe ya no se piensa ni se compara. Aprendieron a cambiar de
estado o nivel vibratorio, a manejar las circunstancias externas, logrando el equilibrio emocional
como una decisión mental interna.
Cada templo contenía 3 niveles de información. Era una manera para revelar información
simultáneamente a hombres con distintos niveles o estados evolutivos. El primer nivel
transmitía información básica dirigida al pueblo. Cada templo contaba una sencilla historia llena
de símbolos y personajes fantásticos, un drama sagrado fácilmente comprensible. Las ideas eran
expresadas como mitos en forma de historia. El mito, la historia fantástica, fue utilizada como
un método para revelar al hombre un mundo que sólo entiende imperfectamente. Los mitos
cobran vida con sólo creer en ellos. Inventaron personajes con características simbólicas con
formas que traen a la mente su función y actividad principal que participaban en sencillas
historias, parábolas que cuentan verdades sobre la naturaleza humana sin lo árido o lo abstracto
de la filosofía o la metafísica. El pueblo recibió información sobre cada tema sagrado al escuchar
la historia central de cada templo, al conocer las debilidades y fortaleza de cada personaje, las
circunstancias que atraviesa y la manera como se resuelven.
Utilizaron un segundo nivel de información dirigido a los discípulos, seres con un nivel espiritual
más elevado y a los que se les explicaba directamente el mismo tema sagrado de una manera
más concreta y profunda. Para ello utilizaron las escenas descriptivas del mito talladas en los
muros del templo, se les explicaba cada personaje, lo que simboliza en el universo, la parte del
proceso de perfeccionamiento que representa, él por qué de su forma, su comportamiento y su
función principal. La sabiduría de los sacerdotes de El Ojo de Horus es evidente en la historia
que cuenta cada templo, en las formas que utilizaron como símbolos. El sólo verlos, trae a la
mente la acción vital que representan, con la cualidad que se gana al hacerla. Al utilizar hombres
con cabeza de animal como símbolos los transforman en ideas que evocan la característica vital
del animal, traen a la mente la función que el animal cumple en el universo. Un hombre con
cabeza de chacal adquiere sus características, su instinto de orientación en el desierto, siguiendo
sus huellas siempre se llega a tierra cultivada. Es entonces, un excelente guía. Cada símbolo
evoca una comprensión. La forma simple de un pájaro evoca en la mente el vuelo, la libertad.
Un disco solar sobre la cabeza de un hombre habla de su claridad, de la sabiduría que irradia, de
la información que tiene, del nivel de su conciencia.
Estas figuras llamadas dioses o Neters por los egiptólogos que creen que Egipto era panteísta y
que adoraba a los animales, sólo representan una acción vital, un comportamiento que
transforma y perfecciona. Cada acción importante de la vida tiene un símbolo que la representa,
comunica la transformación que ocurre en la esencia del individuo que la ejecuta, lo que se
obtiene. Un par de brazos indican adoración, unas piernas, la acción de caminar; una boca, la
acción de hablar. Y por último, en un tercer nivel de información, cada templo guardó un código
secreto embebido en el símbolo mismo, sólo conocido por los altos sacerdotes y maestros con
información sobre fuerzas y energías fundamentales, cómo controlarlas y utilizarlas para prestar
servicio a su pueblo. En templos como en el de Horus en Edfu, el sumo sacerdote dirigió a los
discípulos más evolucionados a desplazar su conciencia en el tiempo, abriendo el inconsciente
para revivir y comprender las vidas pasadas en su proceso de reencarnación.
El sumo sacerdote siempre fue un ser muy avanzado en el camino espiritual, no se identificaba
con el cuerpo, conocía perfectamente su funcionamiento y que energías utilizar para
equilibrarlo. Controlaba desde su centro nervioso en la corona, él más alto nivel de energía vital,
permanecía en un eterno presente irradiando amor, guiando y sirviendo con su divino poder.
La materia sólo recibe, se contrae, el dar es radiar, es una característica vibracional del espíritu.
Los seres de cada nivel reciben y transmiten a los niveles inferiores. En sus salones entendieron
que la realidad está compuesta de siete niveles de energía vibracional, siete corrientes
energéticas con siete distintos niveles de poder o fuerza. El cuerpo tiene siete chakras o centros
de transformación de la energía fundamental del universo. Cada ser humano en su vida presente
utiliza uno de esos siete centros, dependiendo del nivel de evolución de su conciencia. A mayor
comprensión del universo, más respeto. Más alto el chakra o centro nervioso que utiliza para
transformar la energía, mayor cantidad de energía procesa diariamente y más poderes
trascendentales tiene. El sumo sacerdote podía controlar las fuerzas fundamentales por el
altísimo nivel de energía vital en que permanecía su organismo. Su sistema neural tenía una
resistencia correspondiente con ese nivel de energía.
Así, en todos los templos de Egipto, los iniciados recibieron información y entrenamiento.
Aumentaron paulatinamente su nivel de energía vital y de manera correspondiente el nivel de
resistencia de los nervios de su cuerpo. Aprendieron a mantenerse en paz, armonía, a respetar
todo lo que existe, a aceptar la perfección del universo para conservar sus niveles de energía
vital en el camino de perfeccionamiento que lleva a la omnipotencia, al control de fuerzas y
energías superiores. Una intensa preparación física, mental y espiritual que terminaba con el
momento que terminaba con el momento de experimentar la totalidad y la nada, lo manifestado
y la inmanifestado y recibir en una pirámide una poderosa energía que permite vislumbrar el
séptimo nivel de conciencia. Durante la Era de Tauro se dedicaron a experimentar con una forma
piramidal de tecnología resonante que transformaba las vibraciones del planeta en energía, un
conocimiento heredado que había de llevar a la práctica.
Los conocimientos sobre las formas puras del universo, los bloques básicos con los que se
organiza la energía y la materia fueron fundamentales para el desarrollo de la civilización egipcia.
Hoy llamamos a esas formas puras sólidos platónicos. Cinco polígonos con sus lados y ángulos
iguales, basados en triángulos equiláteros, la forma divina que no tiene tensiones. Utilizando
estas formas, pudieron producir efectos de resonancia y concentración energética para elevar
la percepción de la conciencia, para lograr efecto de superconductividad con los que se anula la
fuerza de gravedad. Hoy se ha descubierto que el planeta tiene puntos neurálgicos llamados
nodos diamagnéticos, donde se puede controlar la fuerza de gravedad del planeta y producir
fenómeno de superconductividad. La superconductividad permite amplificar o disminuir la
fuerza de gravedad. Al aumentar el peso de las losas de piedra se enterraban como cimiento sin
necesidad de excavar para lograrlo. Al disminuirla, las hicieron livianas para empujarlas y
moverlas fácilmente desde lejanas canteras.
En la isla de Sehel se encontraron hieroglífos con fórmulas e ingredientes para producir una
especie de concreto que parece roca. Científicos franceses lo han descifrado parcialmente. Sus
experimentos confirman que se trata de geopolímeros que al solidificarse producen un tipo de
piedra. Esto explica la facilidad para hacer juntas tan exactas entre las piedras de sus templos,
logrando utilizar los bloques ya fundidos como formaleta de los nuevos.
Pero lo más importante fue su visión de que la vida es un proceso diseñado por Dios para
ampliar la conciencia del hombre, que el espíritu del hombre se encarna repetidamente en un
cuerpo para comprender la armonía por los resultados de sus decisiones. Al vivir muchas vidas
con experiencias opuestas, de angustia y paz, de depresión y felicidad, de riqueza y pobreza, de
salud y enfermedad, comprende la razón de su existencia y termina con las limitaciones
materiales transformándose en un superhombre inmortal. Un ser que no pierde en la muerte la
conciencia o la información acumulada. Un espíritu sabio al final de un proceso que sube otro
peldaño más en la perfección del universo.
Al experimentar en carne propia los tormentos y la angustia que producen la ira, el odio, el
rencor o la venganza, se comprende el valor de la armonía. Al comprender que cada decisión
produce paz o sufrimiento se puede pasar del infierno de la vida al cielo de la misma. El pueblo
entendió que todas las acciones de la vida diaria, pescar, sembrar, cosechar, son una manera de
acercarse a Dios, de ser más perfectos cada día, lograron una comunicad en paz y una felicidad
tal que cuando el historiador griego Herodoto visitó Egipto en el año 500 AC no pudo menos que
afirmar: “de todas las naciones de la tierra los egipcios son los más felices, sanos y religiosos”.
Sin embargo, no tenían una palabra en su idioma que significara religión, no veían ninguna
diferencia entre lo sacro y lo mundano. Se veían como los encargados de comprender que Dios,
el universo y el hombre forman una unidad manifestada por amor.
Todos los hombres avanzan por un camino de perfeccionamiento que toma muchas vidas. Unos
están más evolucionados que otros, pero todos llegarán a la inmortalidad y a la conciencia
permanente, sólo aprendiendo a ser flexibles, a aceptar las circunstancias y a respetar a todos
los seres que nos rodean. El camino puede ser de sufrimiento o de paz y armonía, depende que
se valore lo que se tiene y se agradezca la oportunidad de estar vivos para tomar conciencia que
fuimos creados por amor.
http://espiritasestudio.blogspot.com.es/…/el-ojo-de-horus-1…
Es un viaje mágico que va al corazón del viajero. Viajar a Egipto es un camino de crecimiento, de
sabiduría. Es un encuentro con uno mismo. El nilo, el eje sobre el que se desarrolla este
maravilloso país te mecerá y te acunará con el conocimiento acumulado en él durante miles de
años. Es un viaje de iniciación y de despertar a una nueva vida, a la vida que estás llamado a ser.
Viajar a Egipto es caminar sobre sus chakras , los cuales despertarán en nosotros un
conocimiento aún dormido, pero que clama por ser llevado al exterior.
El viaje Incluye
4 Noches Crucero Nilo en pensión completa sin bebidas.
3 Noches Cairo en régimen de alojamiento y desayuno.
Visitas, entradas y traslados según itinerario.
Asistencia en los aeropuertos.
Guía de habla hispana durante las visitas.
Vuelos domésticos con la cía. aérea Egypt Air en Clase L.
Tasas de aeropuerto.
Visado de entrada a Egipto 35$ por persona.
Propinas de viaje y crucero, no incluidas las del guía USD $45.00 por persona.
Cuadernillo mitico, con meditaciones y trabajos .
Guía y meditaciones.
Taller y couching
Visitas incluidas:
El Cairo (Visita Panorámica al recinto de las Pirámides, templo del Valle y la Esfinge)
Luxor (, Templos de Luxor y Karnak)
Aswan (Kom Ombo,)
El viaje no Incluye
CONDICIONES GENERALES:
*La aceptación de este itinerario implica el cumplimiento íntegro del circuito. El orden del itinerario
puede sufrir cambios sin alterar su contenido.
*Requisito indispensable contar con pasaporte vigente mínimo 6 meses posteriores a la fecha de
regreso del viaje.
Recomendaciones
MONEDA
La moneda es la Libra Egipcia. Tambien se puede pagar en Euros en la mayoria de los sitios,
pero es aconsejable llevar Libra Egipcia (con el Euro os pueden redondear en las compras).
Comprobad el cambio de Euros a Libras Egipcias o probad aquí mismo con esta aplicación de
conversión de moneda:
DONDE COMPRAR
Definitivamente, en el Cairo, en Mercado de Khan El-Khalili, allí podrás comprar de todo. Eso
sí, si en Luxor, Assuan, o en cualquier otro sitio ves algo que te guste.... puedes comprarlo,
eso si, por un buen precio, y teniendo en cuenta que vas a ir cargado todo el viaje con los
regalos.
A los que no les guste regatear, en el Mercado de Khan El-Khalili, tienen la Tienda de Jordi
(hablan español). y otra muy cerca, que es la que realmente tiene más cosas. Aquí los
precios son fijos, lo que no quita para que puedan dar algún regalito, si comprás bastantes
cosas.
Este es un plano para llegar a la tienda:
También le recomendamos la tienda donde compramos dos cámaras de fotos antiguas, y que
esta muy cerca de la tienda de Jordi (la segunda):
Bancos en Egipto
Literalmente hay Bancos en Egipto por todos lados, no tendrás ningún problema. En todos
los hoteles hay uno, para hacer cambios de USD a libras egipcias no va a ser un problema.
Los Bancos en Egipto ofrecen las mejores tasas de cambio.
RECOMENDACIONES ADICIONALES:
• Lleva siempre encima una buena cantidad de Libras Egipcias. Recomendamos unos 500
USD para los gastos.
• Totalmente recomendable el espectáculo de luz y sonido en Abu Simbel
• La sala de las momias en el Museo del Cairo... puede ser muy cara, para lo que ofrecen
(Salita muy pequeña con apenas 15 momias, aproximadamente)
¿Tendré frío o calor en Egipto? Posiblemente ambos...
El clima de Egipto tiene dos épocas bien diferenciadas:
1.-Estación cálida (mayo hasta septiembre),
En Egipto vamos a notar diferencias en el clima entre la región costera, (las temperaturas
oscilan entre los 37 ºC y los 14 ºC y el desierto donde hay una gran amplitud térmica (las
temperaturas oscilan entre los 41 ºC por el día y los 6 ºC por la noche).
De cualquier manera, el Clima en Egipto, debido al desierto, es un clima muy seco, no hay
prácticamente humedad en el ambiente.