Sei sulla pagina 1di 4

Entrevista a Joaquín Osorio Carralero,

Premio Nacional de Promoción de la


Lectura en Cuba, a propósito de su
cumpleaños sesenta y seis.
22 junio, 201822 junio, 2018 aserranossDeja un comentario

Joaquín Osorio Carralero: el


ángel creíble
Por: Proyecto Rosa del Desierto

Editora: Se dice que Joaquín Osorio Carralero es el ángel de los jóvenes escritores y
artistas de Holguín y de otras latitudes del mundo ¿qué se siente ser esa persona que
tanto ha ayudado y al cual tantas personas le están agradecidos?

Joaquín Osorio: Eso que dicen que soy un “ángel de los jóvenes escritores” es el
premio más importante de mi existencia. Me siento con alas que me han dado Dios y la
Virgen a través de los libros, los mejores amigos del hombre, porque lo acompañan
durante toda su vida brindándole un caudal de conocimientos y haciéndoles mejores
personas. Sí, alas con las que he podido volar con los libros para hacerlos llegar a tantas
criaturas humanas. Siento que Dios y la Virgen me han dado esta hermosa misión de
descubrir talentos, de guiarlos, de salvarlos de la mediocridad, el tedio y la banalidad.
Ellos me lo han agradecido, últimamente Antonio Herrada y Moisés Mayán. Me han
emocionado hasta hacerme llorar, pero de alegría. Es como un bálsamo para quien va a
arribar a sesenta y seis años y no tiene hijos. Ellos lo son para mí. Son mi esperanza, mi
aliento, pero también son alumnos adelantados que han superado al maestro, como el
investigador de la música Zenovio Hernández Pavón o el historiador Minervino Ochoa
Carballosa. Les seguiré ayudando cuando esté en otra dimensión humana.

Editora: Vivir una larga vida implica también vivir experiencias muy ricas y diversas,
si tuviera que salvar en la memoria tres momentos de la suya, ¿cuáles serían?

Joaquín Osorio: Vivir, gracias a Dios y a la Virgen, ya casi sesenta y seis años de
existencia y cuarenta y siete de una labor pasional, constante y abnegada, de increíbles
sueños y edificantes realizaciones, de locuras, como las de la canción de Silvio, y otras
tantas aún más asombrosas, ingenuas y atrevidas que están en ese pasado rico, efímero,
reconfortante que me encantaría volver a vivir. Salvaría de esa odisea, aquella
biblioteca universitaria que creció, de tres mil títulos a veintiséis mil; los primeros diez
años del concurso “Nuevas Voces de la Poesía” y de la tertulia “Noche de Poesía” y
sobre todo, el canje y los donativos de publicaciones que llegaban desde tantos países
del mundo gracias a centenares de cartas que escribí con mi puño y letra. Salvaría el
préstamo de los libros a los jóvenes y el préstamo a domicilio a mis amigos escritores,
todos los domingos. Salvaría las lecturas de poemas que hacía ante más de trescientos
jóvenes, observando la emoción de sus rostros, la luz de esos rostros, la satisfacción del
disfrute, del placer ante ese acto de fe y amor: la poesía.

Editora: ¿Se nace promotor o se hace? ¿Por qué eligió ser promotor?

Joaquín Osorio: Yo me hice promotor desde que mis grandes maestras me enseñaron a
leer y a escribir y mi madre, Elia Margarita Carralero, me compraba casi todos los días
en la librería, cuatro o cinco libros muy baratos, los precios iban desde veinticinco
centavos hasta cinco pesos. Esto ocurre después de 1959. En 1962 se hizo la Campaña
de Alfabetización en Cuba, cientos de jóvenes se prepararon y fueron a los campos con
una cartilla y un manual para salvar de la ignorancia a miles de campesinos. Yo con sólo
diez años, alfabeticé a tres vecinos míos, allá en la calle Cervantes entre Cuba y Prado.
Recuerdo dos de los nombres: Herminia, la hija y Pedro, el padre. Bueno, gracias a mi
santa madre conformé una biblioteca personal con más de trescientos títulos que
después de leer, prestaba a mis compañeros y compañeras de la escuela. Ya en los años
de 1970, me hice profesor emergente de la enseñanza secundaria y al desarrollar aquel
precioso plan de estudios de Español – Literatura, provoqué en mis estudiantes el deseo
de leer las obras de Homero, Shakespeare, Molière, Balzac, Dante, Shólojov, Martí,
Renée Méndez Capote, Guillén y otros tantos escritores contemporáneos. Eso fue
hermoso. Mis alumnos aún no me olvidan. Desde 1980 a 1999 inicié una titánica e
inolvidable tarea: el desarrollo de colecciones. Me volví como el Quijote, y escribí
cientos de cartas a más de mil instituciones de veintitrés países, con mi puño y letra, el
resultado fue impactante. Empezaron a llegar tantos libros y revistas que llamaron la
atención de escritores, profesores, investigadores y alumnos. Yo promovía las
novedades a través de exposiciones de publicaciones. Todo el mundo elogiaba los
resultados y yo era el centro de aquella “gran locura” movida por mi pasión. Ahora
después de tantos años lo recuerdo y siento una satisfacción tremenda, edificante.
Contribuí a la superación y la felicidad de tantos seres humanos ¡qué maravilla!
Colaboré a mejorar las condiciones socioculturales de una población.

Editora: Holguín es un territorio muy fértil para el arte y la literatura, ¿cómo valora
Joaquín la creación literaria actualmente en Holguín y en Cuba?

Joaquín Osorio: Es cierto que Holguín es un territorio muy fértil para el arte y la
literatura. Trataré de hacer una valoración de la creación literaria en esta provincia,
aunque no soy crítico. Ese ejercicio es muy difícil y vital. Las obras de nuestros
escritores lo necesitan. Algún día deberá ocurrir porque hay un grupo bastante numeroso
de creadores, sobrepasan los trescientos, y esta cifra es una constante en esta entrevista.
El núcleo mayoritario son los poetas que van del verso libre al rimado; luego le siguen
los narradores, dramaturgos y ensayistas. Algo destacable es que ninguno se parece a
otro en cómo escriben y leen en público, abordan temáticas múltiples. Han publicado
muchos libros en Cuba y el extranjero, aparecen sus textos incluidos en revistas y
antologías de diversos países, y por supuesto en toda Cuba. Han ganado premios locales
de la ciudad y otros muy importantes como el Nacional Nicolás Guillén, el Alejo
Carpentier o el Casa de las Américas. Entre ellos hay una unión fraterna, coinciden en
tertulias, peñas, cafés y eventos. Para mí es uno de los grupos más interesantes del país.
Reflejan sus problemas cotidianos. Bregan por estar bien informados sobre la actualidad
literaria del mundo. Luchan por abrirse paso con la autopromoción. Sus libros, después
de ser publicados se agotan. No sé empolvan en las estanterías. Siempre he estado más
cerca de los poetas, los pintores y los músicos. La familia de los poetas cuenta con una
producción literaria copiosa, rica, variada, diversa, abordan el dolor, el desamor, la isla,
la ciudad, la familia, el tiempo, la casa y por supuesto el amor. Pienso que se han
ganado un lugar en la historia de la literatura holguinera y cubana. Los estudiosos en el
tema lo confirmarán en el futuro.

Editora: En su opinión, ¿qué le falta a la promoción literaria actualmente en Holguín y


en Cuba?

Joaquín Osorio: En Holguín se trabaja por promover la literatura a través de diferentes


espacios que tienen un mismo público y llegan a fatigarse. Es difícil insertar en las
actividades a los estudiantes de las carreras de la Facultad de Humanidades y otras
enseñanzas. En las emisoras radiales no existe un programa dedicado al libro y menos
en el telecentro, por las pocas horas que de transmisión que tienen. Sí, existe un público
lector que compra los libros que desaparecen de los estantes de las librerías. Cuando
uno visita otras provincias, se asombra de verlos allí. Lamentablemente no contamos
con un espacio como el Sábado del Libro, que se realiza en La Habana y que se da el
lujo de presentar las novedades editoriales casi acabadas de salir de imprenta, mientras
que aquí, debemos esperar al calendario de las Ferias del Libro para poder tener acceso
a ellas. Es importante continuar ofreciendo cursos para la superación de promotores
noveles. Es ardua tarea. Ha de ser cotidiana, constante, “con todos y para el bien de
todos”. Promover ha de ser para elevar a una dignidad superior, para hacer valer a los
creadores, para mejorar sus condiciones intelectuales, para hacer que se conozca y
reconozca sus obras en todos los sitios posibles y también, para contribuir a la
felicidad, al mejoramiento humano del público lector, cantera de artistas. Ésta ha de ser
nuestra obsesión, nuestra misión diaria.

Editora: Oficialmente se encuentra jubilado pero continúa colaborando en distintos


proyectos culturales, entre ellos el Proyecto Rosa del Desierto, ¿cree usted en que los
proyectos culturales independientes puedan aportar algo positivo al contexto cultural
contemporáneo?

Joaquín Osorio: He aceptado la jubilación, pero no el retiro. Es muy difícil para quien
lleva tantos años en el ejercicio constante de la promoción cultural, aún con sueños a los
ya casi sesenta y seis años, ofreciendo ideas, impulsando a los más jóvenes entusiastas,
a hermosos proyectos como el Premio Rosa del Desierto o el Concierto de la
Hispanidad en Holguín. Como estos proyectos, existen otros en Cuba y otros países:
Claustrofobias, de Yunier Riquenes; Décima al filo, de Odalys Leyva; Escribanía Dollz,
de Liudmila Quincoses; el de Carilda Oliver Labra y Lorenzo Suárez Crespo; el
Proyecto Ojalá, de Silvio Rodríguez; Caguayo, de Alberto Lescay; y Letra Abierta de
Emmanuel Castell, cinco de ellos son auspiciados por el Frente de Afirmación
Hispanista de México. Rosa del Desierto ya va para el tercer año de su abnegada labor.
Me siento complacido en brindarle mi modesto esfuerzo, mi apoyo y mi confianza a tan
noble causa que ya cuenta con sus primeros frutos, que dará otros e incentivará aún más
a nuestros jóvenes creadores, como ocurrió con el concurso Nuevas Voces de Poesía que
hice durante 25 años. Varios de aquellos noveles escritores crecieron y han logrado
importantes lauros en certámenes, como el Nicolás Guillén: Luis Yuseff Reyes, Jamila
Medina y José Luis Serrano.

Editora: ¿Algún mensaje que quiera compartir para los amantes de la literatura y
seguidores de su obra?
Joaquín Osorio: Mi mejor mensaje es que sigan soñando, que conviertan esos sueños
en realidad, que no se cansen. Hay muchos talentos por descubrir en toda Cuba. Hay
una cantera enorme en los niños, en los jóvenes y no debemos descartar a los adultos, no
declararlos desfasados. Es vital incentivar la lectura, descubrir los tesoros que aún se
conservan en nuestras bibliotecas, partiendo siempre de los clásicos, de los maestros. A
mí me gusta orientar unos primeros cien títulos de libros. Les digo, tómense una foto
antes de comenzar la “interesante hazaña” y otra, luego de concluirla. Les va a cambiar
el rostro, el alma, van a crecer, porque se enriquecerán intelectual y espiritualmente. Sus
rostros darán luz.

Mi mejor mensaje es que se conviertan en un ser creíble: honesto, cumplidor,


responsable, noble, con capacidad de perdonar, abnegado sin límites, discreto, paciente
y muy observador.

Editora: Muchas gracias Joaquín, por tu pasión, por tu esfuerzo y sobre todo, por haber
dado tu mano amiga, tu mano de ángel creíble a tantos jóvenes escritores y artistas de
Holguín y de Cuba. Gracias.

Tomado de: https://proyectorosadeldesierto.com/2018/06/20/joaquin-osorio-


carralero-el-angel-creible/

Potrebbero piacerti anche