Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
2
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
DEDICATORIA
3
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 5
4
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
INTRODUCCIÓN
Esto implica necesariamente que todos los aspectos de la realidad pueden ser
objeto de estudio filosófico, ya que de todos ellos pueden buscarse las
explicaciones más profundas y radicales, aplicando el razonamiento a los datos
proporcionados por la experiencia.
En cambio, como bien sabemos, cada una de las ciencias particulares estudia un
aspecto concreto de la realidad, dejando fuera de su consideración los demás, y
se limita a la búsqueda de explicaciones dentro de ámbitos restringidos.
Es, pues, pertinente, realizar esta aclaración, en base a que el presente libro
busca adentrarse en la concepción filosófica que los paradigmas de los siglos XIX
y XX —perdurables a más no poder en la fenomenología y la filosofía de la ciencia
durante el siglo XIX—, y específicamente en la visión científica del mundo del
1
Cfr. AQUINO, Tomás de, In Metaphysica, I.2, 13ª edición, BAC, Madrid, 2003.
5
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Sin embargo, toda tarea filosófica conlleva la crítica, en su sentido más puro.
Criticar es ante todo una tarea positiva y necesaria; el no aceptar esto se llama
dogmatismo. La actitud crítica es no aceptar nada como previamente establecido;
ahora bien, tomar lo anterior así como nos llega es totalmente contradictorio: si
fuese siempre así no habría conocimiento, ni normas para actuar.
Las raíces de la crítica se remontan a las filosofías que quieren eliminar todo tipo
de presupuesto para afirmar la autonomía del hombre; esto se comienza al
someter nuestro conocimiento a la duda universal (filosofía moderna) y en el fondo
deviene en un nihilismo. La auténtica crítica intenta aquilatar nuestro conocimiento
para que se conforma mejor con el ser.
6
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Posteriormente, Kant busca construir una filosofía crítica; para el realismo, el ser
es el fundamento del pensar; ahora se invierte esta situación puesto que son las
cosas las que giran en torno al sujeto cognoscente. Su método se identifica con su
sistema, realizando el método transcendental. Realiza el juicio de la razón en un
tribunal constituido por la misma razón.
El idealismo del siglo XVIII, por su parte, considera el pensar como fundamento
del ser, invirtiendo el planteamiento del realismo. El punto de partida es la relación
entre transcendencia e inmanencia. El Idealismo rechaza la transcendencia
ateniéndose únicamente a la inmanencia. Transcender es sobresalir, sobrepasar o
rebasar, dentro de un ámbito determinado. La inmanencia es permanecer en sí
mismo. Así, los únicos seres capaces de transcender son lo que tienen
operaciones inmanentes, pero en el Idealismo las operaciones inmanentes no
pueden alcanzar un objeto transcendente.
7
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Así pues, el realismo sostiene que la razón pone en las cosas algo ideal; sigue
manteniendo que la causa propia de la certeza es la evidencia objetiva; por eso va
del ser a la conciencia y desde la evidencia a la certeza.
8
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
A.M.G.
9
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Hacia el año 1920 ya existía en Viena, capital de la filosófica Austria, una tradición
filosófica que tenía un claro signo empirista y que se centraba en el estudio de los
conceptos y métodos científicos. Esa tradición arrancaba del físico Ernst Mach
(1838-1916), autor de diversas obras que ejercieron gran influencia, tales como La
Mecánica: exposición histórico-crítica de su desarrollo (1883) y El análisis de las
sensaciones (1886). Mach sostenía una postura que puede llamarse
‘fenomenalista’ e ‘instrumentalista’.2
La ciencia, en esta perspectiva no sería otra cosa sino un instrumento útil para la
adaptación biológica del hombre. Una ciencia limitada a los hechos de la
experiencia sin admitir preguntas acerca de la realidad que fueran más allá de las
2
Cfr. MACH, E., The analysis of sensations and the relation of the physical to the psychical,
Forgotten Books, Londres, 2012, p. 31.
3
Ídem, p. 68.
4
Ídem, p. 79.
10
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
apariencias, una ciencia reducida a una herramienta útil sin dejar lugar para la
valoración de la verdad: ésa es la perspectiva de Mach, quien realizó una vigorosa
crítica de los conceptos newtonianos de espacio y tiempo absolutos como
conceptos “metafísicos” no experimentables y que deberían ser desterrados de la
ciencia.
En 1922 ocupó la mencionada cátedra Morits Schlick, quien —lo mismo que sus
predecesores— había llegado a la filosofía desde la física: en 1904 había hecho
su doctorado en física bajo la dirección de Max Planck, y luego se graduó en
filosofía y se convirtió en profesor de filosofía (primero en Rostock y Kiel, y desde
1922 en Viena). Schlick había publicado en 1918 su Teoría general del
conocimiento, y su prestigio e influencia hicieron que se viera rodeado de filósofos
y científicos de tendencia empirista y antimetafísica que iban a dar origen a lo que
ellos mismos llamaron el “Círculo de Viena”.
11
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
básicos, para poder comprender luego las posturas más recientes que
examinaremos en los apartados siguientes.
El espíritu del Círculo de Viena puede ser resumido en la expresión “La visión
científica del mundo”, puesto que éste fue el título del opúsculo que, editado en
1929 por varios de sus miembros, señaló la constitución del Círculo como
movimiento filosófico.5
Con esta expresión se quería señalar que la filosofía debería ser científica,
imitando a la ciencia en su claridad y rigor lógico, y ocupándose principalmente del
estudio de los conceptos y métodos científicos; en palabras de Víctor Kraft, que
era uno de los miembros del Círculo:
5
Los autores de este opúsculo de 59 páginas son Hans Hahn, Otto Neurath y Rudolf Carnap, y su
título es Wissenschaftliche Weltauffassung der Wiener Kreig. Se incluyen en el opúsculo, además
de las líneas generales de la filosofía del Círculo de Viena, referencias acerca de la prehistoria del
Círculo y datos acerca de las obras de sus miembros. La lista de miembros del Círculo que allí se
incluye comprende a: Bergmann, Carnap, Feigl, Frank, Gödel, Hahn, Kraft, Menger, Natkin,
Neurath, Hahn-Neurath, Radakovic, Schlick y Waismann.
12
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
6
KRAFT, V., El Círculo de Viena, Taurus, Madrid, 1977, p. 23-24. Esta obra de Kraft es importante
para contemplar de modo sintético el desarrollo de las ideas del Círculo, aunque evidentemente la
postura de Kraft es parcial y su obra es una defensa de la postura neopositivista.
7
WITTGENSTEIN, L., Tractatus logico-philosophicus, 12ª edición, Alianza Editorial, Madrid, 2007,
p. 31. El Tractatus es un conjunto de breves consideraciones numeradas. Comprende 7
afirmaciones principales, y las demás son comentarios a las anteriores (por ejemplo, la 4.111 es
comentario a la 4.11, y ésta a su vez a la 4.1, que es comentario a la 4).
8
Ídem, 4.25.
13
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
De este modo, Wittgenstein niega la posibilidad de una filosofía que afirme algo
verdadero acerca de hechos. ¿Cuál será entonces el papel de la filosofía? Sólo le
9
Ídem, 4.26.
10
Ídem, 5.
11
Ídem, 4.003.
14
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
12
Ídem, 4.11.
13
Ídem, 4.112.
14
Ídem, 6.53.
15
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Schlick y los miembros del Círculo de Viena intentaron subir por la escalera que
les ofrecía Wittgenstein. Aunque el propio Wittgenstein nunca fuera miembro del
Círculo, su Tractatus fue objeto de gran atención en las discusiones del Círculo, y
sus miembros llegaron a una postura muy semejante a la que acabamos de
sintetizar con citas del Tractatus (incluso simplificaron la postura de Wittgenstein,
quien probablemente no estaría de acuerdo con ciertas tesis del Círculo).
Brevemente expresada, la postura original del Círculo de Viena afirmaba que una
proposición con sentido es una proposición que se puede “verificar” mediante el
recurso a la experiencia, y que solamente pueden verificarse proposiciones de la
vida ordinaria y de las ciencias experimentales: cualquier otra proposición carece
de sentido (no puede ser verdadera ni falsa), y toda pretensión metafísica debe
ser eliminada mostrando su carencia de sentido; la filosofía viene reducida al
análisis lógico: en su aspecto negativo, el análisis lógico desenmascara la falta de
sentido de toda metafísica, y, en su aspecto positivo, sirve para fundamentar
lógicamente las ciencias.
Los miembros del Círculo de Viena pretendían inaugurar una nueva y definitiva
etapa del pensamiento humano: después de siglos, el descubrimiento de la
verdadera naturaleza de lo lógico permitiría superar las estériles pugnas de los
sistemas filosóficos y llegar a la verdadera visión del mundo y del conocimiento
humano. Así, Schlick afirmaba:
15
Ídem, 6.54.
16
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
16
SCHLICK, M., El viraje de la filosofía, p. 60 (en AYER, A. J., El positivismo lógico, FCE, Madrid,
1978). La obra editada por Ayer es una recopilación de artículos de los neopositivistas, e incluye
una introducción de Ayer en la que se da una visión sintética de las ideas y actividades del Círculo
(Ayer fue el principal defensor de la postura neopositivista en Inglaterra). El citado artículo de
Schlick se editó originalmente al comienzo del primer número de la revista Erkenntnis, (el primer
volumen corresponde a 1930-1931).
17
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Charles Morris, W.O. Quine) y británicos (Susan Stebbing, Gilbert Ryle, R.B.
Braithwaite, A.J. Ayer).
Según esta postura, fuera de las ciencias empíricas —que quedarían reducidas a
lo verificable experimentalmente— no puede existir ningún otro conocimiento
válido de los hechos, de tal modo que los pretendidos conocimientos no científicos
serían, en realidad, simplemente expresión de actitudes emotivas ante la vida; una
actitud que sería legítima en el arte, por ejemplo, sería la misma que habría dado
18
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
lugar a la existencia de mitos y teorías filosóficas que no tienen razón de ser y que
son superadas por el avance de la ciencia. En palabras de Carnap:
Por lo tanto, la Metafísica podría ser calificada como “poesía intelectual”, quizás
útil para la expresión de sentimientos subjetivos, pero incapaz de expresar
verdaderamente situaciones objetivas (y hay que tener en cuenta que, para el
Círculo de Viena, lo “metafísico” es en general toda filosofía que pretenda hablar
acerca de hechos, ya que esa pretensión sólo sería legítima en el caso de las
ciencias experimentales). De nuevo en palabras de Carnap:
17
CARNAP, R., La superación de la Metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje, p. 85 (en
AYER, A. J., El positivismo lógico, op. cit.). Este artículo de Carnap apareció en el volumen II de
Erkenntnis (1932).
19
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Lo “metafísico” sería “irracional” en cuanto que no sería más que una expresión
artística generalmente de mal gusto que se pretendería hacer pasar por
conocimiento verdadero de los hechos. Por tanto, sería irracional formular
preguntas que no pueden ser contestadas de acuerdo con los métodos
experimentales, tales como: qué es el conocimiento, qué es la libertad, existencia
de Dios, existencia de normas morales que derivan de la misma naturaleza
humana, y otras semejantes; y así mismo serían irracionales las respuestas que
pretendiesen contestar a tales preguntas sin sentido.
La postura neopositivista se basa en gran parte en lo que ase llamó “el criterio
empirista de significado”, según el cual una afirmación acerca de hechos sólo
tendría significado (o sentido) si existiese algún procedimiento empírico (basado
en experiencias observables) para comprobarla. Se trata, según Schlick, de:
18
Ídem, p. 86.
20
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
19
SCHLICK, M., Positivismo y realismo, p. 94 y 113 (en AYER, A. J., El positivismo lógico, op. cit.).
Este artículo fue publicado en el volumen III de Erkenntnis (1932-1933).
21
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Se entiende así por qué Schlick afirmaba que las discusiones filosóficas
tradicionales podían darse por concluidas definitivamente. Según su postura, los
problemas tradicionales de la filosofía responden a cuestiones mal planteadas:
20
SCHLICK, M., El viraje de la Filosofía, op. cit., p. 62.
21
Ídem, p. 94.
22
Ídem, p. 63.
22
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Carnap aplicó esta tesis a diversos casos concretos, aludiendo, entre otros, a los
conceptos de “principio”, “Dios”, “Absoluto”, “Infinito”; su conclusión es tajante:
23
CARNAP, R., La superación de la Metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje, p. 67 (en
AYER, A. J., El positivismo lógico, op. cit.).
24
Ídem, p. 73.
23
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
La nueva filosofía del Círculo de Viena se presentó, pues, bajo el título de ‘filosofía
científica’, en cuanto negaba el valor de conocimiento de la realidad a toda
pretensión cognoscitiva fuera de las ciencias experimentales, y centraba toda la
actividad filosófica únicamente en el análisis lógico de los fundamentos de tales
ciencias. Así se llegaba a la visión científica del mundo: todo conocimiento queda
reducido a las ciencias empíricas, y toda filosofía queda reducida al análisis lógico
de los fundamentos de las ciencias.28
25
Ídem, p. 82.
26
Ídem, p. 83.
27
Ídem, p. 84.
28
Neurath prefería evitar incluso la expresión “concepción científica del mundo”, para dejar bien
claro que no existe la filosofía como disciplina específica: hace esta observación en su artículo
Sociología en fisicalismo, p. 287 (en AYER, A. J., El positivismo lógico, op. cit.), aparecido en el
volumen II de Erkenntnis. En ese artículo, Neurath alude a algunas discrepancias entre los
miembros del Círculo, a las que aquí no hacemos referencia, puesto que no afectan a los aspectos
básicos que consideramos.
24
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Por ello, los miembros del Círculo de Viena se vieron enseguida en la necesidad
de profundizar en estas cuestiones, pero, al intentarlo, surgían nuevos problemas,
ya que carecían de una teoría del conocimiento que les permitiera plantear
adecuadamente el conocimiento de la realidad. Según su propia filosofía, ni
siquiera existiría la teoría del conocimiento (e incluso no podría hablarse
propiamente de filosofía): solamente serían admisibles aquellas afirmaciones
acerca del conocimiento que fuesen comprobables experimentalmente; en esas
condiciones, es imposible plantearse correctamente los problemas relacionados
con la verdad del conocimiento, ya que la verdad significa una adecuación entre lo
que se afirma y la realidad, y el criterio empirista de “significado” (la verificación
experimental) prohíbe que se planteen cuestiones que no puedan responderse
mediante la observación experimental y ésta no permite responder preguntas
acerca de las nociones mismas de “verdad” y “realidad”.
25
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
29
HEMPEL, K.G., Problemas y cambios en el criterio empirista de significado, p. 117 (en AYER, A.
J., El positivismo lógico, op. cit.). Este artículo fue publicado por primera vez en el volumen IV de la
Revue Internationale de Philosophie (1950).
30
Ídem, p. 121.
31
Ídem, p. 123.
32
Ídem, p. 124.
26
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
De este modo se hace explícito lo que desde el principio podía advertirse, a saber,
que el criterio empirista de significado no es algo que resulte de la realidad tal
como es, sino que es un intento artificial de defender una postura filosófica, la
empirista, que realmente carece de base y es insostenible. Hempel acaba su
estudio advirtiendo que incluso su propuesta será probablemente superada en
poco tiempo,33 y, en una nota añadida en 1958, advierte que lo mejor sería
abandonar la idea misma del criterio empirista de significación.34
Efectivamente, nadie admite al cabo de pocos años que tenga sentido el problema
del criterio empirista de sentido; o, mejor dicho, todo el mundo ha advertido que
tenía un sentido claro: defender un empirismo insostenible. Con ello cae por su
base la filosofía neopositivista, basada en el criterio empirista de significado, y a la
pretensión absurda de aniquilar la Metafísica como un sinsentido y limitar el
ámbito del conocimiento válido a las ciencias experimentales.
Esto ya fue señalado en 1935 por Karl Popper —filósofo que en aquel tiempo y
posteriormente ha sido considerado como positivista, y que mantuvo un estrecho
contacto con miembros del Círculo de Viena—. En una obra editada en la serie
dirigida por Schlick y Frank, Popper afirmaba que:
33
Ídem, p. 133.
34
Ídem, p. 134.
27
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
35
POPPER, K., La lógica de la investigación científica, Tecnos, Madrid 1977, p. 36.
28
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
29
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
que poseen sus propios cánones de validez. Pero sería erróneo interpretar las
peculiaridades y la autonomía de las ciencias experimentales como lo hace el
positivismo, o sea, pretendiendo que esas ciencias se fundamenten únicamente
en lo dado en la experiencia. La ciencia no es filosofía, pero necesariamente va
más allá de unos “datos puros” de experiencia que ni siquiera existen: utiliza
conceptos mediante los cuales se pretende (y se consigue en mayor o menor
grado) alcanzar aspectos de la realidad, y que no se pueden reducir a una suma
de resultados de la observación o la experimentación.
Es válido ahondar en la propia filosofía como ciencia in se y per se. Como bien
sabemos, etimológicamente el término ‘filosofía’ quiere decir en griego “amor a la
sabiduría” (fileo es amor, y sofía, sabiduría). Los términos ‘sabio’ y ‘sofista’ se
utilizaron al principio de la Historia del Pensamiento como palabras sinónimas,
pero más tarde el vocablo ‘sofista’ tomó un sentido peyorativo, por lo que dejó de
identificarse con ‘sabio’. Nosotros nos atenemos a la creencia que narra que
Pitágoras empezó a llamarse “amante de la sabiduría” o “filósofo” por el
30
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Tomás de Aquino define la Filosofía como “el conocimiento de todas las cosas por
sus causas últimas, adquirido mediante la razón”.36 Normalmente, se entiende por
‘ciencia’ “el conocimiento cierto por las causas”; por lo tanto, podemos decir en
primer lugar que la Filosofía es una ciencia que se distinguirá de las otras ciencias
—ciencias particulares— en que éstas buscan las causas próximas mientras que
la Filosofía busca las causas más elevadas o últimas de las cosas. Por otro lado,
decimos que se adquiere por la razón para distinguirla del conocimiento
sobrenatural —adquirido por la fe—.
Por ello, podemos igualmente precisar su objeto. El objeto de una ciencia puede
ser material y formal. El objeto material es lo que estudia una ciencia, y el objeto
formal es el aspecto bajo el cual se estudia el objeto material. Por eso, decimos
que el objeto material de la Filosofía son todas las cosas, es decir, toda la
realidad, pues de ésta se puede buscar sus explicaciones últimas (las ciencias
particulares estudiarán sólo algún aspecto concreto de la realidad). Y el objeto
formal de la Filosofía será por sus últimas causas, es decir, las explicaciones más
profundas de lo que son las cosas (las ciencias particulares buscan las
explicaciones más cercanas).
Hemos definido anteriormente la ciencia como “el conocimiento cierto por las
causas”.37 En este sentido podemos distinguir dos rasgos fundamentales de la
ciencia que tiene su plenitud en la Filosofía. En primer lugar, al ser un
conocimiento por las causas y al ocuparse la Filosofía de las causas últimas,
tendremos que concluir que será la ciencia más excelsa, dado que las ciencias
particulares sólo buscan las causas más inmediatas. En segundo lugar, en cuanto
36
Ídem Nota 1.
31
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Hemos hablado de la filosofía como una ciencia única, pero debemos considerarla
también como un conjunto de ciencias. La unidad y la diversidad se entiende
porque, aunque podamos distinguir diferentes disciplinas filosóficas, todas ellas
tienen un enfoque metafísico que les da la unidad. Por ello, el centro de la
Filosofía será la metafísica, es decir, el estudio del “ser” y sus “causas últimas”.
Pero, además, hay una cierta relación entre la filosofía y las ciencias particulares,
pues, en último término éstas se fundamentan en la metafísica (por ejemplo; la
física debe tener en cuenta el sentido filosófico del espacio, del tiempo, de la
cualidad, etcétera). En esta relación entre filosofía y ciencias particulares pueden
darse supuestos que sean erróneos al partir de concepciones filosóficas falsas
(por ejemplo: en sociología, admitir leyes necesarias al negar la libertad humana; o
en física, reducir la materia a puros aspectos cuantitativos).
37
FERNÁNDEZ DE CÓRDOVA, P., 30 lecciones de iniciación filosófica, 4ª edición.
UNIEDICIONES, Universidad de La Sabana, Bogotá, 2006, p. 30.
32
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Por ello, podemos decir que las características principales del método filosófico
son:
38
ARISTÓTELES, Metafísica, Libro V,1, Editorial Clásica Gredos, 12ª edición, Madrid, 2007, p. 88.
33
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Entre los miembros del Círculo destacan, junto a Schlick —que fue su inspirador
principal—, Rudolf Carnap, Herbert Feigl, Philipp Frank, Hans Hahn, Víctor Kraft,
Otto Neurath, Friedrich Waismann y Edgar Zilsel. En 1931, Carnap marchó a
Praga, donde se encontraba Frank, y Feigl marchó a Estados Unidos; en 1934
murió Hahn, y en 1936 Schlick fue asesinado por un psicópata. En 1938, después
de la anexión de Austria a Alemania, y debido en buena parte a las circunstancias
políticas del momento, cesaron las actividades del Círculo, y sus miembros
marcharon a diversos países: Carnap ya estaba en Estados Unidos desde 1936 y
allí siguió trabajando y publicando; Feigl también marchó a Estados Unidos y
ejerció notable influencia.
Hemos señalado que las ideas del Círculo de Viena han ejercido un influjo notable
también después de su disolución. Para valorar este punto, hay que distinguir por
34
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
una parte la visión filosófica básica del Círculo, y por otra, las tesis filosóficas
concretas tal como fueron formuladas por los miembros del Círculo en los años en
que funcionó. Desde luego, algunas de esas tesis filosóficas concretas han sido
abandonadas en la filosofía contemporánea de la ciencia: éste es el caso del
criterio empirista de ‘significado’, que hemos considerado anteriormente, y de otras
tesis que no hemos examinado, tales como el ‘fisicalismo’ y la ‘ciencia unificada’,
defendidas especialmente por Neurath. Pero no ha sucedido igual con la
perspectiva filosófica subyacente a esas tesis, perspectiva que puede recibir los
calificativos de cientificismo y empirismo, estrechamente unida al naturalismo.
Según Feigl —y en esto tiene sin duda razón— esa ‘perspectiva científica’
constituye un amplio movimiento en el que convergen diversas corrientes de
pensamiento, y en el que se encuentran unidos nombres como —entre otros— los
de Peiros, James, Dewey, Bridgman, Morris y Nagel, junto con los neopositivistas,
de tal modo que esa postura es incompatible con toda afirmación metafísica o
teológica: lo metafísico y lo teológico viene calificado, junto con la magia y la
mitología, como “pre-científico”.40
39
FEIGL, H., The Scientific Outlook: Naturalism and Humanism, p. 4 (en FEIGL, H., y BRODBECK,
M., Reading in the Philosophy of Science, Appleton Century Crofts, New York, 1953).
35
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Estas tres tesis, tal como eran mantenidas por los neopositivistas, tenían un
pretendido fundamento lógico y científico que era claramente frágil y erróneo,
como hemos visto. Buena parte de la filosofía de la ciencia desarrollada
posteriormente, en lugar de someter radicalmente a discusión esas tesis erróneas,
ha seguido manteniéndolas, limitándose a efectuar en ellas correcciones parciales
más o menos superficiales, de tal modo que frecuentemente se da por supuesto
sin más el valor de esas tesis —con los oportunos retoques—.
40
Ídem, pp. 9-10.
36
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Al mismo tiempo, se señalan diversos errores del empirismo estricto, pero se sigue
manteniendo una postura empirista levemente matizada. Y en cuanto al
naturalismo, a veces se afirma expresamente, y en otras ocasiones en que no se
hace así, de hecho la filosofía que se defiende es totalmente incompatible con una
postura que no sea naturalista.
Los apartados que siguen serán una ilustración concreta de lo que acabamos de
afirmar. Las posturas que consideramos no son neopositivistas, y sus
sostenedores consideran generalmente al neopositivismo como un fenómeno
filosófico muerto perteneciente al pasado; sin embargo, la coincidencia en las tesis
básicas que acabamos de señalar son notables. Esa coincidencia no es
accidental. La “perspectiva científica” heredada del neopositivismo, de carácter
cientificista, empirista y naturalista sigue siendo el marco conceptual de esas
posturas, y esa concepción se presenta ya explícitamente como la actitud
científica o actitud racional.
37
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
38
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
39
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
“Lo que más me impresionó fue la clara afirmación del propio Einstein
de que consideraría su teoría como insostenible si no resistía ciertos
tests... He aquí una actitud totalmente diferente de la actitud dogmática
de Marx, Freud, Adler, y aún más de la de sus seguidores. Einstein
buscaba experimentos cruciales, cuyo acuerdo con sus predicciones en
modo alguno establecería su teoría; mientras que un desacuerdo
mostraría que su teoría era insostenible. Ésta, pensé, era la verdadera
actitud científica. Actitud completamente diferente de la actitud
dogmática que constantemente pretendía hallar “verificaciones” para
sus teorías favoritas. De este modo llegué, hacia el final de 1919, a la
conclusión de que la actitud científica era la actitud crítica, que no
buscaba verificaciones, sino contrastaciones cruciales; contrastaciones
40
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
En definitiva, Popper elaboró una teoría del conocimiento, según la cual todo
conocimiento —tanto el ordinario como el científico— avanza según un esquema
básico: ante una situación determinada —problema— se propone una teoría —
conjetura— que se somete a contrastación con la experiencia, de modo que el
choque de la teoría con la experiencia determinará las sucesivas correcciones que
41
POPPER, K., Búsqueda sin término: una autobiografía intelectual, Tecnos, Madrid, 1977, pp. 51-
52. Originalmente, este escrito de Popper fue publicado como la primera parte (Autobiografía de
Karl Popper) en la obra colectiva editada por SCHILPP, P. A., The Philosophy of Karl Popper,
Open Court, La Salle (Illinois) 1974 (2 volúmenes). Esa obra contiene además 33 estudios de
diversos autores sobre aspectos de la obra de Popper, y las amplias réplicas y comentarios de
Popper a esos estudios.
41
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
A finales de la década de los 20, Popper había llegado a una postura propia
acerca del conocimiento, basada en los puntos que acabamos de exponer. Sus
intenciones eran diferentes de las de los positivistas, pero existían entre éstos y
Popper afinidades importantes: el interés central por la filosofía de la ciencia, la
importancia que otorgaban al análisis lógico en la filosofía de la ciencia, la
valoración de la ciencia como modelo de conocimiento objetivo, el agnosticismo
respecto a los problemas teológicos. No puede extrañar, por tanto, que las ideas
de Popper fueran recibidas con interés por los miembros del Círculo, y que en
general se hicieran eco de ellas.
42
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
“El extracto final —que fue por fin publicado como la Logik der
Forschung— fue elaborado por mi tío Walter Schiff, que
incansablemente cortó casi una mitad del texto”.43
42
Ídem, pp. 109-110.
43
Ídem, p. 114.
43
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Cada una de las citadas posturas caracteriza a su modo lo que sería el ‘método
científico’ y trata de dar su explicación acerca del éxito de la ciencia experimental,
44
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
44
Ídem, p. 200-201.
45
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
sería imposible sin una cierta “fe” en algunas ideas metafísicas —tales como el
realismo—. En sus propias palabras:
45
POPPER, K., La lógica de la investigación científica, op. cit., p. 38.
46
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Parece, a primera vista, que la ‘demarcación’ que Popper establece entre las
ciencias y la metafísica se limita a señalar simplemente que las conclusiones
científicas deben poder ser sometidas a comprobación experimental, lo cual no
sucede con las conclusiones no científicas o metafísicas. Pero la postura de
Popper va más lejos, puesto que concluye que todo conocimiento es conjetural, o
sea, que ningún conocimiento puede considerarse como cierto o definitivo, de tal
modo que afirma que:
Para llegar a esta conclusión, Popper da los siguientes pasos: en primer lugar,
prescinde de la consideración de los factores subjetivos en el conocimiento, dando
como motivo que los sentimientos subjetivos de certeza no sirven para demostrar
la verdad de lo que se afirma; luego, considerando los aspectos objetivos del
conocimiento, o sea, las afirmaciones y teorías en sí mismas, sostiene que nunca
puede demostrarse positivamente su verdad basándose en la experiencia, pues
cualquier afirmación acerca de la experiencia va más allá de lo que pudiera
considerarse como ‘datos’ observables: los mismos ‘datos’ están impregnados de
teoría —no hay ‘datos puros’ de observación—, y las afirmaciones generales
admiten un sinfín de consecuencias que son imposibles de comprobar. Por último,
considera que sólo puede hablarse de certeza cuando pueda darse una
46
POPPER, K., Búsqueda sin término…, op. cit., p. 201. En ese lugar Popper hace alusión a su
escrito Sobre el estado de la ciencia y de la metafísica, publicado primero en 1958, e incluido
posteriormente en su obra Conjetures and Refutations, Routledge, London, 1974, como parte 2ª
del capítulo 8 (la primera edición de esta obra es de 1963, y hay traducción castellana, con el título
El desarrollo del conocimiento científico: conjeturas y refutaciones, Paidós, Buenos Aires, 1967).
47
POPPER, K., Conocimiento objetivo: un enfoque evolucionista, Tecnos, Madrid, 1974, p. 45.
47
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Pero este criterio tropieza con una dificultad insalvable. Si nunca estamos
justificados para sostener que nuestras afirmaciones son verdaderas, tampoco
podremos sostener que una teoría es falsa, pues ello implicaría admitir como
verdaderos los enunciados ‘falseadores’. Popper era consciente desde el principio
de esta dificultad, y admite efectivamente que los enunciados acerca de la
experiencia —lo mismo que cualquier otro enunciado— no son nunca definitivos:
por lo tanto, admite que la contrastación empírica de las teorías exige que se
admitan como verdaderos algunos enunciados que, a su vez, pueden ser puestos
ulteriormente en tela de juicio.
48
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
48
POPPER, K., La lógica de la investigación científica, op. cit., p. 261.
49
Ídem, p. 37.
49
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Popper sostiene, así, una teoría de la ciencia en la que se niega que la inducción
desempeñe ningún papel importante, afirmando que no puede verificarse ningún
enunciado y que todo conocimiento científico es hipotético y provisional; lo
‘científico’ viene identificado con lo ‘empíricamente contrastable’, y lo ‘metafísico’
con lo ‘no contrastable empíricamente’ —aunque el mismo Popper acaba
50
POPPER, K., Búsqueda sin término…, op. cit., p. 105.
50
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
51
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Resulta, así, que la teoría de Popper no es sin más una descripción de la ciencia
real, y que su teoría del conocimiento no puede dar cuenta adecuadamente del
valor real del conocimiento: podemos afirmar —y con ello se responde a la
segunda cuestión— que no puede admitirse el planteamiento de Popper y seguir
hablando de la verdad del conocimiento.
51
POPPER, K., La Lógica de la investigación científica, op. cit., pp. 225-226.
52
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
52
POPPER, K., Búsqueda sin término…, op. cit., p. 154.
53
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Popper reconoce explícitamente que la actitud crítica o racional tiene límites. Por
una parte, para ejercitar la crítica se han de admitir provisionalmente algunos
conocimientos como si fueran ciertos —en la terminología de Popper, sin una ‘fase
dogmática’ no podría haber luego la ‘fase crítica’, pero sin perder de vista que todo
conocimiento es conjetural y nunca definitivo—. Por otra parte, Popper alude de
modo vago a que en la vida práctica ni siquiera se debe intentar racionalizar todo:
53
Ídem, pp. 154-155.
54
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Pero esta solución no resuelve nada, puesto que la falsedad de las teorías es una
simple suposición: la postura de Popper sólo tendría sentido cuando se trate de
valorar teorías puramente instrumentales, ya que entonces lo racional
efectivamente será utilizar aquéllas que por el momento resultan aplicables
mientras no se disponga de otra teoría mejor, pero si nos preguntamos por la
verdad del conocimiento, el planteamiento de Popper deja todo en el aire.
54
Esta cita de Popper está recogida en la obra colectiva editada por MARTÍN SANTOS, L., et. al.,
Simposio de Burgos. Ensayos de Filosofía de la Ciencia, en torno a la obra de Sir Karl R. Popper,
Tecnos, Madrid, 1970, p. 115.
55
Cfr. POPPER, K., Conocimiento objetivo… op. cit., p. 21.
55
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
56
POPPER, K., Búsqueda sin término…, op. cit., p. 200.
57
El estudio de Popper se intitula Facts, Standards, and Truth: A Further Criticism of Relativism
(1961), y se encuentra en la obra de Popper The open society and its enemies, Routledge, London
1977, volumen II, p. 369-396. Popper trata del tema que nos ocupa en el apartado 9 de ese
56
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
puesto que Popper se limita a ejemplificar de modo poco convincente cómo sería
posible efectuar dichas críticas sin necesidad de admitir ningún conocimiento
cierto, y, en último término, se limita a afirmar de modo genérico que la postura
contraria es un “dogma” insostenible. Pero en realidad sucede que, si se afirma el
carácter conjetural de todo conocimiento, obviamente habrá que admitir que toda
crítica también es conjetural, y que la misma actitud crítica es una conjetura, con lo
que habría que renunciar definitivamente a utilizar en su sentido usual los
conceptos de ‘realidad’, ‘verdad’ y ‘falsedad’.
En tercer lugar, una nueva dificultad de la actitud racional tal como Popper la
concibe es que no sería posible considerar ninguna ‘creencia’ como racional.
Popper afirma tajantemente:
añadido (p. 378-380), titulado: Is a critical method posible? Ese estudio se añadió a partir de la 4ª
edición inglesa de 1962 (la primera edición inglesa es de 1945; hay una versión castellana titulada
La sociedad abierta y sus enemigos, Paidós, Buenos Aires, 1977, con una nueva edición no
autorizada de 1977 sin notas).
57
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
58
POPPER, K., Búsqueda sin término…, op. cit., p. 116.
59
Cfr. ARISTÓTELES, op. cit., 982 b,11-32; Cfr. AQUINO, Tomás de, op. cit., V.2.
58
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Por lo que se refiere a la ciencia, Popper advierte con razón que muchas teorías
generales no pueden verificarse, ya que se encuentran formuladas de un modo
bastante abstracto y muchas de sus afirmaciones están alejadas de las
posibilidades de afirmación. Concretamente, las consideraciones de Popper se
aplican en buena parte cuando se utiliza en la ciencia el método hipotético-
deductivo: siempre que se estudian aspectos de la realidad sensible acerca de los
cuales no pueden obtenerse conclusiones ciertas, hay que formular hipótesis y
valorarlas comparando sus conclusiones con la experiencia; en este caso,
efectivamente, las hipótesis nunca llegan a alcanzar la certeza. Además, muchas
afirmaciones científicas son aproximadas y pueden ser objeto de ulteriores
60
POPPER, K., Búsqueda sin término…, op. cit., p. 193.
59
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
60
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Estas simplificaciones son advertidas en ocasiones por el mismo Popper sin que
llegue a revisar por ello su postura. Así, advierte claramente:
Pero el doble aspecto del conocimiento que Popper señala no tiene por qué llegar
a ningún dilema. Simplemente, si se quiere estudiar objetivamente el conocimiento
y llegar a conclusiones válidas, habrá que considerar los dos aspectos y sus
relaciones. Es arbitrario reducir las consideraciones solamente a los enunciados y
a las relaciones lógicas entre ellos, y conducirá inevitablemente al error tomar esa
parte como si fuera todo: Popper lo hace, sin dar más explicación que sus
preferencias personales —que no justifican su enfoque—, y —como hemos visto—
señala en otras ocasiones que la verdad y la certeza se encuentran en planos
diferentes —lo cual es cierto, pero no autoriza a prescindir de los aspectos
subjetivos del conocimiento: hay importantes relaciones entre la verdad y la
certeza—.
61
Ídem, pp. 114-115.
62
Ídem, p. 115.
61
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
las relaciones lógicas entre los enunciados. En realidad, no hay sólo inducción,
sino que sin inducción no sería posible ningún conocimiento verdadero, ya que
nuestras experiencias siempre son experiencias de realidades concretas, y sin
inducción no podríamos llegar a conceptos ni afirmaciones generales y se
acabaría en un puro escepticismo.
62
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
63
POPPER, K., La lógica de la investigación científica, op. cit., p. 22.
63
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
64
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
64
POPPER, K., Replies to my Critics, en SCHLIPP, P. A. (editor), The Philosophy of Karl Popper,
op. cit., p. 977.
65
Ídem, p. 976.
66
Ídem, p. 977.
65
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Sin pretender negar todo valor a los trabajos del Círculo, estas afirmaciones
resultan sorprendentes, y nos pueden inducir a pensar que las discrepancias entre
Popper y los positivistas son menos profundas de lo que en principio pudiera
parecer. Esta conclusión recibe apoyo si se advierte que la simpatía de Popper por
el Círculo de Viena se basa, precisamente, en lo que él llama la ‘actitud racional’.
Incluso la fobia antimetafísica del Círculo, criticada por Popper, parece pasar a
segundo plano y no ser demasiado importante si se considera la ‘actitud científica
o racional’ en la que el mismo Popper se siente ampliamente identificado con el
Círculo de Viena, llegando a las siguientes afirmaciones:
67
POPPER, K., Búsqueda sin término…, op. cit., pp. 118-119.
66
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Popper critica la postura anti-metafísica del Círculo, pero las ideas y afirmaciones
metafísicas nunca llegan a alcanzar en la filosofía de Popper un estatuto
satisfactorio: en su primera fase las consideraba como algo subjetivo sobre lo cual
ni siquiera se podía argumentar, y, aunque posteriormente admitió que podían ser
objeto de discusión crítica, e incluso ha defendido diversas posturas metafísicas,
la metafísica popperiana padece de un defecto de origen imposible de subsanar.
Lo metafísico sigue siendo siempre para Popper, también en sus escritos de su
68
Ídem, pp. 119-120
67
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Popper se niega a plantear siquiera preguntas del tipo “¿qué es?”,70 porque
conducirían fácilmente a olvidarse de los problemas reales y a sustituirlos por
problemas verbales acerca del significado de las palabras: pero así es
verdaderamente difícil —o mejor, imposible— plantear problemas metafísicos e
intentar resolverlos.
69
Ídem, p. 230. Popper habla en este lugar del darwinismo, que acepta como un “programa
metafísico de investigación”, afirmando tajantemente: “Es metafísico porque no es contrastable”.
70
Ídem, p. 251, nota 298.
71
POPPER, K., y ECCLES, J., The self and its brain: an argument for interactions, Springer, Berlín-
Heidelberg-London-New York, 1977, pp. 9-10 (las ideas a que nos referimos se encuentran en la
primera parte de esa obra, la parte escrita por Popper).
68
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
69
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
70
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Uno de los fascículos (el número 2 del volumen II), publicado en 1962 y que
también fue publicado de modo independiente en forma de libro, reúne
características sorprendentes: no sólo no se ajusta a la filosofía neopositivista,
sino que en muchos aspectos es incompatible con tal filosofía. Su título, La
estructura de las revoluciones científicas, es bien conocido, ya que esta obra ha
desencadenado una auténtica revolución —cuyos efectos siguen notándose en la
actualidad— en la moderna filosofía de la ciencia. Su autor, Thomas S. Kuhn, es
un físico que, a través de su interés por la historia de la ciencia, acabó
ocupándose de los problemas de la filosofía de la ciencia, llegando a convertirse
en una de las figuras más destacadas de ese ámbito.
71
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
72
La palabra ‘paradigma’ proviene del griego paradeigma y del latín paradigma, cuyo significado es
ejemplo o modelo. Es empleado para indicar un patrón, modelo, ejemplo o arquetipo. Alude
aquellos aspectos relevantes de una situación que pueden ser tomados como un ejemplo,
inclusive, la etimología de la palabra nos indica que esta puede ser sinónimo de ‘ejemplo’. Sin
embargo, ‘paradigma’ es usado en otro tipo de contextos no tan simples como los usados con la
palabra ‘ejemplo’. Lo curioso de este término es su procedencia, pues de ahí es que se toma la
idea que un paradigma no es más que un conjunto de acciones que seguir o ejecutar para concluir
con un bien común o de fortaleza social. Derivada de la filosofía griega, fue Platón quien le dio la
forma de ‘ejemplo a seguir’, y no como simple ejemplo (como se cree al usarla en un contexto sin
ningún tipo de aspiración).
73
KUHN, T. S., La estructura de las revoluciones científicas, FCE, México-Madrid-Buenos Aires
1975, p. 33.
72
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
74
Ídem, pp. 33-34.
75
Ídem, pp. 52-53.
73
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Podría pensarse que, al fin y al cabo, esa ‘ciencia normal’ puede existir como
existe la rutina en cualquier tipo de actividad humana: la parte verdaderamente
importante de la ciencia, la que contribuye a su progreso, sería entonces la
‘ciencia extraordinaria’ en la que se proponen nuevas teorías. Sin embargo, no es
esta la opinión de Kuhn. Aun admitiendo que las características de la ciencia
normal puedan ser interpretadas parcialmente como defectos, Kuhn atribuye el
progreso científico en buena parte a la ciencia normal —el progreso se da en
ambas: con tranquilidad se avanza, y con revolución se da paso largo—:
Los ‘paradigmas’ de que habla Kuhn proporcionan a los científicos una visión del
mundo —al menos, de la parcela que ellos estudian—, dentro de la cual tienen
sentido las teorías que se proponen y utilizan; la tarea de la ciencia normal sería el
estudio de problemas concretos dentro de esa concepción del mundo:
76
Ídem, p. 53.
74
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
77
Ídem, p. 173.
75
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
el número o la envergadura de esos problemas sea tal que provoque una crisis, de
manera que llegue a cuestionarse la validez del paradigma hasta entonces
generalmente admitido. En esas circunstancias puede tener lugar la ‘ciencia
extraordinaria’, o sea, la actividad científica en la que se buscan nuevas teorías
generales capaces de solucionar la crisis. Si se encuentran nuevos paradigmas
que llegan a admitirse en la comunidad científica, se producen las ‘revoluciones
científicas’. En palabras de Kuhn:
Las revoluciones científicas, por tanto, vienen provocadas por la ciencia normal.
En la explicación de Kuhn, la ciencia normal y las revoluciones científicas
aparecen entrelazadas: las revoluciones no surgen sin más, sino que son un
efecto del desarrollo de la ciencia normal, y, por otra parte, las revoluciones dan
lugar a nuevos paradigmas que inauguran una nueva etapa de ciencia normal.
78
Ídem, p. 149.
79
Ídem, p. 66.
76
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Kuhn se plantea en este contexto una cuestión de gran importancia: ¿cómo llega a
admitirse un nuevo paradigma? O, en otra formulación: ¿sobre qué base llegan los
científicos a admitir como nueva base de su investigación una nueva visión de la
naturaleza? Tanto en la filosofía positivista como en la popperiana esta pregunta
recibe una respuesta que se sitúa en el ámbito de los argumentos lógicos. Para
los positivistas, las nuevas teorías se admiten porque son verificadas —o, al
menos, confirmadas— por la experiencia. Para Popper, las nuevas teorías han de
ser falsables y, si la experiencia desmiente alguna de sus consecuencias, se
abandonan, mientras que en caso contrario se admiten provisionalmente.
80
Ídem, p. 176.
77
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Con todo ello Kuhn no pretende que no haya razones que puedan inducir a la
aceptación de nuevas teorías: la mayor precisión cuantitativa, y la capacidad para
resolver problemas, por ejemplo, son algunas de tales razones. Lo que Kuhn
subraya es que la admisión de nuevas teorías no se realiza en base a argumentos
únicos y forzosamente decisivos, señalando que, cuando se plantean nuevos
paradigmas:
81
Ídem, p. 230.
82
Ídem, p. 233.
83
Ídem, p. 235.
78
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Nos encontramos ante una imagen del progreso científico en la que una buena
parte del progreso se atribuye a la actividad de la ‘ciencia normal’, centrada en
paradigmas cuyo valor no se discute, y otra parte del progreso se debe a la
introducción de nuevos paradigmas sin que sea posible demostrar
inequívocamente su superioridad respecto a los antiguos. En estas condiciones,
¿qué puede afirmarse acerca de la racionalidad de la ciencia?
84
Ídem, p. 244.
79
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
ciencia normal se identifica con una práctica científica rutinaria que debería
desaparecer: la ciencia debe cultivar siempre la actitud crítica o racional,
incompatible con las características de la ciencia normal tal como Kuhn la
describe; por otra parte, el triunfo de las revoluciones científicas tal como lo explica
Kuhn supone la admisión de un ‘relativismo’ e ‘irracionalismo’ insostenibles.
Popper considera la postura de Kuhn, con razón, como una crítica de sus propias
teorías. En cuanto se refiere a la existencia e importancia de la ciencia normal,
Popper replica:
“La primera de estas críticas es, brevemente, que yo he pasado por alto
completamente lo que Kuhn llama ‘ciencia normal’ y que he estado
ocupado exclusivamente en describir lo que Kuhn llama ‘investigación
extraordinaria’ o ‘ciencia extraordinaria’... Estoy muy dispuesto a admitir
que en el mejor de los casos sólo me he dado cuenta débilmente de
esta distinción; y, además, que esta distinción señala algo que es de
una gran importancia”.85
85
POPPER, K., La ciencia normal y sus peligros, p. 150 (en la obra colectiva, editada por I. Lakatos
y A. Musgrave, La crítica y el desarrollo del conocimiento, Grijalbo, Barcelona, 1975).
86
Ídem, p. 151.
80
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
87
Ídem, p. 155.
88
Ídem, p.156.
81
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Por su parte, Kuhn pone de relieve aspectos reales e importantes del proceso
científico tal como se da de hecho, y subraya en ese sentido lagunas importantes
del planteamiento demasiado logicista de Popper; pero no llega a plantear siquiera
los problemas de fondo de la filosofía de la ciencia, ya que su concepción del
conocimiento y de la verdad adolece de serios defectos. Por ello, el debate Popper
– Kuhn no llega en absoluto al fondo de las cuestiones: para hacerlo se requeriría
un planteamiento filosófico profundo del conocimiento y de la verdad, que no se da
ni en Popper ni en Kuhn.
82
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
89
KUHN, T. S., La estructura de las revoluciones científicas, op. cit., pp. 262-266.
90
KUHN, T. S., Segundos pensamientos sobre paradigmas, Tecnos, Madrid, 1978, pp. 77-78.
83
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
91
KUHN, T. S., Notas sobre Lakatos, p. 520 (en LAKATOS, I., y MUSGRAVE, A., La crítica y el
desarrollo del conocimiento, Grijalbo, Barcelona, 1975).
84
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
92
KUHN, T. S., Segundos pensamientos sobre paradigmas, op. cit., p. 83.
85
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
86
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
“Lo que debemos explicar es por qué la ciencia —nuestro ejemplo más
seguro de conocimiento válido— progresa como lo hace, y
primeramente debemos averiguar cómo la ciencia progresa de hecho.
Es sorprendente lo poco que se sabe acerca de la respuesta a esta
pregunta descriptiva”.93
93
KUHN, T. S., ¿Lógica del descubrimiento o psicología de la investigación?, p. 102 (en LAKATOS,
I., y MUSGRAVE, A., La crítica y el desarrollo del conocimiento, Grijalbo, Barcelona, 1975).
87
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
sociológica, dejando de lado la pregunta acerca del valor real del conocimiento
científico:
94
Ídem, p. 104.
88
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
95
MASTERMAN, M., La naturaleza de los paradigmas, p. 162 (en LAKATOS, I., y MUSGRAVE, A.,
La crítica y el desarrollo del conocimiento, op. cit.). En este artículo, la autora expone uno a uno
esos 21 sentidos diversos, indicando los pasajes correspondientes de Kuhn.
89
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
96
KUHN, T. S., Consideración en torno a mis críticos, p. 399 (en LAKATOS, I., y MUSGRAVE, A.,
La crítica y el desarrollo del conocimiento, Grijalbo, Barcelona, 1975).
90
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Las teorías de los autores que estudiamos en los apartados siguientes significan
básicamente intentar salvar un edificio en ruinas con puntales apropiados. Suele
tratarse de puntales refinados y con una bella apariencia filosófica, incluso con
ciertas construcciones lógicas realmente complejas: pero son puntales solamente,
incapaces de salvar la ruina del edificio cientificista. No carecen en absoluto de
todo valor, pero el contexto global en que se sitúan hace que conduzcan a
visiones filosóficas básicamente descaminadas y a imágenes de la ciencia
parciales y erróneas.
91
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Algunas voces han proclamado la ruina total del edificio, concluyendo en posturas
epistemológicas francamente paradójicas (Feyerabend); la mayoría de los autores
(Lakatos, Bunge, Toulmin) han intentado superar la crisis introduciendo mejoras
parciales claramente insuficientes. No han faltado en tiempos muy recientes
algunas voces que por fin han señalado el cientificismo como raíz de las
dificultades que venimos señalando, pero la superación del paradigma cientificista
probablemente encontrará todavía serias dificultades. Las posturas que vamos a
examinar a partir de ahora servirán de ilustración concreta a la situación que
acabamos de describir de modo genérico.
92
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Imre Lakatos murió repentinamente en 1974, cuando ocupaba desde hacía pocos
años un lugar relevante en el panorama de la filosofía de la ciencia. Se le puede
calificar como un ‘popperiano no ortodoxo’. Después de haber sido discípulo de
Popper, llegó a ser colega suyo como profesor en la London School of Economics,
donde fue uno de los sucesores de Popper —otro fue John Watkins, popperiano
ortodoxo, defensor riguroso de las tesis popperianas—.
Ante la difícil situación creada por las críticas de Kuhn, Lakatos realizó una
interpretación peculiar de la epistemología de Popper y pretendió continuarla de
un modo tal que se pudieran superar los inconvenientes criticados por Kuhn dentro
de la inspiración popperiana, pero su postura mereció una clara repulsa del mismo
Popper, quien lamentó explícitamente que Lakatos le interpretase de un modo
erróneo e inaceptable.
Como hemos visto, Popper reaccionó ante la crítica de Kuhn ratificando su postura
propia y rechazando el enfoque sociológico de Kuhn; de hecho, en escritos
posteriores a su polémica con Kuhn, Popper siguió defendiendo sus tesis
básicas,97 e introduciendo nuevos elementos que refuerzan más todavía su clásico
enfoque centrado en los aspectos lógicos del conocimiento.98 Watkins compartió
la reacción de Popper criticando abiertamente las tesis de Kuhn.99 Lakatos, por su
parte, intenta situarse del lado de Popper, acusando sin embargo de modo
sensible el impacto de la crítica de Kuhn; Lakatos se ve en la necesidad de
97
Pueden verse al respecto los escritos de Popper El conocimiento como conjetura (de 1971) y
Las dos caras del sentido común (de 1972), que constituyen respectivamente los capítulos 1 y 2 de
su obra ya citada Conocimiento objetivo.
98
Nos referimos especialmente a la ‘teoría de los tres mundos’ de Popper, acerca de la cual
pueden verse sus estudios Epistemología sin sujeto cognoscente (de 1967) y Sobre la teoría de la
mente objetiva (de 1968), recogidos en la obra Conocimiento objetivo como capítulos 3 y 4.
99
WATKINS, J., Contra la “ciencia normal”, pp. 115-132 (en LAKATOS, I., y MUSGRAVE, A., La
crítica y el desarrollo del conocimiento, op. cit.).
93
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Para Lakatos, pues, el triunfo de las teorías de Kuhn significaría el triunfo del
irracionalismo en todos los órdenes, ya que si la ciencia experimental —que sigue
considerando como prototipo de racionalidad— se desarrolla básicamente de
acuerdo con unos patrones en los que lo sociológico juega un papel determinante,
esto sucedería con mayor motivo en los ámbitos de la moral y la política. Lakatos
advierte que Popper salva el carácter racional del desarrollo de la ciencia,
mientras que Kuhn no lo consigue.101 Pero admite que la crítica de Kuhn alcanza
a una parte de la postura de Popper: la tarea que Lakatos se propone es mostrar
que existe en Popper una postura capaz de resistir las críticas de Kuhn, para
después desarrollarla más todavía de tal modo que se consiga salvar el carácter
racional de la ciencia.102
100
LAKATOS, I., La falsación y la metodología de los programas de investigación científica, p. 205
(en LAKATOS, I., y MUSGRAVE, A., La crítica y el desarrollo del conocimiento, op. cit.).
101
Ídem, p. 205.
102
Ídem, p. 206.
94
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
103
Ídem, p. 204.
95
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
104
Ídem, p. 206.
96
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
97
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Pero existe una salida de esta difícil situación: el ‘falsacionismo metodológico’, que
consiste en admitir que, en determinadas ocasiones, puede rechazarse una teoría
científica en base a la experiencia, pero que este rechazo requiere un acuerdo
previo (convencional) sobre el valor que se otorga a los enunciados de
experiencia. Así, se niega el planteamiento justificacionista, puesto que se
reconoce la imposibilidad de demostrar —como verdaderas o probables— o
contrademostrar —como falsas— las teorías científicas, y a la vez se admite que
la ciencia se desarrolla siguiendo unas reglas de juego racionales, consistentes en
rechazar aquellas teorías que contradigan los enunciados de experiencia que en
un momento determinado se aceptan como verdaderos:
105
Ídem, p. 216.
106
Ídem, p. 216.
98
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
107
Ídem, p. 221.
99
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Llegamos, por fin, a la postura propia que Lakatos va a defender, y que pretende
ser una continuación de la postura de Popper. El ‘falsacionismo sofisticado’ de
Lakatos tiene sus propias reglas para la aceptación y la falsación de las teorías.
Por lo que se refiere a la aceptación de las teorías científicas:
108
Ídem, p. 228.
109
Ídem, p. 229.
100
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
110
Ídem, p. 229.
111
Ídem, p. 245.
101
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
112
Ídem, p. 267.
113
Ídem, p. 269.
114
LAKATOS, I., La historia de la ciencia y sus reconstrucciones racionales, p. 466 (en LAKATOS,
I., y MUSGRAVE, A., La crítica y el desarrollo del conocimiento, op. cit.).
102
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
115
LAKATOS, I., La falsación y la metodología de los programas de investigación científica, p. 288
(en LAKATOS, I., y MUSGRAVE, A., La crítica y el desarrollo del conocimiento, op. cit.).
103
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
En efecto, Lakatos dicta normas abundantes sobre lo que ‘se debe’ hacer en la
actividad científica. Así, en polémica con Kuhn, afirma que:
116
Ídem, p. 267.
104
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
117
Ídem, p. 269.
118
LAKATOS, I., Popper on Demarcation and Induction, p. 252 (en SCHILPP, P. A., The
Philosophy of Karl Popper, op. cit.).
105
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
119
LAKATOS, I., La historia de la ciencia y sus reconstrucciones racionales, pp. 456-457 (en
LAKATOS, I., y MUSGRAVE, A., La crítica y el desarrollo del conocimiento, op. cit.).
106
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
De hecho, Lakatos dedica una buena parte de sus trabajos al examen crítico de
las diversas metodologías (o ‘teorías de la racionalidad’). Cada una de estas
teorías tiene sus ventajas e inconvenientes, y no puede pretenderse llegar a una
teoría de la racionalidad que tenga carácter definitivo. Refiriéndose a su propia
teoría, Lakatos afirma en un trabajo publicado en 1974 que estaría dispuesto a
abandonarla en el momento en que fuera propuesta otra mejor, y señala en el
mismo lugar a pie de página que una tal metodología ya ha sido propuesta por
E.G. Zahar después de la elaboración del artículo de Lakatos.120
120
LAKATOS, I., El papel de los experimentos cruciales en ciencia, Teorema 5 (1975), Valencia,
nn. 3 y 4, p. 403,
121
Ídem, p. 403.
107
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Pero todo ello ya no tiene nada que ver con la verdad del conocimiento. Lakatos
parte de una base filosófica en la que no se puede hablar de verdad ni de falsedad
en la ciencia. Por una parte afirma que “no se puede aprender de la experiencia la
verdad de ninguna teoría científica, sólo se puede aprender, a lo sumo, su
falsedad”,122 pero incluso esa última posibilidad queda cerrada, según las
afirmaciones del mismo Lakatos:
122
Ídem, p. 284.
123
Ídem, pp. 384-385.
108
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Lakatos pretende situarse en una postura popperiana y llevar esta postura un poco
más adelante, lo necesario para escapar a la crítica de Kuhn: el paso adelante —
según Lakatos— consiste en renunciar a la falsación de las teorías individuales en
124
LAKATOS, I., La falsación y la metodología de los programas de investigación científica, op. cit.,
pp. 291-292.
125
Ídem, p. 292.
109
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Sin embargo, bajo otro punto de vista, podría decirse que Lakatos es incluso más
popperiano que Popper. Lakatos señala acertadamente que Popper, al no admitir
ningún tipo de inducción, debería acabar en una postura escéptica y en un
convencionalismo pragmático.128 En realidad, ésta es la conclusión de Lakatos,
aunque él mismo se oponga verbalmente al escepticismo y pretenda defender una
cierta validez metafísica de la inducción.
126
Ídem, p. 290.
110
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Puede advertirse al respecto que Lakatos manifiesta haber sido hegeliano durante
veinte años, hasta que —teniendo unos cuarenta años de edad— recibió el influjo
127
POPPER, K., Replies to my critics, op. cit., p. 999-1000.
128
LAKATOS, I., Popper on Demarcation and Induction, op. cit., pp. 261-262.
111
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Podemos añadir que es prácticamente inevitable que las cosas sucedan así.
Lakatos tiene razón. Lo desconcertante no es lo que afirma, sino lo que ello
implica respecto a su propia metodología. ¿Qué valor habrá que atribuirle? ¿Qué
sentido tiene decir todavía que esa metodología permite salvar la noción de
129
Ídem, p. 241.
130
LAKATOS, I., La historia de la ciencia y sus reconstrucciones racionales, op. cit., p. 491.
112
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Como advertimos al final del apartado anterior, nos encontramos ante un edificio
en ruinas —la racionalidad cientificista— que pretende apuntalarse sin llegar a la
causa de la ruina. El intento de Lakatos tiene al menos la virtud de mostrar
claramente la incongruencia del planteamiento cientificista: una vez admitidas sus
bases, los problemas filosóficos se desplazan a un terreno pragmático y
convencional en el que las teorías de la racionalidad constituyen simples
113
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
131
Pueden verse al respecto los cinco estudios históricos recogidos en la obra colectiva:
HOWSON, C., Method and appraisal in the physical sciencies. The critical background to modern
science 1800-1905, Cambridge University Press, Cambridge, 1976.
114
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
En esta situación, se daba por sentado que existía una racionalidad científica que
situaba a las ciencias experimentales en una posición privilegiada como ejemplo
de una actitud racional que debería extenderse todo lo posible a otros ámbitos de
la actividad humana, aunque también existiesen discrepancias sobre el modo
concreto de concebir esa racionalidad científica.
115
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Como hemos visto, la obra de Kuhn de 1962 sacudió fuertemente algunos de los
supuestos básicos de la filosofía de la ciencia generalmente admitida en aquella
época, al subrayar la importancia de los factores sociológicos en el desarrollo de la
ciencia y criticar el enfoque lógico de la epistemología; sin embargo, la crítica de
Kuhn no afectaba básicamente al cientificismo que condicionaba gran parte de la
epistemología, y —como hemos visto— era incapaz de replantear adecuadamente
los problemas filosóficos del conocimiento científico por carecer de una teoría del
conocimiento suficientemente profunda.
Sin embargo, la sacudida provocada por la obra de Kuhn hizo que diversos
autores replantearan los supuestos hasta entonces generalmente admitidos en el
ámbito filosófico que estamos considerando.
Pero llegó un momento en el que, por fin, se llegó a señalar que el cientificismo
era la causa principal de los callejones sin salida en que una y otra vez se veía
situada la epistemología. Paul K. Feyerabend fue quien dirigió seriamente sus
críticas contra el cientificismo. Feyerabend se encontraba plenamente integrado
en el paradigma predominante, dentro de una inspiración netamente popperiana
que él mismo subrayó, pero fue evolucionando hasta llegar a una postura
enormemente crítica respecto a ese paradigma. En 1962, Feyerabend afirmaba
claramente el carácter ‘normativo’ de la epistemología:
116
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Sin embargo, como hemos señalado en otras ocasiones, las dificultades de una
epistemología normativa son enormes, ya que no es fácil determinar sobre qué
bases pueden formularse reglas que prescriban a los científicos qué método
habrían de seguir. De hecho, Feyerabend parece contradecirse en el mismo
artículo citado, ya que en varias ocasiones combate posturas epistemológicas por
no ir de acuerdo con la práctica científica real,133 aunque repite su advertencia
acerca de la gran importancia de insistir sobre el carácter normativo del método
científico.134
132
FEYERABEND, P. K., Explanation, Reduction, and Empiricism, p. 60, en FEIGL, y MAXWELL,
G. (editors), Minnesota Studies in the Philosophy of Science, volumen III, University of Minnesota
Press, Minneapolis, 1962.
133
Ídem, pp. 28, 74, 75, 81 y 91.
134
Ídem, p. 62.
117
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
135
Ídem, pp. 29-30.
136
FEYERABEND, P. K., Cómo ser un buen empirista: petición de tolerancia en asuntos
epistemológicos, p. 34, en NIDDITCH, P. H. (editor), Filosofía de la ciencia, FCE, México, 1975.
137
Ídem, p. 30.
138
Ídem, pp. 41-48.
139
Ídem, pp. 49-50.
140
Ídem, p. 71.
118
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
141
Ídem, p. 76.
119
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
“La unanimidad de opinión puede ser apropiada para una iglesia, para
las víctimas atemorizadas de algún mito (antiguo o moderno) o para los
débiles y dispuestos seguidores de algún tirano; la variedad de
opiniones es una característica necesaria del conocimiento objetivo; y
un método que estimula la diversidad es el único compatible con una
perspectiva humanista”.142
142
Ídem, p. 64.
120
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Todo ello es lo que sucedió a Feyerabend, quien llegó a sostener una postura que
él mismo denominó ‘teoría anarquista del conocimiento’. En esta teoría solamente
se admite la validez general de un solo principio: el principio según el cual “todo
vale”.143 El Feyerabend anarquista se recrea en señalar todo tipo de defectos en el
paradigma cientificista que antes él mismo admitía. De un modo general advierte:
143
FEYERABEND, P. K., Contra el método: esquema de una teoría anarquista del conocimiento, 3ª
edición, Ariel, Barcelona, 2014, pp. 21-22.
144
FEYERABEND, P. K., Filosofía de la ciencia: una materia con un gran pasado, Teorema 4
(1974), Valencia, n. 1, p. 11.
121
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
122
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
señala que sólo alaba los elementos ‘anarquistas’ del marxismo, en la medida en
que pueden ser útiles para una crítica de las reglas epistemológicas y morales.146
En cuanto a su lema del “todo vale”, afirma:
145
Ídem, pp. 26-27.
146
FEYERABEND, P. K., Contra el método, op. cit., pp. 162-163.
123
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Sin duda, se trata de un problema difícil: el éxito de la ciencia moderna, junto con
la difusión de interpretaciones científicas y filosóficas de tipo empirista y
cientificista que llegan a considerarse generalmente como descripciones de la
ciencia tal como existe y debe existir, hacen que el simple hecho de cuestionar la
ciencia moderna en sí misma tal como se desarrolla pueda parecer una locura; y
esta impresión todavía podrá robustecerse si se advierte el confuso contexto en el
que Feyerabend sitúa el problema.
147
Ídem, p. 163.
148
Ídem, p. 104.
149
Ídem, pp. 110-112.
150
Ídem, pp. 33 y 110.
124
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Es posible, sin duda, cultivar las ciencias con un espíritu positivista o pragmatista o
tecnológico: se trata simplemente de aprender a manejar determinados sistemas
conceptuales, formulismos matemáticos y dispositivos experimentales, limitando el
ámbito de los problemas a los aspectos técnicos o puramente instrumentales. Hay
que advertir, sin embargo, que no es así como las ciencias se han desarrollado de
125
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Las diversas concepciones filosóficas acerca de la realidad que hasta ahora han
acompañado al desarrollo de las ciencias han presentado sus ventajas y sus
inconvenientes: al ser frecuentemente demasiado parciales, han contribuido al
desarrollo de determinados aspectos en detrimento de otros, y han provocado
simultáneamente interpretaciones de la ciencia —de sus métodos y de sus
afirmaciones— también frecuentemente parciales. Es posible, por tanto, adoptar
una postura crítica respecto a determinadas teorías científicas o a determinados
enfoques metodológicos sin dejar por eso de admitir las conclusiones científicas
verdaderamente válidas que pueden encontrarse en el contexto de tales teorías o
métodos. Así puede comprenderse cómo cabe criticar aspectos de la ciencia real
sin por eso dejar de admitir sus resultados válidos.
126
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Estos temas, por lo que se refiere a su realización práctica, siempre han sido
difíciles y no hay motivo para suponer que dejen de serlo, ya que los factores que
intervienen en la actividad científica son enormemente complejos —en la
actualidad, esa actividad se encuentra cada vez más condicionada por programas
globales de investigación en cuya determinación intervienen importantes factores
extra-científicos—. La tarea de una recta orientación de las ciencias es difícil pero
importante bajo muchos puntos de vista —no sólo para la propia ciencia sino
también para la concepción del mundo y de la ética—. Más asequible parece la
recta orientación de la filosofía de la ciencia, aunque tampoco carezca de
dificultad.
Así sucede en realidad. Feyerabend señala que las ciencias son una creación del
hombre y que el hombre no debe dejarse dominar por sus propios productos, lo
cual es cierto e importante, pero evidentemente esta observación deja sin solución
el problema de la auténtica orientación de la ciencia como conocimiento de la
realidad: para Feyerabend, ‘todo vale’ con tal que no se considere ninguna
concepción como la única verdadera, y precisamente la mejor manera de
estimular el progreso de las ciencias sería admitir toda variedad posible de
enfoques teóricos o metodológicos; en el ámbito práctico, Feyerabend llega a
cuestionar que la ciencia moderna sea beneficiosa en conjunto, y desde luego
preconiza una devaluación de la ciencia respecto a otras actividades humanas.
127
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
151
FEYERABEND, P. K., Consuelos para el especialista, pp. 346 y 380 (en LAKATOS, I., y
MUSGRAVE, A., La crítica y el desarrollo del conocimiento, op. cit.).
152
Ídem, p. 348.
153
Ídem, pp. 356-358.
128
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
154
Ídem, p. 380.
155
Ídem, p. 359.
156
Ídem, p. 379.
129
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
157
Ídem, p. 379.
158
FEYERABEND, P. K., En torno al mejoramiento de las ciencias y las artes y la identidad entre
ellas, p. 125 (en N. R. HANSON, B. NELSON, y P. K. FEYERABEND, Filosofía de la ciencia y
religión, Sígueme, Salamanca, 1976).
159
Ídem, p. 125.
130
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
No es extraño, por otra parte, que este desenfoque se dé, teniendo en cuenta que
el objetivo que Feyerabend se propone de modo global es el examen crítico y el
mejoramiento del materialismo y de un humanismo ateo frente a la concepción
científica del mundo.161 No parece que éste sea el camino correcto para la
superación real del cientificismo, pues una postura materialista será incapaz de
proporcionar base objetiva para una teoría del conocimiento que permita
caracterizar adecuadamente el conocimiento científico y así superar
verdaderamente la postura cientificista y sus consecuencias.
160
Ídem, p. 115.
161
Ídem, p. 116.
162
FEYERABEND, P. K., On the critique of scientific reason, pp. 310 y 313 (en HOWSON, C.,
Method and appraisal in the physical sciences, op. cit.).
131
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Pero, en medio de todos estos errores, existen sin duda numerosos logros
auténticos de la actividad científica cuya valoración es una tarea científica y
filosófica de gran interés y con una transcendencia objetiva innegable. Una
verdadera crítica de la razón científica es una empresa importante que no supone
ninguna minusvaloración del éxito e importancia de la ciencia, pero esa empresa
habrá de comenzar por la única base sólida que permitirá un enjuiciamiento
adecuado del conocimiento científico, a saber: una metafísica realista en la que
163
Ídem, p. 313.
132
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Pero habría que comenzar por examinar los prejuicios antimetafísicos que se
encuentran en la crítica y conclusiones de Feyerabend. Es significativo que un
autor como él que afirma como importante tomar en consideración todo tipo de
alternativas, no llegue a plantearse siquiera la posibilidad de una metafísica
realista: esto da una idea de las dificultades que una verdadera crítica de la razón
científica encuentra en la filosofía de la ciencia condicionada por el paradigma
cientificista.
164
Ídem, p. 313.
133
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Feyerabend, que subraya el interés con el que se están reconsiderando incluso los
mitos antiguos,166 no presta la más mínima atención —ni siquiera como posibilidad
remota— a la visión metafísica de la realidad, ya que esa posibilidad desbarataría
todas sus conclusiones y su entero planteamiento.
No es que el resto de los autores de que nos venimos ocupando tomen más en
serio esta cuestión, pero quizás cabría esperar que un filósofo que preconiza la
consideración de cualquier tipo posible de alternativas globales la mencionara al
menos. Feyerabend elige el camino del anarquismo epistemológico. Ha señalado
una parte del planteamiento que causa el desconcierto moderno en la filosofía de
la ciencia, pero ha encaminado a ésta por un nuevo callejón sin salida: la ‘crítica
de la racionalidad cientificista’ ha sido confundida con la ‘crítica de la razón
científica’, de tal modo que el mito de la racionalidad cientificista ha quedado
sustituido por el mito del anarquismo epistemológico —que es una reacción
satisfactoria frente a la racionalidad cientificista que se pretende criticar—.
165
Ídem, p. 330.
166
Ídem, p. 313.
134
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Esta posibilidad parecería irrealizable si se tiene en cuenta que una buena parte
de las críticas que se dirigieron contra Kuhn consistía en la acusación de
‘irracionalidad’: parecía que Kuhn, al centrar la atención en los aspectos
sociológicos de la actividad científica, no dejaba lugar para una verdadera
racionalidad científica.
167
STEGMÜLLER, W., The Structure and Dynamics of Theories, Springer, New York-Heidelberg-
Berlín, 1976. Esta obra está íntegramente dedicada a construir una teoría de la racionalidad
científica sobre la base de la obra de Kuhn. El original en alemán es de 1973, y forma parte de una
amplia obra en varios volúmenes publicados a partir de 1969.
168
La obra de J. D. SNEED utilizada por Stegmüller es The logical structure of mathematical
physics, Reidel, Dordrecht-Boston, 1971.
135
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
136
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Stegmüller es que las tesis principales de Kuhn pueden ponerse de acuerdo con la
interpretación de la ciencia como empresa racional.169
Para fundamentar esa afirmación, Stegmüller intenta localizar cuáles son los
aspectos de la obra de Kuhn que parecen dar pie a una interpretación ‘irracional’
de la ciencia. Esos aspectos son principalmente los dos siguientes. En cuanto a la
‘ciencia normal’, Kuhn sostiene que el paradigma compartido por el grupo
científico no se discute a pesar de que puedan encontrarse fallos en sus
aplicaciones experimentales —se trata, en lenguaje más técnico, de la ‘inmunidad
de las teorías frente a las posibles refutaciones empíricas’—. Por lo que se refiere
a la ciencia extraordinaria — las llamadas ‘revoluciones científicas’—, Kuhn afirma
que el paradigma antiguo es sustituido por el nuevo sin necesidad de apelar al
veredicto de la experiencia, de modo inmediato, y además que ambos paradigmas
no pueden compararse estrictamente —son “inconmensurables” — por lo que no
puede hablarse propiamente de progreso científico en las revoluciones.
Estas son, según Stegmüller, las “lagunas de racionalidad” que parece presentar
la postura de Kuhn,170 que va a intentar llenar con su interpretación mostrando
cómo pueden compaginarse las afirmaciones de Kuhn con el carácter racional de
la actividad científica. En resumen, Stegmüller afirma que:
“Kuhn tiene razón en casi todos los puntos esenciales frente a sus
críticos. Con ayuda de los conceptos de teoría, del disponer de una
teoría y de relación entre teorías, que se esbozan a continuación, se
tratará de mostrar que podemos adquirir una comprensión lógica de los
procesos descritos por Kuhn que llega, en todo caso, tan lejos como
169
STEGMÜLLER, W., Hauptströmungen der Gegenwartsphilosophie. Eine kritische einführung,
Band II, Alfred Kröner, Stuttgart 1975, p. 507. El capítulo V de esta obra (pp. 483-534) está
dedicado al tema que nos ocupa, y en él expone Stegmüller las ideas básicas de su postura sin
formalismo matemático, utilizando un lenguaje intuitivo).
170
Ídem, p. 508.
137
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
171
STEGMÜLLER, W., Dinámica de teorías y comprensión lógica, Teorema 4 (1974), Valencia, n.
4, p. 157.
172
STEGMÜLLER, W., The structure and dynamics of theories, op. cit., p. 4
173
STEGMÜLLER, W., Hauptströmungen der Gegenwartsphilosophie, op. cit., p. 510.
138
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
174
STEGMÜLLER, W., Dinámica de teorías y comprensión lógica, op. cit., p. 518.
139
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
175
Ídem, pp. 518-519.
176
Ídem, p. 520.
140
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
177
STEGMÜLLER, W., Hauptströmungen der Gegenwartsphilosophie, op. cit., pp. 510-514.
178
Ídem, p. 515.
141
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
179
STEGMÜLLER, W., Dinámica de teorías y comprensión lógica, op. cit., p. 526.
142
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
180
Ídem, p. 528.
143
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Por otra parte, puede hablarse de un progreso en la ciencia normal, tanto lógico-
teórico —mediante las ampliaciones del núcleo teórico—, como empírico —
mediante la ampliación del ámbito de aplicaciones—; y también puede hablarse
análogamente de retroceso.183
Con ello, el científico normal parece adquirir un estatuto mucho más racional de lo
que podía pensarse a primera vista según la explicación de Kuhn. Además, otra
consecuencia importante es que:
181
STEGMÜLLER, W., The Structures and Dynamics of Theories, op. cit., pp. 158-159.
182
STEGMÜLLER, W., Hauptströmungen der Gegenwartsphilosophie, op. cit, p. 516.
183
Ídem, p. 517.
184
STEGMÜLLER, W., Dinámica de teorías y comprensión lógica, op. cit., pp. 533-553.
185
Ídem, p. 534.
144
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Stegmüller concibe la ciencia normal como una actividad en la que se utiliza una
estructura matemática fundamental como base del trabajo, y esa estructura, por su
propia naturaleza, no puede ser contradicha por la experiencia: el científico normal
no realiza ningún esfuerzo para ‘inmunizar’ la teoría frente a la experiencia, sino
que simplemente actúa de acuerdo con la naturaleza de las teorías que utiliza.
145
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Stegmüller admite que en las revoluciones científicas hay una cierta dosis de
irracionalidad, pero intenta localizarla exactamente y llenar en lo posible la laguna
de racionalidad. Para ello, comienza advirtiendo dónde no se encuentra tal laguna:
186
Ídem, p. 535.
187
STEGMÜLLER, W., Hauptströmungen der Gegenwartsphilosophie, op. cit., p. 525.
146
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
La exigencia del mencionado paso crítico (o sea, de las circunstancias en que una
teoría debería abandonarse) es irrealizable porque, como se ha visto, por muchos
datos experimentales que pueda haber contra una determinada teoría, eso
solamente significaría el fracaso de muchas ampliaciones de su núcleo, pero
nunca bastará para mostrar que no se pueda dar en el futuro una ampliación del
núcleo que conduzca al éxito190.
188
Ibídem, p. 524.
189
STEGMÜLLER, W- Dinámica de teorías y comprensión lógica, op. cit., p. 544.
190
Ídem, p. 541-542.
147
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Esa laguna va a ser llenada apelando, por una parte, al concepto kuhniano de
‘progreso no teleológico’, y por otra, mediante el recurso a la noción de ‘reducción
de teorías’. Como vimos en la postura de Kuhn, en la ciencia podría hablarse —
análogamente a lo que sucedería en la teoría de la evolución darwinista— de un
progreso no teleológico, o sea, no orientado hacia un final absoluto y definitivo —
como sería obtener una ‘concepción verdadera’ de la naturaleza—: de este modo
se abandona la referencia a una ‘verdad objetiva’ que todavía estaba presente en
la obra de Popper. Por lo tanto, al examinar el posible progreso que se da en las
revoluciones científicas, en primer lugar habría que renunciar a la idea de un
acercamiento progresivo hacia una verdad objetiva plena. Stegmüller recoge estas
consideraciones de Kuhn y las aprueba, planteando desde esa perspectiva el
problema final e indicando su solución:
191
Ídem, p. 543.
148
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
pero esto indica simplemente que los núcleos estructurales de ambas teorías son
diferentes. Sin embargo, puede hablarse de teorías comparables bajo otro punto
de vista, o sea, bajo el punto de vista del ‘rendimiento’ de una teoría:
192
Stegmüller expone su tratamiento técnico acerca de esta cuestión en The Structure and
Dynamics of Theories, op. cit., pp. 127-133.
193
STEGMÜLLER, W., Dinámica de teorías y comprensión lógica, op. cit, p. 544.
194
STEGMÜLLER, W., Hauptströmungen der Gegenwartsphilosophie, op. cit., p. 529.
149
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
195
STEGMÜLLER, W., The Structure and Dynamics of Theories, op. cit., pp. 249-250.
196
Ídem, pp. 250-252.
150
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
197
Ídem, pp. 14 y 258.
198
Ídem, p. 226.
199
Ídem, p. 234.
200
STEGMÜLLER, W., Dinámica de teorías y comprensión lógica, op. cit., p. 549.
151
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
201
Ídem, pp. 549-550.
152
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
202
Ibídem, p. 238.
153
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Stegmüller explica que su postura podría ser quizás calificada como una variante
del ‘instrumentalismo’, en cuanto que abandona la suposición de que una teoría
pueda ser verdadera o falsa, puesto que sólo las proposiciones pueden ser
verdaderas o falsas y una teoría no consiste en un conjunto de proposiciones.203
Pero si a esto añadimos la observación —que acabamos de recoger— de que
todo conocimiento empírico es conjetural, el instrumentalismo parece inevitable en
su sentido pleno.
203
Ídem, p. 255.
154
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
155
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
204
Ibídem, p. 259.
156
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
205
Ídem, p. 262.
206
Ídem, pp. 168-170 y 193-195.
157
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
207
Ídem, pp. 218-219.
158
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Vamos a considerar ahora una nueva tentativa que parece situar el problema en
un nuevo enfoque más satisfactorio, al englobar la racionalidad científica en el
contexto más amplio de la racionalidad de las empresas intelectuales y en general
de las empresas colectivas: esta tentativa, realizada por Toulmin, pretende
explícitamente superar los planteamientos que hasta ahora hemos considerado,
pero en definitiva se encuentra también inficionada por la carencia de una
adecuada teoría del conocimiento que haga posible plantear adecuadamente la
caracterización del conocimiento científico.
208
TOULMIN, S., La comprensión humana, volumen I: El uso colectivo y la evolución de los
conceptos, 3ª edición, Alianza Editorial, Madrid, 2003, p. 11.
159
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Por otra parte, Toulmin intenta situar los problemas en el ámbito de las actividades
humanas tal como de hecho se dan: el conocimiento se considera dentro de los
objetivos de determinadas ‘empresas’ colectivas —la actividad científica es una de
tales empresas—, y el valor de los conceptos y en general del conocimiento se
mide en función de la realización de esos objetivos. Por tanto, el enfoque de
Toulmin tiene en cuenta aspectos importantes que estaban descuidados en las
posturas que hasta ahora hemos examinado.
“La tesis central de este volumen fue presentada por primera vez en mi
anterior libro, Los usos de la argumentación (1958). Dicha tesis puede
resumirse en una sola convicción profundamente arraigada: que, en la
ciencia y en la filosofía por igual, la preocupación exclusiva por la
sistematicidad lógica ha resultado destructiva para la comprensión
histórica y la crítica racional. Las nociones fundamentales son las de
‘adaptación’ y ‘exigencia’, más que las de ‘forma’ y ‘validez’. El
programa filosófico que aquí proponemos deja de lado todos estos
supuestos, para patrocinar esquemas de análisis que son al mismo
tiempo más históricos, más empíricos y más pragmáticos”.209
209
Ídem, pp. 11-12.
160
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Este enfoque histórico y pragmático se dejará sentir de tal modo que, como
veremos, el problema de la verdad objetiva del conocimiento quedará demasiado
a merced de los aspectos pragmáticos de las empresas cognoscitivas, con lo que
nuevamente encontraremos una postura en la cual la falta de una adecuada teoría
realista del conocimiento provocará deficiencias importantes de cara a la
valoración del conocimiento.
210
Ídem, p. 144.
161
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
En el texto recién citado aparece una distinción importante para situar la postura
de Toulmin: la distinción entre los aspectos de las empresas racionales
consideradas como ‘disciplinas’ o como ‘profesiones’:
211
Ídem, p. 153.
212
Ídem, p. 152.
162
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Y, desde el comienzo, Toulmin señala que se debe realizar esta tarea examinando
el desarrollo real de las actividades cognoscitivas, afirmando que si se prescinde
del estudio de los procedimientos científicos e históricos se cae en una concepción
de la epistemología que es inadmisible: hay que liberarse de la tentación de
concebir la epistemología como una disciplina autónoma que tuviera unos
problemas propios que estudiar.215
Por otra parte, Toulmin declara inadmisibles lo que él llama ‘los tres axiomas de la
tradición del siglo XVII’, que seguirían inficionando en la actualidad los estudios
acerca de la comprensión humana. Estos tres axiomas que hay que rechazar son:
la existencia de un orden fijo en la naturaleza y de unos principios también fijos del
entendimiento humano; la distinción entre la materia inerte y la conciencia
totalmente distinta de la materia que sería la sede de las funciones mentales
superiores; y la consideración de las demostraciones geométricas como patrón de
todo conocimiento válido216. Puede así advertirse ya que el planteamiento de
213
Ídem, pp. 22-23.
214
Ídem, p. 27.
215
Ídem, pp. 25, 27 y 28.
216
Ídem, p. 29-30. Toulmin critica estos tres supuestos en las pp. 29-41.
163
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Toulmin señala a Descartes y Locke como la fuente de los ‘tres axiomas’ que
critica, y en eso no le falta la razón: las pretensiones racionalistas de establecer
principios del entendimiento y métodos demostrativos basándose en unas
consideraciones ideales desligadas de las condiciones reales del conocimiento
deben ser abandonadas. Pero, al mismo tiempo que rechaza los elementos
racionalistas, Toulmin rechaza otros elementos que no lo son, y que además son
imprescindibles para una comprensión adecuada de la realidad: la existencia de
un orden en la naturaleza y de una inteligencia humana que está por encima de
las condiciones puramente materiales —y que es capaz de captar el orden
natural— no están directamente relacionadas con el racionalismo, aunque
accidentalmente pueden estarlo en determinados autores, y se trata de realidades
indispensables para plantear adecuadamente una teoría realista del conocimiento.
217
Ídem, p. 177.
164
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Toulmin insiste una y otra vez en el valor relativo de los conceptos y en su sentido
instrumental; respecto a la ciencia, Toulmin hace suya la afirmación de
Wittgenstein de que las leyes científicas se refieren a los objetos del mundo, pero
de tal modo que las teorías en sí no nos dicen nada acerca del mundo, lo cual
difícilmente podrá conciliarse con una postura realista. En concreto, Toulmin
afirma:
Esto requiere matizaciones. Parece que, como tantos otros autores, Toulmin
centra su atención en las elaboraciones teóricas sistemáticas de las ciencias
formalmente más desarrolladas, donde efectivamente se da un uso bastante
instrumental de muchos conceptos: pero de ahí no se pueden extraer
consecuencias generales respecto al conocimiento científico sin más, ya que ese
conocimiento tiene básicamente un sentido realista. De hecho, Toulmin hace notar
en sus explicaciones que se refiere a teorías generales abstractas, pero de ahí da
un salto injustificado al conocimiento científico como tal en toda su extensión.
218
Ídem, p. 182.
165
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Puede advertirse todo esto en las siguientes afirmaciones que Toulmin expone
con un alcance general:
219
ídem, p. 181.
166
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Toulmin parece oponer dos concepciones que serían excluyentes: o bien se está
dispuesto a abandonar cualquier concepto, o bien se admite un ‘único sistema
universal de pensamiento’ incorregible. Pero esa alternativa es falsa, y el concepto
de racionalidad a que da lugar es altamente insatisfactorio. De nuevo la postura de
Toulmin parece demasiado condicionada por su reacción frente a un racionalismo
rígido, hasta el punto de caer en un pragmatismo igualmente rígido en el que la
disposición a cambiar los conceptos parece un valor superior a la verdad.
Una gran parte del estudio de Toulmin que estamos analizando se centra en
amplias consideraciones acerca de diversas características de las ‘empresas
racionales’, tanto en su aspecto ‘disciplinar’ como en el ‘profesional’, y muchas de
las observaciones que recoge son interesantes para conseguir situar los
problemas del conocimiento en su contexto real. Es éste un punto que Toulmin
subraya y que ciertamente es importante, puesto que con demasiada frecuencia
220
Ídem, p. 199.
167
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
La contrapartida es que Toulmin acentúa tanto los aspectos sociológicos que los
problemas del conocimiento parecen quedar demasiado relativizados e incluso
diluidos dentro del contexto de las actividades humanas. Podemos señalar que
Toulmin considera inalcanzable formular un ‘criterio de demarcación’ que separe
definitivamente a la ciencia de la metafísica, la teología y la ideología, por el
motivo de que los objetivos de las disciplinas intelectuales —junto con todos sus
conceptos y teorías— están sujetos a desarrollo histórico.221 Vemos así cómo no
llega a alcanzarse la suficiente profundidad como para enfocar adecuadamente
esta importante cuestión, ya que el carácter histórico de toda actividad humana no
basta para afirmar la relatividad de sus objetivos y contenidos. Al tratar de esta
cuestión, Toulmin vuelve sobre el tema de la racionalidad, y hace su pensamiento
más explícito:
221
Ídem, pp. 259-260.
222
Ídem, p. 261.
168
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
169
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Vamos a examinar ahora este último aspecto, a propósito del cual Toulmin critica
las posturas de Popper, Feyerabend, Lakatos y Kuhn.
223
Ídem, p. 479.
224
Ídem, p. 479.
170
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
racionalidad’, subrayando una vez más que la racionalidad no tiene nada que ver
con las demostraciones formales de la lógica.
Por lo que a Kuhn se refiere, Toulmin afirma que su postura oscila —según cómo
se interprete— entre el relativismo y el logicismo abstracto.228 Hay que advertir
que Toulmin ha criticado anteriormente a Kuhn con cierta amplitud, distinguiendo
225
Ídem, pp. 481-482.
226
Ídem, p. 482.
227
Ídem, pp. 483-484.
228
Ídem, pp. 484-485.
171
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
229
Ibídem, pp. 109-139.
230
Ibídem, p. 286.
231
Ibídem, p. 288.
172
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Pero es inútil que esperemos una mejor clarificación de este problema. Toulmin no
la proporciona, y es que sería imposible hacerlo. Lo único que Toulmin hace a
partir de este punto es repetir los inconvenientes que trata de superar, pero poco
puede decir acerca de su solución positiva. Insiste en que trata de evitar tanto el
relativismo, según el cual cada sistema conceptual sería totalmente autónomo en
la actividad para la que se utiliza, como el absolutismo según el cual se intentará
imponer desde fuera un criterio único para valorar cualquier sistema conceptual —
su problema, desde luego, es cómo evitar el relativismo, puesto que su postura se
aparta claramente de lo que él llama ‘absolutismo’—.
232
Ídem, p. 487.
173
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
233
Ídem, p. 489.
174
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
234
Ídem, pp. 490-491.
235
Ídem, p. 501.
175
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
en el ámbito del desarrollo concreto de las mismas: sólo parece posible concluir
que el concepto de ‘racionalidad’ en Toulmin acaba siendo un concepto
prácticamente vacío de contenido. Toulmin se limita a seguir afirmando que las
‘apuestas racionales’ son decisiones que se toman por ‘razones de fondo’ y que
están sujetas siempre a revisión ‘a la luz de la experiencia’, y lo hace de una
manera tan general que sus orientaciones parecen imposibles de aplicar:
“Sólo hay una base sobre la cual nuestros juicios sobre ‘racionalidad’ y
‘méritos’ conceptual puedan ser verdaderamente imparciales. Es la que
toma en cuenta la experiencia que los hombres han acumulado al
enfrentarse con los aspectos importantes de la vida humana —
explicativos o judiciales, médicos o tecnológicos— en ‘todas’ las
culturas y periodos históricos”.236
236
Ídem, p. 505.
176
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Todo ello contribuye a que el enfoque de Toulmin evite una buena parte de las
dificultades que hemos señalado en los autores precedentes: el contexto en el que
sitúa los problemas es amplio y bastante relacionado con el desarrollo real de las
disciplinas intelectuales. Por este motivo, su postura tiene menos ambiciones
inmediatas —lo cual no es, evidentemente, ningún defecto— y es más equilibrada
que las anteriores expuestas.
Sin embargo, sigue notándose la falta de una teoría realista del conocimiento:
como hemos visto, el modo en que Toulmin rechaza el racionalismo —con razón—
le lleva a rechazar al mismo tiempo —sin razón— la posibilidad de una tal teoría
realista, con lo que sus consideraciones quedan básicamente a merced de los
factores sociológicos.
177
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
178
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Las posturas que hemos examinado hasta ahora presentan una dificultad básica
que es la raíz de muchas otras: cómo pueden compaginarse las teorías de la
ciencia y de la racionalidad que proponen con el sentido realista que, sin duda,
tiene la actividad científica. Popper se declara realista, admitiendo que la ciencia
tiende hacia el conocimiento de una realidad objetiva y que su meta es la verdad,
pero su epistemología se desarrolla de un modo incompatible con el realismo que
profesa; otros autores critican las pretensiones realistas o, al menos, proponen
planteamientos que las hacen imposibles. No es extraño que el problema de la
racionalidad, planteado en este tipo de contextos, no encuentre formulaciones ni
soluciones adecuadas.
179
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
237
BUNGE, M., La investigación científica. Su estrategia y su filosofía, Ariel, Barcelona, 1976, p.
930.
238
Ídem.
180
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
En primer lugar, afirma Bunge que la experiencia es ‘una piedra de toque’ de las
teorías y procedimientos factuales. La ‘contrastabilidad empírica’ sería una
característica exclusiva de las teorías científicas. De este modo, la ciencia queda
constituida como conocimiento privilegiado precisamente porque, en base a la
contrastabilidad empírica de sus afirmaciones, puede probar su valor de verdad.
Pero, por otra parte, cuando se considera en concreto esa contrastabilidad, Bunge
ha de reconocer que se trata de un asunto muy complejo, de modo que acaba
señalando que:
Pero las condiciones que se ponen —y que sólo bastarían para obtener
conclusiones ‘claras’— implican no sólo limitar el valor de la contrastación
empírica, sino negar de hecho que gracias a ella puedan obtenerse valoraciones
acerca de la verdad de las afirmaciones científicas. Bunge examina expresamente
esta objeción y la niega de un modo totalmente insatisfactorio, porque se basa —
según él— en los presupuestos irracionales siguientes: que habría de dar pruebas
concluyentes de la verdad o falsedad completas de las teorías, y que la
experiencia habría de ser criterio absoluto para valorar las teorías.
Con ello evita plantear el fondo del problema: admite que la contrastación empírica
ha de ser completada con contrastaciones no empíricas, admite que para realizar
la contrastación se han de admitir proposiciones e incluso teorías enteras como si
fueran verdaderas sin saber realmente si lo son o no, y a pesar de ello sigue
afirmando que la contrastación empírica proporciona valores de verdad; la
239
Ídem, p. 916.
181
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Intentaremos ahora explicar la situación con mayor claridad, llegando al fondo del
planteamiento de Bunge. ‘Contrastabilidad’ significa de modo amplio que las
hipótesis y teorías deben poderse confirmar o refutar mediante la experiencia.
Pero en la ciencia, la experiencia no es la simple observación ordinaria, sino la
experimentación planeada y realizada con la ayuda de teorías: entonces, una
contrastación empírica rigurosa exigiría que se contrastasen previamente todas las
teorías que se dan por supuestas en un experimento determinado, lo cual es
sencillamente imposible, pues daría lugar a un proceso sin fin —cada teoría, para
ser contrastada, exige experimentos planeados de acuerdo con otras teorías, y así
sucesivamente—. Además, cada experimento se realiza dentro de unas
condiciones muy concretas, por lo cual no se podría afirmar nada acerca de lo que
sucedería si se volviese a repetir —incluso bajo las mismas condiciones— en el
futuro, ya que para ello hay que afirmar el valor de un principio de inducción que
no es el resultado de la pura experiencia.
182
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Bunge está condicionado por la tesis popperiana (la ‘actitud racional’) según la
cual todo conocimiento ha de ser revisable y provisional, por lo que considera que
cualquier enunciado debe estar sometido a ulteriores rectificaciones: pero con ello
hace imposible que se pueda hablar nunca de la verdad de modo concreto. Una
afirmación suya es muy clara al respecto, y es la siguiente:
240
Ídem, p. 22.
183
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Lo dicho basta para advertir los errores que existen tras la segunda afirmación de
Bunge que pretendíamos examinar: que no puede haber certeza en los
conocimientos de hechos. Bunge afirma esto —como hemos visto— como una
segunda tesis que toma del empirismo. Efectivamente, se trata de una afirmación
típica del empirismo, pero falsa, ya que no hay motivos serios para poner en duda
de modo general todo nuestro conocimiento acerca de los hechos reales.
184
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Este fallo es advertido por muchos autores —el mismo Popper, y Toulmin, por
ejemplo— que sin embargo no llegan a replantear positivamente la cuestión, ya
que continúan sosteniendo el carácter necesariamente conjetural de todo
conocimiento acerca de la realidad. No queda más que un camino para poder
hablar de la verdad del conocimiento: rechazar el empirismo. Esto no significa en
modo alguno que se menosprecie el papel fundamental que la experiencia
desempeña en la génesis, desarrollo y valoración del conocimiento humano:
significa, en cambio, renunciar a los planteamientos empiristas derivados de
Descartes y Hume con sus exigencias arbitrarias y sus consideraciones parciales
de lo que es la experiencia.
185
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Es claro que Bunge tiene razón en las conclusiones precedentes. Pero es también
claro que estas afirmaciones son incompatibles con otras en las cuales —como
hemos visto— da por supuesto que puede realizarse la contrastación empírica en
la ciencia sin ningún problema, y en base a ello afirma que las ciencias
experimentales son el modelo de todo conocimiento válido: podría decirse que en
este tipo de afirmaciones habla ‘menos estrictamente’, pero se trata de
conclusiones acerca del valor general de los distintos tipos de conocimiento, por lo
cual sería necesario matizarlas con todo rigor, puesto que al no hacerlo se induce
expresamente a admitir conclusiones que son falsas y que tienen gran
importancia.
241
Ídem, p. 306.
186
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Algo semejante ocurre con el concepto de ‘verdad’ que Bunge utiliza ampliamente
para caracterizar el conocimiento científico. Cuando intenta precisar ese concepto
surgen graves dificultades, y entonces aparecen con toda claridad las
consecuencias del planteamiento básico:
“Si, pues, fingimos saber lo que quiere decir que una determinada
proposición referente a un determinado hecho observable es verdadera,
podemos preguntarnos por la verdad de las generalizaciones
empíricas”.243
En efecto, Bunge establece una distinción entre la ciencia y cualquier otro tipo de
conocimiento de tal manera que la ciencia es considerada como el modelo
privilegiado de acceso a la realidad —que debe ser imitado por toda pretensión
242
Ídem, p. 869.
243
Ibídem.
187
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
cognoscitiva, también por la filosofía—, pero ello se apoya sobre los conceptos de
‘contrastabilidad empírica’ y ‘verdad’, que —debido a los condicionamientos
empiristas— resultan altamente insatisfactorios. Bunge afirma que:
Puede situarse así en su adecuado contexto el tercer rasgo que Bunge afirma
admitir del empirismo: que la filosofía debe adoptar el método y los criterios de la
ciencia. De nuevo puede resultar ilustrativo recoger una conclusión de Bunge al
respecto que muestra el contexto de su afirmación:
244
Ídem, p. 29.
245
Ídem, pp. 24-27.
246
Ídem, pp. 20-21.
188
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
puede ser dogmático, pero vale la pena intentarlo para ver su cambia la
situación de la filosofía”.247
247
Ídem, p. 244.
248
Ídem, p. 243.
189
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Por otra parte, calificar la ciencia como ‘la más lograda experiencia humana’ es
arriesgado y equívoco, y con esta afirmación Bunge pone una vez más de relieve
el cientificismo ingenuo que subyace a toda su postura, y que le lleva a sostener
que:
249
Ídem, p. 243.
190
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
250
Ídem, p. 19.
251
Ídem, p. 51.
191
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
192
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Hemos visto también cómo apoya el valor del conocimiento científico sobre una
concepción de la contrastabilidad que posteriormente se revela insostenible según
sus propias afirmaciones. En cuanto a esto, no es difícil advertir que la actitud
científica tal como Bunge la expone no responde a una caracterización adecuada
de la ciencia. En efecto, aunque en la ciencia se emplea frecuentemente el
método hipotético-deductivo, puede afirmarse que el conocimiento científico en
muchas ocasiones proporciona afirmaciones acerca de la realidad que no son
conjeturales sino ciertas: Bunge centra su atención en los sistemas teóricos de las
ciencias más desarrolladas, de modo que las afirmaciones particulares quedan
enteramente englobadas dentro de tales sistemas, y todo conocimiento científico
resulta tener un valor hipotético, pero —sin negar que las leyes experimentales
adquieren su sentido pleno dentro de sistemas teóricos— puede afirmarse
frecuentemente el valor propio de muchas afirmaciones verdaderas (dentro de
ciertos límites) acerca de la realidad. Gran cantidad de leyes científicas pueden
afirmarse como ciertas dentro de un ámbito y de unas condiciones determinadas.
193
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Lo que Bunge define y defiende como ‘actitud científica’, en lo que tiene de válido,
no es más que la ‘actitud de razonabilidad’ tal como puede comprenderse y
adoptarse sin pensar siquiera en la ciencia: la prudencia en el juicio, la apertura
mental, el respeto a las opiniones ajenas, el rigor del pensamiento, y otras
cualidades semejantes, son actitudes deseables ciertamente que en sí mismas no
tienen una relación de dependencia respecto a la ciencia experimental, y que
deben ser cultivadas en la ciencia así como en toda actividad personal o colectiva.
194
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
252
Ídem, p. 720.
253
Ídem, p. 319-327.
195
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
sólo queda una caricatura de la ciencia que es un conjunto de técnicas sin sentido
real con una finalidad pragmática.
Bunge no admite esta conclusión, pero —como sucede con Popper— para evitarla
habría de rehacer toda su visión metodológica de la ciencia y admitir una teoría del
conocimiento con base metafísica; su rechazo de la metafísica propiamente dicha,
debido a su visión empirista y cientificista, le impide sentar las bases necesarias
para poder hablar con sentido acerca de la verdad en la ciencia.
Por último, hay que advertir que si la ciencia real se ajustara a la visión
instrumentalista, automáticamente se reducirían enormemente sus dimensiones y
su mismo progreso, ya que el progreso científico depende realmente de que se
admita la posibilidad de alcanzar de hecho la verdad objetiva.
254
Ídem, p. 21.
196
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
255
Ídem, p. 57.
197
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
198
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
ARTIGAS, M., Karl Popper: búsqueda sin término, Editorial Magisterio Español, Madrid,
1979.
CARNAP, R., La superación de la Metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje (en
AYER, A. J., El positivismo lógico, Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1978).
FEIGL, H., The Scientific Outlook: Naturalism and Humanism (en H. FEIGL y M.
BRODBECK, Reading in the Philosophy of Science, Appleton Century Crofts, New York,
1953).
FEIGL, H., y BRODBECK, M., Reading in the Philosophy of Science, Appleton Century
Crofts, New York, 1953.
199
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
FEYERABEND, P. K., Filosofía de la ciencia: una materia con un gran pasado, Teorema 4
(1974), nº 1.
HOWSON, C., Method and appraisal in the physical sciencies. The critical background to
modern science. 1800-1905. Cambridge University Press, Cambridge, 1976.
200
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
KUHN, T. S., Consideración en torno a mis críticos (en LAKATOS, I., y MUSGRAVE, A.,
La crítica y el desarrollo del conocimiento, Grijalbo, Barcelona, 1975).
KUHN, T. S., Notas sobre Lakatos (en LAKATOS, I., y MUSGRAVE, A., La crítica y el
desarrollo del conocimiento, Grijalbo, Barcelona, 1975).
LAKATOS, I., Popper on Demarcation and Induction, p. 252 (en SCHILPP, P. A., The
Philosophy of Karl Popper, op. cit.).
LAKATOS, I., La historia de la ciencia y sus reconstrucciones racionales (en LAKATOS, I.,
y MUSGRAVE, A., La crítica y el desarrollo del conocimiento, Grijalbo, Barcelona, 1975).
LAKATOS, I., Popper on Demarcation and Induction, en la obra colectiva The Philosophy
of Karl Popper, editada por P. A. SCHILPP).
MACH, E., The analysis of sensations and the relation of the physical to the psychical,
Forgotten Books, Londres, 2012.
MARTÍN SANTOS, L., et. al., Simposio de Burgos. Ensayos de Filosofía de la Ciencia, en
torno a la obra de Sir Karl R. Popper, Tecnos, Madrid, 1970.
MASTERMAN, M., La naturaleza de los paradigmas (en LAKATOS, I., y MUSGRAVE, A.,
La crítica y el desarrollo del conocimiento, Grijalbo, Barcelona, 1975).
201
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
NEURATH, O., Sociología en fisicalismo (en AYER, A. J., El positivismo lógico, Fondo de
Cultura Económica, Madrid, 1978).
POPPER, K., Búsqueda sin término: una autobiografía intelectual, Tecnos, Madrid 1977.
POPPER, K., La ciencia normal y sus peligros (en la obra colectiva, editada por I.
LAKATOS y A. MUSGRAVE, La crítica y el desarrollo del conocimiento, Grijalbo,
Barcelona, 1975).
POPPER, K., La sociedad abierta y sus enemigos, Paidós, Buenos Aires, 1977.
POPPER, K., Replies to my critics, (en SCHILPP, P. A., The Philosophy of Karl Popper,
Open Court, La Salle (Illinois), 1974 (2 volúmenes)).
POPPER, K., y ECCLES, J., The self and its brain: an argument for interactions, Springer,
Berlín-Heidelberg-London-New York, 1977.
SCHILPP, P. A., The Philosophy of Karl Popper, Open Court, La Salle (Illinois), 1974 (2
volúmenes).
SCHLICK, M., El viraje de la filosofía (en AYER, A. J., El positivismo lógico, Fondo de
Cultura Económica, Madrid, 1978).
SCHLICK, M., Positivismo y realismo (en AYER, A. J., El positivismo lógico, Fondo de
Cultura Económica, Madrid, 1978).
202
EL CÍRCULO DE VIENA Y LOS NUEVOS PARADIGMAS DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
203