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EL Paseo Pintoresco
Para acercarnos a la estética Pintoresca, podemos analizar la obra Richard Serra, Cuando
Robert Smithson fue a ver Shift comentó sus cualidades pintorescas. Las primeras
definiciones de lo pintoresco, que se remiten en su totalidad al origen etimológico del
término, es decir, al universo de la pintura. Richard Serra siempre quiso desterrar la calidad
pictórica de sus esculturas. Cuando habla de sus Propias Piezas, critica que éstas todavía
contengan apuestas pictóricas (la utilización de un muro de fondo), porque este tipo de remi-
niscencias cambia el significado de la obra (determinado por la manera como se han hecho.
Serra juzga con severidad la deuda con la pintura de un gran número de obras basadas en la
dispersión de materiales sobre el suelo y que aparecieron, a finales de la década de 1960, como
una crítica al minimalismo en la que él participó: En este caso, la extensión hacia los lados
permite que la escultura sea vista de forma pictórica; es decir, como si el suelo constituyese el
plano del cuadro. No es casual que la mayoría de las trabajos estén fotografiadas desde arriba",
"Lo que la mayoría conoce como Spiraljetty comenta Serra, es una imagen tomada desde un
helicóptero. La obra real no tiene en absoluto este carácter gráfico, Si se reduce la escultura al
plano de la fotografía, se niega la experiencia temporal de la obra. No sólo se reduce la escala
de la escultura con el fin de adecuarla al consumo, sino que, además, se niega el contenido real
de la obra.
Es sabido que el soporte cinematográfico le pareció más adecuado para explicar Spiraljetty, ya
que éste incorpora el movimiento, pero esta animadversión hacia la fotografía aérea nos
sumerge en el corazón de la experiencia de lo pintoresco. ¿Por qué esta hostilidad? Porque la
fotografía aérea proporciona una lectura gestaltísta de la obra, la reconstruye como la
actualización indiferente de un a priori compositivo . Sin embargo, toda la obra de Serra está
marcada por una voluntad de escapar de la teoría de la "buena forma" (y de su opuesta, con la
que juega, entre figura y fondo). Vean lo que dice del Rotaryarc: ya sea a pie o en coche, quien
gira alrededor de esta escultura "nunca puede asignar una lectura gestaltista a la multiplicidad
de las vistas. Su forma sigue siendo ambigua, indeterminada, inaprensible en tanto que entidad.
La multiplicidad de vistas es lo que destruye la fotografía aérea (punto de vista teológico por
excelencia), y la multiplicidad de vistas es la cuestión que plantea lo pintoresco, su nudo de
contradicción.
No sabía exactamente qué entendía por ello. Nunca hablaba de la forma de esta obra. Creo que
quería decir que, a través de la obra, se experimenta el paisaje como algo pintoresco. Esta
interpretación por parte de Serra de las palabras de Smithson se basa sobre uno de los tugares
comunes de la teoría del jardín pintoresco: “no forzar la naturaleza sino revelar las capacidades
del lugar, y magnificar su variedad y singularidad”. Eso es, precisamente, lo que hará Serra: "El
lugar es re-definido y no representado. La disposición de los elementos escultóricos en el
campo abierto atrae la atención del espectador sobre la topografía del paisaje cuando lo reco-
rre. A partir de Shiftyen todas sus esculturas del paisaje posteriores, Serra insiste en que el
espectador, cuando camine en la escultura, descubra el carácter informe del terreno: la
escultura "subraya la indeterminación del paisaje. Los elementos escultóricos funcionan como
barómetros para leer el paisaje. O también: Es la dialéctica entre recorrer y mirar el paisaje lo
que fundamenta la experiencia de la escultura.
Sin embargo, el comentario de Smithson va más allá, y que este comentario aclara toda la obra
de Serra posterior a 1970; es decir, a partir del momento en que se interesa por el espacio
deambulatorio y la visión peripatética, a raíz de un viaje a Japón en el que admirará durante seis
semanas los jardines zen de Myoshinji. Toda la escultura de Serra, es decir, no sólo sus
esculturas paisajísticas sino también las que erige en entornos urbanos y las que realiza en el
interior de edificios. todo su trabajo se basa en la destrucción de las nociones de identidad y de
causalidad, todo su trabajo podría leerse como una extensión de lo que Smithson afirma de lo
pintoresco: Lejos de ser un movimiento interior de la mente, se basa en la tierra real, precede a
la mente en su existencia material externa. No podemos adoptar una visión unilateral del
paisaje en esta dialéctica. Un parque no puede ser visto ya como una cosa en sí misma, sino
más bien como un proceso de relaciones continuadas que existen en una región física; el
parque se convierte en 'una cosa para nosotros. Todo el trabajo de Serra, a pesar de lo que él
diga, se fundamenta en la deconstrucción de la noción de la escultura en sí misma.
Imagínese en Central Park hace un millón de años. Usted se encontraría de pie sobre una vasta
lámina de hielo, un muro glacial. En la década de 1850, Frederick Law Olmsted y CalvertVaux
contemplaron la consecuencia de la glaciación a lo largo de sus perfiles geológicos. La
construcción de la ciudad de Nueva York había interrumpido los pesados resultados de
aquellas láminas de hielo, estudiaron la topografía del lugar para su propuesta de parque
llamado "Greensward". vemos una fotografía del estado "previo" del emplazamiento, que
reharían a modo de escultura de tierra. Esta fotografía revela que la isla de Manhattan tuvo una
vez sobre ella un desierto sin arbolado y estéril.
Olmsted, añoraba el color verde como manto universal de la Naturaleza, quería los paisajes
asimétricos en medio del flujo urbano. Al interior de Brooklyn traería la exuberancia del paisaje
tropical alegre con flores e intrincado con parras y enredaderas, heléchos, juncos y plantas de
hoja ancha. Esto es como tener un jardín de orquídeas en una acera o en una fábrica. Los
contrastes físicos de Olmsted introdujeron una realidad rural en la metrópolis. Olmsted
construyó estanques, no se limitó a conceptualizarlos.
Los orígenes de la visión del paisaje de Olmsted se encuentran en la Inglaterra del siglo XVIII,
en busca de la Indagaciones filosófica sobre el origen de nuestras ideas de lo sublime y lo
bello, hasta llegar a lo pintoresco
En las teorías de Price y Gilpin, y a la respuesta de Olmsted a ellas, se encuentran los inicios de
una dialéctica del paisaje. Price y Gilpin proporcionan una síntesis con su formulación de lo
"pintoresco" que está relacionada con el azar y el cambio en el orden material de la naturaleza.
Las contradicciones del "pintoresquismo" parten de una visión formalista y estática de la
naturaleza. el pintoresquismo se basa en la tierra real; precede a la mente a su existencia
material externa.
No podemos adoptar una visión unilateral del paisaje en esta dialéctica. Un parque no puede
ser visto ya como "una cosa en sí misma", sino más bien como un proceso de relaciones
continuadas que existentes en una región física; el parque se convierte en una "cosa para
nosotros".
Las dialécticas de este tipo constituyen un modo de ver las cosas en una multiplicidad de
relaciones, no como objetos aislados. Para el dialéctico la naturaleza es indiferente a cualquier
ideal formal. Las condiciones de la naturaleza son inesperadas, los parques de Olmsted
permanecen como portadores de lo inesperado y de la contradicción en todos los niveles de la
actividad humana, sea social, política o natural.
"Su estudio [de Olmsted] nació de la observación de que Europa no podía ser nuestro modelo.
Debíamos tener algo mejor, pues era para todas las 'fases de la sociedad'. Los ricos, continuaba,
deberían ser inducidos a rodear el parque de villas, que habían de ser disfrutadas tanto como
los árboles por la gente humilde, pues 'gozan viendo edificios magníficos e imponentes'. Había
comenzado una especie de hipocresía norteamericana que reconciliaba las villas con la
democracia y el privilegio con la sociedad en general".8
El desarrollo continuo del Central Park como paisaje dialéctico queda documentado por la
fotografía que revela una sucesión de masas de tierra cambiantes dentro de los límites del
parque. La noción del parque como una entidad estática queda cuestionada por el ojo de la
cámara. La fotografía tiene la crudeza de un instante sacado del crecimiento continuo y la
construcción del parque, e indica una ruptura en la continuidad que sirve para reforzar una
sensación de transformación, notamos en esta fotografía que el desarrollo de la naturaleza se
fundamenta en lo dialéctico, y no en lo metafísico. (Smithson, Robert 2009)
La noción de paisaje nos sirve para entender la relación con los espacios naturales exteriores y
su proceso de su domesticación, a través de la acción del hombre Moderno, a través de la
jardinería, la pintura o la Arquitectura; pero también es útil para el advenimiento de una
nueva forma de experimentar la ciudad como una dialéctica entre lo natural y lo urbano.
Terrain Vague
El texto Terrain Vague, de Ignasi de Solà-Morales, se interesa por las áreas abandonadas, en
los espacios y edificios obsoletos e improductivos, a menudo indefinidos y sin límites
determinados, lugares a los aplica el vocablo francés de terrain vague. Frente a la tendencia
generalizada a "reincorporar" estos lugares a la lógica productiva de la ciudad
transformándolos en espacios reconstruidos, se reinvindica su valor de su estado de ruina e
improductividad y pueden manifestarse como ámbitos de libertad alternativos a la realidad
lucrativa imperante en la ciudad contemporánea. El término Terrain Vague forma parte de una
propuesta de análisis urbano alternativo a los modelos de origen estructuralista. Solà-Morales
plantea un acercamiento a la metrópolis contemporánea asimilable a un proceso de despliegue,
de diferenciación, de búsqueda de una información que a menudo no es cuantificable y escapa
a la lógica de los sistemas de análisis del urbanismo tradicional, un acercamiento que no intenta
violentar los presupuestos complejos, dinámicos, fragmentarios y a la vez continuos que
caracterizan a esta metrópolis. Para ello propone un sistema no exhaustivo y en continua
transformación. Que se convierte así en un instrumento de análisis de un urbanismo
entendido como "ciencia nómada", instrumentos cambiantes, imprecisos y aleatorios. (De Sola–
Morales 1995)
La deriva, era una técnica para desestabilizar los códigos culturales hegemónicos, oponerse a la
realidad y multiplicar la desorganización: Abrir el metro de noche, después de haber pasado el
último tren, dejar los jardines público abiertos de noche, a oscuras, etc. Los sujetos de la deriva
durante un cierto período abandonan su trabajo y sus actividades de ocio, dejándose absorber
por la atracción de un determinado lugar y por los encuentros que allí suceden. (McDonough,
Tomas 1996)
Presenta un manual para montar su aldea instantánea. que satisfaga las necesidades de los
visitantes autónomos, que se mezclan con el paisaje.
Los bosques del mundo pueden ser nuestros barrios residenciales mientras haya una gasolinera
en alguna parte.Existen remolques que son contenedores diseñados especialmente para
acoplarse a una furgoneta creando una especie de hibrido entre una caravana y una casa
rodante.
La casa tráiler es un contenedor móvil que se utiliza para vivir durante largos períodos de
tiempo; requiere un transporte de gran potencia. Este tipo de contenedores suelen adaptarse a
otros fines, para actividades artísticas, como sucursal bancaria, etc. Sólo hay que engancharlo
en el lugar escogido.Este tipo de poblaciones de casas tráiler son relativamente permanentes y,
por lo general, pretenden imitar en lo posible a los barrios residenciales serios.
La energía a corto plazo se seguirá obteniendo de baterías y bombas de gas. En lugares de paso
será necesaria una toma de corriente para obtener electricidad. las autocaravanas están
equipadas con un buscador que permite localizarlos en un radio de una milla; Las tomas de
corriente aumentarán los servicios de estas comunidades y serán lugares de trabajo, colegios,
universidades, bibliotecas, teatros, etc. sin el estorbo de los edificios, se construyen
convenientemente cuando se desea. Todo Londres y Nueva York podría estar en las cuencas
frondosas, los desiertos y las praderas y floridas del mundo.
Los arquitectos han sabido desde el primer momento que si lograban manejar el tiempo se
quedarían obsoletos. La gente está cada vez menos dispuesta a aceptar reglas impuestas y
pautas de conducta. Desarrollar un proyecto propio es importante.Sin embargo,
lamentablemente, en cuanto a realizar un proyecto propio está claro que la arquitectura no
funciona.
Como consecuencia del advenimiento de nuevos instrumentos de diseño y los nuevos valores
culturales, tras el episodio posmoderno, La tesis del ideal pintoresco ha revivido y está
plenamente vigente hoy en día. El mismo que ha permitido nuevas formulaciones adaptadas a
los problemas y a los valores actuales, este fenómeno ha ido creciendo desde 1973 , año de la
crisis energética, marcando el auge de una nueva sensibilidad medioambiental que afecta a la
vida cotidiana, la cultura y a la política ha arraigado modificando la percepción del entorno que
tenemos y el abandono de las actitudes hacia la predilección de los lenguajes y las metas de la
modernidad. Uno de los temas clave para entender esta transformación es el interés creciente,
con múltiples manifestaciones, por cuestionar la relación dialéctica entre naturaleza y artificio
heredada de la modernidad, por plantear una mayor afinidad o identificación entre ambos
conceptos, un interés que alcanza de lleno las prácticas artísticas y la arquitectura.
El prestigio del paisajismo como disciplina, capaz de producir una ciudad más acorde con las
demandas sociales que las prácticas del urbanismo, es un hecho por la difusión que esta
disciplina recibe en los medios profesionales arquitectónicos, hace dos décadas era por
completo invisible.
Observamos que el interés de la arquitectura moderna por los materiales artificiales se ha visto
afectado doblemente. La materialidad natural ha pasado a ser un campo de investigación
relevante. La introducción de materias naturales como materiales de construcción, las cubiertas
ecológicas, las fachadas verdes, así como las metáforas ambientales como desencadenantes
imaginarios de los proyectos está a la orden del día.
Territorios híbridos
La disolución de la oposición natural-artificial que observamos a todas las escalas, conlleva a
redescribir a través de la arquitectura, la posición del hombre contemporáneo frente al mundo.
Las "áreas de impunidad" son precisamente lugares en los que se produce de forma
excepcional esa condición ambigua, cuya definición como espacios públicos o espacios
naturales es imprecisa..
El Paisaje Dominante
Nos han acostumbrado a pensar la arquitectura en función del lugar, entendiendo que en él
podríamos encontrar las claves con las que abordar el proyecto. Muchas son las formas de
anclaje al lugar desarrolladas en las últimas décadas; Pero en los últimos años estamos
asistiendo a una transferencia significativa: todo lugar ha pasado a ser entendido como un
paisaje, sea natural o artificial, y éste ha dejado de ser ese fondo neutro sobre el que destacan
objetos artificiales arquitectónicos, para ser objeto de interés primario, foco de la atención del
arquitecto. Así, modificado el punto de vista, el paisaje pierde su inercia y pasa a ser objeto de
transformaciones posibles; es el paisaje lo que puede proyectarse, lo que deviene artificial.
Al mismo tiempo, la arquitectura inicia procesos aún difusos de pérdida de definición
tradicional, en los que es obvio un interés creciente por incorporar una cierta condición
naturalista, una búsqueda de una sensibilidad medioambiental y de una complejidad formal que
respondan con precisión a los nuevos valores de nuestra sociedad. El proyecto queda validado
en tanto que construya una completa redescripción del lugar; que proponga, ante todo, la
invención de una topografía. Se rescata, así una condición dominante del paisaje, que comienza
a abrirse paso, inexorablemente, que podríamos denominar como "espíritu de los tiempos".
Surge una nueva naturalidad de la profunda ambigüedad con la que la naturaleza, que se nos
presenta como objeto de conocimiento y de experiencia estética, como un conglomerado
híbrido y mestizo, entrópico, humanizado, confundido con el artificio, enroscado en un
magma turbulento, fluyente y azaroso. Paradójica conclusión: una nueva naturalidad sin
referencias naturales.
Una nueva naturalidad debiera partir de integrar esos espacios desregulados, darles voz y vida,
exigiendo siempre arquitecturas capaces de tener sentido, capaces de articular un sentido
inmediato y universal de la belleza, algo dotado de simplicidad e intensidad, que nunca
resultase insultante o prepotente. (Abalos y Herreros 2002)
Conclusiones
La Arquitectura que recoge los idearios Paisajista se nos presenta con una creciente
importancia al constituirse en una alternativa, al permitirnos una relación individual con el
territorio y tomar conciencia de la fragilidad ambiental, frente a los excesos racionalistas,
instrumentales de una Arquitectura moderna cómplice las expresiones de poder que promueve
una imagen unificadora y homogeneizadora.
La primera tiene que ver con el modo de establecer los límites, en una determinación subjetiva,
fruto de una decisión que nace del observador, del errático vagar del paseante, sin una jerarquía
visual establecida, sólo la producción de una experiencia especialmente visual. La segunda
característica del modo de ver paisajístico es su condición superficial, La percepción de la
superficie nos enfrenta con aquello que nos es accesible. Es la vía sensible por la que el sujeto
es capaz hacerse con el mundo .La tercera característica es la de incorporar el tiempo y el
movimiento a la experiencia del espacio. Como atributo esencial de la experiencia del paisaje, la
multitud de estímulos y mensajes se producen temporalmente, ligados inevitablemente a
experiencia del desplazamiento.
Está aún por imaginar lo que semejante expansión de sus posibilidades espacio y el tiempo
puede dar de sí en el futuro próximo, en el que las barreras entre arquitectura, naturaleza y
energía buscan disolverse en favor de una nueva técnica proyectual unificada.
Bibliografía
12. Waldheim, Charles, “El Paisaje como Infraestructura: Del urbanismo del nuevo trato al
neourbanismo” conferencia Junta de Andalucia,
http://www.opandalucia.es/index.php?form=15&accion=213&userid=25&groupid=0
13. Wladislaw Tatarkiewiez, “Historia de las Seis ideas, arte, belleza, forma, creatividad,
Mimesis, experiencia estética” La belleza historia del concepto, Cap. IV
14. Bois, Yve – Alain, Paseo pintoresco alrededor del Clara-Clara, en Richard Serra,
Catalogo de la exposición CGP parís, 1983 pag 11 – 27
15. Corner James, “Terra Fluxus” en W. Charles, the landscape Urbanism reader,
Princeton Architectural Press, Nueva York 2006 pag. 21- 32
De la Estética pintoresca al Paisajismo Contemporáneo
Julio C. Navarro Garma